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revista del ies carlos IIITRANSCRIPT
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CONTENIDO:
LOS VEINTE AÑOS
DEL CENTRO 2
CONSEJOS DE LA
ENFERMERA 3-4
NOTICIAS
CULTURALES 5
CUENTOS DE
BUCAY 6
CREACIÓN
LITERARIA 7
CURIOSIDADES 7
GALERÍA DE
IMÁGENES. 8
BUZÓN 9
PUNTOS DE INTERÉS ESPECIAL: PRESENTACIÓN DE LA
REVISTA.
20 AÑOS DEL CENTRO.
NOTICIAS.
CUENTOS.
ADOLESCENCIA.
IMÁGENES.
PARTICIPACIÓN.
FECHA DEL BOLETÍN
VOLUMEN 1, Nº 1
Nosotros también
necesitamos la imagina-
ción para seguir adelante,
caminando hacia esa
utopía de la que hablaba
Eduardo Galeano, y que
siempre está en el hori-
zonte y siempre alejándo-
se con él. Por eso, decía el
escritor uruguayo:
―camino dos pasos, y ella
se aleja dos pasos
¿Entonces para qué sirve
la utopía? Para eso sirve,
para caminar.‖
En vuestras ma-
nos queda Sherezade. Ne-
cesita de vuestras aporta-
ciones y fantasía para se-
guir viviendo, narrando,
contando. A nosotros,
quienes lanzamos esta
iniciativa, nos gustaría
que su historia, como en
Las mil y una noches, fue-
ra interminable.
Francisco de Paz
Queridos lectores:
Tenéis ante voso-
tros el primer número de
Sherezade, la revista de
nuestro instituto. Quere-
mos que en ella tengan
cabida las iniciativas,
creaciones y reflexiones
de todos los miembros de
nuestra comunidad educa-
tiva.
Llegará tan lejos
como nosotros queramos.
Porque ha nacido para
crecer, con la imagina-
ción, la inteligencia y la
fantasía de todos los que
aún estamos convencidos
de que la educación, y la
cultura, constituyen el
mejor instrumento –
quizás el único- para se-
guir avanzando hacia un
mundo mejor.
Aquí caben razo-
namientos y divertimen-
tos. La memoria del pasa-
do y las adivinanzas que
nos ayuden a descubrir el
futuro. Las matemáticas y
la literatura. La física y la
química. Y por eso, claro,
el amor; que ya lo dijo el
inminente sabio Severo
Ochoa, antes que Joaquín
Sabina: ―el amor es la
fusión de la física y la
química.‖
Y también cual-
quier otro saber que nos
ayude a conocer la diver-
sidad del mundo y sus
consecuencias, aunque no
esté etiquetado en ningu-
na asignatura.
Queremos que sea
la revista de la realidad de
la vida y de los cuentos.
De muchos cuentos, de
todos los tamaños y colo-
res. Porque, como decía
es escritor Luis Landero
en su libro El cuento o la
vida: “Hoy más que nun-
ca la escuela está bajo el
signo fatal de Shereza-
de‖ (aquella mujer inteli-
gente que utilizaba la
imaginación para seguir
viva).
SHEREZADE
PRESENTACIÓN
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Buenos días.
En el momento en que recibí la carta
anunciando la celebración del XX Ani-
versario del Carlos III pensé "¿20 años?
No es posible... espera, ¿cuántos tengo
yo?". Y mientras esas preguntas pasa-
ban por mi cabeza, en mi cara se formó
una sonrisa que reflejaba una mezcla de
añoranza y buenos recuerdos.
Yo estuve en el Carlos, sí, lo vi nacer y
crecí con él; tengo el privilegio y me
llena de orgullo afirmar que soy de la
primera promoción del I.E.S. Carlos III
de Toledo.
Para mí, la época del instituto fue una
de las mejores de mi vida y la recuerdo
con mucho cariño. Los compañeros, los
profesores, fueron mi segunda familia,
¿cuántas personas pueden decir lo mis-
mo?
El pasado 12 de noviembre fui ilusiona-
da al acto, esperando reencontrarme con
personas que habían formado parte de
mí un día y que, porque la vida es así,
pasan de largo pero dejan en nosotros su
huella. Por desgracia, de aquella horna-
da había poca gente, ya fueran compa-
ñeros o profesores. Para que haya posi-
bilidad de cambiar, confío en que se
haga un XV Aniversario, y un XXX
porque seguiré asistiendo con la misma
ilusión, deseosa de volver a recordar
anécdotas y vivencias.
Si se puede poner un pero a la tarde,
eché de menos una vista atrás, excepto
uno de los ponentes, nadie mencionó la
ubicación inicial del instituto, ese pe-
queñísimo centro dependiente del Sefa-
rad, hecho de ladrillo y que albergaba
solamente 8 cursos: 1 segundo de BUP
con escasos alumnos y 7 primeros de
BUP (cuando regía la LOGSE, ahora
ando perdida intentando asemejar los
estudios actuales a aquéllos) repletos de
chavales recién salidos del "cole".
Por aquel entonces no existían las
cámaras digitales ni tantos avances in-
formáticos, por lo que mis recuerdos
están solamente en mi memoria y en la
de mis compañeros y me gustaría, si es
posible, preparar algo especial sobre
esa primera promoción del Carlos para
el próximo aniversario.
Tengo algo de material digitalizado (el
video de la excursión de fin de curso y
unas cuantas fotos) que podría servir, y
a partir de las fichas o matrículas (si es
que aún existen) se podría intentar loca-
lizar a la gente.
Quiero dar la enhorabuena tanto a la
persona que tuvo la idea de realizar esta
celebración, como a las que hicieron
posible que se llevara a cabo y simple-
mente animar a que se repita muchas
veces (más y mejor, si cabe).
Y también quiero dar las gracias porque
con un gesto tan sencillo como enviar
una carta, creo que hicísteis felices a
mucha gente.
Un cordial abrazo,
Elena Salgado Pantoja.
LOS VEINTE AÑOS DEL CENTRO
RECUERDOS
PÁGINA 2
La verdad es que las emociones se
apretaban entre sí y pugnaban por salir más allá
de ―la flor de la piel‖. Fue necesario ―bajar la
mano‖ en varias ocasiones para no quedarse ―al
descubierto‖ entre compañeros y antiguos alum-
nos, ya médicos, ya abogados, ya directores de
empresa o comerciales, ya maestras, ya ma-
dres… Los recuerdos saltaban alborotados y se
desparramaban en cientos de imágenes, próxi-
mas y precisas muchas, casi tangibles; más bo-
rrosas otras entre el fondo de las clases o de una
excursión por la Ruta de Don Quijote… Todas
irrepetibles.
Menos mal que el alma se había puesto a buen
recaudo desde que recibí la invitación para asis-
tir a los actos programados por la actual direc-
ción del Carlos III y había buscado toda clase de
protección para emociones y sobresaltos. No
obstante, todo aquello que habían atado y bien
atado la prudencia y la razón se vio desmorona-
do en un instante al divisar un grupo de gente
que esperaba ante las puertas del lugar elegido,
que es lo que yo había procurado: estar entre los
primeros en llegar y encontrarme, ya ajustado,
ante cuantos fueran llegando. Las palpitaciones
aumentaban y el caballo cordial aceleraba su
paso a medida que me aproximaba al grupo, y
los apuros de no reconocer con la precisión que
yo quisiera a quienes me saludaran los azuzaba
con ahínco. Y es cierto que en algunas ocasio-
nes tardé varios segundos, que se hicieron
horas, en identificar al antiguo alumno, a las
alumnas sobre todo: se acicalan de tales mane-
ras y tan diversas entre sí que me proclamo in-
capaz de distinguirlas, de reconocerlas. Enton-
ces, se ponen todos mis sentidos en funciona-
miento y, al poco, ya por el oído que me trae
ecos reconocibles, ya por los gestos que atrapo
con mis ojos despatarrados, reconozco perfecta-
mente a mi interlocutor. Eso sí, que no se me
pida que diga su nombre o el curso en que nos
encontrábamos a diario, pero en muchos casos
también consigo acordarme: entonces me entra
una gran alegría y repito David, Verónica o
Natalia varias veces; incluso, le pregunto por el
compañero o compañera con quien, compar-
tiendo pasillo, escaleras o patio, se inició en las
artes amatorias. Otras veces, son ellos quienes
despiertan recuerdos puntuales o describen es-
tampas anecdóticas y puntuales también. ―Me
acuerdo cuando me dijo la primera vez en clase
que tuviera cuidado porque me iba a caer. Cha-
val, oye chaval, que te vas a caer, fue como me
dijo. ¿Que me voy a caer?, si estoy bien senta-
do, le contesté. Pues aunque estés bien sentado,
que a pesar de mi miopía bien que lo veo, esta-
bas ya en el alféizar de la ventana. ¿En el alféi-
zar de la ventana? Cada vez entiendo menos.
Que sí, muchacho, que estabas cazando mari-
posas fuera de la clase. Que estabas despista-
do.
-Y a mí me dijo un día: Chaval, que se
te ha caído el libro. Y como miraba hacia los
lados y debajo de la mesa para ver si veía el
libro que no había llevado a clase, mis compa-
ñeros de reían y yo cada vez me azoraba más.
-Que no veo libro ninguno, profe.
-Chaval, quiero decirte que tienes que
traer el libro a clase. ¿Cuántas veces más debo
decírtelo para que hagas caso…?
En el acto propiamente dicho, las fotografías se
perseguían unas a otras, como impidiendo que
ninguna se aposentara como una señorona y
desplazara a las demás. Chispazos, fogonazos
del pasado próximo, tan próximo que aún se
roza con el presente. De los discursos diré…
Dijeron casi todos los oradores que veinte años
es muy poco tiempo. ¡QUE veinte años es poco
tiempo…! No lo doy por cierto: veinte años es
una eternidad, pues ahora mismo ninguno de
los alumnos del Instituto cuenta con esa precisa
y preciosa edad. Y hablando de la historia del
Centro, toda ella segada por la guadaña del 2 y
encerrada en la oquedad del 0, es mucha histo-
ria: desde su ubicación el la Avenida de su
nombre, que yo no conocí, hasta su llegada a
los altos toledanos de la Avenida de Europa,
que ponían los mismos pies de los cigarrales al
alcance de la vista salvando el Tajo, hay mucho
trecho, y muchas selectividades, y muchos in-
tercambios culturales, y muchos enfados y dis-
gustos escolares, y muchas alegrías, y muchas
gargantas rotas y calcinadas… Toda la historia
de la literatura, desfiles de escritores, comenta-
rios de texto…, que muchas veces regresaban a
la cartera…Veinte años son muchos años y
marcarán una etapa irrepetible del Carlos III,
etapa en la que se consumieron los últimos res-
coldos de lo que había sido un excelente bachi-
llerato. Luego llegó la mal hada LOGSE con
todos su progres de pacotilla a cuestas, y con
ella el derrumbamiento y la hecatombe escolar.
Lamentablemente, no me equivoco: ahí están
las pruebas…
Y más fotografías, y más oradores y
más recuerdos entrañables. De todas las foto-
grafías retengo una en mi retina: aquella en la
que la voluntad caprichosa del proyector para-
lizó la imagen dejando al presi Barreda como si
estuviera entre rejado, entrebarrotado. ¿La re-
cordáis? ¿O fue una errónea sensación mía?
En la cena, la cordialidad se deslizaba
por los manteles de los comensales, amigos y
compañeros que se encargan de prolongar la
ardua tarea de enseñar, de enseñar también fue-
ra de las clases, y los domingos y demás fiestas
de guardar...
Apreciados compañeros del claustro
del Carlos III, gracias por la cordialidad y el
buen rato que me hicisteis pasar. Y a vosotros,
apreciados ex alumnos, que las varillas del aba-
nico vital se os vayan perfilando cada vez más
claras. Si aún no es así, sabed que aún contáis
con el beneplácito de la juventud. Y a la direc-
ción del Carlos III, muchas gracias por esta
iniciativa y ánimo para esperar y preparar el
veinticinco aniversario que, ¡ay!, está ya a la
vuelta de la esquina.
Juan José Fernández Delgado
IMPRESIONES
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Estimados padres:
Durante el pasado curso escolar, han pasado por la consulta de Enfermería, alrededor de 400
alumnos por motivos diversos. Existe un factor común en un porcentaje amplio de los escolares que
acuden diariamente a la enfermería: la ausencia e escaso desayuno que hacen antes de venir al
instituto.
Cuando un niño en pleno crecimiento está en ayunas desde la noche anterior, aparecen efec-
tos propios de este ayuno, como son: dolor de cabeza, irritabilidad, disminución de la concentra-
ción, fallos de memoria, mareos, etc.
Les recomiendo, que para el buen desarrollo físico e intelectual de sus hijos, insistan en la realiza-
ción de un desayuno completo a base de:
Leche + Zumos o fruta + Tostadas/galletas o cereales
Puedo entender que por la mañana todo son prisas para llegar al colegio, trabajo, etc.; pero tal vez
con ayuda de dos pequeñas estrategias, que ahora les comento, podamos conseguir que sus hijos
hagan en desayuno completo que repercutirá beneficiosamente en su rendimiento escolar, así como
en su buen desarrollo físico.
Estrategias;
1.- Levantarse diez minutos antes
2.- Dejar el desayuno preparado la noche anterior.
3.- El material escolar necesario para el día siguiente (mochila), debe dejarse preparado el
día anterior.
Agradeciendo su colaboración y siempre pensando en el bienestar de sus hijos.
Un saludo
Fdo. Blanca González Arévalo
Enfermera de IES Carlos III
CONSEJOS DE LA ENFERMERA
CARTA A LOS PADRES
PÁGINA 3
![Page 4: Revista](https://reader031.vdocumento.com/reader031/viewer/2022020208/568bd6b71a28ab20349d1810/html5/thumbnails/4.jpg)
PÁGINA 4 CONSEJOS DE LA ENFERMERA
LA ADOLESCENCIA
La adolescencia es una etapa de la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y fisiológicos.
Sobre estos últimos la alimentación cobra una especial importancia debido a que los requerimientos nutricionales,
para hacer frente a estos cambios, son muy elevados y es necesario asegurar un adecuado aporte de energía y nu-
trientes para evitar situaciones carenciales que puedan ocasionar alteraciones y trastornos de la salud.
CONSEJOS FUNDAMENTALES PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES
1. Disfruta de la comida
Intenta comer alimentos diferentes cada día para gozar de una alimentación variada y disfrutar de ella. Come con tus familiares y amigos.
2. El desayuno es una comida muy importante
Tu cuerpo necesita energía después de dormir, por lo que el desayuno es esencial. Elige para el desayuno alimentos ricos en carbohidratos, como
pan, cereales y fruta. Saltarse comidas, y en especial el desayuno, puede provocar un hambre descontrolada, que muchas veces lleva a comer en
exceso. Si no comes nada para desayunar, estarás menos concentrado en el colegio.
3. Come muchos alimentos variados
Consumir alimentos variados todos los días es la mejor receta para gozar de buena salud. Necesitas 40 vitaminas y minerales diferentes para
mantenerte sano, y no hay ningún alimento que por sí sólo pueda aportártelos todos. No hay alimentos "buenos" o "malos", así que no tienes por-
qué dejar de comer las cosas que te gustan. Simplemente asegúrate de que consigues un equilibrio adecuado y come una gran variedad de alimen-
tos. ¡Toma decisiones equilibradas en cada momento!
4. Basa tu alimentación en los carbohidratos
Estos alimentos aportan la energía, las vitaminas y los minerales que necesitas. Algunos alimentos ricos en carbohidratos son la pasta, el pan, los
cereales, las frutas y las verduras. Intenta incluir alguno de estos alimentos en cada comida ya que más de la mitad de las calorías de tu dieta de-
berían provenir de ellos.
5. Come frutas y verduras en cada comida
Puedes disfrutar de las frutas y las verduras en las comidas, o consumirlas como sabrosos tentempiés entre comidas. Estos alimentos aportan vita-
minas, minerales y fibra. Deberías intentar consumir 5 raciones de frutas y verduras al día.
6. La grasa
Todos necesitamos incluir algo de grasa en nuestra dieta para conservar una buena salud, pero consumir demasiadas grasas, y en particular grasas
saturadas, puede ser malo para nuestra salud. Las grasas saturadas se encuentran en los productos lácteos enteros, los pasteles, bollos, carnes gra-
sas y salchichas. Come de forma equilibrada - si a la hora de la comida consumes alimentos ricos en grasas, intenta tomar alimentos con menos
grasas en la cena.
7. Los tentempiés
Picar entre comidas aporta energía y nutrientes. Escoge tentempiés variados, como frutas, sándwiches, galletas, tartas, patatas fritas, frutos secos
y chocolate. Asegúrate de que tus elecciones son variadas para mantener el equilibrio en tu dieta, y no comas demasiado, sino no tendrás hambre
a la hora de la comida
8. Saciar la sed
Tienes que beber muchos líquidos porque un 50% de tu cuerpo está formado por agua. Se necesitan por lo menos 6 vasos de líquidos al día, e
incluso más si hace mucho calor o haces ejercicio. El agua y la leche son excelentes, pero también es divertido variar.
9. Cuídate los dientes
Cuídate los dientes y lávatelos dos veces al día. Los alimentos ricos en almidón o azúcares pueden influir en la aparición de caries si se comen
con demasiada frecuencia, así que no picotees o bebas refrescos a todas horas.
10. Ponte en movimiento
Estar en forma es importante para tener un corazón sano y unos huesos fuertes, así que haz ejercicio. Intenta hacer algo de deporte cada día y
asegúrate de que te gusta para que seas constante y no dejes de hacerlo. Si tomas demasiadas calorías y no haces suficiente ejercicio puedes en-
gordar. El ejercicio físico moderado te ayudará a quemar las calorías que te sobran. ¡No tienes que ser un atleta para ponerte en marcha!
10
![Page 5: Revista](https://reader031.vdocumento.com/reader031/viewer/2022020208/568bd6b71a28ab20349d1810/html5/thumbnails/5.jpg)
Miguel Hernández (1910-1942). Celebramos el
centenario de su nacimiento.
Su poesía señala claramente la transición
entre la generación del 27, (Dámaso Alonso lo
llamó ―genial epígono‖) y la generación del
36, su influencia en la poesía de la posguerra ha
sido considerable.
Pero su obra está cubierta de una espesa capa
de leyendas sobre su persona, que en ocasiones
solapan sus logros poéticos; pues, se ha exage-
rado su pobreza y su incultura, al ser un cabrero
que se escolarizó tarde (tenía nueve años) y que
por necesidades familiares debió abandonar los
estudios para seguir ayudando en el pastoreo,
que compagina con su avidez de libros, de lec-
turas de los clásicos, de aprender a escribir po-
esía culta. El resultado fue Perito en lunas
(1933) inspirado en Góngora, este libro no es
más que un ejercicio de estilo, que carece de
sello personal. El siguiente libro, El rayo que no
cesa (1936) es una explosión de pasiones e im-
pulsos intensos, como dice él mismo en uno de
los poemas ―una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma‖.
El tema principal es el amor, pero mezclado con
el arrebato, el furor, el sentimiento, la desespe-
ración y las sombrías premoniciones de la muer-
te, como nos muestra en su poema ―Sino san-
griento‖, que ha servido, otra vez más, para
acrecentar esa leyenda de Hernández, pues pro-
fetiza su trágico destino que se cumpliría años
más tarde. Su ―Elegía‖ es uno de los poemas
más famosos, con ese respeto impuesto como
fruto de una sincera efusión de dolor por la re-
pentina muerte de su ―compañero del alma‖.
Durante la República se convirtió impulsiva-
mente del catolicismo más ferviente al comunis-
mo, fruto de ello es Vientos del pueblo (1937)
cuyo propósito eran recitarse como poesía de
guerra entre los camaradas. El hecho de la gue-
rra y sus penalidades resultó beneficiosa para la
poesía de Miguel, pues su obra se desnuda de
artificios retóricos y de dramatismo para alcan-
zar en El hombre acecha (1938) una serenidad
reflexiva y personal ante el panorama de tristeza
y sufrimientos que ve reflejados en sus compa-
ñeros.
Al término de la guerra,
Hernández fue hecho pri-
sionero y sentenciado a
muerte. Murió de tubercu-
losis en la celda, con trein-
ta y dos años. Los poemas
escritos en la cárcel y pu-
blicados bajo el título Can-
cionero y romancero de
ausencias constituyen una
queja conmovedora, nos
sensibilizan sus sentimien-
tos, sus circunstancias de
un hombre separado de su
esposa y de su hijo, a los
que nunca volvería a ver.
Lo nuevo es que en su poesía van de la mano los
sentimientos y los recursos poéticos
Su palabra parece directamente arrancada del co-
razón (―la lengua en corazón tengo bañada‖), conju-
gada con el arte popular y las técnicas más sabias.
Todo para buscar una mayor densidad expresiva,
que hace inconfundible su voz.
Piedad Martín
NOTICIAS CULTURALES
MIGUEL HERNÁNDEZ
PÁGINA 5
Aunque algunos no creen que sea
auténtico, y parece que el propio escritor no
ha confirmado la autoría de este testamento,
no obstante, circula por internet como un
escrito del autor de Cien años de soledad.
Por eso queremos reproducirlo. Además, es
un texto profundo, y hermoso.
Gabriel García Márquez se ha retirado
de la vida pública por razones de salud:
cáncer linfático. Ahora, parece, que es
cada vez más grave. Ha enviado una
carta de despedida a sus amigos, y gra-
cias a Internet está siendo difundida.
“Si por un instante Dios se olvidara de
que soy una marioneta de trapo y me
regalara un trozo de vida, aprovecharía
ese tiempo lo más que pudiera”.
Posiblemente no diría todo lo que pien-
so, pero en definitiva pensaría todo lo
que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que
valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo
que por cada minuto que cerramos los
ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen,
despertaría cuando los demás duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
vestiría sencillo, me tiraría de bruces al
sol, dejando descubierto, no solamente
mi cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán equi-
vocados están al pensar que dejan de
enamorarse cuando envejecen, sin sa-
ber que envejecen cuando dejan de
enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría
que él solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes,
los hombres... He aprendido que todo
el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera
felicidad está en la forma de subir la
escarpada.
He aprendido que cuando un recién
nacido aprieta con su pequeño puño,
por primera vez, el dedo de su padre, lo
tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene
derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido
aprender de ustedes, pero realmente de
mucho no habrán de servir, porque
cuando me guarden dentro de esa ma-
leta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que
piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez
que te voy a ver dormir, te abrazaría
fuertemente y rezaría al Señor para po-
der ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos mi-
nutos que te veo diría “te quiero” y no
asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos
da otra oportunidad para hacer las co-
sas bien, pero por si me equivoco y hoy
es todo lo que nos queda, me gustaría
decirte cuanto te quiero, que nunca te
olvidaré.
El mañana no le está asegurado a na-
die, joven o viejo. Hoy puede ser la últi-
ma vez que veas a los que amas. Por
eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el
mañana nunca llega, seguramente lamen-
tarás el día que no tomaste tiempo para
una sonrisa, un abrazo, un beso y que estu-
viste muy ocupado para concederles un
último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al
oído lo mucho que los necesitas, quiérelos
y trátalos bien, toma tiempo para decirles
“lo siento”, “perdóname”, “por favor”,
“gracias” … y todas las palabras de amor
que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos
secretos. Pide al Señor la fuerza y sabidur-
ía para expresarlos. Demuestra a tus ami-
gos y seres queridos cuanto te importan”.
Fuente: Anónimo, recibido por Internet –
Agosto 2005
TESTAMENTO DE GARCÍA MÁRQUEZ
![Page 6: Revista](https://reader031.vdocumento.com/reader031/viewer/2022020208/568bd6b71a28ab20349d1810/html5/thumbnails/6.jpg)
Había una vez dos ranas que caye-
ron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta
de que se hundían: era imposible
nadar o flotar demasiado tiempo
en esa masa espera como arenas
movedizas. Al principio, las dos
ranas patalearon en la nata para
llegar al borde del recipiente. Pero
era inútil; sólo conseguían chapo-
tear en el mismo lugar y hundirse.
Sentían que cada vez era más difí-
cil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: «No
puedo más. Es imposible salir de
aquí. En esta materia no se puede
nadar. Ya que voy a morir, no veo
por qué prolongar este sufrimien-
to. No entiendo qué sentido tiene
morir agotada por un esfuerzo
estéril».
Dicho esto, dejó de patalear y se
hundió con rapidez, siendo literal-
mente tragada por el espeso líqui-
do blanco. La otra rana, más persistente o
quizá más tozuda se dijo: «¡No
hay manera! Nada se puede hacer
para avanzar en esta cosa. Sin em-
bargo, aunque se acerque la muer-
te, prefiero luchar hasta mi último
aliento. No quiero morir ni un se-
gundo antes de que llegue mi
hora».
Siguió pataleando y chapoteando
siempre en el mismo lugar, sin
avanzar ni un centímetro, durante
horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y
batir las ancas, agitar y patalear, la
nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto
y, patinando, llegó hasta el borde
del recipiente. Desde allí, pudo
regresar a casa croando alegre-
mente.
BUCAY
CUENTOS DE BUCAY
LAS RANITAS EN LA NATA
PÁGINA 6
Había una vez una princesa, que quería en-
contrar un esposo digno de ella, que la ama-
se verdaderamente. Para lo cual puso una
condición: elegiría marido entre todos los
que fueran capaces de estar 365 días al lado
del muro del palacio donde ella vivía, sin
separarse ni un solo día. Se presentaron
centenares, miles de pretendientes a la co-
rona real. Pero claro al primer frío la mitad
se fue, cuando empezaron los calores se fue
la mitad de la otra mitad, cuando empeza-
ron a gastarse los cojines y se terminó la
comida, la mitad de la mitad de la mitad,
también se fue.
Habían empezado el primero de enero,
cuando entró diciembre, empezaron de nue-
vo los fríos, y solamente quedó un joven.
Todos los demás se habían ido, cansados,
aburridos, pensando que ningún amor valía
la pena. Solamente éste joven que había
adorado a la princesa desde siempre, estaba
allí, anclado en esa pared y ese muro, espe-
rando pacientemente que pasaran los 365
días.
La princesa que había despreciado a todos,
cuando vio que este muchacho se quedaba
empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese
hombre la quisiera de verdad. Lo había es-
piado en Octubre, había pasado frente a él
en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada
de campesina le había dejado un poco de
agua y un poco de comida, le había visto
los ojos y se había dado cuenta de su mira-
da sincera. Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un
casamiento, y que por fin vas a tener nie-
tos, este es el hombre que de verdad me
quiere.
El rey se había puesto contento y comenzó
a prepararlo todo. La ceremonia, el banque-
te e incluso, le hizo saber al joven, a través
de la guardia, que el primero de Enero,
cuando se cumplieran los 365 días, lo espe-
raba en el palacio porque quería hablar con
él.
Todo estaba preparado, el pueblo estaba
contento, todo el mundo esperaba ansiosa-
mente el primero de Enero. El 31 de Di-
ciembre, el día después de haber pasado las
364 noches y los 365 días allí, el joven se
levantó del muro y se marchó. Fue hasta su
casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:
- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste
allí 364 noches, 365 días y el último día te
fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar
un día más?
Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había
visto, me enteré que me había elegido, me
enteré que le había dicho a su padre que se
iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no
fue capaz de evitarme una sola noche de
dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una
sola noche de sufrimiento. Alguien que no
es capaz de evitarte una noche de sufri-
miento no merece de mi, Amor, ¿verdad
madre?
Cuando estás en una relación, y te das
cuenta de que pudiendo evitarte una míni-
ma parte de sufrimiento, el otro no lo hace
es, porque todo se ha terminado.
BUCAY
LA PRINCESA BUSCA MARIDO
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—Soy una cebolla, una sucia y maloliente cebolla—se lamentaba—. Me pudro en el tiempo,
quiero pero no alcanzo. No soy más que una mísera cebolla.
—¿Me deshago de mis capas? ¿Qué sería de mí?—Se preguntaba—Entonces apenas sería —se
contestaba.
En aquel momento mil voces amigas lo calmaron: —Sólo me queda esperar—dedujo.
Así fue que se quedó muy quieto bajo el sol, secándose y consumiéndose esperando la llegada de
su hora.
Con la piel ya descascarillada por los rayos, perdió el conocimiento. Allí yacía, muerto, inmóvil,
el hombre cebolla.
Llegó el día de su entierro y, por primera vez en su vida, nadie lloró por él.
Diego Castaño Chillarón
CREACIÓN LITERARIA
ALLIUM CEPA
PÁGINA 7
La Montaña
Verdes hojas mecidas por el viento,
Claras aguas susurran al pasar, Lo único que escucho, mi pensamiento, Me invita a un mundo donde reposar.
Tú que fuiste forjada a fuego lento.
Tú que nos das el aire del que respirar. Perderme entre tus bosques no lamento,
Ni tu hermosa belleza contemplar.
Es por ti, que los alados poetas, Con sus alegres y hermosos cantares,
Proclaman tu gran historia atemporal.
Desde tus oscuras, profundas grietas, Hasta las altas nieves invernales, Se aprecia,... tu grandeza natural.
Daniel Nieto
SONETO
CURIOSIDADES
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GALERÍA DE IMÁGENES PÁGINA 8
FOTOS DE TOLEDO EN EL SIGLO XIX.
ALGUNAS
FOTOGRAFIAS
DE
CASIANO
ALGUACIL
CONCURSO DE ATARDECERES
Fotos finalistas de un concurso
celebrado en un foro de Internet.
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BUZÓN PÁGINA 9
BUZÓN.
PARTICIPACIÓN:
CREACIÓN:
Laura Sanz García
Iris Ancos García