reverdece el tulipán · primer semestre, el hotel creció con respec-to a 2018 y sobrecumplió su...

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Domingo Agosto 18 / 2019 CLAUDIA PIS GUIROLA FOTO: CLAUDIA PIS GUIROLA E n la Habana Vieja, justo al inicio de la Alameda de Paula, se adentra en la bahía el Paseo Marítimo Flotante, espa- cio devenido en punto de encuentro y esparcimiento para no pocos. A un lado, el antiguo Almacén del Tabaco y la Madera, al otro, el Emboque de Luz y, al centro, una de las instalacio- nes más peculiares del paisaje habanero. Con uno de sus proyectistas, el arquitecto Orlando Inclán, conversó Tribu- na de La Habana. ¿Cómo surgió la idea de establecer aquí un paseo con estas características? —En 2009, la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) realizó una propuesta de rediseño urbano que pretendía ofrecer continuidad a la línea de mar que viene en forma de malecón desde La Chorrera. A partir de la Plaza de Ar- mas, con el Muelle de Caballería, su gran acera comienza a estrecharse y la relación con el mar se interrumpe constan- temente. “Surgió así la idea de intervenir los antiguos Espigones del Estado, Margarito I, II y III, y usarlos como paseos ma- rítimos. Su desmontaje fue de los primeros indicios de la salida del puerto comercial de La Habana hacia el Mariel y de este proyecto nace el Paseo Marítimo Flotante inaugu- rado en 2014, en un intento de reconciliar a los habaneros de esa zona con el mar”. ¿Cuáles fueron los materiales utilizados para su cons- trucción? —Utilizamos módulos flotantes (que asimilan la dife- rencia de marea), fácilmente desmontables y anclados al fondo del mar con pequeños dados de hormigón. Estas es- tructuras poco invasivas son amigables con el medio am- biente y se usan en casi todas las instalaciones marítimas modernas. “Para la parte transitable se utilizaron tablones de made- ra artificial elaborada con un aglomerado de aserrín y resi- nas: un material muy resistente a la intemperie, al sol y al salitre. Aunque creado en Estados Unidos, el que se utilizó en este paseo, fue fabricado en Cuba”. El paseo ha devenido en espacio de frecuente afluencia, ¿se esperaba fuera tan así al momento de su diseño? —Aunque aún no está terminado pues deben colocárse- le el mobiliario urbano; bancos, papeleras, elementos de sombra, los desarrolladores del proyecto estamos satisfe- chos con el uso dado al Paseo por niños, adolescentes y personas mayores para diversas actividades, en su mayoría vecinos de San Isidro, la zona del centro histórico con ma- yor déficit de espacios públicos. Ellos lo connotan de sin- gularidad a través de sus experiencias. ¿Cuáles considera sean las principales causas del dete- rioro que ostentan algunos de sus tablones? —Luego del montaje inicial, se repusieron muchos de los tablones pues el primer lote no alcanzó la calidad requeri- da, pero el segundo sí. Habrían, entonces, dos factores: el deterioro del material en ese lote inicial y la mano de algu- nos de sus asiduos visitantes. “Ante este caso no quiero usar la palabra ‘indisciplina’. Podemos pensar un lugar para ser usado de una manera, pero la práctica siempre es mucho más diversa que el pro- yecto inicial de un arquitecto o un ingeniero. Pero recordar la necesidad de conservar lo logrado en espacios públicos, entenderlos como ganancias para la ciudad y asumirlos como propios. Aunque las personas no hayan participado directamente, ahí están sus esfuerzos, su energía, su dine- ro y sus sueños. ¿Existe un plan de mantenimiento para el Paseo? —Todavía no, pero la OHC sí aplica una política de man- tenimiento en sus obras y, luego de cinco años, este espa- cio necesita una revisión; más cuando se ha pensado como un palco donde disfrutar los festejos en la bahía por el Ani- versario 500 de la Villa de San Cristóbal. RAQUEL SIERRA FOTOS: RAQUEL SIERRA Y MIGUEL MORET S i un hotel de La Habana tiene una vida intensa, ese es el Tulipán, de la cadena Islazul. Casi cada mes, acoge a delegados de congresos nacionales e internacionales, es- pecialistas y directivos de otras provincias que asisten a eventos y reuniones. En sus 334 habitaciones, los parlamentarios cubanos no solo descansan, sino también reflexionan so- bre los temas medulares del país, escriben y repasan sus planteamientos y opiniones. Esa peculiaridad imprime intensidad a la operación. De acuerdo con el chef Rodol- fo Lago Reyes, de los hoteles de Islazul, este tiene el honor de atender los grandes even- tos: solo este año, los congresos de los CDR, la FMC, la Uneac y la Asamblea Nacional. “Es muy intenso y de mucha responsabilidad”, sostiene Lago. Ileana Martínez Rubio, lonchera y secretaria general del buró sindical, es una de las fun- dadoras. “Fue concebido para la Misión Mila- gro, idea del Comandante en Jefe para aten- der la salud de latinoamericanos y caribeños, de 2006 a 2012”, recuerda. El colectivo, de unos 180 trabajadores, se crece ante las difi- cultades. “En 2018, cuando el accidente del avión, se nos encomendó la misión de alojar a los familiares de las víctimas. Lo hicimos con todo el amor del mundo, como si fuera nuestra propia familia”, comenta. UNA MEJOR CARA Y MAYOR CALIDAD No se ha quedado estancado en el tiem- po. Desde hace unos dos años, ha expe- rimentado una metamorfosis: en el res- taurante, la cafetería, el bar mirador y el restaurante de trabajadores, apunta Carlos Manuel Cabanes Rivero, quien dirigió el ho- tel entre 2017-2019 y hoy es director de la sucursal Habana de Islazul. “Hemos tenido muchas motivaciones, entre ellas, el 500 de La Habana, para lo cual organizamos traba- jos voluntarios, jornadas de fines de sema- na y todo ello, sin detener el servicio y sin afectar a los clientes”, asevera. Si con los eventos y el alojamiento al sec- tor empresarial nacional la ocupación se mantiene durante el año entre 80-90 %, se comienza a despegar el turismo internacio- nal hasta alcanzar el 16 %, sobre todo me- diante las ventas a través de internet, expli- ca la directora. Recientemente, el colectivo recibió las categorías Colectivo Por la senda del triunfo y Eficiente nacional. Al cierre del primer semestre, el hotel creció con respec- to a 2018 y sobrecumplió su plan, en mo- neda total y en eficiencia. Próximamente, iniciarán las obras en la cafetería Tulipán y continuarán las mejoras en las primeras 60 habitaciones. ISLAZUL, LA HABANA, EL 500… El 1ro. de agosto, Islazul celebró su ani- versario 25. Según Raunel González, vi- cepresidente de servicios técnicos en la Organización Superior de Dirección Em- presarial (OSDE) Islazul, las transformacio- nes son a nivel de país. “En La Habana, por el 500 –agrega Cabanes– están en repara- ción capital los hoteles Lincoln y Colina, a la vez que se mejoran otros como el Carib- bean y se trabaja por mantener las casas en Playas del Este”. Reverdece el Tulipán “Las acciones han sido dirigidas a mostrar una mejor cara y elevar la calidad de los servicios, en función de una comercialización superior”, señaló Yanira Hernández Rodríguez, actual directora del hotel. Cuestión de reconciliaciones Uno de los accesos al Paseo Flotante. Los otros dos presentaban al momento de la foto igual número de tablones faltantes. PARA LA COMUNIDAD El Tulipán no es elitista ni se cree cosas. Los sábados, a las 11:00 p.m., hay una función gratuita con el payaso Azul, donde se estimula el juego con los niños y los saberes. En el bar mirador, abierto de martes a domingo, de 2:00 p.m. a 2:00 a.m., comenzará de jueves a domingo, el espectáculo Tocando las estrellas, con Vania Borges como anfitriona. Según la artista, “habrá sorpresas y personalidades de nuestra música, en un territorio libre de mediocridad, letra fea y vulgaridad”.

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Domingo Agosto 18 / 2019

CLAUDIA PIS GUIROLAFOTO: CLAUDIA PIS GUIROLA

En la Habana Vieja, justo al inicio de la Alameda de Paula, se adentra en la bahía el Paseo Marítimo Flotante, espa-

cio devenido en punto de encuentro y esparcimiento para no pocos.

A un lado, el antiguo Almacén del Tabaco y la Madera, al otro, el Emboque de Luz y, al centro, una de las instalacio-nes más peculiares del paisaje habanero. Con uno de sus

proyectistas, el arquitecto Orlando Inclán, conversó Tribu-

na de La Habana. ¿Cómo surgió la idea de establecer aquí un paseo con

estas características?

—En 2009, la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) realizó una propuesta de rediseño urbano que pretendía ofrecer continuidad a la línea de mar que viene en forma de malecón desde La Chorrera. A partir de la Plaza de Ar-mas, con el Muelle de Caballería, su gran acera comienza a estrecharse y la relación con el mar se interrumpe constan-temente.

“Surgió así la idea de intervenir los antiguos Espigones del Estado, Margarito I, II y III, y usarlos como paseos ma-rítimos. Su desmontaje fue de los primeros indicios de la salida del puerto comercial de La Habana hacia el Mariel y de este proyecto nace el Paseo Marítimo Flotante inaugu-rado en 2014, en un intento de reconciliar a los habaneros de esa zona con el mar”. ¿Cuáles fueron los materiales utilizados para su cons-

trucción?

—Utilizamos módulos flotantes (que asimilan la dife-rencia de marea), fácilmente desmontables y anclados al fondo del mar con pequeños dados de hormigón. Estas es-tructuras poco invasivas son amigables con el medio am-biente y se usan en casi todas las instalaciones marítimas modernas.

“Para la parte transitable se utilizaron tablones de made-ra artificial elaborada con un aglomerado de aserrín y resi-nas: un material muy resistente a la intemperie, al sol y al salitre. Aunque creado en Estados Unidos, el que se utilizó en este paseo, fue fabricado en Cuba”.

El paseo ha devenido en espacio de frecuente afluencia,

¿se esperaba fuera tan así al momento de su diseño?

—Aunque aún no está terminado pues deben colocárse-le el mobiliario urbano; bancos, papeleras, elementos de sombra, los desarrolladores del proyecto estamos satisfe-chos con el uso dado al Paseo por niños, adolescentes y personas mayores para diversas actividades, en su mayoría vecinos de San Isidro, la zona del centro histórico con ma-yor déficit de espacios públicos. Ellos lo connotan de sin-gularidad a través de sus experiencias. ¿Cuáles considera sean las principales causas del dete-

rioro que ostentan algunos de sus tablones?

—Luego del montaje inicial, se repusieron muchos de los tablones pues el primer lote no alcanzó la calidad requeri-da, pero el segundo sí. Habrían, entonces, dos factores: el deterioro del material en ese lote inicial y la mano de algu-nos de sus asiduos visitantes.

“Ante este caso no quiero usar la palabra ‘indisciplina’. Podemos pensar un lugar para ser usado de una manera, pero la práctica siempre es mucho más diversa que el pro-yecto inicial de un arquitecto o un ingeniero. Pero recordar la necesidad de conservar lo logrado en espacios públicos, entenderlos como ganancias para la ciudad y asumirlos como propios. Aunque las personas no hayan participado directamente, ahí están sus esfuerzos, su energía, su dine-ro y sus sueños.¿Existe un plan de mantenimiento para el Paseo?

—Todavía no, pero la OHC sí aplica una política de man-tenimiento en sus obras y, luego de cinco años, este espa-cio necesita una revisión; más cuando se ha pensado como un palco donde disfrutar los festejos en la bahía por el Ani-versario 500 de la Villa de San Cristóbal.

RAQUEL SIERRAFOTOS: RAQUEL SIERRA Y MIGUEL MORET

Si un hotel de La Habana tiene una vida intensa, ese es el Tulipán, de la cadena

Islazul. Casi cada mes, acoge a delegados de congresos nacionales e internacionales, es-pecialistas y directivos de otras provincias que asisten a eventos y reuniones. En sus 334 habitaciones, los parlamentarios cubanos no solo descansan, sino también reflexionan so-bre los temas medulares del país, escriben y repasan sus planteamientos y opiniones.

Esa peculiaridad imprime intensidad a la operación. De acuerdo con el chef Rodol-fo Lago Reyes, de los hoteles de Islazul, este tiene el honor de atender los grandes even-tos: solo este año, los congresos de los CDR, la FMC, la Uneac y la Asamblea Nacional. “Es muy intenso y de mucha responsabilidad”, sostiene Lago.

Ileana Martínez Rubio, lonchera y secretaria general del buró sindical, es una de las fun-dadoras. “Fue concebido para la Misión Mila-gro, idea del Comandante en Jefe para aten-der la salud de latinoamericanos y caribeños, de 2006 a 2012”, recuerda. El colectivo, de unos 180 trabajadores, se crece ante las difi-cultades. “En 2018, cuando el accidente del avión, se nos encomendó la misión de alojar a los familiares de las víctimas. Lo hicimos con todo el amor del mundo, como si fuera nuestra propia familia”, comenta.

UNA MEJOR CARA Y MAYOR CALIDAD

No se ha quedado estancado en el tiem-po. Desde hace unos dos años, ha expe-

rimentado una metamorfosis: en el res-taurante, la cafetería, el bar mirador y el restaurante de trabajadores, apunta Carlos Manuel Cabanes Rivero, quien dirigió el ho-tel entre 2017-2019 y hoy es director de la sucursal Habana de Islazul. “Hemos tenido muchas motivaciones, entre ellas, el 500 de La Habana, para lo cual organizamos traba-jos voluntarios, jornadas de fines de sema-na y todo ello, sin detener el servicio y sin afectar a los clientes”, asevera.

Si con los eventos y el alojamiento al sec-tor empresarial nacional la ocupación se mantiene durante el año entre 80-90 %, se comienza a despegar el turismo internacio-nal hasta alcanzar el 16 %, sobre todo me-diante las ventas a través de internet, expli-ca la directora. Recientemente, el colectivo

recibió las categorías Colectivo Por la senda del triunfo y Eficiente nacional. Al cierre del primer semestre, el hotel creció con respec-to a 2018 y sobrecumplió su plan, en mo-neda total y en eficiencia.

Próximamente, iniciarán las obras en la cafetería Tulipán y continuarán las mejoras en las primeras 60 habitaciones.

ISLAZUL, LA HABANA, EL 500…

El 1ro. de agosto, Islazul celebró su ani-versario 25. Según Raunel González, vi-cepresidente de servicios técnicos en la Organización Superior de Dirección Em-presarial (OSDE) Islazul, las transformacio-nes son a nivel de país. “En La Habana, por el 500 –agrega Cabanes– están en repara-ción capital los hoteles Lincoln y Colina, a la vez que se mejoran otros como el Carib-bean y se trabaja por mantener las casas en Playas del Este”.

Reverdece el Tulipán

“Las acciones han sido dirigidas a mostrar una mejor cara y elevar la calidad de los servicios, en función

de una comercialización superior”, señaló Yanira Hernández Rodríguez, actual directora del hotel.

Cuestión de reconciliaciones

Uno de los accesos al Paseo Flotante. Los otros dos presentaban al

momento de la foto igual número de tablones faltantes.

PARA LA COMUNIDAD

El Tulipán no es elitista ni se cree cosas. Los sábados, a las 11:00 p.m., hay una función gratuita con el payaso Azul, donde se estimula el juego con los niños y los saberes. En el bar mirador, abierto de martes a domingo, de 2:00 p.m. a 2:00 a.m., comenzará de jueves a domingo, el espectáculo Tocando las estrellas, con Vania Borges como anfitriona. Según la artista, “habrá sorpresas y personalidades de nuestra música, en un territorio libre de mediocridad, letra fea y vulgaridad”.