revelación del cielo - … · “adora a dios y disfruta de las personas”. por eso cuando nos...

REVELACIÓN DEL CIELO Autor: Kat Kerr

Traductora: Ainhoa Pérez

Fecha de publicación original: 2007

Descripción breve Dios ha eliminado el velo entre el Cielo y la Tierra. En varias ocasiones durante más de 10

años, Kat Kerr fue llevada por el Espíritu de Dios a visitar el Cielo. Ahora ha recibido el encargo de revelar la verdad en un libro ilustrado. El prefacio (una palabra profética de Dios), fue dictado a la autora por dos ángeles escribas. Gracias a las diez ilustraciones del Volumen I

de “Revelación del cielo”, visitarás el Portal, donde los redimidos en el Cielo van a visitar a sus seres queridos en la Tierra, verás la montaña rusa más grande del Cielo, y visitarás las

guarderías para niños no nacidos o abortados. ¡Y mucho más! Este libro también explica cómo Dios diseñó la Tierra: una sombra o imitación del Cielo. Aparte de detalladas

descripciones de las mansiones que visitó, Kat explica que vio en el Cielo a tres personas que habían fallecido (una de ellas, adolescente), y que esta información impactó a sus familias en

la Tierra. ¡Prepárate para cambiar para siempre y llenarte de esperanza de la Eternidad!

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REVELACIÓN DEL CIELO

Contenido Prefacio ......................................................................................................................................... 2

Introducción .................................................................................................................................. 3

1. El diseño de Dios. La Tierra es una sombra del Cielo ............................................................ 6

2. La vida después de la muerte. Empieza el viaje .................................................................... 8

3. Las huestes angelicales. Personalidades reales .................................................................. 12

4. Amados difuntos. La vida en la ciudad celestial .................................................................. 13

Maurissa, que cumplió su destino en el Cielo ......................................................................... 13

San Valentín ............................................................................................................................ 18

De safari en el Cielo ................................................................................................................. 19

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Prefacio

Una proclamación profética de Dios, dictada por ángeles escribas.

Al que está sentado en el trono, lo alabamos, honramos y damos gloria para siempre, porque ha querido revelar Su casa en el Cielo a los hombres de la Tierra. ¡Alégrate, Tierra, alégrate! Porque el Cielo está a punto de besarte, y cuando lo haga, el Fuego de Su Pasión consumirá a todos los seres vivos. Él dejará para siempre Su marca en los corazones de millones, y Le conocerán como Salvador de ellos. Dad gracias, ciudadanos de la Tierra, de que estáis viviendo en estos días, cuando la Gloria del Señor cubrirá toda la Tierra. Qué magnífica es Su forma de hacer, qué poderosos son los actos de la mano del que está sentado en el trono. En la eternidad cantarán sobre estos días: los días grandes y poderosos antes del fin. ¡Todas las cosas serán sacudidas y restauradas para y a través de los creyentes fieles de Dios!

Preparaos, enemigos del Altísimo, para convertiros en el estrado de sus pies. Nadie escapará de Su Gloria, y no habrá lugar donde esconderse de Su Luz. Él, que ha escogido a esta servidora para que revele las cosas ocultas, las cosas preciosas, y los tesoros almacenados en Su Cielo para aquellos que Le aman y que aman Su venida. Nosotros, Sus fieles escribas, creados por Él en el principio para servir en Su reino celestial y grabar las palabras de aquellos a los que somos enviados; y para entregar y liberar Sus mensajes a aquellos en los que Él confía, agradecemos ser parte de Su plan divino en cuanto a la revelación del Cielo.

Preparaos fieles, que habéis aguantado ante la mucha guerra y devastación del enemigo. Preparaos para recibir gran recompensa, ahora, en esta vida y en la gloriosa vida que vendrá. Estáis a punto de ver liberado el poder de vuestro Dios, y sabréis que Él está al mando.

Mirad, Su fuego viene, resplandeciente, cruzando este mundo, hasta los corazones de los hombres, para apartar la gran oscuridad y recuperar Su creación.

Preparaos hombres y mujeres de Dios, aquellos que velan por las almas de sus congregaciones, a someteros al Espíritu Santo cuando se os pida que abandonéis vuestros planes, planes humanos, y dejéis que Él tome el control en estos momentos. Para los que os rendís, habrá gran aumento en la unción de vuestro ministerio. Para los que no se rindan, vuestro lugar será dado a otro, e incluso algunos dormirán temprano. Preparad vuestros corazones, porque Él tiene que visitar primero a Sus líderes, y entonces al cuerpo de Su iglesia. ¿Seréis todos capaces de alzaros y llevar esta Gloria, o seréis expuestos por lo que viene?

Los cuencos antes el altar están desbordantes, y el velo de la carne ha sido rasgado. ¡Nada ni nadie puede parar lo que está a punto de suceder! Manifestaciones de Su poder con señales, maravillas y milagros ocurrirán en todo lugar. No habrá edificio capaz de contenerlos. Ya no Lo podremos encasillar, ni llevará más ningún nombre humano, sino que unirá a Su Cuerpo verdadero de creyentes y el mundo los conocerá por su amor entre ellos. Preparaos para oír un nuevo sonido: ¡el sonido del Cielo!

Esto es un atisbo de la Eternidad. Preparaos para leer. Preparaos para ser cambiados para siempre. Preparaos gente de la Tierra, porque en el año 2007, Dios va a REVELAR EL CIELO.

¡Amén, amén, amén!

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Introducción

Describir la Gloria del Cielo con simples palabras mortales no es una tarea fácil pero, como el Señor me ha persuadido a hacerlo, lo intentaré.

Dios tiene una “línea de tiempo” que atraviesa la eternidad y ha escogido este tiempo señalado para revelar lo que Él tiene preparado para aquellos que le aman y han aceptado a Su hijo, Jesús, como su Salvador. Me abruma continuamente la gracia y bondad de Dios, por haberme permitido visitar Su reino celestial durante más de 10 años. Aunque nunca pedí ir al Cielo, Él escogió dejarme ir para sus fines.

Las experiencias que menciono en este libro no son sobre mí, ni fueron para mí. Nunca, durante ninguna de mis visitas, supe que un día escribiría un libro. Ese encargo vino cuando Jesús apareció en mi casa y me pidió que escribiera sobre Su casa.

Durante muchos años, me enseñó muchos lugares y cosas fantásticos. Durante muchos de mis viajes al Cielo, fui llevada a las casas de los Redimidos que querían que sus familias supieran cuánto Dios los había bendecido. A veces me enseñaban niños que habían muerto y los familiares con los que vivían en el Cielo. Ningún niño se queda solo.

Nunca había conocido antes a la mayoría de estas personas, ni sabía nada de ellos. En ningún momento hablé directamente con ellos, pero se me permitía observar y oír sus conversaciones. Al volver a la Tierra, podía compartir con sus seres queridos los que había visto, lo cual hacía que el Cielo se viera muy real. Traía gran esperanza y muchas veces desvanecía la pena, al saber que sus seres queridos estaban más vivos en el Cielo de lo que estuvieron jamás en la Tierra. No dejas de existir, sino que es como irse a vivir al lugar más maravilloso, donde todo lo que deseabas te está esperando.

A veces, visitaba lugares que se habían creado sólo para pasarlo bien y entretenerse. Créeme, ¡el Cielo no es aburrido! Si crees que tienes que renunciar a cosas cuando vas al Cielo, estás muy equivocado.

Lo que hace Revelación del Cielo un poco diferente de otros libros que se han escrito sobre el Cielo es que contiene pruebas de que lo que vi, existe de verdad. Verás esto en el capítulo titulado “Amados difuntos”.

Lo más abrumador que puedo compartir sobre el Cielo es estar en la presencia de Jesús. Cuando Él pone su mirada sobre ti, todo se desvanece y eres consumido en Su Gloria. A medida que se acerca, huestes de ángeles van delante de Él declarando su santidad y quedas inmerso en el resplandor de Su belleza. Allí de pie, te baña una paz absoluta, ola tras ola de amor fluye por todo tu ser, y te desmoronas, como le pasó a Isaías (lee Isaías 6).

He visto a Jesús muchas veces antes de ir al Cielo y Él incluso me ha hablado, pero cada vez me conmociona la experiencia de estar en Su gloria. Oro porque tú también algún día estés en Su presencia.

Por favor, sabe que no es mi trabajo convencer a nadie de que las cosas reveladas de verdad existen: ese es el trabajo de mi mejor amigo, el Espíritu Santo, a quien amo profundamente.

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Saber esto me libera no sólo para proceder con el encargo que Dios me ha dado, sino para disfrutar plenamente al hacerlo.

La mayoría de las veces no se me avisó de estos viajes, ni tuvieron lugar cuando a mí me fuera bien. Era sencillamente “tomada” por el Espíritu Santo. Cada acontecimiento que cuente tendrá una pequeña introducción, en la que explicaré las circunstancias especiales que ocurrieran cuando era tomada.

Si me preguntaras cómo reuní los requisitos para ser embajadora del Cielo, me temo que no puedo incluir una larga lista de credenciales “religiosas”. Más bien tendría que decirte que me encanta servir al pueblo de Dios. Lo heredé de mi padre, desde que era una niña.

Mi familia (yo soy una de 15 hermanos, 4 están en el Cielo), aunque no éramos ricos, siempre hemos intentado ayudar a los rechazados, los pobres y los olvidados. Muchas mañanas me despertaba y veía personas durmiendo en nuestro suelo, porque mi padre salía por la noche y traía a personas sin hogar.

Cogía nuestra comida, a veces directamente del fogón (cosa que no siempre sentaba bien a mi madre), y lo daba a otros que no tenían nada. Mi padre de verdad tenía el corazón de Dios por los que sufrían: y mi madre aprendió a interceder y rezar para que recibiéramos más provisiones. Ahora, muchos años más tarde, con 54 años, me encanta ayudar a la gente y he enseñado a mis tres talentosas hijas (Kelly, Kimberly y Kaci) a hacer lo mismo.

También nos enseñaron a ser fieles y a servir en la Iglesia a la que Dios nos había vinculado. No sólo adorábamos y nos relacionábamos allí, dábamos de nosotros y diezmábamos. Quiero mucho a mi iglesia, New Life Christian Fellowship (Hermanos Cristianos Nueva Vida), donde he sido miembro más de diecisiete años. Nuestro pastor y su mujer (de hecho, toda su preciosa familia está involucrada en la iglesia) quieren a las personas también. Nuestro lema allí es: “Adora a Dios y disfruta de las personas”.

Por eso cuando nos pidieron que ayudáramos en Hospitalidad, mi madre y yo dijimos, “Sí”. Esto significa que durante casi seis años ayudamos voluntariamente a decorar, preparar comidas, servirlas y limpiar. Esto hicimos en algunas reuniones semanales y en varios eventos especiales. Algunos de mis viajes al Cielo están relacionados con estos eventos. Otros sucedieron estando en mi casa, aparcada en mi coche, andando en la calle e incluso mientras compraba. He perdido la cuenta, pero siempre que me toman, me quedo impresionada.

NO hay otro lugar como el Cielo. Da igual cuánto lo intentes, tu imaginación y creatividad nunca se acercarán a la del Padre. Hay allí lugares que se parecen a lo que hay en la Tierra, pero algunas de las cosas sobrenaturales harán estallar tu mente mortal. Yo todavía estoy intentando comprender algunas cosas, y el ser una mera persona no lo hace nada fácil. Yo sólo sé una cosa: nadie querría perderse el ir allí, y no hay nada en este planeta que merezca la pena como para perder la oportunidad. Si estás atado por algún pecado que te impediría ir, por favor arrepiéntete y ríndete a Jesús (1 Juan 1:9).

¡Él te ayudará porque Él te quiere! Nada es imposible con Él, da igual lo imposible que te parezca. Él te creó, murió por ti y ahora vive para ti. La Biblia dice: “murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores”.

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¡Nunca te dejará ni decepcionará! No sólo te da vida eterna al aceptarlo como Salvador, sino que te empodera con Su Santo Espíritu para triunfar en tu vida cotidiana. Lee la Biblia y verás que Su sangre ha ganado por ti. Tendremos dificultades mientras estamos en esta Tierra, pero Él puede liberarnos de todas ellas. Él ya ha ganado la victoria para nosotros.

Muchas veces, cuando estoy en silencio, la música, visiones y olores todavía vienen a mí como si acabara de irme de allí. También a veces, cuando estoy dando un paseo, puedo sentir la “brisa del Espíritu” envolviéndome y viene sobre mí el mismo sobrecogimiento que siento cuando estoy en el Cielo. Es como recibir besos desde arriba, recordándome que Él me cuida y sabe dónde estoy. Es difícil vivir una vida normal aquí en la Tierra, cuando sé lo que me espera en el Cielo. ¡Probablemente es bueno que no me preguntaran nunca si quería quedarme!

Quiero que sepáis que he enfrentado muchas pruebas a lo largo de los años, pero nunca tanto como este año pasado. A veces eran casi insoportables e incluso con mi don de fe, me preguntaba si podría sobrevivir la embestida. Pero siempre triunfaba con la ayuda de la Palabra de Dios y la voz del Espíritu Santo.

Aunque había estado en el Cielo y se me revelaron misterios, no me impedía que tuviera que enfrentar los mismos ataques que son comunes a todos nosotros. He aprendido que a través de todo ello Él siempre te mantendrá en paz perfecta. Así que, persevera, adórale, y declara Su grandeza, y el mal huirá a medida que te conviertes en un “sacrificio en forma de adoración” para tu Dios. El diablo no puede soportar estar donde more la presencia de Dios.

Cuando leas, prepárate para sorprenderte, abrumarte y animarte para lo que espera a los que eligen llamar a Jesús su Salvador y así, ¡el Cielo su casa futura!

Doy gracias a mi Padre en el Cielo, a su hijo Jesús, al Espíritu Santo y a los Redimidos que viven en el Cielo, que me permitieron ver sus casas. También, a los dos ángeles escribas encargados de ayudarme en esta etapa de mi vida. Dios les dé gracia para aguantar vivir con un mortal, y la paciencia de trabajar con alguien que muchas veces se pierde, ¡en su propia calle!

NOTA ESPECIAL

Por favor, esperad los Volúmentes II y III, que serán una continuación de mis visitas al Cielo. También vamos a publicar (tal y como ha mandado el Espíritu Santo) una serie infantil basada en este libro, que se titulará Aventuras en el Cielo, cuyo autor será mi hermana pequeña, Jen Voorhees (fecha de publicación no definitiva: nov/dic 2007). Todos los libros (incluidas las versiones narradas) serán traducidas en muchos de los idiomas conocidos, para que todas las naciones puedan glorificar a Dios por su bondad.

¡GLORIA, HONOR Y ALABANZA

A MI PADRE EN EL CIELO,

MI SEÑOR JESÚS Y EL ESPÍRITU SANTO

PARA SIEMPRE!

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1. El diseño de Dios. La Tierra es una sombra del Cielo

Me gustaría empezar explicando lo que Dios me dijo: que la Tierra es una copia del Cielo. En otras palabras, la mayoría de lo que está aquí en la Tierra ya existe en el Cielo. No es un lugar plano en el cielo, flotando por ahí cubierto de nubes con angelitos gorditos que ponen uvas en nuestra boca. Es un “mundo” de verdad: redondo, como la Tierra, ¡sólo que de gigantesco tamaño! Hebreos 8:5 habla de que las cosas de la Tierra son una sombra y un modelo de lo que hay en el Cielo.

Muchas cosas de aquí siempre han existido allí, sólo que ¡perfectas! No hay nada de muerte, ni deterioro, óxido o contaminación. Todo es bonito, casi más de lo descriptible. Las ideas inspiradas por Dios al final entraron en la mente del hombre y fueron entonces inventadas en la Tierra. Todas las cosas “buenas” creadas bajaron del Padre (Santiago 1:17). Es nuestro enemigo, Satanás, que ha pervertido y corrompido las cosas de esta Tierra y utiliza a la gente para fomentar y desear estas cosas malas. No existe el mal ni su influencia, en el Cielo. Hay también muchas cosas en el Cielo que todavía no se han inventado aquí. Sólo utilizamos un pequeño porcentaje del poder de nuestro cerebro, pero en el Cielo seremos ilimitados y la creación será fantástica.

Hay lugares en el Cielo donde de verdad aprendemos a crear. Uno de estos lugares educativos se llama “Laboratorio de creación”, del que hablaré en el Volumen II.

La Tierra y el Cielo operan en dos reinos diferentes. Nuestros ojos físicos no pueden ver el reino espiritual (a no ser que Dios los abra). Pero el reino espiritual puede ver todo de nuestro mundo físico. Esta Tierra opera en un reino físico porque tenemos cuerpos físicos. Sin embargo, dentro de nuestro cuerpo hay un espíritu, que funciona en el Cielo (que es un reino espiritual), de la misma manera que en la Tierra.

Puedes tocar, saborear y oler cosas como en la Tierra, sólo que en el Cielo todos tus sentidos son magnificados. La verdad es que es difícil distinguir si estás en el espíritu o en tu cuerpo, porque todavía tienes los sentidos y experimentas emociones. ¡No te conviertes en un robot! Cuando mueres y vas allí, no te vuelves invisible, capaz de atravesar cosas, ni te conviertes en un ángel.

La palabra de Dios en Hebreos 11:16 dice que el Cielo es una ciudad y un país, como en la Tierra. Hay una ciudad impresionante donde el río fluye desde debajo del trono y otra zona que vi tenía kilómetros de campo. Muchas de las personas que viven allí arriba se refieren a esta zona como el “parque”. Es claramente diferente de la ciudad que visité en el Cielo. El parque es donde puedes ver todo tipo de animal creado jamás: incluso los dinosaurios que pastan en las colinas (todos comen hierba, o por lo menos eso me pareció cuando estaban comiéndola). Hay preciosas praderas, colinas, arroyos, cascadas, árboles y las flores más gloriosas que puedas imaginarte jamás.

Algunas de las flores cambian de colores e incluso hacen música. Muchas personas tienen su propio jardín “secreto” que han diseñado y cuidado, ya sea para disfrutarlo ellos mismos o para dar una sorpresa a un ser querido cuando vaya al Cielo.

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La ciudad, donde están la sala del trono y el río de la vida, es magnífica. Todo refleja la gloria (luz) de Dios, que explica por qué las calles de oro son transparentes, para que reflejen Su luz. Sólo he visto una pequeña parte de allí, pero había personas entrando en edificios y tiendas. ¡El Cielo es muy animado!

Vi diferentes estilos de vehículos transportadores, todos funcionando con “luz” (es la única fuente de combustible, aparte del viento que sopla las velas de los grandes barcos que navegan sobre el mar de cristal). La gente viaja por el Cielo de muchas maneras: transporte aéreo, por el suelo (sí, todavía tienen carruajes y algunos incluso vienen con hiperimpulsor), y por el mar en todo tipo de navíos. Lo que más vi fueron individuos utilizando transporte público en grupos, pero también vi sin duda individuos pilotando o manejando estos vehículos ellos mismos.

Yo sólo he experimentado el viaje “telepático”, con el que “piensas” que quieres ir a algún sitio y estás allí instantáneamente. Quizás no era yo quien lo hacía, sino que sucedía a través de los seres angélicos que me escoltaban. Vi a personas subiéndose a un camino móvil, que es otra forma de desplazarse por el Cielo.

Vi restaurantes, galerías de arte, estadios deportivos, cines e incluso un parque de atracciones. Una de las mejores cosas del Cielo es que no necesitas dinero para comprar cosas. Todo es gratuito, porque te lo dan. Todos tienen encargos, en vez de trabajos, y siempre están relacionados con tu talento particular, con lo cual hacerlo es un placer. No recibes pago por tus esfuerzos, porque el dinero sería inútil allí, porque todo lo que necesitas te lo dan. Así, todas las habilidades y talentos son utilizados para beneficiar a todos.

Algunos de estos lugares, los describiré con detalle en capítulos de este libro y otros, en los Volúmenes II o III. La parte interesante es cómo supe que estas coas y lugares existían. Yo me quedé sorprendida y feliz, igual que tú te sentirás, cuando sepas lo que Dios ha creado para todos los que vivan allí.

Tiene mucho sentido que, si fuimos hechos a imagen de Dios, la Tierra fuera hecha a imagen del Cielo. Hay, sin embargo, muchas cosas y lugares “sobrenaturales” que pondrán a prueba tus cerebros mortales. Yo me quedé tan impresionada, que normalmente no se me ocurría preguntar: “¿qué es eso?”

Tanto el Espíritu Santo como los ángeles me dijeron que el Cielo siempre está creciendo y añadiendo nuevas cosas para nuestro disfrute. Dios quiere bendecir a Su gente y una de las maneras con las que Él expresa amor es creando cosas que te encantarán. Su Palabra declara en Salmos 37:4: “Gozaos en el Señor, y Él os dará los deseos de vuestro corazón”.

Nadie querrá perderse ir al Cielo, y la alternativa, el Infierno (del que hablo en el capítulo 9), ¡no lo desea nadie!

Dios es el Gran Creador, y el Cielo es su casa, así que ¿por qué no iba a ser emocionante y fascinante vivir allí? Rezo que os animéis al saber dónde viven vuestros seres queridos, y algunos de los lugares que están disfrutando. ¡Empezamos el viaje!

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2. La vida después de la muerte. Empieza el viaje

La Palabra de Dios dice: “Estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor”. Esta es una promesa que Dios da a todos los creyentes (los que han aceptado a Cristo).

Este capítulo explicará lo que ocurre a alguien desde el momento en el que mueren, y su espíritu abandona el cuerpo, y la Tierra ya no los puede retener. Primero, hablaremos de lo que ocurre a alguien que ha aceptado a Jesús como su Salvador, e irá al Cielo. Luego, hablaremos de lo que ocurre a alguien que rechazó a Cristo e irá al Infierno.

Sea lo que sea que los ha traído a este momento, ya sea muerte natural en edad avanzada, una enfermedad o un accidente, siempre es lo mismo. Cuando das tu último aliento y tu espíritu empieza a dejar tu cuerpo, empezarás a sentirte ligero y flotarás hacia arriba. Si miras hacia atrás, verás tu cuerpo sin vida. Si hay otras personas en la habitación o zona donde está tu cuerpo, también podrás verlos y oír sus comentarios. No puedes comunicarte con ellos, porque has dejado tu cuerpo físico, y ahora eres un cuerpo espiritual que entra en el reino espiritual. Sí, todavía te importan los que dejas atrás porque les quieres, pero ahora entras en la promesa preciosa de Dios: estar con Él. Un amor inconmensurable borrará toda ansiedad o miedo de la muerte que pudieras sentir, incluso momentos antes.

Si estabas enfermo, herido o con dolor antes, ahora verás que todos esos síntomas se han ido totalmente y que te sientes fenomenal. También, si eras muy mayor, ahora vuelves a ser joven porque la edad no tiene efecto en tu espíritu eterno. La vida de Dios ahora fluye adentro de tu ser. No tendrás miedo, porque la paz de Dios ahora se convertirá en tu compañero constante. En este punto, algunas personas todavía no se dan cuenta siquiera de que han muerto, porque todavía tienen sus sentidos y pueden tocarse. Les resulta difícil comprenderlo. Todavía intentan comunicarse con otros que pasan por su lado y se preguntan por qué no responden.

Si no están ya presentes, los ángeles aparecerán para escoltarte en tu camino al Cielo. Son seres magníficos que todavía relucen por venir del reino celestial. Siempre saben tu nombre, y normalmente te aseguran que todo irá bien. Nadie tiene que buscar el camino. Si es un niño o un bebé, son llevados en brazos por los ángeles. Nunca experimentan miedo o tristeza, sólo un amor enorme. No hay un “quedarse por ahí” o un esfuerzo para “ir al otro lado”.

El espíritu de nadie puede quedarse en la Tierra mucho tiempo. Hay muchas maneras de ser llevado al Cielo, incluso carruajes. Si Jesús viene a escoltar a algún individuo, pueden subir en el carruaje del Señor. No es lo habitual, pero a veces tus seres queridos pueden verte irte o ver los seres angelicales que han venido a escoltarte.

Una de las maneras habituales de llevarte al Cielo, si es donde vas a quedarte, es con un vehículo. Estos vehículos pueden ser de muchos tipos, así que no todos tienen que ser como el que vi hace dos años cuando vi a alguien subirse a uno. No sólo pude ver la nave, sino también los dos ángeles que escoltaban a la mujer. Tenía un aspecto increíblemente hermoso y joven, a pesar de que yo sabía que era muy mayor cuando murió. Este vehículo, como se ve en la ilustración, se parecía un poco a un teleférico, pero sin cables.

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La parte inferior estaba hecha de una sustancia sólida que parecía peltre pulido. Paneles para decorar en ambos lados de las puertas eran de oro, como también lo era el embellecedor que recorría la parte inferior de los dos extremos de la nave, y alrededor de todo el borde inferior. La luz que emanaba de los lados, así como de debajo de la nave, era blanco brillante con reflejos de azul. Quizás esta es la luz brillante que mencionan algunas personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte.

La parte superior del vehículo es como cristal. De hecho, puedes ver lo que hay al otro lado. ¿Puedes imaginar que emocionante tiene que ser cruzar el universo viéndolo todo de camino al Cielo?

Normalmente entras por el lateral de la embarcación subiendo unos escalones que aparecen de la nada y no tienen medio visible de soporte. ¡Qué sobrenatural es eso! Me dijeron que a veces suben a la gente a través de la entrada inferior (que yo no vi).

A veces los ángeles pilotan estas embarcaciones, pero normalmente hay gente escogida para este cargo antes de morir. Pasan a ser pilotos del Cielo, no porque tengan experiencia anterior de vuelo, sino por su amor hacia las personas. Tienen una habilidad natural para calmar a las personas y compartir cosas sobre la nueva casa a la que van.

Los pilotos del Cielo son el primer contacto que los individuales tienen con el Cielo, y por eso tienen que ser personas que Dios confía que les demostrarán cuánto les ama y les importa. Es un gran honor, ser escogido para esta tarea. En el Volumen II de Revelación del Cielo, contaré una historia sobre uno de estos individuos.

Fue verdaderamente increíble poder ver cómo se cerraba uno de estos vehículos. Todos los ángeles que escoltan estos vehículos llevan túnicas blancas con cinto morado en la cintura, y color morado en los puños y el dobladillo. También llevan cintos morados estrechos en la cabeza. Po lo menos uno de ellos lleva una espada. Cuando embarcas, el vehículo sale y continúa por la atmósfera a velocidades que sólo puedes imaginar, hasta llegar al tercer cielo.

Cuando el vehículo para, te escoltan para salir y te dejan al cuidado de otros ángeles y/o las personas cuyo trabajo es recibirte en el Cielo. Muchas veces Abraham estará allí para recibirte. A veces las puertas serán visibles desde el lugar en el que desembarcas, pero a veces pueden

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estar a cierta distancia. Tu familia y amigos que ya viven en el Cielo correrán a recibirte. Hay mucha alegría y celebración cuando llegas. Normalmente, cruzas las puertas y eres llevado inmediatamente a tu casa, que ha sido preparada con esmero para ti. Todo lo que siempre has deseado de arquitectura, estilo o decoración ha sido tenido en cuenta para agradarte. Incluso el paisaje en tu propiedad es adecuado a tus gustos.

Si tenías mascotas en la Tierra que eran especiales para ti, también te estarán esperando (recreadas por tu Padre que te ama). Entonces te dan tiempo para celebrar y alegrarte con amigos y familia.

Todo este tiempo, estarás impresionado por la presencia de Dios y la belleza por el simple hecho de estar allí y experimentar las vistas, sonidos y aromas. Sentirás que verdaderamente has llegado a casa. Justo cuando crees que no podría ser mejor, ¡viene Jesús! Y eres llevado a la sala del trono donde los Redimidos y los ángeles adoran y celebran juntos. La adoración puede ser cantar, bailar y postrarse ante el trono. Muchas veces Jesús baila con su gente. Todos quieren tocarle. A veces se celebra, y a veces se postran ante el Rey de Reyes. De camino al trono, te dan la bienvenida todos los que vas viendo al pasar. A medida que te acercas al trono, el resplandor del Padre empieza a abrumarte.

Los seres creados, con ojos por todas partes, proclaman continuamente Su santidad (Apocalipsis 4). Apenas puedes soportar contemplar la gloria del Padre mientras te declara Su amor por ti. Fuego y rayos salen de Su presencia y reverencia inunda el trono. Todos se giran a ver mientras eres bienvenido a casa.

Justo cuando crees que vas a derrumbarte por el peso de la gloria, Dios te extiende la mano y te abraza contra Él. ¡Nunca has experimentado tanto amor y aceptación! Todas tus ideas preconcebidas sobre cómo es Dios son lavadas y apartadas por el torrente de amor que te atraviesa. Es amor incondicional, y tú finalmente conoces la pasión que había en Su corazón cuando envió a Su Hijo a la cruz por ti. ¡Te sientes completo!

Una vez que el tiempo de comunión con la divinidad ha terminado, tus familiares y/o amigos te llevan a hacer un largo recorrido por el Cielo. Visitas todos los lugares maravillosos que el Padre que te ama ha preparado para tu disfrute. Le gusta mucho que disfrutes.

Ahora, describiremos lo que ocurre con alguien que muere sin aceptar a Cristo como su Salvador. Al principio, experimentarán las mismas sensaciones exactamente que la primera persona, pero eso empieza a cambiar casi inmediatamente. Ellos tampoco volverán a estar enfermos, mutilados os viejos. Como he mencionado antes, el espíritu de todos es eterno, y una vez que dejas tu cuerpo físico, da igual en condición esté, tendrás un espíritu perfectamente formado.

Pronto empiezas a sentir la presencia siniestra que viene a buscarte y entonces, de repente, aparecen demonios y te llevan con sus manos que parecen garras. El horror te llena cuando el hedor de la muerte llena la habitación. No puedes defenderte, porque Satanás ahora te posee. Da igual cómo pelees o grites, nadie vendrá a ayudarte. Tu familia y/o amigos no te pueden ver u oírte e incluso si pudieran, les sería imposible evitar lo que está a punto de pasar. Cuando rechazas a Cristo, pasas a ser propiedad del infierno cuando mueres. Empiezan a tirarte hacia abajo hasta que todo desaparece en la oscuridad. Empiezas a sentir el calor y oír los gritos y gemidos de las almas agonizantes.

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Aunque tu espíritu estaba completo cuando dejaste tu cuerpo, no seguirá así mucho tiempo. El infierno es también un reino espiritual, y porque ahora eres un ser espiritual, sentirás cada forma de tortura que tienen. Cuando entras en la boca enorme del submundo, otros demonios empezarán a gritar alegres mientras empiezan a mutilar tu ser. El dolor y agonía es real, y el miedo predomina cuando tu mente empieza a darse cuenta de lo que te ha pasado. Todo este tiempo, el calor abrasador te quema, y todo horror que hayas imaginado jamás se ha vuelto real.

No habrá contacto con ningún otro ser humano, más allá de los sonidos de gritos e insultos hechos por los condenados. Nunca volverás a comer ni beber de nuevo, aunque sí experimentarás continua inanición y deshidratación. Nunca volverás a conocer descanso o paz, sólo extremo agotamiento y puro terror. Tu mente alcanzará el borde de la locura, pero nunca podrás llegar a ese punto. NO hay escapatoria. Estás allí por la elección que has hecho, no porque Dios te rechazara. Permanecerás en el infierno hasta el final del reino de los mil años de Cristo en la Tierra. Entonces el infierno entregará los muertos malvados e irán ante Juicio del Gran Trono Blanco, donde recibirán su lugar eterno de castigo (llamado la segunda muerte), que es el lago de fuego. Dios es misericordioso, pero el pecado no puede entrar en Su presencia ni vivir en el Cielo porque Él es SANTO. Si no recibes a Cristo como tu salvador, tu nombre no estará escrito en el Libro de la Vida, y serás lanzado al lago de fuego. Asegúrate de que sabes adonde estás destinado antes de morir. Porque después de la muerte será demasiado tarde.

¿Sabes tú adónde irás?

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3. Las huestes angelicales. Personalidades reales

Este es uno de mis temas preferidos, porque los ángeles son muy reales para mí. He visto muchos ángeles a lo largo de los años y la variedad nunca deja de sorprenderme. Te advierto, sin embargo, que recuerdes que Satanás puede tomar la forma de “ángel de luz”, como dice 2 Corintios 2:14. No es inteligente llamar ángeles hacia ti, porque esto puede ser utilizado por el enemigo para engañarte. Todos los ángeles con los que he tenido contacto fueron enviados por el Padre. Nunca pedí que se me aparecieran. Muchos de los ángeles que he visto, eran fuertes y musculares, especialmente los ángeles guerreros y los ángeles guardianes. Los ángeles guerreros son fuertes, plenamente capacitados y ferozmente decididos a cumplir su tarea contra el enemigo. Son defensores y protectores, capaces de hacer frente a cualquier ser demoníaco. Se toman su trabajo MUY seriamente.

Los ángeles no funcionan como robots, aunque son comprometidos y férreos en su dedicación y amo por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, no tienen emociones, sentimientos y opiniones sobre nosotros. Para la mayoría de ellos somos algo incomprensible, y se preguntan por qué hacemos las cosas que hacemos y a veces actuamos como si Dios no existiera.

Algunos ángeles que están asignados a la Tierra para este tiempo, tienen una altura de tres metros y algunos hasta de seis metros. Son ángeles extremadamente poderosos, que están reservados para los últimos tiempos (como se menciona en el libro de Apocalipsis) y tienen un tamaño inmensurable.

Dios manda ángeles a la Tierra, como dice Hebreos 1:14, para cuidar a “los que heredarán la salvación”. Algunos de los más especiales son los ángeles guardianes que te son asignados desde el nacimiento (Mateo 18:10). Su tarea principal es protegerte y guardarte del mal e informar al Cielo sobre tu crecimiento espiritual. Cuando progresamos bien, se alegran mucho, pero si hacemos lo contrario, se entristecen.

Los seres angelicales pueden y de hecho cambian su aspecto para parecer un humano (Daniel 10:16), y muchos han estado entre nosotros sin nosotros saberlo. Como son seres espirituales y no físicos, pueden también aparecer y desaparecer. Siempre, su mayor deseo es agradar al Señor en todo momento. Y, porque a Él le importamos, utilizan todo poder que se les ha adjudicado para cumplir su misión.

En el Cielo, una de las jerarquías angelicales son los serafines, que de verdad emiten fuego. Funcionan muy próximos al trono y por eso reflejan y llevan consigo la gloria de Dios. El libro de Isaías, en los capítulos 5 y 6, revela este ser celestial y cómo Dios los utilizó para purificar los labios del profeta con ascuas de fuego.

Luego están las criaturas vivientes, que están recubiertas de ojos, incluso bajo sus alas (Apocalipsis 4:6). Están de pie en las cuatro esquinas del trono y continuamente proclaman la santidad de Dios.

Los ángeles, a menudo reciben formación para acontecimientos especiales o movimientos que Dios ha planeado para la Tierra, y ahora hay una enorme actividad angelical aquí en la Tierra. Como se decía en el Prefacio, ¡Dios está a punto de hacer una obra impresionante aquí!

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4. Amados difuntos. La vida en la ciudad celestial

Casi todos hemos experimentado alguna vez pena por la pérdida de un ser querido. Te abruma y te deja un gran vacío en tu vida. No puedes sustituirlos por más que lo intentes a veces. Sólo Jesús puede sanar y llenar ese lugar. Lo que más ayuda es saber que están en el Cielo y que algún día los veremos otra vez. Espero que las historias que escribo a continuación te animarán a saber que EL CIELO ES REAL. Cuando vas allí, tu vida no para. ¡EMPIEZA! Si pudieran volver, te dirían: “estoy en casa”. Por favor, cree que Dios cumple Su Palabra: viviremos porque Cristo vive.

Este es uno de los capítulos más emocionantes en este libro, porque leerás sobre personas reales que murieron, qué están haciendo y cómo saber esto impactó las vidas de sus familias cuando lo compartí con ellos. Todas las familias involucradas me han dado su permiso.

Todos estos viajes que hice al Cielo fueron bajo en diferentes circunstancias, y contaré cada historia exactamente como sucedió. He hecho otros viajes y he visto otras personas en el Cielo, pero los reservo para el Volumen II. En esta ocasión, nos centraremos en tres acontecimientos diferentes.

Maurissa, que cumplió su destino en el Cielo

Este acontecimiento en particular ocurrió en febrero de 2001, y aunque yo había estado en el Cielo muchas veces, este viaje siempre ocupó un lugar muy especial en mi corazón. Demuestra la inconmensurable misericordia de Dios, y cuánto le importamos. Empezaré explicando las circunstancias alrededor de este acontecimiento. Mi madre y yo acabábamos de preparar y servir en una conferencia de cuatro días en nuestra iglesia, y estábamos muy cansadas. Al día siguiente recibimos una llamada de la iglesia, pidiéndonos un favor de parte de la mujer del pastor. Ella quería saber si podíamos ir a limpiar la casa de una mujer (llamada Ester), que acababa de alojar a familiares de fuera de la ciudad durante varios días para asistir a un funeral. Mi madre recibió la llamada, y aunque estábamos cansadas, dijo que atendería la solicitud.

Habíamos oído que alguien joven había muerto recientemente en un accidente de esquí, pero no sabía nada más. Ella no asistía a nuestra iglesia, ni hicieron allí su funeral. Al parecer, esta mujer, Esther Zink, tenía relación con esa persona joven. Ahora compartiré lo que ocurrió mientras limpiábamos la casa de Esther.

Llegamos sobre las dos de la tarde, y empezamos a sacar el polvo. Tras unos minutos de estar en la casa, el Espíritu Santo empezó a hablarme. Esto es lo que me dijo: “Mira, su tatarabuelo la fue a buscar a las puertas cuando ella llegó”. Le pregunté de quién me estaba hablando y Él dijo: “la chica joven que ha muerto hace unos días, la nieta de Ester. Quiero que digas a su madre, Melodee, este mensaje porque está sufriendo por ella. Maurissa está ahora viviendo con su tatarabuelo porque, por supuesto, es demasiado joven para vivir sola. Él la está llevando a sitios donde se lo pasa de fábula.

(Un instante después yo estaba en el Cielo)

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Oí una risa fuerte, alegre, y entonces la vi. Tenía el pelo por los hombros, rubio rojizo, y mostraba una gran sonrisa. No estaba segura de su edad, quizás el principio de la adolescencia. Iba de la mano de un hombre joven con el pelo castaño (aunque era su tatarabuelo, no te quedas viejo cuando vas al Cielo). Parecía que tenía unos 25 años, y estaba muy contento por la aventura que les esperaba. Maurissa, llena de alegría, parecía apenas capaz de controlarse, sabiendo adónde la llevaba. Ella también estaba con otra chica joven, bastante mayor que ella, que tenía el pelo largo, liso, rubio. No se me reveló quién era esta tercera persona, pero Maurissa estaba muy contenta de que ella estuviera con ellos. Vi a los tres bajando por un bonito camino ancho. Las flores eran impresionantes, cada color que podías imaginar y cada pétalo era perfecto. Nunca antes había visto flores así.

Sentí admiración recorriendo mi cuerpo cuando me di cuenta de que nos acercábamos a un parque de atracciones. Había muchos árboles altos a ambos lados del camino y lo lejos se veía una gigantesca montaña rusa. Se oía a la gente gritar y reír cuando los coches de la montaña rusa caían en picado por una pendiente de unos 30 metros.

(El Espíritu Santo me dijo más tarde el nombre de esa montaña rusa era “Fugaz” (traducido del inglés “The Rush”).

(Tan rápido como fui tomada, volví a la Tierra).

Estando todavía delante de la repisa de la chimenea, el Espíritu Santo me dijo: “Estar con Maurissa es un gusto. A todos les gustaba, y estaba llena de vida y de energía. Siempre tenía una actitud positiva, y era una bendición para su madre y sus amigos. Todos la echan mucho de menos. Por favor, di a su madre que ella es ahora una animadora increíble, y que la animará a alcanzar el destino que he planeado para ella”.

Él entonces me dejó oír las palabras que su madre había dicho: “No puedo creer que se haya ido. Su vida ha terminado y nunca llegó a cumplir su destino. ¿Qué haré sin ella? Quiero saber que está bien. ¡Quiero que sepa que la quiero!

Entonces el Señor dijo: “Tu hija escogió quedarse porque sabía que contribuiría más en el Cielo. Por favor, di a todos que yo no tomé a tu hija, pero sabía que vendría temprano y que su destino se cumpliría en el Cielo. Ahora es líder juvenil (la edad no importa aquí, Yo juzgo según el corazón de la persona), y está a cargo de organizar la contribución de los jóvenes en la celebración de las Bodas del Cordero. Es un gran honor para ella, pero sé que hará un trabajo fabuloso. No descuidará ningún detalle e incluirá a todos los jóvenes para que todos los pasen bien y nadie quede apartado. Tu hija tiene un corazón muy GRANDE. ¿Por qué iba a escoger a otra persona para este trabajo? Ella ha aceptado la tarea y va a llevarla a cabo, como suele hacer, dando un 150% de sí misma. Te quiere profundamente, y sabe que tú sientes lo mismo por ella. Pero te pide que la dejes ir ahora que ella puede cumplir su destino.

Ella dijo que cuando te vea otra vez, te besará en ambas mejilla y te dirá todo lo que le ha ocurrido aquí, y se asegurará de no dejarse nada. Ella siempre ha disfrutado hablar contigo y estar con sus amigos.

Ella era amiga de todos, y sigue siéndolo aquí. Tu personalidad no cambia cuando vas al Cielo, sino que florece y se hace más pronunciada.

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Maurissa vive en Mi presencia ahora y me encargaré de que la cuidan y no está sola. Puedo darte gracia para que te ayude, si Me la pides. Puedo sanar la herida, si Me dejas. Nunca te quitaré el recuerdo de ella, porque es demasiado preciosa para ti, pero puedes andar en Mi paz y Yo te la daré ahora mismo. Confía en Mí. Búscame, porque es Mi deseo acercarme a ti y mostrarte Mi amor por ti. Nunca tengas miedo de decirme algo. Tus palabras son importantes y siempre me pararé a oírte. Tú también tienes un destino que cumplir y ahora tienes una fiel animadora aquí para arraigarte en él y cumplirlo. Te enviaré otros niños que necesitarán ser amados desesperadamente. No los rechaces, porque tu amor marcará una gran diferencia en sus vidas y destinos. Quizás sea la única forma de Mí que conozcan. Te quiero, hija Mía”.

Tras experimentar todo esto, llamé a mi madre desde la otra habitación y le expliqué lo sucedido. Entonces llamé a la iglesia para informar a alguien de lo que había oído, y para pedir el número de teléfono de la madre de Maurissa, Melodee. Quedamos y le di el mensaje. Después de anotarlo todo, fui en coche hasta un centro comercial de allí y nos vimos. Mientras le leía el mensaje, se puso pálida y parecía bastante impactada. A continuación sigue lo que me dijo cuando hube terminado de darle el mensaje.

Riendo y llorando al mismo tiempo me dijo: “No hay forma posible de que tú pudieras saber esto. ¡Imposible! Nunca nos hemos visto y tú no fuiste al funeral”. Cuando le pregunté a qué se refería, dijo: “Yo sé que todo lo que me has dicho es verdad, y sé que viste a mi hija en el Cielo. Lo sé, porque el día que volvía a casa de la estación de esquí, estuve mirando por su habitación y encontré algo. Era un diario que mi hija había tenido en 1995 (tenía 13 años cuando murió en el 2001). Cuando me senté a leerlo, Dios me guió hacia una página del diario con fecha del 3 de octubre de 1995, donde ella había escrito sobre un sueño que había tenido la noche anterior. Dijo que había soñado que moría temprano, y que iba al Cielo temprano, y allí veía a su tatarabuelo, y se montaban en una montaña rusa”.

Después de decirme esto, siguió hablándome de su hija Maurissa. Ella era exactamente como yo la había descrito: delgada, de pelo rubio rosado, y que de hecho había sido animadora en su escuela. También me dijo que Maurissa era muy popular y que siempre quiso ser líder juvenil cuando fuera mayor. Había influido en tantas vidas, que fueron autobuses de dos escuelas a su funeral. Cientos de personas vinieron y muchos decidieron aceptar a Cristo. ¡Maurissa era una chica muy especial!” Seguí hablando con

Melodee y le expliqué las otras cosas que sabía del Cielo. Entonces recé por ella y volví a casa. Me sentí muy bendecida al saber que Dios me había usado para ayudar a Melodee en un momento difícil.

Declaración de Melodee Nobles, madre de Maurissa.

13 de marzo de 2007

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Después de perder a mi hija única, Maurissa, en el 2001, me encontré buscando respuestas. Estaba intentando encontrar paz y consuelo en medio de los peores días de mi vida. Estaba atravesando lo que yo llamo el pozo de la pena. De verdad, hubiera hecho cualquier cosa por ver a mi niña otra vez. Necesitaba tocarla, sentirla, olerla, cualquier cosa que consolara la pérdida de su cuerpo físico. Sentía con mucha intensidad la pérdida de su carne. Había días en los que le decía a mi marido: sé que suena mórbido, pero la echo tanto de menos, ¡que quiero sacarla de bajo tierra y abrazarla! Iba a su habitación, me tumbaba en su cama (y escondía mi grito y el llanto en la almohada).

Poco después de la muerte de Maurissa, mi madre me llamó para decirme que una intercesoa de la iglesia había recibido una visión del Señor para mí en relación con Maurissa y su muerte prematura. Mi primera reacción fue de escepticismo. Había crecido en la casa de un pastor, y empecé a cuestionar si esto venía de Dios o era de alguien que quería allegarse a la familia del pastor.

Me encontré con Kathy después del trabajo una noche, en la puerta de J.C Penney’s, e inmediatamente sentí la presencia consoladora de Dios cuando se iba acercando hacia mí. Dijo que quería darme un mensaje en persona. Dentro de este mensaje había pequeños “besos del Cielo” que Maurissa y Dios Padre me enviaban a través del consuelo del Espíritu Santo. Ella dijo cosas en este mensaje que sólo Maurissa podía saber. Kathy no me conocía, ni a mi familia o a mi hija. Cuando Maurissa era pequeña, me solía besar en las dos mejillas antes de dejarla en la escuela. En su mensaje, Kathy escribió “y cuando te vea otra vez, mami, te besaré en las dos mejillas”. Otro beso del Cielo fue que cuando Kathy anotó el mensaje del Señor para mí, le dijeron que lo imprimiera en tinta azul. Ese era el color preferido de Maurissa. Su color de animadora, el color de su habitación y todo lo que habíamos hecho para su servicio de despedida era en tinta azul. Otro beso significativo era que no había forma posible de que hubiera sabido sobre el sueño que Maurissa había escrito en su diario en octubre de 1995. Ella escribió que había muerto temprano, había visto a su tatarabuelo en el Cielo y montó en una montaña rusa. Estas palabras eran muy parecidas a las que Kathy había dicho al principio del mensaje, y una prueba innegable de que Kathy recibía mensajes desde el Cielo.

La muerte no es el plan de Dios. Su plan es que tengamos vida eterna y vida en más abundancia. No es Su deseo, ni nos castiga y por eso deja que nuestros seres queridos sean alejados de nosotros. Te puede enviar “besos desde el Cielo”. El mensaje de Kathy empezó mi camino de recuperación. Ahora puedo vivir con esta pérdida y continuar el plan de Dios para mi vida, para que el destino de mi hija pueda, y lo será, cumplido. He tenido muchos sueños y visiones de mi hija, Maurissa, y me ha abierto los ojos a un mundo espiritual donde hay pleno gozo! Kathy y yo hemos tenido muchas conversaciones sobre el Cielo, y cuando le cuento cosas, muchas veces ella ya sabe lo que se me ha revelado.

También estoy escribiendo un libro sobre esta etapa de mi vida. Compartiré cómo Dios me ha enseñado a entrar en su paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento. Os animo a entrar en Dios. Hay un delgado velo entre esta Tierra y el Cielo. Nuestros seres queridos están más vivos que nosotros en esta Tierra, y un día será revelado a los que creen. No puedo imaginar superar esto sin la esperanza de ver a Maurissa otra vez. Ella era todo para mí, además de Cristo, y he cambiado totalmente mi visión de la eternidad desde esta experiencia. De verdad, podemos estar tan enfocados en lo divino que podamos hacer bien en la Tierra.

Melodee Nobles (madre de Maurissa)

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Declaración de Esther Zink, abuela de Maurissa

17 de marzo de 2007

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Kathy Kerr llegó a nuestra casa en un momento de crisis, la muerte de nuestra nieta de 13 años, Maurissa Dawn Martin. No hemos superado la emoción de lo sucedido siete años después de su partida al Cielo. Tras asistir a tres clases de “Compartir el duelo”, leer y ver todo libro, vídeo, DVD sobre la muerte, recibir muchas llamadas de aliento, tarjetas y oraciones de nuestros familiares y amigos (el cuerpo de Cristo), descansamos en SU PAZ!

La mujer de nuestro pastor llamó a los Kerr para ver si podían venir a limpiar nuestra casa para bendecirnos. Fue la madre de Kathy Kerr quien cogió el teléfono y le dijo a Sharon que les gustaría ayudar.

Mientras Kathy y su madre estaban limpiando nuestra casa el viernes después del funeral, Dios habló a Kathy sobre Maurissa y su tatarabuelo, que estaba ya en el Cielo esperando su llegada. Dios incluso le dijo sus nombres y otros detalles que sólo Dios podía haberle revelado. Mientras ella estaba sacando el polvo de la repisa de la chimenea, Dios de repente la llevó al Cielo y vio a Maurissa y a su tatarabuelo bajando por un camino hacia un parque de atracciones. Ella sabía que Maurissa tenía el pelo rubio rosado, y que llevaba ropa azul y blanca. Pronto Kathy nos contó esta experiencia de palabra y por escrito.

Dos visiones que Kathy tuvo después eran todavía mostraban aún con más detalle lo que Maurissa estaba haciendo en el Cielo. Las flores burdeos y doradas, las canciones de cuna, los mensajes verbales eran sólo algunos de los detalles destacables que nos permitían saber que Kathy decía la verdad, y sólo Dios podía haberle dado este conocimiento detallado sobre nuestra nieta. Y saber que no había conocido nunca a Maurissa hacía que sus mensajes desde el Cieo para nosotros fueran todavía más milagrosos. Necesitabamos desesperadamente oír sus palabras. Cada visión que Dios le permitía compartir con nosotros procedía sin duda de la sala del trono del Cielo.

Nunca habíamos conocido a Kathy antes. Ella era una absoluta desconocida para nosotros. Pero cada vez nos ascendía a lugares celestiales, cuando leíamos sus visiones de Maurissa en el Cielo. Si bien antes había dudado de las visiones sobre el Cielo, ahora era lo creía totalmente. Kathy Kerr ha hecho que quiera escribir sobre mis experiencias cercanas a la muerte. Ella oye de verdad a Dios en el Cielo porque me ha bendecido para recibir inspiración, sanación y victoria. Podemos esperar tranquilamente a ver a Maurissa y todos nuestros seres queridos, que han partido a casa antes que nosotros.

Kathy hace mucho más por Dios que nadie que conozca. Da de comer a los hambrientos, aloja a los vagabundos, ha ayudado voluntariamente durante años para cocinar y limpiar para las reuniones en la iglesia, y es una de las servidoras de Cristo más hospitalarias que he conocido en mis 66 años de vida en la Tierra. Sin los mensajes que Dios le ha dado de Maurissa en el Cielo para nuestra hija, no hubiéramos avanzado tanto como hemos hecho en el proceso de superación del duelo.

Madre de Melodee y abuela biológica de Maurissa, Esther Laurel (Owens) Zink

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San Valentín

Era lunes, 14 de febrero de 2005, y mi madre y yo estábamos en la iglesia, preparando un desayuno par la reunión tutorial internacional. Estaba decorando las mesas y cogí unas rosas rojas de tallo largo que habíamos comprado para hacer un centro de mesa. En ese momento, oí al Señor decir: “Quiero que des algunas rosas a Vickie y le digas que son de su marido para el Día de San Valentín. Él la echa de menos y quiere que sepa que todavía la quiere mucho”.

Inmediatamente me giré y bajé por el pasillo (sabía que Vickie trabajaba en la oficina de la iglesia). De repente, los Cielos se abrieron y vi a Jesús jugando al golf con John, el difunto marido de Vickie. Me quedé de piedra, porque me costaba creer lo que veía: “¿Hay golf en el Cielo?”, pregunté. Pero no me respondieron. Jesús y John llevaban túnica corta y pantalones amplios. (En un capítulo posterior explico que no llevas batas y túnicas todo el tiempo, normalmente sólo para reuniones sociales, y en la sala del trono). Me di cuenta de que ya no estaba en la iglesia, sino que estaba en el Cielo.

El campo en el que estaban jugando era muy bonito. Cada hoja de hiera y cada hoja de los árboles era perfecta. No sé quién iba ganando, pero sin duda lo estaban pasando bien. Era un campo de 18 hoyos, completado con un 19º hoyo amistoso para después del partido. Me quedé allí mirando y Jesús dijo: “Este es el jardín trasero de John, su campo de golf particular, algo que deseaba mucho. Ven y te enseñaré su jardín de delante”. Lo que me esperaba me iba a dejar sin habla, porque a continuación me encontraba en una terraza muy elegante que daba al agua (hay un mar de cristal que sale de la sala del trono y cubre todo el Cielo). No sé de qué material estaba hecha, pero era muy dura, como hormigón decorativo. Tenía unos estampados intrincados sobre su extensa superficie.

Había gente que llegaba en barco a visitar a John y jugar con él al golf. Los barcos, de varios colores, no hacían ruido ni emitían mal olor porque eran propulsados por luz. Era una escena muy agradable, ver a John acercarse a dar la bienvenida a sus huéspedes.

Había bonitas marquesinas que salían de su casa y formaban una entrada magnífica. Parecía un estilo “griego”, igual que el mobiliario de dentro de la enorme casa. Era muy masculina, y a la vez acogedora. Se habían esforzado mucho en escoger sólo lo mejor para esta casa. De verdad te dan lo que tu corazón desea.

John se acercó y le oí decir a algunos invitados: “ojalá Vickie pudiera ver esto. La bendeciría mucho. Pero lo que realmente quiero que vea es su propia casa. ¡Es mucho más grandiosa que la mía y se lo merece!”

En un abrir y cerrar de ojos, estaba de vuelta en la iglesia, todavía andando hacia la oficina para dejar las rosas para Vickie. Me moría de ganas de contarle lo que había visto.

Cuando llegué, Vickie estaba en una pausa, así que dejé las flores con una nota detallada. Me llamó más tarde, y me dijo entre lágrimas cuánto le hubiera gustado a su marido jugar al golf, pero nunca pudo permitírselo. Dios tuvo la gentileza de preparar esta maravillosa sorpresa para su marido cuando fue al Cielo, y luego hacérselo saber a Vickie. Esto la bendijo mucho y lo más especial es que, creo que este era el primer día de San Valentín sin él.

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Declaración de Vickie d’Elia

26 de marzo de 2007

Durante los primeros minutos después de que me hablaras de la visión que habías tenido de mi marido John (o Johnny, como yo lo llamaba), estuve pensando. Me dije que, si me hubieras dicho que le habías visto jugando al billar o a los bolos, lo hubiera reconocido inmediatamente porque jugaba bien a los dos. Entonces el Espíritu me hizo darme cuenta de que siempre había querido jugar al golf. En sus últimos años, siempre miraba los torneos de golf en la televisión, leía artículos sobre golf, e incluso trabajó media jornada con una empresa proveedora para golf. Johnny había aprendido mucho sobre el juego. Decía: “Uno de estos días voy a ir a clases de golf”, pero económicamente no nos lo podíamos permitir, y por tanto nunca cumplió ese sueño antes de morir.

Lloré después de que me hablaras del Cielo, porque vi que Johnny había recibido un deseo de su corazón. No sólo estaba jugando al golf, sino que tenía su propio campo de golf. Qué maravilloso es Dios por dejarme conocer los regalos que dio a Johnny y la bonita casa en la que ahora vive.

Las rosas que dejaste para mí fueron otra clave para identificarlo, porque siempre que me compraba flores eran American Beauty de tallo largo. En vez de una docena, me daba once, porque decía que yo era la 12ª American Beauty (belleza americana). Me emocionó muchísimo recibir esas rosas en ese momento en particular, porque no sólo era el día de San Valentín, sino que el primer aniversario de la muerte de mi marido era el 12 de febrero.

Dios sabía lo importante que era para mí oír hablar del Cielo y saber que todavía me quería y no me había olvidado. Me ayudó a darme cuenta de que la vida no termina cuando nos vamos de aquí; ¡que es sólo el principio del resto de nuestra vida!

De safari en el Cielo

Mensaje para Patricia Sweeting con respecto a su marido, Gerald Sweeting, que fue al Cielo el 12 de agosto de 2005.

Estaba ocupada buscando información cuando recibí una llamada de nuestra iglesia para ver si podíamos preparar una comida funeraria para alguien que había estado ministrando en cárceles durante muchos años. Esa tarde, mientras nos preparábamos para hacer nuestras listas para la comida, el Espíritu Santo empezó a hablarme: “tienes que ir vestida con estilo africano y llevar el estatuario para decorar”.

Esto era algo que Él nunca me había pedido antes. “¿Por qué?”, le pregunté. “Porque a él le encantan los animales salvajes, y llenará de gozo a su familia. También, quiero que saques del armario esos zapatos dorados del jaguar y se los des a su mujer. Dile que será un recuerdo de lo que he dado a su marido”. Casi había olvidado esos zapatos.

Me dio por comprarlos hacía muchos años, pero nunca me los puse. Eran blancos y dorados, con tacón de cuña, y en el lado de cada zapato había un jaguar dorado de 13 cm de largo. Aunque eran muy elegantes, no eran del todo mi estilo, así que los volví a meter en la caja y los

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guardé. Qué tonta, que incluso me pregunté si le irían bien. El Espíritu Santo me aseguró que sí.

En cuanto avancé hacia mi armario, fui instantáneamente transportada al Cielo. No me sorprendí, porque me había acostumbrado a estos viajes instantáneos hacía algún tiempo. Supe inmediatamente que estaba a la puerta de la residencia celestial del Sr. Sweeting. Un ángel me escoltó por el bonito camino de acceso que estaba bordeado en ambos lados por plantas tropicales, flores y enormes, imponentes palmeras. La casa era de dos pisos, magnífica, siendo cada piso de unos seis metros. Había balcones en el segundo piso para salir y disfrutar de las vistas de su propiedad. Mientras andaba, vi que a unos pocos metros había un león con sus cachorros. Estaban jugando en la hierba y parecía que habían sido traídos de África. De hecho, todo el terreno que rodeaba su casa se parecía a lo que esperarías ver si estuvieras en un safari. Vi y oí otros animales por allí. Qué extraño, pensé.

Cuando entré en la casa inmediatamente me chocó la majestad del recibidor. Mesas pedestales de ébano negro con bordes y diseños en oro (estoy segura de que era de verdad). Las paredes tenían bonitas pinturas murales, con escenas de estilo africano. Los candelabros en las paredes llenaban la habitación con un brillo dorado, y realzaban cada escena a medida que avanzaba por el recibidor. Al salir de este recibidor, había muchas habitaciones más pequeñas, probablemente utilizadas para meditación privada, oración o sencillamente para relajarse con un pequeño grupo de invitados. Todas ellas tenían estampados de leopardo o cebra en la tapicería de los muebles. Una cosa que destacaba era el precioso color morado intenso utilizado en los accesorios: cojines, cojines de suelo, tapetes o cortinas de las altas ventanas.

La habitación más llamativa que pasé era redonda, y en el centro había una de las bonitas mesas de ébano. En el centro de la mesa había dos cojines decorativos grandes que sostenían dos coronas brillantes, con joyas perfectas. Había diferentes estilos y yo supe inmediatamente que una era una corona por haber ganado almas, lo cual prometió Cristo a todos los que se acercaran a los no salvos y los ganaran para el Reino de Dios. Brillaban tanto, que iluminaban la habitación entera, y qué emocionante era saber que yo también tendré una.

Al final del recibidor vi al Sr. Sweeting (aunque nunca le había conocido, supe instantáneamente quién era), hablando con un joven caballero de pelo rubio. Oía música animada y risas que venían de una habitación grande al final del recibidor. Era su fiesta de bienvenida a casa, que todos reciben cuando llegan por primera vez. Oí al caballero llamar al Sr Sweeting “Jefe”. Inmediatamente, el ángel que me escoltaba me dijo: “Ese es nombre con el que el Padre le llama”.

Ese nombre define quién es él a los ojos del Señor. La túnica del Sr. Sweeting parecía como la que llevaría un rico jefe africano. Ahora reía y parecía muy contento.

No podía verme ni oírme. Sin embargo, me dejaron oír su conversación. Estaba diciendo cuánto le hubiera gustado poder decir adiós Patricia, y que sentía haberse ido tan repentinamente. También quería que ella supiera que había oído todo lo que ella le dijo mientras yacía inmóvil. Le gustaría que ella pudiera ver con qué le había bendecido Dios y que él seguiría rezando por su familia en la Tierra. Yo volví poco después de esa conversación y procedí con la organización de la comida.

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Al día siguiente hicimos la decoración para la comida como nos indicó el Espíritu Santo. Utilizamos el estatuario de animales de la selva, velas, tonos negro y dorado, un camino de mesa con estampado de leopardo y plantas de estilo africano junto con algunas pequeñas palmeras. Para servir la comida, utilizamos cucharones de plata fina, fuentes de cristal, fuentes de porcelana y manteles de satén. La sala se veía muy elegante.

Cuando hubo terminado el funeral, los huéspedes empezaron a llegar. Todos parecían impresionados, y cuando Patricia llegó, parecía atónita. Me buscó y me preguntó cómo había pensado en decorar con ese estilo, porque a su marido le encantaba. La tomé aparte del resto de invitados para hablarle en privado. Empecé preguntándole por qué a él le gustaba tanto la temática de la selva. Le dije que pensaba que quizás coleccionaba cosas de África o que estaba redescubriendo sus raíces. ¡Lo que dijo entonces me dejó estupefacta!

Con lágrimas en los ojos, dijo: “Toda su vida quiso ir de safari a África, pero yo nunca quería ir. Tenía miedo de que los animales salvajes me comieran, así que cuando me preguntaba, siempre le decía que no”.

Le dije entonces cómo Dios me había llevado al Cielo, y cómo me había mostrado la casa de su marido, que estaba construida en medio de una reserva animal. Le conté sobre la belleza de esta mansión, y lo que le había oído decir sobre ella (Patricia). Se quedó impresionada con todo esto, pero le conmovió la bondad de Dios. Le encantó que le regalara los zapatos de jaguar y, por supuesto le iban a la perfección. Su vida cambió para siempre.

Declaración personal de Patricia:

Me quedé muy impresionada cuando entré a la comida del funeral, y vi cómo la habían decorado. Dije: “¿Quién ha hecho esto? Quiero saber quién ha sido”. Me dirigieron hacia ti y te pregunté: “¿Cómo los sabías? ¿Por qué has utilizado decoración africana?” Entonces me contaste cómo Dios te llevó al Cielo y te mostró a mi marido, y todas las cosas sobre su casa allí. Yo sabía que lo que decías era verdad, aunque nunca nos habías conocido, ni a mí ni a mi marido Gerald.

La parte que me convenció fue cuando dijiste que vivía en una mansión en una reserva africana, y que le viste vestido con ropas “majestuosas”, y que Dios lo llamaba “Jefe”. Lo que tú no sabías es que mi marido se había enamorado de África. Sucedió cuando la Marina lo envió a África durante tres semanas. Los nativos de allí desarrollaron rápidamente una fuerte relación con Gerald (le gustaban las personas), y no querían que se fuera. Le rogaron que se quedara y le dijeron que tenía que ser su rey. Tuvo que dejarlos, pero prometió volver algún día. Nunca olvidó aquella experiencia y hablaba de volver para ver a la gente, pero murió inesperadamente.

Dios es muy bueno con los que le pertenecen y le han servido en la Tierra. Mi marido estuvo colaborando con el ministerio en prisiones muchos años, y le encantaba ir y hablar de Dios a quienes no tenían esperanza. ¡Menuda recompensa le dio Dios!

Ahora puede vivir como un jefe de verdad, y saberlo me llena de gozo cada día. Me cambió la vida saber que el Cielo es tan real, y que nuestros seres queridos todavía nos recuerdan. No sólo debería darnos esperanza, sino que podemos saber que seremos recompensados por lo que hagamos para nuestro Señor.

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