retos y promesas de la inclusión educativa en venezuela

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 Elena Estaba B (Coordinadora) Retos y Promesas de la Inclusión Educativa en Venezuela

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El libro presenta diferentes estudios y propuestas sobre la educación en Venezuela, la inclusión, justicia social, la formación de los docentes y reformas educativas en Venezuela.

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Retos y Promesas de la Inclusin Educativa en VenezuelaElena Estaba B(Coordinadora)

Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis)

Retos y promesas de la inclusin educativa en Venezuela

Elena Estaba B. (Coordinadora) Luis Bravo Juregui Cecilia Vicentini Jess Gonzlez Pirela Mabel Mund Carlos Manterola Dborah Van Berkel

Caracas, Venezuela Mayo de 2006

Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis) Apartado 61712, Chacao, Caracas 1060 www.ildis.org.ve 1 edicin, mayo/2006

Coordinacin editorial y grfica, composicin electrnica, y diseo de portada: Javier Ferrini Edicin y correccin: Roberto Prez Len

Hecho el Depsito de Ley Depsito Legal: lf81120063002001 ISBN: 980-6077-47-4

El Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis) es la Oficina en Venezuela de la Fundacin Friedrich Ebert

NDICE

PRESENTACIN Captulo I DILOGO EDUCATIVO Una propuesta para la construccin de espacios de intercambio desde donde repensar la educacin venezolana Elena Estaba B. Captulo II EQUIDAD Y EDUCACIN EN VENEZUELA La buena educacin para todos que todos queremos: Cmo se piensa, cmo puede discutirse y qu hacer para acercarnos cada vez ms a ella? Luis Bravo Juregui Captulo III INCLUSIN, JUSTICIA SOCIAL Y EQUIDAD: Retos urgentes de las instituciones de educacin superior venezolana Cecilia Vicentini Captulo IV EL PAPEL DEL ESTADO Y LOS DERECHOS SOCIALES Jess Gonzlez Pirela

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Captulo V ORGANIZACIN TERRITORIAL DEL SISTEMA EDUCATIVO VENEZOLANO Mabel Mund Captulo VI LA FORMACIN DE LOS DOCENTES Carlos Manterola Captulo VII DILOGO PARA UNA AGENDA DE REFORMA EDUCATIVA Rol de las comunidades educativas, ciudadana y participacin comunitaria Dborah Van Berkel

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PRESENTACIN

Desde el ao 2004, el ILDIS ha venido impulsando un conjunto de iniciativas orientadas a promover el debate plural en torno de la necesidad de repensar la poltica educativa venezolana, como estrategia fundamental para profundizar el desarrollo integral del pas y reducir, gradual y sostenidamente, las importantes inequidades que caracterizan a la sociedad venezolana actual. La presente publicacin, titulada Retos y promesas de la inclusin educativa en Venezuela, representa parte de este esfuerzo al compilar un conjunto de documentos elaborados por un grupo de investigadores e investigadoras con amplia experiencia en el tratamiento de la compleja y fascinante problemtica educativa. Se enfatiza en el anlisis de algunos factores crticos que deberan ser considerados al momento de formular y ejecutar polticas pblicas inspiradas en el irrenunciable principio de la equidad, tales como: el rol que debera cumplir el Estado en la educacin; la organizacin territorial del sistema educativo; la formacin y capacitacin docente, el gobierno escolar y las comunidades educativas; y, finalmente, la inclusin social y la participacin en la educacin. sta, as como otras publicaciones promovidas desde el Ildis, est destinada a convertirse en un insumo ms para el dilogo constructivo entre los diversos actores y sectores sociales vinculados, directa o indirectamente, con la temtica educativa, y en el avance necesario, y por dems urgente, hacia una agenda nacional comn y compartida, capaz de transformarse en idea fuerza, orientadora y motivadora de esfuerzos individuales y colectivos, fundamentados en el imperativo

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tico de transformar la educacin en el eje central de una poltica pblica destinada a elevar significativamente los niveles de igualdad social. Como es usual en estos casos, las reflexiones y anlisis contenidos en la presente publicacin son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y autoras, y en nada comprometen al Ildis como organizacin que asumi el reto de promoverla y someterla al debate pblico.

Kurt-Peter Schtt Director del Ildis Representante en Venezuela de la Fundacin Friedrich Ebert

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Captulo I DILOGO EDUCATIVO Una propuesta para la construccin de espacios de intercambio desde donde repensar la educacin venezolanaElena Estaba B.La historia de mi pas es un testimonio de que el deterioro del dilogo, la conversin del adversario en enemigo y la tentacin de buscar atajos al conflicto puede llevar a largos aos oscuros que luego resulta imposible recuperar J. L. Zapatero, 30/03/05

Introduccin El Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), comprometido con el estudio de los problemas sociales del continente y en armona con su misin rectora, se ha propuesto, como una de sus lneas de trabajo, crear espacios para la reflexin en torno de la educacin venezolana, con la finalidad de adelantar en la construccin de una agenda de dilogo que favorezca la transformacin del sector educativo. El presente documento coloca la revisin de nuestra trayectoria educativa en una perspectiva sociopoltica para, a partir de all, propiciar un proceso constructivo de intercambio de visiones, destinado a afianzar acuerdos y a construir caminos alternativos que contribuyan a enriquecer las polticas pblicas para el sector. Movidos por el deseo de restablecer espacios para el intercambio de opiniones y el debate de las ideas, un conjunto de investigadores y estudiosos de los problemas de la educacin venezolana, nos dimos a la tarea de abrir un proceso de indagacin que nos permitiera

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conocer, en el contexto de la confrontacin poltica propia de estos ltimos aos, posiciones convergentes y mbitos de acuerdo entre el conjunto de actores sociales y polticos que hacen vida en el sector educativo, para con ello prefigurar la visin de consenso sobre la educacin, sus finalidades y propsitos. Al mismo tiempo, consideramos pertinente identificar las posiciones divergentes en temas claves que impregnan el debate en la actual coyuntura, y que por su importancia, constituyen materia de reflexin obligada para una agenda de negociacin y de construccin de acuerdos. El trabajo de indagacin realizado se desarroll en dos momentos. El primero, permiti construir y contrastar visiones acerca de la educacin venezolana, sobre la base de las concepciones, percepciones y valoraciones realizadas por una gama plural y representativa de entrevistados, preseleccionados por la importancia de su vocera en la conformacin de opinin, su experiencia acadmica o gerencial en el sector educativo. Los resultados preliminares obtenidos se recogieron en el documento Entre la reforma y la revolucin educativa: el dilogo necesario, publicado para su consulta con quienes formaron parte de ese proceso, en enero de 2005 por el Ildis, y cuyas ideas fundamentales, discutidas y revisadas se replantean en este trabajo a manera de marco de referencia. Especficamente, en esa oportunidad exploramos la visin sobre los problemas de la educacin, el papel del Estado en la educacin, los derechos sociales, los aspectos pedaggicos, la organizacin escolar, la administracin y la gestin financiera, los actores del cambio educativo y la valoracin que hacan los entrevistados de los logros alcanzados a lo largo de casi 15 aos de intento por revertir las tendencias regresivas que se instalaron en la educacin venezolana, desde principios de la dcada de los ochenta. El aporte esencial de ese momento de indagacin lo constituy la oportunidad que nos brind para sistematizar un conjunto de rasgos y caractersticas propias de lo que hemos dado en llamar la visin emergente de la educacin venezolana, en la cual confluyen la mayora de las posiciones consultadas. Al mismo tiempo, fue posible deslindar una zona de divergencia, en la cual se agrupan un conjunto de factores que hemos dado en llamar nudos crticos, por la tensin que generan y el impacto que producen no solo en la base de los acuerdos que soportan las polticas pblicas sectoriales, sino tambin en la gobernabilidad del sector.

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En el segundo momento de desarrollo del trabajo, luego de establecer un conjunto de vectores comunes y de construir un consenso bsico tanto desde el punto de vista conceptual como metodolgico, nos dimos a la tarea de profundizar en la reflexin sobre los temas de mayor discrepancia, al intentar dilucidar matices, nfasis e identificar con mayor claridad tanto la naturaleza de los problemas como los elementos dinamizadores de cada uno de los temas analizados. El examen de las percepciones y opiniones encontradas por los diferentes investigadores que hemos acompaado este proceso, lo presentamos, en esta oportunidad, a manera de documentos motivadores para la discusin ms que como productos acabados. Es as, cmo dentro del conjunto de tpicos que suelen ser tratados en las investigaciones educativas, y desde la perspectiva de las contribuciones que cada uno de ellos poda ofrecer para fortalecer una poltica pblica que se soporte en acuerdos sociales slidos, se seleccionaron los siguientes: el papel del Estado en la educacin; la organizacin territorial del sistema educativo; la formacin y la capacitacin docente, el gobierno escolar y las comunidades educativas; y, por ltimo, como eje transversal del conjunto de temas, el anlisis de la inclusin social y la participacin en la educacin vista tanto desde la perspectiva de los primeros niveles como desde la que refiere a la Educacin Superior (ES); poltica pblica de alta significacin por el importante papel que se le asigna, no solo en la presente gestin de gobierno, sino como aspiracin igualitaria que subyace en el pensamiento educativo venezolano a lo largo de su historia republicana. Es esencialmente en la visin que se tiene sobre la forma de conducir estos diversos componentes del sistema educativo donde se generan las mayores fuentes de conflicto y disparidad en relacin a lo que se debe hacer en educacin, y es quizs en el abordaje de estos tpicos en los que habr que hacer los mayores esfuerzos para conciliar posturas y encontrar soluciones satisfactorias para todos los actores sociales. Consideramos indispensables clarificar posturas y disponer de un punto de partida para construir una visin compartida de la ecuacin. A manera de consideracin preliminar, y en armona con el espritu de este esfuerzo, ratificamos la necesidad de restituir dilogos y consensos duraderos para retomar el camino hacia la transformacin pedaggica, recolocar los objetivos de calidad y de reorganizacin del sector, de conformidad con las metas de corto, mediano y largo plazo que se planteen, articulados con los principios que subyacen

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en la esencia del sistema educativo venezolano. Al respecto, es propicia la ocasin tambin para que ubiquemos nuestra reflexin sobre el devenir de la educacin ms all de nuestras fronteras, y salir al encuentro de una propuesta educativa que incorpore a nuestra lectura particular, la visin regional y latinoamericana. No basta con resolver los problemas que se localizan en nuestro territorio, los retos de la educacin moderna, la irrupcin de nuevas tecnologas y la interconexin global exigen entender los problemas de la calidad y la pertinencia construyendo nuevas visiones sobre las formas de integracin y la elaboracin de respuestas cooperativas a problemas comunes a escala regional. La conformacin del equipo de trabajo que condujo la investigacin y el proceso de consulta acometido constituyeron, en s mismos, una experiencia positiva de construccin de acuerdos que hablan de la posibilidad de avanzar en la bsqueda solidaria de respuestas a los graves problemas de la educacin nacional, respetando la pluralidad de posturas a las que puedan afiliarse los actores que de ella participan. Ello ha permitido aclarar significados, reconceptualizar ideas y dejar claras las diferencias sobre las que habr que insistir para llegar a futuros convenimientos. Compartimos que ser indispensable definir nuevas estrategias y nuevos mtodos dialgicos, para fortalecer consensos con base en la bsqueda de complementariedad de posiciones, y cimentados a lo largo de las dcadas, reconociendo la pertinencia de revisar a fondo nuestras propuestas educativas, tanto desde el punto de vista de sus contenidos y estrategias pedaggicas, como de su administracin y organizacin territorial. La complejidad de la situacin exige respuestas creativas. La polarizacin poltica, el clima de confrontacin electoral y la dinmica conflictiva de la cual se han impregnado las propuestas de cambio, han sido obstculo para impulsar la reelaboracin y consolidacin de un nuevo paradigma para la educacin venezolana que satisfaga las aspiraciones de transformacin del sector; aspiraciones que animan a buena parte de la poblacin venezolana, y que se recogen en nuestro texto constitucional vigente, al ratificar los principios educativos establecidos en la Constitucin del 1961 y consagrar de nuevo a la educacin como un derecho fundamental que el Estado venezolano est obligado a proveer. Expectativas de transformacin que se fundamentan en los principios de equidad, igualdad de acceso y de

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oportunidades para culminar exitosamente el trnsito por el sistema escolar, justicia social, apertura a todas las corrientes del pensamiento, principios derivados del avance de los procesos de profundizacin de la democracia que haban comenzado a tomar cuerpo en la conciencia colectiva desde los aos ochenta, al impulsar la corresponsabilidad y participacin en el control de la gestin de los asuntos pblicos, por parte de los ciudadanos como ejes dinamizadores e innovadores, articulados al carcter federal que se le reconoce al conjunto de la organizacin del Estado y, por consiguiente, a todas las actividades de carcter pblico que de l se deriven. A continuacin recogemos los avances obtenidos en ambos momentos del trabajo realizado. El anlisis, adems de nutrirse de la experticia de sus autores, se sustenta en el seguimiento sostenido al debate pblico, librado actualmente en el pas, sobre la materia educativa, en la revisin de datos e investigaciones realizadas, as como en el intercambio y la consulta a actores directamente involucrados con la problemtica educativa, bien por su carcter de legisladores, docentes, padres o representantes, o por su condicin de gerentes educativos y administradores de planteles e instituciones educativas a nivel municipal, estadal o nacional. Lo relevante de esta nueva etapa de indagacin radica en la intencin declarada de explorar la opinin y la visin de actores educativos, ms que de voceros institucionales, a fin de abrir oportunidades de expresin a quienes normalmente son marginados del debate y disponen de pocos espacios para hacer or sus puntos de vista. Un esfuerzo en tal sentido, permitir contrastar resultados con los otros agentes educativos, para elaborar una visin ms ajustada a la realidad, en lo relativo a las distintas visiones, puntos en comn y disensos. La diversidad y la complejidad de las temticas abordadas hizo necesario construir en conjunto, un hilo conductor que hiciera viable una propuesta integral de poltica pblica educativa, que apuntase al reforzamiento de los principios igualitarios y de justicia social, donde los actores coinciden en un terreno comn. Desde cada ngulo se ofrece una visin que aporta una contribucin a la reflexin en la perspectiva del mejoramiento, entendido como la direccionalidad estratgica que se debe imprimir a las instituciones educativas, para hacer posible expandir sus beneficios a la mayor cantidad de ciudadanos y de hacer participar democrticamente en su gestin a las grandes mayoras.

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De su lectura se desprende la importancia de incorporar la visin histrica al anlisis de lo que ha sido la evolucin del sector educativo, para confrontar la realidad actual, deslindando con claridad aciertos y desaciertos, y aprender de la experiencia. La breve disertacin cronolgica da fe de los cambios de contexto, las polticas desacertadas y de poca pertinencia, as como hablan de aqullas decisiones estratgicas que sirvieron para construir el edificio escolar del que disponemos; edificio que hasta sus mayores detractores hoy reconocen como la nica institucin en el pas con la que se cuenta para emprender los cambios en la educacin, que reclama la sociedad del conocimiento, a la que tanto se alude, pero que pareciera estar cada vez ms distante. Un primer resultado: las visiones educativas Consideraciones iniciales Sin duda, durante el proceso electoral de 1998, la sociedad venezolana expres su deseo de ruptura con un estilo de gobernar, y su aspiracin de construir una sociedad mejor, libre de corruptelas, manipulaciones, polticas pblicas equivocadas, y esencialmente, ms justa, tica, democrtica, equitativa e incluyente. Es as cmo la propuesta constituyente termina por imponerse, y con la sancin de la Constitucin Bolivariana, se inicia una nueva etapa sociopoltica en la sociedad venezolana. Tal como anunciaban sus promotores, la nueva gestin de gobierno aspiraba acometer un proceso de transformacin radical que implicaba la refundacin de la Repblica. Estas aspiraciones de cambio han servido de fundamento al diseo de nuevas formas de gestionar los asuntos pblicos, particularmente en sectores de alta sensibilidad social, como lo son la salud y la educacin. Es as cmo, a lo largo de estos ltimos siete aos, hemos visto florecer propuestas organizativas y programticas diferentes a las tradicionales, articuladas a una concepcin doctrinaria identificada como bolivariana. Esta concepcin que irrumpe en la escena poltica, ha puesto de relieve la presencia de dos visiones de pas, las cuales se hacen presentes tambin en el campo educativo. Aun coincidiendo con los deseos ms genuinos de transformacin social, las soluciones enclavadas en la conciencia de amplios sectores de la sociedad venezolana, se diferencian, hasta configurar un

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espacio bipolar que subyace en el pensamiento de quienes ostentan posiciones contrarias. En ambas posturas presenciamos un reacomodo de las fuerzas polticas, cuya caracterstica es la emergencia de nuevos actores y grupos sociales. En este reacomodo, unos sectores han copado los espacios de poder, monopolizando los mbitos de negociacin y de decisin. Entretanto, otros, luchan por ser incluidos, conquistar terreno o preservar sus posiciones para hacer escuchar sus planteamientos sobre la conduccin de los destinos del pas, y reclaman su participacin en la definicin de las polticas pblicas. Ambas posturas, al menos en la vehemencia del discurso, aparecen como irreconciliables. Sin embargo, como seala Arturo Sosa (2001), este enfoque dicotmico ha transformado el debate poltico en un campo de batalla en el que hay bandos claros y distintos. Cada cual califica el suyo como bueno y al contrario como malo. Este maniquesmo, llevado al campo de la poltica, descarta toda posibilidad de negociacin y considera la aniquilacin del oponente como el nico camino posible. A manera de comentario, vale resaltar que los proyectos educativos que han demostrado ser exitosos por su permanencia en el tiempo, y los frutos que devuelven a la sociedad en el largo plazo, son aquellos que han interpretado a plenitud, tanto las necesidades sociales, como la visin de sociedad a la que aspira el conjunto, y ha trascendido tambin el determinismo educativo que coloca a la educacin como la variable determinante del cambio social. Parecen condiciones inherentes e indispensables a un proyecto educativo nacional con visin de futuro, el respeto a la diversidad y el pluralismo, as como la amplitud de criterio para reflejar, en su diseo y contenido, el espectro ideolgico, cultural e intelectual que caracteriza a toda agrupacin humana. Una breve mirada al pasado En Venezuela, a lo largo de su historia republicana, el tema de la educacin ha sido el epicentro de grandes debates. Es quizs el sector de actividad pblica donde se han reflejado, con mayor sensibilidad, los cambios sociales, econmicos y polticos que ocurren en el entorno, porque en l confluyen intereses individuales y colectivos, demandando respuestas a sus particulares concepciones de la sociedad. Es quizs tambin el sector en el cual suelen manifestarse con

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mayor fuerza las bases del contrato social que rigen para el conjunto de la sociedad. La trayectoria de nuestro sistema educativo pone de relieve una evolucin ms vinculada a la expresin del sistema poltico que al desarrollo de las fuerzas econmicas y productivas, a diferencia de la que siguieron los sistemas escolares en pases que conocieron la revolucin industrial y que experimentaron el surgimiento de un importante sector manufacturero y artesanal, demandante de mano de obra calificada. A este respecto, Ramn Escontrela (1996) seala: La educacin [venezolana] se incorpora a la esfera de la accin poltica y constituye lo fundamental del proceso de consolidacin del Estado, y adems agrega: es utilizada para legitimar el modelo poltico. Lo importante a destacar de la historia de las ideas educativas venezolanas es que stas nunca fueron ajenas al ejercicio de gobierno y, desde sus inicios, formaron parte de los mbitos de actuacin del Estado. Es as cmo, desde las postrimeras de la Independencia, alentado por los principios liberales de la Revolucin Francesa y el inicio de la modernidad, Bolvar asignaba a la educacin un papel fundamental para la consolidacin de la independencia y el desarrollo moral de los ciudadanos de la nueva Repblica. Luego, bajo la influencia del pensamiento positivista, el racionalismo y el evolucionismo, se gestaron los fundamentos de una nueva filosofa de la educacin, cuya orientacin se recoge en el Decreto de Instruccin Pblica, dictado por Guzmn Blanco en 1875. Tal como seala Luque (1996), se sientan los principios de la educacin popular y se reafirma la responsabilidad del Estado como protagonista activo y principal de la Educacin. No obstante, a pesar del peso poltico asignado a la educacin, el sistema escolar federal y municipal de la poca alcanz un menguado desarrollo, y no logr atraer la atencin de los gobiernos hasta aos ms tarde. Posterirmente, con la aprobacin del Decreto de Instruccin Pblica, en el ao 1912, se cristalizan las ideas que venan gestndose en el pensamiento educativo, inspiradas en el pensamiento socialista y el desarrollo progresivo del estado de bienestar. A partir de ese momento, el concepto educacin popular, recoge la ms importante corriente de pensamiento de la educacin venezolana, bajo cuyas orientaciones se construy el proyecto educativo cultural del

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siglo XX, afianzado en el Estado docente, la escuela unificada y el humanismo democrtico. Su expresin en las polticas pblicas se manifest tanto en el enunciado como en la propuesta programtica que las acompa. Educacin para todos, masificacin, ampliacin de la cobertura, acceso en igualdad de condiciones, gratuidad, pluralismo, respeto a la diversidad de ideas y universalidad del conocimiento, constituyeron el reflejo de las aspiraciones de modernizacin democrtica que tomaron forma en el campo educativo desde mediados del siglo pasado, y que an sobreviven, con matices, en el pensamiento educativo venezolano actual. Las primeras polticas pblicas fundamentadas en estas orientaciones comenzaron a tomar forma en el ao 1936. Durante este perodo, Venezuela fue escenario de grandes cambios sociales y polticos, y de significativas transformaciones cualitativas y cuantitativas en el sector educativo: el Estado asume el control absoluto del aparato escolar y se sustenta en los principios de la educacin popular. Se inici, con esta poltica, la primera etapa expansiva del sistema educativo nacional, lo cual se reflej en el crecimiento matricular, el aumento en el nmero de escuelas, la diversificacin de la enseanza, la campaa de alfabetizacin, el desarrollo de programas para poblaciones contingentes, y de los programas de la educacin primaria y normal. Con la cada del gobierno de Rmulo Gallegos y el inicio de la dictadura militar, la concepcin educativa, que soportaba la ampliacin de oportunidades, sufre un notorio retroceso, del cual da fe la Ley Orgnica de Educacin, promulgada en el ao 1955. En sus articulados se refleja la reduccin del protagonismo del Estado, la recuperacin de espacios para la educacin privada y religiosa, y la orientacin del sistema preferentemente para la formacin de las lites intelectuales, dejaron sentir sus efectos en la prdida de impulso del crecimiento de la matricula oficial. Desde entonces, el debate sobre las ideas educativas no ha dejado de estar a la orden del da, y la discusin siempre alcanz la diatriba entre la responsabilidad que caba al Estado y a los particulares en el desarrollo de esas tareas. Con ellos, la discusin sobre las finalidades de la educacin y la gratuidad, son temas que han generado polmica de larga data. Luego de la cada de la dictadura militar en el ao 1958 y con el inicio del experimento democrtico ms largo de la historia venezolana,

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se inicia el segundo y ms importante perodo expansivo del sistema educativo venezolano. Los nuevos consensos, que se gestaron en el ao 1959 en el marco del Pacto de Punto Fijo, permitieron establecer un equilibrio entre quienes defendan la libertad de enseanza y los sectores mayoritarios que apoyaron el modelo de educacin de masas. Ello permiti convenir polticas consensuadas e hizo posible que, desde el ao 1960, se conociera una explosin matricular sin precedentes, resultado del crecimiento sostenido de la matrcula en todos los niveles y modalidades; proceso que sostuvo esta misma tendencia hasta el ao 1994, momento en que, por primera vez, los datos reflejaron la contraccin del sector y su disminucin relativa con respecto a los avances alcanzados en las dcadas anteriores1. Tambin fueron estos aos el escenario de grandes cambios en la estructura escolar, los cuales quedaron plasmados en la Ley Orgnica de Educacin de 1980, en la que nuevamente se reafirma la responsabilidad del Estado, la escuela unificada y los principios humanistas que soportaron, y an soportan, a la Educacin como uno de los derechos sociales fundamentales. Con la expansin del sistema educativo, nuevos problemas se hicieron presentes, y nuevas realidades econmicas y sociales exigan respuesta. La calidad y la pertinencia de los aprendizajes comenzaron a desplazar el debate de la masificacin a finales de la dcada de los aos ochenta. Nuevas temticas cobraron fuerza al calor de la crisis del modelo de desarrollo de sustitucin de importaciones, las que junto al cuestionamiento del ensanchamiento de los mbitos de actuacin del Estado, dieron lugar al replanteamiento del papel de ste ltimo en los asuntos pblicos. A esta crtica se sumaron las aspiraciones de profundizacin de la organizacin federal del Estado, contempladas en la Constitucin, y las mayores expectativas de ampliacin de los derechos establecidos en el proyecto nacional recogido en la Constitucin del 1961; planteamientos que alimentaron e impulsaron las propuestas de cambio que ganaron1. Parafraseando a Fernndez Heres (1996) al describir esta etapa de nuestra historia, anotamos que la situacin ha sido tal, que en menos de 40 aos, la poblacin escolar pas de menos de un milln a ms de seis millones de escolares. En nmeros redondos se puede estimar la poblacin escolar en ms de seiscientos mil nios en preescolar, cerca de cuatro millones en educacin bsica (primera y segunda etapa) y en lo que era el ciclo bsico comn y educacin media, y ms de seiscientos mil en educacin superior.

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importantes espacios en el pensamiento poltico nacional y, que igualmente, permearon el pensamiento educativo: participacin, descentralizacin y reforma educativas, libertades econmicas, federalismo, reconocimiento de la sociedad civil y fortalecimiento del papel ciudadano en el control de la gestin pblica, son solo algunas de estas ideas. Una constatacin significativa que deja la mirada a esta trayectoria histrica es la existencia de importantes consensos en el pensamiento educativo venezolano, especialmente aquellos que se construyeron en apoyo a la educacin popular. Sin embargo, tambin es importante resaltar que las discrepancias y desacuerdos ms profundos se han resuelto a travs de frgiles consensos. Muchos temas de la agenda pblica se daban por concluidos, pero cualquier momento de crisis los haca reaparecer, para poner en juego la estabilidad del sistema escolar y la gobernabilidad del sector, cuyos efectos se dejan sentir, generalmente, en el resto de los sectores polticos. El actual proceso de cambios es tambin el reflejo de esa trayectoria; renacen y se retoman ideas viejas enclavadas en la lucha poltica venezolana para darle expresin, en el marco de un contexto diferente, a una propuesta educativa y programtica elaborada desde la perspectiva de los actores polticos, en un momento en el que los ciudadanos reclaman mayores espacios de participacin. Esta breve disertacin va al encuentro de las races de las polticas pblicas puestas hoy en vigencia, as como de la discusin que ha recobrado lugar en la agenda educativa venezolana, cuya base de convenimiento se ha visto cclicamente comprometida con el debate entre lo pblico, lo privado, la educacin de elites y la educacin de masas, siendo esta ltima concepcin la que ha dominado el escenario formal en el marco de los derechos sociales que se previeron en la Constitucin de 1961 y tambin en la de 1999. Bajo el aparente consenso, subyacen tensiones, y ante el renovado avance del protagonismo del Estado en educacin, cobran vigencia para constituir fuente de cuestionamiento a las polticas pblicas en ejecucin. Postergar o eludir la discusin deja sin resolucin las bases del conflicto. Un recorrido ms certero invita a retomar el intercambio de ideas entre las posturas en juego, para analizar ventajas y desventajas, conciliar intereses y asegurar con ello la gobernabilidad. En la actual coyuntura poltica, la bsqueda de un justo equilibrio pareciera indispensable.

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La Reforma y la Revolucin: dos lecturas de un mismo problema La visin reformista En el contexto de la reforma, las aspiraciones de transformacin se orientan, esencialmente, hacia la recuperacin del carcter incluyente del modelo sociopoltico construido en Venezuela sobre la concepcin de la democracia social, a partir de 1958. Los cuestionamientos, aun cuando radicales, no comprometan las bases doctrinarias y socioculturales que le dieron origen, ni colocaban en tela de juicio la insercin tanto en la economa global como en la cultura occidental. Ambos procesos se analizan y valoran como un dato de la realidad que condiciona el resto de los presupuestos. Y como una de las propuestas de mayor envergadura que diferencia a este perodo de los anteriores, emerge la exigencia de ampliacin del proceso de democratizacin de las relaciones sociales. Ello no obsta para que con la misma fuerza que se sustentan estos postulados, se cuestione el quiebre y la desviacin de los objetivos igualitarios que formaron parte esencial de la Constitucin de 1961. El discurso reformista, a partir de la dcada de los ochenta, reclama con insistencia la vuelta a los propsitos inclusivos que estuvieron presentes en el origen del proyecto sociopoltico democrtico; momento en que diversos actores sociales coinciden en reconocer el agotamiento del modelo de desarrollo, una de las causas de la creciente problemtica social, y ponen de relieve la incapacidad del Estado tradicional para hacerles frente con los instrumentos convencionales asociados al mismo. Al referirse a este perodo, Javier Dupla (1999)2 describe la situacin de la siguiente manera: agotamiento del consenso poltico que sustent la primera modernizacin, la cada constante de la renta petrolera per cpita, y la crisis del sistema populista de partidos tuvo, como uno de sus efectos, adems del empobrecimiento colectivo de la sociedad venezolana y la profundizacin de su brecha social, la generacin de un perverso mecanismo de exclusin de grupos sociales que puede calificarse como de apartheid social, y el socavamiento de formas alternativas de liderazgo ciudadano.

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Disponible en .

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En el campo educativo, las crticas tambin tomaron ese cariz. Esquemticamente, la crisis educativa, ya tildada de crnica a mediados de los ochenta, se recoga insistentemente en el enunciado de los problemas. Sobran los estudios en los cuales se hace mencin al agotamiento y gran debilidad de las estructuras del sistema para introducir con xito los cambios necesarios que hiciesen posible apuntalar y mejorar los resultados, tanto cuantitativos como cualitativos, del conjunto del sistema escolar. Persistentemente se haca mencin a las deficiencias que se entrecruzaban para configurar un escenario que conspiraba contra las posibilidades de avance del proyecto social y econmico, as como sobre la capacidad del Estado para ejercer su rol compensatorio, garante de la igualdad de oportunidades y del cumplimiento de la funcin socializadora subyacente a la conformacin y promocin de la cultura bsica del venezolano, como valor compartido por el conjunto del cuerpo social. En trminos generales se reseaban como los problemas ms significativos y descriptores de la crisis, los siguientes: a) El incremento en los ndices de exclusin, repitencia y desercin, mayoritariamente de los sectores con condiciones sociales altamente desventajosa, lo que inevitablemente se ve reflejado en las posibilidades de movilidad social y, por consiguiente, en la brecha cultural y econmica que empieza a acentuarse entre los grupos sociales, dando lugar a importantes procesos de diferenciacin. b) Aislamiento del entorno y desvinculacin de los cambios sociales, econmicos y polticos, al operar con un sistema cerrado, divorciado de las necesidades y expectativas del medio social, en el cual se inserta una institucin escolar funcionalmente autoritaria, sin contenido til, especialmente para las familias depauperadas. Es as cmo las caractersticas del diseo escolar y la prctica escolar nica, con visin centralista, desperdicia las potencialidades culturales que existen en el seno del aula y en las comunidades, y distorsiona el principio de equidad generando a su vez, mayores desigualdades. c) El deterioro de la calidad y la pertinencia de los contenidos educativos, as como de las prcticas pedaggicas, lo cual se refleja en la deficiencias acumuladas por los estudiantes, particularmente en los niveles iniciales y bsico del sistema escolar, en lo relativo a la baja capacidad demostrada para la compresin de la lectura y el razonamiento abstracto, el desconocimiento de la historia y de

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la geografa nacional y universal, y un precario manejo de la lengua. d) La carencia de docentes calificados, acordes con las exigencias de una educacin moderna y de calidad, causa fundamental de la deficiente formacin de los estudiantes, consecuencia a su vez de la desactualizacin de las instituciones formadoras, y de la creciente corporativizacin del ejercicio de la funcin docente. e) La obsolescencia y prdida de capacidad de respuesta del organismo rector, caracterizada por un alto nivel de centralizacin en la toma de decisiones en la cpula ministerial, y una excesiva burocratizacin lo que trajo consigo dificultad para innovar y adecuarse a las necesidades de los beneficiarios y al conjunto de la demanda social. La crisis, en definitiva, se identifica con la prdida de legitimidad de la educacin como funcin social asociada al progreso, la movilidad social, la produccin de riqueza y la obtencin de mejores y mayores niveles de calidad de vida, fundamentalmente para las poblaciones de menores recursos econmicos, quienes conforman la clientela mayoritaria de la educacin oficial y no vean reflejadas en su vida cotidiana los beneficios sociales que supuestamente proporciona. La visin revolucionaria Contrarios a la Reforma, la postura revolucionaria descalifica y critica la evolucin seguida por el pas a lo largo de 40 aos de vida democrtica, sustentada en los principios del estado de derecho, convenidos entre las distintas fuerzas polticas que suscribieron el Pacto de Punto Fijo, y que haban dado al traste con 10 largos aos de dictadura militar en el ao 1958. Esta interpretacin de la realidad y de los hechos histricos configura el sustrato de la lectura diferenciada que los distintos actores sociales hacen de la realidad y del proyecto de pas que desean construir para s y para las generaciones futuras. Quizs, ste constituye el factor que ms ha contribuido a la quiebra del dilogo y al surgimiento de una profunda confrontacin entre las dos posturas, por sus significativas repercusiones en el contenido, el mensaje y el esquema de valores que transmite y propone como interpretacin de la realidad y como contenido, en este caso, del sistema escolar.

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Desde la perspectiva revolucionaria, la crisis del sistema educativo es de credibilidad, causada fundamentalmente por problemas de orden estructural, inherentes al modelo de desarrollo nacional. La responsabilidad de la desigualdad social acumulada se le asigna a las polticas neo-coloniales y neo-capitalistas, y a la consiguiente desnacionalizacin que dichos modelos entraan. Las manifestaciones imperialistas y de violacin de la soberana nacional, como formas de dominacin las encuentran en la deuda externa y las polticas de los organismo multilaterales, el modelo neoliberal en lo econmico y la globalizacin mundial. A ello se debe la crisis de identidad cultural y desarraigo, consecuencia del nuevo orden mundial, al lado de la explotacin del trabajo y la opresin poltica, la enajenacin poltica y cultural, entre otras deformaciones. Es a partir de este supuesto ideolgico que se propone un cambio radical en el modelo de desarrollo, para sustentarlo en la economa endgena y la teora del rbol de tres races que soporta el plan de desarrollo nacional 2000-2007. Como elementos significativos del diagnstico, esquemticamente, recogemos los siguientes: a) La ausencia de direccionalidad estratgica que apunte hacia cambios profundos en educacin, por no existir un proyecto de pas con un norte transformador. Las reformas no se han anclado en una propuesta de desarrollo integral de nuestra sociedad ni en la construccin de un nuevo pas. b) La separacin de la escuela de la comunidad a causa de la rutina burocrtica y de los formalismos acadmicos, divorciados del contexto geohistrico y del entorno sociocultural. c) La inadecuacin del currculo por sus contenidos rgidos y parcelados, y la aplicacin descontextualizada de las reformas que fueron propuestas. d) Los dficit de la gerencia educativa burocrtica, el burocratismo sindical y la partidocracia, a lo que se suman las fallas en el desempeo docente, sin vocacin, ni compromiso e) Excesiva burocracia central del Ministerio de Educacin, cultura clientelar, demaggica y corrupta en buena parte del sistema educativo. f) Creciente tendencia a la privatizacin de la educacin y al desplazamiento de la educacin oficial.

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La visin emergente La visin emergente actual se ubica a mitad de camino entre los paradigmas prefigurados, a partir del anlisis de contenido de documentos y pronunciamientos pblicos de voceros y actores del sector educativo, emitidos y publicados durante los ltimos 20 aos (Estaba, 2001). Aun cuando no pretendemos establecer generalizaciones, hemos hecho un esfuerzo por construir tendencias a partir del anlisis interpretativo de las respuestas emitidas. A continuacin presentamos, a manera de resumen, los rasgos caractersticos de estas concepciones educativas, elaborados a partir de las siguientes categoras analticas: el papel del Estado y los derechos sociales; las interpretaciones sobre las finalidades de la educacin; la administracin del sistema educativo; la organizacin y el financiamiento del sector educativo; la participacin en el cambio de los diferentes actores. Igualmente se conjugan las valoraciones de las polticas adoptadas en las dos ltimas gestiones de gobierno, con la finalidad de dilucidar aspectos polticos y programticos contrastantes. El papel del Estado y los derechos sociales Igualdad, equidad y superacin de la exclusin constituyen palabras claves en el discurso de los actores consultados. De tal manera que es posible afirmar que la aspiracin igualitaria y de inclusin es un lugar de encuentro, y constituye un principio arraigado en la conciencia profunda del venezolano. Cabe destacar que es ampliamente compartida la concepcin de que la poltica educativa tiene como objetivo colocar la educacin al alcance de todos y todas, propiciar la reduccin de diferencias sociales y culturales, y fomentar la igualdad. El Estado, al cumplir la funcin pblica educativa, acta en mbitos que le han sido delegados por los ciudadanos y, por consiguiente, corresponde a estos ltimos la vigilancia y el seguimiento de las polticas educativas, y de su quehacer en el micro mundo escolar. Otra postura coincidente refiere a la concepcin derivada del estado de bienestar, en la cual se sustenta que en educacin, como en salud, y, dadas las precarias condiciones de vida de amplios sectores de la poblacin venezolana, es deseable tanta gratuidad como sea posible, hasta donde lo permita la viabilidad financiera, exigiendo el

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privilegio de este derecho para la poblacin pobre que debe acceder a la educacin inicial y bsica. La gran mayora de los actores consultados concede papel privilegiado al autoaprendizaje, a la valoracin de la experiencia y al recorrido existencial como claves del xito escolar y de la construccin de ciudadana y, por consiguiente, de la nacionalidad. Asimismo, consideran que la falsa dicotoma entre las concepciones que contraponen la sociedad educadora al Estado docente, debe ser superada para ir creativamente al encuentro de nuevas interpretaciones que permitan construir respuestas ms ajustadas a la realidad educativa de la Venezuela de hoy. En trminos generales, y desde el punto de vista de la administracin y la gestin, se privilegia una visin ms participativa y autogestionada de las polticas pblicas. La autonoma de gestin de los centros educativos adquiere, desde esta nueva perspectiva, un contenido singular que lo diferencia cualitativamente de los planteamientos administrativos con los cuales se le interpret hace unos aos. Un amplio sector reclama, para los agentes particulares, un importante y privilegiado espacio de participacin, y enfatiza sobre la necesidad de construir aprendizaje significativo a partir de las experiencias y desde la misma comunidad. Se pone de relieve, como asunto que debe ser colocado en primer lugar, al momento de disear una agenda de transformacin educativa, la asfixia y el desmrito a la que ha estado sometida la diversidad cultural y la valoracin de nuestras expresiones ms genuinas, sin que ello signifique subestimar la importancia de la cultura universal y sus diversas expresiones. Con diferentes matices, esta visin plural, y esencialmente participativa de la educacin, subyace en el discurso de unos y otros. En trminos generales, se concibe a la educacin como un proceso constructivo y crtico transformador que debe gestarse en la base de la sociedad. Consecuente, con estas ideas, el consenso se ubica en el equilibrio que debe prevalecer entre los agentes pblicos y privados que confluyen en la actividad educativa. Corresponsabilidad y subsidiaridad focalizada se enuncian como las estrategias de mayor aceptacin que permiten enfrentar las desigualdades resultantes del acceso igualitario, sin disponer del equivalente en calidad. Se reivindica el derecho a escoger entre opciones mltiples, la importancia de preservar el pluralismo, el respeto a la diversidad y la responsabilidad com-

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partida, sustrato que soporta la continuidad de un sistema mixto, privado y oficial, para la gestin de los establecimientos del sistema escolar, en todos los niveles y modalidades. Como visin contrastante, esencialmente respaldada por la posicin oficial, se encuentran quienes reivindican el Estado docente y critican el concepto de sociedad educadora, como expresin de un modelo neoliberal que propicia la exclusin. A manera de ilustracin, vale la pena citar a voceros del Ministerio de Educacin, cuando al momento de diagnosticar la educacin del perodo pre-revolucionario, anotan lo siguiente: Se comenz a aceptar la concepcin liberal segn la cual, cada padre escoge el tipo de educacin que quiere para sus hijos y la asume como derecho individual y no social, humano y colectivo; esto conllev a la progresiva entrega de la rectora educativa por parte del Estado y a la liquidacin de los principios de obligatoriedad y gratuidad (MECD, 2004). Luego, cuando se hace referencia al papel de la escuela, se privilegia la visin que la concibe como un instrumento del Estado para alcanzar los fines educativos. Desde este punto de vista, las escuelas constituyen el eje de la accin pblica para llevar adelante la refundacin de la Repblica, entendida esta ltima como las acciones adelantadas por el Estado para construir un nuevo modelo de sociedad, formar nuevos ciudadanos (as) y nuevos republicanos (as); el nico instrumento que posee el Estado para lograr tal fin es la educacin, por ello, debe ser rector, para orientarla, supervisarla, independientemente de quien la imparta y donde la imparta. La doctrina del Estado docente reafirma el carcter de la educacin como derecho social y defiende los principios de obligatoriedad y gratuidad (ibid.). Las finalidades de la educacin Mayoritariamente, los resultados convergen en la marcada tendencia a atribuir a la funcin pblica educativa la promocin cultural de las mayoras. La visin de la educacin, como vehculo de emancipacin y liberacin, aunque no fue adoptada, tampoco fue motivo de rechazo y cuestionamiento. De hecho, se reconoce el efecto positivo de la educacin en el crecimiento de la persona y en la transformacin de la sociedad. Las coincidencias confluyen en una concepcin educativa plural, respetuosa de la diversidad, construida desde las comunidades y

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para las comunidades, en la que prevalezca una prctica educativa que fomente la solidaridad, la igualdad, la democracia y la formacin para la vida, y al mismo tiempo incite a investigar, a estimular la organizacin, dirigida a la meta cognicin, laboral y politcnica, tanto en el orden pedaggico como social. Se aboga en favor de un currculo flexible, abierto, adaptado al contexto regional y local. El proyecto educativo nacional se concibe como la expresin de competencias deseables que adquieren vida en los proyectos locales y de aula. Formar ciudadanos y estimular la participacin autogestionada se constituye en uno de los nuevos propsitos necesarios para el desarrollo integral de la nacin. El concepto de educacin permanente cobra nuevo significado como fuente de creatividad en la bsqueda de soluciones accesibles para las poblaciones excluidas, y en el diseo de opciones educativas ms flexibles y adaptadas a poblaciones contingentes. Los proyectos escolares y de aula se asumen como la herramienta capaz de impulsar la innovacin pedaggica y la renovacin del maestro, en tanto privilegian la dimensin curricular. Desde el punto de vista pedaggico, el enfoque interactivo y constructivista pareciera constituir el punto de encuentro alrededor del cual pueden ser promovidos acuerdos para impulsar una visin compartida de la prctica en el aula, del currculo y de la vida escolar. Con una jerarqua mayor, se reconoce en la formacin de ciudadanos una de las labores ms perentorias a la que deben abocarse los centros educacionales. Se seala como una de las grandes debilidades del sistema escolar, el desplazamiento y la prdida de importancia progresiva de la que fue objeto la educacin en valores, y la construccin de ciudadana, en favor de los procesos de adquisicin y el dominio de contenidos. Esta visin de las finalidades de la educacin encuentra su expresin en las formas de organizacin escolar. El trnsito de un Estado central hacia otro federal y descentralizado que comenz a gestarse a finales de la dcada del ochenta, constituye una de las reformas ms apreciadas por los actores nacionales y regionales consultados. En trminos generales se favorece la organizacin descentralizada del Estado, acompaada de una delimitacin y distribucin clara y diferenciada de competencias entre los distintos niveles de gobierno, alcanzando el traspaso de poder decisorio de la gestin a los centros educacionales con la vigilancia activa de la comunidad educativa.

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Al respecto, se opta por la administracin autnoma de las instituciones educativas, las cuales se visualizan operando bajo autoridad compartida, adscritas preferentemente al nivel municipal cuando se refiere a la educacin inicial y bsica, en el que se prefiguran modelos de supervisin cooperativos, con presencia estadal y local, con una alta participacin comunitaria, institucional y diferenciado segn las necesidades locales. La administracin y el financiamiento En lo relativo a la gestin institucional, y compatible con los planteamientos previamente reseados, se opta por una gestin institucional descentralizada, proceso en el que se asigna un importante papel a la rendicin de cuentas pblicas, y se reconoce una importante participacin a las instancias locales y regionales en el diseo de polticas, la elaboracin de planes y programas, la formulacin presupuestaria, y otros procesos tradicionalmente colocados en el nivel central. Se concibe la planificacin y la gestin administrativa como un proceso cooperativo que implica la elaboracin y el desarrollo de nuevos diseos y prcticas administrativas. En relacin con el financiamiento y la asignacin de recursos para el sector, se asigna mayor importancia a los procesos negociados, en contrapartida a la visin que aboga por asignaciones presupuestarias con cuotas pre-establecidas por ley. Cabe destacar que, a pesar de ser considerada entre las dimensiones consultadas, ninguno de los actores consultados hizo un tratamiento exhaustivo de los problemas de orden administrativo, ms all de sealar el gigantismo que ha adquirido el nivel central y el poco impacto que ha tenido, desde el punto de vista del mejoramiento educativo, la agrupacin de deporte y cultura bajo una sola cartera. Los agentes del cambio A pesar de la irrupcin de las nuevas tecnologas, y aun cuando se reconoce la importancia de su uso como herramienta para reducir la diferenciacin escolar, mejorar la calidad y el acceso a la informacin, se concede mayor peso al contacto personal en la prctica educativa. En esta labor transformadora y de promocin de los cambios institucionales, maestros, padres y representantes ocupan la posi-

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cin de mayor jerarqua, sin que ello conspire en contra de la participacin de otros sectores de la sociedad y del Estado. En general, se admite, en todos los actores de la sociedad, la posibilidad de promover iniciativas para transformar la educacin, y para devenir en promotores de cambios positivos al interior de planteles y centros educativos. Igualmente, es importante resaltar que esta visin emergente reconoce en el Estado el papel rector de la educacin. Ambos actores, escuela y Estado, se consideran parte de un binomio indispensable que debe actuar en coordinacin para funcionar adecuadamente. Valoracin de programas y misiones A partir de las Misiones y Proyectos Banderas, de la actual administracin, se ha intentado recoger la apreciacin que se tiene sobre ellas, esencialmente para detectar el juicio que se emite cuando se evalan los beneficios respecto a los objetivos que se le asignan y al impacto de las polticas educativas enunciadas por la administracin gubernamental. Al respecto podemos sintetizar los resultados afirmando que la iniciativa menos valorada, por su reducida importancia y alcance, es la Misin Robinson I. Aumenta la dispersin en los puntos de vista cuando se hace alusin a las Misiones Simoncito y Robinson II. Asimismo, cuando se intenta establecer prioridades y se solicita que se establezca un orden jerrquico con relacin a los proyectos que se consideran deben continuar en el tiempo, la jerarqua privilegia de nuevo a los niveles de educacin preescolar y bsica, en detrimento de la culminacin acelerada de la educacin media (Misin Rivas), programa bastante cuestionado en el seno de los educadores. Ahora bien, al momento de valorar la educacin venezolana y su situacin respecto al pasado reciente, el sector oficial y algunos organismos internacionales resean resultados positivos en el avance del sector, a pesar de que la mejora de los indicadores numricos no muestra grandes cambios. Otro grupo considera que, aun reconociendo la necesidad de una estrategia de masificacin, se observa estancamiento en el orden cualitativo. A manera de postura intermedia, muchos consideran que lo que estaba bien sigue bien y lo que estaba mal sigue mal. Se denota que las fallas persisten y que son temas de obligada reflexin los siguientes:

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a) Las estrategias de ampliacin de la oferta. b) La prdida de calidad educativa y el aumento de la diferenciacin escolar. c) La imprecisin e indefinicin del nivel de educacin media. d) La discontinuidad en el desarrollo de los proyectos de reforma curricular de la tercera etapa de bsica, la educacin media y la educacin tcnica. e) La marginacin del nivel de educacin superior. f) La desarticulacin del sistema educativo entre los diferentes actores nacionales, regionales, pblicos y privados g) La visin tradicional, politizada y corporativa del sector sindical, obstculo difcil de vencer, al momento de combatir prcticas administrativas que distorsionan las funciones de los rganos de administracin. h) El desestmulo a la descentralizacin y a los programas de apoyo a sectores populares adelantados por actores ajenos al oficialismo, particularmente del nivel central. i) La recentralizacin y reconcentracin de los poderes, limitacin de la participacin del sector privado y de grupos organizados. j) La desinstitucionalizacin y creacin de rganos paralelos para la gestin. Valoracin de las gestiones anteriores En un ejercicio dirigido a calificar, retrospectivamente, las debilidades y fortalezas inherentes a los procesos de transformacin acometidos en el pasado reciente, y con el propsito de sacar algunas lecciones del camino transitado, se pudieron listar varios sealamientos. Existen coincidencias cuando se denotan que estas debilidades constituyeron obstculos para que se produjeran mayores impactos positivos en la educacin. Se mencionan entre ellas: a) La baja participacin e incorporacin del docente y de las comunidades educativas a los procesos de cambio. b) La baja capacidad de negociacin y generacin de alianzas entre grupos al interior de la misma gestin y con sectores claves. c) Las limitaciones para generar aprendizaje institucional. d) La ausencia de una estrategia comunicacional asociada a la desvalorizacin de la divulgacin de informacin como un elemento relevante para el xito de la gestin.

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e) La dificultad para definir los alcances y proyectar la ejecucin en el tiempo de la gestin, lo que conspir en contra de los proyectos emprendidos. f) La aplicacin inadecuada de recursos: dispersin y baja capacidad de ejecucin. g) La falta de visin para captar los signos de alerta del sistema y actuar positivamente sobre ellos. h) La prdida de capacidad de inversin para atender la expansin de la cobertura y los requerimientos de infraestructura educativa. i) El bajo compromiso del Estado para asegurar niveles de ejecucin satisfactorio de los recursos multilaterales disponibles. En contrapartida se sealaron como fortalezas: a) La alta competencia de los equipos profesionales y promotores de iniciativas. b) La creatividad e innovacin. c) La estrategia de financiamiento al concentrar la inversin en educacin bsica. d) El impulso a la participacin de las diferentes instancias territoriales de gobierno. e) La apropiacin de la problemtica educativa por sectores de la sociedad ajenos al sector educativo propiamente dicho. f) La optimizacin de los recursos multilaterales que llegaron a estar disponibles. En estrecha vinculacin con las debilidades y las fortalezas enunciadas se reconocen como aciertos de las polticas anteriores: a) Enfoque integral e incluyente de los problemas escolares. b) Impulso de alianzas estratgicas institucionales con actores regionales, y locales. c) Reconocimiento y fortalecimiento de las regiones a travs de la descentralizacin y co-administracin de programas y proyectos educacionales y en la formulacin de polticas. d) Apertura de la participacin en la gestin a actores no tradicionales. e) Capacidad para manejar la crisis financiera y para mantener el sector en funcionamiento. En contrapartida, y como corolario a lo anterior, se consideran como los mayores desaciertos: a) Carencia de estrategias claras para promover la participacin directa de los ciudadanos.

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b) Ausencia de estrategias comunicacionales para impulsar, promover y arraigar el mensaje de la reforma educativa emprendida y trasmitir efectivamente los programas emprendidos a la poblacin. c) Tratamiento equivocado de la relacin con el sector universitario, con lo cual se perdi un importante aliado y se debilit la gestin de las instituciones de educacin superior, particularmente de las universidades experimentales. d) Insuficiente valoracin estratgica de los obstculos impuestos a las iniciativas de cambio institucional y educativo, procedentes del entorno poltico y de grupos, as como de actores determinantes como los sindicatos y gremios. e) Falta de continuidad y de oportunidad para desarrollar realmente una propuesta y de evaluar su efectividad. f) Atencin insuficiente al maestro, la infraestructura educativa y a la poblacin excluida. Valoracin de la gestin actual Haciendo un ejercicio similar, al valorar la gestin actual, se recogen resultados. Entre los sealamientos enunciados, se reconocen como aciertos: a) La continuidad de programas iniciados en administraciones anteriores: escuelas integrales, plan alimentario escolar, entre otros. b) Valoracin adecuada del mercado social y de las necesidades educativas, as como de la capacidad para promocionar y movilizar a la poblacin en torno de ellos. c) Habilidad para generar la percepcin de que las cosas se estn haciendo y producir expectativas positivas con relacin a que en algn momento los programas llegarn a todos los desaventajados econmicamente. d) Logro del reposicionamiento de la educacin como bien deseable y accesible, al alcance de toda la poblacin, valoracin que se haba perdido a lo largo de los ltimos quince aos. e) Utilizacin de una buena estrategia de expansin, aunque insuficiente por los problemas de calidad y el agravamiento de la exclusin a los que inevitablemente conducen. Consistente con los planteamientos anteriores, se consideran grandes equivocaciones con indeseables repercusiones futuras:

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a) Creacin de falsas expectativas e ilusorias posibilidades de xito en los beneficiarios de las Misiones, las cuales se desvan de la estrategia de inclusin que se supone las origina. b) Debilitamiento de la capacidad institucional instalada, de los equipos profesionales y la prdida de la memoria institucional. c) Resquebrajamiento del mecanismo de seguimiento, evaluacin y control. d) Carcter partidario y excluyente de la propuesta educativa, con una expansin de la oferta accesible solo para adeptos. e) Profundizacin de las desigualdades escolares, con la promocin de circuitos educativos para pobres de dudosa calidad. f) Direccionalidad de la poltica educativa ms centrada en los problemas sociales que en los de orden pedaggico. g) Obstculos impuestos para acceder libremente a la informacin institucional y a los diseos y contenidos originales de las misiones. h) Relajamiento de los mecanismos de evaluacin, seguimiento y control de los proyectos y programas. i) Carcter coyuntural de los programas ms promocionados, con alto contenido proselitista, de elevados costos y baja sustentabilidad. Un elemento importante a resaltar es el reconocimiento que en general se hace de la visin estratgica a la que se atribuyen las siguientes fortalezas: a) Eficiente estrategia comunicacional y de promocin. b) Capacidad de interpretar necesidades sentidas. c) Capacidad de trasmitir mensajes directos al ciudadano. d) Buenas polticas de choque para ejercer presin sobre el MECD y que finalmente podrn estimular cambios institucionales e) Consistencia entre la direccin de los recursos y del gastos con los propsitos de los programas f) Enfoque integral e incluyente de los problemas escolares En contrapartida, se definen como grandes debilidades: a) Desintitucionalizacin de la gestin, lo que genera una gran distorsin y prdida de legitimidad del sector en todas las instancias y niveles. b) Baja capacidad de negociacin e inclusin. c) Debilitamiento de alianzas tradicionales y nuevas. d) Alta conflictividad en el manejo poltico e institucional. e) Aislamiento de sectores ajenos al sector oficial.

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f) Baja capacidad de aprendizaje institucional y de reconocimiento de la continuidad. g) Baja capacidad de inclusin de sectores calificados y reconocidos al interior del sector educativo. h) Incapacidad para generar aprendizaje institucional. i) Recentralizacin del hecho administrativo y pedaggico. j) Aplicacin inadecuada de recursos: muchos recursos, poca eficiencia. k) Interrupcin y discontinuidad de programas sociales adelantados por gestiones precedentes que tardamente se desean repotenciar. l) Ausencia de supervisin, control y rendicin de cuentas pblicas sobre los recursos ejecutados. Se reconoce que en la actual administracin, la poltica social compensatoria que acompaa los programas educativos se distingue de los esfuerzos anteriores, por el impacto afectivo y de altas expectativas que ha generado en las poblaciones de menores recursos. Los nudos crticos Los temas de disenso Cuatro grandes temas, estrechamente entrelazados, concentran las divergencias, fuente de confrontacin de las posturas doctrinarias e ideolgicas sobre el hecho educativo: el papel del Estado, la descentralizacin, las relaciones escuela/sociedad y la formacin docente. Todos ellos aluden a concepciones contrastantes que inciden no solo en la concepcin que se tiene sobre la funcin pblica educativa, sino tambin sobre las polticas pblicas que de all se derivan. Resolver o clarificar estos nudos crticos resulta trascendente porque de la interpretacin que se hace en torno de dichas concepciones, se desprenden las acciones estratgicas y programticas que asumen unos y otros, como deseables o indeseables. La discusin sobre los problemas de la educacin venezolana est embargada hoy de alto contenido axiolgico y normativo. La concepcin en torno de los fines y propsitos de la educacin en la sociedad y particularmente, sobre el papel del Estado estn a la orden del da, como tema al cual se le atribuye la mayor importancia. A diferencia de otros momentos de amplia discusin sobre la educacin en Venezuela, sobresalen significativos desacuerdos sobre la

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visin del Estado y su papel en la sociedad. Las discrepancias encontradas alertan sobre la ruptura del acuerdo social en torno de los modelajes sociales que debe impulsar la educacin y, en consecuencia, sobre la visin de sociedad a la que se aspira. De los resultados obtenidos se desprende que si las categoras axiolgicas, normativas, as como el papel del Estado, aspectos analizados en la consulta, se agrupan en una gran categora valorativa, encontramos que, en el conjunto, la tendencia se inclina ms a favorecer el tratamiento y la discusin sobre los principios y concepciones doctrinarias, que hacia aquellos asuntos de orden estrictamente pedaggico que han sido los que tradicionalmente han constituido el centro de las preocupaciones y reflexiones de los docentes, representantes y de los sectores que se benefician de los resultados de la educacin. En trminos generales, y a manera de interpretacin, se podra adelantar que por encima de las cuestiones inherentes al sistema escolar, se coloca como inquietud, el papel de la educacin en la sociedad. Retomar la discusin y la bsqueda de acuerdos sobre este tpico en particular parece impostergable para restablecer un equilibrio entre las relaciones que deben prevalecer entre el Estado y la sociedad, o al menos con una importante fraccin de ella, que no se ve reflejada en los acuerdos bsicos que la soportan. Dentro de este mismo orden de ideas se argumenta que la continuidad y profundizacin del centralismo conducen a la reproduccin de los errores cometidos en el pasado, al valorar escasamente la diversidad cultural, las diferencias regionales y locales, las minoras tnicas, y a descuidar la formacin del docente para atender la diversidad. Esta percepcin contrasta con la postura de quienes sustentan que le corresponde al Estado la mayor responsabilidad en materia educativa, y que el mismo debe utilizar su poder para sentar las bases de la nueva sociedad a la que se aspira. Desde esta perspectiva, la nueva institucionalidad est sustituyendo gradualmente el orden viejo y decadente por uno renovado, compatible con el nuevo modelo de pas que se aspira construir y desarrollar. Un ejemplo de esta interpretacin de la realidad se recoge en las declaraciones del ministro Aristbulo Istriz, quien en entrevista concedida a Venezolana de Televisin, sostiene que es necesario bypasear la estructura del Ministerio para masificar los derechos sociales establecidos en la Constitucin. As, se han creado nuevas alternativas que se reflejan en las Misiones, las cuales deben verse juntas por ser la base del nuevo Estado.

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Son al mismo tiempo una respuesta coyuntural y estratgica que articulada al desarrollo de la economa popular y de la organizacin de cooperativas, conforman los fundamentos de la nueva sociedad. El segundo nudo crtico de importancia remite a la organizacin del conjunto del Estado para el ejercicio de la funcin pblica y dentro de ella, la que compete al sector educacin. Aparentes acuerdos disfrazan diferentes puntos de vista en torno de la organizacin territorial que debe adoptarse. A pesar de que ninguno de los entrevistados se mostr en desacuerdo con la descentralizacin, bajo esta misma terminologa se prefiguran diversos modelos organizativos y arreglos institucionales. Las posiciones oscilan entre la organizacin centralizada, con un Estado fuerte, bajo la conduccin del Ejecutivo Nacional de un lado y el reparto de competencias a lo largo de las distintas instancias de gobierno; modelo de administracin descentralizado en el cual se asigna una buena parte de las atribuciones administrativas y operacionales a las gobernaciones, los municipios, las parroquias, a las propios establecimientos escolares y a las comunidades educativas. Por su parte, quienes abogan por la organizacin descentralizada del Estado y la profundizacin del modelo federal, invocan la ampliacin de la participacin ciudadana en los asuntos pblicos, y la cercana a los administrados para promover el traspaso de competencias a las instancias intermedias de gobierno. Ms all de esta concepcin se colocan quienes ven en la descentralizacin la devolucin de atribuciones y competencias ciudadanas, confiscadas por los rganos del poder pblico, toda vez que corresponden al mbito de lo privado y como resultado de la expansin del Estado. Muy vinculado a la organizacin del Estado y al concepto de autonoma escolar aludido, surgen las posiciones contrapuestas que hablan de las relaciones entre la escuela y la comunidad: tercer nudo crtico que debe ser encarado. Al igual que con la descentralizacin, todos los actores consultados coinciden en sealar que la escuela debe ser el centro de la comunidad, solo al devenir en el eje central de la comunidad adquiere formas diferentes para unos y otros. Para un sector, se entiende a la escuela integrada por la comunidad de intereses de padres, docentes y estudiantes, quienes deciden su destino, as como las acciones y estrategias que se desplieguen para la articulacin en el entorno.

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Desde esta perspectiva, la escuela se abre a su medio circundante para darle oportunidades a la participacin y para incidir en el mejoramiento de su entorno social, pero el control se reserva para sus miembros naturales. Sin lugar a dudas, del discurso y de las declaraciones analizadas surgen profundos disensos que ponen al descubierto dos visiones del mundo, y hablan de concepciones culturales en conflicto, dificultndose la gobernabilidad. Por la importancia estratgica que tiene la educacin en la reproduccin de la cultura y la promocin de valores, la bsqueda de acuerdos bsicos es ineludible, si se pretende fundamentar la convivencia social y el modelo de sociedad al que se aspira colectivamente en el consenso mnimo, propio de los sistemas democrticos y compatibles con la visin plural del mundo que se aboga. Un cuarto nudo que alimenta la controversia se centra en la formacin docente. Cobra relevancia de nuevo el problema de la formacin docente y la orientacin que se le debe imprimir. Aun cuando todos los sectores le reconocen un papel privilegiado en la dinmica educativa y, por consiguiente, en el logro de los objetivos y finalidades de la educacin, se denota la tendencia a la homogeneizacin y a la afiliacin doctrinaria que quiere asignrsele desde el Estado. Al respecto, en documento del Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte (MECD) reza: El sistema (de formacin) considera que toda persona que aspire a formarse y ejercer como docente en base a lo que establece el Art. 104 y 105, deber incorporarse desde el inicio de su formacin a una escuela (para lo cual se han seleccionado las Escuelas Bolivarianas) a objeto de que su formacin vaya aunada a la realidad que determina el sistema, a las exigencias del proceso de revolucin educativa, y a los facilitadores de las misiones garantizarles su formacin y acceso al ttulo universitario para el avance dentro del concepto de integridad y calidad. Unas primeras conclusiones Al examinar el balance que se hace sobre la educacin venezolana, particularmente en los niveles preescolar, bsica y media, e incluso las modalidades, encontramos grandes coincidencias en el enunciado de los problemas desde hace ya ms de dos dcadas. Es frecuente y casi reiterativo la similitud en el contenido de diagnsticos que hablan de deficiencias en la calidad educativa, el deterioro de la oferta,

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las deficiencias en la atencin, la desactualizacin de la formacin docente y la ineficacia de la capacitacin; se alude tambin a la existencia de una prctica pedaggica inapropiada y se cuestionan, al lado de estos grandes sealamientos, el centralismo, la burocracia, el corporativismo sindical, el partidismo y otros vicios que se fueron instalando en la administracin pblica a lo largo de casi 20 aos. Descentralizacin, proyecto escolar, proyecto pedaggico de plantel y de aula, plan alimentario escolar, escuelas integrales, bibliotecas de aula, reforma curricular de la educacin bsica, reforma de la educacin media, recuperacin de las escuelas tcnicas, educacin polivalente en el trabajo y para el trabajo, recuperacin de la educacin tcnica profesional, universalizacin de la educacin preescolar y bsica, autonoma escolar, ampliacin de la planta fsica escolar, alargamiento de la jornada, participacin comunitaria en la gestin, entre otros, son componentes de una nueva manera de entender la educacin tanto en sus aspectos sociales, pedaggicos y culturales. Un nuevo paradigma comenz a gestarse en torno del cual se aglutinaba el pensamiento de un sector significativamente importante de los educadores del pas y que, en gran medida, se refleja en la visin emergente que, a grandes rasgos, hemos dibujado previamente. Si tomamos como referencia otras consultas sobre la concepcin educativa de los educadores y actores polticos e institucionales vinculados al sector educativo, encontramos en todas ellas esa nueva manera de entender la educacin, propia de la visin emergente, y verificamos la internalizacin de un discurso cualitativamente diferente al que se sustent antes de los aos ochenta. Hablan de ellos los documentos de la Asamblea de Educacin (1998) y los de la Constituyente Educativa (1999), procesos de amplia consulta, donde se revelan enormes coincidencias. Del anlisis de contenido es posible constatar que las proposiciones construidas por docentes de todas las regiones del pas, que fueron convocados a esas consultas, no evidencian grandes disimilitudes respecto al cuerpo de ideas que sirven de soporte a los planteamientos de transformacin educativa que proceden de uno y otro sector de opinin. Una de las lecturas que se puede hacer de esta gama de coincidencia es que, a pesar del discurso antagnico, subyace un slido consenso en torno de los problemas fundamentales. Es frecuente recurrir, en los documentos oficiales, a trminos tales como la nueva escuela, la nueva repblica, el verdadero hombre

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nuevo, la nueva democracia, la verdadera descentralizacin, conceptos todos cargados de la subjetividad que cobra fuerza en el discurso para, a partir de all, intentar establecer diferencias entre las propuestas reformistas y las propias del proceso revolucionario, sin que se logren definir lmites claros entre unas y otras. El eje del conflicto se coloca en la discrepancia de visin entre quienes consideran que la educacin debe estar abierta a todas las corrientes del pensamiento, exenta de imposiciones e interpretaciones parciales de la realidad que atentan contra la libertad de pensamiento y el respeto a la diversidad, acusndose unos a otros de adolecer de la misma debilidad. La controversia se acenta cuando se revisan estrategias y programas referidos a la reforma institucional de los rganos del poder pblico, y a la manera de organizarse para ejecutar proyectos y programas. En esta materia es posible encontrar visiones contrarias e irreconciliables. Otro tanto ocurre cuando se analizan las estrategias puestas en prcticas, asociadas a formas no convencionales de ampliacin de la oferta educativa como instrumento para la masificacin de derechos educativos y como sistema de inclusin, particularmente en el diseo y la instrumentacin de las llamadas Misiones. El conjunto de los actores coinciden en valorar a la descentralizacin y la reforma curricular de la educacin bsica como los programas ms importantes y positivos emprendidos bajo la gestin reformista. La descentralizacin se resea como uno de sus aportes, al permitir el fortalecimiento de las regiones y la potenciacin de equipos profesionales en los estados, al generar valor agregado a la administracin regional, abriendo el camino para el rediseo de una institucionalidad diferente para la gestin del sector educativo. En cuanto a la reforma curricular se valora su alto impacto en la concepcin integral de la administracin del currculo que foment, y por la imposicin de una dinmica de consulta desde la base de la organizacin escolar. En contrapartida, son sujetos a cuestionamiento, tanto de las gestiones precedentes como de la actual, las estrategias y los programas de capacitacin docente por su diseo tradicional y descontextualizado de las necesidades del aula. Igualmente, se cuestiona, con mucha fuerza, la baja capacidad de respuesta para avanzar en la reforma de la tercera etapa de la educacin bsica y la educacin media, diversificada y profesional.

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En definitiva, se coincide en sealar que calidad, eficiencia e inclusin siguen siendo los problemas a resolver. A las necesidades anteriores se suman nuevas carencias por el incremento de la pobreza, el desempleo y el deterioro de las condiciones de vida de la poblacin. En general, la situacin se califica de estancamiento ms que de regresin de las condiciones de partida; y, las soluciones adelantadas, aun cuando algunas se les reconoce su efecto positivo, no han sido generalizadas con la suficiente fuerzas como para revertir radical y significativamente los indicadores cuantitativos y cualitativos, a pesar de la leve mejora que han experimentado en estos ltimos aos. Se insiste en la estrecha dependencia entre el mejoramiento de las condiciones econmicas, polticas y sociales, y el mejoramiento de los resultados escolares; por consiguiente, para alcanzar mayor y mejor rendimiento es indispensable reducir el impacto de la pobreza en la poblacin escolar. Se reconoce la existencia de experiencias positivas y negativas que no han sido estudiadas suficientemente para sacar de ellas el mximo provecho, al arrojar informacin sobre lo que debe o no debe hacerse en educacin. Al respecto, existe la opinin compartida de que muchas potencialidades y recursos estn siendo mal aprovechados. Los resultados de esta indagacin obligan a profundizar en el significado de los conceptos y en la interpretacin que se hace de ellos desde una u otra postura. Para evitar consensos dbiles y poco significativos, result imperativo abrir una nueva ronda de consultas, para ahondar en los distintos discursos e intentar comprender las significaciones que los mismos tienen para los diferentes actores consultados. Nuevos elementos han venido a sumarse a la discusin y a la confusin. Entre ellos, la nueva propuesta ideolgica relativa al socialismo y a su interpretacin y aplicacin a la realidad social venezolana. Parte de estas temticas las abordamos en los captulos siguientes, con el propsito de estimular la discusin y la construccin de un discurso claro, que haga posible develar las diferencias y emprender as un dilogo franco que facilite la comunicacin. El abordaje de los nudos crticos y la agenda educativa pendiente Profundizar en el anlisis de los nudos crticos detectados implic la definicin previa de una metodologa, y la seleccin de enfo-

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ques y dimensiones comunes que hiciesen posible tratar como un conjunto las reas seleccionadas, a saber: el papel del Estado desde los derechos ciudadanos; la organizacin territorial del sistema educativo; la gestin escolar y el papel de las comunidades; y, por ltimo, la formacin del docente como agente fundamental de la transformacin educativa. Todas ellas abordadas desde la perspectiva de la equidad, la participacin, la corresponsabilidad y la justicia social. A manera de sntesis recogemos en esta seccin los aportes de mayor significacin, que se ponen de relieve a partir de la indagacin realizada en cada una de las temticas que hemos abordado en el segundo momento de desarrollo de este acercamiento al estado del arte del pensamiento educativo de la Venezuela de hoy. Ms adelante se recopilan, con mayor exhaustividad, las reflexiones de los respectivos autores, con cuyas disertaciones estn abiertas a la discusin y al intercambio constructivo. Esta primera aproximacin analtica nos permitir detectar tanto los nexos que hemos logrado articular como los vacos que debemos subsanar. La poltica de equidad educativa en Venezuela El tratamiento del tema coloca el nfasis en la aspiracin de sustentar una discusin plural en torno de la posibilidad de hacer del principio de equidad un eje propulsor que vaya ms all del simple enunciado normativo y reglamentario, para adentrarnos en la construccin de las polticas pblicas en educacin, que permitan traspasar el reino de los deseos, e instalarnos en el de la viabilidad democrtica e incluyente que haga de la educacin un motor realmente eficiente, para que la escuela permita el desarrollo personal pleno, facilite la inclusin social de los escolarizados, y el libre acceso y prosecucin de quienes estn fuera de ella. Una escuela socialmente responsable, que atienda los requerimientos educativos de las mayoras y minoras. Como cuestin inicial se plantea la necesidad de clarificar la manera de entender el concepto de equidad y al mismo tiempo diferenciar las estrategias que han sido utilizadas para lograrla, los costos que hay que pagar para lograrla y el tipo de Estado que se necesita para hacerla viable, la dosificacin de los esfuerzos que tienen que realizar los actores involucrados y las cosas que hay que dejar de hacer

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en el pas para que todos seamos educados, en trminos de la acumulacin de escolaridad. Podemos hablar de un espacio para la discusin, enmarcado en el anlisis de las polticas pblicas educativas, a partir del nfasis que se le asigna a la cobertura o a la igualdad como estrategias para alcanzar la equidad. Al respecto, a manera de matriz analtica de los distintos proyectos polticos, pueden resumirse las posiciones diferenciadas de la manera siguiente:nfasis en la cobertura nfasis en la igualdad Oportunidades/Libertad de acceso y prosecucin. Igualacin natural lites/Educacin para los mejores Proyecto: Meritocrtico Masas / Educacin para todos Proyecto: Social Demcrata

Condiciones/ Compensacin Proyecto Social Cristiano Proyecto: de desigualdades. Revolucionario Bolivariano Igualacin inducida

La equidad refiere a los problemas que se plantean a un tipo de educacin que domina en la esfera de lo pblico en las sociedades organizadas democrticamente. Equidad, viene a constituir el recurso de formalizacin discursiva que indica que todos caben en la escuela instalada y que, cuando no, hay que producir los arreglos para que ello sea posible. Dos grandes estrategias generalmente acompaan este objetivo. La primera, refiera al mejoramiento de las condiciones de los individuos para que puedan acceder a la escuela, favoreciendo con estrategias de discriminacin al revs a los desaventajados, compensando lo que impide la igualdad frente a las oportunidades de crecer socialmente por intermedio de la acumulacin de escolaridad y de saberes certificados por el Estado. La segunda, remite a la flexibilizacin de los mecanismos instalados para la cohesin y el desarrollo de instituciones capaces de crecer cualitativamente, asegurando la entrada de la mayor cantidad de personas posibles a la escuela. Las recomendaciones de los organismos internacionales, las tendencias visibles en el juego de actores que se mueven en el mundo de decisiones, parecen estar favoreciendo a la concepcin de la equidad como igualdad de condiciones, pero ello entra en conflicto con

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las demandas crecientes que muestran las tendencias demogrficas. El reto, entonces, consiste en desarrollar una educacin de masas que impida la segregacin de los que menos tienen, a la vez que evite que los grandes nmeros desgasten la calidad de los aprendizajes que se pueden lograr por medios educativos instituidos. Efectivamente, hay estrategias donde los grandes nmeros no llegan a desgastar la calidad, pero ello implica una transformacin profunda en la estructura del espacio escolar y en la concepcin del que aprende y del que supuestamente ensea, lo cual, a su vez, responde a un cambio en la visin del ser humano que estamos lejos de haber resuelto y por el que tendramos que comenzar para repensar las bases de la educacin y resolver nuestros problemas educativos en el largo plazo. Este reto se convierte en un dilema a la hora de establecer prioridades de poltica pblica, nada fcil de resolver ante un escenario caracterizado por un crecimiento elevado de poblacin y recursos financieros que aun, cuando coyunturalmente abundantes, se reparten entre mltiples y crecientes necesidades en pases con altos ndices de pobreza y poco crecimiento del empleo, como en el nuestro. Al lado del anlisis de las distintas visiones sobre la equidad y de las acciones adecuadas para avanzar en esa direccin, se intenta revisar y adelantar conclusiones sobre la situacin de la equidad educativa en Venezuela, a partir de la revisin del comportamiento de dos grandes indicadores: la incorporacin a los centros escolares de la poblacin (matrcula) y la participacin del gasto en el conjunto del Producto Interno Bruto. Igualmente, se hace una aproximacin al anlisis del gasto educativo teniendo como elemento comparativo los recursos dedicados al gasto social total. Esta revisin permite emitir un juicio justo acerca de la correspondencia que pueda haber entre las expectativas, a partir de la Constitucin de 1999, respecto a la inclusin social que genera la escolaridad y la tradicin implantada en el pas, al menos desde 1958, en el sentido de un Proyecto Educativo Nacional que tiene como eje central el logro de la escolaridad plena de la poblacin. Desde esta perspectiva, en el estudio que hemos adelantado, dejando de lado las consideraciones de rigor respecto a la calidad de la instruccin que se obtiene en las escuelas, se parte de la premisa de que si la dinmica escolar tiende al crecimiento, consideramos que hay un correlato positivo entre poltica pblica y realidad. Si por el contrario, a partir de los datos se visualiza estancamiento o decreci-

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miento absoluto o relativo a un parmetro definido, podramos valorar que ese correlato arroja una relacin negativa. A manera de conclusin, y apoyado en las cifras, el estudio concluye que estamos lejos de expresar el ideal anotado, tanto desde el punto de vista financiero como en materia de cobertura y de expansin de la matrcula. Sin dejar de reconocer la tendencia expansionista que muestran los indicadores considerados, a saber expansin de la matrcula y del gasto, la educacin parece tener menor prioridad que otros gastos de tipo social que se sintonizan mejor con las prioridades reales del Gobierno a partir de 1999. Es posible observar una asintona importante entre el discurso declarativo respecto al principio de equidad como rector de lo que se hace en educacin escolar y los resultados reales en materia de expansin y de inversin pblica. En ambos rubros los datos denotan una expansin muy modesta, ms an si se pone en juego el dato de que estamos viviendo el ciclo ms largo y pronunciado de expansin de la renta nacional que se conoce en el pas al menos desde 1958. Sigue an pendiente, por consiguiente, la construccin de una respuesta a la equidad, que permita acelerar y profundizar los logros alcanzados hasta el presente. Algunas interrogantes son propuestas para estimular la discusin en torno de lo que tenemos que hacer los venezolanos para juzgar dnde estamos fallando al querer y no poder hacer de nuestra educacin lo que aspiramos; y, ms importante an, producir las soluciones prcticas para acortar una distancia que termina por hacerse insoportable, en los precisos instantes en que el boom petrolero nos ofrece la ocasin para que las palabras bienintencionadas se transformen en hechos tangibles. Cmo hacer realidad, en el marco de nuestras especificidades nacionales, la equidad educativa?; por qu ha habido siempre tanta distancia entre la retrica proclive a la equidad y los resultados reales?; qu podemos hacer para que esta distancia se acorte?; qu tan ineficiente es el aparato escolar instituido como para tener que recurrir a operativos como las Misiones?; por qu los resultados efectivos alcanzados en el ltimo sexenio son tan magros en materia de equidad y posiblemente tambin de calidad, y gozan de tanta aceptacin, si damos por ciertos las mediciones sobre la aceptacin de la gestin de gobierno realizadas por distintas encuestadoras de opinin nacionales e internacionales?

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Esperamos que del intercambio, que podamos estimular, sea posible construir caminos, respuestas, y sincerar los alcances reales de lo que podemos hacer en materia educativa con los escenarios presentes, los recursos disponibles y el establecimiento de consensos estratgicos que aseguren la continuidad del acuerdo social que sirve de soporte a la sociedad venezolana. Equidad y justicia social: retos para las instituciones de educacin superior Luego de revisar la postura de actores acadmicos y analistas diversos de la problemtica de la educacin superior venezolana se concluye aceptando que el vertiginoso crecimiento de la educacin venezolana, ocurrido desde los inicios de la democracia, perdi su dinamismo movilizador y muestra, desde hace ya unas dcadas, evidentes signos de exclusin social, en el cual quedan limitados a incursionar los estudiantes procedentes de los estratos sociales ms pobres de la sociedad. Igualmente se pone en evidencia que las universidades son un nicho al que solo acceden algunos privilegiados, mientras que el grueso de los aspirantes, con menores recursos, se dirige principalmente a los institutos universitarios que ofrecen carreras cortas. Otro elemento significativo deviene de la constatacin de que las pruebas selectivas que aplican las facultades y escuelas suelen discriminar con mayor fuerza que la Prueba de Actitud Acadmica que aplica el Consejo Nacional de Universidades, a travs de la Oficina de Planificacin del Sector Universitario (OPSU); proceso que ha actuado preferiblemente como gestor de las desigualdades socioculturales y como mecanismo de distribucin desigual de saberes. Todo este cmulo de constataciones, de acuerdo a los investigadores consultados, ponen en tela de juicio la contribucin que la universidad hace a la consolidacin de la demo