retos del docente en el siglo xxi
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TAREA 1
RETOS DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI
Eder Javier Peña Valenzuela
El mundo está sufriendo muchos cambios, ante todo esto, el maestro debe de adaptarse a
todos ellos. En ese sentido, las modificaciones que están ocurriendo en el planeta, tal
como menciona Jamil Salmi, son las siguientes: “a) la globalización económica, b) la
importancia creciente del conocimiento en el desarrollo económico y c) la revolución de la
comunicación e información”. En el presente texto se desarrollará acerca de cómo estos
cambios, modifican la tarea del docente y cómo deberían incorporarse en la tarea docente
para que pueda responder, verdaderamente, a los requerimientos del siglo XXI.
Partiendo de eso, es necesario replantearse las implicancias para la educación
superior que Salmi reconoce, y que son en resumen las siguientes: los cambios radicales
en necesidades de entrenamiento, tal como la necesidad de los trabajadores requieren de
un mayor nivel de habilidades; las necesidades de educación y capacitación es la creciente
importancia de la educación continua por la necesidad de actualización; el atractivo de los
títulos universitarios con aplicación internacional.
Entonces, ante todo esto, es necesario reconocer el primer cambio que se debe de aplicar en la docencia universitaria. En primer lugar, hay que instaurar el cambio en la visión de la docencia en el siglo XXI, y es preciso relacionar el currículo de la universidad con lo que solicitan las empresas. Boterf (citado por Anzorena) sostiene que las empresas necesitan modelos organizacionales con empleados que sepan una serie de acciones: seleccionar, utilizar, comunicar y compartir información, asimismo que puedan tomar iniciativas, decidir, anticipar y proceder a arbitrajes entre criterios múltiples. Es decir, que sean capaces de enfrentar situaciones caracterizadas por la complejidad y la inestabilidad. Además, deben de gestionar una situación profesional compleja supone saber actuar, y esto implica combinar varios “saber” y “saber hacer”. También es fundamental la capacidad de movilizar los recursos del entorno: redes profesionales, redes documentales, bancos de datos e instrumentos de trabajo.
En segundo lugar, es vital que toda la universidad se dé cuenta y coloque su atención en un estilo docente centrado en el aprendizaje del alumno. Esto quiere decir que, primero, según Pedro Morales (2006) se debe hacer una revisión de las actitudes y creencias del profesor sobre su propia función docente, en este aspecto es necesario centrarse en la diferencia entre medios (docencia) y fines (aprendizaje). Además cobran nueva importancia determinadas competencias, tales como 1) el diseño de tareas de aprendizaje, 2) la evaluación orientada a) a condicionar un estudio inteligente en el alumno y b) a corregir errores a tiempo, y 3) las competencias relacionales.
En tercer lugar, en concordancia con Salmi, proponemos que el docente se adapte al medio cambiante y que no sólo reestructure las instituciones de educación, además
de que aplique las nuevas tecnologías. Para esto, las universidades deben de romper fronteras utilizando el internet o transmitiendo cursos a través del satélite. Para esto, se debe incorporar las clases virtuales, así como aprovechar la tecnología en las sesiones de aprendizaje en todos sus niveles. Incluso, es necesario organizar las disciplinas tradicionales de manera diferente, tomando en cuenta el surgimiento de nuevos campos científicos y tecnológicos, como las siguientes: biología molecular, biotecnología, ciencia de materiales avanzados, microelectrónica, sistemas de información, robótica, sistemas inteligentes y neurociencias, así como ciencias ambientales y tecnología, entre otros.
En conclusión, de acuerdo con las lecturas, los cambios que deberían incorporarse en la
tarea docente para que respondan a los requerimientos del siglo XXI son tres: primero, la
instauración el cambio en la visión de la docencia en el siglo XXI: relación entre el
currículo de la universidad y los que solicitan las empresas. Segundo, la universidad se
debe dar cuenta y colocar su atención en un estilo docente centrado en el aprendizaje del
alumno. Tercero, es importante que la universidad se adapte al medio cambiante y
aplique las nuevas tecnologías.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Anzorena, Oscar. (2003) En [desde] el aula". En XI Jornadas de Reflexión Académica
febrero 2003. IV ( 4). Buenos Aires.
Morales, Pedro. (2006) “Implicaciones para el profesor de una enseñanza centrada en el
alumno”. En Miscelánea. 64 (124). pp. 11-38.
Salmi, Jamil. “Educación superior. Enfrentando los retos del siglo XXI”. [en línea]
http://www1.woldbank.org/education/tertiary/lima.html