resúmen y reflexiones
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UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN FACULTAD DE EDUCACIÓN DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA
“EMOCIONES Y LENGUAJE EN EDUCACIÓN Y POLÍTICA”
DR. HUMBERTO MATURANA
ANÁLISIS Y RESUMEN
Profesor : Sr. Lester Aliaga Castillo
Estudiante : Cecilia Fabio Araya Módulo : Comunicación en contextos pedagógicos
POSTÍTULO EN PEDAGOGÍA PARA DOCENTES EMTP
Ciudad Universitaria, 25 Septiembre 2009
Para el Doctor Humberto Maturana autor del texto, parte de su libro “Emociones y
Lenguaje en Educación y Política”, el desarrollo y crecimiento del cerebro humano está
relacionado principalmente con la aparición del lenguaje y el entrelazamiento de este
con las emociones de los seres humanos.
El desarrollo de actividades relacionadas con las emociones de los humanos determina
la interacción social que se da entre ellos como el compartir en grupos, acariciar, el
cuidado y la crianza de los niños y bebés pequeños, los que constituyen modos de vida
o fenotipos ontogénicos, en los cuales la característica principal es la manifestación de
las emociones, siendo el amor la más importante y que le ha permitido a la especie
humana la conservación de estos modos de vida. Ellos se han transmido a través de
generaciones para así continuar avanzando en la evolución, desde nuestros antepasados
hace más de tres millones de años, hasta los seres humanos de hoy.
Por lo tanto en este proceso evolutivo no participó la competencia, fenómeno cultural
humano que contradice y niega al otro. Fueron los modos de vida en armonía los que
hicieron posible el surgimiento del lenguaje, en forma espontánea, como consecuencia
de la interacción social que ocurre entre los seres humanos. El lenguaje tiene que ver
entonces con las coordinaciones consensuales de coordinaciones consensuales que se
dan en esta interacción. es decir , el compartir un mismo sistema de símbolos, gestos,
sonidos, lo que hoy llamamos comunicación. Este proceso está constantemente
influenciado por los modos de vida de una especie, produciéndose contínuos cambios
en las relaciones entre los organismos y su medio a lo largo de sus vidas y que se
conservan de generación en generación.
Este hecho es lo que para el autor define a una especie y su evolución, y no los cambios
de la configuración genética conservada y la herencia como postula la biología
moderna, otorgándole si cierta consideración al grado de involucración anatómica y
funcional que el cerebro tiene con el lenguaje oral.
Al hablar de emociones, hace referencias a los distintos dominios de acciones posibles
en las personas y animales y a las distintas disposiciones corporales que los constituyen
y realizan. La posibilidad de que una acción humana se convierta en acción se debe a
que se origina en una emoción y no en la razón. De esta forma al observar las acciones
de otro conocemos sus emociones, no sus sentimientos, sino el espacio en el que se
desenvuelve.
A través del tiempo la palabra amor ha perdido la emoción que connota, porque se le
califica de especial y difícil, en lugar de ser algo natural y fácil, pues el amor es
constitutivo de la vida humana, que se manifiesta como una conducta de respeto que
posibilita la convivencia, haciendo de ella un fenómeno social. Los seres humanos
somos dependientes del amor desde nuestro origen, por lo que en la vida humana la
mayor parte del sufrimiento y las enfermedades se derivan del negar esta emoción.
Los seres vivos somos sistemas determinados en nuestra estructura, así, cuando un
fenómeno externo incide sobre nosotros, lo que nos pasa depende de nuestra estructura
en ese momento, no de lo externo, por lo que hay fenómenos que ocurren fuera de
nuestro cuerpo. Esto es lo que sucede con el lenguaje, no tiene lugar en la cabeza, ni se
da en un conjunto de reglas, sino que se desarrolla en el espacio de las relaciones de la
convivencia humana, al que también pertenecen, la autoconciencia, las experiencias
espirituales y las psíquicas. Si cambia nuestra estructura cambia la forma en que nos
relacionamos con los demás y por lo tanto cambia el modo en el que usamos el
lenguaje, es decir nuestro lenguajear.
Maturana plantea que la educación es un proceso continuo que dura toda la vida, en él el
niño o el adulto desarrollan la convivencia con el otro, de tal forma que su modo de
vivir se hace progresivamente más congruente con el del otro en el espacio de las
relaciones. La infancia y la juventud son períodos cruciales que tienen consecuencias
fundamentales para sus modos de vida.
El niño vive el mundo en el que ve la posibilidad de aprender a aceptar y respetar al
otro desde el respeto y la aceptación por si mismo. En la juventud se prueba la validez
de la convivencia, al comenzar la vida adulta social e individualmente responsable. La
educación debe ayudar a lograr estos procesos, estimulando a los niños y jóvenes a
conocer el mundo en que viven, en el respeto, en la reflexión, en la no negación o el
castigo por no ser como lo piden las exigencias culturales. En el respeto por los errores
viéndolos como una oportunidad de cambio, practicando y respetando las virtudes y
valores que la misma sociedad les enseña, en no competir y en no justificar de manera
engañosa las ventajas y privilegios, las propias acciones o las de los otros. Si esto no es
así, no podemos afirmar que nuestro sistema educativo le sirve a Chile y a los Chilenos.
El autor propone que debemos educar para desterrar de nuestra sociedad la actitud de
ver el mundo en el que la lucha y la competencia, -realidades originadas en el
patriarcado, -no tienen alternativas. Un mundo explotado, abusado y destruido.
La alternativa existe y consiste en volver al vivir matrístico, en el que valoremos y
respetemos a la naturaleza, aprendamos a respetarnos y a respetar a los demás y
logremos crear un proyecto nacional en el que se puedan reconocer y corregir los
errores que se cometen y que atentan contra la dignidad de las personas. Esta es la
educación que si le sirve a Chile y a los chilenos.
Reflexión
La aceptación de sí mismo y de los demás es esencial para lograr una sana y armónica
convivencia en todos los aspectos de la vida humana, para desarrollarnos como seres
plenos, felices y capaces de colaborarnos mutuamente, en el espacio de tiempo que el
Creador ha destinado para cada uno de nosotros en este hermoso planeta, al que le
debemos también el respeto y cuidados perdidos en el último siglo.
La educación es el medio para lograr esta imperiosa necesidad, planteada brillantemente
por Maturana.