FRASES SABIAS DE CALILA Y DIMNA

1. La paciencia y la intención son base de la prudencia y con ella la sabiduría, base del triunfo.

2. Si alguien saca veneno del colmillo de la víbora y lo bebe para probar su efecto, ninguna culpa tiene la víbora.

3. Los sabios son más ricos que los reyes en saber, en tanto que los reyes no son más ricos que los sabios en haber.

4. Saber y modestia son compañeros inseparables e íntimos, cuando falta el uno tampoco se halla la otra.

5. Las cosas por las que el hombre se distingue de los demás animales son cuatro que integran cuanto hay en el mundo a saber: La Prudencia, La Templanza, el entendimiento y la justicia. La ciencia, la educación y la reflexión entran en el apartado de la prudencia. La longanimidad1, la paciencia y la dignidad entran en el apartado del entendimiento. La modestia, la generosidad, la honestidad y la elevación, entran en el apartado de la templanza. La veracidad, la benignidad, la vigilancia y la bien crianza entran en el apartado de la justicia. Estas cuatro son las virtudes y los contrarios son los vicios.

6. La mayor virtud es callar, no hablar de lo que no me incumbe, porque si hablo la palabra es mi dueña, pero si callo yo soy su dueño. Así nunca me

1 Grandeza y constancia de ánimo en las adversidades

arrepentiré de lo que no he dicho, de lo contrario siempre me arrepentiré de que he dicho.

7. No conviene que yo conciba ira, que es la cosa más terrible; ni avaricia porque el avaro no tiene consideración de su propia mano; ni falsedad porque nadie quiere la vecindad del mentiroso; ni rudeza en él dialogo, porque la necedad nada tiene que ver con este.

8. Los reyes con su poder sufren una embriaguez semejante a la del vino que solo las amonestaciones de los producentes los hacen volver en sí.

9. El afecto y el aprecio entre quienes se quieren se reafirma si estos se guardan de los difamadores y se precaven de quienes ponen enemistad entre los que se quieren para atraer provecho sobre sí mismos.

10. Quien es prudente se contenta con las apariencias de la persona hasta tener acceso a su intimidad y a lo que secretamente abriga su corazón.

11. Hay que ser paciente y perseverante en la demanda de los objetivos!

12. El entendimiento del hombre se manifiesta en ocho (8) virtudes: la sensibilidad es la primera, la segunda, que conozca el hombre su anima y la preserve, la tercera obedecer a los reyes y esmerarse en cuanto les satisface, la cuarta es que sepa el hombre donde está su secreto y como conviene revelarlo al amigo, la quinta el ser educado y de la lengua comedida ante los reyes, la sexta la guarda del secreto propio y ajeno, la séptima el dominio de la lengua y el no decir mas que lo que se esta seguro de mantener, la octava es no hablar en publico de lo que no te preguntan.

13. La guarda del secreto es cabeza de la cultura y cuando el secreto se confía a quien es fiel y prudente queda a salvo, pues no hablará de él.

14. El saber de la vida perdurable, es el único que salva de todos los daños.

15. Cada hombre alaba su propia doctrina y afea la de los demás.

16. Retiraré de mi ánimo la maldad, la ira, el hurto, la infidelidad, la mentira, la maledicencia y la calumnia. Debo albergar en ánimo el no agraviar a nadie.

17. El hombre descuidado y distraído, que opta por la facilidad, le llega el día en que lo pierde todo.

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18. No hay pasión ni placer del mundo que luego no se torne en dolor y origen de penas, pues el mundo es como el agua salada, que tata más sed da cuanta más se bebe.

19. Como no ha de encontrar dulce el hombre un poco de amargura que va seguida por infinita dulzura. Pues todo lo que gozamos en el mundo no es más que pesar y dolor y el ser humano se debate en el dolor de este mundo desde el instante de su concepción, hasta que concluyen los días de su vida.

20. Lo único que impulsa al ser humano a engañarse a si mismo, es el mismo, despreciable e insignificante placer que hay en ver, oír, oler, gustar y tocar.

21. El saber solo está completo con el hacer, pues el saber es el árbol y hacer es el fruto.

22. El sabio no debe reprochar a ninguna cosa que el mismo tenga, porque sería como el ciego que insulta a otro ciego por serlo.

23. El hombre mundano debe mejorar y esforzarse por estas tres cosas: su modo de vida, su relación con los demás y el dejar buena fama.

24. Quien cae en la dejadez, en el desperdiciar oportunidades y en la credulidad indiscriminada, no podrá hacer nada recto.

25. El prudente debe hacerse responsable de sus pasiones, no aceptar las afirmaciones de cualquiera, no mantenerse en el error, si en algo diere en él, para que pueda aparecerle la verdad y se le manifieste la rectitud.

26. El hombre procura tres cosas que sólo consigue por medio de otras cuatro, las tres que procura son: la abundancia, la fama y la salvación eterna. En cuanto a las cuatro que necesita para llegar a las otras tres, son: El allegar sus bienes del mejor modo, el emplear bien lo que ha conseguido y hacer que fructifiquen y finalmente ser generoso en todo cuanto mejore la vida, alegre a la gente y a los hermanos y le dé provecho en la vida eterna.

27. Solo quien carece de hombría se contenta con poco, y se satisface con miserias, como el perro, que si encuentra un hueso pelado se alegra. Pero la gente que tiene mérito y dignidad no acepta lo menguado ni se satisface con nada que no eleve su ánimo.

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28. Al hombre que es realmente fuerte no lo dobla la carga, por pesada que sea, aún si no tiene costumbre de llevarla. Pero al débil le resulta imposible hasta cuando es su oficio.

29. El poderoso no distingue con su fama los mejores de entre los que le acompañan, sino que elige al insignificante y a quien tiene cerca; es a imagen de la vid, que no trepa por los árboles más altos, así puede conseguir lo que desea.

30. Sólo llama a la puerta del poderoso: El que ha perdido el reparo, soporta la humillación, contiene la ira y es amable con todos; así puede conseguir lo que desea.

31. Si una persona te interesa, trata de estar cerca de ella, conoce su conducta, esmérate por identificarte con ella y tener el mínimo de diferencias.

32. Hay tres cosas a las que sólo el necio se atreve; El trato con poderosos, confiar secretos a mujeres y beber veneno por ver.

33. El poderoso es un símil de un monte difícil de escalar y en el que hay frutos aromáticos, piedras preciosas y medicinas eficaces, pero que también es guarida de fieras: tigres, leones y cualquiera otra feroz y terrible. Escalarlo es necio; quedarse en él mucho más.

34. Quien no afronta el miedo, tampoco logra el deseo. Y quien por temor deja algo que quizá satisficiera su necesidad ni se librará de ello ni llegará a ser nadie.

35. Hay tres virtudes que nadie puede conseguir si no es por medio de alto empeño y enorme riesgo; a saber: colaborar con el poderoso, comerciar por mar y acabar con el enemigo.

36. No respondas con miedo a cualquier voz.

37. La autoridad del poderoso se puede degradar por seis motivos a saber:La Privación, porque puede dejarle sin sus mejores colaboradores, consejeros y políticos, de quienes le dan opinión, apoyo y seguridad. Por el Desorden, porque lleva discordia a sus súbditos y pone disensión y diferencia entre ellos. Por el Deseo, porque le sujeta a las mujeres, la charla, la diversión, la bebida, la caza y cosas así. Por la Rudeza, porque supone tal exceso de vehemencia que confunde la lengua con la injuria y la mano con el golpe. Por el tiempo, porque este es el que llena a la gente de

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años, se lleva la belleza y disminuye las ganancias, las olgazúas y demás. Por la Torpeza, porque lleva a utilizar la aspereza en lugar de la suavidad y la suavidad en lugar de la aspereza.

38. No mires la pequeñez, ni la debilidad, porque las cosas no dependen de la debilidad, ni de la fuerza, ni de la pequeñez o la corpulencia; sino de la astucia y la maña para obtener lo que se quiere.

39. La astucia vale en los casos urgentes y críticos; por eso quien es

prudente no desespera de la eficiencia del pensamiento y en ningún caso abandona la reflexión y el esfuerzo.

40. Buenos hermanos y amigos son los que vemos ahorrar el consejo; Buenas obras las de más dulces resultados; Buenas mujeres las que acatan al esposo; Buen elogio el que sale de la boca de los buenos.

41. Quien se pone fuego por almohada y serpientes por lecho, duerme mejor que quien comprende que el que tenía por amigo le es infiel y aún confía en él.

42. La compañía de los malos puede dejar malas ideas hasta en los buenos.

43. Es maravilla que busque el hombre contentar al amigo y no lo logre, pero más maravilla es aún que procure contentarlo y el amigo se indigne. Porque si el enojo está motivado también lo está el deseo de agradar y la disculpa es lo razonable; pero si el enojo está motivado también lo está el deseo de agradar y la disculpa es lo razonable; pero si el enojo es inmotivado entonces no queda esperanza, porque solo si el defecto justifica el enejo cabe esperar qué agrado lo anule.

44. Al varón eminente, le pueden dañar su propia eminencia, porque a diferencia del hombre sin virtud que pasa desapercibido, todos le observan y siendo los malvados más abundantes que los buenos querrán rivalizar con el seguramente.

45. El ministro que aconseja al rey la guerra cuando podría lograr lo mismo pacíficamente, es peor enemigo que el enemigo.

46. El prudente considera las cosas antes de embarcarse en ellas y emprende aquello de que espera, conseguir algo positivo y evita lo que puede causarle daño.

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47. No hay nada tan dañoso como un consejero que dice pero no hace bien, porque el decir solo es beneficioso con el hacer, el considerar con el practicar, el dinero con la generosidad, el amigo con la lealtad, la inteligencia con la piedad, la limosna con la intención y la vida con la salud.

48. En todo bien hay mal y que el mal del fuerte es la debilidad, el de la inteligencia el engreimiento, el de la hermosura la presunción, el de la mesura la sumisión, el de la prosperidad la avaricia, el de la generosidad la prodigalidad2, el de la modestia la flojedad.

49. Es necedad y torpeza que el varón procure relaciones fraternales sin lealtad, premio con hipocresía, amor de mujeres con aspereza, provecho propio con daño ajeno, ciencia con dejadez.

50. No trates de enderezar lo que no es recto ni quieras enseñar a quien no puede aprender, pues de la madera que no se cimbra no deben hacerse arcos.

51. El bienestar de los habitantes de una casa depende de que no haya entre ellos ningún chismoso, porque estos se asemejan a la víbora bífida y venenosa: Porque lo que sale de su boca es puro veneno y lo que aún pueda salir en cuanto le suelte es mortal. Quien envenena relaciones y amistades fraternales es como la víbora que alguien cría, alimenta, acaricia, y mima y de la que sólo puede recibir mordeduras morales.

52. Júntate con el prudente, el generoso y el de buena condición, compórtate de acuerdo con ellos y cuidado nunca desviarte de ellos.

53. Sé fiel al amigo bueno y prudente, o al que es prudente sin ser bueno y al que es bueno sin ser prudente. Al prudente y bueno porque es perfecto; al prudente pero no bueno, porque sabe que su conducta no es irreprochable corrige con el entendimiento el comportamiento y ello puede serte provechoso; al bueno pero no prudente trátale y nunca dejes su compañía aunque su entendimiento no sea irreprochable. Porque tú obtendrás provecho de su bondad y él obtendrá provecho de tu entendimiento. Se debe evitar rigurosamente al ruin y al estúpido.

54. El malediciente hábil y astuto deshace, por medio de la calumnia, el sólido afecto entre dos que bien se quieren.

55. Cínico es quien dice una cosa y hace otra, quien afirma lo que no es.

2 GASTAR CON EXCESO, DAR CON PROFUSIÓN(SIN MEDIDA) Y ABUNDANCIA

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56. Quien más se precave contra el mal lo sufre antes que quien no se cuida de él y quien se acerca a los malvados sabiendo que lo son se perjudica.

57. No conviene al hombre, descuidar el deber porque sea recio, y menos aún tolerar el delito.

58. Quien acostumbra hacer el bien prospera aún cuando parezca perjudicado.

59. Quien es noble quiera a quien es noble, pero quien es vil no quiere a nadie salvo por interés o por miedo.

60. En el mundo hay dos clases de personas con las que conviene relacionarse y de las que conviene ser amigo; Capaces de sentir y capaces de dar. Las personas capaces de sentir son francas, las capaces de dar son cooperadoras y buscan ser útiles.

61. El mismo rasgo que atrae alabanza al rico atrae censura al pobre, y si es valiente se le dice violento; si liberó, pródigo; si benévolo, débil; si firme, necio; si callao, mostrenco; si facundo, hablador y hasta la muerte se ensaña con él.

62. No hay entendimiento como la organización, ni piedad como el abstenerse de cosas ilícitas, ni prestigio como el buen carácter, ni riqueza como el contentarse; no hay cosas que más merezca perseverar ni más honre que la misericordia3.

63. La mejor virtud es la misericordia, principio del afecto es la confianza, principio del entendimiento el conocimiento, y el mejor conocimiento es distinguir lo que es de lo que no es, la bondad del ánimo y el renunciar a lo que no se puede conseguir.

64. El hombre que tiene virtud halla honra sin necesidad de dinero, como el león que atemoriza aunque esté echado.

65. quien es decidido y perspicaz se hace virtuoso, mientras que el que es perezoso e indeciso nunca consigue virtud, a igual que la mujer joven nunca le agrada la compañía de un viejo decrépito.

66. Hay cosas que nunca son firmes ni permanecen: la sombra de las nubles, el crédito de los malos y el amor de las mujeres, la noticia del mentiroso y el mucho dinero.

3 VIRTUD QUE INCLINA EL ÁNIMO A COMPADECERSE DE LOS TRABAJOS Y MISERIAS AJENAS.

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67. Estar separado de los seres queridos no es vida, porque cuando se pierde uno es como si le arrancaran el corazón, le privaran la alegría y le cegaran.

68. A las personas se les conoce en la desgracia; al que es leal en el dar y tomar; a la familia y a los hijos en la miseria; a los hermanos en las calamidades.

69. Si tienes necesidad puedes acercarte al enemigo cuando no este demasiado lejos; pero en ningún caso te acerques mucho, porque se envalentonará creyendo que tu ejército es débil y te humillará.

70. Los secretos tienen diferentes magnitudes: A algunos tienen acceso los íntimos; otros pueden frecuentarlos todos; a otros solo tienen acceso dos personas.

71. Extremar la habilidad, la afabilidad, la benevolencia4 y la serenidad es cosa de prudentes, porque el emisario ablanda los corazones si se comporta con comedimiento y los endurece si se muestra rudo.

72. Para el prudente, el dinero no vale más que el barro o que las mujeres, que tiene por víboras terribles, o que las gentes, que solo le interesan en cuanto receptores del bien y abominadores del mal, o que él mismo.

73. Las palabras son como el arpón, no pueden extraerse cuando llegan al corazón.

74. Todo lo ardiente tiene algún contrario que lo apaga: para el fuego es el agua, para el veneno el antídoto, para la pena la resignación, para el amor la separación, sin embargo el fuego del rencor nunca se extingue.

75. El rencor y el resentimiento trae desdicha a quien dice palabras que los produce como a aquel que las escucha. Por eso quien es prudente no suele caer en ello por muy seguro que esté de su fuerza y su mérito y evita todo aquello que le traiga enemistad, pues obra de acuerdo tanto de la perspicacia como de la fuerza con que cuenta.

76. Todo varón debe cuidarse del enemigo en todo extremo, hasta en el agua que bebe y con que se lava, hasta en la cama donde duerme, hasta en la túnica que se pone y el animal que monta. Y no confiar en otra cosa que en la segura y sana por dentro y por fuera. Pero aun de esto debe

4 SIMPATÍA Y BUENA VOLUNTAD HACIA LAS PERSONAS.

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precaverse, pues el enemigo solo le alcanza por aquellos lados en que se confía.

77. Es imposible que el arrogante haga elogios sinceros, que el buen amigo calumnie, que el noble sea maleducado, que haya codicia en el piadoso, que el noble sea maleducado, que haya codicia en el piadoso, que no cometa errores el ambicioso, que el rey petulante, descuidado y con ministros débiles goce de un reino estable y una grey conforme.

78. Vencer al enemigo por medios suaves y tranquilos acaba con el más rápido y definitivamente que vencerlo por medios violentos y rudos.

79. Hay cuatro cosas que no deben desdeñar por pequeñas que sean: El fuego, la enfermedad, el enemigo, la religión.

80. Cuando concurren dos por la misma cosa, la logra el que de ellos tiene más mérito y varonía: si en esto estuvieren equilibrados, el más decidido; si estuvieren igualados en decisión, el más afortunado.

81. El rey no debe descuidar su función, pues es tan grave que pocos hay que pueden salir airosos de ella, ya que solo con firmeza se desempeña. Porque por querido que sea un rey si alguno le vence se adorna con su fama y sus virtudes. Por esto se ha dicho que la dignidad real dura tanto como la sombra que produce una tabla vertical y que en la rapidez con que decae y en la celeridad con que asciende y cesa es como el viento; como el virtuoso en la vileza; en la fugacidad como las burbujas del agua de lluvia en los charcos, que súbita desaparece.

82. Las mujeres no merecen confianza, ninguna justifica una traición al amigo, la ley del oro se conoce pasándolo por el fuego, la fidelidad del hombre en el dar y tomar; la fuerza de la acémila5 con las cargas pesadas. Pero a las mujeres no puede conocérsele con nada, de ningún modo puede alcanzarse el fondo de su intención.

83. La persona prudente nunca debe descuidarse de averiguar, en todo asunto, ocasión y propósito, que abriga el ánimo de sus deudos, sus hijos, sus hermanos y sus amigos, tanto en la actividad como en el descanso y en cualquier otra circunstancia. Ya que en todo ellos se manifiesta el templo del corazón.

84. Si el corazón concibe sospechas sobre el amigo hay que empezar seriamente a precaverse de él y a probarlo en los momentos y las circunstancias oportunas, pues si la sospecha se confirma se tiene

5 MULA, ASNO O MACHO DE CARGA.

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garantizada la seguridad y si resulta infundada se habrá ejercitado la precaución, que nunca daña.

85. Quien goza de bienes debe emplearlos en tres cosas: para limosna, cuando hay necesidad, con las mujeres.

86. Lo que descompone la benevolencia, lo recompone la prudencia.

87. El prudente no se achica ante los obstáculos, ya que el pensamiento nunca le abandona y la razón jamás le deja solo. Y es que el entendimiento se asemeja al mar, dado que nadie puede calibrar su profundidad, y las dificultades no llegan a dominar y a destruir a quien verdaderamente tiene ideas, pues sabe bien que nunca debe perder la esperanza, ni tampoco dejar que le desborde, le embriague y le domine.

88. la persona que se contenta y se da por satisfecha vive descansada y tranquila, mientras que la codiciosa y ávida vive cansada e inquieta.

89. Al amigo se le llama amigo, porque se espera de él amistad y provecho; al enemigo se le llama enemigo porque se tiene de él enemistad y daño.

90. El que es débil nada bueno puede obtener de la cercanía de un enemigo fuerte; ni el humilde de la cercanía del poderoso.

91. El prudente considera amigos a los padres, compañeros a los hermanos e íntimos a los esposos; porque los hijos son memoria, las hijas fecundidad y los demás parientes acreedores. A sí mismo deben considerarse únicos.

92. Lo que el enemigo no logra con la violencia y la arrogancia lo atrapa con mansedumbre y suavidad, igual que el elefante bravío se atrapa con el manso.

93. La desdicha es lástima, la pena es lástima, la proximidad del enemigo es lástima, la separación de los enamorados es lástima, la dolencia es lástima, la caducidad es lástima, pero la mayor lástima de todas es la muerte y nadie como quien ha probado lo que supone, sabe lo que sufrir y penar.

94. Existen cinco virtudes que protegen a quien las posee, esté donde este, le evitan toda extrañeza, le acercan lo lejano, y le procuran sustento y hermanos: la primera de ellas es el abstenerse de hacer mal; la segunda el

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ser bien criado; la tercera no dejarse ganar por la duda; la cuarta respetar lo creado; la quinta obrar noblemente.

95. Cuando el hombre teme por si debe desentenderse voluntariamente del dinero, de la familia, de los hijos, de la patria..., pues todo ello puede encontrar reemplazo, que no para sí mismo.

96. El mal del dinero está en no gastarlo, el mal de las esposas es no darse al marido, el mal del hijo rebelde en no respetar a los padres, el mal del hermano en ser infiel al hermano en las desgracias y las pruebas, el mal de los reyes en el temor del inocente y en no perseverar en la protección de los súbditos, el mal del país en no ser fértil ni seguro.

97. El pecado no depende de donde se esté ni de quien se sea, sino de las intenciones y de las obras: Esté donde esté, si la persona es buena sus obras serán buenas y si la persona es mala sus obras serán malas; de modo que matar a alguien mientras reza puede no ser pecado y dejar vivo al enemigo en el campo de batalla puede serlo.

98. Yo soy vuestro igual por mi condición, pero no lo soy por mi intención ni por mis obras, porque sé el fruto que las obras dan.

99. Solo dos clases de hombre (y yo no pertenezco a ninguna), pueden ejercer el poder: O el falso, que sirve sus intereses por cualquier medio y permanece a salvo por su misma falsedad, o el simple, que no tiene ambiciones.

100. Que quieran servir al poderoso con franqueza y honestidad, sin falsedad ninguna, hay muy pocos, porque tanto los amigos como los enemigos de él, se ponen contra quien así hace, por envidia. El amigo porque opta al mismo honor y trata de desbancarlo y el enemigo porque su buen consejo fortalece al poderoso. Y cuando estos dos tipos de persona se unen contra él queda expuestos a la ruina.

101. Todo aquel que es prudente, debe asegurarse y guardarse de la precipitación para no arrepentirse. Porque la precipitación madura, para quien la comete, el fruto del arrepentimiento y la imprudencia.

102. La mujer depende de su esposo, el niño de sus padres, el alumno del maestro, los soldados del jefe, el devoto de la religión, el súbdito de los reyes, los reyes de la fortaleza, la fortaleza del entendimiento y el entendimiento de la certeza y la calma.

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103. He podido comprobar que el furor es precipitado, que el error daña y quien se indigna por poco no consigue satisfacción con mucho.

104. No hay nada tan malvado como quien procura medrar, perjudicando al prójimo mediante la perfidia y el malquerer.

105. Los únicos que se atreven a dañar y hacer mal a los demás son los ignorantes, los tontos y los malavisados de las consecuencias que las cosas de este mundo tiene en el otro. Y a los que el poco saber lleva a tan malos pasos acaecen desgracias sin cuento por haber hecho lo que ningún buen entendimiento concibe. Pues aunque algunas veces se salvan por un azar que se presenta antes de que aquello les ocurra y les hace comprender lo que hicieron, lo más frecuente es que sufran penas y espantos tales que faltan palabras para describirlos. De haber algún modo es este el que previene al ignorante y le lleva a considerar como le afectan las desdichas que sufren de otros ya a rechazar el abusar de nadie con agravio o injusticias parecidas y con esto se le concede el beneficio de abstenerse de cuanto fue susceptible de castigo.

106. Toda acción tiene un fruto de recompensa o castigo, y ambas cosas en la medida en que aquella fue pequeña o grande. Es lo mismo que el campo a la hora de la cosecha: Da en proporción a lo que se sembró.

107. Hoy he comprendido, que he hecho mal en valorar a otros por encima de mí mismo.

108. Nadie debe apenarse por mujeres que tengan alguno de estos cinco defectos: ser porfiada por ignorancia, tener ligera la mano para quedarse con lo que le confía, no ser bella ni prudente, ser de mal carácter y no ser dócil. Porque solo cinco cosas hacen sufrir por las mujeres: la honestidad, la nobleza de linaje, la prudencia, la hermosura, el amor y la concordancia con el esposo.

109. Cualquier persona debe hacer favores a aquellos de quienes esperar agradecimiento, franqueza y honestidad, sin mirar que sean parientes o privados suyos.

110. Nadie obtiene mayor retribución que quien libra a un ser vivo de la muerte cierta, ni pena tan grande como quien se abstiene de ello pudiendo hacerlo.

111. La prudencia reside en hacer favores y beneficiar a las personas leales y generosas, sean próximas o lejanas. Este es el juicio correcto, el que atrae el bien y aleja el mal.

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112. Así como el género humano solo puede ver por los ojos y oír por los oídos, su solo modo de obrar es con mesura, entendimiento y constancia, si bien el designio y el poder pueden más.

113. La energía que el cuerpo humano produce en una jornada de trabajo vale un salario, un solo día de hermosura es igual a quinientos salarios, el entendimiento vale cien mil salarios en un día. Pero la laboriosidad, la hermosura, la inteligencia y cualquier otra virtud o defecto humano no son nada junto al designio y el poder de Dios, soberano y excelso; lo dice alguien a quien El ha otorgado honores y bienes.

114. El ser humano, perfecto, inteligente y sagaz, nunca debe perder la esperanza de lograr su intento frente al enemigo por medio de la astucia y la capacidad de organización.

115. Una de las cosas que salvan al hombre es ser prevenido y una de las cosas por que el hombre se previene es la sospecha, que le hace precaverse bien contra el socio, bien contra cualquier prójimo en tanto comprueba si le es fiel.

116. El principio de todo bien es el entendimiento y señal de entendimiento guardar el secreto.

117. La persona prudente no debe poner en duda las palabras del amigo leal ni considerar duras las de aquel que le da consejos, pues son como medicina amarga que saca la enfermedad del cuerpo.

118. Quien es prudente, no se precipita en juzgar, castigar y sancionar; porque corre el riesgo de equivocarse y luego tener que arrepentirse.

119. Solo dos deben apenarse: el que hace mal cotidianamente y el que no hace el bien nunca, porque sus alegrías y satisfacciones en este mundo son tan pequeñas y les cuestan un castigo eterno e incomparable.

120. Solo dos no deben apenarse: el que se esfuerza cotidianamente en hacer el bien y el que no hace nunca mal.

121. Solo dos no miran nada: el ciego y el necio, pues igual que el ciego no ve el cielo con sus estrellas ni la tierra, no sabe el necio distinguir lo bueno de lo malo, ni al bueno del malo.

122. Solo dos se alegran: el vidente y el prudente, pues así como el vidente percibe las cosas del mundo y cuanto en él crece, mengua, se aleja o se

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aproxima, percibe el prudente lo que es bueno y lo que es malo, conoce las cosas de la vida venidera, distingue lo que le salva y conduce al camino recto.

123. Solo dos no se satisfacen nunca: el que tiene por fin amasar y acumular dinero y el que desea lo que no puede tener y pide lo que no existe.

124. Solo de dos conviene apartarse: del que dice no hay bien ni mal, castigo ni recompensa, nada importa...y de aquel que tiene la mirada puesta en lo ilícito, oídos para el mal, deseo por la mujer del prójimo y corazón para sus pecados y sus ansias.

125. Solo tres dan respuesta: el rey que otorga y regala de su tesoro, la mujer desposada por amor con hombre de juicio y el hombre que sabe y quiere hacer el bien.

126. Solo tres se apenan: el que tiene un caballo fuerte y de hermosa estampa, pero lleno de mañas; el hombre desposado con mujer bonita, que por no poder él mantenerla honradamente, le causa molestias y le es infiel; y el que come caldo insípido con más agua que carne.

127. Solo tres obran sin razón: el que se viste de blanco para trabajar en la fragua6; el batanero7 que se pone babuchas nuevas, para estar con los pies en el agua; y el comerciante que se desposa con mujer hermosa y joven y se va a tierras lejanas por motivos de oficio.

128. Solo tres merecen lástima: el malhechor que daña a un inocente, el que se presenta a una comida que no está invitado y el que pide a los amigos cosas que no pueden darle.

129. Solo tres piden lo imposible: quien sin haber sido temeroso de Dios, pretende la misma recompensa que los justos; el avaro que con su avaricia pretende ganar fama de generoso y el perverso que derramando sangre inocente espera que su alma vaya con la de los bienaventurados.

130. De ésos, hay tres: el que entra en liza sin armas, el que siendo muy rico vive solo y amasa dinero a fuerza de especulación y usura, hasta que alguno lo mata por indignación o por envidia, y el que siendo viejo por demás se casa con mujer joven, hermosa y atrevida que no ve el momento de librarse de él.

6 FOGÓN EN EL QUE SE CALDEAN LOS METALES PARA FORJARLOS Y EN EL CUAL SE ACTIVA LA LLAMA MEDIANTE UNA CORRIENTE DE

AIRE.7 QUIEN MANEJA EL BATÁN, MÁQUINA COMPUESTA POR VARIOS MADEROS MOVIDOS POR ENERGÍA HIDRÁULICA QUE SE UTILIZA PARA

GOLPEAR Y DESENGRAZAR LOS PAÑOS.

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131. Solo dos se portan como idiota: el que camina de espaldas hasta que cae en una zanja o un pozo y se quiebra el cuerpo y el cobarde que hace gala de querer entrar en liza, pero que cuando la batalla empieza solo piensa en huir.

132. Solo tres no pueden tener amigos: el que ni escribe, visita ni acompaña; el que no toma en consideración las diferencias que tienen con él y el que se desvive por complacer y favorecer a quien no le muestra agrado ni aprecio.

133. Solo cuatro temen lo imposible: el ave que estira las patas hacia el cielo por miedo a caerse de él; la grulla que solo se apoya en una pata por miedo a que si apoya también la otra el suelo se hunda; la lombriz que se raciona la tierra que come no vaya a agotarse y el murciélago que vuela de noche y no de día por miedo de que lo cacen por hermoso.

134. Nadie debe apenarse por mujeres que tengan alguno de estos cinco defectos: Ser porfiada por ignorancia, tener ligera la mano para quedarse con lo que se le confía; no ser bella ni prudente; ser de mal carácter y no ser dócil.

135. Cinco cosas hacen sufrir por la mujer: la honestidad, la nobleza de linaje, la prudencia, la hermosura, el amor y la concordancia con el esposo.

136. Solo cuatro se odian mutuamente: el lobo y el cordero, el gato y el ratón, el halcón y el francolín, el cuervo y el búho.

137. Seis tienen la vida destrozada: quien pretende ser jurista docto y toma alumnos y discípulos; el rey que concede favores a ingratos; el siervo cuyo señor es rudo, grosero y despiadado; la mujer que por cariño al hijo mañoso y turbulento le encubre las travesuras o se las disculpa; el hombre que confía en un traidor libertino por muchos delitos que cometa y quienes no consideran a los padres ni a la gente de bien.

138. Siete nunca duermen ni descansan: quien tiene mucho dinero y no guardián de confianza; quien quiere matar al amigo; quien levanta falsos testimonios; quien debe dinero en cantidad y no tiene con qué pagarlo; el enfermo grave que carece de médico; quien tiene mujer infiel y quien atenta contra sí mismo.

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