reserva - flacsoandes · generado en los espacios coloniales. la producción historiográfica...
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FACULTAD LATINOAlE~IC1-r-A DE CIENCIAS
SOCIALES (FLACSO)
1 l1AESTRIA IE HISTORIA ANIINA
RESERVA
JI
CENSOS Y CAPELLANIAS EN QUITO Y EL CASO
DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO
PRIME~~ MITAD DEL SIGLO XVIII
FLAtso Biblioteca
ROSEMARIE TERAN NAJAS
QUITO I 1988
I N D 1 C E
PAGINA
1 LAS FORMAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN QUITO
11 Los Censos de la Iglesia en el Ambito del
Creacutedi to 1
12 Las Capellaniacuteas Una Empresa al Servicio de
la Reproduccioacuten Familiar bull bull bull bull bull 9
13 Los Censualistas Quitefios y la Naturaleza
Informal del Sistema de Creacutedito bull bull 23
2 DINANICA DE LA ACTIVIDAD CREDITICA EN out-ro DUnANTE
LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII
21 La Demanda de Creacutedi to y 1 a Relacioacuten en tre Creacute
di to y P rop iedad 32
22 El Espacio Crediticio en Quito
3 UN ESTUDIO DE CASOEL PAPEL FINANCIERO DEL CONVENshy
TO FRANCI SCANO
31 Organizacioacuten Econoacutemica y Financeria del Con
vento
49
54
32 Ingresos Egresos y Balance Econoacutenuco 58
33 Las Relaciones de Creacutedito 68
4 DIMENSIONES POLITICAS DEL CREDITO 75
NO rAS 81
ARCHIVOS CONSULTADOS
nInLIOGR~FIA _---
RESEmiddotR~iacuteiexcl ABliUOTECA -FlACSO E~
97
99
i
INT~ODUCCION
Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy
la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de
fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que
su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i
tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy
coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de
su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~
piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl
de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~
cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho
de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me
dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re
pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca
virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy
tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde
hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy
vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy
bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy
tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani
fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico
generado en los espacios coloniales
La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes
reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la
naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy
nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy
cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos
al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es
tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque
contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi
to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta
dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute
un componente estructural de la economiacutea el presente tr~
bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy
problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s
de las redes institucionales que entretejen el sistema de
ii
creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va
riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de
una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad
del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de
recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos
por otros especialistas en el contexto de un espacio que
auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar
sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~
to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con
clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado
Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a
su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy
dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy
pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se
hicieron En general los autores incursionaron de algushy
na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que
intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores
producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde
esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados
de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy
(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te
y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~
cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in
volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto
a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~
plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna
verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha
briacutea sido Michel P Costeloe (1967)
En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y
debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena
de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una
breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio
nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un
lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la
reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy
existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~
iii
nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen
te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras
Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel
antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi
mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco
noma colonial
Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re
flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot
Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO
1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy
nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con
mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan
ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa
yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello
que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~
des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D
aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen
tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~
bre la importancia de las redes crediticias tendidas por
las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade
mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y
Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in
tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va
muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy
nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del
rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y
la Iglesia como fuentes de financiamiento
Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy
tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~
do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los
planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares
(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera
del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~
ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy
to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
I N D 1 C E
PAGINA
1 LAS FORMAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN QUITO
11 Los Censos de la Iglesia en el Ambito del
Creacutedi to 1
12 Las Capellaniacuteas Una Empresa al Servicio de
la Reproduccioacuten Familiar bull bull bull bull bull 9
13 Los Censualistas Quitefios y la Naturaleza
Informal del Sistema de Creacutedito bull bull 23
2 DINANICA DE LA ACTIVIDAD CREDITICA EN out-ro DUnANTE
LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVIII
21 La Demanda de Creacutedi to y 1 a Relacioacuten en tre Creacute
di to y P rop iedad 32
22 El Espacio Crediticio en Quito
3 UN ESTUDIO DE CASOEL PAPEL FINANCIERO DEL CONVENshy
TO FRANCI SCANO
31 Organizacioacuten Econoacutemica y Financeria del Con
vento
49
54
32 Ingresos Egresos y Balance Econoacutenuco 58
33 Las Relaciones de Creacutedito 68
4 DIMENSIONES POLITICAS DEL CREDITO 75
NO rAS 81
ARCHIVOS CONSULTADOS
nInLIOGR~FIA _---
RESEmiddotR~iacuteiexcl ABliUOTECA -FlACSO E~
97
99
i
INT~ODUCCION
Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy
la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de
fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que
su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i
tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy
coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de
su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~
piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl
de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~
cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho
de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me
dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re
pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca
virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy
tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde
hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy
vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy
bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy
tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani
fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico
generado en los espacios coloniales
La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes
reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la
naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy
nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy
cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos
al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es
tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque
contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi
to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta
dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute
un componente estructural de la economiacutea el presente tr~
bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy
problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s
de las redes institucionales que entretejen el sistema de
ii
creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va
riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de
una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad
del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de
recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos
por otros especialistas en el contexto de un espacio que
auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar
sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~
to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con
clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado
Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a
su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy
dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy
pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se
hicieron En general los autores incursionaron de algushy
na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que
intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores
producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde
esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados
de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy
(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te
y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~
cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in
volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto
a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~
plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna
verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha
briacutea sido Michel P Costeloe (1967)
En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y
debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena
de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una
breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio
nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un
lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la
reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy
existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~
iii
nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen
te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras
Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel
antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi
mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco
noma colonial
Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re
flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot
Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO
1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy
nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con
mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan
ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa
yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello
que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~
des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D
aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen
tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~
bre la importancia de las redes crediticias tendidas por
las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade
mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y
Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in
tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va
muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy
nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del
rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y
la Iglesia como fuentes de financiamiento
Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy
tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~
do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los
planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares
(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera
del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~
ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy
to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
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tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
i
INT~ODUCCION
Dada la envergadura del problema del creacutedito en shy
la economiacutea colonial y la existencia de una infinidad de
fuentes que asiacute lo testimonian sorprende constatar que
su tra tami en to soacutelo haya susci tado un lento e irregular i
tereacutes Hasta la deacutecada de los sesentaseran mas bien inshy
coacutegnitas irresolubles las que despertaba la sospecha de
su importancia evidenciada en la abundancia de pruebas e~
piacutericas Un claro ejemplo de semejantes disyuntivas es cl
de Guillermo Lohmann Villena quien en un artiacuteculo publ~
cado en 1969 no pudo ocultar su asombro frente al hecho
de que el creacutedito no haya sido un fenoacutemeno insoacutelito en me
dio de lo que eacutel apreciaba como una economiacutea natural en re
pliegue caracteriacutestica -de acuerdo al autor- de la eacutepoca
virreinal peruana Superada hoy con creces esta forma shy
tradicional de entender la realidad econoacutemica colonialde
hecho el creacutedito deja de parecer una paradoja para conshy
vertirse en un signo de las dinaacutemicas redes de intercammiddotshy
bio y de circulacioacuten de capitales que sobre todo a par shy
tir de los trabajos de Carlos Sempat Assadourian se mani
fiestan como aspectos esenciales del movimiento econoacutemico
generado en los espacios coloniales
La produccioacuten historiograacutefica especializada maacutes
reciente entonces no deja lugar a dudas respecto a la
naturaleza crucial del creacutedito en la vida econoacutemica coloshy
nial aunque las diversas dimensiones de esta constata shy
cioacuten se aprecien generalmente en estudios circunscritos
al espacio novohispano Pero indiscutible[-ente son es
tos estudios las referencias maacutes concluyentes con lasque
contarr0S para abordar su anaacutelisis en cualquier otro aacutembi
to del aacuterea hispanoamericana A la luz de tales resuIacuteta
dos y bajo la consideracioacuten de que el creacutedito constituyoacute
un componente estructural de la economiacutea el presente tr~
bajo pretende efectuar una primera aproximacioacuten a esta shy
problemaacutetica en Quito con especial eacutenfasis en el anaacuteli~s
de las redes institucionales que entretejen el sistema de
ii
creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va
riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de
una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad
del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de
recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos
por otros especialistas en el contexto de un espacio que
auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar
sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~
to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con
clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado
Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a
su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy
dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy
pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se
hicieron En general los autores incursionaron de algushy
na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que
intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores
producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde
esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados
de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy
(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te
y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~
cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in
volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto
a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~
plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna
verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha
briacutea sido Michel P Costeloe (1967)
En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y
debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena
de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una
breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio
nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un
lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la
reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy
existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~
iii
nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen
te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras
Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel
antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi
mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco
noma colonial
Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re
flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot
Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO
1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy
nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con
mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan
ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa
yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello
que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~
des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D
aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen
tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~
bre la importancia de las redes crediticias tendidas por
las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade
mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y
Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in
tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va
muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy
nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del
rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y
la Iglesia como fuentes de financiamiento
Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy
tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~
do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los
planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares
(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera
del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~
ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy
to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
ii
creacutedito los soportes sociales que las sustentan y las va
riaciones que ese sistema experimenta ante el impacto de
una determinada coyuntura Ciertamente la originalidad
del objetivo planteado no reside sino en la intenci6n de
recorrer caminos temaacuteticos y metodoloacutegicos ya recorridos
por otros especialistas en el contexto de un espacio que
auacuten permanece inexplorado en ese sentido Cabe anotar
sin embargo que las especificidades que el estudio deQ~
to presenta aportan nuevos natices que enriquecen las con
clusaacuteones a las que la historiografiacutea ha llegado
Pero si el actual estado de la cuestioacuten tiene a
su haber un significativo nuacutemero ce trabajos especializashy
dos no se puede destacar cuantitativamente lo mismo resshy
pecto a las primeras aproximaciones que sobre el tema se
hicieron En general los autores incursionaron de algushy
na manera en eacutel al tratar de explicar los mecanismos que
intervinieron en el desarrollo de los distintos sectores
producitvos especialmente el minero y el agriacutecola Desde
esa perspectiva hay que apreciar los resultados derivados
de trabajos tan decisivios como los de David ABrading shy
(1971) Y Amold J Bauer (1971) Pero casi paralelamen te
y en la liacutenea que nos interesa se abordoacute en menor propo~
cioacuten el problema desde la oacuteptica de las instituciones in
volucradas en la concesioacuten del creacutedito Y por supuesto
a partir de la constatacioacuten acerca del destacado papel cu~
plido en ese sentido por la Iglesia se establecioacute casiuna
verdadera tradicioacuten investigativa cuyo mejor exponente ha
briacutea sido Michel P Costeloe (1967)
En 1973 en su exaIT~n sobre las investigaciones y
debates que hasta la fecha habiacutean surgido en torno al tena
de la hacienda hispanoallBricana Hagnus Morner incluye una
breve y excelente siacutentesis sobre el avance de las reflexio
nes referidas al creacutedito destacando aquellas que por un
lado apuntaban a relievar su papel en el conj un to de la
reproduccioacuten hacendaria y por otro daban cuenta de la shy
existencia de variadas fuentes de creacutedito totalrrente aj~
iii
nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen
te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras
Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel
antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi
mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco
noma colonial
Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re
flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot
Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO
1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy
nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con
mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan
ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa
yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello
que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~
des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D
aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen
tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~
bre la importancia de las redes crediticias tendidas por
las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade
mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y
Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in
tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va
muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy
nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del
rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y
la Iglesia como fuentes de financiamiento
Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy
tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~
do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los
planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares
(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera
del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~
ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy
to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
iii
nas a la Iglesia en cuanto a su naturaleza y probablemen
te mas significativa que eacutesta como fuentes financieras
Efectuado el balance entoncesHorner cuestion6 en aquel
antildeo la tendencia hasta entonces muy difundida a sobredi
mensionar la extensi6n del creacutedito eclesiaacutestico en la eco
noma colonial
Una deacutecada mas tarde en un reciente intento de re
flexioacuten conjunta sobre el problema Leonor Ludlow y Carlosmiddot
Marichal bajo el tiacutetulo de Banca y poder en Meacutexico(lBOO
1925) compilan una serie de monografiacuteas que incorporan shy
nuevos enfoques resultantes de la necesidad de definir con
mayor precislon metodoloacutegica el campo de la historia finan
ciera En lo que a la eacutepoca colonial se refiere los ensa
yos de Clara Garciacutea Ayluardo y Francisco Cervantes Bello
que respec~ivamente analizan el papel jugado por los sra~
des comerciantes y por la iglesia en el aacutembito del creacutedi1D
aportmcon resultados provenientes del tratamiento de fuen
tes nuevas y maacutes idoacuteneas La autora por su parte desc~
bre la importancia de las redes crediticias tendidas por
las grandes corporaciones de mercaderes estableciendo ade
mas las determinaciones poliacuteticas y sociales de fondo Y
Cervantes Bello en lo que respecta a nuestro punto de in
tereacutes contrib uye con e 1 anal isis de un a si gni fica ti va
muestra de documentacioacuten seriada que le posibilita defishy
nir el caraacutecter del movimiento crediticio en teacuterminos del
rol compensatorio que en tre siacute juegan los particulares y
la Iglesia como fuentes de financiamiento
Sin embargo interesa destacar en esta breve siacutenshy
tesis acerca de las tendencias dominantes que han orient~
do el estudio sobre el cceacutedi to colonial que huchos de los
planteamientos que hoy aparecen amo maacutes innovadores fy~ shyron advertidos ya y tempranamente por Germaacuten Colnenares
(1974) en uno de los poquiacutesimos estudios que salen fuera
del aacuterea de intereacutes novohispana En su breve anaacutelisis p~
ra el caso de Cali sobre la funcioacuten que cumple el creacutedishy
to en el contexto de una economiacutea agraria el autor esbo
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
iv
za una visioacuten por primera vez global y concentrada de los
variados aspectos que atantildeen al tema Como conclusi6n g~
neral Colmenares encuentra que el financiamiento impresshy
cindible para la economiacutea agraria depende del flujo de ca
pitales que proceden de sectores productivos que disponen
de liquidez suficiente tal el caso del sector mineroY
precisamente el anaacutelisis que el autor emprende de las mo
dalidades bajo las cuales este flujo opera lleva en defi
nitiva a advertir que a nivel de la actividad crediticia
la Iglesia praacutecticamente comporta un papel de eslaboacuten No
estaacute por demaacutes antildeadir que este estudio incursiona con shy
precisi6n auacuten no superada en los aspectos normativos que
rigen el mundo institucional del creacutedito
De todas maneras si de innovaciones hablaITDS es
necesario mencionar aquellas que mas prometen como vertien
teacutes de estudio actualizadas sobre el creacutedito y que tie shy
nen que ver con el intereacutes de profundizar en sus aspectos
extraecoroacutemicos Irldicios reprcscnt~tivos de esta shy
tendencia se encuentran en los trabajos de Asunci6n Lavrln
quien a la luz de la nocioacuten de simbiosis socio-econ6mica
analiza desde umnueva perspectiva aquellas relaciones e~
tre Iglesia y aristocracia que apare~en mediadas por el
creacutedito y define su funcioacuten a nivel de la estructura soshy
cial global Por otro lado Linda Greenow(1980) en un shy
vasto estudio sobre el mercado credi ticio en la Nueva Ga-
licia del siglo XVIII resalta la importancia que en ese
orden tuvieron los lazos de parentesco y las relaciones
clientelare s
Dado el escaso auge que el tema del creacutedito ha t~
nido dentro de la produccioacuten historiograacutefica referida a
hispanoarreacuterica no debe extrantildear tampoco el casi total shy
abandono de su tratamiento en nuestro paiacutes En relacioacuten
a las primeras tendencias mencionadas soacutelo contarnos por
lo pronto con el estudio de Galo Ramoacuten Valarezo (1984)
quien aprecia el fenoacutemeno del creacutedi to desde la funci6nqtE
eacuteste cumple en la evolucioacuten de una unidad productiva la
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
v
hacienda Guachala En cambio en el marco maacutes amplio de
un anaacutelisis del funcionamiento del creacutedito y la circula shy
cioacuten del capital en la sociedad lojana del siglo XVI te
nemas el estudio de Chantal Caillavet (1984) que contr~
buye novedosamente con una visioacuten muy rigurosa sobre el
rol jugado a nivel financiero por una institucioacuten religi~
sa el convento de la Concepcioacuten
Supuestos estos antecedentes al presente estudio
le ha correspondido examinar en lo que concierne al caso
Quitentildeo las nociones y enfoques que sobre los aspectos
institucionales y sociales del creacutedito auacuten flotan en el shy
ambiente historiograacutefico en espera de una mayor sistemashy
tizacioacuten De hecho bien se puede apreciar que el tema shy
estaacute en proceso de formacioacuten y que s610 la abundancia de
monografiacuteas regionales podraacute crear la adecuada visi6n com
parativa que permita hipoacutetesis de alcances maacutes generales
De alliacute que nuestra intencioacuten se situacutee en el plano modesshy
to de confrontar con el universo genera) de propuestas
un momento en la historia del creacutedito en Quito cuya sele~
cioacuten y delimitacioacuten estaacute determinada por el tipo particushy
lar de coyuntura que lo atraviesa En realidad el escoshy
ger como pun to de anaacutelisis las formas institucionales del
fenoacutemeno no obedece de manera alguna a una preferencia arshy
bitraria Y ello tiene su explicacioacuten Las primeras deacuteshy
cadas del siglo XVIII fueron escenario de un marcado dese
quilibrio econ6mico-provocado fundamentalmente por fa bashy
ja del comercio de textiles con Lima- que afect6 la disp~
nibilidad de liquidez del sector pri vado Prevaleci6 en
tonces duran te aquellos antildeos I una tendencia generali zada
a recurrir al financiamiento otorgado por las diversasi~
tituciones del sector eclesiaacutestico a traveacutes de operacioshy
nes crediticias sujetas a normas de contratacioacuten y tasas
de intereacutes establecidas por disposiciones oficiales En la
eacutepoca los censos aludiacutean a este tipo de sistema y cabe
aclarar que su uso no fue privativo de la Iglesia
Esta opcioacuten temaacutetica nos lleva consecuentemente
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
vi
a deslindar de nuestro campo de intereacutes el aacute~bito inforshy
mal del creacutedito que seriacutea aquel normado sobre la base de
arreglos que se resuelven en la esfera privada a la luz
de la costumbre la oporttmidad o la relacioacuten particular
que establecen las partes Este tipo de sistema de creacutedi
to contemplariacutea variadas formas manifiestas tanto en el
creacutedito mercantil (a traveacutes de las obligaciones) como
en el creacutedito amiddotl consumo el cual implicaba con frecuen shy
cia simples arreglos v~rbales
Otros crirterios middotpara la delimi tacioacuten del universo de
estudio parten del cuestionamiento que hacemos a la noci6n
de creacutedito eclesiaacutestico Creemos que este enfoque corre
el riesgo de resultar impreciso si se pretende abordar el
estudio de la funcioacuten financiera cumplida por la Iglesia
Sostenemosmiddotmaacutes hilien que alrededor de la empresa del creacutedi
to la Iglesia jugoacute preferentemente un papel mediadoral
aampninistrar capitales cuyos frutos estaban virtualmente shy
destinados a fines que trascendiacutean la esfera de in1ereacutes de
las casas y corporaciones eclesiaacutesticas y serviacutean priorishy
tariamente a la reproduccioacuten social y econoacutemica de nuacutecleos
familiares Estas unidades sociales ademaacutes de constituir
el punto de unioacuten de intereses eclesiaacutesticos y privados shy
fueron la base social de operaciones del sistema de creacutedishy
to que aquiacute se analiza
El desarrollo de estas premisas muy generales cons
tituye entonces el contenido del presente estudio cuyo shy
texto se ha estructurado en tomo a tre~ partes principales
En la primera se introduce el problema del creacutedito en el
marco contextual del litigio que se inicia en la primera shy
deacutecada del siglo por la rebaja del intereacutes vigente En ba
se a la caracterizacioacuten que hace Colmenares de los censos
como formas institucionales de creacutedito se analiza la mane
ra en que este mecanismo opera y el coacutemo se articula insti
tucionalmente a las capellaniacuteas que aparecen como las maacutes
importantes fuentes generadoras de los fondos para el creacuteshy
dito Desde el papel que eacutestas juegan como espacios de i~
tercambio de creacutedito se evaluacutea la gestioacuten financiera de shy
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
vii
las instituciones corporaciones y grupos que controlan shy
la oferta de creacutedito centralizada en Cuita corroboraacutendose asiacute
la idea de un sistema crediticio fundamentado en una base
informal de relaciones sociales que no involucra la exis
tencia de instituciones especializadas
En la segunda parte el manejo de informaci6n cuan
titativa seriada sobre el establecimiento de fondos deshy
capellaniacutea y la frecuencia de preacutestamos a censo permite
apreciar la naturaleza del movimiento crediticio en la ca
yuntura que Quito atraviesa con lo cual se ratifica funshy
damentalmente el papel dominante de las instituciones ecle
siasticas en la distribucioacuten del creacutedito frente a una di~
rr~nucioacuten de la funcioacuten financiera cumplida por sectores shy
privados Y con el fin de abordar aquella dimensioacuten de la
demanda de creacutedito que hace relacioacuten con la namiddotturaleza de
los bienes que eran garantiacutea para la obtenci6n de recursos
financieros se intenta detectar el grado y prop0rcioacuten en
que la propiedad -i~scrita en la n~gioacuten C1ue ahorca el cn
rregimiento de Qui to-- es tuvo comprometida en tal sentido
Comprobamos entonces que en igual proporcioacuten estuvieron
invol ucrados bienes raiacuteces urbanos y rurales y que el creacute
dito no soacutelo se orientoacute hacia los grandes propietarios
Tambieacuten se demuestra el papel relativo que los gravaacutemenes
de censos tuvieron en el grado de circulacioacuten de la pro shy
piedad
En la tercera parte el estudio de caso del conven
to de San Francisco ayuda a ratificarlas hipoacutetesis sobre
el papel de las instituciones eclesiaacutesticas en la distri
bucioacuten del creacutedito Se destaca por otra parte que el
movimiento crediticio durante aquellos antildeos fue objeto de
una constriccioacuten general cuyos efectos se advierten en cl
caso de este convento a traveacutes de la paulatina crisis eco
noacutemica que experimenta Este fenoacutemeno tambieacuten se explica
desde el particular modo en que se administraban sus fin~
zas~ en nada compatible con criterios empresariales orien
tados hacia la acumulacioacuten Por uacuteltimo es ta parte in shy
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
viii
cluye un anaacutelisis sobre las relaciones de creacutedito que se
establecen entre el convento y sus clientes y las estrat~
gias que las partes respectivas desarrollan en ese aacutembito
A manera de conclusi6n generalse antildeade un breve examen de
las dimensiones poliacuteticas que el problema del creacutedito adshy
quiri6 en el litigio por la rebaj a del intereacutes Elshy
anaacutelisis de los conflictos que se generaron a nivel juriacuteshy
dico en el intento por resol ver el caso porporciona una
visi6n precisa de las fuerzas sociales en pugna dentro de
un esquema polarizado y coyuntural de las relaciones de
creacutedito
El grueso de las fuentes primarias usadas en la
presente investigaci6n proviene fundamentalmente de los
fondos especializados que sobre el tema existen en el arshy
chivo Nacional de Historia el archivo de la Orden Francis
cana y el archivo de la Curia Metropolitana La documenshy
taci6n es en su mayoriacutea de caraacutecter notarial lo que ha per
mitido manejar una amplia gama de informaci6n seriada cushy
ya sistematizaci6n da cuenta tanto de las tendencias que
en la mediana duraci6n comport6 el movimiento crediticio
en Quito como de las formas de contrataci6n involucradas
en las operaciones de creacutedito Para definir el universo
de beneficianios del creacutedito y la reiaci6n entre creacutedito
y propiedad se adopt6 como instrumento de anaacutelisis unashy
muestra de escrituras de compra venta de propiedades com
prendida entre 1720 y 1760 eacutepoca que cubre tanto los antildeos
en que se desarrolla el litigio como aquellos que median shy
hasta la rebaja oficial del intereacutes al3 en 1755 Las
variables extraiacutedas de cada escritura consistieron enven
dedor -comprado( locali zacioacuten del bien nomb re y valor de
la propiedad monto de la carga hipotecaria(~principal)
beneficiarios y monto individualizado de censos a su fa shy
vor Hay que aclarar que para los fines sentildealados ro se shy
usaron de manera seriada los contratos de censo (escritushy
ras de imposici6n) puesto que estos no incluyen el valor
del bien raiz variable imprescindible para conocer el gr~
do en que eacuteste estuvo comprometido en calidad de bien hishy
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
ix
potecario Sin embargo hemos contado para otros obje shy
tivos con un inventario de imposiciones de censo realiz~
do a fines del siglo XVIII por Juan Bautista Castril16n
Con los puntuales datos que este documento aporta (impon~
dar monto del principal y beneficiarios) se han podido a~
lizar las tendencias en la demanda de creacutedito desde la se
gunda mitad del siglo XVII Para un examen paralelo sobre
la oferta hemos contado en cambioacute con una memoria
de las capellaniacuteas relacionadas con el convento francisca
no que contiene res uacutemenes pormenorizados de las escri tushy
ras de fundaci6n Por fin la revisi6n a profundidad de
la abundante informaci6n material (incluiacutedos juicios) per
miti6 ademaacutes establecer y definir los casos prototiacutepicos
de las formas institucionales (censosy capellaniacuteas) bajo
las cuales operaba el sistema de creacutedito
Fuentes cuantitativas de diversa iacutendole son ague shy
llas que han fundamentado el estudio de la organizaci6n shy
econoacutemica del convento franciscano Su naturaleza y el
tratamiento de que fueron objeto estan explicados en el
texto correpondiente S610 resta sentildealaacuter que para la d~
limitaci6n general del contenido y del universo de anaacutelishy
sis l la presente tesis ha contado con un cuerpo documental
de exctpcional valor cuali tati va los autos relativos al
litigio por la rebaja de los censos Esta informacioacuten ha
servido no s610 para matizar los resultados cuantitatishy
vos sino tambieacuten para proveer al estudio de su adecuado
marco poliacutetico
Antes de concluir esta introducci6n hay que aclashy
rar sin embargo que los anmiciosos objetivos del prese~
te trabajo sufrieron desde su principio graves limitacioshy
nes provocadas por diversas circunstancias Pe hecho
existi6 una imposiblidad real de acceder a las fuentes cu
ya consulta e ra imprescindible para el esbudio de caso del
convento de San Francisco A poco tiempo de iniciada esshy
ta investigacioacuten el archivo franciscano cerroacute sus puertas
por el capricho de un celoso administrador que por su shy
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
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abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
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intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
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rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
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de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
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ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
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sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
x propia conveniencia debe permanecer an6nimo s610 una
si tuaci6n provide ncial permi ti6 pos te riormen te un corto
periacuteodo de consulta que di6 como resultado la obtencioacuten shy
de la apretada informaci6n que aquiacute se incluye Esto ex
plica el que los resultados del anaacutelisis cuantitativo so
bre la organizaci6n econ6mica y financiera del Convento
no cubran de manera homogeacutenea la serie de antildeos estudiados
Finalmente por su colaboraci6n en el desarrollo shy
de la investigacioacuten quiero expresar mi agradecimiento a
las siguientes personas en primer lugar a Enrique Ayala
director de tesis a Sj1S estimulantes sugerencias y sashy
bios consejos debo los planteamientos maacutes soacutelidos del pr~
sente trabaj o a Luciacutea Vaacutesconez de manera muy especialpor
su en traacutentildeable solidaridad en los momentos maacutes difiacute ciles y
su ayuda inteligente en la reflexioacuten de cada problema a
mi amiga y compantildeera de esfuerzos Mariacutea Elena Porras a
Guadalupe Soasti riguel Villagoacutemez Sergio Coellar y Roshy
ciacuteo Rueda por su respaldo y valiosos aportes en el proc~
so de sistematizaci6n de informacioacuten a Juan Freile Grani
zo Director del Archivo NacionaLa cuya generosa y dedic~
da labor de correcioacuten debo la precisioacuten de los plantea shy
mientos generales a Christina Borchart de 10reno por sus
acertados comentariCB a la primera versi6n a mis queridas
anugas Cecilia Garciacutea Nidia Goacutemez Rociacuteo Pazmintildeo Soledad
Castro y Sonia Fernaacutende2
l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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l LAS FORvAS INSTITUCIONALES DEL CREDITO EN CUlTO
11 Los Censos de laIglesia en el Ambito del Creacutedito
Las primeras deeacuteadas del siglo XVIII constituyeron
para Quito un escenario de abiertas confrontaciones entre
fuerzas sociales do mi nantes que bus caban legi timar sus shy
respectivas corrquistas al amparo de los flexibles marcos
institucionales que el Estado colonial auacuten poniacutea a su dis
posicioacuten No hay que olvidar que aquella eacutepoca era resu
tado de una poliacutetica estatal que en fin de cuentas ha shy
biacutea propiciado el que los grupos sociales accedieran a cua
tas significativas de poder Y todaviacutea no llegaba el roa
en que un nuevo proyecto imperial de naturaleza centrali
zante minara esos privilegios Una especie de negocia shy
ci6n y de pugnas y acuerdos mutuos regiacutea el destino de las
reivi~di~aci6nes de los diversos sectores reivindicacio
nes cuyas posibilidades de eacutexito estaban sujetas a la gran
capacidad de gestioacuten y de presioacuten que concediacutea el ambiguo
y complicado casuiacutestico y universal cuerpo normativo que
legislaba a las Indias Fue el orden juriacutedico entonces
el que canalizoacute las pugnas de legi timaci6n maacutes importan shy
tes y el que manifestoacute con meridiana claridarl la nueva ca
rrelacioacuten de fuerzas que se iba definiendo en el seno de
una sociedad que habiacutea madurado la experiencia colonial
Dentro de este marco se inicioacute en los tribunales de
la ci udad de Qui to uno de los procesos j udi ci ales maacutes s igshy
nificativos del periacuteodo colonial por ~a gran capacidad shy
de convocatoria que tuvo sobre las eacutelites maacutes preerr~nentes
de la sociedad Su oriacutegen se remite a la peticioacuten que en
el antildeo de 1714 elevoacute el Procurador de la ciudad don Franshy
cisco Ramiacuterez iqueste Arellano para que se hiciera extensiva a
la Audiencia la aplicaci6n de la real ceacutedula de 1705 enshy
que se ordenaba la rebaja del intereacutes vigente sobre los shy
dineros otorgados a preacutestann en los reinos de la Peniacutensula
Los teacute rmi nos maacutes formales de este pedido penni ten apreciar
que en un primer momento eacuteste tuvo un cariz eminenterrente
poliacutetico reflejando por otra parte una excelente expre-
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si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
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ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
2
si6n de manipulaci6n de aquel complejo cuerpo normativo shy
con tenido en la legis lacioacuten El Procurador ape16 a la llIlversalidad del acto legislativo incluiacutedo en la Ceacuteculaun~
versalidad que homologaba frente a la Corona y en calid~
de Reinos a las posesiones coloniales y a los territori~
peninsulares
En un segundo momento a partir de la tercera deacutecashy
da del siglo urgencias de orden practico enraizadas en
perturbaciones econoacutemicas y sociales habriacutean concedido a
tal reivindicacioacuten un caraacutecter definitivamente emergente
Entonces el conflicto se ventiloacute a nivel de los intereses
maacutes concretos puestos en juego en el marco del sistema de
creacutedito Intereses eacutestos cuya naturaleza se manifest6en
la oposicioacuten baacutesica que en ese momento atravesaba las reshy
laciones de creacutedito en un extremo el estado eclesiaacutesti
ca co rao virtual beneficiarioiexcl y en otro los vecinos
enhacendados de Quito sector que en el contexto del li
tigio fue representado por el Cabildo (1)
Sin embargo aunque en la praacutectica el reclamo de eacute~
tos uacuteltimos se remiti6 a solicitar una rebaja a su favor
del 5 al 3 en el intereacutes vigente la abundancia y calishy
dad de los testimonios impulsan a pensar que ese hechoj~
dicial revistioacute una trascendencia auacuten poco advertida Hay
que destacar principalmente que provocoacute un importante f~
noacutemeno de recuperaci6n de la memoria colectiva en ~ircun~
tancias en que estaban por redefinirse las espectativas a
corto plazo de gran par te del cuerpo social Numerosos
testigos desde sus propias experiencias abordaron el pr~
blema de los cambios econoacutemicos ocurridos en Quito en la
transicioacuten del siglo XVII al XVIII dejando entrever que
asuellos tuvieron un impacto diferenciado en la eacutelite lo shy
cal Frente a la inexistencia de investigaciones especiacutefi
cas sobre el tema es difiacutecil y tambieacuten prematuro intenshy
tar caracterizar los perfiles sociales en pugna Se puede
apreciar sin embargo que una nueva dinaacutemica conmocionaba
esa suerte de equilibrio convencional que hasta entonces shy
habiacutea sustentado a las cuacutepulas dominantes de la sociedad
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
3
Al parecer una eacutelite emergente iba fortaleciendo sus esshy
pacios de poder econ6mico y poliacutetico a la par que atentashy
ba contra aquel riacutegido orden social -magistralmente inteE
pretado por Arturo Andreacutes Roig- que presuponiacutea un modelo
de asociacioacuten en el que los diversos sectores de manerain
mutable ocupaban la posici6n que les correspondiacutea por nashy
turaleza (2) De hecho un examen detenido de los teacuterminos
en que se desenvolvi6 el proceso judicial permite detec shy
tar en su trasfondo un esquema de conflictos de raiacuteces pr~
fundas atravesado fundamentalmente por la naturaleza de shy
las redes sociales sobre las que operaba el sistema de creacute
di to
El tratamiento del evento judicial al que aludimos
tiene en nuestro paiacutes un uacutenico y remoto antecedente en las
escasas paacuteginas que dedica al te~a el Dr Gonzaacutelez Suaacuterez
en su Historia General de la Repuacuteblica del Ecuador (3) Al
obsesivo intereacutes que el arzobispo demuestra por la traye~
toria de la Iglesia colonial y a una generosa concentra shy
ci6n de fuentes cualitativasmiddota las cuales eacutel se acoge lit~
ralmente se debe entonces el primer esbozo general sobre
el tema En siacutentesis los argumentos vertidos en el liti
gio que con ambiguos resultados se extendioacute a lo largo de
la deacutecada de 1720 proporcionan una imagen catastrufista de
los efectos que sobre la propiedad y la economiacutea en gene shy
ral teniacutea el sistema de creacutedito que en aquella eacutepoca se
presentaba bajo la forma institucional del censo De he
cho el dramaacutetico cuadro que de estas fuentes se desprende
alcanza no soacutelo a la esfera del creacutedit~ sino tambieacuten a ~
de la producci6n y el comercio No obstante a la luz de
una apropiada criacutetica de fuentes se encuentra que la inshy
tenci6n impliacutecita en los testimonios recogidos por el Cashy
bildo fue la de justificar en teacuterminos legales el pedido
de rebaja objetivo que soacutelo podiacutea alcanzarse demostrando
que el intereacutes vigente resultaba usurario en el contexto
de una economiacutea en total deterioro No faltaron por lo
tanto variadas e insistentes alusiones a la baja de la
produccioacuten textil provocada por el cierre del mercado pe-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
4
ruano a la consiguienteacute ausencia de moneda y al menos~~
bo de la producci6n agriacutecola diezmada por plagas y alter~
ciones climaacuteticas Deslumbrada por el juicio hist6rico shy
de Gonzaacutelez Suaacuterez la posteridad convirti6 a esta versi61
en el diagn6sticooficial de la coyuntura econ6mica d~ la
eacutepoca cuestioacuten que a nuestro parecer debe ser reconsiderashy
da en base a estudios eSFeciacuteficos sobre el mercado regio
nal y local y sobre la situaci6n de las unidades produc shy
tivas Por lo que al presente trabajo concierne tratareshy
mos de evaluar y matizar la naturaleza y significaci6n de
los censos en el universo social e institucional de una shy
eacutepoca que definitivamente debe ser tratada como una co
yuntura
Pero antes de desarrollar estos puntos corresponde
precisar el s igni ficado del teacutermino censo En un senti
do praacutectico el censo aludiriacutea a un mecanismo operativo
De acuerdo al Diccionario de Autoridades el censo consis
te en el derecho de percibir una pensi6n anual o reacutedito
proveniente de un capital o principal impuesto sobre los
bienes raiacuteces de otra persona quien poresta raz6n estaacute
obligado a pagarla De los tres tipos que el censo co~
porta enfiteacuteutico reservativo y consignativo fue eacuteste
uacuteltimo el que se practicoacute en la hispanoameacuterica colonial
Especiacuteficamente el censo consignativo asuroo la forma de
venta o enaj enaci6n de reacutedi tos que el imponedor otorga al
acreedor Los actores juriacutedicos que el censo involucra shy
son el censualista que percibe el reacutedito y el censuata
rio que lo paga (4 )
No obstante el asunto se complica si atribuimos a
esta praacutectica el caraacutecter de un sistema particular de creacute
dito tal como se ha optado en este estudio a manera de
un enfoque metodo16gico A ese nivelson visibles adem~
las particularidades del censo respecto de otras formas shy
de creacutedito usu~les en la eacutepoca Cervantes Bello por eje~
plo middot10 asimilar1a al creacutedito dinerario -que no i rnp l iacute ca
ba sino el reintegro de la cantidad prestada y sus reacuteditos
en efectiVO- diferenciaacutendolo asiacute del creacutedito me rcantil
(5) Sin embargo tal dis tinci6n resulta ahora insufi cien
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
5
te si se considera que los censos no siempre sirvieron a
los mismos fines
Especiacuteficamente el manejo de los censos por parte
de diversos sectores del estado eclesiaacutestico revela una
dimensi6n que no se compadece totalmente con lo que ente~
demos como gesti6n financiera Porque si eacuteste es uno de
los rostros del censo el otro es aqueacutel que atiende a los
objetivos de la fundaci6n o al prop6sito que hizo posible
la creaci6n de fondos dinerarios La fundaqi6n por exceshy
lencia que cre6 fondos para el creacutedito que la Iglesia con
troloacute fue la capellaniacutea que como veremos maacutes adelante
consisti6 en una iniciativa de caraacutecter privado cuyo us~
fructo era familiar En estricto sentido la capellaniacutea
no era s iacuteno la afectaci6n de una suma de dinero o la vin
culaci6n de un bien para que con sus intereses o su renta
se remunerara a un capellaacuten e~cargado de decir misas por
el alma del fundador sus deudos y las almas del purgato
rio en general (6) Bien se aprecia que en esta funda shy
ci6n se confundiacutea intereses privados y eclesiasticos teshy
rrenos y ultra terrenos con lo cual se desvanece la idea
de una divisi6n tajante entre sector ci v i L y e c Le s iacuteaacutes t i co en
la empresa del creacutedito Por otro lado y cono veremos mas
adelante la existencia de este espacio suigeacuteneris de inshy
tercambio de creacutedito no se entenderiacutea sino en el contexshy
to de una sociedad que carece de instituciones especialishy
zadas para el efecto Como bien lo afirma Clara Garciacutea shy
Ayl uardo ace rca del caso de Nueva Espantildea no se puede
hablar de instituciones de creacutedito como ahora las conoceshy
ITas sino acaso de una red compleja e informal compuesta
de corporaciones coloniales y de individuos vinculados en
tre siacute que actuaban a la vez dentro y fuera de esas corp~
raciones (7)
Es difiacutecil intentar establecer la significaci6n cu~
litativa y c uan tLtac iva que el creacutedito sujeto a los censhy
sos tuvo respecto de otras formas credi ticias y ello taro
poco se esclarece ante el hecho de que al contrario de lo
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
6
que sucediacutea con el c reacute di to mercan til r la tasa de intereacutes
que regiacutea la concesioacuten de dinero a censo fuera oficialmen
te establecida el 5 para aquella ~poca (8)
Por antildeadidura una primera aproximacioacuten a la biblioshy
grafiacutea especializada nos lleva a concluir que la naturashy
leza y variedad de las fuentes de creacutedito en la eacutepoca coshy
lonial estaacuten asociadas a marcos temporales y regionales shy
muy especiacuteficos Esta apreciacioacuten es justamente la que
se desprende de los numerosos estudios de Lar qa trayecto
ria por cierto que se han desarrollado para el aacuterea noiexclshy
vohispana Francois Chevalier explica los motivos por 1m
cuales la Iglesia consiguioacute receptar aquellos fondos apor
tados por la feligresiacutea que la convirtieron en una conc~
rrida fuente de creacutedito aduciendo que la Iglesia teniacutea p~
ra siacute la perpetuidad y que los cleros constituiacutean los uacuteni
co s cuerpos sociales fuerterrente organizados Antildeade que shy
los religiosos administraron sus bienes de mejor manera shy
que los particulares a quienes en cambio los amenazoacute shy
con frecuencia la imprevisioacuten y la prodigalidad (9)
Aunque participemos de tal aseveracioacuten en lo que shy
se refiere a la funcioacuten simb61ica de la Iglesia sosteneshy
mos que su posibilidad de atraer riqueza y de convertirshy
se -concomi tantemente- en otorgadora de creacutedi to dependi6
fundamentalmente de la direccioacuten que adoptaron los proc~
sos econoacutemicos Investigaciones efectuadas en antildeos recien
tes sobre el papel financiero que cumpli6 el capital mershy
cantil dan cuenta que la Iglesia no monopolizoacute el contrcl
del creacutedi to David Brading demuestra el papel decisivo shy
que jug6 el capital comercial en el sector minero en Meacutexi
ca (10) y RB Lindley da cuenta de su estrecha articu
laci6n con el sector agrario (11) Clara Garciacutea Ayluardo
por su parte constata que maacutes allaacute del aacutembito privadoel
creacutedito otorgado por los comerciantes operaba a traveacutes de
instituciones o corporaciones tales como el Consulado de
la ciudad de Meacute xiacute co y las co fradiacuteas de come rci un tes que
otorgaban dinero tambieacuten bajo el sistema de censos (12)
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
7
Hay que aclarar en este punto que estos censos implica shy
ban operaciones crediticias cuyos fines diferiacutean sustan shy
cialmente de aquellas en las que interveniacutea la IglesiaJ
Considerados estos paraacutemetros es verdaderamente muy
difiacutecil medir las proporciones e importancia entre la fun
cioacuten financiera del sector privado y de los sectores ecle
siaacutestioosa no ser que los estudios que se desarrollen con
sideren ese balance en contextos muy concretos Ayuda a
diluoidar el problema la sugerencia de Francisco J Cervan
tes Bello acerca de la relacioacuten complementaria que se da a
nivel de las diversas fuentes de creacutedito De los resultashy
dos de sus estudios acerca de los efeotos de la Ley de Co~
solidacioacuten de Vales Reales en Meacutexico (1804-1809) se des shy
prende que las fluctuaoiones en los voluacutemenes de creacutedito
trajeron consigo cambios en los patrones de control y di~
tribucioacuten del creacutedito El autor encuentra que la baja del
creacutedito eclesiaacutestico originada por la Cori ao Lidac i oacuten j Eo r
talecioacute la funcioacuten financiera del capital mercantil puesshy
to que los particulares tuvieron que llenar el vaciacuteo dejashy
do por la Iglesia Por otra parte Cervantes Bello atribu
ye al creacutedito eclesiaacutestico el rol especiacutefico de servir
como fondo de reserva en antildeos de crisis (l3)
Estas consideraciones proporcionan excelentes refeshy
rencias comparativas para abordar el anaacutelisis de los agen
tes del creacutedito en Quito Lamentablemente dados los alshy
cances del presente estudio es muy poco lo que se podriacutea
concluir acerca de las dimensiones de) creacutedito privado En
todo caso es neoesario distinguir diversos momentos en la
dinaacutemica de tal actividad Entre fines del siglo XVI y
principios del siglo XVII el comercio en Quito constituiacutea
una proacutespera empresa hacia la cual fluiacutea preferentemen
te el capital de otras ramas de la economiacutea y desde la shy
cual se operoacute una importante transferencia de riqueza a
la Iglesia (14) Bajo estos supuestos los comerciantes
habriacutean obte~tdo el espuacutecio econoacutemico apropiado para conshy
trolar buena parte del creacutedito y para ampliar a la vezsu
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
8
aacutembito de relaciones La gran liquidez por ellos poseiacuteshy
da y la propiedad de la tierra como garantiacutea para el creacute
dito habriacutean permitido la conformacioacuten de aquella aligar
quiacutea a la vez mercantil y rural que RB Lindley descri
be para el caso de Guadalajara (15) Por los elementos co
munes que puede presentar con el caso de Quito cabe ano shy
tar lo sentildealado por Germaacuten Colmenares cuando hace mencioacuten shy
al fortalecimiento de los comerciantes de Nueva Granada y
del creacutedito por ellos otorgado a partir de mediados del
siglo XVIII El autor destaca que pese a la competencia shy
que el fen6meno generoacute entre aquellos y el sector terrateshy
teniente se dioacute un proceso integrador en virtud de unamiddot
icEologiacutea homogeacutenea del mecanismo de las alianzas matrimo shy
niales y de la compra de tierras y minas (16) bull
En relaci6n al Quito de la prime~a mitad del siglo
XVIII una situacioacuten econoacutemica particular habriacutea modificashy
do los patrones de comportamiento del creacutedito De hecho
aquelLa eacutepoca fue testigo de la aguda con tracciampn econoacutemi ca
que la regioacuten sufrioacute a partir de la baja de la produccioacuten y
el comercio de textiles ocasionada por el cierre del merca
do peruano La economiacutea quitentildea experimentoacute tal contrae shy
cioacuten como reflejo del proceso paralelo de declive de la mi
neriacutea peruana y de la introduccioacuten competitiva de textiles
europeos cuyo signo maacutes visible fue la desmonetizacioacuten de
la economiacutea (17) No corresponde discutir aquiacute los alcanshy
ces de este desequilibrio cuyo anaacutelisis es objeto aW1 de
intensa poleacutemica en el medio historiograacutefico Advertimos
sin embargo que la contraccioacuten texti~y sus efectos sobre
la economiacutea explican de alguna manera la loacutegica que adopt6
la dctividad crediticia en Quito en las primeras deacutecadas shy
del siglo XVIII En general las fuentes que tratan sobre
el creacutedito en estos antildeos dan cuenta de una marcada subordi
nacioacuten de los diversos grupos econoacutemicos respecto del creacute~
dito otorgado por las casas eclesiaacutesticas y por institucio
nes y corporaciones afines No resulta aventurado entonc~
afirmar a la luz del modelo de Cervantes Bello que la shy
gran recurrencia al creacutedito ofrecido por la Iglesia reflejoacute
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
9
tambieacuten una reduccioacuten de la funcioacuten financiera que habriacute a
cumplido el sector privado
El elenco de censualistas que dominaba el rrercado
de creacutedito en Quito durante la prirrera mitad del siglo
XVIII aparece descri to a breve s rasgos en los alegatos p~
sentados con ocasioacuten de los autos por la rebaja del inteshy
reacutes Quien li tigoacute a favor de la Iglesia declaroacute a lo lar
go del proceso que actuaba en defensa de los intereses de
los conventos de Religiosos el Cabildo eclesiaacutestico por
sus Manuales y faacutebrica de esta Santa Iglesia Cathedral
los Hospitales y Cofradiacuteas y con toda especialidad las shy
benditas aacutenimas del purgatorio (18) Aunque tal afirmashy
cioacuten haya si do objeti va en teacuterminos muy generales dariacutea l~
gar a pensar que el sector eclesiaacutestico habriacutea mono po Ld z a
do los beneficios del creacutedito Sin embargo como veremos
mas adelante las complejas ramificaciones sociales que shy
sustentaban las relaciones de creacutedito demuestran que a v~
rios niveles laicos y religiosos compartiacutean los benefi
cios de la lucrativo c mprc s a del creacutedito circunstancia
que exige ap~eciar la polarizacioacuten que ambos sectores ma~
tuvieron en el marco del litigio como producto de determi
naciones estrictamente coyunturales
L 2 Las Capellaniacuteas Una Empres a al Servicio de la
Reproduccioacuten Familiar
De hecho como plantean LLudlow y C MarichaJ el
anaacutelisis de la evolucioacuten crediticia debe verse tambieacuten ca
mo reflejo de exp re s io ne s y fuerzas dei poder poliacutetico y
social (19) Esto explica por otra parte que maacutes allaacute
de los problemas de orden praacutectico que se ventilaron a pr~
poacutesito del pedido de rebaja el litigio haya revelado de
traacutes de las reivindicaciones de las partes contrincantes
la existencia de posiciones totalmente divergentes en cua~
to a los criterios que debiacutean regir el orden social Franshy
cisco Anthonio de Theraacuten a nombre de los hacendados de
Quito expresaba que en la ciudad imperaba
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
lO
el clamor de que sobran Religiones y que superaban sin comparaci6n diez tantos maacutes el estado eclesiastico al temporal lo cual es consumo de las Repuacuteblicas como se verifica en eacutes=shyta en donde son muy pocos los seculares que shyno aspiren desde su infan~ia a Eclesiasticoslos Varones y a Religiosas las mujeres a quelas aplican sus Padres por la cortedad de meshydios en que se hallan habieacutendose por esto atenuado las fuerzas temporales que son las que =shysustentan y mantienen todo el cuerpo de estaRepuacuteblica (20)
Sobrada razoacuten teniacutean quienes asiacute apreciaban la e s
tructura del cuerpo social En realidad el fenoacutemeno de
expansi6n clerical estaba asociado fundamentalmente a la
proliferaci6n de las capellaniacuteas fuentes de creacutedito que
propiciaban su intercambio en beneficio del sector religi~
so y de grupos familiares Al amparo de esta institucioacuten
proliferaba entonces un sector parasitario formado por
religiosos que accediacutean al estado eclesiaacutestico para vivir
de una renta y mantenerasiacute un status La representacioacuten
de los hacendados destacaba justamente los beneficios que
traeriacutea la rebaja del intereacutes por cuanto ella propiciar~
la disminucioacuten de aquellos perezosos que por no apl ic ar
se al trabajo optaban por la Iglesia ordenaacutendose lastimo
samente a tiacutetulo de LU1as capellaniacuteas fantaacutesticas Sugeshy
riacutean entonces favorecer los oficios las ocupaciones y el
matrimonio para contribuir al restablecimiento de la Rep~
blica La parte de los censualistas ponderaba en cambio
la conveniencia de mantener un abundante sector religioso
argumentando que a diferencia de Flandes en Quito no exis
tiacutean ejeacutercitos ni tribunales en queacute ocuparse Era mejor
en consecuencia dedicar el tiempo a Dios y vivir sujetos
a un prelado
De acuerdo a la legislacioacuten vigente las capellaniacuteas
podiacutean ser eclesiaacutesticas o colativas y laicales o profanas
En las primeras interveniacutea el Obispado y serviacutean a tiacutetulo
de ordenacioacuten si existiacutea la congrua suficiente Las segu~
das no sufriacutean intervencioacuten alguna de la autoridad eclesiaacute~
tica auacuten en el caso que la sirviera un cleacuterigo Los teacuter-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
11
minos Capellaniacutea Aniversario de Misas y Memorias Perpe shy
tua eran praacutecticamente equivalentes aunque eacutestas uacuteltimas
en teoriacutea designaban prop6sitos especiacuteficos como el de
s61amente celebrar misas beneficiar una devoci6n De to
das maneras el objetivo maacutes generalizado ~e las primeras
era el de favorecer la toma de haacutebitos o destinar rentas
para el sostenimiento de los cleacuterigos (21) Sobre las cashy
pellaniacuteas laicaacutes trataremos maacutes ampliamente en la parte shy
que se refiere al manejo privado del creacutedito Ahora exashy
minaremos exclusivamente aquellas fundaciones sometidas a
la jurisdiccioacuten del Ordinario y por lo tanto arbitradas
en lo que se refiere a su adjudicacioacuten y administracioacuten shy
por el Juzgado Eclesiaacutestico (22)
Una primera incursi6n en el fondo de Capellaniacuteas dcl
archivo de la Curia Metropolitana de Quito demuestran que
ellas es taban destinadas a la obtencioacuten de 6rdenes mayoshy
res y menores hasta el sacro presbiteriano de individuos
oriundos tanto de Quito corno de Popayaacuten Santa F~ y
Panamaacute que ingresaban al Colegio Seminario de San Luis en
Qui to Un prototipo de capellaniacutea eclesiaacutestica es la fun
dada por el licenciado Juan Enriacutequez Leiacuteton en 1673a f~
vor de Juan Enriacutequez Leiton hijo que tuvo de Francisca CEObando mujer soltera cuando el ot0rgante era auacuten c~libe
La fundacioacuten consistiacutea en imponer a favor del beneficiado
una cap e l Lan iacute a y memoria de misas por bienes espirituales
y eclesiaacutesticos a perpetuidad El principal era de 1roO
pesos impuestos sobre dos estancias en Yaguanquer y un s~
lar en el barrio del Riacuteo Blanco en la~iudad de PastoEl
capellaacuten estaba obligado a celebrar anualmente 39 misas shy
rezadas y una cantada en el diacutea de San Juan Bautista a fa
vor de las almas de sus parientes difuntos Juan Enriquez
Lei ton padre se rese rvaba el derecho a traveacutes del Pa tro
nato de elegir a los capellanes entre miembros de su lishy
naje hasta la cuarta generacioacuten y posteriormente entre
cleacuterigos idoacuteneos de buena vida y costumbres Por otro
lado el otorgante se desistiacutea y apartaba de las dichas p~
sesiones en cuanto a la cantidad de dicho censo reservan-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
12
do para siacute el uacutetil dominio y posesioacuten directa lo que si9shy
nificaba que los bienes virtualmente se erigiacutean en espir~
tuales y eclesiasticos y no podiacutean ser enajenados sin lishy
cencia del juez episcopal El capellaacuten podiacutea gozar de las
posesiones o arrendarlas -previo consentimiento del patreacutenshy
a quien creyera conveniente y de quien faacutecilmente se pucU~
ra cobrar el arrendamiento Antes de aprobar la fundacieacuten
el Obispado comprobaba la limpieza de sangre y la decencia
del aspirante y efectuaba la correspondiente tasacioacuten de
los bienes vinculados a la capellaniacutea En 1710 Juan Enrf
quez Leiton estaba a punto de obtener las oacuterdenes sacrasy
aspiraba al tiacutetulo su hermano Sebastiaacuten Leiton Para cu~
plir con los tramites de rigor se efectuoacute una nueva tas~
ci6n de los bienes y el obispado certificoacute que la c a p e Lla
niacutea e s t ab a segura y corriente Luego de publicado en la
casa parroquial de Pasto el edicto para convocar a los in
teresados el Ordinario aproboacute la adjudicacioacuten de la cap~
llaniacutea en la persona de Sebastiaacuten Leiton (23)
Este ejemplo ilustra claramente la distinci6n funda
mental entre capellaniacuteas eclesiaacutesticas y laicas A dife
rencia de estas uacuteltimas en aquellas los bienes se espishy
ritualizaban gracias a ciertos muy temporales rrecanisshy
rros normativos Hay que destacar que al contrario de Jo
sucedido con las capellaniacuteas en Nueva Espantildea que semiddot habriacutean
establecido con un capital inicial en efectivo (24) en
Quito eacutestas se constituiacutean con una renta garantizada con
la hipoteca de una propiedad a un intereacutes del 5 Esta
renta podiacutea ser incr~mentada por el fqndador o sus deseen
dientes Juan Enriacutequez Leiton por ejemplo decidi6 en
cierto momento beneficiar a su hijo con una dotaci6n maacutes
de lOO reses que pasariacutean a formar parte de los bienes hi
potecados
La procedencia de los fondos que sustentaban las ca
pellaniacuteas -asiacute como la composicioacuten social de los fundadoshy
res- era muy variada y no soacutelo la tierra fue escogida co
mo bien hipotecario Un buen porcentaje de las rentas que
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
13
generaba la propiedad urbana estaba canalizado a sostener
ese tipo de fundaciones El patronato de la capellaniacutea
podiacutea recaer en el Obispado Pero en casos como el de Lci
ton que eran los maacutes usuales el patr6n era designado por
el fundador constituyeacutendose la capellaniacutea genti1iciaUna
fundacioacuten de este tipo es descrita por Colmenares cuando
relata el caso de los miembros de la familia Caicedo quie
nes como patronos sucesivos de las capellaniacuteas que fundoacute
Juan Jacinto Palomino administraron durante varios antildeos
esos fondos y fundaron algunas capellaniacuteas maacutes con los in
gresos generados por el principal original (25)
Aunque las capellaniacuteas fueran gentilicias el incum
plimiento de la voluntad del testador mereciacutea la censura
del Ordinario puesto que eacuteste se manteniacutea como juez entre
las partes Sin embargo en muchas ocasiones la intervenshy
ci6n ecdesiaacutestica era tardiacutea y llegaba cuando na pocos ha
biacutean usufructuado ilegiacutetimaITente de los reacuteditos y de los
bienes~ Este habitual fenoacutemeno manifiesto en innumera shy
bIes litigios se ejemplifica a propoacutesito de la capella shy
niacutea fundada por Ignacio Beltraacuten de Araujo en 1750 con un
principal de 4000 p impuestos sobre llila hacienda en Amshy
bato otra en Colta y una huerta y alfalfar en Mocharrans
curridos 23 antildeos desde la fundacioacuten se descubri6 que Fran
cisco de Erazo hijo del patrono original dispuso de los
bienes enaj enaacuterdolos varias ve ces a te rce rasmiddot pers onas y
vendioacute el beneficio de la capellaniacutea a Mariano Pastorfra~
ceacutes residente en Guano El Doctor Diego de Orozco y Pie shy
dra domiciliado en Riobamba habiacutea fungido de capellaacuten i~
terinario durill1te todos aquellos antildeos y fue removido intem
pestivamente por voluntad de Erazo Este agravio lo llevoacute
a presentar una causa en el Juzgado Eclesiaacutestico aduciendo
que al ser esa capellaniacutea colativa y eclesiaacutestica se habiacutea
cometido simoniacutea real al enajenar bienes t1espiritualizados~
Estecomercio de los bienes ec Le s iacute aacutes t iacutecos con duj o a que shy
en 1718 el Obispo Blas y Minayo determinara sentencia en
contra de Erazo (26)
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
14
En cambio el destino de otras capellaniacuteas estabashy
sujeto al arbitrio de designios sobrenaturales difiacutecil shy
mente predecibles Un caso pateacutetico es el de la capellashy
niacutea que fundoacute el Maestro Diego Moreno en 1705 con un pr~
cipal de 2000 impuesto sobre una hacienda en Chillo avashy
luada en 16000 [sEl doctor Moreno habiacutea designado como be
neficiarios al presbiacutetero Lucas Fernandez y sus descendie~
tes Este fallecioacute en 1711 y su sobrino mas inmediato shy
Mathiacuteas Fernaacutendez de la Cruz solicitoacute la capellaniacutea que shy
le correspondiacutea por derecho No obstante para la fecha
auacuten sobreviviacutea el maestro Diego Moreno que ademas de ser
fundador era tiacuteo del aspirante El Dr Moreno contradijo
la pretensioacuten de Mathiacuteas y revocoacute sus propias disposicio shy
nes aduciendo que ninguno podiacutea ser mas allegado ni deudo
de eacutel que su propia persona El sobrino sin ninguacuten escr~
pulo solici toacute se conside re a su tiacuteo en Ceste1Cb de rnue r te ci
vil puesto que dolencias propias de la vejez habiacutean de shy
terminado la suspensioacuten de sus funciones religiosas La
muerte civil -ceciacutea Mathiacuteas trae el misma efecto que pu-
diera causar la natural y de que es perpetua la dicha shy
suspensioacuten se cali fica porque no habiendo podido en tres
antildeos y medio curarse ni sanar de los achaques de Ora y Mal
de Corazoacuten que son incurables mientras maacutes llegue a crecer
en antildeos En cuyos teacuterminos habiendo vacado por dicha mue~
te civil es consiguiente recaiga en miacute la subcesioacuten de di
cha capellaniacutea (27)
Descrita la situacioacuten del Obispado en cuanto al mashy
nejo de las capellaniacuteas no se puede p~nsar que las ren shy
tas que aquellas generaban hayan engrosado los fondos ins
titucionales de la Curia El beneficio que recibiacutean los
cleacuterigos era individual y tal como lo atirma Colmenares
las rentas b e ne ficiaban a los capellanes salidos de entre shy
las familias patricias que instuiacutean las capellaniacuteas (28)
Por otra parte muchas capellaniacuteas eclesiaacutesticas incluiacutem
en tre los capellanes de signados a los con ven tos de re li shy
giosos para que eacutestos las sirvieran a perpetuidad o int~
r iacutenaroe n te De todas maneras mas allaacute de las ganancias
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
15
particulares se evidencia que las redes de creacutedito inmer
sas en el funcionamiento de las capellaniacuteas determinaban
estrechas relaciones entre la Iglesia y los secbores domi
nantes de la sociedad colonial Estas relaciones estariacutem
en la base de aquel proceso de simbiosis socio-econ6mica
entre la Iglesia y aristocracia que seguacuten Asunci6n Lavuacuten
habriacutea incrementado la estabilidad estructural de la so shy
ciedad (29) Este fen6meno relativiza definitivamente
aquella polarizacioacuten que se advierte en el marco del liti
gio entre el sector religioso y el sector laico Una pru~
ba fehaciente de ello fue lo ocurrido en 1727 en viacutesperas
que la Audiencia pronunciara sentencia en relaci6n al peshy
dido de rebaj a de los censos En aquella ocasioacuten don Es
teacuteban de Olais y Echeverriacutea oidor integrante del Tribunal
fue inhibido de voto resolutivo por ser parte interesada shy
en la causa de la iglesia ya que desde 1657 en su familia
habiacutea recaiacutedo el patronato de las capellaniacuteas fundadas por
el capitaacuten Diego de la Chica Narvaez y sus mismos hijos shy
estaban ejerciendo los capellinazgos interinos (30)
Tampoco en calidad de depositario el Obispado obt~
va b ene f i cio s por la administraci6n de las capellaniacuteas R~
meo Flores Caballero afirma que el Juzgado de Capellaniacuteas
-equivalente en Nueva Espantildea del Juzgado Eclesiaacutestico de
Quito- no era propietario de los fondos de las fundacio ~
nes sino s610 depositario sus funcionarios se dedicaban
a administrar el capital y a cobrar los reacuteditos (31) En
Quito el Juzgado actuaba de esa manera al otorgar preacutest~
mas de los capitales alliacute depositadospasta que se encon
traran fincas de satisfacci6n en que imponerlos Los di
ne ros consignados ingresaban a la Caja de Dep6sitos del
Juzgado Los preacutestarros se otorgaban a un intereacutes del 5
y por un determinado nuacutemero de antildeos Y por supuesto es
tas rentas iban canalizadas hacia el fundador del fondo
original HeTI~s examinado con alguacuten detenimiento s610
aquellos caudales solicitados por el convento de San Fran
cisco En 1759 el convento a dq u i r ioacute algunos p reacute s tarno s
reembolsables a dos antildeos plazo y garantizados con la hipo
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
16
teca de las limosnas de la Provincia Entre los maacutes aSlshy
duos clientes del Juzgado se contaban tambieacuten el resto de
conven tos y especialmen te la Compantildeiacutea de Jesuacutes (32)
Las capellaniacuteas profanas
Se ha podido apreciar ya la importancia de los viacutencu
los de pa r e n t e sco en la conformaci6n de las redes de inter
cambio de creacutedito Y maacutes concretamente se ha constatado
que a nivel de la eacutelite era la familia la base social de
operaciones del sistema crediticio Los familiares combishy
naban haacutebilmente patronatos y cape llinazgos para asegushy
rar su rep~oducci6n material y espiritual objetivos ambos
que se preveiacutean hasta el fin de los siglos y mientras shy
el mundo fuera mundo C6mo se explica si no el que las
benditas aacutenimas fueran desde el purgatorio las maacutes fuer
tes litigantes en contra de la rebaja de los censos
Pero antes de pasar a constatar similares formas de
distribuci6n de la renta en el caso de las fundaciones lai
cas vamos a ejemplificar la forma en que la capellaniacutea se
articulaba al bien que la convertiacutea en fondo generador de
esa renta Para el efecto hemos escogido el caso del pro
ceso de constituci6n de las haciendas de don Francisco Dio
nisio de Hontenegro personaje coetaacuteneo a la eacutepoca que
es tudi amos Baj o la denominaci6n de h aciendas de San Isi
dro el conjunto de propiedades que don Francisco teniacutea
en los teacuterminos de Sangolquiacute en realidad comprendiacutea una
hacienda cabecera (San Isidro) y las estancias de la Tola
DoLrno s lo de Castillo en Pasuchoa Lescano y el Hospishy
tal Salvo eacutesta que fue adquirida por 1650 pesos al cont~
do y la de Dolmos que en buena parte fue pagada en un shy
plazo de cuatro antildeos el resto de propiedades pasaron a
manos del nuevo propietario con un gravaacutemen por censos que
superaba el 50 de su valor
San Isidro La Tola Dolmos y Lescano fueron adquiri
dos a raiacutez de la divisi6n y p a r t iacutec iacuteoacuten de bienes efectua
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
17
da por los herederos del alfeacuterez Joseph de Sosa y de dontildea
Ana de Acosta suegreziexcls de don Francisco En el caso de la
hacienda cabecera eacuteste canceloacute 5000 p al contado cu shy
briendo con ello el resto de la legiacutetima esto es 2134p
y tres partidas maacutes correspondientes a principales que les
herederos teniacutean en censos sobre su propia hacienda Asiacute
Manuel Gonzaacutelez de Sosa recibioacute 316 p Y Paula de Sosa shy
San Francisco religiosa clarisa 2500 p San Isidro con
servoacute entonces dos principales uno de 3000 p a favor shy
de las monjas de Laja y otro de 2000 p a favor de la ca
pellaniacutea de Ana de Acosta
La estancia de la Tola fue vendida por otro de los
herederos el alfeacuterez Nicolaacutes de Sosa con un gravamen de
4333 p en beneficio de seis censualistas Tres de ellrn
eran miembros de la familia Sosa y poseiacutean en conjunto un
capital a su favor de 1833 p impuestos en la estancia Por
otra parte la estancia de Lescano cuya venta fue omiddottorg~
da por dontildea Juana Petrona Xavier de Sosa lleg6 a manos shy
de don Francisco con un gravaacutemen mas de 800 p a favor de
la capellaniacutea de otro miembro de la familia su suegro shy
don Joseph de Sosa
Estas tierras junto con la estancia Dolmos Pasuchm
y el Hospital que se adquirieron por conpra hecha a Juan
de Albornoz y Joseph dela Guerra pasaron a ser propiedad
de don Francisco entre 1696 y 1700 En conjunto las ha shy
ciendas de San Isidro poseiacutean 28 caballeriacuteas y 3 cuadras
y su valor ascendiacutea a 30221 p de los cuales 17533 p
constituiacutean la suma de principales de censo Del valor shy
global de las tierras los herederos de Joseph de Sosa y
Ana de Acosta conservaron despueacutes de la venta 4633 p a
su favor gravaacutemen que pesaba sobre don Francisco afectan
do parcialrrente el bien raiacutez que habiacutea adquirido Por antildea
didura en el caso de que el nuevo duentildeo incurriera en fal
ta por reacuteditos atrasados los expropietarios teniacutean dereshy
cho a recobrar su antiguo dominio sobre las tierras hipot~
cadas Hay que destacar ademaacutes que la elecci6n de tie -
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
18
rras gravadas en funcioacuten de censos para las capellaniacuteas shy
de los miembros de la familia se ateniacutea aparentemente a
una loacutegica de diversificacioacuten de riesgos Por ejemplo shy
parte de la estancia de Manuel de Sosa poseiacutea gravaacutemenes
a favor de Paula de San Francisco y de las capellaniacuteas de
Joseph de Sosa y de Hanuel de Sosa sin embargo eacutes te uacutelshy
timo no manteniacutea ninguna hipoteca a su favor en su estanshy
cia de Dolmos La capellaniacutea de Joseph de Sosa por otro
lado absorbiacutea rentas provenientes de gravaacutemenes que pe shy
saban sobre las estancias de Lescano y de lq Tola perteshy
neciente a Petrona y a Nicolaacutes de Sosa respectivamente Y
la hacienda de San Isidro la maacutes extensa y fructiacuteferage
neraba a su vez rentas para alimentar la capellaniacutea de shy
Ana de Acosta y los censos de dos miembros mas de la fami
lia como ya se mencionoacute En fin los reacuteditos anuales que
don Francisco debiacutea satisfacer ascendiacutean a la cifra de
aproximadamente 669 p de los cuales 231 pla tercera shy
parte estaban destinados a los antiguos duentildeos (33) Se
constata entonces que en casos como eacuteste la capellaniacutea
constituiacutea de alguna manera un mecanismo para mantener
cierto control sobre las propiedades maacutes allaacute de los reshy
veses de la fortuna
Pero volviendo a nuestro tema inicial es necesario
anotar que si ya es suficientemente evidente el control shy
que el nuacutecleo familiar obtuvo sobre los mecanismos del ciexclreacute
dito en el caso de las capellaniacuteas eclesiaacutesticas en cua~
to a las capellaniacuteas laicas aq~eacutel fue total puesto que
normati vamente inhibiacutean toda intervencioacuten de la autoridad
eclesiaacutestica (34) Chevalier atribuye este proceso a una
reaccioacuten de los laicos ante las innume rab Les rentas que shy
absorbiacutean los cleacuterigos por medio de las capellaniacuteas Los
fundadore s po r lo tan to generali z a r o n cada ve z mas la
praacutectica de establecerlas a favor de sus descendientese~
to es de los cleacuterigos de linaje (35) A esto se antildeadiacuteaen
el caso de las capellaniacuteas laicas la ventaja de que la
propiedad conservara su condicioacuten de bien temporal Vea shy
rros un ejemplo de este tipo de fundacioacuten en la que la dis
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
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abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
19
tribuci6n de la renta se daba a trav~s de complejas ramishy
fiaciones que muy poco redituaban en favor de la Iglesia
En 1789 Miguel Geraacutenimo de los Monteros comisario delshy
Santo Oficio de la Inquisici6n de Loja fundoacute un anive
sario y Memoria de Misas Rezadas con tiacutetulo de Patronato
de Legos sobre un capital de 5000 p que generariacutea una
renta anual de 250 p La fundacioacuten se haciacutea a condicioacuten
que el Ilustriacutesimo Selor Obispo que es o fuere de este shy
Obispado ni su Provisor y Vicario General se entremetan ffi
ella en manera alguna El gran beneficiario era don Fran
cisco de la Vega y Monteros quien en el caso de optar ~
por la ordenacioacuten sacerdotal a tiacutetulo de la capellaniacutea p~
diacutea gozar de la renta completa de 250 p De no hacerlo o
mientras decidiera por la toma de haacutebitos don Francisco
de todas maneras recibiriacutea el beneficio de 100 p anuales
de por vida aunque eligiera contraer matrimonio Los 150
p restantes seriacutean administrados por los patrones de la
siguiente forma l20p para ordenar la celebracioacuten de 120
misas anuales y 30p que debiacutean aquellos retener para siacute
por su trabajo de cobranza de los reacuteditos El fund~dor ~
nombroacute como patroacuten a don Diego de acampo Lis6n escribano
de s u magestad para que por todos los diacuteas de su vida
gozara de dicha renta privilegio que en la praacutectica esta
ba sujeto a la voluntad de don Francisco En la circunsshy
tancia de que eacuteste uacuteltimo falleciera el capellaacuten debiacutea
ser su hermano don Narciso de la vega con igual renta re100 p si accediacutea al estado sacerdotal Despueacutes de su
muerte los capellanes beneficiarios seriacutean los hiios leshy
giacutetimos de don Diego de acampo Lisoacuten quienes a su vez de
biacutean heredar el Patronato prefiriendo el hijo ~ayor al shy
menor y con la condicioacuten expresa de que fueran varones
Pero la sucesioacuten de la renta no culminaba en esta shy
tercera generaci6n de beneficiarios Despueacutes de la muershy
te de los hijos de don Diego debiacutean acceder al Patronato
y Capellaniacutea los parientes inmediatos del otlJlrgante co~
sanguiacuteneos c Leacute r iacuteqos y no frailes De no presentarse CXlu
llos como aspirantes seriacutean patrones y capellanes los hi
jos legiacutetimos de Manuel Yeacutepez y de dona Valentina de Agu~
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
20
rre Y finalmente ante la posibilidad de que eacutestos uacutelt~
mas no intervinieran se preveiacutea como postreros benefi shy
ciarios de la capellaniacutea a las dos religiones de los Pashy
triarcas de Santo Domingo y San Francisco sirvieacutendola de
por mitad con la obligaci6n ce las dichas cien misas
Esta intrincada marantildea de disposiciones terminaba
con una uacuteltima que enredaba auacuten maacutes el problema de la s~
cesioacuten de las rentas de la capellaniacutea Don Miguel Geroacuteni
mo de los Monteros disponiacutea que todo aquello se ejecutara
con advertencia de que s i don Francisco de la Vega y tonshy
teros tuviera hijos fueran eacutestos los llamados a servir in
rnediatamente la capellaniacutea (36)
Con estos antecedenteses loacutegico concluir que el
sentido de las disposiciones del f~pdador habriacutea sido inshy
terpretado a voluntad por los beneficiarios El amplio shy
espectro de posibles privilegiados y la consiguieacutente ambi
guedad con que se disponiacutea la sucesioacuten de las rentas conshy
cediacutea fundamentalmente al patrono un gran maacutergen de fle
xibilidad para usufructuar de la capellaniacutea en su provecho
y el de los suyos Por su parte aquellos designados pashy
ra fungir de capellanes podiacutean litigar por la adjudicashy
cioacuten del beneficio cuestioacuten que usualmente se resolviacutea
soacutelo a lo largo de complicados y largos procesos judiciashy
les que tambieacuten permi tiacutean excelentes posibilidades de n~
gociacioacuten En el contexto de estas mezquinas y permanenshy
tes pugnas se escindiacutean profundamente los intereses famishy
liares develaacutendose innumerables re de s Lde subgrupos f arniacutegt
laires clientelas y clanes
Bajo tales supuestos el b ene f iacute c Lo inrrediato que e~
tas formas de canalizacioacuten de la riqueza reportaba a las shy
instituciones eclesiaacutesticas -en este caso a los conven shy
tos- debe ser problematizado Huy difiacutecilmente despueacutes de
transcurrir tres o cuatro generaciones la renta de la cashy
pellaniacutea habriacutea llegado a sus manos de manera exacta a la
establecida por fundacioacuten La opcioacuten era enredarse en li
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
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abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
21
tigios por la adjudicaci6n o esperar que se proceda seguacuten
derecho Del anaacutelisis de una muestra de 63 capellaniacuteas shy
(37) que incluiacutean entre sus beneficiarios a los religios~
franciscanosen calidad de capellanes yo patronos se d~
prende que s610 un 30 los designaba como beneficiarios in
mediatos y uacutenicos a perpetuidad Otro 30 estipulaba que
los franciscanos usufructuaran la capellaniacutea despueacutes de shy
una generacioacuten de descendientes del otorgante El resto
de fundaciones estableciacutea que los religiosos gozaran de shy
las rentas despueacutes de dos o tres y hasta cinco generacioshy
nes sucesivas de la liacutenea del fundador
Por otra parte auacuten bajo la circunstancia de que la
capellaniacutea haya estado destinada a beneficiar inmediatashy
mente a un convento determinado eacuteste estaba suje~o ini shy
cialmente maacutes a la percepcioacuten de rentas regulares que al
ingre so de capitales liacutequidos como ya hemos mencionado
La trans ferencia de estas rentas revestiacutea diversas modali
dades que se aprecian en la muestra escogida En primer
lugar hay que sentildealar que la mayor parte de capellaniacuteas
fue establecida por testamento cuestioacuten que en este caso
habriacutea determinado una forma caracteriacutestica de imposicioacuten
El fondo destinado a la fundaci6n podiacutea provenir del rema
nente de los bienes del otorgante o de la venta parcial
o total de ciertas propiedades expresamente descritas en
la escritura En estos casos los albaceas testamentarios
se encargaban de disponer del excedente o de efectuar la
correspondiente transaccioacuten para imponer ese capitctl SO shy
bre fincas segurasy destinar sus r~ditos a la capellashy
niacutea (38)
La otra modalidad -maacutes practicada en el caso de cashy
pellaniacuteas no establecidas por disposicioacuten testamentariashy
implicaba la transferencia directa de una renta regular
garantizada con la hipoteca de las propiedades del atar shy
gante o la cesioacuten de rentas que percibiacutean con anteriorishy
dad los fundadore s por concepto de ven tas a ce nsoo de deu
das o censos a s u favor Para des cribir es tas uacutel timas
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
22
modalidades no mencionadas anteriormente es uacutetil el
ejemplo de la citada capellaniacutea de ~iguel Ger6nimo Espin~
za de los Monteros Los reacuteditos del principal de 5000 p
que este personaje impuso en realidad debiacutean provenir de
dos fuentes diversas una era el capitaacuten Matheo Diacuteaz Alva
rez por un censo de 3500 p con hipoteca de dos casas
localizadas en la ciudad de Quito otra era el capitaacuten Ma~
tiacuten Martiacutenez de Tejada quien habiacutea recibido 1500 p de
don Miguel hipotecando todos sus bienes y especialmente
una hacienda en Aloag Aparentemente entonces el arre shy
glo suponiacutea una simple cesi6n de rentas que el otorgante
poseiacutea Por lo tanto eacuteste no habriacutea comprometido sus bi~
nes ni un nuevo capital en el establecimiento de la capeshy
llaniacutea puesto que eran sus deudores los que en la praacutectishy
ca sosteniacutean la fundaci6n Otro ejemplo de transferencia
de rentas es el de dontildea Isabel de Andagoya que en 1605
instituy6 una capellaniacutea a favor de los religiosos fran shy
ciscanos cuyos reacuteditos anuales ascendiacutean a la suma de 61
p Quien cubriacutea el pago anual de los reacuteditos era en rea
lidad Diego Ramiacuterez deudor- de dontildea Isabel por una com shy
pra a censo de sus casas (39) Pese a que no hemos reali
zado un profundo anaacutelisis cuantitativo de la frecuencia shy
de es te tipo de traspasos de renta sospechamos que fue shy
una praacutectica muy usual lo cual reflejariacutea un significat~
vo desplazamiento de riqueza desde el aacutembito del creacutedito
privado hacia la Iglesia
Suponemos que las caracteriacutesticas de las caperlaniacuteas
laicas concediacutean un ~mplio margen par~=que individuos de
diversa procedencia social se involucran en este tipo de
fundaciones De hecho las rentas podiacutean ser canalizadas
hacia fines piadosos menos ambiciosos como sostnner una
fiesta religiosa una devoci6n o la celebraci6n de misas
y para ello bastaba en muchas ocasiones la garantiacutea de bi~
nes mas bien modestos La muestra que hemos manejado reshy
vela enormes contrastes sociales entre los f~ndadores sin
que al respecto pueda hablarse de un prototipo La cuar
ta parte de las imposiciones consisten en fondos de hasta
1OOOPotorgados en su mayoriacutea por mujeres de estratos so
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
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intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
23
ciales inferiores Entre ellas se destacan varias muje shy
res indiacutegenas como dontildea Mariacutea Curi zisa que impone un pr~
cipal de SOpo para que se celebre una misa al antildeo Juana shy
Yanchachan~que hipoteca su casa en San BIas para imponer
un principal de 300 p Thom~sa Caro que impone una capeshy
llaniacutea del producto de la venta de sus casas en Santa Bar
bara a favor de los hijos de su hermano y del convento de
San Francisco Por otro lado hemos constatado que a e~
tas pequentildeas fuentes de creacutedito recurriacutean indios artesanos
y mestizos (40)
Los principales del grueso de las capellaniacuteas oscishy
lan entre 1000 y 4000 p Por ser un caso especial que
incluye otras variantes la uacutenica capellaniacutea cuyo princishy
pal supera estos montos es la don Francisco de Villaciacutes
quien en 1660 impuso 10000pde principal sobre la hac ien
da de Guachalaacute para que con sus reacuteditos se celebraran ~2
misas al antildeo a cargo de los religiosos franciscanos con
el privilegio adicional de que se le diera una boacuteveda para
eacutel y sus descendientes El caso de Villaciacutes revela que a
los objetivos piadosos de las capellaniacuteas h ay ique antilde adi r
otros que apuntan a la posiblidad de contar con fuentes shy
seguras de creacutedi too Gracias a esta fundacioacuten el sucesor
de Villaciacutes don Antonio de Ormasa pudo obtener del conshy
vento alrededor de 30000 pesos en preacutestamos para invertir
en Guacha laacute (41)
13 Los censualistas Quiteros y la Naturaleza Inshy
formal del Sistema de Creacutedi~o
Bien se puede apreciar por todo lo expuestoque las
capellaniacuteas eran un componente fundamental del sistema de
creacutedito y su importancia no soacutelo radica en su condicioacuten
de fuentes generadoras de creacutedito sino en los espacios de
intercambio que establecen y que reflejan con fidelidad shy
la naturaleza de las relaciones sociales imperantes Deshy
finitivamente dentro del universo de censualistas en Qui
to entre 1720 y 1760 los beneficiarios de capellaniacuteas re
24
sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
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sultan ser los actores principales del creacutedito a censosi
es que lo comparamos con la inmensa variedad de institushy
ciones religiosas que actuacutean tambi~n como oferentes Pero
no hay que olvidar que tambieacuten son capellaniacuteas las que e~
plican la disponibilidad de capital de muchas de esas ins
tituciones El cuadro a continuacioacuten ilustra la variead
de agentes de creacutedito en Qui to durante aquellas deacutecadas
CUADRO No 1
CENSUALISTAS~DE QUITO (1720-1760)
Conventos y anexos Principales Catedral Principales
variacuteos eclesiaacutesti ms y plt3rtiacute cnlares- ~ ---
La ConcepcioacutenLa r-Brced
Sta ClaraS FranciscoS CatalinaCarrren NuevoIbspital (BetLemitas)S DominqoCarrren An tiqroIecoleccioacuten de NraSra re la Pefia (OP)s Agustiacutenrecoleccioacuten oacuteal Iej ar(La M2rced)Eedencioacuten re Cautivos(La ~rced)
san DiegoEnferrreriacutea de SFranciscoCblegio S BuenacerrturaSan Franciscot-lIacutesi6n FranciscanaSantos Lugares deJerusalem (S Fco)
40024p32947
2423514173
89508900623550503800
35002080
2000
1 750L600LOOO
600200
Cbfradiacutea ~ aacutenimasCofradiacutea deL SantiacutesinoSacrarrentoCoroCuras IeuroctoresFaacutebricaManuaLes
CapellaniacuteasPartiacuteculares 1CofradiacuteasPresbiacuteteros 2Otorgantes 3Feligiosas 4Obras piacuteasCaacutercelesPropios del CabildoIgles ias y curasparrcqui ales
8250
3250660650
3100lo U60
1070003156020000188501815015 990600024002175
1 PrdJables preacutestarrDs privados2 Probables capellaniacuteas o preacutestarros
a tiacutetulo pe rsonal
3 probables ventas a censo4 Prestaros a tiacutetulo personal
FUENTE Prirrera Escribaniacutea Escrituras de oorrpracenta AH
Pese a que la informacioacuten recogida proviene 5610 de
una pequentildea parte de la propiedad acensuada en Quito -esto
es de aquellos fundos y casas vendidos entre 1720 y 1760
cuyas escrituras constan en la primera escribaniacutea-consi-middot
25
deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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deramos que proporciona una idea aproximada acerca deacute l~
naturaleza y proliferaci6n de las fuentes de creacutedito A
primera vista se aprecia que el sector eclesiastico adeshy
maacutes de dominar el universo del creacutedito institucional ope
ra a nivel de nume rosas ins tancias re ligiosas menore s q ne
en conjunto proporcionan a la Iglesia un control multil~
teral del creacutedito Ademaacutes cada institucioacuten puede desce~
tralizar su oferta a traveacutes de varios canales Este se shy
riacutea el caso de la Catedral por ejemplo o el del convenshy
to de San Francisco que otorgaba creacutedito a traveacutes de la
enfermeriacutea la botica o los Santos Lugares de Jerusalem
La diversificacioacuten del creacutedito otorgado por el estado ecl~
siastico podriacutea respaldar la hipoacutetesis de que la oferta h~
briacutea estado socialmente discriminada con lo cual se cuesshy
tionariacutea la idea generali zada de que el acceso al creacutedi to
haya sido privilegio de los grandes propietarios En la
segunda parte de este capiacutetulo analizaremos con mayor deshy
tenimiento cierta informacioacuten que proporciona claros indi
cios al respecto
A nivel de las instituciones e c Le s iacute aacutes i tc as quienes
numeacutericamente encabezan el conjunto de censualistas son shy
las 6rdenes religiosas Y aunque no hay que considerar
literalmente el orden cuantitativo que se aprecia en el shy
cuadro creemos que las monjas de la Concepci6n siacute consti
tuyeron prestamistas poderosos Los estudios de Chantal
Caillavet sobre el rol financiero del convento de la Conshy
cepcioacuten de Loja sentildealan que en 1763 esta institucioacuten teshy
niacutea un capital puesto en censos de alrededor de 100000 shy
pesos superando con gran ventaja al convento de ~anto Do
mingo (20000p) al de San Francisco (7000p) y al de San
Agustiacuten (SOOOp) (42) La autora demuestra en definitiva
que fueron los fondos de dotes -ingresados corno renta o ca
pital inicial- los que se convirtieron en las fuentes del
creacutedito que el convento otorg6 Documentos1ue por nues shy
tra cuenta hemos trabajado relativos a la contabilidad del
convento de la Concepcioacuten de Riobamba reflejan fielmente
este hecho En un inventario de censos elaboraoo por la
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abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
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intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
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rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
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de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
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sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
26
abadesa en 1804 se advierte en el detalle de cada una de
las rentas ingresadas que ~stas se destinaban a los alishy
mentos osustento de las religiosas corno provenientes
de dotes (43) Por otro lado las monj as al igual que shy
el resto de religiosos (Ver cuadro 1) se beneficiaban de
otros censos y pr~stamos otorgados a tiacutetulo personal En
el caso de Quito y en la ~poca que nos ocupa el riesgo
de una posible rebaj a del intereacutes sobre los principales a
censo causoacute verdaderas conmociones entre la comunidad de
conceptas Alrededor de treinta religiosas en tono queshy
jumbroso expusieron por medio de un escrito colectivo l~
perjuicios a los que se veriacutean abocadas con tal medidaEx
traernos a continuacioacuten algunas liacuteneas
y corno nosotras somos contenidas en el dishycho estado eclesiaacutestico somos las que mayorperjuicio hemos de recibir porque somos mujeres encerradas que consagramos nuestras li =shybertades a Dios en el seguro de recibir el shycinco por ciento de nuestras rentas anualesasiacute en comunidad como en particular se hade servir VA de mirarnos con ojos de mise shyricordia apiadarse de nuestras laacutegrimas ymandar que de ninguna manera se haga la rebajadel tres por ciento que esto se lo pagaraacute Diospor ceder en el mejor bien puacuteblico que es eleclesiaacutestico pedimos y suplicarnos se sirvade ordenar y mandar seguacuten y corno hemos pedidopor el manifiesto peligro en que podernos queshydar o de morir o de anular nuestras profe-s iacuteon e s (44)
En cuanto a los conventos de frailes ~stos recibiacutean
tambi~n donativos pero principalmente disponiacutean para la
oferta de creacutedito de los caudales o rehtas de capellaniacuteas
que directa o colateralmente se estableciacutean a su favorEs
tos casos se apreciaraacuten a trav~s del ejemplo de San Franshy
cisco a cuyo anaacutelisis dedicamos la tercera parte del pr~
sente trabajo Las instituciones civiles en cambio Jue
ron durante esos antildeos prestamistas de muy poca significashy
cioacuten En cuanto al Cabildo de Quito pese a que otorgaba
cr~dito a trav~s del fondo de Propios abanderoacute en el co~
texto del litigio la solicitud de rebaja de los censos pr~
cisamente por constituir el nuacutecleo de confluencia de los -
27
intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
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sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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intereses terratenientes Los organismos del 90bierno ci
vil por su parte aparecen maacutes bien corno demandantes de
cr~dito seguramente presionados por la penuria fiscalEn
1800 una Real Orden disponiacutea que se pudiera admi tir el shy
ingreso de caudales a las Cajas Reales impuestos sobre la
renta de tabacos a un inter~s del 4 (45) Este arreglo
habriacutea funcionado a modo de depoacutesito y se han encontrado
no pocos casos de dineros consignados en las Cajas Reales
por los conventos
La gran complejidad y variedad de agentes del creacutedi
to en la eacutepoca colonial se explica precisamente por la shy
ausencia de instituciones especializadas Es bien conoci
do que la Corona nunca esti~uloacute una poliacutetica crediticiay
en ello pesaron mucho las condenas que el derecho canoacutenishy
co expresamente estableciacute~ para quienes incurrieran en ac
tividades usurarias Por lo mismo y en atencioacuten a la al
ta y permanente necesidad de financiamientosse cre6 un shy
sistema de creacutedit que operaba a traveacutes de redes informashy
les y que se amparaba corno apunta Colmenares en el pre~
tigio de las instituciones eclesiaacutesticas (46) A falta shy
de especializacioacuten las mismas instituciones que otorga shy
ban creacutedito teniacutean ante eacutel un comportamiento ambivalente
De hecho todos los conventos y monasterios salvo el de
San Francisco fueron grandes propietarios de tierras y
por lo tanto reunieron en siacute la doble condicioacuten de censua
listas y censuatarios Si las religiones tiene censos ac
tivos -deciacutea Francisco Theraacuten- t arro iacute eacute n los tienen pasivos
pues en la adquisicioacuten de las muchas haciendas que tienen
asiacute los religiosos corno las monjas estaacuten gravadas de mumiddotshy
chos censos que no pueden pagar (47) En este punto es en
el que difieren sustancialrente los diversos sectores reli
giosos adoptando distintos comportamientos frente a los
beneficios del creacutedito La riqueza de la Iglesia secular
como cuerpo institucional no consistioacute en bienes raiacuteces
Y corno se advirtioacute la administracioacuten de fondos de capeshy
llaniacuteas produciacutea ganancias que fluiacutean de manera particula
rizada hacia cada uno de los cleacuterigos beneficiados Ademaacutes
tanto patronos como capellanes podiacutean tener a su haber va
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
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sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
28
rias capellanfas que en ciertos casos hasta fueron cedishy
das a voluntad a cleacuterigos menos dotados En cuanto a las
oacuterdenes religiosas tarrpoco se puede hablar de homogeneishy
dad de intereses Los ingresos de la orden seraacutefica por
ejerrplo estaban restringidos a limosnas y a potenciales
-en su mayoriacutea- rentas por censos No fue gratuita ento~
ces su activa y casi excepcional participacioacuten en el liti
gio en defensa de su patrimonio rentiacutestico A ello se shy
refiri6 tambieacuten el Procurador General de la ciudad a nom
bre de los censuatarios al denunciar los muacuteltiples beneshy
ficios a que era acreedor el gremio eclesi~stico en shy
desmendro del estado secular
que es el que solo sostiene sobre sus flacoshombros todas las pensiones piadosas como sonlimosnas fiestas pendones llaves de diezmas primicias salarios de curas y otras shymuchas contribuciones que tienen de que estaacutenesentas las Religiones y en especial la de shySan Francisco y es la que mas censos cobra ycon mayor eficiencia que las otras y la quesolo tienen el empentildeo en esta causa el que nohemos visto en las de rnaacute s que tambieacuten pagan censos (48)
Ciertamente el resto de oacuterdenes religiosas -salvo
las conceptas y probablemente las clarisas- que siacute fuerm
il~ortantes propietarias nunca manifestaron su posiclon
en el marco del litigio circunstancia que se explica por
su ambivalente situacioacuten frente al creacutedito No resulta
entonces tan exacto afirmar con -Che vaLiacutee rr que ciertos con
ventas y en especial todas las catedrales iglesias y coshy
fradiacuteas acabaron por preferir los cen~os a los beneficios
que redituaba la produccioacuten (49) Casi sin excepci6n10s
sectores religiosos propietarios demostraron ser buenos shy
administradores de sus bienes raiacuteces
El que los jesuiacutetas no se hayan adherido a la caushy
sa eclesiaacutestica -finalmente promovida por elmiddotObispado y a
convento franciscano- se j usti f i oa-r e n tanto ellos no cumshy
plieron un rol financiero y se beneficiaron de las rentas
de capellaniacuteas s61amente a tiacutetulo personal y en calidad
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de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
-
29
de patronos Los jesuiacutetas fueron los grandes censuatari~
de la ~poca Uno de los aspectos determinantes del eacutexito
de sus empresas agriacutecolas fue la adquisicioacuten de frecuent~
preacutestamos a censo con fines de inversioacuten productiva Grashy
cias a su predominio econ6mico y poliacutetico obtuvieron tamshy
bieacuten privilegios en el acceso al creacutedito muchos de sus
censos se pagaban s6lo a un intereacutes del 4
La estructura informal del sistema de creacutedito contri
buyoacute por otra parte a que existiera una gran fluidez en el
inbercambio de creacutedito entre los mismos censualistas Los
conventos e instituciones religiosas intercambiaban entre
siacute y no eran pocos los casos en que es tos apareciacutean como
deudores de acreedores particulares o de capellaniacuteas co
fradiacuteas etc (50)
Otros espacios informales de creacutedito en donde prishy
mID la iniciati va pri vada se crearon tambieacuten a prop6sito
de Fundaciones tales como las obras piacuteas que en cuanto a
la constitucioacuten de sus fondos -no asiacute de sus fines- se es
tableciacutean de modo ideacutentico al observado en las capellaniacuteas
Sus objetivos principales consistiacutean en servir al Culto a
traveacutes de misas aniversarios dotaci6n de ornamentos o mcaudales y bene ficiar al p roacuteximo ne ces i tado e s pe c i a Lrre n
te a los hueacuterfanos (51) Esta institucioacuten tambieacuten caiacutea ba
jo el calificativo de patronato de legos teacutermino que ex
presaba su independ~ncia respecto de la autoridad eclesi~~
tica A diferencia de las capellaniacuteas que sustentaban r~
laciones sociales horizontales prefer~~temente las obras
piacuteas favoreciacutean relaciones verticales basadas en lazos shy
clienterales sin embargo su destino quedaba muchas veces
sujeto al arbitrio de terceros Este fue el caso de la shy
obra piacutea establecida a traveacutes de viacutea testamentaria por el
capit~n Antonio Loacutepez de Suleta a favor de Josefa CalderOacute)
doncella pobre noble y virtuosa El principal que asshy
cendiacutea a 6000 p fue impuesto en la hacienda de Juan Fran
cisco de Borja patroacuten de la obra piacutea Las rentas de la
fundacioacuten nunca llegaron a su destinataria puesto que do
30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
Pero las obras piacuteas tambieacuten sirvieron para flnes me
nos altruistas Los miembros de la eacutelite se dieron modos
para encubrir a tiacutetulo de fundaciones piadosas ciertos
mecanismos encaminados a asegurar rentas regulares a fa shy
vor de familiares que resultaran perjudicados por las leshy
yes de la herencia Un ejemplo muy ilustrativo es el de
don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
pal de 2000 -impuestos sobre la hacienda de Cusiacuten corresshy
pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
de las necesidades de sus ascendientes y descendientes de
liacutenea recta Si a los hijos herederos no les era suficien
te la legiacute tima podiacutean completar sus ingresos con las oren
tas de la obra piacutea y por otra parte los fundadores disposhy
niacuteanque las rentas beneficiaran tambieacuten a los hijos y nieshy
tos legiacutetimos mas pobres prefiriendo ante todo a las hem shy
bras (53)
Las cofradiacute as brindaron otro excelente campo de ac shy
cioacuten sobre el creacutedito para el sector privado Su importa~
cia como prestamistas se refleja en el significativo voluacuteshy
men de capitales puestos en circulaci~~ por censos (ver cua
dro 1) (54) Pese a que incluiacutean taIi1bieacuten a mi erab r o s de 1 shy
clero secular la mayoriacutea eran agrupaciones laicas con fishy
nes de beneficio mutuo y sin maacutes ligamenes con la Iglesia
que el servicio que prestaban al Culto por nedio del sIDste
nimiento y ornato de capillas o por medio de celebraciones
religiosas y concesioacuten de indulgencias (55) Las cofradiacuteffi
proliferaron en Quito tanto a nivel urbano como rural y
la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
te Artesanos indiacutegenas espantildeoles pobres organizaron -
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sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
Ana de la Torre obrajera y comerciante de textiles en shy
Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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30
ntildea Ambrocia Freyre esposa de Borja declaroacute que la hacie~
da era total y que las cargas que pesaban sobre ella debiacutem
ser anuladas En 1770 transcurridos 60 antildeos a partir de
la fundacioacuten las hijas de Josefa Calderoacuten reclamaron sin
eacutexito alguno el beneficio de las rentas (52)
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don Eugenio de Chi riboga alcal de ordinario de Qui to quien
junto con su mujer dontildea Mariacutea Espinoza y Luna resolvieshy
ron a modo de obra piacutea destinar los reacuteditos de un princi
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pondientes al tercio ~ quinto de sus bienes- a la atencioacuten
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la iniciati va de co n fo rraa r Las no estuvo reservada a la eacuteli
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31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
privado del sistema de censos Entre los agentes de esta
uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
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Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
nocieron a censo sobre un obraje en Chambo y sobre 30000
ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
a censo habriacutea sido particularmente importante en eacutepocas shy
de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
to que permitioacute un significativo proceso de acumulacioacuten shy
de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
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vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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31
sus propias cofradiacuteas convirtieacutendolas en espacios maacutes o
menos importantes de acumulacioacuten de bienes y riqueza y
de control y distribucioacuten de creacutedito
Pero los particulares mantuvieron control sobre el
creacutedito no soacutelo usufructuando de los mecanismos que brinshy
daban las fundaciones piadosas sino tarrhieacuten por medio dcl
papel financiero que jugaba el capital mercantil como ya
se advirtiOacute en liacuteneas anteriores y por medio del manejo
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uacuteltima praacutectica se cuentan tanto comerciantes como hacen~
dados prominentes Un caso es por ejemplo el de dontildea
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Chambo que en 1652 otorgoacute un p reacutes tamo de 200 O pes os a
Francisco y Rodrigo Ponce de Castillejo quienes lo reco
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ovejas de Tiocajas (56) Creemos que el preacutestamo privado
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de bonanza como la del auge textil en la Audiencia de Qui
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de capital en manos de particulares
Visto estos antecedentes y examinando el grado ~n
que el sector privado incursionoacute en el manejo del creacutedito
es ut6pico establecer las exactas dimensiones de la funcieacuteh
financiera que cumplieron las instituciones e~lesiaacutesticas
Su anaacutelisis debe considerar elementos de crucial importanshy
cia como la informalidad del sistema y la ambivalencia de
las instituciones frente al creacutedito eiexcl fluctuan~e papelde los fondos privados y el sistema generalizado -frente
a la escasez de circulante- de constituir los fondos del
creacutedito a traveacutes de rentas Diversos autores llaman la shy
atencioacuten sobre este problema al advertir que no todos los
ce ns os de si gnaban dine ro pues to en circulacioacuten Huchos de
ellos consistiacutean soacutelo en cargas hipotecarias expresadas en
rentas y no invol ucraban capi tales iniciales (57) Es te
problema se abordaraacute en la tercera parte de la presente i~
vestigacioacuten a propoacutesito del estudio de caso del convento shy
de San Franciscocuya organizacioacuten econoacutemica estaba respa
dada en buena parte por la actividad financiera
- 02 Introduccioacuten
- 03 Capiacutetulo 1 Las Formas institucionales del creacutedito en Quito
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