resentimiento y psi

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Resumen El resentimiento tiene que ver con una ofensa ocurrida en la realidad que resta enquistada en el sujeto. Desde el psicoanálisis se ha visto este afecto como una defensa compleja frente a vivencias penosas; sólo excepcionalmente se le ha valorado como algo útil para el sujeto, por ejemplo, como angustia-señal frente a la pérdida de objeto. En este artículo me propongo relacionar el resentimiento —o al menos uno de sus tipos— con lo que Christopher Bollas ha llamado violencia inocente. En esta situación, el individuo sufre una agresión que no es reconocida como tal por el agresor, de manera que tanto el trabajo de representación de lo ocurrido como la culpa quedan en manos del agredido. El resentimiento aparecería como una medida extrema frente a la desinvestidura que supone la violencia inocente, garantizando tanto la cohesión narcisista como el vínculo al objeto. el hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto y derecho consigo mismo. Su alma mira de reojo; su espíritu ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas, todo lo encubierto lo atrae como su mundo, su seguridad, su alivio; entiende de callar, de no olvidar, de aguardar, de empequeñecerse y humillarse transitoriamente. Una raza de tales hombres del resentimiento acabará necesariamente por ser más inteligente que cualquier raza noble, venerará también la inteligencia en una medida del todo distinta: a saber, como la más importante condición de existencia… Friedrich Nietzche La genealogía de la moral …ser no es otra cosa que ser percibido. S. Beckett (citado por Enrique Vila-Matas. Doctor Pasavento) El resentimiento —como el rencor, del que es difícil diferenciarlo— forma parte de aquellos afectos que suscitan el rechazo unánime. No parece haber en él nada útil. La rumiación interminable de la afrenta sufrida, la queja permanente, el empecinamiento en la rememoración del pasado, todo parece condenar al sujeto a una impotente esterilidad. Desde el punto de vista psicoanalítico, el resentimiento ha sido visto comúnmente como un obstáculo, como una barrera defensiva erigida ante el reconocimiento de afectos o situaciones penosas; sólo excepcionalmente se le ha considerado como un elemento al servicio del mantenimiento del vínculo objetal y, por tanto, de la vida. En este artículo se plantea la posibilidad de que el resentimiento pueda hallarse directamente vinculado a un tipo específico de traumatismo narcisista, aquel que Christopher Bollas (1994) ha llamado violencia inocente. En este caso el resentimiento tendría la función tanto de asegurar el mantenimiento del vínculo con el objeto como de preservar el capital narcisista del sujeto. El itinerario de nuestra reflexión comenzará por la fenomenología del resentimiento, tal y como aparece en el diccionario, para luego pasar al comentario de algunas posiciones psicoanalíticas. Las observaciones de Jean Améry —ensayista y superviviente de los campos nazis— introducirán algunos elementos que nos parecen claves y que permitirán enlazar con el concepto de violencia inocente antes mencionado. ¿Qué es el resentimiento? 1 Dicen los diccionarios que el resentimiento es «mantenimiento en la memoria de injurias y daños», es la memoria de una agresión; el resentimiento fija una ofensa que ocurrió realmente en el pasado convirtiéndola en algo siempre actual, que no envejece ni cambia, y conservándola permanentemente viva. Se acompaña de amargura, una nota triste que tiene tendencia a expandirse e 69 El resentimiento y la violencia inocente Carlos Sánchez Rodríguez

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  • Resumen

    El resentimiento tiene que ver con una ofensaocurrida en la realidad que resta enquistada en elsujeto. Desde el psicoanlisis se ha visto este afectocomo una defensa compleja frente a vivenciaspenosas; slo excepcionalmente se le ha valoradocomo algo til para el sujeto, por ejemplo, comoangustia-seal frente a la prdida de objeto. En este artculo me propongo relacionar elresentimiento o al menos uno de sus tipos conlo que Christopher Bollas ha llamado violenciainocente. En esta situacin, el individuo sufre unaagresin que no es reconocida como tal por elagresor, de manera que tanto el trabajo derepresentacin de lo ocurrido como la culpaquedan en manos del agredido. El resentimientoaparecera como una medida extrema frente a ladesinvestidura que supone la violencia inocente,garantizando tanto la cohesin narcisista como elvnculo al objeto.

    el hombre del resentimiento no es ni franco, niingenuo, ni honesto y derecho consigo mismo. Sualma mira de reojo; su espritu ama los escondrijos,los caminos tortuosos y las puertas falsas, todo loencubierto lo atrae como su mundo, su seguridad,su alivio; entiende de callar, de no olvidar, deaguardar, de empequeecerse y humillarsetransitoriamente. Una raza de tales hombres delresentimiento acabar necesariamente por ser msinteligente que cualquier raza noble, venerartambin la inteligencia en una medida del tododistinta: a saber, como la ms importante condicinde existencia

    Friedrich Nietzche La genealoga de la moral

    ser no es otra cosa que ser percibido.

    S. Beckett (citado por Enrique Vila-Matas. Doctor Pasavento)

    El resentimiento como el rencor, del que esdifcil diferenciarlo forma parte de aquellosafectos que suscitan el rechazo unnime. No parecehaber en l nada til. La rumiacin interminable dela afrenta sufrida, la queja permanente, elempecinamiento en la rememoracin del pasado,todo parece condenar al sujeto a una impotenteesterilidad.

    Desde el punto de vista psicoanaltico, elresentimiento ha sido visto comnmente como unobstculo, como una barrera defensiva erigida anteel reconocimiento de afectos o situaciones penosas;slo excepcionalmente se le ha considerado comoun elemento al servicio del mantenimiento delvnculo objetal y, por tanto, de la vida.

    En este artculo se plantea la posibilidad de queel resentimiento pueda hallarse directamentevinculado a un tipo especfico de traumatismonarcisista, aquel que Christopher Bollas (1994) hallamado violencia inocente. En este caso elresentimiento tendra la funcin tanto de asegurar elmantenimiento del vnculo con el objeto como depreservar el capital narcisista del sujeto.

    El itinerario de nuestra reflexin comenzar porla fenomenologa del resentimiento, tal y comoaparece en el diccionario, para luego pasar alcomentario de algunas posiciones psicoanalticas.Las observaciones de Jean Amry ensayista ysuperviviente de los campos nazis introducirnalgunos elementos que nos parecen claves y quepermitirn enlazar con el concepto de violenciainocente antes mencionado.

    Qu es el resentimiento?1

    Dicen los diccionarios que el resentimiento esmantenimiento en la memoria de injurias y daos,es la memoria de una agresin; el resentimiento fijauna ofensa que ocurri realmente en el pasadoconvirtindola en algo siempre actual, que noenvejece ni cambia, y conservndolapermanentemente viva. Se acompaa de amargura,una nota triste que tiene tendencia a expandirse e

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    El resentimiento y la violencia inocente

    Carlos Snchez Rodrguez

  • impregnar la vida del sujeto. Como veremos msadelante, la afirmacin de que la envidia es unacompaante intrnseco del resentimiento merece serdiscutida. De igual manera, tambin requierematizacin su relacin con el deseo de venganza: sibien el deseo de llevar a cabo algn tipo de venganzasobre la persona o personas agentes de la ofensa esuna constante del resentimiento, no lo es menos elhecho capital de que sta no puede ser culminada. La venganza que da cumplida cuenta de la ofensa, lavenganza que satisface al ofendido, no conduce alresentimiento. Max Scheller ya apunt comorecogen en su libro Marina y Lpez Penas (1999)que la razn del resentimiento es la impotencia paravengarse; estos mismos autores aaden ms enlnea con lo que intentaremos desarrollar despusque lo propio del resentimiento es la incapacidadpara borrar el dao.

    Ofensa ocurrida en la realidad (y no slo en lafantasa), sentimiento de injusticia, conciencia detener razn, deseo de venganza que, sin embargo, nopuede culminarse y conduce a la impotencia y a laindignacin sellando un firme vnculo entre ofensory agraviado, stas parecen ser las notas distintivasdel resentimiento. Este carcter vincular que ata,liga, al agraviado con su ofensor parece estarinscrito en el lenguaje: el resentimiento slo sedirige a personas, no admite la posibilidad dedesplazamiento.

    Se vincula el resentimiento a algn tipoespecfico de ofensa o, por el contrario, su relacincon ella es contingente? Nada nos dice eldiccionario sobre este punto. Sin embargo, aunqueel resentimiento pueda ser visto desde unaperspectiva objetal, como veremos a continuacin,existen elementos que nos hacen pensar que tambinpuede desencadenarse ante la prdida del capitalnarcisista del individuo. En esta situacin, al darle larazn al sujeto, al colocarlo al lado de la justicia, el resentimiento se comportara como un dique queintentara frenar la hemorragia narcisista. Un diquefrgil porque nadie quiere sentirse un resentido yesta vivencia encuentra rpidamente una sancinsuperyoica haciendo acompaar de culpa el deseode venganza. Quiz por eso el sujeto queexperimenta el resentimiento necesite cargarse derazones.

    La vivencia de resentimiento introduce as alsujeto en un doble crculo vicioso: de un lado el quelo vincula a su queja y la bsqueda de unasatisfaccin que no puede ser alcanzada; de otro,repitiendo internamente la persecucin externa, el que lo obliga a defenderse permanentemente de laacusacin de su supery.

    Algunas interpretaciones psicoanalticas del resentimiento

    Ya que este artculo no pretende una revisinexhaustiva de la literatura psicoanaltica conrespecto al resentimiento, me limitar a mencionartres posiciones que me parecen significativas. Se trata, desde luego, de una seleccin arbitrariaaunque espero que no del todo gratuita.

    Para Leticia Escario (1995) el resentimiento esalgo sustantivo y no meramente adjetivo; se trata deun funcionamiento afectivo que define un cuadropsicopatolgico que podra ser equiparable al del depresivo o al del obsesivo. Su objetivo es el demantener vivo un complejo movimiento defensivocontra el doloroso proceso de elaboracin deansiedades depresivas, y perpetuar una relacin de objeto en la cual predominan el controlomnipotente, la escisin, la identificacinproyectiva, es decir, todas aquellas organizacionesdefensivas patolgicas que caracterizan la posicinesquizo-paranoide (Escario, 1995).

    Segn esta autora, para que el resentimientocumpla su funcin defensiva son necesarias algunascondiciones. Debe haber, en primer lugar, unapredisposicin congnita del individuo a ladestructividad, es decir, a la psicosis, de manera queal predominar el instinto de muerte se produzca elfracaso de la integracin de las cualidades buenas ymalas del objeto primitivo por temor a sufriransiedades de tipo catastrfico. En esta situacin, elindividuo asla la experiencia dolorosa y laencapsula proyectando en ella sus propios impulsosdestructivos; en un segundo tiempo, la introyecta yla mantiene aislada, privada de la confrontacin conexperiencias diversas y de la relacin con otrosobjetos internos, evitando as el camino de laintegracin.

    En segundo lugar, ha debido ocurrir unaexperiencia dolorosa real (y no exclusivamente en lafantasa) en la biografa del sujeto; esta experienciatiene sus races en la primera infancia aunque elsujeto la relate como vivida en la edad adulta e incidi decisivamente en las primeras relacionesde objeto.

    Finalmente, para que el movimiento defensivose ponga en marcha es necesaria una ansiedad quesea difcilmente soportable por su cualidad o por suintensidad o por ambas cosas. Y para que la culpapersecutoria se exprese como resentimiento y nomeramente como paranoia, el objeto persecutorio es decir, la experiencia dolorosa vivida ha dehaber sido disociado de una manera particularmenteneta.

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  • Aunque no expresamente desarrollado en supresentacin terica inicial, es interesantecomprobar en el material clnico que aporta estaautora cmo el resentimiento constituye unverdadero organizador de la relacin transferencial:el resentimiento invade la escena clnica y obliga alanalista a recibir la proyeccin masiva, loinmoviliza y lo coloca en una situacin de deudapermanente con respecto al analizado; la disociacindel paciente es tan eficaz que a veces hace dudar alanalista de sus propias percepciones y ste ya nosabe si la cualidad y la intensidad del ataque del queha sido objeto es tal y cmo lo recuerda; finalmente,la identificacin proyectiva es tan masiva que existeun riesgo permanente de que el analista se conviertal mismo en presa del resentimiento.

    La posicin de Jos Mara Franco (1995) esradicalmente diferente y se centra mucho ms en lacualidad de re-sentir, es decir, de volver a sentir denuevo, que tiene el resentimiento, que en aquello quehay en l de no-olvidar. Ya no se trata de consideraral resentimiento como algo puramente defensivo,enquistado y congelado, sino de verlo bajo un aspectopositivo y estructurante, organizador. Como muestraen su artculo, el resentimiento permitira adivinar,anticipar y prevenir que aquello que, en su momento,fue vivido como algo catastrfico e irreparable, no sevuelva a repetir (Franco, 1995). El resentimientotendra la funcin de repetir de manera atenuada eltraumatismo, la funcin de angustia seal sealadapor Freud. A travs de la presentacin de un materialclnico, este autor muestra cmo el resentimientohace su aparicin ante la amenaza (o la evidencia) dela prdida de objeto y supone un intento desesperadopor parte de la paciente de impedir la desaparicindel objeto madre/analista, que teme perder parasiempre. Esta situacin, vivida en la transferencia, eseco de la prdida real del hermano de la paciente,fallecido durante su perodo de latencia, lo que habaconfirmado para ella su fantasa fraticida. El resentimiento tendra aqu un carcter claramenteobjetal y cumplira una funcin antitraumtica alproteger al sujeto de la repeticin pura y simple, noprevista por angustia seal alguna, de la prdida deobjeto.

    Desde el punto de vista tcnico, el mismo autorsubraya cmo en las situaciones transferencialesdonde domina el resentimiento, la interpretacin tanto del aqu y ahora como aquella vinculantecon el pasado puede ser vivida como unadesconsideracin respecto al enorme esfuerzo queest realizando el paciente de resucitar al objeto ycreer, ni que fuera por un momento, que ste nolleg nunca a perderse. Aunque en esta operacin

    pueda haber elementos de pseudoreparacinmanaca, existen tambin otros de homenaje yreconocimiento hacia un objeto valorado, estimadoe injustamente arrebatado; en estas circunstancias,la intervencin del analista, ni que sea medida yconsiderada, puede ser vivida por el paciente comode una gran frivolidad, comparada con el carctersagrado que tiene para l la recuperacin del objeto.

    Con John Steiner (1996) volvemos alresentimiento como defensa: cuando el pacienteexperimenta un agravio vivido como injusto apareceun deseo de venganza que se acompaa de odio ydestructividad extremos; ya que la bsqueda abiertade la venganza es demasiado peligrosa, ladestructividad es controlada y expresada de maneraindirecta, oculta. Se forma un refugio psquico alque el paciente puede retirarse y donde estprotegido de los peligros de un ataque abierto a susobjetos. Este tipo de decepcin en la que el objetono se comporta como el paciente cree que se merecede manera que se siente traicionado es tpica dela situacin edpica. La introduccin de un terceroen la dada hace aicos la fantasa de relacinexclusiva entre la madre y el nio, incluso aunqueno haya habido un perodo de seduccin y colusincon el objeto primario. La traicin del buen objetose acompaa de una dolorosa confusin entre losimpulsos buenos y malos; el apego al objetoprimario, el deseo de preservar el buen objeto, sesostiene exclusivamente en una profunda escisindonde la idealizacin, la lealtad y el amor demandanla proyeccin de toda la maldad en un persecutor. El analista puede ser identificado con el mal objetoque no puede ser perdonado si no sostiene ese puntode vista amenazando as la relacin ideal.

    Frente a esta versin persecutoria hay tambinuna solucin depresiva que surge cuando elpaciente es capaz de encontrar la fuerza pararebelarse contra la autoridad parental y actuar susdeseos de venganza tanto en la fantasa como, enuna forma moderada, en sus relaciones reales,especialmente en la transferencia. (Steiner, 1996).Sin embargo conviene refrenar el optimismo ya que,como seala este autor, el resentimiento pareceproporcionar una vivencia de integracin yproteccin frente a la ruptura interna tan intensa queel paciente puede temer que la renuncia al mismo loconduzca al colapso y la catstrofe. Dice el propioSteiner (1996): Me siento avergonzado al admitirque no he podido encontrar un material clnicosatisfactorio de un caso donde un impasse debido alresentimiento pueda ser mitigado para permitirdesplazarse con xito hacia una solucin depresivadel conflicto edpico.

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  • La experiencia de Jean AmryJean Amry naci en Viena en 1912; despus de

    huir de su pas debido a las leyes antijudas, acabentrando en la resistencia belga antinazi donde fuefinalmente detenido y torturado en 1943 y un tiempodespus enviado a Auschwitz. Tras varios cambiosde campo ante el avance del ejrcito sovitico, fueliberado en abril de 1945. A partir de entoncesrepudi su cultura de origen, negndose a escribir enalemn, y adopt un nombre francs que era unanagrama de su verdadero nombre (Hans Mayer).Cuando contaba cincuenta y cuatro aos de edad yya tena tras de s una cierta carrera como escritor,public Ms all de la culpa y la expiacin (Amry,2001). Se trata de un libro sobrecogedor donde,lejos de centrarse en la narracin de la experienciavivida en los campos, Amry se impone la tarea dereflexionar sobre algunos aspectos de esta vivenciaa travs del uso de una introspeccin tan lcidacomo intransigente. Uno de esos aspectos es elresentimiento.

    Consciente de su resentimiento, Amry seinterroga acerca de sus orgenes: cundo aparecien l este sentimiento, bajo qu circunstancias?

    Durante bastante tiempo [tras la liberacin] se dieronunas circunstancias que me dejaban en una posicinsocial y moral totalmente inslita y en gran medidaembriagante: me encontraba como partisanosuperviviente y judo perseguido por un rgimenodiado por los pueblos en relacin deentendimiento recproco con el mundo. Quienes mehaban torturado y degradado a vil insecto, causabanellos mismos repugnancia a los vencedores. [] El crimen y la expiacin colectiva se podran habercontrapesado, reestableciendo el equilibrio de lamoralidad universal. Vae victis castigatisque. No haba motivos para que se incubaranresentimientos, ni siquiera se daba la ocasinpropicia. Por supuesto, tampoco quera or hablar decompasin por un pueblo sobre el que, a mi juicio,pesaba una falta colectiva [].

    Mientras los verdugos o de manerasubrogada, la nacin alemana reconocen su falta,su culpa, el resentimiento no tiene ningn papel, dela misma manera como tampoco lo tienen la piedado la compasin. Slo hay sitio para que se ejerza lajusticia, encargada de restituir el equilibrio. Amrydestaca en su texto el sentimiento de completudnarcisista, de fusin con el ideal social: lossupervivientes de los campos son los hroes delmomento y la condena hacia los agresores esunnime no slo entre los vencedores sino tambin,

    y esto es lo importante, entre los vencidos cuyanica opcin es callar agachando la cabeza.

    Pero con el paso de los aos, Amry entra encontacto con alemanes que ya no tienen nada quereprocharse y es precisamente entonces cuandoaparece el resentimiento. Y con l tanto laconciencia de ser culpable (sentirse miserable,dice Amry) por albergarlo, como la necesidad deexplicarlo a todos aquellos contra quienes vadirigido, de aferrarse a l frente a los consejosbienintencionados que claman por olvidar el pasado.

    La negativa del verdugo a juzgar su acto comoun acto criminal deja exclusivamente en manos de lavctima la tarea de representarse la violencia, laagresin. La vctima se convierte en depositaria dela verdad moral. Sin su presencia y su testimoniopodra pensarse que las que cosas que ocurrieronpasan en todas las guerras, podra decirse que nohay que hacer tanto ruido por algo que, en el fondo,es hasta cierto punto normal en una guerra. Sinembargo, la vctima se rebela contra esabanalizacin de una experiencia en la que ella ve laexpresin de un mal radical, absoluto, al que nopueden hacerse concesiones, un mal imborrable queal confrontarlo con el fondo de s mismo le dejaplanteada la terrible duda de si no habr pagado unprecio excesivo por la supervivencia. La vergenzapuede llegar a ser un sentimiento tan poderoso, tan devastador, que transforme la vida del sujeto enun aplazamiento de su propia muerte.2 La dimensindel futuro desaparece (El resentimiento bloquea lasalida a la dimensin autnticamente humana, al futuro.) y la vctima queda fijada al pasadodeseando que todo aquello no hubiera ocurrido.

    Si reconozco mis resentimientos, si concedo que mesiento implicado [es decir, que no es objetivo] alpensar nuestro problema, no se me olvida tampocoque soy rehn de la verdad moral de este conflicto.[] Slo yo estaba, y estoy en posesin de la verdadmoral de los golpes que an hoy me resuenan en elcrneo [].

    Rehn, prisionero, esa es la importantsimacuestin. Pero a Jean Amry no se le escapa que lavenganza no cancela el resentimiento, no lo elimina,no lo calma.

    Wasj, el SS de Amberes, asesino en serie y torturadorparticularmente experimentado, ha pagado con lavida. Qu ms puede exigir mi malvada sed devenganza? Pero la cuestin no estriba en si heescudriado a fondo en mi fuero interno, no consisteni en la venganza ni tampoco en la expiacin []

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  • Lo que me importa es redimirme de un desamparoque an perdura desde entonces.3

    La venganza no libera de ese estado deabandono que habita en Jean Amry. Qu podraliberarlo?, qu se puede hacer mientras tanto? Su respuesta es que lo nico que cabe hacer esconvertir al resentimiento en un instrumento: Misresentimientos existen con el objeto de que el delitoadquiera realidad moral para el criminal, con elobjeto de que se vea obligado a enfrentar la verdadde su crimen.

    Es decir, la nica posibilidad de que Amry sevea liberado de su resentimiento pasa porque elcriminal pueda reconocer su crimen. La actitudvindicativa, la intransigencia, estaran al servicio defomentar esa toma de conciencia de manera que, en contra de la creencia extendida, el objetivo delresentimiento no sera perpetuarse sino ser el propioagente de su extincin.

    Quiero creer que en el momento de su ejecucindese [Wasj, el SS que lo tortur], exactamente comoyo, revertir el tiempo, cancelar los hechos. Cuando sele condujo al patbulo dej de ser enemigo paraconvertirse de nuevo en prjimo. Si todo se limitase aun asunto entre el SS Wasj y yo, si no hubiera tenidoque soportar el peso de toda una pirmide invertidade militares y colaboradores de las SS, funcionarios,capos, generales condecorados, habra podido, almenos as me lo parece hoy da, morir sereno yreconciliado con el prjimo que exhibe la insignia dela calavera.

    En resumen: el resentimiento emerge cuando seha cometido un acto de violencia que no esreconocido como tal por el agresor. Tanto laposibilidad de representacin de lo que ha ocurridocomo la culpa quedan en manos del agredido que seconvierte en propietario de la verdad moral. El resentimiento buscara despertar en el agresor la conciencia de su agresin, permitiendo as, con elreconocimiento de la falta, su cancelacin.

    Ahora bien, no es todo esto lo que ChristopherBollas (1994) describe con el nombre de violenciainocente?4

    La violencia inocente

    La violencia inocente se presenta en el anlisiscomo una experiencia de transferencia-contratransferencia. Tomemos el caso que refiereBollas en su libro: una paciente no cesa de

    proporcionar informacin acerca de sussentimientos durante el anlisis; sin embargo,cuando el analista trata de ponerla en contacto conellos, haciendo algn comentario sobre lo que acabade decir, la paciente reniega de lo que hacomunicado y se muestra enormemente sorprendidade que el analista haya podido extraer semejanteconclusin. A medida que transcurre el anlisis, lamisma situacin se repite una y otra vez. El analistase siente cada vez ms irritado y, poco a poco,confuso.

    A medida que transcurre el tiempo, Jessica me vahaciendo saber que los comentarios que yo hagosobre sus comunicaciones no slo son pocoperceptivos sino imaginarios. Sin embargo, a m meparecen los fundamentos mismos de la percepcin.Acaso veo visiones? Invariablemente, Jessica quiereaveriguar cmo llegu yo a formular mi comentario.Fue lo que ella dijo la causa de mi acotacin? Por momentos esto me provoca confusin, en lamedida en que la intencin de Jessica es que yo mehaga cargo de algo que, segn ella, son preceptosalucinatorios mos. [] Al reformular miscomentarios, me doy cuenta, en retrospectiva, de quees casi como si le implorase a la paciente en sucalidad de guardiana de las puertas de lapercepcin: me dejar entrar?, estar de acuerdoen que mi manera de percibir la situacin se conectacon la realidad? (El subrayado es mo).

    Como pudo verse despus, esta relacin repetael guin de la relacin de Jessica con su madre, unamujer propensa a negar su responsabilidadrespecto de cualquier cosa que inquietara otrastornara a su hija. En la transferencia, Jessicahaba hecho el papel de esa madre que incita asentirse profundamente confundido, rabioso yaislado ante la negacin del contacto materno.

    Aqu no se trata tan slo de la desmentida de unapercepcin externa, sino del desentenderse de todasaquellas ideas, afectos, emociones, que la pacientemisma ha inoculado en el otro:

    El inocente violento patrocina una confusin afectivae ideativa en el otro y tras ello desconoce todo saberal respecto: en esto reside la verdadera violacin. El receptor es instado a sumergirse en una intensasoledad, donde los sentimientos, pensamientos yverbalizaciones potenciales no tienen recepcin.

    Y tambin,

    Un paciente con estas caractersticas provocar alanalista para que le interprete a fin de renegar luego

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  • de sus asociaciones, con lo cual agita la vida internadel analista para aislarlo. Al hacerlo, el analizandocomunica mediante la transferencia y lacontratransferencia, esa experiencia del ser con otroque primero provoca y luego se aparta, inocente de suagresin. Por ltimo, un paciente as puede atacar lailusin esencial que est en la base del lenguajehumano: que a travs de l nos comprendemos unos aotros. Forzando al analista a guardarse su discurso ensu mente, a comerse sus palabras, este tipo deanalizando busca inconscientemente representar supropio fracaso, o el de sus padres, en el juego delreconocimiento equivocado.

    Se crea una profunda desilusin, una decepcinradical: ya no puede pensarse que es posible unacomunicacin entre paciente y analista (o, lo que eslo mismo, entre el sujeto y sus objetos primarios) ylos esfuerzos de ste ltimo se vern desautorizadosuna y otra vez. Se crea un desaliento progresivo, unagradual prdida de confianza en la relacin.

    El resentimiento como medida desupervivencia ante la desinvestidura

    El repaso del diccionario ha mostrado el anclajedel resentimiento en un acontecimiento real, suincapacidad para borrar el dao y su temible poderpara soldar agredido y agresor. La literaturapsicoanaltica, por su parte, ha aadido lacomprensin de este afecto como una defensacompleja o bien como angustia-seal frente altraumatismo. La reflexin de Jean Amry ha puestosobre el tapete que el resentimiento se inicia con lanegativa del agresor a reconocer su agresin y hasubrayado su carcter de llamada al objeto, al que sele concede la capacidad de resolverlo; tambin hapuesto de manifiesto que hay una culpa y un trabajode representacin de la violencia que quedan a cargodel resentido. Christopher Bollas, que no mencionaen su artculo el resentimiento, da un estatuspsicoanaltico a lo descrito por Amry situndolo enel terreno de la transferencia-contratransferencia.

    Ahora bien, lo que en mi opinin parece estarverdaderamente en juego en la violencia inocente esel traumatismo narcisista fruto de la desinvestidura.Para ser hay que haber sido investido. Con suactitud, el objeto primario no slo se desinteresa delos efectos de su agresin sobre el sujeto, sino de laexistencia misma de ste que queda convertido enmero receptor de agresin y culpa no representadas.La aparicin del resentimiento suelda ambosprotagonistas: aunque el agresor no comprenda nadade la queja del agredido (puesto que es inocente y no

    sabe nada de su agresin), los reproches de steconsiguen al menos una investidura a minima.Quiz esto permita comprender porqu la renunciaal resentimiento puede ser vivida como laamenazadora retirada de esa investiduraimprescindible para la supervivencia, verdaderocemento identitario. Por otra parte, el descrdito alque se encuentra sometida la percepcin del sujetosiempre pendiente de ser autentificada por elagresor implica una pesada hipoteca para eldesarrollo personal y no es precisamente una ayudaen el camino de construccin de un narcisismo devida.5

    En la situacin de transferencia-contratransferencia descrita por Bollas, el pacienteparece ofertar al analista dos posibilidades: o bienste se siente cada vez ms irritado, ms resentidocon su paciente, identificndose as a la vctima, loque, desde luego, es una invitacin al actingcontratransferencial, o bien, para huir de este papel,el analista puede desear refugiarse en unaneutralidad benevolente profesional que quiz nosea ms que una repeticin de la desinvestidura quellev a cabo el objeto primario. En cualquiera de losdos casos el analizando acaba siendo la vctima delanalista que o bien lo desinviste o bien lo agrede.Eso cierra el ciclo infernal de la repeticin en latransferencia de lo ocurrido con el objeto primario yda una sombra perspectiva a la relacin analtica.

    Para concluir

    Las palabras reseadas ms arriba de JohnSteiner, analista experimentado y reputado por sutrabajo con pacientes difciles, no invitan alentusiasmo. Los analistas que se han ocupado delresentimiento han sealado unnimemente al menos hasta donde yo conozco lasdificultades que plantean estos pacientes.

    Es posible que uno de los obstculos resida enque lo que comnmente entendemos por este afectoest compuesto desde el punto de vistapsicoanaltico por realidades mltiples conimplicaciones diferentes.

    En este artculo he querido llamar la atencinsobre lo que parece un tipo especfico deresentimiento que ocurrira como respuesta a lo queBollas ha denominado violencia inocente, ejercidapor el objeto primario. En este caso, el resentimientoparece estar especficamente al servicio de mantenerla cohesin narcisista del sujeto y su vnculo conel objeto primario al precio de un gravecompromiso de su desarrollo futuro. Quiz la

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  • capacidad del individuo para elaborar el duelo delobjeto idealizado sea bsica para que puedarenunciar al resentimiento.

    Carlos Snchez RodrguezCiutat de Balaguer 22, 3 308022 - BarcelonaTel.: 93 254 72 79 - 678 527 [email protected]

    Notas1. Este apartado se basa en la obra de Jos Antonio Marina y

    Marisa Lpez Penas citada en la bibliografa.2. Amry acabara suicidndose cuando iba a cumplir los

    66 aos. Como Primo Levy, como tantos otros3. La traduccin francesa (Jean Amry. Par-del le crime et le

    chtiment. Paris: Actes Sud, 1995) de este ltimo prrafo dice losiguiente: Ce qui mimporte, cest dtre dlivr de cet tatdabandon qui persiste toujours. Aunque pudiramosconsiderar intercambiables el abandon de la traduccinfrancesa con el trmino desamparo de la espaola, lo queplantea un problema es la cuestin del tre dlivr traducidocomo redimirme. Dlivrer es liberar, liberarse (unprisionero, un pas), pero tambin es librarse de algo interno obien entregar algo a alguien (por ejemplo, un paquete) de maneraque, segn la acepcin, podra tener que ver con desembarazarse

    de algo; sta es la versin que ms conviene a mi lectura ya quelo que deseo subrayar es precisamente la pasividad. Por elcontrario, redimirse implica un cierto voluntarismo, unaactividad (Salir con el propio esfuerzo de una vida de miseriamoral o degradacin, dice el Mara Moliner).

    4. No puedo estar de acuerdo con la traduccin castellana(inocencia violenta) que se hace en esta edicin del trminode Bollas. La clave es qu consideramos sustantivo y quadjetivo: en mi opinin la inocencia es el recubrimiento de laviolencia y no al revs.

    5. El resentimiento no es la nica respuesta posible a ladesinvestidura. Vase, por ejemplo, el artculo de Andre GreenLa madre muerta.

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