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Reseñas Volver a ra sa Publicado o rig ina lme nte en inglés en 1991 como Plague o/ Caterpitl ars: A Return lo theAfrican Bus ñ. Nigel Barlcy regresa a donde los 0 0"' 3)'0 de Camcrún en busca de aclarar el «rilo de iniciación» (circuncisión), que: no había logrado dilucidarensu primerencuentro con est a cu ltura yq ucdio como resultado la publicación de su libro El Antropólogo Inocente (Anagrama, Crónicas 18, Barcelona. 1989). En su estilo de crónica etnográfica, retoma sus diarios de campo y los recrea sig uiendo un riguroso y di v ertid oe nsayo en donde la obse rva ci ón y la descripción dan paso a una realidad personal total, lle na de pcripccias co n la administración gubernamental de ese país, con sus inf ormantes. con la telaraña de la sociedad nacional )' por supuesto con quienes son sus «amigos a estudiar». El objetivo cen tra l dc su proyecto se encontrará con dificultades propias del oficio del antropólogo. y para no de sap rovec ha r la est ancia en "cam po" decide observ ar otro ritua l, en otro pueblo. En su negociación con la administración local para su permanencia en la región, se encuentra con el político de turno que quiere «cam biar» la realidad de «su puebl o». «La ét ica de la antropo lo gía no es s en cilla . Normalmente, el antropólogo trata MAGUARE 11.12, 1996 de influir lo menos posible en el pueblo que está estudiando , aunq ue sabe que tiene algún efecto. En el me jor dc los casos. tal vez devuelva a un pueblo de smorali zado y marg ina l cierto sentido de su propia valla y del mérito dc su prop ia cultura. Pero, por el mero acto de redactar la monografia de rigor sobre cua lquier pueblo , los presenta con una imagen de si mismos coloreada mediante sus prop ios prejui cios e ideas preconcebidas. puesto que no existe una realidad objetiva sobre un pueblo extranjero. El uso que hagan de su i ma ge n es imp r evisib le , Pu eden rechazarla y reacci onar contra ella. También pueden cambiar para ajustarse mejor a ella y convertirse en actores fosilizados dc si mismos. De cualquier modo, la inocencia. la sensación de que algo se hace porque las cosas no pueden ser de otro modo. se picrdc.» (pág. 45). La reflexión que hace todo el tiempo de lo que está observando)' vi viendo, lo lle van a expresar sus pr opias co nc e pc ion es ace rca del mundo aca démico en el que vive; resalla aquello que es de su interés, y de allí d eri va i nteresan tes y div ert idos análisis. «Como en cualquier país en el que existen muchas lenguas. gran movilidad social y un Importante grado de semialfabetización, hay personas que dudan sobre qué es correcto y qué es in correcto. Por lo tanto, co n frecuencia los libros ofrecen cartas en teras que pued en ada pta rse a cualquier ocasión camb iando una Odos palabras, de modo similar a como los malos estudia ntes se aprenden de memoria redacciones enteras que e mple a n e mp eci na damen te en las circunstancias más inapropiadas de cualquier examen... «Lcs jóvcncs son particularm ente presa de la inseguridad del escribiente, y se ha creado toda una subindustria que proporciona cartas de amor para todas las ocasiones. Éstas se difunden entre los estudiantes universitarios con una rapidez y fervor reservados en nuestras esc uel as a las ob ra s de osad a pomografia. Contienen consejos tales como (tomado de un ej e mplo nigeri ano): 'Las señas deben esta r e ncima dcl lado derecho dc su c uader no, y debe recordar que el amor es dulcc como el azul y que hay que tratar dc escribir en papel azul porque el azul siempre demuestra un profun do amo r. Vuelve, lu ego de sus coherentes disgregaciones, al objeto central de su estudio: la circuncisión. Después de una breve y ágil descripci ón de la mecánica del «r it ual», da paso al a ná l is is de e sta man ifestación humana. enmarcada siempre en las referencias y ap reciaciones que tienen de la misma los Dowayc. A part ir de ello, trata de aproximarse a una generalización e in icia r una nueva bú squeda, la mastectomla inexistente, en el pueblo vecino de los Ninga. «Todo esto me resultó un golpe mas bien duro. Cierto es que algunos de los pu eb los que e stud ian los antropólogos en Sudam érica no son más numerosos. La enfermedad. el desposeimiento y la guerra los han reducido a diminutas Iraccioncs de lo que eran. Pero trabajar sobre un pueblo tan mermado como aquél seria ar queo log ía en la mi sma medida que a ntropología. Dada la imp ortan cia de la mastc ctom ¡a inexistente. era una suerte que me encontrara allí en un momento tan crítico, pues, cuando un pueblo pierde su id entidad , 10 que más lamenta el antropólogo es la perdida de una visión particul ar del mundo, resultado de millares de años de int era cció n y pensa miento. Desde ese momento, nuestra visió n de la gama de posi bilidades humanas se ve disminuida. La importancia de un pueblo no tiene nada que ver con las cífsas.» (pág. 108) Ceñido a la descripción etnográfica de un observador cuya formación le pe rmite percibir más allá de lo aparente, esa misma formación lo hace critico de su disciplina y de sus propias actitudes con una sana e irreverente ironía. «En an tropología. el grado de disfrute su el e inte rp ret arse como medida de la comp ren sión alcanz ada . Si a un lIS

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Reseñas

Volver a rasa

Pu blicad o orig ina lmente eninglés en 1991 como Plague o/Caterpitlars: A Return lo theAfricanBusñ. Nigel Barlcy regresa a dondelos 0 0"'3)'0 de Camcrú n en buscade aclarar el «rilo de iniciación»(circuncisión), que: nohabía logradodilucidarensuprimerencuentro conesta cultura yqucdiocomo resultadola publicación de su lib ro ElAntropólogo Inocente (Anagrama,Crónicas 18, Barcelona. 1989).En su estilo de crónica etnográfica,retoma sus diarios de campo y losrecrea siguiendo un rigur oso ydi vertido ensayo en dond e laobservaci ón y la descripción danpaso a una realidad personal total ,lle na de pcripccias co n laadministración guberna mental deese país, con sus informantes. conla telaraña de la sociedad nacional)' por supuesto con quienes son sus«amigos a estudiar».El objetivo centra l dc su proyecto seencontrará con dificultades propiasdel oficio del antropólogo. y para nodesaprovecha r la estanc ia en"campo" decide observar otro ritua l,en otro pueblo. En su negociacióncon la administración local para super manencia en la regi ón, seencuentra con el políti co de turnoque quiere «cambiar» la realidad de«su pueblo» . «La ét ica de laantropo lo gía no es sencilla .Normalmente, el antropólogo trata

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de influir lo menos posible en el puebloque está estudiando , aunq ue sabe quetiene algún efecto. En el mejor dc loscasos . tal vez devu elva a un pueblodesmorali zad o y ma rg ina l ci e rtosentido de su propia valla y del méritodc su prop ia cultura. Pero, por el meroacto de redactar la monografi a de rigorsobre cua lquier pueblo , los presentacon una imagen de si mismos coloreadamediante sus prop ios prejui cios e ideaspreconcebidas. puesto que no existeuna real idad objetiva sobre un puebloext ranj ero . El uso que haga n de suima ge n es imprevisib le , Pu edenrechaza rla y reaccionar contra ella .También pueden cambiar para ajustarsemejor a ella y convertirse en actoresfosilizados dc si mismos. De cualquiermodo, la inocencia. la sensación de quealgo se hace porque las cosas no puedenser de otro modo. se picrdc.» (pág. 45).La reflexión que hace todo el tiempode lo que está observando)' vi viendo,lo ll evan a exp resa r sus prop iasco nc epc iones ace rca del mundoacadémico en e l que vive; resa llaaquello que es de su interés, y de allíderi va i nteresan tes y d ivert id osanálisis. «Como en cualquier país enel que existen muchas lenguas. granmovilidad social y un Importante gradode semial fabetización, hay personasque dudan sobre qué es correcto y quées in correct o. Po r lo ta nt o, co nfrecuencia los libros ofrecen ca rtasenteras que pu eden ada pta rse acualquier ocasión cambiando una Odospalabras, de modo similar a como losmal os es tudiantes se aprenden dememori a red accion es ent eras qu eemplean empeci nadamen te en lasci rcuns tancias más inapropiadas decualquier examen...«Lcs jóvcncs son particularmente presade la inseguridad del escribiente, y seha creado toda una subindustria queproporciona cartas de amor para todaslas ocasiones. Éstas se difunden entrelos estudiantes universitarios con unarapidez y fervor reservados en nuestrasescuelas a las ob ra s de osad apomografia. Contienen consejos talescomo (tomado de u n ej emplonigeriano) : ' Las se ñas deben esta r

encima d cl lad o der ech o dc sucuaderno, y debe recordar que elamor es dulcc como el azul y que hayque tratar dc escribir en papel azulporque el azul siempre demuestra unprofundo amo r.'»Vuelve, luego de su s cohe rentesdisgregaciones, al objeto centra l desu estudio: la circuncisión. Despuésde una breve y ágil descripci ón de lamecánica del «r itual», da paso ala ná l is is de esta man ifest aci ónhumana. enmarcada siempre en lasre ferencias y ap reciaci ones quetienen de la misma los Dowa yc. Apart ir de ello, trata de aproximarse auna gene ralización e iniciar unanueva búsqueda , la mastectomlainexistente, en el pueblo vecino delos Ninga .«Todo esto me resultó un golpe masbien duro . Cierto es que algunos delos pu eb los que estud ian losantropólogos en Sudam érica no sonmás numerosos. La enfermedad. eldesposei miento y la guerra los hanreducido a diminu tas Iraccioncs delo que eran. Pero trabajar sobre unpueblo tan mer mad o como aq uélse r ia a rqueo log ía en la mi smamedida que antropología. Dada laimportanci a de la mast cctom ¡ainexistente. era una suerte que meencontrara allí en un momento tanc rí t ico, pu es, cua ndo un puebl opi erd e su identidad, 10 que máslamenta el antropólogo es la perdidade una visión pa rticular del mundo,res ulta do de millares de años deint eraccióny pensamiento. Desde esemomento, nuestra visió n de la gamade posibilidades hum anas se vedism inuida. La impo rtancia de unpueblo no tiene nada que ver con lascífsas.» (pág. 108)Ceñido a la descripción etnográficade un observador cuya forma ción lepe rmite pe rcibi r más all á de loaparente, esa misma formación lohace critico de su disciplina y de suspropias actitudes con una sa na eirreverente ironía. «En an tropología.el grado de disfrute su el einterp retarse como medida de lacomprensión alcanzada. Si a un

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antropólogo no le gusta nada de loque enc uentra en un pueblo extraño,se t rat a de e tnoce nt r is mo . Sidesaprueba algo, se debe a que aplicaunos c ri terios erróneos . Co nfrecuencia no se tiene presente quela cultura qu e el etnóg rafo sue leaprecia r menos es la propia, la quedebe ría conocer mejor. Sin embargo,el placer no suele ser objeto de talesrestricciones. Un etnógrafo a quienle guste alguna faceta de la culturaque está estudiando no es acusadojamás de ctnoccntris mo ni de aplica rcr iterios e rró neos . Este curiosohecho ha conducido a un extrañosesgo en las monografías sobre lamate ria, en las cuales se representaal trabajador de campo revolcándoseen un deleite total por las cosas queexperimenta. Seguramente, a esto sedebe que la expe riencia real deltrabajo de campo resulte un golpeta n fuer te para el principiante yaparentemente ponga en cuestión sudedicación al tcma.» (pág . 136).Casi emulando a una película o aun a no vela de misterio, e lantropólogo se encuentra con que elritual no se hace, ya que en él noestá úni camente la voluntad y eldeseo del hombre, sino tambi én lanatura leza que juega su papel, casisiempre definiti vo . Lo as ume yasimila a tal punto , qu e laexperiencia le da el título al libro:" La s pl ant as de mij o herví anli teralmen te en robust as orugasnegr as qu e habían devorado porcompleto las hojas jóven es. Losco mbados ta llos d ism inuí a nvisiblemente a nte nuestros ojos amedida que las best ias los ibanconsumiendo.» (pág. 196) . Quedaasí la se nsación de un juegoinacabad o, de un dest ello que seapaga antes de percibir, en lasso mbras , el cue rpo rea l de loexistente.(En la investigación antropológica ,al igua l qu e e n otras áreas de laacti v idad académica, se concedepoco va lor a las co nc lusionesnegati vas, al descubri mie nto decaminos falsos, a la demostración de

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extremos sin sa lida, a las fies tas noprcscnciadas.» (pág . 197).En genera l, a las ciencias humanas, yen especial a la antropología, se lescritica por su incapacidad a la hora decuantificar los datos. Uno pensaría enla inuti lidad de cuantificar aquello quede por sí, siempre será incompl eto.¿Có mo cuantificar la sensació n que seproduce cuando existe una relacióntrasce nde nta l , en don de los qu epar ticipan sien ten que su mundo, apartir de ese momento ya no será elmismo?«Llegó el momento de volver a casa:Un viaje que termina in icia siempreun a se nsació n de trist e za a nte e lt ranscurso del tiempo y la ruptura derelacio nes. Con ésta se combina unasensación muy básica de alivio porregresar, relativamente indemne, a unmundo segu ro y predecible, donde lasplagas de orugas negras y peludas notras torna n las previs iones cósmicas.También da paso a nuevos modos devemos a nosotros mismos, que es quizála razó n por la cual la antropología es,en última instan cia , una discipli naegoísta.«Saqué el impreso del informe qu ete nía qu e manda r a la junta deinvestigación, inspiré profundamentey empecé a escribir: «Debido a unaextraordinaria plaga de orugas negra sy peludas ... »» (págs. 2 11 -212).Benjamín Yépcz Ch., (Colcicncias/Colcultura).

Nigcl Barley: Una plaga de OT"Ugas.Anagrama , Crónicas 29. Bar celona,1993.

IIacia una nueva antropología

Este libro alude de manera directaa la rea l idad mult icultu ral de losEstados Un idos . E nc ue ntra, si nembargo, fácil aplicación a la realidad

latinoamerica na y mundial en lamedida en que exami na el desarrollode la a nt ropología y sus nuevosca mpos de estudio , ligándolos demanera es trec ha a las re laci onesinterna cionales de dominación, losconflictos, los cambios)' los procesosde desco lon ización polí t ic a ycultura l. Estos dan lugar a lo que elautor llama un «entrecruzamiento dcfron teras culturales» en el acontecersocia l.

La condició n dc biculturalídad dcRenato Rosa ldo le permite situarseen una doble perspecti va : la delchicano e n la soc iedades tadounide nse -que es dc clarasubordinación- y la del a ntropólogoque percibe)' analiza los procesos enel contextode una potenc ia mnndial.Desde su posición particular, el autorma nifies ta su preocupación por ladiversidad cultural y el respeto a laidentidad, replanteando la forma yel objeto del análisis socia l, en unintento por desplazar la exclusividadde la herencia occidental para incluireleme ntos de identidad propia . Estetrabajo denota un comp romiso conlos grupos subordinados al analizarlos procesos co ns tantes detransculruración. que desembocan enla plurali dad de iden tidades de loslatinos en Estados Unidos. Son éstaslas nu ev as condi ciones de lasrel aci ones socia les , que pa raRosaldo. permiten la amp liación delcampo de laantropología, dando paso atransfonnacíoncsa nivel dcconccptos.objetosde estudio, métodos deanálisisetnográfico y modos de composicióny escritura .

Estos aspectos de la disciplinasirven para el análisis crítico de laantropología y para el planteamientode nu eva s p ro puestas . Rena toR osa ldo in ten ta trascender losanálisis c lás icos , e n los que seprivil egia lo genera l, lo estructuraly «elabora do» como los elementosclaves para explicar la cultura. Así,critica los estud ios sobre culturasforma les y es táticas, cuyasinterpretaci on es desecha n lasemociones de las pe rso nas y los

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elementos informa les, distorsionandola realidad.

E l a ut o r enriquece 13interpretación antropológica de lasemociones. mediante los conceptosde «fuerza emocio nal» y «sujetoubi cado) , que basados en lasexperie ncias pa rticula res de losindiv iduos )' la fo rma co mointerpretany sienten los patrones desu cultu ra . abren otra perspectivapara el conocimiento social. Para elautor. en 13 antropología clásica sehan confundido las ca tego rías dep rofundidad cultura l (de ta ll ea na lí tico) )' el aboración cu ltura l(explicación densa) . esencia lmentedístir uas.

E n el texto se encuen traentonces. un nuevo plantea mientosobre el concepto de cultura ---q ue.de esta forma. contempla procesosde ca mbio. confli ct os ycont inge nc ia s- y una nu ev aconcepción de análisis social y dcinterpretación. En breve . Rosaldcpr opone la co mpre nsi ón de lascultu ras en sus propios terminas.conside rando la e xis te ncia defronteras culturales derivadas de losconñtctos, y despla za ndo laexclusividad de lo normativo comodete rmi na nte del comportamie ntosocia l. A pa rtir de esta s nuevasconc e pci ones . interpreta lacapac idad ímprovlsato r¡a, laimprevisión ). variabilidad de losI1 ong ote s de Filip in as. comocualidades positivas de valor culturalqu e c rea n r itmos di st int ivos .ignorados en las normas clás icas, ydesc ub re e l «desorde n». lac rea tiv idad )' los ri tmos de laspráct icas soci ales como camposrelevantes y complejos. Así. en susdescripciones etnográficas. Rosaldcrelativiza sus propias ca tegorías dean tropólogo occidental, respecto altiempo y la acc ión social.

El desplazamiento de los temasde estudio de la antropología y elsurg imiento de nuevos intereses enla disciplina, desembocan en nuevosmétodos etnográficos y formas deescr itu ra . Ro sa ldo presen ta la

~L\CUARE 11 ·12.1 996

narrativa personal como alternat iva derepresentación de otras cul turas. con locual pon e e n duda la legit imidadexclusiva de las normas clásicas, queen su afán de objetividad suprimen lain teracci ón entre in ve stigado r einvestigados. En su análisissobre la iraen la afl icción de los Ilongotcs. el autorpe rmit e que e l lecto r conozc a elprocedimiento q ue lo ll evó acomprender formas de pensar )" sentiren esa cultu ra. Recu rre tanto a susvivencias persona les - la muerte de suesposa- para ap ro xima rse a lo sse nt imie ntos )' actitudesexperimentados por los llongotcs antela pérdida de seres queridos, como asu ex per ie nci a personal con losIlongotes para suste nta r la validezmetodológica de sus interpretaciones.Con esto demuest ra las lim itacionesque afectan el análisis social surgidoúnicamente de las teorías. )' expone lanecesidad de que el antropólogo ampliesu capacidad de percepción al interio rde la cultura que intenta interpretar,

Por otra parte, la impugnación dela a ntropología cl ásica se da e n elsentido de su pretend ida objetividadque sepa ra el sujeto del objeto; es tac ri t ica parte del uso del lengu ajeetnográfico , pe ro se ce ntra e n lasdescri pciones desfa mili ari zantes queocultan los hechos cotidianos )' el sentirde los acto res. Es decir, no es solame nteel texto. sino la posición personal dequien escribe, lo que determina lasfonnas deobjctlvización de las cul turas.En este sentido. Rosaldo se sitúa comoetnógrafo en una posición de «hablante)' oye nte» cn la que es po s ibleinterpret ar y ta mb ién escuc ha r la sinterpretac iones de los otros.

Desde esta perspectiva. el análisisse hace más complejo, aJ impl icar tantolas narrati va s del etn ógra fo comoaque ltas de los acto res socia les .situá ndolas e n un mis mo nivel deimportancia . El texto de Rosa ldo sedistingue tambi én de las etnografíasclásicas porque no sólo incluye análisisy c riticas derivadas de la teoríaantropológica, sino manifestaciones yex pres iones cult ura les di versas ydivergen tes de sectores subord inados

(narra tivas c hic a nas einterpretaciones de los Ilc ngotcs).Les as igna un lugar significativo enel proceso de explicación cultural )'las ubica en cl panorama general delas luc has polí t icas . lahete roge ne id ad y e l cruce deidentidades culturales.

En este diálogo. replanteado porRosa ld o. é l mis mo recon oce laexistencia. de relaciones asimétr icas,e n las que e l e tnógra fo aport aeleme ntos pa ra la dominaci ón,co nc ret a me nte como ag ente delimperiali sm o. Pero e l aut orintroduce nuevos matices a esta viejadiscusión, cuando advierte que aúnel etnógrafo más «comprometido»sirve a ideologías mediante el usod e catcg ortas ana.lit ic as, s inreconocer su par t icipación en lasrelaciones de pode r. Con esta crít ica-y autocríti ca- intenta mostrarcon su concepto de nost al giaimpe ria lista. có mo e l e tnógrafo«nostálgico» colabora efectivamentecon la occide nta li zaci ón ydominación de los pueblos. )' sinemba rgo, continúa evocan do eideali zando las socie dades en susco nd ic iones pasada s, e n une ncub ri mien to de complicidadesimperiali sta s, propi c iado por lamisma antropología.

En el texto se confie re especialim porta nc ia a las r el aci onesconflictivas y complejas en tre eletnógrafo y sus informantes, en lasque hay elementos de domi nación ysubordinación. En respuesta a ello,el a utor señ ala 13 exi ste ncia demúlt ipl es fo rm as de in te racció nsubjetiva y e mo c iona l. dond emuc has veces el et nóg ra fo seencuentra en posición subordinada,especialmente cua ndo se enfrenta alrech azo de los miembros de lacomunidad. Las relaciones de poderimplicitas en el trabajo etnográ fico,no son unilaterales; están mediadaspor desigualdades que operan en eltejido socia l de los sujetos, ta lescomo las d ife renci as de gén eroproyectadas tanto en el campo de lainteracción social como en el de la

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interpretación antropológica.Las posic iones pe rso nales y

cargas emotivas permiten, ade más,enriquecer el aná lisis social con otrosf ragme ntos de realidad -noco nside rados por los estudiosclás icos- en los que la visión críticajuega un papel esenc ial. ParaRosaldc, las diferentes posiciones delos anal istas sociales frente a lossujetos, ofrece n múlti pl esposibilidades igualmen te válidas . Enesta interacción, propone establecerun balance que revele la cultura deletnógrafo (pa rticula r y nounlversal iza ntc), permitien do lain terpretació n bilateral.

E n consecue ncia, el au tor seasume como lati no «oprim ido» ycompro metido en las luchas de ungrupo pa rt icu la r, y su for ma deescritura cr ítica ----<:n ocasio nes fuerade lo convencio na l-, así loconfi rma. El tex to se aleja confrecuencia del estilo de los informesteórico-científicos para penetrar encampos de la cotidian idad,innovandoy refrescando la narrativa.Rosaldo formula reflexiones --enlenguaj e informal , mu chas veceshumorístico- sobre lo familiar, loimprevisib le, lo espontá neo, locon fl ictivo , ace rcando el análisisantropo lógico a reali dades tal vezmás relacionadas con el sentir de lagente y de sí mismo como partícipede esa reali dad . La propuestanarrativa de Rosaldo, que involucraa l lect or de ma nera ce rca na yagradable , pi erde su fu erza e na lgu nos momentos, por laslamen tables defi c ie nci as e n laversión caste llana.

En conclusión, el texto de RenatoRosa ldo, no sólo muestra el trabajoteóri co y me to do lóg ico de uninvestigador social : dcve la aspectosde la vida de un hombre que integraa su ética y a su quehacer, interesesvi tales , h ist óri cos, pol ít icos yafect ivos. Doris Arbel áez(Universidad Nac ional).

Reuato Rosatdo. Od/uro y verdad.Nueva Propuesta de AIJff/isis Social.

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Traducción tÜ lVmtly I.ópez Togo.Aléxico D.F.: EdiloJinlGrijalbo/ComtjoNaci onal para la CultuTO y las A,trs,1994.229 págs.

Conflictos multiculturales de lagiobaliznci ón

En este lib ro. García Canclini nosintroduce e n una rel aci ón pocopensada, pero no por ello despreciable.Re lacionar la co nstrucció n delc iu da dano con las prácticas delconsumo es claramente, pa ra él, laexp resión de un co nflicto ent re lamultículturalidad y la globalidad. Sibien es cierto que la an tropolog íalatinoamericana había desatendido estarelación, no loes menos que desde otravertiente de esa misma ant ropología seempe zaba ya a crear un escenariodonde se forjaba una nueva metáforapara compren der los movimientos yrecaptu rar los desplazami entos de lossujetos sociales. Así , la antropologíadel desarrollo surgió para introducir.en los procesos de global izació n, lasca tegorías que hacen posibl eflexibilizar las viejas identidades en unperíodo cua ndo el moví miento. lacirculac ión y el descentramiento sevue lven capitales para ca ptura r lastrayectorias de un mundo que, paso apaso, desdi buj a las naciones , losestados, los movimientos sociales.

Atendiendo a estos antecedentes esnecesa rio mirar el libro de Ca retaCanc lini como una de las maneras deen trar e n los nuevos procesos qu erelacionan lo global, lo nacional y lotransnacio nal. Nadie pondría en dudaque existe n nuevas estrategias paraconstruir el ciudadano. EsL1S, en part e.están puestas sobre la fabricación delmercado. Lo cua l impl ica mirar elco nsu mo como u na cons telac ió ncultura l en donde las culturas localesresign ifica n y c rea n ca p italessimbólicos para hacerse a los productos

que las transnacio nales introducenen nuestro contine nte . Pero no setrat a so lamente de prod uctos oimágenes, se tra ta. más bien. deestilos de vida.

El autor ubica el consumo y loqu e den omina massmcdíac i ón(medios que proveen imágenes parael consumo mas ivo) como proyectoshegemónic os para abo li r ladi fe renc ia . A pa rt i r de estaub icación . propon e una preguntacapital. que no co ntesta : ¿Puedeco ns tru i rse un mode lo deglobalizacíón distinto al planteadopor el ncolibcralísmo? Sin duda, elesfuerzo por responderla es grande.Por primera vez, en la const rucciónde su pensamiento. García Cancliniacepta nítidamente la existenc ia delo popula r a partir de un circuitodefin ido al cual denomina circuitohi stóri co- terr itoria l. Igu al mente,ubica un circuito especifico para lahegemonía local , el circuito de lac ultura de é lites . La fue rzaestra tégica de latransnacíonal lzación hegemónica lasi t úa e n dos c i rc ui tos : e l de laco municación masiva y el de lossistemas restringidos de informacióny comunicac ión (sa té lite .computadores, etc.) .

Así, el p rob lema de laconstrucción de l ciudadano set raslada a un a so la di mensiónconflictiva: el poseer o tener accesoa los dos últimos c ircu itos . Estarestricción unidimensional deja porfuera las relaciones que generan losmodelos de desarrollo a partir delógicas dist intas de entrelazamientoentre el hombre y la naturaleza. Porcitar un ejemplo, Roberto Da Malta( 1992) di o bue na cue nta de es teprobl em a a l investi ga r la srepresentaciones y modos de acciónde lo popular sobre el significado dela na turaleza en Bras il. Ello estáau sent e en el planteamien to deGarcia Canclini. Ahora bien, todoslo s di scursos generados en latendencia de la a ntropo log ía deldesarrollo son despachados en pocasImscs con las cuales García C. acepta

MAGlIARE 11 -12. 1996

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que existen modelos altcm ativos dela relación hombre-naturaleza, sinentrar a profundi zar en un problemade tal envergadura.

Aú n así , teórica menteencontra mos un saldo fav orablecuando el autor examina las nuevasrelaciones entre Estado y sociedadciv il, mostrándonos có mo lamassmcdiacíón se ha convertido enel ci rcuito favorito de los nuevosmodos de hacer políti ca . Esta,prin cip almente la tel evi si ón.propone nuevas formas de construiridentidad . Ha penetrado los hogares,y co n el lo la i ntimidad , paracaptu ra r, en bu ena pa rte , losdispositivos del gusto. De modo que,parafraseando al autor, los países delTercer Mundo y de Europa empiezana sufrir una transformación que losconvierte en su burb ios deHollywood. Y es a partir de estaaseveración que uno puede regresara l mercado, al co nsu mo y a lamassmediaci ón para observar lasmodalidad es de con strucci ónhegemónicas de los Estados Unidos.Es precisamente, en es ta a re na,donde las tensi ones se hacentran sparentes, mostrando que ladesaparición de la noción de país,de lo local no es sino una estrategiapara acaparar los modos de mirar,sentir y experi mentar el mundo. Deallí que Garcfa Canclini entre en ladiscusión plan teada desde los paísesproductores de industrias culturalescinematográficas y televisivas sobrela necesidad de luchar por mantenerlas condiciones de producción y dedistr ibución nacionales que ponganlímite a la invasión de las industriasculturales norteamericanas.

Ahora bien, este libro, como elautor mismo lo señala, es un pasointermedio entre artículos que vanmodelando problemas teóri cos ymetodológicos de la investigaciónque su gru po realiza en cuatroci udades de México. Pero esprecisamente en este anudamientodonde contrasta el peso excesivo dela teoría con la exigua respuestamet odol ógi ca para estudia r la

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relación ciudadano y consumidor. Sesaca a relucir la multidísciplinariedadcomo fortale za para constru irinvestigaci ones sob re la relaci ónmult ícul turalidad-gl obal idad. Lasociologia aparece en su capacidad deap rop iac ió n del domin io de lasmacrocstructuras que se hacen visiblesa través de las encuestas hechas agrupos muy amplios. La antropología,en su domini o del ca mp o de lasentrevistas a profundidad que busca darun rost ro herm enéut ico a lamultidisciplinariedad. Pero cuando setrata de interpretar, la antropologíapermanece asida al psicoanálisis y sincapacidad de generar interpretacionessimbólico-socia1cs. Aparece entoncesuna dicotomia ambigua para salir delpaso. Hay que diferenciar (do Que sedi ce de la c iudad» -soc tótogos,economistas, planeado res, ctc., de «loque la ciudad dice»; sin embargo, noubica con precisión cuál es ese sujeto(o sujetos) «ciudad» que dice de sí (odicen de sí mismos). De modo Quenunca sabemos cuáles son estos sujetosmulti cultu ra lcs , cómo estánconstituidos , cuáles son sus marcas deide nt idad, sus estrat egi as , susdiferencias con el estado y lo global.¿Ya partir de que matrices rcsignificanel consumo, en forma 1..11 que se puedahablar concretamente de los procesoslocales?

Como corolario a estos problemas,en la obra hay una invisibilidad de losconflictos i ntcrcul turales, de losconflictosentre proyectos de desarrollo,entre legitim idad e ilegitimidad, entreforma lidad e informal id ad , quedesvan ecen casi completamente lasgrandes redes por las cuales circulannarcóticos, armas, músic a, saberesreli gio sos, re prese ntacio nes de lanaturaleza, contrabando, etc. Aún más,tampoco son visibles los estragos de lalucha entre lo global y lo multicultural ,la s altas tasas de homicidio, lo sgenocidios, las luchas entre militaresy paramilitares, los movimi entos dedespl azad os, lo s ecoc id los, lasviolencias y los terrorismos de estado,la pr oli feraci ón de gruposfundamcntalístas en todos los ámbitos

de la vida social. Por esto el Iíbro,en s u pret en sión de novedad ,esqui va asé pticamcntc problemasprotuberantes que se relacionan conesa lu ch a e ntre g loba li dad ymulticultu ralidad.

En resumen, el libro genera unmarco de probl ematización qu edesborda los resultados deinvestigaciones previas. L1pregunta«¿ Pue de exist ir u na forma deg lob alizació n di stinta a la delncolibcralísmo?» descubre un filónque permitiría anudar campos de laantropología y de las cícnciassocialcs,actualmente distraídas porcompletoensu especialización. Correspondería anuevas investigaciones ligar el campopropuesto por García C., con lasactuales condiciones de violencia ydesigualdad que se viven en el mundo.Igunlrncntc quedan por explorar loscaminos mediant e los cuales lasnuevas identidades colectivas puedenluchar politicamente dentro de estecontexto. Carlos Ernesto PinzónCastaño, (profesor del Departamentode Antropo log ía, Un ive rs idadNacional de Colombia).

N estor Go rcío Oon ctini ,Con su midores y ci udadanos.Conflictos mul ticulturales de lagLobaLizaci6n. Editorial Grijatóo,AJéxico, 1995. 198 págs.

Antropología Forense

E n la últ im a década se hapresentado un fuerte surgimiento deinvestigaciones y publicaciones enAntropología forense. Un resultadoimportante de los estudios recienteses la compr ensió n de Que haydiferencias métricas y morfológicasentre las poblaciones. Además, estecampo se ha beneficiado ampliamentepor los vastos p rog resos en la

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comunicación interna cional. Esto haconducido no so la me nte a laa mpliaci ó n de l conoci m ie ntoex is te n te, s ino también a laproliferación de investigaciones envar ias len guas sobre poblacionesespecificas en lodo el mundo, quepueden ser aplicadas localmente.lntroducct ón a la AntropotoglaForense es un buen ejemplo de estatendencia.Este libro trata de los principios yproced imi en tos necesarios paraestab lecer las car acte rísticasdemográ ficas e individ ual es deles que leto humano. En suintroducció n, el auto r llama laatención sobre el incremento de lavio lencia por causas po liticas e nCo lombia , ag udi zado por u naestructura social inestable que haconducido a la desapa ri c ión dea l rededo r de dos mil pe rsona s.Muchas de ellas se han encontradoen fOS,1S comunes.El libro está dividido en 12 capítulosque incluyen exhumación, variablesde identifi cación (sexo, edad, raza,esta tura). y reconstrucción facial . Alo largo del libro tamb ién se trat anaspec tos de gené tica , radi ología .histología y paleopatologla.El primer capítulo es una historiadetal lada de la Antropología foren seen lo s E s ta dos U ni dos .Latinoamérica y Colombia. El autorse esmera en enfatizar los aspectospositivos de las contribuciones devar ios antropólogos. a partir de laspublicaciones de Thomas Dwight en1878. Subraya que en la década delos ochen tas hubo una granexpansión de la d iscipl ina en losEstados Unidos y Am érica Lat ina .Al mismo tiempo. se conformaronorgani zaciones co rno la ComisiónNacional sobre De sapa rición dePersonas (CONADEP). el Equ ipoArgentino de Antropología Forense(EAAF) yel Equipo Colombiano deAnt ropol ogía Forense (ECAF).Rodríguez cons ide ra que larespo nsabi lidad de los antropólogosforenses no es solamente contribui ren la identifi cación de la víctima y

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la ca usa de mue rte . s ino tambi éntestificar en los procesos judiciales. )'en casos de desapariciones )' muertespor motivos políticos.El segu ndo capítulo empieza con unadesc ripc ió n. paso a paso. de laexcavación del sitio de enterramientoe investigación de la escena del crimen.Explica có mo preservar evide nciasimportantes dentro del contexto y evitarerrores potenciales duran te el procesode recolección.Los capítulos, del tercero al quinto y elséptimo. incluyen la valoraci ón de lascaracterísticas demográficas. a sabe r.edad. sexo, raza y esta tura . Por algu naextraña razón, el sexto capítulo. quecontiene las instrucciones sobre anál isisostcomélrico del esqueleto postcraucal,fue insertado entre los capítulos de razay esta tura .El resto del libro hace referencia a losfactores de individualizaci ón -rasgosque conducen a la identificación de unapersona en partlcular-. En el octavocapitulo Rodriguez trata tópicos talescomo el peso corporal . latcralidad.pa to log ía y es trés oc upa cional. Elcapítulo noveno enu mera marcadoresadiciona les. como los rasgos nométricos y la patología. Los avances enreconstrucción facia l se presentan enel capitu lo décimo. El autor anali zacuidadosarneueelJ'061ro detallepordetalle.El capítulo décimoprimero aborda unade las más novedosas)' controvertidasáreas de las ciencias forenses actuales:la huella del ADN. Esboza las técnicasde recolecci ón de la evide ncia , lave rificac ió n de la a ute n ti c idad.detecci ón de la conta mina ción ycambios post mortem. El capitulo finalpresenta dos estudios de caso dehomicidios que incluye n laidentificaci ón de restos óseos.El libro finaliza con un breve resumende los as pectos ese nci a le s de laAntropología fore nse detallados en loscapitulas anteriores. Después de unabreve bibliografía, el autor anexa unformato de recolección de datos parausoen campo.El libro presen ta algunos errores porinadvcnercia: \ 'arias erratastipográfi casque d ificu lt a n la lectu ra . O tra

in consi st encia se observa en lae xis te nc ia de dos subtí tu losd iferentes. En la portada se lec«Anál isis e interp retación» y en laportad ill a . «Anális is eidentificación». L1 paginación estáalterada; faltan. por ejemp lo laspáginas 19 y 20)' no hay secuenciae ntre las p ági nas 183 y l 8ol . Elproblema se repite en lo que deberíase r la página 70 . Las fotografi asfueron sust ituidas por dibujos muyesquemáticos, cuyo resultado es laa usenc ia de detall e ; esto . po rejemplo. en las fases de la costillapodría provocar equivocaciones enla es timació n d e la eda d .Finalmente . nu merosas referenciascitadas en el t<:.'\10. no aparecen enla bíblicgrafla.Aunque mucho más simplificado ycorto. este trabajo es obviamente unbuen modelo basado en The HumanSkete ton in Forensic M edi cine,escrito por Krogma n e Iscan (C .Thomas, Springñcld. 19R6), al cua lRodr íguez se refiere como «la bibliade la medicina forense» (p.9). Estolo convierte en una buena fuentepara un amplio públi co interesadoe n este campo. desde estudi antesa va nza dos de pre grudc hast apatólogos forenses )' odontólogos. )'en un texto de consulta elemental,pero comprensible para aquellos quese inician en este campo. Hasta elmomento este libro es la guía máscompleta y actua lizada escrita encastellano. Mehmct Vasar (sean ,K a th e r in e Lima-Manzclla,Dcpa rt me n t of A n th ropo logy ,Florida Atlant ic Unive rsity, BocaRaton, FI 3 3-t31~99 1 . USA.Traducción : María Inés Barrero.(Univers idad Nacional)

J osi Vicen/e R oddgu e: C.lntroducci én a la A1Jtropolog{aForense:Análisis I! iJJterpmad 6n derestos 6sros humanos. AnacondaEditores, B ogotá, 1994. 3 26páginas. ReseÑo p ublicada en elB ool Rev il'ws/F oreNsic ScielluIlItenlationa/ 73 (1995): 164·1 66.

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l\lúsica y sociedad en losaños 90

Esta compilación de po nencias}' a rt íc ulos escr i tos po r va r iosespecialistas de la inve stigaci ónmusical fue pub licada como unade las primeras acti vid ades querea lizó el Consejo Iberoameri canode la Mú sica . CIMUS. desde sufundaci ón (j u nio de 1994) , E ne lla . además d e la s ac ta s d econs ti tu ció n del Con sejo. semue stra el ampl io espectro de lainvestigaci ón musica l. que no esnecesariamente musicológ ica en elsentido estricto del término. sinou na conOuencia de va riasdi sc ipl in as y ac t ividades queobservan la misma manifestaci ón.Ant ropólo go s . s oc ió logos .composito re s. hi sto riado res .pedagogos . in térpret es. dan sua preciación del hecho musical enla últ ima década del siglo XX .La música como hecho socia l. comomanifest aci ón de c ul tu ra . seencuent ra en una soc iedad detransición. como medio y expresión ,Los problemas técnicos de la músicacomo le nguaje. como forma, danpaso a la encrucijada en la cua lconstituye una expresión humana ensociedades cada vez más complejasy abiertas. en donde se confrontanmodos. modelos de hacer y entenderla música y. po r sup uesto.int enciones, maneras de distribuir.espaci os he gemónicos parame rcados espcc íñ cos. conceptosest éticos . mensajes abiertos osubliminales, valores patrimoniales.la conservación de lo tradicional. omej or . su per manenci a . no s610co mo forma es té t ica . sino comosentido mismo de la vida.Este complejo mundo debe ser vistodesd e dife rentes ángu los .¿Compa rte la industri a un mismo

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espacio con los valores tradicionales?¿Compiten los medios tecn ológico savanzados con los medios tradicionalesde transm isión? ¿T ie ne el mi sm ose nti do el so nido pa ra todos loshum anos? Así se presentan losmúltiples aspec tos . En este á mbitos urg e la pregunta , ¿es válida lainterdisciplinar iedad para comprenderun compl ejo cultu ral. o sc abre másbien P.1SO a laccmplcmcrnaricdad entredi ferentes enfoques? Creo que en eltexto expuesto se da vía a la segundaopción.«Las re lacione s ent re mú si ca ysoci edad está n marcad as hoy por elsigno de la complejidad. e incluso dclconflicto; el presente. si está vivo. espolémico por defi n ición. y esacomplej idad no sólo reside en la propiacomplej idad y pluralidad del hechomusical en si. sino en la forma en quela problemática se desarrolla en elmomento de su incardinac ión con losconce ptos de Sociedad y Cultura hastael punto de poder afi rma rse que. almenos en España, ()' con determinadasvariantes ta mbién en Ibcroamérica)uno de los ejes de esa problemáticareside en un factor clave : la falta deimplantación social de la música comovalor cultural; valor cultural entendidono como clemente de estatus o prestigiosocial (algo que no tiene entre nosotrosni siquiera un valor de Irucrmcdiaclónsimbólica). sino propiamente la faltadc implantación social de la músicaco rno valo r cul tura l arraigado.profundo.» (pérez Maseda, «Música yformas de acul turación», pág . 72)«Sostengo que los medios masivosoperan una constante innovación en lapercepc ión del oyente dc mú sica,expe rimentando con regl a scomunicativas y av a nza ndo e n latecnología de la interacción entre elproducto musica l y sus consumidores.Ello pro pi cia u n clima dehomogeneidad estética que va muchomás allá de las diferencias Iormalesentre los diversos estilos musicales quec ircula n en el mercado. Hace un ageneración apenas. las diferencias degusto eran enma rcadas por barreras declase o de grupos de pertenencia y el

idio ma de la di st in ci ón regíacla ram ente . Hoy día los mediosmasivos perm it en un a umen toconsiderable del consumo musical rla dist inción dc clase empieza a darlugar a un clima más cosmopolita.est imulando el convivir de estilosmusica les for malm en te muydi s tint os ent re sí. perocon mensurables en cua nto parte deun mismo un iverso mcdiáticc que" ecua l iz a" o por lo men osbomogcniz..1 el impacto sensorial dela mú sica , más a ll á de lasconvenciones estéticas cspcclflcas.«Por otro 13do,I3s form as musicalespertenecientes a los circu itos socialesy ri tual es di c hos trad iciona le soperan de un modo casi opuesto aese modo perceptivo de los medios;su énfasis suele esta r en mantener.conservar un determi nado objetosonoro co n su modo específico yúnico de impactar los sentidos; esdecir. moviliza n tccnclogfas de lapercepción ext remadamenteidiosincráticas, que no resisten a esahomogeneización de los medios sinperder su eficacia o volverse un merofetiche. (Carvalbo. «Centralidadesr it ual es y despla zamientossimbólicos. Configu raciones de lase nsibil idad mu si calcon temporánea», pág . 83) .En concl usión, cl texto aporta . enté rm inos ge ne ra les, un a vi siónpanorámica de la problemática y delestado de la cues tión en lo qu erespecta a la investigación musicaly su re laci ón con la sociedadcontemporánea .Benjamín Yépcz Cb., (Cctcíencías/Colcultura).

AlJísial y Sodedad C'I los aiíos 90.Attas dti QmsRjo Ibooamaicano dela Músim. CO'ISJ'j o lóaoamaica nodelo Alús;co, A!odlid. 1995. 184 págs.

Puede adquir irse solicitándolo alConsej o Iberoamericano de /aMúsica, ClMUS, CalleTorregalindo,/ 0, Madrid, 280/6, España. Fax:(90-3~ J) 3508279.

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Antropología cognitiva

A la manera sintética, sencilla yconcreta de los maestros J' con unaemoción que lo delata como uno lospioneros e n este ca mpo deinvest igación, D'Andradc reseña ycomenta el recorrido de la corr ientenortea merica na q ue en los añossesenta se co noc ió como "NuevaEtnografia" y que hoy tiene paral elosy extensiones en otras disciplinas deenfoque cogni tivo: la lingüística, lasicología y las que sesitúan en el áreade la inteligencia arti ficial,La defi ni ci ón del campo de laantro po logía cognit iva es pa raO'And rade:"el estudio de la relacióne ntre la soc ieda d human a y elpensamiento humano. El an tropólogocogn itivo estudia cómo la gente de losgrupos sociales concibe y piensa sobrelos objetos y eventos que constituyensu mundo -incluye ndo cua lquiercosa desde obje tos fí s icos comoplantas si lvest res ha sta eve nt osabs trac tos como la j ust icia social"(p.l).Reconstruyendo en orden cronológicolo s deba te s que atraviesa n laantropologia contemporánea en losEstados Unidos: el mentalismo, laobjetiv idad y el concepto de cultura.el autor nos pasea por los avatares delorigen y desarrollo de es taperspec tiva. Nacida para lelamente ya imagen de la más d ura de la sciencias sociales , la li ngüí st icaes tructural, también co rre co n lamisma suerte: el método aplicado aun só lo n ivel tiende a ocult ar elco nj u nto , la co mp lej ida d y e ldinamismo de la sign ificación comoproceso.La convergencia de intereses con lasicología resulta muy productiva paraadelantar este programa: analizar lossistemas de conocimiento. Entendidos

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éstos, sea como categorías estructuradasen formajcrarquizada (taxo nomía s), sal

como estructuraci ón de un campo designificados apartir de la caracterizaciónde entidades repre sentant es de sugé nero (prototyp es), sea co mo laconst rucción de procesos ordena dos ypautados (schemas).Pa ra el p rim er caso, los si stemasclasificato rios, el análisis componencialt rata de descubrir cómo convergen lafonnal izaci ón de la semán tica de lascategorías de parente sco co n elen te nd im ie n to de l orden socio ­eco nó m ic o-cult u ra l. Se busca e lsignificado de los ténninos, dado por susrefere ntes (los distint os parientes queclasifica) y se intenta expresarloa pa rtirde: a) términos básicos, prod ucto de lacombinación de relaciones con vocaciónuniversal (pat ernidad, hermandad,alianz...1... ) y b) la aplicación de reglas decquíva lcncíaparticulares quetransformanuna categoría prototlpícade ese sistemaen las demás. En otras palabras, proponeque cada sistema se construye a partirde un centro: una categoría ncdularalrededor de la cual se tejen los demásténninos. Esta última concepción csafln ala de prototip o desa rrollada por lasicologíaLos result ados de los es tud ios sobredenominación de los colores en distintascultu ras y las regularidades en cuanto alnúmero de niveles de inclusión de lostérminos de las taxonomías populares,dan como resultado la postulación detérminos y nivelesbásicosde carácter uni­versal,que surgende LI COI1\crgcncia entreWl OS centros o propiedades focales queofrece la realidad(dando lugar al conceptode saJiency), y de las ca pac ida desdiscrimina toriasde lacognición humanaEs te pl a nt eamiento co ns ti tuye un aalte rnativa teórica al utilitarismo y alracionalismo en antropologíaEn cada uno de lo capitulas, ademásde la contex tuali zació n teó ricometodológica, encontramos ejemplosde vocabularios, su estructuración con­ceptual y los supuestos asociados quelos conectan como sabe r popular . Citaconcepciones de las enfermeda des. delca rác ter humano, de las relaci on esintcrpcrsonalcs, de la navegación en

a lta mar y su práctica en Mic ro­nesia. La contrastación transcultura lde estos conocimientos pem ite verlas característ icas que los hacen" humanos": coherencia. pautas deaprendiza je. subyacentes límites decomplej idad simbólica, eficacia apesar de parti r de contradiccio nesinte rnas. etc...Nuevos conceptos enriqu ece n lainvestigació n de los p rocesos depercepción. comprensión, aprendizajey memorización que subyacen a lossistemas cl a sificat orios y a lossistemas de conocimiento humanos:procesos de emerge ncia y redesconcxionistas que son modelos auto­organizadores de la percepción y delaprendizaje, abrie ndo un espacio anivel de cognición y restringiendoel de la racional iz...ación. Por otrolado está la teoría de los esquemas,que define conocim ientos específicosa pa rti r de dist in tas secuenciasencadenadas que suponen sus propiosespac ios , element os. rel a ciones,acciones y participantes, aliviando lamemoria al segmentar el saber culturalen varios niveles que se interconectanen las ci rcu nstan cias apropiadas,po niendo en acción ele mentosconscientes e inconscientes.La historia y los plant eami entos deeste texto desafia n las expectativasque en nuestro medio tenemos sobreel ca mpo de la an tropología . Laco mb inació n de teo rias sob re lasig nificación y la comprensión conun apa ra to fo rma l, herra mientasestadísticas y de muestreo perm itendar una luz sobre cómo fu ncionanen ca mpos muy bien delimitados lasrelaciones entre lenguaje, s ímbolos.cree ncias. percepción y mundo.Pocos a po rtes nos parec en ta nsig nificat ivos par a repl ant ear laespec ific ida d del co nce p to decultura. Camilo Alberto Robayo,(Depart amen to de F i lo log ía eIdiomas, Universidad Nacional).

Roy D'Andrade. 1111! llvdopment 01(J.¡gnilive AnJhrop% gp. ComblidgcUK: Cambridge Unioersity Press,1995, 270 págs.~

MAGUARE 11-\2, 1996