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RESEÑA DE LIBROS PETER R. HOFSTÄTTER : Psicología social. Manuales UTEHA. Méji- co, 1963. 190 págs., en cuarto. Esta primera edición española de la «Socialpsychologie» del profesor de la Escuela Superior de Ciencias Sociales de la Universidad de Wil- helmshaven, aborda, en los seis ca- pítulos que la integran, un amplio panorama que abarca desde el papel de la Psicología social hasta los pos- tulados de la dinámica de grupos, pasando revista a los métodos de in- vestigación propios de la misma, las grandes premisas que la apoyan y el proceso de socialización. Con lenguaje claro y concluyente define la posición del individuo co- mo dato a observar sobre el que se basa la situación del mismo. Y acla- ra cómo el término «posición» evita el sentido pasivo que encierra la expresión más usual de «reacción». Las posiciones de un individuo pue- den ser alteradas en mayor o menor grado por los acontecimientos ; en el caso de «más» se piensa en «re- acciones» ; en el caso de «menos», en acciones. La psicologia social se ocupa, por tanto, de la covariación de las posiciones individuales en función del cambio que experimenta el ambiente social. Pasa luego a estudiar el papel del psicólogo social poniendo de relieve que, en general, la valorización de los cometidos posibles para el psi- cosociólogo en una cultura determi- nada presupone un cuidadoso aná- lisis del estilo de vida correspon- diente a esa cultura, y aunque esto no significa la postulación de la in- variabilidad absoluta de ese estilo, hay que tener en cuenta que el tiempo de evolución del estilo de vida se mide por generaciones. El psicólogo social no puede escoger su papel, mas bien se le asigna, pues la creación del cometido es, por sí misma, un fenómeno de la evolu- ción de la cultura. En definitiva, la psicología social procede esencialmente de tres fuen- tes : en primer lugar, del reconoci- miento de que una buena parte de lo que consideramos sencillamente humano respecto al hombre que ve- mos a nuestro alrededor procede precisamente del hecho de la misma convivencia. E n segundo término, de nuestro empeño de comprender, con los medios de la psicología, la gama de variación de lo humano tal como se presenta en muchas situa- ciones de convivencia. En tercer lu- gar, de la necesidad de orientar de- terminadas situaciones criticas d e convivencia, así como las posiciones que, de acuerdo con ellas, va to- mando el individuo, de modo que pueda llegar mejor a un sistema de relaciones de convivencia (es decir, un grupo más o menos grande), que alcance en una forma mejor la meta que se fije o se haya fijado. El capítulo segundo contiene una panorámica de la psicología social en su progresiva cristalización como ciencia y las aportaciones sucesivas de este enriquecimiento desde sus primeros momentos. Entre las apor- taciones más notables enumera el psicoanálisis y las teorías del apren- dizaje, del cometido o papel y la de los campos. El psicoanálisis de Freud brinda mayor importancia al mun- do de nuestros semejantes, para la toma de posición del individuo, que la psicología académica o tradicio- nal, pues (desde un punto de vista metodológico) provee al observador de los fenómenos sociales con el principio de la interpretación. En la vida cotidiana se puede comprobar a menudo que ciertas estructuras del mundo de su s semejantes se convierten, para un individuo, en objetos de la toma de posición que se refería originalmente a otras per- sonas, por ejemplo, a los padres. No es raro que los que asumen el pa- pel de jefes se preocupen por ser considerados por sus subordinados como imagen paternal (es decir, co- mo objetos de la generalización de las posiciones referentes al padre). La teoría del aprendizaje consti- tuye, por tanto, un serio contrin- cante de las teorías de los impulsos O instintos, por cuanto se dan to- mas de posición aprendidas por el individuo. Ahora bien, debido a que las posiciones adoptadas, a conse- cuencia de lo aprendido, pueden convertirse en automáticas en grado superlativo, se suelen verificar sin la vivencia de una introducción o una decisión. En tal sentido, el in- dividuo actúa como si su conducta procediera d e fuentes instintivas. Las propias posiciones adoptadas le parecen «evidentes» y como carac- terísticas inseparables de su propio ser. Por eso, la nueva psicología so- cial considera la introducción del in- dividuo a una cultura determinada como un proceso de educación, de aprendizaje, durante el cual se pre- sentan también tendencias de gene- ralización específicas. Considerado también como un proceso de apren- dizaje, puede igualmente tenerse en cuenta la influencia de las posicio- nes individuales que se adoptan, de- bido a los medios de propaganda y de anuncio. Para exponer la aportación de la teoría del cometido, el autor afirma que el pensamiento social psicoló- gico muestra, a este respecto, la sub- sistencia de un concepto mitológico del mundo basado en la ánalogía entre el espectáculo y la vida. Es aparente que este tema tiene por base la frecuente observación de que la misma persona puede aparecer en formas muy distintas al cambiar el ambiente que la rodea. Los adul- tos no queremos confesar, general- mente, la amplitud de esa gama de variación. Sin embargo, no podemos dejar de notar con qué celo se en- tregan los niños a la actuación de su papel. El cometido o papel puede defi- nirse como una secuencia de con- ducta con una relación interna que se basa en las secuencias de con- ducta de otras personas, Esa secuen- cia se caracteriza, primero, por un impulso a la capacidad de estruc- turatión ( es decir, la circunstancia de que el observador pueda reco- nocer una relación necesaria, un «leitmotiv») ; segundo, su relación y su entrelazamiento con los papeles de otras personas, y, tercero, la po- sibilidad de quitarle ese cometido a quien lo desempeña y la posibilidad de que sea desempeñado por otros individuos. Por el hecho de que un papel está ligado con otros, este concepto conduce en la forma más directa a los problemas de la psi- cología social. En el cometido juega n, por lo menos, dos factores de aptitud : la capacidad para la representación de un papel y la capacidad para la percepción de los papeles de los compañeros. Y aunque estas apti- tudes podrían ser parcialmente in- natas, no conviene perder de vista la importancia de la práctica y del aprendizaje. Papeles o cometidos que se trasponen e invierten y a través de cuya transposición va cristali- zando también, paulatinamente, el concepto del yo-mismo, convirtién- dose así en un producto del con- tacto social. Otro aspecto en el cual aparece demostrada la utilidad de la teoría del cometido lo da la ob- servación de que muchas de las di- ficultades que el individuo tiene consigo mismo en el curso de sus tomas de posición se explican por una falta de definición o un múlti- ple aspecto del papel que le toca desempeñar. Por ejemplo, el papel confusamente definido que tiene el adolescente en nuestra cultura —ya no es niño, pero no es adulto, ¿qué es en realidad?—; o el parado en desempleo que ha sido separado del proceso de producción. La teoría de campos de la con- ducta, tercera de las aportaciones que el autor enumera como impor- tante, rechaza la búsqueda de las fuerzas impulsoras dentro del pro- pio individuo, tratando de lograr un concepto galileico de la Naturaleza. De acuerdo con este sistema, el in- dividuo no adopta realmente u n a postura en el mundo de sus seme- jantes, sino que más bien se mueve

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Page 1: RESEÑA DE LIBROSe792c19… · ple aspecto del papel que le toca desempeñar. Por ejemplo, el papel confusamente definido que tiene el adolescente en nuestra cultura —ya no es niño,

RESEÑA DE LIBROS

PETER R. HOFSTÄTTER : Psicologíasocial. Manuales UTEHA. Méji-co, 1963. 190 págs., en cuarto.

Esta primera edición española dela «Socialpsychologie» del profesorde la Escuela Superior de CienciasSociales de la Universidad de Wil-helmshaven, aborda, en los seis ca-pítulos que la integran, un ampliopanorama que abarca desde el papelde la Psicología social hasta los pos-tulados de la dinámica de grupos,pasando revista a los métodos de in-vestigación propios de la misma, lasgrandes premisas que la apoyan yel proceso de socialización.

Con lenguaje claro y concluyentedefine la posición del individuo co-mo dato a observar sobre el que sebasa la situación del mismo. Y acla-ra cómo el término «posición» evitael sentido pasivo que encierra laexpresión más usual de «reacción».Las posiciones de un individuo pue-den ser alteradas en mayor o menorgrado por los acontecimientos ; enel caso de «más» se piensa en «re-acciones» ; en el caso de «menos»,en acciones. La psicologia social seocupa, por tanto, de la covariaciónde las posiciones individuales enfunción del cambio que experimentael ambiente social.

Pasa luego a estudiar el papel delpsicólogo social poniendo de relieveque, en general, la valorización delos cometidos posibles para el psi-cosociólogo en una cultura determi-nada presupone un cuidadoso aná-lisis del estilo de vida correspon-diente a esa cultura, y aunque estono significa la postulación de la in-variabilidad absoluta de ese estilo,hay que tener en cuenta que eltiempo de evolución del estilo devida se mide por generaciones. Elpsicólogo social no puede escoger supapel, mas bien se le asigna, puesla creación del cometido es, por símisma, un fenómeno de la evolu-ción de la cultura.

En definitiva, la psicología socialprocede esencialmente de tres fuen-tes : en primer lugar, del reconoci-miento de que una buena parte delo que consideramos sencillamentehumano respecto al hombre que ve-mos a nuestro alrededor procedeprecisamente del hecho de la mismaconvivencia. E n segundo término,de nuestro empeño de comprender,con los medios de la psicología, lagama de variación de lo humano talcomo se presenta en muchas situa-ciones de convivencia. En tercer lu-gar, de la necesidad de orientar de-terminadas situaciones criticas d econvivencia, así como las posicionesque, de acuerdo con ellas, va to-mando el individuo, de modo quepueda llegar mejor a un sistema de

relaciones de convivencia (es decir,un grupo más o menos grande), quealcance en una forma mejor la metaque se fije o se haya fijado.

El capítulo segundo contiene unapanorámica de la psicología socialen su progresiva cristalización comociencia y las aportaciones sucesivasde este enriquecimiento desde susprimeros momentos. Entre las apor-taciones más notables enumera elpsicoanálisis y las teorías del apren-dizaje, del cometido o papel y la delos campos. El psicoanálisis de Freud

brinda mayor importancia al mun-do de nuestros semejantes, para latoma de posición del individuo, quela psicología académica o tradicio-nal, pues (desde un punto de vistametodológico) provee al observadorde los fenómenos sociales con elprincipio de la interpretación. En lavida cotidiana se puede comprobara menudo que ciertas estructurasdel mundo de su s semejantes seconvierten, para un individuo, enobjetos de la toma de posición quese refería originalmente a otras per-sonas, por ejemplo, a los padres. Noes raro que los que asumen el pa-pel de jefes se preocupen por serconsiderados por sus subordinadoscomo imagen paternal (es decir, co-mo objetos de la generalización delas posiciones referentes al padre).

La teoría del aprendizaje consti-tuye, por tanto, un serio contrin-cante de las teorías de los impulsosO instintos, por cuanto se dan to-mas de posición aprendidas por elindividuo. Ahora bien, debido a quelas posiciones adoptadas, a conse-cuencia de lo aprendido, puedenconvertirse en automáticas en gradosuperlativo, se suelen verificar sinla vivencia de una introducción ouna decisión. En tal sentido, el in-dividuo actúa como si su conductaprocediera d e fuentes instintivas.Las propias posiciones adoptadas leparecen «evidentes» y como carac-terísticas inseparables de su propioser. Por eso, la nueva psicología so-cial considera la introducción del in-dividuo a una cultura determinadacomo un proceso de educación, deaprendizaje, durante el cual se pre-sentan también tendencias de gene-ralización específicas. Consideradotambién como un proceso de apren-dizaje, puede igualmente tenerse encuenta la influencia de las posicio-nes individuales que se adoptan, de-bido a los medios de propaganda yde anuncio.

Para exponer la aportación de lateoría del cometido, el autor afirmaque el pensamiento social psicoló-gico muestra, a este respecto, la sub-sistencia de un concepto mitológicodel mundo basado en la ánalogíaentre el espectáculo y la vida. Esaparente que este tema tiene por

base la frecuente observación de quela misma persona puede apareceren formas muy distintas al cambiarel ambiente que la rodea. Los adul-tos no queremos confesar, general-mente, la amplitud de esa gama devariación. Sin embargo, no podemosdejar de notar con qué celo se en-tregan los niños a la actuación desu papel.

El cometido o papel puede defi-nirse como una secuencia de con-ducta con una relación interna quese basa en las secuencias de con-ducta de otras personas, Esa secuen-cia se caracteriza, primero, por unimpulso a la capacidad de estruc-turatión ( es decir, la circunstanciade que el observador pueda reco-nocer una relación necesaria, un«leitmotiv») ; segundo, su relación ysu entrelazamiento con los papelesde otras personas, y, tercero, la po-sibilidad de quitarle ese cometido aquien lo desempeña y la posibilidadde que sea desempeñado por otrosindividuos. Por el hecho de que unpapel está ligado con otros, esteconcepto conduce en la forma másdirecta a los problemas de la psi-cología social.

En el cometido juega n, por lomenos, dos factores de aptitud : lacapacidad para la representación deun papel y la capacidad para lapercepción de los papeles de loscompañeros. Y aunque estas apti-tudes podrían ser parcialmente in-natas, no conviene perder de vistala importancia de la práctica y delaprendizaje. Papeles o cometidos quese trasponen e invierten y a travésde cuya transposición va cristali-zando también, paulatinamente, elconcepto del yo-mismo, convirtién-dose así en un producto del con-tacto social. Otro aspecto en el cualaparece demostrada la utilidad dela teoría del cometido lo da la ob-servación de que muchas de las di-ficultades que el individuo tieneconsigo mismo en el curso de sustomas de posición se explican poruna falta de definición o un múlti-ple aspecto del papel que le tocadesempeñar. Por ejemplo, el papelconfusamente definido que tiene eladolescente en nuestra cultura —yano es niño, pero no es adulto, ¿quées en realidad?—; o el parado endesempleo que ha sido separado delproceso de producción.

La teoría de campos de la con-ducta, tercera de las aportacionesque el autor enumera como impor-tante, rechaza la búsqueda de lasfuerzas impulsoras dentro del pro-pio individuo, tratando de lograr unconcepto galileico de la Naturaleza.De acuerdo con este sistema, el in-dividuo no adopta realmente u n apostura en el mundo de sus seme-jantes, sino que más bien se mueve

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en un campo de fuerzas atrayentesy repelentes, de acuerdo con el prin-cipio de la suma vectorial de lasfuerzas. El modelo abstracto de lateoría de campos ha ido pasando asegundo término durante el des-arrollo de la dinámica de grupos.En efecto, las observaciones de laescuela de Lewin respecto a que lasdecisiones que toma un individuo,en su calidad de miembro de ungrupo, le ligan frecuentemente ycon mayor fuerza que sus decisio-nes privadas, y de que esas decisio-nes se logran más fácilmente trasun proceso de discusión que proce-dentes de una recepción pasiva decomunicaciones y de instrucciones,nos conducen directamente a la psi

-cología social.Los métodos de investigación de

esta ciencia son abordados en el ca-pítulo tercero, en el que pasa re-vista a varios : ponderaciones (4e ca-rácter general, medida de la posi-ción adoptada o punto de vista.Respecto de esta última, pone demanifiesto que puede ser observadadirectamente y constituye un datohistórico. Sin embargo, al tratar deinterpretar esas disposiciones es-tructuramos, por parte del indivi-duo, cuyos actos y dichos hemos re-gistrado, ciertas disposiciones q u eson base de tomas de posición de-terminadas expresadas como «puntosde vista». La conversación naturaly la planificada o cuestionario sonlos instrumentos que nos facilitanesta labor. Cuando el interés delpsicólogo social se orienta hacia ladeterminación del punto de vista deun grupo, en relación con una cues-tión determinada, estamos ante lainvestigación de la opinión pública.

Un fenómeno muy interesante esel de los estereotipos; las opinioneso puntos de vista encontrados enlas investigaciones respecto de laopinión implican, por lo general,complejos de representación que ca-racterizan a las personas y las cir-cunstancias en cuestión. Vemos enellos (los miembros de ciertos gru-pos) una forma muy estereotipada,como si todos fuesen idénticos enciertos puntos. Pueden desarrollarseestereotipos dentro de los grupos enque no nos incluimos (heteroeste-reotipos) y también dentro de nues-tros propios grupos (autoestereoti-pos). El sociagrama, los experimen-tos con grupos y, en último térmi-no, el análisis de las bases de lacultura, en el que pone la fronterade las actividades de la psicologiasocial ; estos empeños pueden serconsiderados como las metas más le-janas de la psicología social porque,de una parte, enfocan la posiciónespecífica adoptada por el individuodesarrollado en una cultura deter-minada, y, de otra, porque la deri-vación de esos fenómenos de reglaspsicológicas. constituyendo de por siun incentivo, no sea siempre po-sible.

Continúa el capítulo siguiente conla enumeración de los teoremas opostulados que abarquen el conte-

nido específico de la psicología so-cial, todavía por estructurar en for-ma sistemática ; los once puntosque considera necesarios para ela-borar una teoría sobre la naturalezadel hombre son los siguientes : 1)encefalización ; 2) ritmo de madu-ración; 3) condiciones familiares ;4) potencial del sistema nerviosocentral ; 5) abstracción y ordena-ción; 6) gama de variación de laaptitud ; 7) la protección de loscompañeros de especie ; 8) estabili-zación del espacio vital ; 9) decisión,información y cargas; 10) proceden-cia de los juicios, y 11) propagaciónde la efectividad.

Sale al paso de la objeción quepudiera hacerse tachándole de ma-terialista (al no dedicar un epígrafeal alma del hombre) esgrimiendouna frase de la «Summa» de SantoTomás de Aquino, en la que se afir-ma que «Mientras mejores sean lascondiciones del organismo mejor sehallará el alma».

El proceso de socialización y ladinámica de grupos ocupan los dosúltimos capítulos de la obra. Encuanto al primero, afirma que lapropagación y la socialización tienenen común el servir para garantizarla continuidad de los grupos ; sinembargo, el proceso de socializaciónes mucho más accesible "a nuestraestructuración volitiva que el fenó-meno de la propagación. El procesode socialización tiene un caráctercultural y universal ; es decir, queno conocemos ninguna sociedad hu-mana que no haya desarrollado unsistema más o menos coherente deusos y de premisas relativas a lasmedidas necesarias para la crianzade la nueva generación. Tres cues-tiones importantes presiden esteproceso, y son más fáciles de con-testar dentro de una sociedad quese basa en una tradición bien es-tablecida que en aquella donde lascondiciones del medio y las opinio-nes varían en forma brusca :

1. ¿En qué consiste la imagendel modelo que se persigue comoresultado de la crianza?

2. ¿Cuáles son los medios educa-tivos que se persiguen para lograresa imagen?

3. ¿Con qué homogeneidad res-ponde un pueblo a esas dos cues-tiones, es decir, con respecto a laconfiguración de esas imágenes mo-delo y a la aplicación de los méto-dos educativos?

Termina la obra con el apartadorelativo a la dinámica de grupos,en el que se recogen los cuatro pos-tulados fundamentales que se danen el seno del grupo y a lo largode su desarrollo, cuales son : lacombinación de las probabilidadesindependientes, interdependencia delcontacto, la simpatía y la actividad,desigualdad y especificación de loscometidos o papeles de los miem-bros y la importancia o magnituddel grupo. Estos cuatro teoremasconstituyen una tentativa para pre-cisar los conocimientos actuales res-pecto a los problemas inherentes a

los grupos, digna de realizarse, des-de el punto de vista de la estruc-turación teórica de la psicología;con ello ha contribuido a redon-dear el tema general de la obra, cuales la exposición de las determinan-tes interhumanas para la adopciónde puntos de vista o posiciones in-dividuales.

En definitiva, sistematización delcontenido y evolución de la psico-logía social basada en un criteriorigurosamente científico en su dobleaspecto teórico y experimental, quedicen mucho de la competencia delautor.—ISABEL DÍAZ ARNAL.

APARISI MONCHOLI, A., LÓPEZ ESPE-

JO, R., y GIL LÓPEZ, G.: La for-mación profesional en los Esta- -dos Unidos. Servicio de relacio-nes exteriores. Madrid, 1964. 190páginas.

Nos encontramos con poca fre-cuencia libros monográficos de pri-mera mano sobre Organización Esco-lar Comparada. Las experiencias delos expertos en educación suelenquedar insertas en tratados sistemá-ticos o inéditas. La obra que reseña-mos tiene el acierto de hacernos vi-sitar Estados Unidos, especialmenteel Seminario de Williemsport (Penn-sylvania), donde un grupo de espe-cialistas en educación, especialmen-te interesados, trabajó sobre proble-mas de formación profesional. Comocomplemento de la labor informa-tiva y teórica del Seminario se vi-sitaron una serie de instituciones encuyos planes estaban los de forma-ción profesional así como industriasque formaban a sus profesionales.

Los autores dividen la obra entres partes

1. a Una visión panorámica de laeducación en los Estados Unidos Yuna especial referencia a la forma-ción profesional (Vocational Educa-tion). Estudio descriptivo, paraleloen su interpretación con el nuestroy del cual los autores dan una esti-mación de la que pueden surgir ini-ciativas para la actualización en al-gunos aspectos de nuestra educa-ción nacional. (Un capítulo.)

2.a Se da cuenta del motivo prin-cipal de la visita :

Plan y realización del Seminario.La «Vocational Education» en losEstados Unidos.

Diversos tipos de formación pro-fesional

Escuelas agrícolas.Escuelas de verano, de especial in-

terés para la formación profesionalacelerada.

Cursos de extensión profesional,de especial interés por su modali-dad nocturna complementaria.

Cursos para veteranos, especial-mente para aquellos que dejan deprestar servicios al ejército a los quese trataba de adaptar o recuperarpara la vida laboral civil.

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RESEÑA DE LIBROS [277] 129

Cursos pre-empleo, nuestra inicia-ción profesional y aprendizaje post-primarios.

Cursos de extensión cultural paralos que no pudieron completar suformación en edad escolar. Admitenla máxima variedad.

Cursos para incapacitados fisicos.Cursos de «Puesta al día», en el

momento en que un avance tecno-lógico exige la preparación del per-sonal para la nueva tarea.

Cursos en sistema cooperativo. Laempresa se pone de acuerdo con laescuela que mejor pueda desarrollarsus programas Se utiliza un sistemade contrato.

Otros cursos según las necesida-des y de gran variedad.

Requisitos para graduarse en «Vo-cational Education».

El problema del profesorado. Pre-paración y promoción.

Financiación y presupuestos.Relaciones públicas : colaboración

con organismos y con la sociedad.Finalmente se da cuenta detalla-

da de las visitas realizadas a onceempresas. Entre ellas de fundición,a v iones, instrumentos metálicos,muebles, molinería, confección. Entodas ellas se utilizan los sistemasde automatización y en algunas almáximo.

3,a Estimación del sistema edu-cativo en Estados Unidos : Departa-mentos de educación. Referencia es-pecial a los de Massachusetts y Con-necticut. L o s establecimientos d eFormación profesional.

Especial referencia merecen 1 a sconclusiones de este informe en lasque se sugieren algunas medidas deinmediata o gradual y convenienteimplantación en España.

La obra reseñada puede tener un

especial valor por lo que sugiere.Entre estas sugerencias pensamosque es de destacar el sentido fun-cional de las instituciones educati-vas que no tienen planes rígidos nimisiones definidas previamente. Laeducación está al servicio de la ne-cesidad, y en su evolución con fre-cuencia se le anticipa.

Obra necesaria en las bibliotecasde los centros de formación profe-sional y en los de preparación deeducadores primarios, medios y téc-nicos. Debe recomendarse tambiéna los directores de instituciones edu-cativas para actualizar la organiza-ción de las mismas. — M. a RAQUELPAYA IBARS.

L. ORTIZ y J. ESTÉVEZ: Entreteni-mientos radioelectricos. Enciclo-pedia de las Aficiones. EditorialSantillana. Madrid, 1964. 112 pá-ginas.

Continuando con la serie de librosde «Colección Aficiones», de los queya dimos referencia en los números160 y 161 de nuestra Revista, nosllega ahora este ejemplar que, comotodos los de la colección, ha sidocuidadosamente editado e ilustradocon dibujos de José Gómez Martíny viñetas de Javier Mazarrasa. Estáencaminado a brindar con sus pá-ginas un recreo instructivo, ya quecon su lectura ayudara elemental-mente a conocer una parte de laelectrónica.

Tomando como base un elementonuevo y de mucha aätualidad, eltransistor, los autores han desarro-llado una serie de experiencias es-calonadas que se van acercando gra-

dualmente a experimentos de unmayor nivel técnico. Las fuentes dealimentación electrónica que se em-plean son pilas, que no encierranpeligro alguno en su manipulación.No se usa válvula electrón-ica, nitensiones de radio. Según sus auto-res, en poco tiempo se puede llegara interpretar algo del idioma de laradio. En cada una de las experien-cias a realizar se encuentra una ex-plicación teórica sobre los elementoscon los cuales se ha de trabajar.

Todos cuantos ejercicios contienehan sido comprobados y meticulosa-mente analizados por los autores enel laboratorio, con el deseo de ofre-cer un contenido eficaz y que, sinlugar a dudas, puedan ser feliz-mente desarrollados.

Entre otras experiencias se pue-den realizar las siguientes

Construcción de un receptor degermanio.

Construcción de un receptor degermanio y transistor.

Construcción de un receptor degermanio y transistor alimentadocon pila.

Construcción de un receptor degermanio con dos transistores ali-mentados con baterías de pilas.

Construcción de un oscilador paratransmisión telegráfica.

Construcción de un pequeño emi-sor con un transistor.

Construcción de un amplificadorde sonido.

Construcción de un emisor recep-tor (radioteléfono).

Construcción de un emisor de on-da media con un transistor.

Construcción de un órgano elec-trónico con un transistor.

Montajes con fotodiodos y transis-tores.—L. S.