representaciones del negro cubano

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EL NEGRO Y SU REPRESENTACIÓN SOCIAL P I N O S N U E V O S

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Un excelente documento de Roberto Zurbano sobre el racismo en Cuba. Su mirada no es desde uno de los polos irreconciliables, más bien desde dentro de la negritud cubana.

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  • 1EL NEGROY SU REPRESENTACIN

    SOCIAL

    P I N O S N U E V O S

  • 2Rompi de pronto el sol sobre un claro delbosque, y all, al centelleo de la luz sbita, vi porsobre la yerba amarillenta erguirse, en torno altronco negro de los pinos cados, los racimosgozosos de los pinos nuevos: Eso somosnosotros: pinos nuevos!

    JOS MART

    Unmonos, unmonos a tiempo, que todosnuestros corazones palpiten como si fuesen unosolo y as unidos, nuestras veinte capitales setrocarn en otras tantas centinelas que, al divisaral orgulloso enemigo, cuando ste les pregunte:quin vive? les responden unnimes, con toda lafuerza de los pulmones: La Amrica Latina!

    MANUEL UGARTE

    Este libro ha sido editado con el esfuerzo conjunto del InstitutoCubano del Libro, las editoriales cubanas, los autores, los artis-tas plsticos, los diseadores, los componedores, los correcto-res y los editores de Cuba.

  • 3EL NEGROY SU REPRESENTACIN

    SOCIAL(Aproximacin a la estructura

    social cubana actual)

    SOCIOLOGA

    Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2001

    Sandra Morales Fundora

  • 4 Sandra Morales Fundora, 2001 Sobre la presente edicin:

    Editorial de Ciencias Sociales, 2001

    ISBN 959-06-0431-5

    Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar suopinin, por escrito, acerca de este libro y de nuestras publicaciones.

    INSTITUTO CUBANO DEL LIBROEditorial de Ciencias SocialesCalle 14, no. 4101, Playa, Ciudad de La Habana, Cuba.

    COMISIN DE SELECCINOmar Everleny Prez VillanuevaManuel Barcia PazRoberto Ferrer Alfonso

    Edicin y correccin: Enid VianDiseo: Deguis Fernndez TejedaRealizacin: Caridad Castao JorgeComposicin de texto: Pilar Sa leal

  • 5A todos los que me tendieron la mano, a mis padres;y, en especial, al inspirador de este libro,

    Rodolfo Alpzar.

  • 1Llama la atencin la opinin que maneja el negro sobre smismo como grupo social. Al respecto, es frecuente es-cuchar aseveraciones que reflejan una autoimagen defor-mada, y que en muchos casos coincide con la visin queposeen otros grupos raciales sobre l.

    Las condiciones socioeconmicas actuales hacenms palpable prejuicios y estereotipos en relacin con di-cho grupo social. Esta tiende a predominar a nivelmicrosocial (entindase la familia y el plano individual), yen ocasiones se reafirma por algunos medios de difusinmasiva, que a veces presentan una imagen negativa tra-dicionalmente asociada al negro.

    Todo lo anterior acrecent nuestro inters por el es-tudio del negro segn la teora de las RepresentacionesSociales. Esta no solo descubre la autopercepcin del gru-po, sino que tambin a travs de ella se obtienen elemen-tos que revelan la influencia del medio en el desarrollo dela identidad de un grupo social. Estos elementos, al serabordados mediante una metodologa cualitativa que pri-vilegia contenido y esencia sobre cantidad, permite unconocimiento bastante preciso y concreto del fenmeno.

    Resulta innegable la relacin que tiene la construccindel ser o del grupo social con las condiciones que sirven demarco para su desarrollo. Por ello, el estudio de este gruposocial en relacin con el contexto histrico y socioeconmicoque lo fue estructurando permite comprender sus particu-

    Introduccin

  • 2laridades, y constituye una va de aproximacin a su reali-dad social actual.

    La realizacin de este trabajo se orienta al estudiode las representaciones sociales que los negros tienen des mismos en tanto grupo social. Se resalta la relacin exis-tente entre las representaciones y las situaciones histri-cas que han condicionado a este grupo, donde el factoreconmico expresado en el sistema de relaciones deproduccin imperantes, desempea una funcin esen-cial y condiciona en buena medida la estructura social.

    Al mismo tiempo, el contenido de las representacio-nes sociales presentar particularidades segn la posicinque se ocupe en la estructura socioclasista, pues las con-diciones econmicas que se propician a partir del lugarocupado matizan el contenido de los discursos hacia losdiferentes aspectos de la realidad social; incluidas las ela-boraciones sobre s mismo en particular y la condicin demiembro de determinados grupos en general.

    Esta investigacin analiza la influencia del factoreconmico en los orgenes del prejuicio racial y la situa-cin socioeconmica e histrica que ha rodeado a estegrupo social, participantes en la construccin de la ima-gen que del grupo tienen los otros y el propio grupo so-bre s.

    Se dedica otro captulo a la Teora de las Represen-taciones Sociales, que constituye el eje terico de la in-vestigacin. La parte metodolgica incluye los resultadosobtenidos a partir del anlisis de la informacin en lossubgrupos que fue necesario crear, y finalmente, las con-clusiones. Se ha tomado como posible variable diferen-ciadora el lugar ocupado en la estructura socioclasistacubana actual. As, se incluy a representantes de la cla-se obrera y tcnicos vinculados a la propiedad estatal yemergente.

  • 3Esperamos que lo expuesto permita, por una parte,enriquecer el quehacer cubano en torno a la teora de lasrepresentaciones sociales, y, por otra, desmistificar y es-clarecer algunos aspectos acerca de la imagen actual delnegro en la sociedad cubana.

  • 4Sobre los orgenes del racismo

    A lo largo de cinco siglos de historia, la poblacin negra haocupado una posicin desventajosa como grupo social, de-terminada por los regmenes econmicos de las potenciaseuropeas en Amrica y frica durante la implantacin delrgimen colonial. Las relaciones de produccin dominantesubicaron a este grupo humano como minora social, y susprincipales rasgos son la conciencia de poseer ciertas se-mejanzas entre s y desventajas sociales en comn.

    Los autores Wagley y Harris han planteado una se-rie de caractersticas que distinguen a los grupos minori-tarios: son segmentos subordinados de sociedades establescomplejas; poseen rasgos fsicos o culturales particularesque son tenidos en baja estima por los segmentos domi-nantes de la sociedad; son unidades con conciencia de smismos,ligados por los rasgos particulares que sus miem-bros comparten, y por las desventajas que estos les acarrean.La pertenencia a una minora se transmite por descenden-cia, la cual es capaz de afiliar generaciones sucesivas. In-cluso en ausencia de los rasgos fsicos y culturalesparticulares fcilmente manifiestos, los miembros de estosgrupos, por eleccin o por necesidad, tienden a casarsedentro del grupo.

    Para que se desarrolle en los sujetos la concienciade que forman parte de una minora, es necesario que

    1. Fundamentacin

  • 5hayan sido asignados por eleccin propia, o por otros, auna entidad social particular, y que esto traiga consigociertas consecuencias sociales perceptibles, como pue-den ser: el trato discriminatorio y las actitudes negativasen relacin con los sujetos que pertenecen a estos gru-pos. Por otra parte, las diferencias individuales no sonrelevantes para sentirse miembro de una minora, sinoaquellas caractersticas asociadas a estereotipos negati-vos difundidos acerca de las personas pertenecientes aesos grupos.1

    La historia de penurias y marginacin social del ne-gro como miembro de la sociedad, expresada en el racis-mo, surge en el siglo XVIII, poca donde comienza aexperimentar auge el sistema de produccin capitalista.Alcanza su mxima expresin en el siglo XIX, en que llega ala fase imperialista, teniendo entre sus principales expo-nentes pases como Francia, Inglaterra y los Estados Uni-dos. Es precisamente en estos dos siglos donde se registraun incremento de la trata negrera, especficamente en elsiglo XVIII y principios del XIX. Ya a fines del primero apa-recen teoras seudocientfcas de las razas biolgicas, quepretenden demostrar la existencia de diferencias entre lasrazas desde el punto de vista fsico y mental, con el fin dejustificar el mercado de personas. Partiendo de las ideasde Carlos Marx, Alex Callinicos, investigador del tema se-ala: el racismo se constituy como parte del procesomediante el cual el capitalismo devino el sistema socialeconmico dominante. Sus avatares posteriores han esta-do estrechamente ligados a los del capitalismo.2

    Por su parte, en su libro Estructuras de domina-cin, Philip Mason hace un anlisis del desarrollo de las

    1 Henri Tajfel: Grupos humanos y categoras sociales, en Estudiosde psicologa social, Editorial Hender, Barcelona, 1984.

    2 Alex Callinicos: Raza y clase, 1997, p. 3

  • 6sociedades humanas hacia estructuras de dominacin ysubordinacin, y estudia los orgenes del prejuicio del co-lor. Plantea que este se remonta a pocas anteriores alesclavismo y al imperialismo, y ello se evidencia en pasa-jes de la historia explcitos en la Demonologa, escritapor Jacob I de Inglaterra y VI de Escocia, donde, al ha-blar de los aquelarres, narra que eran precididos por unnegro que era el demonio en persona. En la obra deShakespeare, Otelo, representada sesenta aos antes deque el trfico negrero fuera un factor de importancia paraInglaterra, ya se evidenciaba el prejuicio del color, osten-tado en el padre de Desdmona, quien prohbe a su hija elmatrimonio con Otelo, ya que le causaba horror su unincon un moro.

    Estas obras y pasajes mticos muestran una repre-sentacin negativa respecto al color negro. Alex Callinicos,en su artculo sobre raza y clase, establece una diferen-ciacin en lo referido al reacismo entre el mundoantiguo, el medioevo y las sociedades capitalistas. En cuan-to al racismo, Callinicos diferencia este del prejuicio con-tra los forasteros que era caracterstico de las sociedadesprecapitalistas por la falta de comunicaciones. En estecaso, lo forneo era visto como raro, unido a la ignoranciay suspicacia que los hombres de una regin tenan antelo extranjero. En estas sociedades (esclavistas y feuda-les) no existan ideologas ni prcticas que justificaran laexclusin de un grupo en particular, pues no era necesarioinventar una justificacin para hacerlo. En la Grecia yRoma antiguas, la esclavitud no se apoyaba en el racis-mo. En las sociedades feudales, las diferencias eran detipo religioso, las clases dominantes se identificaban conel cristianismo, y Europa, que se autodenominaba cristia-na, se mantena en guerra con los seguidores del Islam.Las sociedades precapitalistas no necesitaban una ideolo-

  • 7ga racista que justificara la esclavitud, ya que esta era unasituacin legalizada, un status ms en la sociedad que esta-ba basada en la explotacin del trabajo forzado; sin embar-go, la base de explotacin en el capitalismo no es lasubordinacin legal y poltica del trabajador al explotador,sino la explotacin del trabajo libre pagado, el trabajador eslibre de no vender su fuerza de trabajo, por tanto la depen-dencia del capitalismo de la fuerza de trabajo esclavo seconvirti en algo anormal que requera una explicacin.3

    Segn el antroplogo francs Claude Lvi-Straus, elprejuicio racial est vinculado a las desigualdades de po-der, las cuales se agudizan ante las diferencias econmi-cas y sociales entre los individuos y los grupos humanos.4

    Con el colonialismo y el imperialismo se fomenta einstitucionaliza el prejuicio del color, dada la necesidad dejustificar el dominio de ciertas potencias europeas sobresus colonias. Segn Philip Mason, la desigualdad seestructur con el paso de sociedades simples e indiferen-ciadas a sociedades estratificadas, donde una crecienteespecializacin de funciones exige una especializacin po-ltica, para que alguien distribuya el excedente de bienesproducidos por la especializacin econmica. De esta for-ma, los lderes adquieren poder. Para que esto funcionees necesario la necesidad sicolgica de creer que estaorganizacin se debe a diferencias inherentes entre go-bernadores y gobernados.

    Al respecto, Mason habla de un elemento mtico,cuya funcin es la de hacer posible el olvido de las verda-deras causas de las relaciones interclasistas, para ayudara los hombres a excluir a otros hombres del rango de sussemejantes, y es esto lo que sucedi con las sociedades

    3 Alex Callinicos: ob. cit., p. 7.4 Claude Lvi-Straus: Raza, historia y cultura, en revista El correo

    de la UNESCO, marzo de 1996, pp. 30-35.

  • 8con rgimen esclavista, en Europa y luego en Amrica,para justificar su accin colonizadora.

    Durante la primera mitad del siglo XIX florecieronteoras seudocientficas encaminadas a justificar este tipode rgimen. Pero, en el siglo XVIII, el filsofo escocs Da-vid Hume escribi: Me inclino a sospechar que todos losnegros, en general todas las dems especies de hombres,son por naturaleza inferiores a los blancos.5 Este filsofoafirmaba que no podan encontrarse inventos ingeniososentre los negros, ni artes, ni ciencias, a pesar de que lahistoria muestre lo contrario. En frica existieron reinosnegros muy avanzados y en su parte occidental floreciuna universidad negro-arbiga entre los aos 1200 y 1600,la cual alcanz fama en Espaa, el norte de frica y elmedio Oriente.6

    En varios libros que abordan el tema racial se hacereferencia a las ideas que surgieron en la segunda mi-tad del siglo XIX, con Gobineau y sus seguidores. Estasatribuan los logros de la humanidad, en distintos pero-dos de la historia, a la sangre pura de raza superior;mientras que el fracaso era asociado a la degeneracinque se derivaba de la mezcla de razas. Esta corriente depensamiento vino a reforzarse con el darwinismo so-cial, basado en la teora de Darwin sobre la evoluciny el papel de la seleccin natural traspolada al hombresocial y su desarrollo en la sociedad. Esta doctrina partede que la evolucin de los animales y el hombre, desdeformas de vida simples hacia las ms complejas, tuvolugar a travs de la seleccin natural; por tanto, los me-nos aptos para sobrevivir fueron destruidos. De ello sededuca que era natural que los hombres ms fuertes y

    5 Qu se entiende por raza?, en revista Despertad, 1993, p. 6.6 Segn datos de The Word book enciclopedia, 1973.

  • 9poderosos desposeyeran y sometieran a aquellos menosaptos para sobrevivir.7

    En resumen, son varios los autores que consideranel surgimiento del racismo asociado al factor econmi-co, desde Carlos Marx, que fue el primero en plantearlo,hasta estudiosos como Alex Callinicos. En el caso dePhilip Mason, este se manifiesta en desacuerdo con Marxen lo referido a que el prejuicio del color es engendradopor el capitalismo. l opina que su aparicin es anterior,aunque acepta que viene a institucionalizarse con el de-sarrollo de dicho sistema de produccin. A mi parecer,no tiene por qu haber contradiccin alguna, pues el pre-juicio del color a que se refiere Marx toma la configura-cin del racismo. La principal diferenciacin entre uno yotro es que el ltimo tiene el respaldo de una teoraseudocientfica que justifica su prctica, dada la ventajaque este trae en el desarrollo del sistema de produccincapitalista y luego como medio de divisin interna de laclase obrera. Esta divisin frena la accin de los obrerosen su lucha contra la burguesa desde una conciencia declase, no de raza, sin negar los hechos histricos quemuestra Mason y que se explican sobre todo por la des-confianza a lo forneo.

    Lo anterior justifica el estudio del problema racialdesde un enfoque socioclasista, ya que en l est presen-te el factor econmico expresado en los grupos humanosque ocupan una posicin de poder. Contextualizndolo enla Cuba actual, lo analizaremos en grupos de la estructurasocioclasita cubana actual que poseen diferentes posicio-nes econmicas entre s.

    7 Philip Mason: Estructura de la dominacin, Fondo de CulturaEconmica, Mxico, 1975.

  • 10

    Acerca de la autoimagen del negro

    Henry Tajfel plantea que la pertenencia a un grupo se de-fine, entre otros factores, por algunos criterios generadospor el endogrupo y otros creados por el exogrupo.8 Estosllegan a ser asimilados por el primero y todos ellos se ex-presan en una conducta relativamente uniforme de susmiembros. Estos criterios de pertenencia grupal se origi-nan en una situacin histrico-social concreta y estn in-fluidos por la posicin de dominacin que tenga elendogrupo respecto a los exogrupos, en un sistema derelaciones de produccin especfico, de ah que las carac-tersticas que forman parte de la identidad del grupo seantenidas en alta o en baja estima por la sociedad en depen-dencia de su posicin.

    Recientes investigaciones sobre las relaciones ra-ciales en la sociedad cubana actual han corroborado laexistencia de valoraciones negativas respecto al negro porparte de grupos no negros y de la propia poblacin negra.Ello se explica por la imposicin y prevalencia, durantesiglos, de valores culturales y estticos propios de la do-minacin blanca, poseedora del poder poltico, econmicoy social, lo cual estaba respaldado por una ideologa quejustificaba la explotacin y discriminacin de la raza ne-gra. Todo esto propici que las costumbres que los negrostraan consigo, las cuales constituan su nico tesoro, fue-ran menospreciadas. La cultura blanca se convirti enpatrn o modelo ideal a seguir por todos. Ello an perviveen nuestros das, y se refleja en las valoraciones de losdistintos grupos raciales que componen la sociedad.

    El departamento de Etnologa del Centro de Antro-pologa realiz un estudio de las relaciones raciales en la

    8 El endogrupo es el grupo social al cual se pertenece; y los exogru-pos son los grupos que coexisten con el endogrupo y son diferen-tes de este.

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    actualidad. Investig sujetos de diferentes afiliacionesraciales, clases sociales, edades y gneros, y obtuvoque las valoraciones negativas hacia los negros eran muycomunes y se referan a variados aspectos, desde la for-ma de hablar hasta las formas de relacin social. Fre-cuentemente se les atribuyeron actitudes delictivas, ascomo un comportamiento excntrico, bullicioso yalterador del orden. Las descripciones positivas se refe-ran a la fortaleza fsica y las aptitudes para la msica, yambas caractersticas fueron tambin evaluadas positi-vamente por los sujetos de la raza negra. Los sujetos dela raza blanca, por su parte, atribuyeron a su grupo ra-cial menos rasgos negativos, en tanto negros y mestizosenjuiciaron con severidad las posiciones racistas haciaellos, aunque muchas veces coincidieron en asignar asus grupos raciales los mismos valores negativos que losotros les atribuan.9

    En otra investigacin sobre la imagen de los gruposraciales, realizada por el mismo departamento y publica-da en la revista Temas,10 se obtuvo que la imagen que losnegros tienen de s es ms homognea que la de blancos ymestizos. Los prejuicios y estereotipos raciales negativosprevalecieron en la imagen del grupo de raza negra. Engeneral, se comprob que la autoimagen de los negros, ensu mayora, tiene un contenido negativo, lo que a juicio delos estudiosos est determinado en buena medida por lainfluencia de la familia. Jess Guanche, en su artculoEtnicidad y racialidad en la Cuba actual, define estefenmeno como endoculturacin familiar. Esta explicala adopcin de conductas transmitidas por la familia a tra-

    9 Juan Antonio Alvarado: Relaciones reaciales en Cuba. Notas deinvestigacin, en revista Temas, Nueva poca, No. 7.

    10 Los prejuicios raciales. Sus mecanismos de reproduccin, enrevista Temas, No. 7, 1996.

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    vs de ejemplos, valores morales y laborales heredados oadquiridos en condiciones histricas de pobreza.11

    En el pensamiento cotidiano, estn presentes mu-chos de los estereotipos y prejuicios an actuantes en tor-no a los grupos raciales. Un ejemplo de ello se expone enel trabajo Relaciones raciales, procesos de ajuste y pol-tica social, de la investigadora Mara del Carmen Cao.Aqu se refleja cmo, en torno a un mismo asunto u obje-to, se da un tratamiento favorable cuando se trata del blan-co y, por el contrario, es desfavorable al referirse al negro.

    Blanco Negro

    1. Con uniforme Coronel Maletero2. Con pistola Precavido Asaltante3. Subiendo una loma Alpinista Camino a la crcel4. Con uas pintadas Play boy Maricn5. Con maletn Ejecutivo Traficante6. Con chofer Millonario Preso7. Comiendo mucho Alimentndose Muerto de hambre8. Jugando billar Elegante Vicioso9. Leyendo peridico Intelectual Buscando trabajo

    10. Con sandalias Turista Mariganero11. Con picazn Alrgico Sarnoso12. Corriendo Deportista Carterista

    Considero seala la autora de la investigacinque existen serias deformaciones en la identidad socio-cultural de los negros cubanos, las cuales se reproducenen el proceso de socializacin de las relaciones raciales

    11 Jess Guanche: Etnicidad y racialidad en la Cuba actual, enrevista Temas, Nueva poca, No. 7, pp. 53-57.

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    en la escuela, la familia, los medios de comunicacin ma-siva, etc.

    De estas deformaciones podramos adelantar las si-guientes:

    La aceptacin pasiva de la crtica a los elemen-tos de su cultura esttica, comunicativa, etc.

    La deficiente autopercepcin como grupo social,lo que constituye, adems, un indicador represen-tativo de la deformacin de su autoestima.

    La participacin, consciente o no, en la repro-duccin de estereotipos raciales, al intervenircomo diseminador oral de estos.12

    Los negros en cubaComo ya es sabido, con el advenimiento de los viajes co-merciales iniciados por Europa, se descubri el continen-te americano, el cual no solo abri nuevas fuentes decomercios, sino que fue objeto del ms violento saqueo desus recursos naturales y su poblacin nativa. Pero no soloAmrica fue fustigada y expropiada de sus riquezas. Conel incipiente desarrollo del sistema capitalista, durante sufase acumulativa, la colonizacin enterr sus banderas enel continente africano. Su ms abominable engendro fueel medio utilizado para la explotacin descarnada de lastierras. La esclavitud implantada a los hombres de estasregiones difera esta vez de la ya conocida en las socieda-des precapitalistas, su rasgo diferenciador fundamentalcomo ya hemos dicho se basaba en que el statusimpuesto (la esclavitud), en la sociedad antigua, era per-cibido como natural, estaba legitimado; mientras que en el

    12 Mara del Carmen Cao: Relaciones raciales, proceso de aporte ypoltica social, en revista Temas, Nueva poca, No. 7, p. 62.

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    capitalismo naciente fue necesario crear una ideologa quela justificara.

    En Cuba especficamente, a su llegada, los espao-les encontraron a un grupo humano hasta el momentodesconocido para ellos, a los que llamaron indios, porcreer arribar a las Indias orientales. La subyugacin deldbil por el fuerte debida a la sed de oro fue la ca-racterstica principal que contorneo las relaciones entreambos grupos humanos. Con el abuso y casi exterminiode los indios, adems del creciente desarrollo de la agri-cultura en Cuba, fue necesario la sustitucin temprana dela mano de obra nativa por la negra africana, la cual huboque violentar y traspolar a un medio de vida extrao yhostil.

    El desarrollo de la colonia estuvo ligado estrecha-mente al de la esclavitud, y esta ltima engendr el racis-mo, ya que en el Caribe la esclavitud fue identificada conel negro. As, el nuevo fenmeno tom un disfraz racial,pero su verdadera esencia radicaba en lo econmico.

    En su libro El problema negro en Cuba, PedroServiat destaca: Entre los graves e irreparables perjui-cios que la esclavitud produjo a la sociedad, y en especialal frica negra, figuran la despoblacin de ese inmensocontinente, el racismo y la discriminacin racial.13 Estosdos ltimos fenmenos, hechos universales y extendidoshasta nuestro mundo contemporneo, han tomando en cadaetapa nuevas vestiduras; pero han mantenido la mismaesencia.

    El desarrollo de la esclavitud en Cuba fue atrave-sando diversas facetas antes de llegar al auge de la agri-cultura, con la cual se catapult a su fase ms acabada.Segn Pedro Serviat, en Cuba se distinguieron cuatro pe-

    13 Pedro Serviat: El problema negro en Cuba y su solucin definitiva,Editora Poltica, La Habana, 1986, p. 2.

  • 15

    rodos en la historia de la esclavitud: el primero se ubicadesde los albores de la colonizacin de la Isla en el sigloXVI, hasta fines del siglo XVIII (1790); un segundo perodoes ubicado desde 1790 hasta el inicio de las guerras deliberacin nacional en 1868; el tercero se enmarca entre1868 y 1886, fecha en la que es abolida la esclavitud;mientras que el cuarto y ltimo perodo va desde 1886hasta el fin de la Guerra de 1895, en 1898.

    Serviat expone que las condiciones que propiciaronla implantacin de una esclavitud patriarcal y semipatriarcalfue precisamente la estancada economa imperante, ca-rente de fuentes de produccin, lo que condicion que losamos concedieran ciertas libertades a los esclavos, y lespermitieron dedicarse a determinadas actividades econ-micas de las que los amos obtenan ingresos seguros.Asimismo, permita a los esclavos reunir dinero suficientepara, al ao, comprar su libertad.

    Por otra parte, era caracterstico que los colonos notuvieran gran cantidad de esclavos, sino que la mayoraposea uno o dos a su servicio. Este sistema patriarcal seestableci con el propsito de que los negros trados a laIsla sirvieran a sus amos con el derecho a comprar sulibertad.

    Documentos recogidos por Pedro Serviat dan cuen-ta del modo de vida de los esclavos y los negros libres eneste perodo. Las mujeres eran ms aptas para lograr ocu-paciones econmicamente productivas de carcter indivi-dual, como el lavado de ropa, la venta ambulante, etc. Loshombres tenan ms limitaciones para ejercer libremente,y, dada la falta de mano de obra para la construccin en lavilla, se acord poner coto a los jornaleros negros y utili-zarlos en las obras pblicas. Tambin se le vendieron alos negros horros (libres) parcelas de tierra para labrar.Adems, ya desde esa poca comienza la incorporacin

  • 16

    de negros libres a una capa de artesanos calificados. Do-cumentos, como los Protocolos notariales, recogen con-tratos de aprendizaje de oficios como zapatero y platero,al que se destinaron muchos mulatos u otros que, junto alos artesanos espaoles, adquiran un oficio con el quetambin podan pagar su coartacin.14 Estas caractersti-cas constituan los rasgos tpicos de la esclavitud patriar-cal, que, aunque ms benevolente que la fase posterior,no excluye el uso de las diferencias raciales como funda-mento para la explotacin. Las leyes establecan sancio-nes diferenciadas para un mismo delito, segn el gruporacial de los inculpados, haba sanciones para espaoles,indios y negros; y dentro de estos, distinguan a los libresde los esclavos.

    El esclavismo en la Isla continuaba su desarrollo,con la trata de negros esclavos se relacionaban el poderreal, la Iglesia, los tribunales, funcionarios coloniales, ca-sas bancarias, firmas comerciales, y todos aquellos queposean capital. La entrada de negros a la Isla continuen aumento; pero an por debajo de las necesidades de laeconoma.

    As el 28 de febrero de 1789 se dicta La Real Cdu-la que autorizaba, inicialmente por un perodo de dos aos,el comercio libre de esclavos. Con esta libertad, y con laampliacin del comercio peninsular con Cuba, se estable-cieron premisas que marcaron el inicio de una nueva eta-pa en el desarrollo econmico de la Isla: comenzaba elperodo de la esclavitud plantacional. De esta fase PedroServiat dijo:

    Al madurar gradualmente las premisas que dan ini-cio a una nueva etapa, van quedando atrs los maticespatriarcales en el tratamiento hacia los esclavos. Se aproxi-

    14 Ibdem.

  • 17

    man los tiempos de la brutalidad esclavista, de la explota-cin ms desenfrenada, con el propsito de producir mspara un mercado europeo y norteamericano capaz de asi-milar todo lo que se produzca, todo lo que puedan arran-car los mayorales de las sudorosas espaldas y los fuertesbrazos de negros y negras, de africanos y criollos, de bo-zales y ladinos.15

    Carlos Marx explica que la esclavitud plantacionales el resultado de un proceso anmalo dentro del desarrollomundial capitalista, pues el precio que se paga por el es-clavo no es la plusvala, sino un capital del amo en deduc-cin del capital del que dispone para la produccin real yefectiva, por tanto los plantadores constituyen una bur-guesa esclavista. Este sistema de esclavitud constituyeun modo de produccin capitalista, pero solo de un modoformal, ya que la esclavitud de los negros excluye el tra-bajo libre asalariado, que es la base de la produccin capi-talista (aunque son precisamente capitalistas los quemanejan la trata negrera). El capitalista y el amo son unamisma persona.16

    Junto a los esclavos existan tambin los asalariadosdentro del ingenio; pero en el sector agrcola no bastabanlos que vendan su fuerza de trabajo, y ello dio lugar a unamayor explotacin de la fuerza esclava.

    Los negros y mulatos libres no escaparon del tratodiscriminatorio y represivo, ya que constituan una pre-ocupacin para la sacarocracia cubana. Hay que tener encuenta que esta poblacin aument entre 1768 y 1817; yluego se estanc, cuando les fue difcil obtener la coarta-cin. El sistema continu fortaleciendo la ideologa delracismo para apuntalar la esclavitud. As, se dictaron

    15 Ibdem, p. 28.16 Eduarto Torres Cuevas: La polmica de la esclavitud. Jos Antonio

    Saco, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1984.

  • 18

    medidas como la Real Cdula de 1801, la cual limitaba losmatrimonios interraciales. A fines del siglo XVIII, continua-ron las medidas para contener el ascenso social de losnegros libres. Un ejemplo de estas fue la prohibicin delas escuelas racialmente integradas, por considerar peli-grosa la instruccin de los negros a la par de los blancos.

    Ya a principios del siglo XIX el aumento de la pobla-cin negra constituy un motivo de preocupacin para laburguesa cubana, que tema una reproduccin en Cubade los acontecimientos de la Revolucin Haitiana. Comen-z entonces a fomentarse lo que algunos idelogos deno-minaron el miedo al negro, y esta ideologa marc laconducta de la elite cubana. Surgen en esta poca impor-tantes figuras, como Francisco de Arango y Parreo yJos Antonio Saco, quienes crean necesario controlar eldesbalance racial existente donde peligraba la preponde-rancia blanca. Por tanto, era conveniente impulsar la in-migracin europea. Arango y Parreo tena como proyectoestimular el mestizaje en la Isla hasta lograr el blanquea-miento, y as menguar la poblacin negra. Saco, quiendefenda la abolicin de la esclavitud por el motivo plan-teado, expuso: No nos queda ms que un remedio, blan-quear, blanquear, y entonces hacernos respetar.17

    Durante ese perodo las clases sociales se encon-traban relacionadas con una fuerte estructura estamental,ya que an no estaban formadas las bases de la estructu-ra social capitalista. La estructura estamental establecadiferenciaciones raciales entre blancos, libres de color, yesclavos; tambin tena en cuenta normas de conducta,religin y otros mecanismos que reafirmaban ese carc-ter estamental y creaban fronteras legales y sociales muyrgidas. El estamento superior estaba integrado por losblancos. Aqu se incluan a los individuos de ascendencia

    17 Ibdem.

  • 19

    europea y a mestizos que mantenan una lnea paternaconceptuada como blanca y pasaban de la cuarta genera-cin materna segn las legislaciones de la poca. El esta-mento de los libres de color cubra una amplia gama, queiba desde los pardos o mulatos hasta los morenos o ne-gros. El tercer estamento lo formaban los esclavos. Estenivel, a su vez, distingua tres elementos diferenciadoresentre sus miembros: uno era el grado de integracin a lasociedad, por lo que se discriminaba en primer lugar alnegro bozal, cuyas races no eran cubanas; despus alcriollo hijo de bozales, que aunque asimilado a la sociedady cultura cubanas an mantena vnculos con su pasadoafricano; y, por ltimo al rellollo, hijo de criollos totalmenteasimilado y sin memoria histrica de sus antepasados. Elsegundo elemento diferenciador era el origen tnico, o seasi eran lucumes, congos o de otra nacin africana. Eltercer elemento lo estableca el lugar que ocupaban den-tro de la sociedad. As, se diferenciaban a los esclavos deplantacin, los esclavos agrcolas que no estaban en plan-taciones, los domsticos, los vinculados a la produccinartesanal y los que realizaban trabajos considerados im-propios de los blancos.

    La clase dominante la constitua la burguesaagromanufacturera esclavista, los terratenientes y la bur-guesa comercial; luego le segua la capa media, divididaen rural y urbana; esta ltima tambin con diferenciaciones.

    Ya por este perodo se va perfilando la composicinde los distintos barrios de la ciudad. Los pobres fueron alos barrios marginales como Salud y Jess Mara, ademsde la zona de extramuros de casas humildes. En todo estolos negros siempre llevaban la peor parte. En 1816 se creala Secretara de Educacin de la Sociedad Econmica deAmigos del Pas, la cual introdujo el racismo en las escue-las, al prohibir a personas no blancas ejercer el magisterio.

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    Estas solo podan ensear muy limitadamente a algu-nos alumnos de su propia raza. Como resultado de esto elnmero de alumnos negros decreci, a la par de las escue-las negras, puesto que se consideraba subversiva la supe-racin de los negros libres.

    La concepcin de lo criollo, y ms tarde de lo cuba-no, estaba permeada de un carcter clasista. Arango yParreo exclua a los negros y mulatos libres de la nacio-nalidad cubana, aun cuando hubiesen nacido en la Isla.Para l solo eran criollos los pertenecientes a la burguesaesclavista nativa blanca o los blanqueados por la ley.

    En el campo la situacin del negro era peor. Al prin-cipio del perodo plantacional, la vida sexual de los negrosera limitada, pues no se importaban negras, que eran con-sideradas de bajo rendimiento. Luego esto cambi, cuan-do a principios del siglo XIX se emiti una Real Cdula queexiga la compra de mujeres hasta que todos los esclavosestuviesen casados; aunque solo se obedeci la ley cuandolos esclavistas se dieron cuenta de que las mujeres erantan productivas como los hombres e incluso los supera-ban. A los esclavos clasificados de buena raza se lesobligaba a aparearse, para que trajeran cros como si fue-sen animales. Las esclavas grvidas eran obligadas a tra-bajar en el noveno mes de embarazo, otras veces se lescastigaba con el ltigo o el machete y algunas reciban loslatigazos en el vientre. Una vez que haban parido, al se-gundo o tercer da tenan que volver a las labores agrco-las. Los nios, al llegar a los cinco o seis aos, se iniciabanen el trabajo en el ingenio, pues segn la antropologaesclavista, haban arribado a la mayora de edad.18 Lavida del esclavo estuvo en dependencia de las ideas eco-

    18 Manuel Moreno Fraginals: El ingenio. El complejo econmico so-cial cubano del azcar, Comisin Nacional Editorial de la UNESCO,La Habana, 1964, t. 1.

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    nmicas del amo. El costo de su alta produccin era unalto ndice de mortalidad en la poblacin esclava, pues eltrabajo excesivo, los castigos, la mala alimentacin y lainsalubridad eran flagelos que acortaban la vida del negroesclavo.

    En la novela Cimarrn, de Miguel Barnet, se narrael testimonio del ltimo esclavo cubano. Se hace referen-cia a los abusos ya citados anteriormente y a la forma deser y pensar de los negros esclavos. Un ejemplo de elloaparece en el prrafo: los das de ms bulla en los inge-nios eran los domingos, yo no s como los esclavos llega-ban con energas. Las fiestas ms grandes de la esclavitudse daban ese da () con el sol empezaba la bulla y losjuegos, y los nios a revolverse. El barracn se encendatemprano. Aquello pareca el fin del mundo. Y con todo yello y el trabajo, la gente amaneca alegre.19

    Otras caractersticas atribuidas a los negros se re-flejan cuando el testimoniante afirma: pero el blancosiempre ha tenido una msica distinta al negro. La msi-ca del blanco es sin tambor, ms desabrida () ms omenos as pasa con las religiones. Los dioses de fricason distintos aunque se parezcan a los otros, a los de loscuras. Son ms fuertes y menos adornados. Ahora mis-mo uno coge y va a la iglesia catlica y no ve manzanas,ni piedras, ni plumas de gallo. Pero en una casa africanaeso es lo que est en primer lugar. El africano es msburdo.20

    Tambin habla de la disposicin a fajarse del ne-gro, la cual segn el testimoniante, no era por salvajis-mo, sino por la forma de ser del negro; sobre todo entrelos aigos. Ferrer de Couto, gran defensor del sistema

    19 Miguel Barnet: Cimarrn, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1967, p. 24.

    20 Ibdem, p. 27.

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    esclavista, atribua a los negros los rasgos de vagancia,poca lucidez y salvajismo e incluso abogaba por un tratodiferenciado en relacin con los chinos, ya que estos l-timos procedan de una cultura milenaria y de una de lasgrandes ramas histricas de la familia humana; en cam-bio los negros nacan y vivan salvajes.21

    En 1868, cuando estalla la Guerra de Independen-cia, muchos dueos de esclavos, despus de la accin deCarlos Manuel de Cspedes, liberan a sus dotaciones ylos conminan a sumarse a la lucha. Era la primera vezque blancos, negros, mestizos y chinos luchaban juntospor una causa comn: la libertad. A partir de este hechocomenz a utilizarse el calificativo de cubanos para todoslos que luchaban contra la colonia espaola.

    Fueron muchos los negros que vieron la oportuni-dad de reivindicarse como hombres, debido al carcterabolicionista radical de la guerra; no obstante, la historiamuestra documentos contradictorios en este sentido. Enel Decreto del 27 de noviembre de 1868 sobre la escla-vitud, proveniente de la Junta Revolucionaria, se mante-na el derecho de propiedad sobre los esclavos, excluidosaquellos cuyos amos le haban concedido la libertad paraincorporarse a la lucha, y los confiscados a los enemi-gos; as como los palencados. La posicin asumida porOriente no fue la misma en Occidente. Estos ltimos seresistan ms a la abolicin, pues como es conocido, elOccidente era una potencia azucarera. Los grandes in-genios se concentraban en esta regin, por lo que lamayor cantidad de esclavos se encontraban all y asumiruna posicin abolicionista significaba poner en peligrocapitales, bienes y haciendas.

    21 Jos Ferrer de Couto: Los negros en sus diversos estados y condi-ciones; tales como son, como se supone que son y como deben ser,Editorial Hallet, 1864

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    Al finalizar la Guerra de 1968, con el Pacto delZanjn, los espaoles reconocen la libertad de los es-clavos; pero solo de los que haban participado en la lu-cha. Es en la Protesta de Baragu donde a travs dela figura de Antonio Maceo se reitera la aspiracin delos cubanos por alcanzar la independencia de Cuba yabolir la esclavitud no solo de los esclavos integrados alejrcito, sino de todos en general. En 1880 Espaa aprue-ba una ley que fijaba un plazo de ocho aos para la ex-tincin del patronato, pues haba declarado a los amospatronos y a los esclavos patrocinados. No es hasta 1886que el rgimen espaol se ve obligado a abolir definitiva-mente el patronato y la esclavitud. Esto, sobre la basede un inters econmico, ya que el sistema esclavistahaba caducado ante el progreso industrial que ganabaespacio en el mundo.

    Despus de la abolicin, entre los colonialistasresurgi con ms intensidad la agitacin en relacin conel llamado peligro negro, con el propsito de fomentarla divisin entre los revolucionarios cubanos; aunque im-portantes figuras, como Jos Mart, desde su lucha ideo-lgica, trataron de contrarrestar esa campaa. Otrodestacado luchador e intelectual, Juan Gualberto Gmez,trabaj mucho, no solo por la independencia, sino ademspor la reivindicacin del negro. El 7 de octubre de 1886 sefunda el Directorio Central de las Razas de Color; quedaformalmente constituido el 2 de julio de 1887 en el Centrode Cocheros de La Habana, y en septiembre de 1888 tie-ne reconocimiento legal y es inscrito en el registro de aso-ciaciones del gobierno provincial de La Habana. Noobstante, no es hasta 1892 que toma fuerza y crecen susfilas. Los objetivos del directorio estaban encaminados aelevar el nivel de instruccin y cultura de la poblacin negra,para as borrar la imagen desfavorable de esta y alcanzarun lugar honroso en la sociedad.

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    La situacin del negro en la lucha por su integracinsocial era crtica, la historiadora Oilda Hevia Lanier as loseala, a partir de documentos del Archivo Nacional deCuba: En algunos establecimientos, se destinan sitios es-peciales los peores, por supuesto para las personasde color; en otros se les excluye por completo; en estecaf solo se les permite consumir de pie, junto al mostra-dor, y en manera alguna sentados en la mesa; en aquelteatro prohbeseles en absoluto ocupar otros asientos quelos de la cazuela; y la mayora de las fondas no sirven a laspersonas de color, o cnicamente lo hacen en salones se-parados de aquellos que se reservan para los blancos. Pocoimporta lo inmundo del lugar, todo de color, cualquieraque sea la decencia de su porte y posicin, est obligado aocupar en establecimientos registrados como pblicos elsitio destinado a los parias.22

    La batalla librada por Juan Gualberto Gmez lograque el gobierno general de la colonia apruebe las deman-das del directorio respecto a las reivindicaciones socialesde los negros; pero como dira Jos Mart en uno de susartculos en el peridico Patria, institucin como la de laesclavitud, es tan difcil desarraigarla de las costumbrescomo de la ley. Lo que se borra de la constitucin escritaqueda por algn tiempo en las relaciones sociales.23

    Varias regiones del pas acogieron las disposicionesgubernamentales, excepto La Habana, Matanzas,Cienfuegos y Sagua la Grande. En estas provincias losabogados y consejeros de los dueos de cafs se decla-raron en rebelda y ocasionaron conflictos pblicos. Ex-presaron su oposicin a las medidas del gobierno y a los

    22 Oilda Hevia: El Directorio central de las sociedades negras de Cuba(1886-1894), Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996, p. 30.

    23 Jos Mart: La cuestin racial, Editorial Lex, La Habana, 1984,p. 23.

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    negros se les amenaz con negarles trabajo, lincharlos yexterminarlos a tiros si persistan en su lucha.

    Al respecto Pedro Serviat escribi: La abolicintotal de la esclavitud alcanzada en 1886 represent lacondicin fundamental para el desarrollo capitalista enla Isla, porque cre las premisas para la conversin delos antiguos esclavos en trabajadores asalariados.24 Apartir de la abolicin comenz a perfilarse un proletaria-do incipiente. La clase obrera contaba con un gran n-mero de negros incorporados a los gremios de artesanos,en labores del puerto, ingenios y servicio domstico prin-cipalmente; aunque tambin se encontraban blancos queocupaban, en su mayora, puestos de comercio, agricul-tura e industria. Entre esta clase obrera exista divisinsocial. En el congreso de 1892, se debati el tema racial.All se denunci la situacin del obrero negro, cmo esteocupaba los peores puestos en los talleres, ferrocarriles,viviendas, etc.

    Al finalizar la Guerra del 95,los negros que habansido empleados comienzan a ser desplazados de muchosempleos manuales y son sustituidos por espaoles, envirtud del decrecimiento paulatino de la poblacin negraante la apertura de la inmigracin de trabajadores blan-cos facilitada por los inversionistas norteamericanos.25

    Constituida la repblica, los Estados Unidos adoptauna poltica de divisin nacional. Los negros fueron ex-cluidos del derecho a la propiedad urbana y rural, as comode diferentes empleos y profesiones, como el servicio di-plomtico, la administracin de bancos, etc. Durante tresdcadas los negros no podan emplearse en determinadaslabores como conductores de tranvas, dependientes detiendas, restaurantes y almacenes comerciales. Fueron

    24 Pedro Serviat: ob. cit., p. 65.25 Ibdem.

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    destinados al servicio domstico, lavanderas, limpieza decalles, construccin y otros oficios de menor gratificacin.

    En Cimarrn, Miguel Barnet recoge cientos de lasvivencias del protagonista de la novela que ilustran el lu-gar en que fue situado el negro en la sociedad: Al termi-nar la guerra, empez la discusin de si los negros habanpeleado o no (...) El resultado fue que los negros se que-daran en la calle (...) En la polica no haba ni un unoporciento de negros, porque los americanos sacaron lapalabra esa de que cuando el negro cogiera fuerza, cuan-do se educara, era daino a la raza blanca. De modo seaque al negro lo separaron completamente, los cubanos dela otra raza se quedaron callados, no hicieron nada y ahqued el asunto.26

    En las provincias, la discriminacin fue ms fuerte,los negros y blancos tenan que estar separados en par-ques y paseos, ya desde la colonia estos no eran admiti-dos en centros pblicos de recreo; la situacin de laenseanza tampoco se diferenci mucho de la anterior.

    No faltaron las corrientes ideolgicas que intentaronsolucionar el problema negro en Cuba. Desde finales delsiglo XIX se destac la lucha del ya mencionado JuanGualberto Gmez; pero su idea de que la solucin estabaen la instruccin, no era la nica. Martn Mora Delgado,destacado intelectual del siglo XIX, quien por su posterioractitud pasara a ocupar un lugar no muy venerado en nues-tra historia, crea que las sociedades negras, a pesar desus buenos propsitos, seccionaban al negro de la socie-dad; y este tena que ser aceptado en todas las esferas dela vida social, poltica y econmica.

    Otra corriente ms extremista, representada porPedro Ivonet y Evaristo Estenoz ambos veteranos dela guerra exiga sus demandas de forma ms enrgica.

    26 Miguel Barnet: ob. cit., p. 156.

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    Ellos estaban dispuestos a usar la violencia si era necesa-ria, y, ms tarde, fueron los protagonistas de la subleva-cin de los Independientes de Color.

    Algunos desesperados se afiliaron al Partido Liberalpor considerarlo ms democrtico que el Conservador.Por esta poca, el problema racial no fue un elementoimportante en el incipiente movimiento obrero, pues estean no tena la conciencia poltica necesaria para la luchacontra el capitalismo y mucho menos para comprenderque el conflicto racial se derivaba del problema de clases.

    Los partidos Liberal y Conservador asumieron unaposicin que iba desde la indiferencia hasta la negacindel problema: no solo se abstenan de hacer algo en be-neficio de los negros, sino que condenaban todo intentode mejorarles a estos su penosa situacin, calificndolode racista entonces: de comunista despus.27

    Ms tarde, para ganar votos de la poblacin negra,otra fue la estrategia a seguir. Algunos de los represen-tantes de estos partidos, en su accin politiquera, donabandinero a las sociedades negras donde la actividad funda-mental era solo la diversin, cuando realmente lo que leshaca falta era trabajo, educacin y el respeto de sus de-rechos ciudadanos. Por eso los mismos negros decidieronacometer su autodefensa. Algunos crearon gremios inte-grados solo por negros, otros fundaron un partido propioque, aunque no persegua tomar el poder poltico sino re-solver la situacin de su raza, dio pie al desencadenamientode una batalla racial con fuertes implicaciones polticas: laAsociacin de los Independientes de Color, organizada porEstenoz e Ivonet. Este movimiento, fundado el 7 de agos-to de 1908, fue el ms importante acontecimiento prota-

    27 Juan Ren Betancourt: Preludios de libertad; la tragedia del negroy la tctica del Partido Economista, Editorial P. Fernndez y Ca.,La Habana, 1951, p. 9.

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    gonizado por una minora social en este tiempo. Su crueldesenlace es ejemplo ilustrativo del grado de marginaciny desconsideracin, por parte del gobierno y la sociedadrespaldada por los Estados Unidos hacia la pobla-cin negra. Es necesario no pasar por alto los hechos quede este movimiento se derivaron.

    El Partido o Movimiento de los Independientes deColor no pretenda tomar el poder poltico, ni siquiera eraun rgano etnocntrico desde su plataforma programtica.Esta ltima inclua demandas en defensa de los obreros ycampesinos; pretenda desarrollar las relaciones cordia-les entre todos y preservar principalmente la nacionalidadcubana. Abogaba por la educacin gratuita y obligatoria,incluida la universitaria; reclamaba la jornada de ocho horasy la reparticin de las tierras del Estado entre los pobres.

    En 1912, con vista a las elecciones, queda aprobadauna enmienda que no consideraba como partido poltico ogrupo independiente a ninguna agrupacin integrada porindividuos de una sola raza o clase social. Esta enmiendafue propuesta por Martn Mora Delgado en 1910, y con-dujo a que los lderes del movimiento rehusaran a cederen su lucha y expresaran que llevaran las cosas hasta lasltimas consecuencias. El ambiente creado fue caldo decultivo para que los racistas recrudecieran an ms suodio hacia los negros. Dentro de ellos figuraron el PartidoConservador y la prensa norteamericana, quienes se lan-zaron a una campaa de provocacin, revitalizaron nue-vamente la vieja amenaza del peligro negro y de unarepblica gobernada por estos. As, el 20 de mayo de 1912se inicia una sangrienta lucha en Oriente despus de laamenaza de Evaristo Estenoz de secuestrar al goberna-dor Manduley para presionar al gobierno. Aunque al finalno se efectu el secuestro, fueron enviadas tropas paraaplastar la sublevacin. El gobierno norteamericano envi

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    armas para reforzar el ejrcito y crear milicias paramilitarescon el pretexto de defender sus propiedades en Cuba.

    En Oriente, se incorporaron a la lucha cientos deveteranos y obreros negros. En las zonas sublevadas sellev a cabo una desenfrenada matanza, an despus dela rendicin de los sublevados; y mucha gente inocentefue acusada de participar en la conspiracin. Una ola deracismo sacudi toda la Isla. Se comenzaron a tejer fal-sas historias de mujeres y nios violados por los negrosalzados y el Diario de la Marina inici una campaacontra los insurrectos y contra los negros en general. Mu-chos prisioneros fueron asesinados a machetazos, e igual-mente los lderes del movimiento fueron ultimados y suscadveres mancillados. Se desencaden una persecucincontra personas negras que no tenan que ver con la su-blevacin y se cometieron actos vandlicos instigados porlos racistas.28

    En el momento de estos acontecimientos, en Cubase vena acrecentando la inmigracin de braceros anti-llanos. Esta era estimulada por las empresas azucarerasyanquis de Oriente, con el fin de asegurar la fuerza detrabajo. A la par, la burguesa nacional retoma el proble-ma de la mezcla de razas, con la consigna de blanquearpara evitar la preponderancia de la poblacin negra so-bre la blanca. Se manejaron en contra de los negrosfabulaciones e historias mal intencionadas sobre su reli-gin y costumbres (la prensa se dedic a publicar histo-rias, artificialmente construidas, de nios secuestrados yasesinados para ser tributo de rituales a dioses africa-nos). Ya desde el siglo XIX se publicaban memorias, he-chos y descripciones hericas del hombre blanco en tierrasafricanas, las cuales eran vistas como salvajes. Se publi-

    28 Pedro Serviat: ob. cit.

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    caron libros con esta temtica en Cuba y en todo el mun-do, reforzando as el sentimiento de que el negro erainferior.

    Desde 1929 hasta 1933, Cuba sufre los efectos dela crisis econmica capitalista mundial, una de las mscruentas del presente siglo. Esta repercuti en la socie-dad cubana, y, por supuesto, las ms perjudicadas fueronlas capas humildes, entre ellos, los negros. El desempleoy otros males sociales afectaron al sector negro, causan-do mucho ms estragos por la posicin en la que desdeantes se encontraban. Proliferaron an ms los barriosmarginales y las casas de vecindad, a la vez que crecie-ron los alquileres y el deterioro de las viviendas. A losnegros, que en su mayora habitaban estos recintos, lesiba quedando menos posibilidades econmicas, pues soloen el alquiler se le iba la mayor parte del salario, que depor s era bastante miserable.

    En la dcada del 30, el partido comunista y el mo-vimiento sindical asumen el problema negro dentro desu lucha. Esta llega a constituir uno de los objetivos desu programa, aunque su enfoque no siempre fue acerta-do. Pasa a la historia como un error terico y prcticode importancia, la llamada Franja Negra de Oriente, pro-puesta por el Partido Comunista de la poca. Esta con-sista en crear un Estado independiente separado delEstado cubanoen toda la franja oriental, donde la po-blacin era mayoritariamente negra. Se pensaba que alcrear una nacin homognea racialmente, los negros notendran que sufrir el flagelo de la discriminacin racial.Afortunadamente, se rectific y se reconoci lo inade-cuado de estas ideas; pues independientemente de lasdiferencias regionales, la condicin de cubano nos hacecompartir caractersticas, cultura y lenguaje.

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    La Constitucin de 1940 signific algunos logros; peroestos carecieron de autoridad en la realidad, pues el con-greso no aprob legislaciones complementarias que con-virtieran en un hecho lo que propugnaba la Constitucin.No obstante la Federacin Nacional de Sociedades Ne-gras (fundada en 1938) logra que se apruebe una legisla-cin que sancionara la discriminacin racial en el trabajoy otras esferas de la vida cultural y social. El proceso deradicalizacin iniciado por esta ley fue mal visto por losgobiernos de turno de Ramn Grau San Martn primero yde Carlos Pro despus, quienes infiltraron agentesdisociadores en la federacin, para evitar su propsito.Esto trajo contradicciones entre negros y mulatos, y entrenegros pequeoburgueses y obreros. No falt nuevamen-te la participacin norteamericana que se caraceteriz pordesatar campaas diversionistas. Estas propiciaban el abur-guesamiento de algunos grupos negros, se les brindabaexcursiones al extranjero y se les mostraba una falsa rea-lidad acerca de cmo viva y acerca de la imagen del ne-gro norteamericano.

    Durante la fase final de la seudorrepblica, protago-nizada por la dictadura batistiana, el problema negro llegal punto extremo. El negro fue excluido de la administra-cin pblica, de los organismos estatales y autnomos ydel alto mando de las fuerzas armadas. La situacin de lavivienda se agrav notablemente, y los ms afectados fue-ron los negros y mulatos, por ser la poblacin mayoritariaen solares, barrios indigentes, pueblos y centralesazucareros.29

    A partir de la situacin social en la que vivi elnegro desde su introduccin en la Isla descrita, se pue-de apreciar la recurrencia de diversos fenmenos en eldevenir histrico, que generaron y agudizaron los pro-

    29 Pedro Serviat: ob cit.

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    blemas para este sector de la poblacin. Parafraseandoa Carlos Marx, podemos decir que es el capitalismo elnico responsable del racismo. Mediante l, se fomen-ta la divisin interna de la clase obrera, la nica capazde modificar su situacin y saldar las contradiccionesque el sistema genera, ya que como clase no tiene nadaque perder; por eso la solucin se encontraba en elcambio radical, la sustitucin del sistema de produccincapitalista.

    Con el triunfo de la Revolucin y el establecimientode un sistema de produccin socialista, Cuba transfor-ma la estructura social y las relaciones de produccinque engendraron la discriminacin por el color de lapiel. Desde el comienzo se inicia una profunda labor dereivindicacin del negro y las dems capas humildesdel pueblo. Tanto Fidel como el Che realizan importan-tes intervenciones a favor de la integracin nacional yse toman medidas precisas en este sentido. En esteperodo se estimula el estudio de temas negros, comola religiosidad, la msica folklrica afrocubana y otrosaspectos otrora desconocidos y desdeados por las ca-pas pudientes. Se valoriza y potencia el rescate de nues-tra cultura, la cual es resultado de una fusin de culturasdonde el legado negro tiene gran espacio e influencia.

    Fernando Ortiz es uno de los intelectuales que mscontribuy al desprejuicio en relacin con la cultura tra-da por los negros africanos. En su artculo La expre-sividad musical y oral de los negros africanos, seala:El estudio objetivo, cientfico y artstico, de la msicaafrocubana requiere ante todo limpieza completa de pre-juicios, as de los racismos misonegristas como de losrutinarismos acadmicos y de los vulgares, que anublanlas mentes. Y hasta de los fciles moralistas, ingenuoso hipocritones, para quienes toda msica de negros es

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    un barullo cacofnico para ocasin de impudicia yrelajo.30

    Las medidas revolucionarias con las que se derri-baron las barreras raciales fueron, entre otras, la nacio-nalizacin de las escuelas privadas, la campaa dealfabetizacin y la campaa por alcanzar el sexto grado;en otro orden, la creacin de crculos infantiles y la aper-tura de escuelas para estudiar secretariado, en las que sepriorizaron a las antiguas domsticas, quienes en sumayora eran negras. Asimismo, se ofrecieron oportuni-dades de superacin tanto a negros, como a blancos ymestizos; se nacionalizaron las playas, los centros de-portivos y recreativos; se entregaron viviendas en zonasresidenciales, antao exclusivas de la burguesa blanca ,a familias de todas las razas; y, como expresin ms aca-bada de igualdad, se reconoci en la Constitucin de 1976,el derecho de todos a la plena igualdad sin distincin desexo o raza. Es decir, desde sus inicios, la Revolucinencamin sus medidas en favor de elevar el nivel de socia-lizacin de los grupos sociales en desventaja, entre elloslos negros. Es por ello que las normas legales del Estadose orientaron a todas las esferas de la vida social y poltica.

    Todos estos cambios conllevaron, a lo largo detodo el proceso revolucionario, a aumentar la estimadel negro. Comenzaron a acceder cada vez ms a lasuniversidades y a desempear responsabilidades deimportancia; adems, se inici una poltica de promover acargos de direccin a negros y mestizos, al igual que amujeres. Sin embargo, a nuestro juicio, el tiempo trans-currido no ha sido an suficiente para un cambio radi-

    30 Fernando Ortiz: La expresividad musical y oral de los negrosafricanos, en rbita de Fernando Ortiz, Editorial Unin, La Ha-bana, 1973, p. 216.

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    calmente profundo de la imagen del negro; no solo laque este tiene de s mismo, sino la que concierne a lapoblacin no negra en general. No se pueden olvidarlos cientos de aos en que la poblacin negra estuvosumida en la marginacin y el desprecio; los prejuiciosy estereotipos a que esto condujo subsisten en mayor omenor medida, y de ellos es tambin portador este gruposocial.

    Actualmente, en las condiciones que enfrenta la so-ciedad cubana, en la cual ha habido una transformacinde los valores y la subjetividad en general producida porel impacto de la crisis socioeconmica, se vienen presen-ciando actitudes que parecan superadas. As, a nivel delpensamiento cotidiano, se producen opiniones acerca delmodo de acceso a determinados puestos en el sector emer-gente, que son de elevado prestigio y reconocimiento so-cial o garantizan un buen nivel y condiciones de vida. Semaneja que el color de la piel puede vetar el arribo a estospuestos de trabajo. Estas son solo opiniones, no sustenta-das en normas institucionales ni estudios empricos; perointegran parte de las ideas expresadas por algunos miem-bros de la poblacin.

    Por otra parte, contina siendo mayoritaria la po-blacin negra que vive en los barrios insalubres, los cua-les tienen una fuerte tradicin histrica desde tiemposcoloniales. En ellos el estilo de vida y comportamientosocial de sus moradores esta fuertemente influido porlas condiciones anteriores de existencia, que propiciaronla transmisin de patrones culturales, raciales y socialeslegados de generacin en generacin a travs de la fa-milia; o sea la llamada endoculturacin a la que hici-mos referencia anteriormente.

    A lo anterior se suma un manejo inapropiado por par-te de los medios de difusin, principalmente la televisin, en

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    que la imagen del negro difundida coincide muchas vecescon roles negativos, como delincuente, hazmerrer o en pa-peles secundarios. Con frecuencia los patrones estticosque se realzan son los importados de Occidente, que enocasiones distan de la esencia del cubano.

    Este estado de cosas propicia que an en la actuali-dad la imagen del negro no sea del todo favorable. Diver-sos estudios muestran que, a pesar del tiempo, se sostieneuna autoimagen portadora de rasgos desfavorecedores,aun cuando este grupo dej de ser en Cuba una minorasocial.

    Segn Henri Tajfel, gran estudioso de los grupossociales y las identidades, los rasgos con los que un grupose identifica parten, no solo de su propia creacin sinotambin de la que el exogrupo le atribuye, y es esto preci-samente lo que parece estar ocurriendo en nuestra reali-dad. Por ello, pretendemos incursionar en la representacinsocial que el negro tiene de s mismo y constatar as lascaractersticas que el grupo se adjudica como expresinharto acabada del conocimiento social construido por ungrupo social, que rebasa los marcos de juicios, prejuicios,estereotipos o creencias. Este estudio arrojar resultadosque pueden constituir un medio de aproximacin al hist-ricamente llamado problema negro. Es necesario conti-nuar polemizando al respecto y, sobre todo, investigar desdeuna posicin objetiva, consciente y cientfica sobre estetema, defendiendo la idea de ser parte de una sociedadmezclada y fundida desde el punto de vista cultural y ra-cial, no solo por la idea reflejada en la frase popular queversa: aqu el que no tiene de congo tiene de carabal,sino porque somos protagonistas de esa cultura mezcladay ya, desde hace mucho, genuinamente cubana; y comocubanos, ante todo, nos debemos asumir ante nuestrosojos y frente al mundo tal como somos.

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    Las representaciones sociales. Una teora delconocimiento social

    La historia de la teora de las representaciones sociales seremonta a principios de la dcada del 60, cuando SergeMoscovici saca a la luz, como tesis doctoral, la obra Lapychanalyse son imge et son public. En ella se concen-traban largos aos de investigacin y construccin terica.En sus inicios no fue muy aceptada, dada la tradicin te-rica que en aquellos momentos primaba en la psicologasocial. Respecto a esto, Toms Ibez seala la influenciadel conductismo paradigma dominante en la psicolo-ga como una de las barreras con que se encontr lanaciente teora. El sicologismo existente, que circunscribala disciplina al estudio de los procesos individuales, conce-ba el estudio de la significacin social de los objetos socia-les como algo aadido y privativo de reas ms sociolgicas.

    Por otra parte, en los Estados Unidos se estimabanlos estudios europeos especficamente franceses, es-peculativos y verbalistas y, por ltimo, se consider quelas representaciones sociales no eran ms que unareformulacin de las teoras de actitudes; pues muchossiclogos utilizaban sus conocimientos de actitudes paraaproximarse a la representacin social.1

    2. Teorizacin

    1 Toms Ibez: Ideologa de la vida cotidiana, Editorial Sendai,Barcelona, 1988.

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    Justo en la poca en que Moscovici propone suteora, el mundo acadmico europeo revitalizaba las ideasde Durkheim. Este, en 1898, defini las representacio-nes colectivas como producciones mentales colectivasque van ms all de los individuos particulares y queforman parte del acervo cultural de una sociedad (...), ysobre estas representaciones se forman las representa-ciones individuales, que no son ms que su expresinparticularizada segn las caractersticas concretas delsujeto.2 De la mano de estas ideas comenzaron a sur-gir importantes trabajos sobre el origen y naturaleza delpensamiento social. As, Moscovici da cuerpo al con-cepto de representacin social y elabora su propuestaterica.

    A mediados de la dcada del 80, la teora comienzaa ganar adeptos, y en el mundo acadmico se torna cre-ciente el nmero de estudios sicosociales que pretendendar cuenta de las representaciones sociales sobre dife-rentes objetos y fenmenos sociales.

    Aproximaciones conceptuales

    Muchas han sido las formas de analizar y concebir lasrepresentaciones sociales. El propio Moscovici reelaborael concepto ms de una vez y reconoce que una de lascaractersticas de su teora es la ambigedad que presen-ta el concepto y la controversia que ello genera. En 1961propone lo que concibi como Sistema de valores, nocio-nes y prcticas que proporciona a los individuos los me-dios para orientarse en el contexto social y material, paradominarlo(...) un corpus organizado de conocimientos yuna de las actividades squicas gracias a las cuales loshombres hacen inteligible la realidad fsica y social, se

    2 Ibdem.

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    integran en un o en una relacin cotidiana de intercam-bios, liberan los poderes de su imaginacin...3

    En 1976 escribe: constituyen una organizacin psi-colgica, una forma de conocimiento que es especfica denuestra sociedad y que no es reductible a ninguna otraforma de conocimiento;4 y en 1979 define las represen-taciones sociales como Constructos cognitivos compar-tidos en la interaccin social cotidiana que proveen a losindividuos de un entendimiento de sentido comn de susexperiencias en el mundo. Son un set de conceptos, afir-maciones y explicaciones que se originan en la vida diariaen el curso de las comunicaciones interindividuales y cum-plen, en nuestra sociedad, la funcin de los mitos y siste-mas de creencias en las sociedades tradicionales; puededecirse tambin que son la versin contempornea delsentido comn.5

    En estas definiciones se destaca que las represen-taciones sociales son un conocimiento constituido por uni-dades de conocimientos que, integradas, sirven comoherramientas para la comprensin del contexto material ysocial; y que a la vez parte de este (de la sociedad enparticular).

    Denise Jodelet enfatiza en el carcter funcional delas representaciones sociales, ya que se orientan haciala prctica, y constituyen orientaciones para la actua-cin. Adems de esto, se remite al condicionamientosocial de las representaciones sociales y a la comunica-cin social como vehculo para su formacin. Por lti-mo, las considera como un conocimiento espontneo, de

    3 Giselle Guerra y Zarahy Trejo: El SIDA en Cuba. Aproximacionesdesde la teora de las representaciones sociales, Universidad de LaHabana, 1996 (indito).

    4 Toms Ibaez: ob. cit.5 Ibdem.

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    sentido comn. Tales matices son expresados en la defi-nicin siguiente: Es el conocimiento espontneo, inge-nuo, que se constituye a partir de experiencias y de lasinformaciones, conocimientos y modelos de pensamien-to que recibimos y transmitimos mediante la tradicin, laeducacin y la comunicacin social. Este conocimientosocialmente elaborado y compartido es tambin un co-nocimiento prctico, pues orienta nuestra conducta, nospermite dominar el entorno, da sentido a actos y fen-menos que acaban por sernos habituales. Las represen-taciones sociales participan en la construccin social dela realidad.6

    Los elementos ms importantes de estas aproxima-ciones conceptuales pueden resumirse en las afirmacio-nes siguientes acerca de las representaciones sociales.

    Son una forma de interpretacin de los hechoscotidianos, una va ms para captar el mundoconcreto.

    Son sustentadas por sentido comn, constituidoa partir de la experiencia, de las informacionesy modelos de pensamiento recibidos y transmi-tidos a travs de la tradicin, la educacin y lacomunicacin social.

    Constituyen una estructura sicolgica integradapor valores, actitudes, nociones, comportamien-tos y estereotipos, que son su forma de expre-sin y que se encuentran organizados de manerasistmica.

    Estn influidas por la pertenencia de los sujetosa determinados grupos y surgen ante la necesi-dad de explicacin de los sucesos de la vidacotidiana.

    6 Giselle Guerra y Zarahy Trejo: ob. cit.

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    Acerca de las funciones de las representacionessociales

    La literatura especializada define determinado nmero defunciones importantes de la representacin social.

    Son importantes en la comunicacin social, yaque exigen un cdigo comn a compartir; es de-cir, un mismo trasfondo de representaciones.

    Desempean el papel de interpretar y reconstruirla realidad social y permiten explicar la misma.

    Contribuyen a orientar los comportamientos y lasrelaciones sociales, ya que actan como varia-bles independientes que afectan simultneamentelos estmulos y las respuestas, por eso justificany guan las acciones.

    Son importantes en la conformacin de identida-des personales y sociales, si se entiende que res-ponden a una cultura y a una parte de la identidaddel grupo que la posee.

    Designan sistemas de creencias, la mayora de lasveces caractersticos de lo que se denominasubculturas al interior de una sociedad. SegnDenise Jodelet: Su particularidad consiste en inte-grar, en el anlisis de estos procesos, la pertenenciay la participacin social y cultural del sujeto;7 portanto, las personas califican los objetos sociales deacuerdo con formas y contenidos de las normassociales del contexto en que se socializan.

    Son generadoras de postura, al estar compues-tas por elementos valorativos que determinan laconducta.

    7 Adriana Ballesteros: Mujer y SIDA: un estudio desde la represen-tacin social, Universidad de La Habana, 1996 (indito).

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    Permiten la produccin de conocimiento en losgrupos, al tener lugar en el plano intragrupal, don-de vienen a constituir un sistema de pensamien-to compartido por los miembros del grupo y enun plano intergrupal, que estar mediatizado porlas representaciones que los grupos tienen entres.

    Otra funcin que resulta significativa, dado el objetode representacin de esta tesis, es la referida por DaroPez (1992). En ella se afirma que las representacionessociales justifican, explican y dan cuenta de una realidadsicosocial muchas veces conflictiva, en el sentido de es-tar en contradiccin de forma ms o menos explcita convalores ideolgicos propugnados en una sociedad. Lacuestin del racismo y los sistemas de creencias, prejui-cios y estereotipos que lo acompaan pueden ser com-partidos por determinados grupos, conformar susrepresentaciones sociales sobre el negro, influyendo so-bre los comportamientos cotidianos, con relativa indepen-dencia de la ideologa y sistema de valores que propugnael proyecto social.

    Fuentes de las representaciones sociales

    Las fuentes de determinacin de las representacionessociales se encuentran de modo general en las condicio-nes econmicas, sociales e histricas que caracterizan unasociedad, y en su sistema de valores y creencias. DeniseJodelet hace referencia a dos condicionantes especficas:1. La determinacin social central (se refiere precisamentea las condiciones socioeconmicas o histricas en unasociedad, las cuales influyen en las representaciones so-ciales en cuanto a su extensin, evolucin e interaccin);y 2. La determinacin social lateral (referida a la influen-

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    cia que ejerce el grupo en el condicionamiento de la repre-sentacin social en que el sujeto individual tambin dejasu impronta).

    La comunicacin social, en especial, los medios dedifusin, cumplen una funsin esencial en la formacin delas representaciones sociales. Tienen una fuerte influen-cia, ya que transmiten valores, creencias, conocimientosy modelos de comportamiento. Por otra parte, estn lasconversaciones cotidianas. Ellas intervienen en la cons-truccin de representaciones sociales diferenciadas, yaque los sujetos, como miembros de distintos grupos, estnsometidos a contextos conversacionales tambin diferen-tes. Ello se halla en estrecha relacin con las experien-cias personales que se establecen en relacin con el objetode la representacin, las cuales varan en el individuo, perosiempre en funcin del grupo de pertenencia y su ubica-cin en la sociedad.8

    Serge Moscovici, por su parte, seala los factoresde emergencia de las representaciones sociales:

    La dispersin de la informacin, que no es msque la dependencia que posee la representacinde las inserciones sociales ya referidas porJodelet e Ibez.

    La focalizacin, dirigida a destacar la calidaddel juicio y la comunicacin en dependencia delos aspectos de inters para el grupo o elindividuo.

    La presin de la inferencia. Segn Moscovici,en la medida en que un objeto es relevante den-tro de un grupo social, los miembros de un grupoejercern presin sobre los dems para que seexpresen y asuman una posicin frente al objetoen cuestin.

    8 ob. cit

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    A partir de lo que estos autores manifiestan, se per-cibe la importancia del contexto en la formacin de lasrepresentaciones sociales, en el marco sociohistricogeneral, donde se incluyen las condiciones econmicas, ellugar del grupo que construye la representacin, en la es-tructura socioclasista, y el propio medio que ayuda amantener el sistema social, en el cual los medios de difu-sin y las conversaciones que son expresin de lascondicionantes anteriores ejercen gran influencia. Todoesto fundamenta el por qu en esta investigacin se ten-dr en cuenta diferentes grupos de la estructurasocioclasista cubana actual.

    Los autores Wolfgang Wagner y Francisco Eleja-barrieta, en el texto Sicologa social, de 1994, dedicanun importante espacio a la morfognesis de las represen-taciones sociales. All aparecen definidas las condicionespara que esta gnesis tenga lugar. Segn ellos, para quesurja una representacin respecto a algn objeto o fen-meno es necesaria la heterogeneidad de puntos de vistadel problema en cuestin; esto est dado por la existenciade grupos heterodoxos; ejemplo ilustrativo de estos gru-pos son las sociedades industriales. El discurso debe faci-litar la comunicacin, pues sobre ella se apoya la divergenciade criterios a travs del debate para hacer inteligible elobjeto social en cuestin. Segn Toms Ibez, las repre-sentaciones que se construyen sobre un objeto o fenme-no son sociales, por la naturaleza de sus condiciones deproduccin, por los efectos que engendra y por la dinmi-ca de su funcionamiento.

    Debe existir, adems, una necesidad prctica, la cualla mayora de las veces es una modificacin en las condi-ciones de vida de la sociedad, que ocasiona reelaboracionesy cambios en las concepciones de los objetos sociales; enotras palabras, es en los grupos reflexivos donde es posi-

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    ble elaborar el conocimiento consensual respecto a unobjeto social, apoyado en el debate y la comunicacin encondiciones que obliguen a ese grupo a la reelaboracin yconstruccin de un conocimiento, el cual puede derivaren una representacin social.

    Las representaciones sociales no se relacionan di-rectamente con el mundo, sino con las evidencias disponi-bles; por esto son imgenes parcializadas de la realidad.Esa evidencia no es ms que el consenso social, o sea,creencias compartidas por los otros en un grupo.9

    Segn Willem Doise y Serge Moscovici,10 el proce-so de construccin de una representacin social ms queaproximar los puntos de vista, ayuda a formar lazos so-ciales o los refuerza, y produce un efecto de masa a tra-vs de la red de los grupos donde se reproducen los lazosde la sociedad en un proceso de discusin, recreaciny creacin mediante una accin comn. Este procesode construccin esclarece e integra a un nivel superior lasdiferencias entre los distintos puntos de vista, y los trans-forma en opiniones y preferencias sociales. Trae a la su-perficie el conjunto de categoras, juicios, jerarqua devalores y conocimientos individuales de los cuales uno creaser nico poseedor.

    Tendencias en torno al objeto de estudio de lasrepresentaciones sociales

    El estudio de las representaciones sociales se ha investi-gado en tres reas del conocimiento social: 1. Las repre-

    9 Wolfgang Wagner y Francisco Elejabarrieta: Las representacionessociales, en F. Morales, et. al.: Sicologa social, McGraw-Hill-Interamericana de Espaa S. A., 1994.

    10 Dissensoes e consenso una teora geral das disecoes colectivas,Editorial Libros Horizonte, Brasil, 1991.

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    sentaciones sociales de objetos, ideas y teoras cientficas,o conocimiento cientfico vulgarizado, de utilidad para lavida cotidiana. 2. La representacin social de la imagencultural (elementos mticos, mgicos o grandes cuestionesrelevantes para distintos grupos en una sociedad). 3. Lasrepresentaciones de condiciones y fenmenos sociales ypolticos, relevantes para distintos grupos y contextos muyconcretos. A estos tres campos se les conoce como Latopografa de la mente moderna.

    El conocimiento cientfico vulgarizado, o cono-cimiento popular, se usa como fuente de justificacinsecundaria de convicciones ideolgicas previas y sirve deexplicacin metafsica de los hechos sociales, a la vez quelos describe y les da significacin. Por otra parte, ofreceuna comprensin cotidiana de las razones subyacentes in-tegrada en sistemas morales preexistentes. Esta formade conocimiento est divorciada de la cientfica original,es una desviacin mitologizada de esta. Mientras que elconocimiento cientfico se dedica a formular la causalidadde los fenmenos, y a encontrar la esencia de estos. Laciencia popular se convierte en parte del orden moral, sedice que acta como autoridad en los tiempos modernos,sustituyendo a la de los ancianos y a la Iglesia en civiliza-ciones antiguas.11

    Las representaciones sociales como objetos social-mente construidos (o imagen cultural) abordan el estudiode los objetos sociales con una larga historia, por ejemplola mujer, el cuerpo humano, la enfermedad. Este tipo derepresentaciones hace inteligible el mundo a los miem-bros de grupos sociales y culturales, les proporciona laimpresin de pertenecer a culturas y comunidades espe-cficas. Segn Wagner y Elejabarrieta, delimita los obje-

    11 Wolfgang Wagner y Francisco Elejabarrieta: ob. cit.

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    tos y entidades, adems de estructurar sus caractersticasy fijar su significado en los contextos sociales.

    Por ltimo, el estudio de las representaciones socia-les en el campo de las condiciones sociales y polticas serefiere a aquellas representaciones polmicas que tienenuna breve significacin social si se comparan con las cul-turales. Su validez tambin es restringida en cuanto al ta-mao de las poblaciones a las que se refiere. Estas sonmenos estables, son producto de un proceso evolutivo depersonas, grupos y fenmenos sociales y son la base dela identidad social, pues el conocimiento colectivo sobrelas condiciones polticas, la estructura social y los conoci-mientos histricos gua el pensamiento y la actuacin se-lectivas de los grupos sociales.

    Estructura, mecanismos y contenidos de la repre-sentacin social

    Distintos autores han convenido en identificar como es-tructuras de las representaciones sociales, las siguientes:

    La informacin. Este elemento lo constituyenlos conocimientos que se poseen sobre el objeto.Remite tanto a cantidad como a calidad y fuen-tes, es variable en dependencia del objeto y lacercana que se tenga con l. El hecho de cono-cer la calidad, cantidad y procedencia de la in-formacin es un dato importante para abordar elestudio de la representacin social como proce-so. Ello implica estudiar las condiciones que laengendran y la forma en que se estructura se-gn las diferentes inserciones sociales.

    El campo de representacin. Remite a la ideade modelo; incluye elementos perifricos y cen-trales. Los aspectos especficos del objeto que

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    lo conceptualizan estn organizados y jerarqui-zados, constituyen los elementos perifricos.Segn J. C. Abric, estos elementos, adems deproteger la estabilidad del ncleo central12 tie-nen funciones adaptativas, el sistema perifricoes mucho ms sensible al contexto que al ncleocentral, conduce a la adaptacin de grupos e in-dividuos a situaciones especficas y permite in-tegrar las experiencias individuales; de este modose comprende las variaciones individuales de lasrepresentaciones.13 Abric le llama elementosperifricos y explica que, adems de protegerla estabilidad del ncleo central, tiene funcionesadaptativas. El sistema perifrico es mucho mssensible al contexto que el ncleo central, con-duce a la adaptacin de grupos e individuos asituaciones especficas y permite integrar lasexperiencias individuales; de este modo se com-prende las variaciones individuales de las repre-sentaciones.14

    Por su parte los elementos y esquemas figurati-vos principales configuran el ncleo central. ParaSerge Moscovici este sera un conjunto de im-genes con forma grfica y coherente que encierrala esencia del concepto, nos permite comprenderlas cosas de forma ms sencilla y a travs de suuso se convierte en un hecho natural. Para Abric,desempea un papel estructurante del resto delos contenidos y dota a la representacin de esta-bilidad y permanencia. Segn el autor, el ncleo

    12 Ncleo central. Estructura ms estable en el tiempo y de mayorconsenso de la representacin social.

    13 Wolfgang Wagner y Francisco Elejabarrieta: ob. cit.14 Ibdem.

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    tiene dos funciones, una generadora, a travs dela cual los dems elementos de la representacinadquieren o transforman su significado, y unaorganizadora de las relaciones, que asocia los ele-mentos de la representacin. Este ncleo es laparte ms estable, coherente y rgida de la repre-sentacin, ya que est fuertemente anclado so-bre la memoria colectiva del grupo que lo elabora;adems, tiene una funcin de consenso y definela homogeneidad compartida por el grupo, esta-bleciendo un carcter normativo de las significa-ciones que comporta.

    La actitud. Es la disposicin ms o menos favo-rable que tiene una persona hacia el objeto. Per-mite descubrir una orientacin global en relacincon el objeto de la representacin social. Estadimensin es evaluativa, afectiva; articula el com-ponente afectivo de la representacin imprimin-dole mayor carcter dinmico a la categora. Larepresentacin social se dinamiza y orienta com-portamientos hacia el objeto, incluso cuando nose posee toda la informacin sobre l. La actitudimplica reaccin ante estmulos ya construidos,mientras que la representacin social acta simul-tneamente sobre el estmulo y sobre la respues-ta, construyendo el estmulo y determinando larespuesta. Es la dimensin ms aprehensible adems de ser la primera que aparece desde elpunto de vista de la gnesis.

    En cuanto a los mecanismos o procesos de forma-cin de las representaciones sociales, existen dos procesosbsicos y generales que describen su funcionamiento ygeneracin. Ellos son: la objetivacin y el anclaje. Es-

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    tos procesos remiten a la transformacin de lo no familiaren familiar, de lo extrao en convencional.

    La objetivacin. Es el proceso mediante el cual sematerializa un conjunto de significados. Se establece unarelacin entre conceptos e imgenes. Reconstruye el ob-jeto entre lo que nos es familiar. Denise Jodelet explicaque este proceso es la primera fase en la formacin deuna representacin social. Mediante l se materializa elconocimiento en objetos concretos. Segn Daro Pez, sesubdivide a su vez en varias fases: primero se seleccio-nan los elementos del objeto social de la representacin yse retienen, luego se reorganizan libremente y se estruc-tura un modelo figurativo icnico simple.15

    Estas fases a que hace referencia Pez, la literatu-ra las recoge como seleccin y descontextualizacin, yformacin del esquema figurativo. No son ms que laseleccin de determinadas informaciones del objeto aobjetivar; luego se descontextualizan de la fuente o con-texto al que pertenecen y se generalizan. Posteriormente,el objeto abstracto se materializa en imagen, que es a loque Moscovici llama ncleo figurativo. A partir de aquse pasa al proceso de anclaje o insercin. Existe una ter-cera fase denominada naturalizacin, la cual propiciaque la transformacin del concepto en imagen pierda sucarcter simblico arbitrario para convertirse en una rea-lidad con existencia autnoma. Aqu las imgenes sustitu-yen la realidad; lo que percibimos no son ya informacionessobre el objeto, sino la imagen de forma natural. En otrasreferencias al respecto se habla de otra etapa en laobjetivacin, la personificacin, la cual es la ejemplifica-

    15 Daro Pez: Caractersticas, funciones y proceso de formacinde las representaciones sociales, en Pensamiento, individuo y so-ciedad. Cognicin y representacin social, Editorial Fundamen-tos, Madrid, 1987.

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    cin de determinada idea en una persona. Esto nos permi-te apoyar nuestros argumentos y proyectar la experienciay la significacin atribuidas a las personas sobre la ideaque tratamos de aprender.

    El Anclaje. Este es el proceso mediante el cual elsistema de conocimientos de la representacin social seancla en la propia realidad social, lo que origina la regula-cin de la interaccin grupal. El anclaje aparece comouna asignacin de sentido de la representacin, pues seconstituye una red de significados alrededor del esquemafigurativo. Este proceso la inserta y relaciona con otroselementos del universo simblico. La representacinobjetivada, naturalizada y anclada, es utilizada para inter-pretar, orientar y justificar los comportamientos.16 Elanclaje guarda relacin con las funciones de clasificar ynombrar. A travs de este proceso se incorpora lo extra-o a una red de significados mediante la insercin del ob-jeto de representacin en un marco de referencia conocidoy preexistente, el cual contiene representaciones socialesque actan como puntos de referencia o por medio de lainstrumentalizacin social del objeto representado, dondelas representaciones se convierten en sistemas de lectu-ras de la realidad social, que expresan y contribuyen aldesarrollo de valores sociales existentes.

    Hay autores que plantean un tercer mecanismo enla formacin de las representaciones sociales: el de lacomunicacin social e interpersonal que ocurre a lolargo de todo el proceso, vista como conversaciones eintercambios donde se transmiten valores y modelos deconducta. Segn Daro Pez, este es el vector de trans-misin del mismo lenguaje en que se desarrolla la repre-sentacin e influye en los aspectos estructurales y formalesdel pensamiento social.

    16 Ibdem, p. 315.

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    En lo que respecta al contenido, este se define a par-tir de las actitudes, informaciones, creencias y percepcio-nes de los sujetos ante el objeto. Estos elementos seorganizan segn las clases y grupos, en un contextosocieconmico determinado, a su vez influidos por fen-menos como las orientaciones ideolgicas y (o) religiosasen que se suscriben.

    Metodologa para el estudio de lasrepresentaciones sociales

    El estudio de las representaciones sociales se ha carac-terizado por las diferentes pticas con que se ha tratadoel fenmeno; una de ellas ha sido el fenmeno visto comoproceso, lo cual implica penetrar en sus mecanismos deproduccin (el hecho de centrar la atencin en los pro-cesos conduce a otorgar importancia a la cuestin de lainsercin social de los sujetos). Toms Ibez explicaque lo que se torna relevante desde esta perspectiva esla comparacin entre las representaciones que mantie-nen diferentes grupos sobre un mismo objeto social, yaque mediante estas comparaciones se pone de manifies-to la forma en que las varibles socioestructurales influ-yen en la construccin de la representacin social y, deeste modo, se conoce el tipo de dinmica social que estdeterminando que la representacin adquiera ciertas ca-ractersticas.17 Esto tiene que ver con lo que algunosestudiosos opinan sobre cmo debe enfocarse la repre-sentacin social. Para ellos el objetivo es descubrir loselementos que dan significacin al objeto representadoy cmo esa significacin se articula con la prctica coti-diana al interior de los grupos sociales.

    17 Toms Ibaez: ob. cit.

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    La otra perspectiva con que se ha abordado el fen-meno es la representacin vista como producto. Desdeesta visin no es necesario acudir a estudios comparati-vos, pues no descubre las dinmicas sociales que se reve-lan con el enfoque anterior. La pregunta que engendraeste enfoque es qu representacin social tiene tal o cualgrupo sobre un objeto social determinado. De esta formala investigacin se orienta hacia la descripcin esttica dedeterminados objetos socioculturales, lo cual tiene que vertambin con otra alternativa de estudio relacionada con laobjetivacin de imgenes compartidas. Esto es el anlisisde las argumentaciones y los contextos de argumentacinde esa objetivacin.

    Serge Moscovici propone tres niveles de estudio delas representaciones sociales, atendiendo a la importan-cia que la comunicacin tiene en su formacin. El primernivel es el de emergencia, y se argumenta sobre la basede la existencia de condiciones que afectan los aspectoscognitivos, como la dispersin y el decalage de la infor-macin, as como la focalizacin y la presin a la infe-rencia, lo cual evidencia la necesidad de la formacin dela representacin. El segundo nivel es la formacin derepresentaciones. Aqu aparecen los mecanismos ya vis-tos (objetivacin y anclaje) que dan cuenta de lainterrelacin entre la actividad cognitiva del sujeto y lascondiciones sociales en que se enmarca (aqu tambin seestudian los contenidos, significados y la utilidad de la in-formacin). El tercer n