reposicion de fluidos

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Medicine & Science in Sports & Exercise ® Volumen 28, Número 1 1996 Pronunciamiento El ejercicio y la reposición de fluidos Este pronunciamiento fue escrito para el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, por sus siglas en inglés), por Victor A. Convertino, Ph.D., FACSM (Director); Lawrence E. Armstrong, Ph.D., FACSM; Edward F. Coyle, Ph.D., FACSM; Gary W. Mack, Ph.D.; Michael N. Sawka, Ph.D., FACSM; Leo C. Senay, Jr., Ph.D., FACSM; y W. Michael Sherman, Ph.D., FACSM. Este documento fue traducido al español por el M.Sc. José Moncada (Escuela de Educación Física y Deportes, Universidad de Costa Rica) y la Lic. Ana Victoria Mora R. Se agradece la revisión de la traducción a Luis F. Aragón-Vargas, Ph.D., FACSM, y a R. Hernan Delmonte, MD, FACSM. RESUMEN Pronunciamiento del ACSM sobre el Ejercicio y la Reposición de Fluidos. Med. Sci. Sports Exerc., Vol. 28, No. 1, pp. i-vii, 1996. Es la posición del ACSM que la reposición adecuada de fluidos ayuda a mantener la hidratación y por lo tanto promueve la salud, la seguridad y el rendimiento físico óptimo de los individuos que participan en actividades físicas regulares. Esta declaración se basa en una revisión e interpretación completas de las publicaciones científicas relacionadas con la influencia de la reposición de fluidos en el rendimiento deportivo y el riesgo de una lesión por calor asociada con la deshidratación y la hipertermia. Con base en la evidencia disponible, el ACSM recomienda lo siguiente acerca de la cantidad y composición del fluido que debe ingerirse en la preparación, durante, y después del ejercicio o de la competencia atlética: 1) Se recomienda que los individuos consuman una dieta nutricional equilibrada y que beban fluidos adecuados durante las 24 h antes de un evento, en particular durante el período que incluye la comida antes del ejercicio para promover una hidratación apropiada antes del ejercicio o competencia. 2) Se recomienda que los individuos beban un aproximado de 500 ml (alrededor de 17 oz.) de fluido aproximadamente 2 hrs. antes del ejercicio para propiciar una hidratación adecuada y dejar tiempo para la excreción del agua ingerida en exceso. 3) Durante el ejercicio, los atletas deben empezar a beber temprano y a intervalos regulares con el fin de consumir los fluidos a una tasa que permita reponer toda el agua perdida por la sudoración (i.e., pérdida de peso corporal), o consumir la cantidad máxima tolerable. 4) Se recomienda que la temperatura de los fluidos que se ingieran sea menor que la temperatura ambiente [entre 15° y 22°C (59° y 72°F)] y que tengan sabor, para aumentar la palatabilidad y propiciar la reposición de fluidos. Los fluidos deben estar al alcance de los atletas, y servirse en recipientes que permitan que se ingieran volúmenes adecuados con facilidad y con la mínima interrupción del ejercicio. 5) Se recomienda agregar cantidades apropiadas de carbohidratos y/o electrolitos a las soluciones rehidratantes para los eventos deportivos cuya duración sea mayor de 1 h, ya que no dañan

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Page 1: Reposicion de Fluidos

Medicine & Science in Sports & Exercise®

Volumen 28, Número 11996Pronunciamiento

El ejercicio y la reposición de fluidos

Este pronunciamiento fue escrito para el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM, por sus siglas en inglés),por Victor A. Convertino, Ph.D., FACSM (Director); Lawrence E. Armstrong, Ph.D., FACSM; Edward F. Coyle,Ph.D., FACSM; Gary W. Mack, Ph.D.; Michael N. Sawka, Ph.D., FACSM; Leo C. Senay, Jr., Ph.D., FACSM; y W.Michael Sherman, Ph.D., FACSM.

Este documento fue traducido al español por el M.Sc. José Moncada (Escuela de Educación Física yDeportes, Universidad de Costa Rica) y la Lic. Ana Victoria Mora R. Se agradece la revisión de latraducción a Luis F. Aragón-Vargas, Ph.D., FACSM, y a R. Hernan Delmonte, MD, FACSM.

RESUMEN

Pronunciamiento del ACSM sobre el Ejercicio y la Reposición de Fluidos. Med. Sci. Sports Exerc.,Vol. 28, No. 1, pp. i-vii, 1996. Es la posición del ACSM que la reposición adecuada de fluidosayuda a mantener la hidratación y por lo tanto promueve la salud, la seguridad y el rendimientofísico óptimo de los individuos que participan en actividades físicas regulares. Esta declaración sebasa en una revisión e interpretación completas de las publicaciones científicas relacionadas con lainfluencia de la reposición de fluidos en el rendimiento deportivo y el riesgo de una lesión por calorasociada con la deshidratación y la hipertermia. Con base en la evidencia disponible, el ACSMrecomienda lo siguiente acerca de la cantidad y composición del fluido que debe ingerirse en lapreparación, durante, y después del ejercicio o de la competencia atlética:

1) Se recomienda que los individuos consuman una dieta nutricional equilibrada y que bebanfluidos adecuados durante las 24 h antes de un evento, en particular durante el período que incluyela comida antes del ejercicio para promover una hidratación apropiada antes del ejercicio ocompetencia.

2) Se recomienda que los individuos beban un aproximado de 500 ml (alrededor de 17 oz.) de fluidoaproximadamente 2 hrs. antes del ejercicio para propiciar una hidratación adecuada y dejar tiempopara la excreción del agua ingerida en exceso.

3) Durante el ejercicio, los atletas deben empezar a beber temprano y a intervalos regulares con elfin de consumir los fluidos a una tasa que permita reponer toda el agua perdida por la sudoración(i.e., pérdida de peso corporal), o consumir la cantidad máxima tolerable.

4) Se recomienda que la temperatura de los fluidos que se ingieran sea menor que la temperaturaambiente [entre 15° y 22°C (59° y 72°F)] y que tengan sabor, para aumentar la palatabilidad ypropiciar la reposición de fluidos. Los fluidos deben estar al alcance de los atletas, y servirse enrecipientes que permitan que se ingieran volúmenes adecuados con facilidad y con la mínimainterrupción del ejercicio.

5) Se recomienda agregar cantidades apropiadas de carbohidratos y/o electrolitos a las solucionesrehidratantes para los eventos deportivos cuya duración sea mayor de 1 h, ya que no dañan

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significativamente la distribución del agua en el cuerpo y podrían mejorar el rendimiento. Existepoca evidencia de que existan diferencias en el rendimiento fisiológico o físico entre el consumo deuna bebida que contenga carbohidratos y electrolitos y el agua pura en los eventos deportivos queduran menos de 1 h.

6) Durante el ejercicio intenso que se realiza por más de 1 h, se recomienda que los carbohidratos seingieran a una tasa de 30-60 g · h-1 para mantener la oxidación de los carbohidratos y retrasar lafatiga. Esta tasa de ingesta de carbohidratos puede lograrse sin comprometer la distribución defluidos si se bebe entre 600-1200 ml · h-1 de una solución que contenga entre un 4%-8%carbohidratos (g · 100 ml-1). Los carbohidratos pueden ser azúcares (glucosa o sucrosa) o almidones(e.g., maltodextrinas).

7) Se recomienda la inclusión de sodio (0.5-0.7 g · l-1 de agua) en la solución rehidratante que seingiere durante los ejercicios que duran más de 1 h, ya que podría ser ventajoso al aumentar lapalatabilidad, propiciar la retención de fluidos y posiblemente prevenir la hiponatremia en ciertosindividuos que toman cantidades excesivas de fluidos. Existe poca base fisiológica para la presenciade sodio en una solución rehidratante oral para estimular la absorción intestinal de agua mientrasexistan residuos de sodio de la comida previa.

INTRODUCCION

Las perturbaciones en el agua corporal y en el equilibrio electrolítico pueden afectar elfuncionamiento celular y sistémico, y como consecuencia, reducir la capacidad de los humanos paratolerar el ejercicio prolongado. La pérdida de agua durante la sudoración inducida por el ejerciciopuede conducir a la deshidratación de los compartimientos de líquido intracelulares y extracelularesdel cuerpo. Incluso una pequeña cantidad de deshidratación (1% del peso corporal) puede aumentarla tensión cardiovascular como lo indica una elevación desproporcionada del ritmo cardíaco duranteel ejercicio y limitar la habilidad del cuerpo para transferir el calor de los músculos que se contraenhacia la superficie de la piel, donde el calor puede disiparse hacia el ambiente. Por lo tanto, lasconsecuencias del déficit de agua corporal pueden aumentar la posibilidad de deteriorar elrendimiento deportivo y desarrollar una lesión por calor.

El objetivo específico de esta declaración es proporcionar los parámetros apropiados para lareposición de fluidos que ayuden a impedir o minimizar los efectos debilitantes del faltante de aguay electrolitos en el funcionamiento fisiológico y en el rendimiento deportivo. Estos parámetrostambién se referirán al razonamiento que se sigue para la inclusión de carbohidratos y electrolitosen las bebidas rehidratantes.

HIDRATACIÓN ANTES DEL EJERCICIO

La reposición de fluidos después del ejercicio representa la hidratación previa a la siguiente sesiónde ejercicios. Cualquier carencia de fluido antes del ejercicio puede limitar potencialmente latermorregulación durante la siguiente sesión de ejercicios si no se emplea la reposición adecuada defluidos. La pérdida de agua corporal debida a la sudoración está en función de la carga térmica totalque se relaciona con los efectos combinados de la intensidad del ejercicio y las condicionesambientales (temperatura, humedad, velocidad del viento) (62,87). En los humanos, la sudoraciónpuede exceder los 30 g · min-1 (1.8 kg · h-1) (2,31). El agua que se pierde en forma de sudor sederiva de todos los compartimientos con fluido del cuerpo, incluyendo la sangre (hipovolemia) (72),lo que ocasiona, por lo tanto, un aumento en la concentración de electrolitos en los fluidoscorporales (hipertonicidad) (85). Las personas que comienzan a ejercitarse cuando estánhipohidratados, con hipovolemia concomitante, e hipertonicidad, presentan una limitación en lacapacidad para disipar el calor corporal durante el ejercicio subsiguiente (26,28,61,85,86). Ellos

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presentaron una rápida elevación de la temperatura central del cuerpo y un mayor estréscardiovascular (28,34,82,83). El rendimiento en el ejercicio de corta duración y de alta potencia, asícomo en las actividades prolongadas de resistencia de moderada intensidad, puede verse afectadonegativamente cuando los individuos empiezan a ejercitarse con la carga de un déficit de fluidos enla que ellos mismos incurrieron previamente (1,83), un efecto que se ve exagerado cuando laactividad se lleva a cabo en un ambiente cálido (81). carencia

Durante el ejercicio, las personas por lo general beben volúmenes insuficientes de fluido paracompensar la pérdida por el sudor. Se ha hecho referencia a esta observación como “deshidrataciónvoluntaria” (33,77). Al seguir con un déficit en el volumen de fluido ocasionado por el ejercicio, losindividuos ingieren más fluido y retienen un porcentaje mayor del fluido cuando también se reponeel déficit de electrolitos (71). De hecho, la restauración completa de un déficit de volumen delíquido no puede darse sin la reposición electrolítica (principalmente sodio) en la comida o en lasbebidas (39,89). Los electrolitos, en especial el cloruro de sodio, y en menor cantidad el potasio, sepierden con el sudor durante el ejercicio. La concentración de Na+ en el sudor alcanza un promediode ~50 mmol · l-1, pero puede variar bastante (20-100 mmol · l-1) dependiendo del estado deaclimatación al calor, de la dieta y de la hidratación (6). A pesar de que se conoce la concentraciónelectrolítica usual del sudor, es difícil la determinación de una cantidad típica de pérdidaelectrolítica total durante el estrés térmico o el ejercicio, ya que la cantidad y la composición delsudor varían con la intensidad del ejercicio y las condiciones ambientales. El rango normal de laingesta diaria en USA de cloruro de sodio (NaCl) es de 4.6 a 12.8 g (~80-220 mmol) y de potasio(K+) es de 2-4 g (50-100 mmol) (63). Las sesiones de ejercicio que producen pérdida electrolíticadentro del rango de una ingesta dietética diaria normal son fácilmente repuestas durante las 24 hrs.posteriores al ejercicio, y se espera la rehidratación completa si se ingieren los fluidos adecuados.Cuando se consumen las comidas, las cantidades adecuadas de electrolitos están presentes, demanera que la composición de la bebida pierde importancia; sin embargo, es importante que losfluidos estén disponibles durante las comidas ya que la mayoría de las personas se rehidratanprincipalmente durante y después de las comidas. Ante la ausencia de comidas se puede lograr unarehidratación más completa con fluidos que contienen sodio, que con el agua pura (32,55,71).

Para evitar o retrasar los efectos adversos de la deshidratación durante el ejercicio, los individuosparecen beneficiarse de los fluidos ingeridos antes de la competencia. Por ejemplo, el agua ingerida60 min. antes del ejercicio mejorará la termorregulación y disminuirá la frecuencia cardiaca duranteel ejercicio (34,56). No obstante, el volumen de orina aumentará hasta 4 veces más del que existíasin la ingesta de fluido antes del ejercicio. Desde una perspectiva pragmática, la ingesta de 400-600ml de agua 2 h antes del ejercicio debe darle suficiente tiempo a los mecanismos renales para queregulen el volumen de fluido total del cuerpo. Además, debe ser capaz de retornar la osmolaridad aniveles óptimos previos al ejercicio, así como ayudar a retrasar o evitar los efectos negativos de ladeshidratación durante el ejercicio.

LA REPOSICION DE FLUIDOS DURANTE EL EJERCICIO

Sin la reposición adecuada de fluidos durante el ejercicio prolongado, la temperatura rectal y elritmo cardíaco se elevarán más, en comparación con una condición de buena hidratación(13,19,29,54). El efecto más serio de la deshidratación ocasionada por la falla en la reposición defluidos durante el ejercicio es un deterioro en la disipación del calor, el cual puede elevar latemperatura central del cuerpo hasta niveles muy altos y peligrosos (i.e., >40°C). La deshidratación

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inducida por el ejercicio causa hipertonicidad de los fluidos corporales y deteriora el flujosanguíneo hacia la piel (26,53,54,65), y se ha asociado con una reducción en la tasa de sudoración(26,85), lo que como consecuencia limita la pérdida de calor por evaporación, lo cual representamás del 80% de la pérdida de calor en un ambiente cálido-seco. La deshidratación (i.e., 3% de lapérdida de peso corporal) también puede causar una reducción significativa en el gasto cardíacodurante el ejercicio, ya que una reducción en el volumen latido (o de eyección) puede ser mayor queun aumento en el ritmo cardíaco (53,80). Debido a que un resultado neto del desequilibrioelectrolítico y de agua asociado con la incapacidad para reponer adecuadamente los fluidos duranteel ejercicio es un aumento en la tasa de almacenamiento de calor, la deshidratación inducida por elejercicio representa un potencial para el desarrollo de desórdenes relacionados con el calor (24),incluyendo un golpe de calor potencialmente mortal (88,92). Por lo tanto, es razonable suponer quela reposición de fluidos compensa la deshidratación y el aumento excesivo en el calor corporaldurante el ejercicio podría ser un instrumento para la reducción del riesgo de lesión térmica (37).

Para reducir el potencial de lesión térmica, se recomienda reponer el agua perdida debido a lasudoración durante el ejercicio en una tasa proporcional a la tasa de sudoración (5,19,66,73). Laingesta inadecuada de agua puede conducir a un cansancio prematuro. Por lo general, durante elejercicio, las personas no consumen tanta agua como la que pierden por sudoración, y cuandomucho, la ingesta voluntaria de agua solamente repone alrededor de dos tercios del agua perdida enforma de sudor (36). Es común que las personas se deshidraten entre un 2%-6% de su peso corporaldurante el ejercicio en el calor, a pesar de la disponibilidad de cantidades adecuadas de fluidos(33,35,66,73). En muchos eventos deportivos, el volumen y la frecuencia del consumo de líquidospodría estar limitada por las reglas de la competencia (e.g., número de períodos de descanso) o sudisponibilidad (e.g., distancia entre los puestos de asistencia en una carrera). Mientras en estudiosde laboratorio, quienes se ejercitan toleran consumir grandes volúmenes de líquido (>1 L · h-1), losestudios de campo indican que la mayoría de los participantes beben pocas veces durante lascompetencias. Por ejemplo, no es poco común que los atletas de élite ingieran menos de 200 ml delíquido durante los eventos de larga distancia llevados a cabo en un ambiente frío y cuya duraciónes mayor a las 2 hrs. (13,66). Raras veces, las tasas reales de ingesta de fluido son mayores a los500 ml · h -1 (66,68) y la mayoría de los atletas se dejan deshidratar entre 2-3 kg de su peso corporalen deportes como las carreras, el ciclismo y el triatlón. Está claro que la percepción de la sed, uníndice inadecuado de la magnitud del déficit de líquido, no puede utilizarse para restaurar porcompleto el agua perdida por la sudoración. Así, los individuos que participan en ejercicios intensosy prolongados deben confiar en estrategias tales como el monitoreo de la pérdida de peso corporal yla ingesta de volúmenes de fluido durante el ejercicio con una tasa proporcional a la que se pierdepor sudoración, es decir, la reducción en el peso corporal, para asegurar la reposición total defluidos. Esto puede lograrse al consumir fluidos que logren mejorar la ingesta de bebida a una tasade aproximadamente 500 ml de líquido por libra de peso corporal perdido (100 ml · 100 g de pesocorporal perdido). Aunque se ha observado malestar gastrointestinal en aquellos individuos que hanintentado beber a una tasa equivalente a sus tasas de sudoración, en especial en más de 1 l · h-1

(10,13,52,57,66), ésta respuesta parece ser individual y no existe una relación clara entre elvolumen de fluido ingerido y los síntomas de molestias gastrointestinales. Además, el no mantenerla hidratación durante el ejercicio al no beber cantidades adecuadas de líquido podría contribuir conlos síntomas gastrointestinales (64,76). Por lo tanto, se debería estimular a los individuos a queconsuman, durante el ejercicio, la máxima cantidad de fluidos que puedan tolerar sin tener molestiasgastrointestinales hasta una tasa equivalente a la de la perdida por la sudoración.

Una forma para mejorar la relación entre la ingesta de fluido y la pérdida por sudoración, esaumentar la palatabilidad del fluido ingerido. Varios factores, entre ellos la temperatura y el sabor,influyen en la palatabilidad del agua (25,36). Aunque la mayoría de las personas prefiere el agua

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fría, son ciertos patrones culturales y aprendidos los que influyen en la preferencia de las personascon respecto a la temperatura del agua. La temperatura más agradable del agua durante larecuperación del ejercicio fue de 5°C (78), aunque cuando se ingirió agua en grandes cantidades, seprefirieron las temperaturas entre 15°-21°C (9,36). Los experimentos también han demostrado quese mejora la ingesta voluntaria de fluido si se le agrega un sabor al líquido (25,36) o si éste seendulza (27). Por lo tanto es razonable esperar que el efecto de agregarle sabor al agua y que elefecto de la temperatura aumenten el consumo de fluido durante el ejercicio, aunque la evidenciapara apoyar esta hipótesis es insuficiente. En general, las bebidas rehidratantes endulzadas(artificialmente o con azúcares), con sabor, y enfriadas entre los 15° y los 21°C deben estimular laingesta de fluidos (9,25,36,78).

La tasa o el ritmo a la cual el equilibrio entre los fluidos y los electrolitos debería restaurarse sedetermina también por la tasa a la cual el fluido ingerido se vacía del estómago, y se absorbe desdeel intestino hacia la sangre. La tasa a la cual el fluido deja el estómago depende de una interaccióncompleja de varios factores, tales como el volumen, la temperatura y la composición del fluidoingerido y la intensidad del ejercicio. El factor más importante que influye en el vaciamientogástrico es el volumen de fluido en el estómago (52,68,75). Sin embargo, la tasa de vaciado gástricode fluido se retrasa de forma proporcional con el aumento en la concentración de glucosa en másdel 8% (15,38). Cuando el volumen de fluido gástrico se mantiene en 600 ml o más, la mayoría delos individuos puede aún vaciar más de 1000 ml·h-1 cuando los fluidos contienen una concentraciónde carbohidratos de entre el 4%-8% (19,68). Por lo tanto, para estimular el vaciado gástrico, enespecial con la presencia de un 4%-8% de carbohidratos en el fluido, es ventajoso mantener elmayor volumen de fluido que el estómago pueda tolerar durante el ejercicio (e.g., 400-600 ml).Aparentemente, el ejercicio de leve a moderado produce poco o ningún efecto en el vaciadogástrico, mientras que el ejercicio fuerte, a intensidades mayores al 80% de la capacidad máximapuede retardar el vaciado gástrico (12,15). Los estudios de laboratorio y de campo sugieren quedurante el ejercicio prolongado es posible el consumo frecuente (cada 15-20 min) de volúmenes defluido moderados (150 ml) a grandes (350 ml). A pesar de la aparente ventaja de que haya unvolumen de fluido gástrico alto para estimular el vaciamiento gástrico, se debe ser cuidadoso alquerer mantener un alto volumen de fluido gástrico. Las tasas de vaciamiento gástrico varían encada persona, así como su tolerancia a los volúmenes gástricos, y no se ha determinado si lacapacidad para tolerar volúmenes gástricos altos puede mejorarse al beber durante el entrenamiento.Tampoco está claro si las quejas de los atletas sobre síntomas gastrointestinales durante lascompetencias son consecuencia de la falta de costumbre de ejercitarse con el estómago lleno o delos retrasos en el vaciamiento gástrico (57). Por lo tanto, se recomienda que los individuos aprendansus límites de tolerancia para mantener un volumen alto de fluido gástrico para ejercicios de variasintensidades y duraciones.

Una vez que el fluido ingerido se va al intestino, el agua va del intestino a la sangre. Por lo general,la capacidad de absorción intestinal es la adecuada para satisfacer hasta las demandas más extremas(30); y con intensidades de ejercicio que pueden mantenerse por más de 30 min, el ejercicio parecetener poco efecto sobre el funcionamiento intestinal (84). De hecho, la deshidratación comoconsecuencia de la incapacidad para reponer los fluidos perdidos durante el ejercicio reduce la tasade vaciamiento gástrico (64,76), lo que sustenta el fundamento para la ingesta temprana y continuadurante el ejercicio.

LA REPOSICIÓN DE CARBOHIDRATOS Y ELECTROLITOS DURANTE ELEJERCICIO

Existe poco fundamento fisiológico para la presencia de sodio en una solución rehidratante oral paraaumentar la absorción intestinal de agua mientras haya en el intestino suficiente sodio disponible de

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la comida anterior o en las secreciones pancreáticas (84). La inclusión de sodio (<50 mmol·l-1) enbebidas para reponer fluidos durante el ejercicio no han mostrado mejorías consistentes en laretención del fluido ingerido en el compartimiento vascular (20,23,44,45). Por lo tanto, unfundamento principal para la suplementación de electrolitos con bebidas rehidratantes es reponer loselectrolitos perdidos por la sudoración durante el ejercicio mayor a 4-5 h de duración (3). Laconcentración normal de sodio en el plasma es de 140 mmol · l-1, lo que hace al sudor (~50 mmol ·l-1) hipotónico con respecto al plasma. Con una tasa de sudoración de 1.5 l · h-1, puede darse duranteel ejercicio una carencia total de sodio de 75 mmol · h-1. El consumo de agua puede disminuir lasconcentraciones elevadas de electrolitos en el plasma y devolverlas a niveles normales, y ademásreestablecer la sudoración (85,86), pero la completa reposición del fluido del compartimientoextracelular no puede mantenerse sin la reposición del sodio perdido (39,70,89). En la mayoría delos casos, esto puede lograrse por medio de una ingesta nutricional normal (63). Si el sodio aumentala palatabilidad, entonces su presencia en una solución rehidratante podría justificarse, ya que laingesta de líquido podría maximizarse al mejorar la calidad del sabor del fluido ingerido (9,25).

Si se añaden carbohidratos a una solución rehidratante se puede mejorar la absorción intestinal deagua (30,84). Sin embargo, la función principal de la ingesta de carbohidratos en una bebidarehidratante es mantener la concentración de glucosa en la sangre y aumentar la oxidación de loscarbohidratos durante los ejercicios que duren más de 1 h, en especial cuando el glucógenomuscular es bajo (11,14,17,18,50,60). Como resultado, la ingesta de carbohidratos puede retardar lafatiga durante el ejercicio con una duración mayor de 1 h, el cual por lo general causa fatiga sin laingesta de carbohidratos (11). Para mantener los niveles de glucosa en la sangre durante el ejerciciocontinuo de moderada a alta intensidad, deben ingerirse carbohidratos durante todo el ejercicio, auna tasa de 30-60 g · h-1. Estas cantidades de carbohidratos pueden obtenerse, mientras que sereponen cantidades relativamente grandes de fluido, si la concentración de carbohidratos semantiene por debajo del 10% (g · 100 ml-1 de fluido). Por ejemplo, si el volumen de ingesta debebida deseado es de 600-1200 ml · h-1, entonces las necesidades de carbohidratos puedensatisfacerse al tomar líquidos con concentraciones en un rango de entre 4%-8% (19). Con esteprocedimiento, se pueden satisfacer simultáneamente tanto las necesidades de líquido como decarbohidratos durante el ejercicio prolongado. Cuando se ingieren durante el ejercicio, solucionesque contienen concentraciones de carbohidratos > 10%, ocurrirá un movimiento neto de fluidohacia el lumen intestinal debido a su alta osmolaridad. Esto puede ocasionar una pérdida efectiva deagua del compartimiento vascular y empeorar los efectos de la deshidratación (43).

Pocos investigadores han examinado los beneficios de añadirle carbohidratos al agua durante loseventos deportivos que duran menos de 1 h. A pesar de que los datos preliminares indican unbeneficio potencial para el rendimiento (47,48), el mecanismo no es claro. Sería prematurorecomendar la ingesta de otro líquido, además del agua, durante los ejercicios que duran menos de 1h. Por lo general, la inclusión de glucosa, sacarosa y otros carbohidratos complejos en lassoluciones rehidratantes tiene igual efectividad en el aumento de la oxidación de carbohidratosexógenos, en el retraso de la fatiga, y en la mejoría del rendimiento (11,16,79,90). Sin embargo, lafructosa no debe ser el carbohidrato predominante, ya que se convierte lentamente en glucosasanguínea, por lo que no está disponible rápidamente para la oxidación (41,42), lo cual no mejora elrendimiento (8). Además, la fructosa puede causar molestias gastrointestinales (59).

LA REPOSICION DE FLUIDOS Y EL RENDIMIENTO EN EL EJERCICIO

Aunque es evidente el impacto de las carencias de fluido en el funcionamiento cardiovascular y enla termorregulación, aún no está clara la magnitud con la que la reposición de fluidos altera elrendimiento en el ejercicio. A pesar de que algunos datos indican que la ingesta de líquidos mejorala capacidad para realizar eventos deportivos de corta duración (1 h) en climas moderados (7), otros

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datos indican que este podría no ser el caso (40). Es probable que el efecto de la reposición defluidos en el rendimiento sea más evidente durante el ejercicio que dura más de 1 h y encondiciones ambientales extremas.

El agregar una pequeña cantidad de sodio a las bebidas rehidratantes tiene poco impacto en eltiempo de fatiga durante el ejercicio leve prolongado (>4 h) en el calor (73), la habilidad paracompletar 6 h de ejercicio moderado (5), o la capacidad para desempeñarse durante pruebas contrareloj simuladas (20,74). Un déficit de sodio, en combinación con la ingesta y retención de un granvolumen de fluido con pocos o ningún electrolito, ha llevado a niveles bajos de sodio en el plasmaen muy pocos atletas de maratón o de ultramaratón (3,67). La hiponatremia (la concentración delsodio sanguíneo entre 117 y 128 mmol · l-1) se ha observado en atletas de ultra-resistencia al finalde una competencia y se asocia con desorientación, confusión, y en la mayoría de los casos conataques grand mal (67,69). Un fundamento importante para la inclusión de sodio en las bebidasrehidratantes es la prevención de la hiponatremia. Para evitar el desarrollo de esta rara condicióndurante el ejercicio prolongado (>4 h), debe haber electrolitos en el líquido o en la comida durante ydespués del ejercicio.

Es necesario mantener las concentraciones de glucosa sanguínea para lograr un rendimiento óptimoen el ejercicio. Es necesaria la ingesta de carbohidratos para mantener la concentración de glucosasanguínea durante ejercicios extenuantes que duren más de 1 h (sobre 65% V(punto)O2máx) (11,49).Hacia el final del ejercicio prolongado, los carbohidratos ingeridos se convierten en la fuenteprincipal de energía (proveniente de los carbohidratos) y pueden retardar la aparición de la fatiga(17,19,21,22,51,58). Los datos de estudios de campo diseñados para evaluar estos conceptosdurante las competencias deportivas, no siempre han demostrado que se retrase la aparición de lafatiga (46,47,91), pero la incapacidad para controlar factores críticos (tales como las condicionesambientales, las condiciones de entrenamiento, los volúmenes de líquido ingerido), dificultan estaconfirmación. La inclusión de carbohidratos en una solución rehidratante se vuelve más importantepara el rendimiento óptimo cuando el ejercicio intenso dura más de 1 h.

CONCLUSION

El objetivo principal de la reposición del fluido corporal que se pierde durante el ejercicio esmantener la hidratación normal. Se deben consumir fluidos adecuados durante las 24 hrs. previas aun evento y beber alrededor de 500 ml (cerca de 17 onzas) de líquido, aproximadamente 2 hrs. antesdel ejercicio, para propiciar la hidratación adecuada y dar tiempo para la excreción del exceso deagua ingerida. Para disminuir el riesgo de una lesión por calor y del deterioro del rendimientodurante el ejercicio, la reposición de fluido debe intentar igualar la pérdida de fluido. A unaintensidad igual de ejercicio, la necesidad de reposición de fluidos se vuelve mucho mayor con elaumento en la sudoración durante el estrés térmico ambiental. Durante los ejercicios que duran másde 1 h, a) se deben añadir carbohidratos a la solución rehidratante para mantener la concentraciónde glucosa sanguínea y retrasar la aparición de la fatiga, y b) deben añadirse electrolitos(especialmente NaCl) a la solución rehidratante para aumentar la palatabilidad y reducir laprobabilidad de hiponatremia. Durante el ejercicio, las necesidades de fluido y carbohidratospueden satisfacerse simultáneamente al ingerir entre 600-1200 ml · h-1 de soluciones que contenganentre 4%-8% de carbohidratos. Durante el ejercicio que dura más de 1 h, serían apropiados entre0.5-0.7 g de sodio por litro de agua para reponer la que se ha perdido por la sudoración.

RECONOCIMIENTO

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Este pronunciamiento fue revisado para el American College of Sports Medicine, por representantes de lamembresía en general, el Comité de Pronunciamientos, y por: David L. Costill, Ph.D., FACSM, John E.Greenleaf, Ph.D., FACSM, Scott J. Montain, Ph.D., y Timothy D. Noakes, M.D., FACSM.

REFERENCIAS

Las referencias pueden observarse en el documento original en Inglés.