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Releyendo a Aristóteles. ¿Qué, y de qué, son por las categorías? ToMÁs CALVo (Universidad Complutense) Rajo el título, quizás barroco, de «Releyendo a Aristóteles: ¿qué, y de qué, son por sí las categorías?» pretendo volver a un pasaje concreto de la Metafísica dc Aristc$teies del cual ya me he ocupado en otra ocasión Se trata del capítulo 7 del libro y de la Metafísica, de aquel pasaje en que Aris- toteles aplica la fórmula «por si» (kathautó, kathautd~ a lo significado por todas y cada una de las categorías, incluidas aquellas que significan y deno- tan las diversas determinaciones que son accidentales respecto de la enti- dad o oías/a. Me ocuparé de este pasaje, no sólo porque lo considero espe- cialinente relevante para la comprensión de la teoría aristotélica de las categorías, sino también porque entiendo que a menudo suele interpretarse de un modo inadecuado. E! pasaje, tomado desde el comienzo del capítulo, dice lo siguiente: “Lo que es fón) se dice tal ya accidentalmente ya por mismo. Decimos, por ejemplo, que accidentalmente el justo es músico. el hombre es musico y el másico es hombre; y del mismo modo que decimos que el músico constru- ve una casa porque sucede accidentalmente al arquitecto que es músico o al músico que es arquitecto (en efecto, “esto es tal cosa significa aquí qrte tal ct>sa le succdc accidentalmente a esto), también hablamos en este sentido en cl caso de los ejemplos aducidos: pues cuando decimos que el hombre es pálido éste musico y que el músico es hombre o que es músico o que es pálido, en el último caso lo decimos porque ambas cosas sucede accidental- mente que sedan en ci mismo sujeto: y que el músico es hombre, por su par- Mc he octipado (le este pasaje en ci articulo “La fórmula katlí autó y las catcgt>rías: a voeltas con Metafrsica y 7. publicado en A-Iétlíexis IV (1994>. Reproduzco aqui parcialmente las conside- raciones s’ la a go ni en laci<Sn desarrolladas en esí e art icuir>, Rc,+«ta tic llo.«o/u4 3. época. ~ol. VIII (1995> níim. 13. págs. 75—84. Servicio de Publicaciojios. tiniversidad (omplí.iensc. Madrid. 1995

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Releyendoa Aristóteles.¿Qué, y de qué, sonpor sí las categorías?

ToMÁs CALVo(UniversidadComplutense)

Rajo el título, quizásbarroco,de «Releyendoa Aristóteles: ¿qué,y dequé,son por sí las categorías?»pretendovolvera un pasajeconcretode laMetafísicadc Aristc$teiesdel cual ya me he ocupadoen otra ocasión Setratadel capítulo7 del libro y de la Metafísica,de aquelpasajeenque Aris-toteles aplica la fórmula «por si» (kathautó, kathautd~a lo significado portodas y cada una de las categorías,incluidasaquellasquesignifican y deno-tan las diversasdeterminacionesqueson accidentalesrespectode la enti-dado oías/a. Me ocuparéde estepasaje,no sólo porquelo consideroespe-cialinente relevante para la comprensiónde la teoría aristotélicade lascategorías,sino tambiénporqueentiendoquea menudosueleinterpretarsede un modoinadecuado.

E! pasaje,tomado desdeel comienzodel capítulo,dicelo siguiente:

“Lo queesfón) se dice tal ya accidentalmenteya por sí mismo.Decimos,por ejemplo,queaccidentalmenteel justo es músico.el hombrees musico yel másicoes hombre;y del mismo modoquedecimosque el músico constru-

ve una casaporquesucedeaccidentalmenteal arquitectoquees músicoo almúsicoque es arquitecto(en efecto,“esto es tal cosa significa aquí qrte talct>sale succdcaccidentalmentea esto),tambiénhablamosen estesentidoencl casode los ejemplos aducidos: puescuandodecimosque el hombrees

pálido éstemusico y que el músico es hombre o que eí es músico o que espálido, en el último casolo decimosporque ambascosassucedeaccidental-menteque sedanen ci mismo sujeto:y queel músico eshombre,porsu par-

Mc he octipado(leestepasajeen ci articulo “La fórmula katlí autó y lascatcgt>rías:avoeltascon Metafrsicay 7. publicadoen A-IétlíexisIV (1994>. Reproduzcoaqui parcialmentelas conside-racioness’ la a go nienlaci<Sn desarrolladasen esíe articuir>,

Rc,+«ta tic llo.«o/u4 3. época. ~ol. VIII (1995> níim. 13. págs.75—84. Servicio de Publicaciojios.tiniversidad(omplí.iensc.Madrid. 1995

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te,porque“músico” sucedequese daaccidentalmenteen éste.(Y enestesenti-do sedicetambiénquelo no-blancoes porqueesaquelloa lo cualesto le suce-de accidentalmente).Así pues,las cosasque se dice queson accidentalmente,se dice quesonpor las razonessiguientes:o bien porqueambasdetenninacio-nessedan en la mismacosayéstaes(¡di au¡ói ¿fu), o bienporqueaquellose daen algo quees(ti nti), o bien porqueesaquelloenlo cual se dala determinacióndequeaquellosepredica.

Porotra parte,se dice que sonpor sí mismastodaslas cosassignificadaspor las distintasfigurasde la predicación:enefecto,cuantassonlas manerasenqueéstase expresa,tantasson las significacionesde “ser”. Ahorabien,puestoque, de los predicados,unossignifican qué-es,otros una cualidad,otros unacantidad,otros alguna relación,otros un hacero un padecer,otros dónde,otros cuándo,‘íser” significa lo mismoquecada uno de ellos. Y es que no haydi-ferenciaalgunaentre“un hombrees(tá)convaleciendo”y “un hombreconvale-ce”, ni entre“un hombree4tá)paseandoo talando” y “un hombrepaseaotala”. Y lo mismotambiénen el casodelos demáspredicados.»

1

En el primer párrafodel texto comienzaAristótelesexplicandode quécosasse dice quesonaccidentalmenteA travésde los ejemplosutilizadosquedaindicadosin ningúntipo de ambigiiedadquese tratadelas determi-nacionesaccidentalesde las entidadeso sustancias,es decir, aquellasde-terminacionescuya relación con las entidadesy cuya relaciónentresí noesesencialni universalni necesaria.Si decimosque«el arquitectoes músi-co»,decimosque lo es porqueseda la coincidenciadc queel individuo quecomponemúsicaes tambiénarquitecto,porqueocurrequeel músicosabeademásconstruir edificios, aunque podría perfectamenteno darse talcoincidencia.Entreestasdoscualidadeso determinaciones(la de sermú-sico y la de ser arquitecto)no existe conexiónni universalni necesaria,comotampocohay tal tipo de conexiónentrecualquieradeellas y el indi-viduo humano,en tanto que individuo humano,por másque en tal hom-breen panicular sedé la circunstanciacontingentedc que es lo uno y lootro.

Se trata,por consiguiente,de las determinacionesquetradicionalmentesedenominanaccidentesde la entidad,de la sustancia,y de la relaciónqueguardancon ésta.En estepárrafoAristóteles nos remiteados rasgoso as-pectosde la accidentalidad.En primer lugar, tales determinacionesno sehallan en conexiónni necesariani universalconla sustanciani tampocoentresí estees el rasgode coincidenciao meraocurrencia(symbebekéna~,rasgoque llevará a Aristóteles a afirmar que no hay ni puedehaberciencia delaccidente.En segundolugar, talesdeterminacionesle ocurrena las sustan-ciaso entidades,ocurre quesedan(hypárchein)en éstas:éstassonstí sujeto

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real,aquello quees (ón) propiamentey de modoautónomo.Son,por tanto,las determinacionessignificadaspor predicados2 pertenecientesa cualquierade las categorías,excepciónhechade la primera, la de ousía,entidado sus-tancia.Aristóteles podríahaber recurrido igualmente,sin duda,a ejemplosdecualquierotra de lascategoríasaccidentales,como «el quepaseaestáenelágora»,‘<el hombreestápaseando»,«el descamisadoes (un)hombre»,etc.

Estaexplicaciónaristotélicadelas cosasque«sedice quesonaccidental-mente»introduceformalmenteunaoposiciónentrelas determinacionesacci-dentales,deunaparte,y las sustanciaso entidades,deotra. Ahorabien, la ló-gica de la oposiciónpareceexigir quesi de aquellasdeterminacionesse dicequesedanaccidentalmente(katásymbebekós),de las cosassignificadas/refe-ridasenLa categoríade«entidad»habráde decirseque sonpor s4 por si mis-mas (ka/li’ hauta».Y de hecho,Aristótelesaplica la fórmula ‘por sí’ a las enti-dadeso sustancias(ousía¡~,contraponiéndolasa los accidentes,en distintospasajestanto lógicoscomoontológicos~.

La contraposiciónentrela entidady los accidentespareceríaexigir, portanto,quela expresión‘por si mismo’ (kath’autó~seapliqueexclusivamenteala entidad,y no a las determinacionesaccidentales.Sin embargo,estaexigen-cia no resulta respetadapor elpropio Aristótelesen el texto de Met. V, 7. Enefecto,en estaocasión,Aristótelesno limita la aplicaciónde la fórmula kathhautóa las entidadeso sustancias,sino quela amplia y generalizapara todasy cadaunade las categorías:

«se dice que son por st mismas(ká¡h’hautódée/naO todaslas cosassignifi-cadasporlasdistintasfigurasdela predicación”(1017a20-21).

II

Teniendoen cuentacuantoacabade decirse,no resultaextrañoque estadeclaración aristotélicapueda provocar cierta perplejidad,y que la tesisenunciadahayapodido parecer,en algunamedida,inoportuna.Ahora bien,puestoque sc trata de unadeclaración(y, por tanto, de una tesis)genuina-mentearistotélica,no quedaotro remedioquetratar de encontrarleacomododentro de la teoríade las categorías¿enquésentidopuededecirse,aristotéli-camentehablando,que por símismasson las cosassignificadaspor todas ycadaunadc las figurasde la predicación?Dos sonlas maniobrasmás conocí-

En la predicaciónantinaturalo invertida (el tercer ejemplopropuest<.>por Aristótelesesun ejemploclarode ella)aparececomo sujetogramaticallo que naturalmentees un predicado.Peroestadistorsióngramaticalno planteaningúnprobtemaespecial.y dcahi quepodamt>sha-hiar sencillamentedc «predicados”.

<f pí>rejempto.enAnalíticosl’osrerioresl 4, 73a34-b24,y Met.Vtl 1, 1ti25a20-27.

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dasquese hanensayadoparajustificar el sentidoy la coherenciade estade-claraciónaristotélica.En nuestrosdías,estasdosmaniobrasestánrepresenta-das,respectivamente,en los comentariosa la Metafísicade David Rossy deOiovanni Reale‘¼Veámoslo.

1. Puestoque la expresión‘accidentalmente’(katá symbebékós)subra-ya, en nuestro texto, que la conexiónentreel sujeto y el predicadono esesencialni universalni necesaria,D. Rosssuponeque la expresión‘por símismas’(kath’ autá) del segundopárrafohade referirsea la situaciónopues-ta, esdecir,a aquelloscasosen que la conexiónentreelsujetoy elpredicadoesuniversaly necesaria.Ahorabien,¿enquécasosy bajo quécondicionestienelugarunaconexiónnecesariaentreel sujetoy el predicado?

Paracontestara estapregunta,D. Rossrecurreal célebrepasajede losTópicos1, capítulo 92, en queAristóteles se refiere a las categoríastomandoen consideraci~nla perspectivade un discursoen el cual elpredicadopertene-riera a la mismacategoríaqueelsujeto:

“Es claroa partir delodo estoque el discursoqueexpresael qué-esse re-fiere unasvecesa la entidad,otrasa la cantidad,otrasa la cualidady otrasacualquierade las restantescategorías.Por ejemplo, si ante la presenciade unhombreafirmaque lo queestápresentees un hombreo un animal, dicequéesy se refiere a la entidad.Ysi antela presenciade un colorblancoafirmaqueloqueestá presentees blanco o colot, dice qué esy se refiere a la cualidad- Eigualmentesi antela presenciade unamagnitudde un codoafirma que lo queestápresenteesuna magnituddeun codo,dicequéesy se refierea la cantidad.Puescadauno de estos,si seafirma de si mismo—o biensugénero—significae/qué-es-;pero si se afirma de otro, no dicequé es; sitio la cantidad, la cualidad ocualquieradelasrestantescategorías»(.t, 9, ¡ 03b27-39).

En estetexto sevienea decirque,trátesede la categoríade que se trate,hay predicaciónesencialsiemprequeel sujetoy el predicadopertenecena lamismacategoría.Obviamente,esto implica que,bajo tal supuestoe indepen-dientementede la categoríaa quepertenezcael predicado,la conexiónentreel predicadoy el sujetoaparecerásiemprecomo universaly necesaria.Estaesla perspectivaa quese acogeW. D. Ross,siguiendoen ello la estrategiaexpli-cativaa queya recurrióen la antigúedadAlejandrode Afrodisia ~: «Lasúni-casproposicionesen las cuales,por la naturalezadel caso,el sujetoy cl pre-dicado han de estarinequívocamenteenla mismacategoríasonaquellasenlas cualesel predicadoes el génerodel sujeto.Estassonlas proposicionesenqueAristótelesestápensandoaquí.El serperseesafirmadoentantosmodos

Cf, respectivamente,W. D. Ross,Ariswtle\ Methaphysiest. PP.306-8, y O. Reale.Misto-tele. La Metafísica 1, pp. 434-7.

(fi (orn. MaL 37 1. 20-36.

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distintoscomo categoríashay» ». El ascensode géneroen género,a su vez,nosllevaríafinalmentea las categoríascomogénerosirrebasahies(«blancoescolor», ‘<color es cualidad».No cabeir másallá»). El ‘es’, en cadacaso,toma susignificadode la categoríacorrespondiente.De estemodo, concluyeD. Ross,«el seresencialtienediezsignificacionesúltimas»en correspondenciacon losdiezgénerosúltimos decosasquehay(ih).

Esta interpretaciónpropuestapor W. D. Ross es ingeniosa,sin duda,perono encajaadecuadamenteen el contexto.Por el momentome limitaré asenalar,con otros ~, que losejemplosutilizadospor Aristótelesno secorres-pondencon la consideraciónde las categoríasque se nos ofreceen el libroprimerode los Tlópicosy queW. D. Rossreivindica en su interpretacióndenuestropasaje:<(y es que no hay diferenciaalgunaentre“un hombrees(tá)convaleciendo”y “un hombreconvalece”ni entre“un hombrees(tá)pasean-do o talando”y “un hombrepaseao tala”, y lo mismoen el casodelas demáscategorías»(11)17a27-30).Si Aristóteleshubieraestadorealmentepensandoen el tipo de proposicionesen que W. D. Rossafirma que estabapensando,los ejemploshabríansido otros, ejemplostales como «el hombrees un ani-mal’>, ‘<el color es unacualidad»,«talar es una acción»,y así sucesivamente.No resultaplausible(ni comprensiblesiquiera)que tratándosedel serpor sí—entendidocomo expresiónde la conexiónnecesariaentreun sujetoy unadeterminación—Aristóteles recurra a proposicionesque constituyencasosde conexiónno necesariay, por tanto,deseraccidentalmente».

2. A la vista de las dificultadescontextualesque comportala estrategiade W. D. Ross,6. Reateproponeunaexégesisdistinta para nuestropasaje.Dejandode lado el texto de los Tópicos1 9, al cual se remitía Ross,Realetoma las categoríasen susentidomás usual,como enumeraciónde los distin-los tipos dedeterminaciones(y de lospredicadoscorrespondientes)quepene-¡¡ecca a las s-ustan-¿aso entidadessensibleiPor lo quese refieí-e a la fórmulapor sí mismo (ensuoposicióna ‘por accidente’),0ptapor considerarla,a suvez.como expresiónde la conexiónnecesariaentreel sujeto(la sustanciaSCnst-bie,) y las <-lererminacionesacci¿lentalcw «las categoríasrepresentanalgo que esnecesarioa la sustanciasensible”(ib).

Pero ¿caberealmenteafirmar que las determinacionessignificadaspor¡odaslas categoríasson necesariasa la sustanciasensible?Sin duda,señalaG.

W. ID. Ross imita el cay>a los predicadosqueexpresanel génerodel sujeto, excluyendoaquellosen que ci predicadoexpresauna propiedad,unadiferenciao la definición del mismo,ya queenestosú timossupuestosel predicadoy el sujeto podrianno pertenecera la mismaca—tegoria.

Por eiemplo, fi. Reale, ¡oc. cit., y (ib. Kirwan, A ,-istotle\ Mctaphysicsr Books IV, Y VI (Ox—ford. (i?iarendonPress.1971),<¡cl. ¡oc.

W. 0. R<.,sses c<>nscicntedeestedesajustede losejemplosaristotélicosy traía dc miniini-,.arl<> con a poco convincentedisculpade que “no es tan extrañoen Aristótelesel utilizar unejcrnpl<> que. si bien i 1 ostra el ponto deque sc trata inmediatamente,sin embargooscorece elsignificadocentral (Ib.>.

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Reale,si distinguimosentre los tiposgenéricosde determinaciones(catego-rías) y las determinacionesconcretasparticulares(accidentes)que corres-pondena cadauno de tales tipos.No es necesario(y es, por tanto, acciden-tal) queunasustanciasensibletengatal cualidadconcretaenvezdetal o cualotra, pero es necesarioque poseacualidades;no es necesarioque se halleprecisamenteenesteo aquellugar, peroesnecesarioqueestéenalgún lugar,etc.Con palabrasdel propio G.Reale:«el accidente,en último término,no essinola realizaciónconcretay empíricade las categoríasy vienea sercomolavariableen la constantedela categoría»(ib).

A juicio del comentaristaitaliano,estainterpretación(al contrarioquelade W. 1). Ross)es coherentecon los ejemplosutilizadospor Aristóteles(«elhombretala», «el hombrecamina»):por medio de ellospretendeAristótelesilustrar no el accidente,sino la categoría,no la determinaciónconcretaquepuedeposeerseo no, sinoel tipo dedeterminaciónquenecesariamentehadeposeercualquiersustanciao entidadsensible.El caminary el talar, piensaO.Reale, no deben interpretarseaquí como tales accionesparticulares,sinocomo ejemplificacionesde la categoríamismade «acción en general».Y esque «las proposicionesque ilustran el accidenteno puedenser distintasdelas queilustran las categorías,precisamentepor las razonesestructuralesan-teriormenteaducidas,y solamenteel contextopuededecirnosde qué modosonentendidas»(ib.).

Tampocoestaexégesisresulta,en mi opinión, ajustadani convincente.Aligual queen el casodela interpretaciónde W. D. Ross,me limito por el mo-ment() a señalarque tampocoO. Realeconsideraadecuadamentelos ejem-píos aristotélicos.En primer lugar, no alcanzoaver por qué Aristótelesnopodría haber explicadosu punto de vista (si efectivamentefuera el que leatribuye O. Reale) recurriendo a proposicionesde caráctergeneral talescomo «toda entidadsensiblees de algún tamaño o magnitud»,«en todaslasentidadessensiblessedaalgunacualidad»,etc. Peroesque,además,O. Realeno leelos ejemplosde Aristótelestal como éstelos propone.«Si esverdaderanuestraexégesis—escribe—se explican.., los ejemplosde las líneas29 ss. quevienenaducidosparailustrarlas categorías:“el hombreescaminante”,esde-cir, en acto de caminar,“el hombrees cortante”, esdecir, en acto decortar»(ib.). Peroel casoes queAristótelesno dice simplemente«el hombreescami-nante»o «el hombrees cortante»,etc. Lo queAristótelesdicey afirma enfáti-camentees que no haydijérenciaalgunaentre‘un hombrees(tá)convalecien-do’ y ‘un hombreconvalece’,como tampocola hay entre‘un hombrees(tá)caminandoo talando’y ‘un hombrecaminao tala’. Estoes lo quedicey estoes, debemossuponer, lo que Aristótelesquieredecir. Y lo que nos corres-pondeesexplicarpor quéAristóteles hacesemejanteobservacióny quétie-ne quever la mismaconla aplicacióndela fórmula kath’autóatodaslas cate-gorías.

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III

Una interpretaciónadecuadade nuestropasajeno puedepasarpor alto loqueAristótelesnosdice realmentepor medio de los ejemplospropuestos.Yhade teneren cuenta,además,el sentido(o mejor, los sentidos)de la fórmulakarh’autá No me es posibleahoradetenermeen esto último. En todo caso,ytrasun análisisde los textosaristotélicosmásrelevantes,piensoquela aplica-cion dela fórmula kath’autóseacomodaalossiguientescriteriosespecíficos:

a) Esta fórmula sirve,en general,para caracterizarcierto modopeculiardeperteneceralgo a alga así,decimosque tal cosa(lo quesea: ciertadetermi-nación, rasgoo propiedad) pertenecea (correspondea, se da en) tal cosapor símisma Porejemplo,decimosque el hombrees,por sí mismo,animal;que la superficie es, por sí misma,blanca;que al triángulo,por sí mismo, leperteneceel tenerdosrectos,etc.

b) La fórmula ka¡h’ hautó indica queaquelloquele pertenece,le perte-necea la cosaen viítud de la naturalezade ésta,por ser la cosalo que es y no

por cualquierotra circunstancia.En los An. Post.subrayaAristótelesla equiva-lenciadelas fórmulas kath’ hautó(por sí) y éi autó(en tanto quetal): «las ex-presiones‘por sí’ y ‘en tanto que tal’ significan lo mismo: así, por ejemplo,“punto» y «recto»pertenecena la líneapor sí misma(puesle pertenecenentanto que línea), y los dos ángulosrectosle pertenecenal triángulo en tantoque triángulo (puesel triángulo es, por si mismo, igual a dos rectos)»(1, 4,73b27-32). El quesusángulosequivalgana dosrectosle corresponde,pues,al triángulo por ser triángulo, en tanto que estíúánguloy no, por ejemplo,porser equilátero.Que seaequilátero(o isósceleso escaleno)es irrelevante, esalgo accideníaldesdeel punto devistade la relación existenteentreel trián-gulo y tal propiedad nojustifica queéstasedéen él.

c) El quealgo pertenezcaa unacosa<‘por sí misma» implica, ademásdela universalidady la necesidad,la inmediatezen la relación.La formamás per-fectadeinmediatezes,sin duda,la identidadentrela determinacióny el suje-to: por ello la esenciay cuantasdeterminacionesforman partede la esenciase dice que pertenecena la cosapor sí misma.Pero la inmediatezno exigesiempreni necesariamentela identidad:aun no siendoidénticasla superficiey la blancura,la superficiees,por símisma,blanca;aunno siendoidénticoseltriángulo y la propiedaddetenerdosrectos,el triángulo tiene,por sí mismo,dosrectos,etc. Lo quela inmediatezexige,en todo caso,es quela determina-cion en cuestionpertenezcaa la cosaen virtud de la naturalezamismadeésta,como señalábamosen el párrafoanterior,y no en virtud de cualquierotracausa.razono circunstanciainterpuesta.

Utilizo intencionadamentela expresiónsumamentevaga “algo (1<> que sea..)»con ci findeque resulteaplicableincluso a la existencia,comocorrespondehaceren aquellosenniextusen que la lórmula “por si» sc aplica a las entidadeso sustanciasexclusivamenteen tanto quecapacesdeexistenciaseparada.

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IV

Con estos criterios acercadel sentidoy aplicación de la fórmula kath’hautópodemosvolvernosyaal texto aristotélicode Met V, y. y puestoqueestafórmula caracterizaun cierto tí~ode relación,pareceoportunocomenzarespecificandoquérelación —y entrequétérminos— es la queAristótelesca-racterizadetal modo.

Creoquetanto W. D. Rosscomo O.Reale(y con ellos, muchoscomenta-ristas)haninterpretadoincorrectamenteestepuntoque,por lo demás,resul-ta decisivoparala suerteulterior dela interpretaciónglobal del pasaje.Uno yotro hanentendidoquese tratade la relaciónentreelsujetoy la determinaciónapresadaporelpredicadoen unaproposiciónpredicativa.Así y partiendodeestesupuesto,W. D. Rossse ve obligadoa buscaralgún tipo de proposiciónen queel sujetoy lo expresadopor el predicadosehallenvinculadosentreside modonecesario,encontrándoloen aquellasproposicionesen que el pre-dicado constituyeel génerodel sujeto—cuandoambos,sujetoy predicado,pertenecena la misma categoría,de acuerdocon la doctrinaaristotélicaex-puestaen Topicos1, 9—. TambiénO. Realepartede quehadeencontrarseunvínculo o conexiónnecesariaentreel sujetoy el tipo de determinaciónex-presadopor el predicado.Y puesto que toma las categoríascomo tipos dedeterminacionesqueafectana la entidado sustanciasensible,seve llevadoarecurrir a la distinción entreel accidenteconcreto(cuya relacióncon la sus-tanciasensibleno es necesaria)y la categoríao tipo genéricode accidentecuyarelacióncon la entidadsensibleesuniversaly necesaria.

Por mi parte, pienso que una lectura atentadel pasajearistotélico encuestiónno autorizaen absolutoestaprimerainferenciasegúnla cual la rela-ción a queAristótelesaplicala fórmula ‘por si’ es la relaciónentreel sujetoylospredicadosen la proposiciónpredicativa.Lo queAristótelespretendeca-racterizar,en el ámbitode la predicación,no es la relaciónentreel sujetoy elpredicado,sino la relación existenteentrelascategoríasy lossignificadosde iser’o bien, trasladadoal nivel de la realidad,la relaciónexistenteentrelas rosassignijkvdasgenéricanwntepor lascategoríasy elser «sedicequesonpor símis-mas (káth’ hautá.) todas las cosassignificadaspor las distintas figuras de lapredicación:en efecto,cuantasson las manerasen queésta se expresa,tantasson lassignificacionesde lser’» (1017a22-2).La tesisaristotélicaes,pues,quelas distintascategoríascomportan,por sí mismas,diversassignificacionesdeser’ y con ello, quelos distintostipos de cosasquecorrespondena las distin-tas categoríasconstituyen,por sí mismos,distintos tipos o formas de reali-dad.

Es obvio que la relaciónentreel sery las categoríasesunarelaciónmuypeculiaren el pensamientoaristotélicopuestoque“ser» y «lo quees» (ón) noconstituyeun génerocuyasespeciesfueran las distintascategorías.No obs-tante y a su manera,debencumplirse en ella los rasgosfundamentalesque

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comportasu caracterizaciónpor la fórmula kath’ hautó. Y se cumplen,enefecto,según Aristóteles.Las distintassignificacionesde las categorías,encuanto tales —es decir, en tanto que (éO significacionescategorialesy no envirtud de cualquierotra circunstanciao titulo— constituyensignificadosdistin-tos de ‘ser’. Y estoles correspondede modo inmediato,es decir, sinvínculoalguno intermedio quevengaa justificar la pertenenciade un sentidopecu-liar de‘sel’ a cadaunadelascategorías

En lascategoríasseexpresan,pues,losdistintossignificadosde‘ser’, y nocabebuscarotra razóno fundamentode ello fuerade la propianaturalezadelas categorías.Cualquierotra circunstanciaresultaráirrelevanteo, con otraspalabras.tneramenteaccidentalal respecto.As4 esmeramenteaccidentalal res-pectoelqueaparezcao dejedeaparecerel verbo lser’en cadacaso.Cuandodeci-mos que ‘<el hombrees(tá)paseando»,el predicadocomportauna significa-ción de ‘ser’ (‘<hacer».polein),pero ello no se debea la circunstanciade queen tal predicaciónaparezcala cópula ‘es(tá)’- La presenciade la cópula esuna meracontingencialingúística, algo meramenteaccidental(en el sentidode “coincidencia»>,algo que podría no sucedery que de hechono sucedecuandoexpresamoslo mismodiciendoque ‘<cl hombrepasea».Y sin embargo.tambiénen estecasoel predicado‘pasea’comportay actualizaun significadopropio de ‘ser’, auncuandoel es’ no aparezcaen la expresióngramaticaldela predicación Esto último es lo que,segúncreo, pretendesubrayarAris-toteles cuandodice que da igual, que «no hay dijérencia alguna entre“unhombrees(tá)convaleciendo”y “un hombreconvalece”,ni entre“un hombrees(tá) paseandoo talando” y “un hombrepaseao tala’ —y lo mismo en elcasodelos demáspredicado»(101 7a24-30).

¿I)ónderadica,entonces,el error de interpretaciónen que caenamenu-do los exégetasdeestepasaje,error en queincurren conjuntamenteD. Rossy O. Reale?Piensoqueel error de origenconsisteen interpretarinadecuada-mente la oposición (u-> mén.. té dé: ya.. ya) establecidaen el texto entreelkathautáquevale paratodaslas categoríasy el katá symbebékósdel párrafoanterior,que vale paralas determinacionesaccidentalesde la entidado sus-tancia. como si tal oposición expresaralos dos modos posibles(necesario,contingente)de pertenenciadel predicadoal sujetoen la predicación.Pero

Uses u mediate,aparecea vecesexpresadapor Aristotelesa travésdel adverbi,:> eta/tv»:Recitérdese.por ejemplo,la afirmaciónde Mci. tV, 2, 1 Ot>4a5.segúnla cual <lo que es»sed ivi—de inn,ediata,r,ent<’ (cultiva) engéner<.>s.La otisma expresiónseutiliza en Mci. Vil. 6. 1<131 bD 1puracaracterizar la reíacióo inmediata(en estecaso,de denudad)entrecadacosay so esencia.

¡ El hechode tite el verbo ser ptiedaestarausente(le la predicación sin que ésta sufra<amblo o ‘Herma cte.»en¡idc> muestraque ser, en la predicación, tic, posee s4gnifícnd<su/ganoaparte riel cfoc ¡e írauisfle-e cl predíc.wclo. Asi pues,desdeel pu nts~ de vista aristotéli e’> no seriaaberranteafirmar quesi’ se?tiene múltiplessignificacionesesp<’rque hay múltiples categoríasy dc ahíque a éstas,por vi misma,», pertenezcanlos d isti nh>sseT>tidosdc ‘ser’. (I..a pluralidaddelascztteszorias.a su vez, esinevitableporque laseíiiidadeso sustanciasposeendistintostiposdeti etcrmi nil ci5> n 155 rcc,/e.»:

Page 10: Releyendo a Aristóteles. ¿Qué, y de qué, son por sí las ... · por las distintas figuras de la predicación: en efecto, cuantas son las maneras en que ésta se expresa, tantas

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no esésteel caso,segúncreo.La oposiciónenfatiza,más bien, lo siguiente:apesarde quelos predicadosqueno pertenecena la primeracategoríaexpre-sandeterminacionesquesonaccidentalesrespectodel sujeto,sin embargoentodos ellos,en todaslas categorías,seexpresannecesariamentedistintassig-nificacionesdel ‘ser’: lo accidentaly contingente,desdeestaúltimaperspecti-va, es el modo concretode expresiónlingúistica, la circunstanciade que seutilice explícitamenteo no el verbo‘ser’ 2

Estoes lo quediceAristóteles,y estoes lo quepretendenponerdemani-fiesto los ejemplosaducidos.Y así es como debeentenderse,a mi modo dever, estacrucial y controvertidaafirmaciónaristotélicasegúnla cual «sedicequesonporsímismastodaslas cosassignificadaspor las distintasfiguras dela predicación».

¡2 La intenciónde los ejemplosaristotélicos(no hay diferenciaatgunaentre “un hombreconvalece>,y <‘un hombree.s(tá)convateciendo”,etc.) podríainterpretarscdel siguientemodo:aun cuandono aparezcaexplicitamenteel verbo ‘ser’ en la predicacion.sin embargosiemprecabereformularéstareintroduciendoaquél,enel ejemplo.siemprecabesustituirel verbo ‘con-valece’ por la expresión‘es(tá) convalenciendo’,lo que demostraríala presencia universal (almenos, implícita) del verbo seren toda predicación.

Estarazonablematización me fue sugeridapor el Prof. Aubenque.Sobreella me permitolasdossiguientesobservaciones:(1) de modogeneral,estamatizaciónes perfectamenteconsis~tentecon mi interpretacióndel “por sí” atribuidoa todaslascategorías;(2) si bienes cierto quelas predicacionesen que no apareceel verbo‘ser’ podrian reformularseintroduciendoexplíci-tamentela cópula, no esmenoscierto que aquellas(<trasen queapareceel verbo Ser’ podrían,asovez,reformolarsesuprimiéndolosiempreyen cadacaso.Lo cualdemuestraque la presenciaexplícita del verbo seres algo meramente frctico, contingente. Despuésdetodo, a lo que es“porsí« seoponesiempreto que es o sucede«aeeidentatmente”:por sí, tas categoríasexpresandi-versossignificadosde ‘ser’ (siemprepresenteal menosimplícitamente,en la predicación); loaccidental,por su parte,es quetal presenciaseaexplícita,que el verbo Ser’ aparezcao dejedeaparecerexplwaamenteenla formulaciónlingiiística tic la predicaei<.Sn.