La empresa

CCommon Activities es una empresa dedicada a interve-nir en edicios residenciales compactos en los cuales conseguir espacios de uso común que permitan a los usuarios interrelacionarse y que a su vez sean capaces de gestionar actividades habituales de una forma más sostenible.

Dónde se actúa

El lugar seleccionado para el desarrollo del proyecto de la empresa es el número 42 de la calle Pizarro, en San Vicente del Raspeig. Se trata de un bloque residencial común cuyos únicos espacios compartidos son el bloque de comunicación vertical y la terraza. Se opta por este edicio ya que es accesible y constituye un ejemplo evidente de una de las formas edicatorias más más común.

Para quién va dedicado

De varios perles sociales son los residentes que habi-tan en este inmueble, desde niños muy pequeños hasta ancianos, familias de varios componentes, estudiantes compañeros de piso, parejas independizadas e indivi-duos que viven solos. Cada vivienda es independiente una de la otra pues no existe relación entre los compo-nentes, a excepción de la familia del 2ºC y los ancianos del 2ºB, que son familia directa. Es por ello que desde un principio la empresa pretende intentar involucrar a la totalidad de los residentes y crear espacios que, acor-des a la mayoría de sus necesidades, puedan utilizar y mejorar su estilo de vida.

Herencia de la empresa

Esta empresa surge como una evolución de otra reali-zada un año anterior. Se parten de las mismas premisas como pueden ser la reconstrucción espacial y completa gestión de una comunidad de vecinos, debido a que

este tipo de edicación plurifamiliar en altura, resta es-pecialización a la forma de vida de cada habitante. Las modicaciones con respecto al año anterior son la crea-ción de espacios en zonas comunitarias accesibles para todos los residentes rechazando la posibilidad de actuar en las zonas privadas de las viviendas y adoptar soluciones sostenibles estrechamente relacionadas con el medioambiecon el medioambiente.

Puntos de partida

El primer contacto y método de participación se realizó con personas de diferentes comunidades, para tratar temas desde varios puntos de vista. Se obtuvo una con-clusión generalizada de que en los edicios residencia-les plurifamiliares era inexistente la relación entre veci-nos, es más, en algunos casos llegaba a ser conictiva, lo que perjudicaba la convivencia y el mantenimiento de las zonas comunes. Cada familia se dedica a vivir en su vivienda independientemente del vecino.

Para romper con esta forma habitual de vida y que nuestra empresa pudiese funcionar fue necesario la se-lección de un modelo existente en el que los vecinos y las zonas comunes funcionasen gracias a unas normas de convivencia. Residencias, campings, albergues, ho-teles, etc, son ejemplos conocidos de ello. Por cercanía y accesibilidad elegimos el camping Bahía de Santa Pola, un modelo en el que sus ocupantes pasan largas estancias por lo que se podría considerar un camping residencial. Comenzamos a hacer nuestros primeros es-tudios de este lugar recogiendo imágenes, opiniones, dibujos... un trabajo de campo en el que el conocimien-to nos permitía conocer los espacios y el modelo de vida.

Del camping al bloque residencial

PPara abrir huecos en las plantas del edicio con inten-ción de convertirlos en espacios comunes fue necesa-rio dialogar con los vecinos, muchos de ellos como los de la planta baja y primera no quisieron participar en el

proyecto, sin embargo, los residentes del 2ºA, 2ºB, 2ºC, 3ºA y 3ºC se encontraron dispuestos a ceder un trozo de su vivienda del que podían prescindir para que co-menzáramos nuestra primera aproximación. La nego-ciación se hizo mediante nuestra página web, en la que recibimos respuestas a través de un test de las zonas exactas con las que podíamos contar. Los nuevos espacios comunitarios tenían forma de lavandería, una cocina y un comedor, espacios de estar, gimnasio, huerto y estancias al aire libre para disfrutar del clima. Todos ellos gestionados por la empresa y dirigidos por los propios habitantes. Cualquier perl social podía hacer uso de cada una de las estancias.

Experimentación

Para consolidar estas nuevas propuestas, había que comprobar su funcionamiento por lo que fue necesario la construcción de una serie de objetos escala 1:1 mani-pulables por los residentes y experimentar esta posibi-lidad de vida. La acción a desarrollar con estos objetos fue la hora de la comida mediante un horno solar y una instalación con mesas, sillas, menaje y otras actividades para pasar el tiempo en comunidad. La recreación se situó en el propio camping bahía de Santa Pola donde obtuvimos un espacio gracias a la negociación con los propietarios de este lugar. No fue fácil, ya que tuvimos que explicarles en qué consistía nuestro proyecto, todo lo que íbamos a necesitar para la actividad y la elección de un día adecuado en cuanto a clima para el funciona-miento del horno y de la experiencia, además de la dis-ponibilidad de los residentes del bloque de viviendas. Al evento acudieron María y María, madre e hija (2ºB y 2ºC), Jessica y Cristina (2ºA) y el presidente de la comu-nidad (3ºA). Se cocinó, comió, disfrutó del clima, fregó y se observó el funcionamiento del camping in situ y de sus instalaciones. Se sacaron conclusiones de un nuevo proceso de facilitación para la próxima intervención en el edicio.