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521 revista española de pedagogía año LXII, n.º 229, septiembre-diciembre 2004, 521-540 Relaciones sociales de personas con discapacidad, en el Ocio y Tiempo libre por Pilar IBÁÑEZ LÓPEZ y María José MUDARRA SÁNCHEZ Universidad Nacional de Educación a Distancia 1. Introducción Las personas con discapacidad —uno de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad— han de seguir enfrentándo- se a múltiples obstáculos a la hora de acceder a los diversos aspectos de la vida social (Comisión de las Comunidades Eu- ropeas, 2000). Desde las últimas décadas del siglo XX asistimos a cambios signifi- cativos en los marcos legales y políticos de la discapacidad, a nivel nacional e in- ternacional, dirigidos a promover los de- rechos de estas personas a participar, tan plenamente como sea posible, en todos los aspectos y sectores de la sociedad (la- boral y sociocomunitario), por entender que el bienestar social de las personas con discapacidad requiere, para una in- tegración plena, actitudes sociales de aceptación y disponibilidad de diversos sistemas de apoyo (Ibáñez, 2002). Se tra- ta de considerar la discapacidad como una forma de diversidad social que reclama una respuesta global, encaminada a crear una sociedad «para todos», tal como se- ñalara la Declaración de Copenhague so- bre el Desarrollo Social (1995). Así, el Consejo de la Unión Europea declaró el año 2003 como «Año Europeo de las Per- sonas con Discapacidad» —Declaración Institucional ratificada por el Congreso de los Diputados el 4 de febrero del 2003—, en el que se reconocen los pro- gresos que ha experimentado la vida de la población con discapacidad, la necesi- dad de políticas que promuevan la plena incorporación social para que dejen de ser un «grupo en riesgo de exclusión» y propuestas dirigidas al «fortalecimiento» personal y profesional —empower- ment— de modo que las personas pue- dan controlar sus vidas, tomar decisio- nes, cambiar percepciones negativas, disfrutar de igualdad de oportunidades y, en definitiva, ejercer sus derechos como ciudadanos. En el contexto español, la LISMI, —Ley de Integración Social de los Minusválidos— señala —en su art. 52. 5— que las actividades deportivas, cul- turales, de Ocio y Tiempo libre, constitu-

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Relaciones sociales de personas con discapacidad, en el…

Relaciones sociales de personas condiscapacidad, en el Ocio y Tiempo libre

por Pilar IBÁÑEZ LÓPEZ y María José MUDARRA SÁNCHEZUniversidad Nacional de Educación a Distancia

1. IntroducciónLas personas con discapacidad —uno

de los colectivos más desfavorecidos dela sociedad— han de seguir enfrentándo-se a múltiples obstáculos a la hora deacceder a los diversos aspectos de la vidasocial (Comisión de las Comunidades Eu-ropeas, 2000). Desde las últimas décadasdel siglo XX asistimos a cambios signifi-cativos en los marcos legales y políticosde la discapacidad, a nivel nacional e in-ternacional, dirigidos a promover los de-rechos de estas personas a participar, tanplenamente como sea posible, en todoslos aspectos y sectores de la sociedad (la-boral y sociocomunitario), por entenderque el bienestar social de las personascon discapacidad requiere, para una in-tegración plena, actitudes sociales deaceptación y disponibilidad de diversossistemas de apoyo (Ibáñez, 2002). Se tra-ta de considerar la discapacidad como unaforma de diversidad social que reclamauna respuesta global, encaminada a crearuna sociedad «para todos», tal como se-ñalara la Declaración de Copenhague so-

bre el Desarrollo Social (1995). Así, elConsejo de la Unión Europea declaró elaño 2003 como «Año Europeo de las Per-sonas con Discapacidad» —DeclaraciónInstitucional ratificada por el Congresode los Diputados el 4 de febrero del2003—, en el que se reconocen los pro-gresos que ha experimentado la vida dela población con discapacidad, la necesi-dad de políticas que promuevan la plenaincorporación social para que dejen deser un «grupo en riesgo de exclusión» ypropuestas dirigidas al «fortalecimiento»personal y profesional —empower-ment— de modo que las personas pue-dan controlar sus vidas, tomar decisio-nes, cambiar percepciones negativas,disfrutar de igualdad de oportunidadesy, en definitiva, ejercer sus derechos comociudadanos.

En el contexto español, la LISMI,—Ley de Integración Social de losMinusválidos— señala —en su art. 52.5— que las actividades deportivas, cul-turales, de Ocio y Tiempo libre, constitu-

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yen un ámbito más de integración, por loque se desarrollarán —siempre que seaposible— en las instalaciones y con losmedios ordinarios de la comunidad y sólosubsidiariamente, o de forma complemen-taria, se establecerán servicios y activi-dades específicas para casos dediscapacidad grave. No obstante, en esteámbito, el «derecho a ser diferente» aúnparece ser un derecho conculcado. Aun-que haya personas con discapacidad quesí disfrutan del Ocio y se reconozca comosigno de desarrollo social, los poderes pú-blicos y la sociedad aún no lo garantizanni lo facilitan como debieran (Gorbeña yotros, 1997). Los esfuerzos por fomentarla difusión cultural, el turismo o el de-porte como un hábito saludable, aún re-sultan insuficientes para lograr que losprincipios de integración y normalizaciónsean auténticos ejes moduladores de lasrelaciones sociales de las personas condiscapacidad en el Ocio y Tiempo Libre.

En este proceso es fundamental re-saltar el sentido educativo del Ocio, puesaunque éste suele entenderse genérica-mente como el conjunto de actividadesque se realizan en el Tiempo libre —sincarácter de obligatoriedad (Ibáñez,2002)—, conviene considerarlo desde laperspectiva de educación para toda lavida, ya que se pueden construir activi-dades de Ocio para promover el desarro-llo personal, finalidad última de laeducación. Tal como se señalara en el VICongreso Mundial del Ocio —organizadopor el Instituto de Estudios del Ocio dela Universidad de Deusto, dedicado a lasrelaciones entre el Ocio y el desarrollohumano— se adopta un concepto de ex-periencia de Ocio, intenso, vital,

procesual, contextualizado con un senti-do y un Tiempo, del que se tiene concien-cia de duración, proceso y sobre todo,vivencia unitaria e individualizada. Porello, implica tanto integraciones vertica-les (coordinar experiencias de aprendiza-je en diferentes momentos a lo largo dela vida) como horizontales, (coordinar di-versos rangos de experiencias educativasvitales, Nazareth, 2000). En cualquiercaso, supera el sentido casual (Stebbins,1992), en el que se producen aprendiza-jes espontáneos pues, al contrario, susparticipantes adoptan un rol participativoy persiguen ciertas finalidades como sub-sanar necesidades motivadas por el tra-bajo o el cansancio en los hábitoscotidianos, desarrollar diversas competen-cias, objetivos intrínsecos, sociales, de re-lajación etc., que conllevan valoresinherentes al Ocio como la alegría, satis-facción, unión, percepción de libertad,afirmación o autoconocimiento. Comomanifiesta el Informe Delors (Delors,1996), la mayor disponibilidad de Tiem-po libre proporciona oportunidades úni-cas para el enriquecimiento cultural y elbienestar personal —físico, psicológico,emocional, material y social— a travésde la adquisición de conocimientos y com-petencias.

En definitiva, la educación para elOcio supone un aprendizaje consciente,sistemático y organizado que exige la dis-ponibilidad y accesibilidad de recursos,socialmente aceptables y potencialmenteeducativos, experiencias únicas, capacesde promover el desarrollo y la satisfac-ción personal. Ahora bien, como señalala OIT (2001), las personas condiscapacidades —en torno a un 10% de

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la población europea (COM, 2000)— noconstituyen un grupo homogéneo, susdiscapacidades adoptan distinta natura-leza, grados de severidad, continuidad etc.La complejidad de esta realidad, unidaal carácter del Ocio como vivencia inter-na de la que el sujeto deriva sus apren-dizajes, hace que resulte tan difícilestablecer y valorar los indicadores so-ciales del Ocio y Tiempo libre y los meca-nismos para conseguir su accesibilidaduniversal.

En torno a los conceptos y variablesimplicados en el proceso de socializaciónsurgen numerosas discusiones. El concep-to de conocimiento social, podía enten-derse como comprensión del medio porparte del sujeto —cognición— y como so-cialización o integración social del mis-mo —afectividad—. Sin abundar en lasdistintas aproximaciones teóricas sobreel comportamiento adaptativo en relacióna la socialización —biológica, psicológicay social, siguiendo la clasificación de Ru-bio (1995)— sí hemos de resaltar sus ob-jetivos de integración y adaptación social,en relación a los cuáles se ha desarrolla-do el concepto de «competencia social»—generalización evaluativa sobre la eje-cución de tareas que requieren ciertashabilidades sociales o conductas específi-cas—. El carácter situacional de la com-petencia social incluye, entre otras, lacapacidad para establecer relaciones so-ciales adecuadas, dependientes de facto-res bio-psico-sociales, de una visióncorrecta del entorno y del conocimientode las respuestas específicas adecuadasal mismo.

Desde la Psicología social pueden ex-

plicarse diversos fallos en la conducta so-cial como desajustes entre los objetivosde las personas y su realidad, errores per-ceptivos —por ejemplo, estereotipos—errores en la «traducción» o comprensiónde pensamientos, sentimientos, motiva-ciones de otras personas en sus relacio-nes interpersonales, en la planificación—por ejemplo, la impulsividad— o en laactuación —por ejemplo, falta de motiva-ción, desconocimiento de respuestas ade-cuadas—. Las personas con discapacidadpsíquica, suelen mostrar un deterioro re-lativamente generalizado en sus relacio-nes sociales por la dificultad paraflexibilizar su comportamiento, de modoque, cuando las características del am-biente se modifican, les resulta difícilcambiar sus pautas de respuesta, lo quedificulta su adaptación social (Kelly,1992). Así, su capacidad para desenvol-verse socialmente depende tanto de la dis-posición de la sociedad a aceptar a laspersonas con sus diferencias, como de laslimitaciones funcionales que permiten re-conocer a la persona como discapacitadacomo se señala en el Informe de la Comi-sión de las Comunidades Europeas, «Ha-cia una Europa sin Barreras» (2000).

Este colectivo de personas condiscapacidad, no participa de forma esta-ble de las ofertas de Ocio, por la existen-cia de múltiples obstáculos o barreras.Además de barreras usuales, hay queprestar especial atención a los problemasderivados de sus características específi-cas y a aquellos otros relacionados con elmedio físico y social que dificultan la par-ticipación en actividades de Ocio, parti-cularmente los relativos a la movilidad yla comunicación —barreras urbanísticas,

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de transporte, de orientación y comuni-cación sensorial etc—. Efectivamente,junto a las barreras internas —limitacio-nes funcionales, fatiga, pasividad, retrai-miento, depresión, vulnerabilidad alestrés etc.— encontramos barreras exter-nas, como ciertas actitudes socialesestereotipadas o la falta de oportunida-des y acceso a los recursos. La importan-cia del entorno en el establecimiento derelaciones sociales adecuadas, comienzapor las expectativas que se establecen entorno a estas personas, los roles que seles asignan, los prejuicios y actitudes ha-cia ellas, que afectan directamente suautoconcepto personal. Con la intenciónde superar estas barreras y promover suintegración social, han surgido diversasiniciativas —algunas con carácterinstitucional— en torno a la accesibili-dad y la sensibilidad social.

El Forum Europeo sobre Discapaci-dad, en Atenas —mayo de 2003— adoptóuna resolución sobre Arte, Cultura, Me-dios y Discapacidad (EUCREA, 2003) quepermitiera desarrollar programas paraacceder a eventos y actividades cultura-les (enseñanza especializada, actividadesadaptadas y asistencia técnica —visitascon lenguaje de signos, libros en Braille,letras grandes y claras en mapas e ilus-traciones, música asistida por ordenador,dibujo—, información sobre las ofertasculturales accesibles, servicios culturales«a domicilio» (distribución de libros, vi-deos, Cd-Rom, actividades artísticas, ins-trumentos para pintar, componer músicaetc). Dicho Forum junto con el ComitéParalímpico Europeo (EPC), firmaron unacuerdo para promover el deporte entrelas personas con discapacidad [1]. A este

respecto, ha crecido la conciencia social yel apoyo oficial, convirtiéndose España enuna de las principales potencias mundia-les en el deporte de personas condiscapacidad. Buena muestra de la in-quietud por acercar el deporte a perso-nas con discapacidades físicas, psíquicaso sensoriales, es la aportación de artícu-los de prestigiosos deportistas, directivosy expertos del ámbito deportivo, médicoy social, en números monográficos ínte-gramente dedicados al deporte en revis-tas tales como Minusval (2002, n.º 135).

Otro de los ámbitos fundamentales re-lacionados con la participación de las per-sonas con discapacidad en actividades deOcio y Tiempo libre, es el turismo, queexige —entre otros aspectos— superar lasbarreras relacionadas con el transportede ahí que la Comisión Europea hayacreado el Servicio Europeo de Informa-ción sobre Transportes Locales, ELTIS,con programas específicos (COM, 2000).La actividad turística se entiende comouna cadena de actividades y servicios, di-rigida «a todos», independientemente desu grado de movilidad, por tanto, se debeasegurar la accesibilidad a todos sus ele-mentos: promoción, información, organi-zación de itinerarios, viajes, alojamientos,actividades lúdicas y culturales. Como se-ñala Sanz (2002), aún siendo minoría losrecursos turísticos accesibles, se empie-zan a elaborar guías sobre la accesibili-dad de los recursos turísticos por partede asociaciones de discapacidad, agenciasde turismo especializadas o revistas comoPolibea Turismo.

Esto nos lleva a considerar la influen-cia del movimiento asociativo de las per-

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sonas con discapacidad. Con frecuencia,estas asociaciones fueron fundadas porpadres y actúan en régimen de mutuali-dad sin fines lucrativos. Algunas surgie-ron con delimitación territorial —pararesponder demandas específicas de unazona determinada— se especializan endeterminados servicios —como el Ocio—o se dirigen a colectivos con patologíasespecíficas. Muchas de estas asociacionesse agrupan en federaciones y confedera-ciones, como es el caso de la Confedera-ción Española de Federaciones yAsociaciones Pro-personas DeficientesMentales (FEAPS) o el Consejo Españolde Representantes de Minusválidos(CERMI). De este modo, las asociacionesde personas con discapacidad desempe-ñan un papel fundamental en su inte-gración social, en particular, promuevenel cambio actitudinal hacia estas perso-nas, tanto de sus familias —que recibenorientación en áreas globales como la edu-cación, el trabajo, la asistencia especiali-zada, etc.— como de la sociedad engeneral, además de impulsar propuestasespecíficas en políticas nacionales e in-ternacionales. Como ejemplo, baste seña-lar la participación de muchasasociaciones en movimientos de volun-tariado en los que se reclama el compro-miso de las personas con discapacidadcomo sujetos activos del voluntariado, porla importante labor de formación e infor-mación que pueden realizar (Ibáñez,2002).

Finalmente, desde una perspectivaempírica, en el presente artículo, comouna de las posibles vías para fomentar elcambio de actitudes sociales estereoti-padas hacia estas personas, a partir de

un conocimiento más fiable y objetivo desu participación social en actividades deOcio y Tiempo libre y de sus relacionessociales, presentamos un análisis al res-pecto, que nos muestra directrices paraevitar su exclusión social y facilitar suintegración.

2. Objetivo general, Cuestiones eHipótesis del estudio

El objetivo general del estudioexploratorio que describimos a continua-ción, es aproximarnos al conocimiento delas relaciones sociales en el contexto deOcio y Tiempo libre, de las personas condiscapacidad, desde su propia perspecti-va. Más específicamente, pretende cono-cer diversos rasgos de sociabilidad comoel establecimiento de relaciones de pare-ja, de amistad, las cualidades y defectosque más les gusta/disgusta encontrar ensus amigos, la participación en diversasactividades de Ocio —aficiones, lugaresde diversión, prácticas deportivas— y elasociacionismo de este colectivo, tenien-do en cuenta algunos rasgos característi-cos como el género, la edad y el tipo dediscapacidad. Para ello, nos planteamoslas siguientes Cuestiones de investigación:

• Respecto a sus relaciones de pareja,¿existe una tendencia significativa amantener relaciones de pareja?, ¿el gé-nero y el tipo de discapacidad influ-yen significativamente en el estableci-miento de dichas relaciones?

• Respecto a sus relaciones de amistad,¿existe una tendencia significativa enla procedencia de sus amigos, esto es,

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prefieren hacer amigos indistintamen-te dentro o fuera del trabajo?, ¿cuálesson las cualidades que más valoranen sus amigos?, ¿y los defectos quemás les disgustan? ¿El género y el tipode discapacidad influyen signi-ficativamente en la procedencia de susamigos y en las valoraciones sobre suscualidades y defectos?

• Respecto a su participación en activi-dades de Ocio y Tiempo libre, ¿existealguna tendencia significativa en lassalidas que realizan para divertirse,y en sus prácticas deportivas?, ¿cuá-les son sus aficiones, lugares de di-versión y prácticas deportivaspreferidas? ¿El género y el tipo dediscapacidad influyen significativa-mente en su participación en activi-dades de Ocio, esto es, su tendencia asalir, sus aficiones preferidas, lugaresde diversión, los deportes que practi-can?

• Respecto a su asociacionismo, ¿existealguna tendencia significativa encuanto a su pertenencia a alguna aso-ciación?, ¿a qué asociaciones pertene-cen? ¿El género y el tipo de disca-pacidad, influyen significativamenteen su tendencia a asociarse?

Como punto de partida, se adoptanalgunos supuestos o hipótesis nulas a con-trastar en nuestros análisis, todas ellasreferidas a la no significatividad tantode las tendencias expuestas como de lainfluencia del género y del tipo dediscapacidad sobre cada uno de los ámbi-tos mencionados anteriormente.

3. Características de los partici-pantes en el estudio

El estudio se llevó a cabo sobre unamuestra intencional —por motivos de ac-cesibilidad— de 252 personas con distin-tos tipos de discapacidad, procedentes dediversas comunidades autónomas que, ensu mayoría, desempeñan empleos prote-gidos. El perfil de las personas condiscapacidad que constituyen la muestrade estudio es el siguiente:

• Tipo de discapacidad: predominan laspersonas con discapacidad psíquica(65,1%), seguidas de quienes sólo ma-nifestaban discapacidades físicas(20,2%), y sensoriales (10,7%). Muypocos presentan discapacidad múlti-ple, física-sensorial, psíquica-sensorialy física-sensorial (2,4%, 1,2% y 0,4%respectivamente).

• Género: Los sujetos de la muestra seseleccionaron buscando frecuencias degénero aproximadas para poder reali-zar comparaciones según esta varia-ble. Efectivamente, la muestra procedede una población en la que el porcen-taje de varones es significativamenteigual al de mujeres (se acepta la hipó-tesis nula de la Prueba Binomial, pro-babilidad=0,5 (sig.=0,659). Por tanto,la muestra es equilibrada respecto algénero —si bien el n.º de varones(fr=130), es ligeramente superior al demujeres (fr=122)—. Respecto al tipode discapacidad según el género, secomprueba —véase Gráfico 1— queambas características no son indepen-dientes a un nivel de significación de0,05 (Chi-cuadrado= 13,277, sig.=0,021). Más aún, tras un análisis delos residuos de la tabla de contingen-

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cia entre estas variables, se observaque existen menos varones condiscapacidad sensorial de los que ca-

bría esperar por azar (residuo corre-gido=—2,8).

GRÁFICO 1: Tipo de discapacidad según el género

• Edad: Con una edad media de 31 años(el sujeto más joven tenía 17 años y elmayor 56 años), la mayor parte de lossujetos poseen 35 años o menos (75%).En cuanto a la edad y el tipo dediscapacidad —véase Gráfico 2— elgrupo más numeroso de encuestados,resultó ser el más homogéneo, esto es,

se observa cierto predominio de per-sonas con discapacidad psíquica y unaedad aproximada de 30 años. No obs-tante, no se puede afirmar que existauna relación significativa entre losgrupos de edad y el tipo dediscapacidad (Chi-cuadrado= 20,049,sig.=0,455).

GRÁFICO 2: Grupos de Edad y tipos de Discapacidad

• Tipo de Centro de Trabajo: En lamuestra seleccionada predominan laspersonas con discapacidades que des-

empeñan empleos protegidos (82,94%),en menor medida los que trabajan enla empresa privada (11,90%) y muy

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pocos en su propia empresa (2,38%),sin que el género influyera signifi-cativamente en el tipo de centro detrabajo (Chi-cuadrado=3,102, sig.=0,05).

4. Instrumentos y Procedimientosde Análisis

Con objeto de analizar las relacionessociales, en el contexto del Ocio y Tiem-po libre, desde la propia perspectiva delas personas con discapacidad, aplicamosun cuestionario de autovaloración, de ela-boración propia, cuyos ítems se referíana los distintos aspectos recogidos en lascuestiones ya planteadas. Posteriormen-te, se llevaron a cabo diversos análisiscon ayuda del programa informáticoSPSS, fundamentalmente contrastes detipo no paramétrico, acordes a las varia-bles del cuestionario de autoevaluaciónempleado.

a) Relaciones de parejaPara comprobar si el porcentaje de

personas con discapacidad que afirmabantener pareja era igual a quienes afirma-ban carecer de ella, realizamos una Prue-ba Binomial. Dicha prueba nos permitiódescubrir que la probabilidad de que exis-tiera alguna tendencia significativa alrespecto era exactamente de 0.5 (no infe-rior, 0.05 nivel de significación tomadocomo referencia). En consecuencia, el por-centaje de personas con discapacidad quemanifestaban tener pareja (59%), eraestadísticamente igual a quienes care-cían de ella (41%), de ahí que no exis-tiera, en nuestra muestra, una tendenciasignificativa, a mantener relaciones depareja.

Respecto a la influencia del género yel tipo de discapacidad en el estableci-miento de relaciones de pareja, nuevosanálisis de contingencia permitían dedu-cir que dichas relaciones eran signi-ficativamente más frecuentes en losvarones con discapacidad física (Residuocorregido=3.8), al contrario de lo que su-cedía en varones con discapacidad psí-quica (Residuo corregido=2.4), quiénesmanifestaban tener pareja en un núme-ro significativamente inferior al esperablepor azar (Residuo corregido=—2.6). Portanto, en el caso de los varones condiscapacidad física y también los que po-seen discapacidad psíquica, el género y eltipo de discapacidad sí influyen signi-ficativamente en el establecimiento de re-laciones de pareja, más frecuente en elcaso de los primeros y menos en el casode los segundos.

b) Relaciones de amistadRespecto a los amigos con que suelen

salir, en primer lugar se planteó si exis-tía alguna tendencia significativa en suprocedencia, es decir, si sus amigos pro-venían del trabajo, eran ajenos al mismoo provenían de ambos entornos. No seencontró una tendencia significativa aeste respecto, pues los sujetos encuestadosmayoritariamente elegían a sus amigosindependientemente de su pertenencia alentorno laboral (39%), sin embargo, fuesuperior la frecuencia de personas condiscapacidad que salían con amigos aje-nos a su trabajo (35%), a la de quiénessalían con personas de su entorno labo-ral (26%).

Independientemente del entorno en elque se elegían los amigos, solían tener

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más amigos ajenos al trabajo pero no seencontraron relaciones significativas en-tre características como la edad y el gé-nero y el hecho de tener amigos fuera deltrabajo, (Chi-cuadrado=13.46, p=.34 yChi-cuadrado=0.96 p=.81, respectivamen-te), aunque los varones afirmaban tenermás amigos ajenos al trabajo (un 66%).Sin embargo, sí encontramos relacionessignificativas, aunque moderadas, entreel tipo de discapacidad de los encuestadosy la posesión de amistades fuera del tra-bajo —Phi= 0.35, p(Chi-cuadrado)=.009—.El análisis de residuos corregidos entreambas variables permitió apreciar que laspersonas con discapacidad física, psíqui-ca-sensorial y física-sensorial, afirmabantener más amigos fuera del trabajo de losque sería esperable por azar (residuos co-rregidos iguales a 3, 2.7 y 2.5 respectiva-mente) y, en cambio, las personas condiscapacidad psíquica encuestadas, ma-nifiestan tener menos amigos fuera deltrabajo de lo que sería esperable por azar

(R. Corregido= —2.7). Además, al consi-derar «tener amigos en el trabajo» comovariable dependiente y «tener amigos fue-ra del trabajo» como variable indepen-diente y calcular la asociación entreambas variables con el coeficiente d deSomer, (d de Somer=0.19, p=.002) se des-cubrió que tener amigos fuera del trabajoconstituía un indicador significativo, dela sociabilidad laboral de estas personas.

Por otra parte, al indagar sobre lascualidades de sus amigos, —Gráfico 3—,no se hallaron rasgos favoritos significa-tivos en función del género y el tipo dediscapacidad. Sobre todo parecían valo-rar que les divirtiesen, se lo pasasen bien,compartiesen aficiones, etc. (28%), a con-tinuación destacaban su simpatía, cariño(14%), sinceridad, confianza y lealtad(11%) y en general su amistad (9%). Ade-más consideraban importante que susamigos fuesen buenos con ellos (8%), lesaceptasen, respetasen y escuchasen (5%).

GRÁFICO 3: Cualidades más apreciadas en los amigos

Como era de esperar, no señalaron im-portantes defectos en sus amigos —véa-

se Gráfico 4—, Aunque en general, no lesdisgusta nada de ellos (27%), les disgus-

Preg. n. 15: ¿Qué es lo que más te gusta de tus amigos?

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ta su falta de sinceridad, hipocresía(15%), mal carácter, posibles conductasde superioridad (14%), individualismo ydespreocupación (9%), la frecuencia conque se peleaban con ellos o les hacíandaño (9%) y la falta de respeto (8%). Enpocas ocasiones denunciaron ciertasobreprotección (3%). Respecto a la in-

fluencia del género y el tipo dediscapacidad en su percepción de rasgosnegativos, únicamente se encontraron di-ferencias significativas (Chi-cuadrado=15.46 p=.04), en el caso de las mujerescon discapacidad sensorial, que afirma-ban tener algunos problemas de comuni-cación con sus amigos.

GRÁFICO 4: Defectos de los amigos que más disgustan

c) Participación en actividades de Ocioy Tiempo Libre

Tras aplicar la Prueba Binomial paracontrastar la hipótesis nula de igualdadde proporciones entre los encuestados quesalían a divertirse y los que no, se com-probó que el porcentaje de personas condiscapacidad que afirmaba salir a diver-tirse con los amigos era significativamen-te superior (82%, p=.00). Respecto a lainfluencia del género y el tipo dediscapacidad, se encontró que el n.º devarones con discapacidad psíquica que sa-lía a divertirse con los amigos erasignificativamente inferior al esperablepor azar (R. Corregido = —2.3).

Para divertirse, acudían preferente-

mente a bares, pubs y restaurantes (32%),dar paseos, hacer excursiones o viajar(23%), ir al cine o al teatro (15%) y, enmenor medida, asistían a charlas o dis-cotecas (11%) o acuden a eventos depor-tivos (6%) —véase Gráfico 5—. Tal comomuchos de ellos afirmaban, les gusta ir alos lugares «normales» para gente de suedad. Aunque en ningún caso se aprecia-ran diferencias significativas en los lu-gares de diversión, en función del géneroy el tipo de discapacidad, la frecuenciacon que las mujeres paseaban (o iban alcine era superior a la de los hombres 45%frente a un 37%) (59% frente a un 40%,respectivamente), mientras que los hom-bres asistían con más frecuencia a even-tos deportivos (18% frente a un 12%).

Preg. n. 17: ¿Lo que menos te gusta de tus amigos?

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GRÁFICO 5: Lugares de diversión

Entre sus aficiones, —véase Gráfico6— cabe destacar la práctica deportiva(19%), seguido de escuchar música (15%),ver la televisión, viajar o hacer excursio-nes, leer, escribir, ir al cine o al teatro(en torno al 10%). En general, se apreciagran diversidad de aficiones que para al-gunos incluso abarcaban las tareas do-mésticas (3%). Dichas aficiones parecen

ser independientes del tipo dediscapacidad y del género, aunque seapreciara cierta tendencia —sin llegar aser estadísticamente significativa— ha-cia el predominio de varones que practi-can deporte (32% frente al 17% de muje-res), mientras que, por el contrario, laafición por el baile, era más frecuente enlas mujeres (8% frente al 1% de varones).

GRÁFICO 6: Aficiones preferidas

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En cuanto a las prácticas deportivas,la significatividad de la Prueba Binomial(p asintótica bilateral= .008, superior ala adoptada como referencia, (0.05), indi-ca que el porcentaje de personas condiscapacidad que practicaba algún depor-te (59%) era estadísticamente significati-vo y superior a quienes afirmaban nopracticarlos (41%). Tras analizar sus re-siduos corregidos sí se apreciaron influen-cias significativas debidas al género y altipo de discapacidad. En particular, cabedestacar que son significativamente nu-merosos los varones con discapacidad fí-sica que no practican deporte alguno (R.Corregido=2.1), al contrario de lo que su-cede con los varones que poseen disca-pacidad psíquica (R. Corregido=—2.0).

En cuanto a las prácticas deportivasmás frecuentes, destacaron la natación(26%) y el fútbol (22%), seguidos de lagimnasia o el atletismo (en torno al 9%)—véase Gráfico 7—. Los deportes menospracticados eran el ajedrez, el monta-ñismo y el piragüismo (1%). Nuevamentese observa que los varones que practicanel fútbol son significativamente más nu-merosos que las mujeres (p=.00), quienespractican con mayor frecuencia la gim-nasia (p=.04). En nuestra muestra, no sehallaron diferencias significativas, en fun-ción del tipo de discapacidad, en el tipode práctica deportiva.

d) Pertenencia a asociacionesLos resultados de la Prueba Binomial

(p= .37), indican que el porcentaje de per-sonas con discapacidad pertenecientes aalguna asociación (47%), era estadís-

ticamente equivalente al porcentaje dequiénes no formaban parte de ellas (53%),por tanto, no existía ninguna tendenciasignificativa a este respecto. Además, niel género (Chi-cuadrado= 3.31 p= 0.19),

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ni el tipo de discapacidad parecían in-fluir significativamente en el hecho depertenecer a una asociación. Se encontróuna enorme diversidad respecto a sus aso-ciaciones de pertenencia —véase Gráfi-

co 8—, con cierto predominio de las aso-ciaciones de padres de minusválidos(17%), ASPACE (12%), ASPRODES(10%), ACUDAM (9%) y APASCOVI (9%).

GRÁFIICO 8: Asociaciones de pertenencia

5. Discusión de Resultados yConclusiones

El análisis de la participación de per-sonas con discapacidad en las activida-des de Ocio y Tiempo libre, además decontribuir a la sensibilización social y lareflexión sobre recursos para lograr laaccesibilidad universal, parece imprescin-dible para fundamentar intervencioneseducativas que promuevan su integraciónsocial.

En relación a las características de lamuestra, como el predominio de disca-pacidades psíquicas, la ausencia de másvarones con discapacidad sensorial de los

que cabría esperar por azar o el predo-minio de personas con 35 años o menos,pueden ofrecerse diversas explicaciones.Respecto al predominio de personas condiscapacidad psíquica, como se indica enel informe del IMSERSO (2002), la ma-yor tasa de actividad entre los disca-pacitados (en torno al 40%) y la menortasa de desempleo (en torno al 20%), co-rresponden a personas con disca-pacidades visuales y auditivas, enparticular, varones. Puesto que este tipode «trabajadores» tienen menos dificulta-des para encontrar empleo en empresasordinarias, no es de extrañar que en unamuestra en la que predominan trabaja-

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dores de empleos protegidos, dichos tra-bajadores estén menos representados.Respecto a la edad media de los sujetos—31 años— es un dato semejante al ob-tenido en investigaciones como la de Igle-sias y Fernández (1999) —edad media de32 años— o la del Instituto para la For-mación de la Comunidad de Madrid (Al-bor, 1995) —el 75% de los sujetos teníaentre 20 y 40 años—. No obstante, el au-mento de edad en esta clase de mues-tras, respecto a estudios anteriores(Ibáñez, 1987), podría considerarse comouna consecuencia natural del proceso edu-cativo actual, más prolongado (con Pro-gramas de Formación para la Transicióna la Vida Adulta, Programas de Garan-tía Social, etc.). Finalmente, cabe seña-lar que al tratarse de una muestraamplia, aunque no aleatoria —252 per-sonas con discapacidad procedentes de 10comunidades autónomas— no se garan-tiza la representatividad y por tanto, nose pretende generalizar los resultados ob-tenidos, sino constatar ciertas tendenciasprobablemente semejantes a las de otrasmuestras con características similares ala nuestra.

En cuanto a las relaciones de pareja,la ausencia de una tendencia significati-va podría considerarse, en principio, unindicador de cierta normalización, sinembargo, la influencia significativa delgénero y el tipo de discapacidad en elestablecimiento de estas relaciones —losvarones con discapacidad física tienenmás parejas, al contrario que los varonescon discapacidad psíquica— podría ma-nifestar ciertas dificultades de relaciónsocial.

En las relaciones de amistad, a pesarde no observarse tendencias significati-vas en el entorno de procedencia de susamistades —laboral, ajeno al trabajo, in-distinto— hay un ligero predominio deamigos ajenos al trabajo, lo cuál podríaindicarnos que, por una parte, sus moti-vaciones al hacer amigos se refieren alos valores que aprecian en ellos —másque la pura coincidencia en un mismocontexto— y por otra, la propia capaci-dad para ejercitar sus habilidades socia-les y hacer amigos en entornos laborales.Al igual que sucediera con las relacionesde pareja, los varones parecen ser mássociables fuera del trabajo, sin embargo,esta tendencia no llega a ser significati-va. Por otra parte, las personas condiscapacidad psíquica parecen tener me-nos facilidad para establecer relacionesde amistad. Relevante parece el hechode que tener amigos ajenos a su trabajosea un indicador significativo de su so-ciabilidad en el entorno laboral, indepen-dientemente de sus característicasespecíficas, ya que la propuesta de inter-venciones dirigidas a favorecer la adqui-sición de ciertas habilidades sociales,aunque fuese al margen del entorno labo-ral, sería muy positiva en cualquier edad,género y tipo de discapacidad.

Una información valiosa para com-prender las dificultades que poseen estaspersonas en sus relaciones sociales, asícomo la imagen de las mismas —paradetectar posibles errores perceptivos queactúan como barreras internas—, son lascualidades que desean encontrar en susamigos. Como se ha podido observar, di-chas cualidades parecen independientes

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del género y del tipo de discapacidad, ade-más de ser diversas y coherentes con loque podría esperarse de relaciones deamistad «normalizadas». Además de aso-ciar los amigos a las diversiones, recla-man aspectos afectivos como la simpatía,el cariño, la sinceridad etc. Curiosamen-te sólo un pequeño porcentaje (7%), re-clama ayuda y protección, de dondepodría deducirse que, en su mayoría, de-sean relaciones de amistad a nivel deigualdad. Al citar los defectos que menosles agradan, nuevamente surge la faltade sinceridad, el individualismo etc. demodo que desean ser respetados y acep-tados —tal como son—. El único caso enque el género y el tipo de discapacidadejercen influencias significativas en lapercepción de defectos, es el de las muje-res con discapacidad sensorial, quienesmanifiestan ciertos problemas de comu-nicación, ámbito susceptible de mejoramediante la sensibilización del entorno,el empleo de ayudas técnicas para la co-municación y el desarrollo de programasde competencia social.

A la vista de los resultados obtenidos,puede afirmarse que las personas condiscapacidad de esta muestra, participanmayoritariamente en actividades de Ocioy Tiempo libre. Aunque este hecho talvez no pueda generalizarse a toda la po-blación de discapacitados, al menos sí pa-rece una tendencia firme en la poblaciónconsiderada, esto es, en personas condiscapacidad que desempeñan empleosprotegidos, independientemente de su gé-nero y tipo de discapacidad. Un aspectoa considerar, en investigaciones futuras,es si las mayores dificultades —en las

relaciones de pareja y amistad— que ma-nifiestan tener los varones con disca-pacidad psíquica se mantienen dada laimplementación de programas que, ac-tualmente, se están poniendo en prácti-ca. Al igual que sucediera en la inves-tigación sobre el Ocio en jóvenes condiscapacidades auditivas que realizaronGorbeña y otros (1997), encontramos grandispersión en la expresión de sus aficio-nes y lugares de diversión, lo cuál es típi-co de este ámbito, caracterizado por lalibertad de elección. En general, tanto lasaficiones como los lugares de Ocio soncomunes a los de personas de su edad,independientemente del género o de ladiscapacidad, aunque conviene señalaralgunos matices al respecto.

Tal como se esperaba, existe cierto pa-ralelismo entre aficiones y lugares de di-versión. Así, manifiestan ir sobre todo abares, pubs etc. y sólo una minoría asis-te a eventos deportivos, sin embargo, se-ñalan como principal afición los deportes.También sorprende que a pesar de queexisten pocos programas televisivos adap-tados para las personas con discapacidadsensorial, ésta constituye la tercera afi-ción favorita. Coincidiendo con los resul-tados obtenidos en la citada investigación(Gorbeña y otros, 1997), pasear y hacerexcursiones, sigue siendo una de las prin-cipales actividades de Ocio, al igual queleer, escribir o asistir a eventos cultura-les. No obstante, podría existir cierta ten-dencia a reflejar este tipo de actividadescomo actividades favoritas aunque estarespuesta no refleje completamente larealidad, dado el pequeño porcentaje aso-ciado a lugares de diversión donde —en-

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tre otros— se realizan algunas de estasactividades, como por ejemplo, las biblio-tecas. En cambio, se encuentran diferen-cias con la citada investigación, respectoa las preferencias por juegos de azar, ape-nas citadas en nuestro estudio (2% fren-te al 37%). Tal vez estas pequeñasdiferencias en la expresión de activida-des y lugares, puedan explicarse mejorconsiderando que los lugares reflejan pre-ferentemente un tipo de actividades deOcio que se realizan en grupo, mientrasque las aficiones, además de abarcar és-tas, incluyen otras muchas que puedenrealizarse individualmente.

En definitiva, tanto las aficiones comolos lugares de Ocio favoritos, no parecendepender significativamente del géneroni del tipo de discapacidad de losencuestados, aspecto relevante, a consi-derar en la elaboración de programas so-bre Ocio y Tiempo libre dirigidos a estecolectivo, que manifiesta la importanciadel desarrollo personal y social, nomediatizado por razones de género ydiscapacidad. Ahora bien, sí se detectantendencias generalizadas en la poblaciónde su edad (probablemente más relacio-nadas con aspectos culturales específicosde nuestra sociedad que con el hecho detener o no discapacidad), como son la pre-ferencia de los varones por los eventosdeportivos y de las mujeres por los pa-seos o el cine.

El análisis detenido de su participa-ción en actividades deportivas confirmauna tendencia positiva: el 60% de losencuestados practica deporte —aunqueeste aspecto apenas sea citado cuando se

les pregunta por los lugares de diversión,6%—. A este respecto, sí se constatan lasinfluencias significativas que el género yel tipo de discapacidad conjuntamenteejercen sobre el ejercicio deportivo, espe-cialmente minoritario en los varones condiscapacidad física. Curiosamente, aun-que lo razonable es orientar la elecciónde actividades deportivas según el tipode discapacidad, este aspecto no se refle-ja en los resultados, ya que el deportepracticado resulta ser significativamenteindependiente del tipo de discapacidad.En cambio, el género, sí influye en dichaelección, constatándose la tendencia delos varones por practicar fútbol y de lasmujeres por la gimnasia. Para concluireste aspecto, cabe señalar cierta disper-sión en los deportes practicados, aprecián-dose un predominio claro de la natacióny el fútbol, actividades que se realizanindividual y en grupo, respectivamente.Efectivamente, tras los análisis efectua-dos, no podemos concluir —salvo en ca-sos específicos— que estas personas seresistan a participar en actividadesgrupales y a crear o mantener relacionessociales. Al contrario, tanto sus relacio-nes de pareja como de amistad, sonindicadores de su disponibilidad a estetipo de relaciones, lo que no impide se-guir estimulando este aspecto como ele-mento clave en su proceso denormalización e integración social.

Respecto al asociacionismo, no seaprecia ninguna tendencia significativa—no influyen ni el género ni el tipo dediscapacidad— y sí se aprecia una enor-me dispersión en las asociaciones de per-tenencia, reflejo de la diversidadcaracterística de este colectivo. El hecho

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de que las asociaciones con más sociosentre los miembros de la muestra, sea lade «Padres de jóvenes minusválidos», noslleva a reflexionar sobre el papel funda-mental de la familia en la superación delas barreras y la promoción de la inte-gración social de estas personas. La fa-milia puede proporcionar un entorno deaprendizaje y estimulación de relacionessociales insustituibles por cualquier ser-vicio social e incluso los Centros de Edu-cación Especial, ahora bien, su laborparece estar muy influenciada por los re-cursos y medios ambientales que preci-sa/recibe, entre ellos, la formaciónespecífica sobre la discapacidad que po-see cada miembro familiar. En este sen-tido, parece necesario cambiar algunasactitudes de «sobreprotección» —que,como vimos, son rechazadas por estas per-sonas— y acabar con algunos mitos, comopor ejemplo, la creencia de que la parti-cipación de las personas con discapacidaden actividades de Ocio puede aumentardramáticamente la frecuencia de sus ac-cidentes. Según el IMSERSO (2002), eneste colectivo, la mayor parte de los acci-dentes domésticos y de Ocio se deben alazar (48%) y, en menor medida, a la im-prudencia/temeridad (21%) o descuido/distracción (18%) y muy pocos a proble-mas físicos o psíquicos (2%). Si ademásconsideramos que los accidentes más fre-cuentes en las mujeres, se produjeronmientras realizaban tareas domésticas(79%) y, en menor medida, actividadeslúdicas (39%) o deportivas (21%), y enlos hombres, se produjo el mayor númerode accidentes mientras realizaban repara-ciones y tareas de bricolaje (83%), hemosde concluir que tener o no discapacidad no

debería ser un obstáculo para participaren actividades de Ocio y Tiempo libre.

En conclusión, tras el análisis de lasrelaciones sociales de personas condiscapacidad, en el ámbito del Ocio yTiempo libre, se han puesto de manifies-to ciertos indicadores de su proceso denormalización y sus deseos de integra-ción social. Las mujeres y las personascon discapacidades psíquicas, manifies-tan mayores dificultades en el estableci-miento de relaciones de pareja y amistad,por lo que sería conveniente desarrollarprogramas específicos para promover susrelaciones sociales, a partir del conoci-miento de sus características —potencia-lidades y limitaciones funcionales— y,sobre todo, disponer los recursos necesa-rios para solventar las barreras de co-municación, de información y accesi-bilidad, con que se encuentran estas per-sonas, condición imprescindible para lo-grar su integración social y desarrollopersonal.

Dirección de las autoras: Pilar Ibáñez López y M.ª JoséMudarra Sánchez, Departamento MIDE II, Facultad deEducación, UNED, C/ Senda del Rey 7, Edificio Huma-nidades, 28080, Madrid, e-mail: [email protected]

Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-lo: 20. V. 2004.

Notas

[1] Aún permanece abierta la polémica sobre el apelativo«parOlímpicos» —con la O de Olimpiada— frente a«parAlímpicos», este último término con connotacio-nes más peyorativas, que acentúan las diferenciasentre los profesionales ol ímpicos con y sindiscapacidad (Barbero, 2002b). Aunque en el presen-

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te artículo se opta por el término «parolímpico», serecoge la denominación original de entidades deporti-vas como el Comité Paralímpico Internacional.

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Resumen:Relaciones sociales de personas condiscapacidad, en el Ocio y TiempoLibre

El propósito de este estudio es aproxi-marnos al conocimiento de las relacionessociales de 252 personas con distintos ti-pos de discapacidad, en el ámbito del Ocioy Tiempo libre, desde su propia perspec-tiva, mediante un cuestionario deautovaloración. Los resultados obtenidosponen de manifiesto que, en nuestramuestra, existen muy pocas diferencias

significativas en el establecimiento de re-laciones de pareja y amistad según el gé-nero y el tipo de discapacidad, participanmayoritariamente en actividades de Ocioy Tiempo libre, —incluidas las deporti-vas— sus aficiones y lugares de diver-sión son los comunes a su edad y no hayuna tendencia significativa respecto a suasociacionismo, a pesar de las múltiplesbarreras que han de superar para lograrla accesibilidad e integración social.

Descriptores: Personas con disca-pacidad, relaciones sociales, Ocio y Tiem-po Libre, Deporte, Accesibilidad, estadís-tica.

Summary:Social Relations of people withdisabilities in the scope of theirleisure and free time

The aim of this study is an approachto the knowledge of the social relationsof 252 people with different types ofdisabilities, in the scope of their leisureand free time, from their own perspectiveby means of self assessment ques-tionnaire. The obtained results show thatin the sample there are very fewsignificant differences in the establish-ment of friendship and pair relationsaccording to the sort and type ofdisability. Mainly they take part inleisure and free time activities —in-cluding sports— their hobbies and leisurespots are the ones proper to their agegroup and there is no significant trendwith respect to their groupings, in spiteof the multiple barriers they mustovercome to achieve accessibility and so-cial integration.

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Key Words: Disabilities, social relations,leisure and free time, sports, accessibility,statistical test.