reinos olvidados el elfo oscuro 3 - r. a. salvatore

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1. 18. A. SalvatoreEl El f o Os c u r o 3EL REFUGIOTraduccin deAlberto CoscarelliCRCULO de LECTORES 2. El refugio El elfo oscuro 3Ha llegado el momento de citar a las dos personas cuya confianza enm y cuya influencia me ayudaron a hacer realidad los relatos de Drizzt.Dedico El refugio a Mary Kirchoff y a J. Eric Severson, editores y amigos,con todo mi agradecimiento. 3. El refugio El elfo oscuro 3 4. El refugio El elfo oscuro 3PreludioSentado en la ladera desnuda, el elfo oscuro observaba ansioso mientras la lnea roja crecasobre el horizonte oriental. sta quizs era la centsima aurora, y conoca bien el ardor que la luzabrazadora producira en sus ojos lila, ojos que slo haban conocido las tinieblas de la AntpodaOscura durante ms de cuatro dcadas. 5. El refugio El elfo oscuro 3De todas maneras, el drow no se volvi cuando el borde superior del sol llameante asompor el horizonte. Acept la luz como su purgatorio, un dolor necesario si pretenda seguir el caminoelegido y convertirse en una criatura del mundo de la superficie.Un humo gris apareci delante del negro rostro del drow. Saba lo que significaba sinnecesidad de mirar. El piwafwi, la capa mgica hecha por los elfos oscuros que tantas veces lo habaprotegido de las miradas enemigas en la Antpoda Oscura, haba sucumbido por fin a la luz del da.La magia de la capa haba comenzado a esfumarse haca semanas, y la tela sencillamente sedisolva. Aparecieron grandes agujeros en la prenda, y el drow se abraz el torso con fuerzadispuesto a salvar lo que pudiese.En cualquier caso saba que era intil; la capa estaba condenada a desaparecer en estemundo tan diferente del lugar donde la haban creado. El drow la abraz desesperado, quiz porquela vea como una analoga de su propio destino.Se elev el sol, y brotaron las lgrimas de los ojos lila entrecerrados del drow. Ya no podaver el humo; no distingua ms que el brillo cegador de aquella terrible bola de fuego. Sin embargo,no se movi y mir durante todo el amanecer.Para sobrevivir tena que adaptarse.Meti la punta del pie en una grieta de la roca y empuj hasta sentir dolor; esto lo ayud adesviar la atencin de sus ojos y disminuir el mareo que amenazaba con dominarlo. Pens en logastadas que tena las botas, y comprendi que stas, tambin, no tardaran en convertirse en polvo.Qu pasara con las cimitarras? Perdera las magnficas armas drows que lo habansalvado de tantas situaciones de riesgo? Cul sera el destino de Guenhwyvar, la pantera mgicaque era su compaera? Sin darse cuenta, el drow meti una mano en la bolsa para tocar lamaravillosa estatuilla, tan perfecta en todos los detalles, que utilizaba para invocar al felino. Susolidez le devolvi la confianza en aquel momento de duda, pero si el talismn tambin haba sidotallado por los elfos oscuros, imbuida de la magia tan particular de sus dominios, estaracondenada Guenhwyvar a desaparecer?Me convertir en una criatura lastimosa, se lament el drow en su idioma nativo. Sepregunt, no por primera vez y por cierto no la ltima, si haba sido correcta la decisin deabandonar la Antpoda Oscura, de renunciar a la malvada sociedad de los elfos oscuros.Le dola la cabeza, y el sudor aumentaba el escozor de los ojos. El sol prosigui el ascenso,y el drow no pudo aguantar ms. Se levant y camin hacia la pequea cueva que haba adoptadocomo casa, y una vez ms apoy la mano sobre la estatuilla de la pantera.Los harapos del piwafwi le colgaban de los hombros, ofrecindole una msera proteccincontra el viento helado de la montaa. No haba vientos en la Antpoda Oscura excepto unas ligerascorrientes provocadas por las fuentes de magma, y nada helado salvo el toque de un monstruo nomuerto. El mundo de la superficie, donde el drow llevaba ya varios meses, lo desconcertaba contantos cambios, con tantas variables, que a veces le parecan demasiadas.Drizzt Do'Urden no se rendira. La Antpoda Oscura era el mundo de su pueblo, de sufamilia, y en la oscuridad no encontrara descanso. Fiel a las exigencias de sus principios, habaatacado a Lloth, la reina araa, la deidad malvada que su gente reverenciaba por encima de la propiavida. Los elfos oscuros, la familia de Drizzt, jams le perdonaran la blasfemia, y en la AntpodaOscura no haba suficientes refugios para escapar del castigo.Aun cuando creyera que el sol acabara por abrasarlo, como haba quemado las botas y elprecioso piwafwi, aun cuando se convirtiera en algo tan etreo como el humo gris arrastrado por elviento helado de la montaa, mantendra los principios y la dignidad, los elementos que habandado sentido a su vida.Drizzt arranc los trozos de la capa y los arroj a un profundo precipicio. El viento helado letoc la sudorosa frente, pero el drow camin altivo y orgulloso, la mandbula firme y los ojos lilabien abiertos. 6. El refugio El elfo oscuro 3ste era el destino elegido.En la ladera de otra montaa, no muy lejana, otra criatura observaba el sol naciente.Tambin Ulgulu haba abandonado su lugar de nacimiento, las pestilentes y humeantes grietas quelimitaban el plano de Gehenna, pero este monstruo no haba venido por voluntad propia. Era eldestino de Ulgulu, su penitencia, crecer en este mundo hasta haber conseguido la fuerza suficientepara regresar a su casa.El oficio de Ulgulu era el asesinato; se alimentaba de la fuerza vital de los dbiles mortalesde su alrededor. Ahora, faltndole poco para alcanzar la madurez, era enorme, fuerte y terrible.Cada muerte le daba ms fuerza. 7. El refugio El elfo oscuro 3PRIMERA PARTE 8. El refugio El elfo oscuro 3AmanecerMe quem los ojos y me produjo dolores en todo el cuerpo. Destruy mi piwafwi y lasbotas, rob la magia de la armadura, y debilit mis apreciadas cimitarras. Sin embargo, cada da, sinfallar, yo estaba all, sentado en mi roca, la silla del acusado, esperando el amanecer.Cada da se presentaba ante m de una forma paradjica. No puedo negar el dolor, perotampoco puedo negar la belleza del espectculo. Los colores, inmediatamente anteriores a laaparicin del sol, cautivaban mi espritu de una forma que ningn dibujo de las emanaciones decalor en la Antpoda Oscura poda igualar. Al principio, pens que mi arrobamiento era resultado delo inusitado de la escena, pero incluso ahora, muchos aos despus, siento cmo aumentan loslatidos de mi corazn ante el brillo sutil que anuncia el amanecer.Ahora s que mi tiempo al sol la penitencia diaria era algo ms que el mero deseo deadaptarme a las cosas del mundo de la superficie. El sol se convirti en el smbolo de la diferenciaentre la Antpoda Oscura y mi nuevo hogar. La sociedad de la que haba huido, un mundo demalvados pactos secretos y conspiraciones, no poda existir en los espacios abiertos, a la luz del da.Este sol, a pesar de toda la angustia que me produjo fsicamente, lleg a representar mirechazo a aquel otro mundo oscuro. Aquellos rayos de luz reveladora reforzaron mis principios de lamisma manera que debilitaron los objetos mgicos fabricados por los drows.A la luz del sol, el piwafwi, la capa protectora que haba derrotado las miradas de los ojosenemigos, la prenda de ladrones y asesinos, se convirti en un montn de harapos inservibles.DRIZZT DO'URDEN 9. El refugio El elfo oscuro 31Lecciones malolientesDrizzt se desliz ms all de los arbustos que lo ocultaban y cruz la roca lisa y desnuda quellevaba hasta la cueva que ahora le serva de hogar. Saba que algo haba pasado por all haca poco,muy poco. No haba ninguna huella a la vista, pero el olor era intenso.Guenhwyvar rondaba por las rocas, encima de la cueva en la ladera. Ver a la panteratranquiliz un poco al drow. Drizzt haba llegado a confiar sin reservas en Guenhwyvar y saba queel felino se encargara de hacer salir de su escondite a cualquier enemigo emboscado. Drizztdesapareci en el hueco oscuro y sonri al or que la pantera descenda para vigilarle las espaldas.Apenas traspasada la entrada, Drizzt hizo una pausa detrs de una piedra y dej que los ojosse habituaran a la penumbra interior. El sol todava brillaba aunque se hunda deprisa en el cielooccidental, pero en la cueva estaba mucho ms oscuro, lo suficiente para permitir a Drizzt utilizar lavisin infrarroja. Tan pronto como complet el ajuste, el drow localiz al intruso. El brillo de unafuente de calor una criatura viviente emanaba por detrs de otra roca casi en el fondo de lacueva. Drizzt se relaj. Guenhwyvar slo estaba a unos pasos ms atrs, y, a la vista del tamao dela piedra, el intruso no poda ser una bestia muy grande.De todos modos, Drizzt se haba criado en la Antpoda Oscura, donde todas las criaturas,con independencia del tamao, eran respetadas y consideradas peligrosas. Hizo una seal a lapantera indicndole que mantuviera la posicin cerca de la entrada y avanz sigilosamente parapoder ver mejor al intruso.Drizzt nunca haba visto antes a este animal. Se pareca mucho a un gato, pero la cabeza erabastante ms pequea y puntiaguda. Su peso no pasaba de unos pocos kilos. Este hecho, unido a lacola peluda y la piel espesa, indicaban que deba de ser un forrajero ms que un depredador. Ahorarevolva un paquete de comida, al parecer ajeno a la presencia del drow.Tranquila, Guenhwyvarsusurr Drizzt, envainando las cimitarras.Curioso, dio un paso adelante, aunque sin acercarse demasiado para no asustarlo, ilusionadoante la posibilidad de tener otro compaero. Si llegaba a ganarse la confianza de...El pequeo animal se volvi bruscamente al or la llamada de Drizzt, y sus cortas patasdelanteras lo llevaron rpidamente hasta la pared.Tranquilo repiti Drizzt con voz suave, esta vez para el intruso. No te har dao.El elfo oscuro avanz otro paso, y la criatura chill y, volvindole la espalda, ara el suelode piedra con las patas traseras.Drizzt casi se ech a rer, al imaginar que el animal pretenda escalar por la pared trasera dela cueva. La pantera pas a su lado de un salto, y la sbita desesperacin de Guenhwyvar borr laexpresin de burla del rostro del drow.El animal alz la cola; Drizzt observ que la bestia tena unas rayas blancas en el lomo.Guenhwyvar gimi y dio media vuelta con la intencin de huir, pero era demasiado tarde 10. El refugio El elfo oscuro 3Una hora despus, Drizzt y Guenhwyvar recorran los senderos ms bajos de la montaa enbusca de una nueva casa. Haban rescatado todo lo que pudieron, aunque no era mucho. La panterase mantena bastante apartada de Drizzt. La proximidad haca que el olor fuera insoportable.Drizzt lo acept de buen humor, si bien la fetidez del propio cuerpo haca la leccindemasiado maloliente para su gusto. Desde luego desconoca el nombre del pequeo animal, perono olvidara su aspecto. La prxima vez que encontrara una mofeta ira con ms cuidado.Y qu hay de los otros compaeros en este mundo extrao?, se pregunt Drizzt.No era la primera vez que el drow manifestaba esta preocupacin. Saba muy poco de lasuperficie y todava menos de las criaturas que vivan all. Haba pasado meses sin alejarse de lacueva, con slo algunas excursiones hasta las zonas ms bajas y pobladas. En dichos recorridoshaba visto animales, por lo general a lo lejos e incluso algunos humanos. Sin embargo, an nohaba tenido el coraje de abandonar el escondite para saludar a los vecinos, temiendo el rechazo yconsciente de que no tena otro lugar a donde ir.El ruido de una corriente gui al drow y a la pantera hasta un arroyo. Drizzt busc el refugiode la sombra y comenz a quitarse la armadura y la ropa, mientras Guenhwyvar iba corriente abajoa pescar. El chapoteo de la pantera hizo aparecer una sonrisa en las severas facciones del drow. Esanoche comeran bien.Drizzt abri el broche del cinturn y dej las armas junto a la cota de malla. La verdad esque se senta vulnerable sin la armadura y las cimitarras nunca las habra dejado tan lejos en laAntpoda Oscura pero haban pasado muchos meses sin que necesitara utilizarlas. Mir lascimitarras y revivi el recuerdo agridulce de la ltima vez que las haba usado.En aquella ocasin se haba batido contra Zaknafein, su padre, mentor y querido amigo.Slo Drizzt haba sobrevivido al duelo. El legendario maestro de armas haba desaparecido parasiempre, pero el triunfo en aquella batalla se lo haban repartido entre los dos contendientes, porqueno haba sido Zaknafein el que lo haba atacado en los puentes de la caverna llena de cido, sino suespectro controlado por la malvada madre de Drizzt, la matrona Malicia. Ella haba queridovengarse de la blasfemia del hijo a Lloth y de su rechazo a la sociedad drow en su conjunto. Drizzthaba pasado ms de treinta aos en Menzoberranzan pero nunca haba aceptado los modosperversos y crueles que eran la norma en la ciudad drow. Haba sido una fuente de escarnio para lacasa Do'Urden a pesar de su considerable habilidad con las armas. La huida de la ciudad para vivirexiliado en las regiones salvajes de la Antpoda Oscura, signific que su madre, gran sacerdotisa dela reina araa, perdiera el favor de la diosa.En consecuencia, la matrona Malicia Do'Urden haba resucitado el espritu de Zaknafein, elmaestro de armas que ella haba sacrificado a Lloth, y enviado a la cosa no muerta detrs del hijo.Pero Malicia se haba equivocado, porque todava quedaba bastante del alma de Zak en el cuerpopara negarse a atacar a Drizzt. En el instante en que Zak haba conseguido librarse del control deMalicia, haba soltado un grito de triunfo y saltado al lago de cido.Mi padre, susurr Drizzt, recuperando el nimo con estas sencillas palabras.l triunfara all donde Zaknafein haba fracasado; Drizzt haba rechazado la malvada vidade los drows mientras que Zak haba permanecido sujeto durante siglos, como un simple pen enlos juegos de poder de la matrona Malicia. En el fracaso de Zaknafein y en su muerte, el jovenDrizzt haba encontrado fuerza; de la victoria de Zak en la caverna del cido, haba extradodeterminacin. Drizzt no haba hecho caso del montn de mentiras que los viejos maestros de laAcademia de Menzoberranzan haban intentado ensearle, y haba salido a la superficie paracomenzar una nueva vida.Drizzt se estremeci cuando entr en el agua helada. En la Antpoda Oscura slo habaconocido temperaturas casi siempre constantes y una oscuridad invariable. Aqu, en cambio, elmundo lo sorprenda a cada nuevo paso. Ya haba observado que los perodos de luz y oscuridad noeran constantes; el sol se pona ms temprano cada da y la temperatura que al parecer cambiabacon las horas descenda desde haca unas semanas. Incluso dentro de estos perodos de luz y 11. El refugio El elfo oscuro 3oscuridad haba irregularidades. Algunas noches apareca una esfera plateada, y haba das en losque haba un manto gris en lugar de una cpula celeste por encima de su cabeza.A pesar de todo, Drizzt no se arrepenta de la decisin de venir a este mundo desconocido.Al mirar las armas y la armadura, colocadas a la sombra a una docena de pasos del lugar donde sebaaba, el joven tuvo que admitir que la superficie, pese a todas las rarezas, era mucho ms pacficaque cualquier lugar de la Antpoda Oscura.Ahora estaba muy tranquilo aunque se encontraba en la espesura. Haba pasado cuatromeses en la superficie y siempre haba estado solo excepto cuando haba invocado a su compaeramgica. Pero ahora se senta vulnerable, desnudo salvo por los pantalones rotos, con los ojosenrojecidos por las salpicaduras de la mofeta, el sentido del olfato estropeado por el hedor de supropio cuerpo, y su fino odo ensordecido por el estrpito del agua.Vaya aspecto que debo de tener murmur Drizzt, pasando con fuerza los delgadosdedos entre la maraa de su espesa melena blanca.Cuando mir otra vez sus pertenencias, desapareci cualquier otra preocupacin. Cincofiguras encorvadas removan su equipo, y sin duda no les interesaba para nada el aspecto desastradodel elfo oscuro.Drizzt observ la piel griscea y los hocicos oscuros de los humanoides de dos metros deestatura y rostro perruno, pero sobre todo se fij en las lanzas y espadas. Conoca a esta clase demonstruos, porque haba visto criaturas similares que servan como esclavos en Menzoberranzan.No obstante, en esta situacin los gnolls parecan diferentes, ms peligrosos de como los recordaba.Por un momento consider la posibilidad de correr en busca de las cimitarras, pero descartla idea, consciente de que una lanza poda detenerlo antes de conseguir su propsito. El ms grandede la banda, un gigante de casi dos metros y medio y pelo rojo, mir a Drizzt durante un buen rato,observ el equipo, y volvi a mirarlo.En qu piensas? susurr Drizzt para s.Saba muy poco de los gnolls. En la Academia de Menzoberranzan le haban enseado quepertenecan a una raza goblinoide, malvada, imprevisible y muy peligrosa. Lo mismo le habandicho de los elfos de la superficie y de los humanos, y ahora acababa de caer en la cuenta de quehaban incluido a casi todas las razas excepto la drow. Drizzt casi se ech a rer a carcajadas a pesardel apuro en que se vea. Por una de esas ironas del destino, la raza que ms se mereca elcalificativo de malvada era la drow.Los gnolls no hicieron ningn otro movimiento ni pronunciaron palabra alguna. Drizztentendi su inquietud al ver a un elfo oscuro, y saba que deba aprovecharse de ese miedo natural siquera salvar la vida. El joven apel a las habilidades mgicas innatas y con un movimiento de sunegra mano envolvi a los cinco gnolls en una aureola de fuego fatuo.Una de las bestias se hinc de rodillas, tal como haba esperado Drizzt, pero los otros sedetuvieron a una sea de su lder ms veterano. Miraron a su alrededor inquietos, al parecerpreocupados por la conveniencia de mantener este encuentro. El cacique gnoll conoca el fuegofatuo, de un combate con un infortunado y ahora muerto explorador, y saba que erainofensivo.Drizzt tens los msculos y trat de adivinar el prximo movimiento.El cacique gnoll mir a los compaeros, como si quisiera determinar hasta dnde losrodeaba el fuego. A juzgar por la perfeccin del hechizo, el que estaba en el arroyo no era un vulgarcampesino drow; esto al menos era lo que Drizzt esperaba que pensara.El elfo oscuro se relaj un poco cuando el lder baj la lanza y les indic a los dems que loimitaran. Entonces el gnoll ladr una serie de palabras que sonaron a jerigonza en los odos deldrow. Al ver la obvia confusin de Drizzt, el gnoll grit algo en la lengua gutural de los goblins.Drizzt entenda la lengua goblin, pero el dialecto del gnoll era tan extrao que slo alcanz aentender unas pocas palabras, amigo y lder entre ellas. 12. El refugio El elfo oscuro 3Con mucha cautela, Drizzt avanz hacia la orilla. Los gnolls se apartaron, abriendo unsendero hasta sus pertenencias. Drizzt dio otro paso, y se tranquiliz al advertir la silueta felinaoculta entre los arbustos a muy poca distancia. No tena ms que dar la orden, y Guenhwyvarsaltara sobre la banda de gnolls.T y yo caminar juntos? le pregunt al lder gnoll, en la lengua goblin y con un acentoque pretenda simular el dialecto de la criatura.El gnoll replic con un grito apresurado, y la nica cosa que Drizzt crey entender fue laltima palabra de la pregunta: ... aliado?.El drow asinti lentamente, confiado en que haba captado correctamente el significado.Aliado! ladr el gnoll.Todos los dems sonrieron y rieron aliviados y se palmearon las espaldas. Drizzt lleg juntoal equipo, y sin perder un segundo se abroch el cinturn con las cimitarras. Al ver a los gnollsdistrados, el drow mir a Guenhwyvar y movi la cabeza para indicarle la espesura sendero arriba.Rpida y silenciosamente, la pantera se movi a la nueva posicin. No haba ninguna necesidad derevelar todos los secretos, pens Drizzt, al menos hasta comprender a fondo las intenciones de losnuevos compaeros.Drizzt camin con los gnolls por los sinuosos senderos de las estribaciones de la montaa.Las criaturas se mantenan a una distancia prudente, quiz por respeto a Drizzt y a la reputacin desu raza o por alguna otra razn que desconoca. Aunque crea que el motivo era el hedor, que elbao slo haba conseguido disminuir un poco.El lder gnoll no dejaba de decirle cosas, y acentuaba las entusiastas palabras con un guioastuto o un sbito frotar de las manos peludas. Drizzt no entenda nada de lo que deca la criatura,aunque por la forma de relamerse supona que lo guiaba a alguna clase de fiesta.El joven adivin muy pronto el destino de la banda, porque a menudo haba observado desdelas alturas las luces de la pequea comunidad humana en el valle. Drizzt no tena ninguna pruebareferente a cmo eran las relaciones entre los gnolls y los campesinos humanos, pero supona queno deban de ser amistosas. Cuando se acercaron a la aldea, adoptaron un despliegue defensivo, ybuscaron el cobijo de los arbustos y las sombras en su avance. Ya era casi de noche. El grupo rodela parte central de la aldea para acercarse a una granja aislada en el oeste.El cacique gnoll susurr una frase a Drizzt, muy despacio para que el drow pudiesecomprender cada palabra.Una familia dijo. Tres hombres, dos mujeres.Una joven aadi otro ansioso.El cacique gnoll lo acall con un ladrido.Y tres machos jvenes concluy.Drizzt pens que por fin comprenda el propsito del viaje, y la expresin de sorpresa queapareci en su rostro impuls al gnoll a sacarlo de dudas.Enemigos declar el lder.Drizzt, que lo desconoca casi todo de las dos razas, se encontraba en un dilema. Los gnollseran asaltantes esto resultaba evidente y pretendan atacar la granja en cuanto desapareciera laltima luz del da. El joven no tena intencin de sumarse a la batalla sin conocer la naturaleza delconflicto.Enemigos? pregunt.El jefe gnoll frunci el entrecejo con evidente consternacin. Solt una frase en su jerga enla que Drizzt crey or humano... dbil... esclavo. Todos los gnolls notaron la sbita inquietud delelfo oscuro, y comenzaron a juguetear con las armas y a mirarse los unos a los otros, nerviosos.Tres hombres dijo Drizzt. 13. El refugio El elfo oscuro 3El cacique agit furioso la lanza.Matar viejo! Cazar dos! exclam.Mujeres?La sonrisa malvada que apareci en el rostro del gnoll respondi a la pregunta con todaclaridad, y Drizzt comenz a comprender cul sera su bando en la pelea.Qu hay de los nios?Mir al lder gnoll a los ojos y recalc las palabras. No poda haber malentendidos. Laltima pregunta sera definitiva. Drizzt poda aceptar el salvajismo tpico entre enemigos mortales,pero era incapaz de olvidar la nica vez que haba participado en una incursin. Aquel da habasalvado a una nia elfo, la haba ocultado debajo del cuerpo de la madre muerta para librarla de lafuria de sus compaeros drows. De todas las maldades que Drizzt haba presenciado, el asesinato denios era la ms terrible.El gnoll clav la punta de la lanza en el suelo, y su perruno rostro se contorsion en un ansiaasesina.No cuentes conmigo dijo Drizzt sencillamente, los ojos lila encendidos.Los gnolls advirtieron que, como por arte de magia, ahora empuaba las cimitarras.Una vez ms el cacique gnoll frunci el hocico, esta vez confundido. Intent levantar lalanza para defenderse, sin saber qu hara este extrao drow, pero fue demasiado tarde.El ataque de Drizzt fue como un rayo. Antes de que la lanza del gnoll se alzara, el drowavanz con las cimitarras por delante. Los otros cuatro gnolls observaron atnitos cmo los acerosdel joven golpeaban dos veces, y destrozaban la garganta del poderoso jefe. El gigante cay deespaldas en silencio, tratando intilmente de llevarse las manos al cuello.Un gnoll situado en uno de los flancos fue el primero en reaccionar; levant la lanza y cargcontra Drizzt. El gil drow desvi sin problemas el ataque directo pero tuvo la precaucin de nofrenar el impulso del gnoll. Cuando la enorme criatura pas a su lado, Drizzt la rode y descarg unpuntapi contra los tobillos. Perdido el equilibrio, el gnoll se tambale, y la lanza fue a clavarse enel pecho de uno de los compaeros.El gnoll tirone de la lanza, pero estaba muy hundida, con la dentada cabeza sujeta a lacolumna vertebral de la vctima. Al gnoll no le preocupaba el compaero moribundo, slo querarecuperar el arma. Tir, sacudi, retorci, maldijo y escupi el torturado rostro del herido, hasta queuna cimitarra le hendi el crneo.Otro de los gnolls, al ver al drow distrado, decidi que era mejor atacar a distancia y alz lalanza para arrojarla. Subi el brazo bien alto, pero antes de que pudiese lanzarla, Guenhwyvar caysobre l; el gnoll y la pantera rodaron por el suelo. La criatura descarg los puos contra losmusculosos flancos del animal, pero de nada le sirvieron contra las garras de la pantera. En lafraccin de segundo que Drizzt tard en desembarazarse de los tres gnolls muertos a sus pies, elcuarto integrante de la banda yaca cadver entre las patas del felino. El quinto haba huido.Guenhwyvar se libr del abrazo del gnoll muerto. Los grciles msculos de la panteratemblaban ansiosos mientras esperaba la orden. Drizzt observ la carnicera a su alrededor, lasangre en las cimitarras y las expresiones de horror en los rostros de los muertos. Quera acabar contodo esto, porque saba que se encontraba en una situacin que sobrepasaba su experiencia; se habainterpuesto en el camino de dos razas que le eran prcticamente desconocidas. Tras pensarlo unmomento, lo nico que vea claro era la voluntad del cacique gnoll de asesinar a los nios humanos.Haba demasiado en juego. Se volvi hacia Guenhwyvar.Ve tras l dijo con tono decidido.El gnoll corri por el sendero, la mirada enloquecida mientras imaginaba formas oscurasdetrs de cada rbol o piedra. 14. El refugio El elfo oscuro 3Drow! repeta una y otra vez, como si la palabra fuese un acicate para la huida.Drow! Drow!Casi sin aliento, el gnoll lleg a un bosquecillo entre dos paredes de roca cortadas a pico.Tropez con un tronco cado, resbal y se lastim las costillas contra las piedras filosas cubiertas demusgo, aunque las magulladuras no retrasaran a la aterrorizada criatura. Saba que lo perseguan,notaba una presencia que se deslizaba entre las sombras justo fuera de su campo visual.Cuando se acerc al final de la arboleda, en medio de la oscuridad, el gnoll descubri un parde ojos amarillos resplandecientes que lo miraban. El gnoll haba visto al compaero abatido por lapantera y no le result difcil saber qu era aquello que le cerraba el paso.Los gnolls eran monstruos cobardes, pero podan luchar con una tenacidad sorprendentecuando los acorralaban. Lo mismo ocurri ahora. Al comprender que no tena escapatoria desdeluego no poda retroceder en direccin al elfo oscuro, el gnoll gru y lanz la pesada lanza.El gnoll oy algo que se arrastraba, un golpe y un chillido de dolor cuando la lanza dio en elblanco. Los ojos amarillos desaparecieron por un instante, y despus un bulto se escurri hacia unrbol. Se mova muy cerca del suelo, casi como un gato, pero el gnoll advirti en el acto que no erala pantera. Cuando el animal herido se encaram en el rbol y mir al agresor, el gnoll lo reconoci.Mapache! exclam el gnoll, y se ech a rer. Escapaba de un mapache!El gnoll sacudi la cabeza y descarg todo su regocijo en un estruendoso resoplido. Ver almapache le haba proporcionado una cierta tranquilidad, aunque no poda olvidar lo ocurrido. Ahoratena que llegar a la madriguera e informar a Ulgulu, su gigantesco amo goblin, su cosa-dios, de lapresencia del drow.Dio un paso para recuperar la lanza, y se detuvo bruscamente al presentir un movimientodetrs. Poco a poco, volvi la cabeza. Poda ver su hombro y la piedra cubierta de musgo.El gnoll permaneci inmvil. No se mova nada a sus espaldas, no haba ningn sonido en elbosquecillo, pero la bestia saba que all haba algo. El goblinoide jadeaba al tiempo que abra ycerraba las manos.De pronto dio media vuelta y rugi. El grito de rabia se convirti en otro de terror cuando lapantera salt sobre l desde una rama baja.El impacto lo tumb en el suelo, pero no era una criatura enclenque. Sin hacer caso de lasterribles heridas que le producan las zarpas, el gnoll sujet la cabeza de Guenhwyvar en un intentodesesperado por impedir que las fauces mortales se cerraran sobre la garganta.La lucha del gnoll se prolong durante casi un minuto; los brazos le temblaban por lapresin de los poderosos msculos del cuello de la pantera. Por fin la cabeza se acerc, yGuenhwyvar alcanz el objetivo. Los grandes dientes se hundieron en la garganta del gnoll ycortaron la respiracin de la bestia condenada.El gnoll se retorci enloquecido y en sus esfuerzos consigui ponerse encima de la pantera.Guenhwyvar lo dej hacer, imperturbable, sin aflojar la presin de sus mandbulas.Al cabo de unos pocos minutos, cesaron los movimientos. 15. El refugio El elfo oscuro 32Cuestiones de concienciaDrizzt dej que su visin pasara al espectro infrarrojo, la visin nocturna que le permita verlas variaciones de calor con tanta claridad como vea los objetos a la luz del da. Para sus ojos, lascimitarras resplandecan con el calor de la sangre fresca, y los destrozados cadveres de los gnollsdesparramaban su calor en el aire.El joven intent mirar en otra direccin, observar el sendero por el que haba partidoGuenhwyvar a la caza del quinto gnoll, pero cada vez, la mirada volva a los gnolls muertos y a lasangre en las armas.Qu he hecho? se pregunt Drizzt en voz alta.Realmente, no lo saba. Los gnolls haban hablado de matar nios, un pensamiento quedespertaba la ira en su interior, pero qu saba l del conflicto entre los gnolls y los humanos de laaldea? Tal vez los humanos, incluso los nios humanos, eran monstruos. Quizs haban atacado elpoblado gnoll y asesinado sin piedad. Tal vez los gnolls pretendan contraatacar porque no tenanotra eleccin, porque tenan que defenderse.Drizzt apart la mirada de la horrible escena y de pronto ech a correr en busca deGuenhwyvar, confiando en poder alcanzar a la pantera antes de que matara al quinto gnoll. Si podaencontrar a la criatura y capturarla, quiz consiguiera algunas respuestas.Se movi con paso gil y elstico, sin hacer apenas ruido mientras cruzaba los matorrales alo largo del sendero. Poda ver sin problemas las huellas del gnoll y tambin las de Guenhwyvar,que le segua el rastro. Cuando por fin lleg al bosquecillo an esperaba tener xito. El corazn ledio un vuelco al ver a la pantera echada junto al ltimo gnoll.Guenhwyvar mir a Drizzt con curiosidad mientras el joven se acercaba evidentementenervioso.Qu hemos hecho, Guenhwyvar? susurr Drizzt. La pantera inclin la cabeza como sino le hubiese entendido. Quin soy yo para juzgar quin debe morir? aadi, ms para smismo que para el felino. Se apart de Guenhwyvar y del gnoll muerto y se acerc a un arbustofrondoso donde poder limpiar la sangre de las cimitarras. Los gnolls no me atacaron cuando metuvieron a su merced en el arroyo. Y les he pagado derramando su sangre.Drizzt se volvi hacia Guenhwyvar mientras haca esta proclama, como si esperara y hastadeseara que la pantera le reprochara su conducta, que lo condenara para as justificar su culpa.Guenhwyvar no se haba movido antes y tampoco lo hizo ahora. Los grandes ojos de la pantera, conun brillo amarillo verdoso en la oscuridad, no taladraron a Drizzt, no lo acusaron por las accionescometidas.Drizzt comenz a protestar, en un deseo de refocilarse en la culpa, pero la tranquilaaceptacin de Guenhwyvar se mantuvo inclume. En la poca en que haban vivido solos en lasprofundidades de la Antpoda Oscura, cuando Drizzt haba cedido a los impulsos salvajes que lollevaban a matar, Guenhwyvar lo haba desobedecido en algunas ocasiones, incluso haba llegado a 16. El refugio El elfo oscuro 3marcharse al plano astral por propia voluntad. Ahora, en cambio, no daba ninguna seal de sentirsedescontenta. Guenhwyvar se levant, sacudi el cuerpo para limpiar la sedosa piel negra de polvo yhojas y, acercndose a Drizzt, lo frot con el morro.Poco a poco, Drizzt se relaj. Limpi las cimitarras nuevamente, esta vez en la hierbaespesa, y las guard en las vainas; despus puso una mano sobre la enorme cabeza de Guenhwyvarcomo una expresin de afecto.Ellos mismos se sealaron como malvados musit el drow como un consuelo. Susintenciones forzaron mi intervencin.A su tono le faltaba conviccin, pero por el momento, Drizzt no poda hacer otra cosa quecreerlo. Respir con fuerza para tranquilizarse y busc en su interior la fuerza que necesitara. Alcomprender que Guenhwyvar llevaba a su lado mucho tiempo y que necesitaba regresar al planoastral, meti la mano en la bolsa colgada del cinturn.Antes de que Drizzt pudiera sacar la estatuilla de nice de la bolsa, la pantera levant unapata y le apart la mano. Drizzt mir a Guenhwyvar sorprendido, y el felino estuvo a punto dederribarlo al recostarse contra l.Mi leal amiga! exclam Drizzt, al ver que la pantera deseaba permanecer a su lado apesar del agotamiento.Sac la mano de la bolsa y, rodilla en tierra, abraz a Guenhwyvar. A continuacin, sealejaron del bosquecillo.Drizzt no durmi aquella noche, sino que se dedic a mirar las estrellas y a pensar.Guenhwyvar percibi su angustia y no se apart mientras sala y se pona la luna, y, cuando Drizztse levant para ir a saludar el nuevo da, Guenhwyvar lo acompa. Encontraron una cresta en lasestribaciones y se sentaron a contemplar el espectculo.Ms abajo se apagaban las ltimas luces en las ventanas de la aldea agrcola. El horizonte seti de rosa y despus de rojo, pero el joven se distraa con otra cosa. Su mirada buscaba las casas;su mente intentaba descubrir la actividad habitual de esta comunidad desconocida y al mismotiempo encontrar una justificacin para los episodios del da anterior.Saba que los humanos eran campesinos, y tambin trabajadores diligentes porque muchosde ellos ya se encontraban en los campos. Si bien esto pareca prometedor, Drizzt no poda hacersuposiciones sobre el comportamiento general de la raza humana.Entonces, a medida que la luz del da iluminaba progresivamente las construcciones demadera de la aldea y los grandes campos cultivados, Drizzt tom una decisin.Tengo que saber ms, Guenhwyvar dijo con voz suave. Si yo..., si nosotros queremospermanecer en este mundo, tendremos que aprender cmo son nuestros vecinos.Drizzt asinti al reflexionar sobre sus palabras. Ya haba comprobado, dolorosamente, queno poda ser un observador neutral de la actividad del mundo de la superficie. A menudo laconciencia lo impulsaba a la accin, con una fuerza que no poda resistir. Sin embargo, con unconocimiento tan escaso de las razas que poblaban esta regin, poda equivocarse con muchafacilidad. Poda hacer dao a algn inocente, en abierta contradiccin con los principios queaspiraba a sostener.El drow se protegi los ojos de la luz matutina y contempl la aldea lejana como si buscaseuna respuesta.Ir all le comunic a la pantera. Ir all, y mirar para poder aprender.Guenhwyvar permaneci inmvil escuchando al drow. Si la pantera aprobaba o no, osiquiera si comprenda las intenciones de Drizzt, era algo que el joven no poda saber. Pero esta vezGuenhwyvar no hizo ningn movimiento de protesta cuando Drizzt sac la estatuilla de nice. Alcabo de unos segundos, la gran pantera corra por el tnel que conduca a su casa en el plano astral,y Drizzt caminaba en direccin a la aldea humana en busca de respuestas. Slo hizo una pausa, 17. El refugio El elfo oscuro 3junto al cadver del gnoll, para recoger la capa de la criatura. Lo avergonzaba despojar al muerto,pero el fro de la noche le record que la prdida del piwafwi poda tener consecuencias serias.Hasta este momento, el conocimiento que tena Drizzt de los humanos y su sociedad eramuy limitado. En las profundidades de la Antpoda Oscura, los elfos oscuros tenan pocacomunicacin con los habitantes de la superficie y sentan poco inters por ellos. La nica vez queDrizzt haba escuchado hablar de los humanos en Menzoberranzan haba sido en la Academia,durante los seis meses pasados en Sorcere, la escuela de hechiceros. Los maestros drows habanadvertido a los estudiantes contra el empleo de la magia como lo hacen los humanos, dando aentender un peligroso descuido por parte de la otra raza.Los hechiceros humanos haban dicho los maestros tienen tantas ambiciones como losmagos drows, pero mientras que un drow puede emplear cinco siglos en conseguir sus objetivos, unhumano slo dispone de unas pocas dcadas.Drizzt no haba olvidado las implicaciones de aquella afirmacin y las tena muy presentesen los ltimos meses, cuando vigilaba la aldea de los hombres casi a diario. Si todos los humanos,no slo los hechiceros, eran tan ambiciosos como la mayora de los drows fanticos capaces degastar medio milenio en conseguir sus metas, estaran consumidos por una obstinacin rayanaen la neurastenia? En cualquier caso, Drizzt no perda la esperanza de que las historias que habaescuchado sobre los humanos en la Academia slo fuesen otra de las tantas mentiras habituales quecercaban a su sociedad en una red de intrigas y paranoias. Quiz los humanos fijaban las metas a unnivel ms razonable y encontraban alegra y satisfaccin en los pequeos placeres de cada da de sucorta existencia.Drizzt slo haba conocido a un humano durante los viajes por la Antpoda Oscura. Aquelhombre, un mago, se haba comportado de una forma irracional, imprevisible, y por ltimopeligrosa. El mago haba transformado a un pek, una inofensiva y pequea criatura humanoide, enun monstruo horrible. Cuando Drizzt y sus compaeros haban ido a la torre del mago paraenmendar el hechizo, haban sido recibidos con un rayo mortfero. Al final, el humano haba muertoy el amigo de Drizzt, Clak, el pek, no se haba podido librar del tormento.La experiencia haba dejado a Drizzt con un regusto amargo. El comportamiento del hombrepareca confirmar las advertencias de los maestros drows. Por lo tanto, Drizzt avanzaba ahoracauteloso hacia el establecimiento humano, apesadumbrado por el creciente temor de que tal vezhaba cometido un error al matar a los gnolls.Drizzt escogi observar la misma granja aislada en la parte occidental de la aldea que losgnolls pensaban atacar. Se trataba de un edificio alargado de una sola planta con una puerta y variasventanas con postigones. En el frente haba un porche. Un poco ms all estaba el granero de dosplantas, con puertas dobles del tamao suficiente para permitir el paso de una carreta. Haba unoscuantos cercados de diferentes tamaos y materiales, algunos con gallinas y cerdos, otro con unacabra y varios con hileras de plantas que Drizzt no conoca.El patio limitaba con los campos de cultivo por tres lados, pero la parte trasera de la casadaba a la ladera de la montaa cubierta de matorrales, rboles y rocas. Drizzt eligi como puesto deobservacin un pino cercano a una de las esquinas posteriores del edificio, desde donde poda ver lamayor parte del patio, y se instal oculto por las ramas bajas del rbol.Los tres hombres adultos de la casa Drizzt supuso por el parecido que eran tresgeneraciones trabajaban en los campos, demasiado lejos de los rboles como para poderdistinguir muchos detalles. Ms cerca de la casa, una nia casi adolescente y tres nios menores seocupaban de sus menesteres, cuidaban las gallinas y los cerdos y arrancaban hierbas del huerto.Trabajaban por separado y casi sin conversar, y Drizzt no averigu gran cosa de las relacionesfamiliares. Cuando una mujer robusta con el mismo pelo de color trigo que los nios apareci en elporche y toc una campana enorme, los pequeos trabajadores dieron rienda suelta a su espritu.Con fuertes gritos y alaridos, los tres nios corrieron hacia la casa, demorndose slo lonecesario para tirar verduras podridas contra la hermana mayor. En un primer momento, Drizzt 18. El refugio El elfo oscuro 3crey que el bombardeo era el preludio de un conflicto ms serio; pero al ver que la muchacha lescorresponda de la misma manera, comprendi que slo se trataba de un juego.Al poco rato, el ms joven de los hombres del campo, probablemente el hermano mayor,lleg al patio a la carrera, dando gritos y esgrimiendo una azada de hierro. La muchacha chillentusiasmada con la llegada de este nuevo aliado y los tres nios corrieron hacia el porche. El jovenfue ms veloz; alcanz al ms pequeo de los tres, lo alz en brazos y lo arroj de cabeza alabrevadero de los cerdos.A todo esto, la mujer con la campana sacuda la cabeza y soltaba una retahla interminablede protestas. Una mujer anciana, de cabellos canos y delgada como una estaca, sali de la casa y,colocndose junto a la primera, sacudi una cuchara de madera con gesto amenazador. Al parecersatisfecho, el joven rode con un brazo los hombros de la muchacha y siguieron a los dos nios alinterior de la vivienda. El tercer nio sali del agua fangosa y se dispuso a seguirlos, pero la cucharade madera lo mantuvo a raya.Drizzt no entenda ni una sola palabra de lo que decan, aunque supona que las mujeresmayores no estaban dispuestas a permitir la entrada del ms pequeo hasta que se secara. Elpequeo alborotador musit algo contra la anciana de la cuchara cuando ella le volvi la espalda yentr en la casa.Los otros dos hombres, uno con una espesa barba gris y el otro afeitado, llegaron del campoy se acercaron al nio por detrs mientras protestaba. Una vez ms, el nio vol por los aires yaterriz estrepitosamente en el abrevadero. Contentos con su proceder, los hombres entraron en lacasa, donde los recibieron con gritos de alegra. El nio empapado solt un quejido y ech un pocode agua a los morros de un cerdo que se haba acercado a investigar.Drizzt lo observ todo asombrado. No haba visto nada concluyente, pero elcomportamiento juguetn de la familia y la resignacin del perdedor del juego le dieron nimos.Presenta un espritu de unidad en el grupo, con todos los miembros trabajando por una metacomn. Si esta granja era un reflejo de toda la villa, entonces el lugar sin duda se parecera aBlingdenstone, la ciudad comunal de los enanos de las profundidades, y no a Menzoberranzan.La tarde transcurri casi de la misma manera que la maana, con una mezcla de trabajo yjuego en toda la granja. La familia se retir temprano, y apagaron las lmparas poco despus delcrepsculo. Por su parte, Drizzt se adentr un poco ms en la espesura de la ladera para reflexionarsobre lo que haba visto.Todava no poda estar seguro de nada, pero aquella noche durmi ms tranquilo, olvidadaspor completo las dudas referentes a la muerte de los gnolls.Durante tres das el drow permaneci en las sombras detrs de la granja, contemplando lostrabajos y los juegos de la familia. La intimidad del grupo se haca cada vez ms evidente, y en lasocasiones en que se produca una pelea en serio entre los nios, el adulto ms cercano se apresurabaa separarlos y actuaba de mediador para establecer la paz. Invariablemente, al cabo de un rato losenemigos volvan a jugar juntos.Drizzt ya no tena dudas. Cuidado con mis armas, bandidos, les susurr una noche a lassilenciosas montaas. El joven drow renegado haba decidido que si cualquier gnoll o goblin ouna criatura de alguna otra raza intentaba atacar a esta familia o a sus propiedades, tendran quevrselas primero con las cimitarras de Drizzt Do'Urden.Drizzt comprenda el riesgo que corra observando a la familia. Si los campesinos advertansu presencia cosa posible, sin duda se espantaran. Sin embargo, en este momento de su vida,Drizzt estaba dispuesto a aceptarlo, e incluso una parte de l deseaba que lo descubriesen.Muy temprano por la maana del cuarto da, antes del amanecer, Drizzt comenz la rondadiaria por las colinas y bosques que rodeaban la granja solitaria. A la hora que regres al puesto 19. El refugio El elfo oscuro 3habitual, la granja estaba en plena actividad. El joven se instal cmodamente en un lecho de musgoy contempl el cielo despejado.Menos de una hora despus, una figura solitaria sali sigilosa de la casa y camin endireccin al drow. Se trataba del nio ms Pequeo, el mocoso rubio que pareca pasar tanto tiempoen el abrevadero, generalmente contra su voluntad.Drizzt se ocult detrs del tronco de un rbol cercano, sin saber cules eran las intencionesdel chico. Comprendi casi de inmediato que no lo haba visto, porque el nio entr en la espesura,dijo alguna cosa en direccin a la granja por encima del hombro y trep por la ladera, silbandoalegremente. Drizzt adivin entonces que el chico haba decidido eludir las obligaciones, y casi loaplaudi por su independencia. En cambio le pareci poco prudente que se alejara de la casa en unterreno tan peligroso. El nio no poda tener ms de diez aos; era delgado y de aspecto delicado,con grandes e inocentes ojos azules que espiaban por debajo de los rizos rubios. El drow dej pasarunos segundos para que el nio le sacara ventaja y ver si alguien lo segua, y despus fue tras ldejndose guiar por el silbido.El nio continu la marcha ladera arriba sin desviarse, y el elfo oscuro fue tras l uncentenar de pasos ms atrs, dispuesto a salvarlo de cualquier peligro.En los tneles de la Antpoda Oscura, Drizzt habra podido acercarse al pequeo o a ungoblin o prcticamente a cualquieray palmearle el trasero antes de ser descubierto. Pero despusde slo media hora de persecucin, los movimientos y los cambios imprevistos en la velocidad demarcha, unido al hecho de que ya no silbaba, alertaron a Drizzt de que el chico saba que lo seguan.Preocupado por la posibilidad de que el nio hubiese advertido la presencia de un tercero,Drizzt llam a Guenhwyvar con la estatuilla de nice y, tras enviarla en una maniobra de rodeo,reanud la marcha con cautela.Un momento ms tarde, cuando escuch el grito angustiado del nio, el drow desenvain lascimitarras y se olvid de cualquier precaucin. No poda entender qu deca pero el tono dedesesperacin era inconfundible.Guenhwyvar! llam el drow, para que la pantera volviera a su lado.Como no poda esperarla, prosigui la carrera.El sendero suba por una cuesta empinada, sala de improviso de los rboles y acababa en elborde de un barranco de unos seis metros de ancho. Un tronco serva de puente, y, colgado casi enel otro extremo, se encontraba el nio. Sus ojos se abrieron considerablemente al ver aparecer alelfo oscuro, cimitarras en mano. Tartamude unas palabras que Drizzt no entendi.Un sentimiento de culpa invadi a Drizzt cuando vio al nio en peligro: el pobre se hallabaen apuros a causa de su persecucin. El barranco no era profundo no ms que su ancho, pero lacada acababa en rocas puntiagudas y zarzas. En un primer instante, Drizzt vacil, pillado desorpresa por el sbito encuentro y las inevitables consecuencias; despus se olvid de los problemaspersonales. Envain las cimitarras y, cruzando los brazos sobre el pecho como seal de paz, puso unpie en el tronco.El chico tena otras ideas. Tan pronto como se recuper de la conmocin de ver al extraoelfo, se encaram al borde opuesto y apart el tronco del soporte. Drizzt retrocedi de un saltomientras el tronco caa al fondo. Entonces el drow comprendi que el nio nunca haba estado enpeligro, sino que haba simulado el riesgo para hacer salir al perseguidor. De paso, si el perseguidorera un miembro de la familia, la aagaza podra haberle evitado el castigo.Ahora era Drizzt el que estaba en una situacin comprometida, pues lo haban descubierto.Intent pensar en la manera de comunicarse con el nio, explicar su presencia y calmar su miedo.Pero el chico no esper sus explicaciones. Con los ojos muy abiertos y espantados, trep por laladera por un sendero que al parecer conoca muy bien y desapareci en la espesura.Espera! grit en lengua drow, aunque saba que el nio no poda entenderle y quetampoco se detendra de haberlo hecho. 20. El refugio El elfo oscuro 3Una sombra negra pas rauda junto al elfo y cruz el barranco con un poderoso salto.Guenhwyvar trot silenciosamente por el otro lado y sigui al nio por el matorral.Guenhwyvar! llam otra vez Drizzt, en un intento por detener a la pantera.No saba cul sera la reaccin del animal ante el nio. Que l supiese, Guenhwyvar slohaba conocido a un humano, el mago que haban matado sus compaeros. Drizzt busc la manerade cruzar el barranco. Poda descender hasta el fondo, cruzarlo y subir por la otra pared, perotardara demasiado.Drizzt retrocedi unos cuantos pasos, tom carrerilla y salt al vaco, apelando a los poderesde levitacin innatos mientras saltaba. No pudo disimular el alivio al comprobar que su cuerpo seliberaba de la atraccin de la tierra. No haba utilizado la levitacin desde que haba salido a lasuperficie. El hechizo no tena mucha utilidad para un drow en campo abierto. Poco a poco elimpulso lo llev cerca del otro borde. Comenz a concentrarse para bajar, pero el hechizodesapareci bruscamente y Drizzt cay en picado. No hizo caso de los golpes en la rodilla y delfallo de la levitacin, y ech a correr mientras le gritaba a Guenhwyvar que se detuviese. El elfo setranquiliz cuando encontr a la pantera. Guenhwyvar estaba tendida en un claro, con una zarpasobre la espalda del nio, tendido boca abajo. El prisionero gritaba Drizzt supuso que pedaayuda pero pareca ileso.Ven, Guenhwyvar dijo Drizzt, sin alzar la voz. Dejemos al nio en paz.La pantera bostez perezosa y obedeci; cruz el claro a paso lento para colocarse junto alamo.El nio permaneci tendido durante un buen rato. Entonces, se arm de coraje y se levantde pronto, para despus volverse y mirar al elfo oscuro y a la pantera. Todava mantena los ojosmuy abiertos, casi en una caricatura de terror, que destacaban en el rostro cubierto de tierra.Qu eres? pregunt el nio en la lengua comn humana. Drizzt abri los brazos paraindicar que no comprenda. Llevado por un impulso, se golpe el pecho con un dedo y replic:Drizzt Do'Urden.Observ que el chico se mova poco a poco; primero retroceda un pie y despus corra elotro para ponerlo a la par. El elfo no se sorprendi, y esta vez se asegur de controlar a la pantera,cuando el pequeo dio media vuelta y ech a correr como alma que lleva el diablo, mientras gritabacon cada zancada:Socorro! Un drizzit!Drizzt mir a Guenhwyvar y encogi los hombros, y la pantera pareci imitar elmovimiento. 21. El refugio El elfo oscuro 33Los cachorrosNathak, un goblin alto y delgado, avanz lentamente por la empinada pendiente rocosa,dominado por el miedo. El goblin tena que informar de sus hallazgos no poda ocultar la muertede cinco gnolls, pero la pobre criatura dudaba mucho que Ulgulu o Kempfana recibieran lanoticia con agrado. Sin embargo, qu poda hacer? Poda escapar, cruzar al otro lado de la montaay perderse en la espesura. Pero esto pareca todava peor porque el goblin saba muy bien lovengativo que era Ulgulu. El gigantesco amo de piel prpura poda arrancar un rbol con las manos,hacer polvo la roca de la caverna y partirle sin esfuerzo el cuello a un goblin desertor.Cada paso lo haca temblar a medida que Nathak pasaba ms all de los arbustos y entrabaen la pequea cueva de acceso a la caverna de su amo.Ya era hora de que volvieras le reproch uno de los dos goblins presentes Llevasdos das fuera!Nathak slo asinti y respondi con fuerza.Qu quieres? pregunt el tercer goblin. Has encontrado a los gnolls?El rostro de Nathak palideci al escuchar la pregunta, y por mucho que intent respirarpausadamente no consigui controlar el tembleque.Ulgulu est dentro? pregunt con una vocecita.Los dos centinelas intercambiaron una mirada y se volvieron hacia Nathak.Encontraste a los gnolls dijo uno de ellos, que adivin el problema. Gnolls muertos.Ulgulu tendr un disgusto coment el otro, y, apartndose, cada uno de ellos levantuna parte de la pesada cortina que separaba la cueva de la sala de audiencias.Nathak vacil y mir hacia atrs, como si reconsiderara la situacin. Quizs escapar no seratan malo. Los centinelas goblins sujetaron al larguirucho compaero y de un empujn lo hicieronentrar en la sala; despus cruzaron las lanzas detrs de Nathak para impedirle la retirada.Nathak se las arregl para recuperar en parte la compostura al ver que era Kempfana, noUlgulu, el que ocupaba la enorme silla al otro lado de la sala. Kempfana se haba ganado lareputacin entre los goblins de ser el ms tranquilo de los dos hermanos, si bien Kempfana habadevorado el nmero suficiente de criados como para ganarse el respeto. Kempfana casi no se fij enla entrada del goblin, ocupado como estaba en una animada conversacin con Lagerbottoms, elgordo gigante de la colina que haba sido el anterior ocupante de la caverna.Nathak cruz la sala arrastrando los pies, y atrajo las miradas del gigante y del enormegoblinoide de piel prpura, casi tan grande como el gigante de la colina.S, Nathak dijo Kempfana, que silenci al gigante con un gesto de su mano antes deque pudiese protestar. Cul es tu informe?Yo..., yo tartamude Nathak. 22. El refugio El elfo oscuro 3En los ojos de Kempfana apareci de pronto un resplandor naranja, seal inequvoca depeligro.Encontr a los gnolls balbuce Nathak. Muertos. Asesinados.Lagerbottoms solt un gruido amenazador, pero Kempfana apret con fuerza el brazo delgigante de la colina para recordarle que l estaba al mando.Muertos? pregunt el monstruo en voz baja.Nathak asinti.Kempfana lamentaba la muerte de unos esclavos tan valiosos, pero los pensamientos delcachorro de barje se centraban en la inevitable furia de su hermano cuando supiese la novedad. Notuvo que esperar mucho.Muertos! grit una voz tan poderosa que casi parti la roca de la caverna.Las tres criaturas de la sala se agacharon instintivamente y se volvieron a tiempo para vercmo la enorme piedra que serva de puerta a otra habitacin volaba por los aires.Ulgulu! chill Nathak, y el pequeo goblin se ech de cara al suelo, sin atreverse amirar.La gigantesca criatura goblinoide de piel prpura entr como una tromba en la sala deaudiencias, los ojos convertidos en una mancha de furia naranja. Con tres zancadas, Ulgulu secoloc junto al gigante de la colina, y de pronto Lagerbottoms pareci muy pequeo y vulnerable.Muertos! rugi una vez ms Ulgulu, rabioso.Lamentaba la prdida de la pequea banda de gnolls porque, a medida que se reduca latribu de goblins muertos por los humanos de la aldea o por otros monstruos, o devorados porUlgulu durante sus habituales ataques de furia, aqullos se haban convertido en los nicos quepodan traer alimento a la guarida.Kempfana mir disgustado a su hermano mayor. Los dos cachorros de barje haban venidojuntos al plano material, para comer y crecer. Ulgulu no haba tardado en autoproclamarse jefe, ydevoraba a las vctimas ms fuertes, con lo cual ganaba en tamao y fuerza. Por el color de la pielde Ulgulu, y por el volumen y potencia, era obvio que el cachorro muy pronto se encontrara encondiciones de regresar a los humeantes y apestosos valles de Gehenna.Kempfana no vea la hora de que llegara ese da. Sin Ulgulu, l sera el jefe; podra comer yhacerse fuerte. Entonces, podra escapar del interminable perodo de crecimiento en este planohorrible, podra regresar y competir entre los barjes de su plano de existencia.Muertos repiti Ulgulu en un gruido. Levntate, goblin inmundo, y dime cmo!Quin les hizo esto a mis gnolls?No lo s gimi el goblin, cuando por fin consigui ponerse de rodillas. Los gnollshan muerto, acuchillados y descuartizados.Ulgulu se balance sobre los talones de sus enormes pies blandos. Los gnolls haban ido aatacar una granja con rdenes de regresar con el granjero y el hijo mayor. Aquellos dos humanoscrecidos habran fortalecido considerablemente al gran barje, quizs hasta el punto de hacerlealcanzar el nivel de maduracin que necesitaba para volver a Gehenna. Ahora, tras el informe deNathak, Ulgulu tendra que enviar a Lagerbottoms, o tal vez ir l mismo, aunque esto presentaba elriesgo adicional de que, al ver al gigante o al monstruo de piel prpura, los humanos podanorganizarse.Tephanis! rugi Ulgulu de pronto.En la pared ms lejana, opuesta a la puerta por donde Ulgulu haba hecho su estrepitosaaparicin, se desprendi una piedra pequea y cay. La cada slo fue de unos pocos palmos, peroen el tiempo que tard la piedra en llegar al suelo, un trasgo esmirriado sali del agujero que leserva de dormitorio, cruz los seis metros de la sala de audiencias y trep por el costado de Ulgulupara sentarse muy orondo en el inmenso hombro del barje. 23. El refugio El elfo oscuro 3Me-has-llamado, s-lo-has-hecho, mi-amo zumb Tephanis, a una velocidad de vrtigo.Los dems ni siquiera haban advertido la entrada del trasgo, que meda sesenta centmetrosde estatura. Kempfana se volvi y sacudi la cabeza asombrado.Ulgulu solt la carcajada. Le encantaba ver el espectculo ofrecido por Tephanis, susirviente ms valioso. Tephanis perteneca a una rama de los trasgos que poda moverse en unadimensin que trascenda el concepto normal del tiempo. Dotado de una energa inagotable y unaagilidad que avergonzaba al ms experto ladrn halfling, poda realizar una infinidad de tareas queotras razas ni siquiera podan intentar. Ulgulu se haba hecho amigo de Tephanis a poco de llegar alplano material el trasgo era el nico de los diversos ocupantes de la caverna al que el barje nohaba querido dominar y este vnculo le haba dado al joven cachorro una clara ventaja sobre suhermano. Tephanis buscaba las posibles vctimas, y Ulgulu saba exactamente cules deba devorary cules dejar a Kempfana, y saba qu deba hacer para vencer a aquellos aventureros que eran msfuertes que l.Querido Tephanis ronrone Ulgulu con un sonido parecido al de una sierra. Nathak,el pobre Nathak el goblin no pas por alto las implicaciones del tono me ha informado que misgnolls han sufrido una terrible desgracia.Y - t - quieres - que - vaya - y - vea - lo - que - les - ha - pasado, mi - amoreplicTephanis.Ulgulu tard un momento en descifrar la frase porque las palabras le haban sonado comouna sola, despus asinti ansioso.Ahora-mismo-mi-amo. No-tardar-nada-en-regresar.Ulgulu not un ligero temblor en el hombro, y, antes de que l o cualquiera de los demspudiese entender lo que Tephanis haba dicho, la pesada cortina que separaba la sala del vestbuloflotaba otra vez en la posicin de reposo. Uno de los centinelas goblins asom la cabeza slo por uninstante, para ver si Ulgulu o Kempfana lo haban llamado, y enseguida volvi a su puesto,convencido de que el movimiento de la cortina haba sido cosa del viento.Ulgulu volvi a soltar la carcajada. Kempfana lo mir disgustado: odiaba al trasgo y lohabra matado haca mucho, de no ser por los beneficios futuros, en la suposicin de que Tephanistrabajara para l cuando Ulgulu regresara a Gehenna.Nathak comenz a retroceder poco a poco con la intencin de salir de la sala sin llamar laatencin, pero Ulgulu lo detuvo con una mirada.Te agradezco la informacin dijo el barje. Nathak se relaj, pero slo por el tiempo quetard Ulgulu en estirar una de sus manazas, coger al goblin por la garganta y levantarlo en alto.Pero me habras sido ms til si te hubieses molestado en averiguar qu les pas a mis gnolls.Nathak balbuce una excusa y casi perdi el sentido, y, cuando ya tena medio cuerpometido en la boca de Ulgulu, el pobre goblin dese haberlo perdido.Frotar el trasero alivia el ardor, frota que frota y se va el dolor. Liam Thistledown recitabala letana una y otra vez para olvidarse del intenso dolor que senta debajo de los calzones, unaletana que sus travesuras le hacan repetir a menudo. Sin embargo, esta vez era diferente, porqueLiam tena que reconocer que efectivamente haba descuidado sus obligaciones.Pero el drizzit era real gru Liam, desafiante, en voz alta.Como una respuesta a la afirmacin, se abri la puerta del cobertizo y entraron Shawno, eltercero de sus hermanos mayores, y Eleni, la nica hermana.Te lo tienes bien merecido le reproch Eleni con su mejor voz de hermana mayor.No has tenido suficiente con escaparte cuando haba trabajo que hacer sino que adems has vueltoa casa contando cosas increbles! 24. El refugio El elfo oscuro 3El drizzit era real protest Liam, al que no le gustaba la actitud maternal de Eleni. Yatena demasiados problemas con los padres para tener que soportar los aires de su hermana.Negro como un yunque y con un len tan oscuro como l.Callaos! les advirti Shawno. Si pap se entera de que estamos aqu nos azotar alos tres.Es verdad! exclam Liam, demasiado fuerte, y Shawno le dio un bofetn.Los tres se volvieron, plidos de miedo, cuando la puerta se abri de par en par.Ven aqu! susurr Eleni con voz spera sujetando a Flanny por el cuello. ste eramayor que Shawno, pero tres aos menor que Eleni. Shawno, siempre preocupado por todo, echun vistazo para comprobar que no haba nadie en el exterior, y despus cerr la puerta sin hacerruido. No se espa a la gente!Y cmo poda saber que estabais aqu? replic Flanny. Vena con la intencin dejorobar al pequeo. Mir a Liam, retorci la boca y movi los dedos como las patas de una araa. Soy el drizzit, que se come a los nios pequeos.Liam le volvi la espalda, pero Shawno no se asust.Vamos, cllate! le dijo a Flanny, acompaando las palabras con un coscorrn en lacabeza del hermano mayor.Flanny dio media vuelta dispuesto a devolverle el golpe, pero Eleni se interpuso entre losdos.Basta! grit Eleni, tan fuerte que los tres varones Thistledown se llevaron un dedo a laboca para reclamar silencio.El drizzit era real insisti Liam. Puedo probarlo si no tenis demasiado miedo.Los tres hermanos lo miraron curiosos. Liam era un mentiroso de tomo y lomo, pero qupoda ganar ahora con mentir? El padre no haba credo a Liam y esto daba por acabado el tema delos castigos. Aun as, el pequeo insista, y su tono les dio a entender que poda haber algo de cierto.Cmo puedes probarlo? pregunt Flanny.Maana no tenemos que trabajar contest Liam. Iremos a buscar moras a la montaa.Mam y pap no nos dejarn ir intervino Eleni.No pondrn pegas si conseguimos que Connor nos acompae dijo Liam, que se referaal hermano mayor.Connor no te creer! afirm Eleni.Pero te creer a ti! exclam Liam, con tanto bro que provoc un chistido de todos losdems.Pues yo no te creo! declar Eleni en voz baja. No dejas de inventar cosas, demeterte en los y de contar mentiras para librarte del castigo.Liam se cruz de brazos y tacone impaciente para acallar la regaina de su hermana.Puedes decir lo que quieras la interrumpi, incapaz de aguantarse, pero me creerssi consigues que Connor nos acompae!Vamos, por favor, pdeselo le rog Flanny a Eleni, aunque Shawno, preocupado por lasposibles consecuencias, sacuda la cabeza para manifestar su oposicin.Y despus de subir a la montaa, qu? pregunt Eleni como una aprobacin tcita yuna invitacin a que Liam les diera ms detalles.Liam sonri satisfecho y apoy una rodilla en tierra; alis un poco el serrn en el suelo paradibujar un mapa aproximado de la zona donde haba encontrado al drizzit. El plan era sencillo:Eleni, ocupada en recoger moras, sera el cebo. Los cuatro varones la seguiran en secreto yvigilaran mientras ella simulaba torcerse un tobillo o cualquier otra lesin. Los gritos de socorro 25. El refugio El elfo oscuro 3atraeran al drizzit; no haba motivos para dudar que acudiera a socorrer a una joven bonita enapuros. Eleni protest enrgicamente; no la entusiasmaba hacer de lombriz en el anzuelo.Pero si t no crees que exista se apresur a recordarle Liam.Su sonrisa, que dejaba al descubierto el agujero donde le faltaba un diente, le demostr a lamuchacha que su terquedad la haba acorralado.De acuerdo, lo har! refunfu Eleni. Y no creo en tu drizzit, Liam Thistledown!Pero si el len es real y me muerde, te las vers conmigo!Dicho esto, Eleni dio media vuelta y sali furiosa del cobertizo.Liam y Flanny escupieron en las palmas de sus manos, y despus se volvieron para miraramenazadores a Shawno hasta que l super sus reticencias. Entonces los tres hermanosentrechocaron las palmas ensalivadas en un gesto de triunfo. Cualquier desacuerdo entre ellos seesfumaba cuando alguno descubra algo con que molestar a Eleni.Ninguno de ellos le habl a Connor de que planeaban cazar al drizzit. Fue Eleni la que seencarg de recordarle los muchos favores que le haba hecho y le prometi que considerara pagadala deuda si l aceptaba acompaarlos a recoger moras. La astuta muchacha se haba asegurado antesde que Liam prometiera que se hara cargo de la deuda de Connor si no encontraban al drizzit.Connor trat de zafarse del compromiso, con la excusa de que tena que herrar a una de las yeguas,pero nunca haba podido resistirse a la mirada de los azules ojos y a la amplia sonrisa de suhermana, y la promesa de Eleni de olvidar la considerable deuda sell su destino. Con la bendicinde los padres, Connor gui a los nios montaa arriba. Los pequeos llevaban cubos y l unaespada barata enganchada al cinturn.Drizzt advirti el engao mucho antes de que la hija del granjero avanzara sola entre laszarzamoras. Tambin vio a los cuatro muchachos, agachados a la sombra de un bosquecillo. Connorsujetaba la espada de forma bastante torpe.Saba que el ms pequeo los haba llevado all. El da anterior, el drow haba visto cmo loarrastraban hasta el cobertizo. Los gritos de drizzit! haban acompaado a cada correazo, almenos al principio. Ahora el empecinado chiquillo quera demostrar que haba dicho la verdad.De pronto la muchacha dej de recoger moras, se tir al suelo y grit. Drizzt reconoci lapalabra Auxilio!; era la misma que haba empleado el chico rubio, y una sonrisa apareci en elrostro oscuro. Por la forma ridcula de la cada, Drizzt comprendi el juego. La joven no estabaherida; slo intentaba que apareciera el drizzit.Drizzt sacudi la cabeza, asombrado por la inocencia de la trampa, y se volvi dispuesto amarcharse, pero lo domin un impulso. Mir hacia las zarzas, donde la muchacha se frotaba eltobillo, sin dejar de mirar hacia donde se ocultaban sus hermanos. Una necesidad irresistible surgien su pecho. Cunto tiempo llevaba solo, como un vagabundo solitario? En aquel momento echde menos a Belwar, el enano que lo haba acompaado en tantas aventuras por las profundidades dela Antpoda Oscura. Aor a Zaknafein, su padre y amigo. Ver el comportamiento de los hermanosera ms de lo que Drizzt Do'Urden poda soportar.Haba llegado la hora de que Drizzt conociera a los vecinos.El drow se cubri la cabeza con la capucha de la capa del gnoll, aunque la prenda desgarradano serva de mucho para ocultar su verdadera naturaleza, y corri a travs del campo. Tena laesperanza de que, si al menos poda suavizar la reaccin inicial de la muchacha al verlo, quizsencontrara una manera de establecer la comunicacin, aunque era mucho suponer.El drizzit! jade Eleni cuando lo vio aparecer.Quera gritar, pero no tena aliento. Quera correr, pero el terror la retena. Desde elbosquecillo, Liam habl por ella.El drizzit! grit el nio. Os lo haba dicho! Os lo haba dicho! 26. El refugio El elfo oscuro 3Mir a los hermanos. La reaccin entusiasmada de Flanny y Shawno era la que esperaba. Encambio, el rostro de Connor mostraba una expresin de miedo tan profundo que con slo verla seesfum la alegra de Liam.Por todos los dioses! susurr el mayor de los hijos Thistledown. Connor habarecorrido las montaas con el padre y haba aprendido a reconocer a los enemigos. Ahora mir a lostres hermanos menores y musit una sola palabra que no aclar nada a los inexpertos nios:Drow.Drizzt se detuvo a una docena de pasos de la aterrorizada muchacha, la primera mujerhumana que haba visto de cerca, y la observ. Eleni era bonita, de ojos grandes y expresivos, lasmejillas con hoyuelos, y la piel suave y dorada. Comprendi que no representaba ninguna amenaza.Le sonri y cruz los brazos sobre el pecho, sin hacer movimientos bruscos.Drizzt la corrigi, sealndose.Con el rabillo del ojo advirti que algo se mova por un costado y se volvi.Corre, Eleni! grit Connor Thistledown, mientras corra espada en alto hacia el drow. Es un elfo oscuro! Un drow! Corre!De todo lo que Connor haba gritado, Drizzt slo entendi la palabra drow. Sin embargo,la actitud y la intencin del joven resultaban muy claras, porque Connor se interpuso entre Drizzt yEleni, con la punta de la espada apuntando al elfo. Eleni consigui ponerse de pie detrs de suhermano, pero no escap como l le haba dicho. Ella tambin haba escuchado hablar de losmalvados elfos oscuros, y no estaba dispuesta a dejar que Connor se le enfrentara a solas.Vete, elfo oscuro gru Connor. Soy un espadachn experto Y mucho ms fuerte quet.Drizzt extendi las manos en un gesto de indefensin, sin entender ni una palabra.Lrgate! chill Connor.Llevado por un impulso, Drizzt intent contestar con el cdigo mudo de los drows, uncomplicado lenguaje de manos y gestos faciales.Cuidado, prepara un hechizo! grit Eleni, y se zambull entre las zarzas.Connor solt un alarido y carg.Antes de que Connor pudiese hacer nada, Drizzt lo sujet por el antebrazo, utiliz la otramano para retorcerle la mueca y quitarle la espada, hizo girar el arma tres veces por encima de lacabeza de Connor, la lanz al aire, la cogi por la hoja cuando caa y se la devolvi al muchachopor el mango.Drizzt abri los brazos y sonri. Segn la costumbre drow, semejante muestra desuperioridad sin herir al oponente representaba el deseo de amistad. En cambio, en el hijo mayor delgranjero Bartholemew Thistledown, la fulgurante exhibicin del drow slo inspir an ms terror.Connor permaneci inmvil, boquiabierto, durante un buen rato. Dej caer la espada sindarse cuenta, y tampoco advirti que acababa de orinarse en los pantalones.Un grito de espanto surgi por fin de la garganta de Connor. Sujet la mano de Eleni, que seuni al grito, y juntos escaparon hacia el bosquecillo para buscar a los dems, y despus corrierontodos juntos hasta cruzar el umbral de su casa.De pronto Drizzt se haba quedado solo entre las zarzamoras con la sonrisa en los labios ylos brazos extendidos.Unos ojos muy atentos haban vigilado el episodio con gran inters. La inesperada aparicinde un elfo oscuro, cubierto con la capa de un gnoll, explicaba muchas de las cosas que quera saberTephanis. El trasgo haba examinado los cadveres de los gnolls, y lo haba intrigado la limpieza delas heridas mortales de los gnolls, que no podan haber sido hechas con las armas vulgares queusaban los campesinos. Al ver las magnficas cimitarras colgadas en el cinturn del elfo oscuro y lafacilidad con que haba desarmado al joven labriego, Tephanis descubri la verdad. 27. El refugio El elfo oscuro 3El rastro que dej el trasgo habra confundido a los mejores exploradores de los Reinos.Tephanis, que nunca haca nada directamente, subi por los senderos montaosos, rode unoscuantos rboles, corri arriba y abajo por los troncos de otros, y en general dobl, e incluso triplic,la ruta. La distancia jams haba sido un problema para Tephanis; se present ante el barje de pielprpura antes de que Drizzt, ocupado en analizar las implicaciones del desastroso encuentro, semarchara del campo de zarzamoras. 28. El refugio El elfo oscuro 34PreocupacionesLa opinin del granjero Bartholemew Thistledown cambi radicalmente cuando Connor, elhijo mayor, design al drizzit de Liam como un elfo oscuro. El granjero Thistledown habapasado sus cuarenta y cinco aos de vida en Maldobar, una aldea cincuenta kilmetros ms arribasobre el ro Orco Muerto, al norte de Sundabar. El padre de Bartholemew haba vivido aqu, ytambin su abuelo antes que l. En todo ese tiempo la nica noticia que los granjeros Thistledownhaban tenido de los elfos oscuros haba sido el relato de una supuesta incursin drow contra unpequeo campamento de elfos salvajes a unos ciento sesenta kilmetros hacia el norte, enColdwood. Aquella incursin, si es que haba sido obra de los drows, haba ocurrido haca alrededorde una dcada. La falta de experiencia personal con la raza drow no disminuy los temores delgranjero Thistledown al escuchar el relato de los hijos de aquel primer encuentro en el bosquecillode zarzamoras. Connor y Eleni, dos jvenes con edad suficiente para conservar la calma enmomentos de crisis, haban visto al elfo de cerca, y no tenan dudas sobre el color de la piel.Lo nico que no acabo de entender le dijo Bartholemew a Benson Delmo, el gordo yalegre alcalde de Maldobar, y a varios otros granjeros reunidos en su casa aquella noche es porqu el drow dej que los nios se marcharan. No soy un experto en materia de elfos oscuros, perohe odo lo suficiente respecto a ellos como para esperar un comportamiento distinto.Quiz Connor se comport en su ataque mucho mejor de lo que cree apunt Delmo conmucho tacto.Todos haban escuchado el relato de cmo el drow haba desarmado al muchacho. Liam ylos otros nios Thistledown, excepto el pobre Connor, desde luego, disfrutaban horrores repitiendola historia.Por mucho que apreciara el voto de confianza del alcalde, Connor sacudi la cabezaenfticamente ante la sugerencia.Me venci admiti Connor. Quiz se aprovech de mi estupor al verlo, pero mevenci... limpiamente.Cosa nada fcil se apresur a decir Bartholemew, para evitar cualquier burla de lospresentes. Todos hemos visto cmo pelea Connor. Precisamente el invierno pasado mat a tresgoblins y a los lobos en que cabalgaban!Clmate, Thistledown! quiso tranquilizarlo el alcalde. Nadie duda del valor de tuhijo.Tengo mis dudas sobre la identidad del enemigo! vocifer Roddy McGristle, unhombre grande y peludo como un oso, que era el ms experimentado del grupo en cuestionesguerreras. Roddy pasaba ms tiempo en las montaas que atendiendo su granja, un trabajo recienteque no le agradaba mucho. Cada vez que alguien pona precio a la cabeza de un orco, era siempreRoddy el que se llevaba la mayor tajada, a veces ms que todos los dems del pueblo juntos. Nolevantes tanto el copete le dijo Roddy a Connor cuando el muchacho quiso erguirse dispuesto aprotestar con vehemencia. S lo que has dicho que has visto, y creo que has visto lo que dices. 29. El refugio El elfo oscuro 3Pero t lo llamas drow y ese ttulo significa mucho ms de lo que crees. Si hubiera sido un drow loque encontraste, dira que ahora t y toda tu familia estarais muertos en aquel bosquecillo dezarzamoras. No, no era un drow, segn creo, pero hay otras cosas en esas montaas que podranhacer lo que t dices que hizo esa cosa.Dinos cules intervino Bartholemew enfadado, con poco aprecio por las dudas queRoddy haba echado sobre el relato del hijo.La verdad era que a Bartholemew no le gustaba Roddy. El granjero Thistledown tena unafamilia respetable, y, cada vez que el vulgar y vocinglero Roddy McGristle les haca una visita, aBartholemew y a su esposa les costaba muchos das de esfuerzos recordarles a los nios,especialmente a Liam, cul era el comportamiento correcto.Roddy se limit a encogerse de hombros, sin ofenderse por el tono de Bartholemew.Goblins, trolls, quizs un elfo del bosque que tom demasiado el sol.La carcajada que solt despus de estas palabras, burlndose de la seriedad de los presentes,sacudi al grupo.Entonces cmo podemos estar seguros? dijo Delmo.Lo sabremos averigundolo ofreci Roddy. Maana por la maana seal a cadauno de los hombres sentados a la mesa de Bartholemew iremos all a ver qu encontramos.Dicho esto y dando por cerrada la reunin, Roddy golpe la mesa con las manos y se pusode pie. Cuando lleg a la puerta de la casa, se volvi y dirigi una sonrisa casi desdentada y unguio exagerado al grupo.Muchachos, no olvidis las armas!La risotada de Roddy reson en los odos de los hombres mucho despus de la marcha delrudo montas.Podramos llamar a un vigilante propuso uno de ellos mientras los desanimadosgranjeros se disponan a irse. He odo decir que hay uno en Sundabar, una de las hermanas de ladama Alustriel.Es un poco pronto para eso respondi el alcalde Delmo, borrando todas las sonrisas deoptimismo.Crees que es demasiado pronto cuando hay drows de por medio? apunt rpidamenteBartholemew.Vayamos primero con McGristle replic. Si hay alguien capaz de averiguar algo enlas montaas, es l. Se volvi hacia Connor y le dijo conciliador: Creo en tu relato, Connor.Pero tenemos que asegurarnos antes de pedir una ayuda de alguien tan distinguido como la hermanade la dama de Luna Plateada.No era un goblin ni un elfo del bosque manifest Connor en voz baja, en un tono dondese mezclaba el enojo y la vergenza.Bartholemew palme la espalda del hijo, sin dudar de su relato.En la cueva de la montaa, tambin Ulgulu y Kempfana haban pasado una noche inquietapor la aparicin de un elfo oscuro.Si es un drow, entonces es un aventurero experimentado le coment Kempfana alhermano. Quiz con la experiencia suficiente como para que Ulgulu alcance la madurez.Y de regreso a Gehenna! exclam Ulgulu acabando la frase del taimado hermano.No ves la hora de que desaparezca.T tambin ansias el momento de volver a los valles humeantes le record Kempfana.Ulgulu gru como nica respuesta. La aparicin del elfo oscuro planteaba muchasconsideraciones y miedos ms all de la sencilla declaracin lgica de Kempfana. Los barjes, como 30. El refugio El elfo oscuro 3todas las criaturas inteligentes en casi todos los dems planos de existencia, conocan a los drows ysentan un prudente respeto por la raza. Si bien un solo drow poda no plantear muchos problemas,Ulgulu saba que una partida de guerreros drows, quizs incluso un ejrcito, poda resultardesastrosa. Los cachorros no eran invulnerables. La aldea humana les haba permitido capturasfciles a los cachorros barjes y poda ofrecerles unas cuantas ms durante un tiempo si Ulgulu yKempfana no abusaban de los ataques. Pero si se presentaba una banda de elfos oscuros, las presasfciles podan desaparecer muy deprisa.Tenemos que resolver el asunto del drow seal Kempfana. Si es un explorador, nodebe volver a informar.Ulgulu dirigi una mirada helada al hermano, y llam al trasgo.Tephanis grit, y el trasgo apareci sobre su hombro antes de que pudiese acabar dedecir el nombre.Quieres-que-vaya-y-mate-al-drow, mi-amo dijo el trasgo. Comprendo-lo-que-quieres-que-haga.No! grit Ulgulu en el acto, consciente de que el trasgo pretenda marcharse alinstante. Tephanis ya se encontraba a medio camino de la puerta cuando Ulgulu acab depronunciar la slaba, pero regres al hombro del barje antes de que se apagara la ltima nota delgrito. No repiti Ulgulu, ms tranquilo. Quiz se puede ganar algo con la presencia deldrow.Un nuevo enemigo para los aldeanos afirm Kempfana, que haba entendido laintencin de su hermano en cuanto vio la sonrisa malvada en su rostro. Un nuevo enemigo paracubrir los asesinatos de Ulgulu?Todo se puede convertir en ventajas repuso el gigantesco barje de piel prpura con unamueca perversa, hasta la aparicin de un elfo oscuro.Ulgulu volvi la atencin a Tephanis.Quieres-saber-ms-cosas-del-drow, mi-amo dijo Tephanis, excitado.Est solo? pregunt Ulgulu. Es el explorador de un grupo ms grande, comotememos, o un guerrero solitario? Cules son sus intenciones respecto a la gente de la aldea?El-drow-pudo-haber-matado-a-los-nios repiti Tephanis. Supongo-que-busca-amistad.Lo s gru Ulgulu. Ya lo has dicho antes. Ahora ve y averigua ms! Necesito algoms que tus suposiciones, Tephanis, y todos saben que las acciones de un drow nunca descubren susverdaderas intenciones! Tephanis abandon el hombro de Ulgulu e hizo una pausa, a la espera dems instrucciones. Por cierto, querido Tephanis ronrone Ulgulu, ocpate de conseguir unade las armas del drow. Podra resultar til...Ulgulu se call al advertir el movimiento en la pesada cortina que cerraba la entrada.Un personaje la mar de nervioso coment Kempfana.Pero muy til replic Ulgulu, y el hermano no pudo menos que asentir.Drizzt los vio venir desde un kilmetro de distancia. Diez granjeros armados seguidos por eljoven que haba conocido en el bosquecillo de zarzamoras el da anterior. Charlaban y reanmientras caminaban, pero el paso era decidido y exhiban las armas, obviamente listas para serusadas. Ms peligroso pareca el personaje que marchaba un tanto separado del grupo, un hombremuy fornido y de rostro serio, abrigado con pieles gruesas, cargado con un hacha de primera yacompaado por dos grandes mastines de pelo amarillo sujetos con cadenas.Drizzt quera establecer nuevos contactos con los aldeanos, deseaba de todo corazncontinuar los hechos que haba puesto en movimiento el da antes y saber si, despus de tantotiempo, haba encontrado un lugar al que pudiese llamar hogar, pero comprendi que el encuentro 31. El refugio El elfo oscuro 3que se avecinaba no prometa mucho. Si los granjeros lo encontraban, sin duda habra problemas, y,aunque no lo preocupaba su propia seguridad ante la banda de desarrapados, incluido el guerrero derostro serio, tema que alguno de los labriegos acabase herido.El drow decidi que deba eludir al grupo y desviar su curiosidad. Conoca la diversinperfecta para conseguir sus objetivos. Coloc la estatuilla de nice en el suelo y llam aGuenhwyvar.Un zumbido a su lado, seguido por un sbito movimiento de la maleza, distrajo al drow slopor un momento mientras se formaba la niebla habitual alrededor de la figurilla. Drizzt no advirtila presencia de nada peligroso, y se olvid del tema. Tena problemas ms urgentes, pens.Cuando lleg Guenhwyvar, Drizzt y la pantera bajaron por el sendero ms all delbosquecillo de zarzamoras, donde el elfo supona que los aldeanos comenzaran la caza. El plan erasencillo: dejara que los labriegos rondaran la zona por un rato, permitira que el hijo del granjerorepitiera el relato del encuentro. Entonces Guenhwyvar hara una aparicin cerca del bosquecillo yguiara al grupo en una persecucin intil. La visin de la pantera negra poda plantear algunasdudas sobre el relato del joven; probablemente los mayores supondran que los nios haban topadocon el felino y no con un elfo oscuro y que la imaginacin haba provisto el resto de los detalles. Nodejaba de ser un riesgo, pero como mnimo, Guenhwyvar poda sembrar algunas dudas referentes ala existencia del elfo oscuro y alejar a los cazadores durante un tiempo.Los granjeros llegaron al bosquecillo de zarzamoras a tiempo, algunos serios y dispuestospara el combate, pero la mayora entretenidos en charlar y rer. Encontraron la espada cada, yDrizzt observ cmo el hijo del campesino relataba el episodio del da anterior. Tambin vio que elportado del hacha casi no escuchaba el relato, y caminaba alrededor del grupo con los perros,sealando distintos puntos de las zarzas y animando a los perros a que olieran el rastro. Drizzt notena experiencia prctica con perros, pero saba que muchas criaturas tenan sentidos muydesarrollados y que podan ser tiles en una cacera.Ve, Guenhwyvar susurr el drow, sin esperar a que los perros descubrieran un rastroclaro.La gran pantera se alej silenciosa por el sendero y tom posicin en uno de los rboles delmismo bosquecillo donde los nios se haban ocultado el da anterior. El sbito rugido deGuenhwyvar silenci las conversaciones del grupo en el acto, y todas las cabezas se volvieron hacialos rboles.El felino salt al sendero, pas como una flecha entre los atnitos humanos y se alej entrelas rocas de la ladera. Los granjeros gritaron e iniciaron la persecucin animando al hombre con losperros a que cogiera la delantera. Muy pronto todo el grupo, con los perros ladrando furiosos,desapareci de la vista y Drizzt camino hasta los rboles cercanos a las zarzamoras para analizar loocurrido y planear lo que hara despus.Le pareci notar que lo segua un zumbido, pero lo atribuy a algn insecto.A la vista del desconcierto de los perros, Roddy McGristle no tard mucho en llegar a laconclusin de que la pantera no era la misma criatura que haba dejado un rastro en el bosquecillode zarzamoras. Adems, Roddy comprendi que sus torpes compaeros, sobre todo el obesoalcalde, ni siquiera con su ayuda podan pensar en atrapar a la pantera; el felino poda saltar a travsde caadas que los granjeros tardaran muchos minutos en rodear.Adelante! grit Roddy al resto del grupo. Perseguid a esa cosa por este camino!Me llevar a los perros por el otro lado y le cortar el paso! La obligar a que vuelva haciavosotros!Los granjeros gritaron su aprobacin y se alejaron. Roddy tir de las cadenas y se llev a losperros en la otra direccin. 32. El refugio El elfo oscuro 3Los perros, entrenados para la caza, queran seguir a la pantera, pero su amo tena otra rutaen mente. Haba varias cosas que lo preocupaban en aquel momento. Viva en estas montaas desdehaca treinta aos y nunca haba visto, o siquiera odo hablar, de un animal como aqul. Adems, lapantera habra podido dejar atrs a los perseguidores haca rato, y en cambio siempre se mostrabaen campo abierto no demasiado lejos, como si quisiera guiar a los granjeros. Roddy saba lo que eramaniobra de diversin, y crea saber dnde se ocultaba la verdadera presa. Les coloc el bozal a losperros para que no ladraran y regres por donde haba venido, de vuelta al bosquecillo dezarzamoras.Drizzt descansaba apoyado en un rbol en las sombras de la frondosa copa, preguntndosecul podra ser el camino para mostrarse a los granjeros sin provocarles pnico. A lo largo de losdas de observacin de la familia de la granja aislada, Drizzt haba llegado a la conclusin de quepoda encontrar un lugar entre los humanos, de este o de cualquier otro asentamiento, si conseguaconvencerlos de que sus intenciones no eran peligrosas.Un zumbido a la izquierda de Drizzt lo arranc bruscamente de sus pensamientos. Seapresur a empuar las cimitarras, y entonces algo relampague junto a l, demasiado rpido comopara darle tiempo a reaccionar. Grit ante el sbito dolor en la mueca, y solt la cimitarra.Confuso, Drizzt mir la herida, esperando ver una flecha o un dardo clavado en la carne.El corte era limpio y no haba nada ms. Una risa aguda hizo girar a Drizzt a la derecha. Allestaba el trasgo, con la cimitarra colgada al hombro, casi tocando el suelo detrs de la criaturadiminuta, y una daga, tinta en sangre, en la otra mano.Drizzt permaneci inmvil e intent adivinar cul sera el prximo movimiento del rival.Nunca haba visto a un trasgo, ni haba escuchado hablar de unas criaturas tan raras, pero ya tenauna buena idea de la ventaja que representaba su asombrosa velocidad. Antes de que el drowpudiera planear la manera de derrotar al trasgo, apareci otro rival.Tan pronto como oy el aullido, el drow comprendi que el grito de dolor lo habadescubierto. El primero de los mastines de Roddy McGristle apareci entre la maleza, lanzado enlnea recta hacia el elfo. El segundo, un par de pasos ms atrs, salt en busca de la garganta deljoven.Esta vez, Drizzt fue ms rpido. Descarg un golpe con la otra cimitarra contra el primerperro y le golpe el crneo. Sin vacilar, Drizzt se ech hacia atrs, invirti la sujecin del arma y lalevant por encima de la cabeza, en lnea con el salto del perro. El mango del arma qued apoyadocontra el tronco del rbol y el animal, incapaz de desviar la trayectoria, choc contra el otro extremode la hoja de acero, que le atraves la garganta y el pecho. El terrible impacto arranc la cimitarrade la mano de Drizzt, y perro y arma cayeron entre unos arbustos al lado del rbol.Drizzt apenas se haba recuperado cuando apareci Roddy McGristle como una tromba.Has matado a mis perros! rugi el enorme montas, descargando un golpe conBleeder, su gran hacha de combate, contra la cabeza del drow.El golpe llevaba una velocidad tremenda, pero Drizzt consigui esquivarlo. El elfo noentenda ni una sola de las palabras de la retahla de eptetos de McGristle, y era consciente de queel hombretn no poda comprender ninguna de las explicaciones que pretendiera darle.Herido y desarmado, la nica defensa de Drizzt era continuar burlando el ataque. Otrohachazo casi lo pill; cort la capa gnoll, pero gracias a que consigui hundir el estmago, la hojaslo roz la fina cota de malla. Drizzt se movi a un lado, hacia un apretado grupo de rboles mspequeos, convencido de que su mayor agilidad le dara algunas ventajas. Tena que intentar cansaral humano enfurecido, o al menos conseguir que el hombre reconsiderara el brutal ataque. Pero laira de McGristle no pareca disminuir. Sigui a Drizzt, lanzando hachazos a diestro y siniestro.Ahora Drizzt vea los fallos de su plan. Si bien quiz poda mantenerse apartado delvoluminoso cuerpo del humano gracias al poco espacio entre los rboles, el hacha de McGristlepoda pasar entre ellos sin problemas. 33. El refugio El elfo oscuro 3La poderosa arma apareci por un lado al nivel de los hombros. Drizzt se lanz de cabeza alsuelo, salvndose de morir por los pelos. Esta vez McGristle no pudo controlar el golpe a tiempo, yla pesada hacha se clav en el tronco de diez centmetros de dimetro de un arce joven, y lo tal.El ngulo formado por el tronco al doblarse retuvo el hacha con fuerza. Roddy comenz adar tirones para liberar el arma, y no advirti el peligro hasta el ltimo minuto. Consigui apartarsedel tronco pero acab sepultado debajo de la copa. Las ramas formaban una red que lo sujetaba bienprieto contra el suelo.Maldito seas, drow! bram McGristle, mientras intentaba zafarse sin xito de laprisin natural.Drizzt se alej a gatas, preocupado por la mueca herida. Encontr la segunda cimitarra,clavada hasta el mango en el pobre perro. El espectculo le caus una profunda pena, pues saba elvalor de los compaeros animales. Tard unos segundos en recuperar el arma, momentos que sehicieron angustiosos al ver que el otro perro, slo atontado, comenzaba a sacudirse.Maldito seas, drow! rugi McGristle otra vez.Drizzt comprendi la referencia al linaje, y pudo adivinar el resto. Quera ayudar al hombrecado, en la conviccin de que quiz poda establecer el camino de una comunicacin mscivilizada, pero le pareci que no podra contar con la colaboracin del otro perro. Con una ltimamirada al trasgo que haba iniciado todo el problema, Drizzt sali del bosque y escap a lasmontaas.Tendramos que haber atrapado a la pantera! protest Bartholemew Thistledownmientras la tropa regresaba al bosquecillo de zarzamoras. Si McGristle hubiese estado dondedijo que estara, no se nos habra escapado! Dnde est ahora ese tipo?Los gritos de Drow, drow! procedentes del grupo de arces respondieron la pregunta deBartholemew. Los granjeros echaron a correr y encontraron a Roddy todava bien sujeto por lasramas del rbol cado.Maldito drow! chill Roddy. Mat a mi perro! Condenado drow! Se llev unamano a la oreja izquierda cuando le liberaron un brazo pero descubri que ya no la tena.Maldito drow! repiti.Connor Thistledown no ocult el orgullo ante la confirmacin de su relato, que haba sidopuesto en duda, pero el mayor de los hijos Thistledown fue el nico complacido con la inesperadaproclama de Roddy. Los otros granjeros eran mayores que Connor; comprendan muy bien lasgraves implicaciones de tener a un elfo oscuro en la regin.Benson Delmo, secndose el sudor de la frente, no hizo ningn secreto de lo que opinabaante la noticia. De inmediato se volvi hacia el granjero que tena a su lado, un joven conocido porsu habilidad como jinete.Ve a Sundabar! le orden el alcalde. Busca un vigilante ahora mismo!Al cabo de unos minutos, Roddy qued libre. El perro herido estaba a su lado, pero lacomprobacin de que uno de sus preciosos animales haba sobrevivido fue un pobre c