reforestacion de los andes ecuatorianos con especies · 2018. 5. 6. · un reciente cálculo...
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PROGRAMA PE REFORESTACION EN AREAS
MARGINALES DE LA SIERRA ECUATORIANA
(CESA - Intercooperation Suiza)
REFORESTACION DE LOS ANDES
ECUATORIANOS CON ESPECIES NATIVAS
Resultados de la investigación realizada por
J. Brandbyge
con el apoyo del Instituto Nacional de Energía (INE)
Quito - Ecuador
PRESENTACION
Más allá de la Región, el mundo entero se halla alarmado por la acelerada de
destrucción de los bosques naturales tropicales húmedos que constituyen los
pulmones de la humanidad toda, Tal el caso de la gran foresta amazónica.
Dada la magnitud e importancia cuantitativa de estas inmensas masas boscosas, a
lo mejor se subestima el problema relativo a los bosques tropicales secos y en
especial de los bosques nativos andinos, los cuales están a punto de desaparecer
por el avance obligado del 3 hombre en su afán de ampliar la frontera agrícola
para poder subsistir. Esta agresión a la naturaleza se acelera por la necesidad de
contar con la energía calórico, para la preparación de los alimentos y el abrigo del
hogar.
Campesinos andinos y CESA, concientes de la situación y de la necesidad de
reponer a la naturaleza aquello que se vieron obligados a utilizar hemos iniciado
una esforzada tarea de suplencia que esperamos sea transitoria-, en cuanto
investigación y producción de especies forestales nativa aún a riesgo de alejarnos
un tanto de nuestro rol fundamental, -en el caso de CESA-, de apoyo al desarrollo
rural.
Hace 4 año pusimos a consideración de los especialistas e interesados en el tema,
la primera edición de "Reforestación de los Andes Ecuatorianos con Especies
Nativas que recogía los primeros resultados del esfuerzo de técnicos extranjeros
como el botánico danés John Brandbyge patrocinado por DANIDA (Agencia de
Desarrollo Internacional de Dinamarca) que junto con el apoyo de profesionales
nacionales y campesinos y el generoso aporte de INTERCOOPERATION SUIZA,
hicieron posible los primeros logros que hoy volvemos a poner a vuestra
consideración en esta segunda edición.
Aspiramos que ésta tenga la misma favorable acogida que la primera y cumpla el
objetivo de ser un instrumento de trabajo y consulta para quienes se interesan en
esta noble actividad.
Quito, 1991
CESA
1967 - 1992
Testimonio de una Acción
1 EL PROBLEMA DE LA DEFORESTACION DE LA SERRANIA ANDINA
1.1. ¿POR QUE USAR ESPECIES LEÑOSAS LOCALES EN LA REFOREST
ACION?
Siempre se ha puesto énfasis en que las especies locales leñosas, tienen
potenciales ventajas sobre especies exóticas en los programas de reforestación y
deben ser más tomadas en cuenta al planearse estos programas. En la publicación
"Firewoods Crops" de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos
(1980) se estableció simplemente que: "En cualquier prueba de plantaciones de
combustibles leñosas, las especies locales deben ser siempre la primera prioridad".
Es posible encontrar especies leñosas adaptadas a las inclemencias del clima y
altitud, que no son favorables para las especies introducidas. En el plan de
reforestación del Ecuador, se notó que en el subpáramo, existía una falta de
información acerca de la especie que debía usarse. En un estudio hecho en el Perú,
por Beck y Ellenberg (1979), se recomendó usar las especies locales cultivadas
para restaurar los ecosistemas altos.
Los países tropicales son ricos en diversidad de especies. Un país relativamente
pequeño como el Ecuador, se estima que tiene cerca de 2.000 diferentes especies
de árboles. Muy pocos de estos han sido objeto de una completa investigación;
completa respecto a su potencial para la reforestación. La exploración botánica del
Ecuador y sus países vecinos está lejos de ser completada. Un conocimiento
detalla- do de las especies amenazadas de extinción, se hace difícil por la falta de
un inventario florístico. Por observaciones y contacto con gente local, es obvio
deducir que muchas especies leñosas de las laderas de los valles interandinos se
han extinguido o están amenazadas de extinción.
La introducción de especies exóticas a regiones lejanas de sus límites naturales, va
siempre acompañada por problemas de carácter ecológico. Los cambios en la
duración del día y el diferente ritmo de las estaciones q la pérdida de las
estaciones climáticas son factores que directa o indirectamente influyen en el
crecimiento o vigor de las especies introducidas. La susceptibilidad a las
enfermedades, y la severidad de un ataque serán generalmente mucho más
graves para las especies que crecen fuera de su límite natural. A menudo, la
expansión de una peste o enfermedad se vuelve fácil por los monocultivos. Las
pestes que han sido introducidas con especies de árboles exóticos pueden ser
diseminados con facilidad debido a la ausencia de sus enemigos naturales.
El eucalipto fue introducido a los países andinos hace 200 años por monjes
australianos y, ahora es plantado ampliamente para casi dominar el paisaje
interandino en muchas partes. La adaptabilidad a diferentes suelos, el relativo
crecimiento rápido y, su alta capacidad para brotar son algunas de las razones
para plantas eucaliptos. Desde el punto de vista de la protección del suelo, la
plantación de esta especie no es muy beneficiosa. En muchas áreas donde se
planta, desaparecen la hierba local o las especies de arbustos que forman una
vegetación protectora. No se ha investigado a fondo si esto es un efecto del
eucalipto, el cual es superior en competición con la humedad del suelo debido a su
bien desarrollado sistema de raíces o, si se debe a los efectos de compuestos
tóxicos de los desechos del eucalipto. Es bien sabido que al plantar eucaliptos en
los linderos de terrenos, rebajará el desarrollo de las especies de cosechas a una
distancia de por lo menos un par de metros. Los compuestos tóxicos de las hojas
de eucalipto pueden evitar la germinación y el desarrollo de varias especies de
cosechas y pastos.
La importancia actual del eucalipto para los países andinos se hizo resaltar por un
reporte de la USDA (1980): "Podrían existir in- quietudes acerca de si las
plantaciones de E. globulus son la mejor alternativa desde un punto de vista
ecológico. Hasta que se desarrolle una solución alterna probada que por lo menos
sea igualmente productiva, el eucalipto debe seguir usándose. Su contribución al
bienestar de los habitantes de las serranías, desde Colombia a Chile, no debe ser
sobre-estimada. Si una enfermedad o insecto fuera a arrasar estas plantaciones
durante la noche, las pérdidas y daños causados serías enormes."
Posteriormente se hizo notar que la probabilidad de pérdidas masivas debido a
insectos o enfermedades es extremadamente baja. Este punto de vista ha sido
contradicho por un reciente reporte (Zallas) en el cual se discutió la aparición
masiva de un perforador de eucalipto, un cerambicida de origen australiano en
Bolivia. Los ataques de esta peste "introducida" es ahora una amenaza para
grandes plantaciones de eucaliptos en el valle de Cochabamba. Este ejemplo
muestra que los peligros potenciales para las plantaciones de eucalipto sí existen,
y consecuentemente, se reafirman las desventajas de la reforestación, basada en
una especie.
La segunda especie en importancia, y en la que más énfasis se pone hoy, es la
Pinus radiara, de California. Esta fue introducida en 1905, pero la primera
plantación real se hizo en el páramo de Cotopaxi en 1941. Siguiendo este ejemplo,
las plantaciones empezaron a expandirse desde 1962 y extensas áreas ahora
cubiertas con monocultivos de estas especies.
Recientemente, el departamento forestal y propietarios de grandes plantaciones
privadas fueron alarmados por un ataque masivo de una enfermedad, llamada en
español "tizón de banda roja". Esta es causada por Dothiostroma pini, y hasta su
masivo brote en 1982-83, era prácticamente desconocida en el Ecuador. La causa
del brote fue probablemente la alta precipitación de lluvias en ese período. La
rápida propagación y el consecuente retroceso en crecimiento de todos modos, fue
indudablemente facilitado por la plantación de monocultivo en combinación con su
pobre manejo.
El objetivo de la plantación de especies coníferas en los sectores del Alto-Andes,
es parte del plan para establecer una industria de pulpa de papel hacia el final de
este siglo. En las provincias de Chimborazo, Tungurahua y Bolívar 100.000 has.
están planeadas para plantaciones de P. radiara y otras especies coníferas de
rápido crecimiento. El ata- que del "tizón de banda roja" muestra que grandes
monocultivos de especies exóticas crecen bajo condiciones sub óptimas y son
vulnerables a enfermedades.
Cambiando las prácticas de cultivo a un sistema mixto de coníferas y especies
locales leñosas de la serranía andina se podría reducir la intensidad de la
propagación de una enfermedad y también incrementar la producción.
Durante los últimos diez años se ha establecido en el Ecuador toda una red de
parques nacionales y reservas ecológicas y faunisticas.
Las diferentes entidades están bajo la administración del Departamento de
Parques Nacionales y Vida Silvestre perteneciente al Ministerio de Agricultura. El
establecimiento de planes racionales de manejo para las diferentes áreas es un
trabajo que todavía continúa y se ha concluido que deben tomarse medidas que
contrarresten la contaminación de las zonas limítrofes. Deben establecerse “zonas
de protección" naturalmente compuestas de plantaciones de especies locales de
árboles, por ejemplo con preferencia para las especies productivas raras o en
peligro.
Además los parques o reservas ya existentes serán incrementados con un plan de
extensión de cerca de treinta áreas. Entre las áreas propuestas están Palmira
(Prov. Chimborazo) y El Arenal (Prov. Tungurahua). Estas áreas han sido incluidas
debido a la obvia y urgente necesidad de prevenir una futura desertificación. El
uso de especies leñosas locales en el proceso inicial de regeneración de estos
ecosistemas, debe ser tomado muy en cuenta.
En el Plan de Desarrollo Nacional, Sector Forestal, se considera que cerca de 1,3
millones de hectáreas de sub-páramos, entre los 3.500 y 4.000 metros son
susceptibles de reforestación. Se ha hecho notar que, lamentablemente por el
momento no han podido ser elaborados planes concretos. No se tiene
conocimiento ni experiencias acerca de cuál especie debe ser usada. Se ha
propuesto el uso de especies locales de árboles y se ha subrayado la necesidad de
hacer investigaciones pero hasta ahora no se han realizado intentos serios para
probar algunas de las especies de sierra - andina.
1.2. LA DEFORESTACION EN EL ECUADOR
1.2.1. La actual área Forestal
Un reciente cálculo (CENAPIA) de la actual área forestal en el Ecuador es del
54.6% del área total. Los bosques protectores o bosques que sirven para fines de
protección, cubren 3.50 millones de hectáreas y los bosques productivos o
bosques que tienen capacidad para explotación cubren unas 11.2 millones de
hectáreas, mientras que las plantaciones cubren solo 0.048 millones de hectáreas.
El porcentaje de la capa forestal de las 3 regiones naturales, Costa, Sierra y
Oriente, es de 52.5%, 3.5% y 92% respectivamente. Para las laderas andinas
externas (entre los 1.000 y 3.000 m.) la capa forestal es del 83% y del 90%.
1.2.2. Situación actual
En la meseta interandina, el hombre ha estado interactuando con la vegetación
por más de 10.000 años. Hace 3.000 años, comenzaron a desarrollarse centros
culturales en algunas áreas y, aproximadamente todas las regiones ecológicas de
los países andinos fueron densamente pobladas antes de la conquista española.
Los cronistas han señalado que algunos de los bosques naturales permanecían en
los valles interandinos del Ecuador al tiempo de la conquista, pero hoy estas áreas
están casi privadas de bosques y los lugares en que se han aclimatado el
Eucalyptus globulus y Prunus capulí son el paisaje más característico. Los bordes
forestales externos de las cordilleras oriental y occidental, hasta recientemente
han sido protegidos por su inaccesibilidad, pero ahora se han construido nuevos
caminos hacia la llanura costera y tierras bajas de la amazonía y otros más están
para construirse. Solo la áspera topografía y la alta precipitación han evitado una
explosión de colonización espontánea y el consiguiente desbanque del área
forestal protectora.
En la costa, la historia de la deforestación no necesita de viejos cronistas. Aquí, el
despeje de bosques en su totalidad ha tenido lugar en este siglo y, especialmente
en los últimos 30 años. El boom de la exportación de banano en la década de los
años 50 y el desarrollo de la infraestructura seguida de una colonización dirigida y
espontánea, han destruido virtualmente las formaciones forestales naturales en las
provincias de Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro. En las tierras bajas amazónicas,
la explotación del petróleo seguido por la construcción de caminos y tuberías, en
los años 70, han abierto la provincia del Napo para una espontánea colonización,
especialmente de gente proveniente de áreas áridas de la parte sur del país.
Es difícil dar datos exactos de la tasa de deforestación en el Ecuador debido a que
muchos de los derribamientos son incontrolables, lo mismo que el resultado de
una colonización espontánea o despeje para la agricultura o pastos en áreas ya
colonizadas. Los datos de la deforestación actual, son solo estimativos. La
organización OLADE (Organización Latinoamericana de Desarrollo) ha indicado que
para el año 1983, la deforestación en el Ecuador era de 150.000 hectáreas.
1.3. LA REFORESTACION EN EL ECUADOR
En el reporte del OLADE 1.c. se estimó que el área reforesta- da en 1983 fue de
4.500 hectáreas, lo que significa que el 3% del área deforestada es reemplazada
con plantaciones.
De acuerdo con datos oficiales (MAG 1980), las plantaciones cubren 49.000 has,
con 45.000 has. en la sierra y 4.000 has. en la costa. Datos un tanto
contradictorios se dan ~n un estudio hecho por CAF - PROTELA (1975), citado en
la Fundación Natura (1981), que estimaba que las plantaciones cubren 78.000
has. De éstas, las plantaciones de eucaliptos llenan el 73.5%, las plantaciones de
pino, el 14% y diferentes especies tropicales de la costa, el 12.5%. El plan forestal
nacional, citado en Fundación Natura (1981), tconsidera que 2.333.000 has. son
aptas para la reforestación: 1 '279.000 has. en la llanura costera, 930.000 has. en
la sierra y 124.000 has. en los declives andinos externos. Como en otra parte
hemos mencionado, 331.000 has. de subpáramo han sido consideradas
potencialmente adecuadas para la reforestación.
Una simple confrontación de los datos suministrados muestran que solamente una
pequeña proporción (cerca del 3%) del área recomendada ha sido reforestada
hasta hoy. Se necesita realizar un enorme esfuerzo si se quiere que las
plantaciones, en un futuro cercano, puedan aliviar la presión sobre el resto de los
bosques naturales.
1.4. CONSERVACION DEL SUELO Y EL AGUA
Se nota el proceso de erosión del suelo en todo el Ecuador, siendo la costa y la
sierra las áreas más severamente afectadas. Las escarpadas y fuertemente
erosionadas laderas de los valles interandinos son quizás los más claros
monumentos de esta degradación. El intensivo uso agrícola durante tres mil años
es la causa de esta situación, y la creciente población continuará acelerando el
proceso si es que no se toman ahora medidas drásticas. En muchas áreas,
solamente las más escarpadas e inaccesibles laderas todavía no han sido
incorporadas al uso agrícola. Las provincias centrales de Cotopaxi, Tungurahua y
Chimborazo, tienen graves problemas en las áreas altas debido a la gran presión
sobre estas tierras. En ciertas panes climáticamente secas, como el área de
Palmira (prov. Chimborazo), la erosión ha alcanzado tal altura que los intentos
para detener la rápidamente galopante desertificación parecen inútiles.
Un estudio no publicado citado en un reporte de PRONACOS (Programa Nacional
para Conservación de Suelos) (1983), describió a un 26% del área de la región
interandina como gravemente erosionada con una profundidad de nivel de terreno
de O a 20 cm. El uso de estas tierras, aún para la reforestación está restringido,
hasta cuando se habla de una reforestación económicamente justificada. Un 8%
está erosionado a cierto grado, con una profundidad del terreno de 20 a 40 cm. y
un 5% está claramente erosionado con una profundidad de 40 a 70 cm. El 15% de
esta tierra es descrita como tierra sin erosión, y, el restante 45% son tierras en
peligro potencial de erosión debido a lo escarpado del terreno (70% de
inclinación). Muchas de las tierras que acabamos de mencionar, están situadas
dentro de las zonas altas de la ceja andina y el sub-páramo.
No disponemos de datos precisos sobre la pérdida de suelo debido a la erosión
hidrológica, pero investigaciones efectuadas por el INIAP (Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias) en la Estación Experimental de Santa Catalina, nos
dan una idea de la gravedad del problema. En campos abandonados sin vegetación
y una inclinación del 14%, se calculó una pérdida de suelo del 82.7 t/ha./anual.
Esta cifra es especialmente alarmante considerando que muchas áreas en la región
interandina, tienen más grandes inclinaciones y, a menudo más altas
precipitaciones que el área estudiada.
Las regiones andinas altas son las principales fuentes de generación de agua para
otras regiones geográficas. La calidad, la cantidad y distribución de la producción
de agua desde las montañas son, consecuentemente de mucha importancia social
y económica. Así aparte del problema de pérdida de la capa fértil del suelo, la
erosión también causa problemas de sedimentación de los lechos fluviales, lo que
puede conducir a fluctuaciones indeseables de fluido del agua y, en casos
extremos a inundaciones catastróficas de áreas agrícolas en las tierras bajas. Es
difícil hacer generalizaciones, acerca de las formas en las que el manejo de la
vegetación puede ser usada para aprovechar mejor la producción de agua, pero en
general las medidas que incrementan la proporción de agua tomando la ruta
superficial, tenderán a incrementar las fluctuaciones de suministro. La protección
de la vegetación natural, es la mejor forma y la menos cara de prevenir y controlar
la acelerada erosión. La segunda mejor forma es el re-establecimiento de la
cubierta vegetal, plantando especies adaptadas al clima local y condiciones del
suelo. Esto último es ciertamente más caro pero indispensable si se ha de poner
fin a la degradación de los ecosistemas andinos altos.
1.5. ASPECTOS ENERGETICOS
La FAO (1981) define a la meseta andina como un área de aguda escasez de
combustible vegetal. El déficit actual (1980) de dos millones m3 habrá crecido a 4
millones m3 a finales del siglo.
En el Ecuador, el 36% de las familias urbanas el 88% de las familias rurales
usaron leña o carbón como fuente de energía de acuerdo a un censo hecho en
1974. Los datos del INE (1979) muestran que el 42% de las familias rurales,
usaron leña como única fuente de energía para cocinar y, el 75% de este mismo
sector usaron la leña como la única forma de calefacción de las casas.
De la misma investigación, resulta que los combustibles fósiles han penetrado a un
42% de hogares rurales, pero al punto de llegar a sustituir totalmente al
combustible vegetal. Los combustibles fósiles usados fueron, en orden de
importancia, kerosén, gas y gasolina.
Hay razones para presumir que el cambio gradual en el patrón de consumo de
energía que está ocurriendo, continuará. Un crecimiento previsible del ingreso por
cápital, un incremento de la población urbana y un esperado incremento de la
disponibilidad de combustibles fósiles, son factores que contribuirán a este cambio.
Sin embargo, para hacer predicciones de una futura demanda de leña, hay que
tomar en cuenta el factor del crecimiento de la población. Al momento es del 3%
en el Ecuador y aún cuando el porcentaje de familias que usan combustible vegetal
o carbón, en las zonas urbanas y rurales haya caído a 5% y 55% para finales de
este siglo, el presente consumo total continuará inalterable.
La demanda de combustible vegetal o la actual escasez no están distribuidas
equitativamente dentro del país. Existen diferencias entre provincias y, dentro de
las provincias entre zonas de diferente altitud. Las provincias más afectadas por la
deforestación son Imbabura, Cotopaxi, Chimborazo y Loja. En las partes más altas
de estas provincias, entre los 2.500 y 3.700 m. hay solo pequeños terrenos de
bosques naturales y, la escasez de combustible vegetal es muy marcada. Las
partes altas de las provincias andinas situadas sobre los 3.000 metros son en
general las más severamente afectadas por la deforestación y, por consiguiente
por la escasez de combustible vegetal.
La leña así como el carbón, son productos voluminosos y consecuentemente
antieconómicos para transportarlos a largas distancias. La producción tiene que
hacerse en las áreas donde el déficit existe, y esto quiere decir que una plantación
de combustible vegetal a nivel comunitario representará una solución viable.
Nuestra conclusión es de que los combustibles fósiles continuarán creciendo en su
consumo en familias rurales, y hasta cierto punto reemplazarán a la leña para
cocinar, pero continuará existiendo demanda debido a que las cocinas que usan
combustibles fósiles no sirven para propósitos de calefacción como las
tradicionalmente usada chimeneas de leña.
Una masiva reforestación es la respuesta para cubrir las de- mandas de
combustible vegetal, y es la única forma de aliviar la presión sobre los recursos
forestales, que todavía quedan en las partes altas del país.
1.6. ASPECTOS SOCIALES
La estrecha relación entre la deforestación, la erosión del suelo, la escasez de
combustible vegetal y el crecimiento de la población han hecho ver a los
planificadores de todo nivel político que las medidas que se tomen para combatir
estos problemas, tienen que involucrar a toda la gente que vive en las zonas
afectadas. El problema es cómo movilizar o estimular iniciativas locales y, a qué
nivel deberían las I organizaciones locales participar en los programas.
Indudablemente impresionadas por los logros en programas de silvicultura en
aldeas de Korea del SUR, organizaciones internacionales han adoptado la idea de
una "silvicultura forestal" o silvicultura para el desarrollo rural. La política forestal
de la FAO encierra ahora este nuevo concepto y lo adopta, a pesar de la idea de
que la silvicutura contribuye a la agricultura controlando la erosión, conservando
agua y proveyendo energía, no es nueva.
El Programa Nacional de Reforestación en el Ecuador, bajo el Ministerio de
Agricultura ha hecho un gran esfuerzo para lograr una participación local mediante
la concertación de contratos con aldeanos, en diferentes partes del país. Visto a la
luz de las intenciones origina- les, este esfuerzo hasta ahora sólo puede ser
calificado como de éxito limitado. Por supuesto, esto se debe a varias
circunstancias muchas de las cuales se origina en la forma como se han elaborado
las diferentes clases de contratos o acuerdos.
Una de las formas en que puede ser establecida una plantación es por medio de un
"consorcio". Este arreglo implica que el departamento de silvicultura efectúe la
plantación y cubra los gastos relacionados con ella. El propietario de la tierra, que
puede ser una comunidad, sólo pone la tierra a disposición para la plantación. En
este modelo, la producción de la plantación es compartida entre el departamento
forestal y el propietario de la tierra en una proporción del 70% - 30%.
Otro arreglo es la cooperación forestal. Aquí, el propietario de la tierra que viene a
ser la cooperación pone su tierra a disposición de la plantación. La cooperación
contribuye con la labor en la plantación y, el departamento forestal provee la
semilla y efectúa la inspección de la plantación. La cosecha es dividida entre los
socios con un 25% para el propietario de la tierra, un 65% para la cooperación y
un 10% para el departamento forestal. Esto significa que si la cooperación es
también la propietaria de la tierra, esta recibe el 90% de la producción.
Estos modelos de participación no son completamente aceptados por la mayoría de
la población rural. Especialmente entre la población indígena hay una muy grande
aversión contra la firma de contratos con el departamento forestal. Esta profunda
desconfianza se debe al miedo histórico de perder la tierra. Es una creencia muy
generaliza- da de que el Ministerio o cualquier organización que trate de introducir
una plantación de árboles sólo quiere tomar posesión de la tierra bajo el pretexto
de la reforestación. Un reciente intento de subsidiar la plantación con 10.000
sucres por hectárea, parece que no ha mejorado la situación esencialmente. Se
debe reconocer que en una provincia en la cual la plantación es ciento por ciento
subsidiada, todos los árboles plantados pertenecen a la aldea o la cooperación.
El departamento forestal se ha empeñado solamente en plantaciones en tierras de
propiedad colectiva de un poblado o una cooperación.
Esto significa que la plantación de pequeños terrenos individuales cercanos a casas
o en campos fronterizos no puede ser efectuada. En muchas regiones densamente
pobladas, áreas grandes para plantación simplemente no existen y la única forma
de plantar árboles es sacando ventaja de los pequeños terrenos que siempre hay
junto a las casas, o de terrenos abandonados improductivos.
La obligación de supervisar la plantación, una vez establecida, en algunos casos no
se cumple muy cuidadosamente por el departamento de forestación. Esto ha dado
como resultado una indiferencia o el abandono de la plantación de parte de los
participantes locales.
Después de un cuidadoso análisis, CESA con aporte financiero de INTERCOOPERA
TION, empezó un programa con el anhelo de movilizar una organización local para
promover la reforestación. El programa se basó en algunos de los principios
fundamentales de CESA. Ante todo, el programa dependía de otras actividades en
el sentido de que era una parte integral del esquema de desarrollo rural ya
existente. El programa contenía un importante aspecto educacional, el cual era
más que una mera práctica de producir plantas en el vivero. Se discutieron y
trataron también los aspectos ecológicos de conservación del suelo y fuentes de
agua y los impactos de fuego y pastoreo en la vegetación.
Todo el material producido en los viveros pertenecía a la comunidad, ya sea
distribuido individualmente o usado para la reforestación de terrenos comunales,
Cada vivero tenía una capacidad limita- da de producción y esto estuvo de acuerdo
con la filosofía de que el trabajo de una más masiva reforestación era
responsabilidad de instituciones gubernamentales. Al dar ejemplos de como un
programa de reforestación comunal puede funcionar, la intención era cambiar los
programas oficiales para que pudieran llenar las necesidades de áreas rurales
marginales.
Además de la instalación de un vivero y la provisión de semillas y equipo, CESA
también tenía personal forestal entrenado para dirigir el programa en cada área.
Normalmente, una persona local estaba a cargo del vivero y era responsable del
resto de la comunidad. El vivero era propiedad de la comunidad o en algunos
casos, sirvió a otras comunidades vecinas. De esta forma la organización local, era
la responsable de la producción.
La organización de trabajo estuvo basada en la tradición local de la minga. En
esta, cada familia de la comunidad tiene que participar con un miembro. En
algunas comunidades grandes de más de 250 familias, se trató de organizar la
labor en grupos más pequeños para propósitos prácticos. Mucho del trabajo en los
viveros es más fácil de cumplir con grupos pequeños, pero los intentos para alterar
la tradición no dieron frutos. Especialmente en las comunidades indígenas, hay
una oposición en contra de los cambios de la organización tradicional del trabajo.
La actitud era de que debía haber una minga con la participación de todos y no
había minga. Al efectuar la plantación, es mucho más fácil el organizar el trabajo
porque todas las manos son necesarias y también porque la situación no difiere
mucho del trabajo en la tierra ,. que es efectuado principalmente en la minga.
2 FORMACIONES FORESTALES ANDINAS SUPERIORES
El proyecto fue efectuado en las formaciones forestales andinas altas. Un vistazo a
estas se dará a continuación junto con un resumen de las discusiones respecto al
límite forestal superior en los Andes tropicales.
Las definiciones de las formaciones están de acuerdo a Acosta Solís (1971) y
Harling (1979).
2.1. BOSQUES ANDINOS O SUBMESOTERMICOS
Este cinturón de altura se encuentra en ambas cordilleras andinas, entre los 2.800
y 3.200 m. A menudo algunos autores lo incluyen en la definición de cinturón
nubloso forestal (o bosque lluvioso I de montaña superior.
Se dan algunas diferencias ecológicas entre la cordillera oriental y la occidental, y
generalmente se puede decir que las laderas de la cordillera oriental son más
húmedas debido a los vientos húmedos, provenientes de la cuenca del Amazonas.
Existen también claras diferencias en la estructura y la composición florística, pero
no se han hecho detallados estudios de los bosques y su extensión en cuanto a la
altura.
Los géneros característicos e importantes de los bosques andinos son: Oreopanax,
Podocarpus, Hedyosmun, Escallonia, Weilvnannia, Alnus, y Vallea.
2.2. CEJA ANDINA
Este término es a menudo usado para la parte más superior de los bosques
andinos y, se considera una formación separada en la transición hacia la zona del
páramo. Los límites de altura están entre los 3.200 y 3.500 m. Los géneros
característicos son: Gynoxys, Polylepis, Buddleja, Hesperomeles y Osteomeles.
La palabra sub-páramo se usa con frecuencia para describir la parte más baja del
páramo que bordea la sección superior de la formación boscosa de la ceja andina.
Su composición florística varía considerablemente de acuerdo con la altitud,
humedad, geomorfología y especialmente de la actividad humana. Los páramos
más bajos parecen ser los más severamente afectados por las actividades
humanas y en muchos casos, es difícil trazar una línea entre la parte más alta de
los bosques andinos (ceja andina) y el páramo.
A menudo, la presencia de especies de arbustos característicos, como Hypericum
laricifolium y Brachiotum ledifolium, se usa para definir el sub-páramo. Las
dificultades en la definición de los cinturones superiores de las laderas andinas
están indudablemente conectados con la fuerte influencia humana, la cual ha
modificado la situación original a tal punto que es imposible aplicar definiciones
claras.
2.3. EL PROBLEMA DEL LIMITE FORESTAL SUPERIOR
Ellenberg (1958 a,b) cuestionó la naturalidad de los grandes terrenos herbáceos
de los altos Andes, conocidos como páramos en la región húmeda andina norteña
y punas en la región central andina seca. Basado en sus observaciones del Perú
Central y por comparaciones con la situación que se presenta hoy día en la mayor
parte del área mediterránea, concluyó que la puna o vegetación de. estepa de,
más. de 4.500 m. es producto del Impacto humano, durante Cientos o aun miles
de años.
Las manchas de bosques que él encontró en laderas escarpadas o áreas
inaccesibles bien arriba del actual límite forestal, los tomó como un indicador de la
existencia de una vegetación forestal anterior de mucho mayor extensión.
La existencia de pequeños bosques aislados en el páramo, ha sido debatida por
geobotánicos desde que las primeras descripciones fueron hechas por Jameson
(1845). Muchos autores (Jameson 1.c; Herzog 1923; Weberbauer 1945; Troll
1959 y Hueck 1972) son de la opinión de que estas formaciones, las cuales son a
menudo colecciones puras de la especie Polylepis; son específicamente limitados a
laderas rocosas, cursos de ríos, fondos de valles, etc. Troll (1959) estudió
específicamente este fenómeno y consideró que las formaciones son
características de la ceja andina. Según su opinión, las condiciones especiales
micro climáticas hacen posible la presencia de estos bosques.
Otros geobotánicos como Diels (1937) han argumentado que estos pequeños
bosques aislados no eran fundamentalmente diferentes de la ceja andina y, que
deben ser considerados como un límite forestal real antes que un límite de
crecimiento de árboles.
Kunker (1961), Ruthsatz (1977) y Seibert (1983) sostuvieron que los bosques
deben ser reliquias de una antigua y extensa cubierta vegetal pero indicaron que
es difícil dar una efectiva evidencia de esto.
De nuestras observaciones en varias regiones de páramo en el Ecuador, es
evidente que el fuego tiene y ha tenido un papel muy importante en la formación
de la vegetación. La quema frecuente y regular del páramo, es el factor más
importante en el mantenimiento de esta vegetación.
No es nuestro deseo entrar en una detallada discusión acerca del límite real o
potencial del bosque en los Andes. Las investigaciones acerca del efecto de la
quema de páramos y de la regeneración de especies del límite forestal alto
(superior) se llevan a cabo al momento como parte del proyecto patrocinado por
DANIDA (Extensiv land- brugsmssig udyttelse af páramo vegetation Ecuador,
grant No. 104 , DAN/8 1098), Y una discusión más detallada aparecerá en un
reporte postenor.
El afirmar que el potencial límite forestal es de 4.500 m. más alto que el
normalmente supuesto, no es lo mismo que decir que es posible reforestar la parte
más extensa de la ahora árida y, en algunas partes, altamente erosionada tierra
andina alta. De todos modos, es obvio que el ecosistema del páramo tiene que ser
considerado desde un más dinámico punto de vista que anteriormente y que las
especies leñosas tienen buenas perspectivas para el reestablecimiento de una
cubierta vegetal natural.
3 LOCALIZACION GEOGRAFICA DEL PROYECTO
3.1. DESCRIPCION DE AREAS y VIVEROS INSTALADOS
Las áreas de nuestras colecciones botánicas y observaciones ecológicas
coincidieron con las zonas donde CESA había ya establecido, o había planeado
establecer viveros comunales rurales. Las cinco áreas seleccionadas se muestran
en el mapa 1. Una zona descripción de cada área se dará en los siguientes
capítulos, incluyendo una descripción de los viveros instalados.
Al principio, el programa operó con dos diferentes tipos de viveros. Un tipo fue
permanente, en el sentido de que fue instalado para funcionar por un largo
período. Este tipo tenía equipo adecuado e infraestructura para abarcar una
producción de plantas para más comunidades. El segundo tipo era transitorio y,
fue planeado para llenar la necesidad de una comunidad para una plantación
individual o en pequeña escala. El equipo e infraestructura eran mínimos, en el
sentido de que el mantenimiento del vivero estaba basado completamente en las
condiciones y posibilidades locales.
3.1.1. San Pablo del Lago
Provincia: Imbabura
Cantón: Otavalo
Parroquias: San Pablo y Angochagua
Esta zona entre los 2.000 - 3.600 m. tiene un terreno moderadamente escarpado
en sus laderas. El clima es moderadamente húmedo con una precipitación de cerca
de 1.000 mm. por año. En las laderas más escarpadas del páramo, están
presentes muchas huellas de la erosión causada por una excesiva utilización
agrícola. La mayor parte de las tierras en ésta área sólo son aptas para la
reforestación.
La densidad poblacional en el área es grande y la vegetación natural existente,
escasa. Las partes más bajas están cubiertas con extensas plantaciones de
eucaliptos, pertenecientes a las grandes haciendas del área.
Entre los 3.000 - 4.000 m. se estima que 50 has. están cubiertas con bosques de
ceja andina. Este bosque, es muy explotado por los campesinos locales para leña y
en menor escala para madera de construcción. El combustible - vegetal es
recogido únicamente para el consumo doméstico. No vimos indicios de que la leña
fuera recogida para venderla en los mercados. A pesar de que lo que queda del
bosque está rápidamente desapareciendo, todavía es posible el recoger semillas de
varias especies en los remanentes forestales pertenecientes a la comunidad de
Cazco Valenzuela.
El vivero de tipo de transición, está situado cerca a la casa comunal en Cazco
Valenzuela, a 2.900 m. y cubre un área de 1.500 m2.
3.1.2. T . T .P. (Toa cazo, Tanicuchi y Pastocalle)
Provincia: Cotopaxi
Cantón: Saquisilí
Parroquias: Toacazo, Tanichuchi y Pastocalle.
Esta área está dividida en dos diferentes zonas:
a) Las partes más altas con páramo sobre terreno inclinado. Precipitación regular y
claras señales de erosión.
b) Las partes medianas o más bajas, con tierras expuestas a un frecuente riesgo
de heladas (escarcha). No existen datos exactos disponibles pero es zona más
seca que la mencionada anteriormente. Erosión avanzada especialmente en las
laderas más escarpadas debido al sobrepastoreo.
No existen bosques extensos en estas áreas. En las tierras pertenecientes a la
Cooperativa Cotopilaló, una pequeña ceja andina (50 a 60 has.) todavía puede ser
considerada como un bosque Intacto. En la quebrada Río Blanco, perteneciente a
la cooperativa mencionada, hay ; unas 10 has. de bosque disperso de Polylepis -
Gynoxys entre los 3.700 a 3.800 m.s.n.m.
De estos remanentes forestales se recoge leña y se observó algo de desmonte
para apacentamiento. En diversas ocasiones se trató con las comunidades de las
medidas para proteger las áreas forestadas. Un proyecto planeado para proveer
de agua potable a algunas aldeas en la parroquia de Toacazo, depende de
manantiales localizados dentro del bosque.
Las sobras forestales proveen buenas oportunidades para la , recolección de
semillas de diferentes especies.
El vivero situado en el centro de la cooperativa Cotopilaló a 3.250 m. de altitud es
del tipo permanente. Este cubre un área de 1 ha. y tiene un invernadero y
diferentes instalaciones para aclimatación de las plantas producidas.
3.1.3. Pilahuin
Provincia: Tungurahua
Cantón: Ambato
Parroquia: Pilahuin
Esta área está dividida en dos diferentes zonas:
a) Laderas del volcán Carihuairazo. La zona alta (más de 3.000 m) con una clara y
buena precipitación distribuida uniformemente en todo el año.
b) Páramos en el lado nor-occidental del volcán Chimborazo (3.500-'1 4.000 m).
Es una zona seca expuesta a fuertes vientos. El río Ambato tiene sus fuentes en
esta zona.
La vegetación de ambas zonas está dominada por manojos- herbáceos,
principalmente de Festuca dolicophylla y, Calamagrostis ef- fusa. En las partes
más bajas, casi no existen especies de maleza de sub - páramo de la ceja andina,
debido parcialmente a los cultivos y ~ debido también a la explotación de la leña.
En las partes más altas (3.700 - 4.100) todavía existen algunos retazos forestales.
En las Minas, se encuentran cerca de 10 has. de bosques de Polylepis reticulata -
Gynoxys acostae y en las laderas del Carihuairazo unas 25 has. están cubiertas
principalmente con Gynoxys acostae. Estos dos lugares son explotados por su
leña. Una escena común en el área es la de la gente del poblado de Pilahuin a 20
km. de distancia, que regresa de las minas con dos mulas cargadas con leña de
Polylepis y Gynoxys.
El bosque más grande de la zona se encuentra en Huarcusachu, en el valle del río
Calamaca al norte del río Ambato. Los núcleos de Polylepis reticulata encontrados
aquí no son aparentemente muy" explotados para leña, en parte debido a la
inaccesibilidad y en parte a la comunidad hostil que es propietaria de estos
páramos. El vivero de Tamboloma es del tipo transitorio y está localizado a 3.550
I:n. de altitud, cubriendo un área de 5.000 m2. Su equipo e instalaciones son
mínimos y se usan para la producción de especies nativas así como de las
introducidas (Pinus radiara y Cupressus macrocarpa)
3.1.4. Centro Sierra. (Pangor - San Juan)
Provincia: Chimborazo
Cantón: Colta
Parroquias: Juan de Velasco y San Juan
Zona alta aproximada de 3.000 a 4.000 m. con variada humedad (400 - 1.200
rnm. por año). Huellas de erosión del suelo y pérdida de este debido a la erosión
hidrológica. Un intensivo pastoreo y métodos defectuosos de agricultura han
removido mucho de la cubierta vegetal natural en las laderas más escarpadas.
En las cercanías del vivero en Tepeyac, en unas 15-17 ha. existe un bosque
disperso de ceja andina. Mucho de este, se encuentra r en el valle del Río Pangor.
Al sur de Pangor (Juan de Velasco) entre los 2.800 - 3.000 m. existen unos claros
retazos de bosques andinos. Hay posibilidades razonablemente buenas de
recolección de semillas en diferentes especies, en la zona. Entre las especies,
cuyas semillas se recogieron están: Vallea stipularis, Buddleja incana, Oreopanax
sp. 1, Rapanea dependens. Una de las cuatro especies de coníferas en el Ecuador,
la Podocarpus sprucei, crece en el área, pero solamente quedan unos pocos
árboles aislados. Otra especie interesante es la Rhyncotheca spinosa, arbusto muy
común en las cercanías de Tepeyac. Hasta ahora es el único caso conocido en el
Ecuador además de la colección original hecha por el padre Luis Sodiro en 1891.
El vivero de tipo transitorio está ubicado en la ex-hacienda Tepeyac a 3.200 m. de
altura. Cubre unos 1.760 m. Un invernadero (200 mI) cubierto con plástico, fue
construido para las pruebas de germinación con especies nativas. En el
invernadero, es posible mantener una temperatura media de 18Q y una RH
(humedad) del 75%.
3.1.5. Cañar
Provincia: Cañar
Cantón: Cañar
Parroquia: Honorato V ásquez
El área está dividida en dos zonas:
a) Una zona más baja entre los 3.000 - 3.300 m. caracterizada por una baja caída
de lluvia (menos de 500 mm/año). La cubierta natural de vegetación ha
desaparecido y las tierras de origen volcánico, que han sido usadas intensamente
en la agricultura, muestran variados grados de erosión.
b) Una zona alta, entre los 3.300 - 3.600 m. más húmeda que la zona
anteriormente mencionada, con terrenos de páramo más bien intensamente
oscuros. Aunque domina la hierba de páramo, hay todavía en la zona varios
sobrantes de bosques andinos o de ceja andina.
Estos son explotados severamente por la leña para uso doméstico y en menor
escala también para el mercado. Es cosa común la tala y la quema de bosques
para fines agrícolas o de apacentamiento y lo que sobra del bosque natural está
rápidamente desapareciendo.
La composición florística de los retazos de bosques es diferente y al parecer más
diversa que en las provincias norteñas, y esta zona ofrece buenas oportunidades
para la recolección de semillas.
El vivero que está situado en el centro de capacitación de CESA, cerca a la aldea
de Honorato Vásquez a 3.000 m. de altitud, es de tipo permanente. Es usado solo
para producción de plantas de especies introducidas como "el Euca/yprus globulus,
Pinus radiara, y Cupressus macrocarpa para las diferentes comunidades en el
área.
3.2. LOCALIDADES RECOPILADAS
A continuación, se da una descripción de las diferentes localidades que fueron
recopiladas durante el proyecto. Los números en corchetes se refieren a los
números de la colección AAU.
3.2.1. Prov. Imbabura
La quebrada San Isidro, en el camino de Otavalo a laguna Mojanda. Bosque de
alta montaña, parcialmente interrumpido por los desbanques y mezclado con
tierras para pastoreo. Altitud 3.000 - 3.070 m. (78º16' O 0º10’N.) (42116 - 127).
La laguna Mojanda, en la parte sur de la laguna Negra. Bosque de ceja andina con
un terreno muy inclinado cerca del lago. Altitud 3.700 m. (78º 15'0., 0º08' N.)
(42200-208).
En el camino de Otavalo a la laguna Mojanda, hay un bosque de alta montaña
interrumpido. Altitud 3.350 m. (78º17' O., 0º11' N.) (42209-212).
f El páramo de la comunidad Cazco Valenzuela. Restos de ceja andina en una
altitud de 3.250 - 3.300 m (78º09'0., 0º14' N.) (42213-, t 217) + (42251) +
(42555 - 569).
En la carretera Panamericana a 4 km. al sur de Otavalo un área cultivada con
plantación. Altitud 2.900 m. (78º15' O., 0º13' N.) (42554).
3.2.2. Prov. Pichincha
Camino Pifo-Papallacta, a unos 10 km. de Pifo. Pedazos de ceja andina con
Oreopanax, Polylepis y Gynoxys. Altitud 3.400 m. (78º 15' 0.,0º15' S.) (42225-
42227).
Camino Pifo-Papallacta, a unos 2 km. al oeste de "La Virgen". , El límite forestal y,
malezas de páramo sobre el límite del bosque. Altitud 3.950-4.050 m. (78º13'
0.,0º17' S.) (42629-40).
Las laderas sur-occidentales del Volcán Atacazo. Sobrantes de bosques de ceja
andina y, espaci9s abiertos de pajonales y arbustos. Altitud 3.700-3.800. (78º35;
O., 0º23' S.) (42819-37).
3.2.3. Prov. Cotopaxi
Páramo en San Agustín. Una ceja andina parcialmente dispersa. Altitud 3.450 m.
Lugar: Amigrande (78º30' O., 0º41' S.) (24027- 32).
Pansachi. Bosque de malezas a lo largo del río. Altitud 3.520 m. (78º30' O., 0º45'
S.) (42105).
Quebrada Río Blanco a unos 10 km. al nor-oeste del Toacazo. Pedazos de bosque
de ceja andina. Altitud 3.700-3.800 m. (78º44' O., 0º42' S.) (42530 - 532) +
(42552 - 553).
Sucus, aproximadamente a 2 km. del camino Toacazo-Sigchos Laderas forestales
de ceja andina forma~do un mosaico con pastizales naturales. Señales de quema
regular. Altitud 3.500 - 3.600 m. (78º43’ O., 0º42' S.) (42533-542) + (42626 -
628).
3.24. Prov. del Tungurahua
Valle del Río Ambato, en el viejo camino Ambato-Guaranda; a unos .8-10 km. de
Ambato. Matorrales y bosque bajo a lo largo del rió. Altitud 3.000-3.200 m. (78º
41’ O., 1º 16’ S.) (42002-7).
Sabanza, más o menos a 5 km. al sur-este de Yatzaputzán. Un j lugar un poco
protegido, rocoso y escarpado en la ladera de montaña en un páramo de yerbas
en racimo. Altitud 3.950-4.050 m. (78º46' 0.,1º19' S.) (42024 - 26) + (42228).
San Isidro. Sitios cultivados cercanos a casas y escarpadas laderas del valle,
usadas para pasto. Altitud 3.430 m. (78º45' 0., 1º15' ! S.) (42033-39).
Quebrada Huarcusacha. Bosque de Polylepis con arbustos" Gynoxys en los bordes.
Altitud 3.800 - 3.900 m. (78º47' O., 1º15' S.) (42040 - 41).
Hacienda Atillo, como a 6 km. de Mocha. Restos de bosque de ceja andina
rodeados de pastos. Altitud 3.480 m. (78º43' O., 1º5' S. ) (42063 - 70).
", El Arenal. Un permanente cuadrante alambrado del MAG cercano al camino
Ambato-Guaranda. Páramo desértico sobre un terreno arenoso con dispersos
lugares de montecillos de hierbas y pequeños arbustos. Altitud 4.070 m. (78º51'
0., 1º25' S.) (42128-138).
El Arenal, en la vía Whymper a 2 km. del Cruce Arenal. Páramo-desierto, con
pequeñas dunas de arena. Altitud 4.150 m. (78º54' O., 1º26' S) (42139-144).
Las Minas, al este del volcán Carihuairazo. Laderas con retazos de Gynoxys -
Polylepis (bosque del tipo enano). Altitud 4.100 m. (78246' 0., 1219' S.).
3.2.5. Prov. del Chimborazo
Hacienda Tepeyac, cerca de Pangor (Juan de Velasco). Retazos de bosque de ceja
andina, con bordes rodeados de pastos. Altitud 3.200 - 3.400 m. (78º52' O., 1º47'
S.) (42042-61) + (42106 - 115) + (42145 - 164).
A 2 km. al sur de Pangor (Juan de Velasco). Laderas con retazos de bosques de
arbustos, aparentemente en un estado de regeneración. Altitud 2920 m. (78º53'
O., 1º49' S.) (42062).
El Batán, en la base del Monte Oscuro, a unos 5 Km. al noreste del caserío
Palitagua. Un bosque andino interrumpido. Altitud 2.600 - 2.700 m. (78º27' O.,
1º32' S.) (42645 - 649).
Puntzolapa, a4 Km. al nor-este de Palitagua. Restos de un bosque andino. Altitud
2.650 - 2.850 m. (78º27' O., 1º32' S.).
3.2.6. Prov. del Cañar
Comunidad de Charon Ventanas restos de un bosque andino superior en un
mosaico con pastos o terrenos cultivados. Altitud 3.200 - 3.300 m. (78º50' O.,
2º40' S.) (42077-84).
Comunidad de San Isidro de Vendeleche. Restos de bosque de arbustos de
montaña. Altitud 3.200 - 3.300 m. (78º50' O., 2º32' S.) (42085 - 86) + (42165 -
169).
Comunidad de Charon Ventanas. Restos de un bosque andino superior. Fuertes
cortes de leña. Altitud 3.350 - 3.500 m. (78º50' O., 2º40' S). (42170-180).
4.1. LISTA CON IDENTIFICACIONES. NOMBRES LOCALES Y USOS
La siguiente lista, resume los datos mencionados anteriormente de las plantas
recogidas en las diferentes áreas del proyecto. El proceso de identificación todavía
sigue en algunos grupos difíciles, que todavía no han sido tratados en la flora del
Ecuador.
En el caso de especies que tienen diferentes nombres locales en las diferentes
provincias, se indica esto con abreviaciones en parentesis.
4.2. DESCRIPCIONES BOTANICAS CON APUNTES SOBRE TAXONOMIA,
ECOLOGIA y REPRODUCCION DE ESPECIES ESPECIALMENTE ESTUDIADAS
Las especies que fueron seleccionadas para investigaciones de reproducción se
describen taxonómicamente a continuación y además se añaden apuntes sobre su
distribución geográfica y ecológica. Duran- te el proyecto, más especies de las
mencionadas aquí fueron sometidas a investigación de métodos de reproducción.
Los resultados preliminares de estas pruebas fueron incluidas en un reporte de
CESA (1 c.) y aquí se omiten.
4.2.1. Buddleja incana R. y P.
Descripción botánica
Arboles de 12 m. de alto y un DAP de 60 cm. el tronco más bien corto y una
corona esférica bien desarrollada. Corteza café, ramas jóvenes del mismo color.
Las hojas son de subcoriáceas a coriáceas, verde-oscuras, glabroras, encima y
blanco amarillentas, torrentosas debajo, hoja oblonga; 7 - 15 (-21) x 1 - 3 (-4.5)
cm. ápice afilado, base de aguda o afilada, margen en forma de serrucho.
Inflorescencias de 8-15 cm. de largo y anchas, paniculadas con 2-3 órdenes de
ramas, flores agrupadas en cabezas de 1-1.2 cm. de diámetro, cada una con 15 -
40 flores. Cáliz torrentoso por fuera con lóbulos de 2.5-4 de largo.
Corola amarillenta-anaranjada, campanulada 4.5-6 mm. de largo incluida los
lóbulos ovoides. Cápsula cilíndrica, 5-6 x 2.5-3.5 mm. Semillas 1 :¡ 1.5 - 2 mm
largas, aladas.
Nombres comunes: "Quishuar", "Chanchunga" (Prov. de Cotopaxi.)
Distribución geográfica y apuntes de Taxonomía
La Buddleja incana está distribuida desde Colombia al norte, al Perú en el sur. En
el Ecuador, se han recogido en todas las provincias andinas, excepto Imbabura y
Carchi. B. incana está estrechamente relacionada a la B. bullata H.B.K. pero, en
Ecuador los dos tipos se pueden distinguir fácilmente, en la base de las
características- morfológicas y Norman (1982) las consideró como dos especies
separadas.
Ecología
B. incana fluctúa de 3.000 - 3.700 m. Es un característico e importante
constitutivo de la formación forestal de ceja andina, y se encuentra tanto en la
cordillera oriental como en la occidental. La B. incana nunca se encuentra en
forma pura y, siempre está asociada con otras especies características del límite
forestal. A menudo, esta asociación se encuentra bien arriba del actual límite
forestal observable.
En las provincias andinas centrales es cosa común ver viejos especimenes de B.
incana cerca de las casas, hasta los 3.700 m. Es difícil decir si estos árboles han
sido plantados por el hombre, o, si son
reliquias del ex-bosque, pero esto es una señal de que es posible plantar las
especies en estas altitudes.
La B. incana crece en todo tipo de suelo y, se desarrolla muy bien en terrenos
arcillosos, de creta o rocosos. Las plantas de semillas son difíciles de encontrar en
el interior del bosque natural pero, estas abundan en el desmonte natural o hecho
por el hombre. Esto indica que son árboles que buscan la luz, por lo menos en la
fase inicial de desarrollo.
El género Buddleja, en general fue recomendado por Beck y Ellenberg (1977),
para la reforestación de tierras marginales y, suelos inclinados, Spier y Biederbick
(1980) recomendaron B. incana especialmente por las cualidades de la madera y,
porque es una especie que esta en peligro de extinguirse a nivel local.
Recolección y tratamiento de Semillas
Las cápsulas amarillo-verduscas, deben ser recogidas antes de que se abran. Los
árboles individuales están siempre floreciendo profusamente y las cápsulas
alcanzan su madurez simultáneamente. Entonces, es posible obtener grandes
cantidades de semillas de unos pocos árboles. Una vez cosechadas las
infructiscencias deben ser colocadas en el sol para secarlas o pueden ser secadas
anificialmente. Normal- mente las cápsulas se abrirán en uno o dos días y las
pequeñas semillas se liberan. Cuando son separadas de las infructiscencias las
semillas tendrán algunas impurezas las que, en cierta medida pueden separarse
con un colador de malla pequeña. Las semillas almacenadas así es muy probable
que germinen muy bien después de un año.
4.2.2. Vallea stipularis L.f.
Descripción botánica
Arbustos o árboles delgados de talla mediana 5-10 (-15) m. de alto. DAP de 30
cm. La corteza de troncos viejos, agrietada. Ramas, café-púrpura, velludo-lanudo
cuando es joven y luego generalmente globrosas. Estípulas a menudo presentes
especialmente en jóvenes retoños estériles, reniformes o espatuladas. Las hojas,
arregladas en espiral, petiolo, ovado-lanceolado a ampliamente ovado, de afilado a
agudo, abruptamente cuneado a cordado en la base, verde brillante encima,
glauco debajo con venas prominentes, variadamente velludo. Hojas de algunos
retoños a veces dentadas-lobuladas. Inflorescencia terminada en retoños laterales,
básicamente compuestas de 3 cimas -floridas sueltas. Capullo de flores ovoides,
flores principalmente pentámeras. Sépalos libres de base, pétalos obovados con 3
amplios lóbulos (5-) 8-11 (-14) mm. de largo, rosado a rojo oscuro o brillante;
estambres 15-60, filamentos sigmoideos curvados con pelos simples erguidos,
antenas oblongas, divididas dos poros apicales. Ovario Glabro, 3- 5 locular; estilo
3-5 plegado y dividido en el ápice. Fruto sub-globoso, 1-1.5 cm. transversal,
cápsula carnsa verde-amarillenta en forma de baya con formaciones suavemente
redondeadas, rompiéndose en el ápice hasta medio camino. Semillas a lo más una
por lóbulo, de 4-5 mm. de largo, redondeadas, obovoides, con protección fuerte
exterior café oscuro, arilo blanco producido como una excrescencia de rafe.
Nombres comunes: "Sacha capulí", "Güischo" "Chul chul" (prov. del Cañar).
"Chaimulan" o "Rosas" (prov. Imbabura), "Sacha "" Peral", "Peralillo".
Distribución geográfica y apuntes sobre Taxonomía
El Vallea stipularis se extiende desde el nor-oeste de Venezuela y el nor-este de
Colombia, al nor-este de Bolivia. En el Ecuador, se presenta en todas las
provincias andinas. De esta especie han sido descritas unos 10 tipos pero no se
dispone de ninguna revisión moderna Coode (1985) discutió la clasificación
genérica de Vallea y descubrió que los especimenes cabían inmediatamente dentro
de grupos fácilmente reconocibles. Los especimenes son muy variables y los
rasgos parecen independientes.
Ecología
En Ecuador, las especies se dan desde los 2.900 a los 3.500 m. Estas son un
importante elemento en todas las formaciones forestales, desde los bosques de
montaña superiores y de ceja andina, hasta la vegetación de quebrada interandina
y, la vegetación inferior sud-ecuatoriana. Se encuentra en ambas cordilleras y es a
menudo un elemento característico en sucesivas etapas secundarias.
Weberbauer (191!) menciona que la V. stipularis se encuentra principalmente en la
cordillera oriental pero, también en las partes Interandinas del Perú Central y
aparentemente, sólo en las partes norteñas de la cordillera occidental. En Bolivia,
Herzog (1923), la encontró en la ceja andina y en la vegetación de valles
interandinos secos. Cleef (1981), menciona este género como un miembro
característico de las formaciones de monte bajo entre 3.400 - 3.700 m. en el lado
húmedo
de las montañas, sobre la línea forestal superior en Colombia, y Hueck (1962)
desde Venezuela lo describió como de las partes más bajas y medianas de su
formación boscosa Polylepis.
V. stipularis es una de las pocas especies de las formaciones de bosques
superiores que pierde sus hojas en otoño. El período de desprendimiento del
follaje puede variar dentro de la escala de distribución, debido a condiciones
climáticas locales. Según nuestras observaciones en la cordillera occidental
(Provincias de Chimborazo, Cañar y Azuay) el período de caída de hojas va desde
agosto a octubre. De acuerdo a la amplitud más bien grande del bosque
relativamente seco al relativamente húmedo, la amplitud del período de
desprendimiento varía con el régimen de humedad local.
El período de florecimiento en la provincia del Chimborazo, donde fueron hechas
las observaciones, comienza en enero y va hasta abril. La fructificación (período de
fruto), va desde abril a julio con un punto máximo al final de mayo y comienzos de
junio. Observamos una diferenciación de altura: el florecimiento a altitudes bajas
(3.100 - 3.200 m.) comienza de 2-3 semanas antes que de las altitudes más
elevadas (3.300 - 3.400 m.)
Recolección y tratamiento de Semillas
Las cápsulas deben ser recogidas antes de que se abran, cuando éstas están
todavía carnosas, cuando comienzan a volverse cafés. Pueden ser dejadas a secar
al sol, y las semillas de color café brillante deben ser retiradas pronto después de
que las cápsulas han sido abiertas. Si las semillas son expuestas al sol para
secarlas por más de un medio día, se secarán completamente.
Si las semillas se mantienen bajo refrigeración, seguirán en buen estado. No
existen datos exactos acerca del tiempo en el cual las semillas mantienen su buen
estado. Las semillas recogidas en la mitad de mayo de 1984, mostraron una buena
capacidad de germinación cuando fueron mostradas en el Instituto Botánico de la
Universidad de Aarhus, al comienzo de febrero de 1985.
No se han probado otros métodos especiales de tratamiento de semillas, a no ser
el de remojarlas en agua. Considerando la capa de recubrimiento de la semilla
bastante dura, un leve descascaramiento de esta, podría acelerar la germinación.
4.2.3. Polylepis spp (Rosaceae)
Este género andino de 15 especies (Simpson 1979), tiene su principal
concentración de especies en el Ecuador - Perú. Hasta ahora hay 6 especies
conocidas del Ecuador.
Nosotros hemos estado trabajando con 4 de estas especies. P. incana HBK P.
reticulada Hier.P. sericea Wedd y P. lanuginosa HBK. Solamente se describirán las
dos mencionadas al principio en forma breve y a continuación se dará una
descripción del género.
Polylepis R.y P.
Pequeños árboles o arbustos hasta de 12 m. de altitud, a me- nudo con algunos
troncos contorneados. La corteza pelándose en numerosas capas delgadas de
papel rojas, amarillo - rojizas o cafés. Ho- jas alternadas imparipinadas con 1 - 7
pares de hojuelas, estípulas unidas con las base de las hojas a una vaina.
Inflorescencia un aumento (5 - 20 cm. de largo con 5 - 30 flores). Flores con 4
sépalos 8 y más estambres, un carpelo con un estipo prolongado y con estigma
lacinado en forma de embudo, ovario inferior. El fruto: un aquenio cilíndrico,
fusiforme adornado con espinas o alas.
Nombres comunes: "Yagual", "Quiñual", "Pantza".
P. incana HBK
hojas con un par de hojuelas, éstas estrechamente oblanceoladas (longitud 3-5 x
ancho) margen llano, más o menos identado en la mitad superior. Debajo de la
superficie de las hojuelas, una capa gruesa, baja y densa de cerdas unidas por una
resina secretada de color generalmente amarillento.
Distribución geográfica
Ecuador - central, en la provincia del Pichincha hasta el sur del Pero, en el
Departamento del Cuzco.
P. reticulata Hier
Hojas con 2-3 pares de hojuelas, estas ampliamente obovadas (longitud 1-1.5 x
ancho) margen irregular, entera o ligeramente dentada hacia el ápice enteramente
identado. Superficie inferior de las hojuelas con una densa y lanuda capa de
pelusas blanco-grisáceas.
Distribución geográfica
Del centro al sur del Ecuador, principalmente en la cordillera oriental. La P.
reticulata está estrechamente relacionada con P. Weberbahuer Pilg., y Simpson
(1979) manifestó que una posterior recolección demandaría una fusión en las dos
especies.
Ecología
P. incana está entre 3.500 - 4.300 m. (Volcán Illiniza) y pare- ce estar restringida
a las laderas secas, lado oeste de la cordillera oriental y, lado este de la cordillera
occidental. P. reticulata está entre 3.700 - 4.100 m. Ambas especies son partes
importantes de las formaciones Plylepis de bosques Queñoa, los que ya han sido
tratados previamente. Han dado descripciones detalladas de estas formaciones
Koepcke (1961) Hueck (1962) y Simpson (1979).
Aparentemente a juzgar por la presencia actual de Polylepis (pequeños bosques),
algunos autores opinan que la Polylepis requiere de suelos ricos en materia
orgánica y que es más frecuente encontrarla en la parte exterior de crestones
rocosos. Hemos observado Polylepis creciendo en diferentes variedades de suelos
y ámbitos naturales. La regeneración natural puede depender de condiciones
microclimáticas favorables, que no ofrece la yerba de páramo, la cual a menudo
rodea ríos pequeños bosques existentes. Un estudio hecho por Smith (1977) en
Venezuela mostró que las plantas de semilleros de P. sericea dependían de micro
sitios resguardados para su alojamiento. Mientras que esto nos muestra algo sobre
las posibilidades para una regeneración natural, no nos dice nada acerca de
establecer plantaciones con plantas producidas en un vivero y con un tamaño
apropiado.
Observaciones de dos lugares, La Virgen (Prov. Pichincha) y Las Minas (Prov. del
Tungurahua) han mostrado que el florecimiento y la fructificación no ocurren a
intervalos regulares. El clima del páramo no muestra fluctuaciones anuales de
temperatura. La fructificación debe estar vinculada a la distribución anual de
lluvias, como sugirió: Hueck (1962). Sus observaciones en Venezuela mostraron
que el florecimiento tenía un punto alto en la primera mitad de la temporada
lluviosa.
Recolección y tratamiento de semillas
El tiempo entre el florecimiento y la maduración de los frutos es de cerca de dos
meses y, una vez que los frutos están maduros caen muy pronto. Entonces es
necesario seguir de cerca el desarrollo de los frutos para estar seguros de que la
cosecha se ha hecho en el momento preciso. Cada inflorescencia contiene solo un
limitado número de frutos y, dada la baja capacidad de germinación, considerables
cantidades tiene que ser recogidas.
Regeneración natural
En el vivero de Tamboloma se efectuó una prueba de transplante de retoños de
regeneración natural a bolsas de polietileno. De las plantitas, las que eran de 4 - 6
cm., de largo y con 2 -3 hojas, el 85 - 95% sobrevivieron al trasplante en dos
pruebas. Con tal de que las posibilidades de recolección de retoños estén dentro
de una escala razonable, este método de reproducción no es complicado. Sin
embargo, hay que insistir en que el número de las plantas de semillero disponibles
en un pedazo de bosque Polylepis dado, es limitado.
Las semillas se encuentran en lugares húmedos, sombreados y a menudo
cubiertos de musgos, cerca o bajo la planta madre. Hueck (1961) anotó una
densidad de 100 - 150 retoños por m2, de un bosque P. sericea ininterrumpido en
Venezuela. Un número diferente se obtuvo de un pequeño estudio que hicimos en
La Virgen (Prov. Pichincha).
En un bosque claramente cortado de P. incana se trazaron 5 cuadrados de 1 m2
indistintamente se anotó el número de retoños de hasta 6 cm. de largo de cada
cuadrado.
Se encontró un número promedio de 14 plantitas por m2. Esta cifra es confirmada
por observaciones en otro grupo de Polylepis. Al I tiempo del estudio, se observó
un alto punto de fructificación. Es posible que el número de retoños por m2.
hubiera sido claramente mucho más alto si el estudio se hubiera hecho algunos
meses después, dado el tiempo de germinación de las semillas de Polylepis de un
par de meses.
Se hizo una prueba de la reproducción de P. reticulata en Las Minas (Prov.
Tungurahua), mediante pimpollos en Tamboloma con un resultado razonable.
Pequeños pimpollos de 10-15 cm. de largo con bien desarrolladas raíces dieron los
mejores resultados. El material transplantado tuvo una supervivencia del 80% y el
70% estaba creciendo vigorosamente después de 6 meses.
La capacidad para producir pimpollos parece ser una característica de las especies.
Casi ningún pimpollo ha si. do observado en P. incana y, solamente en un grado
pequeño en P. sericea.
4.2.4. Gynoxys spp.
El género Gynoxys, es de muy difícil taxonomía y las diferentes especies solo
pueden ser reconocidas por especialistas. El número exacto de especies en el
Ecuador no es conocido debido a que no existe una moderna revisión de este
género.
La identificación del material recogido en el presente proyecto, ha sido realizada
en el Instituto Botánico de la Universidad de Aarhus (AAU), comparándolos con
especimenes definidos por el Dr. Harold Robinson del Instituto Smithsoniano,
Washington (US).
A continuación, damos una descripción generalizada del género, seguida de las
características por las cuales pueden ser distinguidas cada una de las especies de
nuestro estudio.
Gynoxys Cass
Arbustos o árboles pequeños de hasta 10 m. de alto y 0.4 m. DAP; a menudo con
abundante regeneración por hijuelos. Ramitas velludas de blanco a café -
grisáceas. Hojas opuestas, pecioladas, de oblongas a oblongas-lanceoladas y
ovado-oblongas, ligeramente agudas a redondeadas en su ápice, redondas,
redondas a cordiformes en su base, de verdes a verde - olivas, a veces brillosas
encima, blancas a café grisáceas velludas abajo. Capítulas con frecuencia
dispuestas en inflorescencias terminales en corimbo, de 8-14 x 5-9 mm. Corolla y
estambres amarillos. Aquenios (frutos) de 2-4 mm. de largo, café - verduzcos,
nervudos, vilanos blanco amarillentos sentados.
Nombres comunes: "Piquil", "Yura fanga", "Mula rín fí".
Gynoxys acostae Cuatr.
Árboles de 5-10 m. de alto o a veces arbustos. Pecíolos: 1.5 - 3 cm. de largo.
Hojas de 4.5 - 8 x 1.5 - 2 cm. oblonga - lanceoladas, básicamente redondeadas,
levemente agudas a obtusas en su ápice.
Gynoxys hallii Hieron
Arbustos o a veces pequeños árboles de 2-6 m. de alto. Pecíolos de 1-2 cm. de
largo. Hojas 7 - 10 x 3 - 4 cm. ovadas-ob10ngas, en la base redondas a
subcordifonnes, levemente agudas a obtusas en su ápice.
Gynoxys buxifolia (H. B. K.) Cass.
Arbustos de 2 - 4 m. de alto. Pecíolos de 0.5 - 1 cm. de largo. Hojas: 2 - 4 x 1 - 2
cm., elípticas, en la base, redondeadas en el ápice.
Ecología
El género Gynoxys junto con el Polylepis, forman las más al- tas siembras en
desarrollo de bosques - enanos en el Ecuador. Largos cultivos de G. buxifolia se
han presentado a 4.400 m. en Pichincha. Las diferentes especies de este género
están limitadas a la ceja andina y al sub-páramo.
Es característico el encontrar plantas dispersas de Gynoxys en páramos en los que
por lo demás dominan yerbas en manojo. Esto es debido a la capacidad de la
planta de enfrentar el calor mediante la re- generación por hijuelos, una cualidad
que es compart ida por otras especies leñosas del sub-páramo.
Las especies de Gynoxys han sido encontradas creciendo en clases diferentes de
suelos, desde suelo de páramo negro profundo y húmedo hasta laderas rocosas.
Es a menudo encontrado en lugares de- gradados donde la capa superior del suelo
está casi completamente erosionada. La capacidad para establecerse en lugares
erosionados y, el hecho de que ésta especie se regenera en un camino de maleza
con una buena capa de suelo, lo hace muy rentable para una preplantación en
suelos degradados.
Respecto florecimiento y fructificación estas siguen el mismo modelo que la
Polylepis. De observaciones en diferentes localidades, parece que el Gynoxys
puede ser encontrado floreciendo y fructificándose todo el año. En Pangor (Prov.
Chimborazo), hay un punto alto de florecimiento en marzo - abril y, en Sabanza
(prov. Tungurahua) en mayo - junio.
Reproducción de Gynoxys
Solo unas pocas pruebas de germinación han sido efectuadas con Gynoxys. El
tiempo de recolección podría influir en la capacidad de germinación pero en
general parece ser bajo. Una prueba simple con semillas de Puculpala (Prov.
Chimborazo) mostró una germinación de 14% Spier y Biederbick (.1980), con
semillas de El Arenal (Prov. Tungurahua) reportó una germinación del 15%.
En el vivero de Tamboloma una prueba que implicaba una siembra directa de
semillas en bolsas de polietileno, no mostraron germinación. Un intento para
reproducir Gynoxys asexualmente de cones, falló. Se hicieron pruebas con cortes
de ramitas de diferentes edades y con diferentes números de capullos pero no se
observaron formaciones de raíces.
La forma más fácil de reproducir Gynoxys es también la más eficiente. Todas las
especies de diversos grados están caracterizadas por las formaciones de hijuelos.
G. acostae es la más común de las especies en Las Minas.
La proporción entre hojas y raíces es la clave para un buen resultado en la
trasplantación. El tamaño de la parte cortada es de menor importancia pero los
mejores resultados fueron obtenidos con partes de 5 - 10 cm. de longitud. Partes
sin raíces o con raíces desarrolIadas pobremente normalmente no soportarán el
transplante.
En el vivero de Tamboloma, el material transplantado alcanzó una altura promedio
de 30 - 40 cm. lo suficiente para el transplante definitivo dentro de los 10 - 12
meses. Para obtener el mejor crecimiento y un tamaño adecuado del material
transplantado, es necesario podar ! la planta regularmente para que se desarrolle
normalmente cada vástago.
4.2.5. Oreopanax spp.
No existe un moderno tratamiento taxonómico de este género, así 9ue la
Designación de los nombres de las especies ha sido omitido aquí. Vanos nombres
han sido usados para las especies andinas superiores encontradas en el Ecuador
pero, para los dos tipos bastante bien circunscritos con los que hemos estado
trabajando, se han escogido la especie (sp) 1 y la especie (sp) 2. Los nombres
más comúnmente aplicados a las especies ecuatorianas de Oreopanax son O.
ecuadorensis
Seemem. O. heterophylla Willd, O. mucronulatum Harms y O. muti- l sianun
(HBK), Decne y Plancho
Sigue una corta y generalizada descripción de Oreopanax por los rasgos
característicos de las dos especies.
Oreopanax Decne y Planch
Árboles 5 - 10 (-15) m. de alto, DAP, 0.5 m. la corona a menudo es forma de
esfera. Ramas lisas a estrelladas - tormentosas, estipulas lineares, de calda
pronto, adhendas al peciolo. Hojas alternadas de pecíolo largo, el pecíolo a
menudo dilatado en la base; las hojas divididas en forma de palma o simples,
enteras, arriba verdes, lampiñas principalmente las más viejas; abajo de
blanquizcas a café grisáceas, estrelladas torrentosas. Inflorescencia terminal o
subterminal, compuesta de umbelas o cabezas las cuales a su vez son paniculadas
o en ramo.
Flores polígamo - dioicas, la mayoría pentámeras; cáliz en forma de r copa con
limbo cono, pétalos valvados blancos o verduzcos, subagudos en su ápice. Los
estambres inflexionados en el capullo, anteras oblongas 1 ó 2 estítos en las flores
estaminadas 2 - 10 en las pístiladas, libres o levemente adosados a la base, ovario
de pared grueso de tan- tos lóculos cuantos son los estilos. Fruto: una baya
subglobosa o elipsoide, las semillas de oblongas a oblongas-reniformes tantas
cuantas son los lóculos o en menor escala cuando hay abono.
Nombre común: "Pumamaqui" (nombre quichua, "garra de Puma", en relación a
las hojas divididas en palmas).
Distribución geográfica
Hasta que se disponga de una revisión de este género, la distribución exacta de
estas dos especies no puede ser dada. De nuestros estudios, observaciones y
recolecciones (AAU) parece que ambas especies se encuentran en el Ecuador
desde las provincias norteñas a las provincias centrales (del Carchi al
Chimborazo).
Oreopanax sp. 1
Es un árbol de 5 ., 10 (-15) m. de alto con hojas divididas en palmas, por lo
menos en brotes estériles. Las hojas son variadas en tamaño y en forma, con
brotes florecientes a menudo pequeños e indivisos, ovalados - lanceolados, arriba
verdes, lampiños, abajo blanquizco - gris, estrellados, pilosos, inflorescencias más
bien grandes con cabezas subésiles arregladas en forma de panícula. Pétalos
blanquecino - verdosos.
Oreopanax sp. 2
Es un árbol de 5 - 8 (-10) m. de alto, con las hojas siempre indivisas oblongas -
lanceoladas, corriceas las que son verde brillosas ; a verde oscuras arriba y de
pálido café estrelladas torrentosas abajo. Inflorescencias algo pequeñas de
cabezas pedunculares, arregladas en forma de panícula; pétalos verde - violeta.
Ecología
El Oreopanax sp. 1 está situado entre 3.000 a 3.400 m. y el Oreopanax sp. 2 entre
3.600 a 3.900 m. El género Oreopanax es un importante elemento de los bosques
andinos superiores en las laderas oriental y occidental. De los remanentes
desparramados de los bosques interandinos, parece que aquí era también común.
La madera, además de la buena reputación como leña es también flexible y fácil
de trabajar. Ha sido muy explotado en muchas partes y por estas razones el
"Pumamaqui" es ahora un espécimen raro en muchas partes y, amenazado de la
extinción a nivel local .
Las especies de Oreopanax nunca forman colecciones densas pero, muchas veces
se ve que predominan localmente, con una alto porcentaje de bosques
ininterrumpidos de esta especie.
El período de florecimiento y fructificación varía según el lugar. En Tepeyac -
Pangor, en la cordillera occidental, encontramos un período prolongado de
fructificación del Oreopanax sp. 1 de febrero hasta abril. El tiempo desde el
florecimiento hasta la fructificación es de cerca de 3 meses. En la cordillera
oriental (Pifo-Papallacta; Cazco Valenzuela), el máximo de fructificación tiene lugar
en julio pero se debe notar que al momento de la recolección de semilla, fueron
observados árboles florecientes.
El Oreopanax sp. 2 sólo ha sido recogido en 3 lugares, todos en la cordillera
oriental. En Mojanda (Prov. 1mbabura) lo encontramos floreciendo al final de
junio. En el lado sur-occidental del volcán Ata- cazo (Prov. Pichincha) y en la
quebrada Río Blanco (Prov. Cotopaxi), los frutos han sido recogidos desde la mitad
de noviembre hasta la mitad de diciembre. Árboles individuales se encontraron
floreciendo de noviembre hasta abril.
Recolección y tratamiento de semillas
Los frutos deben ser recogidos cuando estos son de un color púrpura oscuro a
negro. Cuando están maduros son fáciles de separar de la inflorescencia. La forma
más fácil de separar las semillas de la
pulpa es dejando remojar las frutas en agua por 2-4 días. Cuando las frutas están
lo suficientemente suavizadas, las semillas pueden ser se- :' paradas estrujando
las frutas. Para purificar las semillas, la forma más fácil es dejarlas sedimentar en
un balde, llenándolo repetidamente con agua y, retirando el resto del fruto con un
colador.
Las semillas pueden ser secadas levemente en el sol y guardadas en un
refrigerador. Se han obtenido datos exactos de pérdida de capacidad de
germinación durante el almacenaje, pero las semillas que fueron guardadas por
tres meses, mostraron una más lenta germinación que las semillas que fueron
sembradas directamente después de la recolección.
5 RESULTADOS DE LAS PRUEBAS DE REPRODUCCION
En el reporte preliminar Brandbyge (l.c) se dan los resulta- ' dos de pruebas de
reproducción de más especies. Aquí se incluyen sólo los resultados de especies
especialmente investigadas. Respecto a la reproducción asexual, sólo los
resultados de Vallea stipularis y Buddleja incana han sido incluidas en un bosquejo
esquemático.
5.1. PRUEBAS DE GERMINACION
5.1.1. Polylepis spp. Polylepis sericea
Método: platos petri.
Origen de semillas: La Virgen.
Fecha de recolección: 20/5/1984
Comprobante: AAU 42638
Reproducción: 2 x 25 semillas.
Tratamiento: inmersión en agua por 72 h.
Comienzo de germinación: 7 días
Término de germinación: 19 días
Promedio de germinación %: 32%
Polylepis incana
Método: platos petri
Origen de semillas: La Virgen
Fecha de recolección: 21/5/1984
Comprobante: AAU 42641
Reproducción: 2 x 25 semillas.
Tratamiento: inmersión en agua por 72 h.
Comienzo de germinación: 9 días
Término de germinación: 15 días
Promedio de germinación %: 12%
Método: caja de germinación dentro del invernadero en Tepeyac
Origen semillas: La Virgen
Dato de recolección: 21/5/1984
Reproducción: 6 x 25 semillas
Tratamiento: inmersión en agua por 24 h.
Comienzo de germinación: 21 días
Término de germinación: 35 días
Promedio de germinación %: 8 %
Prueba de germinación en Tamboloma
Especies: P. incana y P. sericea Origen de semillas: La Virgen
Método: bolsas de polietileno 2 x 100 - 5 semillas sembradas en cada una.
Tratamiento: inmersión en agua por 72 h.
Primera semilla germinada: 4? días
Germinación terminada: 90 días.
Observaciones: la prueba se comenzó el 3n /84, y, la última observación fue
efectuada el 4/10/84/ P. incana: habían brotado retoños en 54 bolsas, 15 de las
cuales contenían 2 retoños y 2 contenían 3 ¡ retoños. Un total de 73 semillas
germinadas dan una germinación del 14%. Esto está de acuerdo con el resultado
encontrado en la otra prueba de germinación. Tres meses después de sembrar las
plantas, estas habían alcanzado un promedio de altura de 6 cm. y estaban
creciendo vigorosamente. P. sericea: habían emergido retoños en 14 bolsas, 5 con
dos retoños y 3 con 3 retoños. Un total de 25 semillas germinadas dan una
germinación del 5%, lo cual es considerablemente más bajo de lo que se encontró
en la otra prueba de germinación. Los retoños de esta especie estaban
aparentemente creciendo más lentamente que la P. in- cana por lo menos en la
etapa inicial.
Comentarios sobre el Polylepis
La capacidad de germinación de las especies probadas es baja y esto
probablemente abarca el género completo. Los retoños son resistentes a la helada
y crecen vigorosamente después de la germinación. El material (plantas de
semillero) de P. incana recogido de una regeneración natural y transplantado a
Tamboloma, alcanzó un tamaño adecuado para la plantación final (cerca de 25 cm.
de promedio)~ dentro de los 9 - 11 meses. Si podemos inferir de nuestros datos,
el tiempo de producción desde la siembra a la plantación final bajo las condiciones
climáticas en Tamboloma será de 12 -14 meses.
5.1.2. Buddleja incana R. y P.
Método: platos petri.
Origen de semillas: Tepeyac (Pangor).
Fecha de recolección: 6/4/1983
Comprobante: AAU 42112.
Reproducción: 2 x 50 semillas.
Tratamiento: No.
Comienzo de germinación: 6 días.
Germinación terminada: 18 días.
Promedio de germinación %: 92%
Prueba de germinación en bolsas de polietileno en Tamboloma, iniciada el 22/3/8
Una prueba simple para descubrir la capacidad de las semillas de B. incana para
.germinar bajo condiciones climáticas parecidas a páramo, fue establecida en el
Vivero de Tamboloma.
El diminuto tamaño de las semillas tomadas en cuenta no incidió para el
establecimiento de una prueba cuantitativa. Las semillas fueron sembradas
directamente en las bolsas, en una mezcla de tierra de páramo y estiércol
descompuesto de oveja, en una proporción de 2: 1.
Entonces, las bolsas fueron cubiertas con paja. Las primeras semillas germinadas
fueron observadas después de 35 días. Después de 5 meses, las plantas habían
alcanzado una altura promedio de 5 cm. Hubo una helada durante la prueba pero
los retoños no fueron afectados. Debido a que algunos retoños habían germinado
en cada bolsa, estos fueron transplantados a otras bolsas. Las plantitas
soportaron el transplante en un 100%.
Deduciendo de la observación del crecimiento de plantas de semilleros
recolectadas de una regeneración natural y transplantadas a Tamboloma, el
tiempo de producción desde la siembra hasta el transplante final de B. incana será
de cerca de 12 meses.
5.1.3. Oreopanax spp.
Oreopanax sp. 1
Método: platos petri.
Origen de semillas: entre Pifo y Papallacta.
Fecha de recolección: 23/6/83 j Comprobante: AAU 42225
Reproducción: 5 x 20 semillas.
Tratamiento: inmersión en agua por 24 h.
Comienzo de germinación: 19 días.
Germinación terminada: 40 días.
Promedio de germinación %: 49%;
Método: cajoneta de germinación, Tepeyac, invernadero.
Fecha de recolección: 23/6/83
Reproducción: 6 x 25 semillas.
Tratamiento: inmersión en agua por 3 h.
Comienzo de germinación: 30 días.
Germinación terminada: 45 días.
Promedio de germinación %: 37%
Oreopanax sp. 2
Método: cajonetade germinación, Tepeyac, invernadero.
Origen de semillas: Cotopilaló (quebrada Río Blanco).
Fecha de recolección: 8/11/83
Comprobante: AAU 42531
Reproducción: 6 x 25 semillas.
Tratamiento: inmersión en agua por 72 h.
Comienzo de germinación: cerca de 35 días.
Germinación terminado: 50 días.
Promedio de germinación %: 63%
La producción de plantas de Oreopanax sp. 1 fue hecha en el ~, invernadero de
Tepeyac. Las primeras semillas germinadas aparecieron después de 28 días y la
germinación estuvo terminada después de - 52 días. En el vivero T.T.P.
(Cotopilaló) fueron sembradas semillas de f Oreopanax sp.2. La germinación
comenzó después de 46 días y se terminó después de 65 días.
El crecimiento de las plantas germinadas es bajo. La primera hoja real después de
los cotiledones se forma después de dos meses de germinación, alcanzando las
plantas una altura de 4 cm. (raíces 9 cm.). En esta etapa, las plantas pueden ser
fácilmente transplantadas a bolsas de polietileno. Después de un mes, el material
transplantado puede ser sacado y, eventualmente puesto bajo una cubierta
protectora por 2 o 3 meses antes de colocarlo en el sitio final de aclimatación.
El crecimiento del Oreopanax en las etapas iniciales es bajo. Después de 12 - 14
meses, las plantas han alcanzado una altura de 15 - 20 cm.
5.1.4. Vallea stipularis
Método: cajoneta de germinación, Tepeyac, invernadero.
Origen de semillas: Tepeyac
Fecha de recolección: 23/5/84
Comprobante: AA U 42056
Reproducción: 6 x 25 semillas
Tratamiento: No
Comienzo de germinación: 45 días
Germinación terminada: 65 días
Promedio de germinación %: 28%.
6 TERRENOS DE PRUEBA Y PLANTACIONES PILOTOS
6.1. TERRENOS DE PRUEBAS
Cuando comenzó el proyecto, en noviembre de 1982, un número limitado de
plantas de Buddleja incana, Polylepis reticulata y, Gynoxys buxifolia y G. hallii
habían sido producidas en el vivero de Tamboloma de retoños recogidos. Las
plantas fueron transplantadas a bolsas de polietileno y estaban listas para la
trasplantación final. Decidimos establecer dos pequeños terrenos de prueba a
escala para seguir el crecimiento de estas especies bajo diferentes condiciones de
gran altitud.
Para evitar el daño de las plantas de los animales de pastoreo, tuvimos que
seleccionar algunos sitios relativamente bien protegidos. Por conveniencia,
elegimos dos sitios alambrados ya en existencia.
1. El vivero de Tamboloma a 3.550 m. Los datos climáticos cercano a Pilahuin
(3.350 m.) muestran una temperatura media anual de 10º C y una precipitación
anual de 730 mm., lo cual es casi uniformemente distribuido a través del ano. El
terreno es tierra negra de páramo rica en material orgánico y el lugar había sido
previamente cultivado con papas.
2. El área llamada El Arenal, en la ladera occidental del volcán Chimborazo. En
1977, un cuadrado de 50 x 50, fue establecido por el Departamento Forestal a
4.070. Pruebas en pequeña escala con diferentes especies exóticas fueron
efectuadas aquí por Spier y Biederbick (1980). No existen datos climáticos
detallados del lugar, pero las mediciones indican que la precipitación anual es de
200 mm. El promedio anual de temperatura es considerablemente J! más bajo que
en Tamboloma y, el lugar está expuesto a fuertes vientos. El terreno es de mineral
crudo y es de arena de grano bastante grueso.
6.1.1. Tamboloma
10 plantas de cada especie fueron plantadas. Al tiempo de plantación, la di ferencia
entre las dos especies Gynoxys no fue reconocida, así que ambas fueron tratadas
juntas. El crecimiento y condición de las plantas fueron anotadas mensualmente y,
el promedio de altura de las diferentes especies se da a continuación.
El período relativamente corto de observación no permite una extrapolación de los
datos de incremento de crecimiento y, nosotros no hemos encontrado datos para
compararlos con los nuestros.
Todas las especies en la prueba, tienen una tendencia a crecimiento de malezas o
de regeneración. Consecuentemente, la mitad de las plantas fueron podadas
regularmente, de modo que se desarrolló un tronco principal. El número de
muestras es demasiado pequeño para cualquier tratamiento estadístico, pero era
fácil el observar que la poda, especialmente de B. incana tenía un marcado efecto
sobre el crecimiento.
Las heladas se presentaban regularmente pero en el período de observación no se
registraron daños por la escarcha en las plantas. Una fuerte granizada de 3 días de
duración en enero de 1984 afectó al B. incana, pero, solamente con un daño
mecánico menor en las hojas. Dos plantas de Gynoxys fueron observadas
floreciendo después de 14 meses y dos especies de B. incana florecieron después
de 14 meses y dos especies de B. in cana florecieron después de 18 meses.
Cuando se hizo la última observación (22 meses), el más gran- de espécimen
había alcanzado: B. incana (2.43 m.) G. hallii (1.8 m.) P. reticulata (1.06 m.). -
6.1.2. El Arenal
Se plantaron 15 plantas de B. incana, 15 plantas de P. reticulata y 25 plantas de
Gynoxys. Por las investigaciones previas de Spier y Biederbick, se recomendó
hacer cualquier prueba de plantación en el ;' primer cuarto del año, debido a la
aparente concentración de la precipitación dispersa.
La prueba fue establecida el 16/12/82 y las primeras observaciones fueron hechas
un mes después. Obviamente que la precipitación había sido claramente muy
buena en el período. Todas las plantas sembradas estaban en crecimiento y se
veían vigorosas. La precipitación continuó a ritmo moderado el mes siguiente y las
plantas no mostraron signos de resequedad.
El 22/3/83, se notó que la precipitación había parado o descendido a un nivel muy
bajo. Las primeras plantas de Gynoxys y Buddleja mostraron señales de
marchitamiento y el crecimiento había casi parado. Polylepis fue el menos afectado
pero el crecimiento era lento. Fuertes vientos soplaban y el apilamiento de arena
hizo difícil el tomar medidas de las plantas.
El 26/5/83, la impresión general del terreno era de sequedad. Buddleja y Gynoxys
habían detenido su crecimiento y mostraban seña- les de daño por sequía con
hojas amarillentas y marchitas. Las plantas Polylepis aparentemente no fueron
muy afectadas por la sequía pero, su crecimiento casi había parado.
Posteriormente se supo que animales, lo más probablemente conejos, habían
penetrado la cerca y dañado algunas de las plantas.
Las últimas mediciones fueron hechas el 20/6/83 y, se notó que el crecimiento de
las plantas se había detenido. La mayoría de las plan- tas, Gynoxys y Buddleja,
habían sido severamente afectadas por la sequía mientras que los Polylepis solo
mostraban señales de marchitamiento.
El promedio de crecimiento de las tres especies después de 6 meses, se da a
continuación:
B. incana: 8 cm.
P. reticulata: 8 cm.
Gynoxys spp.: 6 cm.
Cuando el terreno señalado fue visitado 22 meses después de la plantación inicial,
todas las plantas de Gynoxys y Buddleja habían muerto. 14 de las plantas de
Polylepis todavía estaban vivas pero, el crecimiento había sido extremadamente
lento.
6.2 PLANTACIONES PILOTOS
Con las plantas producidas en las pruebas de reproducción en los viveros de
Tamboloma y Tepeyac, decidimos establecer dos plantaciones pilotos de 1 ha.
cada una. La primera fue establecida en Tamboloma el 17/4/84 y la segunda fue
hecha en Tepeyac el 15/11/84.
El objetivo de la plantación fue el de seguir el crecimiento de J las diferentes
especies y el de observar como estas actuarían en una plantación mixta.
6.2.1. Tamboloma
La extensión del terreno fue demarcada con alambre de púas y era de 100 x
100m. Las plantas fueron sembradas indistintamente a 2 x 2 m. El terreno estaba
situado en una ladera que daba al nor-este, a 3.700 m. La vegetación era
moderada de páramo, hierba de pastoreo dominada por Festuca dolicophylla. A
pesar de que la quema del páramo ocurre frecuentemente en el área, este lugar
en especial no parecía haber sido quemado recientemente.
Las especies plantadas eran Polylepis reticulata, P. incana. Buddleja incana,
Gynoxys acostae y Vallea stipularis.
Las primeras cuatro especies mencionadas formaron la parte más grande del
material plantado, mientras que las 10 muestras de V. stipularis fueron plantadas
para ver como éstas respondían a la plantación a una altitud mayor que su nivel
normal.
La primera observación de la plantación se hizo una semana después de realizada
ésta. Durante esa semana las lluvias fueron escasas, a pesar de que abril es
normalmente considerado un mes húmedo según la gente del lugar. El sitio
parecía seco pero el suelo a 20 cm. de profundidad todavía estaba húmedo. Las
plantas Polylepis y Buddleja J parecían en buen estado pero casi el 40% de las
plantas Gynoxys mostraban signos de marchitamiento. El segundo de los más
jóvenes pares de hojas habían comenzado a volverse de un color café. Según la
gente vecina del lugar, no se habían dado heladas durante el período. Nosotros
sospechamos que el fenómeno de marchitamiento de la Gynoxys fue causado de
algún modo por la lucha con la hierba por el agua. El más profuso sistema de
raíces de las hierbas las hace más fuertes para competir y así esto conduce a la
falta de agua en las plan- tas transplantadas, Gynoxys. Aparentemente sólo la
Gynoxys fue afectada, y esto podría explicarse por el más alto índice de
transpiración de esta especie frente a las otras especies plantadas.
Un mes después de la plantación, el sitio fue visitado otra vez. El marchitamiento
de las plantas de Gynoxys se había extendido hasta cerca del 70% de las plantas.
En la mitad de estas, la parte junto a la tierra de las plantas estaba muerta. Unas
pocas, menos del 10% de las plantas Buddleja, mostraban los mismos signos de
marchitamiento que la Gynoxys. Todas las planas Polylepis parecían estar bien
establecidas y no mostraban señales de malestar. Había helado durante el período
y esto había afectado a las plantas V. stipularis Todas estaban dañadas por la
helada o la combinación de helada y el fenómeno señalado en la Gynoxys de ansia
o falta de agua.
El lugar fue visitado otra vez tres meses después de la plantación. El estado de las
plantas Gynoxys era el siguiente: cerca del 25% , no fueron afectadas y estaban
bien radicadas; cerca del 25% mostraban huellas de marchitamiento pero
aparentemente se habían recobrado sin que el tallo muriera; en 50% de las
plantas, el tallo exterior se había marchitado pero, en muchas de estas plantas
habían aparecido brotes subterráneos.
Esto significa que aunque una gran parte de las plantas son afectadas por la
sequía inmediatamente después de su siembra, la capacidad para regenerarse: es
fuerte.
Buddleja incana: cerca de 15% de las plantas habían muerto. El resto estaba
creciendo bien pero aparentemente más lento que las plantas en el terreno del
vivero a 3.550 m. Todas las plantas de las dos especies de Polylepis estaban bien
establecidas y en completo crecimiento.
6.2.2. Tepeyac
La plantación de cerca de 50 X 100m. estaba situada en el lado sur-occidental del
Río Pangor a 0.5 Km. del vivero, en las laderas del valle del río, a cerca de 3.300
m. de altura. Estaba protegida por una valla de alambre de púas en los tres lados
y el río en el cuarto lado. El subsuelo era pedregoso con una delgada capa superior
de suelo orgánico negro. La vegetación era rala en maleza secundaria y sus
elementos más frecuentes eran el Baccharis latifolia, Gynoxys hallii y Rhyncotheca
spinosa. Las plantas producidas en bolsas de polietileno fueron plantadas
indistintamente a 2 x 2 m.
Las especies plantadas fueron: Oreopanax sp. 1 (producida de ! semillas), Vallea
stipularis (de cortes), Buddleja incana (de cortes), Gynoxys hallii (de retoños
recolectados) y Cedrela montana (de semillas).
El lugar fue visitado una semana después de la plantación y las observaciones
hechas fueron un tanto desalentadoras.
Había habido escarcha durante tres noches seguidas y esto causó daños
considerables en la plantación. Las observaciones de cada una de las especies
plantadas serán discutidas a continuación:
-Oreopanax sp. 1: cerca de 75% de las plantas fueron afectadas y dañadas por la
escarcha y, más de la mitad de éstas no parecían r capaces de recuperarse. Al
principio se pensó no plantar el Oreopanax ! debido al tamaño relativamente
pequeño de las plantas (un promedio de 12 -18 cm.), ya que la siembra de otras
especies de este mismo tamaño no había sido posible en Tamboloma, sin
embargo se decidió el efectuar la plantación. Si plantas más grandes podrían ser
menos vulnerables al daño de la helada inmediatamente después de la plantación,
permanece como una pregunta no contestada.
-Vallea stipularis: cerca del 50% de las plantas fueron afectadas por la helada
pero, la mayoría de ellas con daños leves, de modo que fue posible recuperarlas.
Las plantas de Gynoxy. hallii y Buddleja incana no fueron afectadas por la
escarcha, mientras que las plantas de Cedrela montaña habían sufrido
severamente y cerca del 80% estaban en mal estado o muertas. Los 3.300 m.
deben ser considerados como el límite de altura absoluto para esta especie y una
prueba a menos altura, cerca de 2.500 m. será más apropiada.
7 ESTUDIO DE CONSUMO DE ENERGIA RURAL, PILAHUIN
7.1. OBJETIVOS
A menudo, se ha hecho hincapié en la falta de un análisis detallado de los patrones
de consumo de energía rural. Es obvio que cualquier plan y exitosos programas de
prácticas de reforestación ya sean estos programas a gran escala con dirección
centralizada o programas a escala menor basados en una comunidad, deben estar
fundados en un completo conocimiento de la situación real.
Al mismo tiempo, es importante que el aspecto dinámico del patrón de consumo
de ,energía sea tomado en cuenta. Foley (1985) ha afirmado recientemente: "No
es una exageración el expresar que las grandes decisiones políticas se proyectan al
subsidio de combustibles convencionales y, a la ejecución del cultivo de árboles
con una casi total ignorancia de los más cruciales parámetros, que determinan la
elección de la gente por los combustibles domésticos".
Otro aspecto importante en el que se ha insistido como uno de los mayores
obstáculos para programas efectivos de reforestación en países en desarrollo es la
tenencia de la tierra. La distribución de la tierra entre la gente que vive en una
área dada y, el tamaño del área que una comunidad o una simple familia pueda
separar para plantar árboles, sin socabar la producción de alimentos para la
subsistencia, son importantes factores que deben conocerse. La gente con una
granja adecuada está en situación de obtener el combustible que necesita de su
propia tierra. Por otro lado, la gente que no tiene tierra propia, o tiene solo lo
suficiente para producir alimentos para la subsistencia, está en una situación
mucho más vulnerable. A pesar de que la presión de la escasez es una carga
diaria, ellos no son capaces de enfrentarla plantando árboles debido a que no
poseen la tierra suficiente. La declinación del tradicional combustible vegetal y sus
fuentes, conduce a privaciones especialmente entre los pobres, pero la escasez en
sí misma no crea un mercado para un combustible convencional entre aquellos que
no tienen dinero para gastarlo en combustible.
En el tradicional "minifundio" para la familia al plantar un pequeño número de
árboles cerca a la casa o en campos limítrofes, generalmente tiene sentido debido
a que el costo de tierra y la labor no tiene importancia. Uno de los objetivos del
cuestionario fue, consecuentemente, el lograr una idea sobre la necesidad de
plantas en una familia, sobre la base del área que puede conseguir para la
plantación.
Como nuestro proyecto estaba principalmente localizado en el área Pilahuin (Prov.
Tungurahua) y, nuestro acceso a la gente que vive allí fue facilitado por nuestro
completo conocimiento de las comunidades, se escogió esta área. Además,
consideramos que la ubicación de las partes más altas de Pilahuin era
representativa o comparable a muchas áreas de la serranía de los países andinos.
7.2. BOSQUEJO
Tres comunidades fueron escogidas para la encuesta. Estas comunidades
representaban a tres diferentes zonas definidas por altitud y explotación agrícola
dentro del área. Los datos básicos de las comunidades se dan en la tabla 5.
El propósito principal de la encuesta era el de encontrar el consumo efectivo
(cantidad) de leña, en las comunidades y cómo se la compra. El cuestionario
también incluyó cálculos de otras informaciones necesarias para evaluar cambios
futuros en los requerimientos de combustible. Tal información fue incluida en las
siguientes preguntas:
- ¿Qué otros combustibles (fósiles) son usados y, por cuanto tiempo han sido
usados?
- ¿Hasta qué grado se usa la leña para cocinar, calefacción u otros usos?
- Si la leña es usada en fogatas o en fogón.
- Si la leña quemada es verde o seca.
- Si hay evidencia de un aumento de la escasez de leña, aumento de precio, más
horas gastadas en su recolección por día, etc.
- Si la leña recogida para la venta es también para su propio uso.
- Tiempo gastado en la recolección de leña, en horas diarias y días a la semana.
- ¿Quién es el responsable de la recolección?
En la elaboración del cuestionario, tratamos de que las preguntas no fueran
demasiado específicas, tomando en cuenta que el campesino a menudo se expresa
mejor cuando se le da tiempo a pensar y formular su respuesta. Esto significa que
algunos de los resultados de la encuesta no caben en un catálogo estricto.
En el bosquejo original de la encuesta, se intentó hacer una lista de especies
leñosas nativas preferidas para combustible y el describir sus propiedades. Debido
a la escasez de vegetación natural en la zona, la información recogida refleja la
frecuencia de las especies antes de que su preferencia por éstas.
Por esta razón se incluye aquí una lista de las especies nativas más comúnmente
usadas y comentarios sobre las propiedades de la madera como combustible. Está
principalmente basada en información de los campesinos que participaron en la
encuesta. Las especies han sido agrupadas en tres grupos según su importancia.
El agrupamiento fue hecho según las aseveraciones de la encuesta, y no está
basado en los datos cuantitativos.
7.3. RESULTADOS y COMENTARIOS
TABLA 6
Comentarios: Según la encuesta, es evidente que el consumo de energía es mixto
o distribuido en diferentes fuentes. Esto se acentúa por el hecho de que los
porcentajes de familias que usan la leña como la única fuente de energía son del
18% y del 0% en las tres comunidades respectivamente. El uso de paja
(principalmente Festuca dolicophylla y Calamagrostis effusa) como combustible, es
de gran importancia en el área. El uso combinado de leña y paja se eleva del 54%
en San Isidro, a 63% en Tamboloma y al 94% de las familias en Escorzonera. La
importancia cuantitativa de la paja como combustible no fue medida. Una de las
ventajas de la paja sobre la leña en que a menudo se ha insistido, es que puede
ser usada rápidamente o necesita solo un día de secado antes de su uso.
TABLA 7
Comentarios: El porcentaje relativamente alto de familias en San Isidro basadas
únicamente en la recolección de leña, no refleja que hay cantidades suficientes a
disposición sino más bien la incapacidad de muchas familias de comprar la leña.
De otro lado, el hecho de que ninguna familia se basa únicamente en la
recolección en Escorzonera, refleja la escasez actual de leña en la zona.
TABLA 8
Comentarios: Estos datos no son medidas directas del consumo efectivo de
energía sino indirectas en el sentido de que están basados en afirmaciones del
consumo mensual (recogido o comprado en aquel mercado) lo que ha sido
entonces extrapolado a un año. El promedio familiar de la zona es de 5 personas
y, este dato ha sido usado para calcular el promedio de consumo familiar.
El consumo aparentemente menor en Escorzonera puede ser explicado por la
importancia del uso de la paja en esta comunidad. Los interrogantes planteados en
este capítulo, serán respondidos y discutidos a continuación.
El combustible fósil más ampliamente usado en el área es el gas embotellado, la
gasolina es de menor importancia y no encontramos el uso de cocinas de kerosén.
Un somero cálculo sobre cuántas familias usan el combustible fósil en la zona sería
cerca del 30%.
La obtención de cocinas de gas en promedio ha sido hecha en los últimos tres años
pero, muchas familias manifestaron que su cocina había sido comprada dentro del
último año. A la pregunta de por qué ellos habían adquirido una cocina a gas, las
respuestas y su respectivo razonamiento caen en tres grupos:
La razón más poderosa, a juzgar por la entrevista, fue la escasez de leña en la
zona. La segunda clase de argumentación tuvo que ver con las ventajas de cocinar
con gas comparado con la leña. El cocinar con gas, es mucho más rápido, fácil y
limpio. Al mismo tiempo, se afirmó sin embargo que la cocina a gas no genera
tanto calor como la tradicional hoguera y, esta es obviamente la razón de por qué
ambos métodos de cocinar están todavía en uso, dando como resultado el patrón
mixto de consumo.
Una tercera categoría de razonamientos fue de carácter económico. Las
informaciones de los participantes en la encuesta, dan como resultado que en dos
años el precio del gas licuado se había elevado cerca de 30%, mientras que el alza
en el precio de la leña, principalmente Eucaliptus, comprada en el mercado en el
mismo período fue de 100%.
A pesar de que no se afirmó explícitamente, no puede ser excluido que prevalecía
un cierto "efecto del vecino". El "efecto del vecino" es explicado como el deseo de
comprar o poseer las mismas cosas que el vecino. Sin embargo, fue obvio que el
precio de una cocina de gas era una barrera insuperable para muchas familias. Era
evidente, según la encuesta que muchas familias convertirían por lo menos parte
de su consumo de energía al gas licuado si pudieran proveerse de la cocina a gas.
Como dato curioso, se puede mencionar que muchas familias habían comprado
cocinas de gasolina pero las usaban muy rara vez debido a las dificultades de
comprar la gasolina regular, necesaria para usar la cocina.
La leña en la zona es usada principalmente para cocinar. La calefacción es
solamente secundaria. A la pregunta si el fuego es a veces prendido para
propósitos de calefacción solamente, todos los entrevistados respondieron que no .
Se prenden normalmente tres hogueras cada día, una en la mañana, una al
mediodía y una en la tarde. Algunos de los entrevistados manifestaron que en
invierno, el período más frío de junio, julio y agosto el fuego mañanero o del
medio día se lo extiende a que dure una o dos horas para calentar la casa. Mucho
de los encuestados manifestaron que el consumo de leña se eleva en el invierno.
La única forma de quemar la leña que fue observada en la zona fue de fuego
abierto. Esto normalmente consiste de dos bloques de concreto o piedras con un
par de barras de hierro.
Toda la leña usada en la zona ya sea recogida o comprada es secada antes de
quemarla. Una de las razones para preferir una especie leñosa nativa a otra es la
de que si se seca más rápidamente. La madera de eucalipto comprada en el
mercado es usualmente almacenada bajo cubierta y, el tiempo necesario para
secarla varía de una a dos semanas. El tiempo necesario para secar la leña
recogida de las especies leñosas nativas varía considerablemente de acuerdo con
las personas entrevistadas, pero normalmente es más largo que para la madera de
eucalipto.
Todos los encuestados coincidieron en la escasez de leña en el área. Sobre los
últimos 10 años esto ha ocasionado viajes más largos de recolección de leña y el
cambio hacia otros tipos de combustibles. Como la leña recogida no es vendida en
los mercados, la escasez de este tipo por sí mismo no se manifiesta en precios
más altos pero, como se mencionó anteriormente, los precios de la leña
(Eucaliptus globulus Prunus capulf) vendida en el mercado se ha elevado cerca del
100% en dos años. Esta tendencia al aumento de los precios de la leña refleja el
creciente desequilibrio entre oferta y demanda en general.
La forma en que se obtiene la leña varía mucho de familia en familia. Así, no es
fácil establecer el tiempo que gasta una familia en la recolección de leña, ni
promediarlo. En las partes más bajas (de San Isidro), los viajes en general son
cortos (1/2 - 1 - 2 horas de caminata) pero la duración de tiempo en la recolección
de una "carga" (aproximadamente 1/8 m3.) o una "mula" (aprox. 1/4 m3) se está
elevando. El tiempo gastado en la recolección de una carga es de cerca de 8 horas
o el trabajo de un día. Si la familia depende sólo en la leña recogida para cocinar,
una carga durará tres días. Esto significa que por lo menos dos días de trabajo son
necesarios para satisfacer la demanda de una semana de leña.
En las partes más altas (Tamboloma, Escorzonera) las caminatas son más largas
(4-5 horas) y, el tiempo requerido para reunir una o dos mulas es normalmente el
trabajo de un día.
La recolección de paja es normalmente más fácil en el sentido de que esta puede
ser realizada sin caminar grandes distancias de la casa. Es normalmente recogida
durante el día mientras la persona está cuidando el rebaño y así la recolección es
una parte integral de la rutina diaria de trabajo.
Aún cuando se manifestó que una de las razones para el uso de la paja como
combustible para cocinar es la de que esta siempre está a la mano, hubo
indicaciones de que esta fuente estaba también escaseando. La paja es también
muy usada como material de techos cuan- do una casa es construida en el estilo
tradicional de techos. El efecto degradante combinado de la quema y el
sobrepastoreo ha hecho más difícil encontrar la paja más grande que es
considerada de buena calidad para el techado. Como respuesta al comienzo de la
escasez de la paja, el Concejo Comunal ha tomado medidas para controlar la
quema del páramo. En Tamboloma y Escorzonera fue prohibido. Una violación de
la prohibición es sancionada con multas. Se calcula la extensión del fuego y la
paga se valora aaS/30 - 40 por carga de mula.
Normalmente la recolección de leña o paja no es el trabajo de un miembro de
familia, sino que es compartido equitativamente entre sus miembros. Sin
embargo, en San Isidro gran parte de los hombres trabajan como obreros a día, o
van a la ciudad más cercana a trabajar la semana completa. Aquí, la recolección
hacen las mujeres y los niños de más edad.
La leña comprada en los mercados, como se mencionó, era : Eucaliptus o
"Capull"'; aquel en una cantidad de sobre el 95%. Lo más de la leña se compraba
en Ambato, que está a una distancia de 40 - 60 km. del área investigada. La leña
es comprada el lunes en el mercado semanal y transportada de regreso a la aldea.
La cantidad comprada normalmente cubre el consumo de un mes. Se estima que
el 70% de la leña es comprada en Ambato. El 30% restante en el mercado del
domingo en Yatzaputzán, una comunidad que está situada en el centro del área de
la entrevista. Aquí se la vendía por comerciantes de Ambato. No hubo indicaciones
de una organización local para la venta de leña. Los precios en el mercado de
Yatzaputzán no parecían significativamente más altos que en Ambato.
El patrón mixto de consumo de energía en el área hace más difícil un análisis
detallado de la situación real, y una clara gráfica no surge de los datos reunidos.
Con todo, es posible el sacar algunas importantes conclusiones de este estudio:
¡
-El patrón de consumo de energía está en un estado de transformación, de un
consumo basado en leña hacia un consumo basado en combustibles fósiles. El
cambio del patrón del consumo tiene las siguientes razones:
- Escasez de leña para ser recogida en la zona.
- Alza de precios de la leña comprada en el mercado.
- Las facilidades que una cocina de gas o gasolina ofrece, comparada con el
tradicional fuego abierto.
- Hay grandes diferencias entre familias. En un extremo, tenemos familias
que usan solo gas embotellado o leña de eucalipto compra- da en Ambato y,
en el otro extremo tenemos las familias que dependen de la leña o paja que
pueden reunir en el área.
8 RECOMENDACIONES
Las experiencias del proyecto consideradas en conjunto y de las pruebas en las
plantaciones pilotos, se darán a continuación junto con posibilidades futuras de
aplicación de las ideas e intenciones del proyecto.
- Los resultados preliminares de las pruebas en los terrenos y de las plantaciones
pilotos, muestran que es posible establecer especies locales leñosas bajo
condiciones ambientales donde las especies introducidas no pueden ser
establecidas, es decir, en sub-páramos y páramos de!3.400 - 3.800 m.
- La plantación de especies locales a grandes alturas y bajo duras condiciones
ambientales tendrá como propósito principal el reestablecimiento de la cubierta
vegetal en laderas degradadas iniciando así el proceso de recuperación de tierras
marginales y abandonadas, y deteniendo el rápido y continuo proceso erosivo. Con
el tiempo, tales plantaciones de recuperación, si son manejados cuidadosamente,
podrían cubrir parte de los requerimientos locales de biomasa para energía.
- La creciente necesidad de protección de las partes más altas de áreas de
captación de agua de importantes sistemas fluviales, demanda planes extensos de
reestablecimiento en todas las partes de la meseta andina. Especies locales
adaptadas a las condiciones locales de clima y de terreno tienen ventajas sobre
especies introducidas y en muchos casos son la única alternativa. Así se les debe
dar una alta prioridad en estos proyectos.
- La creación de nuevos parques nacionales a lo largo de los Andes, especialmente
en áreas no muy lejanas de las tierras pobladas, demanda el establecimiento de
zonas de sostén en torno a los par- que nacionales y reservas. Más
apropiadamente, estas zonas de soporte deben consistir en bosques o plantaciones
de especies loca- les, eventualmente con una potencial futura explotación de leña
o madera.
- Hace falta una posterior investigación respecto al establecimiento de
plantaciones más grandes de especies locales bajo diferentes condiciones de suelo.
Para asegurar un óptimo beneficio, la plantación experimental debería ser
establecida y preferiblemente en conexión con experimentos ya en marcha.
Plantaciones experimentales y proyectos forestales de la comunidad deben ser
mantenidos aparte
- Deberían reforzarse los proyectos forestales comunales, con énfasis puesto en el
entrenamiento de gente del lugar basado en técnicas de viveros y plantación.
La presencia permanente de personal forestal capacitado por un j período en una
comunidad o en un grupo de comunidades, es indispensable para la efectividad de
cualquier programa integrado de reforestación en el desarrollo Rural.