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Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Miguel A GARRIDO GALLARDO. Reflexiones sobre la confecció... - Reflexiones sobre la confección de un diccionario español e internacional de términos literarios Miguel Ángel Garrido Gallardo INSTITUTO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (CSIC) EN ESTA OCASIÓN NO quiero detenerme en una u otra cuestión erudita de nuestra especialidad, sino que prefiero aprovechar estos minutos para exponer el diseño de un proyecto que tenemos un grupo del Instituto de la Lengua Española del CSIC del que ya hablamos en la correspondiente reunión de investigadores del anterior congreso en Madrid hace tres años y cuyo comienzo se ha ido demorando por diversas dificultades que, sin embargo, estamos dispuestos a vencer. Se parte de lo siguiente: el español dispone de excelentes diccionarios de términos literarios, algunos de ellos tan recientes como el de Estébanez Calderón', Platas Tasende 2 o el Equipo Glifo 3 , pero no tiene todavía una enciclopedia de los términos usados en los estudios de la literatura semejante a la Encyclopedia of Poetry and Poetics coordinada por A. Preminger, J. Wamke and O. B. Hardison 4 o, mucho menos, al Dictionnaire lnternational des Termes Littéraires (Berna, Francke), inspirado por R. Escarpit 5 y actualmente detenido en el sexto fascículo. El proyecto del DEITL quiere abordar la elaboración, desde la cultura en español, de una magna obra que, adaptando debidamente el proyecto de Escarpit 6 incluya la investigación actualizada de todos los 1 Demetrio Estébanez Calderón, Diccionario de términos literarios, Madrid, Alianza Editorial, 1996 2 Ana María Platas Tasende, Diccionario de términos literarios, Madrid, Espasa, 2000. 3 Equipo Glifo, Diccionario de termos literarios(a-d), Santiago, Xunta de Galicia, 1998. 4 A. Preminger, J. Warnke, O. B. Hardison, Encyclopedia of Poetry and Poetics, New Jersey, Princeton University Press,1965. 5 R. Escarpit (dir.), Dictionnaire International des termes Littéraires, Berne, Francke, 1979, 1980, 1984, 1986, 1989 (en curso de publicación). 6 Somos conscientes de la dificultad de la tarea. La idea del DITL viene de la fundación de la Federación Internacional de Lenguas y Literaturas Modernas en Oxford (1955) y, después, del Congreso de la Asociación Internacional de Literatura Comparada (AILC) en Venecia. Ha sido el centro del debate entre escuelas en Chapel Hill (Carolina del Norte) en 1958. El III Congreso de la AILC en Utrech (1961) se consagró también a esta cuestión. Aquí se creó un primer Consejo Científico de Terminología Literaria designado por la AILC. El proyecto propiamente dicho fue impulsado primeramente por Henri Roddier. Robert Escarpit, a la sazón, Director del Centro de 357 -11- Centro Virtual Cervantes

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Actas XIV Congreso AIH (Vol. I). Miguel A GARRIDO GALLARDO. Reflexiones sobre la confecció...-

Reflexiones sobre la confección de un diccionario español e internacional

de términos literarios Miguel Ángel Garrido Gallardo

INSTITUTO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (CSIC)

EN ESTA OCASIÓN NO quiero detenerme en una u otra cuestión erudita de nuestra especialidad, sino que prefiero aprovechar estos minutos para exponer el diseño de un proyecto que tenemos un grupo del Instituto de la Lengua Española del CSIC del que ya hablamos en la correspondiente reunión de investigadores del anterior congreso en Madrid hace tres años y cuyo comienzo se ha ido demorando por diversas dificultades que, sin embargo, estamos dispuestos a vencer.

Se parte de lo siguiente: el español dispone de excelentes diccionarios de términos literarios, algunos de ellos tan recientes como el de Estébanez Calderón', Platas Tasende2 o el Equipo Glifo3

, pero no tiene todavía una enciclopedia de los términos usados en los estudios de la literatura semejante a la Encyclopedia of Poetry and Poetics coordinada por A. Preminger, J. Wamke and O. B. Hardison4 o, mucho menos, al Dictionnaire lnternational des Termes Littéraires (Berna, Francke), inspirado por R. Escarpit5 y actualmente detenido en el sexto fascículo. El proyecto del DEITL quiere abordar la elaboración, desde la cultura en español, de una magna obra que, adaptando debidamente el proyecto de Escarpit6 incluya la investigación actualizada de todos los

1 Demetrio Estébanez Calderón, Diccionario de términos literarios, Madrid, Alianza Editorial, 1996

2 Ana María Platas Tasende, Diccionario de términos literarios, Madrid, Espasa, 2000. 3 Equipo Glifo, Diccionario de termos literarios(a-d), Santiago, Xunta de Galicia, 1998. 4 A. Preminger, J. Warnke, O. B. Hardison, Encyclopedia of Poetry and Poetics, New

Jersey, Princeton University Press,1965. 5 R. Escarpit (dir.), Dictionnaire International des termes Littéraires, Berne, Francke,

1979, 1980, 1984, 1986, 1989 (en curso de publicación). 6 Somos conscientes de la dificultad de la tarea. La idea del DITL viene de la fundación de

la Federación Internacional de Lenguas y Literaturas Modernas en Oxford (1955) y, después, del Congreso de la Asociación Internacional de Literatura Comparada (AILC) en Venecia. Ha sido el centro del debate entre escuelas en Chapel Hill (Carolina del Norte) en 1958. El III Congreso de la AILC en Utrech (1961) se consagró también a esta cuestión. Aquí se creó un primer Consejo Científico de Terminología Literaria designado por la AILC. El proyecto propiamente dicho fue impulsado primeramente por Henri Roddier. Robert Escarpit, a la sazón, Director del Centro de

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términos de uso en la crítica literaria mundial y, por extensión, en la crítica de la cultura. He aquí un magno proyecto colectivo que, según pensamos, aprovechando la madurez y amplitud de la comunidad de hispanistas, podremos abordar con garantías de éxito. A exponer diferentes extremos atinentes al susodicho proyecto, está dedicada esta comunicación.

La expresión «español e internacional» del título del diccionario indica que se estudiarán todas las voces, incluso si no tienen correspondencia en la literatura en castellano. Evidentemente, se tratarán con especial detenimiento aquellas de mayor peso en la cultura en español, así como las que no tengan representación en otras culturas.

Plan de trabajo El DEITL abarcará unos 800 artículos que sumarán alrededor de 3 .600 páginas de

gran formato. La parte principal del diccionario estará constituida por los artículos que se refieran a cada término tratado. Será precisa también la inclusión de índices que remitan a expresiones relacionadas en cualquier lengua de cultura con la crítica literaria, incluso si no han sido objeto de un artículo individual.

Los artículos aparecerán firmados por los autores, miembros del equipo o colaboradores de la red internacional que se piensa establecer. Los índices y el material complementario serán atribuibles al equipo y aparecerán sin firma.

Siguiendo al DITL de Escarpit, serán «lenguas de trabajo», de donde extraer los términos estudiados, el griego y el latín, como referencias clásicas, y alemán, hebreo, inglés, árabe, chino, español, francés, italiano, portugués, japonés y ruso. En los casos necesarios, se espera conseguir aportaciones por parte de hablantes nativos de las diferentes lenguas que pertenecen a la red del hispanismo mundial. Cada artículo aparecerá encabezado por el término en español, cuando exista, o por la correspondiente equivalencia, adaptación o transliteración.

Para la confección de la lista de términos se procederá según la siguiente metodología:

l. Establecimiento de un vocabulario mediante despojo de los diccionarios de referencia.

2. Revisión del listado mediante comparación con las grandes obras colectivas de Historia y Crítica de la Literatura existentes en el mercado.

3. En cuanto comience el proyecto propiamente dicho, encuesta a los especialistas

Sociología de los Hechos Literarios de la Universidad de Burdeos, había efectuado encuestas preliminares y había publicado sus resultados en la Revue de Littérature Comparée, 1961. Él mismo presentó el informe que citaremos a continuación en el Congreso de la AILC en Friburgo(Suiza) en 1964. Llevamos, pues, alrededor de medio siglo sin que la aventura que proponemos como modelo acabe definitivamente de arrancar. (Agradezco esta información a Jean-Marie Grassin, actual Director Científico del proyecto, que me ha facilitado éste y otros materiales).

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que van a ser convocados a la tarea y que recibirán nuestro elenco para que puedan remitimos adiciones, sugerencias o rectificaciones.

La clasificación de los términos se hará también según las normas del rapport de Escarpit7, que, traducidas casi ad pedem litterae, encuadran las entradas en las siguientes categorías:

a) palabras-problema: se trata de términos de un contenido muy vasto y frecuentemente contradictorio cuya interpretación está sujeta a controversia científica. Son, por ejemplo, términos como realismo o formalismo. La redacción correrá a cargo de un especialista que investigará todos los elementos del problema. Incluso se les podrá encargar a dos especialistas de diferentes tendencias, si están de acuerdo en permitir que el equipo termine publicando, tras el correspondiente debate, una solución de síntesis, que se consignará al final como recapitulación. Son los términos fundamentales de esta investigación cuyo seguimiento se distribuirá por especialidades entre cada uno de los miembros del equipo, quienes tendrán algunos a su propio cargo. Serán artículos firmados.

b) palabras-ensayo: se trata de términos importantes, pero que no suelen plantear problemas de doctrina. Bastará, por lo general, con seleccionar bien el especialista al que se le encarga y revisar el original con la atención normal. Corresponderán a entradas como libro o edición. Serán artículos firmados.

c) palabras-noticia: se trata de términos que requieren poco más que la definición. Por lo general se redactarán en el seno del equipo, el cual recabará, cuando sea precisa, la colaboración de un especialista que irá allegando el material que se le pida al efecto. Entrarán aquí términos técnicos de métrica y retórica y subgéneros literarios.

d) palabras singulares: se trata de términos que no conocen un uso universal como auto sacramental (en el sentido español de la expresión), hai-ku (japonés), Bildungsroman (alemán), bai-hua wen (chino), 'ahbar (árabe), etc. Partiremos de una lista provisional que será completada después de la encuesta. En todo caso, los términos en español (como el ya citado o corrido mexicano, etc.) serán objeto de una atención especial según hemos dicho anteriormente.

Los artículos comenzarán con una parte etimológica que, según los casos, presentará una historia más o menos larga de la palabra. La longitud del cuerpo del trabajo será variable según cada una de las categorías mencionadas y, dentro de ellas, según la importancia del término mismo, de acuerdo con la proporcionalidad más constante en el conjunto de obras de referencia y, en caso de discrepancias, de acuerdo con la decisión establecida por el director del equipo tras el correspondiente debate.

7 R. Escarpit, «Rapport sur le Dictionnaire Intemational des termes Littéraires», texto de 1964 recogido en Cahier de Terminologie Littéraire, 1, Limoges, 1988. 19-21.

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Una obra de estas características exige una serie de investigaciones de largo alcance y, a la vez, un equipo de redacción que mantenga el ritmo de elaboración de la obra a tenor de lo dicho. El reparto se llevará a cabo de la manera siguiente: l) se formará el equipo de investigadores, constituido en consejo de redacción, que, en la medida de lo posible, contará con el apoyo de recién graduados contratados ad tempus; 2) miembros del equipo confeccionarán personalmente algunos de los artículos y el resto se encargarán a especialistas de todo el mundo a través de la red del hispanismo mundial a la que esperamos poder acceder mediante los contactos institucionales del CSIC y de la Asociación Internacional de Hispanistas.

Las etapas previstas constan de una inicial en que se realizarán las tareas previas mencionadas y sucesivos trienios en los que se irán confeccionando los fascículos según orden alfabético. La etapa inicial comprende los años 2001 y 2002 para la que se ha pedido financiación al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España.

Aportaciones esperables Un diccionario realizado de nueva planta en el ámbito del español evitará de entrada

los errores que se deslizan hasta en las mejores traducciones. Para que se vea lo que queremos decir, transcribamos un pequeño ejemplo tomado de un diccionario estimable (se trata de la entrada imitación).Dice así: «De lo cual es heredero Aristóteles (384-322) que en su Poética aplica la mímesis al hombre activo como objeto de la poesía (1448ª y SS.)»8

Como vemos, la versión del traductor vierte en la palabra española «activo» el participio prattontas, latín, agente.1.,9 («los que actúan», <<seres humanos en acción», «acciones de los seres humanos») que, de ninguna manera puede ser entendido de forma genuina en este contexto. Con esto, recuerdo una obviedad, pero que se sepa que los ejemplos se podrían multiplicar al infinito. Con nuestro diccionario evitaremos naturalmente tal peligro.

De todos modos, como he dicho al principio, hay ya muy buenos diccionarios en otras lenguas 10 y en español. Por eso, será útil acudir a alguna comparación para calibrar la aportación que supondrá la investigación cuyo diseño aquí presento.

Si, por ejemplo, comparamos mi proyecto de entrada para el DITL, géneros literarios 11

, y Ja correspondiente al Diccionario de Demetrio Estébanez Calderón, encontramos una enorme similitud (tengo que agradecer que haya tenido en cuenta, con mucho acierto, algunas de mis aportaciones a este campo)y unos pocos apartados que o aparecen en mi trabajo y no en el suyo o aparecen de manera distinta. Son éstos:

8 «Imitación», en Diccionario terminológico de las literaturas románicas por Rainer Hess, Gustav Siebemann, Mireille Frauenrath y Tilbert Stegmann, Madrid, Gredos, 1995, s.v.

9 Aristóteles, Poética, ed. trilingüe por Valentín García Y ebra, Madrid, Gredos, 197 4, 131-132.

10 Tengo delante, por ejemplo, el de Theresa Enos (ed.), Encyclopedia of"Rhetoric and Composition, New York/London, Garland Publishing, lnc., 1996.

11 Cfr. Miguel Ángel Garrido Gallardo, «La noción de género literario en el siglo XX», en Estudios de literatura española de los siglos XIX y XX Homenaje a Juan María Díez Taboada, Madrid, CSIC, 1998, 869-874.

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[géneros literarios]

Etimología Del latín genus, eris, linaje, especie, género (derivado de gignere, engendrar).

Estudio Semántico Cada uno de los apartados en que se puede dividir el conjunto de las obras literarias

mediante el establecimiento de las identidades que existen entre ellas, del mismo modo que se pueden determinar géneros y especies en otras series de realidades discretas.

Equivalentes Lingüísticos

Alemán: Gattung

Árabe: shakl

Chino:

Español: Género

Francés: Genre

Hebreo:

Inglés: Kind

Italiano: Genere

Japonés:

Portugués: Género

Ruso:

Otras lenguas:

Comentario ( ... )La categoría de género constituye un gozne entre diacronía y sincronía, lo

individual y lo social. Su nacimiento se puede fechar en un momento dado, pero casi siempre como fórmula límite de otro género preexistente. No es aventurado suponer que el Quijote fuera sentido en su tiempo como una novedosa novela de caballerías paródica. En ese momento inicial no tenemos novela moderna o novela existencial, pero en cuanto otros autores han seguido conscientemente por ese camino y los lectores pueden reconocer un conjunto que nada tiene que ver con las novelas de caballerías, pero sí con El Quijote, estamos ante un género, cauce para el autor y síntoma para el lector. A partir de este momento, los teóricos se afanarán en definir los rasgos propios del género, intentarán explicar ese producto histórico en función de las teorizaciones

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generales que engloban los géneros históricos conocidos con anterioridad. Ciertamente, ninguna obra, por importante que sea, funda un género en sentido

radical. El paso de una tradición estilística a otra se debe producir como fenómeno de alteración dialectal con inicios simultáneos, titubeos, líneas de fluctuación, etc. hasta llegar a la forma triunfante. No siendo posible hablar de Ley Fonética en sentido propio, mucho menos lo es hablar de Ley Literaria, pues la condición de literario afecta de lleno al nivel semántico del lenguaje que atañe a un número infinitamente mayor de unidades y cuya evolución, por consiguiente, goza de muy poca previsibilidad.

Existe además el problema terminológico: un mismo término puede referirse a diversos géneros en diversos lugares y tiempos, incluso en culturas muy próximas. Así romance tiene una significación en inglés próxima a la del francés roman y totalmente distinta a la de romance en español. A la inversa, un mismo género, como construcción estilística, puede recibir diversos nombres en una misma lengua a lo largo del tiempo: es el caso para el español de paso, entremés y sainete. Incluso un rasgo destacado de un género puede propiciar una denominación genérica de una obra a la que no conviene: la obra clásica por excelencia en Italia, la Divina Comedia de Dante se llama así no por tratarse de un texto dramático, sino por contener una historia que termina bien( ... ).

Recapitulación Recorriendo el amplio panorama contemporáneo de la teoría de los géneros12

,

podemos sistematizar los siguientes cuatro sentidos del término género: a) Evidentes afinidades que cabe conocer entre obras literarias de un mismo período

y, a veces, incluso de varios períodos de la historia han conducido a la práctica de su clasificación formando grupos que cumplen la triple función semiótica ya indicada en relación con el autor (modelo), el receptor (horizonte de expectativas) y la sociedad (señal). Dichos grupos se obtienen mediante la determinación de conjuntos diferencia-dos por la combinación de rasgos temáticos, discursivos y formales y constituyen los llamados géneros históricos como chuci (China), haiku (Japón), sira (árabe), soneto (lenguas occidentales), etc.

b) Abstrayendo las propiedades más universales de estos géneros históricos o fundamentándose en principios generales (capacidades psicológicas o comunicativas del ser humano, registros del lenguaje, etc.) los tratadistas han intentado aislar unos pocos principios que habrían de servir para la clasificación de las obras literarias habidas (concretadas en géneros históricos) o por haber: lírica, épica, dramática, etc. Se trata de los géneros fundamentales o tipos.

c) La extrema generalidad de los tipos ha propiciado nuevas clasificaciones intermedias que, procediendo de ellos como subdivisiones, se acercan más a los géneros históricos. Las llamaremos subgéneros.

d) También podemos señalar subgéneros históricos, subdivisiones de géneros históricos realizadas para reducir el campo de observación o estudio.

A base de combinar rasgos se pueden establecer modelos que engloban obras

12 Miguel Ángel Garrido Gallardo, Teoría de los géneros literarios. Introducción, selección, bibliografía, Madrid, Arco, 1988.

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realmente existentes e incluso imaginar géneros por explorar. Se trata de un inventario abierto.

La clasificación de los géneros del inventario dentro de las tres «Formas naturales» indica sólo el predominio de uno u otro aspecto en la obra calificada, pero no necesariamente que cumpla con precisión la definición ofrecida a priori como abarcadora de las producciones de idéntica denominación.

Para no tenninar Aparte de la extensión que alcanzarán las voces en el nuevo proyecto( una media de

tres veces la que tienen en el Diccionario de Estébanez Calderón), el carácter sistemático del programa adoptado y adaptado me parece que aporta algunos beneficios innegables.

En primer lugar, el punto de vista español, que dejamos ilustrado con el ejemplo del Quijote y todo el contexto de la explicación que a propósito acabamos de ofrecer.

En segundo lugar, la delimitación etimológica y la descripción semántica, que al estar constreñidas a una presentación rigurosa, asegura una información mínima y constante en todos los casos, a diferencia de las fluctuaciones de aquellas obras que dejan esta parte inicial de las entradas al criterio de su autor.

En tercer lugar, debemos hablar de un cierto rigor comparatista. La enumeración de la traducción en árabe, chino, francés, hebreo, inglés, italiano, japonés, portugués, ruso y, si resulta necesaria, en otras lenguas, obliga a explorar la parcelación que cada lengua natural hace de la cultura y nos lleva, a veces, a repensar convicciones, propias de nuestro horizonte de presuposiciones, condicionado, como se sabe, por la forma del contenido de los términos de la lengua materna.

En cuarto y último, la recapitulación, obligatoria en los artículos correspondientes a las palabras-problema, otorga una cierta garantía de objetividad en los casos (numerosísimos) en que puntos de vista contradictorios pueden dar lugar a una presentación sesgada.

Es verdad que podríamos pensar en una enciclopedia13 de escuela que saliera a competir, codo con codo, con las de otras escuelas o tendencias. Naturalmente, se trata de una opción que puede ganar mucho en autocoherencia, pero lo que se quiere lograr, tanto en el modelo inspirador como en la línea decidida para nuestro trabajo, es que el debate se refleje en el interior del texto mismo que presentemos y enriquezca su resultado. Pueden aparecer rasgos de escuela y hasta de escuelas, pero no queremos hacer un libro escolástico.

13 Nótese que prescindo de cualquier delimitación rigorista para el título del diccionario. Si el nombre adecuado es el de «enciclopedia», «diccionario enciclopédico» o «diccionario» a secas, no se discute aquí. Cfr. Bemard Quemada, Les dictionnaires dufrancaise moderne (1539-1863), Paris, Didier, 1967.

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