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Reflexiones sobre la concentración y extranjerización de la tierra en América Latina y el Caribe

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El libro actual analiza las principales tendencias del dinamismo del mercado de la tierra y los procesos de concentración y extranjerización de tierras, las cuales fueron detectadas por los estudios anteriores. El libro comienza por situar a América Latina y el Caribe en el contexto global del fenómeno del acaparamiento de tierras. Luego entrega reflexiones específicas sobre México y Centroamérica, la subregión Andina y el Mercosur. Finalmente, presenta algunas reflexiones sobre cuestiones pendientes a tratar con respecto al acaparamiento de tierras.

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  • Reflexiones sobre la concentracin yextranjerizacin de la tierra en

    Amrica Latina y el Caribe

    Reflexiones sobre la concentracin y extranjerizacin de la tierra en Amrica Latina y el Caribe

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  • Editores

    Fernando Soto BaqueroSergio Gmez

  • Las denominaciones empleadas en este producto informativo y la forma en

    que aparecen presentados los datos que contiene no implican, por parte de

    la Organizacin de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura

    (FAO), juicio alguno sobre la condicin jurdica o nivel de desarrollo de

    pases, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la

    delimitacin de sus fronteras o lmites. La mencin de empresas o productos

    de fabricantes en particular, estn o no patentados, no implica que la FAO los

    apruebe o recomiende de preferencia a otros de naturaleza similar que no se mencionan.

    E-ISBN 978-92-5-308555-2 (PDF)

    FAO, 2014

    La FAO fomenta el uso, la reproduccin y la difusin del material contenido

    en este producto informativo. Salvo que se indique lo contrario, se podr copiar,

    descargar e imprimir el material con fines de estudio privado, investigacin

    y docencia, o para su uso en productos o servicios no comerciales, siempre

    que se reconozca de forma adecuada a la FAO como la fuente y titular

    de los derechos de autor y que ello no implique en modo alguno que la FAO

    aprueba los puntos de vista, productos o servicios de los usuarios.

    Todas las solicitudes relativas a la traduccin y los derechos de adaptacin

    as como a la reventa y otros derechos de uso comercial debern dirigirse a

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    Los productos de informacin de la FAO estn disponibles en el sitio web de la Organizacin (www.fao.org/publications) y pueden adquirirse mediante solicitud por correo electrnico a [email protected].

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    NDICE

    Presentacin 7

    Introduccin 9

    I. El acaparamiento de tierras en Amrica Latina y el Caribe: anlisis desde una perspectiva internacional amplia 15

    II. Dinmica de los mercados de tierras en Costa Rica, Guatemala, Mxico, Nicaragua, Panam y Repblica Dominicana: contexto y comentarios comparativos 69

    III. Reflexiones a partir de estudios de los casos andinos 105

    IV. Dinmicas del mercado de tierras en los pases del Mercosur y Chile: una mirada analtica-crtica 135

    IV. Reflexiones finales 159

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    PRESENTACIN

    El tema de la tierra y de los recursos naturales en general ocupa un lugar fundamental en la agenda de la Oficina Regional de la FAO para Amrica Latina y el Caribe, debido al rol clave que juega en la produccin de alimentos y la seguridad alimentaria de millones de personas.

    La FAO abord este tema como una preocupacin prioritaria en dcadas pasadas, desde el punto de vista de los ajustes que era necesario plantear en la propiedad de la tierra, sobre todo en los latifundios tradicio-nales, como una condicin para lograr la modernizacin de la estructura agraria.

    En la actualidad, el tema de la tenencia y del mercado de la tierra se relaciona con fuertes dinmicas, entre las cuales destacan los acelerados procesos de modernizacin tecnolgica y sus impactos sobre la estruc-tura productiva rural. Hoy surgen preocupaciones urgentes vinculadas a diferentes desafos que tienen que ver con el cambio climtico, la crisis energtica, la seguridad alimentaria y los problemas ligados al mbito financiero.

    El presente volumen es la continuacin del libro Dinmicas del mercado de la tierra en Amrica Latina y el Caribe: concentracin y extranjerizacin, publicado por la Oficina Regional de la FAO en junio de 2012. Dicho libro incluy estudios nacionales sobre la dinmica de concentracin de tierras durante el ltimo quinquenio, en diecisiete pases de la Amrica Latina y el Caribe, encargados por la FAO.

    El libro actual analiza las principales tendencias del dinamismo del mercado de la tierra y los procesos de concentracin y extranjerizacin de tierras, las cuales fueron detectadas por los estudios anteriores. El libro comienza por situar a Amrica Latina y el Caribe en el contexto global del fenmeno del acapa-ramiento de tierras. Luego entrega reflexiones especficas sobre Mxico y Centroamrica, la subregin Andina y el Mercosur. Finalmente, presenta algunas reflexiones sobre cuestiones pendientes a tratar con respecto al acaparamiento de tierras.

    A travs del volumen actual, la FAO contina entregando insumos para una discusin informada sobre un tema fundamental para el desarrollo de los pases de la regin, que servirn para definir polticas pblicas sobre la tenencia de la tierra.

    En particular, puede ser un aporte para la implementacin de las Directrices Voluntarias sobre la go-bernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional aprobadas en mayo de 2012 por el Comit de Seguridad Alimentaria Mundial y la FAO, cuyos objetivos fundamentales son lograr la seguridad alimentaria para todos y apoyar la progresiva realizacin del derecho a una alimentacin adecuada y la erradicacin del hambre y la pobreza, fin ltimo del actuar de la FAO en la regin.

    Ral BentezRepresentante Regional para

    Amrica Latina y el Caribe

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    INTRODUCCIN

    Fernando Soto BaqueroSergio Gmez

    Este volumen contina la discusin surgida de los antecedentes recogidos en la investigacin presentada en el libro Dinmicas del mercado de la tierra en Amrica Latina y el Caribe: concentra-cin y extranjerizacin, publicado por la Oficina Regional de la FAO en junio de 2012.

    Tanto dicha publicacin como la actual son una muestra de la prioridad que la FAO da en su actuar al anlisis de la dinmica de tierras como un fen-meno fundamental en los debates de poltica p-blica relacionados con la revisin de los patrones productivos y la reduccin de la pobreza rural y el mejoramiento de la seguridad alimentaria.

    El libro Dinmicas del Mercado de la Tierra en Amrica Latina y el Caribe estuvo compuesto por conjunto de estudios nacionales sobre la con-centracin de tierras, durante el ltimo quinque-nio, en diecisiete pases de la regin: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Guyana, Mxico, Nicaragua, Repblica Dominicana, Paraguay, Panam, Per, Uruguay y Trinidad y Tobago.

    Cada una de dichas monografas fueron encarga-das a especialistas con una reconocida experiencia y reflejan la opinin que ellos tienen sobre las ma-terias que tratan. Los estudios dieron cuenta de un importante pro-ceso de concentracin y de extranjerizacin de la tierra en toda la regin, a travs de las ms di-versas formas y procedimientos, muchos de ellos nunca antes vistos. Si bien la presencia de aca-paramiento de tierras, en su sentido estricto, es incipiente y est restringida a dos pases de la regin (Argentina y Brasil), fenmenos como los flujos de inversiones entre los diferentes pases de

    la regin, a veces acompaados de migraciones de los nuevos propietarios, y los procesos de con-centracin de las cadenas de valor (con o sin la propiedad de la tierra) son algunas de las tenden-cias que se pueden notar en la regin.

    El acaparamiento de tierras ha sido entendido tra-dicionalmente como el fenmeno de compras de tierras donde participa un gobierno extranjero y cuya produccin sea destinada a la alimentacin, y segn esa definicin solo se pueden comprobar ese tipo de procesos en Brasil y Argentina. Sin em-bargo, los procesos de concentracin y de extran-jerizacin son ms amplios y variados, y adoptan diversas formas en los pases de la regin, y no estn limitados a uno o dos pases.

    Por el contrario, se pudo constatar un fuerte di-namismo en la tenencia de la tierra en la mayora de los pases, con intensos procesos de concen-tracin y globalizacin. stos son slo un reflejo de los mismos fenmenos que ocurren en las ca-denas de valor, ya que la tierra es parte de dichas cadenas, as como en otros rubros como energa, productos forestales, turismo, etc.

    Es necesario recordar que el origen del inters en el tema del acaparamiento de tierras nace de las primeras grandes compras de tierras que se realizaron en Asia y frica a finales de la dcada pasada. En consecuencia, los esfuerzos conceptua-les corresponden a tratar de entender y explicar lo que all ocurra, vale decir la compra de gran-des extensiones de tierras, donde el comprador es un gobierno extranjero o una empresa vinculada a l, y lo que se busca es que el destino de las tierras fuera finalmente la produccin de alimen-tos. A este cuadro se deben agregar a mecanis-mos de negociacin no del todo transparentes y

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    una institucionalidad pblica relativamente dbil por parte de los pases donde se vendan las tie-rras. Por esa razn, cuando comenz el estudio en Amrica Latina y el Caribe se hizo la distincin entre este tipo de situaciones y el de la concentra-cin de la tierra en una perspectiva ms amplia. A la primera situacin la denominamos acapara-miento de tierra en sentido estricto, mientras que el segundo fenmenos fue entendido como con-centracin y extranjerizacin de la tierra.

    El conjunto de antecedentes recogidos muestra una situacin completamente diferente a la que se observaba en los ltimos estudios llevados a cabo por la FAO en las dcadas de 1960 y 1970, aos desde los cuales el tema no haba sido nuevamen-te abordado por la Organizacin.

    Para la elaboracin de los presentes trabajos, se identific a un grupo de expertos de reconocido renombre. A unos se les solicit un comentario global sobre el conjunto de los trabajos y a otros se les encomend que dieran cuenta de ciertas especificidades subregionales.

    El trabajo global fue encargado a Jun Saturnino Borras, un reconocido experto internacional en el tema. Borras es profesor adjunto del Instituto Internacional de Asuntos Sociales (ISS) en La Haya, Pases Bajos, y miembro del Instituto Transnacional (TNI) con sede en Amsterdam y de Food First, en California. Es coordinador adjunto de la red inter-nacional Land Deal Politics Initiative (LDPI), que analiza la dinmica del acaparamiento de tierras a nivel global. Asimismo, es editor de la revista Journal of Peasant Studies. El profesor Borras in-corpor a su equipo de trabajo a otros tres aca-dmicos de renombre. La primera es Jennifer C. Franco, investigadora asociada en el Transnational Institute (TNI). Tanto Borras como Franco son pro-fesores adjuntos en la Facultad de Humanidades y Estudios sobre Desarrollo de la Universidad Agrcola de China en Beijing. El segundo es Max Spoor, profesor de estudios sobre desarrollo en el ISS y profesor visitante en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI) en Espaa y

    profesor invitado en la Universidad Agrcola de Nanjing en China. Por ltimo, se incorpor el re-conocido acadmico latinoamericano Doctor Cristbal Kay, quien es profesor emrito en el Instituto Internacional de Asuntos Sociales (ISS) y profesor investigador adjunto en la Facultad de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) en Londres. Asimismo, es editor de Journal of Agrarian Change. Estos acadmicos son los autores del ensayo global El acaparamiento de tierras en Amrica Latina y el Caribe: anlisis desde una pers-pectiva internacional amplia.

    Los tres trabajos regionales correspondieron a (i) Centroamrica, Mxico y el Caribe; (ii) la regin andina; y (iii) el Mercosur ampliado.

    El primero, sobre Centroamrica, fue solicita-do a Eduardo Baumeister, argentino, Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Nijmegen, Holanda, es investigador asociado al Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo (INCEDES) en Amrica Central. Trabaja hace dcadas sobre temas agrarios y migraciones internacionales en Amrica Central, ocupando cargos de investigador, docente universitario, fun-cionario pblico, consultor de organismos inter-nacionales y tcnico de proyectos de desarrollo rural.

    El segundo, sobre la regin andina, lo realiz Fernando Eguren, del Per, quien es formado en sociologa por la Universidad de Lovaina, Blgica y con estudios de postgrado en la Escuela Prctica de Altos Estudios de Pars, y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), di-rector de la revista Debate Agrario y de La Revista Agraria. Adems es miembro del Seminario Permanente de Investigacin Agraria (SEPIA).

    El tercero, sobre el Mercosur ampliado, fue en-cargado a Martine Dirven de nacionalidad belga, licenciada en economa aplicada y ma-gister en Planificacin para el Desarrollo. Trabaj en Naciones Unidas en diversas posiciones y en

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    distintos pases: en el PNUD en Bogot, en ONUDI en Viena, en DTCD en Nueva York y la CEPAL en Santiago, ocupando la jefatura de la Unidad de Desarrollo Agrcola hasta 2010.

    Cada uno de los cuatro trabajos analiza e inter-preta los estudios de casos de los pases que se les encarg revisar. Ellos reflejan: las perspectivas propias de cada uno; su vasta trayectoria profesio-nal y acadmica; y los juicios de valor que emiten. Se espera que las polmicas que se deriven de sus afirmaciones, que sern muchas, permitan avanzar en la comprensin de un fenmeno complejo y que se encuentra en pleno desarrollo.

    El conjunto de estos trabajos fueron presentados y discutidos en noviembre de 2011 en un seminario que se realiz en Santiago en el que participaron un centenar de personas, entre autoridades gu-bernamentales (ministros, viceministros y autori-dades de los Ministerios de Agricultura e e insti-tuciones de tierra), representantes de la sociedad civil, expertos internacionales, acadmicos y repre-sentantes de agencias de cooperacin internacio-nal, adems de expertos de la FAO de Roma y de la Oficina Regional de la FAO para Amrica Latina y el Caribe. En este evento, se analizaron los resultados de los cuatro trabajos ya sealados.

    El objetivo del seminario fue facilitar un dilogo de polticas pblicas en torno a las dinmicas de la tierra en Amrica Latina y el Caribe, que contri-buyeran a precisar una agenda de trabajo futura para la asistencia tcnica de la Oficina Regional de la FAO y como insumo para que los propios pases formulen sus polticas pblicas.

    En el ltimo tiempo, se ha rediscutido el alcance que tiene el concepto de acaparamiento de tie-rras y se han revisado otros temas que requieren un debate ms profundo. El concepto debera incluir las operaciones comerciales de tierras en torno a la produccin y venta de alimentos y de otros productos, y debera abrirse hacia los actores econmicos nacionales y transnacionales de dis-tintos sectores empresariales ligados al petrleo y

    la industria automotriz, la minera y las actividades forestales, la alimentacin, la qumica y la bioener-ga, entre otros, los cuales estn adquiriendo o han declarado sus intenciones de adquirir vastas extensiones de tierra para construir, mantener o ampliar sus industrias extractivas y agroindustriales a gran escala.

    Este concepto ms amplio se libera del anlisis centrado en la crisis alimentaria, el cual es dema-siado estrecho y problemtico ya que suele con-centrarse en exceso y en parte equivocadamen-te en la crisis alimentaria de 2007-2008. Tambin supera el anlisis centrado en los Estados-Nacin el cual halla su fundamento en el actuar que han tenido las naciones del Golfo Prsico, China y Corea del Sur. Adems el anlisis constat que la dinmi-ca del mercado de la tierra en Amrica Latina y el Caribe es mayor que en otras regiones del mundo.

    En resumen, un concepto que comenz referido a una realidad restringida, considerando solo al-gunos tipos de actores (un gobierno extranjero al menos) y un tipo de producto (alimentos bsicos) se ha ampliado hacia otros actores y productos.

    A continuacin se adelantan algunas considera-ciones sobre (i) la importancia de estos fenme-nos en la regin; (ii) la necesidad de avanzar en su base conceptual; (iii) algunas vas y tendencias que marcan su desarrollo; (iv) factores que estimulan y que limitan la concentracin; y (v) algunas dimen-siones que son afectadas por los fenmenos de concentracin y extranjerizacin de la tierra.

    1. Los estudios demuestran que la concentracin y extranjerizacin son fenmenos importantes en la regin. Sin embargo, los resultados de los estudios solamente pueden ser una primera aproximacin a la dimensin de estos fenmenos, debido a la falta de datos catastrales actualizados en la mayo-ra de los pases de la regin.

    Para evaluar la importancia de los fenmenos de concentracin y extranjerizacin no es sufi-ciente comparar la superficie concentrada con la

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    superficie agrcola a nivel del pas, o la superficie total. Se debera utilizar un sistema de valores por tierra para comparar superficies de diferente ca-lidad, por ejemplo en funcin de la fertilidad del suelo y del acceso al agua. En muchos pases de la regin se pueden observar concentraciones en zonas con terrenos de alta calidad, lo que no deja de ser un factor importante a considerar.

    2. El concepto de acaparamiento de tierras debe ser ajustado a la realidad en Amrica Latina. En algunos pases de la regin hay una fuerte pre-sencia de empresarios y empresas latinoameri-canas que invierten en tierras en pases dentro de la misma regin. Estos empresarios cuentan con respaldo de sus respectivas embajadas en los pases. Ejemplos para este tipo de situacio-nes son la presencia de empresarios brasileos en Bolivia, Colombia y el Paraguay. Esta regio-nalizacin del mercado de tierra debe ser refle-jada como una categora bajo el concepto de extranjerizacin.

    Algunas de estas situaciones se pueden calificar como acaparamiento de tierras, aunque el Estado no est directamente involucrado y la finalidad no es la produccin de alimentos bsicos.

    3. Vas y tendencias de concentracin y extranjeri-zacin La concentracin se hace particularmente evidente en los rubros de exportacin, siendo los principales: soja y granos (trigo); biocombustibles (caa de azcar); productos de exportacin tradi-cionales (azcar, caf, frutos tropicales); productos de exportacin no tradicionales (frutas frescas, ver-duras, etc.); y productos forestales (materia prima para produccin de madera y celulosa).

    Por su parte los cultivos tradicionales que sustentan la base alimenticia de la poblacin rural son mayor-mente producidos por pequeos agricultores.

    Adems de la concentracin de tierras se obser-van fuertes procesos de integracin en las cade-nas de valor. Los sistemas integrados incluyen el control de insumos, la produccin, distribucin y

    venta del producto, y tienen implicancias positi-vas para las empresas en cuanto al control y apro-vechamiento de sus conocimientos acerca de la cadena, las economas de escala, la seguridad en el suministro de insumos y las posibilidad de com-portamientos monoplicos.

    En muchos casos, la concentracin no est ligada a la concentracin de la tenencia de la tierra, sino ms bien al uso de la misma. Si bien en algunos pases se observan grandes transacciones de tierra, en muchos casos la concentracin est ms ligada al uso de tierra que a la transferencia de ttulos. Los productores se convierten en arrenda-tarios de las grandes empresas, o practican agri-cultura de contrato. Ejemplos de este fenmeno son los pools de maquinaria en la Argentina y la produccin pecuaria en el Brasil. Otro caso no-table es Mxico, donde existen fuertes restriccio-nes para el mercado de tierras. Sin embargo, hay una concentracin importante en algunos rubros, como fruta o caf, dominados por pocas empresas de capitales extranjeras.

    Otra va de concentracin es la compra de grandes extensiones de tierra con fines de conservacin de ecosistemas por parte de empresarios, lo que se observa mayormente en la Argentina y Chile.

    Las inversiones en proyectos tursticos tambin juegan un papel creciente en el mercado de tierra, principalmente en las zonas costeras de los pases de Centroamrica y el Caribe.

    4. Factores que estimulan la concentracin y ex-tranjerizacin de tierras. Entre los factores que estimulan los fenmenos de la concentracin y extranjerizacin en los pases se destacan: una creciente demanda en los rubros que se prestan para concentracin: fibra, alimentos de exporta-cin, agrocombustibles; cambios tecnolgicos y organizacionales que permiten una produccin a gran escala y necesitan importantes inversiones en infraestructura para ser rentables; la inseguri-dad de los mercados financieros que estimula in-versiones en tierras; la disponibilidad de capitales

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    especulativos; los acuerdos multilaterales que fortalecen la integracin al nivel regional (por ejemplo. La Unin de Naciones Suramericanas UNASUR y la Iniciativa para la Integracin de la Infraestructura Regional Suramericana IIRSA); los tratados de libre comercio con la Unin Europea (UE) y los Estados Unidos de Amrica, que facilitan el acceso a mercados internacionales; las polticas pblicas que promueven la inversin y la compra de tierras por parte de extranjeros; una dbil regu-lacin del mercado de la tierra y la falta de ttulos seguros de los usuarios. Todos estos son factores que facilitan los procesos de concentracin.

    Entre los factores que desestimulan la concentra-cin de tierras, figuran los siguientes: baja seguri-dad jurdica para la compra de tierra en muchos pases de la regin; condiciones polticas inesta-bles; demandas indgenas para territorios con res-paldo de organismos internacionales.

    5. Problemas asociados con los fenmenos de concentracin y extranjerizacin en la regin. Hay un creciente consenso de que los fenmenos de concentracin y extranjerizacin de la tierra gene-ran problemas en los pases de la regin en varias dimensiones: en lo poltico, econmico, ambiental y social.

    Dimensin poltica: la concentracin de tierras en manos de grandes empresas otorga un poder po-ltico importante a los dueos de estas empresas. Esto dificulta los procesos democrticos, ya que se consolidan espacios de poder paralelos a la es-tructura estatal. Este problema se manifiesta en articulaciones en algunos casos violentas por parte de los sectores sociales, que luchan contra la prdida de poder de la poblacin.

    Otro aspecto de la dimensin poltica de este fe-nmeno es que los pases pueden verse afecta-dos en su soberana sobre el territorio debido a la extranjerizacin.

    Dimensin econmica: la concentracin de tie-rras permite a las empresas aplicar paquetes

    tecnolgicos y organizacionales que resultan en mayores rentas y, por lo tanto apoyan al creci-miento econmico.

    Los fenmenos de concentracin y extranjeriza-cin de tierras tienen una incidencia en las condi-ciones econmicas de los pequeos productores que se convierten en arrendatarios y/o trabajado-res asalariados. En la medida que la concentracin de los procesos de produccin crece, aumenta la dependencia de la poblacin rural de las empre-sas que controlan estos procesos. Se observa que las mayores rentas de las empresas estn absor-bidas por las empresas y no se transfieren a la po-blacin local. En muchos pases de la regin, este fenmeno conlleva una creciente desigualdad en la distribucin de los ingresos, y las condiciones de la poblacin en zonas de alta concentracin se vuelven ms precarias. Adems, la creciente meca-nizacin de los procesos productivos en muchos casos limita la oferta de mano de obra. Sin una re-gulacin efectiva de las condiciones de trabajo de los trabajadores asalariados, la concentracin de tierras puede aumentar la pobreza de la poblacin a pesar de las mayores rentas obtenidas.

    En el caso de concentraciones con fines de conser-vacin, existe la posibilidad de capturar los servi-cios ambientales generados, por ejemplo, a travs de los bonos de carbono. Este potencial todava no est siendo aprovechado en los pases de la regin.

    Dimensin ambiental: en muchos casos, la con-centracin de tierra con fines productivos con-lleva un uso intensivo del suelo y del agua. Los inversionistas generalmente estn orientados a producir una renta en el corto plazo sin conside-rar las externalidades ambientales como la pr-dida del suelo, la contaminacin por pesticidas y la sobreexplotacin de los recursos hdricos. En algunos pases se puede observar una creciente competencia por el agua en zonas con alta con-centracin de produccin agrcola.

    En la ausencia de un marco regulador ambiental en los pases, en conjunto con el creciente poder

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    poltico de las empresas que controlan el uso de la tierra, esta visin cortoplacista puede provocar un uso no sustentable de los recursos naturales.

    Dimensin social: para la poblacin rural, la tierra posee un valor que va ms all de la funcin pro-ductiva del suelo. La concentracin de tierras pone

    en riesgo los conjuntos sociales de la poblacin rural. Se observan desplazamientos de la poblacin a raz de la creciente concentracin de tierras. En particular, en algunos pases como Chile, el Paraguay y la Argentina, se observan conflictos entre la po-blacin indgena y las empresas que han comprado tierras con fines productivos o de conservacin.

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    Este Captulo se basa en la investigacin empri-ca que fue encomendada por la Organizacin de las Naciones Unidas para la Alimentacin y la Agricultura (FAO) sobre las condiciones y tenden-cias del acaparamiento de tierras en 17 pases de Amrica Latina y el Caribe (vase el Anexo para una lista completa de los estudios, as como el do-cumento sntesis correspondiente; Gmez, 2011). Los 17 estudios se concluyeron a mediados de 2011. El marco analtico comn de los estudios es amplio, pero a la vez focalizado. Por un lado es amplio, porque analiza los procesos generales de las tierras rurales y la concentracin de capital en el contexto de la globalizacin neoliberal. Por el otro es focalizado, porque analiza el fenmeno del

    I. El acaparamiento de tierrasen Amrica Latina y el Caribe:anlisis desde una perspectivainternacional amplia

    1. INTRODUCCIN Y MENSAJES CLAVES

    acaparamiento de tierras basndose estrictamen-te en tres dimensiones especficas, a saber: i) el gran alcance de las adquisiciones de tierra a gran escala; ii) la participacin de los gobiernos extran-jeros en estos tratos sobre tierras; y iii) el impacto negativo de dichas inversiones recientes en tierras sobre la seguridad alimentaria del pas receptor. Es en gran medida debido a este tipo de marco anal-tico que la mayora de los estudios pudieron des-entraar y recopilar gran cantidad de material em-prico relacionado con la dinmica de las tierras en la regin; sin embargo, dado que el enfoque de su anlisis y conclusiones se bas en la definicin y la dimensin angostas del acaparamiento de tierras, la conclusin obtenida fue que el acaparamiento

    Saturnino M. Borras*, Jennifer C. Franco**, Cristobal Kay*** y Max Spoor****

    * Profesor ISS, La Haya, miembro del Instituto Transnacional (TNI) con sede en Amsterdam y de Food First, en California y editor del Journal of Peasant Studies. [email protected]

    ** Investigadora asociada en el Transnacional Institute. [email protected]*** Profesor ISS y profesor visitante en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI)[email protected]**** Profesor emrito en el ISS y editor de Journal of Agrarian Change. [email protected]

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    de tierras se da nicamente en dos pases de la regin: Argentina y Brasil.

    Profundiza en los estudios de cada pas y en la sntesis correspondiente, utilizando para ello una perspectiva amplia para analizar la economa po-ltica de las tierras1. Este enfoque incluye nece-sariamente el anlisis de los Estados-nacin que participan en los tratos transnacionales sobre tie-rras, pero va ms all. Es amplio (incluye los tratos nacionales sobre tierras), pero al mismo tiempo no demasiado abierto. Al analizar las finalidades (y por ende las causas) de la actual fiebre de tie-rras, necesariamente abordaremos someramen-te tanto los cambios recientes en el capitalismo global como sus necesidades imperiosas, y las distintas iniciativas para enfrentar los desafos que representa la confluencia de las crisis alimentaria, energtica, climtica y financiera. Esta estrategia nos permitir navegar en un punto medio entre parmetros demasiado reducidos o demasiado amplios.

    El objetivo consiste en (re)interpretar el material emprico de los 17 estudios de pas a partir del discurso y de la literatura que estn surgiendo en todo el mundo respecto al acaparamiento de tie-rras. Con base en lo anterior, llegaremos a algunas conclusiones tentativas e identificaremos polti-cas potenciales e investigaciones futuras. Adems de utilizar dichas publicaciones internacionales, en nuestro documento tambin reflexionamos respecto a los resultados de los 17 estudios de pas en el contexto de los descubrimientos prin-cipales y las recomendaciones del informe sobre el acaparamiento de tierras dado a conocer por el Panel de Expertos de Alto Nivel (PEAN) del Comit de Seguridad Alimentaria (CSA) de la ONU (Toulmin et al., 2011). Encontraremos puntos de

    1 Utilizamos, sin restricciones, una perspectiva eco-nmico-poltica agraria amplia que aborda cuatro preguntas diferentes pero interrelacionadas: quin es propietario de qu?, quin hace qu?, quin ob-tiene qu? y qu hacen con el producto/la riqueza que se crea? (Bernstein, 2010).

    convergencia y de divergencia entre esto ltimo y las condiciones y tendencias actuales del acapara-miento de tierras en Amrica Latina y el Caribe. Al mismo tiempo, esperamos que los conocimientos obtenidos de la regin nos ayuden a comprender mejor el fenmeno global del acaparamiento de tierras. Es nuestro anhelo que este ensayo sea re-levante para distintos auditorios: los activistas de la sociedad civil, los formuladores de polticas, los actores gubernamentales y los acadmicos.

    Nuestro principal descubrimiento es, en trminos generales, que el acaparamiento de tierras est dndose desigualmente dentro de los pases de Amrica Latina y el Caribe y entre ellos. Las con-diciones y tendencias actuales de los tratos sobre tierras apuntan a que este fenmeno se extender y se volver ms frecuente en el futuro cercano. El acaparamiento de tierras en Amrica Latina y el Caribe evidencia caractersticas distintivas: (i) la importancia de las tierras privadas objeto de tran-saccin, (ii) el papel fundamental que desempe-an las lites nacionales como inversionistas prin-cipales, (iii) la importancia de las empresas (trans)latinoamericanas (ETL) intrarregionales y de las empresas transnacionales (TNC) convenciona-les, (iv) el mnimo alcance de los tratos sobre tie-rras (pblicos o privados) en la regin del Golfo Prsico, China, Corea del Sur y la India, pases que sin embargo se cuentan entre los principales in-versionistas en otras partes del mundo, y (v) el acaparamiento de tierras ocurre en pases que no se consideraran frgiles o dbiles, caractersti-cas que, segn algunos observadores, usualmente son propiciatorias de dicho fenmeno, como es el caso de varias naciones de frica subsahariana. No resulta difcil notar la diferencia en las condiciones polticas que imperan en el Brasil y la Argentina, por un lado, y la Repblica Democrtica del Congo y Sudn por el otro. No obstante, en trminos ge-nerales, el acaparamiento de tierras en la regin subsahariana se da de manera muy similar a como ocurre en otras partes del mundo, principalmente porque todas las regiones se han incorporado a la globalizacin neoliberal durante las ltimas dos o tres dcadas, aunque de diferente manera y con

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    diferente magnitud. Adems, en las distintas re-giones ocurren procesos y transformaciones rela-cionados con la tierra que se deben a los cambios recientes en la triada global alimento-forraje-com-bustible, a la necesidad cada vez mayor de carne, lcteos, madera y minerales en los pases capitalis-tas en desarrollo los BRICS (el Brasil, Rusia, India, China y Sudfrica) y los PIM (pases de ingreso medio) y a las distintas polticas para combatir el cambio climtico como, por ejemplo, los me-canismos de compensacin del carbono y varios superproyectos de conservacin. Por ltimo, la di-nmica del acaparamiento de tierras en la regin concuerda, en general, con los principales hallaz-gos sealados en el informe del Panel de Expertos de Alto Nivel del Comit de Seguridad Alimentaria (CSA) de las Naciones Unidas divulgado en julio de 2011. La luz que se arroje sobre dicha dinmica permitir profundizar y fortalecer el reporte.

    Puntos principales de nuestros resultados:

    1. La magnitud del acaparamiento de tierras en Amrica Latina y el Caribe, en cuanto al nmero de pases y la superficie acaparada, es mayor de lo que se supona anteriormente. Sin embargo, en este momento, resulta impo-sible cuantificar claramente cuntas hectreas y familias han resultado afectadas. Se llega a esta conclusin utilizando un enfoque anal-tico que es ms amplio que la definicin es-tricta y limitada que utiliz la FAO en los 17 casos de pas (la cual se basa en la adquisicin masiva de tierras por parte de gobiernos ex-tranjeros y la subsecuente inseguridad alimen-taria en el pas anfitrin. Esta misma conclu-sin es la que resulta de analizar otros casos regionales (frica, Asia y la Eurasia ex soviti-ca) cuando la definicin y el marco de anlisis del acaparamiento de tierras se centran en la orientacin y naturaleza poltico-econmica de los tratos sobre tierras, en vez de adoptar una perspectiva transnacional centrada en los Estados-nacin. Comentaremos nuestro enfo-que alternativo respecto a la definicin que se proporciona ms adelante.

    2. El acaparamiento de tierras ocurre en diferen-tes regmenes de derechos de propiedad sobre la tierra (privada, estatal, comunal), condiciones agroecolgicas y ubicaciones espaciales (desde tierras agrcolas de primera objeto de explota-cin, hasta tierras en zona fronteriza, pasando por zonas periurbanas y tierras rurales remotas) y se lleva a cabo mediante distintos mecanismos de obtencin (compra, arrendamiento, agricul-tura por contrato, captura de la cadena de valor). En trminos de una comparacin internacional, no es una cuestin excluyente (es decir, las tie-rras objeto de transaccin son privadas o son Estatales), sino es ms bien cuestin de grados dentro de estas categoras observadas en la ten-dencia general. En este contexto, la transaccin de tierras privadas es probablemente mayor en Amrica Latina y el Caribe en comparacin con otras regiones del mundo, donde hay ms concentracin en la categora general de tierras Estatales (o pblicas). Sin embargo, en trmi-nos generales y sobre todo en trminos de la superficie involucrada, ciertamente abundan los regmenes de propiedad de la tierra que no estn total ni formalmente privatizados, como es el caso de las tierras en zona de frontera (con frecuencia propiedad de pueblos indgenas) que reclama el gobierno nacional.

    3. La nacionalidad formal de los acaparadores de tierras es variada y, en ocasiones, incierta o di-fcil de determinar. En este contexto, hay cuatro tipos de acaparadores de tierras: internaciona-les, (trans)latinoamericanos, nacionales e inde-terminados. En esta ltima categora entran las compaas cuyos inversionistas son predomi-nantemente de una nacionalidad difcil de de-terminar, muchas de las cuales tienen su sede en los parasos fiscales de la regin (esto es, Panam y las Islas Caimn). La dimensin trans-nacional de los tratos sobre tierras es sustancial aunque, en general, los gobiernos extranjeros no participan directamente (hay algunas nego-ciaciones efectuadas a instancias del gobierno, pero son casos especficos que se encuentran en etapa incipiente excepto por los acuerdos

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    efectuados en el Brasil y la Argentina). Por otro lado, las transacciones intrarregionales (transna-cionales) con tierras que involucran a empresas (trans)latinoamericanas tal vez representen el grueso de los tratos sobre tierras en la regin o, por lo menos, son sin duda la tendencia ms evidente a la fecha. Por ltimo, el papel y la participacin de las lites nacionales muchas de ellas vinculadas en mayor o menor grado al capital internacional son un factor de peso e incluso predominante en muchos pases de la regin. En comparacin con otras partes del mundo, la regin difiere de los procesos que se observan en frica, donde los acuerdos trans-nacionales (transregionales) predominan y son lugar comn, pero las circunstancias de Amrica Latina y del Caribe se asemejan ms al caso de Asia sudoriental. Ah, las inversiones intrarregio-nales en tierra por parte de las compaas (trans)asiticas sudorientales son sustanciales e incluso tal vez ms elevadas que las de los inversionistas de otras regiones, al menos por ahora. Pero el papel crucial que desempean las lites nacio-nales en Amrica Latina y el Caribe es similar al observado en todas las dems regiones del mundo: frica, Asia y la Eurasia ex sovitica.

    4. El acaparamiento de tierras ocurre no solo por aspirar a una mayor produccin de alimentos, sobre todo de carne vacuna. Se da dentro de la incipiente trada alimento-forraje-combustible, la cual denominamos flex crops (cultivos co-modn, o sea cultivos que tienen mltiples y/o flexibles usos en la 3-en-1 trada) y tambin en los sectores no alimentarios, especficamente en la produccin forestal industrial y la con-servacin en gran escala. Esta conclusin dista mucho de la opinin generalizada y predo-minante que vincula la actual fiebre de tierras global sobre todo, aunque no exclusivamente, con el aumento en el precio de los alimentos registrado entre 2007 y 2008. Esta ltima es una interpretacin carente de una visin his-trica. Nuestra conclusin relaciona nuestro anlisis directamente con procesos internacio-nales de economa poltica ms amplios en los

    que intervienen tierras para fines distintos de la produccin de alimento. Este descubrimiento en la regin es similar a lo que se concluye respecto a otras partes del mundo a partir del cmulo creciente de evidencia emprica que, sin excepcin, contradice la explicacin oficial y preponderante de que la crisis alimentaria de 2007-2008 provoc acaparamientos de tierra. Este argumento centrado en la crisis alimenta-ria sin duda presenta dificultades.

    5. En la mayora de los casos, los tratos sobre tie-rras en la regin no han tenido repercusiones negativas, sustanciales e inmediatas en la segu-ridad alimentaria del pas anfitrin. Admitimos, sin embargo, ciertas excepciones, casos locales donde el desplazamiento evidente de comuni-dades ocasiona la interrupcin de la produccin, el abastecimiento y el acceso al alimento, como en el caso de Colombia. Una razn de esto es que los tratos sobre tierras a gran escala se han dado ms frecuentemente fuera del sector ali-mentario bsico, el cual permanece en manos de pequeos propietarios. Otra razn es que se estaban abriendo grandes explotaciones y plantaciones comerciales as como centros de conservacin en tierras en zona de frontera, que suelen encontrarse escasamente pobladas. Esta circunstancia pudiera asemejarse a la tenden-cia general observada en Asia sudoriental y la Eurasia ex sovitica (en sta, hay tierras frtiles abandonadas). Sin embargo, dicha situacin puede ser totalmente diferente a lo que presen-ciamos en algunas partes de frica, donde las comunidades locales son desplazadas o reubi-cadas, se interrumpe el medio de sustento y se destruye la produccin de alimentos de subsis-tencia. A pesar de estos casos, en general resulta difcil establecer una relacin directa entre los tratos sobre tierras a gran escala y la inseguri-dad alimentaria en Amrica Latina y el Caribe, o por lo menos no es fcil detectar su impacto inmediato.

    6. El acaparamiento de tierras en la regin ocurre en pases que no cuadran con el perfil usual

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    de un Estado frgil o dbil. Las respectivas condiciones polticas del Brasil y la Argentina, los dos pases donde ocurre ms acaparamien-to de tierras en la regin, son notablemente diferentes. Y lo mismo puede decirse de otros pases, como Chile y Uruguay. La generalidad que se observa, al menos a partir de todos los estudios de pas de FAO, es que la naturaleza manipuladora, no transparente, turbia y co-rrupta de los tratos sobre tierras no es motivo de preocupacin para los pases estudiados en la regin, a diferencia de lo que observamos en otros pases de frica, la Eurasia ex sovi-tica o Asia sudoriental (vase, por ejemplo, Vermeulen y Cotula, 2010). Esta situacin con-trasta con el discurso predominante respecto al acaparamiento de tierras, el cual supone podra decirse que errneamente que los tratos sobre tierras problemticos ocurren en pases cuya estructura de gobernanza es dbil o frgil. La recomendacin de una pol-tica general para dotar a los tratos sobre tierras de ms transparencia y rendicin de cuentas es la opcin lgica para abordar este tipo de supuesto fundamental respecto al problema. Sin embargo, este supuesto est siendo dispu-tado en trminos generales y las revelaciones empricas del estudio regional en curso ofre-cen pruebas que apuntan a una refutacin del supuesto que seala que el acaparamiento de tierras no sera problema si fuera transparente.

    7. No hay consenso dentro del Estado y de la so-ciedad respecto a estos tratos sobre tierras; el acaparamiento es puesto en tela de juicio en el contexto de la interaccin Estado-sociedad, que incluye el mbito ecolgico y los asuntos de los pueblos indgenas. El papel del Estado como facilitador de los tratos sobre tierras es, casi siempre, fundamental para el proceso. Esto es evidente en cinco funciones diferentes aunque relacionadas para facilitar los tratos sobre tierras que slo el Estado puede desempear. Todos los Estados estn aplicando iniciativas polticas y ad-ministrativas sistemticas en torno al concepto de tierras marginales disponibles: (i) creacin/

    justificacin; (ii) definicin, reclasificacin, cuan-tificacin; (iii) identificacin; (iv) adquisicin/apropiacin; y (v) reasignacin/utilizacin de dichas tierras para transformarlas de recursos es-casos controlados legalmente por el gobierno nacional en contrapartidas para nuevas inversio-nes a gran escala en tierras. ste es el mismo papel del Estado en el acaparamiento de tie-rras que observamos en otras regiones de Asia, frica y la Eurasia ex sovitica. Por otro lado, en muchos pases hay resistencia desde abajo, ya sea organizada/estructurada o de otro tipo, pero es ms bien escasa, dbil y dispar. Ms o menos ocurre la misma situacin fuera de la regin, pero sobre todo en la Eurasia ex sovitica. Las divisiones sociales potenciales y reales (clase, gnero, etnia e ideologa, entre otras) son la ca-racterstica distintiva de las estructuras agrarias existentes y de los espacios institucionales entre Estado y sociedad, y al interior de ambos, y se manifiestan e influyen parcialmente en la natu-raleza de las polticas del Estado y la sociedad relativas a los tratos sobre tierras.

    8. El cambio en el uso de la tierra ha sido mul-tidireccional: En el sector alimentario, por ejemplo, la tierra dej de utilizarse para cul-tivar alimentos y empez a utilizarse para fo-rraje o combustible; en las tierras que no se dedicaban a la agricultura ni a la silvicultura y se empez a cultivar alimento, forraje y com-bustible para exportacin; los bosques natura-les se convirtieron en explotaciones forestales industriales. Esta variedad de usos que se da a la tierra, tambin se observa en otras regiones, como frica, Asia y la Eurasia ex sovitica.

    9. En algunos casos, los acuerdos de tierras a gran escala en Amrica Latina y el Caribe han ocasionado una desposesin mediante el desplazamiento de la poblacin rural pobre. Pero, en trminos generales, estos acuerdos no han ocasionado desposesiones masivas, o por lo menos no de las dimensiones que hemos visto en muchos lugares de frica y en algunas partes de Asia. (Otra vez, por cierto, podemos

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    observar situaciones conflictivas donde ha ocurrido la expulsin de la poblacin de sus tierras, muy especialmente en Colombia). En muchas ocasiones, los tratos sobre tierras dieron por resultado una incorporacin per-judicial o no del pequeo propietario y agri-cultor a los nuevos enclaves agropecuarios comerciales. Estos resultados variopintos en trminos de incorporacin (perjudicial o no) son similares a lo que observamos en los ne-gocios con tierras que estn surgiendo en Asia y frica.

    10. El resultado de los acaparamientos de tierras que ha sido objetado se caracteriza por pol-ticas agrarias no redistributivas que ocasionan una (re)concentracin de tierras y un esquema de produccin que no garantiza el alimento ni protege a la naturaleza. Para que las inver-siones en tierras sean social y ambientalmente deseables, deben tener por fundamento o re-sultado tanto polticas agrarias (re)distributivas como esquemas de produccin que garanti-cen el alimento y protejan a la naturaleza. Sin embargo, este escenario ideal es ms la excep-cin que la regla en el contexto de Amrica Latina y el Caribe, y se asemeja a gran parte de lo que ocurre en frica, Asia y la Eurasia ex so-vitica. La pregunta emprica es: exactamente dnde se ubican Amrica Latina y el Caribe entre estos dos polos?

    11. Los contextos, los actores, las condiciones y las consecuencias de esta nueva fiebre de tierras en la regin requiere tipos de accin pblica nuevos y ya vistos si se desea lograr el esce-nario ideal: polticas agrarias (re)distributivas en combinacin con inversiones en tierras productivas que garanticen los alimentos y protejan la naturaleza. Las polticas sobre tie-rras convencionales, como la reforma agraria, han cobrado ms relevancia y urgencia en el contexto actual pero, intrnsecamente, son li-mitadas. Se necesita un concepto amplio que sea apropiado al contexto contemporneo. El resultado final tiene que ser garantizar el de-recho de la clase trabajadora y de los pueblos

    indgenas a gozar de acceso real a las tierras, y a controlarlas, utilizarlas y vivir de ellas por ser su recurso y su territorio. Ello requiere no ni-camente una intervencin basada en el mer-cado, sino una firme intervencin interactiva Estado-sociedad, que incluya la participacin de los movimientos de la sociedad civil y la justicia ambiental y agraria a nivel local, nacio-nal y transnacional. Esta observacin es igual-mente aplicable a otras regiones de Asia, frica y la Eurasia ex sovitica.

    Sntesis de los estudios de FAO sobre acaparamiento de tierras en Amrica Latina y el Caribe

    Resulta til resumir los aspectos sobresalientes de los principales hallazgos y resultados de los 17 es-tudios de pas que se basaron en el marco original que utiliz la FAO para la investigacin. Cabe se-alar que el acaparamiento y la concentracin de tierras que se observa actualmente en la regin ocurren contra el trasfondo de la corriente neoli-beralista que se ha extendido por Amrica Latina y el Caribe. Este movimiento ha transformado al sector agrcola en cierta medida, y a las socieda-des (agrarias) en lo general (Gwynne y Kay, 2004), pero no siempre conforme a lo planeado o lo es-perado2. Pero no ahondaremos en el debate sobre

    2 El argumento traer de vuelta al Estado en el con-texto de la transformacin agraria en Amrica Latina y el Caribe ha sido muy debatido en ltimas fechas. Entre los estudios relevantes para la regin est el de Spoor (2002), quien muestra que el crecimiento del sector agrcola en 10 de los pases agrcolas ms importantes de Amrica Latina y el Caribe durante el periodo de intervencionismo del Estado en los aos sesenta y setenta fue mayor y ms slido que duran-te los neoliberales ochenta y noventa. Adems, no se encontr evidencia alguna de la supuesta dcada perdida de los ochenta, por lo menos en lo que concierne al sector agrcola. ste en realidad se be-nefici de la sustancial inversin pblica realizada con anterioridad. Por ltimo, despus del ajuste es-tructural efectuado de manera generalizada aunque en momentos diferentes, ni la recuperacin rpida ni las altas tasas de crecimiento esperadas en el sector agrcola se materializaron.

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    Cuadro N 1.Inversin en tierras, acaparamiento de tierras y seguridad alimentaria en los pases seleccionados

    Inversin (extranjera) sustancialreciente en tierras

    Evidencia de acaparamiento detierras por parte de extranjeros

    Impacto negativo de la inversin sobre la seguridad alimentaria del pas receptor

    Elevada Regular Poca a ninguna S No S No

    ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaEcuadorParaguayPerUruguayMxicoNicaraguaRepblica Dominicana Guyana

    Costa RicaGuatemalaPanam

    Trinidad yTobago

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    BoliviaChileColombiaEcuadorParaguayPerUruguayMxico, peroCosta RicaGuatemalaNicaraguaPanamRepblica DominicanaGuyanaTrinidad y Tobago

    ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaEcuadorParaguayPerUruguayMxicoCosta RicaGuatemalaNicaraguaPanamRepblica DominicanaGuyanaTrinidad y Tobago

    FUENTE: 17 estudios de pas de FAO (vase el Anexo) y documento sntesis (Gmez, 2011). Reformateado a partir de Gmez, 2011.

    Cuadro N 2.Concentracin de tierras y capital por pas y por sector

    Pas Sectores donde se ha dado una concentracin sustancial de tierras y capital recientemente

    Argentina Soya, trigo, ganado, caa de azcar, tabaco, fruta, conservacin

    Bolivia Soya, ganado, silvicultura

    Brasil Soya, caa de azcar, aves de corral, ganado, fruta, silvicultura

    Chile Fruta, lcteos, vinos, semillas, aves de corral, conservacin

    Colombia Palma aceitera, remolacha, caa de azcar, soya, arroz, maz, silvicultura

    Ecuador Pltano, caa de azcar, palma aceitera, silvicultura

    Paraguay Soya, maz, trigo, ganado

    Per Frutas, verduras, caa de azcar, palma aceitera

    Uruguay Soya, lcteos, trigo, arroz, ganado, silvicultura

    Mxico Cadena de valor del maz, caa de azcar, fruta, flores, caf, cebada, tequila

    Costa Rica Pltano, pia, palma aceitera

    Guatemala Caa de azcar, palma aceitera, silvicultura

    Nicaragua Ganado, arroz, palma aceitera, caa de azcar, ctricos, turismo, silvicultura

    Panam Pltano, caf, arroz, palma aceitera

    Repblica Dominicana Caa de azcar, pltano, fruta, verdura

    Guyana Caa de azcar, ganado, arroz, pia, silvicultura

    Trinidad y Tobago Caa de azcar, cacao, fruta

    FUENTE: 17 estudios de pas de FAO (vase el Anexo) y documento sntesis (Gmez, 2011). Reformateado a partir de Gmez, 2011.

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    la globalizacin del neoliberalismo y el sector agrcola de la regin. En mayor o menor grado, los 17 ensayos trataron el tema, y el documen-to sntesis (Gmez, 2011) tambin resalta algunos elementos importantes de esta transformacin. Nuestra tarea inmediata es analizar la cuestin del acaparamiento de tierras. Para ello, presentamos los Cuadros1 y 2.

    A partir del Cuadro1 se puede inferir lo siguiente. En primer lugar, en toda Amrica Latina y el Caribe se ha disparado la inversin (extranjera) en la tierra y la agricultura durante la ltima dcada. La can-tidad de inversin es elevada en casi todos los 17 pases; solo en 3 es regular (Costa Rica, Guatemala y Panam) y solo en 1 es poca o ninguna (Trinidad y Tobago). A pesar de esta disparidad entre un pas y otro, y al interior de ellos, el dinamismo de la inversin en la tierra y la agricultura es en gran medida un fenmeno que se extiende por toda la regin. En segundo lugar, la definicin de acapa-ramiento de tierras como un proceso que implica a algn gobierno extranjero solo resulta aplicable a dos pases: la Argentina y el Brasil. Por ltimo, en ninguno de los 17 pases estudiados se dio el caso de que el repunte de las inversiones en la tierra y la agricultura menoscabara la seguridad alimentaria.

    Asimismo, del Cuadro 2 se puede inferir lo ex-puesto a continuacin. La concentracin tiende a ocurrir en la tierra y/o la agricultura de distintas maneras: desde acaparamientos de tierras hasta acaparamientos de materias primas (captura de bienes y ganancias en la cadena de valor), pa-sando por acaparamientos ecologistas (acapara-miento de tierras en nombre del medio ambien-te; vase Fairhead, Leach y Scoones, en prensa, 2012). Por otro lado, esta concentracin se da en varios sectores alimentarios y no alimentarios, pero destaca el repunte en los relacionados con una mayor produccin de cultivos comodn (pro-ductos agrcolas que pueden utilizarse como ali-mento humano y animal y como biocombustible, y a los cuales es posible cambiar de manera flexi-ble, como la soya, la palma aceitera y la caa de

    azcar) y la adquisicin de tierras vinculada a la expansin de las explotaciones forestales indus-triales y los grandes proyectos de conservacin.

    Las inferencias antes sealadas son algunos de los muchos puntos sobresalientes de los estudios realizados en los 17 pases. Bastarn como punto de partida para lo que discutiremos en el resto de este documento, donde evaluaremos el mate-rial emprico de los 17 estudios y lo retomaremos desde una perspectiva analtica e internacional ms amplia. No entraremos en los detalles de los informes porque existe un excelente documento sntesis en espaol (Gmez, 2011).

    2. ALCANCE, SUPUESTOS Y CONTEXTO

    Como ya sealamos, la definicin de acapara-miento de tierras que utiliz FAO en los 17 estu-dios est cimentada en tres dimensiones interre-lacionadas: a) la compra de tierras a gran escala, b) la participacin de gobiernos extranjeros y c)el impacto negativo sobre la seguridad alimen-taria del pas anfitrin. Estas dimensiones se en-cuentran entre los aspectos ms problemticos y controvertidos de la fiebre de tierras actual. Pero definir el fenmeno de esta manera implica dejar de lado ciertos aspectos importantes respecto a la naturaleza y la dinmica del acaparamiento de tierras contemporneo y las posibles rutas del cambio agrario.

    En este ensayo no pretendemos proporcionar una definicin estndar para acaparamiento de tie-rras. El trmino es, per se, problemtico y siem-pre ser refutado, pero es bastante poderoso y es por este poder que seguiremos utilizndolo aqu. Implica poder y relaciones de poder con lo cual es un trmino til y poderoso, aunque controver-tido y dota de contenido poltico e histrico a la actual rebatia mundial por la tierra. Seguiremos utilizando el trmino acaparamiento de tierras en ausencia de un trmino ms adecuado. Evitaremos sustituirlo con trminos despolitizados como ad-quisicin de tierras a gran escala o inversin en tierras a gran escala, aunque utilizaremos estos

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    trminos ocasionalmente para hacer referencia a las transacciones con tierras en general. En otras ocasiones, utilizaremos el trmino tratos sobre tierras.

    Caractersticas definitorias ms que una de-finicin estricta. Para nuestro propsito, resulta ms til trazar un conjunto de caractersticas de-finitorias de los tratos sobre tierras para diferen-ciar las transacciones cotidianas y regulares en el mercado de la tierra de lo que se denomina ms ampliamente acaparamiento de tierras. En nues-tra opinin, son 10 las caractersticas que definen al acaparamiento de tierras: (i) implica adquisicio-nes relativamente grandes mediante compra o arrendamiento, y mediante distintos arreglos ins-titucionales que incluyen agricultura por contrato, contratos con supermercados y para la conserva-cin forestal, entre otros; (ii) involucra tierras en condiciones agroecolgicas muy diversas (desde llanuras productivas hasta zonas rurales foresta-les) y en distintas ubicaciones espaciales (desde zonas rurales remotas hasta corredores periurba-nos); (iii) comprende tierras privadas, comunales o Estatales; (iv) tiene por objeto y/o resultado la extraccin en mayor o menor grado de tierra y otros recursos intrnsecos como el agua y la ve-getacin directamente o no (es decir, capturar el producto y las ganancias mediante la cadena de valor) mediante la produccin de alimentos y bienes no alimentarios para la venta y el consu-mo interno o para su exportacin; (v) se realiza de manera legal o ilcita, transparente o no, con corruptelas o sin ellas; (vi) involucra a inversionis-tas diversos: personas naturales o corporativas, privadas o pblicas, o grupos de inversin pbli-co-privados de origen nacional o extranjero; (vii) ocasiona o no el menoscabo de la seguridad ali-mentaria local/nacional, el desplazamiento y des-posesin de quienes solan ocupar los territorios adquiridos, la incorporacin (perjudicial o no) de los ocupantes anteriores de las tierras adquiridas y/o los habitantes de zonas aledaas, y la destruc-cin del ambiente; lo primordial es el desplaza-miento del control de la tierra y otros recursos aso-ciados tales como el agua; (viii) puede atribuirse

    en mayor o menor grado, cuando se trata de grandes transacciones comerciales, al cambio re-ciente en la naturaleza y la dinmica del desarro-llo capitalista global en general, a la nueva trada alimento-forraje-combustible, a las modificaciones realizadas a las polticas globales sobre cambio cli-mtico el uso de biocombustibles y las iniciati-vas conservacionistas de gran envergadura y a la reciente crisis financiera que ocasion que las compaas financieras empezaran a considerar la inversin en tierras como una inversin alternativa ms segura; (ix) geopolticamente, puede vincu-larse a la repercusin generalizada (directa e indi-recta) del avance de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudfrica) y, en cierto grado, de algunos PIM (pases con ingreso medio) hacia un rgimen alimentario-energtico global ms policntrico; y (x) es un suceso reciente, desde un punto de vista cronolgico, que ha ocurrido sobre todo en la ltima dcada aproximadamente.

    Este conjunto de calificadores no exime las clasifi-caciones confusas de los tratos sobre tierras, pero resulta til para marcar un lmite principalmente con respecto a las transacciones regulares en el mercado de la tierra que ocurrieron antes del pe-riodo reciente y el contexto que estamos anali-zando. Adems, nos liberan del anlisis demasia-do estrecho y problemtico centrado en la crisis alimentaria que suele concentrarse en exceso y en parte equivocadamente en la crisis alimenta-ria de 2007-2008, y del anlisis centrado en los Estados-nacin que suele concentrarse demasia-do en las naciones del Golfo Prsico, China y Corea del Sur. En la literatura sobre acaparamiento de tierras es comn que se utilicen, ms bien a la ligera, estos dos marcos amplios.

    Uno de los supuestos fundamentales en la narra-tiva mundial sobre el acaparamiento de tierras es que la solucin de las crisis convergentes de alimentos, clima, energticos y finanzas radica en la existencia de reservas de tierras agrcolas en todo el mundo, tierras marginales, desocupadas, subutilizadas y disponibles (Borras y Franco, 2010a y 2010b). Se da por supuesto que al tomar esas

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    Cuadro N 3.Superficie total, forestal, cultivada y no forestal ni protegida adecuada para la agricultura, por regin y pases seleccionados

    Superficie Superficie Superficie No cultivada ni protegida, adecuada

    total forestal CultivadaBosque

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    tierras para resolver las crisis y promover la acumu-lacin de capital (a) no se desplazar a una gran cantidad de personas dada la mnima o nula po-blacin en esos espacios; (b) implicar una adqui-sicin sencilla dado que la mayora son propiedad del Estado; y (c) dar por resultado un beneficio para las sociedades dado que las tierras margina-les se convertirn en recursos productivos y ge-nerarn medios de subsistencia y empleos en las comunidades locales. Dependiendo de la combi-nacin de factores considerados, se estima que la reserva de tierras en el mundo es, por lo menos, de 445 millones de ha (vanse las ltimas cuatro columnas de la derecha en el Cuadro3; Deininger, 2011).

    Ah, Deininger (2011) busca un tipo especfico de tierra marginal disponible (vase la tercera colum-na de la derecha) y la identifica y cuantifica de la siguiente manera:

    Utilizando el punto lmite de 25 personas por km2,

    los siete pases con la mayor cantidad de tierra

    adecuada para el cultivo pero no cultivada (Sudn,

    Brasil, Australia, Rusia, Argentina, Mozambique y

    Repblica Democrtica del Congo, en ese orden)

    representan 224 millones de ha, es decir, ms de la

    mitad de las tierras disponibles en el mundo. Treinta

    y dos pases con ms de 3 millones de ha cada uno

    representan ms del 90 por ciento de la tierra dis-

    ponible. De estos, 16 se encuentran en frica, 8 en

    Superficie Superficie Superficie No cultivada ni protegida, adecuada

    total forestal CultivadaBosque

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    Amrica Latina, 3 en Europa oriental y Asia central, y

    5 en el resto del mundo.

    En este supuesto hay por lo menos tres aspectos debatibles. Primero est la presuncin y definicin de tierra marginal, subutilizada y despoblada o poco poblada. El territorio de los pueblos indge-nas y grupos dedicados al pastoreo suele enca-bezar esta definicin que frecuentemente se basa en las ideas econmicas de moda sobre los fac-tores de produccin y la eficiencia econmica en la asignacin y utilizacin recursos, y que no mira las dimensiones sociales, culturales y polticas de las tierras3. La idea de que existe una medida inter-nacional estndar del uso eficiente de la tierra es inherentemente problemtica, pues cada pueblo conceptualiza la tierra y su uso de modo diferen-te: por ejemplo, un granjero que siembra maz en el Medio Oeste de Estados Unidos tiene una idea diferente de la tierra y su uso, que los nmadas mozambiqueos dedicados al pastoreo. Esta cr-tica es aplicable al concepto de brecha de pro-duccin con el que se justifica la toma de tierras marginales por parte de las compaas. Adems, se fundamenta en un concepto internacional (casi siempre occidental y capitalista) de lo que debe-ra ser la produccin por hectrea de un cultivo o hato de ganado en particular: hipotticamente, 5 toneladas de maz por hectrea en una granja industrial del Medio Oeste de Estados Unidos que est mecanizada y que utiliza combustibles fsiles, es el punto de referencia contra el cual se com-para 1 hectrea de tierra en Etiopa que produce slo 1 tonelada de maz mediante la agricultura de subsistencia convencional; o para el caso, se com-para 1 hectrea de tierra ganadera en la Argentina con 10 hectreas para una cabra en Namibia.

    En segundo lugar est la cartografa de estas tie-rras marginales para identificarlas y cuantificarlas con miras a una apropiacin futura, lo cual se hace

    3 Vase Akram Lodhi, Borras y Kay (2007) para una dis-cusin detallada de la naturaleza puridimensional de la tierra.

    mediante imgenes satelitales que retratan las ca-ractersticas fsicas de tales espacios pero no las re-laciones sociales que ah ocurren. As, esta manera de identificar y cuantificar para una adquisicin y reasignacin de la tierra en el largo plazo conside-ra que la tierra y la propiedad son cosas carentes de una dimensin social (Borras y Franco, 2010c; Nalepa, en prensa, 2012).

    Por ltimo estn las primeras pruebas de varias regiones del mundo que evidencian que, incluso suponiendo que dichas tierras marginales existen y pueden tomarse4, a los inversionistas les inte-resan las tierras que no encajan en el perfil mar-ginales, no utilizadas/subutilizadas, despobladas. Ms bien, prefieren y compran las tierras que son productivas, que por lo general ya tienen o van a tener sistemas de riego, y que se encuentran cerca de redes carreteras. Las ms de las veces ya hay comunidades locales que cultivan y habitan este tipo de tierras. Para ejemplificar lo anterior tene-mos el caso de las 30 000 ha de caaverales de la compaa Procana en Mozambique, cerca de la presa Massingir, que segn le asegur el gobierno

    4 Por supuesto, hay lugares que disponen de tierras marginales, pero en realidad no son agroecolgi-camente marginales. Se trata, ms bien, de tierras frtiles, como las que se encuentran en la Eurasia central ex sovitica. Estas tierras se encuentran en el abandono, excluidas del proceso de produccin, pero no estn inhabitadas. Visser y Spoor (2011, p.300) argumentan: Conforme a clculos del Banco Mundial, slo el Brasil y Sudn a ttulo individual disponen de tierras potencialmente disponibles por carecer de bosques y cultivos, y por ser ade-cuadas para la produccin de secano. Por supues-to, Rusia tiene mucha ms tierra agrcola frtil con mayor precipitacin que un pas como Sudn y, por lo tanto, el potencial aumento en la produccin es mucho ms elevado. Asimismo, Rusia, Ucrania y Kazajstn sacaron de produccin casi 23 millones de ha de tierra cultivable en los aos noventa. Esta cifra representa la mayor reduccin mundial de la historia reciente (FAO/EBRD, 2008). De esta super-ficie, por lo menos entre 11 y 13 millones de ha representan tierras no marginales que pudieran vol-verse productivas sin mayor preocupacin ambien-tal (2008, p.2).

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    al inversionista, suministrara un flujo de agua constante y suficiente (Borras, Fig y Monsalve, 2011; Woodhouse y Ganho, 2011).

    El discurso sobre tierras marginales disponibles es problemtico cuando se combina con el discur-so sobre la crisis alimentaria de 2007-2008, cuya causa supuestamente es el crecimiento demo-grfico, el aumento en el consumo y el cambio en las preferencias dietticas (ms carne y lcteos conforme prospera la clase media mundial). Con base en el grado de produccin-consumo total y el ritmo de crecimiento demogrfico actuales, se afirma que en 2050 necesitaremos producir el doble de alimentos. La hambruna persistente forma parte tambin de este discurso: mil millones de personas padecen hambre en 2011. La solucin es ms alimentos para acabar con el hambre. De ah la necesidad y la prisa de contar con nuevas tierras que puedan utilizarse para producir ms comida.

    En este supuesto y pronstico hay dos problemas interrelacionados que tienen que ver con la cues-tin de la distribucin del alimento, entendida sta en su sentido socioeconmico y poltico y en su dimensin tcnica. Por otra parte, hay mil mi-llones de personas hambrientas no porque falte alimento sino porque no pueden tener acceso al alimento ni adquirirlo. As estn las cosas por el momento, aunque seguramente cambiarn en cuanto la poblacin crezca y se agote la base de recursos agroecolgicos, pues sin duda necesita-remos aumentar la produccin y la productividad. Por otro lado est el grave problema del gran des-perdicio de alimentos desde que salen del lugar de produccin hasta que llegan a la mesa. El in-forme correspondiente a 2011 elaborado por el PEAN del CSA de la ONU calcula que se desper-dicia 30 por ciento del alimento total producido (Toulmin et al., 2011). Por lo tanto, producir ms alimento no necesariamente significa ms comida para todos.

    Adems, hay evidencia inicial que demuestra que los tratos sobre tierras no siempre tienen por

    objeto producir alimento. El aspecto no alimen-tario de los tratos sobre tierras tiene mucho peso y se da de distintas maneras: los vastos estrechos de tierra para conservacin, los mecanismos para compensar la emisin de carbono (por ejemplo, REDD+) y las explotaciones forestales industriales. Muchos de los cultivos alimentarios convencio-nales ya no siempre y en automtico se utilizan como alimento, pues se han ido incorporando al grupo emergente de cultivos comodn que, en su gran mayora, terminan o podran terminar siendo utilizados como biocombustibles. La propia na-turaleza de los cultivos comodn imposibilita de-terminar exactamente qu cantidad de produc-tos alimentarios (o, de hecho, materias primas) termina usndose como alimento de personas y ganado5 o como biocombustible, lo cual com-plica calcular qu porcentaje de los tratos sobre tierras recientes estn relacionados con la produc-cin de alimento o de otros productos. Algo es seguro: el porcentaje de tratos sobre tierras para la produccin de productos que no son alimento es muy elevado en Amrica Latina y el Caribe, pero tambin en otras partes del mundo. Y esta tendencia contina. Por lo tanto, el anlisis de los actuales acaparamientos de tierras que est cen-trado en la crisis alimentaria es engaoso. Sin em-bargo, no hay duda de que necesitamos aumen-tar el grado de productividad de la produccin agrcola, minimizar el desperdicio de alimentos (en parte, por medio de mejoras a la tecnologa y la infraestructura) y aumentar la superficie de tierra cultivada. Desde un punto de vista histri-co, la superficie de tierra agrcola ha aumentado (vase el Cuadro4).

    5 En este captulo, el alimento de animales se con-sidera producto no alimentario porque su uso in-mediato no es la alimentacin de personas sino de animales. Por supuesto, posteriormente las personas terminan comindose a los animales. Pero no consi-deramos que el pasto sea alimento incluso si se trata del alimento ms comn de las vacas, las cabras y las ovejas.

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    Durante los ltimos 50 aos, la expansin de la tierra agrcola aument notablemente en el mundo al pasar de 1.360 millones de ha en 1961 a 1.500 millones de ha en 2007. Durante este pe-riodo, en Amrica Latina y el Caribe la expansin pas de 103 millones de ha a 168 millones de ha de tierra. La opinin convencional es, casi siempre, que esta expansin no fue suficiente. Se requieren ms tierras de cultivo, amn de una productividad muchsimo mayor, y se necesitan ahora, una con-clusin que implica tanto la extensificacin como la intensificacin agrcola (vase tambin Hecht, 2005), medidas reflejadas en el hecho de que muchas de las inversiones recientes en tierra mun-dialmente y en Amrica Latina y el Caribe se han destinado a grandes plantaciones y explotaciones industriales-comerciales que producen un nico cultivo. Del mnimo de tierras marginales dispo-nibles estimado en 445 millones de ha (vase la tercera columna de la derecha en el Cuadro3), 28 % (123 millones de ha) se encuentran en Amrica Latina y el Caribe. Este contexto es importante para el anlisis ms a fondo del acaparamiento de tierras en la regin que vamos a realizar.

    3. CONDICIN Y TENDENCIAS DEL ACAPARAMIENTO DE TIERRAS EN AMRICA LATINA Y EL CARIBE

    La inversin cuantiosa en tierras se ha disparado du-rante la ltima dcada en la mayora de los pases de la regin. El acaparamiento de tierras, entendido en trminos amplios (conforme a las 10 caractersticas definitorias del trmino) para incluir el capital ex-tranjero y nacional, est ocurriendo en muchos ms pases de Amrica Latina y el Caribe de lo que se pensaba originalmente (vase el Cuadro5 y comp-rese con el Cuadro1). Este fenmeno no slo ocurre en el sector alimentario. El acaparamiento de tierras se presenta en dos sectores amplios: el sector ali-mentario, que a grandes rasgos incluye el conjunto alimento-forraje-combustible caracterizado por los cultivos comodn y el ganado, y el sector no alimen-tario, a saber, la silvicultura forestal, la conservacin a gran escala, los mecanismos de compensacin de carbono como REDD+ y la extraccin de minera-les, entre otras actividades. Si bien el fenmeno no es nuevo en la regin, el contexto, la condicin, la orientacin y la gama de participantes principales

    CuadroN4.Expansin histrica de la tierra y demanda reciente de tierras

    Regin Superficie de tierra cultivada (millones de ha) Cambio anual (%)

    1961 1997 2007 1961-1997 1997-2007

    frica subsahariana 134,6 192,2 218,5 1,60 2,63

    Amrica Latina 102,6 160,9 168,0 1,62 0,71

    Asia oriental y zona del Pacfico 183,9 235,7 262,8 1,44 2,72

    Sudeste asitico 197,9 212,9 213,5 0,41 0,06

    Oceana 34,0 42,8 46,7 0,25 0,38

    Medio Oriente y norte de frica 77,9 91,3 89,0 0,37 0,23

    Europa oriental y Asia central 291,5 263,6 241,7 0,77 2,19

    Europa occidental 99,4 86,8 83,5 0,35 0,32

    Norteamrica 235,3 232,5 225,3 0,08 0,72

    Total mundial 1 357,1 1 518,6 1 549,0 4,49 3,04

    FUENTE: Adaptado de Deininger, 2011.

    Notas: La superficie cultivada es tierra en condiciones de cultivo o con cultivos permanentes. La demanda de tierra en 2009 se refiere a la adquisicin de tierra contemplada o concretada en base a noticias publicadas en los medios de comunicacin.

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    en el acaparamiento de tierras contemporneo son radicalmente distintos en comparacin con episo-dios anteriores. Por una parte, la manera como la regin y cada pas se insertaron en el primer y se-gundo rgimen alimentario, cimentados por los im-perios a ambos lados del Atlntico Norte (en la for-mulacin clsica de Friedmann y McMichael, 1989; vase tambin McMichael, 2009; Pechlaner y Otero, 2008; y Van der Ploeg, 2008), difiere de su incorpo-racin al actual rgimen alimentario-energtico global, el cual aparentemente ostenta una confi-guracin ms policntrica y un flujo de productos alimentarios multidireccional. No obstante, la regin tiene en comn con otras regiones del mundo un contexto, la globalizacin neoliberal (Akram Lodhi y Kay, 2009; Gwynne y Kay, 2004), y distintas direc-trices clave, como la poltica pblica obligatoria del Norte de mezclar los biocombustibles con otros combustibles (Gillon, 2010; Hollander, 2010; Franco et al., 2010) que desencaden especulaciones sobre un mercado de biocombustibles masivo, particular-mente en Europa, y aliment la fiebre del acapara-miento de tierras.

    El alcance de las inversiones sustanciales en tierra realizadas recientemente es ms amplio en

    trminos geogrficos de lo que se supona an-teriormente. Suele citarse al Brasil, la Argentina y el Paraguay como pases donde se han efec-tuado compras de tierras a gran escala en fecha reciente. Sin embargo, las cifras empricas de los estudios de 17 pases de la FAO demuestran que las compras de tierra a gran escala se efectan, en trminos generales, en muchos ms pases. En realidad, slo Trinidad y Tobago entra en la cate-gora de poca o ninguna, mientras que el resto cae en las categoras de regular o elevada, te-niendo esta ltima el mayor nmero de pases. Diferenciamos la inversin en tierras a gran escala del acaparamiento de tierras en base a la definicin de FAO. Las categoras elevada, re-gular y baja definen la cuanta de la inversin en tierras a gran escala, y no necesariamente el acaparamiento de tierras (vanse las primeras tres columnas de la izquierda en el Cuadro 5; vase tambin Gmez, 2011, p.22, Cuadro1). A esto nos referamos anteriormente cuando mencionamos el marco relativamente amplio del estudio de FAO en cuanto al anlisis de los procesos del merca-do de la tierra y de la transformacin agrcola. Efectivamente, se est dando un inters renovado en la inversin agrcola en toda la regin.

    Cuadro N 5.Presencia de acaparamiento de tierras en los pases seleccionadosde Amrica Latina y el Caribe*

    Evidencia de inversin sustancialen tierras recientemente

    Evidencia de acaparamiento de tierras(capital nacional y extranjero)

    Pases con grandes inversionistas entierras de otros

    pases de la reginElevada RegularDe poca

    a ningunaElevada Regular

    De poca a ninguna

    ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaEcuadorParaguayPerUruguayMxicoNicaraguaRepblica Dominicana Guyana

    Costa RicaGuatemalaPanam

    Trinidad y Tobago

    ArgentinaBoliviaBrasilChileColombiaEcuadorGuatemalaParaguayPerUruguay

    PanamMxicoNicaragua

    Costa RicaRepblica Dominicana GuyanaTrinidad y Tobago

    ArgentinaBrasilChileColombiaPanamMxicoCosta Rica

    * En base al anlisis profundo de los 17 estudios de pas y el documento sntesis (Gmez, 2011) y en el enfoque calibrado que brindan las 10 caractersticas definitorias del acaparamiento de tierras que se consideraron anteriormente en este ensayo.

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    El alcance del acaparamiento de tierras es mucho mayor de lo que se supona anteriormente. A partir de un enfoque analtico ms amplio, argu-mentamos que 10 pases actualmente experimen-tan un grado elevado de acaparamiento de tierras y otros 3 un grado regular. Los 10 pases donde est ocurriendo un acaparamiento de tierras sus-tancial son: la Argentina, Bolivia, el Brasil, Chile, Colombia, el Ecuador, Guatemala, el Paraguay, el Per y el Uruguay (es decir, todos se encuentran en Sudamrica, excepto Guatemala), mientras que los pases que estn presenciando un grado regular de acaparamiento de tierras son Panam, Mxico y Nicaragua (vanse las columnas 4, 5 y 6 del Cuadro5).

    La popularizacin de la soya, la caa de azcar y la palma aceitera todos ellos cultivos como-dn durante el cambio reciente en el rgimen alimento-energa actual ha conducido a la proli-feracin de plantaciones y explotaciones comer-ciales de estos cultivos en la Argentina, Bolivia, el Brasil, Colombia, el Ecuador, el Paraguay, el Per, el Uruguay y Guatemala (vase, por ejemplo, Hecht, 2005). El notable incremento de la demanda de carne y otros productos animales (Weis, 2010)6, as como de fruta y vino, a su vez deton la expansin de las tierras para ganado, huertos y viedos en la Argentina, Bolivia, Chile, el Uruguay y Nicaragua.

    La bsqueda de minerales y combustibles fsi-les ha originado las concesiones mineras de gran escala en el Per y el Ecuador, mientras que en Bolivia, el Brasil, Chile, Colombia, el Ecuador, el Uruguay, Guatemala y Guyana se observa una

    6 Uno de los factores principales es el aumento en el consumo de productos crnicos y lcteos en los pases con ingreso medio, sobre todo en China. Philip Huang (2011) explica que, histricamente, la dieta en China se compona de cereales, carne y ver-duras en una proporcin de 8:1:1. Esta proporcin ha cambiado drsticamente en las ltimas dcadas y ahora es de 4:3:3, lo cual ha causado cambios palpa-bles en la demanda global de alimento y productos para animales.

    expansin de las explotaciones forestales indus-triales. Asimismo, los superproyectos conservacio-nistas son el sello distintivo de las adquisiciones de tierras a gran escala realizadas recientemente en la Argentina y Chile. Vase el Cuadro6.

    El acaparamiento de tierras as como la (re)con-centracin de la tierra y el capital se da en dos megasectores amplios: el conjunto de cultivos co-modn y otros sectores alimentarios, y el amplio sector no alimentario. Esta afirmacin va en contra del discurso superficial predominante que seala que el acaparamiento de tierras ocurre debido a la crisis alimentaria de 2007-2008 y que est orienta-do a la produccin de alimento para exportarse a los pases con inseguridad alimentaria. Esta idea no es del todo falsa, sobre todo en vista de que algunos gobiernos y/o empresas de China y de las naciones del Golfo Prsico estn negociando contratos para arrendar tierras o exportar alimen-to con distintos gobiernos alrededor del mundo. Pero en general, lo que presenciamos en Amrica Latina y el Caribe es una respuesta masiva y casi simultnea en toda la regin a la naturaleza y las demandas cambiantes del conjunto de cultivos comodn y otros sectores alimentarios (principal-mente el ganadero), un aumento sustancial en la demanda de minerales y otras materias primas bsicas (sobre todo madera) y una reaccin a las polticas relacionadas con las estrategias para mi-tigar el cambio climtico (proyectos de conserva-cin como REDD+).

    El aumento en los cultivos comodn caa de azcar, soya y palma aceitera ha sido sustancial (vase en el Cuadro 7 la informacin correspon-diente a Sudamrica y Centroamrica, y obsrve-se el incremento durante la ltima dcada; cabe sealar que el aumento en el caso de la soya ha sido errtico en Centroamrica). En el contexto actual resulta difcil, si no imposible, determinar con claridad cul es el uso que se est dando ac-tualmente a estos cultivos. Calcular en qu grado y cunta tierra se ha destinado a la produccin de biocombustibles es difcil precisamente debido a la naturaleza de las materias primas preferidas.

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    Los mercados reales, potenciales o supuestos para todos y cada uno de los usos flexibles de dichos cultivos posiblemente causaron que invertir en ellos fuera ms seguro. Esto explica en parte la preferencia por tales cultivos en varios pases de la regin. A pesar de lo anterior, hay otros secto-res alimentarios que no han perdido importancia, en particular la cra de ganado. En Sudamrica, haba 347 millones de cabezas de ganado en 2009, en comparacin con 293 millones en 1995. En Centroamrica, el nmero de cabezas aument de 41,5 millones en 1995 a 45,6 millones en 2009. El ganado requiere mucha ms tierra que cual-quier combinacin de cultivos comodn (vase Wilkinson y Herrera, 2010; y Novo et al. en el caso del Brasil).

    Al mismo tiempo, el acaparamiento de tierras para usos no alimentarios tambin es sustancial. Los

    Cuadro N 6.Acaparamiento de tierras por pas y por sector (amplio)

    Pas Cultivos comodn y otros sectores alimentarios Sectores no alimentarios

    Argentina Soya, trigo, ganado, caa de azcar, fruta Tabaco, conservacin

    Bolivia Soya, ganado Silvicultura

    Brasil Soya, caa de azcar, aves de corral, ganado, fruta Silvicultura

    Chile Fruta, lcteos, vinos, semillas, aves de corral Conservacin, silvicultura

    Colombia Palma aceitera, remolacha, caa de azcar, soya, arroz, maz Silvicultura

    Ecuador Pltano, caa de azcar, palma aceitera Silvicultura, minerales

    Paraguay Soya, maz, trigo, ganado

    Per Fruta, verdura, caa de azcar, palma aceitera Minerales

    Uruguay Soya, lcteos, trigo, arroz, ganado Silvicultura

    Mxico Cadena de valor del maz, caa de azcar, fruta, caf Flores, cebada, tequila

    Costa Rica Pltano, pia, palma aceitera

    Guatemala Caa de azcar, palma aceitera Silvicultura

    Nicaragua Ganado, arroz, palma aceitera, caa de azcar, ctricos Turismo, silvicultura

    Panam Pltano, caf, arroz, palma aceitera

    Repblica Dominicana Caa de azcar, pltano, fruta, verdura

    Guyana Caa de azcar, ganado, arroz, pia Silvicultura

    Trinidad y Tobago Caa de azcar, cacao, fruta

    FUENTE: Gmez, 2011.

    dos sectores ms importantes en trminos de la necesidad de tierras real y potencial, son las ex-plotaciones forestales industriales y la conserva-cin. La proliferacin de las explotaciones fores-tales industriales en la regin ha sido notable en los ltimos aos (vase el Cuadro 8). Y aunque la conservacin a gran escala ocurre principalmente en la Argentina y Chile, la dimensin de los casos individuales (por ejemplo, el convenio de United Colors of Benetton en la Argentina) y el total agre-gado son sustanciales. Adems, una tendencia que no se incluye en este documento ni form parte de los 17 estudios de pas, es la insercin de los bosques en los programas de compensa-cin de carbono como, por ejemplo, REDD+. Tales polticas logran una gran repercusin en trminos del control de la tierra y de la subsistencia de las comunidades locales del pas (vase, por ejem-plo, Osborne, 2011, en el caso de Mxico; vase

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    tambin Corbera y Schroeder, 2011). La conser-vacin a gran escala, las explotaciones forestales industriales, las polticas pblicas como REDD+, las granjas y plantaciones comerciales para la ob-tencin de biocombustible, entre otras, reciben la denominacin colectiva de acaparamientos proambientales, es decir, el acaparamiento de tie-rras en nombre del medio ambiente. Cada vez es

    ms comn observar que este tipo de acapara-miento de tierras forma parte de la literatura sobre el tema, aunque fue puesto de relieve por prime-ra vez en el compendio acadmico de Fairhead, Leach y Schoones (en prensa, 2012).

    Estas mismas dos clasificaciones del acaparamien-to de tierras la trada alimento-forraje-combus-tible y otros sectores alimentarios, por un lado, y, por el otro, el sector no alimentario las observa-mos en frica y Asia con excepcin de un compo-nente latinoamericano, el alimento para animales (soya), que no tiene parangn en otras regiones del mundo (Teubal, 2006). Pero detr