reflexión faceta c

4
Reflexión Faceta C Esta reflexión trata sobre los factores que contribuyeron a que mi interacción con los estudiantes les permitiese conectarse con la enseñanza y cuáles no facilitaron este proceso, todo esto, fundamentado con el debido respaldo teórico, con el propósito de transformar constantemente mi actuar profesional. De acuerdo a los Estándares para la formación inicial docente (2001), el principal objetivo del profesor durante el proceso de enseñanza es lograr que todos los estudiantes se comprometan con su aprendizaje, lo que se traduce en una responsabilidad por parte del educando hacia la construcción personal del conocimiento. Es así como surgen diversos criterios que se enfocan en el desarrollo de esta faceta, encontrándose entre ellos la estructuración de una clase ordenada que favorezca la optimización del tiempo a través de los momentos de inicio, desarrollo y cierre de una clase. Durante la implementación del proyecto de aula, las sesiones se estructuraron en un orden, lo que es fundamental en toda clase bien planificada, que permita al profesor y a sus estudiantes visualizar el propósito que se quiere lograr a través de ella (Dirección académica de pregrado, 2011). Lo anterior, no significa que la clase deba ser rígida, por el contrario, tiene que ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades

Upload: martinezpacheco

Post on 30-Jan-2016

6 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Reflexión sobre faceta C, de los Estándares de Desempeño para la formación inicial docente.

TRANSCRIPT

Page 1: Reflexión Faceta C

Reflexión Faceta C

Esta reflexión trata sobre los factores que contribuyeron a que mi

interacción con los estudiantes les permitiese conectarse con la enseñanza y

cuáles no facilitaron este proceso, todo esto, fundamentado con el debido

respaldo teórico, con el propósito de transformar constantemente mi actuar

profesional.

De acuerdo a los Estándares para la formación inicial docente (2001), el

principal objetivo del profesor durante el proceso de enseñanza es lograr que

todos los estudiantes se comprometan con su aprendizaje, lo que se traduce en

una responsabilidad por parte del educando hacia la construcción personal del

conocimiento. Es así como surgen diversos criterios que se enfocan en el

desarrollo de esta faceta, encontrándose entre ellos la estructuración de una

clase ordenada que favorezca la optimización del tiempo a través de los

momentos de inicio, desarrollo y cierre de una clase.

Durante la implementación del proyecto de aula, las sesiones se

estructuraron en un orden, lo que es fundamental en toda clase bien

planificada, que permita al profesor y a sus estudiantes visualizar el propósito

que se quiere lograr a través de ella (Dirección académica de pregrado, 2011).

Lo anterior, no significa que la clase deba ser rígida, por el contrario, tiene que

ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las necesidades de los

estudiantes y a la dinámica que surja en ella, permitiendo un uso adecuado del

tiempo, espacio y recursos.

Ahora bien, no tan solo es importante estructurar adecuadamente la

clase, sino sobre todo, saber qué hacer en cada uno de los momentos de esta.

Es allí en donde en un principio existieron debilidades en mi práctica

pedagógica, ya que a pesar de que el inicio y el desarrollo funcionaron

óptimamente, el cierre no parecía cumplir con el proceso de sistematización

que se espera que los estudiantes realicen, a pesar de la implementación de

las ya conocidas preguntas metacognitivas: ¿Qué aprendí? ¿Cómo lo aprendí?

¿Para qué lo aprendí? De este modo, comprendí que el hecho de que los

estudiantes respondan estas preguntas, no siempre significa que estén

Page 2: Reflexión Faceta C

atravesando un proceso de metacognición, por el contrario, muchas veces

responden de forma mecánica. Es por esto que, se deben implementar en el

aula nuevas estrategias metacognitivas, que permitan al estudiante acceder a

un mayor grado de pensamiento y a un aprendizaje significativo (Academia

Nacional de Ciencias, 2000).

Cárdenas, Coronel, Mezarina y Ñaupari (2006) proponen diferentes

estrategias para cerrar una clase, enfatizando primeramente en la definición de

metacognición, la que de acuerdo a estos autores se refiere al conocimiento

de los propios procesos cognitivos, de los resultados de estos procesos y de

cualquier aspecto que se relacione con ellos. Es así como proponen estrategias

de sistematización de una clase, tales como la construcción conjunta de un

mapa conceptual, esquemas o cualquier organizador de conocimiento y el

plantearles algún caso para verificar el grado de internalización de lo aprendido

y detectar la capacidad de estos para explicar, tomar decisiones o asumir

conductas relacionadas con lo desarrollado.

Por otro lado, todas las actividades realizadas se efectuaron en función

de los estudiantes, por lo que siempre llevé a cabo distintas formas para activar

sus conocimientos previos, varié las estrategias de acuerdo a la naturaleza del

contenido, representé apropiadamente la temática a trabajar, entre otros

aspectos. Todo esto, responde a la lógica de la política educativa actual, que

propone como principal protagonista al estudiante. En efecto, como sostienen

Goldrine y Rojas (2007), el rol del educador es ayudar a sus estudiantes a

construir niveles más amplios y complejos, lo que se alinea con la construcción

constructivista, que propone al profesor como un mediador del aprendizaje,

esperando que por sobre el aprendizaje memorístico, el docente sea capaz de

implementar diversas estrategias didácticas para que los escolares se apropien

del conocimiento y lo utilicen de manera flexible y funcional.

Todo esto, contribuirá a que los niños y niñas se comprometan con el

aprendizaje y lo demuestren en su actuar tanto fuera como dentro del aula.