redalyc.enzo traverso, los judíos y alemania, ensayos sobre la

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Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales ISSN: 0186-0348 [email protected] Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora México Rabinovich, Silvana Enzo Traverso, Los judíos y Alemania, Ensayos sobre la "simbiosis judío-alemana", pról. y trad. Isabel SanchoGarcía , Pre-textos, Valencia, 2005, 245 pp. Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 66, septiembre-diciembre, 2006, pp. 202-204 Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127421012 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Page 1: Redalyc.Enzo Traverso, Los judíos y Alemania, Ensayos sobre la

Secuencia. Revista de historia y ciencias

sociales

ISSN: 0186-0348

[email protected]

Instituto de Investigaciones Dr. José María

Luis Mora

México

Rabinovich, Silvana

Enzo Traverso, Los judíos y Alemania, Ensayos sobre la "simbiosis judío-alemana", pról. y trad. Isabel

SanchoGarcía , Pre-textos, Valencia, 2005, 245 pp.

Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 66, septiembre-diciembre, 2006, pp. 202-204

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127421012

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En respuesta, los miembros del ejidode Rincón Grande, mediante una estra­tegia que abarcaba varias escalas, optaronpor tomar en sus manos el proceso de de­sarrollo local, pues con base en la conjun­ción, proyectos económicos individualesse adentraron con mayor fuerza en la pro­ducción hortícola y buscaron otras alterna­tivas de financiamiento, muchas de ellasbasadas en la utilización de remesas. Tam­bién integraron en su esquema la transfe­rencia tecnológica, traducida en la adop­ción de modernos procesos de produccióny la utilización de sistemas de irrigaciónmás eficientesque les posibilitara integrar­se al mercado nacional hortícola,

No obstante las adversidades creadaspor el entorno económico mundial y lasinstituciones gubernamentales, concluyeel autor que en Rincón Grande se logróconstruir un proyecto de desarrollo localbasado en la modernización agrícola y unfinanciamiento en gran parte sustentadoen las remesas;en donde la suma de esfuer­zos individuales y su articulación, la media­ción social y la participación política apor­taron un componente bastante importante.

Sin embargo, el proceso de desarrollolocal ocurrido en Rincón Grande no fuetan incluyente como se pudiera esperar,pues produjo una reconfiguración de laorganización del espacio agrícola queapunta hacia dos vertientes que contrastanentre sí: la creación y apropiación de meca­nismos e instituciones que estimularon lacohesión social, producto de un procesoendógeno de desarrollo local, por un lado,y la desintegración territorial de los espa­cios y los grupos socialesde menor poten­cial productivo, por el otro.

María del Carmen Ventura PariñoEL COLEGIO DE MICHOACAN

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Enza Traverso, Losjudíos y Alemania, En­sayos sobre la "simbiosis judío-alemana", pról.y trad. Isabel Sancho García , Pre-textos,Valencia, 2005, 245 pp.

Nuevamente en México damos la bienve­nida a un libro del historiador Enzo Tra­versa, Una vez más la pluma del historia­dor refleja una lectura crítica, a la vezsensible y hospitalaria de un tema espi­noso, doloroso en distintos sentidos.

Partiendo de la distinción arendtianaentre judíos parias y advenedizos (parvenus)el investigador recorre algunos nombresy personalidades (Hannah Arendr, RosaLuxemburgo, ]oseph Roth, Ernst Kanto­rowicz, Theodor Herzl, Walter Rathenau,entre otros) que son la clave para desentra­ñar el mito de la "simbiosis judea-alema­na". Esta expresión merece que nos deten­gamos. Vayamos por partes:

1) "Simbiosis": las metáforas biológi­cas aplicadas al plano social nunca fueronfelices, y ésta no es la excepción, Normal­mente estos tropos tienen por función pre­dilecta vituperar a una de las partes. Tér­minos como "parásito" o "cáncer" suelenser los más comunes, de ahí que algunas"operaciones", es decir invasiones, se pre­tendan "quirúrgicas", aun cuando luegose convierten en prolongadas guerras deocupación. En este caso, la ilusión de lametáfora -de intenciones "positivas", por­que una "simbiosis" es una versión bioló­gica de la mutualidad- tiene su origen enel sector menos favorecido (los judíos laimpulsaron), y por eso mismo no se tratade un uso espurio. Sin embargo, no deja derevelarse a lo largo del libro como una ar­gamasa de elementos ilusorios y siniestros,caracterizada por la omiJión dela alteridadcomo clave de la relación entre ambaspartes. Esta "simbiosis" -olvidadiza de las

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diferencias- parece encontrarse en las antí­podas de la "hospitalidad".

2) Elarchisabido "prefijo" judeo- (quela traductora trató de salvar cambiándolopor "judío", pero que el título original,con razón, conserva) suele ser caldo de cul­tivo de fusiones, es decir, de borradura delas diferencias. Así, ya conocemos las sos­pechasque despierran palabras compuestasdel tipo "judeocristiano" o, en este caso,"judeo-alemán", que suelen usarse para ca­racterizar diversos aspectos de lo que se daen llamar "Occidente" (y del que nuestro"cercano Oeste" tiene mucho que decir) .

3) El tercer elemento es el guión yanuncia una brecha que es un abismo. Elguión que de algún modo separa "Orien­te" de "Occidente" en el término compues­to en cuestión: "judío-alemán". El granguión que señala el despeñadero actual deese otro odio del Otro, siempre "oriental"(cercano o lejano, según el caso). Locuraeuropea de "aplanar la esfera" en un oxí­moron llamado planisferio, de creer, hastahoy, que las Indias están en América. Im­posibilidad de entender por qué a ese otro-atractivo y traicionero- que ve en el espe­jo, por oscuras razonesdio en llamar Orien­te. Europa (y sin duda también la potenciaamericana que pretendió poner fin a laguerra por medio de dos bombas atómicasen el "lejano Oriente" y que actualmentepuso la mira sobre otro enemigo semita,esta vez musulmán, en el Oriente Medio)siempre estuvo "desorientada". Lo cierro esque ese guión clava el puñal de Occidentehacia Oriente y reclama una "reorienta­ción" en la lectura de la historia en clavede alteridad (que de ninguna manera sig­nifica la fascinación por lo exótico).

4) El último componente, que dominaal prefijo judeo-, es la admiración estéticapor la invención romántica de lo germá-

RESEÑAS

nico (que en el breve capítulo sobre Wal­ter Rathenau se pone de manifiesto demanera trágica).

El título entonces anuncia una "y" (en­tre "los judíos" y "Alemania") que tiene elsentido -para decirlo suavemente- de unadisyunción entre Oriente y Occidente, conuna imposibilidad -pretendidamente occi­dental- de dejarse interpelar por el Orien­te (en este caso específico : de la relacióndel judío alemán con su orienralidad, seala del shtetlo la asiática, que es su origen).

Sin duda, los personajes más agrada­bles del libro son los que se identificanbajo la "categoría" de "parias". Prefieroentonces poner el acento en uno de losotros, de los parventts o advenedizos: merefiero a Theodor Herzl, conocido comoel fundador del "sionismo político". Tra­verso le dedica pocas páginas, y creo queesto debería anunciar un trabajo muchomás detallado que mude su mira a la fun­dación "judeo-alernana" en Asia, del Esta­do de Israel. Apelando a la metáfora caba­lística de la lectura de la "parte blanca"del texto , este libro promete (comprometeal autor y al lector) a leer entre líneas la ac­tualidad del explosivo "simbiosis judeo­alemana", que no se reduce a decisionesgubernamentales europeas en torno a lamemoria, sino que se desangra hoy enOriente Medio. El pretendido "crisol" dediásporas al que invitaba Ben Gurion, ylos fundadores del Estado de Israel, en­mascaró la vergüenza judeo-alemana desu parte oriental (recordemos el sionismopoético medieval de Yehuda Haleví,' "micorazón está en Oriente y yo me encuentro

1 Fil6sofo (1075-1140), autor del Sefer Hakuzarí.El poema mencionado -escriro en España- se consi­dera precursor del sionismo.

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en el fin de Occidente"). Los asbhenazies"que se apoderaron desde el comienzo delrumbo del Estado-nación actuaron simé­tricamente al poeta medieval: cuando elcuerpo por fin se encontró en Oriente(Medio), sus corazones y sus mentes que­daron en Occidente C'medio", también,Europa central). Después del holocausto(del que quienes se salvaron conocieron lamudez, el estado de infanspolítico), comobien señala Buber -quien era un sionistadiferente-, los judíos-árabes eran quienestenían la capacidad de traducción y depa­labra dada al otro que habitaba y habitaesa tierra. Se trata de la búsqueda en co­mún en aras de una creación colectiva delMedio Oriente ofrecida al resto del mundocomo alternativa a la Realpolitik, esto es,un Estado binacional. Los mismos judíosalemanes descritos por Traversa --en susdos tipos- se encontraban en el movi­miento sionista: unos, la mayoría vencedo­ra, reproducían la cosmovisión del panenu,esta vez negando el yiddish en aras del he­breo, avergonzándose del pasado de exilioque lo había engendrado; otros, una nota­ble minoría, en cambio intentaban trans­mirir la memoria del paria, retornando alLevante para cumplir con un mandamien­to bíblico que explica: "y recordarás quefuiste esclavo en Egipto". En este caso setrata de otro "Egipto" esclavizante, "occi­dental e ilustrado" que ardía en el corazónde Europa.

Vale recordar en América Latina a Pau­lo Freire cuando describe la capacidad deloprimido de interiorizar al opresor (en este

2 Si bien sociol6gicamente el gentilicio remire ajudíos de Europa (central y oriental), cuya lengua erael yiddish, el significado hebreo del nombre Ashkenazes "Alemania".

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caso, se trata del elemento judío que inte­riorizó al alemán): la parte, abrumadora­mente mayoritaria, del movimiento sio­nista que se opuso al Pacto de Paz (BritSha!om),3 propuesto por Mart ín Buber yYehuda Magnes, entre otros, lo hacía ennombre de ese mismo modelo políticoque intentó aniquilarla. La historia políticase revela a menudo como historia de mio­pías cuando no de cegueras, y en generallo que se pierde de vista (y el ruido nopermite escuchar) es el Otro. La historiatiene una veta perversa, y el débil estatutode alteridad -del otro como amenaza- vaalternando y tiene un rostro diferentesegún el lugar geográfico en cuestión. Por­que la memoria siempre habla del presen­te y da su palabra al porvenir, aproxima­ciones críticas responsables como la deeste libro brindan la esperanza de rompercon el círculo perverso. El himno nacionaldel Estado de Israel se titula "la esperanza"(Hatikvah): tal vez ésta, resignificada, seauna clave para dejar de anticipar el futurocomo "más de lo mismo", y, al modo me­siánico, por respeto a esos antepasados"parias", darle lugar a la alteridad comoporveOlr.

Silvana RabinovichINSTITUTO DE INVESTIGACIONES

FILOLÓGICAS-UNAM

3 Movimiento político dentro del sionismo queproponía un Estado binacional, y que siempre exiBiúun diálogo con los palestinos.

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