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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=20813204 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Roberto R. Rodríguez González Acerca de la construccion del "otro" en el antiguo egipto: consideraciones Pharos, vol. 13, núm. 2, noviembre-diciembre, 2006, pp. 31-58, Universidad de Las Américas Chile ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Pharos, ISSN (Versión impresa): 0717-1307 [email protected] Universidad de Las Américas Chile www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=20813204

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Roberto R. Rodríguez González

Acerca de la construccion del "otro" en el antiguo egipto: consideraciones

Pharos, vol. 13, núm. 2, noviembre-diciembre, 2006, pp. 31-58,

Universidad de Las Américas

Chile

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Pharos,

ISSN (Versión impresa): 0717-1307

[email protected]

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Chile

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ACERCA DE LA CONSTRUCCION DEL 'OTRO' EN ELANTIGUO EGIPTO: CONSIDERACIONES

About the construction of 'the other'in ancient Egypt: Considerations

Roberto R. Rodríguez González *

ABSTRACT

The paper focuses in a case of inter-ethnical relationships: the relationship be-tween the Egyptian State and nomadic soci-eties, through the use of egyptian officialsources that furnish signs of the existence ofdifferent ethnical groups reckoned by itsethnonyms. These nomadic groups are ac-tors in the interaction field generated by theidentification-alterization play.

State power establishes a relationshippractice that allows an identity constructionprocess through the inter-ethnic contactswith pastoral groups and the use of mythicaland religious elements.

The paper intends to show the relation-ships established between ethnical groupslocated in the Egyptian north-east, that is inthe northern section of eastern desert, theDelta, the Sinai Peninsula and Palestine, andthe Egyptian State.

RESUMEN

Los estudios de sociedades pastoralistas enel Cercano Oriente Antiguo, entre el 3er y 1er

milenios a.C., junto a los aportesinterdisciplinarios en el campo de las CienciasSociales, han producido una profundarenovación en el área de Historia Antigua.Algunos elementos teóricos relevantes nosayudarán a comprender cómo una sociedadconcebía su propia identidad frente a la alteridado valorización del otro, de cómo la identidad esinseparable de la otredad. El presente trabajoaborda un análisis del proceso étnico identitarioen el antiguo Egipto, la relación entre sociedadesseminómadas y el Estado.

* Profesor en Historia. Graduado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales,Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco-Sede Comodoro Rivadavia- Argentina.Profesor responsable de la Cátedra Antropología Sociocultural-Universidad Nacional de laPatagonia Austral, Unidad Académica San Julián (UNPA-UASJ). Coordinador del Programa'Desarrollo de Estudios en Antropología, Economía e Historia del Cercano Oriente Antiguo yContemporáneo' (UNPA-UASJ). Dirección particular: Barrio Mutual YPF-Casa Nº 9- Calle SanFrancisco. C.P. (9100)- Caleta Olivia. Provincia de Santa Cruz. República Argentina. E-mail:[email protected]

I. INTRODUCCIÓN

Las últimas décadas del siglo XX fueron testigos de la proliferación deconflictos y nacionalismos étnicos en el Cercano Oriente, en el Cáucaso, en losBalcanes, en África y en el Asia Central, entre otras regiones. Este abanico de

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situaciones problemáticas ha permitido el desarrollo de un nuevo campo deestudio para distintas disciplinas, mediante fuentes testimoniales directas o eltrabajo de campo. Una de las temáticas más tratadas en el campo de las CienciasSociales ha sido el análisis o estudio de la identidad étnica, donde uno de losaspectos o dimensiones más importantes es la coexistencia de los componentesnosotros y ellos.

La significatividad de estos campos disciplinares radica en que sus herramien-tas teóricas fueron primordiales para las investigaciones dedicadas a las proble-máticas históricas del Mundo Antiguo. Pues, hasta entonces, la Historia Antiguase había desarrollado bajo el auxilio de disciplinas afines como la Filología o laArqueología. Con sus métodos propios y su distanciamiento en la elaboraciónde modelos teóricos, había permanecido aislada y desconocedora de losavances de otras ciencias sociales.

Es así que se produjo un acercamiento entre historiadores y científicossociales, logrando el beneficio de una mejor comprensión de problemáticasrelacionadas con los procesos históricos en el Mundo Antiguo, especialmentecuando el contacto se logra con las investigaciones y modelos desarrollados enel campo de la Antropología.

Por otra parte, profundos avances que vienen operándose desde fines de ladécada de 1970 en los estudios de las sociedades pastoralistas en el CercanoOriente Antiguo, basados especialmente en los nuevos enfoques ecológicos,sistémicos o procesuales (sobre la base de los datos originados por los estudiossobre terreno, donde renovadoras técnicas aportan precisiones sobre paleoclima,paleobotánica, etc.), han dado significativos trabajos académicos. El campodisciplinar de la Historia ha recibido renovadoras influencias desde otras áreascomo la Sociología o la Teoría del Discurso, surgiendo así nuevos debates sobretemas puntuales como, por ejemplo, la configuración de las identidades étnicas,el proceso de transformación de sociedades aldeanas en sociedades complejas,las formas de intercambio en las sociedades antiguas, la problemática de lasformaciones estatales, las interrelaciones entre sociedades urbanas y sociedadesseminómadas, entre otros. Ello, al tiempo que se mantenía la preocupación einterés por la caracterización y la periodización de dichas sociedades1.

De esta manera, los estudios paleoambientales y las reinterpretaciones en elámbito arqueológico2, que permitieron una comprensión más clara, global yestructurada sobre las razones de los desplazamientos de grupos seminómadasen distintos momentos de la historia del Cercano Oriente Antiguo, han sidoimportantes para la elaboración de este trabajo.

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El empleo de una serie de precisiones conceptuales necesarias pararealizar un estudio como el que pretendemos efectuar, y la caracterizaciónde las sociedades pastorales a partir de las fuentes de sociedades antiguas(que provienen, en su mayor parte, del sector social dominante), en combi-nación con estudios etnográficos y antropológicos, son esenciales paranuestra aproximación; sin dejar de considerar que toda lectura de larealidad, sea ésta pasada o presente, se hace desde una posición sesgada,lo que por su parte legitima la riqueza de las interpretaciones realizadassobre las características particulares de esas comunidades.

Es así que algunos aportes teóricos seleccionados nos ayudarán acomprender cómo una sociedad concibe su propia identidad frente a laalteridad o valorización del otro, es decir, de qué manera la identidad esinseparable de la otredad, en tanto proceso de alterización.

El contexto socio-histórico convierte el componente mayor de la identi-dad étnica de una comunidad particular. Es importante considerar que laidentidad étnica no es una entidad, sino una serie de procesos complejos quetienen lugar en el devenir temporal, donde los individuos construyen, a partirde ciertos acontecimientos, las continuidades entre los antepasados y susdescendientes en tanto grupo, generalmente en un contexto social másamplio donde caben otros grupos étnicos.

El medio por el cual los miembros de grupos (étnicos) diferentes definenel ámbito y el alcance de sus relaciones recíprocas en situaciones decontacto, podemos definirlo como confín étnico o frontera étnica. En estesentido, “los grupos étnicos constituyen una forma de organizaciónsocial. En la medida en que los actores utilizan las identidades étnicaspara categorizarse a sí mismos, y a los otros, con fines de interacción,forman grupos étnicos en este sentido de organización”3.

Por su parte, Stallaert, Emberling y Yoffee coinciden en señalar que laetnicidad4 es por definición relacional y situacional, dado que la concienciaétnica nace y se mantiene viva debido al contacto e interacción con otrogrupo étnico, y los elementos culturales seleccionados para señalar losconfines étnicos dependen de las circunstancias concretas de la etnogénesis5.Desde la óptica barthiana, los confines étnicos no son fijos sino que puedenser manipulados, redibujados, borrados o consolidados.6

La identidad de un grupo es una construcción hecha con el material de lasinvestiduras simbólico-culturales que le prestan definición y pertenencia. La

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subjetivación es el proceso correlativo. Por su efecto, los grupos vienen areconocerse en su lengua, sus prácticas productivas, sus tradiciones, susinstituciones y reglas de sociedad, sus mitos, es decir, se identifican en susuniversos simbólicos, en los rasgos opositivos que los distinguen7. Es elautoconocimiento de las diferencias de grupo respecto a los atributos quecaracterizan a los otros, lo que hace de un grupo social un sujeto con identidadpropia. En el contraste con el otro, cada grupo percibe su propia especificidady puede, por lo tanto, identificarse en su cultura, en su organización social.

Aquí nos proponemos, mediante la utilización de las fuentes estatales egip-cias, analizar los mecanismos identitarios y de diferenciación socio-cultural quepermiten definir al Estado egipcio como un ente diferenciado, debido a lapresencia de una etnicidad específica (i.e., las sociedades seminómadas).Dichas fuentes nos proporcionan indicios de la existencia de distintos gruposétnicos reconocidos por sus etnónimos. Esos grupos nómadas y seminómadasson actores del campo de interacción que genera el juego de identificación yalterización. En otras palabras, el otro catalizador de la conciencia étnica en elantiguo Egipto fue, sin duda, el extranjero.

Caracterizaremos el espacio geográfico del Cercano Oriente donde sedesenvuelven estas sociedades. Con la diversidad ecológica existente, estamacro región es definida como unidad y variedad8. Unidad, por tratarse de unárea compacta, relativamente circunscrita por límites externos (por ejemplo, elMediterráneo al oeste y el Mar Negro al noroeste; y por la presencia de la grancuenca fluvial formada por el Tigres y el Éufrates en su paso por la llanura deMesopotamia, enlazando y facilitando las comunicaciones a las restantes regio-nes periféricas). Variedad, primero, por la existencia de una diversidad delrelieve, clima, de la distribución de las redes fluviales y las materias primas. Ysegundo, la variedad regional que se manifiesta en la existencia de ámbitosgeográficos diferenciados9. Como bien ha señalado González Wagner, “ladiscontinuidad ecológica propia del Próximo Oriente explica la falta dehomogeneidad que caracteriza la distribución de los recursos naturales”10.Por ello, las primeras sociedades urbanas o estatales que se desarrollaronaproximadamente hacia el año 3.200 a.C., en las regiones fértiles comoMesopotamia y Egipto, carecían de importantes recursos que no eran inexistentesen las zonas periféricas11.

Hechas estas consideraciones, presentaremos las relaciones del Estadoegipcio y las sociedades seminómadas en el período comprendido desde elReino Antiguo hasta las postrimerías del Reino Medio (2695-1785 a.C. aproxi-madamente).

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II. PRECISIONES DEL TÉRMINO NOMADISMO PARA LAHISTORIA DEL CERCANO ORIENTE ANTIGUO

El pastoralismo jugó un rol básico en la economía de subsistencia de todas lassociedades del Cercano Oriente Antiguo. Su importancia es evidente en lassociedades más tradicionales del presente. Sin embargo, al momento de definirel nomadismo, surgen controversias o dudas que es preciso aclarar pues, comosostuvo Digard12, el nomadismo presenta una realidad mucho más compleja queel criterio esencialmente geográfico, de desplazamientos de grupos humanos enun espacio determinado. Un punto de partida es definir las condiciones necesa-rias para la existencia del pastoralismo nómada13. Consistirían en la presencia deespecies animales apropiadas, un ambiente ecológico apropiado para el mante-nimiento de estas especies, la tecnología adecuada, relaciones sociales para ladomesticación y rebaño continuo.

Lees y Bates14 propusieron un modelo en el cual un esquema inicial deagricultura mixta y pastoralismo de subsistencia fue gradualmente reemplazadopor una forma más especializada de cultivo basada sobre canales de irrigación.La producción creciente de tierras irrigadas conduce a una gran dependenciasobre recursos de cereales, no solamente por gente sedentaria sino también porpastoralistas que ahora comenzaron a concentrarse sobre productos renovablestales como la leche y la lana. Dichos productos eran cambiados por cereales.

Otro autor, Khazanov15, definió el nomadismo como una forma distinta deeconomía productora de alimentos, en la cual el pastoralismo extensivo ambu-lante constituía la actividad predominante y la mayoría de la población sedesplazaba mediante migraciones periódicas, por la práctica de la transhumancia.Pero esta definición presentaba falencias cuando se intentaba circunscribir yclasificar el nomadismo. Pastoralistas especializados en agricultura mixta no sondefinidos como nómadas porque representan una división de tareas dentro de lamisma sociedad, mientras el nomadismo requiere una división de tareas entrediferentes sociedades16.

De manera que el nomadismo puro se caracterizaría por una ausenciacompleta de agricultura y de residencia. Por lo tanto, en el Cercano Oriente, apartir del tercer milenio a.C., tratamos con grupos descritos como pastoresseminómadas caracterizados por la práctica del pastoralismo extensivo enconjunción con agricultura suplementaria y la presencia de ciclos de movimientosregulares y estacionales.

El pastoreo nómada permitía un aprovechamiento de aquellas zonas que noreunían las condiciones mínimas para ser sometidas a una explotación agrícola,

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pero podían alimentar al ganado. Pero los grupos pastoralistas no fueron nuncaautosuficientes y los agricultores sedentarios a menudo necesitaban también deellos. Lo cierto es que ambas formas de vida, aunque si bien distintas, noconstituyeron nunca mundos totalmente al margen el uno del otro, ni tuvieron uncomportamiento estático sin evolución ni intercomunicación entre ellos sino que,por el contrario, se relacionaron con frecuencia, nutriéndose en ocasiones cadauno del otro.

Se produjo así una interacción entre ambas formas de vida que no siempreestuvo exenta de tensiones y violencias, sobre todo en tiempos de crisis, peroque, por lo común, podía resultar mutuamente provechosa. Dicha interacción esdefinida como propia de una sociedad dimórfica, parafraseando a Rowton17.Los seminómadas, habitantes de las estepas semiáridas y de algunas zonasmontañosas, precisaban de los sedentarios para abastecerse de productosagrícolas y determinadas manufacturas. A cambio, los sedentarios obtenían delos grupos pastoralistas, pieles y otros derivados del ganado, así como fuerza detrabajo y tropas militares extras para sus campañas. Pero esta interpretación esconsiderada como simplista dado que presenta una dicotomía rígida y ficticia. Setrata, por supuesto, de una simplificación de fenómenos mucho más complejos18.Pues, como se ha demostrado, en tiempos de crisis y bajo condiciones especial-mente duras, no fue raro que los sedentarios, sobre todo aquellos másdesprotegidos social y económicamente, abandonaran el entorno urbano paraintegrarse en el ámbito de la vida seminómada (como veremos en el casoegipcio), dando lugar a un flujo demográfico de carácter bidireccional.

Estas premisas teóricas nos permitirán articular y comprender la naturaleza delas relaciones que se establecieron en el valle del Nilo, entre el Estado egipcioy los grupos seminómadas.

III. LAS PRÁCTICAS IDENTITARIAS DEL ESTADO EGIPCIO

En las fuentes estatales egipcias quedaron registrados muchos términos quehacen alusión al otro, al seminómada o extranjero. Estas designaciones, queaparecen en distintas épocas, claramente destacan su movilidad así como elhábitat donde practica el pastoreo.

El término más antiguo que se conoce es iwntyw, que aparece desde ladinastía I a la dinastía IV. Literalmente es traducido como arquero19. Sonmencionados en los Anales de Palermo de la dinastía V20 y en Wadi Maghara,en el Sinaí. Los iwntyw son los nómadas que habitaban en el desierto oriental,tanto del Norte como del Sur, es decir, de Egipto como de Nubia21. Posterior-mente se extendió su significado para designar a los seminómadas en general.

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Otros términos para designar a estos grupos pastorales son heryu-sha22 yshasu23. El primero, atestiguado desde el Reino Antiguo, es comúnmentetraducido como beduino (lit. los que caminan sobre la arena) y hacereferencia en mayor medida al hábitat natural del seminómada, el desierto,específicamente aquel ubicado al Noreste de Egipto; el segundo término, shasu,mencionado frecuentemente en el Imperio Nuevo, parece definir también agrupos pastorales del desierto oriental.

Ahora bien, desde el Reino Antiguo, las fuentes mencionan a los camu,comúnmente definido como asiático, o semita24. Otra denominación, pero querecién se conoce desde el Reino Medio, es nemiu-sha, traducido literalmentecomo viajeros de la arena, término que, como heryu-sha, hace referencia a suhábitat25.

Estas designaciones, que intentan definir a los seminómadas por sus princi-pales características -vale decir, la movilidad y el hábitat donde la desarrolla-,muestran un proceso de identificación por el cual se confiere una determinadacualidad a un sujeto o grupo, dando inicio a las pautas orientadas a promover elsentido de pertenencia, a establecer y proclamar la diferencia entre lo propio ylo ajeno. Los criterios de identificación se basan en señales de lo que existe,construyendo diferencias sociales y culturales a través de las interpretacionespresentes en dichos textos, donde el rey-dios es el referente y encarna elfundamento divino del poder político, ya sea a través de la fraseología o de lasescenas reales. Cuando se hace referencia a la frontera en los textos, sedistingue lo que el rey ve, ya que aparece siempre implícita la propaganda 26 delfundamento de la divinidad, esgrimida con la finalidad de legitimar el poderestatal.

IV. HACIA LA CONFIGURACIÓN ESTATAL EN EL VALLEDEL NILO. EL PERIODO ARCAICO

Si bien la reconstrucción del proceso histórico en el valle del Nilo durante elCuarto Milenio a.C. presenta dificultades, algunos aspectos se hacen claroscomo las formas de actividades económicas que desarrollaron las diversascomunidades sedentarias, el proceso de diferenciación social y el surgimiento deélites dominantes a nivel local (particularmente en el Alto Egipto), estos últimos,gracias a los estudios de las necrópolis y ajuares funerarios27.

Con el comienzo del período conocido por los arqueólogos como NagadaIII a-b (3200-3050 a.C.)28, varios cambios socio-políticos llegaron a su fin.Efectivamente, en la etapa precedente (Nagada II b-c), en la región del Alto

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Egipto se había producido el surgimiento de un proto-estado o gran centro depoder político, Hieracómpolis, como consecuencia de una serie de disputasentre entidades menores29. De este período encontramos representaciones deluchas que tendrían su origen en el control por las élites de unos determinadosproductos e ideas de procedencia mesopotámica30, que elevaban el status delposeedor, de modo que justificaban su poder y posición.

Hieracómpolis se convertiría en un gran centro hegemónico de poder, frutode la realización por el control de las comunidades étnicas vecinas. Las razonesde estos conflictos deben buscarse en la necesidad de obtener bienes deprestigio para el consumo de las élites dominantes, o en la competencia por losrecursos naturales, llevando a la intención de apropiación de territorios veci-nos.31

Mientras tanto, en el Delta, se han desarrollado al menos dos centros depoder significativos que monopolizaron la llegada de productos provenientes deBiblos y de la zona de Canaán: Buto y Maadi.

Una vez que el Alto Egipto está unificado en el período de Nagada IIc (3400-3300 a.C., aprox.), se produce una reorganización del territorio, apareciendonuevos núcleos (Minshat Abu Omar, por ejemplo) que se dedicarán a lasactividades de comercio y colonización del Delta Oriental. Poco después enButo, aparece una cultura material que pertenece al Alto Egipto y que, ante laausencia de restos que indiquen enfrentamientos armados, hemos de pensar quefue producto de una asimilación32.

No hubo una unificación real en el sentido de la subyugación final del Deltay sus áreas circundantes bajo la dominación del proto-estado del Alto Egipto.Debemos tener presente la idea de una evolución cultural continua del vallenilótico, incluyendo el Delta, más bien que un cambio dramático repentino33. Estauniformidad cultural no implica la idea de una comunidad étnicamente homogé-nea a lo largo de la región nilótica. La cultura no se confunde con la identidad,pues esta última se manifiesta en la forma en que los integrantes de un grupo sedefinen y son definidos por los grupos con los que se relacionan. La cultura,como dimensión simbólica, remite a los códigos con los cuales las prácticas, lasrelaciones sociales, el mundo natural y sobrenatural, adquieren un significadosingular del grupo.

Esta visión tradicional de la unificación fue influenciada por el famosodocumento de la Paleta de Narmer, donde se observaba a este rey-dios usandola corona blanca y la corona roja, sugiriendo que gobernaba las dos tierras. Sin

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embargo, hay que tener en cuenta que la corona roja no ciertamente es asociadacon la región del Bajo Egipto, ya que la primera descripción señalada de esteemblema es conocida en Naqada, en el Sur34. Se remarca el poder del rey através de una iconografía, resaltando su imagen y también la presencia de unaélite que se está consolidando (ejemplo: el portador de sandalias, losportaestandartes). Este documento tiene una intencionalidad, que es la deexponer grupos étnicamente diferenciados, asentados en el Delta, a través desímbolos para representar enemigos vencidos (arcos, pájaros).

La Paleta de Narmer y otros documentos como la cabeza de maza deEscorpión, la Paleta de las Ciudades, cabeza de maza de Narmer, etc., estánenmarcados en el contexto histórico de una sucesión de cambios que sereconocen en el Predinástico Final o Naqada IIIa-b (3200 al 3000 a.C.). Dichoscambios son el surgimiento de los primeros signos escritos, la aparición de lasguerras de conquistas35, la culminación del proceso de unificación territorial bajoun Estado, mediante la creación de ciudades como centros de control político yformas de organización económica, un alto grado de desarrollo en la especiali-zación artesanal, un gradual incremento de la complejidad social y fuertescontactos con el exterior (Mesopotamia, Canaán y Nubia).

En la etapa siguiente, denominado Período Arcaico -correspondiente a lasdos primeras dinastías ( Nagada III b-c y Nagada III c-d)-, el Estado comenzarála tarea de consolidar y legitimar su forma de organización socio-políticamediante la elaboración y reutilización de una serie de arquetipos. Incursionandoen el terreno religioso, el Estado naciente, consciente de la diversidad de cultosexistentes en las comunidades a lo largo del territorio unificado (elementosdistintivos de las identidades étnicas colectivas), absorbe dichas prácticas deculto como propias, con el propósito de facilitar las relaciones con esascomunidades y lograr una cohesión socio-cultural, mediante el mecanismo de lacodificación de tradiciones36.

La otra medida adoptada por el Estado es elaborar un aparato ideológicoválido para fundamentar y legitimar el poder del rey-dios. Surgen así los primerostítulos o protocolo real37, tales como Rey del Alto y Bajo Egipto y Las DosSeñoras. El primero tiene una connotación política, señalando el dominioterritorial mucho más amplio por parte del Estado. El segundo título hacereferencia a dos divinidades, la diosa buitre Nekhbet (Alto Egipto) y la diosacobra Uadjet (Bajo Egipto). Ambos transmiten el mensaje de la concepción dualdel poder estatal, concentrado en la persona del rey. La corona blanca esasociada a la región sureña y la corona roja a la región del norte. Sin embargo,como hemos señalado, esta última corona es originaria de la región meridional

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(atestiguada desde Nagada I)38. Estamos ante un constructo artificial parasostener la concepción dualista de la monarquía.

La elaboración de esta abstracción, que no tiene una connotación histórica(conflictos entre el Norte y el Sur) reflejaría la toma de conciencia y necesidad,por parte de la élite estatal, de organizar un territorio con sociedades étnicamentediferentes. De tal manera, una ideología reproduce o resignifica la producciónsimbólica y material del conjunto de la sociedad, dando inicio al proceso de la“configuración etno-política”39 que se consolidará en las épocas siguientes.

Para reforzar la idea del rey-dios como garante del orden y reivindicar elterritorio bajo el Estado, se elaborarán y reutilizarán rituales como la Caza delHipopótamo, Aparición del rey, Unión de las Dos Tierras, Circuito de lasMurallas, y recursos iconográficos como, por ejemplo, la denominada “Muertedel enemigo por el rey”.40 Los rituales son “espacios culturales que a la vez querecrean la ideología, configuran la identidad”(41). Por otra parte, el controlterritorial se legitima en una construcción discursiva que a su vez es socialmenteaceptada. La realidad territorial y su representación imaginaria constituyeroncondiciones a la vez que simbolizaciones de la nueva organización política.

V. LOS CONTACTOS INTERÉTNICOS DURANTE EL REINOANTIGUO

La formación estatal en el valle del Nilo, hacia la segunda mitad del CuartoMilenio a.C., impuso un ordenamiento social radicalmente nuevo, que seconsolidó en la época del Reino Antiguo42. El cambio observable fue lapermanente intención de ampliación espacial y coercitiva por parte del Estado,dando origen a una interacción étnica mayor, con matices alternativos, ya que losgrupos pastorales de los territorios circundantes debían ponerse en contacto conlas poblaciones asentadas en el valle del Nilo para conseguir algunos productosde los que carecían, en particular, cereales43.

Durante el Reino Antiguo44 hubo una gran tradición cultural centrada en lacorte, expresada en el arte monumental, en la arquitectura, y que fue facilitadapor la incorporación de las tradiciones regionales dentro de un marco oficial demitos y estilos decorativos45. La religión constituyó el tejido conectivo de lasrepresentaciones mentales compartidas por la sociedad egipcia, y formó partede su identidad étnica englobante. El poder político, por medio de la concepciónideológica de la divinidad regia, reforzó los elementos culturales de la comuni-dad.

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De todos modos, si bien era autosuficiente en ciertos bienes de subsistencia,como el grano, el Estado egipcio necesitó adquirir maderas y metales, conside-rados como bienes de prestigio, y esa particularidad lo llevó a entablar contactosfuera de su territorio. En Wadi Maghara y Serabit el Jadim, en el Sinaí, seubicaban las minas de cobre y turquesa. Allí se encontraron inscripciones de losreyes del Reino Antiguo, como por ejemplo de Snefru. El acceso natural a lasminas de esta zona se hacía por el Wadi el Tumilat46 y no debe dudarse que enesos territorios habitaba población seminómada, como lo atestiguan los sitios deSheikh Nabi Salah y el yacimiento 688, asentamientos provisorios correspon-dientes a la Edad del Bronce Antiguo II, encontrados en el sur de la península delSinaí, relacionados culturalmente con la ciudad palestina de Arad47.

La explotación de las minas del Sinaí condujo a una serie de contactos con laspoblaciones locales, pacíficos según las circunstancias. En Wadi Maghara sehalló una inscripción junto a una escena donde aparece Kufu, de la Dinastía IV,aniquilando al enemigo. Es un tema iconográfico que perduró hasta el final de lahistoria de Egipto. La inscripción dice: matando a los nómadas (iwntyw). Eneste caso, el extranjero está representado con la barba característica de losasiáticos. También se halló en esta zona un relieve y una inscripción en la que elrey Sahure, de la V Dinastía, es llamado El que destruye los países extranje-ros48. Estos temas iconográficos formaron parte del repertorio denominadomuerte ritual del enemigo por el rey49, considerada una práctica social,repetitiva, que permite recrear y reproducir las representaciones simbólicas. Enotras palabras, son espacios culturales que a la vez recrean la ideología,configuran la identidad. Se considera, desde el punto de vista simbólico, comoun medio de comunicación del discurso figurativo50, remarcando el poder delrey a través de un elaborado sistema iconográfico que jerarquiza su imagen demanera destacable.

Las imágenes aparecen en los procesos políticos como fuerzas simbólicas quesirven tanto para la persuasión como para la autodefinición de la sociedad, y lasexpresiones iconográficas egipcias podían funcionar como un recurso identitario,sujeto a resignificación.

Otro testimonio significativo procede de un texto autobiográfico de unfuncionario llamado Uni, de la VI Dinastía51: "(...) Cuando su Majestad atacóa los asiáticos de la arena...después de destruir la tierra de 'Aquellos queestán en la arena' (...) Se me informó de que había rebeldes por algunacausa entre estos extranjeros que viven en la 'Nariz de la Gacela'52 (...)Regresé después de haberlos prendido a todos, después de aniquilar a cadarebelde que había entre ellos"53.

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Estos documentos (y otros) presentan una forma visible de estigmatización,pues transformaba al extranjero en enemigo, o sea aquél sobre el que era posibleejercer toda forma de violencia: muerte o captura. Aquí, la visión ofrecida es lade grupos turbulentos que se oponían a su avance y a los que había que eliminarpara cumplir con sus objetivos. De este modo, el rey cumplía el papel demediador ante los dioses, garantizando maat54, vale decir, la aplicación de laregularidad cósmica a la vida egipcia55.

Sin embargo, cabe aclarar que no existía un conflicto permanente entre losegipcios y los grupos pastorales con los que interactuaba, y podemos considerarla posibilidad de que el Estado egipcio haya establecido alguna forma deconsenso con los jefes de las poblaciones de la zona del Sinaí para poder realizarla extracción de los recursos sin mayores inconvenientes.

VI. EL COLAPSO ESTATAL Y LA PRESENCIA DESEMINOMADAS EN EL DELTA EGIPCIO

Durante el llamado Primer Período Intermedio, que se extendió desde finesde la Dinastía VI hasta mediados de la Dinastía XI, Egipto estuvo debilitadopolíticamente. El largo reinado de Pepi II, así como ciertos factores ecológicosy climáticos, conjuntamente, provocaron una de las situaciones más extremas ycaóticas, donde el poder central se vio seriamente comprometido. Fue unaépoca de crisis, la primera gran crisis de la historia del antiguo Egipto. Una épocaen que el orden político, económico y social establecido firmemente durante elperíodo anterior, el Reino Antiguo, colapsó56.

Ahora bien, ¿jugó un rol importante la infiltración de grupos pastorales en estecontexto? La respuesta es negativa, pues el movimiento de seminómadas,asiáticos y libios que merodeaban el Delta, siempre existió, sea controlado porla política estatal o no. La presencia de extranjeros fue una constante, sea cualfuere la circunstancia. No se acepta la hipótesis de invasión57, aun cuando, comoseñala Bell58, no debamos descartar la falta de lluvias sobre las fuentes africanascentral y oriental del Nilo, a fines de la fase húmeda del Neolítico, afectando tantoa sedentarios como a seminómadas59. Además, no existe evidencia arqueológicaen las tumbas y sitios del Primer Período Intermedio que corrobore lo que ciertasfuentes literarias60, tales como las ‘Admoniciones de Ipu-uer’, la ‘Enseñanzapara Merikara’, y ‘La Profecía de Neferty’, narran sobre la penetración deasiáticos en el Delta durante esta época. Sin embargo, podemos obtener de ellasuna clara visión del otro para los antiguos egipcios. La Enseñanza paraMerikara, datada en la Dinastía IX/X heracleopolitana61, expresa claramente lapercepción del egipcio hacia el otro, definiéndolo de la siguiente forma: “Pero

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esto debería decirse al Arquero: Mira, el miserable asiático es desgraciadoa causa del lugar donde está, escaso de agua, desprovisto de madera, sussenderos son numerosos y difíciles a causa de las montañas. No habita enningún lugar, el alimento impulsa sus piernas, lucha desde el tiempo deHorus sin conquistar ni ser conquistado. No anuncia del día de combatecomo un ladrón que actúa por sorpresa"62. Este documento presenta lascaracterísticas de grupos que aparecen de imprevisto, que merodean las zonasperiféricas, provenientes de un medio ecológico que no les era favorable y quepor esa razón fueran señalados como elementos foráneos que intentabaninfiltrarse en las fértiles tierras del Nilo.

En otro pasaje se manifiesta más claramente aún la hostilidad hacia losextranjeros: "Hice que el Bajo Egipto los atacara, capturé a sus habitantes,tomé su ganado hasta que los ‘amu’ aborrecieron a Egipto (...) No tepreocupes por él, el asiático es un cocodrilo en su playa; arrebata de uncamino solitario, pero no puede tomar una ciudad populosa63. En estefragmento, vemos que los egipcios subestimaban a estos grupos pastorales comopeligro potencial. Y en momentos de crisis del poder estatal y de desorganización delsistema de control social y de fronteras, dichos grupos fueron considerados como unaamenaza, como un causante de los problemas surgidos.

En tanto, las ‘Admoniciones de Ipu-uer’, de la Dinastía VI64, presentan laslamentaciones de un anciano que es testigo de la situación caótica de Egipto bajo laindiferencia del rey y las luchas sociales, y atribuye a los nómadas parte de la culpade esta crisis. Dice: “En verdad, el desierto está en todo el país, los nomos estánasolados y extranjeros bárbaros han venido al Egipto (...) en medio de ellocomo asiáticos (...) Las costumbres de allí han cesado para ellos. No seencuentra a los que se levantarán y los protegerán (...) Todo hombre lucha porsu hermano y se protege a sí mismo. ¿Son nubios? Entonces nos protegeremos.Los guerreros se multiplican para repeler a los arqueros. ¿Son libios? Entoncesvolveremos a derrotarlos. Los medyau(65) están satisfechos en Egipto. ¿Cómoes que todo hombre ha llegado a matar a su hermano? Las tropas quereclutamos para nosotros se han vuelto enemigas (lit.: arqueros) y han caídoen la subversión. Lo que ha ocurrido a causa de ello es hacer saber a losasiáticos sobre la condición de la tierra ”66. Aquí se narra la situación con respectoa la relación de Egipto y sus vecinos: nubios y libios no constituyen un verdaderopeligro y han podido ser controlados. Las tropas auxiliares de medyau, reclutadaspor los ejércitos locales durante el Primer Período Intermedio, gozan de una situaciónfavorable en Egipto. El verdadero problema reside en la situación interna y lapresencia de los asiáticos, que se han aprovechado de ella. Indudablemente, estafuente extrema el impacto de los extranjeros en la crisis, aunque probablemente

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se haya tratado de una de las tantas infiltraciones, que no produjo la descentra-lización del Estado egipcio67. Estas fuentes literarias analizadas son válidas puesnos permiten penetrar en el campo de las representaciones mentales, expresandoaspectos elaborados de la autoconciencia y de la alteridad étnica, vale decir, lasdistinciones propias respecto de las del otro.

Por su parte, la ‘Profecía de Neferty’68, si bien se la considera como detiempos de la Dinastía XII, alude a una situación similar a la referida por Ipu-uer.Describe primeramente cuál es la situación que causa la entrada de losseminómadas a Egipto: “Describiré lo que está ante mí, no presagiaré lo queno viene; seco está el río de Egipto, se cruza el río a pie; se procura aguapara que los barcos naveguen; habiéndose tornado su curso en playa. Laplaya será cubierta por agua, el lecho del río en playa. El viento sur seopondrá al viento norte, al cielo le faltará el viento único”69.

Es probable que estas adversidades que afectaban a la sociedad egipciafueran mayores en los ámbitos pastorales por su menor capacidad de absorcióny resolución de los problemas de sequía y falta de agua. La capacidad deadaptación del sedentario, cuya actividad económica productiva es másdiversificada, en tanto son múltiples las actividades a las que se puede dedicaren caso de crisis, lo hacía menos vulnerable.

La sociedad seminómada tenía pocas estrategias de subsistencia ya que sibien una solución era desarrollar alguna actividad entre la sociedad sedentaria,debía tener la aceptación de la misma, la que en un momento de crisis sería difícilde conseguir. La ‘Profecía’ señala a los grupos pastorales como la causa de susdesgracias: “Un pájaro de origen extranjero incubará en los pantanos delDelta, después de haber hecho su nido en la vecindad de los hombres (...) elpaís está sumido en la miseria, a causa del alimento que es tomado por losasiáticos que recorren el país…Pero he aquí que surgirá del sur un reyllamado Ameny, justificado. Es un hijo de una mujer de Ta-sety, es un hijodel Alto Egipto (...) Los asiáticos caerán ante su llama (...) Se construiránlos Muros del Príncipe (que viva, esté próspero y sano), y ya no se permitiráque los asiáticos desciendan a Egipto. De aquí en adelante pedirán agua almodo habitual, para permitir beber a sus rebaños. El derecho volverá a sulugar, la iniquidad habiendo sido echada afuera (...)”70.

Es probable que con la construcción del llamado ‘Muro del Príncipe’,mencionado también en el ‘Cuento de Sinuhé’, se haya buscado ampliar lasdefensas en el Este para evitar la entrada de extranjeros y, de esta manera,regular el flujo de grupos pastorales hacia el Delta.

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En general, estas fuentes que describen la situación de Egipto durante elPrimer Período Intermedio, tienen la tendencia a externalizar los problemas,pues son reacias en asignar las causas a males internos, y los seminómadas sonvistos como los verdaderos culpables. Señalaremos que la ‘Profecía de Neferty’repite los esquemas de las 'Admoniciones de Ipuwer', dado que, de cierto modo,es un recurso literario para introducir la legitimación favorable a la nueva dinastía,la XII, cuyo fundador es Amenemhat I.

En síntesis, es probable que problemas internos del Estado egipcio hayanimpedido ejercer un control efectivo sobre los desplazamientos de los gruposseminómadas establecidos en las periferias del Estado, sin obviar que existió unproblema ecológico que afectó tanto a los grupos sedentarios como a los grupospastorales. Dejaron de existir los flujos seminómadas regulados por el Estado.

En los textos se evidencia un énfasis deliberado en la vinculación etnicidad-poder político, claramente distinguible por las referencias al seminómada, defuerte contenido étnico. El propósito sería garantizar el sentimiento de comuni-dad ante la fragilidad de la situación política.

Además de la legitimidad del poder real y de la búsqueda del consensointerno, estas fuentes tenían el propósito, por un lado, de fortalecer a lacomunidad en sus relaciones con el exterior en tanto aquella se identificaría consu propia identidad, distinta de la del otro - el agresor externo- y, por el otro,de consolidar las prácticas tendientes a fortalecer la autoridad del Estado en elterritorio de Egipto.

Rescatamos la metáfora aluvial de Kupper, aplicable para este caso: “Desdeel punto de vista histórico, el rígido esquema de las oleadas sucesivas deinvasiones nómadas se hace manifiestamente caduco. En el lugar de lasolas que crecen a intervalos periódicos para inundar la Media Luna Fértil,es la imagen de un río que sin duda tiene sus momentos de crecida y deestiaje, pero que no cesa de fluir y que no espera más que la primera brechapara derramarse en la llanura. La solidez de los diques se convierte aquí enel factor decisivo, en otros términos el vigor y la obstinación de laresistencia ofrecida por los sedentarios, y no impulsos más lejanos venidosdel exterior. En resumen, si el nomadismo depende del clima, depende delas condiciones físicas, los movimientos del nomadismo están, ellos, esen-cialmente ligados a las condiciones políticas”71.

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VII. LAS FRONTERAS ÉTNICAS EN EL REINO MEDIO

El Reino Medio (mediados de la Dinastía XI a mediados de la XIII) secaracterizó por la reconstitución del poder real, después de las luchas por launidad del Estado de fines del Primer Periodo Intermedio, a la vez que la políticaexterior se caracterizó por el avance sobre algunas de las regiones vecinas72.

Las fuentes egipcias del Reino Medio son bastante significativas y completas,y en ellas los extranjeros son presentados en número considerable. Uno de lostérminos que prevaleció en estas fuentes para identificar al extranjero es 'amu'73,que sirvió para designar al seminómada que se encontraba incluido dentro de laestructura social del Estado egipcio como a aquellos que habitaban en Asiaoccidental. Además, diversas fuentes atestiguan la presencia del otro dentro dela sociedad egipcia74.

En este sentido, el Estado no era reacio a la incorporación de extranjeros,pues observamos su inserción en la estructura de la sociedad egipcia pordiferentes vías (como personal administrativo, mercenarios, trabajadores).Evidentemente, la fluidez de las relaciones interétnicas y la presencia constantede grupos pastorales generaron fronteras étnicas permeables75.

Poseemos fuentes estatales que confirman la política de la Dinastía XIItendiente a la apropiación de bienes de prestigio a través de diversas modalida-des, como el tributo, los intercambios o las acciones punitivas, y el ingreso deextranjeros al Estado por esta última vía76. Por ejemplo, según la ‘Inscripciónde Menfis’77, al menos parte de los extranjeros que ingresaron a Egipto lo habríanhecho como resultado de acciones punitivas llevadas a cabo por el Estadoegipcio en Asia. Además, contamos con evidencia iconográfica, como larepresentada en la tumba de Khnumhetep II, monarca contemporáneo deSesostris II, en Beni Hasan, donde se registra una caravana compuesta porhombres, mujeres y niños que, por sus rasgos y vestimentas, pueden seridentificados como seminómadas, además de su mención como amu en lainscripción que acompaña la representación78. La llegada de estos 'amu' aterritorio egipcio pareciera ser de carácter pacífico79; mientras que en la 'Estelade Khu-Sebek', correspondiente al reinado de Sesostris III, se exalta el accionardel rey: "Su Majestad ordenó navegar aguas abajo para vencer a losnómadas (mntw) de Asia. Su Majestad arribó al país extranjero cuyonombre es Sekmem… Entonces Sekmem cayó junto con el Retenu"80. Aquí,se polariza claramente la actitud del Estado hacia los no egipcios. La imagen deun rey victorioso es también un modo de definir al enemigo, con lo cual,nuevamente, nos encontramos con una forma de reafirmar la etnicidad comoentidad contrastante con el afuera, con los otros.

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Por su parte, el 'Cuento de Sinuhé'81 proporciona un indicio de la presenciade un grupo de población sedentaria integrada al mundo pastoral. Además, endicho texto literario se describen las condiciones de vida de los amu, en el pasajedonde el rey otorga su perdón a Sinuhé, le permite regresar a Egipto y describela forma de enterramiento propia de aquellos: “(...) no mueras en el extranjero,que no te entierren los ‘amu’, que no te envuelvan en una piel de carnerohaciendo de sarcófago (…) Piensa en tu cuerpo y ven”(82). La presencia deegipcios entre los seminómadas constituiría, también, un claro indicio de unainterrelación étnica pacífica.

CONCLUSIONES

En síntesis, los aportes de distintas investigaciones provenientes de lasciencias sociales y los estudios referidos a sociedades pastorales, nos permitie-ron analizar la relación del Estado egipcio con el mundo pastoral periférico.

La visión de ese Estado respecto del seminómada respondió a su actitudgeneral frente a lo ajeno, a lo otro. Las fuentes que hacen referencia a sociedadespastorales resaltan su calidad de extranjero, en tanto diferente del egipcio. Losgrupos pastorales aparecen bien diferenciados por sus principales característi-cas, vale decir, por la movilidad y el hábitat en donde la desarrolla: el desierto.

Los contactos interétnicos (grupos seminómadas-grupos sedentarios) secaracterizaron por ser fluidos y generaron, dentro del Estado, un proceso deconstrucción de la identidad étnica, mediante el uso de elementos simbólicos(orden vs. caos), donde los otros, los extranjeros, pertenecen al ámbitoexterior y circundante del orden egipcio.

La atemporalidad de los grupos étnicos tiene que ver con el carácter mítico-simbólico de la etnicidad. La supervivencia del grupo étnico estaría vinculada almantenimiento de los símbolos, mitos, tradiciones y memoria colectiva que losustente.

Las acciones de fuerza contra los otros son vistas como intervenciones contrarebeldes o fuerzas descompuestas que comprometen el orden. Así, el Estadotiene el deber de proteger a Egipto de esas fuerzas descomponedoras. Estoselementos externos, los amu o los viajeros de las arenas, contribuyeron aprocesar la identidad étnica desde el ámbito de la élite estatal. El antagonismoentre nosotros y ellos está presente en los cánones artísticos y textos literarios83.

Las poblaciones pastorales intentaron superar el control impuesto por el

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Estado, ya sea para prestar servicios dentro de la estructura estatal, o parautilizar las pasturas y fuentes de agua, ricos recursos naturales de Egipto.

Cuando el Estado atravesaba una etapa de crisis (como el Primer PeríodoIntermedio), estos extranjeros eran vistos como parte de las causas de susdesgracias, sin obviar que hay fuentes que culpan a Ra y al rey. Desde laperspectiva de las fuentes analizadas, sólo en períodos de debilidad política seincrementó el flujo de seminómadas en búsqueda de mejores suelos, por falta delcontrol estatal. Los cambios ecológicos per se no conducían necesariamente aun ingreso de extranjeros en suelo egipcio; sólo si las fronteras se debilitaban acausa de una compleja conjunción de factores, destacándose los de ordenpolítico, se intensificaba el flujo de grupos pastorales hacia el valle del Nilo.

Las fronteras étnicas fueron permeables, generadas por los constantespasajes y filtración de grupos étnicos (seminómadas en la sociedad estatal o,como hemos visto, la presencia de egipcios integrados en comunidades pastorales).La inserción de seminómadas en la sociedad egipcia era posible cuando elEstado lo permitía, a través de distintas modalidades (en la administraciónestatal, en el ejército, en las tareas domésticas). Los procesos étnicos identitariosen el antiguo Egipto fueron posibles a partir de los elementos clasificatorios delos otros, los extranjeros, en este caso, seminómadas. Para ello, el Estado, através de las relaciones intersocietales, promovió el sentido de pertenencia,enfatizando la diferencia entre lo propio y lo ajeno. Los criterios de identificaciónse basaron en indicios de lo que existía, construyendo diferencias culturales através de interpretaciones presentes en textos estatales o en manifestacionesartísticas, ya ejemplificadas.

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NOTAS DEL AUTOR

1 Véase Campagno 2002; 2000, pp.35-47; 1998, pp.101-113; Manzanilla 1996, pp.49-61; 1985,pp.91-114; 1983, pp.5-18; Cervelló Autuori 1996; Silva Castillo 1982; Emberling y Yoffee 1999,pp. 272-281; Finkelstein y Silberman 2003; Kamp y Yoffee 1980, entre otros.

2 Concretamente, las investigaciones de la etnoarqueología que son aportes muy valiosospara comprender la relación entre la conducta humana y la cultura material (London 2000: 2-8). Destacamos también las investigaciones arqueológicas del Instituto de Historia yArqueología de Ekaterimburgo, Rusia, principalmente referidas a las sociedades pastoralistasde las estepas de Eurasia y su relación con las sociedades estatales, durante el 2do. y 1er.milenios a.C. (Bashilov y Yablonsky 2000, pp.13-18; Koryakova 2000, pp.19-30); Rowton1982; Kupper 1959; Luke 1965; Briant 1983, pp.43 y ss

3 Cf. Barth 1976: 54 Entendida como la expresión y afirmación de una identidad étnica específica que se desarrolla

a través de la interacción social.5 Es el proceso de la producción, reproducción y modificación de una etnia a través del tiempo.

Es un proceso continuo, una dinámica en permanente construcción (Stallaert 1998, p.12;Emberling y Yoffee 1999, p.272).

6 “Un caso específico de fluctuación de la frontera étnica es la asimilación, que desde el puntode la etnicidad, significa la desaparición de la frontera étnica entre dos grupos. El caso dela asimilación o también el fenómeno de ‘passing’ o cambio de identidad étnica demuestranque las fronteras étnicas no son estrictamente herméticas. Su permeabilidad depende muchodel contexto político y social y varía con el tiempo” (Stallaert 1998, p.13).

7 Emberling y Yoffee (1999, p.274).8 Para más detalles de la geografía del Cercano Oriente Antiguo véase González Wagner (1993,

pp.12-15); Liverani (1995, pp.36-49).9 Por la diversidad climática, que afecta directamente al régimen de precipitaciones, originando

zonas fértiles, zonas áridas y semiáridas.10 González Wagner (1993, p. 18).11 La madera de cedro, metales preciosos como oro y plata, cobre, granito, diorita, alabastro,

entre otros. Campagno señala que un componente fundamental del Estado fue el monopoliode los intercambios que proporcionaban los bienes de prestigio procedentes de zonaslejanas. Dichos bienes eran muy apreciados por la élite para legitimar y reafirmar su posiciónfrente a los demás integrantes de la sociedad estatal (Campagno 2001, pp. 33-55; Liverani1990; Manzanilla 1983, pp.5-8).

12 Digard (1982, pp.11-12).13 Cribb (1991, p.9).14 Lees y Bates (1974, pp.187-192).15 Khazanov (1984, p.7).16 Otro error frecuente era considerar la transhumancia como propia de sociedades pastoralistas.

También se practicaba en los centros urbanos, donde el ganado era acompañado porpersonas necesarias para su cuidado (Khazanov 1984, p.18; Bar-Yosef y Khazanov 1992, p.2;Digard 1982, p.13).

17 Rowton (1973, pp.201-258); Kamp y Yoffee (1980, p.91).18 Briant (1983); Kamp y Yoffee (1980, pp.93-94); Digard (1982, pp.14-15).19 Faulkner (1962, p.13).20 Lupo de Ferriol (1990, p.8).21 El rasgo esencial de esta zona es la cadena de colinas y montañas que separan el valle del

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Nilo del Mar Rojo. Estas colinas posibilitan una ligera precipitación anual, cuya intensidady regularidad se incrementa cuanto más al Sur. Gracias a la precipitación, en los wadis existenpozos, vegetación. Kemp (1985, p.158).

22 Cf. Faulkner 1962: 175.23 Cf. Faulkner 1962: 261.24 Cf. Flammini 1996: 1125 Denominación atestiguada en documentos como el “Cuento de Sinuhé” o “La enseñanza

para Merikara”.26 Entendida como un mensaje a ser transmitido. Cf. Endrödi 1991: 22.27 Para una mayor profundidad de este punto, ver los siguientes trabajos: Bard (1994), Castillos

(1995).28 Campagno (comunicación personal); Wilkinson (2000).29 Las teorías sobre el número de proto-estados varía según los autores, pero oscilarían entre

las dos propuestas por Kemp (Hieracómpolis, Nagada y Abidos) y Hassan (Hieracómpolisy Nagada) Kemp (1992, 59), Hassan (1998).

30 Campagno (1995, pp. 64 y ss.).31 Campagno (1998, 108); Hieracómpolis fue un centro muy urbanizado, residencia de jefes

poderosos. Fue la realizadora de los mayores esfuerzos por el control de sus vecinos delNorte, Naqada y Tinis. Desde el punto de vista arqueológico, el empobrecimiento de losajuares y la disminución del tamaño de las tumbas en el cementerio T de Naqada, en el quetradicionalmente.

32 Wilkinson (2000, 179), Cialowicz (1996, 12), Kemp (1992, 58), Köhler (1996, pp.215-220).33 Köhler (1995, pp.79-82).34 Campagno (2001, 10).35 Se trata de un conflicto que involucra la decisión, por parte de los vencedores, de apropiarse

del territorio de los vencidos. Esta decisión impone la necesidad de un lazo permanente, deuna relación de dominación, entre sociedades anteriormente desvinculadas” Campagno(1998, 108).

36 Campagno (2000, 9), Kemp (1992, 61).37 Pereyra (1987).38 Campagno (2000, 10).39 Término utilizado por De Bernardi en sus trabajos sobre la antigua Mesopotamia, definido

como “el resultado del proceso por el cual una élite ha logrado el desplazamiento del sistemade identidad hacia el terreno de una unidad sociopolítica”. Consideramos válido aplicardicho concepto al territorio egipcio. De Bernardi (1998, 33).

40 Recurso iconográfico que perdurará en todas las épocas siguientes.41 Aguado Vázquez y Portal Ariosa (1991, 81). Campagno (2001, pp.5-7).42 Debemos tener en cuenta que ya existían este tipo de contactos en tiempos predinásticos,

como sostiene Campagno, en un contexto en que “uno de los componentes básicos delproceso en que surge el Estado en el Alto Egipto debió ser la competencia intercomunitariapor monopolizar la corriente de intercambios que proporcionaba bienes de prestigioprocedentes de lejanas regiones, requeridos por las élites locales para reafirmar su diferenciarespecto de los demás integrantes de las comunidades (…)” (Cf. Campagno 2001: 33).

43 El Reino Antiguo es la cristalización o consolidación de un proceso político, económico,social y cultural, que comenzó con el surgimiento del Estado hacia el 3000 a.C.

44 Cf. Kemp 1992: 117.45 Cf. Redford 1995: 34; Flammini 1996: 9-12.46 Cf. Kemp 1985: 177-180; Amiran, Beit-Arieh y Glass 1973: 193-197. Según Oren el predominio

de material egipcio en el Norte del Sinaí y la cantidad de cerámica egipcia del Sur de Palestina

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testimonian la activa política exterior seguida por el nuevo poder centralizado en esta últimaárea. Por la significativa cantidad de material cananeo hallada en tumbas egipcias y lacerámica.

47 Cf. Kemp 1985: 177-180; Amiran, Beit-Arieh y Glass 1973: 193-197. Según Oren el predominiode material egipcio en el Norte del Sinaí y la cantidad de cerámica egipcia del Sur de Palestinatestimonian la activa política exterior seguida por el nuevo poder centralizado en esta últimaárea. Por la significativa cantidad de material cananeo hallada en tumbas egipcias y lacerámica cananea en los asentamientos del norte del Sinaí, Oren llega a la conclusión de queel Estado egipcio en el Período Protodinástico Temprano utilizó al norte del Sinaí como unavía para su avance en el sur de Palestina. También sostiene que la escasez de cerámica egipciadel Bronce Temprano II en sitios del sur de Sinaí, donde se trabajaba el metal, sugiere queel Estado egipcio no tuvo acceso a las minas de cobre y no las explotó sistemáticamente hastala III dinastía. El flujo constante de productos egipcios hacia el Este, y luego hacia el Nordeste,constituiría un indicio de actividad comercial sobre una base local, sin control estatal. Cf.Oren 1973: 198-205

48 Cf. Bresciani 1991: 255; Trigger 1984: 10349 Este motivo iconográfico ya está presente en el Período Arcaico. Cf. Campagno 2002: 217-

219; Cervelló Autuori 1996: 206-211, 214; Flammini 2003: 100-10150 Cf. Endrödi 1991: 2251 Cf. Lichtheim 1976: 2952 Área específica de Palestina.53 Cf. Ibada Al-Nubi 1991: 18254 El orden cósmico. Cf. Frankfort 1981: 48-59; Cervelló Autuori 1996: 13955 En la mentalidad egipcia, la intervención contra los elementos caóticos es una acción

obligada por parte del rey, garante del orden universal ante la divinidad, mientras que losperturbadores (los pueblos no egipcios situados al Sur, al Este o al Oeste de Egipto) son"vencidos" por definición, ya antes de combatir. Cf. Bresciani 1991: 249; Flammini 2003: 94;al respecto, Campagno señala que “esa relación negativa con el exterior es necesaria parala reproducción de cada comunidad, en tanto límite que, a la vez, refuerza la identidad de susintegrantes y excluye a los que no lo son”, cf. Campagno 1998.

56 Para Kemp el Primer Período Intermedio es una época en la que se produce un desequilibrioentre la corte y las provincias que compiten por los recursos de ésta, cf. Kemp 1992: 147; cf.también Cassin, Bottero y Vercoutter 1975: 259-263

57 Cf. Ward 197158 Esta investigadora destacó la importancia de las fluctuaciones climáticas como un factor

determinante en la historia de Egipto y del Cercano Oriente en la Antigüedad. Plantea unahipótesis amplia que trata de explicar las épocas de grandes cambios (2200-2000 a.C. y 1200-900 a.C.) en la historia del Cercano Oriente Antiguo con fundamento en alteracionesclimáticas que habrían afectado a una amplia zona que se extendió desde Grecia a Mesopotamiay Elam y desde Anatolia a Egipto. No está de acuerdo con la hipótesis tradicional que atribuyeal debilitamiento del gobierno central y a la guerra civil la falta de control de las inundacionesy el descuido del sistema de irrigación y, por ende, las secuelas de escasez, hambre y desordensocial. En cambio (según Bell), fue la sequía, producto de las inundaciones insuficientes delNilo por la disminución de las lluvias en la región de sus fuentes, la que provocó la crisis queacabó con un gobierno central debilitado, incapaz de enfrentar con éxito el problema. Cf. Bell1971: 1-26; Fund Patrón 1998: 165

59 Cf. Redford 1995: 6260 Björkman ha destacado las dificultades de una reconstrucción histórica a través de la

utilización de las fuentes literarias. Por lo general, dichas fuentes atraviesan un largo período

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de transmisión, mediante copias tardías, lo que dificulta la atribución a una época determinada,ya que las copias sucesivas se "contaminan" con formas y giros propios del momento y noes posible realizar en ellas, como en las inscripciones en monumentos, estudios paleográficospara determinar el momento original de la composición, cf. Björkman 1964: 9-33. A pesar deello, la “Enseñanza para Merikara” es útil para entender el Primer Período Intermedio durantela época heracleopolitana, cf. Daneri 1992:53.

61 Este texto, de época heracleopolitana, está presentado en forma de instrucción dada por unrey a su hijo y sucesor. Es una fuente literaria importante, dado que narra la realeza del períodode crisis que descubre preocupaciones ético-religiosas respecto de la monarquía. Por otraparte, su descripción de la situación política del Delta es notable: ninguna otra fuentecontemporánea y posterior ofrece referencias concretas sobre el norte de Egipto en estaépoca. Cf. Ward 1971: 22-41; Daneri 1992: 61.

62 Cf. Lichtheim 1976: 97-109; Redford 1995: 67-6863 Cf. Cf. Lichtheim 1976: 97-11264 Se conserva en un papiro (de la época del Reino Medio) que guarda el Museo de Leiden. Falta

la primera parte y el final del texto está muy arruinado. Se compone de varias seccionesanafóricas ("En verdad", "Ved", "Destruido está", "Recordad"), con las que el sabio egipcioIpuwer enfatiza en su discurso el estado catastrófico del país, para desembocar al final enlos reproches a Ra, cf. Rosenvasser 1981: 222.

65 El empleo de soldados nubios en el ejército egipcio, al servicio del gobierno central, estáatestiguado desde el Reino Antiguo. Cf. Daneri 1992: 110; ‘Ibada Al-Nubi 1991: 19

66 Cf. Daneri 1992: 10167 Cf. Ward 1971: 3968 La "Profecía de Neferti" presenta afinidades de contenido con las "Admoniciones de

Ipuwer". El texto completo es conocido a través de un manuscrito de la dinastía XVIII y detablillas y ostraca del Imperio Nuevo. Es una fuente "post eventum", pues ubica artificialmentelos hechos en el pasado, en la época del fundador de la dinastía IV, Snefru. Neferti, unsacerdote lector, "profetiza" sobre lo que sucederá, los males de un período cuya proximidadno es precisada y el anuncio de la llegada de un salvador, eje central de la obra, cf. Galán 1998:3-15.

69 Cf. Lichtheim 1976: 14170 Cf. Lichtheim 1976: 141-143.71 Cf. Kupper 1959: 12072 En las inscripciones del Reino Medio se mencionan a menudo y hasta se describen las

campañas militares que los reyes egipcios realizaban, que indican la movilización deimportante cantidad de recursos para sentar su presencia en la Baja Nubia.

73 Cf. Faulkner 1962: 3874 Entre ellas, los "Papiros de Kahun". Dentro de este grupo de documentos encontramos un

texto de carácter administrativo que contiene una lista del personal que presta servicios enel templo funerario de Sesostris II en Illahun y que participa en la celebración de unafestividad. En la lista figuran los 'amu desempeñándose como acróbatas, cantantes ybailarines. El hecho de participar en una festividad religiosa con un oficio determinado,además de habérseles asignado un nombre egipcio, revela que estos 'amu ya ocupaban unaposición definida dentro de la sociedad egipcia. No obstante, en la lista se los diferencia delos egipcios, ya que conservan su denominación de 'amu, que precede al nombre asignadoy que los identifica como extranjeros: por ejemplo, entre los acróbatas "el 'amu Kha-Kheper-ra" mencionado en el Papiro Brooklyn 35.1446, donde la mayoría de servidores nombradosson 'amu, cf. Fantechi 1993:137; Luft 1993: 292

75 Esta idea se refuerza con los aportes arqueológicos del sitio de Tell el Dabca. Véase Flammini

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2004a: 109-13376 Esta inscripción fue hallada debajo de uno de los colosos de Ramsés II ubicado delante del

templo de Ptah en Mit Rahina, y se trataría de un fragmento de los Anales de AmenemhatII, datado en el primero de los 35 años de gobierno personal de este rey. Están detalladosel botín obtenido en Asia, luego de una campaña a esa zona, como también tributos yproductos traídos de una expedición al Líbano. Dentro de esta nómina aparecen mencionadoslos ‘amu en varias ocasiones. Se los encuentra enlistados junto a otros productos tales comometales preciosos, animales y galena, vale decir, que una forma de las formas de ingreso deestos extranjeros en Egipto era como parte del tributo. El texto dice:“Tropa de asaltoenviadas para arrasar....Número de cautivos vivos traídos de estos países extranjeros:‘amu: 1554. Cf. Redford 1995: 79; Flammini 1996: 24-31. Para un análisis pormenorizado deeste punto véase Flammini 2004b: 71-95

77 Cf. Flammini 1996: 24-2578 Cf. Fantechi 1993: 14579 Cf. Fantechi 1993: 14480 Cf. Flammini 1996: 3381 Hay dos manuscritos extensos, que son el Papiro Berlín 3022 y el Papiro Berlín 10499. Fueron

encontradas en dos tumbas de Tebas, de las dinastías XII y XIII respectivamente. Cf. Galán1998: 63

82 Cf. Galán 1998: 9183 También en los mitos, no tratados en este trabajo, entendidos como narraciones con un alto

contenido simbólico y parte inherente de los rituales y creencias religiosas.

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