recuperando el ser en heidegger

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  • 7/24/2019 Recuperando El Ser en Heidegger

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    En su libro de 1927 Ser y Tiempo, Martin Heidegger lidera una cruzada en pos de la

    recuperacin del concepto desera la manera en que lo vislumbraron los presocrticos, y que

    a partir de la intervencin de Platn ha sido secuestrado por el ente. En efecto, Parmnides, el

    padre (si no el abuelo) de la filosofa, inscribi al ser como aquello por lo cual hay algo,

    cosas, entes.Sin embargo, el ingreso de Platn a la escena signific la entificacin del ser,

    quedando as reducido a lo que conocemos como Formas o Ideas. Luego con Aristteles el ser

    quedara fijado como algo que se dice de varias maneras (aunque privilegiado como ousa).

    De all en ms, la tradicin filosfica continu por el sendero de la ontologa la ciencia del

    estudio de los entes, llegando hasta Descartes (yo soy una cosa que piensa) y recuperado

    en ltima instancia por quien sera mentor de Heidegger, Edmund Husserl. Asistimos, pues,

    como decamos al principio, a la titnica labor de ir contra dos mil quinientos aos de

    tradicin filosfica para restituir al ser a su lugar de privilegio con respecto al ente.

    Parte de esa tarea consiste en desmontar la concepcin heredada desde Aristteles, quien

    en De interpretatione hace de la proposicin la sede de la verdad y que ms tarde, con

    Frege, pasara a alojar tambin el sentido de las expresiones lingsticas. Sin embargo, antes

    de ingresar en la crtica a esta concepcin, es dable ofrecer una breve presentacin del

    concepto de Dasein y sus especificaciones ontolgicas (los existenciarios), a partir de los

    cuales se despliega la estructura de Ser y Tiempo. En efecto, si el proyecto de la recuperacin

    del ser haba de comenzar por alguna parte, no pareca haber mejor candidato que aquel

    singularsimo entre los entes del mundo que se pregunta por el ser de las cosas y de s: el

    hombre. El Dasein, pues (si bien no debe ser identificado con el hombre), escual su nombre

    lo mientael ser-ah que se encuentra en estado-de-yecto (arrojado, sin haberlo pedido) junto

    a los entes en el mundo; mundo que, por cierto, no aloja a las cosas como un balde al agua

    sino que se constituye a partir de ellas mismas, como quien habla del mundo de la

    farndula, por caso. Pero volviendo al Dasein: su condicin, a diferencia de las meras cosas,

    es la de algo inacabado y abierto; es pura posibilidad, poder-ser. La primera de sus

    especificaciones es lo que Heidegger da a llamar la disposicionalidad, en referencia al estado

    afectivo que dispone mejor o peor al Dasein para su encuentro con el mundo. El segundo

    existenciario del Dasein es la comprensin, que debe ser enmarcada dentro de la crtica

    heideggeriana a la visin moderna, para la cual el sujeto conoce al objeto mediante

    representaciones. Aqu, el carcter mismo de la disposicionalidad del Dasein como algo que

    est ya en el mundo junto con los entes permite suprimir a la representacin y en su lugar se

    instala la capacidad del Dasein de ver-en-torno de s para comprender los entes que le rodean,pues reconoce en ellos una funcin, una utilidad, un servir-para. Este reconocimiento

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    inmediato es donde al Dasein se le revela el sentido de las cosas, vale decir, las interpreta en

    funcin de la tarea que decide cumplir y las incorpora en un plexo de significaciones

    interrelacionadas que se remiten unas a otras. As es como el escultor no necesita

    representarse el cincel como objeto para tallar la piedra; simplemente lo reconoce y lo

    interpreta como algo que est en relacin con la piedra y en ltima instancia, con la estatua

    que desea producir para deleite de s y otros Dasein.

    El tercer existenciario es el habla, que es el articulador de la comprensin de los entes que

    estn en su mundo, esto es, la articulacin del sentido de manera expresa. "Articulado" quiere

    decir que esa totalidad (la del taller, o, en trminos ms generales, el mundo) no es una

    totalidad indiferenciada, uniforme, sino dotada de diversos niveles, funciones, relaciones de

    finalidad, de subordinacin o coordinacin, etc.

    Nos hallamos ahora en condiciones de evaluar la crtica heideggeriana a la proposicin

    como sede del sentido o significado. Se deja ver desde la caracterizacin de los existenciarios

    del Dasein que ste no puede no-comprender; que la interpretacin de los entes le es

    constitutiva por la misma facticidad de su ser-ah; por lo menos, cuando se trata de desplegar

    sus posibilidades en un hacer concreto. Distinto es el caso de la actividad terico-

    contemplativa, en donde los entes no son ms a-la-mano sino ante-los-ojos, esto es, que

    devienen objetos de estudio. En esta instancia, derivada de aquella comprensin originaria, el

    Dasein procura conocer el ser-de-los-entes que tiene ante s. De hecho, esta fue la actitud

    predominante desde que Platn dijera que la filosofa naci con el maravillarse ante los

    fenmenos que desemboc en el olvido del ser como pregunta fundamental e hizo que se

    privilegiase el estudio del qu es de los entes en tanto tales. Efectivamente, al rotar desde el

    cmo hacia el qu, la proposicin apofntica se elev como aquello que vendra a

    comunicar la definicin, y con ella, el significado de las cosas. Pero no cualquier tipo de

    proposicin, sino aquella que dice las cosas como son, lo que se conoce como teora de la

    verdad adecuacionista. Y si bien Heidegger no alza objeciones a tal consideracin de la

    verdad, s sostiene que ella no es la originaria ni la ms fundamental sino ms bien aquella

    otra que se le revela al Dasein en tanto interpreta las cosas que tiene a-la-mano. Esto lo

    expresa claramente en el mismo 33: Como la interpretacin en general, la proposicin tiene

    necesariamente sus fundamentos existenciarios en el tener, el ver y el concebir previos.

    Su cruzada es, en definitiva, una reaccin contra el positivismo lgico de su tiempo, que

    busc depurar el lenguaje hasta sus elementos constitutivos ms simples, procurando una

    lgica analtica que garantizase una verdad vlida, pura, infalible, objetiva...

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    Pero yendo ms lejos an, la propuesta heideggeriana busca alertarnos sobre lo que l

    denomin la cada, que lejos est de ser una alusin bblica. Antes bien, la cada es una

    consecuencia directa del olvido del ser por parte del hombre, que a su vez lo llev a olvidar su

    condicin de proyecto inacabado y comportarse como si fuera un mero ente intramundano. La

    cotidianeidad en connivencia con ciertos embrujos de las formas gramaticales que facilitan

    referirse a la esposa como mi mujer, cual si fuese una cosa lleva al hombre a cerrarse, a

    abandonar su estado-de-abierto. Las manifestaciones ms patentes de esta condicin (sobre

    todo en cuanto a los [d]efectos gramaticales) son el uno, lo impersonaly las habladuras. Lo

    primero se da cuando nos referimos a nosotros mismos en tercera persona al decir uno

    trabaja para que le vaya bien. El impersonal aparece cuando nos amparamos en expresiones

    tales como se dice que, se estila tal cosa para justificar nuestro accionar

    descomprometido y azaroso que elude la responsabilidad que nos cabe como seres libres y

    este estar condenados a ser libres, el estar obligados-a-elegir-a-cada-momento, es

    precisamente lo que nos angustia. La vocacinpor su parte sera ya aquello que impulsa al

    Dasein a salir de la apata y rechazar a lo Uno y lo Impersonal y, por cierto, tambin las

    habladuras en las que caemos al elidir todo matiz; cuando nivelamos, simplificamosen fin,

    cuando exiliamos al misterio del mundoTodo es conocido! Todo se sabe, no hay de qu

    preocuparse!. En rigor, se trata de un autoengao que nos legitima a llevar una vida

    inautntica. Apacible, s, pero oh, tan inautntica!

    ***

    En el desarrollo anterior hemos hecho alguna mencin de los conceptos de Dasein, ser-a-

    la-mano y ser-ante-los ojos, sobre los cuales daremos algunas precisiones ms. El ser-a-la-

    mano es aquel tipo de ente que hace frente dentro del mundo, esto es, las cosas que se

    presentan de manera inmediata al Dasein en cuanto que sirven para, son perjudiciales,

    son empleables,por lo que Heidegger tambin los llama tiles. El Dasein se encuentra ya en

    una situacin de familiaridad con los seres-a-la-mano, que le facilitan su manipulacin no

    mediada por representaciones intelectuales (contra lo que haban sostenido los modernos hasta

    Husserl inclusive con su intencionalidad de la conciencia). Pero cabe preguntarse ahora,

    dnde se da todo esto, y cules son las condiciones de posibilidad para que hagan frente al

    Dasein? La respuesta de Heidegger se articula alrededor del concepto de conformidady que

    nos brindar la clave para atravesar el espinoso problema de la mundanidad del mundo.

    La conformidad, pues, es una relacin compleja entre el Dasein, los entes intramundanos y

    otros Dasein que habitan ese mundo. Aqu es til remitirnos a la frmula que el mismoHeidegger usa: La conformidad implica: conformarse con algo en algo. La relacin

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    conen es lo que se indica con el trmino de referencia. Aquello conlo cual el Dasein

    se conforma es el ser-a-la-mano, y lo hace enreferencia a algo, que puede ser (1) otro ser-a-

    la-mano o, (2) otro Dasein. En el primer caso, cuando la referencia es a otro mero ente,

    estamos ante el para qu, en el en qu de un ser empleable; en el segundo en cambio

    debemos hablar ya de que hay un por mor del qu. Traducido esto a trminos ms

    familiares, tendramos que en la secuencia de conformidades concatenadas, los tiles son

    mediosde los que el Dasein se vale para alcanzar un finltimo que cierra la cadena, y que es

    siempre un Dasein (otro o uno mismo).

    Until no es, rigurosamente tomado, nunca agrega Heidegger para decirnos que el til

    no se da jams aislado, sino que se da siempre dentro de un todo de tiles o plexo referencial

    del que forma parte. Esto, en efecto, es la condicin de posibilidad para el darse de los seres-

    a-la-mano y es lo que propiamente se llama mundo; la estructura particular que da forma a ese

    mundo es su mundanidad. El Dasein, por su parte, en su familiaridad con estas relaciones se

    significaa s mismo, se da a comprender originalmente su ser y poder-ser en el mundo. Y as,

    tenemos que el todo de relaciones de este significar lo llamamos lasignificatividad.

    El ser-ante-los-ojos, tal como habamos esbozado en la consigna anterior, se diferencia del

    ser-a-la-mano por el hecho de no pertenecer a la esfera de la prxis sino a la terica, por la

    cual el Dasein contempla al ente que hace frente para descubrir su ser. Esta es la actividad

    propia del filsofo dialctico tal como la concibi Platn: la bsqueda de la esencia oculta

    de las cosas, expresada en aquellas Ideas que eran captables con el ojo de la mente. En un

    sentido ms propio, el ser-ante-los-ojos son los que de alguna manera estn ya objetivados,

    articulados por el habla, y donde la comprensin ya pasa a ser expresa en lugar de tcita,

    como en el ser-a-la-mano.

    Nos encontramos con que Dasein y Mundo no son dos cosas separadas e independientes.

    Tampoco hay ya una conciencia interior y un mundo exterior como sostenan los

    modernos, pues el Dasein ya es(ta) afuera en-el-mundo, es ser en-el-mundo, el suyo es un

    estado de arrojo-hacia, de ec-sistencia, de proyeccin. Y es que su facticidad radica en la

    apertura que le es constitutiva; apertura que lo fuerza a realizarse, a determinarse en el hacer.

    Nada est prescrito de antemano para l; palabras como fatalidad o destino no pueden

    tener ya ningn sentido, a no ser que se las utilice para justificar la dejadez.

    Nicols Palou