reconstrucción de dios deseado y deseante (2004)
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DIOS DESEADO Y DESEANTE
DE JUAN RAMN JIMNEZ.
RECONSTRUCCIN,
CRTICA E INTERPRETACIN.
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NDICE GENERAL.
1. Introduccin. Agradecimientos. (p. 6)1.1.Abreviaturas utilizadas en esta tesis doctoral. (p. 10)1.2.Signos utilizados. (p. 139
2. Problemas textuales. Edicin crtica o reconstruccin?. (p. 14)2.1.La edicin crtica de clsicos modernos. Problemas y propuestas. (p. 16)
2.1.1. El problema de la edicin sin un texto completo y definitivo delautor. (p. 18)
2.1.2. El problema de las diversas ordenaciones realizadas por manosajenas. (p. 23)
2.2.Anlisis, descripcin y crtica de las distintas ediciones deAnimal de fondo y
Dios deseado y deseante existentes hasta la fecha. Historia y panoramaeditorial. (p. 35)
2.3.La problemtica escritura deDios deseado y deseante. Historia redaccional yproblemas para la reconstruccin del libro completo. (p. 49)2.3.1. Viaje a Argentina y Uruguay. Vivencia e historia externa de un libro.
(p. 51).2.3.2. La biografa del poeta como llave de la historia redaccional del libro.
Textos, ndices y otras anotaciones juanramonianas destinadas allibroDios deseado y deseante . (p. 78)
2.4.Algunos apuntes previos sobre el trabajo con manuscritos y originalesmecanografiados. (p. 91)2.4.1. Reconstruccin, edicin crtica, versin definitiva. (p. 95)2.4.2.
Las ediciones crticas (paracrticas, recosntrucciones, etc.) de librosjuanramonianos. (p. 98)
2.4.3. Reflexiones sobre las anotaciones manuscritas del poeta. (p. 102)2.5.Problemas concretos enla reconstruccin del libro completo Dios deseado y
deseante. (p. 120)2.5.1. El libroDios deseado y deseante dentro de los planes de edicin de la
obra ltima en manuscritos y originales consrvados. (p. 121)2.5.2. La ordenacin de la obra. Dios deseado y deseante en los planes
editoriales de Juan Ramn Jimnez para su obra ltima. (p. 126)2.5.3. Establecimiento del corpus. (p. 138)2.5.4. Versiones de los poemas publicados en revistas en vida del poeta.
Facsmiles. Descripciones de originales de Dios deseado y deseanteen anteriores ediciones. (p. 145)
2.5.5. El orden del libroDios deseado y deseante. (p. 149)2.5.6. Diversos momentos redaccionales por los que pas el original dellibro completo. Discriminacin de tipos mecanogrficos. (p. 155)
2.5.6.1.Las portadas y portadillas del libro. Su lugar en Destino. (p.155)2.5.6.2.Prlogo y versiones conservadas del mismo. Otros textos, nota
preliminar, eplogo y notas conservadas. El apndice de Diosdeseado y deseante. (p. 163)
2.5.6.3.Originales de los poemas. Estudio de la historia gensica del libroen los originales de los poemas conservados. (p. 170)
2.5.6.4.Referencias al itinerario en los poemas. El orden del libro y elorden del diario. (p. 176)
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2.6.Propuesta de edicin completa hasta la fecha deDios deseado y deseante. (p.196).
3. Coordenadas de la interpretacin. (p. 199)3.1.Estado de la cuestin. Descripcin de la bibliografa y de sus avances en la
interpretacin de la obra juanramoniana. (p. 203)3.2.Contexto histrico-literario de creacin. (p. 231)
3.2.1. El marco ticoesttico de interpretacin. Aproximacin a lasfuentes de su poesa. (p. 231)
3.2.2. Fuentes, cultivo y formacin. (p. 238)3.2.2.1.El Modernismo: modernismo potico y crisis espiritual. (p. 243)3.2.2.2.El Krausismo: premodernismo filosfico y espiritualidad
modernista. (p. 249)3.2.2.3.Unamuno y Ortega. (p. 252)
3.2.2.4.Romanticismo: idealismo, simbolismo y modernidad potica. (p.256)3.2.2.5.El simbolismo en la poesa moderna. (p. 269)3.2.2.6.Tagore y la influencia oriental. (p. 272)
3.2.3. Y para recordar qu hemos ledo. (p. 280)3.3.El panorama literario de la poca. Juan Ramn en su contexto literario de
creacin. (p. 282)3.3.1. Coordenadas histrico-literarias. Polmica, imagen y recepcin de
Juan Ramn. (p. 283)3.3.2. Recepcin de Juan Ramn Jimnez. (p. 294)
4. Situacin del poeta en el exilio. Desarrollo de la poesa juanramoniana haciaDios deseado y deseante. (p. 300)
4.1.El mar: primer mar, segundo mar, el mar tercero. (p. 300)4.2.El exilio y la temporalidad juanramoniana. Aspectos derivados de la
problemtica del exilio: el espaol perdido, el desterrado. (p. 310)4.3.Los aos de Juan Ramn en Maryland, Washington. La biografa ltima del
poeta como iluminacin de la obra. (p. 317)4.4.La obra ltima: continuidad y evolucin en su poesa. (p. 324)
4.4.1. Las conferencias: el contexto literario de creacin. (p. 328)4.4.2. Lrica de una Atlntida: interpretacin de una etapa que desborda
toda la lgica interpretativa de un siglo. (p. 335)
5. Coordenadas hermeneticas de la interpretacin: la idea del libro, aproximacinaa algunos conceptos fundamentales para una lectura de Dios deseado y deseante(Animal de fondo). (p. 342)5.1.La idea de(l) libro (los libros). Propuesta de lectura. (p. 355)5.2.Palabra potica, experiencia y trascendencia. Poesa y vida. La forma del
diario. (p. 361)5.3.Algunas consideraciones sobre la (anti)significacin potica. El smbolo y
el simbolismo en Juan Ramn. (p. 367)
6. El smbolo de dios enDios deseado y deseante (Animal de fondo). (p. 372)6.1.El problema religioso y la muerte de Dios en la mentalidad de fines del XIX
y principios del XX. Relaciones con la crisis religiosa del joven Juan Ramny con las interpretaciones de la religiosidad juanramoniana. (p. 373)
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6.2.Poesa religiosa en la poesa del siglo XX en lengua espaola y su relacincon el exilio de las espaas de 1936. (p. 379)
6.3.Dios en la poesa de Juan Ramn Jimnez. Breve repaso evolutivo. (p. 391)6.4.Las formas del dios en Juan Ramn Jimnez. Dios deseado y deseante en la
religin juanramoniana. (p. 415)6.4.1. Un dios nosotros que nos dira que la totalidad de los hombres son
dios. (p. 418)6.4.2. El pantesmo. Sustancia y esencia: Leibniz, Spinoza, el idealismo
alemn. (p. 420)6.4.2.1.El panentesmo krausista. El krausismo y su idea de dios. (p.
431)6.4.3. La idea de un poeta dios. (p. 433)
6.5.Lo uno, la unidad. La realidad visible y la invisible. La doble nostalgia y elanhelo de totalidad. Races y alas. Piedra y cielo. Dualismo y monismo en el
pensamiento potico juanramoniano. (p. 436)6.6. El problema mstico. (p. 443)6.6.1. El deseo y el erotismo sublimado. (p. 448)6.6.2. El problema mstico, el verbo y el lenguaje potico juanramoniano.
La desnudez potica y su relacin posible con la mstica. Lxicomstico y formas de la mstica en los poemas de Dios deseado ydeseante. (p. 451)
6.6.3. El hueco / la nada / la trasparencia. Mstica negativa en Juan RamnJimnez? (p. 456)
6.6.4. La disyuntiva del vaco en relacin con la poesa ltima de JuanRamn y sus rasgos msticos. Sobre una posible conversin
juanramoniana: fe, duda, vaivenes del pensamiento. (p. 460)
7. Complejo simblico y significativo de la obra ltima en Dios deseado ydeseante. (p. 472)7.1.La conciencia. (p. 472)
7.1.1. Recorrido por las apariciones de conciencia en su poesa. (p. 477)7.1.2. La conciencia como problema en su tiempo. Hegel y Ortega. La
conciencia como espritu. (p. 482)7.1.3. Monismo y dualismo. Alma y conciencia. (p. 484)7.1.4. El cuerpo. (p. 487)7.1.5. Conciencia / Instinto / Cultivo. Las dos formas de significar de la
conciencia en Juan Ramn. (p. 489)7.1.6. Conciencia en dios. Dios en conciencia. Importancia de la
construccin ... en dios. (p. 491)7.2. El yo: una problemtica moderna. (p. 493)
7.2.1. El sentido de la rbita y el mbito en relacin con el tiempo y elespacio de la conciencia y el yo del poeta: el astro. (p. 496)
7.2.2. El mar, el yo y la conciencia. (p. 498)7.2.3. Animal de fondo: la autodefinicin del yo. (p. 501)7.2.4. Otro smbolo del yo: el rbol. (p. 506)
7.3.La escala de la naturaleza: los otros animales. El perro. El pjaro (albatrosy gaviotas en la ola). (p. 507)7.3.1. Mi respiracin completa y mi completa inspiracin. Una comunin
pantesta al modo de Narciso. La belleza como belleza natural. (p.512)
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7.4.El nio y la mitologa del niodios. (p. 515)7.5.Smbolos polivalente: smbolos recurrentes. La mujer, la rosa, la obra. (p.
517)7.5.1. Simbologa natural: sol, nubes, arenales, riomardesierto. La luz
(mstica, fsica, carbn, imn, lo elctrico). (p. 519)7.5.2. Otros smbolos: la ciudad, la fantasa, el espejismo. (p. 527)
7.6.El significado de los sentidos en el texto. (p. 531)7.6.1. Los colores enDios deseado y deseante. (p. 533)
7.7.Tiempo y espacio: una metafsica y una esttica que residen sobre la fsica dela modernidad. (p. 537)7.7.1. La estacin total. El sitio del seguir. (p. 541)7.7.2. Espacio (la inmensidad) y Tiempo (la eternidad). (p. 542)
8. La espresin. (p. 545)8.1.Lo conseguido: la sensacin de culminacin y su reflejo en Dios deseado ydeseante. (p. 547)8.2.La lengua deDios deseado y deseante. (p. 557)
8.2.1. Recursos estilsticos y formales. (p. 557)8.2.2. Breves notas sobre la mtrica y el ritmo enDios deseado y deseante.
(p. 560)8.3.El lenguaje conseguido desde una perspectiva crtica. (p. 564)
9. Conclusiones. (p. 566)10.Apndice. (p. 570)
10.1. ndice del libro reconstruido Dios deseado y deseante (Animal defondo). (p. 571)
10.2. Edicin crtica del material existente. (p. 574)10.3. Notas a la reconstruccin crtica. (p. 666)10.4. Descripcin, anotacin y comentario de los originales conservados en
la carpeta SZJRJ-ddd custodiada en la Sala Zenobia Juan Ramn Jimnez dela Universidad de Puerto Rico. (p. 685)
11.Bibliografa.11.1. Bibliografa de Juan Ramn Jimnez. (p. 727)11.2. Bibliografa sobre Juan Ramn Jimnez. (p. 732)11.3. Bibliografa sobre la edicin. Ediciones crticas. (p. 748)11.4. Obras de otros autores. Estudio y creacin. (p. 751)
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1. Introduccin. Metodologa y objetivos.He llegado a una tierra de llegada.
Los caminos de la poesa en lengua espaola discurren, en el pasado siglo y
el presente, por sendas abiertas, en buena medida, por el poeta Juan Ramn Jimnez.
Es esta una senda perdida y reencontrada por la que transitamos gustosos, tras los
pasos de los crticos y lectores precedentes.
El objetivo primero de esta tesis es la reconstruccin crtica deDios deseado
y deseante (Animal de fondo), uno de los ltimos libros de poesa en los que
trabajaba su autor. Nuestro inters es clarificar el texto para poder leerlo, disfrutarlo,
gustarlo, comprenderlo nosotros. De ah que haya que identificar: a qu nos
enfrentamos (por eso definir nuestro mtodo y acotar el problema), analizar lo
hecho (en otros y en las aportaciones previas) y, por ltimo: proponer y plasmar
nuestra propuesta en una forma paraDios deseado y deseante.
Al leerAnimal de fondo, publicado por su autor en 1949, el lector descubre
un libro especialmente trabado, pleno de sentido. Sin embargo, el tiempo, la
investigacin y la lectura, sealan una falta en dicho libro. Juan Ramn, desde elmismo momentos de su escritura, pretenda aadir nuevos poemas que completaban
el libro. Hasta sus ltimos das trabaj en esta nueva ordenacin que, por razones de
diversa ndole, no pudo ser concluida.
La interpretacin y lectura de la obra de Juan Ramn Jimnez tiene en este
libro uno de sus centros capitales. La unidad evolutiva de su escritura parece
desembocar en l, como un ro en ese mar que tanto simboliza en la poesa en lengua
espaola.
El trabajo de reconstruccin de los materiales de este libro es un paso
necesario para cualquier posible interpretacin de los aos finales del poeta y su
sentido dentro de la evolucin de su obra. La discusin terico-prctica sobre el
problema de la reconstruccin de libros inditos aclara, en este sentido, las diversas
direcciones que se pueden establecer en su interpretacin. Desde esta realidad,
apostamos por el estudio detallado de la historia de su composicin, antes de situar y
proponer una interpretacin del mismo en el contexto unitario de la poesa
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juanramoniana.
El propio sentido del libro se ha visto determinado irremediablemente pordos hechos: la publicacin de Animal de fondo en 1949 y las palabras del poeta en
sus Notas a Animal de fondo en las que afirmaba trabajar en la ordenacin del
libro completo Dios deseado y deseante, complemento de aquel. Estos dos hechos,
derivados del viaje de Juan Ramn a tierras sudamericanas, son la base de las
interpretaciones crticas del libro. Las diversas ediciones de Dios deseado y
deseante, en sus diversas formas, han servido, en conjunto, para dar a conocer los
poemas destinados a este libro.
Dios deseado y deseante es uno de los libros centrales del pensamiento
ltimo del poeta, resumen de buena parte de sus preocupaciones de exiliado, hombre
y poeta en los aos posteriores a la Guerra Civil. La situacin central de la poesa de
Juan Ramn Jimnez en la historia de la poesa en lengua espaola del siglo XX,
subraya la importancia de realizar un trabajo riguroso de edicin y recopilacin de
sus materiales.
Nuestro estudio pretende aportar una base crtica y hermenetica para la
edicin e interpretacin del libro, desde una lectura de su poca ltima. El trabajo de
reconstruccin y edicin crtica de estos materiales, en la actual situacin, debe ir
acompaado de una interpretacin del contenido y la composicin de este libro y desu lugar y sentido en la obra. En este sentido, esta tesis doctoral se presenta en dos
partes bien diferenciadas que se complementan: una primera parte de discusin y
ejemplo sobre el problema de la edicin crtica de clsicos modernos, basndonos en
la singularidad de la obra de Juan Ramn Jimnez; y una segunda parte de
contextualizacin e interpretacin de los problemas que plantea el libro Dios
deseado y deseante desde la conciencia potica de la modernidad y nuestra
particular recepcin lectora.
La comparacin y discusin sobre los problemas de la edicin crtica de
clsicos modernos alumbra importantes claves para la comprensin y edicin de la
singular experiencia textual en que se ha convertido la obra del poeta. Es su obra un
perfecto espejo donde observar y analizar los problemas ms acuciantes de una
crtica textual de poetas de la modernidad. En el cotejo y la comparacin con dicha
obra algunos de los problemas de la ecdtica contempornea se iluminan con una
nueva y ms clara luz. De esta problemtica surge nuestra propuesta de
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reconstruccin crtica deDios deseado y deseante (Animal de fondo). Hemos optado
por reproducir dicha propuesta en un apndice, con dos niveles de notas crticas: unode variantes, recurrencias y otros problemas textuales, y otro de anlisis y
descripcin de los originales juanramonianos con los que hemos trabajado.
Pensamos que estos dos niveles de notas son indispensables en la situacin en que se
encuentra la obra de Juan Ramn Jimnez. El primer grupo de notas aporta
elementos de anlisis y comparacin con pasadas ediciones; el segundo pretende
servir de soporte a futuras profundizaciones en la reconstruccin y edicin crtica de
la Obra completa de Juan Ramn.
La interpretacin y contextualiacin de este libro en su contexto histrico-
literario desborda cualquier lmite que nos queramos imponer. La presencia de Juan
Ramn en los debates estticos de su poca, as como la centralidad de su figura
dentro de la poesa moderna en lengua espaola, obligan a realizar una serie
importante de precisiones que siten al autor dentro del marco de interpretacin que
le corresponde. Nuestro trabajo slo pretende, en este sentido, abrir una serie de vas
posibles de acercamiento al hecho potico juanramoniano. La lectura del contexto de
creacin intenta delimitar aquellas aportaciones que quedan fuera de este hecho, de
lo potico. La reconstruccin del libro Dios deseado y deseante y estas vas de
interpertacin permiten una nueva lectura del libro, como libro de poesa, fuera dediscusiones ideolgicas sobre el carcter de su autor.
En los ltimos aos, estamos asistiendo a una relectura de la historia literaria
del siglo XX en la que figuras, a nuestro juicio, menores, ocupan lugares de
excepcin. La relectura de la obra de Juan Ramn, falta de una buena labor editorial
en muchos sentidos, aclara importantes aspectos de dicha historia. La situacin
actual de las letras permite la existencia de abanicos diversos de modelos. El
eclecticismo reinante reinterpreta la poesa moderna desde la particular perspectiva
de cada autor o grupo de autores. Esta historizacin relativa, particularista y, en
ocasiones, partidista, hace un flaco favor a la importancia de aquel que fue llamado
segundo siglo de oro de la poesa espaola. En esta situacin, volver sobre la obra
de Juan Ramn Jimnez incita a un bao de agua limpia y una inmersin en la
corriente ms profunda de nuestra lrica y su verdadera renovacin pasada.
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Agradecimientos.
Hay personas, como quien esto escribe, a las que escribir seguido,
prosificar, les resulta una tarea ardua en la que, raras veces, logran encontrar el buen
camino. Sera difcil agradecer con palabras prosificadas como estas todo lo que
quisieramos agradecer.
A todos los que nos han ayudado en este tiempo intenso de lectura, escritura
y correccin.
A Herminia Reinat por facilitarnos con tanta premura y buen hacer una copia
de los originales de Dios deseado y deseante custodiados en la Sala Zenobia Juan
Ramn Jimnez.
A la familia del poeta, representada en la persona de Carmen Pinzn Jimnez
por permitirnos analizar y estudiar los documentos del archivo.
A Ana Recio Mir por enviarnos sus publicaciones y referencias sobre el
libro.
A Teresa Gmez Trueba por las lecciones sobre grafias juanramonianas, por
el intercambio.A Claudio Guilln por sus palabras y sus moradas del estudio.
A los compaeros del departamento, especialmente a Carlos Martn.
A Miguel. A Hctor. Teresa y Chema. A Carmen, naturalmente.
Al fin, pero al principio, a Francisco Javier Blasco Pascual, por enredarme en
este laberinto.
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1.1. ABREVIATURAS UTILIZADAS EN ESTA TESIS DOCTORAL.
AC, Juan Ramn Jimnez (1986), Antologa comentada, edicin de AntonioSnchez Barbudo, Madrid, Ediciones de la Torre.AF, abreviatura utilizada para el indicar el orden de los poemas de Animal de fondoen su primera edicin (AF [1949]..AF [1949], Juan Ramn Jimnez (1949),Animal de fondo, Buenos Aires, Pleamar.AF [1981], Juan Ramn Jimnez (1981),Animal de fondo, Madrid, Taurus.AHN. Archivo Histrico Nacional.AJP, Juan Ramn Jimnez (1981), Antoloja jeneral en prosa, ed. de ngel Crespoy Pilar Gmez Bedate, Madrid, Biblioteca Nueva.Al, Juan Ramn Jimnez (1983),Alerta, ed. de Francisco Javier Blasco, Salamanca,
Universidad de Salamanca.AP, Juan Ramn Jimnez (1989), Antologa potica, ed. Javier Blasco, Madrid,Ctedra.Bon, Juan Ramn Jimnez (2000), Bonanza, edicin, introduccin y notas de AnaRecio Mir, Moguer (Huelva), Ediciones de la Fundacin Juan Ramn Jimnez.C, Juan Ramn Jimnez (1993), Cancin, facsmil de la primera edicin, Barcelona,Seix Barral.CA, Juan Ramn Jimnez (1999), Cuentos de Antoloja, prlogo y notas de JuanCasamayor Vizcaino, Madrid, Clan.CAn, Juan Ramn Jimnez (1992), Cartas. Antologa, ed. de Francisco Garfias,Madrid, Espasa-Calpe.CcJr, Ricardo Gulln (1958), Conversaciones con Juan Ramn Jimnez, Madrid,Taurus.
CCS, Juan Ramn Jimnez (1973), Con el carbn del sol, ed. de Francisco Garfias,Madrid, Magisterio Espaol.CI, Juan Ramn Jimnez (1961), La corriente infinita, ed. de Francisco Garfias,Madrid, Aguilar.CL, Juan Ramn Jimnez (1977), Cartas literarias, ed. Francisco Garfias,Barcelona, Bruguera.CP, Juan Ramn Jimnez (1975), Crtica paralela, comentado por Arturo del Villar,Madrid, Narcea.CPS , Juan Ramn Jimnez (1962), Cartas (Primera seleccin ), edicin deFrancisco Garfias, Madrid, Aguilar.Cu, Juan Ramn Jimnez (1971), Cuadernos, ed. de Francisco Garfias, Madrid,Taurus.DDD, Juan Ramn Jimnez (1964), Dios deseado y deseante, introduccin, notas yexplicacin de los poemas por Antonio Snchez Barbudo, Madrid, Aguilar.d.d.d., Originales pertenecientes a la carpeta SZJRJ-ddd.d.d. y d. Abreviatura juanramoniana que indica la pertenencia de un original a lacarpeta SZJRJ-ddd.DPR [1998], Juan Ramn Jimnez (1998), Diario de un poeta reciencasado, ed. M.Predmore, Madrid, Ctedra.Esp [1982], Juan Ramn Jimnez (1982), Espacio, edicin de Aurora de Albornoz,Madrid, Editora Nacional / Libros de Poesa.ET, Juan Ramn Jimnez (1994), La Estacin Total con las Canciones de la Nueva
Luz, Barcelona, Tusquets.
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ETM [1987] Juan Ramn Jimnez (1987), Espaoles de tres mundos, ed. deRicardo Gulln, Madrid, Alianza.
GE, Juan Ramn Jimnez (1985), Guerra en Espaa, ed. de ngel Crespo,Barcelona, Seix Barral.HC, Juan Ramn Jimnez (1994), Historias y cuentos, ed. de Arturo del Villar,Madrid, Seix Barral.I., Juan Ramn Jimnez (1990), Ideologa, ed. Snchez Romeralo, Barcelona,Anthropos.I. II, Juan Ramn Jimnez (1998), Ideoloja II, edicin de Emilio Ros, Moguer,Ediciones de la Fundacin Juan Ramn Jimnez.Is, Juan Ramn Jimnez (1981), Isla de la simpata, ed. de Arcadio Daz Quiones yRaquel Srraga, Virginia, Huracn.JRVV y JRVV. II, Juan Guerrero Ruz (1999), Juan Ramn de viva voz, Valencia,Pre-textos, vol. I y vol. II.
L, Juan Ramn Jimnez (1978), Leyenda (1896-1956), reconstruccin y prlogo deAntonio Snchez Romeralo, Madrid, Cupsa Editorial.LA, Juan Ramn Jimnez (1999),Lrica de una Atlntida., ed. de Alfonso AlegreHeitzmann, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Crculo de Lectores.Lat, Juan Ramn Jimnez (1986), Luz de la atencin (1918-1923), prlogo deFrancisco Garfias, Madrid, El Observatorio.LM, Juan Ramn Jimnez (2001), Libros de Madrid, edicin de Jos Luis LpezBretones, Madrid, Hijos de Muley-Rubio.LP, Juan Ramn Jimnez (1957), Libros de poesa, ed. de Agustn Caballero,Madrid, Aguilar.LPr, Juan Ramn Jimnez (1969), Libros de prosa, I, ed. de Francisco Garfias,Madrid, Aguilar.Mod [1962], Juan Ramn Jimnez (1962), El Modernismo (Notas de un curso), ed.
de Ricardo Gulln y Eugenio Fernndez Mndez, Mxico, Aguilar.Mod [1999], Juan Ramn Jimnez (1999), El Modernismo (Notas de un curso), ed.de Jorge Urrutia, Madrid, Visor.MRD, Juan Ramn Jimnez (1990),Mi Rubn Daro, reconstruccin, estudio, notascrticas de Antonio Snchez Romeralo, Huelva, Edicioens de la Fundacin JuanRamn Jimnez.Mu, Juan Ramn Jimnez (1999),La muerte, ed. de D. Martnez Torrn, Barcelona,Seix Barral.NA, Juan Ramn Jimnez (1994),Nueva Antoloja, edicin de Aurora de Albornoz,Barcelona, Pennsula.OG, Juan Ramn Jimnez (1979), Olvidos de Granada, ed. de Francisco Giner delos Ros, Madrid, Caballo Griego para la poesa.PAAO, Originales de Proyectos en Amrica de Agrupacin de la Obraconservados en la Sala Zenobia-Juan Ramn Jimnez.PC, Juan Ramn Jimnez (1981), Prosas crticas, seleccin y prlogo Pilar GmezBedate, Madrid, Taurus.PP, Juan Ramn Jimnez (2003), Primeros poemas, edicin de Jorge Urrutia,Sevilla, Point de Lunettes.PPo, Juan Ramn Jimnez (1982), Poltica potica, ed. de Germn Bleiberg,Madrid, Alianza Editorial.PUE, Juan Ramn Jimnez (1982), Poesas ltimas escojidas (1918-1958), ed.Snchez Romeralo, Madrid, Espasa-Calpe.PyC, Juan Ramn Jimnez (1981), Piedra y cielo, Madrid, Madrid, Taurus, 1981.
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PyY [1981], Juan Ramn Jimnez (1981), Platero y yo (Eleja Andaluza), notabiobibliografa de Manolo Surez, Madrid, Aguilar.
PyY [1988] Juan Ramn Jimnez (1988), Platero y yo, edicin de Michael P.Predmore, Madrid, Ctedra..RCG [pre], Juan Ramn Jimnez,Romances de Coral Gables, edicin de Juan JosLanz, en prensa.RI [1983], Juan Ramn Jimnez (1983), La realidad invisible, edicin crtica yfacsmil de Antonio Snchez Romeralo, London, Tamesis Books.RI [1999], Juan Ramn Jimnez (1999), La realidad invisible, edicin de D.Martnez Torrn, Madrid, Ctedra.SAP [1969]Juan Ramn Jimnez (1969), Segunda Antoloja Potica (1898-1918),Madrid, Espasa-Calpe.SAP [1998] Juan Ramn Jimnez (1998), Segunda Antoloja potica (1898-1918),edicin de F. Javier Blasco.
SPL, Juan Ramn Jimnez (1990), Seleccin de prosa lrica, ed. de Javier Blasco,Madrid, Austral.SS, Juan Ramn Jimnez (1981),La soledad sonora, Madrid, Taurus.SZJRJ, Sala Zenobia-Juan Ramn Jimnez.SZJRJ-ddd. Originales de la carpeta deDios deseado y deseante conservados en laSala Zenobia- Juan Ramn de la Universidad de Puerto Rico.SZJRJ-PAAO, Originales de Proyectos en Amrica de Agrupacin de la Obraconservados en la Sala Zenobia-Juan Ramn Jimnez.TAP, Juan Ramn Jimnez (1957), Tercera Antoloja Potica (1898-1953) (alcuidado de Eugenio Florit), Madrid, Biblioteca Nueva.T, Juan Ramn Jimnez (2001), Tiempo, edicin de Mercedes Juli, Barcelona, SeixBarral.TyE, Juan Ramn Jimnez (1986), Tiempo y Espacio, ed. de Arturo del Villar,
Madrid, Edaf.U, Juan Ramn Jimnez (1999), Unidad, edicin de Diego Martnez Torrn,Barcelona, Seix Barral.UCM, Juan Ramn Jimnez (2003), Una colina meridiana, edicin de AlfonsoAlegre Heitzman, Madrid, Huerga y Fierro.YPRPQ, Juan Ramn Jimnez (1990), Y para recordar por qu he venido,seleccin, edicin e introduccin de Francisco Javier Blasco, Valencia, Pre-textos.
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1.2. Signos utilizados en esta tesis doctoral.
Las convenciones y signos que hemos reproducido en nuestra transcripcin y
reconstruccin de Dios deseado y deseante han sido tomadas, por comparacin y
mejora, de Ornato (cit. en Mrquez: 1989, XV), ngel Crespo (GE) y Blecua (1990,
149). Para las usuales convenciones juanramonianas nos remitimos a la edicin de
las Obras de Juan Ramn Jimnez que prepara la editorial Espasa-calpe.
Respecto al texto de nuestra reconstruccin, las dos nicas convenciones a tener
en cuenta, son:
1. Se respeta la peculiar ortografa juanramoniana.2. El texto se reproduce sin correcciones ni notas1.Respecto a los signos utilizados para la transcripcin y desscripcin de los
originales y las notas, seguimos la convencin de las ediciones crticas de poesa
moderna. Nuestro signos, sin embargo, han sido actualizados para representar las
particularidades de la escritura juanramoniana:
[...] laguna en el original. Espacio en blanco.
(...) elipsis realizada al citar un texto.
[palabra] lectura por conjetura, dudosa o intervencin del editor./palabra/ tachado a mano en el original. Este signo slo es vlido para
los originales juanrmaonianos de la descripcin que se reprducen en Apndice o en
el cuerpo de texto, en el resto de ocasiones que se utilizan las lneas oblicuas,
significan, como en otros casos, salto de verso.
|palabra| adicin a mano en el original a cargo del poeta.
[] ilegible
mg. marginalia: mg. sup. dcho.; mg. sup. izq., mg. inferior, etc.
.......... prdida de versos
En el apndice, para no poblar el texto de signos o de constantes repeticiones del
discurso, utilizamos las abreviaturas conocidas en la terminologa tradicional de la
filologa clsica: add. (adicin, aadido); lac. (laguna); mg (in margine); om.
(omisit); s. l (supra linea); i. l. (infra lnea).
1 Una norma sana indica, en el caso de manuscrito nico, tender a mantener la leccin del cdice yenmendar minimamente (Orduna: 1995, 5):
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2. Problemas textuales. Edicin crtica o reconstruccin?
Malditos los que en lo futuro, hagan de mi obra unos libros feos,
sucios o recargados, superfluamente lujosos, los que no respeten
mi orden y mi seleccin, los que los alteren en una coma voluntaria.
[CcJr, 178].
Ante semejante afirmacin, amenazadora, faranica inscripcin2, no caben
medias tintas ni componendas. Si Juan Ramn, por varias razones hizo, burla o
crtica en vida de la labor filolgica y, sobre todo, de cierto tipo de crticos (vense
los aforismos de Ideoloja), con semejante afirmacin no est maldiciendo cosa
distinta que un trabajo burdo de edicin de su obra. Pensamos que slo un trabajo
filolgico estricto y detallado con sus textos puede salvar dicho escollo. A parte,
claro, de una (deseable) edicin en la lnea por l iniciada, en la de sus avances
editoriales y tipogrficos en ediciones propias y ajenas, y de acuerdo con su
excelente gusto tipogrfico.
En el momento presente parece an lejana la edicin crtica de muchos de los
libros del poeta de Moguer. Entre ellos, una posible edicin crtica de Dios deseado
y deseante, debe partir de la insustituible falta que su historia relata y que deriva en
un problema fundamental y sin solucin posible: que no est acabado3. Pero entre
el problema fundamental y la falta de solucin posible, median soluciones parciales
que deben ser puestas encima de la mesa por una crtica que se pretenda tal. El libro,
acabado o inacabado, puede ser restituido a una forma acorde con lo que el autor
dej en vida y presentado en esa forma a sus lectores. Sin necesidad de falsos juicios
de conjunto, tanto textuales como crticos, que determinen en lo futuro la posible
lectura e interpretacin del libro. Como dice Rico en su Historia del texto del
Quijote:
Una edicin crtica lo es, por un lado, en la medida en que permite al lector disponer de los
mismos elementos de juicio que el editor y constituir con ellos un texto sin embargo distinto;
pero es crtica tambin, por otra parte, en tanto restituye la leccin ms prxima a la deseada
por el autor [1998, CCXXXIV].
2 As en Jos Ramn Gonzlez [2000].3 En estos mismos trminos presenta Mercedes Jula su edicin de otro texto juanramonianoinacabado: Tiempo [2000, 315]
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La labor ms urgente, a nuestro modo de ver, en lo que al texto de Dios
deseado y deseante se refiere, es dilucidar qu tipo de edicin es realmente posible yen qu medida. Una vez situado el problema, podremos proponer soluciones para
afrontarlo.
De la necesidad de realizar reconstrucciones de los libros juanramonianos, de
los que no se dispone de edicin impresa bajo supervisin del autor, dan buena
cuenta trabajos excelentes como la reconstruccin de Mi Rubn Daro (1990) o de
La Realidad Invisible (1983)a cargo de Snchez Romeralo. De la validez de este
tipo de prctica reconstructiva hablar el tiempo y la comunidad lectora. El propio
Romeralo, en su edicin deLeyenda, afirma:
Nuestros esfuerzos, los de los editores de Juan Ramn Jimnez, deben dirigirse a conseguir,
estudiando cuidadosamente la rica selva de documentos del archivo (49336 en 1970; hoy
hay ms), la reconstruccin, hasta donde sea posible, de los hermosos volmenes de la Obra,
en los que Juan Ramn trabaj con tanto amor y tanto afn en los ltimos aos de su vida [L,
XI]
Desde este tipo de planteamientos es necesaria (y est justificada) la
reconstruccin de los libros que el poeta proyect en vida. La tarea reconstructora se
fundamenta en la labor ecdtica y la sobrepasa (no valorativamente). As, por
ejemplo, podemos contemplar dicha labor en la primera edicin crtica de un librode Juan Ramn Jimnez: la reconstruccin de La realidad invisible del propio
Romeralo. Por un lado, es necesario realizar una recensio y una emmedatio4, pero a
su vez debe atender a otro tipo de ndices, notas y comentarios en lo que a las
variantes textuales y de estructura se refiere. Y sobre todo, es inevitable un juicio
crtico. Es el juicio, al fin, el que determina el establecimiento del texto en la labor
de la reconstruccin de un libro inacabado. La recensio de variantes y lecciones
trasmitidas por la tradicin textual, poco ms de cincuenta aos, de un libro como
Dios deseado y deseante, es un elemento necesario para el establecimiento del texto
y su posible reconstruccin. La crtica textual es el arma indispensable de un proceso
reconstructivo como el que pretendemos abrir. Difcilmente se puede hablar de
cerrar en estos momentos; al menos, para este libro. Pero dicha disciplina no aporta
todos los elementos necesarios para la constitutio textus en este caso. Las conjeturas
se suceden. La interesante edicin deLrica de una Atlntida realizada por Alfonso
Alegre Heitzman, a nuestro modo de ver, presenta el problema de la reconstruccin
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sin la ecdtica, que demuestra que un intento de reconstruccin cojea siempre que
no existe un fundamento de crtica textual suficiente y desarrollado. Junto a esto,pensamos que dicha crtica textual es parcial a los ojos del lector si no presenta una
lectura de los textos.
En principio, existen dos arquetipos distintos y posibles: un arquetipo
impreso por Juan Ramn (AF [1949]) y un arquetipo indito que se corresponde con
el proyecto de libro paraDios deseado y deseante en sus aos finales (1953-54). La
edicin crtica de estos materiales tiene distinto cariz en un caso que en otro.
Dependiendo del arquetipo que tomemos como objeto de investigacin nuestra
edicin crtica o reconstruccin variar sensiblemente. Es, por esto, por lo que la
interpretacin es previa e inherente a la propia reconstruccin crtica: al privilegiar
un arquetipo estamos realizado una lectura y, por tanto, una interpretacin. Y no es
dudoso que con la libertad de la propia decisin se asumen tambin todas las
responsabilidades que derivan de ella5.
2.1. La edicin crtica de clsicos modernos. Problemas y propuestas.
No es usual editar crticamente a un poeta moderno. Estas ediciones suelen
reservarse para los antiguos... Cun antiguos? Los primeros editores de los
clsicos modernos, en el siglo XVIII, se hicieron la misma pregunta,
y tuvieron que forzar la misma resistencia. Hasta cundo debemos esperar
para editar crticamente a un autor moderno, cuntos manuscritos debemos
dejar perderse, cuntas huellas borrarse, cuntos hombres y mujeres que conocieron
al autor debemos dejar morirse, antes de editarle como se edita a los antiguos?
(RI [1983] XXXIV)
La existencia de una gran cantidad de datos prximos en el tiempo facilita su
transmisin, aunque no su decidida vala. Es necesario justificar y enjuiciar todo el
proceso sin excusas. Los poetas y prosistas- de la modernidad estn pidiendo a
gritos un trabajo exhaustivo de edicin y crtica textual que posibilite un
acercamiento objetivo y subjetivo a su escritura. No puede ser nuestra intencin, en
4 Cada palabra y cada marca de puntuacin estn bajo sospecha (Rico: 1998, ib.).5 Gadamer (2002, 16).
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este epgrafe, realizar una exhaustiva comparacin de las ediciones crticas de
clsicos modernos y poetas contemporneos editadas hasta la fecha. Pero sencontramos en dicha lectura comparativa mltiples luces que nos afirman en la
necesidad, ya postulada, de realizar la crtica textual de la obra de Juan Ramn
Jimnez, una crtica que la presente en sus verdaderos trminos (no que la
devuelva pues nunca estuvo presente por completo). No es reconstruccin sino
constitutio pura y llana lo que muchos textos de Juan Ramn an estn esperando.
Se parte del hecho de la edicin crtica como una realidad filolgica de
carcter especfico en la que diversos factores entran en contacto (y colisin). Son
estos factores los que se pretenden analizar, desde una perspectiva crtica y de
recepcin lectora. Los estudios comparativos deben apuntar en su anlisis a
perspectivas antes nunca vistas. No deja de ser evidente para cualquier lector de la
modernidad tarda que las literaturas se escriben en un proceso de intertextualidad a
muy diversos niveles (espacial, temporal, lingstico, etc.). Lo que el
comparativismo puede aportar, en una lectura ecdtica de la poesa moderna, son
nuevas rfagas de creatividad interpretativa, puntos de vista inditos. He ah lo que
se busca en la lectura comparativa de ediciones crticas de clsicos modernos, al
hilo de la problemtica editorial juanramoniana en lo que se refiere aDios deseado y
deseante y la obra ltima.Entre autores de diversa condicin esttica e histrica, la modernidad
establece difciles nudos creativos que la crtica se esfuerza por desenredar. Gustavo
A. Bcquer, Antonio y Manuel Machado, Unamuno; poetas ms jvenes, como
Lorca o Cernuda, que en los ltimos tiempos han contado con numerosas ediciones
crticas y facsmilares, Miguel Hernndez, Claudio Rodrguez, etc., son algunos de
los muchos autores peninsulares en lengua espaola que han resultado objeto de
diversos estudios ecdticos. Sin embargo, todos estos acercamientos crticos no han
dado unos frutos comnmente aceptados, lo que demuestra que la disciplina ecdtica
moderna tiene an un largo camino que recorrer.
En estos momentos contamos ya con un buen nmero de ediciones crticas de
poetas de ambos lados del Atlntico, que se esfuerzan por elevar el nivel de la crtica
ecdtica de poesa moderna al de la ms tradicional disciplina ecdtica, dedicada a
las ediciones de clsicos medievales y del Siglo de Oro. Sin querer a hacer un listado
exhaustivo de los poetas de la modernidad que cuentan a estas alturas con ediciones
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crticas de sus obras, es de destacar el papel llevado a cabo en dcadas pasadas por la
revista Incipit, la Coleccin Archivos o la editorial Espasa-Calpe. La excelenteedicin de Oreste Macr de la obra de Antonio Machado, sin duda alguna, debe
tomarse como uno de los modelos a seguir en cualquier estudio ecdtico de la poesa
en lengua espaola del pasado siglo.
En ambos conjuntos editoriales (Archivos y Espasa-Calpe) es donde mayores
muestras de ediciones crticas, de poetas y prosistas modernos, podemos encontrar.
Si bien ciertas anotaciones y frmulas son de gran diversidad en ambas editoriales,
no son menos los puntos de contacto entre las distintas ediciones crticas que han ido
presentando y que permiten, hoy por hoy, promover una unificacin de criterios y
anotaciones referidas a problemas ecdticos y crticos de la edicin. Lo mismo para
el proceso de estudio de los textos y libros inditos o editados en vida por su autor.
Dicha unificacin de criterios no debe ser una forma de evadir la discusin y las
diferencias notables, existentes entre los diversos autores. Pero es preciso afrontar el
problema en sus trminos y, para lo que aqu nos interesa, en la direccin de una
posible reconstruccin de la obra potica de Juan Ramn Jimnez.
2.1.1. El problema de la edicin sin un texto completo y definitivo delautor.
En las diversas ediciones crticas que hemos manejado hay gran nmero de
trminos que se repiten con idntico o diverso sentido. Una disciplina que, dentro de
la historia, la crtica y el estudio de la literatura, resulta ser la de mayor calado
cientfico (no en vano, un texto es algo emprico y demostrable) debera presentar
una terminologa tendente a ser unificada y cada vez ms precisa.
La obra definitiva, el corpus, las variantes, etc. son slo algunos de los
trminos frecuentemente usados en ediciones crticas (de antiguos y modernos). Se
hace, por esta y otras razones que pasaremos a examinar, imprescindible una
clarificacin terminolgica. Todos estos trminos deben ser matizados y definidos
de tal manera que podamos utilizarlos con creciente seguridad y una deseable
unificacin terminolgica.
Completa y definitiva se utilizan en multitud de ocasiones como
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trminos sinnimos cuando se refieren, evidentemente, a acciones y hechos bien
distintos, que en determinadas ocasiones coinciden. Entendemos como completa unaobra cuando est terminada, cerrada. Claro que el adjetivo cerrada y la idea de
trmino, aplicados a una obra literaria o artstica, tiene unas connotaciones incluso
negativas que nos llevan a pensar en cierres definitivos, tales como la persecucin,
la enfermedad, la muerte, etc. Aqu cabe hacer una valoracin de lo apropiado del
trmino acabado / cerrado en el caso juanramoniano, tpico caso de voluntad
creadora y correctora en progreso que imposibilita (al mismo poeta) dar como
acabada su obra mientras est vivo. Ms an, en un poeta como Juan Ramn, con
una clara y creciente conciencia de su obra como una obra en marcha, en sucesin.
En este sentido, pueden estar completas las poesas de un autor vivo o slo
debemos considerarlas como completas hasta la fecha?.
Podemos, como hemos dicho, comprender el trmino, cierre, de una obra en
relacin con esos desenlaces definitivos a los que antes nos referamos: la obra de
Juan Ramn est completa desde que su autor muriera en 1958. La particularidad de
la historia de la literatura contempornea gran profusin, en muchos casos, de
documentos de toda ndole que rodean al hecho literario- determinan que
conozcamos, para el caso de Juan Ramn, el momento ltimo que, el que podemos
considerar como definitivo en la constitucin de su proyecto de obra completa. Parael caso de Juan Ramn es comn establecer la fecha del verano de 1954 como
ltimo ao en el que trabaj en la ordenacin y constitucin de su obra. As, por
ejemplo, Snchez Romeralo en la Introduccin a su edicin deLeyenda:
Entre 1953 y 1954, sintindose Juan Ramn como nunca y pletrico de energas -
recordar Zenobia en una carta de julio del 56, cuando esas energas ya se haban gastado-
haba acometido el poeta un ambicioso plan de publicaciones y firmado contrato con varios
editores madrileos. Es entonces cuando va a perfilar con mayor precisin los proyectos
definitivos de su obra completa (definitivos porque la muerte de Zenobia y, poco despus, la
suya propia, los hara definitivos) [L, XI; el subrayado es nuestro].
La que no est completa, ni parece que lo vaya a estar en un tiempo
indeterminado, es la edicin de la Obra completa de Juan Ramn Jimnez. Como
es sabido, en la tarea de editar a Juan Ramn Jimnez nos movemos siempre en
trminos de provisionalidad, al menos hasta que el total de los archivos del poeta
haya sido ordenado y digitalizado, para una fcil y rpida consulta por sus editores y
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crticos. Esta digitalizacin de los archivos del poeta existentes en Madrid (Archivo
Histrico Nacional) y Puerto Rico (Sala Zenobia-Juan Ramn Jimnez) posibilitarauna comparacin de los textos existentes, sus versiones, etc., que es imprescindible
para una edicin de la obra del poeta de Moguer; y garantizara que el editor ha
manejado todos los papeles referentes a una obra, un poema o un libro concreto.
La problemtica de la conclusin y el cierre de una obra se acrecienta en los
casos de autores, de toda poca y condicin, que se vieron, por unas u otras causas,
perseguidos en vida; y en los de autores cuya obra es indita en conjunto (Garcilaso
de la Vega, por ejemplo). Aunque la persecucin no se produce en su modo tpico en
Juan Ramn, su caso es comparable al de algunos poetas perseguidos, por el exilio
al que se vio sometido y se someti por propia decisin6. Juan Ramn difcilmente
hubiera podido completar (en ese sentido de cerrar que venimos defendiendo) su
obra anterior a 1936, pues no dispona del material que le haba sido robado en su
casa de Madrid7.
Juan de la Cruz y su obra pueden ser un perfecto espejo donde mirar, como
obra que surge sin finalidad explcita de editarse y con cambios y variantes,
motivadas por la persecucin a la que fuera sometido y una diversa recepcin. De
todo esto, resultan dos textos o ms, varias ediciones y ninguna con su voluntad.
Sus obras completas son apcrifas, pero estn claramente completas a pesar de todoslos olvidos, errores y huecos que pudieran existir.
Definitivo, por el contrario, no es un trmino que se pueda construir sobre
la objetividad de un cierre (sea este provisional o no) sino que alude a una
decisin y una voluntad expresa del autor o de los editores. Sea esta decisin de
carcter temporal o total. De la dificultad de aplicar este trmino, definitivo, a una
obra literaria o a una edicin de una obra da buena cuenta el Prefacio de Elas L.
Rivers a su edicin crtica de Garcilaso de la Vega:
Ahora, con la colaboracin de A. Blecua, se ha mejorado notablemente la edicin anterior,
publicndose por fin un texto casi definitivo (Garcilaso de la Vega: 1981, 9).
Salvando las distancias, sirva esta cita como ejemplo de la ardua tarea que
queda por hacer en la edicin de unas obras completas de Juan Ramn Jimnez. En
el caso del poeta de Moguer seran definitivos (y, en parte, as los consider su autor
6 Para la diversidad del fenmeno exiliado, el desarraigo, la persecucin, v. ILIE (1981).
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en el momento de publicarlos) todos los textos por l editados en vida, a pesar de
correcciones sucesivas que pudo realizar y realiz. En todos los textos revividos deLeyenda nos encontraramos con una pluralidad de formas y con dos momentos
definitivos: el de su primera edicin (texto definitivo desde el punto de vista de la
historia literaria y de la situacin sincrnica de su autor en un determinado
momento) y el de su ltima revivencia (texto definitivo desde el punto de vista de la
evolucin de su autor)8. Tambin seran definitivos todos aquellos textos que en los
originales conservados demuestran una voluntad explcita de acabado; a pesar de
sucesivas o posteriores revivencias, es decir, relecturas desde el yo que vivi
aquella experiencia, con lo que se producen dos vivencias o experiencias del texto y
de lo vivido. Siguiendo con el ejemplo de Juan de la Cruz, seran definitivos los
textos que escribiera para la lectura de las monjas por la voluntad (sino explcita, s
manifiesta) del poeta de darlos a su pblico.
La historia demuestra que, a posteriori, las obras de los autores ms diversos
se ven contaminadas por elementos ajenos. Lo que pensbamos que era cosa del
pasado y de la copia se ha convertido en carcter propio de la literatura de todo
tiempo: las contaminaciones, los olvidos y errores, etc., son lo quieran sus autores
o no- parte de los textos y deben ser ledos con ellos9. El inters hermenetico de
este tipo de contaminaciones puede llegar a ser notable, como lo han demostradodiversos estudios literarios. Pero a la tarea filolgica de la edicin crtica le
corresponde, fundamentalmente, la funcin de expurgar todos estos avatares del
texto. Podemos, no obstante, criticar (la crtica siempre tiene un movimiento,
inmanente, hacia el sujeto) nuestra tarea y realizarla con sentidos y fines diversos y
cambiantes; no slo por fijar el texto. La lectura interpretativa de todas estas
contaminaciones asocia al texto muchas de esas zonas que podemos afirmar oscuras
en un primer acercamiento. De esa tarea que es fijar el texto y esa otra que lo
fundamenta, expurgarlo, surge una visin en red que ofrecen nueva luz sobre el
texto. No creo que nadie dude del inters del cotejo de cambios y variantes para el
7 Despus de la entrada de los nacionalistas en Madrid, un joven poeta rob de nuestro piso unaporcin de objetos y la mayor parte de mis manuscritos poticos (CL, 32).8 Es inevitable recordar la actitud del poeta ante su obra que hace de estas revivencias una de lascarctersticas del proceso creativo juanramoniano, explicitada en una conversacin con JuanGuerrero: el poeta tiene facultad para mejorar su obra mientras viva, como el pintor podra pintarsobre su cuadro si la pintura siempre estuviera fresca (JRvv, 92)]9 V. aplicado a otro objeto de estudio pero ampliamente clarificador del sentido que adquieren lascontaminaciones y diseminaciones semnticas y lingsticas: DERRIDA, Jacques (1997), LaDiseminacin, Madrid, Editorial Fundamentos.
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estudio del proceso creativo de un poeta o de su evolucin intelectual y esttica. El
anlisis de variantes, ordenaciones, ndices e ideas sobre la edicin (que en muchoscasos puede unirse a esa idea del cierre definitivo) aporta suficientes elementos de
crtica e interpretacin como para encerrar nuestra labor filolgica en el simple (no
por eso menos complejo) asunto de la fijacin textual10.
Con la comparacin y el estudio ecdtico de la obra de un autor, la
interpretacin adquiere fundamento (filolgico) y el texto multiplicidad (semntica e
interpretativa).
Es claro que, en ningn caso, se trata de completar lo inacabado ni de hacer
definitivo lo provisional11. En principio, nadie acabara un cuadro que un pintor
hubiera empezado y dejado sin finalizar. O quiz s. Pero esa tarea, si a alguien le
compete, es al creador. No al fillogo. Las delimitaciones son sumarias en este
sentido12.
No obstante, el proceso de reconstruccin de una obra inacabada, como es el
caso que se plantea en esta tesis doctoral, es un proceso distinto pero anlogo al de
terminar una obra inacabada. Existen ejemplos similares al que aqu estamos
estudiando en la poesa contempornea: tal es el caso del Libro del desasosiego de
Fernando Pessoa, por ejemplo. Las dos ediciones que conocemos de esta obra, en
nuestra lengua, difieren entre s en varios aspectos y, como suele ser lgico, laltima edicin (editada recientemente en el Acantilado) se presenta como la
definitiva y ms completa edicin de dicho libro inacabado. Ya en la solapa del libro
advierten los editores: El Libro del desasosiego, que presentamos traducido
ntegramente por vez primera en lengua castellana (Pessoa: 2002). Esto, para todos
los que conocemos la traduccin realizada por Angel Crespo de dicho libro (Pessoa:
1986), es una falacia por defecto: ni es la primera vez ni, por razones de humildad,
debe ser considerada ntegra (o, lo que parece sinnimo de dicha expresin,
completa). Este tipo de hechos nos advierten de la provisionalidad de los
10 Como bien afirma Cardwell: Cualquier edicin definitiva tendr, necesariamente, que incluir lasvariantes para contextualizar el proceso creador de cada prosa y del mismo libro (2000, 73) y lomismo es vlido para el verso (tanto en sus libros editados como inditos) si pretendemos estudiar enprofundidad la obra potica del moguereo.11 La idea de completar una obra inacabada nos parece errnea, aunque no sea una prctica extraa,como demuestra, por ejemplo, la ltima obra de Falla, inacabada, y completada posteriormente.12 Resultan significativas unas palabras de Manuel Muoz Encabo y Enrique Moral Sandoval en laedicin de Poesa y prosa de Antonio Machado sobre ciertas connotaciones cientficas que, ennuestra opinin, dan a una compilacin carcter definitivo. Ciertamente, son esas connotacionescientficas las que imposibilitan que pretendamos terminar este tipo de trabajo, el problema essaber cules son.
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resultados que se obtienen en el trabajo de reconstruccin de una obra literaria. Es
ms que probable que, en el futuro, nuestra aportacin (como aquellas aportacionesprevias de las que nosotros partimos y sin las cuales nuestro trabajo difcilmente
hubiera existido) se vea contrariada por la aparicin de nuevos papeles
juanramonianos relativos al libro Dios deseado y deseante, a su organizacin, su
corpus y su estructura interna. El carcter progresivo de la crtica textual de un poeta
moderno nos advierte sobre la necesidad de fundamentar nuestro trabajo en hechos
ciertos, aportando en su lugar todos los datos tenidos en cuenta en la reconstruccin.
Estos datos (referencias, originales, etc.) posibilitan un trabajo colectivo de edicin
de la obra y una discusin sobre el mtodo utilizado. La trasparencia crtica es algo
imprescindible en la labor reconstructora y ecdtica. Todos los elementos tenidos en
cuenta por el editor deben ser reseados en la edicin y el estudio de la misma. De
este modo, se posibilita una labor de conjunto de los diversos investigadores que, en
lo futuro, trabajen en la fijacin de una versin definitiva de su obra y su posible
edicin crtica.
2.1.2. El problema de las diversas ordenaciones realizadas por manos ajenas.
Derivado, a su vez, de la inexistencia de una versin definitiva o una
edicin completa del autor (o con sus directrices), surgen problemas de
ordenaciones apcrifas y ajenas, que trastornan la supuesta voluntad del creador.
Estos problemas se multiplican en las obras de aquellos autores que mantuvieron en
vida buena parte de su obra indita. Todos los autores apcrifos, o con parte de su
obra apcrifa, son editados en muy diversas ordenaciones, formas y modos, por
diversidad de personas que no siempre siguen unos criterios vlidos para esta tarea.
Normalmente, la profusin de ordenaciones no aclara nada al lector, en casi
ninguno de los casos. Cualquier joven leyendo a Bcquer en sus devaneos amorosos
ley lo que ley. Un orden, una interpretacin, un dios. Otras lecturas han sido
generalmente negadas y ocultadas o se han relegado al estatus de ediciones para
especialistas. Lo mismo sucede en el caso de otros poetas modernos:
Sabido es que buena parte de la obra de Silva nunca fue publicada en vida del autor.
Tambin se sabe que en los ltimos aos de su vida, el poeta so con una edicin lujosa de
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su obra para la que tena preparado un manuscrito que titul El Libro de versos y que
constituye la ms autorizada versin de su obra. Pero no hay que olvidar que incluso este
documento era nada ms un intento por parte de Silva de reconstruir una versin originaria
perdida en el naufragio del navo en el que regresaba de Caracas a la Patria13. (Silva: 1990,
471)
La situacin es asombrosamente anloga, por distintos motivos, a la del
Libro de los gorriones de Bcquer (que podemos considerar como el manuscrito que
estaba preparando el poeta sevillano para ordenar su obra dispersa).
Como venimos advirtiendo, enDios deseado y deseante, aunque por diversos
senderos, parecen coincidir todas estas caractersticas. Ms adelante, veremos cmo,
a pesar de ser un libro inacabado por no haber sido editado en vida del autor, el
mismo Juan Ramn lo daba por cerrado en lo que a sus textos se refiere en un
determinado momento, aunque tenemos que tener muy en cuenta la variabilidad de
sus juicios pblicos en este sentido y la probable correccin ulterior antes enviarlo a
la imprenta14. El mayor problema al que nos enfrentamos en la edicin de Dios
deseado y deseante es la inexistencia de un ndice de los poemas que iban a ser
incluidos en el libro, si bien esta ausencia se puede solventar por otros medios.
A la hora de editar a un clsico moderno (Bcquer, Silva, Juan Ramn,
Unamuno, Vallejo, etc.) tendremos que considerar los diversos aspectos que
coinciden en la obra. Pongmonos en el ejemplo del Libro de los gorriones y el de
Animal de fondo, dos libros que se acercan por su carcter inacabado, de anuncio y
fragmento de un algo mayor que ya no veremos. En este sentido, ambos no estn
completos ni son definitivos. Pero que el libro como libro en s, completo, no sea
definitivo, no quiere decir que no lo sean los poemas que el libro recoge. Haciendo
nuestras las palabras de Naharro-Caldern referidas a la edicin de la obra en prosa
del poeta de Moguer lo que buscamos en principio es establecer ediciones totales,
aunque no totalizantes, para as disponer de un corpus cronolgicamente fiableaunque nunca pueda considerarse como definitivo (2000, 117).
Hay que atender a la letra y a la mano que aparece en los originales y
manuscritos. Slo lo que sea realmente mano del poeta debera ser editado con su
13 Para la historia editorial de Jos Asuncin Silva es interesante especiamente: Gustavo Meja, JosAsuncin Silva: sus textos, su crtica reproducido en Silva (1990, 471-500).14 Para la publicacin pstuma de libros inditos de Juan Ramn son interesantes algunas reflexionesjuanramonianas recogidas por Guerrero [JRVV. II, 166 y 177]: una vez hechos los ndices, aunque
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nombre. Los apuntes deben ser editados como apuntes, exclusivamente; las
contaminaciones, como notas, apndices, etc. Pero no va a ser fcil en todos loscasos distinguir el apunte del fragmento. La esttica de la modernidad se arrastra
entre apuntes y fragmentos mejor que entre composiciones picas. La brevedad es,
en muchos casos, un gesto del mundo contemporneo15. La fragmentariedad de
muchas de las obras y la indeterminacin16 que porta la esttica de la modernidad
hacen de lo completo y lo definitivo una variable ms que no termina de casar con
su contexto. El sistema y lo sistemtico (nociones que estn, al fin y al cabo, detrs
de las de completo y definitivo) cayeron hace tiempo de nuestro horizonte de
pensamiento. El horizonte de expectativas es seguramente una parte del mismo.
El orden de la edicin debe ajustarse al orden de lo conservado y de los
apuntes del poeta. Debemos subrayar la importancia que en la modernidad potica
adquiere el libro como entidad significativa (con sentido pleno y autnomo al
mismo tiempo que con una necesidad innegable de verse ledo en su contexto
creativo). En esta direccin, la de leer lo que el poeta dej de su mano (manuscritos
y originales autgrafos o mecanografiados con supervisin del autor), siguiendo con
el ejemplo de Bcquer, parecera lo oportuno, desde un punto de vista filolgico,
seguir el orden determinado por Bcquer en elLibro de los gorriones, a pesar de su
aparente provisionalidad. La cuestin de si las enmiendas al orden primero en elpropio manuscrito son de mano del poeta o de algn otro poeta amigo17 debe ser
dilucidada antes de aadir dichas enmiendas a una posible edicin crtica.
La importancia que el concepto de libro adquiere en la poesa moderna
desdeLas flores del mal de Baudelaire se convierte en un marco de expectativas que
no se puede obviar. Juan Ramn afirma en una de sus conversaciones cmo concibe
el libro como un todo orgnico y es muy difcil formarlo con la unidad que debe
tener (JRVV.II, 117). Posteriormente ahonda en esta idea: Es muy difcil hacer un
yo faltara, fcilmente podra otra persona publicar mi obra y al menos quedar todo en borradorespara que pueda verse la intencin.15 En las puertas de la modernidad, Hlderlin escriba: DIE KRZE// Warum bist du so kurz? liebstdu, wie vormals, denn / Nun nicht mehr den Gesang? fandst du, als Jnglich, doch / In den Tagen derHoffnung, / Wenn du sangest, das Ende nie? BREVEDAD//Por qu eres tan breve? No te gustanhoy, como antao, los cantares? como en la juventud, en das de esperanza, cuando cantabas, nohaba fin?. (1977, 84). Esos cantares recuerdan a una de las obras picas de la modernidad, losCantares de E. Pound.16 Vese Conde (2000).17 Los albaceas literarios de Bcquer como Boscn para el caso de Garcilaso, por ejemplo, pudieroncorregir los versos del poeta con pensamientos de mejora [v. Montesinos: 1980]. Para nosotros, estascontaminaciones no suelen mejorar el texto, aunque en ocasiones, como ya hemos dicho, s loenriquecen.
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consideracin (id., 81). No obstante, y volviendo al problema de la composicin
planteado por Biedma, un ejemplo de esta falta (y, al mismo tiempo, de lapresencia) del sentido de la composicin en el poeta de Moguer podra ser, igual que
la alternancia indiferenciada de verso y prosa, el de aquellos textos que estaban
destinados a diversos conjuntos o libros. Como bien anota ngel Crespo en su
edicin de Guerra en Espaa:
El segundo aspecto de la cuestin, es decir, el de la inclusin de algunos textos en varios
libros, es justificado por Juan Ramn en una de las notas autgrafas encontradas en los
sobres de Guerra en Espaa, con estas palabras: Nota: Recojo en este libro algo del verso y
la prosa de Lrica de una Atlntida, Crtica Paralela, Poltica Potica, etc. porque su
unidad lo reclama. En realidad, en cada libro esos escritos tienen un sentido distinto18 (GE,
7).
Esta afirmacin: su unidad [la del libro] lo reclama; contrara la afirmacin
de Gil de Biedma y sita en su justo lugar el posible sentido de la composicin en
Juan Ramn Jimnez. No obstante, sera interesante realizar un estudio en
profundidad de su obra desde este punto de vista.
Con respecto a la diversidad de ordenaciones para un mismo texto o libro,
nosotros apostamos por pensar en abierto. Quiere decir: Juan Ramn en cada
momento de su vida posee dos motivaciones (al menos) para ordenar y cerrar unlibro en un orden determinado (para componerlo19). Existe una motivacin
inmediata: el hecho de su publicacin; y una motivacin no mediada ms que por su
concepto de la Obra, como obra final (para despus de su muerte) y en conjunto.
Esto provoca inevitablemente una diversidad de ordenaciones a la que viene a
sumarse: la evolucin interna del poeta (proyectos ms amplios que agrupan a otros
ms pequeos, depuraciones e ideas sobre la poesa y la obra en marcha y su
diversidad de formas) y la evolucin histrica por la que se vio envuelto (abandono
de proyectos anteriores, olvidos, prdidas, etc.). De todo esto surge una diversidad
(siempre cambiante) de proyectos de agrupacin de la Obra. Las fechas de 1953-54
han sido establecidas por la crtica como fechas definitivas: las ms tardas en lo
18 Esta afirmacin juanramoniana ha sido bien vista en sucesivas ocasiones por la crtica: v. porejemplo, Introduccin de Ricardo Gulln a ETM [1987]. Del siguiente modo lo expresa TeresaGmez Trueba (2000, 203): Recordemos una vez ms que, en el caso de Juan Ramn, cada textoadquiere un sentido distinto en diferentes contextos y tambin los libros tienen distintos significadosubicados en volmenes diferentes.
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que se refiere a las ordenaciones de su obra. Estas ediciones definitivas de la Obra se
agrupan en los proyectos de ordenacin conocidos como Destino, Sucesin yMetamrfosis.
La conciencia juanramoniana en lo que a su proceso creativo se refiere se
manifiesta lcida hasta el extremo, lo que nos debe poner sobre aviso de posibles
errores de sobreinterpretacin de sus textos y anotaciones20. Los casos de
ordenaciones diversas de mano de un autor no son frecuentes pero en ellos es clara
la importancia que dicha ordenacin adquiere para la comprensin y lectura
interpretativa del libro. La existencia de ordenaciones diversas de una obra
provocadas por la desidia filolgica o la necesidad editorial, como en el caso de
ciertas obras de Juan Ramn, no beneficia en absoluto al conocimiento, la lectura ni
la comprensin de su obra.
La edicin crtica de clsicos modernos cuenta ya con buenos ejemplos de
labor rigurosa como la edicin de El Cristo de Velzquez de Miguel de Unamuno
realizada por Victor Garca de la Concha (1987) o las Obras de Antonio Machado
de Oreste Macr (1989). Por aqu, desde el ejemplo dado por la labor de estos
investigadores, debemos caminar. No obstante, es conveniente hacer una serie de
apreciaciones sobre el particular que no siempre se hacen.
El trabajo de fillogo, en lo que a la edicin crtica se refiere, no puedeacabar siendo un trabajo de editor, sin ms. Poner un texto en limpio, sin erratas ni
contaminaciones, no es su nica tarea (ni puede ni debe serlo) aunque sea una tarea
digna de elogio y una prctica que debera generalizarse a todos los libros que se
editan. Pero s es tarea del fillogo devolver o mantener el germen en germen y lo
acabado como acabado; expurgar el texto de aadidos y apreciaciones ajenas no
incorporadas por voluntad expresa de su autor; rastrear las impurezas de
manuscritos, originales y primeras ediciones; e intentar, ya no buscar la intencin
del autor como muchas veces se ha repetido, sino fijar dnde y cmo se plasma
esa intencin. No es la intencin lo que cuenta sino el resultado, simple y
llanamente. No debe el fillogo pensar as est ms hermoso sino as es o hasta
19 Es claro que el sentido de la expresin composicin potica no se reduce al de la oganizacin deun libro, pero es ese uno de sus aspectos y, en nuestro caso, el que ms nos interesa para la labor dereconstruccin deDios deseado y deseante.20 Como ejemplo de sobreinterpretacin en la edicin juanramoniana resulta especialmenteclarificador la idea de Naharro-Caldern (2000) de titular una de las partes de Guerra en Espaacomo Ecos del interxilio con un trmino que Juan Ramn no poda ni siquiera conocer puesto queno es otra cosa que un neologismo del propio Naharro-Caldern.
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aqu lleg el poeta. Para el estudio de la literatura resulta mucho ms importante la
fijacin del texto en su momento histrico (mostrando as al pblico, el punto crticoy hermenetico de la historia de la literatura) que un posible perfeccionamiento, o
finalizacin, de una obra inacabada. El hecho histrico resulta significativo a todos
los niveles tanto para una lectura crtica, ecdtica, como interpretativa. Tanto para el
estudio terico como el prctico. De esta misma opinin parece ser Martn de Riquer
cuando en su edicin de las poesas de Arnaut Daniel afirma: Mi ordenacin tiene,
por lo menos, la ventaja de ofrecernos una sucesin de textos tal como se leyeron en
el siglo XIII, lo que en modo alguno es tan arbitrario como disponerlos en atencin a
la mtrica (Daniel: 1994, 66). Aplicndolo a nuestro caso: la publicacin deAnimal
de fondo en el orden y en la forma aparecidos en Argentina en 1949 tiene la ventaja
de presentarlo tal y como este libro ha sido ledo en el siglo XX. Es esta la nica
edicin crtica posible del libro existente. El resto de ediciones y reconstrucciones
entran ya en otras categoras. El hecho histrico que aporta la crtica textual resulta
de este modo revalorizado desde una perspectiva hermenetica. La dimensin
receptora del hecho literario debe privilegiar la bsqueda del proceso lector histrico
del texto literario. No creemos en un perfeccionamiento sucesivo de la obra, fuera de
su creador (y ese punto, depende del caso, del texto). La reconstruccin salta estos
lmites: comparte el proceso crtico histrico de fijacin textual con el de recreacine interpretacin de los originales y manuscritos.
Bcquer, como es sabido, no hizo en vida ninguna edicin de sus poesas. No
existe, por tanto, una edicin becqueriana sobre la que editarlas. A no ser que,
como en el caso de Garcilaso, se d a sus amigos la categora de albaceas literarios
de la obra de Bcquer21. En este caso, podramos decir, como hace Rivers para
Garcilaso (1981, 18) que la mayor parte de la poesa garcilasiana no se encuentra
en los manuscritos, sino exclusivamente en la primera edicin, base principal de
todas las ediciones posteriores. Frente a esta interpretacin, cabe otra, estilstica
quizs. Lo que Bcquer dej debera ser considerado como el material definitivo
para una edicin crtica de su poesa. No hay provisionalidad posible, su muerte
hace, de lo que pareca provisional, lo definitivo. Con la confusin editorial
existente, se han creado una serie de mitos en torno a la figura de Bcquer que han
servido, en general, para reforzar una edicin determinada y una determinada
21 Rivers (1981, 19): Boscn fue, entonces, el albacea literario de Garcilaso; l reuni, orden yquiz en algn caso retoc los restos poticos que se encontraban de su amigo.
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interpretacin. Como todo el mundo sabe, un orden es una intencin, y una intencin
produce una o varias interpretaciones, pero difcilmente otras que no casan con ellay que alteran su orden. De este modo, se ha creado una imagen de Bcquer y de su
poesa. Esta imagen no resta valor literario al libro conocido, ni importancia a su
papel central dentro de la historia de la literatura espaola. Lo que nos ha burlado,
indefectiblemente, es otra interpretacin:
La imagen del escritor descuidado que nos han transmitido los contemporneos es un
componente ms de lo que Rica Brown llam la leyenda de Bcquer. De los tres amigos
que intervinieron en la edicin pstuma de las Obras, tanto Narciso Campillo como Ramn
Rodrguez Correa insistieron en el tono de improvisacin con que las haba escrito (Bcquer:
2000, XI).
Esta imagen de escritor descuidado refuerza el valor de esta edicin, por
haber sido realizada por los albaceas literarios del poeta. Pero contrasta con gran
parte de los aspectos ms destacados de la modernidad de Bcquer, de incalculable
importancia para la poesa en lengua castellana posterior, slo comparable a lo que
supuso Baudelaire desde Francia:
Y sin embargo, los manuscritos autgrafos que la devocin y la crtica filolgica han ido
exhumando muestran exactamente lo contrario, es decir, a un escritor que traza planes y que
corrige lo ya escrito
22
(op. cit, XI-XII).
Leer el Libro de los Gorriones en alguna de sus ediciones facsimilares da
buena prueba de este cuidado becqueriano de la obra23. Como escritor de la
modernidad posee conciencia de su obra y muestra, en todo momento, el doble
plano de la creacin y de la crtica24.
Desde otro punto de vista, tambin sera posible que, en estos tiempos de
modernidad tarda, pretendamos establecer nuevos tipos de edicin apoyados en la
teora de la recepcin, en varias de sus formas posibles: el editor recibe un material y
lo recrea como un lector, a su antojo, dndole una significacin propia; el editor
22 A lo que hay que aadir, en detrimento de laprinceps, las numerosas variantes en relacin con lostextos impresos que ofrece el manuscrito (Bcquer: 1971, 14).23 Por ejemplo, la de 1971 que se presenta como la reproduccin facsimilar de lo que podramosdenominar el monumento capital de la obra becqueriana. Es decir, el Libro de los Gorriones, que seconserva celosamente en la Seccin de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid (Bcquer:1971, 11).24 Por poner en paralelo un ejemplo de voces que conforman la poesa de la modernidad: tambinpara Rimbaud, la poesa moderna debe ir acompaada de la reflexin a cerca del arte potico(Friedrich: 1959, 91). v. Jauss (1995), De la forma romntica del arte en Hegel (1988, 206-215).
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recibe un material histricamente editado en una forma y lo plasma como tal para
ofrecer a los lectores el hecho hermenetico en su contexto histrico. Este tipo deediciones, por consiguiente, plasmaran tipos de notas y variantes significativas
desde este punto de vista crtico. Cada lector podra hacer as su propia edicin y no
tendra por qu desmerecer de la de un fillogo que se rigiese por el mismo
procedimiento. Este tipo de ediciones, en realidad, existen desde tiempos antiguos25.
El trabajo realizado por los que podramos considerar albaceas literarios de
Bcquer es en realidad una lectura y, por tanto, una interpretacin previa que
conforma la realidad de su edicin. Volviendo al caso de Jos Asuncin Silva como
ejemplo:
Ningn estudio acerca del papel que la crtica ha jugado en la conformacin del corpus
silviano y de su interpretacin y valoracin puede dejar de iniciarse con la observacin de
cmo una buena parte de dicha crtica se constituy como celosa guardiana de la moralidad
y las creencias burguesas frente a una poesa cuya forma y cuyo contenido le resultaban
altamente sospechosos (Silva: 1990, 473).
En realidad, todas estas ediciones espreas estn formalizando una
interpretacin nica y sesgada desde su propia y particular teora de la recepcin.
Las interpretaciones se reproducen en las ediciones. Lo emprico se contamina de lo
subjetivo-crtico. Al fin, una edicin crtica es un ejercicio hermenetico de carcter
textual. El lmite (lmite de la interpretacin, siempre) reside en la naturaleza
paracientfica que atribuimos a la edicin crtica, una de las disciplinas filolgicas
que pretende mayor objetividad. En verdad, una edicin realizada desde unos
supuestos interpretativos reducidos que mediaticen el orden, desde el punto de vista
del crtico o del editor, con el fin de conseguir una determinada lectura o recepcin,
deja de ser una edicin crtica. Por mucho aparato crtico que la acompae. Como
dice Garca Montero: mejor o peor, es otra cosa (2001, 119). Estas son slo
algunas de esas consideraciones cientficas a las que se aluden. Y si estasconsideraciones estn implcitas en la prctica de la edicin crtica, Por qu seguir
realizando ejercicios crticos errneos y muchas veces tendenciosos? Por qu, para
profundizar en el ejemplo, seguir hablando de libro perdido para las Rimas? No
es ms apropiado, para esa conciencia crtica de la modernidad a la que nos estamos
refiriendo, pensar que es todo, en s, desde su germen y su borrador, una creacin
25 El mundo digital dara muchas opciones y posibilidades de edicin creativa.
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potica; que el libro perdido lo es siempre porque el libro que se escribe no es el que
se quiso escribir26
?Es contradictorio hablar de la modernidad de Bcquer y no pensar que el
propio proceso de escritura del libro le pueda llevar a presentarlo como un libro
perdido, al igual que Cervantes present su Quijote como una traduccin y una
recepcin. As esos poemas que recuerdo de un libro perdido adquiere otra
significacin. Son los poemas (estos) que recuerda (inevitable recordar aqu a
Platn) de un libro (algo completo en s mismo y con sentido pleno y profundo en el
que todas las partes se imbrican y completan) perdido (y que no se puede encontrar).
En la propia Introduccin sinfnica, Bcquer utiliza la misma frmula del
recuerdo:
Conmigo van [los hijos de mi fantasa], destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede
otro rastro que el que deja un sueo de la media noche que la maana no puede recordarse.
Del mismo modo que sus poemas son cadencias de un himno gigante y
extrao, son recuerdos de un libro perdido27. Podamos relacionar esta prdida
con el motivo de la insuficiencia del lenguaje, de la expresin en poesa, tal y como
se expresa en la Rima I (en el orden de las ediciones conocidas) o en otros poemas y
prosas del sevillano (Bcquer: 2000, p. XXXI y 959). En la modernidad potica, elmotivo de la imposibilidad del canto ha pasado a ser uno de los ejes temticos
recurrentes en la obra de muchos poetas.
Cuando Garca Montero (2001, 118) justifica su edicin de las Rimas: con
estas palabras: slo mantengo que merece la pena, como propuesta de
conocimiento, pensar el orden becqueriano del Libro, ya fuese provisional o
definitivo; est fallando a la verdad por el pudor. No slo merece la pena, ni slo
como propuesta de conocimiento, sino, ms an, no hay otra edicin becqueriana
(indita, salvando la anttesis) que los manuscritos que Bcquer dej (salvo para su
obra impresa, editada). El resto son ediciones pstumas, interpretaciones, ediciones
a cargo de...
En el caso de Bcquer, laprinceps, es producto de la colaboracin de tres de
sus amigos. La importancia de esta edicin reside en que, primero, es la primera
26 V. el concepto de la disonancia en Friedrich (1959).27 En la obra de arte moderna todo, en resumen, es artificial, no slo lo presentado sino lapresentacin misma a fin de que el espectador no tenga posibilidad alguna de olvidar que est anteuna ficcin, ante un dato esttico (Rubert de Vents: 1993, 88).
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edicin de Bcquer que se pretende completa y, segundo, como edicin, tiene un
enorme inters hermenetico. Es, salvando escasas excepciones, la edicin (y porende, el orden) que se ha ledo desde su muerte hasta el momento presente. El
Bcquer que leyeron Daro y Juan Ramn, Alberti y Cernuda est en ese libro.
El problema ante este tipo de ediciones consagradas por la tradicin deriva
de estos valores. Qu es ms interesante para el estudio de la literatura: el hecho
literario en su devenir histrico o el hecho puramente textual? Es claro que nosotros
apostamos por una coexistencia de ambos. En este sentido: una edicin crtica (y,
por ello, filolgica) de Bcquer debera incorporar ambas ordenaciones. Este
camino, como puede verse en la bibliografa existente, ya est abierto.
El juicio esttico es algo que debera quedar fuera del trabajo filolgico de
edicin crtica de un texto. A partir de aqu se podrn emitir todos los juicios que se
crean convenientes, pero estaremos en el terreno de la crtica y la interpretacin y no
en el de la filologa y la crtica textual. Es importante, para no caer en
generalizaciones, discernir cundo utilizamos una potencia u otra: cundo
enjuiciamos o simplemente recogemos un dato objetivo.
Parte de nuestra tesis nace de esta comparacin implcita de las ediciones
crticas modernas, del modo de editar y realizar una edicin crtica de un clsico
moderno. De todo esto resulta la edicin en s ejemplo de lo que entendemosnosotros como una reconstruccin crtica, discusin, ejemplo y profundizacin en
el terreno terico y prctico de la crtica textual.
Como dice Francisco Rico, parafraseando al diccionario de la Real
Academia: Una edicin crtica es la establecida sobre la base, documentada, de
todos los testimonios e indicios accesibles, con el propsito de reconstruir el texto
original o ms acorde con la voluntad del autor (2002). Ciertamente, lo acorde que
una edicin crtica est con la voluntad del autor (su intencin) es algo de lo que ya
hemos dudado en estas pginas preliminares. Por el contrario, la primera parte de la
definicin es sumamente acertada: la establecida sobre la base documentada, de
todos los testimonios o indicios accesibles, a lo que habra que sumar la definicin
de Blecua de crtica textual: el arte que tiene como fin presentar un texto depurado
en lo posible de todos aquellos elementos extraos al autor (Blecua: 1990, 18). En
este sentido, y aunando en un primer trmino las dos definiciones, lo que nosotros
entendemos por edicin crtica: es la que, establecindose sobre la base,
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documentada, de todos los testimonios e indicios accesibles, presenta el texto
depurado en lo posible de los elementos extraos al autor, con el propsito dereconstruir el texto original.
Una de las aparentes ventajas de la crtica textual de autores modernos es el
relativo28 mayor conocimiento de la vida y de la obra del autor. Pero toda esta
informacin puede perderse en la noche de los siglos, si no somos capaces de
afrontar los retos reales que propone la modernidad textual, a todos los niveles.
Diseminacin, contaminacin, pureza, hay otras dialcticas en la modernidad que la
del horror vacui o La Ausencia.
La tradicin textual de los poetas modernos es, claro est, de una brevedad
increble si la comparamos con la historia editorial y textual de El Quijote29. El
desarrollo y estudio del stemma30 de Dios deseado y deseante o de otros libros
poticos de la modernidad es relativamente breve y no suele ser tan clarificador
como en las ediciones crticas de clsicos31. No obstante, si bien al pblico lector se
le pueden escatimar ciertos pasos menos significativos (en una edicin crtica de
textos poticos del siglo XIX y XX, y presentar el resultado crtico y la propuesta
que de ste resultado se colige, no debe el crtico olvidar estos pasos en su tarea.
Aunque el desarrollo de la tradicin textual de un libro de poesa del siglo XX sea
notablemente inferior que en un libro del siglo XVI, no por ello es menos necesarioel fundamento de la crtica textual.
28 Frente a este mayor conocimiento pblico se han establecido muy diversos recursos por losdistintos autores: las mscaras, la heteronimia, los seudnimos, etc., hay un constante (y en ocasionesimprescindible) camuflaje.29 Para lo referente a la trasmisin textual del mismo v. Rico, Historia del texto, CXCII-CCXLII, enla excelente edicin del Instituto Cervantes dirigida por el mismo Francisco Rico (Cervantes: 1998).30 La RAE, en la ltima actualizacin del D.R.A.E, ha reconocido la palabra estema por lo que enlo sucesivo pasamos a utilzar la forma castellana en lugar del latinismo.
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2.2. Anlisis, descripcin y crtica de las distintas ediciones deAnimal de fondo
y Dios deseado y deseante existentes hasta la fecha. Historia y panorama
editorial.
La historia editorial de Animal de fondo y Dios deseado y deseante es una
calle ms dentro del laberinto en que se encuentra buena parte de la obra de Juan
Ramn Jimnez. Una calle ms, decimos, porque a pesar de presentar
particularidades determinadas, fundamentalmente por el carcter de libro final que
comparte con De Ros que se van, se aviene perfectamente a la problemtica
especfica de la obra pstuma (e inacabada) del poeta de Moguer.
Desde el momento de su primera publicacin, con la progresiva ampliacin
en sucesivas ediciones de poemas y textos supuesta o realmente destinados al libro
Dios deseado y deseante, la tradicin textual del libro, el corpus del mismo y su
organizacin, se complican hasta llegar al punto en el que nos encontramos.
Las ediciones que se han ido sucediendo, desde la muerte del poeta hasta la
fecha, son numerosas y presentan entre s diversas variantes, tanto en los poemas
que recogen (variantes microtextuales) como en la ordenacin de los mismos
(variantes macrotrextuales). Dichas ediciones se pueden dividir en tres gruposprincipales:
1. Las que reproducen o intentan reproducir al pie de la letra [textusreceptus] a la primera edicin realizada por Juan Ramn Jimnez
( Animal de fondo), que debemos considerar como la edicin prncipe
(princeps) de dicho libro32. No existen facsmiles, pero entraran, de
existir, en este grupo.
2. Las ediciones posteriores a la princeps que aaden poemas supuesta orealmente destinados aDios deseado y deseante sin cuestionar la posible
ordenacin del libro o aportar aparato crtico que lo justifique. Lo que
comnmente se conocera como una edicin aumentada (que no
corregida, en este caso).
31 Ejemplos de este tipo de estemas en la crtica textual de autores del siglo XX se pueden encontraren las ediciones de Christian de Paeppe de la poesa de Federico Garca Lorca (1986, 1991).32 Creemos que no existe una princeps de Dios deseado y deseante en el sentido de princeps deautor-. Ese papel, con las salvedades lgicas, lo cumple la edicin de Snchez Barbudo (1964),primera que intenta reproducir todos los poemas conocidos hasta entonces pertenecientes al Librocompleto.
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3. Las que intentan aportar en una u otra forma lo que se supone pudierahaber sido el conjunto de poemas del libro, ms amplio: Dios deseado ydeseante (Animal de fondo), en el que Juan Ramn pensaba incluir los
poemas de Animal de fondo y otros. Estamos, por tanto, ante
reconstrucciones o simplemente, ediciones totales en los trminos
utilizados por Naharro-Caldern (2000, 117).
En primer lugar, debemos detenernos en el anlisis del contexto y la
motivacin de la primera edicin de Animal de fondo, la edicin bilinge realizada
por la editorial Pleamar. Esta edicin, con la traduccin-versin francesa de
Lysandro Z. D. Galtier, consta de 29 poemas y un eplogo, llamado Notas, en el
que Juan Ramn anuncia la prxima aparicin del libroDios deseado y deseante. El
libro fue publicado por la editorial Pleamar de Buenos Aires, en la coleccin Mirto,
dirigida por Rafael Alberti. En su interior, se reproduce una foto del autor, de sus
ltimos aos, leyendo un libro y un original juanramoniano. Es una portada del
libro: J.R.J. / Animal / de fondo // Pleamar / B.A./ 1949. Esta portada es idntica a
las portadas posteriores conservadas paraDios deseado y deseante.
La siguiente pgina (AF [1949], 8) continua con el primer poema del libro.
La presentacin de las traducciones al francs se hace en la pgina impar. Lospoemas castellanos se presentan en redonda, el francs en cursiva. As se reproducen
los poemas hasta la pgina 113. En la 114 continan las Notas, siguiendo el
mismo esquema de versin original y traduccin en pgina impar. Un ndice, en la
misma disposicin, completa el volumen, que consta de 129 pginas. El pie de
imprenta en la ltima pgina, en letra versalita, reza as: Este libro se termin de
imprimir el da 4 de julio del ao mil novecientos cuarenta y nueve, en la imprenta
Lpez, Per 666, Buenos Aires, Repblica Argentina.
Este volumen es la base real y material de cualquier edicin crtica del libro.
Sin embargo, su historia, es una parte importante, pero no nica, de la
reconstruccin textual de Dios deseado y deseante (Animal de fondo). Un mes
despus de la fecha de su impresin, el 5 de agosto de 1949, Zenobia recoge en su
Diario (1995, 317):
Ayer [4 de agosto], lleg un motivo suficiente para celebrarlo hoy con J.R.: los dos
ejemplares de Dios deseado y deseante33 que Hurtado haba anunciado haca 10 das que
33 Se trata, claro est, deAnimal de fondo.
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8/3/2019 Reconstruccin de Dios deseado y deseante (2004)
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haba env