razones de nuestra esperanza

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1 BOLETÍN CATÓLICO. PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL Cuauhtémoc y Niños Héroes, Zumpango del Río, Gro. (MÉXICO) CP 40180. Tel. (01 747) 47 8 01 52 Al papa Pío XII le tocó vivir durante los años de la Segun- da Guerra Mundial El 15 de mayo de 1956 el Papa Pío XII escribió la encíclica Haurietis Aquas (Berán agua), sobre el Culto al Sagrado Corazón de Jesús. No sólo basta una devoción al sagrado Corazón sino un com- promiso serio con el bien y el evangelio. Leamos unos fragmen- tos: Penas de la Iglesia 33. Aunque la devo- ción al Sagrado Cora- zón de Jesús, venera- bles hermanos, ha producido en todas partes abundantes fru- tos de renovación espi- ritual en la vida cris- tiana, sin embargo, nadie ignora que la Iglesia militante en la tierra y, sobre todo, la sociedad civil no han alcanzado aún el grado de perfección que corresponde a los deseos de Jesucristo, Esposo Místico de la Iglesia y Redentor del género humano. En verdad que no pocos hijos de la Iglesia afean con numerosas manchas y arrugas el rostro materno, que en sí mismos reflejan; no todos los cristia- nos brillan por la san- tidad de costumbres, a la que por vocación divina están llamados; no todos los pecado- res, que en mala hora abandonaron la casa paterna, han vuelto a ella […]; no todos los infieles se han incor- porado aún al Cuerpo Místico de Cristo. Hay más. Porque si bien nos llena de amargo dolor el ver cómo languidece la fe en los buenos, y con- templar cómo, por el falaz atractivo de los bienes terrenales, decrece en sus almas y poco a poco se apaga el fuego de la caridad divina, mucho más nos atormentan las maquinaciones de los impíos que, ahora más que nunca, parecen incitados por el enemi- go infernal en su odio implacable y declarado contra Dios, contra la Iglesia y, sobre todo, contra Aquel que en la tierra representa a la persona del Divino Re- dentor […] Pudiendo, pues, ob- servar que, por desgra- cia, el número de los que se jactan de ser enemigos del Señor eterno crece hoy en algunas partes, y que los falsos principios del materialismo se di- funden en las doctri- nas y en la práctica; y oyendo cómo conti- nuamente se exalta la licencia desenfrenada de las pasiones, ¿qué tiene de extraño que en muchas almas se enfríe la caridad, que es la suprema ley de la religión cristiana, el fundamento más firme de la verdadera y per- fecta justicia, el ma- nantial más abundante de la paz y de las cas- tas delicias? Ya lo ad- virtió nuestro Salva- dor: «Por la inundación de los vicios, se resfria- rá la caridad de mu- chos»

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BOLETIN PARROQUIAL, ZUMPANGO DEL RIO, GUERRERO, PARROQUIA SANTIAGO APOSTOL, PUBLICACION 01, JUNIO, LA PATERNIDAD RESPONDABLE, LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y MARIA.

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Page 1: RAZONES DE NUESTRA ESPERANZA

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BOLETÍN CATÓLICO. PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL

Cuauhtémoc y Niños Héroes, Zumpango del Río, Gro. (MÉXICO) CP 40180. Tel. (01 747) 47 8 01 52

Al papa Pío XII le tocó vivir

durante los años de la Segun-da Guerra Mundial

El 15 de mayo de 1956 el Papa Pío XII

escribió la encíclica Haurietis Aquas (Berán agua), sobre el Culto

al Sagrado Corazón de Jesús.

No sólo basta una devoción al sagrado

Corazón sino un com-promiso serio con el bien y el evangelio.

Leamos unos fragmen-tos:

Penas de la Iglesia

33. Aunque la devo-ción al Sagrado Cora-

zón de Jesús, venera-bles hermanos, ha producido en todas

partes abundantes fru-tos de renovación espi-ritual en la vida cris-

tiana, sin embargo, nadie ignora que la Iglesia militante en la

tierra y, sobre todo, la sociedad civil no

han alcanzado aún el

grado de perfección que corresponde a los deseos de Jesucristo,

Esposo Místico de la Iglesia y Redentor del género humano. En

verdad que no pocos hijos de la Iglesia afean con numerosas

manchas y arrugas el rostro materno, que en sí mismos reflejan;

no todos los cristia-nos brillan por la san-tidad de costumbres,

a la que por vocación divina están llamados; no todos los pecado-

res, que en mala hora abandonaron la casa paterna, han vuelto a

ella […]; no todos los infieles se han incor-porado aún al Cuerpo

Místico de Cristo.

Hay más. Porque si

bien nos llena de

amargo dolor el ver cómo languidece la fe en los buenos, y con-

templar cómo, por el falaz atractivo de los bienes terrenales,

decrece en sus almas y poco a poco se apaga

el fuego de la caridad

divina, mucho más nos atormentan las maquinaciones de los

impíos que, ahora más que nunca, parecen incitados por el enemi-

go infernal en su odio implacable y declarado contra Dios, contra la

Iglesia y, sobre todo, contra Aquel que en la tierra representa a la

persona del Divino Re-dentor […]

Pudiendo, pues, ob-servar que, por desgra-

cia, el número de los que se jactan de ser enemigos del Señor

eterno crece hoy en algunas partes, y que los falsos principios del

materialismo se di-funden en las doctri-nas y en la práctica; y

oyendo cómo conti-nuamente se exalta la licencia desenfrenada

de las pasiones, ¿qué tiene de extraño que en muchas almas se

enfríe la caridad, que es la suprema ley de la

religión cristiana, el

fundamento más firme de la verdadera y per-fecta justicia, el ma-

nantial más abundante de la paz y de las cas-tas delicias? Ya lo ad-

virtió nuestro Salva-dor: «Por la inundación de los vicios, se resfria-

rá la caridad de mu-chos»

Page 2: RAZONES DE NUESTRA ESPERANZA

2

La imagen en su

conjunto

Es un icono bizantino de la escuela cretense,

una imagen represen-tativa de la Virgen de la Pasión. La interpre-

tación general es clara. Los arcángeles Gabriel y Miguel presentan a

Jesús niño los instru-mentos de sus sufri-

mientos futuros. Al

contemplar esta dra-mática visión, el Niño, en su condición de

hombre mortal, se asusta y se estremece y en un brusco movi-

miento busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se

aferra con fuerza. El susto y movimiento brusco del Niño están

expresados por la con-torsión de piernas, el

repliegue del manto y la sandalia desprendi-

da.

El icono representa la realidad teológica completa de la Reden-

ción por la Pasión.

Simbología

1. 'MP-ΘΥ (Μήτηρ

Θεού, griego, Madre de Dios en español, ins-cripción que se halla

en la parte superior del cuadro)

2. Corona. Fue aña-dida al cuadro original

por orden de la Santa Sede en 1867.

3. Estrella en el ve-lo de la Virgen. Ella es

la Estrella del Mar… que trajo la luz de la luz al mundo en tinie-

blas… la estrella que nos conduce al puerto seguro del Cielo.

4. OAM Ο

Αρχάγγελος Μιχαήλ, El Arcángel Miguel, ins-cripción en el lado su-

perior izquierdo. Sos-tiene la lanza y la es-ponja de la Pasión de

Cristo.

5. OAΓ Ο αρχάγγελος Γαβριήλ, el Arcángel Gabriel, inscripción en

el lado superior dere-cho. Sostiene la cruz y los clavos.

8. Túnica roja. Los

colores que llevaban

las vírgenes en los tiempos de Cristo.

9. Iς-Xς Ἰησοῦς

Χριστός, primer y últi-ma letra de cada pala-bra y significa Jesús

Cristo. Está al lado del Jesús Niño.

11. Fondo amarillo. Es el símbolo del cielo,

donde Jesús y María están ahora entroniza-dos.

12. Manto azul os-

curo. Es el color que usaban la madres en Palestina. María es las

dos cosas a la vez: vir-gen y Madre.

14. Sandalia caída. ¿Ha casi perdido Jesús

su sandalia corriendo hacia María en busca de consuelo ante el

pensamiento de su Pasión?

Oh Corazón Inmacu-

lado de María, por tu perfecta comunión de amor con el Corazón

de Jesús, eres la es-cuela viviente de total

consagración y dedica-

ción a Su Corazón.

En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a amar,

sin divisiones, al Cora-zón de Jesús; a obede-

cerle con diligencia y

exactitud; servirle con generosidad y a coope-rar activa y responsa-

blemente en los desig-nios de Su Corazón.

Deseamos consa-grarnos totalmente a

tu Corazón Inmacula-do y Doloroso que es el camino perfecto y se-

guro de llegar al Cora-

zón de Jesús. Tu Cora-

zón, es también refugio seguro de gracia y san-tidad, donde nos va-

mos liberando y sa-nando de todas nues-tras oscuridades y mi-

serias.

Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Vir-gen Santísima, sin re-

servas y en total dis-ponibilidad de amor a la voluntad de Dios,

que se nos manifestará a través de tu media-ción maternal.

En virtud de esta

consagración, Oh In-

maculado Corazón, te

pedimos que nos guar-des y protejas de todo peligro espiritual y físi-

co. Qué nuestros cora-zones ardan con el fuego del Espíritu co-

mo arde tu Corazón.

Qué unidos a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo

para el mundo, y ungi-dos por el poder del Espíritu Santo, seamos

instrumentos para dar a un mundo tan árido y frío, el amor, la ale-

gría y la paz del Cora-zón de Jesús.

Page 3: RAZONES DE NUESTRA ESPERANZA

3

Hace casi un año, el

Papa Francisco, en la

Plaza de San Pedro en el Vaticano al comen-tar el evangelio del IV

Domingo de Pascua, 21 de abril de 2013, dijo lo siguiente:

Jesús quiere entablar

con sus amigos una relación que sea el re-flejo de la relación que

Él mismo tiene con el Padre: una relación de pertenencia recíproca

en la confianza plena, en la íntima comunión. Para expresar este en-

tendimiento profundo, esta relación de amis-tad, Jesús usa la ima-

gen del pastor con sus ovejas: Él las llama y ellas reconocen su voz,

responden a su llama-

da y le siguen. Es bellí-

sima esta parábola.

El misterio de la voz es sugestivo: pensemos que desde el seno de

nuestra madre apren-demos a reconocer su voz y la del papá; por el

tono de una voz perci-bimos el amor o el des-precio, el afecto o la

frialdad. La voz de Je-sús es única. Si apren-demos a distinguirla, Él

nos guía por el camino de la vida, un camino que supera también el

abismo de la muerte.

Pero, en un momento determinado, Jesús dijo, refiriéndose a sus

ovejas: «Mi Padre, que me las ha dado…» (cf. 10, 29). Esto es muy

importante, es un mis-terio profundo, no fácil de comprender: si yo

me siento atraído por Jesús, si su voz templa mi corazón, es gracias

a Dios Padre, que ha puesto dentro de mí el deseo del amor, de la

verdad, de la vida, de la belleza… y Jesús es todo esto en plenitud.

Esto nos ayuda a com-prender el misterio de la vocación, especial-

mente las llamadas a

una especial consagra-

ción.

A veces Jesús nos

llama, nos invita a

seguirle, pero tal vez

sucede que no nos

damos cuenta de que

es Él, precisamente

como le sucedió al

joven Samuel. Hay muchos jóvenes hoy,

aquí en la plaza. Sois muchos vosotros, ¿no? Se ve… Eso. Sois mu-

chos jóvenes hoy aquí en la plaza. Quisiera preguntaros: ¿habéis

sentido alguna vez la

voz del Señor que, a

través de un deseo,

una inquietud, os

invitaba a seguirle

más de cerca? ¿Le

habéis oído? No os oi-go. Eso... ¿Habéis teni-do el deseo de ser

apóstoles de Jesús? Es necesario jugarse la juventud por los gran-

des ideales. Vosotros, ¿pensáis en esto? ¿Es-táis de acuerdo? Pre-

gunta a Jesús qué

quiere de ti y sé va-

liente. ¡Pregúntaselo!

Detrás y antes de toda vocación al sacerdocio o a la vida consagrada,

está siempre la oración fuerte e intensa de al-guien: de una abuela,

de un abuelo, de una

madre, de un padre, de una comunidad… He aquí porqué Jesús dijo:

«Rogad, pues, al Señor de la mies —es decir, a Dios Padre— para que

mande trabajadores a su mies» (Mt 9, 38).

Las vocaciones na-

cen en la oración y

de la oración; y sólo

en la oración pueden

perseverar y dar fru-

to. Me complace poner-lo de relieve hoy, que es la «Jornada mundial

de oración por las vo-caciones». […] E invo-quemos la intercesión

de María. Hoy hubo diez jóvenes que dije-ron «sí» a Jesús y fue-

ron ordenados sacerdo-tes esta mañana… Es bonito esto. Invoque-

mos la intercesión de María que es la Mujer del «sí». María dijo «sí»,

toda su vida. Ella aprendió a reconocer la voz de Jesús desde que

le llevaba en su seno. Que María, nuestra Madre, nos ayude a

reconocer cada vez me-jor la voz de Jesús y a seguirla, para caminar

por el camino de la vi-da. Gracias.

Page 4: RAZONES DE NUESTRA ESPERANZA

4

En 2010 los obispos de nuestro país escri-

bieron el documento: Que en Cristo, nues-

tra paz, México tenga

vida digna. Allí po-demos leer ésto:

14. El narcotráfico es una de las formas

más difundidas del crimen organizado. Desde hace varias dé-

cadas ya se promovía el cultivo de drogas en distintas regiones del

país y al mismo tiempo se tejieron redes de traficantes con compli-

cidad de instituciones y organizaciones guber-namentales y de la so-

ciedad. En su inicio el negocio ilícito se limita-ba al cultivo y al tráfico

de drogas, que tenía como principal destino

los Estados Unidos de Norteamérica. Al difun-dirse la adicción a las

drogas enervantes, Mé-xico además de ser país productor y de

trasiego de la droga, se convirtió en un país consumidor, cerrándo-

se así el ciclo de: pro-ducción, distribución, venta y consumo.

15. La disputa entre

los cárteles de la droga por los territorios más favorables, no sólo pa-

ra el cultivo, sino para la producción de dro-gas sintéticas y para el

narcomenudeo ha pro-piciado enfrentamien-tos entre los grupos

delincuenciales y ha implementado el per-

verso oficio de los sica-rios, que organizados a su vez, se contratan

para asesinar, tanto para mantener el con-trol del territorio, como

para ajustes de cuen-tas.

El Catecismo de la

Iglesia Católica dice:

2290 La virtud de la

templanza recomienda evitar toda clase de excesos, el abuso de la

comida, del alcohol, del tabaco y de las medici-nas. Quienes en estado

de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en

peligro la seguridad de los demás y la suya

propia en las carrete-ras, en el mar o en el

aire, se hacen grave-mente culpables.

2291 El uso de la droga inflige muy gra-

ves daños a la salud y a la vida humana. A excepción de los casos

en que se recurre a ello por prescripciones es-trictamente terapéuti-

cas, es una falta grave. La producción clandes-tina y el tráfico de dro-

gas son prácticas es-candalosas; constitu-yen una cooperación

directa, porque incitan a ellas, a prácticas gravemente contrarias

a la ley moral.

¿Qué dice el Cate-cismo de la Iglesia Católica sobre la TORTURA?

2148 Es también

blasfemo recurrir al nombre de Dios para [...] torturar o dar

muerte.

2297 Los secuestros y el tomar rehenes ha-cen que impere el te-

rror y, mediante la amenaza, ejercen into-lerables presiones so-

bre las víctimas. Son moralmente ilegítimos. El terrorismo amenaza,

hiere y mata sin dis-criminación; es grave-

mente contrario a la justicia y a la caridad.

La tortura, que usa de violencia física o moral, para arrancar confe-

siones, para castigar a los culpables, intimi-dar a los que se opo-

nen, satisfacer el odio, es contraria al respeto de la persona y de la

dignidad humana. Ex-ceptuados los casos de prescripciones médi-

cas de orden estricta-mente terapéutico, las amputaciones, mutila-

ciones o esterilizacio-nes directamente vo-luntarias de personas

inocentes son contra-rias a la ley moral (cf

Dz 3722).

2298 En tiempos pa-sados, se recurrió de modo ordinario a prác-

ticas crueles por parte de autoridades legíti-

mas para mantener la

ley y el orden, con fre-cuencia sin protesta de los pastores de la Igle-

sia, que incluso adop-taron, en sus propios tribunales las pres-

cripciones del derecho romano sobre la tortu-ra. Junto a estos he-

chos lamentables, la Iglesia ha enseñado

siempre el deber de clemencia y misericor-

dia; prohibió a los clé-rigos derramar sangre. En tiempos recientes

se ha hecho evidente que estas prácticas crueles no eran ni ne-

cesarias para el orden público ni conformes a los derechos legítimos

de la persona humana. Al contrario, estas prácticas conducen a

peores degradaciones. Es preciso esforzarse por su abolición, y orar

por las víctimas y sus verdugos.