ratita presumida

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Cuentos y fábulas nuevamente fabulados. Banco de la República. Colegio Integrado Juan Atalaya. Docentes: Luz Marina Quintero , Luz Marina Pedroza. Coordinador del proyecto: Manuel Iván Urbina Santafé. RED NACIONAL DE TALLERES LITERARIOS RENATA BANCO DE LA REPÚBLICA MINISTERIO DE CULTURA [email protected]

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Adaptación de este cuento tradicional con estudiantes del Colegio Integrado Juan Atalaya, Cúcuta (Colombia)

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Page 1: Ratita Presumida

Cuentos y fábulas nuevamente fabulados. Banco de la República. Colegio Integrado Juan Atalaya. Docentes: Luz Marina Quintero , Luz Marina Pedroza. Coordinador del proyecto: Manuel Iván Urbina Santafé.RED NACIONAL DE TALLERES LITERARIOS RENATA – BANCO DE LA REPÚBLICA – MINISTERIO DE CULTURA [email protected]

Page 2: Ratita Presumida

ierta vez, una ratita encontró una moneda.

Qué alegría, dijo.

Compraré bombones, pasteles, caramelos,

una cinta y ligas para el cabello;

tal vez una blusa ombliguera…

¡Quedaré como una princesa!

dijo la ratita,

que había visto alguna princesa

en la televisión.

Page 3: Ratita Presumida

resumida, orgullosa, vanidosa”,

le decían, y tal vez tenían razón;

pero no tenían en cuenta algo importante:

“Rata que se cuida y se quiere”,

decía la ratita,

“quiere y cuida a los demás.

Rata que se descuida,

rata que se pierde.”

Page 4: Ratita Presumida

asaba por allí un burro, a quien le encantaba ir por los

jardines mordisqueando el prado y las florecillas.

Como la ratita se sentía linda, el burro la vio linda.

—Eres tan bella como una flor —le dijo el burro.

—Gracias por la flor —le dijo la ratita,

y le devolvió una sonrisa de dientes diminutos.

El burro, animado, lanzó un tremendo

rebuzno y preguntó a la ratita:

—¿Te quieres casar conmigo?

—¿Dijiste cazar o casar? —preguntó ella.

—Casar —aclaró él.

La ratita se asustó y echó mano de

la primera disculpa que encontró:

—No, no, rebuznas muy fuerte.

Page 5: Ratita Presumida

l burro se fue y la ratita se dirigió hacia el espejo;

una vez allí, pensó:

“A pesar de todo era un burro muy tierno;

no me hizo sentir como una rata

sino como una flor.”

Page 6: Ratita Presumida

pareció después un perro, especialista en

amores como todos los de su raza.

—Mira lo que te traje —dijo el perro a la ratita y le entregó un

frasco azul con el perfume más costoso y especial: mezcla de

rata y perro, con un delicado toque de madera de sándalo.

—No, señor, no puedo recibir regalos. Tal vez después… —

dijo la ratita, visiblemente incómoda.

Segundos después aceptó el regalo.

El perro se puso de rodillas, como había visto en una

película extranjera, y preguntó a la ratita:

—¿Te quieres casar conmigo?

Page 7: Ratita Presumida

uando el perro se hubo marchado,

la ratita, de nuevo frente al espejo, se dijo:

“Qué perfume tan dulce, huelo a rata”,

y pensó en los que se aman,

que se enamoran de todo el ser amado,

incluso de su olor.

La ratita ya tenía la excusa típica:

—No, no, porque ladras muy fuerte. Además,

aúllas cuando te dejan solo o cuando hay luna

llena.

Page 8: Ratita Presumida

or el sendero apareció un pato con

paraguas de arcoiris. Apenas vio a la ratita,

el pato le ofreció el paraguas. La ratita se

lo devolvió con amabilidad:

—Aquí no llueve ni hace sol —dijo ella.

Y, cosa extraña en aquel lugar, el pato

preguntó:

—¿Te quieres casar conmigo?

—No, no —dijo la ratita—, un cuac, cuac tan

fuerte me dejaría sorda.

Page 9: Ratita Presumida

l pato se marchó,

pero la ratita siguió pensando en él, como le suele ocurrir a

las ratas románticas.

Como ya era costumbre, se detuvo frente al espejo, uno de

los mejores lugares para reflexionar, después del baño.

“Era un pato ruidoso e iba ensuciando todo a su paso; pero

tenía un caminar elegante, y demostró que la quería: le regaló

una sombrilla para protegerla.”

Page 10: Ratita Presumida

n buen día, surgió de entre los

árboles un ratoncito; llevaba un

inmenso ramo de flores.

En medio de las flores,

muy escondido,

tan escondido que sólo una rata

podría verlo,

el ratoncito le ofreció su corazón.

Pero sucedió que el ratón

no se detuvo junto a ella, siguió

caminando como si nada.

Page 11: Ratita Presumida

erdaderamente, ese ratoncito era una rata.

De repente, regresó y le ofreció las flores a la ratita.

—¿Pensaste que te iba a dejar “con los crespos hechos”? —dijo el

ratón.

—No —dijo la ratita—, lo que es de uno es de uno.

Page 12: Ratita Presumida

l enamorado

sacó entonces

del bolsillo un

queso de

compromiso; la

ratita entendió, y

se lo comió.

No necesitaron

decir muchas

cosas, se

casaron.

Page 13: Ratita Presumida

l día de la boda, mamá rata le hizo a

su hija los churcos de aguadepanela;

el ratoncito se levantó una cresta con

gel, como estaba de moda entre

gallos y pájaros carpinteros.

Parecían otros.

En la fiesta, bailaron el vals

“Ratanubio azul”.

¿Por qué no bailaron salsa,

merengue o vallenato?

No se sabe. Bailaron un vals.