Emilio Castelar Carte de visite insertas en Semblanzas Contemporáneas (detalle).

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Rafael Castro y la práctica fotográfica en la Comisión Científica del Pacífico (1862-1866)

Jesús Muñoz Fernández

SERVICIO DE FOTOGRAFÍA. MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES (CSIC)

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamados en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado sobre una pared de la sala con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes" o "Frank Sinatra".

"Conservación de los recuerdos", Historias de cronopios y famas.

Julio Cortázar

Son varios los enfoques que se pueden adoptar a la hora de estudiar una expedición fotográfica como la protagonizada por Rafael Castro dentro de la Comisión Científica del Pacífico (1862-1866): las circunstancias que motivaron su realización, su valor, tanto estético como científico, y la difusión y recepción que sus imágenes han tenido a lo largo del tiempo entre el público y las instituciones científicas. Si bien todos estos aspectos han sido desarrollados anteriormente, se ha tratado poco la materialidad del hecho fotográfico en sí, es decir, de los medios empleados (cámara, emulsiones, etc.) y de los conocimientos técnicos necesarios para producir las fotografías de esta comisión. Para desvelar estos es necesario estudiar la escasa documentación conservada al respecto y, fundamentalmente, los artefactos fotográficos producidos a lo largo de la expedición que han llegado hasta nosotros.

Durante el reinado de Isabel II y bajo el gobierno del general O'Donnell (1858-1863), se inicia un periodo panhispanista que intenta devolver a España el protagonismo perdido como potencia ultramarina y neutralizar la influencia que Estados Unidos, Francia e Inglaterra ejercían sobre sus antiguas colonias americanas. Una iniciativa orientada a lograr este propósito fue el envío de una flotilla de la Armada al Pacífico que provocó un conflicto internacional cuando su comandante invadió las Islas Chincha frente a las costas del Perú.

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A finales de mayo de 1862, por iniciativa del Director General de Instrucción Pública, se decide incluir en esta expedición política y militar una misión científica "como practican las naciones cultas en casos semejantes" que recibirá el nombre de Comisión Científica del Pacífico presidida por Patricio María Paz y Membiela, un marino retirado aficionado a las ciencias naturales. El cuerpo expedicionario estaba formado por su presidente y varios naturalistas vinculados al Museo Nacional de Ciencias Naturales, entre ellos tres zoólogos (Patricio María Paz Membiela, Francisco de Paula Martínez y Sáez y Marcos Jiménez de la Espada), un geólogo (Fernando Amor), un botánico (Juan Isern), un antropólogo (Manuel Almagro), un taxidermista (Bartolomé Puig y Galup) y un dibujante-fotógrafo (Rafael Castro) 1• Lo novedoso de esta expedición, si se compara con otras empresas contemporáneas como la austro-húngara del Novara (1857-1859) y la Comisión Scientifique du Mexique (1864-1867), enviada por Napoleón III a México, fue la inclusión de un dibujante-fotógrafo en el viaje2 •

Según el Reglamento de la Comisión, los expedicionarios tenían como tarea recoger ejemplares para enriquecer las colecciones de los museos españoles y remitir ejemplares vivos de animales y plantas susceptibles de ser incluidos en un programa de aclimatación para su multiplicación y posterior explotación económica. Se añadía que la función del dibujante-fotógrafo debía ser la de "representar por los medios que se estimen más convenientes los objetos que le designe el Presidente, el cual dará la preferencia a aquellos que pierden el colorido o se deforman por los medios de conservación que se tengan que emplear; acompañará en sus expediciones a los individuos encargados de recolectar, para sacar vistas de montañas, cortes de terreno, aspecto de la vegetación, etc:' 3

Probablemente, la idea de incluir un fotógrafo en la comisión partiese de Mariano de la Paz Graells, director del Museo de Ciencias Naturales y pionero de la fotografía en España, quien realizó el primer daguerrotipo en Madrid el18 de noviembre de 18394

• Graells estaba al tanto de los nuevos procedimientos fotográficos basados en el negativo al colodión húmedo y la copia sobre papel albuminado, técnicas que utilizaba

l. CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC) "La Comisión Científica del Pacífico (1862-1866)" [en línea]

[Consulta 20 de enero de 2017] disponible en http://www.pacifico.csic.es//

2. López-Ocón, Badía (2003) p. 507.

3· Patricio Paz-Membiela "Reglamento para el régimen de la Comisión Científica de profesores de ciencias naturales agregada a la expedición marítima al Pacífico", 9 de julio de 1862. Archivo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, signatura: 0023/02/o02-o7; citado por Puig-Samper (1988) pp. 442-443.

4· Sougez (2011) p. 222

22 LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA AL PACÍFICO (1862-1866)

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para ilustrar la correspondencia científica que mantenía con sus colegas del Jardín de Aclimatación de París5 •

Eln de junio de 1862 se nombraron oficialmente los integrantes de la Comisión y recayó el cargo de dibujante-fotógrafo en Rafael Fernández de Moratín, funcionario del Tribunal de Cuentas del Reino. En un oficio de la misma fecha el ordenador general de pagos del Ministerio de Fomento manda librar 1oo.ooo reales del presupuesto para la adquisición de "útiles, aparatos e instrumentos de que ha de proveerse la comisión de profesores de ciencias naturales agregada a la expedición marítima al Pacífico" y librar con urgencia 52.000 reales al comisionado del tesoro en París para que Rafael Fernández de Moratín pueda comprar los útiles y efectos necesarios para la fotografía6 •

Llama la atención la gran cantidad de material fotográfico que se encargó, según se detalla en las actas de las sesiones celebradas por los profesores y académicos de ciencias de la Expedición Marítima al Pacífico ese mismo mes7 • Se relacionan más de sesenta entradas relativas a objetos diversos y productos químicos para equipar un laboratorio completo más que un equipo fotográfico de campaña. Entre estos se encuentran "una cámara de fuelle provisto de su objetivo de 3 pulgadas, para la medida de 18/24, con intermediarios de media y cuarto de placa (el objetivo de Voigtlander para vistas y retratos sin foco químico último sistema) con pie de campaña'' y otra cámara "de cuarto con dos objetivos también para vistas; retratos de J. Darlot". También se incluyen mil cristales de 18/24 para emulsionar, quinientos para hacer vistas estereoscópicas, veintiuna cajas armadas de cerraduras para 18/24 a 48 ranuras y dos tiendas de campaña privadas de luz con su correspondiente mesa de laboratorio.

En París esperan a Fernández de Moratín los 52.000 reales librados de urgencia por el Ministerio para comprar el material fotográfico pedido en junta por los profesores de la Comisión. Sin embargo, eln de julio de 1862, ya en su destino, renuncia por problemas de salud a su responsabilidad como fotógrafo de la expedición sin que exista constancia documental de qué materiales fotográficos compró finalmente8 •

5· Aragón (2002); citado por López-Ocón y Badía (2003) p. 513.

6. Oficio al ordenador general de pagos del Ministerio de Fomento del Negociado 4 por el que se ordenan librar wo.ooo del presupuesto. Madrid, n de julio de 1862. AGA fondo: 21; signatura: 32/16418, carpeta 7·

7· "Actas de las sesiones celebradas por la comisión de profesores y académicos de ciencias de la Expedición Marítima al Pacífico. Presupuestos de útiles y efectos necesarios para la fotografía'', Archivo General de la Administración (AGA), Sección Educación, leg. 6515;

citado por Puig-Samper (1988) pp. 445-448.

8. Puig-Samper (2001) pp. 29-30.

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Carte de visite insertas en Semblanzas Contemporáneas. Los sistemas de impresión de la época no eran capaces de reproducir las fotografías por lo que era habitual coser estas a las encuadernaciones. Castelar, Emilio. Semblanzas Contemporáneas. La Habana: La Propaganda Literaria, 1871. Biblioteca de la Propaganda Literaria. Biblioteca Museo Nacional de Ciencias Naturales, V.2. Sig. 6-10889.

24 LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA AL PACÍFICO (1862-1866)

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Migue] Hi1arion "Es1ava .

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La vacante dejada por Rafael Fernández de Moratín privó de fotógrafo-dibujante a la Comisión un mes antes de su partida, a principios de agosto, por lo que era muy urgente encontrar un nuevo candidato.

En ese momento el fotógrafo más acreditado de la corte era Charles Clifford, un profesional inglés que se había ganado una excelente reputación gracias a los reportajes fotográficos de los viajes oficiales de la Reina Isabel II por España9 • No se ha encontrado documentación que explique cómo la Comisión se puso en contacto con Clifford ni si fue este quien propuso al fotógrafo que finalmente ocupó el puesto de Fernández de Moratín. Probablemente Graells, en su triple condición de personaje influyente en la corte, director del Museo de Ciencias Naturales y fotógrafo naturalista, conociera a Clifford y pidiera a este que buscase un candidato para convertirlo en fotógrafo de la Comisión.

Finalmente, el cargo es ocupado por Rafael Castro y Ordóñez, pintor formado en la Real Academia de San Fernando quien regentaba un estudio de pintura y un establecimiento fotográfico en la calle Preciados de Madrid. Su negocio ya estaba activo en 1862 y se anunciaba en el Anuario de ese año como "pintor de Historia'' y fotógrafo especializado en retratos fotográficos 10• De esta época es también su colaboración en Semblanzas contemporáneas, una publicación por entregas con un texto biográfico, que Castro ilustra con retratos en formato carte de visite de personajes como Juan Eugenio Hartzenbusch, Ponciano Ponzano y Emilio Castelar11 •

Si bien el prestigio y la formación técnica que poseía Castro como fotógrafo de salón es evidente, por la importancia de los personajes que pasaron por su estudio, sus conocimientos de la "fotografía de vistas': como se denominaba en la época a la fotografía realizada en exteriores, debieron ser limitados porque se recurrió a Clifford para su formación. La fotografía al aire libre requería de un equipo especial y de unas destrezas que supliesen la ausencia de un laboratorio con unas condiciones físicas y ambientales adecuadas para la toma y procesado de cada imagen.

La ayuda de Clifford debió ser fundamental para Castro quien conocía los procedimientos fotográficos pero necesitaba familiarizarse con la mecánica de la fotografía en exteriores. El breve espacio de tiempo que medió entre su nombramiento y la salida de la escuadra de Cádiz el 8 de agosto de 1862 no debió ser suficiente para dominar la técnica pues el 28 de julio, dos semanas antes de partir la escuadra con

9· Sobre la obra de Charles Clifford véase Fontanella (1999): Clifford en España: un fotógrafo en la corte de Isabel II.

10. Rodríguez Malina, Sanchis Alfonso (2013) p. 505

n. Hidalgo (1865) pp. 54-55

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la Comisión, Clifford en una carta a Paz y Membiela, presidente de la Comisión, le comunica que "como mucho de las cosas son adelantos nuevos que no entenderá Castro yo pienso salir mañana de esta para Cádiz para poner Sr. Paz corriente de todo tanto empeño tengo todo marcha bien [sic]" 12•

En efecto, estos "adelantos nuevos" a los que se refiere Clifford eran el recientemente inventado procedimiento al colodión húmedo para la obtención de negativos sobre placa de vidrio y el papel albuminado sobre el que se obtenían las "pruebas" 13 • La técnica del colodión exigía emulsionar en completa oscuridad las placas de cristal poco antes de la toma y exponerlas aún húmedas. Una vez expuestas, reveladas y fijadas se obtenían por contacto en una prensa las copias sobre un papel albuminado que también necesitaba emulsionarse previamente y luego fijarse. Y, para finalizar, el artista también debía montar esas copias sobre un soporte papelero de calidad para poder exponerlas o formar un álbum.

En cuanto al material fotográfico utilizado por Castro en la expedición, parece que en su mayor parte fue seleccionado y comprado por Clifford y que los objetos recibidos en Madrid procedentes de París fueron escasos, como se desprende de una carta fechada el 18 de Julio y dirigida por Paz y Membiela al Ministro de Instrucción Pública. En ella le avisaba de "que han llegado algunas cajas encargadas en París por medio del Sr. Bonet, y todo lo que encargó el Sr. Clifford que está ensayando tanto aparatos como ingredientes".

12. Carta de Charles Clifford a Patricio Paz y Membiela anunciándole su intención de desplazarse a Cádiz. Madrid, 28 de julio de 1862.

AGA fondo: 21; signatura: 32/16418.

13. El procedimiento al colodión húmedo fue introducido por Frederick Scott Archer en 1851 y vino a reemplazar al talbotipo, el único procedimiento de la época que permitía obtener negativos en papel que luego podían copiarse. Las emulsiones al colodión eran más rápidas y registraban una amplia escala tonal con un elevado detalle al no reproducir la textura del papel en las copias por tener como soporte una placa de vidrio. Sin embargo, el vidrio hacía que los negativos fueran muy frágiles y su emulsionado con colodión obligaba a exponerlos inmediatamente, pues una vez secos dejaban de ser sensibles a la luz. Sobre un vidrio previamente pulido y limpio el fotógrafo vertía una preparación de colodión al tiempo que movia la placa para repartir homogéneamente la solución sobre ella. A continuación, en un cuarto oscuro o en una tienda hermética a la luz, si las vistas se realizaban en el exterior, se procedía a la sensibilización del colodión sumergiendo la placa en una preparación de nitrato de plata durante unos minutos. Ya expuesta, se revelaba con una solución de sulfato de hierro, se lavaba y después se fijaba con hiposulfito sódico para eliminar las sales de plata no expuestas. La placa, una vez seca con un fuego suave, era barnizada para proteger la emulsión.

El papel albuminado fue descubierto en 1850 por Louis Blanquart-Evard y sirvió como material para copiar los negativos al colodión. Sobre un papel de alta calidad con una alta proporción de lino y algodón se vertía albúmina de huevo y cloruro sódico. El papel seco se podía guardar hasta el momento de ser sensibilizado. Para ello el fotógrafo extendía sobre el papel una capa de nitrato de plata que al reaccionar con cloruro sódico presente en el papel se convertía en cloruro de plata sensible a la luz. En esta época lo habitual era que el fotógrafo comprase el papel albuminado y salado y procediera a sensibilizarlo momentos antes de usarlo. Una vez secado el papel tras esta preparación, era colocado bajo el negativo de colodión dentro de una prensa de contactos y expuesto al sol durante horas. La prensa permitía visualizar la aparición de la imagen durante su exposición al sol para controlar el grado de ennegrecimiento. Cuando la copia alcanzaba el grado de densidad deseado la imagen se viraba con una solución de cloruro de oro y se fijaba con hiposulfito. Después era cuidadosamente lavada antes de secarse. Reilly (1980) pp. 27-43.

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Rafael Castro y Ordóñez. Alameda de Apodaca con la iglesia del Carmen, Cádiz, 1862 (detalle). Copia a la albúmina. Biblioteca General de Humanidades ABGHOOI1231461. La escasa sensibilidad de la emulsión al colodión húmedo permitió a Castro dejar el obturador abierto y colocarse para posar.

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Por lo tanto, si el material se recibió el18 de julio y la escuadra finalmente partió el8 de agosto, Castro dispuso de unos escasos 20 días para familiarizarse con el equipo 14•

La relación más fiable de los objetos fotográficos que finalmente se embarcaron con la expedición la encontramos en una justificación de gastos que realiza Paz y Membiela con fecha de 14 de agosto en Santa Cruz de Tenerife aprovechando la primera escala de la escuadra. En ella, además de relacionar otros "objetos necesarios para la expedición': como escopetas, brújulas, zapatos, mochilas, etc., "enumera y rinde las cantidades recibidas con su recibo y concepto" relativas al material fotográfico 15:

-Por el estampado de dos mil tarjetas para fotografía dorado de las mismas etiquetas y envolturas según recibo no 39, 317 rs. (reales).

-Por una máquina con dos objetivos de Dallemayer con cámara, una cuchilla para cortar papel Bristol y 200 cristales de placa inglesa según recibo no 40, 4.850 rs.

- Por otros gastos variados efectuados por el fotógrafo que fue de la Comisión don Rafael Fernández de Moratín en París según cuenta documentada no 41, 1000 rs.

- Pagado a D. Magín Bonet por diferentes objetos de naturalista y una prensa para fotografía según recibo no 46, 4.926 rs.

-Pagado a D. C. Clifford por máquina e ingredientes de fotografía según cuenta no 63, 53.862 rs.

De esta lista se puede deducir que, además de contar con algún material auxiliar y una prensa de contactos traídos de Francia, Castro dispuso de equipo fotográfico de origen británico. Este estaría compuesto por dos cámaras, una estereoscópica con óptica Dallmeyer y otra, sin identificar, pagada a Clifford. Esta última, del formato 10" x 12" (254mm x 304,8mm), si nos atenemos a los negativos de vidrio de mayor tamaño que se custodian en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, y que podrían ser parte de los "2oo cristales de placa inglesa'' incluidos en el mismo asiento que la cámara estereoscópica 16•

14. Carta de Patricio Paz y Membiela al Director General de Instrucción Pública Sr. D. Pedro Sabau en la que le informa de la llegada del material encargado por Charles Clifford. Madrid, 18 de julio de 1862. AGA fondo: 21; signatura: 32/16418,

15. "Cuenta documentada que yo Patricio María Paz y Membiela, Presidente de dicha comisión rindo de las cantidades recibidas para gastos del material de la misma'' Santa Cruz de Tenerife, 14 de agosto de 1862. AGA fondo: 21; signatura: 32/16418, carpeta 4·

16. La "maquina con dos objetivos Dallemayer con cámara'' que incluye Paz y Membiela en la justificación de gastos era un aparato estereoscópico del fabricante londinense J.H. Dallmeyer cuyas ópticas eran muy apreciadas por su luminosidad, algo esencial para la correcta exposición de las lentas emulsiones al colodión. DALLMEYER ARCHIVES. [en línea] disponible en http:/ 1 www. thedallmeyerarchive.com/ [Consulta 20 de enero de 2017]

28 LA EXPEDICIÓN C IENTÍFICA AL PACÍFICO (1862-1866)

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El resto de los negativos conservados en el Museo son más pequeños y coinciden con formatos ingleses normalizados (4" x s"; 6 1/2" x 8 1/2"; 8" x 10"), siendo fracciones del mayor, y guardando todos ellos una relación aproximada de 1:3lo que podría indicar que fueron expuestos con la misma cámara utilizando varios chasis intermedios17 •

En cuanto a los "mil cristales de 18/ 24" incluidos en las actas de la comisión de profesores, y que debía adquirir Fernández de Moratín en Francia, no hay ningún negativo con este tamaño entre los que se conservan en el Museo, por lo que probablemente no se llegaron a comprar o no se usaron por no tener el mismo formato que la cámara suministrada por Clifford.

Otras características de las placas, además de la variedad de formatos, son sus diferencias de calidad, grosor, peso y acabado. Puede que Castro, una vez empleadas todas las placas comerciales traídas de Inglaterra, recurriera a materiales de fortuna para abastecerse de vidrios.

Junto a las cámaras también se menciona el material auxiliar necesario para positivar y montar las copias. Es sorprendente el encargo de dos mil tarjetas con una aplicación dorada con sus correspondientes etiquetas y fundas que, si nos atenemos a la moda de la época, estaban destinadas a montar las vistas estereoscópicas obtenidas con la "máquina con dos objetivos de Dallemayer" que figura en la relación. Probablemente se adquirió esta cantidad de tarjetas con la idea de disponer de un regalo institucional que ofrecer a las distintas autoridades con las que tuvo contacto la Comisión, como "un álbum con las fotografías que se llevan hechas" que Castro y los otros expedicionarios regalaron al emperador del Brasil18•

Sin embargo, a pesar del elevado número de tarjetas compradas no se conserva ni un solo negativo ni una sola vista estereoscópica. Sobre el caso se pueden hacer varias conjeturas: que Castro nunca usó este material, lo más probable, o que si lo hizo nunca devolvió los negativos ni sus copias, y que estos estuvieran entre los objetos reclamados por Graells al padre del fotógrafo tras su muerte19• Otra posibilidad es que no fuese Castro quien realizase las tomas estereoscópicas y que este cometido recayese en otro "individuo" de la Comisión instruido por Charles Clifford, al que se refiere Paz y Membiela en una carta al Director General de Instrucción Pública20 •

17· Greene (2013) "Table q: English Glass-Plate Dimensions" p. 9·

18. Rafael Castro, "La Expedición científica del Pacífico", El Museo Universal, Madrid, 1863, p. 53· Citado por Puig-Samper (2001).

19. Minuta de 20 de diciembre de 1865. CN0040/728/oo1, Archivo MNCN (cs1c). Citado por Badía (2oo8) p. 45·

20. Carta de Patricio María Paz y Membiela al Director General de Instrucción Pública en la que agradece a D. Carlos Clifford el hacer venir desde Londres los objetos de fotografía y solicita una recompensa para él, indicando que ha instruido al fotógrafo Rafael Castro y a algún otro individuo de la Comisión. Santa Cruz de Tenerife, 14 de agosto de 1862. AGA fondo: 21; signatura: 32/16418, carpeta 4·

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También es interesante, por su elevada cantidad, la referencia al papel Bristol para montar las copias al colodión de los negativos tomados durante el viaje. Este papel fue igualmente suministrado por Clifford, quien entregó "298 hojas de cartón Bristol de 75 cm de largo por 55 de ancho" en la portería del Ministerio de Fomento21 • De esta cartulina, después de ser perfilada en cruz con la "cuchilla para cortar papel BristoC saldrían 4 hojas por pliego, es decir un total de 1192láminas donde irían pegadas las albúminas. Parece una cantidad desmesurada si tenemos en cuenta que entre la Biblioteca General de Humanidades y

el Museo de Ciencias Naturales solo se conservan 722 copias y que gran parte de estas fueron realizadas en 1865 por los hermanos Mudarra22•

Con todo este material embarcó Castro y sus compañeros de la Comisión en la Fragata Triunfo para iniciar un periplo que le llevaría a fotografiar lugares, tipos humanos y objetos en Argentina, Brasil, California, Chile, Ecuador, Islas Malvinas, Panamá, Perú y Uruguay.

Castro se alojó en un camarote del barco compartiendo espacio con los objetos fotográficos más delicados y teniendo como "compañero" a Manuel, uno de los cañones del barco. Este amenazaba con "destrincarse" en cada tormenta y estuvo a punto de hacerle "perder todos los clichés completamente" después de un ligero choque durante una maniobra en Puerto Stanley23 •

Si peligrosas eran las travesías tampoco lo eran menos las "excursiones fotográficas". Algunas de las crónicas remitidas por Castro al Museo Universal, con críticas al mal gobierno de las repúblicas sudamericanas, habían creado cierto malestar en Chile. Pero, la gota que colmó el vaso fue la invasión por parte de la escuadra de las Islas Chincha el 10 de abril de 1864. Los comisionados, que habían sido previamente desembarcados en Valparaíso, se encontraron abandonados a su suerte y Castro temía ser tomado por un

espía y acabar como un desgraciado colega:

Cuentan las crónicas contemporáneas, mi querido amigo, que no hace mucho tiempo recorría un fotógrafo el territorio de Arauco, y que no pareciéndoles bien el trípode ni el objetivo a los naturales, determinaron dar fin de su artística persona, lo que efectuaron con gran contento

y algazara.

21. Nota del Portero Mayor del Ministerio de Fomento avisando que el 28 de julio de 1862 ha recibido 298 hojas de cartón Bristol de 75

centímetros de largo por 55 centímetros de ancho que D. C. Clifford deja en depósito para el Presidente de la Comisión. Madrid, 28 de julio de 1862. AGA fondo: 21; signatura: 32/16418, carpeta 4·

22. Mariano de la Paz Graells y Sebastián Mudarra, cuenta justificada de los gastos ocasionados en la formación de 20 álbumes. ACN0041/730/053, Archivo MNCN (CSIC). Citado por Badía (2008) p. 79·

23. Rafael Castro, "La Expedición científica del Pacífico", El Museo Universal, Madrid, 1863, p. 257.

30 LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA AL PACÍFICO (1862-1866)

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Tienda de campaña con cámara oscura y laboratorio. The 1/ustrated Catalogue of the lnternational Exhibition. 1862.

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Este recuerdo tiene por objeto demostrarme a mí mismo aquello de que cuando las barbas de

tu vecino, etc., pues he estado algunos días expuesto a las iras de cuatro aprendices del dios del caduceo y aseguro a usted que no he escapado de mala; pero ya sabe usted, mi caro amigo, que soy incorregible y que no me arrepiento de lo escrito en su ilustrado periódico, que mejor o peor

dicho, no es más que el Evangelio de estas latitudes donde el régimen democrático parecía que autorizaba a cada uno a emitir con libertad su pensamiento24 •

Aparte de las peculiaridades del viaje, la realización de las "vistas" tampoco era una tarea fácil, dada la naturaleza del procedimiento fotográfico al colodión húmedo. Esta técnica exigía la exposición de las placas recién emulsionadas sin estar secas y su inmediato revelado y fijado, obligando al fotógrafo a desplazarse con un completo laboratorio portátil y un cuarto oscuro de campaña. El relato de George Washington Wilson, experimentado colodionista contemporáneo de Castro, explicando cómo se hacían las "vistas" puede ilustrar cómo debía de ser el día a día del fotógrafo de la Comisión:

Todos los productos químicos se reparten en botellas de 16 onzas y se colocan en unas cestas diseñadas al efecto. En una cesta pequeña dispongo lo necesario para el trabajo de un día. Cuando está llena contiene tres botellas de 16 onzas de baño sensibilizador; una de revelador, una cubeta de cristal y una cuchara en una caja de madera; ocho botellas de 2 onzas de colodión; tres botellas de 2 onzas de ácido acético glacial; una botella de 6 onzas de una solución de cianuro; una botella

para verter el sobrante; una botella de 6 onzas de solución de cristales de sulfato de hierro; una botella de 2 onzas de cristales de cianuro; un embudo de cristal, un portaplacas, un cuaderno de

hojas de papel de filtro, un cepillo para limpiar el polvo, una gamuza y dos toallas. Todo lo cual

[ ... ] mi asistente se cuelga a los hombros y equilibra el peso con la cámara que lleva colgada del pecho. Así que cuando comenzamos a caminar por el campo o la montaña yo llevo la tienda y el trípode en una mano y una caja con 24 placas en la otra, y las ópticas dentro de sus estuches sobre

mis hombros, mientras que mi asistente lleva los productos químicos en su espalda equilibrados por la cámara y dos latas una dentro de otra en una mano. Cuando llegamos al lugar elegido desempaqueto la tienda y la coloco cuidadosamente. Mientras que mi asistente va a buscar unas piedras para mantenerla firme preparo una tina y los químicos. Una vez hecho esto, mi ayudante

corre a buscar agua a alguna fuente cercana para llenar las latas y cuando regresa ya estoy listo para sensibilizar una placa. Una vez lista ajusto la cámara coloco la placa sensibilizada en su chasis y realizo la toma. Después saco el chasis de la cámara y lo llevo a la tienda en donde extraigo la

placa expuesta que revelo y fijo. Una vez seca, la guardo en una caja de madera con el resto de los negativos ya procesados25 •

Sin embargo, Castro no dispuso ni de un ayudante ni del tiempo suficiente para realizar con tranquilidad sus tomas. En una crónica remitida desde Lima el12 de Julio de 1863 al

24. Rafael Castro, "La Expedición científica del Pacífico'', El Museo Universal, Madrid, 1864, p. 167.

25. Coe (1978) p. 28. Traducción propia.

32 LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA AL PACÍFICO (1862-1866)

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Conclusiones

También, además de la coincidencia de formatos, que la máquina fuese suministrada por Clifford y que no se conserve ningún negativo de "placa francesa'' podrían indicar que Rafael Fernández de Moratín no llegó a comprar todo el material que le fue encargado en París. Otro hecho que vendría a corroborar esta hipótesis es que, según la lista de Paz y Membiela, solamente la cámara comprada a Clifford, junto con unos "ingredientes de fotografía': costaron la suma de 53.862 reales; esta cantidad hace parecer insuficientes los 52.000 reales "librados" para adquirir en París el numeroso material fotográfico encargado por el claustro de profesores de la Comisión.

En este documento también figuran "una prensa para cortar papel Bristol" y "una máquina con dos objetivos de Dallemayer". La prensa era necesaria para guillotinar en cuarto cada uno de los 298 pliegos suministrados por Clifford y obtener así un millar láminas sobre las que montar las frágiles albúminas. Probablemente, esta cantidad de cartulina indicaría que Castro se había comprometido a positivar y montar las copias de los negativos obtenidos durante la expedición. Sin embargo, es algo que parece que no llegó a hacer, si tenemos en cuenta que muchas de las 777 albúminas conservadas fueron realizadas posteriormente por los hermanos Mudarra. Otro hecho que podría confirmar esta hipótesis es el presupuesto que Castro presentó a su regreso del viaje al Ministerio de Fomento para positivar mil copias. Esta cantidad coincide, si se excluye un porcentaje de material "de perdido': con el número de cartulinas necesarias para montar esas mil copias. En este caso no sería de extrañar que el motivo por el que el Ministerio de Fomento rechazó finalmente su presupuesto fuera su renuencia a pagar otra vez por un trabajo que Castro se había comprometido a realizar como fotógrafo de la Comisión.

En la justificación de gastos de Paz y Membiela también se reseña la existencia de una máquina estereoscópica con sus correspondientes tarjetas doradas y sus envolturas. Sin embargo, no se conserva ni un solo negativo ni una sola vista estereoscópica. Sobre el caso se pueden hacer varias conjeturas: que Castro nunca usó este material o que si lo hizo nunca devolvió los negativos ni sus copias, pudiendo estar estos entre los objetos de la Comisión que tras su suicidio reclamó Mariano de la Paz Graells al padre del fotógrafo.

Y, por último, cabe la posibilidad de que existiese otro fotógrafo en la expedición, además de Castro, ya que, según Paz y Membiela, Clifford "instruyó" a otro "individuo" que pudo utilizar la cámara estereoscópica. El hecho de que este segundo fotógrafo no fuese nombrado oficialmente podría explicar por qué Graells no reclamó también las vistas estereóscopicas, como hizo con el resto de los materiales producidos durante el viaje, con lo que se ha perdido su pista.

34 LA EXPEDI C IÓN C I ENTÍFICA A L PAC ÍFI CO ( 1862- 1 8 66)

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BIBLIOGRAFÍA

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