racionalidad y religión en la obra de max weber

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Rev.Fil. Univ.CostaRica, XIX (49, 50), 1-15, 1981 RACIONALIDAD Y RELlGION EN LA OBRA DE MAX WEBER "Lo "irracional" no es algo substantivo, sino por relación a un determinado punto de vista "ra- cional". Para el irreligioso, toda conducta religiosa es irracional, como lo es toda. conducta ascética para el hedonista, aun cuando, con el criterio de un valor supremo, sea una "racíonalizacíón". Si este trabajo nuestro sirve de algo, lo será por lo menos para descubrir el múltiple sentido del concepto, a- parentemente unívoco, de lo "racional" ". Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo p. 48 (1). 1. Significado y objetivos de los estudios de Max Weber sobre las religiones. Max Weber alcanzó renombre mundial con su primer gran estudio sobre religión titulado La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Pero este ensayo, desde entonces -1904- tan mal leído y comprendido, es parte de un esfuerzo mucho más global de Weber por investigar las peculiaridades de la civilización de Occidente y en particular el mo- do específico de racionalizar la vida que posee esta civilización. Fue este deseo de comprender la sin- gularidad de ciertas instituciones occidentales, (1) Weber, Max. La ética protestante y el esptrüu del capitalismo. Barcelona. Ediciones Península. 1969. 263 pp. Jorge Rovira Mas sobre todo de penetrar en "la potencia decisiva de la vida moderna, a saber, el capitalismo mo- derno" (2), lo que condujo a Weber a estudiar otras civilizaciones: China, India y la Palestina an- tigua fueron objetos de su interés, y un estudio sobre el Islam iba a ser emprendido a la hora de su muerte. Todo esto último con el propósito de fun- damentar, mediante el uso del método compa- rativo, sus hipótesis sobre Occidente. De acuerdo con su metodología (3) y con el fin de tener un punto de partida para sus indaga- ciones, Weber seleccionó, de entre la compleja ma- raña de los fenómenos culturales, un aspecto con- creto de la realidad social de estas civilizaciones: quiso determinar la influencia ejercida por ciertos credos religiosos de gran aceptación y, principal- mente, la influencia de la práctica religiosa resul- tante de la aceptación de esos credos, sobre la ética económica y el comportamiento económico de los creyentes. Trató de precisar, en suma, si ciertos elementos de la vida cotidiana de los hombres de esas culturas en lo referente a su lucha material por la subsistencia, estaban determinados, al menos parcialmente (4), por la manera de racionalizar re- (2) Esta frase de Marianne Weber en su obra biográ- fica Max Weber: Ein Lebensbild, se encuentra citada en el libro de lrving Zeitlin Ideología y teoría sociológica. Bue- nos Aires, Amorrotu editores S.C.A., 1970, p. 177. (3) Para un examen detallado de la metodología we- beriana, puede consultarse de Max Weber Ensayos sobre metodologia sociológica, Buenos Aires, Amorrortu e- ditores S.C.A., 1973, 269 pp. (4) Sobre esto, Weber dice claramente que "nunca una ética económica ha venido determinada exclusiva-

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Page 1: Racionalidad y religión en la obra de Max Weber

Rev.Fil. Univ.CostaRica, XIX (49, 50), 1-15, 1981

RACIONALIDAD Y RELlGION EN LAOBRA DE MAX WEBER

"Lo "irracional" no es algo substantivo, sino porrelación a un determinado punto de vista "ra-cional". Para el irreligioso, toda conducta religiosaes irracional, como lo es toda. conducta ascéticapara el hedonista, aun cuando, con el criterio de unvalor supremo, sea una "racíonalizacíón". Si estetrabajo nuestro sirve de algo, lo será por lo menospara descubrir el múltiple sentido del concepto, a-parentemente unívoco, de lo "racional" ".

Weber en La ética protestante y elespíritu del capitalismo p. 48 (1).

1. Significado y objetivos de los estudios de MaxWeber sobre las religiones.

Max Weber alcanzó renombre mundial con suprimer gran estudio sobre religión titulado La éticaprotestante y el espíritu del capitalismo. Pero esteensayo, desde entonces -1904- tan mal leído ycomprendido, es parte de un esfuerzo mucho másglobal de Weber por investigar las peculiaridades dela civilización de Occidente y en particular el mo-do específico de racionalizar la vida que posee estacivilización. Fue este deseo de comprender la sin-gularidad de ciertas instituciones occidentales,

(1) Weber, Max. La ética protestante y el esptrüu delcapitalismo. Barcelona. Ediciones Península. 1969. 263pp.

Jorge Rovira Mas

sobre todo de penetrar en "la potencia decisiva dela vida moderna, a saber, el capitalismo mo-derno" (2), lo que condujo a Weber a estudiarotras civilizaciones: China, India y la Palestina an-tigua fueron objetos de su interés, y un estudiosobre el Islam iba a ser emprendido a la hora de sumuerte. Todo esto último con el propósito de fun-damentar, mediante el uso del método compa-rativo, sus hipótesis sobre Occidente.

De acuerdo con su metodología (3) y con elfin de tener un punto de partida para sus indaga-ciones, Weber seleccionó, de entre la compleja ma-raña de los fenómenos culturales, un aspecto con-creto de la realidad social de estas civilizaciones:quiso determinar la influencia ejercida por ciertoscredos religiosos de gran aceptación y, principal-mente, la influencia de la práctica religiosa resul-tante de la aceptación de esos credos, sobre la éticaeconómica y el comportamiento económico de loscreyentes. Trató de precisar, en suma, si ciertoselementos de la vida cotidiana de los hombres deesas culturas en lo referente a su lucha material porla subsistencia, estaban determinados, al menosparcialmente (4), por la manera de racionalizar re-

(2) Esta frase de Marianne Weber en su obra biográ-fica Max Weber: Ein Lebensbild, se encuentra citada en ellibro de lrving Zeitlin Ideología y teoría sociológica. Bue-nos Aires, Amorrotu editores S.C.A., 1970, p. 177.

(3) Para un examen detallado de la metodología we-beriana, puede consultarse de MaxWeber Ensayos sobremetodologia sociológica, Buenos Aires, Amorrortu e-ditores S.C.A., 1973, 269 pp.

(4) Sobre esto, Weber dice claramente que "nuncauna ética económica ha venido determinada exclusiva-

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ligiosamen te la vida, es decir, por la manera desistematizar la existencia con el propósito de alcan-zar un fin, en este caso los bienes religiosos ofre-cidos por la religión en cuestión (5).

Los escritos de Weber sobre el puritanismo, elconfucianismo, el taoísmo, el hinduismo, el jai-nismo, el judaísmo de la antigua Palestina, y sudeseo expreso de continuar esta orientación con elislamismo, constituyen una manifestación -la másimportante- de todo el esfuerzo dedicado porWeber al estudio de los fenómenos "económi-camente pertinentes" (6).

Para Weber, las ideas religiosas tienen una di-námica propia. Sus características primordiales seencuentran dadas por la especificidad del mensajeofrecido a los creyentes por las personalidades ea-rismáticas (7). la religión, en su opinión, no es una

mente por la religión. Desde luego, una ética económicaposee un alto grado de autonomía frente a las actitudesdel hombre ante el universo, determinadas por factoresreligiosos u otros factores "internos" (en nuestro sentido).Factores dados de geografía e historia económicas deter-minan en gran medida este grado de autonomía. No obs-tante, la determinación religiosa de la conducta de vidatambién es uno, fíjense bien -sólo uno- de los determi-nantes de la ética económica. Desde luego, el propiomodo de vida religiosamente determinado se ve profun-damente afectado por los factores económicos y políticosoperantes dentro de unos límites geográficos, políticos,sociales y nacionales dados". Ensayos de sociología con-temporánea, Barcelona, Ediciones Martínez Roca S.A.,1972, p. 328.

(5) Una sobria y declaración de los objetivos deWeber en sus ensayos sobre las religiones, es la quesigue: "Los aspectos de las religiones que tienen im-portancia para la ética económica nos interesarán primordialmente desde un punto de vista definido: nos ocuparemos de su modo de relación con el racicnalismo econó-mico. Más exactamente, nos referimos al tipo de raciona-lismo económico que desde los siglos XVI y XVII, ha pa-sado a ocupar un lugar predominante en Occidente, comoparte de la particular racionalización de la vida cívica, yque ha llegado a ser familiar en esta zona del mundo".Ibidem, p. 358.

(6) "A estos [los fenómenos "económicos"; J.R.M. ]se añaden otros -por ejemplo, los procesos de la vidareligiosa- que no nos interesan (con seguridad al menosno en primer lugar) desde el punto de vista de su signifi-cación económica y en virtud de esta, pero que, en ciertascircunstancias, cobran significación en ese sentido porqueproducen efectos que sí nos interesan desde aquel puntode vista: los llamaremos fenómenos "económicamentepertinentes" ". Weber, Max, Ensayos sobre metodologíasociológica, p. 53.

(7) "Debe entenderse por "carisma" la cualidad, quepasa por extraordinaria (condicionada mágicamente en suorigen, lo mismo si se trata de profetas que de hechiceros,

simple ideología o un mero reflejo de lo que ocu-rre en la estructura económica de la sociedad,como lo pretendían algunos marxistas vulgares desu época. Señalaba a propósito de esto, que:

"No sustentamos la tesis de que la naturalezaespecífica de una religión constituya una sim-ple ''función'' de la situación social del estratoque aparece como su depositario caracterís-tico, ni de que ésta represente la "ideología"del estrato, ni de que sea "reflejo" de la situa-ción de intereses, material o ideal de un es-trato [ ... ]Por incisivo que haya sido el efecto de las in-fluencias sociales, económica y políticamentedeterminadas, sobre una ética religiosa, en uncaso particular, ésta recibe su impronta de fue n-tes religiosas y, ante todo, del contenido de suanunciación y su promesa" (8).

Tampoco afirmaba, por otra parte, que no hu-biera influencia alguna de los fenómenos econó-micos sobre la religión; todo lo contrario:

"[ ... ] yo considero altamente importante lainfluencia de la evolución económica sobre eldestino de la formación de ideario s religio-sos [ ... ] Pero siempre queda el hecho de quelas ideas religiosas no pueden deducirse pura ysimplemente de realidades económicas [ ... ]y poseen plena autonomía y poder coactivopropio" (9).

árbitros, jefes de cacería o caudillos militares), de unapersonalidad, por cuya virtud se la considera en posesiónde fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas -o por lo menosespecíficamente extracotidianas y no asequibles a cual-quier otro-, o como enviados del dios, o como ejemplary, en consecuencia, como jefe, caudillo, guía o líder. Elmodo como habría de valorarse "objetivamente" la cua-lidad en cuestión [ ... ] es cosa del todo indiferente en loque atañe a nuestro concepto, pues 10 que importa escómo se valora "por los dominados" carismáticos, por los"adeptos"". Weber, M., Economia y sociedad, Vol. 1,México, Fondo de Cultura Económica, 1969, p. 193.

(8) Weber, M., Ensayos de sociología contempo-ránea, p. 330.

(9) Weber, M., La ética protestante y el espíritu delcapitalismo, p. 245.

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RACIONALIDAD Y RELlGION EN WEBER

Los grandes líderes carismáticos desempeñanun papel fundamental cuando se inician las reli-giones. Ellos y sus discípulos -estos vinculados alos primeros también por cualidades carismáticas-constituyen un factor revolucionario que tiende ala ruptura con los patrones de comportamiento ycon las creencias tradicionales. Pero esto, que ocu-rre en un principio, tiende a debilitarse conformese produce lo que Weber llamaba "la rutinizacióndel carisma". Se trata de la necesidad que tiene elmensaje carismático, si no es efímero, de transfor-marse en grado diverso con el fin de sobrevivir yconvertirse, de algo extraordinario y extracoti-diano, en algo institucional dentro de la sociedad.La presión hacia la rutinización puede ser ejercidapor los mismos fieles o prosélito s del mensaje reli-gioso, o también por los discípulos inmediatos delprincipal portador del carisma. En todo caso, es asícomo comienza la influencia de los intereses mate-riales e ideales de estos grupos sobre el mensajereligioso.

Sintetizando, bien podríamos decir que a unafase inicial en la que aparece la personalidad caris-mática, creadora de nuevos conceptos religiosos deuna manera bastante autónoma y con una relativaindependencia de los procesos sociales, le sucedeuna segunda etapa en la que los grupos o estratossociales que adoptan el mensaje -adopción queimplica ya, desde el comienzo, una relación signifi-cativa entre el contenido de ese mensaje y las nece-sidades materiales o ideales del grupo en cuestión-ejercen una influencia bastante grande sobre lamanera de interpretado y, en especial, sobre laforma de llevarlo a la práctica; y todo esto vienedeterminado, en buena medida, por la situaciónconcreta que ocupan esos grupos dentro de la so-ciedad, entrando aquí en juego factores eco-nómicos y políticos, estos últimos con una rele-vancia frecuentemente minusvalorada por algunasteorías sociales.

Las racionalizaciones religiosas de la vida, así,no sólo vienen determinadas por las cualidades úni-cas del mensaje religioso ofrecido a los creyentes,sino que también intervienen sobre ellas las carac-terísticas económicas y políticas del estamento oclase social que acepta y difunde la religión de quese trate. Es sólo partiendo de lo anterior como sepueden observar adecuadamente las recíprocas in-fluencias que se ejercen entre las ideas religiosas-poseedoras de una importante autonomía evolu-tiva interna- y las clases o estamentos sociales,con todos los múltiples elementos concretos

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que afectan, dentro de sociedades determinadas, aestos grupos de hombres.

Teniendo en cuenta lo que acabamos de seña-lar, no resulta difícil comprender los motivos quetuvo Weber, en sus análisis acerca del impacto delas religiones sobre las éticas seculares y la raciona-lidad económica, para partir del estudio de las ca-racterísticas más importantes del comportamientode aquellos estamentos que eran los representantesy portavoces -tanto en lo referente a las elabora-ciones teóricas como en lo relativo a la prácticareligiosa- del credo sagrado cuyo efecto sobre laética económica quería ser precisado.

Los principales estamento s que sirvieron aWeber de hilos conductores para realizar los estu-dios ya comentados fueron los siguientes: losletrados chinos, como representantes de la éticaconfuciana; los brahmanes, portavoces del hin-duismo, y los comerciantes ambulantes y los pro-fetas hebreos, cuya visión de Dios y el mundo hatenido profundas repercusiones en las éticas que sehan creado en Occidente. Sin embargo, Weber nose limitó a estos grupos; también se ocupó de aque-llos otros sectores de esas sociedades que no siem-pre eran los portavoces de los comportamientosreligiosos oficiales o dominantes: en su estudiosobre China, por ejemplo, se interesó por losmagos taoístas, y en el de la India se detuvo ainvestigar con detalle el comportamiento de losmonjes mendicantes del budismo.

Por otra parte, hizo notar que los campesinosse inclinan por formas religiosas mágicas y no seadaptan bien a prácticas religiosas que poseen gran-des fundamentos metafísicos o que tienden haciauna sistematización y regulación de la conducta ala manera de las éticas racionales:

"Cuanto más fuertemente orientada hacia locampesino se desarrolla una cultura -Romaen Occidente, India en el Lejano Oriente,Egipto en el Cercano- tanto más pesa esteelemento de población, en el platillo de la ba-lanza, hacia lo trandicional, y tanto más, porlo menos la religiosidad popular, se sustrae a laracionalización ética" (10).

y en cuanto a los pequeños burgueses, decía:

(lO) Weber, M., Economía y sociedad, Vol. 1, p. 377.

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Particularmente, no quebranta en ninguna par-te situaciones económicas si no existen de an-temano las posibilidades y, a menudo, hastaintensos fermentos en las circunstancias yconstelaciones de intereses del tiempo. Y supoder de acción frente a intereses económicospoderosos es también limitado en este caso.No es posible ofrecer una formulación generalque señale la fuerza concreta de los distintoscomponentes del desarrollo y el modo de sumutua "adaptación" " (12).

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"[ ... ] sus condiciones económicas de exis-tencia tienen un carácter esencialmente ra-cional, esto es: presentan un carácter acce-sible al cálculo y a la influencia de un actuarracional con arreglo a fines [ ... ] Donde-quiera que se haya roto por medio de profetasy reformadores el lazo de unión con concep-ciones puramente mágicas o rituales, los arte-sanos y pequeños burgueses tienden, por esarazón, a una consideración ética y religio-so-racionalista de la vida, a menudo, porcierto, de un tipo muy primitivo [ ... ] Perode ningún modo puede considerarse comounívoca la determinación de la religiosidadpor medio de estas condiciones generales de laexistencia del artesano y del pequeño burgués.Los pequeños burgueses chinos, totalmente"calculadores", no encarnan una religiosidadracional; tampoco, según nuestras noticias losartesanos de ese mismo país. Son prosélitos dela doctrina mágica y, además, también de ladel karma budista. La carencia de una reli-giosidad ética racional es en este caso lo pri-mario, y por su parte parece haber influido enla limitación racional de su técnica, que siern-pre sorprende" (11).

De la misma manera, estableció afinidadesentre los proletarios y burgueses modernos, las cla-ses económicamente muy débiles como los jorna-leros y esclavos, los grupos intelectuales y otrosestamentos y clases, y ciertos tipos de religión yracionalidad religiosa. Pero -entiéndase bien- nocreyó en ningún momento que estaba realizandogeneralizaciones definitivas, porque son diversoslos factores que entran en juego para que se pre-senten, en la historia, modos concretos del actuarracional religiosamente condicionado y para que-lo cual era igualmente central en los estudios deWeber- ciertas modalidades de esta racionalidadreligiosa estimulen, allí donde se manifiesten, eldesarrollo de organizaciones económicas racio-nales.

Claramente y en torno a todo lo anterior,Weber dictaminaba que lo religioso:

"Sólo resulta elemento impulsor allí donde vade la mano con un proceso de transformación.

(11) Ibidem, pp. 387-388.

Baste señalar, para concluir con este punto,que es lícita la afírrnacíón de que Weber no ela-boró explícitamente una teoría sobre la recíprocainfluencia entre los fenómenos económicos y losreligiosos (13). Sin embargo, es necesario subrayaraquí el hecho de que, a la par de preocuparle so-bremanera la imputación causal (14), quiso tam-bién establecer ciertas afinidades entre los dife-rentes tipos de experiencia religiosa y las clases yestamentos; pero este esfuerzo notable, que se en-cuentra principalmente en Economía y sociedadbajo la denominación de "Estamentos, clases y re-ligión", no tuvo nunca como propósito el sentarleyes que establecieran nexos definitivos entreestos aspectos de la sociedad. Weber sabía muybien que entraban demasiados elementos en juego,elementos aún no estudiados en sus determina-ciones mutuas, y estaba consciente, por ello, delpeligro de las esquematizaciones simplificadoras.

2. La noeron de "racionalidad": algunos signifi-cados fundamentales.

Conviene ahora que dirijamos nuestra aten-ción al siguiente punto, punto central dentro de laobra de Weber: ¿qué debemos de entender, en elcontexto de sus estudios sobre las religiones, cuan-

(12) lbidem, p. 453.(13) Vease el trabajo de Jean Marie Vincent "La me-

thodologie de Max Weber" en Temps modernes,22(1967), N°251, p. 1843.

(14) Para un examen detallado de la lógica probatoriade las ciencias de la cultura de acuerdo con la metodo-logía weberiana, debe consultar se el ensayo de Weber titu-lado "Estudios críticos sobre la lógica de las ciencias de lacultura" en Ensayos sobre metodología sociológica,pp. 102-174.

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RACIONALIDAD Y RELIGION EN WEBER

do en ellos se utilizan los términos "racional", "ra-cionalidad religiosa", "racionalización"? Porque,ciertamente, es difícil encontrar, en el conjunto delos trabajos de Weber, un concepto más veces es-crito y más polivalente que este término "ra-cional". Weber, por cierto, estaba plenamenteconsciente de esto cuando afirmaba que:

"Como lema de toda investigación en torno alracionalismo debería figurar este sencillo prin-cipio, olvidado a menudo: que es posible "ra-cionalizar" la vida desde los más distintos pun-tos de vista y en las más variadas direcciones.El "racionalismo" es un concepto histórico,que encierra un mundo de contradic-ciones [ ... ]" (15).

Pero, todavía, ¿qué significa aquí "racio-nalizar la vida? Significa lo siguiente: organizar lavida de tal forma que los actos que realicemos a lolargo de ella, se encuentren adecuados a un finperseguido que se ha establecido previamente. Porello, cuando Weber habla de una racionalizaciónreligiosa de la vida, de lo que se trata es de unaorganización de la vida en la cual los actos se cons-tituyan en medios para alcanzar el fin religiosoconcreto que cada religión postula como el má-ximo bien de la vida humana. Naturalmente, estefin varía de acuerdo con las religiones; puede tra-tarse de la vida en un más allá, de un estado psí-quico particular como el nirvana, de una futurareencarnación en una casta superior, de la pros-peridad, en este mundo, del pueblo elegido por undios, etc. Esta racionalización es, ante todo, unaracionalización práctica del existir, es decir, unaaplicación del esquema medio-fin a lo cotidiano dela vida, esquema este característico de toda con-ducta racional.

Pero Weber también veía grados diversos deracionalidad en las diferentes racionalizaciones reli-giosas de la vida. Consideraba más racionales a lasracionalizaciones religiosas que implican una ética

(15) Weber, M. La ética protestante y el espiritu delcapitalismo, p. 80. Y en otra parte, el propio Weber seña-laba también que "sobre todo, un ensayo sobre la socio-logía de la religión como este va necesariamente encami-nado a contribuir a la tipología y sociología del raciona-lismo". Ensayos de sociología contemporánea. p. 397.

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(conjunto racionalmente establecido y justificadode normas para el actuar, acorde a un fin reli-gioso), que a aquellas otras carentes de un códigode principios de semejante Índole. Además, otracaracterística que cuando se presenta hace tambiénmás racionales a las racionalizaciones prácticas,puede verse en aquellas formas de vida que con-llevan un método riguroso de conducir la exis-tencia y en donde el auto control, con la conse-cuente desvalorización de las pasiones y senti-mientos corrientes de los hombres, ha sido elevadoa una técnica y a un sistema de vida con el fin dealcanzar la meta religiosa:

""Racional" también puede significar una"regulación sistemática". En este sentido sonracionales los siguientes métodos: métodos deascetismo mortificatorio o mágico, de contem-plación en sus formas más consistentes -porejemplo el yoga- o las manipulaciones de lasmáquinas de oraciones budistas del budismomás reciente" (16).

Por otra parte, denomina- también ''raciona-lización religiosa" al proceso de construcción deteoría sistemática que va en aumento progresivo yque in terpreta in telectualmente el mensajereligioso, ofrece una imagen del mundo y ordena,de manera igualmente intelectual, la práctica reli-giosa. Con este proceso aparecen usualmente loslibros canónicos que recogen las tradiciones y lasdoctrinas directamente emanadas de los grandes

(16) Wooer, M., Ibidem, p 359. Y sobre lo mismo:"[ ... ] así también la técnica de salvación monacal sedesarrolló cada vez en sentido más racional, en la Indiahasta llegar a los métodos del viejo budismo, en Occidentehasta los métodós de la orden monástica históricamentemás influyente: los jesuitas. Cada vez más la técnica seconvierte en una combinación de higiene física y psíquicacon una regulación metódica de todo pensar y hacer, se-gún manera y contenido, en el sentido del dominio másalerta, volitívo, enemigo de los instintos, de los propiosprocesos anímicos y corporales y una reglamentación sis-temática de toda la vida subordinándola al fin religioso".Economia y sociedad, vol. 1., p. 427. Igualmente: "El "as-ceta intramundano" es un racionalista tanto en el sentidode una sistematización racional de su propio modopersonal de llevar la vida como en el sentido de rehusartodo lo éticamente irracional, sea artístico, sea senti-mental, dentro del "mundo" y de su orden". Ibidem,p.430.

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taciones concretas, históricamente determinadaspor multitud de factores, de esa tendencia generalal orden y a la coherencia. Pero este postulado,que pudiera parecer metafísico, cobra en el caso deWeber el carácter de ser un motivador y promotorde sus investigaciones empíricas, ya que de lo quese trata entonces es de estudiar las racionaliza-ciones concretas que se producen en la historia, asícomo sus consecuencias en las diversas áreas insti-tucionales de la sociedad. No en vano afirmó quesu deseo era "contribuir a la tipología y sociologíadel racionalismo" (véase la nota 15).

En lo que sigue, presentaremos algunas racio-nalizaciones religiosas específicas y su relación conla racionalidad económica.

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líderes carismáticos, sean estos los fundadores olos discípulos de ellos; y aparecen igualmente losdogmas, elaboraciones conceptuales de ese grupoprofesional que juega un papel tan destacado en laetapa de rutinización del carisma religioso: los sa-cerdotes, grupo que es con frecuencia el portadorde un tipo de racionalidad teórica que se explicapor su parcial proveniencia del sector intelectualde la sociedad. Estas racionalizaciones religiosas dela vida que fructifican hasta la construcción de unateodicea, poseen un carácter más racional queaquellas otras que carecen de tal esfuerzo teóricopor interpretar el mundo y su sentido.

Es importante señalar aquí que todo lo an-terior tiene como fundamento último la creenciaweberiana de que existe una "tendencia general delos hombres a un orden racional" (17), pues es deesta 'premisa acompañada de su concepto de hom-bre (18) de donde parte la justificación de estos ytodos los otros procesos de racionalización de quehabla Weber:

"En efecto, la racionalidad, en el sentido de"coherencia" lógica o teleológica, de una acti-tud intelectual -teórica o práctico- ética ejer-ce, y siempre ha ejercido, poder sobre elhombre, por limitado e inestable que este ha-ya sido, y siempre se ha enfrentado con otrasfuerzas de la vida histórica" (19).

La racionalidad es para Weber una fuerza his-tórica que está presente en todos los aspectos de lavida social del hombre, aunque puede estarlo enmuy diversos grados y maneras. Las raciona-lizaciones religiosas no son más que manifes-

(17) Weber, M. Economía y sociedad, vol. 1, p. 34l.(18) Lo esencial del concepto de hombre que posee

Max Weber, es la capacidad que tiene todo ser humano deorientar su vida de acuerdo a valores que escoge libre yconscientemente. Esta característica es, precisamente, laprecondición de toda racionalización de la existencia:,,[ ... 1 la vida como un todo, si no ha de transcurrircomo un fenómeno natural sino ser conducida consciente-mente, implica una cadena de decisiones últimas en virtudde las cuales el alma, como en Platón, escoge su propiodestino: el sentido de su hacer y de su ser". Weber, M.,Ensayos sobre metodología sociológica, p. 238.

(19) Weber, M., Ensayos de sociología contempo-ránea, p. 396.

3. La racionalización de la vida promovida por elprotestantismo ascético y su relación con elespíritu capitalista

Pocas obras han sido tan polémicas y mal in-terpretadas a lo largo de la historia del pensa-miento social como La ética protestante y el espi-ritu del capitalismo. Escrita al inicio del períodode plena madurez intelectual de Weber y dentro deun contexto académico y político adverso al mar-xismo, fue objeto de opiniones de muy distintanaturaleza: unos sostuvieron que la tesis de la obraconstituía una refutación brillante del Materia-lismo Histórico; otros -pretendiendo más preci-sión- llegaron a afirmar que en ella se había sos-tenido el carácter de la Reforma Protestante dehaber sido el principal antecedente histórico delcapitalismo (20), y hubo quienes, menos preten-ciosos en sus juicios sobre el libro, se limitaron aobjetar el método utilizado por Weber o los tra-bajos consultados como fuentes. He aquí, sin em-bargo, cómo Max Weber delimita los alcances de suestudio:

(20) Este malentendido no lo evitó Weber pese a ha-ber escrito incluso que ,,[ ... 1nuestra descripción sólo hatenido en cuenta aquellas relaciones en las que cabe seña-lar inequívocamente la influencia de las ideas religiosassobre la vida "material" de la cultura. Hubiera sido fácilpasar de aquí a una "construcción" formal que dedujeselógicamente del racionalismo protestante todo lo "carac-terístico" de la civilización moderna. Pero esto lo dejamospara ese tipo de diletantes que creen en la "unicidad" dela "psique social" y su posibilidad de reducirla a una fór-mula". Weber, M., La ética protestante y el espíritu delcapitalismo, p. 261.

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RACIONALIDAD Y RELIGION EN WEBER 7

"Dada la variedad de recíprocas influenciasentre los fundamentos materiales, las formasde organización político-social y el contenidoespiritual de las distintas épocas de la Refor-ma, la investigación ha de concretarse a esta-blecer si han existido, y en qué puntos, "afi-nidades electivas" entre ciertas modalidadesde la fe religiosa y la ética profesional" (21).

Nada más lejos de su opinión, que la creenciaen una determinación unilateral de los diferentesaspectos del capitalismo moderno por movimientoreligioso alguno. Max Weber siempre consideró alos fenómenos históricos como co-causados pormultitud de factores, aunque estimaba que algunosde estos podían poseer una mayor significacióncausal que otros; precisamente en esta indagaciónsobre las posibles desigualdades significativas de lascausas, veía él la razón de ser de buena parte deltrabajo histórico. Por lo demás, en su Historia eco-nómica general, señaló claramente las causas delcapitalismo:

"Lo que en definitiva creó el capitalismo fuela empresa duradera y racional, la contabilidadracional, la técnica racional, el derecho racio-nal; a todo esto había de añadir la ideologíaracional, la racionalizacián de la vida, la éticaracional en la economía"(22).

En la obra que estamos comentando, Weberempezó por caracterizar lo que, a su juicio, podíadenominarse "espíritu capitalista". Para ello, uti-lizó unos textos de Benjamín Franklin obtenidosde sus escritos Advice to a young tradesman y Nec-essary hints to those that would be rich, como tipoideal del espíritu capitalista (23).

En estos textos se encuentra sintetizada unaracionalización de la vida en la cual el fin de laexistencia humana se constituye en la búsqueda deriqueza, en el ganar más y más dinero sin nuncacejar en este propósito. Pero no se persigue la ga-nancia económica por las ventajas que ella puedareportar para hacer la vida más llevadera o paralograr cualquier tipo de disfrute sensual; el obje-tivo de todo hombre en la vida debe ser, más bien,

(21) Ibidem, p. 107.(22) Weber, M. Historia económica general, México,

Fondo de Cultura' Económica, 1956, p. 298.(23) Véase de Weber La ética protestante y el espío

ritu del capitalismo, pp, 42 y ss.

la incesante adquisición de más y más dinero sinjamás olvidar aquella máxima que estipula que "eltiempo es oro".

En cuanto a los medios para lograr ese fin, hade perseguirse, en primer lugar, el trabajo cons-tante y con dedicación absoluta y, en segundo lu-gar, una vida recta y honrada que cooperará con lameta perseguida en dos sentidos: interiormente,impedirá que las energías vitales se vean dis-minuidas por vicios y lacras y, exteriormente, brin-dará confianza a la sociedad, cuestión esta funda-mental para desenvolverse en ella en busca del cré-dito que ampliará el capital.

Así, pues, se trata de una verdadera ética so-cial (basada en la racionalidad del actuar y en lacalculabi/idad que esta conlleva), que reglamentalas acciones de la vida humana con el claro pro-pósito del beneficio económico. Tal es el espíritu,el modo de pensar que peculiarizó a "la era heroicadel capitalismo", como Weber llamó a la primeraépoca del capitalismo.

Una 1vez caracterizada la significación del con-cepto "espíritu capitalista", Weber se dispuso a es-tudiar la importancia dada por la religión a la no-ción de "profesión", sobre todo después de la Re-forma Protestante.

Con Lutero y sus traducciones de la Biblia, eltérmino latino "vocatio ", que había significado"llamamiento divino a una vida santa en el claustroo como clérigo", pasó a significar "profesión", en-tendida esta palabra como un obrar dentro delmundo cumpliendo los preceptos divinos en aque-llas actividades en que cada quien se desempeña,cosa esta que ocurre por designio especial deDios (24):

"Lo propio y específico de la Reforma, encontraste con la concepción católica, es elhaber acentuado el matiz ético y aumentadola prima religiosa concedida al trabajo en elmundo, racionalizado en "profesión" (25).

Este concepto de "profesión" evolucionó deacuerdo a las diferentes iglesias y sectas pro-testantes, siendo en el calvinismo en donde obtuvouna mayor relevancia dentro de la doctrina reli-giosa.

Un elemento central a ser mencionado paraentender la relación entre religión y espíritu capi-

(24) Ibidem, pp, 85-89.(25) Ibidem, p. 96.

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talista, es el referente al dogma de la predestina-ción en la doctrina calvinista. Según el mismo,Dios ha dispuesto desde la eternidad el que ungrupo de hombres se salve y el resto se condene.Este designio divino es inescrutable más allá de loapuntado, y todo esfuerzo por entender la volun-tad divina es estéril. la consecuencia principal deesta creencia fue el dejar al hombre con el senti-miento de una soledad absoluta y bajo un temorque lo apabullaba ante la majestad e insonda-bilidad de los designios sagrados.

Dada la anterior situación, dos criterios fueronlos primordiales para procurarse la salvación delalma: primero, rechazar la tentación del demonioconsiderándose como elegido por Dios para habitarsu reino tras la muerte, y, segundo, afianzarse en eltrabajo profesional continuo. El trabajo era consi-derado como una actividad muy eficaz para re-ducir las tentaciones, estimándosele además comoel medio que Dios le ofrece a sus criaturas para quecooperen con él en el plan que ha decretado parael mundo. Ni los sacramentos, que eran rechazadoscomo magia y superstición, ni las buenas obras,eran considerados como los instrumentos para al-canzar la salvación, pues a la voluntad divina entorno a aquellos que habrían de salvarse se la con-sideraba como ya decretada desde siempre y estode una manera inexorable.

En la versión original del calvinismo, nada ha-bía que pudiera indicarle al hombre si era o no unelegido de Dios. Pero tal creencia, psíquicamenteinsoportable para el hombre, evolucionó en el con-tacto con las masas hasta llegar a entenderse que eléxito económico era un tndice de la elección divi-na; y, como consecuencia de esto, todo el esfuerzohumano debía de estar dirigido a alcanzar ese indi-ce ejemplificador de la voluntad de Dios. De estamanera, uno de los caminos viables para el cre-yente era la racionalización de la vida a través deltrabajo profesional. Trabajar y trabajar, y orientartodo este esfuerzo in majorem gloriam Dei, se con-virtió en una importante perspectiva vital que se lepresentó a cualquier cualvinista serio y coherente,no siéndole permitido, sin embargo, el usufructuarde una manera despreocupada del fruto de eseafanoso laborar. Al contrario, el calvinista sólo te-nía derecho a consumir aquella parte de sus bienesque le eran estrictamente indispensables para pro-seguir aquella misma forma de vida. la sobriedad,el rigor, el autocontrol racional de todos los ape-titos sensuales y de todas las manifestaciones senti-mentales de la vida humana, tales fueron los cáno-nes de conducta de esta nueva clase de santos.

Así, si los monjes de la Edad Media crearon unascetismo racional, pero se alejaron del mundo y seentregaron a una vida metódica y sistemática y,por ello, racional, dentro de los claustros y con-ventos, ahora, en lugar de la huida del mundo,apareció el ascetismo intramundano, es decir, elascetismo impuesto a la cotidianeidad de la vida enmedio del mundo. Veamos aquí las consecuenciasque esta actitud produjo, consecuencias no antici-padas y, sin duda, indeseadas por Calvino:

"[ ... ] en efecto, de acuerdo con el AntiguoTestamento y de modo análogo a la valoraciónética de las "buenas obras", no sólo vio en laaspiración a la riqueza como fin último el col-mo de lo reprochable y, por el contrario, unabendición de Dios en el enriquecimiento,como fruto del trabajo profesional, sino que(y esto es más importante) la valoración éticadel trabajo incesante, continuado y sistemá-tico en la profesión, como medio ascético su-perior y como comprobación absolutamentesegura y visible de regeneración y de autenti-cidad de la fe, tenía que constituir la más po-derosa palanca de expansión de la concepciónde la vida que hemos llamado "espíritu delcapitalismo". Si a la estrangulación del con-sumo, juntamos la estrangulación de todas lastrabas del espíritu de lucro, el resultado inevi-table será la formación de un capital comoconsecuencia de esa coacción ascética alahorro. Como el capital formado no debía gas-tarse inútilmente, fuerza era invertirlo en fina-lidades productivas" (26).

Sólo en el siglo XVII en Occidente, a lo largoy ancho de toda la historia -según los estudios deWeber sobre las relígíones -, se ha producido esacoincidencia entre un proceso económico en plenatransformación, proceso de un peculiarísimo carác-ter racional (27), y una racionalización religiosa de

(26) Ibidem, pp. 244-245.(27) "La premisa' más general para la existen-

cia del capitalismo moderno es la contabilidad racional delcapital como norma para todas lasgrandes empresas lucra-tivas [ ... ] A su vez, las premisas de esas empresas so~ lassiguientes: 1- Apropiación de todos los bienes mater1f1le~de producción (la tierra, aparatos, instrumentos, maqui-nas, etc.) como propiedad de libre disposición por partede las empresas lucrativas autónomas [ ... ] 2- La liber-tad del mercado con respecto a toda irracional limitacióndel tráfico [ ... ] 3- Técnica racional, esto es, contabi-lizable hasta el máximo, y, por consiguiente, mecanizada,

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la vida que produjo una mentalidad plenamentefavorecedora de esa expansión económica. Mostraresto fue el único objetivo de Weber:

"Tratábamos de demostrar que el espíritu delascetismo cristiano fue quien engendró uno delos elementos constitutivos del moderno espí-ritu capitalista, y no sólo de éste, sino de lamisma civilización moderna: la racionalizaciónde la conducta sobre la base de la idea profe-sional" (28).

Cualquiera otra interpretación está fuera delugar.

La tesis de la ética protestante y el espiritu delcapitalismo fue, en su momento, un magníficoestimulante para que Weber emprendiera otros es-tudios tendientes a establecer la relación entre laracionalidad religiosa y la racionalidad económicaen otras culturas, con el fin de lograr, así, la recu-sación o confirmación de su propia tesis.

4. La racionalidad de los letrados confucianos

En sus trabajos sobre el confucianismo y eltaoísmo, al igual que en su estudio sobre las reli-giones de la India, Weber prestó una gran atencióna las caracterfsticas del contexto histórico-social endonde se desarrollaron esas religiones, cosa que no

tanto en la producción como en el cambio [ ... ] 4- De-recho racional, esto es, derecho calculable. Para que laexplotación económica capitalista proceda racionalmenteprecisa confiar en que la justicia y la administración se-guirán determinadas pautas [ ... ] 5- Trabajo libre, esdecir, que existan personas no solamente en el aspectojurídico sino en el económico, obligadas a vender libre-mente su actividad .en un mercado. Pugna con la esenciadel capitalismo -siendo, entonces, imposible su desa-rrollo-, el hecho de que falte una capa social,deshereda~ay necesitada, por tanto, de vender su energia productiva[ ... ] Unicamente sobre el sector del trabajo libre resultaposible un cálculo racional del capital, es decir, cuandoexistiendo obreros que se ofrezcan con libertad, en el as-pecto formal, pero realmente acuciados por el látigo delhambre, los costos de los productos pueden calcularse ine-quívocamente, de antemano. 6- Comercialización de laeconomía, bajo cuya denominación comprendemos el usogeneral de títulos de valor para los derechos de partici-pación en las empresas [ ... ] En resumen: posibilidad deuna orientación exclusiva, en la satisfacción de las necesi-dades, en un sentido mercantil y de rentabilidad". Weber,M., Historia económica general, pp. 237-238.

(28) Weber, M. La ética protestante y el espíritu delcapitalismo, p. 257.

ocurrió en su ensayo sobre el protestantismo ascé-tico.

Vamos a presentar aquí un brevísimo esbozode algunas de esas cracterísticas señaladas por We-ber para el caso particular de la China, con la in-tención de que se pueda apreciar mejor el papelque desempeñaron los letrados confucianos dentrode su sociedad y puedan ser entendidas, así, lasconsecuencias para la economía de su específicomodo de racionalizar la vida.

A partir de la dinastía Chou, que tuvo su ori-gen en el año 1050 A. de c., puede afirmarse queen la sociedad china empezaron a aparecer un con-junto de rasgos que, en términos generales, hanperdurado a lo largo de toda la historia de estepaís (29). Dicha dinastía constituyó una federa-ción compuesta por territorios de tipo feudal quellegaron a contarse en cerca de mil, en la que lecorrespondía al emperador el principal ascendienteal aparecer como un elemento unificador del im-perio, más desde el punto de vista de la unidadcultural que encarnaba que como factor decisivode cohesión política. Veamos lo que apunta Webera propósito del emperador:

"El monarca chino [ ... ] era el antiguo hechi-cero de la religión mágica, traducido a la reli-gión ética [ ... ] El emperador chino ilustrabacomo gobernante la acepción primitiva y ge-nuina de la autoridad carismática. Debía co-rroborar que era "Hijo del Cielo" y soberanopor designio de Dios, lo que se comprobaba enla medida en que el pueblo disfrutaba debienestar. Si fracasaba quería decir, simple-mente, que no había carisma. Si los ríos rom-pían los diques, o si no se descargaba la lluviapese a los sacrificios realizados, se ponía enevidencia [ ... ] que el emperador carecía delas cualidades carismáticas exigidas por el Cie-lo [ ... ] " (30).

(29) "Las relaciones entre ciudad y aldea, la exís-tencia de poderosos grupos consanguíneos locales, el tem-prano desarrollo de un gobierno central débil, pero contendencia a la expansión, y por último la identidad entregobierno secular y culto de Estado, crearon la pauta en elcurso de la historia primitiva. Una civilización de cortenetamente chino se perfila ya con el gradual desenvolvi-miento del Estado Chou [ ... ]". Bendix, Rinhard, MaxWeber, Buenos Aires, Amorrortu editores S.C.A., 1970,p.111.

(30) Texto de la obra de Weber Religion of Chinacitado por R. Bendix en su obra aquí citada, p. 112.

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grupos se ocuparon, además, de seleccionar a susmejores talentos con el fin de pagarles la educaciónrequerida para que llegasen a ser letrados confu-cianos. La obtención de tal título implicaba para elgrupo prestigio, beneficios económicos y un con-trapeso indirecto frente al poder del Estado centra-lizado.

Dos tipos de religiones, de cariz completa-mente distinto, existieron en la China: por una,parte, la religión oficial del Estado y de sus funcio-narios, la ortodoxia confuciana y, por la otra, loscultos populares de las masas con su multidud dedioses y hechiceros, en los que la magia obtuvouna función predominante. En cuanto al taoísmoy al budismo podemos señalar que, en opinión deWeber, sobre todo el primero compitió reite-radamente con las doctrinas ortodoxas del confu-cianismo, en un afán por obtener preeminenciadentro de los sectores populares y el mismo Esta-do (33), pero sin llegar a desplazar nunca al bienorganizado sistema de los letrados oficiales.

Lo esencial de la religiosidad de las masas erasu afición total a la magia, con toda su secuela deirracionalismo religioso. Weber consideraba, comoya lo hemos dicho, que había grados de racionali-dad dentro de las racionalizaciones de la vida con-dicionadas religiosamente, y la magia se encon-traba, para él, en uno de los puntos más bajos de laescala de la racionalidad. Pensaba así por dos ra-zones: la primera, porque dentro de la magia pre-valecen los estados irracionales que buscan eléxtasis y, por ello, esos estados poseen un carácterno sistemático y permanente -el brujo no puedeperdurar indefinidamente en el trance extático-,en plena contraposición con la religiosidad más ra-cional de los sacerdotes enclaustrados delMedioevo o de los ascetas intramundanos del pro-

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En China, lo que comenzó a conformarse apartir de la dinastía Chou fue un Estado eminente-mente teocrático: el emperador era la máxima fi-gura cultural y -formalmente- política, porqueera, a su vez, el representante del Cielo en la Tie-rra.

La dinastía Chou concluyó definitivamente enel año 256 A. de C., cuando fue sustituída por ladinastía Chin, cuyo mérito principal radicó en uni-ficar políticamente al imperio, terminando conuna etapa en la que los territorios feudales habíanproliferado en demasía. A partir del año 206 A.de C. hasta el año 220 D. de C., tuvo el poder ensus manos la dinastía Han, de mucha importanciaen la historia de la China porque acabó de orga-nizar con gran acierto un fuerte sistema políticocentralizado de tipo patrimonial (31), en el quecobraron plena importancia los letrados confu-cianos, considerados como los funcionarios típicosde este Estado burocratizado, Estado que perduró,en sus lineamientos fundamentales, hasta hacepocos siglos.

Otra característica de la organización socialchina, igualmente de gran perdurabilidad, fue laenorme cohesión familiar existente, derivada delculto a los antepasados como vínculo esencial. Losgrupos consanguíneos jugaron un papel determi-nante dentro de las aldeas y ciudades (32), cum-pliendo el cometido de defender a sus miembroscontra cualesquiera dificultades exteriores. Estos

(31) Sobre el tema de la dominación patrimonial,puede verse Economía y sociedad, vol, 1, pp. 180-193 yvoL 11,pp. 756-847.

(32) El elemento base de la sociedad china fue elgrupo de parentesco. Dentro de las ciudades hubo gre-mios, guildas y otras asociaciones profesionales, pero nadasemejante a una organización política como el ayunta-miento de las ciudades medioevales de Occidente, quepara Weber desempeñó un papel tan significativo en laaparición del capitalismo racional. Los chinos, estuvierandonde estuvieran, estaban ligados, de manera esencial, allugar de origen de su familia; su punto de convergencia erael culto a los antepasados, de aquí partían los principaleslazos de unión en la organización social; nada similar a laciudad del Occidente medioeval pudo surgir allí: "Pero lodecisivo para el desarrollo de la ciudad medioeval hastaconvertirse en una asociación fue que los burgueses, enuna época en que sus intereses económicos empujaban auna socialización de tipo institucional, no fueron impe-didos en este proceso por limitaciones mágica o religiosasy, por otro lado, tampoco existía ninguna administraciónracional de una asociación política que estuviera por enci-ma de ellos. Pues allí donde, como en Asia, se dio una deestas circunstancias, ni siquiera los más fuertes interesescomunes de los habitantes de la ciudad hicieron posibleque constituyeran, tan siquiera transitoriamente, un "a-

yuntamiento". El nacimiento de la asociación urbana au-tónoma y autocéfala de la Edad Media con su concejomunicipal y con su "cónsul", "mayor", "alcalde" o "bur-gornaestre" a la cabeza, es un acontecimiento que se dife-rencia esencialmente no sólo de todo desenvolvimiento dela ciudad en Asia, sino también en la Antigüedad euro-pea". Weber, M., Economía y sociedad, vol. 11,p. 965.

Por lo anterior se comprende que no sólo razonesreligiosas sino también, en parte, políticas, impidieron, ajuicio de Weber, la aparición del ayuntamiento o algo pa-recido en China y en Asia en general.

(33) Los clérigos taoístas consiguieron en variosperíodos obtener el reconocimiento oficial de los empera-dores y, en el siglo XI D. de C., llegaron hasta implantarexámenes, semejantes a los de los confucianos, con el finde aspirar también a cargos públicos.

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testantismo, que buscaban, ante todo, una regula-ción sistemática y constante de la vida práctica, yeste esfuerzo, no 10 olvidemos, intelectualmentecobra su forma más nítida en una ética; la segunda,se debe a que en la magia y en los magos no sepresenta ningún intento por dar una explicaciónintelectual amplia y coherente de la realidad, noexistiendo, por lo tanto, ningún saber sagrado querecopile o comente las verdades fundamentales dela vida religiosa. -

Weber pensó que el taoísmo, en su afán com-petitivo con los letrados confucianos y con el finde atraerse a las masas, estimuló la magia, con con-secuencias funestas para la aparición de una menta-lidad económica racional. Veamos 10 que diceBendix comentando este punto de Weber:

"Weber sostenía que al estimular estas creen-cias populares el taoísmo contribuyó a crearuna imagen del mundo y el cosmos en la cualaparecían espíritus salvajes que sin motivoalguno eran capaces de realizar todo tipo deacciones, y en que la buena o mala fortuna delos hombres dependía de la eficacia de los he-chizos y de los sortilegios tendientes a con-trarrestados. Esta imagen de un "jardín encan-tado" tenía especial significación para la vidaeconómica [ ... ] En verdad, la creencia en losespíritus condujo a pensar que toda invencióntécnica o empresa, como la construcción decaminos, canales y puentes, era peligrosa yexigía especiales precauciones mágicas, yque en caso de necesidad podría modificarseel proyecto o incluso abandonárselo" (34).

Así, aquellas clases sociales que en Occidentefueron las promotor as del capitalismo racional, enChina se encontraron enredadas en las mallas de lamagia. En Occidente, además, el cristianismo, consu universalismo, permitió que las relaciones hu-manas se basaran en las cualidades éticas del indi-viduo, mientras que, en China, los vínculos deconsanguinidad dieron mayor importancia a losnúcleos de parentesco, llegándose incluso a creeren una suerte de "carisma familiar". Esto último,como es claro, tendió a limitar la importancia delindividuo e impidió la expansión de aquellas rela-ciones interpersonales más dinámicas que fueronrequeridas por el capitalismo occidental moderno.

(34) Bendix, R. Ob. cit., p. 136.

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En cuanto a la racionalidad de ese estamentocuyas doctrinas fueron siempre dominantes enChina, los letrados chinos, dice Weber:

"En China, los letrados han sido decidida-mente el estrato dominante por más de dosmil años, y aún siguen siéndolo. Su dominioha sido ininterrumpido, a menudo ha contadocon una apasionada oposición; pero siemprelogró renovarse y expandirse" (35).

El punto medular de toda la filosofía oficialchina, punto que era el que legitimaba a la teocra-cia, se puede sintetizar en la idea de la existenciade un dualismo de espíritus buenos y espíritus ma-los (Shen y Kwei] y de una sustancia celestial yotra terrenal (Yang y Yin). El emperador debíaposeer la sustancia Yang, 10 que le permitía serconsiderado como "Hijo del Cielo", representantede Dios en el mundo y, gracias a eso, se creía quelas labores del emperador, como máximo funcio-nario del imperio, podrían traer a los súbditos elbienestar material que éstos deseaban. No había enla ortodoxia china ninguna creencia en una vidaultramundana; todos los credos y opiniones de esaortodoxia buscaban la felicidad material del impe-rio y un beneficio para los chinos concretado en eltranscurso de su vida física: -

"Los príncipes y ministros de los clásicos o-bran y hablan como paradigma de gobernantescuya conducta ética es recompensada por elCielo. La burocracia y la promoción de fun-cionarios de acuerdo con sus méritos constitu-yen tópicos de glorificación" (36).

Comprendido 10 anterior, bien puede enten-derse el papel que desempeñaban en esta sociedadlos funcionarios: su deber era cooperar a que seprodujera una armonía social, así como existía laarmonía celestial. Pero para esto no debe pensarseque los candidatos a funcionarios -cualquiera per-sona, sin importar cuál fuera su rango social, podíaserlo- eran adiestrados en el conocimiento de unsaber especializado en la administración y planifi-cación pública para beneficio de la localidad a laque iban a ser asignados. El propósito de su educa-ción era muy otro:

(35) Weber, M., Ensayos de sociología contem-poránea., p. 508.

(36) Ibidem, p. 514.

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"Los escritos confucianos sobre tópicos eco-nómicos reflejan la preocupación de los fun-cionarios más que los pensamientos de loshombres que participan activamente en losasuntos económicos. No es propio de un hom-bre culto aprender el manejo de tales asuntos,tarea inadecuada para su posición social y porende moralmente dudosa [ ... ] Confucio ad-vertía que el hombre culto debía apartarse dela búsqueda de riquezas -aunque no de lariqueza misma- porque el deseo de posesionesera fuente de intranquilidad social y personal.Por cierto, no sería este el caso si el éxito delas empresas económicas estuviera garanti-zado, pero la ausencia de tal garantía hace queel equilibrio y la armonía del alma se veanamenazados por los riesgos implícitos. Para elhombre superior (vulto) ocupar una funciónpública es lo único que cuadra" (38).

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"Todos los títulos estaban destinados a repre-sentar una prueba de caligrafía, estilo, do-minio de los textos clásicos [ de Confucio(551-479 A. de C,) Mencio (372-289 A. deC.) y otros; J .R.M. ] y, por último -de modosemejante a nuestrar lecciones de religión, his-toria y alemán-, una prueba de conformidadcon las orientaciones mentales prescritas. Esdecisivo en este contexto el hecho de que estaeducación tuvo, por una parte, un carácter pu-ramente secular, en tanto que estuvo vincu-lada, por otra, a la norma de interpretaciónortodoxa de los autores clásicos establecida.Se trató de una educación literaria muy exclu-siva y pedante" (37).

De lo que se trataba era de que los candidatosestudiaran a los pensadores clásicos hasta la erudi-ción, con el fin de que absorbieran los valores fun-damentales de la ortodoxia confuciana; la benevo-lencia, la piedad filial -piedra angular de toda laespiritualidad de los letrados-, el decoro, la co-rrección de las formas, el control de las pasiones ysentirrentos que perturban al alma, etc.

Como se ve, se perseguía una racionalizaciónde la vida en la cual los medios estaban dados porla educación literaria y cuyo fin era un tipo hu-mano cuya conducta reflejará un equilibrio formalabsoluto. Y esto porque la paz y la armonía inte-riores del funcionario, manifestadas en su correc-ción externa, eran los mejores indicios de que seavecinaba un buen gobierno. Esto no es de ex-trañar si se recuerda lo que ya dijimos sobre elemperador y que ahora vale también para los fun-cionarios: debían poseer la sustancia Yang, cosaque se lobraba mediante la calificación carismáticaque producían los estudios literarios. Como conse-cuencia natural, se desarrolló la idea de que el fun-cionario corroboraba su carisma con la calidad desu administración; y digamos, además, que las ver-daderas tareas menudas de su labor pública eranencomendadas a funcionarios menores. El man-darín chino debía ocuparse lisamente de su armo-nía espiritual, so pena de que el orden social seensombreciera.

¿Qué consecuencias para la mentalidad econó-mica tuvo esta ética que tendía al control racionalde los sentimientos y emociones para garantizar laarmonía interna del funcionario y, con ello, elorden social? Dice Bendix:

(37) Ibidem, pp. 521-522.

En opinión de Weber, del ethos confuciano,tal cual se ha expuesto aquí, no hubiera podidosurgir el tipo de impulso espiritual que necesitó, ensus orígenes, el racionalismo económico moderno.

Para terminar, insistamos aquí en el hecho deque Weber no pretendió demostrar que en Chinano se produjo un desarrollo económico racional, ala manera de Occidente, por causa única del tipode racionalismo que impregnó la vida de los letra-dos confucianos. Simplemente quiso señalar queno había importantes "afinidades electivas" entreeste racionalismo y el que impulsó, en Occidente,el desenvolvimiento del capitalismo moderno.

5. Los brahmanes, las castas y su relación con laracionalidad económica

La institución más importante de toda la orga-nización social de la India, en el largo proceso desu historia hasta nuestros días, ha sido la casta.

Las castas son estamentos que, en virtud de lascreencias religiosas, determinan el rango social quecada individuo ocupa dentro de la sociedad, me-diante una jerarquización sumamente estricta.Cuatro "han sido siempre las principales: losbrahmanes (sacerdotes), los kshatriyas (guerreros),los vaisyas (mercaderes) y los sudras (trabaja-dores); sin embargo, éstas se han dividido, a su vez,en multitud de sub-castas.

(38) Bendix, R., Ob. cit., p. 129.

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La pertenencia a uno de estos estamentos osub-estamentos ha determinado, en gran medida,los comportamientos sociales básicos de los indi-viduos de esta sociedad: la ocupación que po-dían desempeñar, el matrimonio -por su carácterendogámico dentro de ciertas castas-, sus rela-ciones personales con el resto de los hombres, elritualismo específico que debían seguir en lo reli-gioso, el tipo de procedimiento funerario, etc. Conrazón Weber señalaba que;

"La casta, esto es, los derechos y deberes ri-tuales que otorga e impone, y la posición delos bracmanes, constituyen la institución fun-damental del hinduismo" (39).

Dos ideas, que tienen especial relación con elsistema de las castas, han prevalecido sobre cuales-quiera otras y han determinado el carácter especí-fico del hinduismo: la primera, la noción de sam-sara, señala que las almas de todos los hombrestransmigran y, la segunda, la idea del karma, esta-blece que esa transmigración se produce como unaretribución del tipo de vida que se ha llevado. Conestas dos ideas viene asociada una tercera, la deldharma, concepto que implica "los deberes y obli-gaciones propios de la casta". Sólo quien asume sudharma de la manera más estricta y seria posible,puede esperar una reencarnación en los niveles su-periores de la jerarquía de castas e inclusive, en elcaso de los brahmanes, cuando su santidad es total,puede confiarse en una liberación definitiva de laeterna rueda de las reencarnaciones.

Pasemos a ver, inmediatamente, algunas carac-terísticas de los brahmanes. Primeramente, Weberseñalaba que aunque su origen no estaba aclarado-el Rig-Veda, el más antiguo de los textos hin-dúes, no menciona nada acerca de ellos-, era muyposible que se hubieran iniciado como clérigos-conocedores de los textos sagrados y verdaderosmaestros de los ritos religiosos-, dentro de las ca-sas de las familias nobles.

Conforme pasó el tiempo, el prestigio que lesproporcionaba su conocimiento del sanscrito, len-gua en la que estaban escritos los principales textosreligiosos, junto a su intervención en todas las cere-monias que se oficiaban en las casas de esas fami-lias principales, otorgó a los brahmanes una posi-ción privilegiada dentro de la sociedad. Los reyes y

(39) Weber, M., Ensayos de sociología contem-poránea, pl. 483.

todas las más importantes autoridades políticas re-querían de sus servicios, sin los cuales se sentíanperdidos por toda la magia que los brahmanes po-dían desarrollar en contra suya. Además, el temora una reencarnación negativa era tan grande que elsistema marchaba por sí solo en beneficio, cada vezmayor, de estos sacerdotes:

"[ ... ] los brahmanes constituyeron siemprela suprema instancia en todas las cuestionesreligiosas y reclamaron el derecho al más altorango social. La teoría brahmánica puntualizólos derechos y deberes de los reyes de acuerdocon los escritos sagrados, a la vez que especifi-caba la situación social y ritual de todas lasrestantes castas. Este pluralismo ético se viointensificado por el éxito que lograron losbrahmanes en su demanda de superioridad so-cial y jurisdiccional" (40).

De esta forma, los brahmanes adquirieron unaenorme preponderancia dentro de la India. Su po-sición económica, por otra parte, estaba plena-mente garantizada por los regalos y dones que lesentregaban los beneficiarios de sus servicios reli-giosos; estos dones, por lo demás, no podían faltarporque de suceder eso sobrevendrían males a cual-quiera que fuera el irrespetuoso.

Weber estudió con detalle, en su trabajo sobrela religión en la India, además del hinduismo, laaparición y el desarrollo del budismo y el jainismocomo religiones todas que compitieron entre sí poratraerse a las masas -cosa que obligó a estas reli-giones a hacer concesiones en sus exigencias paraalcanzar el virtuosismo, ofreciendo así ciertos be-neficios psicológicos para atraerse a los sectorespopulares-, pero siempre la religión que terminósiendo la predominante fue la hinduista, pese a laexistencia de cortos períodos de dominio de losmonjes y las organizaciones budistas. Por ello,vamos a terminar este punto señalando las carac-terísticas del modo de vida brahmánico y sus con-secuencias para ciertos aspectos económicos de lasociedad de la India.

El fin de la vida del brahmán era la liberaciónde la rueda de las encarnaciones. Para esto, pasabasu vida adiestrándose en el conocimiento de loslibros sagrados, oficiando como sacerdote en lasceremonias que le competían y practicando un ri-guroso ascetismo: se alimentaba con una dieta ve-

(40) Bendix, R., Ob. cit., p. 159.

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personal virtud de casta, que se manifiesta enla belleza y bondad del producto" (41).

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getariana, practicaba el yoga, ejercía un rigurosoauto control sobre sus sentimientos, etc. Una vezque el brahmán llegaba a cierta edad -aproximada-mente cuando se convertía en abuelo- debía dejarla vida sacerdotal y dedicarse a la búsqueda de suautoperfección de una manera más sistemática.Así, las prácticas ascéticas aumentaban y elbrahmán actuaba sólo como maestro (gurú) deunos pocos privilegiados que iniciaban, de esta for-ma, el mismo camino. El fin de toda esta raciona-lización de la vida era alcanzar un estado íntimo dedesasimiento interior, de paz y olvido del mundoque conducía a estos santos ejemplares, no pocasveces, a la obtención de poderes considerados má-gicos.

¿Qué consecuencias para el desarrollo de unamentalidad económica, a la manera de la moderna,vio Weber en esta racionalización religiosa de lavida?

Su respuesta fue que el sistema de castas, con-dicionado religiosamente por el hinduismobrahmánico, fue un elemento negativo que contri-buyó a que en la India no se desarrollará un capita-lismo racional del tipo del Occidental:

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"Toda casta en la India, incluso la más despre-ciada -no excluyendo al ladrón- ve en suoficio una vocación asignada por dioses espe-cíficos o impuesta por una voluntad divina es-pecífica; su sentimiento de dignidad se nutrede la perfecta realización técnica de dicha"misión vocacional". Pero esta "ética profe-sional" es, por lo menos en lo que a los oficiosse refiere, específicamente "tradicionalista" yno racional. Esta ética encuentra su cumpli-miento en el campo de la producción artesanalcon la perfección cualitativa del producto.Está muy lejos de toda idea de racionalizacióndel modo de producción, que se halla a la basede toda técnica racional moderna =sistemati-zación de la explotación para convertirla enuna economía lucrativa racional-, de todo elcapitalismo moderno. La consagración éticade este racionalismo económico, del "empre-sario", es algo que corresponde a la ética delprotestantismo ascético. La ética de la castaglorifica el "espíritu" del oficio, el orgullopuesto no en el rendimiento económico mone-tario ni en el prodigio de la técnica racionalque resulta del empleo racional del trabajo,sino en la habilidad manual del productor,

6. Observaciones finales

En este breve artículo, hemos querido presen-tar concisamente no sólo los objetivos que sepropuso Weber en sus estudios sobre las religiones,así como algunos de los significados que él le dió ala noción de racionalidad en su obra, sino tambiénalgunos aspectos y resultados concretos de esos es-tudios en cuanto a lo esencial que se proponía:establecer la relación entre racionalidad económicay racionalidad religiosa en diversas .culturas , y elloen función de la temática principal de toda la obraweberiana, es decir, las causas y los efectos delcapitalismo moderno occidental y la racionalidadpeculiar de esta zona del mundo.

El enfoque de Weber, profundo y valioso entantos aspectos que supo investigar con una erudi-ción y un rigor ejemplar, es particularmente fe-cundo y original en lo referente al análisis de lasinfluencias de la vida religiosa sobre los comporta-mientos sociales -específicamente, los eco-nómicos- de los creyentes. Nadie como Weber hapenetrado tan hondamente en un tema tan vasto,pero también de tanta importancia, como este. Losfenómenos "económicamente pertinentes" -comodenominó Weber a aquellos acontecimientos o se-ries de acontecimientos que producen efectossobre la vida económica (revísese la nota # 6)-, detanta significación para poder esclarecer muchosaspectos que inciden en sucesos cruciales del deve-nir histórico, han sido sistemáticamente minusvalo-rados, cuando no despreciados, como elementosexplicativos del acontecer socio-histórico, por lasciencias sociales de nuestros días. En este punto,en el interés de Weber por esa clase de fenómenos,reside una de las contribuciones de mayor rele-vancia y trascendencia de su magna obra, una con-tribución a la que bien vale la pena remitirse hoy,extrayendo de ella todas las enseñanzas que en-traña para una práctica científica rigurosa, fecunday alejada de todo dogmatismo.

(41) Weber, M., Economía y sociedad, vol. 1,pp. 353-354.

Page 15: Racionalidad y religión en la obra de Max Weber

RACIONALIDAD Y RELlGION EN WEBER 15

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