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CUESTIONARIO ¿Cuál es la actitud de nuestro Padre en cuanto a nuestros hijos? Resp.:__________________________________ ______________________________________ Habiendo cumplido los padres fielmente su parte en lo que respecta a la escuela del hogar, ¿cuál es, según el plan de Dios en cuanto a la educación, el paso siguiente? Resp.:___________________________________ _______________________________________ 1. 2. ¿Cómo pueden proveer una escuela para sus hijos los grupos aislados de creyentes? Resp.:__________________________________ ______________________________________ Habiendo cooperación entre padres y maestros en estos pe- queños centros de educación, ¿cuál será el resultado para los niños? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Cuál es la responsabilidad de la iglesia para con los hijos de sus miembros? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Por qué deberían recibir una educación cristiana todos los niños de las familias de la iglesia? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Por qué es mejor tener escuelas en las iglesias pequeñas, que los padres mudarse para lugares donde haya escuelas e igle- sias mayores? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Cuál es el carácter de la obra que debe realizarse en nuestras escuelas primarias ? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Qué clase de maestros deben escogerse para nuestras escue- las primarias? Resp.:__________________________________ ______________________________________ ¿Qué resultados admirables se prometen a los que son fieles en ministrar a nuestros hijos una educación cristiana? Resp.:__________________________________ ______________________________________ 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. rá las lecciones en las mentes receptivas de los niños, para que puedan comprender las ideas de la verdad bí- blica en su sencillez. Y el Señor les dará experiencia en las cosas misioneras; les sugerirá pensamientos que ni siquiera tienen los maestros. Los niños debidamente instruidos serán testigos de la verdad”. (Id. p. 161). “Cuando sean debidamente dirigidas las escuelas de iglesia, serán el medio de enarbolar el estandarte de la verdad donde se hallarán establecidas, porque los niños que reciban educación cristiana serán testigos para Cristo. Como Jesús en el templo resolvió misterios que los sacerdotes y gobernantes no habían discernido, así los niños que hayan sido debidamente educados, en la obra final que se realice en esta tierra dirán, en su sencillez, palabras que asombrarán a los hombres que ahora hablan de “educación superior”. (Id. pp. 167,168). “Así como los niños cantaron en los atrios del tem- plo: -¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor.- (Mar. 11:9), en estos postreros días, las voces de los niños se elevarán para dar el último mensaje de amonestación a un mundo que perece. Cuando los seres celestiales vean que no se permite ya a los hom- bres presentar la verdad, el Espíritu de Dios descen- derá sobre los niños y ellos harán en la proclamación de la verdad una obra que los obreros de más edad no podrán hacer, porque se les habrá cerrado el camino”. (Id. p. 168). “Nuestras escuelas de iglesia han sido ordenadas por Dios para preparar a los niños para esta gran obra”. (Id. p. 168). » » » Diagramación y Layout: Núcleo de Comunicación de la DSA/MW

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CUESTIONARIO

¿Cuál es la actitud de nuestro Padre en cuanto a nuestros hijos?

Resp.:________________________________________________________________________

Habiendo cumplido los padres fielmente su parte en lo que respecta a la escuela del hogar, ¿cuál es, según el plan de Dios en cuanto a la educación, el paso siguiente?

Resp.:__________________________________________________________________________

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¿Cómo pueden proveer una escuela para sus hijos los grupos aislados de creyentes?

Resp.:________________________________________________________________________

Habiendo cooperación entre padres y maestros en estos pe-queños centros de educación, ¿cuál será el resultado para los niños?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Cuál es la responsabilidad de la iglesia para con los hijos de sus miembros?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Por qué deberían recibir una educación cristiana todos los niños de las familias de la iglesia?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Por qué es mejor tener escuelas en las iglesias pequeñas, que los padres mudarse para lugares donde haya escuelas e igle-sias mayores?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Cuál es el carácter de la obra que debe realizarse en nuestras escuelas primarias ?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Qué clase de maestros deben escogerse para nuestras escue-las primarias?

Resp.:________________________________________________________________________

¿Qué resultados admirables se prometen a los que son fieles en ministrar a nuestros hijos una educación cristiana?

Resp.:________________________________________________________________________

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rá las lecciones en las mentes receptivas de los niños, para que puedan comprender las ideas de la verdad bí-blica en su sencillez. Y el Señor les dará experiencia en las cosas misioneras; les sugerirá pensamientos que ni siquiera tienen los maestros. Los niños debidamente instruidos serán testigos de la verdad”. (Id. p. 161).“Cuando sean debidamente dirigidas las escuelas de iglesia, serán el medio de enarbolar el estandarte de la verdad donde se hallarán establecidas, porque los niños que reciban educación cristiana serán testigos para Cristo. Como Jesús en el templo resolvió misterios que los sacerdotes y gobernantes no habían discernido, así los niños que hayan sido debidamente educados, en la obra final que se realice en esta tierra dirán, en su sencillez, palabras que asombrarán a los hombres que ahora hablan de “educación superior”. (Id. pp. 167,168).“Así como los niños cantaron en los atrios del tem-plo: -¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor.- (Mar. 11:9), en estos postreros días, las voces de los niños se elevarán para dar el último mensaje de amonestación a un mundo que perece. Cuando los seres celestiales vean que no se permite ya a los hom-bres presentar la verdad, el Espíritu de Dios descen-derá sobre los niños y ellos harán en la proclamación de la verdad una obra que los obreros de más edad no podrán hacer, porque se les habrá cerrado el camino”. (Id. p. 168).“Nuestras escuelas de iglesia han sido ordenadas por Dios para preparar a los niños para esta gran obra”. (Id. p. 168).

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“Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños”. (Mat.18:14)“En la escuela del hogar es donde nuestros niños han de pre-pararse para asistir a la escuela de la iglesia. Los padres de-ben recordar esto constantemente y, como maestros del hogar, deben consagrar a Dios toda facultad de su ser, a fin de que puedan desempeñar su alta y santa misión. La instrucción di-ligente y fiel que se dé en el hogar es la mejor preparación que los niños puedan recibir para la vida escolar como en el hogar, han de esforzarse por agradar y honrar a Dios”. (Consejos para Maestros p.142).“A medida que progresemos en el establecimiento de escuelas de iglesia, hallaremos que debe trabajarse en favor de los niños en los lugares donde se había pensado que no podía sostenerse una. En cuanto sea posible, todos nuestros hijos deben tener oportunidad de obtener educación cristiana. A fin de proveerla, debemos a veces establecer escuelas de iglesia en los hogares. Sería bueno si varias familias de un vecindario se uniesen para emplear a un maestro humilde y temeroso de Dios, que dé a los padres la ayuda que necesitan para educar a sus hijos. Esto será una gran bendición para muchos grupos aislados de observadores del Sábado y, un plan más agradable al Señor que el que se ha seguido a veces, a saber, enviar a niños tier-nos lejos de sus casas para asistir a una de nuestras escuelas mayores: (Id. p. 149).“Cooperen los padres y las madres con él, trabajando fervien-temente por la salvación de sus hijos. Si los padres quieren comprender la importancia de estos pequeños centros de edu-cación, cooperando en la obra que el Señor desea que se haga en este tiempo, los planes del enemigo para con nuestros hijos serán frustrados en gran parte”.(Id. p. 151).“Ha sido por completo demasiado escasa la atención pres-tada a nuestros niños y jóvenes y ellos no han alcanzado a desarrollarse como debieran en la vida cristiana, porque los miembros de la iglesia no los han considerado con ternura y simpatía, deseando que progresasen en la vida divina”.(Id. p. 41).

“Dios requiere que su iglesia despierte de su letargo y vea la clase de servicio que se le exige en este tiem-po de peligro. Debe apacentar los corderos del rebaño. El Señor del cielo está mirando para ver quién hace la obra que él quisiera ver hecha en favor de los niños y jóvenes”.(Id. p. 42).“Me han sido mostradas las iglesias que están espar-cidas en diferentes localidades y se me ha indicado

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que su fuerza depende de su crecimiento en utilidad y eficacia…En todas nuestras iglesias debiera haber escuelas y, en éstas, maestros que sean misioneros”. (Id. p. 160).

“La iglesia está dormida y no comprende la magnitud de este asunto de educar a los niños y los jóvenes. ¿Por qué -dice uno- es necesario ser tan meticuloso para dar a nuestros jóvenes una educación esmerada? Me parece que si eligen a unos po-cos que han decidido seguir una vocación literaria o alguna otra vocación que requiera cierta disciplina y se les presta debida atención, es todo cuanto es necesario hacer. No se requiere que toda la masa de nuestra juventud sea tan bien preparada. ¿No bastará esto para hacer frente a todo requerimiento esencial ?”. (Id. p. 43).

“Contesto: No; muy enfáticamente, no. ¿Qué selecci-ón podremos hacer entre ellos? ¿Cómo podremos decir quiénes serían los más promisorios y quién prestaría el mejor servicio a Dios? En nuestro juicio sólo podríamos mirar la apariencia exterior, como Samuel cuando fue enviado para hallar el ungido del Señor…(Id. p. 43). “¿Quién puede señalar al miembro de una familia que resultará eficiente en la obra de Dios? Debe haber edu-cación general para todos sus miembros y todos nues-tros jóvenes deben poder recibir las bendiciones y los privilegios de una educación en nuestras escuelas, a fin de que sean inspirados a ser obreros juntamente con Dios. Todos la necesitan, a fin de poder ser útiles y preparados para los puestos de responsabilidad en la vida privada y pública”. (Id. p. 43, 44).

“Muchas familias que, con el fin de educar a sus hijos, se tras-ladan a lugares donde están establecidas nuestras escuelas mayores, prestarían mejor servicio al Maestro quedando donde están. Debieran animar a la iglesia de la cual son miembros a establecer una escuela primaria donde los niños de su seno podrían recibir una educación cristiana completa y práctica. Sería inmensamente mejor para sus hijos, para sí mismo y para la causa de Dios, que quedasen en las iglesias meno-res, donde es necesaria su ayuda, en vez de ir a las iglesias mayores donde, debido a que no se los necesita, están en la constante tentación de caer en la inactividad espiritual”. (Id. p. 165, 166).“La obra de nuestras escuelas de iglesia debe ser del más elevado carácter, Jesucristo, el Restaurador, es el único reme-dio para una mala educación y las lecciones enseñadas en su Palabra siempre deben recordarse a los jóvenes en la forma

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más atrayente. La disciplina de la escuela debe complemen-tar a la educación del hogar y, tanto en el hogar como en la escuela, debe mantenerse la sencillez y la piedad. Se encon-trarán hombres y mujeres que tienen talento para trabajar en estas escuelas pequeñas, pero que no pueden hacerlo venta-josamente en las mayores. Mientras practiquen las lecciones bíblicas, recibirán ellos mismos una educación del más alto valor”. (Id. p. 166).“Al elegir maestros debemos aplicar toda precaución, sabiendo que es un asunto tan solemne como la elección de las personas para el ministerio. Hombres sabios, que sepan discernir el ca-rácter, deben hacer la selección porque se necesita el mejor ta-lento que se pueda obtener para educar y amoldar la mente de los jóvenes y para llevar adelanto con éxito los muchos ramos de trabajo que han de hacer los maestros en nuestras escuelas de iglesia. Ninguna persona de mente inferior o estrecha, debe ser encargada de una de estas escuelas”. (Id. p. 166).

“No pongáis sobre los niños a maestros jóvenes e inexpertos, que no tienen capacidad para manejarlos; porque sus esfuerzos tenderán a la desorganización. El orden es la primera ley del cielo y en este respecto toda escuela debiera ser un modelo del cielo”. (Id. pp. 166,167).

“Dios quiere que todo niño de tierna edad sea su hijo, adoptado en su familia. Por muy jóvenes que sean, pueden ser miembros de la familia de la fe y tener una experiencia muy preciosa. Pue-den tener corazones tiernos y dispuestos a recibir impresiones duraderas. Pueden sentir sus corazones atraídos en confianza y amor hacia Jesús y vivir para el Salvador. Cristo hará de ellos pequeños misioneros. Toda la corriente de sus pensamientos puede cambiarse, de manera que el pecado aparezca, no como cosa que se pueda disfrutar, sino a la cual hay que rehuir y odiar”. (Id. p. 161).

“Los niños pequeños, como también los que tienen algo más de edad, recibirán beneficios de estas instruccio-nes; y, al simplificar así el plan de salvación, los maes-tros gozarán de tan grandes bendiciones como las que reciben sus educandos. El Santo Espíritu de Dios graba-

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