queremos - revista tiempo latinoamericano

8
.m.. n o. u m |.. R w. 0 C Y QUEREMOS

Upload: others

Post on 28-Jul-2022

6 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano

.m..no.

u

m|..

R

”w.0C

Y

QUEREMOS

Page 2: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano

===?EN TORNOAL MOVIMIENTO

DE LA JUVENTUD.

nac¡'Nº,

0¡OC

LGX

Numerosos son los problemasque pueden detectarse en unadeterminación de la llamada “cul-tura rock" argentina. Cuando se ha-bla de “rock nacional” se está ha-ciendo referencia principalmentea un movimiento musical, perotambién comprende la caracteriza-ción de toda una cultura, si enten-demos por cultura una determina-da forma de ser, de ver las cosas,una especie de código vigente endeterminado ámbito. Ese ámbitoes, naturalmente, en este caso elde la juventud.

Se ha aducido, con funda-mentos, que la juventud no consti-tuve una clase social. Así es que

¿cómo puede una categoría bio-lógica: la juventud, detentar unacultura propia? No sería, segúnla misma óptica, posible hablarde ella en sentido similar en quelo hacemos cuando decimos “cul-tura popular", “cultura de élite”.o “cultura rura cultura urbana".

Sin embargo, la dimensión delmovimiento juvenil en todo elmundo, con sus críticas, sus postu-lados y sus productos culturalespropios, hace que la juventud seaun sector socialmente importante.El movimiento mismo se inicióinternacionalmente con una progre-siva toma de conciencia del “va-lor social" de los jóvenes: como

" ((|.

mano de obra, como estudianta-do y, muy especialmente, comocarne de cañón en los siniestrosjuegos bélicos de los “adultos".Es por lo tanto 'un movimientoque adquiere la comprensión de quelos jóvenes son utilizados social-mente por una generación hartocriticable a distintos niveles, la cualdetenta el poder mundial; y' porotra parte, de que la juventudtiene en sus manos el futuro (quees decir el presente).

En su búsqueda de alternativasfrente a la cultura adulta, diría-mos ”oticial”, los jóvenes acabancoincidiendo con muchas reivindi-caciones de la llamada “cultura

¿QUIENES SOMOS?

Al leer este suplemento te preguntarás quiénes sonlos que hacen TIEMPO LA TINOAMEHICANO, y quizástambién te rondará la pregunta ¿qué pretenden con estapublicación?.

Brevemente te diremos que somos un grupo de jóve-nes profesionales de las comunicaciones sociales que de-seamosaportar nuestro grano de arenapara construir unasociedadmás justa, más solidariay más fraterna. Lo hace—

mos desde una óptica cristiana y con la fuerza que da elEvangelio de Jesús que dice: ”Ustedes son la sal de la tie-rra yla luz delmundo”. Yporsupuesto que esto tambiénestá dicho para vos que eres ¡oven. ¡ Qué desabridoseriael mundo si los ¡6venes no regalaran su sal ! ¡ Qué oscuri—

dad habría a nuestro alrededor si no ofreciéramosnuestraluz !. . . . Y si en nuestra patria hay mucha oscuridadytristeza debes preguntarte si has dado todo lo que tienesporser ¡oveny cristiano.

NUESTRA PRESENCIA

¿Qué hacemos los cristianosen un festival de Música

contemporánea?.Uno de los objetivosde nuestra revista es rescatar los

hechos y testimoniosde grupos y personasque hacen algopara mejorar las relacionesde los hombres y construir ”LaCivilización del Amor”. Y en esto la músicadesempeñaunpapel importantísimo. Es un lenguaje universal que rompelas fronteras del idioma comunicandoa los hombres entresí. De este modo todos los festivales musicales se convier—ten en lugares privilegiados para la alegría, el encuentro, eldiálogo y la fraternidad. Y estas razones se multiplicancuando se trata de música jóven. ¿No es asi?. ”

¡ Cuántas veces quisistes deciralgo y no pudiste o note dejaron !.

¡ Cuántas veces tuvistes ganas de reunirte y cantarfuerte hacía los cuatro puntos del país !.

Por eso hoy te acompañamosy queremoscantar con-tigo, pero también deseamos ayudarte a reflexionar unpoco sobre todo este fenómenocultural y social en el queparticipas.

Esperamosque sea de utilidad y podamos continuarnuestra comunicación en lospróximos números de TIEM-

ll

PO LA TINOAMEBICANO. "

Page 3: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano

popular”, en la medida en que és-ta es la expresión de un sector mar-ginado. Bien puede entenderse quetodos los sectores oprimidos reco- '

nozcan un mismo opresor, y pue-de aceptarse que la cultura popu-lar abarca la gran mayoría de miem-bros y de reivindicaciones. Por esose podría encuadrar a la culturajuvenil dentro de la cultura popu-lar. Esto es importante y se haceimprescindible que los jóvenes ¡-

dentificados con la “cultura rock"no pierdan de vista el pertenecera la cultura popular.

' La natural alianza entre losjóvenes y las clases popualreses el único camino válido para lle—

var adelante una búsqueda de al—

ternativas para un mundo sumidoen el molino del diablo de los po-deres económicos. En el caso dela música progresiva argentina (0“rock nacional", como suele Ila-márscle), es imprescindible la asun—

ción de las raices más profundasde lo auténticamente popular: lofolclórico. Es un error históricoel oponer la música progresiva,la expresión de la juventud, a lamúsica (y a la cultura en general)folclórica, atribuyéndolc a la úl-tima una vetuslc¿ que no le esesencial.

Por el contrario, ocurre que lacultura popular ha estado en laArgentina históricamente aslixiada,y se ha operado una criminal sus—

titución de sus valores por valorescomerciales, formas degradadas,preñadas, ellas sí, de una incura—

ble veje/. Lo clásico no es lo viejo,sino lo esencial. Dijo el gran Igor

Stravinsky que “una tradición ver-dadera no es el testimonio de unpasado transcurrido; es una fuerzaviviente que anima e informael presente”.

Puede imaginarse entoncescuán poderosamente deben ensam-blarse una tradición viviente y ani-madora con un movimiento juve—nil que se define como““progresi—vo”. Tal sería un auténtico perfil,de movimiento alternativo y reno—

vader.Eso sí, es importante no ha-

cerlo por moda. Hoy por hoyresulta difícil discriminar cuántode lo que se hace en ese sentido'es alimentado por humildes inten-ciones de servir a la cultura popu-lar auténtica, y cuánto lo es porpasajeras excitaciones comerciales.

Sugiero un modo de reconoceral músico, al artista humilde y ver—

dadero. Lo dejó escrito San Agus-tín, allá por el siglo V, aplicándoloal reconocimiento de los ángelesdela luz y a los de las tinieblas. Di—

ce el Santo que hay ángeles quereclaman a los mortales, rendimien-to de cultos a Dios, unico bien,mientras que “otros invitan consignos maravillosos a que se lesrinda el culto de latría a ellosmismos. ¿A quiénes se debedar más fe ? De igual forma con—

' viene preguntarse, mutatis mutandi,si el músico que se tiene al frenteda nuestras de pedir cultos a elmismo o a algo superior en estecaso la auténtica cultura del pueblo Y para ello, es necesariohacer abstracción de los ”sign…maravillosos” que despliega dicho

artista. El envanecimiento personalpuede resultar el peor escollo parael engrandecimiento de la culturapopular.

Para terminar, si la juventudha de proponer una alternativaválida para un cambio que el mun-do reclama urgentemente, debeentonces hacerlo a la manera delviejo adagio latino: “Pedes in terra,ad sidera visus"; es decir, con lospies en la tierra y la mirada en lasestrellas. Los ojos hacia lo altosimbolizan el vislumbramiento detiempos mejores, y no cabe dudadel significado de esos pies en latierra: la asunción del propio suelo,de las raíces propias. Tal deberáser la tarea de los verdaderos va—

tes de la música jóven nacional,la de transmitir y alimentar la ne—

cesidad de batallar por un maña-na mejor atentos a la propia identi-dad.

Gabriel Abalos

EEEEEEEEEEE(Las presentes rellexiones rescatanlos conceptos sobresalientes de lanota sobre el mismo tema, de nues-tro colaborador Gabriel Abalos,que se incluirá en el próximo nú-mero de TIEMPO LATINOAME-RICANO).

EEEEEEEEEEE

Page 4: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano
Page 5: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano
Page 6: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano
Page 7: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano

tºdºs en lamisma bolsa __

Cuando nos propusimos este suplemento, pensamos que se-ría bueno requerir la opinión de alguien que desde hacetiempo está impulsando este movimiento de la Música Con-temporáneaArgentina.Nos referimos a MARIO LUNA, amigo de los jóvenes, disc-jockey, locutor, amigo de las empresas discográficas y qui-zás el “alma mater” del Festival de La Falda.Aquí está el diálogo que mantuvimos con Mario, quiéncon mucha cordialidad respondió a nuestras preguntas.

— ¿Cuáles son los objetivos del Festival?— Los objetivos del 4to. Festival de Música

, Contemporánea Argentina, no son tan distintosde los del primero, allá en 1980, aunque las cir-cunstancias que vive el pais son distintas.— ¿Cuáles son esas circunstancias?

— Creo que fué a partir del 2 de abril de 1982,cuando mucha gente se dio cuenta de que existe“una cultura subyacente, casi marginal dentro dela Música Popular Argentina. Eso salió a la super-ficie y mucha gente se da por enterada.— ¿Es una música de protesta, que propone al-ternativas?

— Hay pautas que se fijan desde “arriba",y no me refiero solo al gobierno, sino a toda laestructura social y familiar. Esas pautas y normasno son tomadas en cuenta por la juventud como

' patrones de conducta, porque los mayores han de-mostrado que no han manejado bien el mundohasta el momento. Miguel Cantilo dice en uno de.sus temas: “Donde hay un ejemplo que nos sir-

va de ley?". Entonces, la sociedad no da ejemplosa seguir por la juventud, y por otro lado los jó—

venes tienen necesidad vital de tener sus modosy medios de expresión.—- ¿La juventud de los festivales de rock, parti-cipa también de otras actividades que le son pro-pias como el deporte, el estudio, el trabajo o elservicio a los demás?

— A mi no me cabe la menor duda. Creo queexiste un prejuicio en creer que los jóvenes se in-

teresan sólo por cuestiones triviales y pasajeras,y de ese modo meten a todos en la misma bolsa.

Uno debería pensar que si un adolescente ad—

hiere fervorosamente a las letras de las cancionesde un Miguel Cantilo que dice cosas profundas,o de Charly García que habla con una ironía muyfina de las cosas que hace a la realidad, también

tienen la misma capacidad para vibrar por otrassituaciones de la vida. . .

— Finalmente, Mario, qué le diría a los jóvenesqueparticipan de los Festivalesde rock?

— Bien, en primer lugar no me siento con au-toridad para hablar a los adolescentes y jóvenes,porque creo que es hora de que los adultos los es-cuchemos a ellos. . .Pero si se me pide una expre-sión de anhelo, mas que un consejo, yo diria queojala'que los chicos se adhieran, con el mismofervor y sencibilidad con que escuchan un festi-val de rock, que apliquen toda esa fuerza, todaesa “polenta" a las cuestiones importantes delpaís. Porque el problema no es que la juventudsea indiferente, sino que no la han dejado parti-cipar, y eso en todos los ordenes. Por lo tantoellos son herederos de una dolorosa situación queno han creado, razón por la cual no se les puedeecharla culpa. . .

juan Carlos Molina

Page 8: QUEREMOS - Revista Tiempo Latinoamericano