¿que es el papilio thoas thoantiades?

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¿Que es el Papilio Thoas Thoantiades? Páginas de Lepidopterología cctmparada POR EUGENIO GIACOMELLi Dr. en C¿emc¿as Nctiui`ci}es = Al estudiar los numerosos ejemplares riojanos de la "mc!r¿poscb (`ZGZ %¢,y.cmjo", nombre vulgar con que se designan las formas más co- munes del Pa}p?.Zo.o Thocm L. en nuestro país, se me ocurrió al tratar de precisar la c]asií'icación de las formas riojanas, como aproximadas a *7iocmfo.c!des Bw7.m, pi.eguntarme : ¿ Cuál es el ,verdadero f7Locwof¿cLde3 tí- Pico, perfectaimte t,ípico, el que así bautizó Burmeister? ,El problema, sencillo en apariencia, es, como veremos más adelante, más complicado de lo que parece. Ante todo, permítaseme, como una digresión, apuntar a(.iuí el mater.ial de que dispongo para el estudio comparativo de las diversas especies y formas dcl grupo Z'7tocús y otros cercanos. Tengo en mi colección, con determinación segura: 1. Pczp¿Zo.o T7¿ocLs F7Locis L. de Guayana Francesa. 2. Pcúpo.Z¢.o T7Loc}s oÜo.eczo Gundl. de Cuba. 3. Am,érica). " NG¢Zc,e.s R. Jord (en varios ejemplarl.s de N. y S 4. Pa,pübo Autoczes R. Jord. 5. r7üocts oc:7o€/r¢s Mén. del perú. 6. T7Locz,s b7ic!so.Zo.e7¢s?.s R. Jord, del N. de la R. A. 7. Z,a.á¿Zo.o Thoa;s próxímo a Thocr,„í¿cr,czes Burm. de ]a Río.ja tR. A., Esto poseo de las formas que se incluyen en P. Z7hoc}s L. Además tengo las siguientes especies del grupo de P. Thoc!s, pero que por ahora se consideran como especies distintas : 1. P. Homcof7Loc!s R. Jord, de Venezuela. 2. P. Orespho7oJes Cram. Ejemplares de E. Unidos de N. A. 3. P. Pc}co7o Boisd, de Perú. 4. P. Pczco7o Boisd. ssp. Thrason Feld. de Venezuela. 5. P. Lycophron BOLsd. 6. P. A.ndrogeus .Cra". ten varíos ejemplares de siis principa]es formas de la R. A. y Sut,l. América en general. Es decir, que poseo todas las formas del verdadero r'7!,ocús, excepto una (mezo%o.t¿s R. Jord, de Jamaica), y tengo ]as 3!4 pai..tes del griipo comp]eto de T7¿oc}s # especo.e ¢7oázogcís. Del N.\O. arg``entino (La Rioja), he examinado cent,enares de ejemplares, conservando buen número de ellos, inc]uso algunas variedades curiosas que han sido descritas en trabajos míos ant,eriores a éste, por lo cual no serán, en general, ci- tadas aquí (#). Para poder estudiar el P. T7Loczs f %o¢?ofo.czdes, hay que conocer, ante todo, lo que es el verdadero Fhoc¿s', el T7LocLs T7bocbs, típ.ico, ez T7LocLs` cFei Lo.7t%ó. En el lenguaje lepidoptesológico común, se entiende por Tñ,ocLs Thoc!s el Thoc}s de las Guayanas o de] Amazonas inferior en general, pero en realidad no sabemos co.e7ofó/t.,ccw%e%fe lo que es el Thoas línnea- |=T V.éase: Algunas novedades de Lepidopterología Argentina, Anales del Mu- seo Nacional de Historia Natural de 8. Aires, p. 361, por E. Giacomdli; y tam- bién: Not.as sobre el Papilio Thoas, del mismo autor, en Anales de Zoología Apli- cada, Santiago de Ghile (1,920).

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Page 1: ¿Que es el Papilio Thoas Thoantiades?

¿Que es el Papilio Thoas Thoantiades?Páginas de Lepidopterología cctmparada

POR

EUGENIO GIACOMELLiDr. en C¿emc¿as Nctiui`ci}es

=

Al estudiar los numerosos ejemplares riojanos de la "mc!r¿poscb(`ZGZ %¢,y.cmjo", nombre vulgar con que se designan las formas más co-munes del Pa}p?.Zo.o Thocm L. en nuestro país, se me ocurrió al tratar deprecisar la c]asií'icación de las formas riojanas, como aproximadas a*7iocmfo.c!des Bw7.m, pi.eguntarme : ¿ Cuál es el ,verdadero f7Locwof¿cLde3 tí-Pico, perfectaimte t,ípico, el que así bautizó Burmeister? ,El problema,sencillo en apariencia, es, como veremos más adelante, más complicadode lo que parece. Ante todo, permítaseme, como una digresión, apuntara(.iuí el mater.ial de que dispongo para el estudio comparativo de lasdiversas especies y formas dcl grupo Z'7tocús y otros cercanos.

Tengo en mi colección, con determinación segura:1. Pczp¿Zo.o T7¿ocLs F7Locis L. de Guayana Francesa.2. Pcúpo.Z¢.o T7Loc}s oÜo.eczo Gundl. de Cuba.3. Am,érica). " NG¢Zc,e.s R. Jord (en varios ejemplarl.s de N. y S

4. Pa,pübo Autoczes R. Jord.5. „ r7üocts oc:7o€/r¢s Mén. del perú.6. T7Locz,s b7ic!so.Zo.e7¢s?.s R. Jord, del N. de la R. A.7. Z,a.á¿Zo.o Thoa;s próxímo a Thocr,„í¿cr,czes Burm. de ]a Río.ja tR. A.,

Esto poseo de las formas que se incluyen en P. Z7hoc}s L. Ademástengo las siguientes especies del grupo de P. Thoc!s, pero que por ahorase consideran como especies distintas :1. P. Homcof7Loc!s R. Jord, de Venezuela.2. P. Orespho7oJes Cram. Ejemplares de E. Unidos de N. A.3. P. Pc}co7o Boisd, de Perú.4. P. Pczco7o Boisd. ssp. Thrason Feld. de Venezuela.

5. P. Lycophron BOLsd.6. P. A.ndrogeus .Cra".

ten varíos ejemplares de siis principa]esformas de la R. A. y Sut,l. América engeneral.

Es decir, que poseo todas las formas del verdadero r'7!,ocús, exceptouna (mezo%o.t¿s R. Jord, de Jamaica), y tengo ]as 3!4 pai..tes del griipocomp]eto de T7¿oc}s # especo.e ¢7oázogcís. Del N.\O. arg``entino (La Rioja),he examinado cent,enares de ejemplares, conservando buen número deellos, inc]uso algunas variedades curiosas que han sido descritas entrabajos míos ant,eriores a éste, por lo cual no serán, en general, ci-tadas aquí (#).

Para poder estudiar el P. T7Loczs f %o¢?ofo.czdes, hay que conocer, antetodo, lo que es el verdadero Fhoc¿s', el T7LocLs T7bocbs, típ.ico, ez T7LocLs` cFeiLo.7t%ó. En el lenguaje lepidoptesológico común, se entiende por Tñ,ocLsThoc!s el Thoc}s de las Guayanas o de] Amazonas inferior en general,pero en realidad no sabemos co.e7ofó/t.,ccw%e%fe lo que es el Thoas línnea-

|=T V.éase: Algunas novedades de Lepidopterología Argentina, Anales del Mu-seo Nacional de Historia Natural de 8. Aires, p. 361, por E. Giacomdli; y tam-bién: Not.as sobre el Papilio Thoas, del mismo autor, en Anales de Zoología Apli-cada, Santiago de Ghile (1,920).

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no, t,ípico. Por éste se entendería el ejemplar o los ejemplares, con laetíqueta de puño y letra del gran sabio sueco, que se conservasen (si nose habrán destruído) en Suecia, probablemente en el Museo Linneariii deUP'Sal, o a falta de éstos habría que recurrir a la fig`ura de la obraA4a7%+. cüzf. 536, en que ese gran naturalista publii'ó esa especie, admi-tiendo, 1o cual es muy dudoso, que esta figura, tan antigua, Íuera per-fec.ta, o recurrir, como medio indirecto, y por consiguiente, inseguro,a coJ¿pos, etc., etc. (si es que existen). Determinados por sucesores oest,udiosos de las obras del gran sabio. Todo esto es problemático y di-Íicísimo, y e% Zcb 23rácfo.oci ocfwcbz es imposible saber a í;¿e%c¿¢ segt¿i'ic5cuál es el verda,dero f¢.po del Thoc¿s ]inneano. Contentándose con las so-bras de este naufragio científico, esto es con descripciones, tradicionescíentíficas y obras más modernas que representan el verdadero T7üoc!s,1]egamos aproximadamente a lo que en resumen sabemos hoy que elT}]oas verdadero `es el de Guayanas y bajo Amazonas. Aun consiguien-do `ejemplares de esa región, como yo hice, siempre el resultado es pocopositivo, porque la especie en cuestión varía enormemente de individuoa indivíduo. Con lo cual queda probado que ignoramos en absolutoc.ómo e,s en realidad el Thoas linneano típico, y el pretender ac-{.ii.al-mente saber cuál era el aspecto de él, sei.ía comparable a la pretensiónde conocer cómo eran los rotos brazos de la Venus de Milo o la efígiede algún cuadro de autor famoso cuyo orig`inal .hubiera sido irlestruído.No sabemos, pues, ni sabremos nuncá cuál es el verdade.ro T7m" Jhoci.`..

Para el T%o¢s J%oo7ofo.cbdes la cosa es más fácil, aunque no deja depresentar sus grandes dificult,ades. Por f7Lo¢7ofo.cbdc,.9 Bt¿rme¿sJer, se entiende el tipo que este sabio dejó marcado con etiquet`as de su puño y£Írma en el Museo Público de Buenos Aires (actualmente Museo deHistoria Natural) .

Para saber con seguridad esto hay tres métodos: 1.° El recurrirdirectamente al Jo.po yendo personalmente a Buenos Aires y hat',iendola comparación directa. 2.° Pedir cotipos a 8. Aires a personas de re-conocida competencia (entomólogos serios o especialistas) o enviarlesejemplares de otra región para que los comparen con el Jt.po. 3.° Recu-rrir a la figura y descripción del T7Locz.s T7Locmf¿c!des Burm. en ]a obradonde fué descrita: De3cm.pf. P`ñ,i/s. de la R. A. T. V. Ijepidoptéres ysu Atlas. De est,os tres procedimientos, el primero es el único científi-camente seguro, y desgraciadamente, por razones persona,s poderosasno hemos podido ir a 8. Aires a efectuar comparaciones directas. En ]aimposibilidad de efectuar eso por el momento y prometiéndonos hacerloapenas la ocasión se presente, hemos recurrido a ]os Qtros dos métodos,que aplicados ventajosamente, pueden darnos un resultado satisfacto-rio, casi seguro o extremadamente aproximado. o

No pudiendo estudiar de u¿st¿ el tipo de Z'/tocú7o.,f¿¢des, ]o primero'que hice es preguntarme : ¿será el tipo bt¿"oe¿sfer¿¿¿7oo' etiquetado (.#)

en un so]o ejemplar o en varios? De l'a obra de Burmeist.er se compren-derá a primera vista, que en muchos ejemplares, porque este autor ha-bla de muchos individuos diferent,es y variables según la localidad, etc.Entonces me dirigí al Museo de H. Natura] de 8. Aires, al Dr. JuanBréthes, competentísimo entomólogo y jefe de la sección Entomológica.A esa pregunta me respopdi`ó inmediatamente con la siguiente respues--T Etiquetado -El verbo etiquetar no existe en buen castellano: Si.tlp 1oconservamos por razones de uso,

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ta : "En la.s colecciones del Museo Nacional de 8. Airés existe un solomcioho etiquetado por Burmeister, con el nombre de Thoa)%fo.¢des. Estees el verdad`ero "J¿po" de Burmeister, gwG oo%ser`¢cmos oom,o rez¢.g%¿¢oc:e7¢JÓJ!¿o¢. Hay además una colección que' Berg después arregló ; allíhay dos ejemp|ares: un 6 de Paraná y una 9 de 8. Aires; ambos1]evcm etiqueta de puño'y letra de Burmeister, con la agregación de unatarjetita que dice "J¿p`o" puest,a por Berg" .....

De manera que en realidad los J¿pos serían tres; pero como esteasunto complicaría enormemente las explicaciones de este trabajo, y

Sie{e manchas

Esq. 1. P. Thoantiades típico - ejemplares Riojanos.

Esq. 2. Ej. Rioj¿`nos. Esq. 3.

considerando que el verdadero "f¢.po" sería c,Z gwe sG co%se.rtJai oomo re-Z¿gw¢.cJ co.e%fóJo.cc!,, y que es de Mendoza, consideraremos - para simpli--ficar y hacer que el 1ector pueda darse una idea aproximada pero cla-ra del verdadero "f¢.po" de Thoant,iades -como t,ipo único el de Men-doza, y todas las veces que hablemos del "f¢.po'" entenderemos referir-nos a este ejemplar. De los dos otros tipos secundarios guardamos fi-guras -esquemáticas suficientes, enviadas geptilmente por el Dr. Bre-t,hes, para quien quisiera internarse máÉ en este complicado laberintode sistemática. Insistimos en que resulta riás claro atenernos a un¢c.po único, el verdadero, probablemente más ant,iguo (a-rquetipo), con-siderando como secundarios los que etiquetó Berg. Hec,ha esta impor-t,ante advertencia, con ]as indicaciones del Dr. Bréthes, llegamos a lac.onclusión de que la figura del Atlas de Burmeist,er que representa elThoantiades (P1. 4, fig. 9) es bastante aproximada al f¿po, pGro wo

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per/ooJ¢. (Esto se entiende si es que en est,a figura se ha querido re-presen{Sar, como es probable, el "f¢.po" de Mendoz,,a, el verdadero "f¿-po", |o cual no encontramos expresado en el Atlas ni texto de Bur-meist,e.r). Según el Dr. Bréthes, en el "fo.po" todas las manchas ama-rillas serían un poco más chicas que en la figura del Atlas citado.

Resumiendo : Los caracteres principales del Thoantiades fóp¢.co, se-gún todos estos datos, consistirían en lo siguiente :

|.° Tener en el ala del ler. par (lado superior) la 3a manchaen fcirma de gancho compzefcJ.

?.° Tener todas las lúnulas amarillas premarginales al borde ex-ternq completas, en número de 7; de éstas faltan algunas. De las supe.riores en muchos ejempla,res riojanos. (Véc¿sc, esgt¿emcLí).

S.° Tener 3 manchitas amarillas (A) al borde anterior, próximasa la mancha ganchosa. 47,cí doz 2.° pczr : (Zcbdo sw,pe.r¢o7.).

1.° Mancha roja anal evidente, que precede a una lúnula amari-11a (no negra) exactamente como en la figura de Bumeister. Para losriojapos véase, esquema 2.

2.° Los átomosF azules que preceden a estas manchas (siempresupe. supr.) escasos.

Id. (lado inferior) : Carece de toda lúnula amarilla fría en eJextremo de la discocelular (no así en los ejempl. riojanos).

3.° Desarrollo de ]as manchas azules (lado inf.) mediocre, no exa-geradamente visible ; ídem la part,e roja cent,ral cerc,ana a éstas.

4.° Lúnula anal rojiza (lado inf.) que invade con este polor uncírcu|o (esquema 3), no así en la fig. de Burmeister, que en este detalletambién parece defectuosa.

Como ninguno de los i]umerosos ejemplos riojanos. que tengo lle-na completamente estas condiciones, sé arguye fácilmente que niT]g`unode ellos es un perfecto r7toc!,%fo.a,des típico. Y entonces ¿qué es?. . .

Antes de arriesgarnos a decirlo hay que hacer notar bien que losejemplares de Thoas riojanos de que dispongo gran número, son mwi/Ücrr¢.oZJzes en tamaño, colocación y distribución de manchas. Ijos hayenanos (75 mm. expans. alar. ant.) y gigantes (de 130! mm.) y algu-nos muy c.laros en que predomina el amarillo vivo en las manchas y defaja amplia, otros de faja muy estrecha, que c,asi desaparece y que re-sultan casi completamente negros o melanóticos (muy raros éstos) enunos el co]or azulado del lado inferior domina enormemente, en otrospor el contrario se atenúa y vence ei rojo; ]a manchá ganchuda de lasuperficie superior se hace llena y rectangular como en la figura deScí+z (Dbe.s GTróss sohmetteT+|Sncge der Erde Pt. 7) d,e Oresph,onte,`sOr%¿#ro.o%, Teme7oes y Eor%ó'f7Locw; de estos ejemplares riojanos díen un trabajo anterior ya citado aquí mismo hace poco, una descrip-ción aparte. La mancha roja anal, los átomos azules de la superíiciesuperior y to`dos los demás detalles de esta especie tan abigarrada, va-rían de un individuo a otro enormemente y`sgría inútil y cansador ex-poner más minuciosidades. Pero en resumen los ejemplares rio.ianosdifieren del F7¿oc}%fo.o,des .(fig. 9 de Burmeister) por tener la mayorvariabilidad en la forma de la mancha 3q ganchosa, en las 7 lúnulaspremarginales del lado sup. de la lq ala, por la variabilidad enorme delazul en la pág. inf. de la 2a ala y p`or tener casi siempre, los riojanos,u.na pequeña vírgula amarilla disco'celular en la sup. iní, del 2.° parde alas,

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Pero en La Rioja, se cazan también excepcionalmente, y general-mente solo en los meses veraniegos más terribles y fuertes de los añosde más riguroso calor, ejemplares enormes, de t,amaño excepcional-mente grande, que bien estudiados, se aproximan muchísimo o son ca-si iguales a la forma del Norte Argentino y Brasil meridional llama-da ZJrcúso.Z¿e7¢so.s R. Ford. Esta se caracteriza (fig. 7 Seitz Pl. V.) porsu en`orme tamaño (aun mayor que Oy%¿rcís), por su ancha faja ama-rilla y ausencia de las manchas discales amaril]as. Entre estos ejem.plares tan grandes, que tengo también de Tucumán y los más pequeñosde La Rioja, hay en esta ciudad ejemplares de toda clase, de transición,representando en último análisis el ThocLs riojano un intermedio entreel Tlwcbs Th,oantba;des y el' Thoas brasi,li,ensbs. De otia,s provlncia,s, poH:lo poco que pude estudiar y poseo, los de icórdoba (La Tablada) yCosquín se aproximan bast,ante más a la fig. de] T7Locú7ofo.cbdes Burn,que el Brasiliensis y casi podrían declararse Thoantiades típicos. Ejem.plares de Tucumán, Paraguay y Quilmes (B.A) que poseo son tambiéndudosos e intermedios y estos últimos por los datos recibidos del DoctorBréthes y por la Íigura de Burmeister, no concordarían con ThocmJ?.íT,detglo que prueba una vez más que no es suficiente ser un Thoas cazado en8. Aires para ser ZT7¿ocmJ¿oczes típico. Entre los ejemplares riojanos hayalgunos sumamente aberrantes individualmente y que serán tal vez,como hice ya de otros publicados, objeto de un estudio especial. Señalopor ahora entre éstos uno muy chico ( ± 900 mm. expans. alar. ant.) qiiese distingue bien por tener la mancha 1`T del ala la (sup. sup.) enor-memente grande, descollante y unida a` una lúpula muy fim quese dirige a la 2.a mancha y que sería' la prolongación de ]as '7manchas prebordales, otro enormemente grande ( 9 ) semejantc a`LThoc}s Ór¢s¿Z¿c,?i,s¿s y referible a éste aunque se dist,ingue por tener t-o-das las lúnulas de la Íaja estrecha y visiblement,e separadas una deotra; además estas manchas son de un color amarillo de paja claro,muy pálido, aun en el ejemplar perfecto,' y lo señalo por ahora comoP. Tlwas L. ssp. brasi;hens¿S R. Jord,. a,b.-Qchra,cea G¿ajp. Otio ex+remab-damente aberrant,e, curiosísimo, chico, es' intensament`e negro ; las Ía-jas y manchas amarillo pálido desaparecen casi y están reducidas alúnulas pequeñísimas, tal vez es un ejemplar melanótico. En estee.iemplar papa mí de inestimable valor cient,ífico el azul de ]a si].per-Íicie inferior tiene un desarrollo, extra`ordinario enorme. Toclosestos ejemplares prueban sufic.ientemente la enorme variabi]Ídaclde ]a especie 7'7toczs y de su forma T7LocwoJ¿cLdes, al pi,intode qué se podría admitir que no existen más que Thoc}s y que las Íor..mas .TÁoíz7Üf¢.c¿dc,s y b7.cLs¿Zo.e7os¢.s son artificiales, ficticiás. Esto pasa muycomúnmente en todos los insect,os de color manchado o abig`arrados. Sipuedo procurarme, cosa no tan fácil, material de todas las provincias ygoberi]aciones argentinas que lo poseen, ésto coníirmará este lema ytraerá nuevos estudios e interesantes sorpresas. Por ahora me bastahaber dilucidado el problema siguiente : ¿Qué es el Tho¢,s riojano? Re-sumi`endo, podemos responder a ésto : Es iin intermedio entre Thoc}7}fo.cú-des e/ ZJrcbs¿Zo.e7}6.¿s. Sería interesantísimo que un doctor especialista co-

Teo|ealsDd:;eJr::gaín.rdíaTrá:gTehx.a¢¥,lne:;:cpar|Oiij:F:e:í:eenltianpaas:aáou|gzeáni:sa:®

podría revelar nuevas ideas acerca de la complicada evolución de estaespecie. Desgraciadamente este estudió` solo puede hacerse `m Europa.\

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Intentaré mandarle algunos de los individuos más curiosos e intere-santes para que él los sorieta a ese examen. Es de sumo interés parael colector argentino examinar di]igentemente al cazarlos, todos losT77,oc# y conservar cuidadosamente los` que ofrecen alguna peculiaridadde dibujo, aun pequeña. Con la caza ,de un grandísimo número deejemplares se vendrá a la conclusión probable, de que no existan en

:an:e:liiftaiáaddeil:nT|a:`el::L::adneiízro#TiinJzfv%fú:fe:ss,nqiu:r,::íz|";"rsi¢áí:i::e imprudente bautizar una por una con nombres nuevos, embarullandola ya complicada sistemática y nomenclatura. Esta senci]la afirma-ción es lo que surge lógicamente de este pequeño eétudio, demostran-do en'nuestros T%o¢s las eternas leyqs de la variabilidad y de la evo-Ldi::€:'g:nuecrha:m¥É:ecs°emf::eúj::nyymepnr:Sbacb°L::C::::hq;]ye::LqaueiaLt°:r:f:Z:

muchas formas de transición entre el Tho¢s y las especies análogas yaconocidas, que si pudiéramos arrancar a la Soledad del bosque virgen.,

ñ:f:o:u:n:ei:prí¡|:aptt::r:aóTaodg::e,s::r:r::::a:;e;:at:e:arí::|8i:icaag:d:abiaárnvba:s:lr;í:cífii:Í:ij!::j:esta especie lo cual ha sido hasta ahora hecho apenas de una manerarudimentaria. Sometiendo crisálidas a temperaturas artificiales (#) sepodrían observar en el o.m¢go de esta especie tan manchada, nuevascombipaciones de tonos, de intensidaq, fusión de manchas, cuya com-parac,ión con las aberraciones y formas individuales curiosas que he-mos recogido o.7o %¢ftí,rc¿ sería altamerite instructivo. Por lo pront,o sa-bemos`' por práctica de cazador que casi todos los pequeños T7!,ocLs ena-nos so,n de la estación invernal (agosto-septiembre). En el otoño avan-zado és raro encont,rar formas pequeñas. En el corazón del invierno heobserüado en La Rioja, ejemplares de tamaño normal que hacen eclo-sión ext,emporáneamente en algún día o Semana cálida del corto y pocoriguroso invierno andino.

Estos estudios, difícíles en la ciudad misma serían accesibles tra-bajando en a]gunas de las grandes Íincas de naranjos o mandarinasdonde es posible recoger un número mayor de larvas, crisálidas e ima-gos. También sería útil el estudiar la influencia de otras plantas di-feren.tes de los C¿frt¿s como la Ruda, sobre el alimento de las larvas:en La Rioja no existen, o serán rarísimas si las hay las Piperáceas queen otras provincias (según Burmeist,er (#) alimentan a.1a oruga. Losestudips biológicos podrían darnos la clave de muchas dudas y det,allessistemáticos en todo el g`rupo Thoas y especies próximas, disminuyendonombres y varie.dades muchas de las cuales resultarían espurias eimagir}arias. De estos nombres que no son sino jalones para extenderseen el |,qberinto de la sistemática, deben conservarse solo los de mayoralcancéJ e importancia, tendiendo así en la Ciencia a una. simplificaciónsintética - nacida del análisis ~ imponiéndose esta síntesis cada díamás para la aclaración de los tan difíciles problemas y misterios de` lagran madre Naturaleza.

La Riojq (R.A.) 20 de diciemt`)re de 1926,--T#T (0 tambi'én sometiendo ]as orugas a la acción de sustancias químico-tó-

xicas atenuadas, que irriten fisiológicamente al plasma. Estos estud;.os, que estánaún en principio, pueden revelar después grandes sorpresas).

(*) Texto del Atla,s, pág. 4.