qué es el convenio upov 91

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¿Qué es el Convenio UPOV 91 ? Juan Color amarillo Sammy Color turquesa Liseth Mena color verde Victor color rojo Karla color plomo La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización intergubernamental que se creó a partir del Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales adoptado en París en 1961 (y revisado en los años 1972, 1978 y 1991). Su objetivo, es proteger a las obtenciones vegetales -semillas para simplificar- mediante un derecho de propiedad intelectual. La UPOV tiene como misión "proporcionar y fomentar un sistema eficaz para la protección de las variedades vegetales con miras al desarrollo de obtenciones vegetales en beneficio de la sociedad". Los "obtentores vegetales" no son otra cosa que empresas (en su gran mayoría) dedicadas a crear semillas transgénicas - fitomejoramiento se dice- y protegerlas mediante un "derecho de obtentor". La UPOV detalla que si "una variedad está protegida por un derecho de obtentor, para reproducir o multiplicar la variedad con fines comerciales es necesario disponer de la autorización del obtentor". FUNDAMENTOS DE LA INICIATIVA Cabe señalar que la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una Organización Internacional de carácter intergubernamental, de la que Chile es Parte desde 1996. Dicho organismo fue establecido en el año 1961 por el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales.

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Page 1: Qué Es El Convenio UPOV 91

¿Qué es el Convenio UPOV 91 ?

Juan Color amarillo

Sammy Color turquesa

Liseth Mena color verde

Victor color rojo

Karla color plomo

La Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una organización intergubernamental que se creó a partir del Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales adoptado en París en 1961 (y revisado en los años 1972, 1978 y 1991). Su objetivo, es proteger a las obtenciones vegetales -semillas para simplificar- mediante un derecho de propiedad intelectual.

La UPOV tiene como misión "proporcionar y fomentar un sistema eficaz para la protección de las variedades vegetales con miras al desarrollo de obtenciones vegetales en beneficio de la sociedad".

Los "obtentores vegetales" no son otra cosa que empresas (en su gran mayoría) dedicadas a crear semillas transgénicas -fitomejoramiento se dice- y protegerlas mediante un "derecho de obtentor".

La UPOV detalla que si "una variedad está protegida por un derecho de obtentor, para reproducir o multiplicar la variedad con fines comerciales es necesario disponer de la autorización del obtentor".

FUNDAMENTOS DE LA INICIATIVA

Cabe señalar que la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV) es una Organización Internacional de carácter intergubernamental, de la que Chile es Parte desde 1996. Dicho organismo fue establecido en el año 1961 por el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales.

En esa línea, el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (Convenio UPOV) es un acuerdo internacional que data de 1961, el cual ha sido modificado en tres oportunidades: 10 de noviembre de 1972, 23 de octubre de 1978 y 19 de marzo de 1991.

A la fecha, 43 de los 67 miembros de UPOV han adherido al Acta de 1991, encontrándose entre sus miembros países tan diversos como Australia, Albania, China, Corea, Finlandia, Italia, Jordania, Marruecos, Turquía, Singapur y Vietnam.

Por otra parte, Chile estableció a nivel nacional un marco jurídico que reguló la protección de los derechos de los obtentores de nuevas obtenciones vegetales y creó, para estos efectos, un

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registro nacional de variedades protegidas dependiente de la División Semillas del Servicio Agrícola y Ganadero.

A la fecha, el registro cuenta con aproximadamente seiscientas variedades registradas, tanto de titulares chilenos como del resto del mundo, lo que representa un incremento respecto de las registradas en el año 1996, que era aproximadamente de doscientos cincuenta variedades.

Por lo tanto, se espera que "con la incorporación de nuevas tecnologías en el sector agroalimentario y forestal chileno se incrementen las solicitudes de registro de nuevas variedades vegetales".

Entre los motivos para esta protección intelectual están:

El Fito-mejoramiento se demora y es costoso.

Las nuevas variedades -transgénicas- se multiplican más rápido y fácil.

Los obtentores necesitan protección para recuperar su inversión.

Si aún no tienes arcadas con todo esto, sigo. Un obtentor vegetal puede ser cualquier persona natural, empresa, gobierno, investigador, agricultor, etcétera.

3 razones del porque aprobar el convenio upov91 en chile y en el mundo

Luego de la aprobación del convenio UPOV91 para la protección de obtenciones vegetales,, mucho se ha debatido sobre sus eventuales nefastas consecuencias, enfocando principalmente la discusión en la llamada "Privatización de la semilla indígena y campesina" .

Ante estos temores, los promotores de la UPOV91 han sabido defenderse bien, desmintiendo aquella posibilidad y asegurando que este sistema de patentes es sólo para variedades nuevas, distintas, homogéneas y estable.

Se han planteado 3 razones de por qué la aprobación de este convenio es, a mi juicio, una aberración.

El problema biológico

La diversidad genética entre los miembros de una especie (su plasticidad) es la que garantiza la capacidad de adaptación de ésta ante los cambios en su entorno. En la naturaleza, esta diversidad está dada principalmente por distintos mecanismos de inestabilidad genética en los procesos de reproducción. De la misma manera, la diversidad en los ecosistemas provee de protección a sus miembros ante agentes que los pongan en riesgo: mientras menos diverso es un ecosistema, más vulnerable será a los cambios del ambiente.

La aprobación de la UPOV91 significa un espaldarazo al sistema agroindustrial (monocultivos), y una puerta de entrada a las semillas genéticamente modificadas o transgénicos (que se caracterizan por su homogeneidad genética), elementos que en caso de continuar abriéndose paso en nuestro país, implicarán una reducción en las posibilidades de adaptación de las especies que conforman la alimentación humana.

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Ya se han registrado casos de pérdidas de hasta un 90% en la producción por condiciones adversas debido a la pérdida de plasticidad en cultivos, lo que redunda además en un aumento en los precios de los alimentos.

El problema cultural

A lo largo de la historia sedentaria de la humanidad, la evolución de la agricultura ha estado caracterizada por la posibilidad de compartir los avances en el desarrollo de especies -por medio de técnicas de mejoramiento como la hibridación y la selección-, de manera tal que cualquier persona pudiese tomar como punto de partida dicho avance, construyendo así la cultura y patrimonio alimentario de la especie humana hasta ahora. La posibilidad de patentar una especie vegetal destruye nuestra historia de evolución colaborativa.

De esta manera, las empresas obtentoras adquieren gratuitamente el material genético de especies cultivadas y mejoradas por miles de años, al mismo tiempo que truncan celosamente la posibilidad de utilizar libremente su avance para continuar mejorando las especies cultivables.

El problema de nuestro lugar en la biósfera

Probablemente lo más peligroso de todo esto es que la posibilidad de patentar (poseer legalmente) una variedad vegetal (equivalente al concepto de raza), sólo es posible bajo la premisa de que el ser humano se encuentra, como especie, por sobre las demás, y que por lo tanto puede disponer de ellas a su gusto. Es precisamente esta concepción, tan típica de la occidentalidad moderna, la que nos ha acarreado al punto crítico en el que nos encontramos hoy, caracterizada una extinción masiva de la biodiversidad y un enorme agotamiento de recursos claves para el funcionamiento equilibrado de la biósfera.

Es hora de que comprendamos de una buena vez que la especie humana es sólo un miembro más de un sistema mayor y finito llamado biósfera, y que la interacción con los restantes miembros está limitado por las posibilidades de flujo y transformación de materia y energía. Al mismo tiempo, es necesario que reconozcamos que la ciencia moderna (nuestra manera oficial de obtener conocimiento del medio), con su metodología actual, no alcanza para comprender y predecir a cabalidad los impactos a nivel global de cada uno de nuestros actos.

Ante ello, lo más sensato es detener el frenesí de la promesa de ser los dueños del mundo, para sentarnos nuevamente a observar y aprender de la experiencia que otorga el haber cometido un error".