quality sport 06

QUALITY SPORTJUNIO 2012 - www.qualitysport.org

númeroNOSGUSTA ELDEPORTE

6

POR VUESTRA MADRE: ¡HACED HISTORIA!

ESPECIAL EUROCOPA

En la foto, Fortuna Aguinaga: madre de Javi Martínez.

RedacciónNacho LabargaPablo BerraondoEduardo Fernández - AbascalLuis LabargaMiren IzquietaJavier BrizuelaNahúm VarasDani González GarcíaFermín San MartínDani Martínez antón

ArtePedro SalazarIzaskun PérezDavid GutiérrezDaniel Monreal

FotografíaJuan FlorÁlvaro Pérez

Diseño webEmma BadíaMiguel Barrenechea

Han colaborado en este númeroSantiago SigueroÁngel LicerasMª Mercedes CorralesMaría SorribesRodrigo Álvarez Echarri

Dpto. [email protected] AlonsoAsier Rebollo

EditaQuality Multimedia S.L.Paseo de la Castellana 266, 6º C28046 - [email protected]

La historia es caprichosa y el fútbol tiene memoria. Fernando

Torres cambió el rumbo de la elección. Nos lanzó a una posición

hegemónica en el mapa mundial con un delirio de juego que

rozaba lo dictatorial. Ya no hay pizarra que consiga hacer frente al

despliegue nacional.

La Roja permite soñar a un país que no pasa por sus mejores

momentos en aspectos ajenos a lo deportivo. Los más retrógrados

e involucionistas consideran que es una vieja táctica romana. Pan

y circo. Cuando lo cierto es que, en los tiempos que corren, todos

necesitamos ilusiones a las que agarrarnos. Y el fútbol une.

¿Y si el destino quiere ser todavía más caprichoso y malévolo que las

mentes más malignas? Entonces le dará el último balón en la final a

Fernando Torres. En sus botas estará el alma encogida de un país.

La alegría contenida de millones de personas y la respuesta a todas

las preguntas de los últimos meses. Vicente del Bosque y su equipo

son quienes mejor conocen a todos y cada uno de los jugadores

españoles. Es su trabajo. La suerte es tener dónde elegir. Los equipos

españoles han vuelto a deslumbrar en Europa y los nuestros son los

más codiciados del mercado. Hasta la fecha, las cifras le han avalado

al salmantino en forma de Copa del Mundo. Nada que discutir.

Vicente, ¡olé¡

Recordar a Camacho en la retransmisión televisiva gritando “¡Iniesta

de mi vida!” o a cualquiera en la barra del bar abrazando a su vecino

de sueño dirigiéndose a los héroes de la estrella exclamando un

“¡la madre que os parió!” pone los pelos como escarpias. Ellas, sus

madres, sí que conocen bien a sus hijos. ¿Quién no quiere a su madre?

Por eso Quality Sport les pide a los jugadores que ganen por los

millones de españoles que estaremos pendientes hora tras hora de

sus andanzas, que ganen para seguir uniendo al país, que ganen para

hacer historia… y, si les parecen, pocos argumentos, ¡que ganen por

sus madres!

Tócala otra vez, FernandoE D I T O R I A L

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2 QUALITY SPORT � JUNIO 2012 3

SUMARIOEUROCOPA2012

CULTURA

ENTREVISTA

FOTOGRAFÍA

12. ENRIQUE ORTEGO Xabi Alonso: clase, físico y orden táctico.

80. JOAQUÍN MAROTO el sistema al servicio del talento.

REPORTAJES

44. Emilio Santamaríaentrevistamos a emilio Santamaría, uno de los mayores mitos del banquillo del combinado nacional.

36. LOS HOMBRE DE VICENTE DEL BOSQUE Analizamos la figura del seleccionador nacional a través de su equipo de confianza.

32. EL PARTIDO DE LA MUERTE el duelo histórico en el que Ucrania pagó la victoria con su propia vida.

60. ¡Hazlo por tu madre!Hablamos en estella con Fortuna Aguinaga, madre de Javi martínez, centrocampista y defensa, pieza clave en el Athletic y en La roja.

OPINIÓN

24. El paseo de Petrrevivimos la noche más especial del portero de la república Checa, uno de los grandes protagonistas de la presente eurocopa.

68. FotoperiodismoChema Díaz. el veterano fotoperiodista del diario As repasa con nostoros las mejores fotosgrafías de la selección española.

6. RADAR Tres de los momentos más significativos de la historia reciente de La roja.

50. LOS TAPADOS DE LA EUROCOPA Desvelamos los nombres que más darán que hablar en la presente edición .

58. LA HUELLA DEL TIEMPO eurocopa de 1964: el triunfo del cambio

28. LA PELOTA HECHA CELULOIDE La íntima relación entre deporte y cine.

77. La España furiosaDe la Furia al tiqui-taca, la transformación de un equipo único.

22. EL CUENTO DE HADAS DANÉS La gesta de la Dinamarca de 1992 que se llevó una eurocopa de cuento.

Edición especial

56. UNA CUESTIÓN DE PELOTAS ¿Qué relación existe entre las mujeres y el fútbol? ¿Qué tiene el deporte rey que también les engancha a ellas?

14. EstructurasLos mejores estadios de la euro.

Fernando Torres cambió el sino del fútbol español. Tras años de fracaso, con su gol en la final de la euro 2008 relanzó a la selec-ción hacia la hegemonía futbolística. el destino puede tener guardada una historia circular con “el niño”. Ha sido el jugador más cuestionado de la temporada y de la lista de Vicente del Bosque, y con la baja de Villa españa necesita más que nunca sus goles.

E S P E C I A L Eurocopa 2012

el mayor éxito de la selección lleva la firma de Iniesta. Su tanto otorgó el primer mundial de la historia de españa. es, sin duda, el gol más fotografiado hasta el momento. en las instantáneas de la celebración el protagonista es el malogrado Dani Jarque con el recuerdo que tuvo para él Iniesta en el momento más importante de la historia de nuestro fútbol.


“La roja” es el principal reclamo publicitario de españa. Sólo por amistosos ingresa 25 millones anuales, sin contar los derechos televisivos. Los patrocinadores principales de la selección pagan cada uno 15 millones anuales. Adidas le pagó a la Federación una prima de 10 millones por el mundial, aparte de las cantidades fijadas por contrato.


12 QUALITY SPORT � JUNIO 2012

Clase, físico y orden tácticoP O R E N R I Q U E O R T E G O

* Enrique Ortego es periodista colaborador del diario Marca.

Aún para los que estamos acostumbrados a escribir todos los días y, afortunadamente, desde hace muchos años, siempre hay asuntos extraños que no te apetecen nada y en los que te cuesta enlazar las ideas y hasta juntar las letras. Sin embargo

hay otros en los que el texto sale prácticamente solo y de corrido. me piden que escriba de Xabi Alonso. Imposible negarme por más que pase la temporada hablando de sus excelencias.

reconozco que comencé a descubrir futbolísticamente al “mariscal de Tolosa” cuando fichó por el Liverpool. Antes, por supuesto, le había visto jugar en la real, pero no había sido apreciar todas las posibilidades que llevaba dentro como organizador de un equipo. estamos a un centrocampista total por su capacidad para crear y para destruir. Un mediocentro clásico, un organizador.

Siempre le gustó jugar sólo en esa zona de iniciación del juego, bien centrado con todo el horizonte del juego por delante, pero en Anfield, a las órdenes de rafa Benítez, se tuvo que acostumbrar a repartirse los espacios con mascherano, con Leiva, o incluso con Gerrard y cuando llegó al real madrid ya no le extrañó que le pusieran al lado otro compañero de viaje, normalmente de perfil más defensivo que él, como Lass, Khedira…

manías de los entrenadores que se quieren hacen fuertes en el doble mediocentro cuando hay jugadores que por sus cualidades, como es el caso de Xabi, podría jugar perfectamente solo por delante de los centrales. De hecho, en los últimos partidos con el real madrid, esa está siendo su posición de partida. Se incrusta en el eje y desde allí comienza a mandar. Sabe alternar el juego en corto con los cambios de orientación en largo. Su precisión en esos desplazamientos es matemática. Se escora hacia el lado izquierdo para desde allí buscar las diagonales hacia el lado derecho del ataque de su equipo.

Y cuando toca recuperar, presionar, achicar espacios, ahí está, el primero. Su buen sentido de la anticipación y de la colocación le permite robar muchos balones. en la Premier adquirió una agresividad en ese sentido que exhiben pocos futbolistas de su calidad técnica. Lo que antes se llamaba clase y ahora se llama talento. Disfruta con los pases de cuarenta metros, pero también le gusta el “tackling” y nunca quita la pierna en esos balones divididos a los que se lanza como una fiera.

Finalmente, es imposible obviar su sentido táctico. Su orden y su disciplina dentro del colectivo. Sabe manejar los tiempos del juego de su equipo y todos los entrenadores están encantados con su disposición, tanto como para que sea uno de los hombres de confianza dentro del terreno. Uno de esos que sabes que nunca te va a fallar.

“Estamos antE un

cEntrocampista total

por su capacidad para

crEar y dEstruir”


¿Qué sería del fútbol sin la pelota? ¿Qué sería de los jugadores sin un terreno de juego? ¿Qué sería del césped sin su estadio? Ocho escenarios serán testigos de todo lo que ocurra en la Euro 2012. Reparto a partes iguales, cuatro en territorio ucraniano y otros cuatro en terreno polaco.

El escaparate es perfecto, por eso los organizadores sólo confían en los mejores para levantar o remodelar los cimientos de sus estadios más históricos. Una empresa española, FCC, es la responsable de tres de los estadios oficiales en esta edición (Gdansk, Poznan, Varsovia), además del campo reserva que albergará entrenamientos oficiales, como es el caso de Cracovia. Un proyecto global de más de 515 millones de euros que avalan la trayectoria de la multinacional española.

No es casualidad. En la última Eurocopa, los estadios de Wals, Siezenheim, Innsbruck, Wörthsee y Klagenfurt llevaban la firma española. Quizá por eso el destino tenía preparado el gol de Torres, quizá por la misma extraña coincidencia este año La Roja esté llamada a hacer historia.

Otros campos de fútbol como el Tizi Ouzou argelino, Cornellá el Prat, el nuevo Mestalla o la Ciudad Deportiva del Real Madrid también han pasado por las manos de FCC. El espectáculo deportivo necesita de su entorno. Cerrar los ojos e imaginarse la Caja Mágica madrileña, el Palacio de los Deportes de Madrid, el Velódromo de Palma de Mallorca, el estadio de cricket de Dubai o el Pabellón Reyno de Navarra lleva a uno a imaginarse la practicabilidad y singularidad de los

TEXTO PABLO BERRAONDOFOTOS FCC

nuevos estadios de la Euro 2012.Techos y gradas retráctiles, torres de

iluminación especiales, pabellones anexos, centros comerciales, novedosas oficinas, adaptabilidad para discapacitados e invidentes, zonas verdes exteriores, terrenos de juego que se sitúan por debajo del nivel del suelo, aparcamientos subterráneos… macroestructuras, los últimos materiales, diseños atrevidos, los mejores diseñadores y arquitectos conforman un conglomerado excepcional que le ha llevado a la Fifa ha catalogar los estadios de la Euro de Ucrania y Polonia entre los mejor preparados del viejo continente.

Obras arquitectónicas, años de trabajo, que han dado lugar no sólo a estadios de fútbol sino a lugares de culto para la arquitectura mundial. Historia viva de las ciudades que merece ser visitada como si de una estatua románica se tratara. Ahora sus asientos comparten horas con el cemento frío y vacío. En unos días se vestirán de cánticos, camisetas, una babel lingüística coloreada con las banderas y camisetas con los colores nacionales. Los himnos retumbarán como si sonaran por primera vez. Habrá quien se siente durante 90 minutos, quien no pueda más que saltar y viva los partidos de pie, quien recorra con su mirada entre lágrimas los asientos del estadio sin reparar en su hermosura, y quien llore mirando a todos lados fotografiando cada uno de los rincones que inundarán su memoria de recuerdos futbolísticos. Se llenarán de vida, de historia y de gloria.

ESTADIOS CON TALENTOESPAÑOL


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El estadio está equipado con un terreno de juego climatizado. Tiene un techo retráctil con seis canales radiales que tienen 960 puntos de suspensión. Cuenta con un aparcamiento subterráneo. El 15 de julio de 2012, dos semanas después de la Eurocopa, el estadio será sede de la VII Superfinal FAG, la Liga polaca de fútbol americano. Madona, el 1 de agosto y Coldplay el 19 de septiembre darán sendos conciertos en el estadio.

Capacidad: 58.500 personasInauguración: 29 de enero de 2012 Diseño: Gerkan, Marg y AsociadosCoste: 500 millones de eurosEquipo: Legia de Varsovia

NATIONAL STADIUMVArSoVIA (PoLonIA)

Entre 2003 y 2010 el estadio se sometió a una reconstrucción. Se reinauguró el 20 de septiembre de 2010 con un concierto de Sting. Fue construido originalmente en forma de U con una parte libre para construir una piscina y un gimnasio que nunca se llegaron a levantar. Tiene cuatro torres de focos de 56 metros de altura. El césped a penas recibe luz solar por la pendiente de las gradas y lo tienen que cambiar dos veces al año.

Capacidad: 43.269 personasInauguración: 2010 (Reformado)Diseño:Sportfive y WojciechCoste: 89 millones de eurosEquipo: Lech Poznan y Warta Poznan

POZNAN STADIUMPoZnAn (PoLonIA)


Por motivos publicitarios se le conoce como el PGE Arena Gdansk, con un contrato de 8´5 millones de euros por año hasta 2014. El exterior está diseñado en apariencia ámbar. Tiene categoría de Estadio de Élite por parte de la UEFA.

Capacidad: 41.000 personasInauguración: 14 de agosto de 2011Diseño: Rhode Kellermann WawrowskyCoste: 193 millones de eurosEquipo: Lechia Gdansk

ARENA GDANSKGDAnSK (PoLonIA)


Año 1992. Los dirigentes europeos dieron luz verde, en febrero, al nacimiento de la Unión Europea en Maastricht. En España, se in-auguró el primer tren de alta velocidad,

que une Madrid con Sevilla. Los ciudadanos blancos de Sudáfrica aceptaron, en marzo, la agenda reformista del presidente De Klerk para desmantelar el apartheid. El Barcelona de fútbol ganó su primera Copa de Euro-pa con un trallazo de Ronald Koeman. Y, en el mes de junio, todo estaba preparado para la celebración de un nuevo campeonato de fútbol europeo entre naciones, el primero en el que las camisetas lucirían los nombres de los hombres que las portaban.

A finales del mes, caía una larga noche de verano en la ciudad de Goteborg. Mientras los tanques serbios de Slobodan Milosevic arrasan Bosnia y Herzegovina, en el estadio Ullevi, en Suecia, la selección de fútbol de Dinamarca completa su cuento de hadas. Dos goles, de

John Jensen y Kim Vilfort, baten a Alemania, la vigente campeona del mundo. Aquellos jugadores vestían ca-misetas Hummel, algunos llevaban bigotes, y muchos calzaban botas de tacos negras Patrick. Eran los años noventa, antes de que un jugador belga, las televisiones y los constructores se cargaran el sabor añejo del fútbol.

La selección de Dinamarca había quedado en se-gundo lugar en la fase de grupos. No estaba clasificada para la Eurocopa. No tan lejos quedaba aquel equipo que jugó la semifinal contra España, a cara de perro, en 1984, cuando cayeron en penaltis. Pero sus jugadores habían perdido otra oportunidad, y muchos estaban ya de vacaciones. Los planes del seleccionador para ese mes veraniego, Richard Moller-Nielsen, pasaban por remodelar la vieja cocina de su casa. Pero todo se trun-có de repente.

La historia comenzó quince días antes del inicio del campeonato. La FIFA decidió dejar fuera del torneo a

Yugoslavia, como medida equivalente a las sanciones impuestas por la ONU al país al estallar la guerra de los Balcanes en 1991. Dinamarca había quedado segunda del grupo de Yugoslavia en la fase previa. Aquella deci-sión diplomática suponía su clasificación para el torneo continental. Algunos jugadores, como el guardameta Peter Schmeichel, preparaban un partido amistoso contra una selección que aglutinaba a las repúblicas exsoviéticas que participaban en el campeonato. Otros jugadores trataban de tomar el sol en tumbonas repar-tidas por las playas del mundo. El 11 de junio se jugaba el primer partido contra Inglaterra, y no había tiempo que perder.

La primera mala noticia tardó poco en llegar: el me-jor jugador del país, Michael Laudrup, el mediapunta de pases teledirigidos, el que patentó la croqueta como un regate, decidió no acudir al torneo. Consideraba que no estaban preparados. Y, efectivamente, no lo estaban. Pero nadie podía saber que eso no iba a ser precisamen-te un defecto. “Lo que realmente nos benefició fue no haber estado seis meses preparándonos mentalmente para el torneo ni haber tenido la concentración previa. Llegamos frescos”, opina Schmeichel, que había termi-nado, con 28 años, su primera temporada entre los pa-los de Old Trafford. Cuando el seleccionador reunió a los veinte jugadores disponibles, dos días después, tras largas jornadas al teléfono, les dijo, en el campo de en-trenamiento de la federación, que irían a Suecia a ganar el campeonato. Los jugadores, perplejos, estallaron a reír, descojonados.

En el primer partido del grupo, contra los ingleses, el equipo empató a cero. Pero dejó buenas sensaciones. Un disparo al poste de Jensen pudo darles la victoria. Inglaterra, con varios suplentes, no supo hacer llegar balones a su referencia en ataque, Gary Lineker, y se mostraba desolada: no había vencido a Dinamarca. En el duelo escandinavo contra Suecia, el país anfitrión, un gol del rubio diabólico con dientes de conejo, Tomas Brolin, dio la victoria a los vecinos del norte. Las oca-siones frente a Thomas Ravelli y Peter Schmeichel, dos colosos, se sucedieron en ambas áreas. Dinamarca no mereció perder. Aquellos suecos cayeron en semifina-les contra los alemanes, en el partido en que el bajito Thomas Hassler anotó aquel sutil gol de falta. El torneo había terminado, pensaban los jugadores daneses. “Po-demos volver a irnos de vacaciones”. Solo una victoria ante la Francia de Eric Cantona les permitía pasar de ronda. Pocos intuían que la aventura iba a continuar: un gol de un actor secundario, Lars Elstrup, deshizo, a doce minutos del final, el uno a uno en el marcador. Primero había anotado Larsen, quien sería el máximo goleador del torneo, junto a tres jugadores más, pero Papin había empatado el resultado mediada la segunda parte. Dinamarca estaba en semifinales, con una vic-

toria, un empate y una derrota. La cenicienta del cam-peonato, la de los jugadores sonrosados por el sol de las vacaciones, estaba, al menos, entre los cuatro mejores del fútbol europeo. No había nada que perder.

La semifinal, disputada el 22 de junio, era contra Ho-landa, los defensores de la corona europea. Allí estaban las rastas de Gullit, la clase de Bergkamp, la puntería de Van Basten, el mejor jugador de esa temporada. En los prolegómenos del partido, cuenta Brian Laudrup, los holandeses les miraban por encima del hombro, con desprecio. Se sabían superiores. Pero el guión del par-tido fue, de nuevo, sorprendente. Fue el mejor partido de la Eurocopa, el más vibrante, el más abierto. Larsen hizo gol en los primeros minutos, Bergkamp empató, y Larsen anotó de nuevo. Y así, con el dos a uno en el marcador, fue avanzando el partido. Hasta que Frank Rikjaard empató a falta de cinco minutos. La prórro-ga terminó sin goles. En una ronda de penas máximas, siempre hay un héroe, el portero que salva el tiro decisi-vo, y un derrotado, el jugador que yerra. Aquella noche el héroe fue Peter Schmeichel, quien, inmenso, cayó sobre su lado izquierdo para detener el lanzamiento de Marco Van Basten, el villano. Christofte, sin carrerilla, serio, imperturbable, marcó su penalti. Dinamarca ha-bía pasado a la final. Y así se llegó a aquella larga noche de verano en el estadio Ullevi, cuando finalizó el cuento de hadas.

El último oponente para la dinamita roja era Alema-nia, la campeona del mundo. El guardameta del pelo cano volvió a ser decisivo. En los primeros minutos, detuvo un buen disparo del defensor Stefan Reuter y sacó los dedos para despejar un tiro cruzado por bajo de Jürgen Klinsmann. A los dieciocho minutos, sin que Dinamarca estuviese acertada, Jensen hizo gol tras un centro raso de Larsen. Corrió enloquecido con el dedo en alto. Estaban por delante. Los alemanes siguieron atacando. Los daneses, ahora sí, estaban a un paso de ser campeones. Klinsmann pudo evitarlo: lanzó un ca-bezazo a portería pero volvió a aparecer el guardián Schmeichel. Cuando apenas quedaban 12 minutos, Vil-fort controló un balón cabeceado por Christensen, se metió entre dos defensores, recortó y golpeó cruzado con su pierna izquierda. El balón dio en el palo y entró. El gol llegó por sorpresa, sin aviso, como caído del cielo. Igual que la presencia de los daneses en aquella aven-tura que nunca debieron comenzar. Dinamarca era la campeona de Europa.

Dijo Peter Schmeichel que en aquellos momentos no sintió nada, que fue el vacio absoluto hasta que fueron conscientes del logro al llegar a Copenaghe. Esta historia bien podría haber sido escrita por Hans Christian Andersen. No fue un torneo de fútbol sino un cuento que se hizo realidad la noche del 26 de ju-nio de 1992.

EL CUENTO DE HADAS DANÉSTEXTO LUIS P. ARECHEDERRA



EL PASEO DE PETRTEXTO SANTIAGO SIGUERO

El meta de la República Checa, uno de los mejores del mundo, fue protagonista en la final de la Champions League con una ma-jestuosa actuación en la tanda de penaltis.

FOTOGRAFÍAS RAFA CASAL


El 19 de mayo de 2012, Petr Cech pro-tagonizó dos paseos memorables por Múnich. Todo el mundo recordará el segundo, cuando fue izado en hombros

por Henrique Hilario, su eterno suplente, que qui-so reclamar el foco para el portero, cuando todos apuntaban a Didier Drogba, el héroe inmediato de la final de Champions. Pero aquella no fue la pri-mera caminata de Cech por el césped del Allianz.

Cuando Pedro Proença dio por finalizada la prórroga, Cech se mantuvo significativamente alejado del grupo de jugadores del Chelsea, que preparaban juntos la decisiva tanda de penaltis. Cech, escenificando ese lugar común que remite a la eterna soledad del portero, se dedicó a pasear sobre el terreno de juego, alejado de todo y de todos. Fue una buena vuelta, aunque la ignorase por completo el sistema de medición de distancia recorrida que emplea la UEFA en los partidos de Champions. Mirada al suelo y repaso mental de las características de los potenciales lanzadores. La ceremonia duró varios minutos, durante los cuales nadie del Chelsea, jugador o técnico, osó siquera acercarse a su portero. Cech es un tipo con sus manías y sus compañeros saben que han de respetar sus tiempos. Sobre todo, porque Cech gana partidos. Gana finales. Hasta de Champions.

Sólo una persona se atrevió a cruzarse con el meta checo antes de la tanda. Fue Manuel Neuer, que deseó suerte a su antagonista. Ante semejan-


te trance, sólo un portero es capaz de entender a otro portero. La solidaridad entre ambas indivi-dualidades pareció en ese saludo incluso por enci-ma de los intereses de sus respectivos colectivos. Así que quizá es que el tópico de la soledad del portero no lo sea tanto.

Mientras que Cech adivinó todos los lanza-mientos de los jugadores del Bayern - incluido el de Robben, en el primer tramo de la prórro-ga-, Neuer protagonizó una tanda heterodoxa. Decidió colgarse del larguero antes de los lanza-mientos de Lampard, Cole y Drogba, tratando de descentrar a veteranos con demasiada mili para semejante treta. Fracasó, aunque salvó el pellejo cuando decidió coger el balón para ejecutar el ter-cer lanzamiento. Golpeó mal, un balón mordido cuya trayectoria irregular, aunque de nuevo bien leída por Cech, no pudo ser interrumpida por el meta. Al menos, tuvo el cuajo de afrontar el tran-ce. Otros se rajaron.

Cech y Neuer competirán en la Euro con Casi-llas por la consideración oficiosa de mejor portero del mundo. Sin duda, el checo es, a estas alturas de curso, el que más partidos ha ganado para su equipo. Sus actuaciones se han traducido en dos títulos -FA Cup y Champions-, mientras que Casi-llas llega a la cita con uno -Liga española- y Neuer, el amigo de Sergio Ramos, comparece en blanco. Focos para ellos ahora que Europa busca rey, tam-bién bajo los palos.

Antes de la tanda de penaltis que decidió la final de Champions, se mantuvo alejado del resto de sus compañeros, pateando el césped del Allianz. Nadie del Chelsea se atrevió a inmiscuirse en su ritual


l siglo XIX resultó prolífico para el deporte, impulsa-do por los postulados del Barón francés Pierre de

Coubertin, quien desempolvó los bene-ficios que acarrea el ejercicio físico y los valores en los que educa al sujeto que lo practica, en una sociedad decimonónica preocupada por la formación intelectual y moral de sus individuos más pudientes. Según la práctica deportiva y con mayor profusión el balompié, quizás el deporte más democrático por sencillo, comenzó a penetrar y a ser practicado por una clase obrera a la que hasta entonces se le había vetado el gozo, el disfrute y el tiempo de ocio y esparcimiento, los estratos elitistas apaciguaron su ánimo locomotor y deja-ron caer en el olvido el testigo que con orgullo habían reformulado y enarbolado de aquel enunciado griego del mens sana in corpore sano.

La repudia que sentía la aristocracia del momento, quienes dictaban qué se consideraba arte y qué no, hacia todo aquello que oliese a proletariado, hizo que comenzaran a denigrar el fútbol tachándolo de práctica embru-tecedora. De este modo, se aisló de la intelectualidad, salvo contadas excep-ciones en que algunas de las mentes más privilegiadas de las diferentes artes mostraron su embelesamiento por dicho deporte. Sea como fuere, debido a las emociones y los senti-mientos que el balompié es capaz de generar, podría considerarse como un arte más. ¿Qué resta de un cuadro si no es capaz de petrificar a la mirada que lo ausculta? ¿A qué se reduce un tema musical si no conmueve un ápice el alma humana? A la banalidad más absoluta. Sin emoción no hay arte. Sin arte no hay emoción. Y el fútbol ha contribuido mucho al corazón, tam-bién a la razón.

Cierto es que el embrujo que des-prende un grupo de hombres patean-do un esférico encandiló y sedujo al arte más popular, el séptimo, el cine, que aprovechó cualquier ocasión para incluir un guiño al universo futbolísti-co que se iba consolidando y expan-diendo, en breves fragmentos audiovi-suales que pueden servir para datar la inclusión del juego, luego espectáculo, ahora negocio, en la cotidianeidad de la sociedad. Parapetado por el espíritu del 6º número de Quality Sport y con la cita de Polonia y Ucrania en el horizonte, trataré de mostrar cómo la Roja, antaño bautizada como la Furia, presenta un devenir acorde a la del cine patrio, que no refleja sino los avatares de la marchita y ajada piel de toro que pisamos y donde se impli-citan la opresión del régimen fran-quista, las miserias de la posguerra, la voluntad aunada de progreso durante la Transición, el júbilo por la implan-tación de la democracia, la integración en la Unión Europea o las ínfulas de potencia mundial de la nación antes del pinchazo de una burbuja que nos ha estallado entre las manos.

El paralelismo entre la evolución del balom-pié y de las obras cinematográficas españolas puede trazarse con los resultados deportivos cosechados por el combinado nacional en las diferentes Eurocopas que desde 1960 se vienen disputando y en las películas que en cada ciclo continental iban realizando nuestros afanados directores. En dicho año se albergó en Francia el primer torneo europeo. Hasta entonces, España había cosechado una plata en los Juegos Olímpi-cos de Amberes en 1920 (al grito de “A mí el pe-lotón Sabino, que yo los arrollo”; de ahí el apodo de la Furia) y un meritorio cuarto puesto en el Mundial de Brasil de 1950 nada desdeñables. Paralelamente, el celuloide ibérico se esforzaba por abstraerse de la cruda realidad por medio de films folclóricos y de evasión como ‘La verbena de la Paloma’ o ‘Historias de la radio’, cuando no ensalzaban los valores dominantes como hiciese Carlos Arévalo en la falangista ‘Rojo y negro’. Tópicos acordes a la pasión española, la gitana bailaora y el guardia civil, pues.

Volviendo al campeonato de Francia, la selección que entrenaba Helenio Herrera no participó porque el Caudillo se negó en rotundo a que el conjunto español se expusiese a una derrota ante la URSS comunista en la fase previa a la disputa del torneo, que incluía el desplaza-miento y el recibimiento del acérrimo enemigo político. Y es que no era tan enemigo deportivo, pues HH dirigía a un plantel garapiñado con figuras como Gento, Luis Suárez o Di Stéfano que bien podrían haber doblegado a los rojos. Era la época en que el régimen de Franco estaba absorto con los encantos de Estados Unidos, que mediante los planes encubiertos de reflotación económica tanto ayudó a que se llenara el plato del pueblo. Y quién mejor que ese genio cam-pechano a la par que irreverente que fue Pepe Isbert, unos años antes de la negativa a enfren-tarse al equipo comunista, para personificar en ‘¡Bienvenido, Míster Marshall!’ la reverencia hacia todo aquello proveniente de la tierra del Tío Sam.

El siguiente entorchado continental se dis-putó en 1964 en suelo nacional, para mayor glo-ria de Francisco Franco y de España como país y como selección, puesto que en su primer envite alcanzó la gloria tras, paradójicamente, derrotar en el Santiago Bernabéu a la todopoderosa URSS de Lev Yashin de la que antaño se había huido. Apenas dos años antes, Fernando Palacios filmó

una de las historias más entrañables del cine pa-trio, ‘La gran familia’, nuevamente con el nunca bien ponderado Isbert. Y si algo fue la selección española en ese torneo, precisamente fue una gran familia, con un once donde se aglutinaban jugadores de hasta seis clubes diferentes. A saber: Iríbar por parte del Athletic; los centrales atléticos Rivilla y Calleja; Zoco y Amancio del Real Madrid; los blaugranas Olivella, Fusté y Chus Pereda; el interista Luis Suárez; y dos de los cinco magníficos atacantes del Zaragoza, La-petra y Marcelino. Para la posteridad (y quizás para otro artículo, por lo audiovisual que entra-ña) queda el gol de Marcelino y la rocambolesca historia del centro desde la banda.

Para las posteriores Eurocopas de Italia 68, Bélgica 72 y Yugoslavia 76, España no se clasi-ficó, algo que sí lograría para Italia 80, aunque como si no lo hubiera hecho, pues se marchó del país transalpino con un único empate en el zurrón. Este periplo negro encontró su pará-bola en el páramo existencial que se presenta ante los ojos del espectador en ‘El espíritu de la colmena’ de Víctor Erice y su metáfora en la asfixia agónica de José Luis López Vázquez en la televisiva y multipremiada ‘La cabina’ de Antonio Mercero. En el equipo que regresó cabizbajo y derrotado de Italia podían detectar-se sin esfuerzo grandes dosis de calidad entre tanto músculo esforzado, encapsuladas en las botas de Gordillo, Juanito, Cardeñosa o el actual seleccionador Vicente del Bosque. Al igual que el lisérgico Iván Zulueta añadió la excepción y removió los cimientos del cine establecido con la surrealista ‘Arrebato’. O al igual que el prolífico Berlanga puso en el disparadero (pocas veces mejor traído) a las instituciones y perso-nalidades ancladas en el pasado en ‘La escopeta nacional’, por medio de la sátira.

La tendencia alzista del fútbol español no pudo ser mayor (en realidad sí, de no ser por el mal fario) en 1984, momento en que la Eurocopa regresó a su cuna, Francia. El auténtico sostén del equipo de Miguel Muñoz durante la competición, el guardameta guipuzcoano Luis Miguel Arconada, erró incomprensible y lastimosamente en el momento menos oportuno, en la final que España disputó en el Parque de los Príncipes ante les bleus liderados por un Michel

E

the end

Platini que pasaba por ser el mejor futbolista del momento. Esta fatalidad se denota en obras de ex-trema calidad que sin embargo brillan por su falta de esperanza y su realismo cruel. Ejemplificadora resulta ‘Los santos inocentes’ del futbolero Mario Camus que se traslada a un cortijo rural para denunciar la exacerbada desigualdad social entre jornaleros y latifundistas. Trasladados a la urbe, es en ‘El crack’ de Garci donde se recogen los frutos cosechados por la incipiente sobrepoblación del Madrid de los 80: los bajos fondos, la prostitución, las armas y la corrupción envueltas en una turbia humareda de tabaco negro. A modo de resumen, la subida al cielo y al imaginario popular de Arconada y el ulterior descenso a los infiernos es idéntico al que se exponen los drogodependientes ideados por Eloy de la Iglesia en su decadente ‘El Pico’.

Antes de reverdecer e intensificar el mito de los fatídicos cuartos de final en los torneos de Inglate-rra 96 y Holanda y Bélgica 2000, volvimos a ausen-tarnos de una gran cita en Suecia 92 y repetimos a regresar a las primeras de cambio en Alemania 88. En el país de los inventores del fútbol se pudieron degustar ilusionantes toques de desparpajo gracias a incipientes artistas del balón como Alfonso o Kiko, aún constreñidos por el fútbol rácano de Javier Clemente. Algo similar ocurría en el séptimo arte patrio, tendente a las obras maduras pero nada rompedoras, carentes de la mordiente de antaño. Así, el pastiche que resulta ‘Tierra’ del prolífico Julio Medem o el academicismo de la adaptación audiovisual que Pilar Miró realizó de ‘El Perro del hortelano’ no aportaron novedad alguna. Si bien, la oscarizada ‘Belle Epoque’ de Fernando Trueba puso algo de lustre a unos años anodinos y sin sobresaltos para los espectadores.

La mejoría de la España futbolística se palpa-ba, pero ni explotaba ni producía resultados. Tras una concatenación de malas actuaciones de sus compañeros con guantes, José Antonio Camacho, sin ser consciente de ello, puso la primera pie-dra de lo que acabaría siendo una construcción deportiva megalítica, brindándole la oportunidad a Iker Casillas de disputar la Eurocopa de Holan-da y Bélgica 2000. España cayó derrotada tras el fatídico penalti marrado por Raúl ante Barthez en los cuartos de final. Daba igual. El futuro se estaba cociendo con la madurez de un portero que pasó de ser el Santo a convertirse en el cancerbero de las ilusiones patrias con el paso de los años y de sus actuaciones heroicas. Igualmente, una generación

de jóvenes valores cinematográficos se abría paso con unas ópera prima dignas de ser destacadas sobre sus cintas coetáneas. Hablamos de ‘Tesis’ y ‘Abre los ojos’ de Amenábar, de ‘Familia’ y ‘Barrio’ de León de Aranoa, ‘El bola’ de Achero Mañas o el mediometraje ’15 días’ de Rodrigo Cortés, a la postre autor de ese ejercicio de estilo que sería ‘Buried’.

Una Eurocopa más tarde, el mostoleño recibió un duro varapalo en Portugal 2004 junto a sus compañeros, cita donde los nuestros acudieron como si de un trofeo veraniego se tratase. No hace falta más que recordar la facha estival de Raúl Bra-vo. El descalabro, de infausto recuerdo, se produjo bajo las órdenes de Iñaki Sáez, ese hombre a una gorra pegado, que ironizaría el maestro Quevedo. En el haber del técnico vizcaíno está el apostar por un relevo generacional con Fernando Torres en la delantera, Xavi y Xabi Alonso en la zona de máquinas o Puyol en la retaguardia. Mientras, en los fogones de las categorías inferiores una nueva hornada de jugadores se caldeaba, con un tal Andrés Iniesta a la cabeza. En el celuloide, como ocurría con Casillas bajo los palos, se maduraba con las posteriores obras de los ya no tan jóvenes Amenábar, Coixet o Mañas. Por triste vigencia del mensaje, calidad fílmica y gusto por el fútbol celti-ña, destaca ‘Los lunes al sol’ de Aranoa.

Superado el trance del país con que compar-timos la Península Ibérica, las propuestas de la desinhibida ‘AzulOscuroCasiNegro’ de Sánchez Arévalo, de la lacrimógena ‘Mar adentro’ de Amenábar, de la innovadora ‘Rec’ de Balagueró y Plaza o de esas perlas nunca reconocidas que son ‘Concursante’ y ‘Los cronocrímenes’ de Cortés y Vigalondo respectivamente, hacían presagiar una buena cosecha en Austria y Suiza 2008. Por joven que pudiera ser el lector de este artículo, repetir el genio esperpéntico de Luis Aragonés, el surgimien-to de la España del tiqui-taca, el poderío de Senna, la tanda de penaltis ante Italia, el paseo triunfal en la semifinal ante Rusia o el histórico gol de Torres resultaría redundante. Ahora se presenta un nuevo reto en Polonia y Ucrania y la incertidumbre nos invade a todos. Como vaticinar nunca fue lo mío, concluiré con una retahíla que espero os sirva para arrojar algo de luz sobre el futuro que les espera a los nuestros: ‘Camino’, ‘También la lluvia’, ‘Celda 211’, ‘Blackthorn’, ‘La voz dormida’, ‘Arrugas’ y especialmente ‘Buried’. Tan imprescindibles como, esperemos, proféticas.

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El partido de la

muerte**(El partido de la muerte)

TEXTO DANI MARTÍNEZ ANTÓN

más de setenta años después, Kiev escribirá de nuevo una página de oro en el gran libro del deporte. La casualidad ha hecho coin-cidir la final de la eurocopa con uno de los episodios más dramáticos de la historia del balompié, el conocido como “el Partido de la muerte”, en el que sus jugadores pagaron la victoria con su propia vida. en Ucrania, todavía resuena su leyenda.

El próximo primero de julio, el equipo ga-nador de la XIV edición de la máxima competición europea de selecciones le-vantará la Eurocopa en el Estadio Olím-

pico de Kiev mientras sus compatriotas invaden las calles, descorchan botellas y se bañan en las fuentes de la ciudad para festejar con orgullo la hazaña de sus héroes. Probablemente muy distinto, o quizás no tanto, fue el sentimiento que experimentaron los aficionados que presenciaron el que se ha dado en llamar “El Partido de la Muerte”, en el verano de 1942, hace exactamente setenta años, a no mucha distancia del escenario de la final europea. En aque-lla ocasión no estaba en juego ningún campeonato internacional, ninguna liga, ni siquiera tres puntos. La victoria o la derrota era una cuestión de honor, de orgullo y de gloria en la que estos méritos solo se pagaban con la vida.

Para entender la historia, tenemos que trasladar-nos a la Ucrania de septiembre del 1941, en plena guerra europea, cuando las tropas del país caen de-

finitivamente ante la presión del ejército nazi. A los pocos días, las calles de Kiev ya estaban llenas de supervivientes del bando derrotado que clamaban por un trozo de pan que llevarse a la boca. Entre ellos se encontraban muchos de los antiguos juga-dores del Dinamo como Nikolai Trusevich, portero y piedra angular del Start, el equipo que pasaría a la historia por firmar su propia muerte al no dejarse ganar por la potencia invasora.

Un empresario local con procedencia alemana y gran seguidor del Dinamo de Kiev en el que había triunfado Trusevich, decidió contratarlo para que trabajara en su panadería. Le dio techo donde dor-mir y comida caliente a cambio de que este reuniera a sus antiguos compañeros para comenzar una liga local si finalmente conseguían la aprobación del III Reich. Tras recorrer la ciudad devastada, Trusevich reunió a siete de sus antiguos compañeros y otros tres miembros del que antaño era su equipo rival, el Lokomotiv de Kiev. Juntos, formaron el Footbal Club Start.

Josek Kordic, el panadero que hacía las veces de presidente del club, logró acordar con los nazis la creación de una liga local dirigida por el colabora-cionista Giorgi Shvetsov. El primer partido contra la guarnición húngara tuvo lugar a finales de junio y se saldó con victoria del Start por seis goles a dos. Idéntico resultado tuvieron los seis encuentros si-guientes. El 6 de agosto, el equipo derrotado fue el Flakelf, formado por miembros del ejército nazi. Trusevich y sus diez compañeros vieron la opor-tunidad de vengar con este partido las decenas de miles de muertes que las tropas de Hitler habían dejado a su paso por Ucrania. A pesar de las malas condiciones en las que vivían los jugadores del Start y su evidente debilidad física, el resultado fue hu-millante para los germanos (7-2 a favor del equipo local).

Esto supuso un duro golpe para la autoestima alemana. Por eso el Flakelf programó una revancha tres días después tras lanzar una clara y contunden-te amenaza. Si el Start ganaba el partido, pagarían la victoria con sus propias vidas.

Al comenzar el partido, el equipo de Trusevich se negó a levantar el brazo para realizar el saludo ro-mano y los ánimos comenzaron a caldearse. Finali-zado el primer tiempo, el Start ya ganaba dos tantos a uno. En la segunda parte, el marcador aumentó hasta el definitivo 5-3. A falta de varios minutos para que concluyera el encuentro, los ucranianos pudieron aumentar la diferencia cuando Klimenko, uno de los defensores, se hizo con la pelota y atra-vesó todo el campo para finalmente regatear al por-

tero alemán. Solo falta dar un pequeño empujón al balón y este estaría entre los palos. Pero se dio la vuelta, y chutó la pelota hacia el centro del campo en un acto que puso la guinda en el pastel de la hu-millación nazi. El público enloqueció de alegría y los dirigentes alemanes ordenaron al árbitro con-cluir el encuentro.

Las amenazas se cumplieron. Poco después los jugadores del Start fueron detenidos y torturados por la GESTAPO. Uno de los jugadores arrestados murió como consecuencia de las torturas a las que fue sometido. El resto del equipo fue enviado al campo de concentración de Syrets. Allí, otros tres futbolistas fueron asesinados en febrero de 1943. El resto de miembros del conjunto fue liberado tras la victoria aliada para convertirse en héroes de la patria y formar parte de la más negra historia del fútbol.

Desde aquel momento verano de 1942, estos hom-bres, que no sumaron ningún nuevo trofeo para ex-poner en las vitrinas, se convirtieron en héroes de toda una nación. Para la selección de Ucrania, coan-fitriona de esta Eurocopa 2012, no habría mejor ho-menaje que conseguir que el trofeo se quedase entre dentro de sus fronteras y celebrar la victoria frente al monumento del más puro espíritu estilo soviéti-co que recuerda a las puertas del escenario en que pasaron a la historia con mayúsculas del fútbol, el estadio Start del Zenit de Kiev. La inscripción que guarda a sus pies reza: “Por nuestra bella presencia, ellos cayeron en una pelea. Por épocas vuestra glo-ria no se apagará, los audaces héroes atletas”.

“El Flakelf programó una revancha tres días después tras lanzar una clar y contundente

amenza: si el Start ganaba el partido, pagarían la vistoria con sus propias vidas”



36 QUALITY SPORT � JUNIO 2012 LA HUELLA DEL TIMEPO 37

LOS HOmbRES DE VICENTE

DEL BOSqUETEXTO PABLO BERRAONDO

José Manuel Ochotorena (San Sebastián, 1961) se encarga de mantener la competencia en la porte-ría. “La comunicación entre el portero y su prepa-rador tiene que ser muy íntima”, defiende.

Se siente un privilegiado por trabajar junto a Del Bosque en la selección, “es un orgullo muy grande”. Los tiempos han cambiado, ahora los arqueros realizan trabajo específico. Les conoce muy bien, son horas y horas de entrenamientos. Destaca la explosividad de Valdés, el acierto de Casillas en el uno contra uno y admira a un Reina completo. “Saben que tienen aspectos que mejo-rar, por eso siguen trabajando”.

Conoce los entresijos del combinado nacional, “es un grupo profesional y humano excepcional, están convencidos de que pueden alcanzar las metas que se propongan, es la clave del éxito”.

Tiene influencia sobre Vicente en todo lo que tiene que ver con la portería, “aunque la decisión final siempre tiene que tenerla el seleccionador”. En una competición tan frenética como una Eu-rocopa, la maldita tanda de penaltis puede tener un peso decisivo: “El penalti es una acción muy llamativa. Es difícil prepararlo, yo creo mucho en estudiar al lanzador, pero dejando que el portero se guíe por su instinto”. Es la portería menos dis-cutida y la más segura. Tras las paradas milagro-sas de los guardametas de La Roja está el trabajo y el suspiro orgulloso de Ochotorena.

José Manuel Ochotorena. Entrenador de porteros

“La decisión final siempre la tiene el seleccionador”

Foto: Aspe

José Antonio Grande (Valencia, 1947) lleva desde 1999 compartiendo banquillo con Vicente del Bos-que. Se mueve cómodo en segundo plano, aunque gran parte del éxito del seleccionador es también suyo, “con un gesto sabemos lo que tenemos que ha-cer. El secreto es que nunca hemos tenido un choque. Diferencias de opinión, sí, pero nunca un enfrenta-miento. Congeniar con Vicente es fácil”.

Es la persona que más conoce al Del Bosque en-trenador, “tiene una cabeza privilegiada. Lo que más admiro de él es que no se calienta”. Vicente no es de esos hombres que imponen su lógica, “se han susti-tuido las órdenes por diálogo”, sin embargo recono-ce su escudero que da su opinión, “pero al final pre-valece la suya”. Tras trece temporadas a la sombra de Del Bosque no se ha planteado adelantar un paso y ejercer de primer entrenador, “es mejor ser cabeza de ratón que cola de león”.

Toni hace el trabajo sucio, se encarga de hablar y escuchar a los jugadores, de organizar los horarios y hasta los días libres. Es la extensión del primer en-trenador, y leal hasta el final: “El día que se vaya él, me voy yo”. Cuando Iniesta les otorgó la gloria en Sudáfrica se fundieron en un abrazo, corto y silen-cioso. Al recordar después el momento Vicente le dice, ‘Toni, somos tíos de suerte´. Y tanto.

Toni Grande. Segundo entrenador

“Vicente tiene una cabeza privilegiada”

Foto: Aspe

Iker Casillas (Madrid 1981) tiene las manos y el brazalete de España. Es uno de los estandartes de los elegidos por Vicente. El seleccionador ha reconocido públicamente que Casillas es el me-jor portero que ha conocido. Cada alineación suya con la selección no deja duda: Casillas y diez más.

Guardan una relación que va más allá de lo profesional y entra en juego el sentido paterno filial: “Vicente siempre piensa como un padre, como un abuelo”. Se conocen muy bien. Como buen portero es un tipo peculiar, diferente, y no esquiva la presión: “España es favorita para la próxima Eurocopa”. Aunque sabe que el éxito pasa por “la humildad y el sacrificio”.

Casillas capitanea un vestuario ambicioso, “tengo ganas de conseguir más títulos. Tenemos un equipo ganador y con muchas ganas”. El favo-ritismo otorgado al equipo de Vicente complica aún más la gesta, “los rivales se motivan contra nosotros”. Con la estrella sobre el corazón volve-rá a ser el hombre de confianza de Vicente del Bosque entre los tres palos.

Iker Casillas. Capitán

“Vicente siempre piensa como un padre”

Paloma Antoranz (Madrid,1970) es la chica del ordenador. Su trabajo empieza cuando termina el partido. Es momento de organizar a los juga-dores para que cumplan con las televisiones que tienen los derechos, de decidir qué jugadores sal-drán a zona mixta, quiénes atenderán en directo a las radios por la noche y acompañar a Vicente del Bosque a la sala de prensa para organizar los turnos de preguntas, los traductores y para que no haya ningún problema. “Tengo mucha suerte con el trato que me da Vicente”, reconoce sonriente.

Su vida gira en torno a la selección. Debe ges-tionar las concentraciones, viajes y acreditaciones de los medios, las peticiones de entrevistas o re-portajes, todas las ruedas de prensa. A veces los jugadores no son muy dados a atender a los com-pañeros, ella intercede, “como soy chica, muchos jugadores se cortan a la hora de pegarme la bron-ca, si fuese un chico las cosas serían diferentes”.

No le gusta mezclarse demasiado con la expe-dición, en ocasiones incluso se vuelve invisible, “me gusta marcar distancia con los jugadores. La convivencia sería más cercana si fuese un chico, pero me respetan”. No tiene un trabajo fácil aun-que pueda parecerlo, debe agradar a todos, a los medios para que puedan desarrollar de la mejor manera posible su trabajo, y al seleccionador sin perturbar el día a día y la convivencia del combi-nado nacional.

Paloma Antonranz. Responsable de prensa

“Tengo mucha suerte con el trato que me da Vicente”

Foto: Aspe



Extrovertido por definición, se ganó a los fut-bolistas desde el primer momento. Le gusta trabajar por la motivación, se encarga de hacer fechorías con el photosop para arrancar la son-risa de los jugadores seleccionados, a quienes, asegura, “admiro profesional y personalmen-te”. Médico por vocación, “desde que tengo uso de razón quise ser médico”, por sus manos pa-san las peores lesiones y los mayores retos.

Juan José García Cota.Traumatólogo de la selección

Foto: Aspe

Su cargo oficial es el de jefe de logística, trans-portes y alojamiento. En la práctica es un hom-bre orquesta. Es la avanzadilla de la selección. Meses antes de que los hombres de Del Bosque se desplacen para una concentración él ya ha inspeccionado los hoteles, campos de juego y entrenamiento, medios de transporte y ha defi-nido qué necesita la selección para llevar la con-centración de la mejor manera posible.

Antonio Limones.Encargado de logística

Óscar Luis Celada (Luarca, 1966) se mueve entre vendas y radiografías, pero también sabe desenvol-verse a la perfección en un campo de fútbol. Ahora es el médico de la selección, pero ha sido futbolista de primera división con el Sporting y el Zaragoza. Compaginó estudios y deporte de élite, “la Medici-na ha sido siempre mi vocación”.

Llegó a la absoluta de la mano de Vicente del Bosque, conoce bien su praxis y el núcleo de juga-dores: “Es una selección que parece un equipo, un grupo muy sano, sencillo y natural”.

Si hablamos del cuerpo técnico lo tiene claro, “es un placer trabajar con gente así”. Admira la calidad futbolística de los jugadores de la selección, “me impresionan”. La tranquilidad y el humor reina en las concentraciones, “los fisioterapeutas y los mé-dicos se contagian del buen ambiente de los fut-bolistas”.

Se sienten parte del grupo, son parte del grupo: “Cuando estas en el banquillo y escuchas el himno te das cuenta que estas defendiendo a España y se ten ponen los pelos de punta”. Al igual que los juga-dores, el cuerpo médico también trabaja en equi-po, aunque sea en la sombra, para cosechar éxitos. “Cuando hay una concentración, primero debo co-nocer la planificación de todo el viaje, cuando em-pezamos la concentración, en que país y cuantos días vamos a estar. Después hablo con el preparado físico, Javier Miñano, para conocer un poco los en-trenamientos que vamos a realizar, si las sesiones

Óscar Luis Celada.Médico de la selección

“Es un placer trabajar con Del Bosque”

van a ser de mañana o de tarde, cuando van a ser los partidos y todos los planes físicos que el tiene para esa concentración. Y luego yo le transmito a Javier Arbizu los menús que debe confeccionar, que son de buffet, teniendo en cuenta todos estos factores. Tienes que hacer una dieta equilibrada, variada y que sea un poquito amena también para los futbolistas, lo cual no resulta sencillo cuando son concentraciones largas”.

Puede parecer que su trabajo empieza y termi-na a la par que las concentraciones, pero nada más lejos de la realidad: “A todos los jugadores les ha-cemos un seguimiento para saber si están jugando o no y si rinden a su mejor nivel”. El contacto con los médicos de los equipos es constante y siempre prima la salud del jugador por encima de cualquier otro interés. De eso se encarga personalmente el doctor Celada.

Se siente un privilegiado por poder preparar fí-sicamente a los campeones del mundo. Admira a los jugadores y al seleccionador: “He aprendido mucho con Del Bosque, pero no llego a tener su control emocional. Sabe exigir, motivar, inculcar valores humanos que están en desuso en nuestra sociedad”.

Ya coincidió con el entrenador salmantino en el Real Madrid en su época más esplendorosa, y ahora comparten trabajo técnico en la selección. “Del Bosque me ha formado a nivel profesional, pero sobre todo a nivel personal”.

Vive los partidos con intensidad desde el ban-quillo, “me relajo poco. Si ves los partidos, en mi cara se nota el grado de tensión. Intento apren-der de Vicente, quien también sufre como el que más. Lo que pasa es que él tiene una capacidad superior al resto de pensar en esos momentos de tensión. Todos los años que llevo con él he aprendido a relajarme, pero no le llego ni de le-jos”.

Su parcela de responsabilidad se centra en el estado físico de los jugadores: “El cien por cien ha de ser de rendimiento y colectivo. No va a coincidir con el tope individual de todos, se trata de que el nivel individual sea lo más alto posible para elevar el del colectivo”.

Tan importante como la capacidad torácica y resistencia de los pupilos de Del Bosque, Miña-no confía en otros valores como claves del éxi-

Javier Miñano. Preparador físico

“Tiene una capacidad superior al resto de pensar en momentos de tensión”

to, “la selección ha enganchado por la unidad del grupo y porque ha transmitido unos valores en desuso en la sociedad española, y ése es su triunfo. Además de la unidad, también están la sencillez y la humildad”.

En sus manos está el nivel físico de la selec-ción. Y no lo tiene fácil. Por lógica, los jugado-res seleccionados para las fases finales, son los que más minutos han disputado a lo largo de la temporada con sus respectivos clubes. Todo es organización, pautas, estudio y trabajo.



Jiménez y Fernández se dedican analizar a los rivales y pasar informes a Vicente del Bosque. Ellos trazan los puntos débiles del rival y desta-can sus puntos fuertes para facilitar el estudio del seleccionador.

Francisco Jiménez // Antonio Fernández.Ayudantes selección

Conoce a todos los que visten La Roja desde que forman parte de la sub-15, por eso es un hombre importante para Vicente del Bosque. “Tengo una participación directa en la selección na-cional”, reconoce. “Tenemos una estructura que está muy bien organizada”. Está pendien-te de todos los entrenamientos de la absoluta y cuando sus responsabilidades se lo permiten se desplaza a las concentraciones. El éxito pasa por la manera que tiene de entenderse todos los miembros del cuerpo técnico, “tengo una gran relación con Vicente del Bosque”.

Defiende los parámetros técnicos, pero tam-bién la actitud dentro del campo, “para ganar hay que tener el carácter correcto”. No es de extrañar que saque casi más pecho por los pre-mios fair play conseguidos por las selecciones inferiores que por el Mundial, “para mí, esto es una cosa importante”.

“Soy una persona muy fiel y leal, se define Meléndez. El responsable de que el buen hacer desde niños cuaje y tenga sus frutos en la selec-ción de Vicente del Bosque.

Ginés Meléndez.Seleccionador sub 19

“La afición ya no son solo hombres mayores, sino jóvenes y mujeres”

Foto: Aspe



44 QUALITY SPORT � MAYO 2012 45

EMILIOSANTAMARIA´

TEXTODANI GONZÁLEZ

“SE PUEDE SER EL MEJORDE UNA DÉCADA,

PERO NO EL MEJOR DE TODA LA HISTORIA”


´

La amena, oblicua y futbolera conversación con José Emilio Santamaría (Montevideo, 1929) comienza apenas unas horas después de la victoria del Atlético ante el Athletic en la Europa League. Con un perenne acento montevideano, sutil, canchero, pícaro, la leyenda de Nacional disfruta ahora del fútbol desde otro lugar. Desde el banquillo de la tranquilidad, siempre rodeado de los veteranos blancos, de esas leyendas –“Alfredo, Amancio, Rubiñán, Zoco…”- que cimentaron en el San-tiago Bernabéu esos valores madridistas que día tras día ocupan los espacios de opinión de la prensa deportiva española. Se perdió el ‘maracanazo’ de Uruguay en 1950 por un problema de demarcaciones, aunque no le guarda rencor a lo peor del fútbol. Tampoco a ese Mundial de 1982 organizado por España en el que ejerció como entrenador tras haberlo hecho anteriormente de forma exitosa con el Espanyol y que le sacó “equivocadamen-te” de su deporte. Aceptó su destino entonces, nada importa ahora. Al fin y al cabo atesorar en la vitrina de la memoria el histórico partido contra la Hungría de 1954, alzarse con cuatro copas de Europa, seis Ligas y una Intercontinental con el Real Madrid, lo compensa todo. Se acuerda Pepe, como le llaman en la Asociación de Veteranos del club blanco, de lo que sufrió Brasil para dominar el mundo y también recuerda a los olvidados, a “fenómenos” como Gento y Garrincha, a los que vio, siguió y que no entran en la terna de los más grandes. ¿El jugador total? “Di Stéfano”, por supuesto.

Parece un delantero de otra era Falcao. Más de su época. De otro tiempo.Da la impresión que es un jugador definidor. Esa es su principal característica. Apenas lanza a puerta tras dos gambeteos, nunca después de tres. Tiene característi-cas de nuestra época, pero más evolucionadas.Da la sensación de que Marcelo Bielsa ha logrado

trar algo. Al final lo decidió la definición. El Atlético las metió en la portería y el Athletic las envió por encima del larguero. Si marcas te agrandas. Si te marcan te achicas. Esa fue la gran característica del partido. Pero fue un muy buen partido.Vamos con la selección uruguaya. Usted se perdió el Mundial del ‘maracanazo’ después de una concate-nación de hechos que le impidieron estar en Brasil en 1950, el que es quizá uno de los grandes momen-tos de su país en el siglo XX. Siendo ya un futbolista destacado, ¿de qué manera se dieron todas aquellas circunstancias?Yo en Nacional jugaba en el centro del campo, en la línea de medios, porque por entonces me gustaba mu-cho correr por toda la cancha. Pero en la selección era reserva, porque el titular era Obdulio Varela. En ese entonces se habían ido una serie de jugadores del club y Enrique Fernández, un entrenador que tuvo el Real Madrid y que jugó en el Barcelona, me puso de central derecho. Cuando llegué al entrenamiento el jueves, el día antes de viajar, me dijo: “Usted practique de central y diga que quiere jugar ahí”. Claro, yo obedecí, pero un directivo, De Gregorio, me dijo que cómo se me ocurría, que ya estaba claro que iba con Obdulio Varela en el centro del campo. Al final probé como central y me quedé a las puertas de viajar.De viajar y de lograr el segundo Mundial de Uru-guay en uno de los partidos más míticos que se recuerdan…Sí. Además en aquel tiempo habíamos pasado un periodo de huelga de diez meses y medio en los que ni entrenábamos ni jugábamos, con lo que los jugadores estábamos, o muy descansados, o muy poco preparados. Fue una huelga de todos los jugadores de la Primera División de Uruguay. Los argentinos también la habían tenido un poco antes que nosotros.

disputar de otro Campeonato del Mundo. El de Sui-za en 1954, el de El Milagro de Berna alemán. Allí Uruguay brilló, pero también la Hungría de Puskas, con el que luego coincidió en el Real Madrid. ¿Cómo recuerda aquella selección que dicen es la mejor que ha jugado nunca al fútbol en la historia?Tuvimos un partido contra Hungría en semifinales, una selección que llevaba tres años con el mismo blo-que, que jugaba prácticamente de memoria. Termina-mos con empate a dos goles bajo una lluvia torrencial que duró prácticamente los 90 minutos. Pero al final, prácticamente en el último instante, hubo un disparo de Schiaffino en el que todos gritamos gol porque no había portero ni había nada. Pero la pelota se quedó parada sobre la misma raya, encima del barro, y un defensa la sacó. Eso nos llevó a la prórroga en la que tuvimos una ocasión clarísima, aunque no marcamos. Luego ellos metieron dos goles de cabeza a nuestro portero, que tenía el brazo un poco fastidiado y nos echaron fuera. Todo el mundo pensó que la final de aquel Mundial la tenían que haber disputado Hungría y Uruguay.¿Tan grande y espectacular fue aquella Hungría?Era un equipo extraordinario, un equipazo. En la final ganaban 2-0 en el minuto 10 y luego llegaron otros dos cabezazos al travesaño de Kocsis. Parecía que todo estaba ya terminado, pero entonces Alemania, a base de físico y de correr durante todo el partido, logró

remontar y ponerse 3-2 por delante. Fue una sorpresa para todos; nadie esperaba eso. Ni ellos mismos.Y gracias a ese Mundial de Suiza con la selección de Uruguay, años después Santiago Bernabéu se acor-dó de usted. De aquel chaval rubio hijo de españoles que tanto le había gustado en Suiza…Ese fue el principal motivo. Querían comprobar que era hijo de españoles y cuando lo confirmaron ya no me dio tiempo a jugar la segunda final de la Copa de Europa. Yo ya estaba en España, pero no hubo margen para que formalizaran mi inscripción. Yo era jugador del Real Madrid, pero sin tránsfer.¿Cómo fue la llegada a ese Real Madrid mítico de los 50? El equipo que dicen que forja la leyenda del club, todavía viva muy viva, especialmente en Europa.Lo que nos definía es que éramos un equipo de conjunto. Jugábamos muy ligado, con mucho toque, pero no hay que olvidar lo que teníamos por delan-te. Estaban Alfredo (Di Stéfano), Paco (Gento), Rial, Koppa, Mateo… Jugadores que definían con muchísi-ma facilidad. Entonces se jugaba a mantener la puerta cero, porque si lo lográs, sos campeón casi seguro y más con delanteros que resolvían con tanta facilidad. Fue un equipo que creó los cimientos del club que duran hasta día de hoy, cuando se sigue cultivando ese poderío. Generalmente se busca esa postura: practicar buen fútbol, ofrecer detalles puntuales a la grada y

XXX“España cambió su Estilo dE juEgo y asíganó Eurocopa y mundial”

que algunos hinchas se conviertan en seguidores de un técnico en lugar de seguidores de un club. ¿Qué le parece este Athletic suyo tan trabajado, tan cohe-rente, tan solidario en todo lo que hace? ¿Cree que fue justa su derrota en la Europa League?Aquel fue un partido interesante, en el que ambos equipos, Atlético y Athletic, tenían intención de mos-

Se trataba de defender nuestros derechos, porque en aquel entonces tenías que trabajar además de jugar. No había profesionalismo y los sueldos no llegaban ni para pipas. En aquel Mundial se fue muy poco a poco y al final un gol ante España les dio el pase a la final y luego la victoria.Sin embargo, solo pasaron cuatro años hasta poder



mostrar cierta agresividad.¿Es en ese momento cuando el Real Madrid construye los valores que lo definen hoy día? ¿Hay tanta diferencia entre aquellos valores y los que hoy defiende el club?Lograr analizar lo de antes en comparación a lo de ahora tiene que ser hecho por alguien que lo haya vivido. El periodismo de ahora es muy joven y no ha visto jugar a los antiguos, con lo que tiene que fiarse de lo que le digamos los mayores. Yo digo que la etapa de antes fue una y la de ahora otra completamente diferente. Todo ha evolucionado de manera espec-tacular. Los terrenos de juego son mejores ahora, el balón, las botas, la ropa, que antes se mojaba y pesabas tres kilos más. También el ambiente. Todo es distinto. No se pueden comparar épocas. Aquella fue una época gloriosa con un cimiento importantísimo para el club y lo de ahora es diferente. Hay más periodismo, más información, más presión. Eso atrae al público, pero por entonces no había ni televisión.Pero sí se les consideraba como estrellas…Te recibían con la euforia de que habías ganado un título, cuando lo ganabas. No hay que olvidar de qué época estamos hablando. Se había dado un vuelco al mundo, había concluido la Segunda Guerra Mundial y todo eso tenía sus consecuencias. En cuanto a lo de ser reconocidos, ahora todo se vive con muchísima más pasión. Por los medios de comunicación, por las televisiones, por todo.Se habla mucho últimamente sobre qué es jugar bien y jugar mal. Usted antes ha mencionado las características de aquel equipo de los 50 y 60. Jugar ligado, mostrar agresividad, detalles de calidad… ¿Qué es jugar bien? ¿El Real Madrid de este año ha jugado bien?Todo depende de la opción de estilo de juego que se elija y esa la dan los jugadores. Con unos futbolistas se puede jugar a una cosa y con otros a otra. Últimamen-te el Barcelona, con jugadores pequeñitos casi todos, ha creado un estilo de mucho toque. Un juego mara-villoso en el que ganaban hasta con cierta facilidad. El Real Madrid ha renovado su plantilla hacia gente más joven y con un sistema distinto, basado en el ataque, en la velocidad, con hombres definitorios, y ha logrado la Liga. Son distintos, pero al final se impone la resolución de cara a portería. El que hace más goles suele ganar.¿Siente al Santiago Bernabéu más frío con este tipo de juego?No lo creo así. Eso tiene que ver con el entusiasmo,

con los elogios o las críticas del periodismo. El comen-tario favorable, el que gusta, el que no gusta, el entre-nador, el uno, el otro. Pero todo ha cambiado. Hoy en día se busca la velocidad, la profundidad, lo que le dio Cholo Simeone al Atlético de Madrid en la final de la Copa de la UEFA. Esa es mi idea.La selección española ha optado por el estilo del to-que, de la posesión, desde la Eurocopa de Austria y Suiza. Usted ha vivido todos los Mundiales desde el año 50 de forma directa o indirecta. ¿Le parece que los elogios hacia esta selección de Luis Aragonés primero y de Del Bosque después están justificados o a veces perdemos la perspectiva respecto a otras selecciones históricas?Sobrevalorado no. España cambió su estilo de juego y con ese estilo ganó Eurocopa y Mundial. Era una novedad para los rivales, que no estaban acostum-brados a esa perfección en el toque de balón, en los desmarques, buscando los espacios libres en todo el terreno de juego y definiendo en los momentos pre-ciosos. Esto sorprendió a todo el mundo, pero España se ha merecido esas dos victorias, por supuesto. Ahora hay que mantener el estilo, aunque quizá del Bosque busque la posesión atrás y la velocidad de centro del campo en adelante, no lo sé. Eso solo está en la cabeza de Del Bosque.¿Se puede comparar esta generación con la Hungría de los años 50 o el Brasil de los 70? ¿Formaría parte de ese grupo de escogidos?Fíjate lo que son las cosas. Yo en Sudamérica vi jugar a la selección brasilera durante mucho tiempo y la gente a veces no recuerda los problemas que tuvo que sufrir para dominar el mundo, para ser un poderoso. Perdió un Mundial en su casa, en Maracaná y fueron humi-llados en Suiza. Después en Suecia se encontró con una renovación de casi todas las selecciones mientras que ellos tenían a gente ya veterana mezclado con gente joven. Ganaron e impusieron un estilo de juego que más tarde desapareció, concretamente cuando llegó la preparación física al fútbol. La improvisación prácticamente se fue y llegó la táctica, por eso digo que hay que entender el fútbol dentro de la evolución que ha vivido desde siempre. Hay que hablar siempre de décadas.Es algo que también ocurre con los jugadores. La eterna comparación de Maradona con Pelé, si Di Stéfano fue o no el mejor de todos los tiempos… Ahora parece que Leo Messi podría entrar en esa terna de los más grandes…Para elegir al mejor del mundo deberían jugar todos

contra todos y eso evidentemente es imposible. Se puede ser el mejor de una década, pero es muy difícil hablar del mejor de la historia, porque alguno se puede escapar en el recuento siendo un fenómeno.Garrincha, ¿no?

amateur y juvenil del Real Madrid, con el que salimos campeones de España. Luego fui a la selección juvenil y amateur y salimos campeones de Europa en Italia y luego pasé al Espanyol. Era un equipo sin economía, muy cortito y había que luchar con lo que había y con

“sE mE ocurrió crEar las catEgorías inFEriorEs. FuE un ViVEro QuE sirVió y mucHo”

Garrincha era un espectáculo, un fenómeno. Y qué decir de Paco Gento, el tipo que más copas de Europa ha ganado, un jugador intachable, un descanso para el resto de los jugadores de nuestro equipo, un destroza-defensas. Ahora también hay grandes nombres, pero la presión evita que el mismo futbolista pueda brillar durante más de siete u ocho años seguidos.¿Quién es para usted el mejor futbolista que ha visto?El más completo que he visto, no el mejor, sin ninguna duda que Alfredo Di Stéfano. Era el jugador total. Corría, trabajaba, atacaba, defendía, marcaba de tacón, de cabeza, con la rodilla…Y además con un sentido del humor espectacular, que eso también suma y que nadie sabe por qué ha dejado de verse entre la mayoría de futbolistas.Depende… (Risas). Si lo agarrás de buenas es un fenómeno, pero como lo agarres de malas mejor correr (más risas).¿Qué relación mantienen a día de hoy las leyen-das de aquel Real Madrid de los años 50 y 60? ¿Se reúnen de forma habitual?Generalmente nos vemos todos los días en el local que tenemos en el Bernabéu. Alfredo va menos, pero sigue yendo. Nos juntamos muchos, especialmente los que disponemos de tiempo. Vienen Zoco, Rubiñán, viene mucho Amancio, pero siempre dependiendo de la vida de cada uno. En la Asociación de Veteranos del Real Madrid tenemos dos equipos, uno de fútbol-once y otro de fútbol-indoor y gestionamos todos los partidos que se juegan por los diferentes puntos de España.En su etapa como entrenador dicen que el momen-to más feliz lo vivió en el Espanyol. Hasta Enric González escribe sobre usted en ‘Cuestión de fe’, un genial librito en el que desgrana su pasión por el equipo blanquiazul. ¿Cómo llegó ese amor suyo por el Espanyol, esa relación tan especial?Cuando me retiré empecé entrenando al equipo

eso y mucho trabajo llegamos a golear en Sarriá a los grandes equipos, lo que significó el crecimiento de un club en el que no teníamos ni campo para entre-nar. Trabajábamos debajo de la tribuna porque no teníamos dónde hacerlo, lleno de polvo seco, rojo. Fue una situación muy difícil, aunque también exitosa. Y todo eso sin recibir esa ayuda periodística que ayude a explicar lo costos de trabajar en aquella situación. Pero al final todo depende de la ciudad, y en Barcelona, en el periodismo, mandaba el Barcelona. Viví siete años en el Espanyol, tuvimos opciones de ganar una Liga y una Copa del Rey. Fueron tiempos muy felices para mí y para mi familia.Después llega la etapa al frente de la selección española, un camino que se abría en dirección al Mundial que se organizaba en 1982. Cuentan las crónicas que fueron tiempos complicados, con muchos agentes externos que rodearon al equipo. ¿Cómo recuerda esa etapa?En la selección hubo dos etapas. En la primera el encargo era formar gente para el Mundial de 1982 y fue cuando se me ocurrió crear las categorías sub 15, sub 16, sub 17, sub 18, sub 19 y sub 20. Aquello fue un vivero que sirvió, y mucho, para la segunda etapa, que fue la de preparar el equipo. Y logramos grandes resultados. Ganamos en Wembley, donde solo lo había hecho Hungría; ganamos a Polonia. Tuvimos una preparación buenísima, pero no se puede olvidar el secuestro de Quini, que generó una psicosis tremenda. El hotel rodeado de policía, los jugadores también. Fue una situación muy extraña y complicó las circunstan-cias del campeonato. Luego, equivocadamente, decidí abandonar el fútbol y eso fue lo que hice.¿Por qué equivocadamente?Porque tenía edad suficiente para seguir trabajando. La creación de las categorías inferiores fue muy po-sitiva, pero tampoco le dieron mucha importancia. El mérito siempre fue de otros. Pero eso ya pasó.



LOS TAPADOS DE LA

EUROCOPATEXTO FERMÍN SAN MARTÍN


En la Eurocopa nadie duda del rendimien-to de Cristiano Ronaldo, Xavi, Benzema, Robben, Iniesta, Özil o Van Persie, pero no son los únicos que destacarán en el

campeonato. ¿Quiénes son los jóvenes a tener en cuenta?¿Quiénes serán las revelaciones del campeo-nato?

No solo de cracks vive el fútbol y uno de los prin-cipales alicientes para los aficionados es conocer y descubrir a nuevas y futuras promesas del pano-rama futbolístico europeo. En este tipo de citas se han dado a conocer jugadores muy importantes, los más recientes Henrik Larsson, Miroslav Klose, Jonh Dhal Tomasson, Milan Baros, Andrei Arshavin o Me-sut Özil.

En la próxima edición son varios los nombres que no hay que perder de vista, unos más conocidos que otros para el gran público, con más o menos méritos en sus clubes, pero que aspiran a ser la revelación del

campeonato y asombrar a Europa con su talento.Marco Reus:Mediapunta alemán que ha sido la gran revelación de la temporada en Alemania. Ha convertido al Borus-sia Monchengladbach en el equipo más sorprenden-te del torneo. Tiene 23 años, pero acaba de explotar, ya que hasta hace un año apenas era conocido ni tan siquiera en su país. Se trata de un jugador eléctrico, rápido y muy goleador, además de comprometido, ya que no escatima esfuerzos a la hora de presionar. Ha anotado 18 goles y ha repartido 9 asistencias, núme-ros que ya dicen mucho de él. No tendrá fácil dispu-tar minutos, pero el seleccionador alemán, Joachim Löw, ya ha manifestado que contará con él para más que calentar banquillo; y a buen seguro que lo apro-vechará.

Christian Eriksen: Mediapunta danés de 20 años. Pese a su juventud, es

la gran estrella de su país y uno de los jugadores más prometedores de Europa. Perteneciente al Ajax de Ámsterdam, club al que devolvió la gloria en forma de título de liga el curso pasado tras siete años sin ha-cerlo. Por sus características y estilo de juego recuer-da a Michael Laudrup, el mejor jugador de todos los tiempos de su país: elegante en la conducción, con una visión de juego espectacular y una capacidad de pase inimaginable. Cerca del área es donde mar-ca las diferencias, ya que, pese a no ser muy rápido, es capaz de filtrar geniales pases o disparar a puerta con ambas piernas. Dinamarca tendrá complicado sobrevivir mucho en la Eurocopa, debido a que está encuadrado en ‘el grupo de la muerte’ junto a Ale-mania, Holanda y Portugal, pero a buen seguro que Eriksen dará algún susto a todos ellos.

Robert Lewandowski: Delantero polaco de 23 años, la gran estrella de uno de los anfitriones. Es la referencia ofensiva del Bo-

russia de Dortmund, conjunto con el que ha anotado 22 goles en los 34 partidos que ha disputado desde que llegó. Es un delantero potente, de envergadura, que hace un gran trabajo para el equipo bajando ba-lones y jugando de espaldas. Dentro del área es le-tal y va muy bien de cabeza. Es la gran esperanza de Polonia para hacer un papel digno en ‘su’ Eurocopa.

Mario Götze: Mediapunta alemán de 19 años. Es el eje del Borussia de Dortmund campeón de la Bundesliga y de la Copa Alemana. Es un talento natural y tiene una clase en la conducción de balón muy semejante a la de Iniesta o Silva. Tiene una gran visión de juego y marca las diferencias cerca del área rival con su regate y veloci-dad. Además, su aportación goleadora no es un algo aislado. Pese a su corta edad lleva dos años en la Se-lección (debutó tras el Mundial de Sudáfrica) y ésta será su primera gran competición de selecciones. Fue galardonado con el Golden Boy en 2011 y ha sido



vinculado con todos los grandes equipos europeos, aunque hace pocos meses renovó con el BVB.

Yohan Cabaye: Centrocampista organizador de 26 años que milita en el Newcastle. Se encuentra en plena madurez deportiva y llega a la cita continental en el mejor momento de su carrera. El Newcastle se ha clasi-ficado para Europa luchando hasta el último par-tido por entrar en Champions League gracias, en gran parte, a él, encargado de engrasar el juego de los ‘urracas’, club al que llegó tras consagrarse sorprendente campeón de la Ligue 1 francesa con el Lille. Destaca su visión de juego y su precisión en los pases y desplazamientos en largo. Laurent Blanc, seleccionador francés, le dio la manija en los partidos clasificatorios clave ante Albania y Bosnia, respondiendo a las mil maravillas.

Olivier Giroud: Delantero centro de 25 años, compañero de Caba-ye en Francia. Es un delantero tanque (191 cm de estatura y 88 kilos) que ha llevado a su modesto equipo, Montpellier, a conquistar la Ligue 1 france-sa, de la que además ha sido máximo goleador con 21 goles. Se trata de un hombre referencia, zurdo, muy potente debido a su envergadura y muy hábil en el manejo del balón. Es un definidor nato, tanto

de cabeza como de disparos desde fuera del área, pero además hace jugar a sus compañeros: ha re-partido 12 asistencias. Es internacional desde el 3 de noviembre de 2011 y, junto a Benzema, pueden formar una dupla mortífera.

Estos son los jóvenes que pueden tener un papel más destacado en esta competición continental, debido a su calidad, estado de forma y posibilida-des de continuidad en el torneo, pero no hay que olvidar a muchos otros tempranos talentos que tienen ante sí una oportunidad de darse a conocer ante el mundo. Es el caso, por ejemplo, del porte-ro holandés Tim Krul (24 años), que ha hecho una temporada espectacular en el Newcastle y que le luchará la titularidad a Stekelenburg, guardameta de la Roma que ha tenido un año acorde a su equi-po: muy discreto. Compañero de club de Krul es Hatem Ben Arfa, habilidoso extremo que a sus 25 años le ha llegado la hora de asumir galones con Francia. Menos recorrido acumula Julian Draxler (18 años), la gran sorpresa de la lista de Alemania. El centrocampista del Shalcke 04 tendrá difícil la disputa de minutos, pero se le auguran muchas más Eurocopas más adelante. También es sorpren-dente la presencia en el combinado italiano de An-gelo Ogbonna (23 años), ya que milita en el Torino, de la Serie B. Se trata de un central poderoso pero

es bastante probable que el técnico italiano, Cesa-re Prandelli, opte por experiencia en la zaga para mejorar su actuación en la Eurocopa de 2008. Una Eurocopa en la que sorprendió Rusia llegando a semifinales. Tendrá difícil repetir gesta pero para ello cuentan con una nueva perla: Alan Dzagoev (21 años),centrocampista del CSKA de Moscú, y pieza fundamental en la buena Champions League de su equipo, que fue eliminado por el Real Madrid en octavos de final. Por último, destacar a Sokratis Papastathopoulos, central griego de 23 años que apuntaba muy alto cuando fue fichado por el Mi-lan en 2010, pero que se estancó y éste curso ha estado jugando en el Werder Bremen cedido por el Génova. Tiene cualidades y ante sí la oportunidad de dar un nuevo y definitivo empujón a su carrera.

Serán tres semanas de puro fútbol y puro espec-táculo. Conocer a las jóvenes promesas es un ali-ciente más para disfrutar de la cita europea de se-lecciones.



ay quien define penalti como la faena que le hizo el hijo del vecino a la Jenny. O quien difunde por Twitter

que va con el Chelsea porque tiene nombre de niña [sic]. Pero en la relación con el fútbol hay otros ni-veles de ignorancia, sapiencia, afición, amor, pasión incondicional, odio radical o resignación. Creer o no creer, esa es la cuestión. Y la casualidad genética ha querido que las herejes seamos, por lo general, no-sotras, las mujeres. Así que, cuando San Roja se va de romería a la Eurocopa (ni sé ni me importa cada cuanto se celebra), convivir con un fundamentalista del asunto lleva a barajar tres opciones: convertirse, divorciarse o vengarse. Yo, por mi parte, he decidido relatar qué sucede desde el comienzo del torneo de marras hasta que la sufridora toma una u otra decisión.

Claro está que llegar a una de las tres decisio-nes dependerá de cómo transcurra la Eurocopa y, en gran medida, del tamaño de aquello que ellos guardan ahí abajo. Por ejemplo, la primera opción, la conversión femenina se producirá cuando la Roja se dedique a ganar y ganar partidos hasta semifina-les y ya, por simple curiosidad, sea imposible ceder al ‘planazo’ de cañas y partido con los amigotes del adjunto.

Claro que, también hay mujeres que viven la Eu-rocopa con más pasión que mi propia pareja o que la suya propia. Mi amiga Iratxe Unzueta, bilbaína ella, ya tunea a sus dos criaturas con trajes de la selección para ir a la escuela. “En mi casa a la que le gusta es a mí, mi marido se resigna”, cuenta. O valga la autodefinición de Cristal Bautista en Twitter como la “mujer que duro 2 semanas afónica tras el triunfo de la Roja en 2008”. Y las excepciones se convierten en generalidades cuando en Facebook me topo con varios grupos de mujeres que, orgullo-sas de su afición, se unen bajo el título “El fútbol no es patrimonio de los hombres, también nos gusta a las mujeres”.

Para llegar a la segunda decisión, el divorcio, reconozco que ellos dan bastantes motivos. Enfu-rezco al desayunarme este tweet de Juan A. Prada: “Buenos días a todos menos a las mujeres que opinan de futbol”. Y me quedo atónita al escuchar en mi propio salón la frase: “Habrá que tener en cuenta las fechas de los partidos”, me suelta mi con-

sorte. “¿Qué quieres decir?”, pregunté. “Pues que quedaré para verlos…”, respondió. El tema quedó en eso. No problem, él sale y yo me quedo con los niños y al día siguiente yo me levanto, les doy el desayuno y les visto, y por la tarde me los llevo al parque para que él duerma la resaca tranquilo. No problem. Una o dos, vale. Pero cuando la simpática selección sigue ganando o, para más inri, cuando ya ha sido desclasificada y ahora resulta que él se sacrifica por su “amigo francés, que quiere que le acompañe para ver a la suya” o “que Alemania está jugando tan bien…”, el rendimiento como marido y padre empieza a descender hasta ‘no apto’. Lle-gados a este punto, si la paciencia de la hembra es mucha, la unión seguirá indemne tras la Euroco-pa, aunque advierto de que las mujeres tenemos la venganza en la punta de la lengua y de algún comentario no os libráis. Y en el caso de que ella se revele y no reciba sino un portazo por respuesta, sé de algún abogado que ya tiene trabajo.

La opción más ruidosa es la venganza. En las redes se está retransmitiendo en directo una dura lucha de sexos al hilo de la Eurocopa. Prevé un tal @machotesur que se espera una “avalan-cha de cuernos en verano durante la Eurocopa de fútbol, al parecer dicen los sexólogos que las mujeres se sienten solas y buscan afecto”. Debe ser que marido futbolero, en la cama poco trotero… Entonces, ¿con qué hombres podrán irse dichas mujeres? Quizá y sin ánimo de romper parejas, con el esposo de Iratxe o con mi otro amigo oscense Carlos Araiz que define el fútbol como “un método alucinante de aborregamiento de la masa”.

Buceando sobre el asunto, se entera una de cosas interesantes que pueden determinar también una u otra decisión. Resulta que hay tweets que dicen cosas como que “una mujer que juegue futbol y escuche música de negro es PERFECTA”, o que “a la mujer perfecta le encanta el fútbol, le caen bien tus amigos, no es celosa, no hace dramas por nada, y no existe”. Claro que, ante tales comentarios machistas, en Facebook ya existe un centenar de grupos titulados “Soy mujer y amo el fútbol”, por ejemplo. Aunque luego encuentres blogs dedica-dos a las cosas imposibles que hablan, cómo no, de este matrimonio imposible mujer-fútbol. Siempre quedará un desahogo respondiendo a través de #odioelfutbol o consolándonos con un pensamien-to 100% femenino: “¿Qué en esa pareja les gusta el fútbol a los dos? Algún otro defecto tendrán”. Amén.

HUNA CUESTION DE PELOTAS


´TEXTO MIREN IZQUIETA

Eurocopa de 1964. El triunfo del cambioPOR JAVIER BRIZUELA

L A H U e L L A D e L T I e m P o

decisivo no era una opción. El Régimen necesitaba reforzar su imagen en medio de la conmemoración del 25 aniversario de la conclusión de la Guerra Ci-vil. La paradoja fue que la U.R.S.S. volvió a cruzarse en la trayectoria de “La Furia Roja” hacia la gloria. Esta vez el balón iba a tener la palabra. Su veredicto, vinculante, no dependería de injerencias externas. Sería el resultado de los aciertos y errores de 22 jugadores en un choque trufado de connotaciones políticas. Un partido entre representantes de mo-delos ideológicos, culturales y sociales antagónicos, escoltado en la previa por proclamas propagandís-ticas insistentes.

Había dudas al respecto, pero el protocolo se res-petó. Las banderas ondearon y los himnos retum-baron. Franco, desde el palco, imploraba una vic-toria que le ahorrase el trance de entregar la copa de campeón al adversario. España, que disputó el encuentro con camiseta azul, contaba con un por-tero legendario (Iribar), una defensa sólida lidera-da por el racial Zoco y unas posibilidades ofensivas brutales. Luis Suárez (primer y único Balón de Oro patrio, en 1960) y Amancio componían la sinfonía que Marcelino, Lapetra o Pereda interpretaban en clave de gol.

La U.R.S.S. tampoco se había plantado en la fi-nal por casualidad. Bajo la capitanía del mítico Lev Yashin, futbolistas como Voronin, Ivanov o el peligrosísimo Khusainov aspiraban a lograr el se-gundo campeonato europeo consecutivo del país. El combinado soviético, sin embargo, no era ajeno al potencial hispano. Su seleccionador, Konstan-tin Beskov, alineó un once más conservador de lo habitual. Sacrificó talento en el centro del campo para resguardar su zaga. El intento no obtuvo los resultados esperados. En el minuto seis, una acción de Luis Suárez por la banda derecha acabó con un centro al área que Chus Pereda, tras una indecisión defensiva, convirtió en el primer tanto con un duro disparo. El Bernabéu, abarrotado, rugió desafiante para celebrar el gol del burgalés. El inicio, inmejo-rable, planteaba un escenario muy favorable, pero el actual campeón se levantó de la lona con cele-ridad. Dos minutos después, Iribar no pudo atajar un remate de Khusainov y la U.R.S.S. restableció el empate.

El encuentro comenzaba de nuevo. En esa tesi-tura, España demostró hechuras de equipo grande y controló el juego. Rondaba la portería defendida por “La araña negra”, pero no finalizaba con acier-to. En el lado contrario, destacó el duelo mantenido por Khusainov y Feliciano Rivilla. El futbolista del Spartak de Moscú había marcado el gol del empate, pero los 90 minutos no le concedieron más alegrías. El lateral derecho del Atlético de Madrid, muy con-centrado, levantó un valladar ante el que Khusainov se estrelló repetidas veces. Su desacierto no encon-tró soluciones en la zona de creación, lastrada por la ausencia (decisión técnica) de Gusarov.

Los pupilos de Villalonga mandaban, pero no concretaban. Una dinámica peligrosa que halló su término cuando la final se encaminaba a la prórro-ga. Chus Pereda (aunque las imágenes del NO-DO concedieron la asistencia a Amancio) colgó el cuero y Marcelino cabeceó en posición acrobática. Yashin solo pudo mirar el balón. Era el minuto 84. Aquel gol supuso el salvoconducto para el ansiado título. Un remate histórico firmado por un integrante de “Los cinco magníficos”, la mítica delantera del Real Zaragoza en los 60. El pasaporte hacia la eternidad de un grupo de jugadores a los que no encontrába-mos sucesores hasta la pasada Eurocopa.

El triunfo de España en 1964 supuso un espalda-razo para el régimen franquista. Una inyección de orgullo para los que se encogían al escuchar la pa-labra U.R.S.S. o dudaban de que la nación estuviese capacitada para afrontar nuevos retos. La maltre-cha economía de la Posguerra empezaba a crecer y el país era campeón de Europa de fútbol. Ya se po-día mirar al futuro con cierto optimismo.

Han pasado casi cincuenta años desde aquella fi-nal. España vive en democracia, su selección ahora es conocida como “La Roja” y el Santiago Bernabéu es un estadio moderno que ha reducido su capa-cidad a cambio de una mayor comodidad para los espectadores. Con todo, el devenir temporal siem-pre deja intacta la huella de los héroes. Incluso de los que ya nos han dejado, como el seleccionador José Villalonga, Chus Pereda y Carlos Lapetra. Su recuerdo permanece en forma de legado perenne, porque levantaron la autoestima de un país cuando faltaban motivos para ello

La década de los 60 amaneció en España con trazos de renovación. El régimen franquista daba coletazos aperturistas en busca de un reconocimiento internacio-

nal que había quedado sepultado entre medidas re-presoras y autarquías. La liberalización económica y el potencial turístico dibujaban un país diferente, en el que una de las pocas cosas que no había cam-biado era la pasión de sus habitantes por el fútbol.

El deporte rey se convirtió en uno de los princi-pales motivos de orgullo del Estado, y de la Dicta-dura, al hilo de las demostraciones de poderío del Real Madrid en la Copa de Europa (triunfó en las cinco primeras ediciones). El dominio abrumador a nivel de clubes no encontraba correspondencia en los torneos de selecciones. El logro más destacado, aparte de la plata en los Juegos Olímpicos de Am-beres, era un cuarto puesto en el Mundial de Brasil de 1950. Poca cosa para los anhelos de grandeza del Régimen. En este contexto, el hambre de los geri-faltes franquistas se activó con la concesión de la organización de la fase final de la Copa de Europa de Naciones (luego llamada Eurocopa) de 1964.

El evento era de reciente creación. En la primera edición (1960), resuelta en territorio francés, se im-puso la U.R.S.S. con la “ayuda” de España. Franco prohibió el viaje del equipo nacional a tierras soviéticas para disputar el cruce de cuar-tos de final. La enemistad que regía las relaciones con el gigante comunista ejerció de freno a las aspiraciones de un magnífico grupo de juga-dores. La U.R.S.S. era un ene-migo político con el que no convenía cruzarse, ni en los despachos ni sobre el cés-ped. La situación, asumida con resignación en nues-tro país, irritó a los sovié-ticos. El enfado quedó mitigado cuando un gol

de Ponedelnik les dio el título en la final ante Yu-goslavia, pero la herida deportiva supuraba en los dos frentes. Así, la Copa de Europa de Naciones de 1964, en la que participaron 29 selecciones, venía sobrada de alicientes futbolísticos y políticos.

El país anfitrión no podía permitirse un nuevo desliz diplomático. Tenía que estar dispuesto a en-frentarse a cualquier rival, incluso al enemigo del Este. Los hombres de José Villalonga superaron a Rumanía en la fase previa. En octavos ganaron a Ir-landa del Norte y para los cuartos reservaron una paliza, con la otra Irlanda como víctima. El globo de la confianza hispana estaba hinchado. Esa vez, al contrario de lo que pasaría con frecuencia a partir de entonces, no reventó, sino que aumentó de ta-maño con la victoria contra Hungría en semifinales y en la prórroga (2-1 con gol decisivo de Amancio). España estaba preparada para ganar la final del Santiago Bernabéu, el 21 de junio de 1964.

La derrota en el choque

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Fortuna AguinagaMadre de Javi Martínez

“Quiero que haga historia ganando la Eurocopa”

Fortuna Aguinaga envuelve una txistorra en el papel blanco de la carnicería que tiene junto a su hermano en su Estella natal. Manoli recibe su bolsa con todo lo necesario para que una familia pase la semana. Sale del mostrador, se despoja del delantal manchado de sangre que da cuenta de la frescura de los alimentos que despacha y no tiene reparo en enfundarse la camiseta de la se-lección. “Como se entere mi hijo de lo que estoy haciendo…” Pero lo hace por él, para motivarle, para homenajearle, como cuando le seguía en todos sus partidos cuando “Javitxu” era un crío, de a penas 12 años, que jugaba en Tajonar con temperaturas bajo cero y nevadas más habituales que lo que desearía incluso una madre congelada tras la valla.

Despierta la expectación de sus amigas de la peluquería de enfrente, algunos vecinos sacan sus móviles y realizan una sesión fotográfica paralela. Fortu se gusta, posa, no deja de son-reír, reír, hablar. Nerviosa, sintiéndose modelo por un día. Hoy es ella la protagonista. Razón de peso, es la madre de Javi Martínez.

“Me acuerdo cuando era un canijo, tenía siete años y el resto de los pequeños 12. El entrenador le dijo que no se moviera y que cuando le llegara el balón se fuera directo a la portería contraria. Le llegó, echó a correr y marcó un golazo. Es mi primer recuerdo futbolístico”. Fortu no puede quitar la sonrisa de su rostro. Es una mujer ri-sueña y muy orgullosa de haber alumbrado a todo un campeón del mundo.

El nombre de Javi Martínez ahora se asocia a cláusulas que superan los 40 millones de euros, contratos que rondan los 10 kilos, equipos como Real Madrid, Barcelona o Manchester City. “No asimilo el dinero, para mi esas cifras no existen, no llego a creerlo. Lo oyes, pero no lo asimilas”. Mientras tanto Fortu cobra 8´90 € a Antonio. Una docena de huevos, costillas de cerdo y unos gramos de jamón cocido.

Con tan solo 17 años el Athletic lo fichó de la cantera de Osasuna por 6 millones de euros, sin

que hubiera debutado si quiera en Primera Di-visión. “Lo vivimos con mucha incertidumbre, era muy joven para la máxima categoría. Estuve llorándole a Patxi Izco (presidente de Osasuna) para que hiciera un esfuerzo y no lo vendiera, pero no lo conseguí. Creía que no iba a jugar nada, pero desde que llegó jugó todos los minu-tos. No te lo llegas a creer”. La nostalgia de una mujer que sabe que, hasta ahora, han escogido los caminos acertados del destino.

Desde entonces son del Athletic y disfrutan “a tope”. “Lo vivimos con más intensidad que él, aunque de distinta forma”. Han seguido a su hijo por los campos de España para poder verle, ahora lo hacen también por Europa. “Fue pre-cioso verlo en Bucarest, aunque es una pena que nos volviéramos de vacío”.

Si le preguntamos sobre la primera final de Copa del Rey que jugó su hijo, en Valencia, fren-te al Barcelona, emocionamos a la buena de For-tu. “No he vuelto a vivir nada como aquello, me caló muchísimo. Desde el hotel hasta el campo de fútbol una riada de gente gritándoles y ani-mándoles. Me puse a llorar como una tonta. ¡Mi hijo iba en ese autobús y todo el mundo esta-ba con él! Como aquel día no ha habido otro”. Como aquel día, Fortu saca un pañuelo de su bolsillo y seca la lágrima de emoción y recuerdo que vuelve a deslizar como aquella tarde.

Tuvo la suerte de ver a su hijo campeón del mundo en Sudáfrica. “Estábamos todos como locos, saltando, brincando. Estábamos justo en la grada donde Iniesta marcó. Empezamos a saltar, abrazarnos, gritar, correr, saltar de un asiento a otro… ¡Fue la leche!”. Fortu, lleva ho-ras sin dejar de sonreír, incluso cuando se emo-ciona no puede parar. Ella es así.

“Ni me acuerdo de lo primero que me dijo Javi después de ganar, fue una apoteosis. Casi ni le vi-mos, todo fue muy deprisa. Cuando llegó a Este-lla le homenajeó el pueblo, se fue con los amigos, con la gente… ¡Yo fui la última en verlo!”. Pero es la primera en disfrutarlo.

El pequeño Javi es ahora un hombre con un mundial bajo el brazo. “Es un orgullo, no se pue-de exteriorizar, es algo para sentirlo, no se puede explicar”. Como todas las madres, sigue acon-sejándole a su hijo y ayudándole en todo lo que puede: “Le digo que siga siendo él, que se man-tenga siendo él, que en ningún momento deje de ser Javi Martínez de Allegui”.

Es un chico de 23 años sencillo, y así actúa. “Este año casi no ha podido venir. El otro día tuvo fiesta, vino a firmar unos papeles de su campus y se fue a una finca con todos los críos de Estella y sus amigos a darle patadas al balón”. Seguro que él disfrutó regateando a los más menudos de su pueblo, seguro que hizo felices a todos los críos que pudieron robarle un balón al campeón.

Lo habitual es que los futbolistas que triun-fan tan jóvenes se compren el último modelo de coche, varaneen en El Caribe, vistan de marca y se compren una casa grande. “Alguna vez he-mos hablado del tema, hay chavales a los que se les sube el pavo. Pero él me dice, `mamá, no te preocupes, somos personas normales que tene-mos la suerte de ser futbolistas, pero somos nor-males´.” Desde luego que lo es, no extraña que ya sea un fijo en los planes de Vicente del Bosque, aunque sea por lo que aporta al grupo más allá del terreno de juego.

Tendrá los pies en el suelo porque confía en Bahía, su empresa de representación, pero este verano su nombre va a estar ligado a los grandes clubes de Europa. “Nos divierte leer, ver y escu-char cosas sobre Javi. Somos conscientes de que la prensa tiene que hablar de algunos chavales, lo tenemos asumido. Aunque es verdad que es un or-gullo que se interesen por él”. No para de sonreír.

Sobre el futuro de su hijo, Fortu se moja. Pri-mero con la selección: “me haría mucha ilusión

“No asimilo el dinero, para mí esas cifras no existen, no llego a creerlo. Lo oyes, pero no lo asimilas”



plagada de internacionales. En Allegui, un día cualquiera, para pasarlo bien, por pasar un día con los amigos, para ellos, partido y barbacoa. Un plan normal de verano. “Este año quedaron en Navidad en Estella y se les fue de las manos. Acabó viendo el partido todo el mundo”. Alguno hasta habría pagado entrada.

“Es importantísimo que mantenga sus amis-tades de siempre, su vida de siempre. Le gusta estar con los amigos, no tiene mucho tiempo con tantas competiciones, pero está deseando venir a Allegui en cuanto puede. ¿Vacaciones? Vendrá al pueblo. Seguro”. Y así será.

Fortu no es una mujer de muchas palabras cuando pasa a éste lado del mostrador, pero se muestra dicharachera hablando de su hijo. Podría pasarse horas. Le quiere, le echa de menos, y se nota en cada una de sus sonrisas, en cada una de sus miradas. Los ojos se mantienen rojos de emo-ción. Sigue riendo. En este rato ha jugado con un balón, se ha dejado pintar con los colores de Es-paña, se ha colgado cual collar las botas de su hijo, se ha empachado de justo orgullo y no ha parado de reír. Da gusto. Noble, de corazón, posa y posa tantas veces como le pide el fotógrafo. Saluda y bromea con sus clientes habituales.

Se despoja de la camiseta de la selección, con la estrella sobre el corazón. Mientras se enfunda de nuevo la mandarra de carnicera confiesa: “Es un hijo más, le quiero igual que a los otros tres”. Sin-cera. Orgullosa. Cercana. Normal. En el mundo del fútbol, normalidad es a veces el mejor piropo. No podemos robarle más tiempo. A su hermano se le acumula el trabajo tras el mostrador y tiene que ayudarle. “Hoy tengo estos filetes de ternera riquísimos, llévatelos Luis”. No se le puede decir que no. “Mandadme las fotos y la revista”, nos pide mientras nos besa. No sabemos cómo hu-biera sido Fortu si en su tiempo hubiera jugado al fútbol, pero con que una centésima parte de su calidad humana fuera también futbolística no habría tenido ningún problema para haberlo con-seguido todo. Así es Fortu, no es de extrañar que así sea también Javi Martínez. Genio y figura. De tal palo…

que fuera a la Olimpiada. Es lo lógico, ha luchado para clasificarla, lo justo es que vaya”. Londres 2012 vendrá después de la Eurocopa. La ambi-ción viene de herencia: “también quiero que haga historia ganando la Eurocopa”.

Liga, Copa, Europa League, Eurocopa, Olim-piadas. Uno pierde la cuenta de la cantidad de partidos que arrastran sus piernas. “Él no se can-sa. Después de los partidos parece que está bal-dado, pero siempre me dice `no mamá, estoy muy bien´. Es verdad que a veces le veo más delgadito, y me preocupa, ya le digo que podría comer un poco más”.

Fortu es quien mejor conoce a Javi Martínez y confirma que está “muy a gusto” en Bilbao. Pri-mera vez que deja de sonreír. Se pone seria: “Me gustaría que jugase la Champions, es lo que le fal-ta. Y si no puede ser con el Athletic tendrá que dar el salto a un grande. Creo que debería jugar-la”. Fortu está convencida del potencial de su hijo pequeño, sueña con verlo en la máxima competi-ción por clubes haciendo también historia.

A su edad, si las lesiones le respetan, tenemos Javi Martínez al máximo nivel por lo menos diez años más. La sonrisa, cuasi perenne, regresa a su cara. “No me da vértigo, que los disfrute, y cuan-

do ya no disfrute que lo deje”. Palabra de madre.Fortu entiende de fútbol por culpa de su her-

mano. “Bielsa les mete mucha caña con los entre-namientos y los videos. Me gustaría que jugara un poco más arriba, en el mediocampo, donde de verdad disfruta y sabe jugar al fútbol. Ya tendrá tiempo de jugar de central, pero ahora que disfru-te, es joven todavía. Él no me dice nada, pero yo, que soy su madre, se lo noto”. Fortu nunca dice que su hijo ha jugado mal, “digo que ha jugado mediano, porque lo quiero” (ríe a carcajadas).

Es un alivio comprobar que aunque los focos le señale en los campos de medio mundo, acumule medallas en su cuarto y camisetas históricas, Javi sigue siendo un hijo al uso. “No me cuenta lo de las chicas. Como a todas las madres me gustaría que me contara, pero como todos los hijos no me cuenta nada. Sé que tiene alguna chavalita, pero no cuenta nada”.

Tan normal es que en verano organiza parti-dos en su pueblo con sus amigos. Los de Pam-plona (Raúl García, Monreal, Azpilicueta, Ruper, Sola…) y los de Bilbao (Muniain, Llorente, Amo-rebieta, Toquero…). Sí, lo que para su madre es una “peña de amigos”, para cualquier aficionado es una verdadera pachanga de Primera División,

Javier Martínez Aguinaga

Club: Athletic Club

Fecha de nacimiento: 02/09/1988

Lugar de nacimiento: Lizarra (Navarra)

Estatura y peso: 1,90 m/81 kg

Demarcación: Centrocampista

Historial: Osasuna B (2005-2006) Athletic Club (2006-actual)

“Desde el hotel hasta el campo de fútbol, una riada de gente gritándoles y animándoles. Me puse a llorar como una tonta. ¡Mi hijo iba en ese autobús y todo el mundo estaba con él! Como aquel día no ha habido otro”

“Él no se cansa. Después de los partidos parece que está baldado, pero siempre me dice `no mamá, estoy muy bien´”




Chema Díaz lleva 25 años sacando fotografías. Y eso que empezó casi de rebote, porque él lo que quería era dedicarse a la música, otra de sus grandes pasiones. Sin embargo, cuando

ya tenía todo preparado para entrar en el conservatorio le dijeron que no tenía plaza. “me vine abajo”, recuerda. Pero pronto se repuso, buscó otras vías y las encontró en el fútbol. “Había un compañero en mi equipo que es-taba estudiando un curso de fotografía básico, me invi-tó a asistir a una clase y quise probar”. Probó y se engan-chó. “es como un droga. entonces la fotografía era más

ÉL ESTUVO ALLÍ

CHEMA DÍAZ


compleja, me picó mucho. me encantaba el positivado, cómo se revelaba en negati-vo…”, cuenta a Quality Sport al tiempo que recuerda su primera cámara, una Hanimex.

Aunque nació en Brea de Tajo (madrid), su historia la empezó en Arganda y la continúo en madrid. Se curtió en el fútbol base, fotografiando a algunas de las perlas de aquel entonces. retrató a Alfonso Pé-rez muñoz, a su hermano Iván e incluso a raúl recuerda Díaz: “Alfonso fue el primero de los que consiguió llegar a primera pero luego saqué fotos a raúl, Guti, Torres, Casi-llas…” Y así se ganó la llamada del Diario AS en 1990. “Desde que empecé, las cosas me han ido viniendo. Que una foto mía pueda valer para contar una historia ya es motivo de satisfacción y que un diario como el AS te deje expresarte con tus fotos es increí-ble”, dice Chema, que fue escalando con los canteranos hasta llegar a fotografiar a los absolutos. “Llegar a hacer un partido de Primera es lo máximo”. Por eso no se olvida de su debut. “Fue en un Atlético-real Socie-dad y tuve la suerte de estar en el sitio justo en el momento oportuno”. Así, fotografió a Kiko celebrando un gol en la posición de ar-quero. “De repente se vino hacía mi, con los brazos hacía arriba y mirando a mi cámara”, relata Chema.

La suerte o “el estar en el sitio justo en el momento oportuno” que le permitieron sa-car aquella instantánea la extendió más tar-de a la Selección española. Chema empezó a viajar con el equipo nacional en la fase de clasificación para la eurocopa de 2008, la si-guió a Austria y Suiza, la retrató como cam-peona y continúo representando imágenes para la historia en el mundial de Sudáfrica. “en realidad no todo fue tan bonito. Hubo momentos malos. me tocó vivir la clasifi-cación para la eurocopa del 2008 cuando criticaban a Aragonés por no llevar a raúl”, cuenta Chema que habla de los futbolistas de españa como si hablase de un hijo: “Se



les coge cariño. Tantos partidos viéndoles, tantas fotos tiradas… no me puedo quedar con uno. A uno le tienes debilidad porque le conoces desde hace más tiempo a otro por… no sé”. “me encanta Xavi, porque me encanta escucharlo cómo habla y cómo habló después de perder contra Suiza en el primer partido del mundial… pero hablo de Torres y es Torres. o de Llorente y... Son todos maravillosos. Por eso han llegado los éxitos. Son más que un equipo. Son una Selección. Son como una gran familia”, ex-presa un emocionado Chema que también habla de los Seleccionadores con gran apre-cio: “Luis fue muy importante para formar un grupo y luego Vicente para continuarlo y reafirmarlo”.

el fotógrafo del AS ha sido talismán para La roja y espera que La Selección vuelva a triunfar en esta eurocopa. Aunque él ya no estará. “esta vez le toca a otro compañero”, nos cuenta y le manda un mensaje: “ojala pueda sentir las mismas emociones que yo. Llegué a llorar, pero de alegría. en Sudáfrica viví cosas que hacen que el corazón te pal-pite más rápido. normalmente cuando estás trabajando todo lo ves desde un lado muy frio pero con el mundial se sienten otras cosas”. no obstante, él seguirá animando a su país desde españa mientras sigue cum-pliendo con su trabajo: “Cada día es como un reto nuevo, mañana voy a ir a sacar fotos a benjamines y aunque la repercusión es diferente yo tengo las mismas ganas”. Y así lo demuestra cuando describe su profesión: “La fotografía me permite expresar lo que no podría decir con palabras. Busco que la foto exprese, que no haga falta que explique lo que hago”. no obstante, “en cada foto hay un mundo que solo conoce el autor”, con-fiesa Chema Díaz, un fotogrado escurridizo, inquieto y seimpre en busca de un “hueco donde pueda haber algo qué contar”.



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Hay una corriente muy extendida de gurús del fútbol, de variada edad y condición, que viene a desdeñar el pasado de la selección española que

representaba La Furia en contraste con el exitoso presente que nos está deparando La Roja. Deslizan estos gurús, haciendo suyo el virtuosismo del jue-go español como si ellos lo hubieran visualizado en sus mentes desde la cuna, que los combinados nacionales anteriores al que ganó la Eurocopa del 2008 eran abominables engendros balompédicos, obscenidades que atentaban contra su refinado paladar, equipos paleolíticos en los que primaban los instintos más básicos frente a la propuesta in-telectual y a la belleza cartesiana con la que nues-tra actual selección seduce al mundo entero.

Yo nunca he estado de acuerdo. A mí La Furia me emocionaba. La Furia me parecía, paradójica-mente, enternecedora. La Furia representaba un concepto angustioso, pero de una honestidad a quemarropa. Era la única baza que eran capaces de jugar una sucesión de selecciones acomplejadas e inseguras que veían como, llegados los momen-tos en los que había que cortar el bacalao en los grandes campeonatos, la suerte les abandonaba, la injusticia les devoraba, el destino les daba es-quinazo. Por supuesto, la respuesta “furiosa” era ineficaz y tal vez corta de miras, pero al menos era una respuesta rebelde y bienintencionada que muchos de los más avezados gurús del preciosis-mo futbolero actual firmaban como válida, aunque hoy en día echen pestes como si la cosa no fuera con ellos. Porque los gurús siempre fueron muy del ‘tiqui-taca’, incluso antes de que se inventara. Así de listos son de los gurús, que dónde decían “Albelda” ahora dicen “Iniesta” y se piden otro Tanqueray con tónica.

Lo cierto es que tampoco había mucho más dón-de agarrarse que no fuera apretar los dientes y arengar la apuesta testicular. “Vivaspaña y cagüen tó”. Aquéllas eran selecciones, desde la estética y blandengue que representaba la generación de la Quinta, pasando por la tosca y hercúlea de Cle-mente, hasta la fresca y hexagonal de Camacho, que, jugando mejor o peor, se estrellaban contra el muro de “los cuartos” (cuando no caían con mayor estrépito) y culpaban a cualquier circunstancia externa de su fatalidad. No sabían qué más hacer

ni cómo explicarse cada desastre. Eran buenas selecciones que fracasaban, una detrás de otra, y que miraban con recelo a Italia preguntándose por qué los equipos del país vecino, que objetivamente no eran mejores que ellos en el manejo del balón, engordaban su palmarés a Mundial limpio. Había algo en el rostro sonriente de Cannavaro que a los españoles nos tocaba los cojones.

Pero a mí La Furia me encandilaba, precisamen-te, por intentar rebelarse contra los demonios que la atenazaban. No lo conseguía, pero insistía una y otra vez, con todo un país detrás que le apoyaba y que se iba a comprar latas de cerveza y bufan-das rojigüaldas para presenciar un posible mila-gro frente al televisor. Y es que los chicos de La Furia se asemejaban al chaval que estudia como un jabato y al final, en los exámenes, se bloquea y le suspenden siete. Y aunque luego se queje de los malvados profesores que le tienen manía, en el fondo sabe que algo falla en su método. Aquellas selecciones “furiosas” lo intentaban de todas las maneras posibles, Mundial tras Mundial, Euro-copa tras Eurocopa, pese a que después llegaba el partido clave y la presión les asfixiaba.

Los tortazos eran soberanos. Revisadas con el paso del tiempo esas tristes eliminatorias, uno se da cuenta de que, en la mayoría de ellas, nues-tros equipos se consumían por la agonía, se em-pequeñecían minuto a minuto, luchaban casi más contra sí mismos que contra los rivales. Aquellas selecciones “furiosas” parecían estar a la espera de que algo malo pasara… hasta que pasaba. Aque-llas selecciones terminaban furiosas contra todo y contra todos, pero sobre todo terminaban furiosas contra sí mismas y contra el papel que les había tocado desempeñar.

Entonces los españoles nos cenábamos la derro-ta y jurábamos en togolés. Unos, los más decen-tes, se acostaban de mal cuerpo y paseaban caras largas al día siguiente en el trabajo. Otros, los más jóvenes, apurábamos las birras que quedaban en la nevera, las reservadas para las semifinales, y nos lanzábamos a los bares a olvidar el fiasco. En el año 2000, cuando Raúl mandó el balón a las nubes ante Francia, más le valía a un estudiante parisino acreditar que andaba de Erasmus para que su mera presencia no resultara una provocación. En 2002 ya directamente veíamos el rostro de Al-Ghandour

hasta en las marquesinas, aunque fuera montado sobre el cuerpo de Claudia Schiffer. Dos cañas más y queríamos invadir Egipto.

Gracias al Cielo, España pudo cambiar su sino, como todos sabemos, no sin pasar por varios esta-dios “furiosos” tras la eliminación en los octavos del Mundial de 2006. Aquella terrible crisis de identidad que se desató tras perder de nuevo con los franceses, con un Luis Aragonés sumido en una permanente contradicción durante la fase de clasi-ficación para la Eurocopa de 2008 (que nos llevó a la repesca), finalizó cuando el ‘Sabio de Hortaleza’ tomó la mejor decisión de su dilatada carrera: salir de sí mismo, abandonar los miedos que achicaban sus esquemas deportivos y volver a confiar en el talento de unos jóvenes, llamados a componer una generación inolvidable, en los que momentánea-mente dejó de creer tras esa última eliminación mundialista.

Supo ver Aragonés el talento superlativo de unos jugadores únicos. Supo ver Aragonés que de él dependía que lo desarrollasen. Supo ver Arago-nés que sus hombres tenían defectos y virtudes, pero que si sabía explotar éstas últimas creando un estilo que se acomodase a sus características, iba a cuajar una selección maravillosa. Entonces abandonó su desconfianza, venció a su relativismo futbolístico y trascendió la imagen quejosa de la selección, y hasta su propia figura como entrena-dor, para dejar que sus futbolistas crecieran y con-quistasen el mundo. Los gurús, que por entonces anunciaban el Apocalipsis, no creyeron en él, pero sí lo hicieron sus jugadores, que respondieron al míster con el mayor de los compromisos. El resto ya es la bendita historia que todos hemos vivido.

Hoy los españoles estamos furiosos. Muy furio-sos. Y eso no es malo. Al menos, como en los viejos tiempos de nuestras selecciones, indica que no nos

conformamos con lo que hay. Que nos rebelamos contra nuestra pobre y nefasta situación. Que es-tamos hastiados de estos ‘místeres’ que nos go-biernan y que no nos dejan desarrollarnos porque dilapidan nuestro dinero, nos someten a terribles burocracias que sólo a ellos benefician, arremeten contra los talentosos y los trabajadores, mienten como respiran, mercadean con nuestros derechos y necesidades y proyectan una sociedad cínica y relativista, descreída y sentimentaloide, frívola y materialista. Un modelo de sociedad que nos ha llevado al caos más absoluto en todos los sentidos.

La Furia es el grito desesperado de unos ciuda-danos que todavía intentamos buscarnos a noso-tros mismos y que anhelamos líderes que salgan de su ‘corralito’ y nos marquen un ‘estilo’ acorde a nuestras virtudes y no a nuestras limitaciones. Es el grito de quiénes deseamos que nos dejen madurar y crecer en paz. Es el grito de quiénes rechazamos culpar a cualquier factor externo y pretendemos asumir nuestras responsabilidades. Es el grito, cada vez más rabioso y furibundo, de quiénes pensamos que entre nosotros hay muchos xavis, iniestas, alonsos, cazorlas y casillas que me-recen gozar de la confianza necesaria para ayu-darnos a salir del pozo, esbozar un juego alegre, encandilarnos a los demás para que escudemos su propuesta y podamos así conquistar el mundo en-tre todos.

Llega la Eurocopa 2012 y nuestra selección se nos presenta como el mejor elemento de cohesión del país, como el rayo de esperanza en mitad del desastre, como el proyecto en el que queremos convertirnos cuando salgamos de este infierno. Esperemos que nos dejen hacerlo los ‘místeres’ del Congreso. Y esperemos, también, que los gu-rús que tanto disfrutan anunciando el Apocalipsis vuelvan a equivocarse como tienen por costumbre.

“Los chicos de La Furia se asemjaban al chaval que estudia como un jabato y al final, en lo

exámenes, se bloquea y le suspenden siete”



El sistema al servicio del talentoP O R J O A Q U Í N M A R O T O

* Joaquín Maroto es redactor del diario As, especializado en la selección española, y ha escrito ‘El Método Del Bosque’.

Vicente del Bosque cumple cuatro años al frente de la Selección española el próximo 18 de julio. recogió de Luis Aragonés un equipo campeón de europa al que hizo campeón del mundo dos años después. en

el período entre 2008 y 2010 fue cuando inició la su primera renovación de La roja. Del equipo que levantó el trofeo continental en Viena al que lo hizo en Johannesburgo cambió el cincuenta por ciento.

Se incorporaron futbolistas como Piqué, Busquets, Javi martínez, mata, Pedro y Víctor Valdés y al que ahora, en puertas de la eurocopa de Ucrania y Polonia, se van a unir negredo, Jordi Alba y Juanfran. Precisamente la presencia de estos dos últimos es un reflejo del marcado carácter ofensivo que Del Bosque quiere imprimir a la roja. Ha escogido como laterales a dos extremos reconvertidos, ya que tanto el todavía valencianista como el atlético jugaron en punta hasta no hace tanto tiempo, incluso en su etapa profesional.

Pero al margen de las valoraciones técnicas que se le puedan hacer al trabajo de Del Bosque, que es más partidario de acoplar los sistemas tácticos al estilo de los jugadores que de hacer lo contrario, al actual seleccionador de españa hay que valorarle por haber conseguido un buen equilibrio en un equipo lleno de estrellas. Tanto es asi que en casi todos los casos, los jugadores que vienen a jugar con españa no conocen lo que es el banquillo precisamente hasta que llegan a la Selección. Los casos de Albiol y Torres, sólo en la última temporada, son posiblemente las excepciones que confirman la regla.

Del Bosque es un hombre tranquilo, paciente y observador. Y eso es lo que trasmite a sus futbolistas. Los que piensan que con él funciona la autogestión del vestuario se equivocan. Funciona lo que dice el técnico, pero sucede que procura que no se note y que sean los jugadores los que salgan convencidos de que, al final, la opinión que merece más crédito es precisamente la suya. Dirección por convicción y no por autorización. este podría ser el resumen de su trabajo. Y de su éxito.

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