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PUNTO Y COMA

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PUNTO Y COMA

Poetas hondureños:

Valeria Cobos

Lucía Santos

Óscar Rivera

Santiago Cerna

Rommel Martínez

Sonia Leyva

Laura Yanes

Lucy Vázquez

¿Qué es poesía?

Se cuestionaba dentro de sí un soldado

Mientras colocaba una corona de espinas.

¿Qué es poesía?

Lloró una madre

Al ver su hijo clavado en la cruz.

¿Qué es poesía?

Gritó desesperado Jesús a Dios

Y riendo le contestó:

“¿Qué sé yo?”.

Sonia Leyva

La poesía es un graffiti donde méan los perros Donde se desmanchan o asesinan los corazones con el mercurio que fluye desde adentro. La poesía es un animal agazapado. Una fruta madura de la realidad. La poesía es un dialecto. La poesía llueve a cantaros. La poesía sangra. La poesía anochece. Es un performance invisible

Es el primer sostén de las muchachas y los sueños húmedos del muchacho. La poesía cruje. Prefigura a las caricias conspicuas del enamorado ardiendo de luz.

Rommel Martínez

La poesía es aire

Son letras que se confunden con el viento

Llegan hasta a ti

Te abrazan, te besan y te hacen el amor

La poesía duele, ama, sonroja, despeina,

Son sensaciones escurridas

Es sexo

Desgarra

Es poesía

Envuelve

Laura Yanes

La poesía son gotas perfumadas en el cuaderno Luz bailando en los caminos apagados

Registro histórico de las pasiones y recuento de las espinas La poesía es descorchar el alma y desanudar las penas

Hundir los pies en zapatos ajenos

Son vidrios del espejo del hombre y la mirada limpia de los niños La poesía es comer, beber, coger Son simples palabras que emanan de nuestras sienes Palabras que trepan hasta el regazo y esperan vestirnos

Lucy Vázquez

Escribir poesía sin fórmulas algebraicas,

Poesía cruda, desnuda, desmantelada

Para deshacer al que la lea,

Y formarlo por pedazos,

Escribir poesía con los pies

Con las pestañas

Con las nubes

Escribir poesía sin lavarse los dientes,

Ni las intenciones

Escribir poesía por el pueblo

Por el papa

Por las papas

Poesía que aleje a las personas de barro

Y acerque a las de algodón

Poesía sin tanta metáfora,

Para que los niños la traguen como bocados de puré,

Escribir poesía demente

Para la lluvia, para curar el sarampión

ESCRIBIR POESÍA ESPEJO!!!

POESÍA MARTILLO PARA QUE LO ROMPA

Poesía para que los perros ladren

Para que las libélulas

Sueñen que son helicópteros

Poesía para declarar guerra

Poesía para curar la sed

Valeria Cobos

Es la consagración del ser humano Tomando a la luz por el cuello Saborear su agonía y suplantar la verdad

Compleja y cruenta batalla

Crujir y explotar; Gloria al Metacarpo Transfigurador de los cielos y la tierra

Riqueza, que da valor al tiempo Donde se pagan los mundanos silencios Y comprender la metáfora infinita

Arrancado al hombre de los campos; el arado

Dando al zapatero, su par descompuesto Al enamorado una alegría o un olvido.

Extraer desde los mismos poros

El sudor frío, de un viajero Que alcanzara el borde del mar

Es el recorrido que nos da Virgilio:

Muerte, exilio y paz; oscuridad, sombra y luz ¿Cielo o infierno? Si hay poesía da igual

Óscar Rivera

Escribo para que la poesía me cambie

antes de que el mundo lo haga

y para cuando termine este poema

no sabré más quien soy

no sabré más quien fui. La poesía es una red de mariposas

que atrapa lo que nadie observa.

Yo escribo con las gotas de la lluvia

y cada charco es mi poesía, mi poesía no es verdad ni mentira

es ver el universo desde su inicio

y escribir versos que en supernovas estallarán

Lucía Santos

Tengo mil palabras en la cabeza,

Un torbellino de emociones.

Necesito tomar un lápiz y crear un paisaje de papel

De plumas o de piedras muy pesadas.

Busco imágenes como lo haría un mudo,

Como las de una flor que aplasta un zapato.

Quiero crear una piel que muestre lo que siento.

Santiago Cerna

PRIMERA RONDA

La mejor recompensa del pecado

¡Tan solemne, tan emblemática!

Siempre luces tus mejores galas

Mitra de siluetas amedrentadas

Báculo ceremonial del juicio

Armadura enlutada de multitudes espesas

Lanza goteante de sustancia roja infinita

Te arrastras por rutas polvorientas

Dejas cicatriz en calles empedradas

Olfateas las cenizas esparcidas y vas aguijoneando el veneno de la agonía Te reflejas en las pupilas infantiles Protagonizas el sueño del anciano

Bebes del seno de la madre

Siembras en la faena del campesino

Te bañas en la copa del monarca

Eres depredador furtivo de la fauna y

Hoguera de muchedumbres nidosas

Posas tus pies en la alfombra del Pontífice

Juegas a ser los dados del ludópata

Eres el susurro envenenado en oidos enamorados

Testigo de la osamenta del hambre

Pan y vino de la gula Política ¡Tu bandera flamea con orgullo tu triunfo!

Gozas, besas, abrazas, te ríes con los incrédulos,

Devotos, mártires, fanáticos del pecado, miserables, libertadores, impolutos, adeptos del dios de Baco, idealistas

dentellados de la lujuria, del poder y del dinero.

Eres sacramental, mausoleo, camposanto, necrópolis, sepulcro,

Eres muerte

La mejor recompensa del pecado.

-Lucy Vázquez

Seres de violencia

La violencia está en mí

está en los míos

está en los que me leen

y los que leo

está

la violencia desenfundada, la violencia en

concepto de seguridad y,

y el caos virtuoso del temor

la violencia está y rige no digo la violencia del ser violento

no digo la violencia de la ficción y los

monstruos,

y de las tierras lejanas los verbos y

las bombas nucleares

la violencia está y rige

como el errar y el desacato

como el agua corriendo por la quebrada

desligándose del río

(quebrada hermosa y

río hermoso)

la violencia exige y expone

definitivamente está

en el A- De- Ene de la palabra

del hueso, de la uña

del bello púbico

de la clavícula

del húmero

la violencia del sexo, así mismo la violencia de sus triángulos ardientes la violencia exige y expone

la violencia del poema del verso

del punto y coma

de la maquinaria histórica de la humanidad

pues la identidad encontrada es una violencia genuina

hablo

de la violencia del violar los laberintos del talento

del violar la garganta profunda de

la imposición

la violencia de violar y errar, y pasar por alto ciertos círculos concéntricos,

la violencia del cunnilingus a la vida misma…

Rommel Martínez

Jugador 1 (Posmoderno)

Encender el televisor.

Canal 1: “Ajuste de cu…”

Canal 2: “Juega la lot...”

Canal 3: “La rosa de gu...”

Canal 4: “Los refugi...”

Canal 5: “Supuesto ases...”

Pensamiento 1: “Solo basura” Pensamiento 2: “Mejor distraerse”

Cambiar entrada a hdmi.

Encender consola.

Grand Theft Auto.

Misión 1: Completa

Misión 2: Repetir

Misión 2: Completa

Misión 3: Completa

Pausa.

Mirar el reloj.

Hora de dormir. Pensamiento 4: “Fue un buen día”

Pensamiento 5: “Buenas noches”.

Lucía Santos

Tómame de la Mano

Déjame poner a piel el debate

La anacrónica postura

De mi pensamiento de antaño,

Donde relojes se guardaban

En el bolsillo, cuando el sueño y La ilusión no estaban devaluados

Quiero que nos guardemos entre dedos

Que no poseen simetría, donde

Varios pulsos, dejan a conocer que pronto

Se ruborizarán nuestras mejillas,

Deja que el tacto de mis ojos,

Y el lenguaje incomprensible de mis comisuras,

Formule entre cada paso que damos

Un nuevo hallazgo, esas huellas incoloras Que dejamos sin siquiera notarlo.

Mi enchape, es de plata antigua,

De esa que nunca se coloniza

Dejando ver su brillo

Cuando esbozas

Tu hermosa y pulida sonrisa.

Rene Rivera Nieto

Crepúsculo

Ella quería ser la noche

Pero era el crepúsculo

Abría sus ojos y pintaba las nubes de rosado

Suspiraba y ese aire

Era el viento fresco de las cinco de la tarde Ella no quería ser cortés

Pero le cedía el paso al sol para ocultarse

Y le abría la puerta a la luna

Ella no quería amar

Pero sonreía a veces

Casi por equivocación

Y esa sonrisa era amor

Entonces amaba

Ella no quería ser tantas cosas

Ella sólo quería ser la noche

Porque en esta pensaba ocultarse Pero no pudo, brillaba

Era imposible no verla

Se encerraba en su cuarto

Y en esa casa no necesitaban luz eléctrica

Ella resplandecía.

Se vestía de negro

Se rehusaba a los colores claros

Quería ser taciturna

Callada

Pero la veías

Y sabias que adentro

Había gritos Sonrisas

Rosado

Si, ella quería ser la noche

Pero en definitiva era el crepúsculo.

Laura Yanes

Mirada a mí alrededor vacío

En esta jungla ¿Los más fuertes sobreviven?

Somos luces de ciudad

En una atmósfera vestida de bilis

Los gatos comen ratas

Las ratas matan leones Todos se envenenan

Bajo un mismo cielo

Llantas y disparos Un aleluya de locura

Humanos que desafinan

¿En qué nota cantan los que se pierden?

Silencio alrededor

Guardias en vigilia

Ángeles jugando papa caliente Con vidrios rotos

Tragos amargos que confunden, Y el dolor de la ciudad

Se encierra en la risa

De un vagabundo

En una mirada se advierte

El temor de la humanidad

Las meninas posan sin gracia Y los pájaros vuelan para equilibrar el día

La mitad de la tierra está en luz

La otra, debajo de la cama

Las ardillas no duermen Los palestinos tampoco

Los vikingos siguen violando flores

Los indígenas luchando por una tierra que no se les va a regresar

Sigo

Seguimos Refugiándonos del amor con una sombrilla de yeso

Santiago Cerna

Poema 4

Comienzo a descubrir mi esencia

Como quien camina por una calle de madrugada

Noto que mi sombra ya no frunce el seño

Y las palmas de mis manos se quedan sin preguntas.

¿Qué sustancias esconde mi pecho?

¿Cuánta sangre se resbala por mis pestañas?

Además del vestido de flores Cuelga de mi oreja un reloj

Que mide las horas

Los suspiros En los que poco a poco

Me vuelvo un fantasma

Con senos de arroz.

Sonia Leyva

Poema a un pentagrama Las canciones de Vivaldi

Fueron en realidad

Compuestas por luciérnagas

Treparon sus sábanas Separaron sus labios

Y fue así

Que se creó la noche La noche tibia

La noche gruesa

La noche de migajas de pan Cuando un piano se toca bajo la lluvia

Las luciérnagas

Se despiertan y se desprenden de todo

Del suelo, del pentagrama, de la muerte y de la saliva Entonces con cuidado

Como espinas flotantes

Se vuelven camaleones Que se difuminan en la luna

Valeria Cobos

SEGUNDA RONDA

Pensamientos incompletos…

I

Tomando en cuenta el canto que existe en el viento

Dispuesto a tomar nota de lo que escriben tus labios

Sustituyo mis manos por unos lienzos

Y dejar plasmado en una caricia

La musa que habita cuando mis ojos descansan…

II Subyace en el tiempo,

Como fragancia en un frasco

Contemplado en un verso

Encerrado en un ritmo

Escrito en los ojos

Congelado en el tacto…

III

Pensar y descubrir, que te has divorciado del sueño

Pues en este instante, el mañana ha perdido su valor…

IV

Y en tus ojos descansan

El surco de nuestras almas…

Rene Rivera Nieto

Período Cámbrico

Erase una vez, la poesía en honduras; Platicábamos de Livio Ramírez y su voz de oleaje

Y espuma y atropello.

Alguien comparó un caracol con el universo Pero hubo quién creía que

Todo poema

Es virus de computadora En los corazones de las niñas y los niños.

Que de los talleres de poesía

Efervescía la panacea oxidada del mundo Y era hermoso porque despedazábamos poemas y visiones.

Entonces

Recordamos el presente

En términos de ejercicios literarios y RCP, Argumentando un futuro más llevadero

Menos utópico;

Más de ensueño.

Por eso

-me dijo alguien-

“si quieren un mejor país, Traigan a los poetas

Ellos construirán un canto hermoso

Que perdurará generación Tras generación,

Equilibrarán la casa

Y la harán prospera en 7 años, Pero la destruirán en 2;

Para seguir su canto

Que perdurará degeneración

Tras degeneración”.

Claro le dije Porque yo sabía que la fuerza del cosmos

Era un péndulo que

Algún día Encontraría una rodilla que golpear;

Una rodilla con raspones

De juegos y castigos,

Pero también de placeres y lecciones Claro le dije

Sabiendo que los aforismos del pueblo

Por el pueblo, para el pueblo

Son Los 140 caracteres de un Tuit,

Y que los poemas llevan virus de computadora en el estómago

Encapsulados dentro de argumentaciones sintéticas

-como la cocaína en capsulas de guantes de hule, Dentro de la mula humana-

Que van a parar al alimento

De las niñas y los niños.

Claro, le dije

Pero no me hizo caso A sus ojos

Yo era como alguien que bromeaba

Sólo que yo no bromeo con los virus de computadora

Porque los virus de computadora son El hacha que parte el cabello por la mitad,

Y algún día

Encontrarán un arma química como el orgullo Y la pesadilla

Para des orientar el esperma o envejecer el ovulo.

Claro le dije

Y seguí contándole sobre un sueño que tuve:

Erase una vez

La poesía en honduras;

Llena de poemas malditos De lecturas mal hechas y peor organizadas,

Una casa donde los poetas

Se multiplicaban como las células o los celulares,

O cualquiera de los dos;

Pero que había

-me llené la boca, diciéndole- Poesía hermosa

Como los filamentos de las estructuras atómicas,

Que uno podría encontrar la joya más preciosa Sin sumergirse en las aguas del océano Indico

O sin trabajar en una mina

Donde se corre el riesgo de quedar atrapado

Bajo los escombros de una sociedad autómata Con el centro comercial más grande de centro américa

Y una fijación por el deterioro más grande de la casa.

Erase una vez El poema

-le dije-

Y que no siempre uno tiene la culpa de estar muerto,

Por eso es que se escribe

Para no llenarse de polillas el corazón Y que estas, a su vez

Se coman los hilitos ésos

Que salen de él, hacia el espacio exterior.

Platicamos de Roberto Sosa

De Rigoberto Paredes

Cardona Bulnes De Oscar Acosta, de José Luis Quezada

De Molina;

Clementina Suárez Recordamos que Livio había escrito “sobre el amanecer”

Con el triste eco de un “país asesinadísimo”

Y le dije que era cierto Que ellos son los incendios que hicieron el camino

Los incendios que duermen en el aire,

Por eso Esta ciudad se llama: la ciudad de los poetas

Porque la casa huele a tierra y sangre

Sangre y lamentos

Palabras con sangre y lamentos desde la tierra Pero también ternura y esperanza;

Por eso

Esta ciudad es la ciudad de los poetas incendiarios, Que nacen

Crecen y se reproducen como la pólvora.

Pero de vez en cuando

En las épocas de las celebraciones o evocaciones Suenan

Muchos poetas

Como quién escucha con claridad por primera vez, Después e haber estado parcialmente sordo…

Coincidimos En que la poesía de las honduras nuestras de cada día

Es un sacrificio a un dios moribundo;

Que faltaba poco para verlo morir, y levantarse de su pesadilla Con otro cuerpo

Con otro orgullo

Y que un día sería ese eco, que dura desde nuestro nadir hasta el horizonte…

Lo vi sonreír

Agradecido de recordarle el sabor milimétrico

De una bala atrapada entre los dientes Ese sabor exacto

Justo a tiempo para comprender la vida.

Erase una vez Esta historia de la poesía en honduras

-me dijo-

Y fue hermoso

Despedazamos poemas como revelaciones, Y nos tiramos al césped

A contemplar la poesía

Creciendo A borbotones

Desde el zooplancton.

Rommel Martínez

Soy

Quiero cambiar el color del mar

Deshilachar las flores del verano

Esconderme en los túneles de la luna Quemarme en el aquelarre de las penas

Nadar en el cielo y ahogarme...

Que la noche no me siga robando hora con hora el rostro

Pues soy un fusil cargado con balas de cartón Una navaja sin filo

Un beso abrasador

Soy la llama cruel que baila en el follaje del recuerdo Soy letras con enjambres de fuego

Manchando las calles de cenizas quemando las plumas deshojadas

Secando la gotera que da de beber a la esperanza Soy algo incomodo, algo sin sentido, algo irrespirable, algo que quema, algo que destruye

Soy algo, por no ser nada

Lucy Vázquez Maldonado

Poema fraternal

A tí,

Hermano que conoces mis penas

Mis vergüenzas y desilusiones, Quiero encontrarte después de este sueño

Y jugar como cuando éramos niños

Si uno no se lleva nada de esta tierra,

Juro por mi vida que a ti te quiero llevar;

Espero que terminemos este viaje al mismo tiempo Pues no quiero llorarte ni que me llores

El día que te mueras,

Buscaré a Dios como un loco la cordura Con la triste esperanza de un deseo concebido

Buscando entre la neblina, tu hermosa existencia

Hermano, conviértete en árbol,

Quiero dormir feliz bajo tu sombra.

Santiago Cerna

Así, desnuda

No todos los cielos merecen el mismo azul

Es por eso que mi tristeza se ha arrastrado

A buscar el paraíso donde están los ya idos Y no los pétalos de donde cuelgan los muertos

Que se hirieron por el filo de sus propias voces

De sus propios amores, Me voy porque prefiero a quien se prefiere

Y se queda para ver cómo me prefiero

Desnuda

Sin esta sangre que hierve Y me empaña las venas.

Sonia Leyva

Vacaciones de Tegucigalpa

Tegucigalpa te has quedado sola

Tan sola como yo

La gente que está

Es como si no estuviera

Es como si renegaran por haberse quedado

Parecen extranjeros

Que pisan las orillas de tus calles Pero ignoran la estrechez

De tu interior

Tegucigalpa, hueles a melancolía

En los feriados

Tus parques y plazas

No son los mismos

Tegucigalpa no eres la misma,

Aunque Morazán no haya cambiado su posición

Aunque siempre haya niños Con una botella de resistol,

Y esté ese mismo violinista

Ejecutando silencios

Tegucigalpa,

Tus hijos te han abandonado

Te has quedado como mi madre

Sola, mendigando amor

Laura Yanes

Para la que tejiendo se le fue la vida…

Dibujaba rayuelas para nosotros en las nubes

Se sentaba en ellas y pintaba el cielo en un mural

Sus manos eran capaces de cortar el cielo

Cerraba sus ojos Cerraba sus ojos como quien tapa una herida

Y guardaba los restos en su bolso café

Con su postura de avestruz

Se sentaba a tejer todas las tardes

Tejía y tejía

Como si la lana fuese igual de infinita que los recuerdos

Ella tejió un cerco

Para que ningún adulto llegara a decirnos que ya era hora

Para que ningún adulto le dijera que el cielo tiene que pintarse de azul

Ella tejió una escalera

Y nos tejió a nosotros de la nube al sofá

Nona nos contó que tenía sus escrituras

Que Dios cambiaba nubes

Por platos de mandarinas

Que Dios era un Dios cítrico, y no un Dios rencoroso

Ah…

Los restos del cielo no se quedaban en su bolso

No, ella los depositaba dentro de un baúl Tomaba el candado

Lloraba un poco

Giraba la llave para tragarla con las uñas

Y así seguir coleccionando atardeceres

En medio de su alfiler

Valeria Cobos

Hospedaje

Aquí no hay más que pasillos repetidos

Con las paredes manchadas de gritos y lágrimas

Con techos densos que se cargan en los hombros

Sólo se puede caminar con la cabeza baja

Para no hundirse en las agitadas arenas movedizas.

Aquí no es más que oscuros pasajes concéntricos

Con muros que ya no tienen fin

Sólo queda el recuerdo de una puerta

Y yo sigo buscándola aunque ya no existe

Como la estrella que murió pero su luz todavía es visible.

Desde esa luz ella me vigila fatigada

Humosa como si fuera a desaparecer

Pero se queda para que no la olvide.

Lucía Santos