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SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2017 AÑO. 9 No. 34 SOCIALISTAPUBLICACIÓN PERIÓDICA DEL FNLS
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Candidaturas independientes, sistema de la crisis política del régimen..Pág 8
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PUBLICACIÓN PERIÓDICA DEL FNLS
Consigna socialista es una publicación periódica del Frente
Nacional de Lucha por el Socialismo.
Se edita con el esfuerzo y la solidaridad de los que conformamos el
FNLS y organizaciones hermanas.
Invitamos a que hagan llegar sus contribuciones.
Correo: [email protected]
Web: fnls.mayfirst.org
¡¡A IMPULSAR LA LUCHA POR EL SOCIALISMO!!
CONTENIDO:
EDITORIAL
Acontecer nacional e internacional desde nuestra perspectiva...........Pág. 5
Candidaturas independientes, sistema de la crisis política del régimen.............................................Pág.8
Centenario de la revolución de octubre y la necesidad de la lucha por el socialismo.....................................Pág. 11
La política del gobierno chiapaneco ante los fenómenos naturales y socio-políticos..........................................Pág. 14
La ley contra la desaparición forzada garantiza la impunidad................Pág. 17
La política del gobierno mexicano ante los fenómenos naturales........................................Pág. 20
La proletarización material e ideológica......................................Pág. 23
¿Resistencia psicosocial o conciencia de clase?.........................................Pág 27
Poesía: Proletario.........................Pág. 30
Ponencia: Migración, despojo y militarización en México..............Pág. 32
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al La carrera por la sucesión presidencial inicia en nuestro país con un matiz particular, la esposa del genocida Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, Margarita Zavala, pretende ser candidata a la presidencia de la República; tales intensiones ofenden a la memoria
del pueblo porque suponen el olvido de los saldos deleznables del sexenio panista que dejó una estela de más de 150 mil de detenidos desaparecidos y 100 mil ejecutados extrajudicialmente, producto de la supuesta guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Las candidaturas independientes sintetizan una de las manifestaciones concretas del descrédito creciente del pueblo ante las corrompidas instituciones burguesas y del rechazo a los partidos políticos tradicionales, sin embargo, no tienen nada de independientes, en tanto que representan una válvula de escape para oxigenar el régimen y dotar de relativa “civilidad” a los aspirantes de la presidencia de la República.
El régimen neoliberal se consume en una subrepticia crisis política que tiene distintas expresiones en la realidad mexicana, la cual, fue evidenciada con sutil vehemencia después de los fenómenos naturales del pasado 7 y 19 de septiembre. Resulta paradójica la trascendencia de toda la serie de sucesos que se pueden desencadenar a partir de este tipo de fenómenos, sin embargo, es la comprobación de lo podrido que se encuentra el régimen, situación que es descubierta con cualquier vaivén de la vida política del país.
El fraude, la mentira, la usura, el lucro y demás formas de relación burguesa quedaron evidenciadas en el trato de gobernantes y empresarios con las víctimas de estos fenómenos naturales. La corrupción es un fenómeno inherente al capitalismo, que se destila en cada momento de la vida política del país, no obstante, en momentos como éste no se puede ocultar, por más que se esfuercen los medios de comunicación y los políticos de oficio por maquillar esta verdad.
Es verdaderamente ilustrativa la manera en que un fenómeno natural puede poner al descubierto aspectos significativos de la vida política en el país, esto se debe a que el régimen se encuentra en un proceso de descomposición incesante, por lo que no existe ningún resquicio que se escape a esta política gubernamental.
Las cárceles clandestinas que se encontraron en las instalaciones de la Fiscalía General de la Policía de la Ciudad de México son una muestra palpable de la veracidad que se denunciaba desde hace mucho tiempo, la existencia de la política de Estado por el cual se cometen la desaparición forzada de forma sistemática y recurrente, empero, esta noticia no fue secundada desde los medios masivos de comunicación, lo que evidencia la complicidad desde la vocería oficial en el cometido de los crímenes de lesa humanidad.
Paralelamente se dio a conocer la información de que los equipos de rescatistas de Israel y España que ofrecieron coadyuvar en las labores de rescate en la capital mexicana, son parte de grupos de élite del ejército de esos países, quienes asistieron con el único objetivo de sustraer de los escombros a personas específicas, una en el edificio derrumbado en la delegación Álvaro Obregón y otra en la fábrica textil en la Ciudad de México.
No causa sorpresa noticias de tal naturaleza, porque es conocida la esencia
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contrainsurgente de las fuerzas armadas israelitas, quienes brindan asesoramiento en tácticas de Guerra de Baja Intensidad (GBI) a los cuerpos policíaco-militares mexicanos en coordinación con militares estadounidenses, por tanto, es la comprobación de lo que incluso algunos organismos de derechos humanos no se atreven a denunciar con todas sus letras, la existencia del terrorismo de Estado como política de gobierno en México.
¿A qué se debe el silencio de los medios de comunicación masiva en esta información que desnuda la esencia represiva del régimen? ¿Por qué la insistencia en montar un teatro con la supuesta labor de rescate de una niña de entre los escombros? ¿Qué significa el empecinamiento desde la televisión y radio con los llamados a la solidaridad del pueblo ante fenómenos de tal envergadura?
La respuesta es contundente, el Estado mexicano pretendió desviar la atención de todo lo que estos fenómenos naturales dejaron al descubierto, la corrupción inherente al régimen, la usura y especulación empresarial con las donaciones populares, pero lo único que logró fue retardar algunos días para que la verdad se conociera. Mediante la manipulación de los sentimientos humanos lucró con la desgracia del pueblo y con los falsos llamados a la solidaridad, intentó mediatizar la acción solidaria del pueblo con sus hermanos de clase.
Existen otras aristas de la realidad mexicana que paulatinamente toman cuerpo en la política nacional, la ley contra la desaparición forzada, la ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la creciente agudización de las contradicciones burguesas en el ámbito internacional; del curso que describan cada una de ellas y de un adecuado análisis, será el crisol para definir el curso metodológico por donde conducir el rumbo de las acciones políticas de masas.
Ciertamente son momentos complejos, pero esta misma complejidad exige mayor destreza de las organizaciones populares, determinar con mayor ahínco la necesidad de luchar por erradicar la explotación y la opresión capitalista, tarea que no puede ser coronada sin la conformación de la unidad de todo el pueblo trabajador.
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La polarización de las contradicciones en el mundo es cada vez más evidente, los países imperialistas arrecian sus amenazas contra las naciones denominadas por
ellos como “no alineados”, fundamentalmente contra aquellas que conducen sus esfuerzos por la consolidación de una economía socialista; de tal manera que nuevamente son el centro de atención de la política imperialista, países como Corea del Norte y recientemente Cuba.
No es casual esta andanada de argumentos amenazantes de imperialismo, particularmente del norteamericano, obedece ante todo a la crisis económica que se profundiza conforme ningún mecanismo paliativo surte efecto, de tal manera, que la salida fascista no se desdibuja del horizonte de las principales potencias imperialista, a pesar de que en una confrontación de tales magnitudes, la inexistencia de vencedor y vencido es más que inminente.
La comunidad europea tuvo su primer viraje como grupo imperialista con la salida de Inglaterra, situación a la que se le suma la complejidad en la que se encuentra imbuido el Estado español. Es la expresión de las contradicciones en el seno del imperialismo, producto de la crisis estructural capitalista, la cual, exige de manera insistente un nuevo reparto del mundo.
El imperialismo norteamericano profundizó su campaña de linchamiento, denostación y amenazas contra el pueblo Norcoreano, esta campaña tiene su fundamento en la urgencia de los países imperialistas por superar la crisis económica mundial, la contradicción de este fenómeno son evidentes, las condiciones de miseria y pauperización de amplias masas proletarias en el mundo son una realidad.
La voracidad del imperialismo norteamericano hacia Corea del Norte es tal, que con la finalidad de denostar la lucha del pueblo norcoreano
dirige sus dichos contra el presidente como una argucia para deslegitimar esta nación como pueblo soberano, coloca al presidente de este país como el “villano”, pero nada dice el gobierno norteamericano de su papel injerencista, de las invasiones militares en otros países del mundo, así como de su papel por derruir todo esfuerzo progresista y de todo proyecto socialista.
Lo mismo sucede con Venezuela, la intervención de Estados Unidos a través del apoyo económico y bélico a la oposición, son una muestra de la injerencia de este país imperialista, sin embargo, el pueblo venezolano aprendió a sortear esta política, ha defendido su soberanía como nación, así lo demostró en las elecciones pasadas donde el voto de mayoría lo obtuvo el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este fenómeno expresa claramente la ferocidad del imperialismo para destruir todo gobierno progresista que impulsa su economía independiente. Esta conquista del pueblo venezolano, la libra en medio de amenazas de intervención militar e infundios del gobierno norteamericano.
En lo que va de las tres rondas de negociación del Trato de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se desprende con mucha más elocuencia los amagues del imperialismo por imponer a raja tabla sus intereses económicos; los supuestos desacuerdos del canciller de México Luis Videgaray significan una coartada para dar la versión al pueblo de México que se defendió su voluntad, sin embargo está claro que al final de esta ronda de negociaciones quien saldrá favorecido es el capital monopolista trasnacional de origen norteamericano.
La renegociación del TLCAN está desnudada con todos sus matices, es un mecanismo interburgués dentro de la división internacional del trabajo, entre la oligarquía nacional y la
El ACONTECER NACIONAL E INTERNACIONAL DESDE NUESTRA PERSPECTIVA
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transnacional, proceso en el cual ningún resultado será favorable para las masas trabajadoras. El Consejo empresarial habla en nombre del pueblo, se adjudican como paladines de éste, sin embargo, su interés es preservar sus cuotas de plusvalía, los comentarios que hacen son una simulación y demagogia.
El pueblo trabajador no debe fincar falsas expectativas en un resultado favorable para México en esta ronda de negociación, porque no son los intereses populares los que privan en este tratado, sin embargo, es preciso observar su desarrollo porque es parte de las pugnas interburguesas, las cuales hablan de la profundidad de la crisis económica que hoy se manifiesta, de tal manera que coadyuva a comprender el curso de la lucha de clases, porque se avecina un escenario más adverso, donde la contradicción entre capital y trabajo será más aguda.
El rostro de las reformas neoliberales queda al descubierto, por citar un ejemplo en la reforma energética, cuya objetivación se encuentra en las licitaciones para explotar aguas someras, que otorgó permisos a empresas transnacionales para la expoliación de hidrocarburos. Poco a poco los saldos desfavorables de todas las reformas de este paquete neoliberal serán evidentes en la realidad nacional y su carácter prooligarca quedará al descubierto.
El capital monopolista transnacional tiene como objetico extraer más ganancias de la economía mexicana, como si no bastara la dependencia y funcionalidad económica a la economía imperialista estadounidense, por ejemplo, los diligentes y serviles preparativos del Estado mexicano para la extracción y explotación del petróleo por la empresa transnacional Aceites Terciarios del Golfo en el año 2020.
Para preservar estos intereses oligarcas el gobierno mexicano intensifica la militarización y paramilitarización que expresa el reforzamiento del Estado policíaco-militar a nivel nacional y principalmente en lugares económicamente estratégicos y en Zonas Económicas Especiales (ZEE), lo que significa la aplicación del estado de derecho burgués para justificar la represión contra todo descontento y protesta popular, es decir, las desapariciones forzadas, ejecuciones
extrajudiciales, detenciones arbitrarias, desplazamientos forzados y la tortura para imponer el mezquino interés burgués.
Los sismos del 7 y 19 de septiembre abrieron la cortina que visibilizó la descomposición política del Estado mexicano, la actitud burocrática, negligente y antihumana para atender a las decenas de familias damnificadas en Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla, Guerrero y la Ciudad de México, evidenciaron su esencia antipopular.
Un fenómeno natural no encierra en sí mismo la condición de “desastre”, pese a que algunos de ellos son impredecibles, la esencia de la devastación que generan tienen explicación desde las políticas antipopulares con la cual se conducen los distintos gobiernos; la comprobación de este criterio se manifiesta en la cifra de víctimas, las cuales, las identifica su pertenencia a las masas trabajadoras.
El lucro, la usura, la especulación y la doble moral de la burguesía quedaron a flor de piel, no podían ocultar su ambición en el reparto del fondo para desastres naturales para la construcción de las zonas devastadas; lucrar con las necesidades del pueblo en desgracia fue más que evidente, las cámaras empresariales se regocijaron ante el negocio que estaba ante ellos, un gobierno prooligarca que no le importó el dolor del pueblo.
La Ley general contra la desaparición forzada recientemente aprobada en la cámara de diputados es la comprobación de que la desaparición forzada es política de Estado, medida legislativa que garantiza la impunidad a los perpetradores; es una ley que no expresa la necesidad de las víctimas del terrorismo de Estado, por lo tanto, pretende conducir al desgaste al movimiento de víctimas y entramparlos en una maraña burocrática para escamotear la justicia, al mismo tiempo que de víctimas las convierte en victimarios.
El Estado mexicano con esta ley pretende evadir las condenas y señalamientos hechos por organismos internacionales en materia de derechos humanos, como el Comité Contra Las Desapariciones Forzadas de la ONU, en los hechos es evadir la responsabilidad por los crímenes de lesa humanidad contra el pueblo; también, evitar toda condena contra el ejército
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y la marina, quienes son los encargados de materializar las desapariciones forzadas en la República mexicana.
El proceso electoral del 2018 dio inicio con la definición de los personajes que intentarán llegar a ese escaño federal desde las candidaturas independientes, no obstante, esta circunstancia expresa la crisis política de la democracia burguesa, debido a un creciente descrédito de las instancias electorales y al sistema de partidos electoreros. Aún no se conocen las candidaturas oficiales, aunque de manera velada y por encima del propio marco institucional, algunos personajes y políticos de oficio, ya dieron inicio a la carrera por la sucesión presidencial.
Las candidaturas “independientes” se impulsaron, mediática e institucionalmente, como medida política de oxigenación y reactivación del decadente sistema electoral mexicano, como la forma de disminuir el abstencionismo electoral. En la actualidad, ante la imposibilidad de gobernar con la “legitimidad” que brindaba cada proceso electoral, hoy queda evidenciado los intereses de los partidos políticos electoreros, éstos no son los del pueblo sino satisfacer los de su grupo y el poder político que representan, esto expresa que la maniobra electoral burguesa es una farsa más.
Lo absurdo de esta maniobra es que Margarita Zavala, esposa del sanguinario Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, quiera presentarse como candidata independiente, constituye también un intento de burla al pueblo, de esta magnitud se manifiesta la crisis política en México, porque los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el sexenio de su esposo no la eximen de ser corresponsable de ellos.
Este proceso electoral se revela como guarida de tránsfugas de políticos de oficio, cuya trayectoria como servidores públicos y legisladores está colmada de denuncias documentadas por el cometido de todo tipo de fraudes, tráfico de influencias, nepotismo, la perpetración masiva de crímenes de lesa humanidad.
En sus propuestas o discursos anticipados de campaña señalan la creación de más cuerpos policíacos con el argumento de brindar
“seguridad en el país”, con estos planteamientos justifican el terrorismo de Estado y validan el cometido de crímenes de lesa humanidad, como los argumentos públicos del sonado Frente Ciudadano por México (FCM), conformados por el Partido de Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC).
Cualquiera de las siglas institucionalizadas del reformismo electoral que arribe al máximo escaño de la administración pública federal, ya sea por un mero protocolo o una artimaña clásica de la disputa electoral, ineludiblemente será un representante, administrador y defensor del sistema capitalista, cuya naturaleza es antipopular y represiva.
Ante este contexto convulso a nivel internación y de represión, violencia institucional y de crisis política es necesaria la organización del pueblo para luchar en mejores condiciones ante un escenario adverso que se avecina.
La experiencia de lucha del pueblo demuestra que los procesos electorales son amañados y no respetan la voluntad popular, terminan con la imposición del personero del capital; respetamos a todos aquellos que optan por esta forma de lucha, pero, si no va acompañada de elevar la conciencia de clase del pueblo trabajador no habrá un proceso que represente los intereses de la clase trabajadora sino sólo los de grupo.
La lucha por la presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos no termina con la aprobada Ley General Contra la Desaparición Forzada, ésta continúa por los senderos que marca la lucha popular, porque una vez más queda demostrado que desde los políticos de oficio sólo se destila impunidad e inmunidad sobre los ejecutores materiales e intelectuales de los crímenes de lesa humanidad. No es momento de ser pasivos, es una necesidad denunciar a través de acciones políticas de masas para desenmascarar la política antipopular del gobierno mexicano.
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Las candidaturas “independientes” son la expresión nítida de la crisis política que vive el régimen neoliberal y la democracia burguesa, representa la manifestación
del descrédito del corroído sistema de partidos, ante lo cual, no se puede gobernar con la relativa calma que significan los gobiernos emanados de los procesos electorales burgueses; lo absurdo es que son los otrora políticos de oficio en partidos electoreros quienes ahora se ostentan con el título de la representación “ciudadana”.
Este mecanismo de la institucionalidad burguesa pretende dar bocanadas de oxígeno al régimen, administrar el descontento popular a través del engaño, porque ninguno de los posibles candidatos “independientes” representa una alternativa ante la profunda herida que causa el terrorismo de Estado, la miseria y el pauperismo que campean en las masas proletarias, su único objetivo es enquistarse en el poder para satisfacer intereses personales, de grupo y oligárquicos.
Es un ofensa a la memoria colectiva y a la inteligencia humana que la esposa de uno de los presidentes, cuyo sexenio fue marcado por una estela de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, se presente ahora como la paladín de la democracia; la señora Margarita Zavala, pretende embaucar a más de un incauto con sus llamados a la “igualdad” entre el hombre y la mujer; falsos golpes de pecho la hacen retirarse del PAN, no obstante, se encuentra impregnada por los mismos conceptos retrógradas de este partido de ultraderecha.
La pertenencia o no a una posición política no se distingue por las filas partidistas de los candidatos, se define por la posición de clase que los identifica y a la cual representan, de tal manera, que constituye exactamente la misma fórmula, el hecho de que un político de oficio figure como representante de un partido electoral no significa cambio alguno, porque sólo se constriñen a las formas institucionales
de hacer política. El reciclaje político se expresa en toda su
plenitud en tiempos electorales, desde esta lógica parece que no son determinantes los principios políticos con los cuales se identifica, de tal manera que todos pueden “reconsiderar” el rumbo. Es verdad que no se puede medir con el mismo rasero a todos, pero hay matices, y no se puede considerar que un político de oficio que siempre se identificó con las ideas reaccionarias, de manera casi milagrosa abrace las posiciones de “izquierda”, como el señor XXX, que dice estar arrepentido por ser parte de campañas de linchamiento contra la oposición y la izquierda electoral.
Resulta irónico esta tragicomedia en la que se convierte paulatinamente la democracia burguesa mexicana, cuando algunas de estas “connotadas” personalidades de la política oficial no se logran colocar en ninguna nomenclatura partidista tradicional, toman la vía “independiente”, que significa, representar a un grupo de poder oligárquico sin intermediarios.
El histrionismo de la política burguesa salta con todo su esplendor en la forma de financiamiento de estas candidaturas “independientes”, las cuales, un gran porcentaje de las cuentas para su ejecución corren a cargo de las “donaciones” de empresarios. De esta manera queda al desnudo la esencia del carácter de clase de estas candidaturas, los verdaderos intereses a los que representan y a los cuales se deben.
El sustento ideológico de este mecanismo de la oficialidad burguesa es el rechazo creciente a la política oficial debido a la “corrupción”, porque este mal se encuentra hasta las entrañas de la vida política del país, sin embargo, pese a ser cierto este fenómeno, la explicación que se le da no es la más adecuada, dado que éste es funcional al régimen, por lo que es un efecto y no una causa.
Si la señora Zavala pretende aspirar a la
Candidaturas independientes, síntoma de la crisis política del régimen
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silla presidencial, debe rendir cuentas de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el mandato de su esposo, porque no se puede olvidar que ella era también parte de dicha administración, por lo tanto, es corresponsable al ser integrante del Estado, no fue un ente pasivo, en sus dichos y actos defendió la política sanguinaria de su esposo Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa.
Incorporar a una mujer o varias de ellas no significan hacer más “democrático” el proceso, es en esencia la democracia burguesa, porque representa la voluntad de una reducida minoría de oligarcas, quienes de manera anticipada definen al sucesor presidencial. Esto no significa que al interior de los grupos oligárquicos no existan contradicciones, pero no son antagónicas, se resuelven a partir de los acuerdos como aquel denominado “Pacto por México”.
La amplia gama de candidatos independientes expresa lo degradado que se encuentra el régimen, no es posible gobernar de manera tradicional como anteriormente se hacía; el abstencionismo crece de forma alarmante en cada proceso electoral, por lo que es necesario dar una envestidura “ciudadana” a los aspirantes de Los Pinos.
Intentar conducir los esfuerzos populares por esta ruta significa un error, porque las formas políticas de la burguesía son la expresión nítida de la corporativización, de la dominación ideológica para fortalecer la dictadura burguesa.
Cualquier camino que se adopte desde esta perspectiva, significa un fallo, porque es un sendero que conduce a extraviarse en una maraña no sólo burocrática, sino a perderse en las fisuras que se abren en la política institucional para suponer que desde “adentro” se podrán hacer los cambios, hecho que constituye una verdadera quimera.
El deambular de políticos de oficio de un partido a otro, la renuncia a sus siglas de origen y las alianzas escabrosas entre la “derecha” y la “izquierda”, son la expresión viva de la descomposición política del régimen, de las pugnas y contradicciones internas entre los grupos de poder, mismas que no son antagónicas, éstas se resolverán con la imposición del personero que mejor represente los intereses de
la oligarquía nacional y del extranjero.Resulta una verdadera tragedia política
que algunos connotados analistas observen este proceso de “pugnas y contradicciones” como la expresión más acabada del “régimen democrático”, porque el abanico de posibilidades se abre hasta para los “ciudadanos de a pie”, ante lo cual, el margen de opciones es muy amplio.
Insistimos, que más de alguno suponga con convicción verdadera que desde los procesos electorales se lograrán desarrollar cambios sustanciales en la vida política de nuestro país, es una cosa, pero de ahí a que lo dejen llegar, y más aún, que pueda en realidad conducir sus esfuerzos sobre sus ideales, es una utopía, porque en cada proceso electoral no se respeta la voluntad popular, no existe sufragio efectivo, es la dictadura de la burguesía envestida de “democracia electoral”.
Constituye un verdadero extravío ideológico que el descontento popular se pretenda conducir por la senda de la institucionalidad burguesa, porque se presenta desde la partidocracia para hacer valer los derechos del pueblo. El único derrotero que se vislumbra ante tal metodología es el fracaso rotundo y darse de bruces contra el muro de la impotencia.
Los apologistas del régimen siempre condenarán y estigmatizarán al pueblo que adopte formas de lucha que lo alejen de la corporativización, tildarán de intransigentes a quien denuncie lo podrido de la democracia burguesa, pero sus dichos son en función de perpetuar la explotación económica y opresión política, para mantener la dictadura del capital, con ello se allana el camino de la criminalización de la pobreza y protesta popular.
En el terreno de la lucha de clases y el movimiento popular nos encontramos muchas posiciones políticas, en las cuales se expresa metodología y táctica según las concepciones político-ideológicas; en este contexto, son muy reiterativas las retóricas insistentes en que la coyuntura del 2018 es la definitiva para los explotados de México, por lo tanto, aferrarse a la independencia política como metodología es una intransigencia.
Las organizaciones del movimiento popular
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debemos tener presente que la lucha por los senderos de la democracia burguesa se acotan cada vez más conforme avanza la crisis económica y que se manifiesta a la vez como una crisis política, de tal manera, lo que resulta una intransigencia es aferrarse a las formas de lucha desde la pasividad burguesa; la constante ola de violencia institucional convoca a las masas proletarias a desarrollar formas de lucha con un matiz combativo que describa un ascenso cualitativo en metodología y táctica.
Existen sobradas experiencias en la historia de nuestro país que demuestran lo limitado de la lucha electoral, de donde se desprende la necesidad de abstraer las enseñanzas para no cometer los mismos errores. En la década del 90 del siglo pasado, para algunos se consideró como panacea esta forma de lucha, el resultado fue la asimilación por el régimen de las organizaciones populares que participaron, no obstante, un proceso que en la lucha proletaria indica el sendero a seguir en la lucha por el socialismo.
Quienes consideran la lucha electoral como una metodología acorde con la lucha de clases, sólo podemos pedirles seriedad en el análisis y responsabilidad ante el curso de los acontecimientos, porque resulta una verdadera irresponsabilidad, por decir lo menos, que no exista ningún pronunciamiento de condena ante los crímenes de Estado y de lesa humanidad que se ceban contra sus simpatizantes, fundamentalmente contra la luchadores sociales con trayectoria política en la oposición.
Aquellos que sostienen que las candidaturas independientes representan la panacea al fenómeno histórico-social de la realidad mexicana, debemos apreciarlos desde dos vertientes; quienes renunciaron a sus partidos políticos para transitar fuera de ellos, está claro que la pertenencia o no a esas concepciones retrógradas no dependen de su identificación partidista, es ante todo su identidad con los que explotan y oprimen al pueblo; y, quienes desde la organización popular suponen encumbrarse en el poder político para realizar los cambios que demanda la realidad nacional.
Para los primeros nuestra posición está bastante clara, es un mecanismo burdo para confundir a las masas y poder oxigenar el régimen que cada vez se consume en una crisis
política; sortear el proceso de crisis económica con la administración del descontento popular y ejercer medidas de control de la población a través de la demagogia, el tolete y el Estado policíaco-militar.
Los segundos, debemos expresar antes que nada el profundo respeto de todas las formas de lucha, sin embargo, de manera muy reiterativa hacen señalamientos de que quienes no comulgamos con ellos no somos “buenos mexicanos” o peor aún, no somos luchadores sociales, ni qué decir de los revolucionarios, lo que resulta que el movimiento independiente, en específico los que abrazamos la causa del socialismo, representamos a los “charlatanes sociales”, según su lógica.
No es nuestra intención levantar polémica insana, mejor nos apegamos a la realidad y a los resultados concretos. Desde aquí nuestros sinceros deseos que lleven a buen derrotero su lucha, que la metodología que hoy se abraza coadyuve a identificar al enemigo de clase, al responsable de la violencia institucional, a los autores materiales e intelectuales de las miles de víctimas de la desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales, en síntesis, a desarrollar actividad creadora desde la táctica de la lucha popular combativa.
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Este 25 de octubre de 2017 se cumplieron cien años de la Revolución Rusa que derrocó al zarismo e instituyó el poder de los
Sóviets (asamblea de obreros, soldados y campesinos), fecha histórica y emblemática que en distintas latitudes del mundo se conmemora como el primer centenario de la Revolución Socialista de Octubre, se trató de un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad, en tanto que por primera vez obreros y campesinos derrocaron al gobierno monárquico zarista e instauraron el socialismo.
Para la humanidad, este suceso significó un gran salto hacia el futuro, de esta manera se avanzó en la superación de la desigualdad social, la miseria, el hambre, la avaricia, las injusticias sociales, el individualismo exacerbado y todas las calamidades que generan las monarquías y el capitalismo, se objetivó el socialismo y dio inicio a la construcción de una sociedad más justa, sin explotados, donde la miseria, pobreza, hambre, marginación y la desigualdad social se redujeron de manera real y concreta.
Este hecho socio-histórico significó un gran salto y esperanza en el devenir de la humanidad, se dio un salto dialéctico en la historia del hombre y se avanzó en la construcción de un mundo mejor, más justo, equitativo y humano.
Por eso, para los pueblos sometidos por el imperialismo, los explotados y oprimidos del mundo, los desposeídos y los olvidados, la Revolución de Octubre es un gran aliciente y ejemplo a emular, de inmediato fue abrazada por las masas trabajadoras del mundo entero que vieron en esta revolución cristalizadas sus aspiraciones de emancipación del yugo del capital. Se comprobó en la práctica que el motor de la historia son las masas trabajadoras, que las grandes transformaciones socio-históricas en pro de la humanidad la hacen las masas.
Con la Gran Revolución de Octubre se dio inicio a una nueva era en la historia de la humanidad, surgía el socialismo como una realidad y se perfilaba la sociedad soviética rumbo al peldaño más alto del desarrollo humano, el comunismo, éste, en tanto concepción política e ideológica toma fuerza y se esparce por todo el planeta. No hubo rincón de la faz de la tierra donde no se conociera el marxismo-leninismo.
Tras haber conquistado el poder los obreros y campesinos dirigidos por los Bolcheviques agrupados en un partido marxista, fueron objeto de todo tipo de ofensiva burguesa e imperialista en su tentativa por demoler la revolución socialista.
Uno de los recursos más socorridos por el imperialismo fueron las campañas de
Centenario de la Revolución de Octubre y la necesidad
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desinformación y calumnias tendientes a generar la desconfianza y el miedo entre las masas oprimas y explotadas, con el propósito de restar simpatía al gobierno de obreros y campesinos surgido de la Revolución de Octubre.
Desde los centros de poder imperialista se acusó a los bolcheviques de ser “dictadores”, “antidemocráticos”, “crueles”, “tiranos” para justificar la intervención oligárquica, países como Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Japón financiaron las bandas delincuenciales que intentaron restablecer el zarismo, se trató por todos los medios destruir la revolución socialista, calumniándola para confundir a las masas trabajadoras y a los pueblos que vieron en ella un ejemplo a emular.
A pesar de todos los esfuerzos del imperialismo por destruir la revolución socialista de octubre, ésta pronto se difundió en el seno de las masas trabajadoras, con enormes esfuerzos colectivos e individuales avanzó y se consolidó en el primer quinquenio.
Conviene recordar que el triunfo de la revolución de octubre se dio en un contexto internacional de crisis económica capitalista, misma que había desatado la confrontación entre países imperialistas, donde el gobierno zarista había entrado a la guerra por el reparto de territorios.
En medio de este escenario, las masas obreras y campesinas se organizaron para luchar por sus derechos y reivindicaciones políticas, por su emancipación de la pesada mano zarista y el yugo del capital, porque a pesar de que Rusia era en ese entonces una sociedad semifeudal en tránsito al capitalismo, éste ya oprimía y explotaba a las masas obreras y campesinas del pueblo ruso.
Concluida la primer disputa entre burgueses por el reparto del mundo (Primera Guerra Mundial, 1914-1918) el imperialismo
se dedicó a generar las condiciones para una nueva fase de agresión al socialismo; en la segunda confrontación entre países imperialistas (Segunda Guerra Mundial, 1939-1945) ven la posibilidad de destruir al socialismo a través de la intervención directa a gran escala, fue entonces, cuando a través del fascismo alemán intentaron apropiarse de los territorios soviéticos y destruir a los comunistas.
Este intento no prosperó por el gran sacrificio del pueblo soviético que defendió su patria, luchó contra el fascismo alemán, no obstante esta ofensiva imperialista desangró al pueblo soviético, 25 millones de comunistas perdieron la vida, entre ellos los cuadros políticos más consecuentes, hecho que constituyó un golpe al socialismo, que si bien no lo demolió en ese momento, sí fue uno de los factores que posteriormente propiciaron la disgregación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Tras la muerte del dirigente soviético, José Stalin (1953), la contrarrevolución se fortalece y da inicio a una etapa de gradual desmantelamiento del socialismo, que culmina con la disgregación de la URSS en 1991, hecho histórico que también estremeció al mundo, se trató de una tragedia en la historia de la humanidad que el imperialismo propició y capitalizó, generó en las mentes más endebles la desmoralización y la apatía en la lucha por el socialismo que desarrollaban otros pueblos del mundo.
La disgregación de la URSS no significó el derrumbe del socialismo, porque éste existía y permanece en Corea del Norte, China, Vietnam y Cuba, sin embargo, a través de la propaganda imperialista logró engañar a las masas trabajadoras y a los pueblos sojuzgados por el imperialismo, hizo creer que el socialismo en tanto formación socioeconómica y régimen político había fracasado.
Difundió por todas partes la idea del
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fracaso socialista, repitió una mentira mil veces para que se creyera como verdad, dijo que la historia de la humanidad había llegado a su fin, que era el fin de las ideologías, etc., todo con el intento de eternizar al capitalismo y generar la desmovilización de los oprimidos y explotados que luchaban por su emancipación.
El imperialismo arreció su campaña de desinformación y calumnias al marxismo, por ser esta ciencia el arma teórica del proletariado, por el mundo entero esparció la idea de que el marxismo y el socialismo eran cosa del pasado, que ya no era necesario organizarse y luchar porque el capitalismo era el máximo peldaño alcanzado en la historia de la humanidad.
Como los medios propagandísticos del imperialismo son enormes, vino una depresión en las masas trabajadoras que se expresó en el abandono de la lucha por el socialismo, al tiempo que se renegó y avergonzó del marxismo.
No obstante, lo rotundo de esta ofensiva imperialista, la lucha de clases no se detuvo, continuó por otras expresiones, adquirió nuevos matices, modalidades y características, por supuesto generó confusión y desaliento en las masas obreras y campesinas, que redujeron su lucha sólo al carácter económico, relegaron el político a un segundo o tercer plano e incluso algunas expresiones lo abandonaron.
En este contexto, las corrientes políticas oportunistas, revisionistas y postmodernistas presentadas como marxistas, progresistas o revolucionarias, cobraron fuerza e impregnaron ideológica y políticamente a las masas en lucha, esto sucedió en todas partes del mundo y México no fue la excepción. Sin embargo, existimos expresiones de lucha proletaria que no nos dejamos confundir y que tampoco hemos abandonado la lucha por el socialismo.
Como ustedes saben, el origen de nuestra
lucha se remonta a finales la década de los 70 del siglo pasado, en aquellos años como Movimiento Democrático Independiente (MDI) entre otras organizaciones, de tal manera que desde esas fechas se luchaba ante las injusticias y desigualdad social.
Fue en el año del 2006 que nos constituimos en el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en San Cristóbal de Las Casas Chiapas, ahí refrendamos que la lucha por el socialismo es vigente, necesaria y un imperativo para las organizaciones populares independientes que luchamos desde hace décadas por los derechos del pueblo y por una sociedad más justa.
En estos años ya constituidos en el FNLS nos han preguntado ¿Por qué luchan por el socialismo si ya no es vigente? A lo que hemos respondido sin temor a equivocarnos, que es vigente la lucha por el socialismo mientras persista el capitalismo, también nos han preguntado, ¿no creen que su lucha es anacrónica? Y la respuesta es que estamos convencidos que este es el camino que debe transitar la humanidad en su devenir histórico, que es con la construcción del socialismo como la humanidad superará al capitalismo, y con ello las injusticias y desigualdades que genera el capital.
La vigencia y perspectivas de lucha por el socialismo son vastas, tanto como las injusticias sociales que encierra el capitalismo, sobre todo en estos tiempos de profunda crisis económica capitalista que mantiene hundida a la humanidad en el hambre, la miseria y la desigualdad social, al borde de una tercer conflagración mundial producto de la voracidad imperialista.
Este centenario de la Revolución Socialista de Octubre, nosotros lo recordamos como el gran momento histórico que marcó la historia de la humanidad, que permitió divisar con claridad el futuro de la humanidad, el socialismo y comunismo.
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La política del gobierno chiapaneco ante los fenómenos naturales y
socio-políticos
La crisis política que se vive en Chiapas se manifiesta en la agudización de las pugnas de grupos políticos pro-oligarcas, la represión, descontento popular, críme-
nes de lesa humanidad; fenómeno que expresa lo antipopular del gobierno chiapaneco. A este contexto se suma la actitud que asume el gobier-no estatal ante el fenómeno natural ocurrido el pasado 7 de septiembre, acontecimientos que develan su servilismo a los dueños del capital.
La base material de la crisis política en la en-tidad se explica con la crisis estructural del capi-talismo en el mundo, una de las consecuencias palpables la observamos en la disputa de inte-reses tanto económicos como políticos de los grupúsculos locales que favorecen los intereses oligarcas en la entidad; de manera puntual en la industria extractiva y las denominadas Zonas Económicas Especiales (ZEE).
Ante la coyuntura electoral que se avecina, los partidos políticos electoreros comenzaron el despilfarro del erario público con la compra de conciencias para garantizar la presencia de los políticos de oficio en el congreso local que conjuntamente al futuro gobernador darán con-
tinuidad a los planes pro-oligarcas en el estado. Así lo demuestran el PRI y el PVEM, los partidos políticos satélite, viejos políticos de oficio procuran me-diante candidaturas “independientes” lograr sus mezquinos intereses.
Estos hechos demuestran no solo la frivolidad de la democracia burguesa, sino su esencia de clase, porque nos les importa las condiciones paupérrimas en las que vive el pueblo chiapaneco, por el contrario, asisten al llamado que hace la oligarquía nacional y transna-
cional para imponer el Estado policíaco-militar como garante de sus mezquinos intereses.
Como aconteció el pasado 22 de agosto con el llamado que hizo el Consejo Empresarial en Chiapas, quienes exigieron a los gobiernos fede-ral y estatal garanticen sus intereses económi-cos y apliquen el estado de derecho contra el descontento y la protesta popular.
La especificidad de este suceso se manifiesta cuando éstos recurren al secretario de gober-nación y no a Velasco Coello, porque no fueron “atendidas” sus peticiones por el gobierno local, sus dichos no son otra cosa que simulación, por-que la represión es política de gobierno y Chia-pas no escapa de ésta, ejemplos los hay, un acto represivo tras otro se vive en la entidad.
La represión como expresión de la crisis políti-ca es una evidencia que prueba los fuertes com-promisos políticos y económicos del gobierno chiapaneco con la oligarquía nacional, ésta es una razón por la que se despliega a las fuerzas represivas en las calles, carreteras y regiones estratégicas para garantizar los intereses em-
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presariales, con el eufemismo de “proteger” al turista extranjero, al mismo tiempo que permite la circulación de mercancías.
Garantizar la circulación de mercancías es la prioridad del gobierno chiapaneco para procurar su realización en el mercado, ésta es la razón por la que reprime toda expresión de protesta o exigencia de justicia; es la exigencia del ca-pital cuando la crisis económica capitalista no vislumbra un horizonte cercano para su culmi-nación, situación que afecta notablemente a la superestructura política en la entidad.
Cuando el Estado mexicano protege la pro-piedad privada se debe a su posición de clase, por eso las exigencias del pueblo explotado y oprimido quedan en segundo término, no son su prioridad; aquí estriba una de las causas que detonan el descontento popular, mientras am-plios sectores del pueblo exigen sus demandas más sentidas y justicia para las víctimas, éstas no son atendidas con celeridad, la crítica de las masas demuestra los derroteros políticos por los que transita la lucha de clases en Chiapas.
El carácter antipopular del gobierno se mani-fiesta en la actitud indolente e insensible ante las demandas del pueblo, a base de moviliza-ción éste exige una y otra vez sus necesidades elementales de existencia, como se observó con las voces de protesta en el municipio de Oxchuc y algunos municipios costeños por las altas tari-fas de energía eléctrica.
Los planes del Estado y la oligarquía con re-lación a los recursos mineros en Chiapas es un fenómeno que afecta al pueblo, prueba de ello lo demuestran las denuncias en el municipio de Chicomuselo y de algunos habitantes de comu-nidades y ejidos en el norte de la entidad, queda así constatado en las concesiones mineras que contemplan las tres cuartas partes de la entidad a un plazo de 50 años; regiones donde están asentadas comunidades indígenas, ejidos y po-blados rurales.
Los efectos de la crisis política no pueden comprenderse sin la crisis económica capita-lista, porque en ella se fundamenta también el
descontento popular, el desempleo, la carestía de los productos de primera necesidad, el incre-mento del combustible, fenómenos que hacen cada vez más lacerante la existencia de las mi-les de familias proletarias en Chiapas, situación que desemboca con sus matices en organiza-ción política.
Esta situación conlleva al proletariado a bus-car alternativas para sobrevivir, entre ellas el trabajo “informal”; cuando los trabajadores en estas condiciones se manifiestan son duramen-te criminalizados y muchas veces reprimidos, fenómeno palpable en el sector del transporte público y el comercio “ambulante”.
Mientras los políticos de oficio disputan sus intereses económicos a la par refrendan su ser-vilismo a la oligarquía nacional y extranjera con la concesión de la tierra contra la voluntad de sus legítimos dueños, ésta es una demanda que no escapa de la represión e indiferencia del go-bierno, como ocurrió con nuestros compañeros del poblado Nuevo Guadalupe Victoria, en el mu-nicipio de Venustiano Carranza.
En esta región existen marcados intereses de la oligarquía nacional como extranjera, por ser rica en yacimientos mineros, ser tierra fértiles para la producción de varios cultivos, uno de ellos la caña de azúcar, entre otros; razón por la que el gobierno chiapaneco insiste en desar-ticular toda expresión organizativa con carácter independiente en este punto de la geografía mexicana.
El Estado busca cualquier pretexto para el despojo violento de las tierras de comuneros y ejidatarios, por ejemplo, criminaliza el derecho a la protesta, crea expedientes incriminatorios, detienen de manera arbitraria a luchadores so-ciales como ocurrió con nuestro compañero Ro-dolfo García Gómez el pasado 24 de septiembre de 2017, todo en nombre de los intereses em-presariales y de caciques de la región.
El gobierno de Velasco Coello es pro-oligarca, tiene tiempo para atender los llamados a la re-presión de las cámaras empresariales, más no las demandas y exigencias de justicia del pue-
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blo, de ahí que el gobierno local y sus políticos de oficio consideren las necesidades populares como el relleno de los discursos demagógicos en los albores de la coyuntura electoral.
El terrorismo de Estado en la entidad lejos de mermar su práctica profundiza las ejecucio-nes extrajudiciales, las desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, tortura, desplazamien-tos forzados; crímenes de lesa humanidad que expresan la prioridad del gobierno de Chiapas, atender las exigencias oligarcas a costa del te-rror y violencia institucional contra el proletaria-do.
Política de Estado que junto a la represión mantiene una relación intrínseca en un momento en que el capital exige garantizar materia prima, sintetiza la relación entre el poder económico y político, de tal manera que, los partidos político electorales legitiman la represión y con ello el cometido de crímenes de lesa humanidad.
La represión sistemática coloca al pueblo chiapaneco en la necesidad de luchar por la de-fensa de sus intereses como clase proletaria, es en este escenario donde resalta el papel de la Guerra de Baja Intensidad (GBI) a través de orga-nismos que dicen ser del pueblo, pero en la prác-tica lo único que demuestran es su papel servil al gobierno, ya sea por carencia de un sano jui-cio político o bien por consigna de Estado.
El caso ilustrativo fue la actitud que asumió el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas y algunos colectivos Adherentes a la Sexta, quienes en reiteradas ocasiones se-cundaron las versiones oficiosas del Estado, que incriminan la lucha del FNLS, con lo cual busca-ban que la represión se cebara contra nuestros compañeros.
En política no hay ingenuidad, mucho menos entre organismos que decimos tener arraigo en el pueblo, de tal manera, que cuando se verbali-zaron tales infundios tenían plena conciencia de las consecuencias que podrían suscitarse, por esta razón, sus actos son la evidencia de estar en la nómina gubernamental o gratuitamente le hacen el juego al Estado.
La crisis política se hizo más evidente cuando el gobierno de Manuel Velasco Coello mediatizó la solidaridad que vino del pueblo, demostró su indiferencia, su burocratismo en el tratamiento a las víctimas provocadas por el terremoto ocu-rrido el pasado 7 de septiembre, así es como el gobierno chiapaneco se plegó a los designios de la política de Estado con relación a este fenóme-no.
Aducir que para la reconstrucción de las vi-viendas de las víctimas de los fenómenos natu-rales no existen recursos económicos es una ar-gucia, porque sí tienen para disponer a fiscales y jueces que fabrican expedientes incriminatorios, así como para desplegar fuerzas policíaco-mili-tares que reprimen al pueblo movilizado a través de acciones políticas en calles y carreteras.
Con esto el gobierno chiapaneco justifica el lucro con las necesidades del pueblo, el descaro de las empresas en el ramo de la construcción es evidente, la mediatización de las muestras de solidaridad es una realidad, el recurso que puede ocuparse para las víctimas es el que se destina para la compra de conciencias y las campañas electorales que dieron inicio, el gobierno intenta mostrar un “rostro humano” para satisfacer sus intereses de grupo.
La situación política en la entidad es de crisis, su vida política es crispada por la disputa de in-tereses de grupo, son más evidentes los fuertes compromisos políticos y económicos de los polí-ticos de oficio con la oligarquía, es una situación que nos obliga analizar la realidad objetiva, de tal manera que contribuya a forjar la conciencia política entre nosotros los explotados y oprimi-dos.
Los intereses del gobierno chiapaneco y la oli-garquía son claros, el pueblo también los tiene, es indispensable la necesidad de asumir una actitud combativa en la defensa de nuestros derechos y libertades políticas, coadyuvar en la construcción de la organización independiente y desarrollar la lucha popular combativa.
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La ley contra la desaparición forzada recién aprobada en nuestro país, significa lo que se denunció desde su discusión en las distintas cámaras legislativas, el
mecanismo leguleyo para extender la impunidad a los responsables de miles de crímenes de lesa humanidad; una simulación para las víctimas de tan execrable crimen y un argumento para presentar al Estado mexicano ante los reflectores internacionales como respetuoso de los derechos humanos.
En otros momentos denunciamos que la exigencia de armonizar el marco jurídico mexicano con el derecho internacional en materia de los derechos humanos es una necesidad añeja, sin embargo, esto no significa que se deba aceptar una ley hecha a modo para dar respaldo jurídico a los encargados de objetivar estos crímenes de lesa humanidad, es decir, dotar de discrecionalidad a los distintos cuerpos policíacos y militares en el cometido de este tipo de violaciones a los derechos humanos.
La insuficiencia de la ley contra la desaparición forzada es una realidad que no se puede
ocultar, y sólo aquellos que la avalaron por su condición de clase, por su apego a las cúpulas de poder, políticos de oficio progobiernistas y supuestas ONG’s, se pueden manifestar de plácemes ante tal atropello, no sólo a la necesidad de las víctimas de estos crímenes, sino al propio marco jurídico internacional.
Insistimos, una ley que revictimiza a las
víctimas de este crimen de lesa humanidad; que pretende tasar en términos monetarios el dolor de la ausencia por desaparición forzada de un ser querido; que promueve la impunidad a los autores materiales e intelectuales del terrorismo de Estado; que simula atención a las víctimas…, es una ley a modo, una medida legislativa que debe ser desconocida en la vía de los hechos a través de la lucha popular.
Resulta una grosería la pomposidad con la que se congratulan los distintos diputados y senadores de haber “cumplido” con una necesidad histórica de miles de familias mexicanas; según sus dichos es un homenaje a los ciudadanos que han perdido la vida; desde su lógica profascista, su intención es que la ley sirva para dar por muertos a las víctimas de este crimen, porque suponen que los familiares extenderán la mano para recibir las sumas irrisorias de efectivo para “reparar” el daño.
Las inconsistencias en la ley no son sólo de forma, como algunos intentan sostener obcecadamente, son ante todo, de contenido
La ley contra la desaparición forzada garantiza la impunidad
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político, porque a través de este tipo de elucubraciones el Estado mexicano pretende eludir su responsabilidad en el incremento exponencial de las cifras de la política del terrorismo de Estado.
Se pretende enfrascar la discusión en una lucha meramente conceptual, para los apologistas del régimen y el Estado mexicano resulta exactamente igual una persona víctima de desaparición forzada y una “no localizada”, porque de forma puntual el primer concepto le otorga la autoría en la responsabilidad de cometer crímenes de lesa humanidad, mientras que el segundo término, es una maniobra que le garantiza impunidad, porque se entiende que la “desaparición” de una persona se lleva a cabo por “quién sabe qué fuerzas”.
La realidad como criterio de verdad no permite términos medios y por mucho que tarde en llegar, la verdad siempre sale a flote. Denunciamos en su momento que la cadena de mando que llega hasta los directivos de los cuerpos policíaco-militares, no se les considera como parte de los elementos encargados de hacer pasar a sus subordinados, las órdenes de cometer todo tipo de tropelías contra la población inerme, por lo tanto, la responsabilidad es compartida.
Desde el momento que no contempla la responsabilidad en cadena de mando de los autores materiales e intelectuales, se deja abierta la posibilidad para endosar la autoría de estos crímenes a sujetos “descompuestos”, elementos “insubordinados” o a los sumo, “corrompidos”, lo cual significa una farsa, porque son muchos los casos en los que se comprueba que ningún elemento actúa por voluntad propia.
La ley dictaminada en estas condiciones, pasa por alto las premisas a nivel internacional que tipifican a la desaparición forzada como un crimen de lesa humanidad, por lo tanto, la responsabilidad no sólo es de individuo aislado de la corporación policíaca o militar que lo identifique, porque estos actos al ser sistemáticos, recurrentes y generalizados forman parte de una política de Estado.
La ley contra la desaparición forzada y los mecanismos en ella incorporados, no contempla el carácter retroactivo, en consecuencia, los crímenes de esta naturaleza que se cometieron en el pasado, serán sepultados en el desván del olvido, lo que significa intentar sellar la herida con un plumazo legislativo, con la indolencia y el dolo como respuesta a las miles de voces que claman por la presentación con vida de sus seres queridos desde hace varias décadas.
El cuerpo de la ley no se armoniza con la gravedad que significa el crimen de la desaparición forzada; dado su carácter continuo, pluriofensivo e imprescriptible, no puede ser considerada como un delito cualquiera, mucho menos como una simple violación a los derechos humanos. Sus efectos van más allá de ser actos espontáneos y aislados, es ante todo parte integrante del terrorismo de Estado para intentar inhibir el descontento popular y garantizar el dominio del capital monopolista transnacional.
El fuero militar no es eliminado en esta medida legislativa, por el contrario, refuerza su amplitud para extender el manto de impunidad a quienes son denunciados como los responsables de cometer cantidad inconmensurable de crímenes de Estado y de lesa humanidad. Son miles los testimonios de familiares que comprueban la participación de las fuerzas armadas, policías federales, estatales y municipales en el cometido de la desaparición forzada en todo el país.
La reclasificación de delitos es una necesidad que no es tomada en cuenta en la promulgación de esta legislación, porque es conocido que ante la inexistencia de un marco jurídico adecuado, las víctimas de estos crímenes en el pasado reciente, fueron tipificadas como “secuestro sin intención de rescate”; “privación ilegal de la libertad”, entre otras, las cuales, lejos de acercar mínimamente la justicia a las víctimas, las envuelve en una maraña burocrática y lo que es peor, llegado el tiempo son delitos que prescriben.
La ley en estas condiciones garantiza la impunidad para los perpetradores, a la vez que es el parapeto de algunos organismos de
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derechos humanos para lucrar con el dolor de los familiares y vivir del hurto por medio del financiamiento de organismos del extranjero. Tales organismos, en los hechos constituyen el muro con el que se topan los familiares de las víctimas, para mediatizar su dolor.
Es verdad que quienes formamos parte del movimiento popular no fincamos falsas esperanzas en la promulgación de una ley para castigar la desaparición forzada, no obstante, significaba el indicativo de la madurez del movimiento de víctimas de este flagelo represivo, por tanto refleja el rumbo que debemos tomar, la coordinación y la unidad en las acciones políticas de masas para poder garantizar los derechos constitucionales y humanos.
Una ley que no representa el sentir de las víctimas y sus familiares no la vemos como una derrota en el movimiento popular, sino como la comprobación de lo que con suficiente vehemencia denunciamos, la desaparición forzada es parte de la política del terrorismo de Estado, es componente de la política de Guerra de Baja Intensidad (GBI) en sus aspectos represivos y psicológicos de contrainsurgencia.
Los diputados, senadores y demás políticos de oficio que festejan esta ley, representan en conjunto el amasiato por el cual se secundan las necesidades oligárquicas, de ellos, salvo muy honrosas excepciones, sólo se puede esperar el desprecio y la imposición de medidas neoliberales para garantizar las tasas de ganancia del capital.
Aquellas familias y colectivos que dieron su aval, de forma consciente o inconsciente, dieron el crédito para garantizar la impunidad y de esa manera no enjuiciar a los autores materiales e intelectuales de estos crímenes de lesa humanidad, queda claro que el Estado mexicano pretende eludir su responsabilidad, apostar al desgaste y a la frustración de todas las familias de las víctimas, con argucias leguleyas como esta Ley Contra la Desaparición Forzada.
La lucha por la presentación con vida no será mediatizada con una ley hecha a modo
de los perpetradores del terrorismo de Estado; jamás se aceptará el chantaje de que por las movilizaciones no se logra coronar con resultados satisfactorios en tópicos tan importantes, por lo tanto, la lucha no termina ni comienza con esta ley, ésta tiene tiempo que se desarrolla desde la lucha independiente, popular y combativa.
Es ante medidas de esta naturaleza donde se comprueba que erradicar el cometido del crimen de la desaparición forzada no obedece a la sensibilización de las “buenas” conciencias de los legisladores, tampoco de la “buena” voluntad política del titular del ejecutivo; es mediante las acciones políticas de masas como se puede hacer frente a esta escalada de violencia institucional.
Esta ley es de la impunidad, la ley de los responsables de los crímenes de Estado y de lesa humanidad, no es la que necesitan las víctimas, en consecuencia, desde el movimiento popular lo que procede es desconocerla, escalar en la denuncia para llevar a la condena este acto demagógico y burocrático para escamotear la justicia, entrampar a las víctimas en un engorroso proceso de “ir y venir” en trámites, para desgastarlos y hacerlos caer en el desánimo y la frustración.
La pauta está marcada, no es con el derecho burgués en la mano cómo se podrá enjuiciar a los criminales de Estado, es preciso arribar paulatinamente a formas superiores de organización para conformar la unidad de todas las víctimas del terrorismo de Estado. No es tiempo de arriar banderas de la presentación con vida, no es momento de posiciones derrotistas, el verdadero enemigo de los explotados se desnuda en toda su esencia, despleguemos actitud creadora contra él.
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La política del gobierno mexicano ante los fenómenos naturales
La política antipopular del gobierno mexicano quedó descubierta ante los fenómenos natura-les del 7 y 19 de septiembre, con ello la descom-posición del régimen se hace más evidente; el
lucro, la usura, la doble moral, la demagogia, la corrup-ción y la necesidad de “héroes” (las fuerzas armadas represivas) son las constantes que reflejó la burocracia en el país.
Los llamados de “solidaridad” desde la burguesía, políticos de oficio, fuerzas armadas e intelectuales ofi-ciosos ante los desastres causados por los movimientos telúricos recientes son engañosos e hipócritas, porque lucran con el dolor e incertidumbre de las víctimas y sus familiares, como viles filisteos de la usura preten-den sacar la mejor tajada que le genere mayores tasas de plusvalía a costa del erario público y las donaciones económicas de países solidarios.
Las fuerzas armadas, fieles defensoras de los intere-ses de la burguesía, intentan limpiar su imagen corroída ante el pueblo, al hacer supuestas labores “humanita-rias” con la pretensión de ocultar su responsabilidad en el cometido de las más de 350 mil desapariciones forzadas y más de 250 mil ejecuciones extrajudiciales, crímenes de Estado y de lesa humanidad que cometen sexenio tras sexenio contra el proletariado en el país.
La solidaridad es un principio humano, que se ma-nifiesta fundamentalmente en las masas trabajadoras, parte de la sensibilidad del ser psíquico, de las nor-mas de comportamiento de las personas que regulan las relaciones de éstas entre sí y también respecto a la sociedad, a una clase determinada, a la familia y a su entorno, por tanto, es su razón de ser bajo el cual se identifica con los de su misma especie y condición social al apoyar a su hermano de clase cuando se encuentra en situaciones de desgracia o difíciles en la vida.
Cuando en una sociedad imperan las relaciones de producción de explotación económica y opresión políti-ca este principio adquiere un carácter de clase, porque ideológicamente determina forma de comportamiento y actitud ante la vida, ante el hombre y ante la sociedad.
El burgués actúa bajo el concepto de lucrar, con el argumento tiene que haber algo a cambio, todo tiene un costo en la vida, esta actitud se realiza bajo un com-
portamiento de intercambio mercantil, donde brillan los más bajos instintos del hombre, porque sólo permea el único interés del dinero y no la sensibilidad hacia la hu-manidad.
Los centros de acopio instalados por familias y or-ganizaciones populares, las aportaciones solidarias, las labores de rescate popular en los momentos cruciales después de estos acontecimientos hablan de la actitud del pueblo ante su hermano de clase, de la sensibilidad y ayuda incondicional en situaciones difíciles, es la ex-presión también de los sentimientos superiores del ser humano cuando se arraiga en el proletariado.
No sorprende los slogans publicitarios, los anuncios en radio, prensa escrita y televisión, las entrevistas a em-presas inmobiliarias que ofrecen los “mejores créditos” para las familias que perdieron su patrimonio durante el terremoto; quienes están tras el presupuesto que tiene destinado el gobierno mexicano para la construcción de las viviendas que fueron devastadas, esto habla de la doble moral e hipocresía bajo el cual rigen sus principios mercantiles.
El gobierno mexicano quiere paliar los efectos devas-tadores del sismo con créditos económicos, se apoya de las cámaras empresariales para proporcionar a cada familia víctima de este fenómeno, les entrega una tarjeta con un crédito de 15 mil pesos para que construyan el patrimonio que costó años levantar producto de su tra-bajo; cantidad denigrante que no les va retribuir todo lo que perdieron, además que es en calidad de préstamo, por tanto, lo van a tener que pagar con intereses, no sólo perdieron su patrimonio sino que van a tener que endeudarse.
Ejemplos como estos afloran después del sismo, por-que a un mes de haber ocurrido se empieza a manifestar la miseria, enfermedades, la falta de agua, falta de tra-bajo, un espacio para vivir, la rapiña y la desesperanza. Fenómenos sociales que no se pueden ocultar, reflejo de la ideología burguesa, actitudes y comportamiento de una sociedad dividida en clases sociales donde a la clase dominante no le importa el ser humano sino la sa-tisfacción de acumular y centralizar capital.
Los políticos de oficio sirven a los intereses de la
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clase burguesa, justifican todo acto de corrupción, su función es administrar los intereses de capital nacional y del extranjero, para ellos es moral explotar y oprimir al trabajador, saquear, reprimir, asesinar, mantener en la miseria a las familias, por eso hacen declaraciones como las escuelas privadas ya están en clases porque pagaron el peritaje, están en su derecho; las públicas no lo han hecho por eso la demora de que los niños entren a clases, esta alocución refleja una posición político-ideológica que pondera el interés privado por encima del interés colectivo.
¿Cómo entender la actitud del gobernador de More-los, Graco Ramírez y su esposa?, quienes utilizaron el acopio que el pueblo proporcionó a sus hermanos de clase para distribuirlos como si fueran de su gobierno; ¿qué decir del gobernador de Veracruz?, quien distribu-yó bolsas de despensa bajo el eslogan YUNETE; todo político de oficio persigue el único interés mezquino de preservar sus prebendas, su posición política y lujos im-pregnados de las formas de hacer política de quienes detentan el poder.
Las visitas del presidente de la República a los es-tados que quedaron más afectados, sólo representan una simulación, actos demagógicos para tratar de ganar simpatía en los próximos comicios electorales, obtener votos a costa de la miseria y dolor de las víctimas; cree que con una despensa, ropa, colchonetas, casas de campaña, unos bultos de cemento, serán suficientes para resarcir el daño, en los hechos expresan una bur-la para las necesidades de las masas trabajadoras que sufrieron los efectos del sismo.
Las fuerzas armadas aprovecharon el fenómeno na-tural para mostrar “su rostro humanitario” al pueblo, con la desgracia de las masas trabajadoras pretenden lim-piar la imagen de asesinos y represores, de ser quienes objetivan el terrorismo de Estado, de ejecutar medidas contrainsurgentes contra el pueblo que está organizado, con el objetivo de intentar destruir todo brote de descon-tento popular y organización combativa.
El ejército mexicano y la marina son la columna ver-tebral que sostiene el régimen de explotación y opre-sión, los responsables del baño de sangre contra el pueblo que corre en todo el país, no existe lugar sin ser señalados o cuestionados por cometer desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura, violacio-nes y detenciones arbitrarias, crímenes de lesa humani-dad, evidencia de que por más que salgan a hacer labor “humanitaria” nunca van a perder su esencia represiva, expresión de la dictadura burguesa.
En cada cuartel, zona militar o institución de seguri-dad pública esconden los centros de tortura y cárceles clandestinas, un ejemplo fue lo que dejó al descubierto el sismo del pasado 19 de septiembre en la estructura del edificio de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, lugar que fue destruido por este fe-nómeno natural, en los escombros encontraron cuerpos maniatados y torturados, áreas utilizadas para torturar como “método de investigación” y cárceles clandestinas; este hecho en sí evidencia la política criminal del gobier-no mexicano, independientemente del partido político que lo represente, los perpetradores de las desapari-ciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura y represión se encuentran en estas instituciones.
Un hecho sale a relucir después de estos sismos, por un lado, las formas burguesas de hacer política de los gobiernos federal y local en cada uno de los estados devastados por éstos y la descomposición política que existe en el régimen; por otro, afloró la sensibilidad hu-mana que existe en el pueblo trabajador con su hermano de clase ante situaciones de esta magnitud, no escatima ni condiciona la solidaridad, la brinda como principio po-lítico y humano por el cual rige su actitud ante la vida.
El gobierno mexicano, políticos de oficio y fuerzas armadas pretenden arrebatar banderas de lucha, prin-cipios humanos y la sensibilidad hacia nuestros her-manos de clase; permitirlo es darle razón a su política antipopular y represiva; evidenciemos en cada calle, co-lonia, centro escolar, barrio o lugar público la política de desgaste, desánimo y lucro del gobierno mexicano, es momento de denunciar cada una de sus pretensiones criminales contra el pueblo trabajador.
A las víctimas de estos fenómenos naturales, los in-vitamos a organizarse, no permitan que vividores, usu-reros, parásitos rapases pisoteen su dignidad; que el dolor y la desesperanza se transforme en organización, lucha y consignas combativas; es una obligación del Estado garantizar la salud, vivienda digna, educación y alimentación, si éstos fueron devastados por el terremo-to éste debe garantizar sin costo alguno su reparación y sobrevivencia.
Resulta contradictorio luchar donde la vida viene con la muerte, donde la felicidad se ve colmada por el dolor y la desesperanza, sin embargo, no debemos olvidar que somos seres psíquicos, sociales e históricos que ante cualquier adversidad nos levantamos para luchar con dignidad y combatividad.
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La proletarización material es un fenóme-no inherente al desarrollo del capitalis-mo, se expresa en el despojo de tierras a amplias masas de campesinos, la quie-
bra de pequeños productores, la pauperización de las capas medias de la sociedad, en síntesis, la expropiación forzada de sus rudimentarios medios de producción para dejarles únicamente su fuerza de trabajo.
En un primer momento estos elementos no están conscientes de esta situación, intentan por todos los medios recuperar su estatus social anterior, suponen que con más horas de trabajo o con la perdición de otro en sus mismas con-diciones se acerca a la “comodidad”, pero con-forme las contradicciones inherentes al capita-lismo se exacerban, esta situación es cada vez más lejana, la condición de proletario llegó para quedarse mientras no se supere la explotación del hombre por el hombre.
La proletarización ideológica tiene lugar cuan-do en la conciencia de los hombres se arraiga la idea de que es imposible lograr una vida digna sin la organización y lucha con los de su mis-ma clase, cuando se abraza las banderas de la transformación de la sociedad. Es un proceso de educación y reeducación de las masas para adoptar de manera paulatina la ideología pro-letaria, es el paso dialéctico entre clase en sí y clase para sí.
Cada crisis económica del régimen capitalista arroja a las capas medias a las filas del proleta-riado, con lo cual se exaspera la contradicción entre capital y trabajo. Miles de obreros despe-didos de sus centros laborales, cientos de pe-queñas empresas sucumben ante el gran capi-tal, lo que resulta es el crecimiento exorbitante del ejército industrial de reserva, dicho en otros términos, crecen las filas de desempleados que
compiten entre sí para asegurar su existencia.El proletariado es la clase mayoritaria en el
capitalismo, su condición que lo distingue de otras es que no posee medios de producción, únicamente su fuerza de trabajo, la cual tiene que vender para tener acceso a los bienes mate-riales de existencia que adquiere a través de su salario. De tal manera, que independientemente de estar de manera directa en el proceso pro-ductivo o no, la mayoría de los mexicanos nos distingue esta condición.
La condición dependiente de nuestro país respecto al imperialismo y el papel que ocupa en la división internacional del trabajo le imprime al proletariado mexicano particularidades espe-cíficas, por ejemplo, quedan aún en la sociedad mexicana remanentes de los modos de inferio-res al capitalismo producción, la clase campe-sina (campesinos e indígenas) posee limitados y arcaicos medios de producción, es decir, tiene tierra árida y de mala calidad mientras que la burguesía agraria acapara inmensas extensio-nes de tierra de buena calidad, producto de la reforma a la ley agraria.
Estas particularidades del trabajador mexi-cano se manifiesta en lo que denominan la “in-dustria turística”, porque la afluencia de fuerza de trabajo a estos centros de bienes y servicios, paulatinamente expresan cierta aversión al tra-bajo físico y pretenden emplearse en labores de recepción, cocineros, chefs, recamareros, entre otros. Esto hace que no se reconozcan como pro-letarios, ignoran su condición de clase y sueñan con ser empresarios o artistas de televisión, si-tuación que retrasa la toma de conciencia polí-tica.
El imperialismo nos condena a ser una econo-mía terciarizada y dependiente, por el lugar que ocupa México en la división internacional del tra-
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bajo, por tanto, por los compromisos que asume el gobierno mexicano con los países imperialis-tas lo constriñen a la prestación de bienes y ser-vicios.
Millones de proletarios son clase en sí, su condición es definida con estricto apego a esta tesis, porque este es su ser social, no obstante, no son conscientes de esta situación, es más, su ideología está impregnada por los parámetros y arquetipos burgueses, de tal manera que su conciencia se encuentra extraviada en la enaje-nación capitalista.
La adquisición de clase para sí se da cuando el trabajador toma conciencia de su condición de explotado, comprende que la unidad con otros de su misma clase podrá luchar y defen-der sus derechos humanos y libertades políti-cas. Este proceso no es mecánico, es creativo, activo para romper con las formas burguesas de actuar, que mantienen abstraído al proletariado de su realidad objetiva. Tarea indispensable que sólo es posible con el estudio del marxismo para interpretar y transformar el momento histórico-concreto.
Algunas comunidades campesinas e indíge-nas que son consumidas por las manchas ur-banas en las grandes ciudades, expresan con mucha nitidez las contradicciones que enfrenta el proletario en estas condiciones. Su apego a la propiedad lo mantiene atado a la tierra y ar-caicos aperos de labranza, pero paulatinamente éstos no le son suficientes para satisfacer sus necesidades elementales de existencia, por lo que se ve forzado a emplearse como asalariado en la ciudad, hecho que manifiesta el proceso de proletarización material.
Esta circunstancia refleja un tipo de compor-tamiento, de manera general no se reconoce de la ciudad, pero tampoco siente total el arraigo al campo. El hombre envuelto en una situación así traslada de forma mecánica los usos y costum-bres citadinos, pero por los conceptos culturales del medio rural, lo que resulta es una mezcolan-za espantosa, una copia burda, un esperpento que distorsiona la realidad y lo sumerge en la más profunda enajenación.
De forma estricta este hombre es un proleta-rio, esa es su condición material, pero su ideo-logía se encuentra imbuida en los parámetros burgueses, por lo tanto, ideológicamente abraza sus concepciones y formas de comportamiento. La lucha por la emancipación del pueblo estriba en construir en él la conciencia proletaria, que reconozca las causas de la miseria y desarrolle actividad creativa contra el poder burgués.
Con mucha frecuencia los apologistas de la burguesía argumentan la tesis de que el intelec-tual, el profesionista, el estudiante no es prole-tario porque no está inmerso directamente en la producción fabril; incluso acuñan eufemismos para sostener que la condición precaria de vida de millones de trabajadores les da la caracterís-tica de una nueva clase social “el precariado”. Tales argumentos reflejan un profundo descono-cimiento de la realidad socio-económica y a la vez la sarta de mentiras que pretenden “refutar” el análisis marxista.
El asalariado vende su fuerza de trabajo al capitalista a cambio de un salario, independien-temente de la labor que desempeñe; ésta es la generalidad que distingue a todos los trabajado-res; tener conciencia de ello o no de su realidad es la tarea que se resuelve con la proletarización ideológica, con la toma de conciencia de clase, de su situación y condición de explotación.
Los contratos de trabajo en el norte del país es un ejemplo donde masas campesinas dejan por periodos de tiempo sus tierras de cultivo, al-ternan las temporadas de siembra y las jornadas de trabajo en los campos agrícolas de los nue-vos latifundios, propiedad de la nueva burguesía agraria. Esta realidad es la manifestación de la paulatina proletarización de masas campesi-nas, es cuestión de tiempo para que el arraigo al campo se pierda por completo y se incorpore a engrosar las filas de los cinturones de miseria en las grandes urbes.
La ideología burguesa llama a la reconstruc-ción del tejido social cuando se refiere a la de-gradación de la clase campesina que es des-plazada de sus lugares de origen producto del hambre, la miseria y la violencia de Estado, no
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obstante, pese a que constituye un fenómeno bastante despreciable, es una condición natu-ral del capitalismo para garantizar la oferta de fuerza de trabajo en los centros de producción industriales.
Si se observa el fenómeno migratorio de los jóvenes de las comunidades campesinas e indí-genas, se podrá advertir que los principales lu-gares de afluencia son los importantes centros industriales del país, por lo que su incorporación al ejército industrial activo es inminente, esto manifiesta a la vez la incesante proletarización material de masas campesinas, sin embargo, su incorporación es mecánica, arrastrados por el hambre y la miseria, y no son conscientes, por lo que se ven empujados al vaivén de la reproduc-ción del capital.
Marx dijo en su obra Contribución a la crítica de la economía política que “en la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, indepen-dientes de su voluntad; estas relaciones de pro-ducción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas mate-riales”, por esta razón, entre los trabajadores de manera paulatina se identifica la condición de asalariado, mientras tanto se configuran con mayor nitidez las clases fundamentales del modo de producción capitalista: la burguesía y el proletariado.
La base teórica para la adquisición de con-ciencia proletaria está en la ciencia del marxis-mo, porque en ella explica con rigor científico y
metodológico la fenome-nología del capitalismo, las leyes generales de su desarrollo y por ende, las premisas políticas, teóri-cas, tácticas y metodo-lógicas para su supera-ción cualitativa. Sin este pertrecho ideológico no se puede tomar una acti-tud creativa, ni ser clase para sí.
Marx en Los manus-critos filosóficos y econó-
micos de 1844, señala: “Ciertamente el trabajo produce maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador. Produce palacios, pero para el trabajador chozas. Produce belleza, pero deformidades para el trabajador. Sustituye el trabajo por máquinas, pero arroja una parte de los trabajadores a un trabajo bárbaro, y con-vierte en máquinas a la otra parte. Produce es-píritu, pero origina estupidez y cretinismo para el trabajador.” Conclusión que expresa la constan-te degradación del trabajador en esta sociedad capitalista.
En esta tesis aborda la situación real en la que se desenvuelven millones de trabajadores, sin embargo, su conciencia no percibe la necesi-dad de apropiarse de las herramientas teóricas y metodológicas para que interprete adecuada-mente la realidad objetiva, a su vez conducir sus actos por la senda de la transformación radical de la sociedad capitalista.
Las condiciones de vida del asalariado son las más desfavorables y deplorables, no obs-tante, los trabajadores reaccionan pasivamente para transformarlas, claro está que una de sus preocupaciones principales es el de resolver sus necesidades inmediatas de alimentación, ves-tido, techo, salud, educación, entre otras; en el capitalismo esta preocupación es cotidiana, lo cual convierte la mente del trabajador en un mar de aflicciones, ilusiones falsas, frustración, can-sancio y demás patologías mentales.
La liberación total del proletariado está expre-
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sada en la tesis marxista que dice “Para cultivar-se espiritualmente con mayor libertad, un pue-blo necesita estar exento de la esclavitud de sus propias necesidades corporales, no ser ya siervo del cuerpo. Se necesita, pues, que ante todo le quede tiempo para poder crear y gozar espiri-tualmente”, de tal manera que la adquisición de la conciencia de clase, de la proletarización ideológica está interrelacionada con la práctica política, con la trasformación social.
No puede existir conciencia proletaria sin práctica política, por lo tanto, se construye en la praxis, en la lucha por la superación de la explo-tación y opresión capitalista y las concepciones ideológicas de la burguesía. Quien sólo pretenda “preparase” ideológicamente desde la comodi-dad del escritorio y no se incorpora a la práctica concreta, termina por ser un embustero que no comprende que la proletarización ideológica es actitud combativa y no contemplativa.
El grueso de las familias proletarias crece, pero la conciencia de clase no va al mismo rit-mo, este proceso es un poco más lento; la res-ponsabilidad de educar y politizar a las masas trabajadoras recae, por un lado, de la voluntad de los mismos trabajadores para mejorar sus condiciones materiales de existencia, y por otro, de la organización popular, para unir la teoría con la práctica que descuelle en actividad tras-formadora.
La proletarización ideológica significa luchar contra la ideología burguesa y pequeñoburgue-sa, que cada acto cotidiano destruya toda forma y conducta de ésta, hacerlo es luchar contra la apatía, el desinterés, el individualismo y la igno-rancia; en el terreno de la práctica significa or-ganizarse, estructurar el descontento popular en las acciones políticas de masas para construir el proletariado consiente y combativo.
En el campo de la lucha de clases para de-sarrollar práctica política no es determinante las condiciones materiales de existencia, lo funda-mental es la conciencia proletaria, asumir un papel activo, creador y transformador de las condiciones actuales de explotación y opresión. Existen ejemplos en la historia de los pueblos
del mundo de hombres quienes sus condiciones materiales de vida no fueron propiamente de mi-seria, sin embargo, su convicción e ideología los llevó abrazar la causa del proletariado.
Los fundadores del marxismo, Marx y Engels, son ejemplo vivo de esta tesis, en los hechos ambos entrañaron la relación dialéctica entre ideología y práctica, es decir, de sostener decidi-damente la lucha contra la burguesía, sin impor-tar en qué condiciones se desarrollara. Ambos forjaron la ideología proletaria y actuaron acorde con ella, a pesar de que sus condiciones de vida eran de familias acomodadas.
El proletariado está llamado a ser el sepultu-rero del capitalismo, pero debe estar consciente de esta misión histórica. Mientras se encuentre enajenado, inmerso en un ambiente de consu-mismo e individualismo exacerbado, su concien-cia se encuentra extraviada, de ahí la importan-cia crucial de proletarizar ideológicamente a la gran masa de trabajadores del campo y la ciu-dad.
Cientos de trabajadores son arrojados a las filas del pauperismo, millones de asalariados se debaten entre la vida y la muerte con salarios de hambre, por lo tanto, el sujeto histórico se de-fine conforme se agudizan las contradicciones inherentes del capitalismo, pero es menester del militante socialista coadyuvar para forjar la ideología proletaria en las masas.
En la actual etapa de la lucha de clases no basta identificarnos con las condiciones mate-riales de pertenencia a la clase proletaria, es ante todo, la conciencia que se tenga de ello, para poder orientar los actos sobre la ruta de la emancipación total de la humanidad, la lucha por el socialismo en nuestro país.
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¿RESISTENCIA PSICOSOCIAL O CONCIENCIA DE CLASE?
Dos concepciones para enfrentar el terrorismo de estado
En la lucha por la exigencia de juicio y castigo a los autores materiales e in-telectuales de los crímenes de Estado surgen dos concepciones de carácter
político-ideológico en el movimiento popular que intentan explicar el terrorismo de Estado, des-de la psicología, y, proporcionar herramientas metodológicas que permitan enfrentarlo; estas concepciones son: la resistencia psicosocial y la conciencia de clase proletaria, por lo que dare-mos nuestra posición al respecto.
La resistencia psicosocial promueve la adap-tación pasiva y sumisa de las víctimas del terro-rismo de Estado, ésta, al no conceptualizar la realidad objetiva de forma adecuada, reconoce los crímenes de lesa humanidad que se come-ten como parte del terrorismo de Estado, sin embargo, los ubica como simples “violaciones a los derechos humanos” y no como política de Estado, de tal manera que la propuesta es la huida, el auto destierro temporal o definitivo y elaborar el duelo; aspectos que paulatinamente conducen a los familiares a capitular en la lucha contra estos aberrantes crímenes, por la verdad y la justicia.
Dicha concepción queda limitada al señalar con “inseguridad” a los responsables de los crí-menes de lesa humanidad, algunas veces fun-damenta sus dichos con base a versiones oficia-les no científicas, no busca luchar por erradicar estas prácticas pro fascistas, enjuiciar y castigar a los criminales de Estado, ni mucho menos lu-char por la transformación radical del sistema económico que genera explotación y opresión, porque en su lógica suponen que estos críme-nes tienen sustento en la “corrupción” o “infil-tración” del Estado; con esta postura sólo abona para la perpetuidad del régimen capitalista y la
continuación de la impunidad.El terrorismo de Estado como política de go-
bierno deja miles de víctimas mutiladas en su ser psíquico, con el cometido de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura… pretenden aniquilar la capacidad de adaptación creativa del hombre al contexto histórico o a la realidad objetiva, se crea un estado de zozobra y miedo en la población, lo que conlleva a que pre-valezca mayor impunidad para los perpetradores de los crímenes de Estado contra el pueblo.
Desde la posición de la conciencia de clase con fundamento en el marxismo, se ve al hom-bre como sujeto histórico transformador, forja-dor de su propia historia, de su destino, por lo que no sólo se ocupa, como dijo Marx, de inter-pretar de diversas formas al mundo, sino que lo primordial es ser parte activa, transformar por la vía de los hechos las condiciones adversas que impiden un desarrollo pleno y adecuado del hombre, por lo que desde esta postura la actitud de las víctimas ante el terrorismo de Estado es de combatividad y creatividad.
La resistencia psicosocial y la conciencia de clase como dos formas de interpretar y respon-der a los crímenes de Estado, surgen en diferen-tes ámbitos de la vida social, la primera en el campo de la academia, en la “psicología moder-na”, desde la cual en el lenguaje se dice ana-lizar la conducta del hombre como parte de la sociedad. La segunda, parte del conocimiento de la interpretación de los fenómenos psíquicos a través de la ciencia marxista.
La llamada resistencia psicosocial no consi-dera al hombre en la interrelación directa con el contexto sociohistórico, al contrario, se le aísla de la realidad objetiva, se le concibe como un ser pasivo, alejado de los procesos de lucha del
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pueblo mexicano y se abona a la confusión y ato-mización de las masas explotadas y oprimidas; en cambio, la conciencia de clase forja en las víctimas conocimiento de sí mismo, de su en-torno y de la realidad objetiva que lo impulsa a realizar de manera creativa los cambios que re-quiere la sociedad.
Cuando una víctima es lacerada por los críme-nes de lesa humanidad la resistencia psicosocial promueve superar el momento doloroso de ma-nera pasiva, los obliga a la resignación, olvido y otorgar el perdón a los perpetradores, “que pien-sen en los demás integrantes de su familia”, “no intente meterse en más problemas”, “traten de vivir en paz”; esta concepción está relacionada con el idealismo, porque promueve que por algo suceden las cosas, por fuerzas sobrenaturales que no se pueden explicar o es por el destino, se reconocen los efectos, pero no las causas.
En el contexto actual se intensifica el come-tido de múltiples crímenes de Estado y de lesa humanidad, expresión de la dictadura burguesa en México, sostenida por un Estado policíaco-militar, el terrorismo de Estado se aplica como política de gobierno para intentar contener y so-meter el descontento popular, de tal manera que la tendencia de la resistencia psicosocial, se pre-senta como alternativa del Siglo XXI para hacer frente al terrorismo de Estado y sus efectos, pero sus alcances son limitados.
Esta postura de la psicología está alejada del proceso de emancipación de las masas trabaja-doras, su epistemología es ecléctica, al pretender mezclar y conciliar diferentes teorías que desde distintos puntos de vista interpretan la conducta del hombre, su método dista mucho de explicar el desarrollo de los procesos psicológicos deriva-dos de las condiciones de vida material, por lo tanto, no proporciona una concepción ideológica a la realidad concreta que permitan a los fami-liares de las víctimas enfrentar el terrorismo de Estado de forma creativa y transformar el conte-nido de los procesos psíquicos, por el contrario, con sus eufemismos y postmodernismos genera estancamiento y obstruye las acciones políticas de masas.
La resistencia psicosocial intenta trasladar y aplicar de manera mecánica el conocimiento de la psicología tradicional para atender desde ésta los efectos de los crímenes de Estado, sin tomar en cuenta los problemas epistemológicos de la psicología moderna, por lo que se vuelve limitada en el análisis de la realidad objetiva, no aporta a la solución del problema, al contrario, abona para la pasividad, resignación y frustra-ción en las víctimas de los crímenes de lesa hu-manidad.
La objetivación de estas tesis se encuentra en la alternativa de poner “a salvo” a las vícti-mas, lo que implica desmovilizarlas, aislarlas de las denuncia política. Muy pernicioso resulta conducir a los familiares al silencio para evitar que el flagelo represivo alcance a otro miembro del núcleo familiar, en los hechos manifiesta la posición de que la violencia la produce el pueblo y no el Estado.
La conciencia de clase nace en la praxis políti-ca, fundamentada en la teoría revolucionaria: el marxismo, que si bien Marx no habló de manera explícita sobre la psicología, elaboró premisas fundamentales para el desarrollo de la psicología marxista que tuvo su origen y aplicación con el triunfo en Rusia de la Gran Revolución Socialista de Octubre en lo que fue la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) definida como “la ciencia de las funciones cerebrales que refle-jan la realidad objetiva cuyo objeto de estudio son las leyes que rigen las funciones psíquicas y su desarrollo” (Smirnov, Rubinstein, Leóntiev y Tieplov; 1960, p.13) es decir, explica las leyes que rigen la formación de los procesos psíquicos en determinadas condiciones sociales.
La psicología marxista explica la relación que guardan los fenómenos de la realidad objetiva junto a la ideología, la cual permite no sólo inter-pretar esta realidad, sino estructurar y desarro-llar el pensamiento en combinación con la praxis sobre las causas de los fenómenos sociales y di-rigir los actos de voluntad en aras de construir y organizar la lucha popular contra el capital, por esta razón se comprenden las causas y el origen de los crímenes de lesa humanidad, que tienen
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patente en el Estado mexicano.En el Frente Nacional de Lucha por el Socialis-
mo (FNLS), nos regimos por los principios de la psicología marxista, por ser ésta la que coadyuva y da mayores aportes científicos en la formación de la conciencia de clase, lo más avanzado en el terreno de la psique, si bien hoy en el siglo XXI los nuevos descubrimientos de la psicología se basan en lo que aportaron los especialistas so-viéticos, los psicólogos norteamericanos hacen sus investigaciones basándose en éstos y toman como propios dichos descubrimientos, pero no se otorga el reconocimiento que el marxismo hace a esta ciencia.
Los casos de nuestros compañeros que fue-ron víctimas de intento de ejecución extrajudicial, de ejecución extrajudicial, desaparición forzada y detenciones arbitrarias son un ejemplo que ilustra al elemento consciente, que asume una posición de clase combativa ante los crímenes de lesa humanidad, al participar en jornadas na-cionales de lucha, acciones políticas, foros, mar-chas, mítines, para denunciar la represión de la que son objeto y desenmascarar la política de terrorismo de Estado del gobierno mexicano.
Desde la perspectiva de la lucha popular fun-damentada en el marxismo, la resistencia psico-social no coadyuva en forjar la actitud combativa y creadora de las masas explotadas y oprimidas, en la exigencia de presentación con vida de los detenidos desaparecidos, mucho menos exigir castigo a los criminales de Estado, porque forta-lece el campo de la ideología burguesa, opuesta a la proletaria y combativa que por medio de la práctica propone una trasformación de fondo.
Se ha comprobado por la vía de los hechos que toda ciencia que se aleja de la praxis de los hombres, tiende a mostrar su carácter contem-plativo, se olvida que la práctica política transfor-ma al hombre, puesto que cuando éste desarro-lla actividad política como una manera creativa de responder al terrorismo de Estado surgen nuevas capacidades que fortalecen su concien-cia de clase y permite continuar en la lucha por los intereses del proletariado.
Para desplegar acciones combativas contra el terrorismo de Estado es necesario adoptar la concepción científica-materialista que explica las leyes que rigen el pensamiento, la naturaleza y la sociedad, ello permite desbrozar el camino hacia la verdad en el cometido de crímenes que laceran y agravian al pueblo.
La resistencia psicosocial y la adquisición de la conciencia de clase proletaria como formas metodológicas de hacerle frente al terrorismo de Estado, tienen su concreción en la realidad objetiva, por lo que la validez o insuficiencias se manifiestan en los métodos de lucha por las cuales conducen a las víctimas de estos flagelos represivos.
Es una necesidad que las víctimas tomen con-ciencia de clase para que de manera creativa y combativa enfrenten esta política y exijan me-diante acciones políticas y denuncia la presenta-ción con vida de su ser querido, así como juicio y castigo a los responsables de los crímenes de Estado y de lesa humanidad, si se comprende quién es el enemigo de clase se podrá asumir una posición consciente de clase, hagamos de esta forma de lucha nuestra forma de vida que trasforme la realidad objetiva.
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Culturarte, ,expresión proletariaPROLETARIO
Proletario, gritaste ¡criminales!, antes que nadie,cuando el murmullo desamparado iba en silencio,
escondido en la garganta, abatido por el terrorismo de Estado.
Dijiste, ¡represores!, antes que otros,cuando la vida venía con la muerte,
volcada por la desolación de arrancarte a un hijo,un fruto del pueblo trabajador.
Motivaste a otros en igual condición,familias alcanzadas por la violencia institucional,
hogares lacrimosos ante la ausencia de un ser querido.
El sosiego se convirtió en consignas combativas,en conciencia proletaria,
de quienes naufragaban en el mar de la enajenación.La realidad objetiva se hizo presente,
sentimientos superiores rebosaron el ser psíquico, la construcción del hombre nuevo comenzó.
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Las calles resonaron los ventanales institucionales,alertaron los oídos de los represores,
preocuparon su política criminal,el ser genérico lucha por su emancipación.
Estoicos, sigilosos y férreos avanzan,cual lava desciende de un volcán,
para construir organización popular, invitar al hermano de clase a luchar,
a no perder su dignidad.
¡Proletarios! Gritaste,no más impunidad,
quitemos al opresor lo que es nuestro, unidos y organizados,
Venceremos.
¡Proletarios! Dijistesocialismo científico,
es lo que necesita la humanidad,convenzamos a todo hermano,construyamos fuerza proletaria,para transformar la sociedad.
Avancemos,caminemos con pasos firmes,
con combatividad,hagamos de nuestro destino,
revolución del pueblo.
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Migración, despojo y militarización en México
(Participación del FNLS con una brigada de norteamericanos en México)
Compañeros y compañeras de esta de-legación política de la organización “Ac-ción Permanente para la Paz” que hoy visitan nuestro país, antes que nada
reciban un fraternal y caluroso saludo del Fren-te Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS). Para nosotros es muy importante la oportunidad de exponer ante ustedes los diversos testimo-nios de los saldos deleznables de las políticas gubernamentales de nuestro país con el norte-americano, el cual se materializa en cientos de miles de detenidos-desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente y desplazamientos forzados.
Sepan que por muy dolorosa que resulte la verdad o por muy incómoda que sea la realidad, nos proponemos plantear las cosas con objetivi-dad, porque tenemos plenamente ubicado la di-ferencia que existe entre el gobierno norteameri-cano y el pueblo de este país, así como también reconocemos los esfuerzos que hacen en lo in-terno para modificar en un mediano plazo la po-
lítica injerencista de su gobierno para con otros pueblos.
Nuestra exposición la queremos iniciar con un contexto general, que para nosotros es de vital relevancia, nos referimos a la crisis eco-nómica capitalista que dio inicio precisamente en su país y que a la fecha aún no toca fondo, esta crisis, dicho sea de paso, es una de la más profundas y prolongadas, por tanto, sus efectos todavía no se manifiestan con toda nitidez, prin-cipalmente para los países dependientes de las políticas financieras.
A raíz que se dio a conocer la crisis, los efec-tos se empezaron a sentir en los países como el nuestro, de manera particular en el reforzamien-to de la política de seguridad nacional, que im-plicó la adquisición de más instrumental bélico, apoyo logístico, técnico y financiero; de manera particular, este proceso tuvo su punto álgido con la declaración de guerra contra el narcotráfico
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que emitiera el expresidente Felipe Calderón, como el pretexto para extender la militarización a todas las esferas de la vida pública de nuestro país.
Durante el gobierno calderonista se dio a conocer públicamente que solicitó el apoyo de 350 millones de dólares que formarían parte de la Iniciativa Mérida, un programa que incluía la adquisición de helicópteros, armas, adiestra-miento, entre otras cosas, aspecto que colocó a nuestro país sólo por debajo de Colombia en recibir apoyo económico de Estados Unidos, ci-fra por demás estratosférica si se considera que en aquel país se desarrollaba una lucha frontal contra la organización guerrillera más antigua de América Latina.
Hay un dato que agudiza más los sentidos para hacer un análisis más adecuado, el general Badillo denunció que dio una dotación de avio-nes de patrullaje del gobierno norteamericano a la Armada de México, durante la administración de Vicente Fox, fue condicionado para que un oficial de fuerzas armadas estadounidenses es-tuviera presente en cada inspección que dichos aviones realizaran; lo que documenta el oficial mexicano es que lo que buscaban los estadouni-denses era obtener de primera mano informa-ción valiosa de nuestros mares.
¿Con qué objeto el gobierno del vecino país del norte desea tener un mapa preciso de la geo-grafía mexicana? Otros testimonios obtenidos por investigaciones periodísticas documentan que para el gobierno mexicano y el norteame-ricano, les movía el interés de “combatir” todo tipo de organizaciones armadas, no sólo del nar-cotráfico.
Con estas aseveraciones queda evidenciado el verdadero objetivo del reforzamiento del apa-rato represivo del Estado, cuya esencia es emi-nentemente contrainsurgente; se sabe que la cri-sis económica y sus consecuencias se sentirán con mucha más crudeza en las masas trabaja-doras, muchas intentarán organizarse como una forma de mejorar sus condiciones de vida, otras buscarán llegar al vecino país en la aspiración del anhelado “sueño americano”, para lo cual,
es preciso “blindar” las fronteras norte y sur.Es necesario considerar que el desarrollo eco-
nómico no es homogéneo en todo el globo, de eso, los ejemplos son sobrados en la realidad mundial, de tal manera que en el momento ac-tual, existen naciones con una profunda depen-dencia económica que se manifiesta en marca-das desigualdades sociales entre los pueblos de los países dependientes y el de los países pode-rosos.
La crisis acentuó este proceso migratorio ha-cia las zonas de mayor desarrollo económico y esta situación se expresa tanto en el aspecto in-terno como externo; por un lado, cada vez son más los sectores campesinos que deben pasar parte de sus vidas en la agroindustria, por lo que paulatinamente empiezan un proceso de prole-tarización material; por otro, una parte de la po-blación, tanto urbana como rural, se aventuran a intentar cruzar la frontera norte para tratar de mejorar sus condiciones materiales de existen-cia.
Los países con economías sólidas y desarro-lladas concentran en sus manos gran parte la riqueza social, con lo que condenan a las masas trabajadoras a vivir en el hambre, la pobreza y la miseria. Ésta es una de las principales causas de la migración porque la dependencia económi-ca de los países menos desarrollados es tal, que resulta imposible sortear la miseria con salarios de hambre.
Esta dependencia se observa en muchos fac-tores, por citar unos aspectos podemos men-cionar la tecnológica y financiera. Los países dependientes son condenados perpetuamente a ser fuente de materias primas sin un ápice de derecho de poder industrializarlas. El ejemplo más ilustrativo se encuentra en el procedimiento de refinación de los combustibles, como fuente energética fundamental. El monopolio de refina-ción se encuentra en las principales potencias económicas, por lo tanto, a los pueblos depen-dientes se nos condena a vivir a la zaga del sub-desarrollo.
El aspecto particular que hoy se muestra con
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marcada singularidad es que este flujo migrato-rio es movido mayoritariamente por el hambre y la violencia que produce el despojo de tierra en manos de sus legítimos dueños, ahora no sola-mente de las manos campesinas, sino también de casas habitación, para favorecer empresas inmobiliarias. ¿De qué otra manera se puede ex-plicar el abandono de sus lugares de origen, aún con los sobrados peligros que la travesía hacia el norte significa?
Con sutil sentimiento xenófobo se escuchan las opiniones de analistas que el motivo de la migración es porque desean una Tablet, la te-levisión de plasma, el automóvil y otras tantas trivialidades, sin embargo, en el razonamiento lógico no pueden existir los deseos de satisfa-cer simples bagatelas, es claro que el motivo de migrar en búsqueda de “algo” mejor es porque prácticamente se ha perdido todo, la muerte por inanición aguarda pacientemente en los hogares proletarios de Latinoamérica.
Los gobiernos en turno convirtieron a nuestro país en un verdadero cementerio de migrantes, accedieron servilmente a traspasar la frontera sur de Estados Unidos al sur de México, con lo cual, el calvario que significa cruzar los más de 5 mil kilómetros de sur a norte se incrementó de manera exponencial.
En su momento la fuerza de trabajo migrante rindió frutos favorables a una economía en as-censo, sin embargo, ahora subsumida en una de sus peores crisis, ésta representa un riesgo de inestabilidad social, porque se entra en compe-tencia con la clase obrera de ese país, por lo que el ejército de desempleados se puede incremen-tar de manera alarmante, lo cual lleva el “riesgo” implícito de adquirir conciencia de su papel his-tórico, en el propio seno del imperialismo.
Actualmente el tema migratorio se encuentra en boga, con la amenaza de expulsión masiva de connacionales del territorio estadounidense, sin embargo, no es la misma actitud que se de-muestra con los cientos de migrantes que corren la misma suerte cuando están de paso por el te-rritorio mexicano.
El fenómeno de los crímenes ejecutados con-tra los migrantes tiene un origen de clase, del odio de la burguesía contra los proletarios del mundo. Hoy sumergidos en la profunda crisis ya no requieren la fuerza de trabajo barata que re-presentan los migrantes, por esta razón, cientos de crímenes se ceban contra hermanos de clase de otras latitudes en nuestro país.
Existen testimonios de que son las mismas autoridades mexicanas quienes se encargan de “asegurar” la frontera sur, es decir, ejecutar el terror como barrera para impedir que más mi-grantes se aventuren a entrar a nuestro país para llegar a Estados Unidos. Se tiene testimo-nio de que el Instituto Nacional de Inmigración (INM) es quien detiene a migrantes pero no son presentados a ninguna institución migratoria, lo que configura una desaparición forzada.
La suerte que corren las masas trabajadoras que intentan organizarse o simplemente porque se encuentran en una región donde existen am-biciones de empresarios transnacionales, es la misma para la fuerza de trabajo migrante, por-que nos identifica una característica, el pertene-cer a la gran masa de desposeídos, desplazados de sus lugares de origen por el hambre.
La lucha contra el narcotráfico es utilizada como cortina de humo para intentar encubrir cientos de crímenes de lesa humanidad y de Estado, con ella se pretende eludir la respon-sabilidad de distintas corporaciones policíacas e instituciones públicas en el cometido de una política de terror con un móvil eminentemente económico, asegurar las tasas de ganancia para el capital monopolista transnacional.
En la actualidad no existe duda que en cada crimen que se comete, en cada desaparición for-zada, ejecución extrajudicial o desplazamiento forzado, hay un vínculo que conduce a la vora-cidad de empresas transnacionales de diferente índole, pero particularmente de extracción mine-ra e hidrocarburos.
En el estado de Veracruz recientemente fue documentado el hallazgo de la fosa clandesti-na más grande de Latinoamérica, no obstante,
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los argumentos versaron en encuadrar este fe-nómeno con la “delincuencia organizada”; hoy sabemos que en el litoral de este estado existen importantes yacimientos de hidrocarburos en aguas someras, por lo que era imprescindible, desde la lógica fascistoide de quienes gobier-nan, imponer un Estado de excepción so pretex-to de combatir el crimen.
En situación similar se encuentra el corredor industrial que corresponde el complejo transna-cional denominado “La Cuenca de Burgos” en los estados del norte, por el lado del golfo de México, donde no sólo se militarizó con la im-posición de toques de queda, sino que además se estructuraron grupos paramilitares para co-meter crímenes de lesa humanidad y generar el desplazamiento forzado de la población.
Conforme avanza la administración del actual presidente de la República Enrique Peña Nieto, los efectos de su “mayor” éxito, la imposición de las reformas neoliberales empiezan a salir a flo-te, con ellas la verdadera esencia de tales medi-das económicas. Cientos de kilómetros cuadra-dos del territorio nacional son concesionados a empresas mineras, canadienses y estadouni-denses principalmente; la entrega de la riqueza energética que se encuentra a flor de piel y no de difícil acceso, como se argumentó en un prin-cipio.
Al pueblo de Estados Unidos le informan que se destinan recursos económicos a países como el nuestro para “coadyuvar” en tareas de segu-ridad pública, porque el narcotráfico “infiltró” al Estado mexicano, que el apoyo técnico-científico en la industria petroquímica es porque no tene-mos la capacidad de procesar ni extraer el crudo de aguas profundas, por lo que la impresión que deja es que su gobierno es benevolente.
La realidad es totalmente otra, las armas que entran desde la frontera norte no son para la defensa del pueblo, muchas de ellas pasan a fortalecer las estructuras paramilitares que se encargan de realizar el “trabajo” sucio que los cuerpos oficiales no pueden hacer; de esto es fiel testimonio el operativo denominado “rápido y furioso” que consistió en pasar miles de armas
con el fin de rastrearlas y así hacer un mapeo del crimen en nuestro país, hasta el momento no hay ninguna información al respecto, por el con-trario, los crímenes de lesa humanidad después de esto van en aumento.
En cuanto al desarrollo de la tecnología es una verdad a medias, porque es verdad que no se posee toda la capacidad para explotar los ya-cimientos, pero la mentira está en tanto que el argumento principal para la apertura del capital privado a este sector estratégico de la economía mexicana fue que los yacimientos se encontra-ban en aguas de difícil acceso, lo paradójico ahora es que éstos están en aguas superficiales y bastaba la capacidad industrial que se posee para su explotación.
Con lo anterior no se quiere fortalecer la idea de un capitalismo independiente, ruta por la cual la burguesía nacional pretende conducir el pro-ceso; lo que queremos demostrar es la voracidad con la que se pretende despojar de la riqueza natural y energética, proceso que es apuntalado por varias empresas extranjeras y nacionales, el cual agudizará aún más las condiciones de po-breza en la población del campo y la ciudad.
Hubo opiniones en nuestro país que se opusie-ron al método de fragmentación hidráulica para la explotación de hidrocarburos, no obstante, lo que se condena era sólo la forma y no la esencia que es la expoliación de la riqueza petrolífera, que dicho sea de paso, ya existen poblaciones enteras despojadas de su patrimonio.
Como se podrá advertir, explicamos el fenó-meno desde una perspectiva más amplia, para encontrar las intersecciones en cada aspecto en los que se manifiesta el desarrollo capitalista en el momento actual, de esta manera encontra-mos un incremento del flujo migratorio debido a la profunda desigualdad social que genera este régimen económico que pondera el bien mezqui-no individualista por encima del bien común.
La militarización es parte del reforzamiento de las medidas de control social ante un esce-nario cada vez más convulso, donde las masas proletarias paulatinamente encuentran en la or-
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ganización popular la forma de resolver media-namente sus condiciones de vida, por lo tanto, se devela la esencia contrainsurgente de crear grupos especiales para ejercer la represión, don-de fluyen cantidad inconmensurable de recursos económicos de distinta procedencia.
Con el sofisma de preservar la seguridad na-cional se encubre el objetivo principal de esta política de Estado, que es asegurar el nuevo proceso de acumulación y centralización de ca-pital producto de la crisis económica estructural capitalista; el despojo violento y legalizado es la manera con la cual se pretende garantizar las fuentes de riqueza natural y energética, que en los hechos concretos representa asirse de las materias primas.
La política internacional de su país hacia el nuestro es mucho más compleja y rebasa los lí-mites de la “cooperación” para la adquisición de material bélico, ésta es, y esperamos con ello no herir susceptibilidades, de dominación y saqueo, por lo que los militares en las calles con pertre-chos proporcionados por el gobierno norteame-ricano, es sólo la forma que cubre la verdadera esencia de esta política.
Sin duda que no sólo penden sobre nosotros intereses del capital norteamericano, hoy como en todo proceso de crisis y de cambio de correla-ción de fuerzas, existe la amenaza de todas las potencias del capital financiero, por lo que la lu-cha que nos depara como pueblo mexicano es mucho más compleja.
En algunas regiones del norte del país ya se documentaron la creación de “cuerpos de segu-ridad” financiados por las propias empresas, en el estado de Oaxaca, en el corredor eólico, tam-bién se denunció una estructura similar, con lo que el hilo que conduce a la relación del poder económico con el político se hace más nítido.
¿Qué pretendemos con pláticas como estas? ¿Cuál es el motivo de exponer en estos térmi-nos nuestro análisis? Lo primero que debemos señalar es que reconocemos en el pueblo esta-dounidense a sectores que no están totalmente de acuerdo con la política de su gobierno, por lo
tanto, nos une nuestra pertenencia a las clases populares; y exponer las cosas de esta manera es para eliminar de esta circunstancia la perso-nalización en tal o cual personaje.
El elemento humano cumple su papel en este proceso socioeconómico, pero para comprender en su exacta dimensión el fenómeno es preci-so ir hasta la raíz y es por esta razón que nos atenemos a la tesis que subraya la existencia de la crisis capitalista. Los distintos personajes que conformaron los gobiernos de nuestro país son responsables de lo que acontece, pero no basta con llamar a cambiar a uno por otro, mientras la base económica sea la misma.
Al FNLS se nos reprime de distinta manera por denunciar las cosas con objetividad, por llamar a la organización popular para hacer frente al te-rrorismo de Estado; actualmente tenemos com-pañeros víctimas de la desaparición forzada, de ejecución extrajudicial, amenazas y hostigamien-to a través de los cuerpos policíaco-militares.
Recientemente el pasado 29 de junio 13 de nuestros compañeros fueron detenidos arbitra-riamente en el estado de Chiapas, cuando se realizaba difusión política en una de las entra-das a la capital del estado, la ciudad de Tuxtla Gutiérrez; el objetivo de esta agresión era des-viar la atención de los trabajos del peritaje inde-pendiente que realizaba el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para determinar las causas que le privaron de la vida al compañero Humberto Morales Sántiz.
Su oído atento, pero sobre todo, su voz de denuncia en su país natal, representa para no-sotros una muestra importante de solidaridad, porque entre hermanos de clase, que padece-mos las mismas consecuencias de este régimen de iniquidad, independientemente de la nacio-nalidad que nos identifique, debemos abrazar la misma causa, luchar contra cualquier injusticia en cualquier modalidad que se presente.
Fraternalmente Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
¡7 de noviembre de 2015 no se olvida!Intento de ejecución extrajudicial cotra cinco integrantes del
FNLS en la Ciudad de México¡Ni perdón ni olvido, juicio y castigo a los responsables !