psicologia social ii[1]

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PSICOLOGIA SOCIAL

Ricardo Neyra Menndez

PROCESOS DE ATRIBUCIN SOCIAL Introduccin Los procesos atribucionales intentan dar causas a cada situacin. Atribucin: creencias que tenemos acerca de las causas de creencia de las causas de los sucesos. Segn Kelly (1972), nosotros somos epistemlogos laicos, y por medio del sentido comn, procuramos establecer las causas de las cosas. Al establecer las causas de las cosas no estamos haciendo otra cosa que buscar una explicacin de los fenmenos, por lo que nos remitiremos al tema de las explicaciones, y en particular a un tipo de explicaciones: las explicaciones causales. Entre los autores que contribuyeron a la definicin de causa y que ha influido en la teora de Kelly (1967) es John Stuart Mill (1872/1973) quien argumenta: "... la causa es la suma total de condiciones positivas y negativas en su conjunto... (de la cual) una vez realizada se sigue invariablemente la consecuencia (cit. Por Hewstone, 1992:25)" 1. Orgenes de la atribucin en psicologa Ahora bien refirindonos a la atribucin de causalidad que realizan los individuos en la vida cotidiana encontramos el trabajo de Fritz Heider (1944; 1958) que fue el que desencaden el inters por el estudio del fenmeno de la atribucin. En su libro clsico La psicologa de las relaciones interpersonales (1958), Heider afirma que tenemos la necesidad de atribuir causas a los fenmenos que observamos. Al hacerlo, satisfacemos nuestra necesidad de vivir en un mundo relativamente estable y previsible. (Cit. Por: Rodrguez, Assmar y Jablonski, 2004:78) Por otro lado desde el punto de vista de la sociologa vale la pena destacar las tempranas aportaciones de Burke, quien se interesaba en la atribucin de motivos y la estudio en forma de sentencias judiciales, poesa, ficcin, tratados polticos y cientficos, noticias, chismorreos. Utiliz cinco trminos clave para su teora: el acto (lo que tena lugar); la escena (la situacin de fondo); el agente (la persona o clases de personas que la realizaban); el mediador (los medios aplicados) y los propsitos (por qu tena lugar). Burke contrast dos posibles explicaciones de la accin, una centrada en las disposiciones de un agente (la relacin escena-agente) y la otra en el factor situacional (la relacin escenaacto). Esta distincin nos da luces para comprender entre atribuciones personales y situacionales, que es el eje de la teora de la atribucin. El equivalente desde el punto de vista de la psicologa sera la diferenciacin entre la causalidad personal y la causalidad impersonal de Heider (1958). La primera de ellas se refiere a cuando percibimos una accin como derivada en gran parte de las fuerzas personales; la causalidad impersonal se da cuando

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atribuimos que la accin proviene de fuerzas externas, es decir, que percibimos la accin como derivada de fuerzas ambientales. 2. Kelly (principio de covariacin) Una importante aportacin al desarrollo de las teoras de la atribucin durante la dcada de los 70 fue el modelo propuesto por Harold Kelley, cuya primera versin apareci en 1967. Partiendo de algunas ideas de Heider, Kelley elabor una explicacin del proceso de atribucin basada en el principio de covariacin. Segn Kelly un efecto es atribuido a la causa con la cual covara. Es decir, un efecto ser atribuido a una determinada causa cuando varan conjuntamente a lo largo del tiempo. 3. Atribucin de xito o fracaso Se fueron aadiendo durante los aos 70 y 80 algunas propuestas tericas, cuya principal contribucin fue la de incluir en la investigacin sobre atribuciones una reflexin sobre las funciones motivacionales y afectivas que stas cumplen. El antecedente lo encontramos en la obra de Heider (1958) quien haba dedicado una especial atencin al anlisis de las explicaciones causales que siguen al xito o fracaso en la resolucin de tareas. Aunque la dimensin fundamental que Heider haba utilizado en su anlisis era la distincin entre causas internas y causas externas, tambin haba esbozado la idea de que las causas utilizadas para explicar el comportamiento diferan en el grado de estabilidad, y que sta era una dimensin central cuando la persona trataba de explicar el logro personal. Weiner (1972, 1986), ampliando la idea de Heider, sita el anlisis de los procesos de atribucin causal en el contexto de la motivacin para el logro, y propuso tres dimensiones para clasificar las atribuciones: La localizacin (locus) de las causas, que nos permite distinguir entre causas internas y externas; La estabilidad, que hace referencia a la permanencia de las causas a lo largo del tiempo y nos permite distinguir entre causas estables e inestables; y La controlabilidad, que se refiere al grado de control que la persona puede ejercer sobre los factores que han provocado su comportamiento.

La idea central en el modelo de Weiner es que el tipo de factores que la persona utiliza para explicar el xito o el fracaso ejerce una gran influencia en la motivacin y tiene importantes consecuencias motivacionales. La atribucin del xito a una causa estable contribuir a aumentar las expectativas de xito, mientras que si la misma causa estable se utiliza para explicar el fracaso, las expectativas de logro en el futuro disminuirn. 4. Heider: la psicologa ingenua de la accin

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Afirma que el proceso de atribucin comienza desde la observacin de una conducta y finaliza cuando el observador cree haber encontrado la causa que la produjo. Empleamos los mismos procesos de atribucin que en los sucesos fsicos, pero de forma ms complicada y aadiendo alguno ms. La combinacin de los siguientes factores nos da conocimiento de cmo se producen las atribuciones. a) Atribuir el comportamiento a factores internos, personales Poder Motivacin, esfuerzo. Intencin, no realiza el esfuerzo necesario. Exercin, no lo intenta. b) Atribuir el comportamiento a factores externos o ambientales Factores no sociales: Dificultad de la tarea Azar, suerte Factores sociales, ambientales Requerimiento y rdenes de otros Intervencin de valores impuestos por otros. 5. Jones y Davis: teora de las inferencias correspondientes Al atribuir intenciones de causalidad en el fondo lo que intentamos es predecir conductas. Cuando inferimos una disposicin o caracterstica personal del sujeto a partir de una conducta observada estamos realizando inferencias correspondientes. Para ello se ha de cumplir: Intencin. Se ha de percibir intencionalidad. Evaluacin de los efectos de la accin. Cuantos ms efectos comunes haya entre una actividad sustituida y por la que se ha sustituido habr ms facilidad para la creacin de inferencias correspondientes, especialmente cuando la primera atribucin que hago es interna (perezoso) Expectativas sobre el sujeto que estamos evaluando. Cuanto mayor es la desconfirmacin de nuestros esquemas sobre una persona mayor es la probabilidad de crear inferencias correspondientes. Relevancia hednica. Excepcin de lo anterior. Independientemente de lo anterior, el comportamiento se anula cuando al evaluarlo tiene influencia negativa o positiva sobre nosotros. Esto hace aumentar la probabilidad de realizar inferencias correspondientes. 6. Kelley: el modo de covariacin y los esquemas causales 6.1 El modelo de covariacin La mayora de las veces las personas no slo atribuimos causas a los acontecimientos sino que, adems, necesitamos validar esos comportamientos. Para ello utilizamos tres tipos de informacin:

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Consenso. Un observador cree que existe consenso cuando todas o la mayor parte de los sujetos responde en la misma situacin respecto de la persona observada. Distintividad. Cuando la persona observada responde de forma diferente a otros objetos o entidades similares. Consistencia. Cuando la persona responde siempre de la misma manera o de forma parecida al estmulo que estamos evaluando. Combinando estos tres tipos llegamos a los distintos tipos de causalidad: Atribucin de la causa a la caracterstica de la actividad, objeto. (Cs+, D+, Ct+) Atribucin al sujeto (Cs-, D-, Ct-) Atribucin a las circunstancias (Cs-, D+, Ct-)

6.2 Los esquemas causales Son preconcepciones acerca de qu causas van asociadas con qu efectos. 6.3 Esquema de las causas suficientes mltiples (CSM) Cuando hay diferentes causas para explicar un acontecimiento y todas estn presentes en el momento del acontecimiento, y, adems, cada una por separado puede causarlo. 6.4 Principios: Atributivo de desestimacin. Cuando aparecen mltiples causas la atribucin es menor, dada que cada causa la valoramos menos, tendemos a desestimar la relacin causal. Aumento. Tendemos a estimar como ms probable aquellas causas que han vencido factores inhibidores de ocurrencia, factores que en teora dificultan la consecucin de lo que se pretenda (chico con desestructuracin familiar que aprueba un examen, sobrevaloramos su esfuerzo) 6.5 Esquema de las causas necesarias mltiples (CNM) Son esquemas de causas que deben actuar necesariamente para producir un determinado acontecimiento. Funcionan los dos anteriores. 7. Jones y Nisbett: diferencias actor observador Estudian las diferentes formas de interpretacin ante una misma conducta. Segn ellos, las heteroatribuciones tienden a ser internas y las autoatribuciones externas. El observador tiende a atribuir las caractersticas a factores personales, a la conducta en s miso.

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El actor apela a factores situacionales. Lo importante es la situacin que genera.

7.1 Factor informativo Cuando el observador est evaluando una conducta no sabe si sta es tpica o no. La mayor parte de las veces le hacen falta datos. Pero cuando se evala a s mismo no ocurre as. 7.2 Factor perceptivo La percepcin tiende a organizar los elementos perceptivos que percibe (forma fondo). Cuando un sujeto evala la conducta de otro, lo que ve es solamente el comportamiento. Sin embargo, al evaluarse a s mismo lo que ms ve es la situacin que tiene que afrontar. 7.3 Factor motivacional Cuando se evala la voluntad de otros lo que se busca es responsabilidad, cuando se evala a s mismo se tiene cuidado para no daar la autoestima. Cuando alguien fracasa busca la culpa en otra persona, cuando se tiene xito, por el contrario, se busca dentro de s. 7.4 Funciones de los procesos atributivos Realizar procesos atribucionales permite a las personas tener control y prediccin de futuro, tener autoestima. Adems, tiene funciones en la presentacin del yo. 8. Tipologa, Razones y Consecuencias de las Atribuciones Causales Las atribuciones son inferencias sobre las causas de la conducta, propia o de otros, elaboradas sobre la base de la informacin proporcionada por el contexto, nuestra experiencia y nuestros conocimientos previos sobre el actor. Segn Heider (1958) citado por Len, et al. (1998), autor en cuyos trabajos se encuentra el origen del inters por la atribucin causal para la Psicologa Social, gracias a estas inferencias nuestro mundo se hace ms predecible y obtenemos una sensacin de control. Adems, las atribuciones pueden contribuir a mantener los niveles de autoestima, por ejemplo: Atribuir el xito al propio esfuerzo incrementa nuestra autoestima al igual que atribuir el fracaso a causas externas tambin la preserva. Por lo que se refiere a los diferentes tipos de atribucin causal que podemos encontrar, las numerosas investigaciones han ido aportando diversas clasificaciones de las atribuciones segn el criterio empleado para su estudio. La ms elemental es la distincin entre autoatribucin (atribuciones efectuadas sobre nuestro propio comportamiento) y heteroatribucin (atribuciones efectuadas sobre el comportamiento de los dems).

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Un segundo criterio es la controlabilidad: Podemos considerar que las causas de una conducta o de un hecho estn o no bajo nuestro control. Otro criterio es la estabilidad: Podemos atribuir siempre las mismas causas a un determinado comportamiento (atribucin estable) o cambiar con frecuencia nuestra atribucin causal de dicho comportamiento (inestable). Finalmente, un gran desarrollo ha alcanzado el estudio de la dimensin internalidad -externalidad. Se habla de atribucin interna cuando atribuimos las causas de una conducta a variables del propio actor, mientras que la atribucin externa se produce cuando situamos las causas del comportamiento en factores situacionales externos al sujeto actor. 9. Errores de Atribucin Las atribuciones causales no se realizan nicamente a partir de la informacin de que disponemos, sino que tambin estn mediatizadas por nuestras actitudes y expectativas, as como por la particular perspectiva que tenemos del hecho o conducta observada. Todos estos factores nos recuerdan el carcter subjetivo de la atribucin. En esta subjetividad residen los frecuentes errores o sesgos atribucionales que cometemos. 9.1 El error fundamental de atribucin Una persona incurre en un sesgo cuando distorsiona por abuso o desuso algn proceso atributivo correcto. No quiere decir que el error y el sesgo se produzcan con mala intencin. Definicin: sesgo es una distorsin ms o menos sistemtica a la hora de elaborar una atribucin acerca de una conducta. Una distorsin por abuso o desuso en el proceso atributivo. Sera la tendencia a atribuir a factores personales del actor las causas de su conducta, subestimando las presiones del ambiente. Un ejemplo de error fundamental de atribucin generalizado lo constituye la actitud que tradicionalmente ha mantenido la sociedad acerca del programa de la droga, slo parcialmente contrarrestada por posteriores campaas de concienciacin que no han hecho comprender la importancia de ciertos factores ambientales en la gnesis de la drogadiccin. El error fundamental se produce tanto en las heteroatribuciones como en las autoatribuciones. Una explicacin plausible para este error sera que la conducta del actor resulta, con frecuencia, ms saliente que la situacin. El perceptor se centra en la otra persona, no en la situacin, por lo que aqulla acaba siendo evaluada como excesivamente importante desde un punto de vista causal. Una segunda explicacin apela a la norma social de internalidad, segn la cual las atribuciones internas se evalan ms favorablemente que las externas. 9.2 El sesgo actor-observador

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Se refiere a las frecuentes diferencias entre actor y observador en la atribucin causal que ambos hacen de una determinada conducta. Lo ms habitual es que los actores atribuyan sus acciones a la situacin y los observadores a disposiciones del observador, tal y como sostienen Jones y Nisbett (1972) citados por Len, et al. (1998). Existen dos explicaciones para este fenmeno que no resultan incompatibles: La explicacin histrica y la explicacin perspectivista, que a continuacin se describen brevemente: La explicacin histrica nos dice que el actor, al disponer de informacin sobre su experiencia previa ante otras situaciones similares o relacionadas, le resulta ms fcil explicar su conducta presente en funcin de dicha situacin. El observador, por el contrario, no suele disponer de esa informacin sobre la experiencia previa del actor, por lo que tiende ms a hacer una atribucin interna. Por ejemplo, yo veo en la calle cmo un peatn tropieza estrepitosamente con un bache de la acera. Probablemente pensar qu individuo ms distrado! Debera fijarse ms por dnde va pisando.... El peatn, sin embargo, sabe que por lo general esto no suele ocurrirle, ya que no tiene por qu haber agujeros en la acera, y echar la culpa a la desidia del ayuntamiento. La explicacin perspectivista nos dice que actor y observador tienen perspectivas distintas, desde un punto de vista perceptivo y atencional, del hecho o conducta. El actor se centra en la accin y su contexto (en el ejemplo anterior, el tropiezo y el bache), pero el observador centra su atencin en el personaje que protagoniza el hecho (el peatn). 9.3 La ilusin de dominio Es este error atribucional que nos remite a una de las funciones esenciales de la atribucin causal: Hacemos atribuciones causales para tratar de entender, de dominar nuestro entorno social gracias a los aspectos estables y consistentes que hallamos en l. Este deseo de estabilidad y dominio nos conduce tambin a errores atribucionales en los casos en que creemos ilusoriamente que ciertos aspectos de nuestros entornos se encuentran bajo nuestro control, cuando en realidad dependen de otros factores o simplemente del azar. Por ejemplo, si discutimos de un tema polmico con una persona a la que conocemos poco y sta nos da la razn con facilidad, podemos creer que tenemos argumentos slidos, cuando puede que lo que ocurra es que la otra persona es algo tmida, sabe menos que nosotros de ese tema o sencillamente no tiene ganas de seguir discutiendo. Conductas supersticiosas responden tambin al mecanismo de ilusin de dominio. 9.4 Algunos sesgos y errores atribucionales concretos Tendencias confirmatorias Cuando emitimos juicios causales acerca de algunos acontecimientos tendemos a acumular informacin que confirme nuestras hiptesis. Recordamos y almacenamos mucho mejor aquella informacin que afirma estos esquemas.

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Tendencias egocntricas de atribucin Tendencia del sujeto a sobrevalorar las contribuciones realizadas por s mismo en un logro conjunto. 9.5 Error fundamental (efecto Jones-Harris) Tendencia que presentan algunas personas a evaluar todos los acontecimientos subestimando las caractersticas psicolgicas de la persona y no teniendo en cuenta la situacin en que se encuentran los sujetos. Se encuentra mucha diferencia n cuanto a las culturas. Se trata de un tipo de error o sesgo tpico de la cultura occidental. 9.6 Falso consenso Es la tendencia de los sujetos a sobrestimar o sobrevalorar que sus juicios y expectativas compartidos por otros. Algunos contextos favorecen que se produzca este error aunque no sean la causa directa de que se produzca el error (intergrupales, situaciones amenazantes, temas relevantes para el sujeto). 9.7 Sesgos atribucionales en contextos grupales En un contexto intergrupal se interrelacionan grupos. Hay tendencia a que se produzcan los siguientes errores: Error de atribucin ltimo, se refiere a la tendencia que presentan los sujetos a explicar las conductas positivas realizadas por miembros del propios grupo haciendo referencias a causas internas. Si las conductas son negativas las explicaciones se atribuyen a causas externas. El personalismo vicario, se refiere a la tendencia de los sujetos den contextos intergrupales a considerar que las conductas realizadas por otros grupos han sido llevadas a cabo de manera intencionada. Esto justifica, de manera considerable, los conflictos entre determinados grupos.

Si los sesgos se producen de forma sistemtica y es un rasgo caracterstico de la persona se denominan estilos atribucionales sesgados: Estilo atribucional egtico (Snyder) o egoprotector. Se presenta de forma sistemtica atribuyendo a uno mismo los resultados positivos y a los dems los resultados negativos. Es un estilo atribucional tpico de la cultura occidental por los patrones educativos de control de conductas, manejo de intenciones... Daa la imagen del sujeto aunque su imagen mental est sana. Acompaa a problemas de socializacin, pero no ha problemas de salud mental o psquica. Suelen mantener problemas de conductas sociales. Estilo atribucional insidioso (Seligman). Las dimensiones se estudian son: interior-exterior (la causa de la conducta est dentro o fuera del sujeto), estabilidad-inestabilidad, globalidad-especificidad, controlable o 63

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no controlable. El estilo atribucional insidioso consiste en atribuir el xito a factores externos, especficos, inestables e incontrolables, y los fracasos a factores internos, globales, estables y controlables. Este estilo es tpico de la depresin. La depresin se combate con tratamiento farmacolgico acompaado de terapia cognitiva para modificar el estilo. PERCEPCIN SOCIAL Introduccin Percepcin social: juicios elementales que sobre las personas elaboramos. Son juicios que se establecen tras un primer contacto y van a guiar nuestra interaccin con estas personas. La interaccin social incluye dos procesos bsicos: Decodificar todos los datos que vienen del exterior reducindolos a una manera ms simple. Ir ms all para poder predecir comportamientos y consecuencias a partir del primer conocimiento.

Segn los gestltistas la percepcin de personas est muy relacionada con la de objetos. Ambos son procesos psicolgicos estructurados. Categorizacin de percepciones. Tienen a buscar los elementos invariantes de los estmulos Tienden a otorgar significado a lo que perciben. Interpretacin.

Pero, a pesar de todo existen diferencias: Tendencia, la percepcin de personas, a buscar agentes causales, intenciones. Sabemos atribuir inferencias en las otras personas aludiendo a nosotros mismos, ya que en el fondo somos parecidos. Cuando percibimos personas se da siempre en interaccin, al mismo tiempo estamos siendo percibidos por ellos.

Esto puede llevar a intentar manejar la situacin. La percepcin de personas es un proceso mucho ms complejo que la percepcin de objetos, y mucho ms determinar su exactitud.

1. Tipos De Percepcin Social 1.1 La Formacin de Primeras Impresiones

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Es el proceso mediante el cual se infieren caractersticas psicolgicas a partir de determinados atributos de la persona observada y se organizan esas inferencias de manera coherente. Dos enfoques: Investigacin de S. Asch (gestltista). Modelos de tendencia relacional (posicin constructivista/gestltica). Los diversos elementos estn organizados como un todo y cada rasgo afecta y se ve afectado por los dems generando una impresin distinta cada vez difcil de predecir. Asch diferencia entre rasgos centrales y secundarios en funcin del ambiente. Integracin de la informacin. Modelos de combinacin lineal (posicin empirista). La percepcin final de la persona se consigue a travs de las caractersticas individuales de los elementos que percibimos de ellos. La primera impresin es la conclusin de combinar linealmente los rasgos que de ella se nos presentan. Los rasgos de una persona nunca son absolutos, sino que se pueden evaluar o valorar, y sumndolos nos pueden dar el rasgo final de esa persona.

1.2 Modelos de la Posicin Empirista: Modelo suma. Considera que la impresin final que obtenemos de una persona es el resultado de la suma de los rasgos que tenemos de por separado. Este modelo no explica la formacin de las primeras impresiones. Cuantos ms rasgos se presenten mejor (cantidad). Modelo promedio. Se evalan las caractersticas por valoracin, cualidades, no tanto cantidades. Lo que importar es aquello en lo que destaca. Presentar slo los rasgos en que destaca (calidad). Media ponderada. Establece un modelo en la que permite ver que la primera impresin cuenta ms que las siguientes, qu caractersticas cuentan ms... Como el anterior pero se tiene en cuenta tambin el contexto. Es el modelo ms aceptado.

2. La Percepcin de la Personalidad No slo nos quedamos con la primera impresin, tambin percibimos la personalidad. 2.1 Teoras Implcitas de la Personalidad Son ideas preconcebidas de la persona que nos ayudan a juzgarlas. Son teoras que derivan de aquellas creencias que cada una de las personas tiene acerca de aquellas caractersticas o rasgos de las personas que ocurren conjuntamente o que aparecen unidos. Caractersticas:

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Son idiosincrsicas, propias de cada individuo, como fruto de su experiencia. Algunas de estas teoras son compartidas por algunos grupos. Intentan facilitar el conocimiento de la realidad, con lo que tratan de ser lo ms sencillas posible. (ej.: los estereotipos)

2.1.1 Efecto del Halo Tendencia a considerar que una persona que posee una determinada caracterstica positiva o negativa presentar otras del mismo carcter. Es una teora derivada de las teoras implcitas de la personalidad. En percepcin de personas se da un fenmeno por el que determinados rasgos fsicos positivos llevan asociados rasgos de personalidad del mismo signo. 2. 1.2 Generalizacin Estereotipada Se trata del proceso segn el cual existen determinados rasgos que vienen marcados por el contexto social. Tendencia a percibir a las personas en base a los rasgos que, segn nuestras creencias caracterizan a un determinado grupo o categora social. Cada vez que aparece uno de esos rasgos en una persona, tendemos a atribuirle una impresin que despus generalizamos. 2.1.3 Analoga Proyectiva Tendencia o fenmeno por el cual si percibimos dos personas semejantes en algn aspecto lo sern tambin en ms aspectos, aunque no los hayamos verificado. 2.2 Percepcin de Estados Emotivos de las Personas Sabemos que el rostro es un buen manifestador de los estados emotivos. Pero: Las emociones se vivencian con grados de intensidad variables. La mayor parte de las veces son expresiones ambiguas y se manifiestan con diferentes grados. En la vida real lo frecuente es que las personas intente tapar sus estados emotivos, especialmente si son negativos. Existe una tendencia cultural a que los estados emotivos no se deben manifestar, especialmente con la variable sexo.

2.2.1 Percepcin de Causalidad Cuando una persona percibe a otra intenta percibir intenciones. Los experimentos muestran una tendencia perceptiva a situar la responsabilidad causal de las conductas a factores externos por encima de la responsabilidad de los sujetos. Esta tendencia se ve mediatizada por:

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Estatus social percibido. Cuanta ms baja sea la situacin social ms causalidad externa atribuimos. Atractivo. Cuanto ms atractivo ms causalidad interna. Semejanza con nosotros mismos. Cuanto ms semejantes a nosotros mismos ms interno percibimos su comportamiento. Personas halagadoras o gratificadoras (dem al anterior).

Si el comportamiento es no normal (extravagante) hay una tendencia a atribuirlo a factores internos. Para no atribuirle una causalidad externa nos fijamos tambin en que: tengamos conocimiento de que conoce las consecuencias y que le percibamos como capacitado, con destreza. Cuanto mayor sea la gravedad o alcance del comportamiento de una persona mayor tendencia a buscar responsabilidades. 2.2.3 Autopercepcin El sujeto percibe sus rasgos a travs de lo que realiza, como si estuviera evaluando a otra persona. Pero la evaluacin que realiza cada uno de s es de autoapasionamiento, autobenevolencia... 3. Factores que Pueden Influir en la Percepcin de Personas 3.1 Factores Asociados al Perceptor a. Metas, Motivaciones y Expectativas: Los objetivos que tiene las persona que percibe influyen en la percepcin. Las motivaciones se combinan con las metas y modifican la impresin. Del mismo modo ocurre con las expectativas que tenga. b. Familiaridad: Cuanto ms familiar sea un estmulo obtendremos una percepcin ms exacta y, a la vez, ms compleja, llevando consigo sesgos y errores. Efecto de la mera exposicin. Una persona que se presenta en muchas situaciones y seguidamente, si contiene una cualidad positiva o neutral, el hecho de encontrarla con frecuencia aumenta el atractivo. c. Valor del estmulo: Cuando una persona percibe a otra, cuanto mayor sea la necesidad que tenga de esa persona o de alguno de sus atributos, se le tender a dar una mayor acentuacin perceptiva, hay una tendencia a percibirla de manera ms compleja y exacta. Problemas: d. 3.2 Significado Emotivo del Estmulo: Cuando percibimos a una persona capaz de posibilitarnos consecuencias positivas o negativas, desde el punto de vista afectivo, tendemos a percibirla de forma ms compleja. Pero:

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La defensa perceptiva. alto umbral de reconocimiento que gozan algunos estmulos amenazadores (no vemos aquello que no queremos ver). Perspicacia perspectiva. Las personas que pueden aportarnos beneficio tiene un bajo umbral de reconocimiento (vemos aquello que queremos ver). e. Experiencia: Las personas con determinadas experiencias tiene ms y mejor percepcin. 3.3 Variables Asociadas a la Persona Percibida La Psicologa Social se ha preocupado de estudiar cules son los factores ms utilizados por las personas para manejar la impresin: Congraciamiento. Estrategias utilizadas para aparecer de manera ms atractiva ante los dems. Intimidacin. Personas que manejan la impresin mostrando el poder que tienen sobre otras. Autopromocin. Intentar manifestar habilidades y esconder defectos. Autoincapacidad. Manifestar habilidades y dependencias para provocar conductas de ayuda. Asociarse a gente con xito par que se produzca el efecto de halo. 3.4 Factores Relativos al Contenido de la Percepcin a. Efectos de orden: Los primeros rasgos dominan la percepcin siguiente. El efecto de primaca suele tener, por lo tanto mayor fuerza. b. Tono evaluativo de los elementos informativos: Sesgo de positividad. Hay una tendencia general a percibir a las personas de forma positiva. Pero cuando percibimos un rasgo negativo tiene ms fuerza en la evaluacin final. Adems, una evaluacin negativa es mucho ms difcil de desconfirmar que una positiva. c. Informacin nica y redundante: La informacin nica y peculiar percibida de otra persona tiene mucha ms impacto en la percepcin. Cuando una persona presenta caractersticas muy similares a los dems, y presenta una que sea diferente, ese ser el rasgo que ms le marque, el rasgo original. d. Carcter ambiguo de la informacin: Tiene mayor fuerza aquella informacin que sea clara (fcilmente confirmada o desconfirmada) aunque sea ms simple que la informacin ambigua. e. El propio contenido de la informacin: Podemos obtener diferentes tipos de informacin a travs de una primera impresin, pero este contenido de cualquier tipo, est siempre modulado por el contexto, la situacin en la que se perciba el contenido de una persona.

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3.5 Factores Relacionados con la Precisin Perceptiva La percepcin va relacionada con las expectativas, el contexto... A lo ms que se puede aspirar es a que esa percepcin facilite la labor que tengo que realizar, que facilite la adaptacin, una percepcin clara, objetiva, olvidndonos de si es correcta o no. Factores relacionados con la precisin perceptiva: Inteligencia. Las personas ms inteligentes manifiestan una mayor capacidad perceptiva. Complejidad cognoscitiva. Su memoria a corto y largo plazo poseen multiplicidad de esquemas mentales muy ricos para analizar la realidad. Edad. A mayor edad mejor precisin perceptiva. La madurez est relacionada con ella. Sexo. La diferencia en el sexo no parece que influya. Pudiera ser que por educacin las mujeres hayan adquirido una mejor percepcin. Ajuste socio-emotivo. En casi todas las enfermedades que tienen que ver con la personalidad o con la emocin influye la precisin perceptiva. Las personas que se dedican a tareas que tienen que ver con la esttica presentan mayor precisin perceptiva. El rasgo autoritarismo est relacionado con una menor complejidad cognoscitiva y menor precisin perceptiva. 1. Concepto de Conducta Pro social En las varias definiciones que se han elaborado del trmino, subyace una idea comn a todas: Se trata de una conducta que un sujeto realiza en beneficio de otro, en libertad de eleccin y sin recompensa aparente para su ejecutor. Planteada de esta forma puede dar la impresin de paradoja, frente a las teoras psicolgicas que parten del supuesto de que la conducta se aprende y mantiene en funcin de los refuerzos recibidos. La solucin consiste en defender que si bien en apariencia la conducta pro social no reporta beneficio al sujeto, ese beneficio al sujeto, ese beneficio existe aunque no sea observable desde fuera. Entre las diversas teoras explicativas de la conducta pro social y que en conjunto proyectan un panorama un tanto confuso y fragmentado sobre el tema, nos centraremos en cuatro de ellas por considerarlas las ms completas y de mayor coherencia. 2. Teoras Explcitas de la Conducta Pro social 2.1 Teora Normativa La conducta pro social est influida por el grado de obligacin moral que lleva a un individuo a realizar acciones de ayuda especficas. 69

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En una situacin concreta, los sentimientos de obligacin moral se generan por la activacin de la estructura cognitiva de normas y valores del individuo. Estos sentimientos pueden llegar a ser neutralizados al cuestionarse el sujeto la relevancia o conveniencia de esa obligacin.

De estas proposiciones, se desprende que las conductas pro sociales van a estar en funcin de las diferencias individuales en sentimiento de obligacin moral, de las condiciones que influyen en la activacin de las estructuras cognitivas de normas y valores y de las condiciones que tienen influencia en los mecanismos defensivos y que llevan al individuo a cuestionar la relevancia o conveniencia de su accin de ayuda. Vemos de esta forma que se presentan fuerzas contrapuestas entre los sentimientos de obligacin que le llevan a actuar y los mecanismos defensivos que pueden frenar la conducta. Schwartz y Howard (1981) explican este proceso a travs de cinco fases: En la primera, denominada atencin, el sujeto percibe la necesidad de ayuda y evala tanto su propia capacidad como su responsabilidad para proveer remedio. El sujeto en una segunda fase, motivacin, elabora una norma personal y se generan en l sentimientos de obligacin moral. En la tercera fase, evaluacin, se estiman las consecuencias previsibles de la conducta altruista desde el punto de vista de costes y beneficios potenciales; si la evaluacin no permite tomar una decisin surgen en el individuo mecanismos defensivos que hacen improbable la emisin de respuestas altruistas, fase de defensa. La quinta fase, conducta, consistira en la emisin del comportamiento altruista o en la inhibicin de ste. La teora normativa ha sido cuestionada por autores como Darley y Latan (1970). Sus argumentos se basan en el carcter general, a veces vago, de las normas y en el hecho de que en muchas ocasiones se muestran contradictorias (si por un lado se dice que es bueno ayudar a los otros, por otro se ensea que hay que ser receloso con los extraos). Estos autores ponen en duda tambin que un individuo implicado en una situacin de emergencia (ayuda) elabore todo un complejo anlisis de decisin sobre si acta o no acta. 2.3 Modelo de Ayuda debido a Reacciones Emocionales Este modelo, propuesto por Piliavin y Piliavin (1969) defiende que la respuesta emocional ante las necesidades de los dems juega un papel importante en la determinacin de ayudar. Si, por ejemplo, de forma inesperada vivimos la escena de un accidente automovilstico en el que una mujer joven est en el suelo inconsciente, es probable que experimentemos dos tipos de emociones cualitativamente distintas: Por un lado, viviremos un grado subconsciente de tensin personal en el que se mezclan sentimientos de alarma, molestia, contrariedad y afliccin y que podramos resumir diciendo que sentimos una sensacin de horror. Por otro lado, quiz experimentemos un cierto grado de inquietud emptica, al identificarnos con la accidentada y seamos invadidos por 70

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sentimientos de compasin, ternura, cordialidad y simpata hacia ella. Es decir, estaremos afligidos por ella. Las emociones experimentadas son desagradables y nos sentimos motivados a reducir nuestro estado de angustia personal provocada por la escena. Hay dos formas en que podemos eliminar dicha angustia: Podemos ayudar reduciendo as nuestra emocin al aliviar el sufrimiento de la persona; o bien podemos escapar de la situacin, la huida de la escena elimina el contacto con la persona necesitada y puede disminuir o anular nuestras emociones ante ella. Piliavin y Piliavin (1972) sugieren que la decisin de ayuda o escape va a depender del coste que nos suponga la accin. As, si la ayuda que hemos de prestar a nuestra accidentada sugiere avisar a una ambulancia, el coste de ayudar sera ms alto si hemos de recorrer varios kilmetros que si tenemos el telfono a mano: si por el contrario nos planteamos el escapar, el coste sera alto porque probablemente anticiparamos sentimientos de culpa, que an seran mayores si conociramos a la persona. Piliavin demuestra que es ms probable que la gente tenga comportamientos pro sociales cuando el coste de ayudar es bajo que cuando es alto. Otros autores informan en sus investigaciones que hay ms alta probabilidad de ayudar si el sujeto experimenta un alto nivel de angustia personal ante la situacin. As pues, podemos tomar como conclusin siguiendo a estos autores, que cuando sentimos angustia personal ante una situacin de ayuda, la opcin de ayudar o escapar va a depender de los costes relativos asociados a ambos comportamientos: Cuando los costes de ayuda son bajos y los de escapar altos, ser ms probable que ayudemos; si la situacin es la contraria tal vez tratemos de escapar. Por otra parte, Krebs (1975) ha puesto de manifiesto que los sentimientos de empata hacia una persona necesitada pueden tambin impulsar a ayudar, aun cuando el coste de escapar sea bajo. En este caso nuestra emocin no est enfocada a nuestra propia angustia, sino a la de la persona en apuros, si huimos podemos reducir nuestra tensin personal, pero no reduciremos la angustia emptica que se nos ha provocado. Esto sugiere que el nico coste que va a tener peso en la eleccin de la conducta de ayuda o escape en esta situacin, ser el coste que suponga el ayudar, si ste es muy alto podra disminuir la intencin de ayudar, pero si no lo es la inquietud emptica dirigir la motivacin hacia la ayuda sin importar la facilidad o dificultad de escapar sin ayudar. 2.4 Modelo de Ayuda debido a Situacin de Emergencia Se trata de uno de los modelos ms conocidos de conducta de ayuda, elaborado por Darley y Latan (1970), quienes sostienen que en la vida cotidiana vivimos sucesos que para nosotros son habituales, incluso esperados, pero en ciertos momentos vivimos situaciones de emergencia que se distinguen por ser inusuales, que implican amenaza o peligro real, altamente 71

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imprevisibles, de rpido desarrollo, en las que el individuo que las vive, apenas tiene tiempo de pensar qu postura de accin tomar, ya que requieren una decisin urgente e inmediata. En estas situaciones de emergencia, siguiendo el modelo de Darley y Latan, el proceso que lleva al altruismo implica cinco pasos crticos: Advertir que algo est ocurriendo, definir la situacin en el sentido de que ella se necesita ayuda, asumir una responsabilidad personal, elegir una forma de asistencia e instrumentar dicha asistencia. Ahora bien, el fenmeno que ms ha captado la atencin de estos autores es el de la pasividad de los sujetos ante situaciones de emergencia. Los datos empricos muestran tres posibles razones explicativas de la pasividad de los sujetos: La presencia de otros atena la responsabilidad de intervenir sentida por el observador y, por consiguiente, inhibe la conducta pro social, y si, adems, los observadores presentes son percibidos como ms competentes aumenta la inhibicin (difusin de responsabilidad). La situacin de emergencia se presenta generalmente cargada de ambigedad y sta provoca incertidumbre en el observador. El hecho de que los dems espectadores permanezcan inactivos sirve como modelo de comportamiento pasivo, y llevan a la definicin social de la situacin como inofensiva, dificultando as las respuestas de ayuda (ignorancia pluralista). La presencia de otros espectadores puede limitar una potencial intervencin al ser percibidos como posibles espectadores de su propia actuacin. En posibilidad despierta la ansiedad del individuo que duda que sea capaz de llevar con xito su intervencin, frenando su conducta; aunque puede tambin aumentar la posibilidad de ayuda en aquel individuo que se siente competente y capaz de actuar bien (aprensin ante la evaluacin).

En muchas situaciones, estos tres factores (difusin de responsabilidad, ignorancia pluralista y aprehensin de evaluacin) se refuerzan entre s suprimiendo en mayor medida la voluntad de intervenir. Un claro ejemplo es el suceso acaecido en 1964 en Nueva York, cuando Kini Genovesse fue asesinada ante 38 vecinos que observaron el hecho, que dur unos largos treinta minutos, sin que ninguno de ellos hiciera nada por intervenir, ni llamar a la polica. Por otra parte, datos empricos demuestran que las tendencias inhibitorias de los grupos quedan eliminadas ante la aparicin de un lder eficaz que sea capaz de asumir prontamente la responsabilidad. El efecto potenciador de la intervencin en este caso radica en que el lder acta como modelo social apropiado y facilita la definicin social de la situacin como de emergencia. 2.5 Modelo de Ayuda por Aprendizaje 72

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A lo largo de todo nuestro proceso de socializacin nos han enseado que hemos de ayudar incluso sin esperar recompensa. Diversos agentes socializantes nos inculcan el bienestar de los dems como un bien interno. Podemos sealar cuatro razones diferentes para ayudar, aprendidas todas ella: El aprendizaje por observacin es un poderoso instrumento, aprendemos que otros ayudan. Los principales modelos para los nios son sus padres, observando cmo stos ayudan a otros es probable que ellos lo aprendan. Sin embargo, cualquier sujeto puede servir de modelo en situaciones reales de ayuda; el hecho de que veamos que alguien presta ayuda en una situacin (un pinchazo en carretera), hace ms factible que nos detengamos y ayudemos cuando nos encontremos en una situacin similar. Profusas investigaciones sealan que son varios factores los que influyen en la eficacia del modelo, entre los principales nos encontramos con: La similitud entre el modelo y el observador y el grado de prestigio del modelo. Aprendemos que ayudar puede ser reforzante. Las recompensas materiales directas son reforzadores eficaces de las conductas de ayuda. Es probable que el nio repita la conducta por la que ha sido reforzado. Sin embargo, con frecuencia las recompensas sociales (agradecimientos, elogios, estima) son tan buenos reforzadores como los materiales. Si, adems, estas recompensas provienen del receptor de la ayuda, es an mayor la probabilidad de que se repita la conducta altruista. Aun cuando nuestra conducta de ayuda nonos reporte recompensa (material social), puede llegar a ser reforzante en s misma. Se trata de una recompensa secundaria: La conducta de ayuda nos hace sentir bien porque en nuestra vida desarrollamos un sentido de obligacin, aprendemos que debemos ayudar, y nos felicitamos cuando lo podemos llevar a cabo. Aprendemos unas normas que nos dicen que hemos de ayudar a los que tienen necesidad en ciertas situaciones. Una de las normas ms extensamente estudiadas es la que nos impulsa a la ayuda recproca. Wilke y Lanzetta (1970), encontraron una relacin directa entre la cantidad de ayuda recibida y el grado de ayuda recproca. Aprendemos a auto-recompensarnos por ayudar. Al actuar altruistamente nos convencemos a nosotros mismos del tipo de persona buena y solcita que somos.

3. Factores que Debilitan la Motivacin para Ayudar Hemos revisado toda una serie de explicaciones de procesos y factores que nos impulsan ayudar. Sin embargo, existen tambin variedad de factores que nos desaniman a ayudar. Sealemos algunos: A pesar de haber aprendido que ayudar implica una recompensa, tambin aprendimos que a veces el no ayudar puede ser ms ventajoso, o menos 73

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costoso, que el hecho de prestar ayuda. Darley y Batson (1973) observaron que los estudiantes de un seminario, los cuales tenan prisa por acudir a una cita importante, tendan a no detenerse para ofrecer ayuda a un joven accidentado tirado en un callejn. Para ellos la recompensa de ayudar estaba limitada al conllevar un coste mayor por el hecho de perder la cita. Otro factor inhibitorio es la existencia de ciertas normas que se oponen a las normas que impulsan a ayudar. As por ejemplo, se inculca cuida de tus propios asuntos, si seguimos esta regla no prestaremos ayuda, sobre todo en situaciones ambiguas que no estn muy claramente significada la necesidad del otro. Si bien nuestra reaccin de angustia ante la necesidad es un factor disposicional de ayuda, podemos adaptarnos a ella por varios motivos y de esta manera limita nuestro comportamiento pro social. Unas veces ser debido a nuestra adaptacin al sufrimiento por estar expuestos con frecuencia a imgenes de dolor y muerte de los dems, que ya no constituyen una novedad; y en otras ocasiones a la tendencia que tenemos a menospreciar a quienes son vctimas de sufrimiento (Hornstein, 1976). Muchas situaciones de urgencia se nos presentan de manera ambigua. Ya vimos anteriormente que en estas ocasiones reaccionamos con una cierta calma intentando conocer las reacciones de los dems que estn presentes; si, adems, percibimos que se diluye nuestra responsabilidad individual entre la multitud, o nuestro sentido de competencia para la ayuda es menor que el de los otros, es probable que inhibamos nuestra oferta de ayuda. Un ltimo factor es la dificultad que en ocasiones tenemos para ponernos en el lugar de otro (reaccin emptica) y percibir su necesidad, ya sea por no poner suficiente atencin o por nuestro fracaso para poder imaginar cmo se siente. 4. Conducta o Interaccin Asociativa: La Afiliacin Interpersonal 4.1 Discusiones tericas 4.1.1 La Tendencia Afiliativa como Conducta Inaprehendida Bases estructurales filogenticas (cerebrales) no han podido encontrar aproximaciones hacia esta postura Relacionado con alguna necesidad imprescindible para la supervivencia de las personas (etlogos). Esta va de investigacin est cerrada. a. Impriming (etlogos): En periodos crticos los sujetos aprenden determinadas respuestas de manera persistente. b. Necesidad de estimulacin (seguidores de Freud): Los contactos sociales son necesarios para una buena salud mental o para un aceptable ajuste de la personalidad.

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c. Necesidad de compaa de otros: La conducta afiliativa favorece la calidad de vida pero no es causa directa que provoque o no vida. d. Necesidad de afecto 4.1.2 La Conducta Afiliativa como Conducta Aprendida (Conductistas): Se adquiere la conducta filiativa a travs de refuerzos, modelado... Trminos de coste recompensa Sentimientos de seguridad Satisfaccin subjetiva de necesidades

4.2 Factores Experimentales 4.2. 1 El miedo o temor. Necesidad de reducir temor. Aumenta la tendencia afiliativa. Variables. a. Comunicacin verbal: No es necesaria, la mera presencia es suficiente. b. Orden de nacimiento: Los hijos primognitos son ms filiativos. c. La ansiedad: A ms ansiedad menor conducta filiativa. Con la ansiedad no se puede comparar el miedo de uno con el de los dems, ya que no se sabe a qu se debe. 4.2.2 La Incertidumbre o Inseguridad Emocional (aparecen los conceptos de realidad social y comparacin social): Est relacionado con el miedo. Cuando una persona est con incertidumbre las conductas filiativas se potencian, y aparece la homogeneizacin de sentimientos. El individuo con desdicha se juntar en especial con aquellos que estime sean semejantes a l. Realidad social, se refiere a la validacin de nuestros estados subjetivos mediante un criterio social, el criterio de ver si la otra gente comparte o no esos estados subjetivos, de si se siente igual que uno mismo. Comparacin social, los dems sirven de criterio de compensacin. Existen minoras activas que no tienden a la homogeneizacin. 4.2.3 El grado o tipo de incertidumbre: la gente tiene un grado o tipo de incertidumbre acerca de sus propios sentimientos sobre las cosas. Nota: No se debe poner mucho nfasis en considerar la tendencia afiliativa como instinto, sino ms bien como una reaccin aprendida por aprendizaje. El 75

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gregarismo humano se evidencia principalmente ligado a dos factores: temor e incertidumbre.

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5. Interaccin Asociativa. Conducta Emptica. Atraccin Interpersonal La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interaccin social es una de las claves de este proceso. Si la conducta es una respuesta al estmulo social producido por otros, incluido los smbolos que ellos producen, la interaccin social puede ser concebida como la secuencia de esas relaciones estmulo respuesta. La interaccin social produce efectos sobre la percepcin, la motivacin y, especialmente sobre el aprendizaje y la adaptacin del individuo. Atraccin personal es el juicio que una persona hace de otra a lo largo de una dimensin actitudinal. ste tiene tres dimensiones: dimensin cognitiva evaluativa, dimensin conductual o comportamental y afectos relacionados con la atraccin. (Efecto de halo). 5.1 Explicaciones Tericas 5.1.1Teoras Conductistas Condicionamiento clsico. La atraccin se puede modificar por asociacin de las personas con experiencias que resultan agradables o desagradables. Por condicionamiento operante se define atraccin interpersonal como la atraccin de aquellas personas que nos proporcionan mayor nmero de refuerzos y menor nmero de castigos. a. Teora del aprendizaje condicionado o teora del intercambio social (Homans): Si en el pasado la presencia de un determinado estmulo fue ocasin de que la actividad de un individuo se sintiera recompensada, cuanto ms semejante a la anterior sea una estimulacin presente, ms probabilidad habr de que el sujeto responda de la misma manera. Cuanto ms se vea recompensada la actividad de una persona, tanto ms probable es que sta desarrolle dicha actividad. Cuanto ms frecuentemente interaccione una persona con otra, ms se gustarn entre s y ms probabilidad habr que ambas experimenten sentimientos mutuos de amistad. Cuanta ms inversin de valores cotizados realice una persona en su interaccin con otra, mayor estima obtendr a cambio por parte de esta ltima. Esta teora consta de dos principios: El valor reforzante de cada unidad de accin. El nmero o cantidad.

Introduce dos variables: 77

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Inters o beneficio: se produce intercambio entre individuos cuando el intercambio de tiene mayores beneficios que costes. Norma social. Intenta evaluar el beneficio de imagen social que se obtiene. b. Teora del parmetro de referencia o teora de la interdependencia (concepto de nivel de comparacin de Thibaut y Kelley): Teoras de refuerzo: el hombre no se siente atrado sino por aquellos que de alguna manera le recompensan y que no le gusta inmiscuirse dentro de una relacin interpersonal de amor o amistad si prev que los costes de la misma superarn las ganancias obtenibles. La cantidad de recompensas que se reciben en una interaccin se obtienen segn niveles de comparacin individuales. - Nivel de comparacin. Es la cantidad de recompensa que una interaccin entre dos personas requiere para que se instaure entre ellas una atraccin interpersonal depende del nivel de comparacin de las mismas, nivel que es distinto para cada protagonista dependiendo de su historia personal, vivencias, experiencias del pasado... - Nivel de comparacin con alternativas. Las personas tienen multitud de posibilidades de obtener conductas empticas y en funcin de ellas se puede ver el nivel de atraccin. c. Teora de la Autoestima: Hay que tener en cuenta la autoestima de las personas que interactan. Las personas con mayor autoestima exigen en las relaciones de intercambio mayor nmero de recompensas, ya que su nivel de expectativas es mucho mayor. Las de baja autoestima desconfan de su propio valer, son enormemente dependientes del grupo. d. Teora de la ganancia prdida de Aronson: Se suele hacer ms atractiva una persona cuando exige condiciones severas a sus interlocutores para establecer con ellos una interrelacin. Hay una mayor recompensa percibida en las personas que hay que conquistar. El mayor grado de atraccin interpersonal se produce en la situacin de ganancia de las relaciones estables. Cuando las prdidas son en las relaciones estables se nota mucho ms. 5.1.2 Teoras Cognitivas Principio bsico: las personas tendemos a mantener coherencia entre nuestras actitudes y las conductas. Las teoras cognitivas indican cmo dichas semejanzas conducen a la atraccin. a. Teora del Equilibrio de Fritz Heider: El hombre tiende a la consistencia cognoscitiva y busca personas con las mismas caractersticas cognoscitivas.

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b. El modelo Newcomb: Nos relacionamos mejor con personas de ideas semejantes, aquellas que coinciden en sus valores y criterios. Principio de ideologa. c. Teora de la Comparacin Social de Festinger: Me resultan atractivos aquellos con los que puedo comparar o compartir sentimientos. 5.1.3 Teoras Afectivas: Todava estn sin estudiar cules son los perfiles sentimentales que provocan mayor o menor atraccin o rechazo. 5.1.4 Teoras Eclcticas: Tienen en cuenta todas las vertientes vistas hasta ahora. Es la tendencia que est en este momento. 5.2 Factores Situacionales Son variables facilitadoras para que se d una relacin interpersonal, pero no determinan (tiempo, espacio) Familiaridad. 5.2.1 Proximidad Fsica o Espacial: Para que haya una relacin personal es necesaria una cercana fsica. La proximidad depende de tres factores: De tipo social, institucional o econmico - Caractersticas personales de los individuos - Absoluta casualidad Importancia del factor proximidad: - Encontramos el efecto de la mera exposicin. La exposicin repetida a un estmulo que en principio es neutral tiene a provocar atraccin interpersonal hacia ese estmulo. - Semejanza. Cuando las personas estn prximas en el espacio tienden a mantener equilibrios cognoscitivos. a. Frecuencia temporal interactiva: A mayor frecuencia de interaccin mayor aumento de atraccin. Existen umbrales mximo y mnimo. b. Interaccin anticipada: Cuando las personas prevn que van a interactuar necesariamente con otras crea un fenmeno perceptivo de aceptacin positivo. La explicacin de la atraccin interpersonal por slo el factor de proximidad fsica es insuficiente. 5.2. 2 Caractersticas de la Persona Estmulo a. Rasgos fsicos (atractivo fsico): Las personas nos sentimos ms atrados por aquellos sujetos que son atrados fsicamente, especialmente en la primera fase de una relacin. - Este aspecto va acompaado del efecto de halo. Este efecto es confirmatorio cuando se juzga a varones, pero no a mujeres.

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- A las personas con atractivo fsico se les da capacidad de posesin confirmatoria de esa cualidad. - Pero la cualidad fsica no determina la duracin de las relaciones, sino que son necesarios los siguientes factores. b. Rasgos psquicos a) Alta dotacin. Las actitudes intelectuales en determinados campos provocan atraccin interpersonal. Es una variable que tiene umbrales. El contar con estos recursos en forma destacada puede provocar rechazos. Cuando las personas que perciben la alta capacitacin tambin poseen alta capacitacin necesitan ver que no hay errores. b) Autoestima. Las personas de baja autoestima necesitan validar constantemente los criterios. Necesitan lderes que no fallen. c) Cualidades psquicas sobresalientes El rasgo ms sobresaliente es el de la sinceridad y los que se relacionan con l: lealtad, ser comprensivo, ser digno de confianza, honestidad... Altruismo. Esta cualidad debe ser percibida, sino provoca rechazo. 5.2.3 Modalidades interactivas a. Semejanza de Actitudes: Cuando una persona se encuentra con un desconocido a quien percibe como semejante, se instaura en ste o se incrementa su atraccin hacia aqul. La atraccin interpersonal entre gente semejante depende, no tanto del nmero o suma absoluta de sus actitudes coincidentes, cuanto de la proporcin ponderada entre los valores semejantes, o compartidos, y los valores divergentes de una pareja. La semejanza en las actitudes y valores influye ms en personas creyentes que en ateas. Tiene mayor importancia entre las mujeres que entre los hombres. b. Complementariedad de Necesidades: Los polos opuestos se atraen. La semejanza tiene ms que decir respecto de valores, creencias, ideas... pero la complementariedad se refiere a deseos, motivaciones, necesidades. Esto ocurre por la gratificacin recproca que se obtiene cuando las necesidades de los individuos se resuelven con una interaccin complementaria y por la compensacin que un individuo puede obtener juntndose a otro cuyas caractersticas l no posee. c. Reciprocidad de Atraccin: El mero hecho de percibir indicios de que el otro tiene una atraccin hacia m atrae. La autoestima es un factor importante en este tema. Las personas con baja autoestima son ms sensibles a que su atraccin se vea modificada por la percepcin de reciprocidad. Las personas con baja autoestima afecta en gran medida una aprobacin o una reprobacin, no as con los de alta autoestima. d. Estado Afectivo del Sujeto: El estado afectivo del sujeto es uno de los ms importantes y que condiciona su posible actuacin o no. En 80

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momentos de especial alegra tiene poco en cuenta los defectos de los dems y parece que se les quiere ms, todo el mundo parece ms atractivo que nunca. 5.3 Atraccin Interpersonal como Variable Independiente a. Efecto de halo: Tendencia perceptiva en los hombres que nos hace percibir las percepciones en dimensiones de bueno o de malo, bonito o feo. El efecto de halo nos hace cometer errores. Indica tendencia, hacia el amor o hacia el odio... El efecto de halo se puede contagiar a las personas que convivan con ellos. Este contagio se produce ms en el sexo masculino que en el femenino. b. Atribuciones de Intenciones y de Responsabilidades: Cuando nos dejamos llevar por la atraccin personal al juzgarla alcanza, no slo al evaluar sus cualidades sino tambin a sus intenciones y actos. c. Efectos de la Atraccin Interpersonal: Una sana relacin interpersonal se relaciona con la felicidad, salud mental y salud fsica. Tambin existe modificacin entre adhesin a los tratamientos y tiempo de recuperacin. 5.4 Altruismo Las teoras conductistas afirman que la motivacin ltima de todo acto filantrpico es una motivacin hedonista, el logro personal de una recompensa material, psquica y social. El altruismo se instaura en los nios mediante la imitacin de modelos de adultos significativos altruistas, a lo largo de la segunda infancia. Segn Berkowitz el altruismo es un aprendizaje moral mediante recompensas no materiales sino estrictamente psquicas. Existen otros factores que inducen al altruismo como puede ser la empata. Los tres niveles que se pueden establecer a la hora de analizar los predictores de la conducta altruista son los factores motivacionales, variables personales y determinantes situacionales. 6. Conducta Altruista Vs. Conducta Pro social: Por Qu a Veces Ayudamos las Personas Y Otras Veces No? A veces ayudamos a las personas y otras veces no, por qu sucede esto? Segn Bibb Latan y Jhon Darley (1970) consideran que cuando una persona es testigo de una situacin de emergencia, llevar a cabo una conducta de ayuda depende de una serie de decisiones. El contexto donde se produce una emergencia influye en la interpretacin que se hace la misma. Las personas tienden a interpretar las situaciones de tal manera que no requiera su intervencin o ayuda.

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La decisin de intervenir en una situacin de emergencia viene determinada por la percepcin de la persona, esto es, que se perciba como una verdadera emergencia. No obstante, esta es una condicin necesaria pero no suficiente, adems de percibir la situacin como verdadera emergencia, deberemos considerar que es nuestra la responsabilidad de ayudar. Esta decisin de asumir la responsabilidad viene determinada por el nmero de testigos que se hayan presentes, a medida que aumentan los testigos disminuye la percepcin de responsabilidad (difusin de la responsabilidad o efecto espectador). Por qu las personas no quieren ayudar? En un trabajo de Piliavin, Piliavin y Rodin (1975) - Modelo de los costos de la ayuda- consideraban que las situaciones de emergencia son excitantes. Esta activacin se percibe como desagradable y nos sentimos incitados a reducirla. La forma de reducirla es: mediante una intervencin directa interpretar que la situacin no requiere ayuda abandonar la escena e ignorar la situacin

Cualquiera que sea la conducta, est en funcin de los costos netos de brindar ayuda. Hay costos de dos tipos: costos de intervencin del testigo y costos para la victima. El primero de ellos, pueden ser costos fsicos (el agresor o la situacin estn por encima de sus posibilidades) o psicolgicos (p.e. la vctima no est en peligro). Con respecto al segundo, la intervencin de un testigo para salvar a una persona del ataque de una pandilla no incrementara sustancialmente el peligro pero puede salvar a la vctima. Sin embargo en un trabajo Sterling y Graertner (1984), la ayuda parece depender del grado de activacin del sujeto. En el estudio que llevaron a acabo, los sujetos con mayor nivel de activacin fueron los que emplearon menos tiempo en prestar ayuda. No obstante es importante considerar que la evaluacin de costos no es un proceso simple. En un trabajo de Gruder, Romer y Korth (1978), a partir de la enunciacin de la Norma de Autosuficiencia (cada la cual debe cuidarse, tomar las precauciones razonables y evitar negligencias), se realiz una matizacin importante sobre el anlisis de los costos netos. As, cuando los costos por no ayudar fueron altos para la victima (dependencia alta) los testigos prestaron ms ayuda a la victima negligente (no respet la norma de autosuficiencia). Sin embargo cuando la dependencia era baja se realizaron ms conductas de ayuda a las victimas no-negligentes que a las que no respetaron la Norma de Autosuficiencia. Un intento de ampliar el Modelo de costos fue realizado por Jane Piliavin y colaboradores (1982), considera tres factores: la empata, la excitacin psicolgica y el costo. Con respecto a la empata consideran que intervienen las siguientes variables: (a) las caractersticas de la situacin (ambigedad de la situacin y nmero de sujetos); (b) caractersticas del testigo (edad, gnero y capacidad de ayudar); (c) caractersticas de la vctima (gnero, grupo racial y atractivo); y (d) el parentesco familiar, la total probabilidad de ayudar a nuestros hijos incluso en situaciones de riesgo o costo extremo. Por lo que respecta a la

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excitacin psicolgica, no solo se refiere a la exaltacin sino tambin a la angustia de la vctima. Finalmente los costos percibidos determinarn la decisin real de ofrecer ayuda directa, indirecta o de no ayudar. En este ir desgranando como se produce la conducta de ayuda, nos surge otra pregunta, hombres y mujeres se comportan igual en situaciones de emergencia o en las que hay que prestar ayuda? Los primeros datos indican que los hombres prestan ms ayuda que las mujeres (Eagly y Crowley, 1986; Jonson et al., 1989; Piliavin y Unger, 1985). Sin embargo son las mujeres las que desempean con ms frecuencia profesiones dedicadas a la ayuda de los dems como enfermera o trabajo social. Asimismo existe mayor probabilidad de que las mujeres hagan ms favores que los hombres y brinden ms apoyo a sus amistades. Hombres y mujeres no suelen reaccionar de forma distinta a una solicitud directa de ayuda, no obstante, las mujeres detectan mejor las solicitudes de ayuda no verbal implcita (May, 1984; Eagly y Crowley, 1986). Los hombres prestan ms ayuda de tipo tcnico (Pomazal y Clore, 1973), mientras que la ayuda de las mujeres es de tipo emocional (Smith, Sller y Diener, 1975) o personal (Schwartz y Ames, 1977). La mujeres ayudan ms a sus amigas/os que a sus parejas (Barbee et al., 1993). Las caractersticas fsicas determinan el tipo de ayuda que se presta, as los hombres estn en mejores condiciones de prestar ayudar cuando sta requiere de fuerza o intimidacin (Huston et al., 1981). Estas diferencias por razn de gnero, de acuerdo con el trabajo de Eagly y Crowley (1986), estn explicadas por la socializacin diferencial de los roles sexuales. El rol de gnero femenino est determinado por normas que anteponen las necesidades de los otros, especialmente familiares, a las propias. Sin embargo el rol sexual masculino est determinado por el herosmo y la cortesa. 6.1 Clasificacin de las Situaciones de ayuda 1. Situaciones de recompensa. En un estudio de Moss y Page (1972) encontraron que las personas que son reforzadas en una situacin previa de ayuda son ms proclives a prestar ayuda posteriormente. En es te contexto se sita el fenmeno de la co-dependencia, de acuerdo con el trabajo de Deborah Lyon y Jeff Greenberg (1991) los nios que aprenden a ganarse la aprobacin y la autoestima satisfaciendo las exigencias de un padre dependiente y disfuncional buscarn las oportunidades de ayudar a las personas parecidas en el futuro. 2. El estado de humor. Como se ha demostrado en diversos trabajos, las personas que estn de buen humor tienden ayudar ms que aquellas que no lo estn (Isen, 1970; Isen y Levin, 1972; Isen, Clark y Schwartz, 1976; Underwood et al., 1977). Aunque se ha podido comprobar que no siempre el buen humor conduce a prestar ms ayuda. En un trabajo de Isen y Simmonds (1978) descubrieron que personas de buen humor no

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quieren interrumpir su felicidad prestando ayuda que por si misma no es placentera. Rosenham, Salovey y Hargis (1981) encontraron que la felicidad debe ser personal para provocar sentimientos de ayuda. Si las personas se sienten felices por la buena fortuna de otro, no se produce un incremento en el nmero de conductas de ofrecimiento de ayuda. Pero si est de mal humor por algn suceso acaecido, ofrece menos conductas de ayuda, sin embargo, si su estado de nimo negativo se debe a lo sucedido a una tercera persona si brindar ayuda. 3. Situacin de modelado. La probabilidad de prestar ayuda aumenta si hay un modelo llevando a cabo una conducta de ayuda (Bryan y Test, 1967; Macauly, 1970) 4. Situaciones de apremio. En su trabajo Darley y Bateson (1973) con un grupo de seminaristas, demostraron que quien no tiene prisa se detiene y ayuda. Quien tiene prisa es ms probable que pase de largo, incluso si su premura es para dar una charla sobre la parbola el buen samaritano. 5. Atribucin de altruismo. Aquel que se considera altruista tiene ms probabilidad de llevar a cabo conductas de ayuda, este fue la conclusin del trabajo de Paulhus, Shaffer y Downing (1977) con donantes de sangre. En una situacin similar con estudiantes Bateson et al, (1978) mostraron que las personas que se comportan de forma altruista se atribuyen poco altruismo si hubo posibles causas externas para su conducta. 6. Por norma. En este punto debemos de considerar dos principios, la norma de responsabilidad social y la norma de reciprocidad. Segn esta ltima tendemos a ayudar a quienes nos ayudan y no daamos a los que no nos daan; de esta norma estn exentos los viejos, los muy jvenes, los dbiles y los enfermos, justo las personas que son objeto de ayuda segn la norma de responsabilidad social. 6.2 Cmo son las personas a las que ayudamos? 1. Personas que nos agradan. Las personas ofrecen su ayuda no a todas las personas por igual. Los amigos ayudan ms rpidamente que los que no lo son. En un trabajo de Tesser y Smith (1980) mostraron que si ayudar era meterse en problemas, es menos probable recibir ayuda de un amigo que de un desconocido. En un trabajo de Goodstadt (1971) se demuestra como se ayuda ms a las personas que les resultan agradables frente aquellas que no lo son. Esto qued patente en el trabajo de Karabenick y Lerner (1976) utilizando para ello el atractivo fsico de una fotografa en una solicitud, de estudios de postgrado, olvidada en una cabina con un sobre franqueado. 2. Personas semejantes. En un trabajo de Gaertner y Dovidio (1986) las vctimas negras fueron discriminadas por testigos blancos solo cuando hubo una difusin de la responsabilidad (cuando haba ms testigos). Sin embargo guando eran los nicos testigos ayud por igual a vctimas

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blancas y negras. Junto con los resultados de otros experimentos se demuestra que no existe discriminacin racial cuando es evidente que una persona necesita ayuda, no obstante, si la situacin de emergencia es ambigua, los testigos, dependern de la semejanza racial para determinar quin recibir la conducta de ayuda 3. Personas que lo merecen. Un estudio de Bickman y Kamzan (1973) utilizando una situacin en la caja de un supermercado que la ayuda ofrecida para pagar un producto dependa de la consideracin de imprescindible o no (leche frente a galletas). Menos de la mitad estaban dispuestos a ayudar a una mujer a pagar un paquete de galletas, frente a dos terceras partes que ayudaron a pagar un litro de leche. La naturaleza del producto tuvo mas peso que el grupo racial de la vctima. La forma de solicitar ayuda tambin es importante, en un trabajo de Santos, Leve y Pratkanis (1994) entrenaron a unos estudiantes para que mendigaran en el malecn de Santa Cruz (California). Unos solicitaban a los transentes alguna moneda que les sobrara, mientras que otros solicitaban cantidades concretas. Los resultados mostraron que recibieron ms ayuda aquellos que solicitaban una cantidad concreta. Los autores interpretaron estos resultados arguyendo que la peticin exacta de una cantidad revela la intencionalidad del objetivo en el empleo del dinero, lo que legitima la peticin. La atribucin que realizamos sobre la peticin tambin influir. Si consideramos las causas de la emergencia como controlables (como la falta de esfuerzo de la vctima) es probable que no ofrezcamos ayuda. Ahora bien, si por el contrario consideramos que obedece a causas no controlables (p.e. la mala suerte), es ms probable que ofrezcamos nuestra ayuda. 6.3 Por qu ayudamos? Altruismo vs. Egosmo. El concepto de altruismo es acuado por el filsofo Augusto Comte. Hay evidencias acerca de cmo la conducta de ayuda viene motivada por gratificaciones como la satisfaccin personal ("Soy una persona muy decente por hacer lo que hice"), la evitacin de la pena o de la culpa ("No hubiera estado tranquilo si no ayudo") y la evitacin de la angustia ("Me sent muy mal cuando vi que necesitaba ayuda, pero me sent mejor cuando la ayude"). Considerando el altruismo, el altruismo busca el beneficio de la otra persona, en este sentido, y considerando los trabajos ya citados, esto parece ser que se produce por empata entre los sentimientos de la otra persona y los propios. La hiptesis del altruismo y la empata postula que la empata da origen al altruismo, y que esta es solo una razn de que ayudemos. El vnculo entre empata y altruismo no descarta otras motivaciones para actuar de forma servicial.

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Ilustracin 1. Angustia y Empata (Batson, Fultz y Schoenrade, 1987)

Los experimentos de Bateson y sus colaboradores indujeron una manipulacin de la empata y de la angustia personal. Para esto disearon un experimento en el que una supuesta victima reciba descargas elctricas cuando no realizaba correctamente una prueba de recuerdo. Los observadores eran encuestados y despus se les enseaba las supuestas contestaciones de la vctima a esas mismas cuestiones. Las respuestas haban sido manipuladas o bien para que fueran iguales a las del observador con el fin de generar empata o bien eran completamente distintas. Luego se les informaba que la victima haba tenido una experiencia anterior con descargas y que le haba resultado muy difcil de soportar. Los observadores se alteraron. A stos se les puso en dos condiciones distintas, la mitad eran libres de irse, de quedarse y observar las diez sesiones que tenan que realizar o bien cambiarse por la victima. La otra mitad de los observadores deban sentarse y observar las diez sesiones, si sentan mucha angustia podan cambiarse por la vctima. Los resultados mostraron que los participantes empticos tendan a ayudar a la victima sin importar que tuvieran o no facilidad para irse, respondan al sufrimiento de la vctima y no a la incomodidad de ellos. Las otras personas ayudan a la victima solo para mitigar su angustia. Este experimento fue repetido obteniendo los mismos resultados. 6.3 Revisin de la Hiptesis del egosmo Siguiendo la revisin de Worchel, Cooper, Goethals y Olson (2003), de lo expuesto hasta aqu podemos concluir que, ayudamos a otros por razones puramente altruistas'? El psiclogo americano Robert Cialdini y sus colaboradores (Cialdini, Schaller, Houlihan, Arpps, Flutz y Beaman, 1987; Cialdini, Brown, Lewis, Luce y Neuberg, 1997) tienen otra opinin. En un trabajo Cialdini y sus colaboradores (1987) postularon que Batson y sus colaboradores adoptaron el punto de vista equivocado sobre el altruismo. Tal vez lo que sentimos cuando vemos a alguien en necesidad no es angustia sino tristeza. Experimentamos tristeza y queremos reducir ese sentimiento y elevar nuestro estado de nimo. Ayudar a quien lo necesita mitiga esa tristeza, no ofrecer ayuda no mitiga ese sentimiento. Este giro en la conceptualizacin revela que ayudamos a otros con el fin de manejar nuestro estado de nimo.

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Para comprobar estos extremos Cialdini y sus colaboradores (1987) disearon un estudio, segn el cual los participantes observaban a una persona necesitad (la que llamaron Carol) y luego les dieron la oportunidad de ayudarla. Se les pidi que fueran objetivos en participacin (empata baja) o que imaginaran cmo se senta Carol (empata alta). La manipulacin consisti en hacer que la mitad de los sujetos tomaran un frmaco "fijador del estado de nimo" despus de observar el sufrimiento de Carol. Los sujetos ingirieron una sustancia llamada "mnemoxina" (en realidad un placebo) y se les dijo lo siguiente: "Este es el estado de nimo que van a tener durante aproximadamente los siguientes 30 minutos [...] conserva cualquier humor que tengan al momento de hacer su efecto". Los sujetos que tomaron el producto supuestamente no podan hacer nada para cambiar su estado de. Los participantes en la condicin de empata actuaran de manera altruista; ayudaran a Carol por el bien de ella (altruismo); sin embargo, no estaban en posicin de ayudarla para sentirse ms felices (egosmo). Como se esperaba los participantes en la condicin de empata con estado de nimo fijo eligieron no ayudar. Solo los participantes en la condicin de empata que no creyeron que su estado de nimo haba quedado invariable por el efecto de la mnemoxina optaron por ayudar. Cialdini y sus colaboradores (1987) concluyeron que decidieron ayudar a Carol para sentirse mejor y que la decisin no fue motivada por el altruismo. En un trabajo de contestacin Batson y Oleson (1990) argumentaron que las propiedades de la pastilla de mnemoxina en la situacin de manipulacin puesta en prctica por Cialdini distrajeron a los sujetos del apuro de la vctima. Para replicar el trabajo, utilizaron un procedimiento similar (en esta ocasin la pastilla de fijacin de humor se llam "memorina"), otros investigadores (Schroeder, Dovidio, Sibicky, Matthews y Allen, 1988) encontraron que los sujetos, a pesar de la pastilla, ayudaron a la persona necesitada cuando sintieron empata. En otro trabajo (Smith, Keating y Stotland, 1989) se examino este debate y concluyeron que hay una postura intermedia que sirve para desentraar las pruebas contradictorias. Las personas que ayudan necesitan el feedback de la vctima, esto es, constatar que la vctima se benefici de su intervencin. Esto despierta un sentimiento de alegra emptica. Aunque es egosta en el sentido de que todos buscamos sentirnos bien, tambin es emptico en el sentido de que compartimos los sentimientos agradables que generamos en la persona a la que ayudamos. Con el objetivo de verificar la hiptesis de la alegra emptica, Batson, Batson, Singlsby, Harrell, Peekna y Todd (1991, estudio 1) disearon un experimento en el que se les peda a los participantes que ayudaran a una compaera llamada Katie, que acababa de perder a sus padres en un accidente automovilstico. A la mitad de los participantes se les pidi que se pusieran en el lugar de Katie y pensaran en el efecto que el accidente haba tenido en su vida (empata alta) mientras que a los dems se les pidi que adoptaran una posicin objetiva sobre la prdida (empata baja).

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El grado de alegra emptica de los participantes hacia el asistente (Katie) fue manipulado diciendo a algunos que Katie les contara cmo se senta (alegra emptica alta); a otros que ella nunca dira una palabra (alegra emptica baja), y a los restantes no se les dijo nada en cuanto a las repercusiones de su ayuda (sin alegra emptica). Cuando la empata fue alta ofrecieron ms ayuda sin preocuparse de cunta alegra emptica iba a sentir por hacerlo. Batson y sus colaboradores concluyeron que las personas que sienten una gran empata ofrecern ayuda a la vctima aunque su alegra emptica potencial sea baja. Sin embargo, los datos de la condicin de empata baja muestran que la necesidad de la alegra emptica influye en la ayuda cuando la empata por los dems es baja. As, la alegra emptica constituye otra forma de motivacin egosta que conduce a ayudar cuando la persona no est concentrada en el objetivo altruista de reducir la angustia de otra persona. A finales de la dcada de los noventa se inicio un nuevo debate sobre la conducta altruista, teniendo como foco de atencin el concepto de unidad. Cialdini, Brown, Lewis, Luce y Neuberg (1997) consideran que sentir empata por alguien produce una unin entre el "yo propio" y el "yo del otro", a esta interrelacin la denominaron unidad. Cialdini y sus colaboradores (1997) creen que, cuando se logra la unidad, ayudar a la otra persona es equivalente a hacer algo positivo por uno mismo. Para demostrar esta hiptesis, Cialdini y sus colaboradores presentaron a los participantes en un estudio diversas situaciones hipotticas de personas necesitadas de ayuda. Manipularon el grado de cercana entre los participantes y la vctima pidindoles que imaginaran que se trataba de un desconocido, un conocido, un buen amigo o un familiar cercano. Encontraron que cuando las instrucciones fueron que percibieran a la vctima con empata, los participantes imaginaron que podan ayudarla ms cuando la relacin imaginada era muy estrecha (por ejemplo, un familiar) que cuando era distante (un desconocido). Adems, los investigadores hicieron a los participantes varias preguntas sobre sus razones para ayudar. Como predijeron, su decisin estuvo mediada por el sentimiento de unidad. Solo aquellos que sintieron que los lmites de su yo se fundan con los de la vctima accedieron a ayudarla. En un trabajo posterior Batson (1997) mostraba su discrepancia con las interpretaciones de Cialdini, y tambin con las aportadas por Neuberg y sus colaboradores (1997). Batson, Sagen, Garst, Kang, Rubchinsky y Dawson (1997) realizaron otros dos experimentos para comprobar la importancia de la unidad. En lugar de hacer que los participantes imaginaran la situacin de ayuda potencial, disearon una situacin de realidad simulada, pusieron en contacto a los participantes (alumnos de la universidad) con otra alumna (en realidad una ayudante en el estudio) que tena una necesidad urgente de conseguir dinero para su familia. Batson encontr que cuando los participantes sintieron empata, su decisin de darle dinero dependi de su motivacin altruista y no totalmente de sus sentimientos de unidad con ella. Por qu ayudamos? Existe un debate entre quienes opinan que ayudamos a los dems -al menos algunas veces- por motivos altruistas y los que creen que

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la ayuda siempre est motivada por un inters personal, incluyendo el sentimiento de unidad, ha sido interesante. No hay una respuesta definitiva. 6.5 Influye la personalidad en la conducta altruista o asistencial? Existe otra pregunta importante hay una personalidad altruista? Hay un conjunto de atributos o caractersticas que distinguen a la gente asistencial?. Una manera de investigar acerca de esta consiste en examinar los factores de personalidad de quienes ofrecen ayuda en condiciones extraordinarias y compararlos con las caractersticas de quienes se han encontrado en tales contextos pero no ayudaron. Samuel y Pearl Oliner (1988) realizaron un estudio de personas que arriesgaron su vida para salvar judos durante el genocidio ocurrido a lo largo de la ocupacin nazi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Samuel Oliner es un sobreviviente del Holocausto que creci en Polonia. Durante la ocupacin alemana de 1940, su familia fue asesinada por los nazis. Oliner escap escondindose y finalmente lo rescat una familia cristiana duea de una granja cerca de su casa. Cuando termin la guerra, emigr a Estados Unidos donde obtuvo su doctorado en sociologa y se convirti en profesor de la Universidad Humboldt. A partir de entonces se dedic al estudio sistemtico de los "rescatadores" (europeos que arriesgaron su propia seguridad por esconder y cuidar judos y otras minoras condenadas a la aniquilacin). Oliner y su esposa localizaron y entrevistaron a 231 europeos que rescataron judos y miembros de otros grupos, y compararon sus caractersticas con una muestra de 126 individuos que no intentaron rescatar a nadie durante la guerra. Estos dos grupos de estudio fueron diseados de forma equivalente en cuanto a edad, genero, educacin y regin geogrfica antes del anlisis de los resultados de las entrevistas. Ambos grupos se distinguieron en varias caractersticas de personalidad. En concreto, los que rescataron vctimas del holocausto refirieron sentimientos intensos de responsabilidad por el bienestar de los dems y una necesidad agobiante de actuar para ayudarlos. Adems, sentan el dolor y el sufrimiento de las vctimas, lo que revelara que los sentimientos de empata emocional fueron un motivo en su decisin de ayudar. Pero mientras que los salvadores y los que no ayudaron pusieron en prctica por igual sus sentimientos de empata y responsabilidad con los miembros de su propio grupo (otros cristianos), los primeros abrigaron tales sentimientos por personas que consideraban diferentes. Esto es denominado por Oliner extensividad (la capacidad de sentir empata y responsabilidad por los miembros de grupos que no son los propios) (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). Otro factor de distincin fue el relativo a su socializacin y educacin infantil. Los primeros crecieron con padres que no empleaban el castigo fsico para controlar la conducta de sus hijos, por el contrario utilizaban el dilogo y razonamiento (les explicaban lo que haban hecho mal y les aclaraban qu conductas esperaban de ellos). Adems tenan padres que funcionaron como modelos de conducta moral. Todos estos aspectos de la educacin infantil fomentaron una tendencia orientada a los dems que facilit su decisin de

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ayudar cuando otras personas buscaron un refugio de la vorgine nazi (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). En otro estudio acerca de los rescatadores comparados con los no rescatadores, Tec (1986), encontr ms diferencias interesantes. Primera, los rescatadores suelen ser miembros marginales de su comunidad local que no refieren sentimientos de integracin en la red social local. Segunda, manifiestan gran independencia y realizacin personal. Es decir, se ven como extraos que se apartan de las normas locales para lograr sus objetivos personales. Por ltimo, revelan que ya ayudaban a los otros antes de la guerra, lo cual muestra que no se volvieron altruistas por la ocupacin nazi; simplemente, les dio otra oportunidad de tender la mano a quien lo necesitaba (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). Los resultados encontrados sobre las diferencias de personalidad entre rescatadores y no rescatadores aportan algunas pruebas interesantes de la influencia de la personalidad sobre la conducta de ayuda, hay limitaciones importantes en la metodologa histrica utilizada para investigar estos grupos. Por ejemplo, muchas mediciones de personalidad provinieron de los cuestionarios usados por Oliner y Oliner (1988), pero apenas surgieron algunas diferencias (vase, por ejemplo, Piliavin y Charng, 1990) que acaso obedecen al azar. Adems los rescatadores fueron clasificados como "hroes" y "verdaderos altruistas" aos antes de que fueran entrevistados por los investigadores (Schroeder, Penner, Dovidio y Piliavin, 1995). Por tanto, quiz contestaron las preguntas como crean que un altruista deba reconstruir sus recuerdos de los sucesos durante y despus de la guerra para ajustarse a ese perfil. Es difcil saber si las diferencias de personalidad encontradas en estas investigaciones son fiables y, por ende, son la causa y no la consecuencia de que hayan rescatado a alguno de una situacin dolorosa (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). Estas investigaciones sobre los rescatadores europeos proporcionaron ejemplos de ayuda realizada por gente excepcional en circunstancias verdaderamente extraordinarias. Qu prueba hay de una personalidad altruista en circunstancias menos extremas, como los voluntarios en su propia comunidad o los donantes de sangre? Varios estudios de psicologa social han examinado la relacin entre varias caractersticas de personalidad y la conducta voluntaria. Por ejemplo, se ha mostrado que la empata disposicional correlaciona con la cantidad de dinero que los estudiantes donaron en un telemaratn de Jerry Lewis para la distrofia muscular (Davis, 1983). De igual manera, se ha probado que la dimensin de la empata orientada a otro, que es muy similar a la caracterstica de extensin definida por los Oliner entre los rescatadores, predice la conducta de ayuda. Las personas con una puntuacin alta de empata orientada al otro refieren sentir mayor comprensin y preocupacin por quien est en problemas, estiman que los costos de ayudar son ms bajos y dedicaran ms tiempo como voluntarias a un refugio local para personas sin hogar (Schroeder, Penner, Dovidio y Piliavin, 1995). As, incluso lejos de los horrores de la ocupacin nazi, quienes experimentan una

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sensacin intensa de empata tienden ms a ceder su tiempo ya ofrecer sus capacidades en sus localidades (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). Alan Omoto y Mark Snyder (Omoto y Snyder, 1990; Snyder, 1993) han agregado la nocin de voluntariado funcional. En su opinin, la conducta voluntaria satisface motivaciones diferentes para personas distintas en diversos momentos. Por ejemplo, algunos voluntarios que trabajan en una clnica para enfermos de SIDA estn motivados a ofrecer su asistencia porque tienen curiosidad sobre estos pacientes, otros estarn motivados porque se sienten mejor con ellos mismos, otros ms se sentirn obligados con la comunidad homosexual, etc. La conducta voluntaria, entonces, tiene la funcin de satisfacer una motivacin especfica. En la postura funcionalista, una disposicin de personalidad general de ayudar no es tan importante como la motivacin concreta de la persona que obtiene una satisfaccin de su conducta voluntaria. Omoto y Snyder (1995) entrevistaron a ms de 600 voluntarios que trabajaban con pacientes de SIDA y encontraron que las mediciones de motivacin especficas predijeron mejor cunto tiempo dedican a un cometido de voluntariado las personas con personalidad para la ayuda. Es probable que tanto la motivacin como la personalidad sean factores importantes para comprender la conducta voluntaria. Tal vez tener una disposicin general de ayudar pronostica una alta probabilidad de ser voluntario, pero el grado en el que se satisface la motivacin particular de cada cual predice mejor el tiempo dedicado o la intensidad del empeo (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). Qu tiene mayor influencia en la conducta de ayuda? El comportamiento altruista depende de las influencias de la situacin y de las variables de personalidad de quienes se encuentran en tales contextos. En el estudio de la parbola del buen samaritano de Batson y Darley, ni siquiera aquellos participantes con creencias religiosas firmes se detuvieron a ayudar a la vctima cuando tenan prisa por cruzar el campus. Esto revelara que incluso el ms servicial de nosotros puede sucumbir al influjo de la situacin y negar la ayuda a alguien que la necesite. Pero qu ocurre si la situacin es ms corriente? Afloraran estas diferencias de personalidad si la situacin no restringiera nuestras acciones? (Worchel, Cooper, Goethals y Olson, 2003). En un intento por dar con las respuestas, Gustavo Carlo y sus colaboradores (Carlo, Eisenberg, Troyer, Switzer y Speer, 1991) aplicaron una serie de mediciones de personalidad relacionadas con el altruismo a varios universitarios unas semanas antes de que participaran en un experimento de ayuda. Cuando los estudiantes regresaron para el experimento, se toparon con una mujer (en realidad una c