proyecto habitacional “la gran manzana”

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agosto 2012 1 PROYECTO HABITACIONAL “La Gran Manzana” Santa Tecla MEMORIA ARQUITECTÓNICA Y DE DISEÑO San Salvador, El Salvador Agosto 2012 Presenta: Sandra Gutiérrez: Arquitectura y Diseño Urbano ADUR

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agosto 2012

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PROYECTO HABITACIONAL “La Gran Manzana” Santa Tecla

MEMORIA ARQUITECTÓNICA Y DE DISEÑO

San Salvador, El Salvador

Agosto 2012

Presenta:

Sandra Gutiérrez:

Arquitectura y Diseño Urbano ADUR

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agosto 2012

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Alcaldía Municipal de Santa Tecla

Alcalde: Lic. Oscar Ortiz

Programa Conjunto Vivienda y Asentamientos Urbanos Productivos y Sostenibles

Fondo para el Logro de los Objetivos del Milenio (FODM)

Portada: vista nor oriente de “La Gran Manzana”

Créditos diseño:

Arquitectura:

Sandra Gutiérrez (coordinadora)

Guillermo Altamirano

Carlos E. Ferrufino

Colaboradores:

Leonel Amaya

Ayansi Avendaño

Arturo Cisneros

Ciro Cruz

Raúl Cruz

Kevin Martínez

Carlos Manzano

Gabriela Portillo

Ingenierías:

José Edwin Parada (estructuras)

José Valle (electricidad)

Héctor Cadenas (hidraúlica)

Seguimiento:

Ligia Cerna

Josué Gastelbondo

Gerardo Iglesias

Eduardo Rodríguez

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PROYECTO HABITACIONAL

LA GRAN MANZANA

Memoria arquitectónica y de diseño

El conjunto habitacional “La Gran Manzana” en el municipio de Santa Tecla se ubica en la porción oriente

del terreno denominado “La Gran Manzana” entre la 2ª y 4ª Calle Oriente o Carretera Panamericana y la

17 Ave. Sur, entre el Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA-FEPADE) y el Hospital San Rafael, en lo

que actualmente es el acceso principal a la ciudad desde San Salvador, en terrenos que son parte del

conjunto de espacios públicos del Cafetalón. Dicho predio se encuentra parcialmente ocupado desde

hace treinta años por 140 familias de la comunidad “La Cruz” que requiere una intervención urgente de

consolidación e integración a las oportunidades de la ciudad, lo que justamente dio origen al concurso

nacional de diseño “El Derecho a la Ciudad: La Gran Manzana” desarrollado en el primer trimestre de

2011.

El diseño arquitectónico del proyecto puede explicarse en cuatro grandes dimensiones que serán

detalladas a lo largo de esta memoria: primero, el planteamiento urbanístico que relaciona el proyecto

con la ciudad; segundo, la propuesta arquitectónica del conjunto de edificios y espacios abiertos;

tercero, las consideraciones arquitectónicas relativas al diseño de las unidades habitacionales y

finalmente, los aspectos tecnológicos y de instalaciones. Es importante hacer ver que estas

consideraciones estuvieron presentes en el diseño de “La Gran Manzana” desde que se presentó la

propuesta ganadora del concurso, aunque evidentemente el anteproyecto original se fue adaptando a

las condiciones que se fueron planteando a lo largo del proceso por parte de la Alcaldía Municipal de

Santa Tecla.

I. El planteamiento urbanístico:

El proyecto se concibe ante todo como una intervención de escala urbana, que trasciende su carácter

puramente habitacional. Esto debido a la ubicación estratégica del sitio en el acceso principal de la

ciudad de Santa Tecla, lo cual le otorga una gran visibilidad y valor simbólico. Además, la parcela donde

se desarrolla la intervención está rodeada de algunos de los principales equipamientos urbanos de Santa

Tecla: el ITCA al norte, el Hospital San Rafael al sur y los colegios y escuelas Alberto Masferrer, Marcelino

García Flamenco y Betania al poniente. Por otra parte a lo largo del proceso de diseño del proyecto

definitivo, se decidió incorporar en la porción poniente de “La Gran Manzana” el Centro Municipal de

Convenciones de Santa Tecla (CMC). La relación en el CMC y el proyecto de vivienda es esencial para

conformar un conjunto urbano coherente, articular los nuevos espacios públicos que el proyecto libera a

la ciudad, organizar las circulaciones vehiculares y motorizadas y ofrecer a los habitantes de “La Cruz”

una solución definitiva para su integración a la ciudad.

Así, entre el CMC y el proyecto de vivienda se configura un nuevo eje urbano, que conceptualmente

corresponde a la prolongación de la 15 Ave. Sur que vincula visual y peatonalmente el Hospital San

F1: fachada norte del conjunto habitacional “La Gran Manzana”

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Rafael y el ITCA, facilitando nuevos flujos de personas y recuperando la cuadrícula histórica de Santa

Tecla. Con ello la fachada poniente del conjunto habitacional adquiere una nueva dimensión comercial y

pública que se resuelve por medio de un portal comercial.

Al norte, el proyecto responde a la ciudad a través de dos gestos fundamentales. Primero, libera un

amplio espacio público que es la prolongación de la serie de plazas, parques y recorridos peatonales que

inician en el Cafetalón, continúan en el Ave. Baden Powell y se convierten en una amplia plaza frente al

CMC, creando un novedoso frente público de la ciudad de Santa Tecla. Este espacio permite por un lado,

proteger los edificios y la vivienda del ruido e intensidad de actividades de la Panamericana y por otro le

da mayor visibilidad al conjunto, proveyendo mayor profundidad visual para quienes ingresan a la

ciudad. En segundo lugar, la fachada norte del conjunto incorpora un amplio portal de 150 metros de

largo con una columnata y actividades comerciales que rememoran una constante histórica de la ciudad

de Santa Tecla, reforzando el sentido público del espacio.

Al oriente, donde actualmente existe una arboleda, el conjunto libera una importante cantidad de

espacio público, mucho más vegetal y blando que en el resto del proyecto. Esto permite, por una parte

crear un frente más amable hacia la ciudad, preservando muchos árboles valiosos y proponiendo la

siembra de nuevas especies y por otra facilita el desarrollo de una amplia escalinata que se constituye en

uno de los principales accesos al proyecto habitacional. La fachada oriente del conjunto se resuelve por

medio de un edificio comercial y de oficinas, destinadas en principio a locales para servicios de salud,

que termina de configurar la plaza de acceso y sirve de remate al portal comercial.

Finalmente, al sur el conjunto se resuelve de una manera mucho más discreta ya que se trata de asumir

la condición de colindancia con las casas vecinas. Para ello se libera una franja variable de tres metros

mínimo de ancho y se emplaza el edificio “A” de apartamentos, con lo que se asegura la debida

separación entre conjunto habitacional y vecinos. Esta disposición facilita además el proceso de

ejecución del proyecto, ya que permite el desarrollo de las obras sin alterar la actual comunidad “La

Cruz”, con lo que se posibilita un traslado más fluido de las familias. De esta manera el proyecto retoma

su condición urbana estratégica y le da una respuesta diferenciada, pero coherente a la ciudad según la

relación de integración que se busca potenciar.

F2: esquina nor poniente del portal comercial

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II. La propuesta arquitectónica Este planteamiento urbanístico crea el marco general para la propuesta formal arquitectónica, la cual

debe leerse en dos escalas, una a nivel de conjunto y edificaciones y otra a nivel de unidades

habitacionales. El conjunto habitacional de La Gran Manzana se organiza en cinco edificios: A, B, C, D y E

orientados en el eje oriente poniente del terreno, maximizando en general las fachadas norte y sur para

disfrutar de condiciones óptimas de soleamiento y ventilación. Los cuatro primeros edificios son

esencialmente habitacionales y de cuatro niveles, agrupando el conjunto de 146 apartamentos

requeridos por el proyecto. El quinto edificio, de tres plantas, es de locales de oficinas orientadas a los

servicios de salud.

Los edificios B, D y E constituyen el frente urbano del proyecto y corresponden a las fachadas poniente,

norte y oriente del conjunto. Los tres están formalmente dominados por la presencia del portal

comercial de una y doble altura, así como por las perforaciones donde se ubican las escaleras y los

accesos principales al espacio propiamente comunitario. Una idea fundamental, que persiste desde la

etapa del concurso, es que a pesar de tratarse de edificios muy racionales de apartamentos típicos, el

proyecto no debe leerse como una colección de edificios sueltos, si no que como una continuidad y

unidad, un aparente “edificio único” articulado por la columnata y la continuidad de cubiertas y

fachadas.

Por su parte los edificios A y C ocupan el espacio interior del conjunto, protegidos de la actividad urbana

más intensa por las otras construcciones, lo que les permite disfrutar de una condición de mayor

privacidad y por lo tanto albergar a la mayoría de apartamentos y espacios comunitarios. Esto introduce

otro tema de interés en el proyecto, que es el tratamiento de la planta baja a nivel de suelo. En el portal

comercial de los edificios B y D, se encuentran 13 locales para tiendas y comedores. En el edificio C, ese

primer nivel está ocupado por una guardería, un salón para actividades de las personas de la tercera

edad y una casa comunal que incluye la oficina de administración del proyecto. En el edificio A, se

encuentran 15 apartamentos y dos espacios productivos, tipo taller, donde se albergarán las iniciativas

productivas de La Gran Manzana que buscan convertirse en alternativas económicas para las familias

beneficiarias. De esta manera se busca maximizar los usos públicos, colectivos y sociales a nivel de suelo

F3: portal comercial, fachada norte

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garantizando la continuidad y complementariedad con el espacio público abierto interno al proyecto

habitacional. Dicho espacio está conformado entre los edificios a manera de dos patios alargados

claramente conectados con el espacio público externo pero con un mayor control social de parte de la

comunidad. En ese contexto se ha buscado crear diversos ambientes en el espacio público comunitario.

Alrededor del edificio C, se trata de espacios de juegos infantiles asociados a la guardería; entre los

edificios C y E donde se ensancha el patio norte se ubican maceteras y árboles y en el patio sur se crea

un ritmo de escaleras y maceteras.

En términos formales, la arquitectura de los edificios responde a dos criterios. Primero, el ritmo de llenos

y vacíos está determinado por los espacios interiores de los apartamentos: grandes ventanas cuadradas

en los espacios sociales, vanos verticales con persianas en las áreas de servicio y largas ventanas

horizontales divididas en tres cuerpos en las habitaciones. El segundo criterio es de orden bioclimático,

ya que por un lado ese ritmo de llenos y vacíos se protege o despeja según la orientación solar, más

abierto hacia el norte, más protegido al sur y mucho más protegido hacia el oriente o poniente. Por otro

lado esto se evidencia en las cubiertas las cuales se descomponen en dos pestañas de pendiente

pronunciada hacia el sur, para favorecer la eventual instalación de paneles solares y se perforan por la

incorporación de chimeneas verticales que favorecen la climatización interna y que corresponden con los

ductos técnicos requeridos por los apartamentos.

De esta manera la arquitectura de los edificios de La Gran Manzana, responde claramente a un marco

referencial urbanístico, a la necesidad de conformar espacios públicos abiertos y espacios comunitarios

accesibles y a las consideraciones formales y bioclimáticas que se traducen en un lenguaje sencillo y

coherente.

F4: vista del patio interior norte

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III. Las unidades habitacionales Las 146 unidades habitacionales de La Gran Manzana se resuelven por medio de dos tipologías básicas,

diferenciadas pero que siguen parámetros similares de diseño en cuanto a la organización de los

espacios sociales, de servicio y privados. La tipología 1 es la más numerosa, con un total de 93

apartamentos. Consiste en una unidad casi cuadrada de 7.50 x 8.00 metros (60 m2) con doble fachada,

norte y sur, ubicada en los edificios A y C. El apartamento se organiza en tres grandes áreas. Un espacio

social de 22 m2 que comprende la sala, comedor y acceso principal, con una amplia ventana de piso a

viga que prolonga el espacio hacia el exterior. Luego, un núcleo húmedo y de servicio, organizado

alrededor de un ducto para instalaciones, donde se encuentran la cocina, el sanitario dividido en tres

módulos de inodoro, lavamanos y ducha y un área de servicio con pila y tendedero. Finalmente, en la

fachada opuesta al acceso se encuentra el espacio flexible para tres habitaciones con su respectivo

cuerpo de ventanas horizontales. Un criterio fundamental para el diseño de los espacios interiores es

permitir la mayor flexibilidad posible, por lo que únicamente existen paredes fijas en las áreas húmedas

lo que eventualmente permitiría que los usuarios completen el diseño de las unidades según sus propios

requerimientos. Por otra parte la condición de doble fachada norte sur facilita la ventilación cruzada y

con ello la calidad de los ambientes internos.

La tipología 2 de apartamentos, cuenta con 47 unidades, localizadas en los edificios B y D utilizando un

módulo rectangular de 15.00 x 4.00 metros (60 m2). El apartamento se organiza igualmente en tres

grandes áreas. Un espacio social de 20m2 donde se ubica la sala, comedor y acceso principal que

también incorpora una amplia ventana de piso a viga concebida para prolongar el espacio y dar mayor

sensación de amplitud. Luego se encuentra el núcleo húmedo y de servicio, nuevamente organizado

F5: apartamento tipo 1

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alrededor del ducto de instalaciones e incluye cocina, sanitario dividido en tres cuerpos de inodoro,

lavamanos y ducha y área de servicio con pila y tendedero. Al final del apartamento se encuentra el

espacio flexible para las habitaciones, donde pueden obtenerse hasta tres habitaciones con su respectivo

cuerpo de ventanas horizontales. Esta disposición permite una mayor privacidad de los dormitorios, que

se complementa con un segundo ducto de ventilación para permitir el flujo cruzado de la brisa. De la

misma manera que en el tipo 1, el diseño minimiza las paredes fijas facilitando la intervención y

adaptación por parte de los usuarios.

Finalmente, existen dos tipologías complementarias que cuentan cada una con tres unidades de

llamados “casos especiales”. El apartamento tipo 3 se encuentra en el primer nivel del edificio A y se

trata de una variación del tipo 1 ya que están destinados a personas de la tercera edad que viven solas.

Estas unidades cuentan con un espacio multiuso para salón y dormitorio y el núcleo húmedo de sanitario

y área de servicio. Las tres unidades tipo 4 se encuentran en la esquina nor poniente del edificio B, y se

generan justamente para responder a esa condición de esquina, la cual obliga a tener un vano de triple

altura, que permite por un lado aprovechar una terraza en el segundo nivel y obliga por otro a

reconfigurar el espacio privado del apartamento tipo 2 ya que sólo tienen capacidad para dos

habitaciones.

De esta manera el proyecto responde a una de las premisas básicas que vienen desde el concurso de

diseño, que es la intención de generar un conjunto habitacional, sencillo, ordenado pero a la vez diverso,

capaz de responder o adaptarse a la realidad particular de las familias de la comunidad “La Cruz”, sin por

ello comprometer la lógica modular, ni la constructiva.

F6: dos apartamentos tipo 2

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IV. Los aspectos tecnológicos y de instalaciones La realidad constructiva del proyecto y diversas consideraciones ambientales se vuelven factores

determinantes en la propuesta arquitectónica del proyecto habitacional “La Gran Manzana”. Hay que

destacar cuatro elementos: la selección de materiales y sistemas constructivos, la lógica estructural, los

dispositivos bioclimáticos y los criterios de instalaciones eléctricas e hidráulicas.

Desde el concurso de diseño se seleccionaron una serie de materiales y sistemas constructivos austeros y

convencionales en el contexto salvadoreño que por un lado facilitan y dar mayor seguridad al proceso

constructivo y por otro posibilitan la participación de la comunidad y de mano de obra no calificada en la

obra. Esto se traduce en una combinación de estructuras de concreto armado, necesariamente

modulares y elementos de mampostería de bloque para los cerramientos. Esto es totalmente coherente

con la sencilla volumetría de los edificios y compatible con la eventual incorporación de la ayuda mutua

en el proceso constructivo. Con ello se garantizan mayores niveles de privacidad y aislamiento acústico

entre los apartamentos. La selección de losas densas para los entrepisos también ha respondido a este

criterio ya que estas además de facilitar el proceso de construcción, garantizan menores problemas de

mantenimiento y filtración entre unidades de diferentes niveles. Para las paredes exteriores se ha

optado por una combinación de paños de paredes de bloque de concreto texturizado, que no requiere

acabado y minimiza el mantenimiento y paños de pared adobada.

El sistema estructural de todos los edificios es a base de marcos de concreto con una modulación típica

de 8.00 x 7.50 mts, lo que permite una geometría que se adapta a la configuración de todos los tipos de

apartamentos. Debido a las situaciones arquitectónicas particulares en los edificios, estos marcos

incorporan algunas variaciones, como paredes estructurales y columnas engrosadas, que permiten

absorber los esfuerzos sísmicos cuando el primer nivel incluye una planta libre. Los elementos

horizontales incluyen vigas de concreto, algunas al aire y otras apoyadas sobre paredes, pero que en

ningún caso superan los 0.60 mts de peralte. Esto permite mantener alturas entre 2.40 y 2.85 mts en los

espacios interiores, lo que abona a la sensación de amplitud y a la climatización natural. Los techos se

resuelven por medio de cubiertas metálicas insuladas y estructuras metálicas. Las circulaciones

verticales están diseñadas con estructuras mixtas metálicas y de concreto, generalmente adosadas a un

cuerpo estructural mayor.

La propuesta arquitectónica de La Gran Manzana parte de diversas consideraciones bioclimáticas.

Primero, la orientación norte sur de la gran mayoría de edificios y apartamentos asegura una adecuada

ventilación natural, particularmente en el caso de los apartamentos tipo 1 de doble fachada y facilita la

protección solar. Segundo, la cubierta doble abierta hacia el norte, permite captar los vientos

dominantes y refrescar los pisos superiores. Tercero, en todos los apartamentos se incorpora una

chimenea solar que corresponde a la prolongación de los ductos técnicos y permite ventilar los

sanitarios. Además, en el edificio D se ha incluido un segundo juego de chimeneas solares que permiten

ventilar e iluminar los pasillos interiores de los apartamentos tipo 2. Finalmente, las ventanas de los

apartamentos se protegen de forma diferenciada según su orientación hacia el norte, sur, oriente o

poniente.

El diseño del proyecto incorpora además una serie de criterios para el manejo racional y eficiente de las

instalaciones eléctricas e hidráulicas. Al interior de los edificios habitacionales, el ducto técnico juega un

papel clave para distribuir al centro de todos los apartamentos las redes de energía y agua potable y

colectar aguas servidas y parte de las aguas lluvias. Esto minimiza la irrupción de las tuberías dentro de

los espacios, así como los cruces con los elementos estructurales. Más específicamente la red eléctrica se

distribuye desde una subestación localizada en la 17 Ave. Sur, por medio de un cableado subterráneo

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hasta los paneles de medidores ubicados bajo los núcleos de circulaciones verticales y luego hasta los

ductos. Además se ha previsto la eventual instalación de un sistema alternativo de generación de energía

fotovoltaica que puede conectarse a la red. En el caso de la red de agua potable se sigue una lógica

similar, arrancando con una cisterna y sistema de bombeo localizado sobre la 17 Ave. Sur, dividiéndose

luego en varios ramales hasta las circulaciones verticales donde se encuentran los medidores

individuales y válvulas de control y subir hacia los apartamentos por los ductos. La red de aguas servidas

se organiza a partir de los ductos constituyendo ramales primarios por cada edificio que se consolidan en

la plaza oriente hasta conectarse con la red urbana. Se propone que eventualmente bajo la plaza pueda

ubicarse una planta de tratamiento compacta. La red de aguas lluvias sigue una lógica similar, a partir de

varios ramales que recogen las aguas de los techos que se consolidan en la plaza oriente, donde se prevé

una serie de estanques en las maceteras de los árboles que sirven como sistema de retención previo a la

descarga en la red urbana.

De esta manera el diseño del proyecto habitacional “La Gran Manzana” da una respuesta clara a tres

dimensiones clave: la urbanística, la arquitectónica a nivel de edificios y de unidades habitacionales y la

tecnológica, para producir una arquitectura coherente con su emplazamiento en la ciudad, austera en su

respuesta volumétrica y formal, eficiente en el manejo de los espacios interiores, consciente de la

realidad de los usuarios y racional en sus propuestas tecnológicas. El éxito de esta aproximación

permitirá además del buen desarrollo del proyecto, el volver a poner a la vivienda social al centro del

quehacer de la arquitectura en El Salvador.

F7: sección edificio “D” a través de ductos técnicos