proyecto canciones patrias
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PROYECTO
“HIMNOS Y MARCHAS PATRIAS”
Educación Musical
Docente: Silvia Romina Olivera
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OBJETIVOS
Que los Alumnos:
Desarrollen conciencia de Integración e Identidad Nacional
Se aproximen al patrimonio musical Nacional, comprendiéndolo como manifestación del hombre en un contexto socio-histórico particular.
Valoren y aprecien, a través del análisis y la audición reflexiva, la música académica, proporcionando contacto con música en vivo y reproducida.
Evalúen críticamente las fuentes de información a las que acceden durante su proceso de aprendizaje.
Perciban el valor social del conocimiento.
Valoren el conocimiento como producción social.
Interactúen con los miembros de la comunidad escolar en acciones conjuntas.
CONTENIDOS
CONTEXTUALIZACION
Percepción del tiempo histórico o época de las diferentes expresiones musicales trabajadas.
Determinación del contexto social o realidad cultural que enmarca la producción musical
APRECIACIÓN.
Percepción de las diferencias entre varias versiones de una misma obra
Carácter: Identificación de las características expresivas de una obra (brillante, festivo, melancólico, dramático, vivaz, sereno, etc…). Cambio de carácter por secciones
Melodía: Reconocimiento del centro tonal de obras. Reconocimiento de movimientos melódicos ascendente, descendente y sonidos repetidos
Armonía: Identificación auditiva de motivos melódicos con diferente tipo de final (final abierto y final cerrado). Identificación de tónica, dominante y subdominante
Tempo: Diferenciación y apreciación de tempo estable (moderado, lento, rápido) o con modificaciones progresivas (acelerando, retardando).
PRODUCCIÓN
Experiencias de canto grupal e individual.
Exploración de las posibilidades vocales, atendiendo al cuidado de la voz y la calidad del sonido emitido
Dosificación del aire de acuerdo al fraseo
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DIAGNÓSTICO:
En la comunidad de Pinamar, así como también en el resto de la Provincia de Buenos Aires y gran parte del país se puede apreciar una desvalorización de los símbolos patrios. Una Nación que los mira como una lejana reminiscencia infantil, o como elementos estéticos o folklóricos de un pasado aún más lejano. Pero seguramente no como el cauce que comunica con los profundos sentimientos del corazón de amor a nuestro suelo y a nuestro pueblo.Se ha perdido la real dimensión que representa, aún hoy, la música popular tradicional como así también las marchas y canciones que simbolizan la identidad de nuestro país.Es cierto que nuestra historia ha sido escrita y enseñada, durante mucho tiempo, dando prioridad al heroísmo de nuestros militares, de nuestras “espadas”, y, dejando en un segundo plano u olvidando, a quienes construyeron nuestra Nación con “la pluma y la palabra”.La música no es sólo un vehículo de comunicación estética, sino también una forma de educar y, cuando se trata de canciones patrias, lo que se intenta transmitir es nada menos que la identidad de una Nación; sus hitos históricos, con sus glorias y sus recuerdos heroicos; los principios en que se cimienta su organización jurídica e institucional, y los valores sobre los que se sustenta.
FUNDAMENTACIÓN:
A lo largo del ciclo del proyecto, los niños accederán al conocimiento de la música patriótica de nuestro país, considerando que la apreciación colectiva de esta música y sus letras es generadora de un clima de debate y valoración de la misma.Es importante que la comunidad educativa acompañe este aprendizaje enfatizando en los hechos históricos y la complejidad lenguaje que las contextualiza.
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En 1817, un norteamericano, el diplomático Henry M. Brackenridge fue
testigo de la extraordinaria difusión que había tenido en el pueblo
rioplatense la canción patriótica, con letra de Vicente López y Planes y
música de Blas Parera, que la Asamblea del año 1813 había consagrado
como Marcha Nacional. Brackenridge viajaba en un pequeño barco desde
Montevideo a Buenos Aires y, en el transcurso de la travesía, escuchó las
estrofas del himno coreadas espontáneamente por sus acompañantes. El
relato de Brackenridge, tomado de su libro Voyage to South America,
publicado en Baltimore en 1819, decía:
“Por la tarde, nuestros compañeros, después de beber un vaso de
algo estimulante, rompieron con una de sus canciones nacionales,
que cantaron con entusiasmo como nosotros entonaríamos
nuestro ‘Hail Columbia!’. Me uní a ellos en el fondo de mi corazón,
aunque incapaz de tomar parte en el concierto con mi voz. La
música era algo lenta, aunque audaz y expresiva... este himno,
me dijeron, había sido compuesto por un abogado llamado López,
ahora miembro del Congreso, y que era universalmente cantado
en todas las provincias de El Plata, así en los campamentos de
Artigas, como en las calles de Buenos Aires; y que se enseña en
las escuelas como parte de la esencia de la educación de la
juventud...”
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La letra original de 1813 es mucho más larga:
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
¡Oíd, mortales!, el grito sagrado
libertad, libertad, libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved el trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación
coronada su sien de laureles
y a sus plantas rendido un león.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
De los nuevos campeones los
rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
¿No los veis sobre Méjico y Quito
arrojarse con saña tenaz,
y cuál lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste
Caracas
luto y llantos y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
A vosotros se atreve, argentinos
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa
contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y va
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se
rinden
por trofeos a la Libertad,
y sobre alas de gloria alza el
Pueblo
trono digno a su gran Majestad.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
Desde un polo hasta el otro
resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre
enseñando
les repite: ¡Mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo
responden:
¡Al gran Pueblo Argentino,
salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
el clarín de la guerra, cual
trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita
Unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
San José, San Lorenzo,
Suipacha.
Ambas Piedras, Salta y
Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental,
son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir
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Letra: Vicente López y Planes
Música: Blas Parera
HIMNO NACIONAL ARGENTINO
Desde 1900 la versión oficial es la abreviada de este modo:
Oíd mortales el grito sagrado
Libertad, libertad, libertad
Oíd el ruido de rotas cadenas
Ved en trono a la noble
igualdad
Ya su trono dignísimo abrieron
Las Provincias Unidas del Sud
Y los libres del mundo responden
Al gran pueblo argentino salud
Sean eternos los laureles
Que supimos conseguir
Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir
Vicente López y Planes (1785-1856), poeta de la literatura de Mayo. Se graduó en Derecho
en la Universidad de Chuquisaca.
Blas Parera, español, maestro de piano y violín. En 1860, Juan Esnaola realizó algunos
cambios a la música del Himno basándose en manuscritos de su autor. Los arreglos fueron
aceptados como versión definitiva en 1944.
El himno fue ejecutado por primera vez en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson.
El 30 de marzo de 1900, el Poder Ejecutivo decreta que se canten sólo la primera y última
cuarteta más el coro.
La necesidad de tener una canción patriótica se sintió en Buenos Aires en 1812, es decir
antes de la Declaración de Independencia (que ocurrió el 9 de julio de 1816) Las
llamadas entonces Provincias Unidas de Sudamérica se habían dado un gobierno propio
el 25 de mayo de 1810, y en 1812 el gobierno del Triunvirato había pedido una marcha
patriótica. Unos meses después, en 1813, se reunió una Asamblea Soberana. La
Asamblea encargó al abogado Vicente López y Planes la creación de la letra, y luego
encomendó al músico y empresario teatral catalán Blas Parera que le pusiera música.
Un musicólogo afirmó hace poco que la obra de Blas Parera
“... es magnífica. La música la compone con los recursos de la ópera, pues
en su contenido hay una batalla musical que representa los dos intereses en
pugna durante la Revolución. También tiene una transición al modo menor,
en el que deja entrever lo turbio de la política de esa época.”
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MI BANDERA
Aquí está la bandera idolatrada, La enseña que Belgrano nos legó
Cuando triste la patria esclavizada Con valor sus vínculos rompió
Aquí está la bandera esplendorosa
Que al mundo con sus triunfos admiró Cuando altiva en la lucha victoriosa
La cima de los Andes escaló
Aquí está la Bandera que un día En la batalla tremoló triunfal Y llena de orgullo y bizarría
A San Lorenzo se dirigió inmortal
Aquí está como el cielo refulgente Ostentando sublime majestad
Después de haber cruzado el continente, Exclamando a su paso: ¡ Libertad!
Libertad, Libertad!
Letra: Juan Chassaing / Musica: Juan Imbroisi
El nombre del poeta Juan Chassaing está indisolublemente unido al poema —transformado en canción—, Aquí está la bandera..., pero fuera del círculo de los historiadores, muy poca gente conoce la figura de este polígrafo y político argentino. Por eso la reedición de El poeta de la bandera. Juan Chassaing, escrito por el historiador cordobés Efraín Bischoff, es una buena ocasión de introducirse en una figura apasionante de la historia argentina. Nacido en 1839 y muerto por su propia mano en 1864, Chassaing no sólo fue poeta, sino también periodista, militar, y parlamentario. Su poesía, de tono patriótico y exaltado anuncia a la de los románticos posteriores como Olegario Víctor Andrade o Guido y Spano. Bischoff, sin dejar de ser exhaustivo, narra con su estilo particular la vida del poeta.
Juan Imbroisi, nacido en Paola en 1866, vino a la Argentina a fines del siglo pasado. Fue maestro de banda del Regimiento 7 de Infantería, y autor de numerosas marchas y canciones patrióticas, enrtre ellas la famosa "A Mi bandera". Falleció en Buenos Aires en 1942
SALUDO A LA BANDERA
Salve, Argentina bandera azul y blanca,jirón del cielo en donde reina el sol;
tú, la más noble, la más gloriosa y santa;el firmamento su color te dio.
Yo te saludo, bandera de mi patria,sublime enseña de libertad y honor,
jurando amarte, como así defenderte,mientras palpite mi fiel corazón.
Letra y música de
Leopoldo Corretjer fue uno de los más fecundos autores del cancionero escolar. Sus cantos suman una centena de títulos eminentemente educativos, patrióticos y artísticos: “El saludo a la Bandera”, “Himno a Sarmiento” y “A los muertos por la patria”, vale recordar que también efectuó el arreglo del “Himno Nacional Argentino” según el original de Blas Parera, al que instrumentó y armonizó, quedando su arreglo ya clásico en lo interpretativo. Dirigió además un coro de treinta mil escolares, con una banda de quinientos músicos cuando en 1910 se festejó el primer centenario de la Revolución de Mayo ante la Infanta Isabel de Borbón, presentándose en la Plaza Congreso. Otros temas que debemos recordar : “Mate”, dedicado a Carmen Gomás; “La Razón”, al popular vespertino; “Mi negra”, que le dedicó a su amigo José Arce, y “La afiladora”. Quedó su impronta en Eugenio M. De Alarcón a quien enseñó armonía.
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AURORA
Alta en el cielo, una águila guerrera audaz se eleva en vuelo triunfal
Azul un ala del color del cielo Azul un ala del color del mar,
Así en el alta aurora y radial
punta de flecha el áureo rostro imita, y forma estela al purpurado cuello, El ala es paño, el águila es bandera.
Es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios, es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios, Es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios.
Letra: H. C. Quesada y L. Illica Música: H. Panizza
Aurora es, tal vez, la más conocida y entonada de las canciones dedicadas a la
Bandera. Sin embargo, pocos son los que saben el verdadero origen de estos versos.
En 1908, el gobierno nacional encargó una ópera dedicada a exaltar los valores patrios de una joven y pujante nación.
La responsabilidad de crear la partitura recayó sobre el músico ítalo–argentino Héctor Panizza, quien basó el argumento sobre un libreto creado en colaboración por Héctor Cipriano Quesada y Luigi Illica. Este último, creador de los libretos de ópera tales como Tosca, La Bohéme y Andrea Chenier, entre otras.
De este encargo nació “Aurora”, una ópera de estilo italiano, estrenada el 5 de septiembre de 1908, el mismo año en que se inauguró el actual edificio del Teatro Colón. Como era de costumbre en aquellos años, el libreto de la “ópera nacional” estaba íntegramente escrito en italiano.
Los hechos transcurren durante las guerras de la Independencia y narra la historia de un patriota de nombre Mariano que se enamora de Aurora, la hija de un jefe del ejército realista.
Siguiendo una tradición de larga data en el mundo operístico, la pieza tomó el nombre de su protagonista femenino. La noche del estreno el público quedó tan bien impresionado con “La canción a la Bandera” que obligó al tenor Amadeo Bassi a repetir el aria, un hecho pocas veces repetido en los noventa años de vida del Primer Coliseo. “Aurora” se convirtió en la más popular de las óperas argentinas. Sin embargo el hecho que estuviera en italiano, inhibía la posibilidad que “La canción a la Bandera” fuera desconocida por un público masivo.
Así fue que en 1945 Josué Quesada se encargó de transcribir al castellano lo que su padre había hecho en la lengua de Dante. Junto con Ángel Petitta, tradujeron el libreto y dejaron inmortalizados los versos que todos conocemos.
Esta versión remozada de la ópera se estrenó en la función oficial del 9 de julio de 1945, con la presencia de todas las autoridades nacionales, encabezada por el presidente General Edelmiro J. Farrell y el Coronel Juan Domingo Perón. Tal y como sucedió en el estreno de la versión italiana, el público ovacionó el aria dedicada al pabellón nacional.
Fue en ese mismo año que, por decreto del Poder Ejecutivo, fue incluida dentro del conjunto de canciones patrias. Y a partir de ese momento “La canción a la Bandera”, o
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simplemente “Aurora” es entonada en actos escolares, al izar y arriar la enseña patria, y se convirtió en el emblema de uno de nuestros símbolos nacionales.
LA MARCHA DE LAS MALVINAS
¡Tras su manto de neblinas, no las hemos de olvidar! "¡Las Malvinas, argentinas!" Clama el viento y ruge el mar.
Ni de aquellos horizontes nuestra enseña han de arrancar, pues su blanco está en los montes y en su azul se tiñe el mar.
Por ausente, por vencido bajo extraño pabellón, ningún suelo más queridode la Patria en la extensión
¿Quién nos habla aquí de olvido, de renuncia, de perdón? ¡Ningún suelo más querido de la Patria en la extensión!
¡Rompa el manto de neblinas, como un sol, nuestro ideal; "Las Malvinas, argentinas en dominio ya inmortal"
Y ante el sol de nuestro emblema. Pura, nítida y triunfal, brille, ¡oh Patria!, en tu diadema la perdida perla austral.
¡Para honor de nuestro emblema, para orgullo nacional, brille, ¡oh patria!, en tu diadema la perdida perla austral! brille, ¡oh patria!, en tu diadema la perdida perla austral!
Letra: Carlos ObligadoMúsica: José Tieri
Fue compuesta en 1939 por el llamado de la "Junta de Recuperación de las Malvinas" y seleccionada tras un concurso.El día 10 de junio de cada año se conmemora la designación del Primer Gobernador argentino en las Islas Malvinas que fue el 10 de junio de 1829. Fue designado Luis Vernet, quien fuera tomado prisionero el 4 de enero de 1833 por los ingleses cuando las tomaron por la fuerza.El 2 de abril de 1982, la República Argentina invade las Islas Malvinas tomando posesión por la fuerza y generándose un conflicto bélico con Gran Bretaña. Nuestro país se rinde el 14 de junio de 1982. Cada 2 de abril se conmemora la Soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur.
Carlos Obligado
Escritor y profesor nació en Bs.As. en 1890 y murió en 1949. Estudió en la Facultad de
Filosofía y Letras de la Capital Federal, Pcia. de Buenos Aires.
Fue decano interventor por designación del gobierno del general Uriburu en 1931;
volvió a ocupar el cargo de Interventor en 1943 y fue Interventor de la Universidad de
Buenos Aires en 1944.
Publicó un primer libro de inspiración romántica, Poemas (1920). Elegido miembro de
la Academia Argentina de letras en 1932. Actuó en la comisión Nacional de Cultura.
Actuó en la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual, desde 1937, en la
Comisión Protectora de Bibliotecas Municipales desde 1943, en el Instituto
Sanmartiniano y fue director del Instituto de Literatura Argentina.
Jose Tieri
Compositor argentino, autor de la música de la Marcha de las Malvinas (1939). Como
instrumentista (piano y saxofón) participó en las formaciones de René Cóspito y
Eduardo Armani y fue organista de la Catedral en Salta, donde compuso Himno a la
Antártida con letra de Luis Ortiz Behety. Se dedicó al activismo barrial en Ituzaingó
(Buenos Aires).
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HIMNO AL LIBERTADOR GRAL. SAN MARTÍN
Yergue el Ande su cumbre más alta,
de la mar el metal de su voz,
y entre cielos y nieves eternas
se alce el trono del Libertador.
Suenen claras trompetas de gloria
y levanten un himno triunfal,
que la luz de la historia agiganta
la figura del Gran Capitán.
De las tierras del Plata a Mendoza,
de Santiago a la Lima gentil,
fue sembrando en la ruta laureles
a su paso triunfal San Martín.
San Martín, el señor en la guerra,
por secreto designio de Dios,
grande fue cuando el sol lo alumbraba,
y más grande en la puesta del Sol.
¡Padre augusto del pueblo argentino,
héroe magno de la libertad!
A su sombra la Patria se agranda
en virtud, en trabajo y en paz.
¡San Martín! ¡San Martín! Que tu nombre,
honra y prez de los pueblos del Sur,
asegure por siempre los rumbos
de la Patria que alumbra tu luz.
Música: Arturo Luzzatt
Letra: Segundo M. Argarañaz
MARCHA DE SAN LORENZO
Febo asoma; ya sus rayosiluminan el histórico convento;tras los muros, sordo ruidooír se deja de corceles y de acero;
Son las huestes que preparaSan Martín para luchar en San Lorenzo;el clarín estridente sonóy a la voz del gran jefea la carga ordenó.
Avanza el enemigoa paso redoblado,al viento desplegadosu rojo pabellónal viento desplegadosu rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,aliados de la gloria,inscriben en la historiasu página mejor.Inscriben en la historiasu página mejor.
Cabral, soldado heroico,cubriéndose de gloria,cual precio a la victoria,su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí, salvo su arrojo,la libertad nacientede medio continente.¡Honor, honor al gran Cabral!
Letra de C. J. Benielli /Música de Cayetano. A. Silva
Se estrenó el 30 de octubre de 1902 en la inauguración del Monumento al General
San Martín, en la ciudad de Santa Fe. Esta marcha relata los sucesos de la batalla de
San Lorenzo, ocurrida el 3 de febrero de 1813.
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HIMNO A SARMIENTO
Fue la lucha tu vida y tu elemento;
la fatiga, tu descanso y calma;
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tú luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado, y en él sigues viviendo.
Y al latir su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para el grande entre los grandes
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
L. Corretjer
Bibliografía y Documentación Citada:
Documentos Curriculares de la Ciudad de Buenos Aires Documentos Curriculares de la Provincia de Buenos Aires www.carlospazchat.com.ar/canciones_patrias www.portalargentino.net www.profesorgentile.com.ar “El poeta de la bandera”, por Efraín Bischoff, ed. Copiar.
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