protocolo de lenguaje no sexista...reflejan las formas de pensar, sentir y actuar de una sociedad,...
TRANSCRIPT
PROTOCOLO DE LENGUAJE
NO SEXISTA
Mayo, 2016
2
“El lenguaje no es una creación arbitraria de la mente humana, sino un producto social e histórico que
influye en nuestra percepción de la realidad. Al transmitir socialmente al ser humano las experiencias
acumuladas de generaciones anteriores, el lenguaje condiciona nuestro pensamiento y determina nuestra
visión del mundo”.
UNESCO
3
Índice
1. Presentación ........................................................................................................................... 4
2. Introducción .............................................................................................................................. 6
3. El género gramatical ............................................................................................................. 10
4. El lenguaje adrocéntrico ....................................................................................................... 12
5. El sexismo .............................................................................................................................. 13
6. Alternativas al masculino genérico ...................................................................................... 14
7. La asimetría lingüística ......................................................................................................... 25
8. Los cargos y responsabilidades ........................................................................................... 32
9. La barra y la arroba ............................................................................................................... 41
10. Las pruebas de inversión ...................................................................................................... 42
11. Glosario .................................................................................................................................. 43
4
PRESENTACIÓN
5
Uno de los valores que representan a MJ GRUAS es nuestro compromiso con las personas que
forman nuestra plantilla y por lo tanto, con el principio de igualdad de oportunidades y la no
discriminación por razón de sexo. Este compromiso tiene su reflejo en las distintas acciones
positivas que estamos desarrollando con el apoyo de todas y todos y en donde, para seguir
avanzando en este camino, una medida más, ha consistido en el diseño de un Manual de Uso de
Lenguaje No Sexista y su distribución interna. Como es bien sabido, la concepción que tenemos
del mundo y, por tanto, de las relaciones que en él establecemos las personas, encuentran su
mejor expresión -y nunca mejor dicho- en el uso que hacemos de la lengua. En MJ GRUAS
apostamos de modo inconfundible por la igualdad y, coherentemente, queremos hacer que la
lengua sea un lugar de encuentro y de no discriminación.
Con la elaboración y difusión de este manual, MJ GRUAS tiene como objetivo no incurrir en el
lenguaje sexista y corregir, en su caso, el uso sesgado que podamos hacer del mismo. La
concienciación y uso hacia un lenguaje no sexista se produce lentamente por lo que lo importante
es que participemos en ella todos los departamentos y personal de la empresa.
Este manual nace con la pretensión de convertirse en una herramienta de consulta efectiva y
rápida para las personas que trabajan en MJ GRUAS. A ese efecto, se ha procurado hacer una
exposición clara de los diferentes aspectos del tema que nos ocupa, acompañada siempre de
ejemplos que ayuden a resolver las dudas que pueden surgir cuando se intenta hacer un uso
responsable del lenguaje, no contaminado por el sexismo.
Fdo. (Dirección General o Dirección RRHH)
6
INTRODUCCIÓN
7
“La antigua idea de que las palabras tienen poderes mágicos es falsa, pero esa falsedad implica la
distorsión de una verdad muy importante. Las palabras tienen un efecto mágico…aunque no en el sentido
que suponían los magos, ni sobre los objetos que éstos trataban de hechizar. Las palabras son mágicas
por la forma en que influyen en la mente de quienes las usan…”
Aldous Huxley
8
Uno de los objetivos básicos e irrenunciables de cualquier
sociedad moderna debe ser la concienciación en la igualdad
entre los sexos y el rechazo a toda forma de discriminación.
En el ámbito concreto del lenguaje, dado que en él se
reflejan las formas de pensar, sentir y actuar de una
sociedad, es fácil imaginar que las lenguas, como
instituciones creadas por el hombre, albergan en su
configuración interna, rasgos formales o de estilo que
resultan sexistas y que, por ello, es necesario combatamos.
El lenguaje como adquisición cultural, es el instrumento a través del cual expresamos nuestros
pensamientos, nuestras ideas y nuestra forma de concebir el mundo, y es, por tanto, el reflejo de
la cultura de una sociedad en un determinado momento.
Por lo tanto, cuando aprendemos una lengua, ésta no sólo nos permite comunicarnos sino que
adquirimos un conjunto de conocimientos, valores, prejuicios, estereotipos, actitudes etc. que nos
sirven para organizar e interpretar nuestra experiencia, para construirnos como personas. Además
la lengua no sólo refleja sino que a su vez transmite y al transmitir, refuerza los estereotipos
marcados socialmente. En consecuencia, las relaciones asimétricas y jerárquicas que se dan
entre los sexos en nuestra sociedad se muestran en la lengua y la lengua contribuye a que estas
relaciones se mantengan o transformen. En una sociedad, en la que la mujer ha desempeñado
tradicionalmente un papel de subordinación con respecto al hombre, asignando pautas de
comportamiento y roles diferentes a cada uno de los dos sexos, el lenguaje puede representar
esta situación de dependencia.
9
Al mismo tiempo que es un reflejo de la sociedad que lo usa, la lengua puede llegar a ser un
instrumento de transformación de la realidad y, por tanto, el uso que se haga de ella nunca es
inocuo ni intrascendente. Cuando hablamos del uso sexista del lenguaje nos referimos a aquel
que discrimina a la mujer, bien sea porque la excluye del discurso, porque oculta su
identidad o porque la asocia a valoraciones de signo peyorativo. El lenguaje sexista conlleva
una representación femenina sesgada y parcial y asigna roles y capacidades diferentes a
mujeres y hombres en función del sexo. Y aunque en este manual nos ocuparemos
exclusivamente de señalar y de corregir en lo posible el uso sexista del lenguaje verbal, vale la
pena recordar que dicha desviación se da también en otros ámbitos: el lenguaje no verbal, las
imágenes etc.
En los últimos años, la posición de la mujer ha variado, lo que está propiciando el
replanteamiento de los hábitos lingüísticos para responder a una nueva realidad. Nuestra lengua
dispone de recursos suficientes para poder reflejar esa igualdad. Las palabras no sólo nombran la
realidad, también la definen, interpretan y crean. El lenguaje por sí mismo no es sexista, es el
uso que hacemos del mismo. La lengua hace lo que tiene que hacer, que es “radiografiar cómo
somos”.
El uso no sexista del lenguaje es uno de los instrumentos de acción positiva que podemos y
debemos utilizar quienes queremos promover de forma efectiva la igualación real de la mujer
en MJ GRUAS.
Un lenguaje no sexista es aquel que:
No confunde con su mensaje.
Incluye y hace visibles a ambos sexos.
Da la palabra a todas las personas.
Valora por igual a mujeres y a hombres.
10
El género gramatical
Señora maestra, ¿cómo se forma el femenino?.
-Partiendo del masculino, la “o” final se sustituye por una “a”.
-Señora maestra, ¿y el masculino cómo se forma?
-El masculino no se forma, existe.
Anécdota escolar
El género gramatical es la clase a la que pertenece un nombre
sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma
y, generalmente sólo una, de la flexión del adjetivo y del pronombre.
Una de las cuestiones más polémicas relacionadas con el sexismo lingüístico proviene de la
confusión que se establece entre sexo y género gramatical. Mientras que el sexo es un rasgo
biológico que poseen algunos seres vivos, el género gramatical es un rasgo inherente a
determinados tipos de palabras, que sirve para clasificar a los sustantivos en masculinos y
femeninos y, en el caso de los adjetivos y determinantes, para establecer su concordancia.
Por lo tanto, el género es una categoría gramatical que clasifica a los nombres en masculinos y
femeninos; como tal categoría no se asocia a ninguna realidad extralingüística. Todos los
sustantivos en nuestra lengua poseen género gramatical, tanto si se refieren a cosas como a
personas; pero no siempre coincide con el sexo de la persona a la que designan; así se puede
comprobar si observamos los siguientes grupos de palabras cuya relación género-sexo no es
unívoca:
11
Existen palabras con género masculino que aluden tanto a los hombres
como a las mujeres. Por ejemplo: personaje, bebé, ser.
Otras son de género femenino y designan también a los dos sexos. Por
ejemplo: persona o víctima.
Algunas tienen una forma única para referirse al femenino y al masculino,
en cuyo caso, adquirirán el género de la palabra que las determina
(artículo o adjetivo). Por ejemplo: el testigo/la testigo.
Por tanto, es un error identificar la categoría gramatical de género con la referencia
extralingüística al sexo biológico. El funcionamiento que tiene el género gramatical en español
afecta en muchas ocasiones al sexismo lingüístico. Mientras que el femenino posee un uso
restrictivo (únicamente puede emplearse referido a las mujeres), el género masculino posee un
doble valor. Por un lado, el específico, es decir, solo referido a varones (el director de la
compañía inauguró el nuevo centro de trabajo). Por otro, el genérico, que engloba tanto a
mujeres como a hombres (los trabajadores tienen los mismos derechos y obligaciones). Este
genérico afecta a la visibilización de las mujeres y resulta problemático en muchas ocasiones,
pues produce constantes ambigüedades. Por ejemplo, si una persona dice “Mis hermanos van al
cine los miércoles”, es imposible saber si la palabra hermanos incluye a hombres y a mujeres o
únicamente a varones. Y, en el que caso de que las mujeres estén incluidas, quedan ocultas. Los
errores más frecuentes en el empleo del lenguaje, son:
Utilización de masculino plural, o del masculino singular, para englobar
al conjunto de mujeres y hombres (las invisibiliza).
Uso del artículo masculino plural con nombre común.
Orden de aparición de lo masculino y femenino.
Problemas de concordancia.
Subordinación del femenino al masculino.
12
El lenguaje androcéntrico
El androcentrismo es la voz formada a partir del término griego “andros”, que significa “hombre”.
Es la actitud que toma al hombre como centro y la medida de las cosas. El androcentrismo
supone un ocultamiento e invisibilidad de las mujeres.
La visión androcentrismo ha sido la única manera de enfocar la realidad hasta hace pocos años y
todavía hoy persiste y es mayoritaria. La falta de representación simbólica de las mujeres en la
lengua hace que queden invisibilizadas. Y todo debido al pensamiento androcéntrico que utiliza el
masculino para referirse a los dos sexos aún sin conseguir representarlos. Considerando al
hombre como centro del universo y a la mujer como ser dependiente de él… por ejemplo: “los
nómadas se trasladaban con sus enseres, mujeres, ancianos y niños de un lugar a otro” y
debería ser ” los grupos nómadas se trasladaban con sus enseres de un lugar a otro”(*)
En la lengua castellana existen múltiples recursos y términos para nombrar a hombres y mujeres.
La utilización del masculino para referirse a los dos géneros no consigue representarlos, sino que
oculta y esconde a las mujeres, además de provocar confusión. El hecho de no “nombrar” esta
diferencia supone no respetar uno de los derechos fundamentales: la existencia y
representación de esa presencia en el lenguaje.
(*) Fuente: “NOMBRA. En femenino y en masculino”. Autoras: Carmen Alario, Mercedes Bengoechea, Eulalia Lledó y Ana Vargas
13
El sexismo
Con el término sexismo solemos designar la discriminación de personas de un sexo por
considerarlo inferior al otro. El sexismo abarca todos los ámbitos de la vida y de las relaciones
humanas, y el lenguaje constituye sin duda un buen ejemplo.
Distinguimos dos tipos de sexismo lingüístico:
Sexismo Léxico: utilizar ciertas palabras sexistas que pueden identificarse
aisladamente.
Sexismo Sintáctico: la discriminación se debe a la forma de construir la
frase y no al empleo de una cierta palabra aislada.
Algunas formas de sexismo en el ámbito laboral son las siguientes:
Redacción de escritos únicamente en masculino genérico.
Denominación de las categorías profesionales en masculino
exclusivamente (con valor presuntamente genérico).
Denominación de las categorías profesionales en masculino excepto
cuando se trata de algunas profesiones con mayor presencia de mujeres,
en las que entonces sí se incluyen denominaciones en femenino
exclusivamente como “limpiadora”.
Formulas asimétricas al nombrar o establecer categorías. Por ejemplo,
usar el masculino para los puestos de más prestigio y el femenino para
los que están jerárquicamente por debajo: Director y secretaria
Se puede instalar en el ordenador un programa, la lupa violeta, que es un pluggin (herramienta
como el corrector ortográfico) cuya misión es facilitar la utilización del lenguaje no sexista.
Identifica los términos que puedan tener una utilización sexista y propone diferentes
sugerencias para una mejor adecuación del lenguaje.
14
Alternativas al masculino genérico .
El género masculino tiene un valor ‘específico’ (referido exclusivamente a los hombres) y otro
“genérico” (referido tanto a hombres como a mujeres); sin embargo, el femenino, no posee el
carácter globalizador del masculino y solo puede emplearse de modo restrictivo (solo puede
emplearse para designar a las mujeres).
La utilización del masculino como genérico es uno de los
fenómenos que con frecuencia contribuyen a la discriminación
lingüística, puesto que puede generar confusión, mostrando al
hombre como sujeto de los hechos que se narran; por tanto, debe
evitarse, cuando sea posible, acudiendo a los distintos recursos que
la lengua pone a nuestra disposición sin que con ello se atente
contra las normas gramaticales.
En determinados mensajes, no obstante, el uso del masculino genérico produce ambigüedad y
confusión que puede dar lugar a la discriminación y a la ocultación de la mujer.
Una de las maneras de evitar la ocultación de las mujeres detrás del masculino o su exclusión es
utilizar sustantivos genéricos reales, que más allá del género gramatical que tengan, son
capaces de representar a un conjunto de personas integrado tanto por mujeres como por
hombres, son aquellos que con independencia de su género gramatical pueden referirse a
personas de un sexo u otro.
15
LOS GENÉRICOS
Una de las maneras de evitar la ocultación de las mujeres detrás del masculino o su exclusión es
utilizar sustantivos genéricos reales, que, más allá del género gramatical que tengan, son
capaces de representar a un conjunto de personas integrado tanto por mujeres como por
hombres. Sirva de ejemplo el caso del sustantivo “persona”, que tiene género femenino pero
puede señalar indistintamente a una mujer o a un hombre.
Para eludir el uso del masculino genérico el español cuenta con los llamados sustantivos
genéricos; sustantivos que con independencia de su género gramatical pueden aludir a personas
de un sexo o de otro: criatura (f.), persona (f.), personaje (m.), víctima (f.), ser (m.).
Según lo previsto en la normativa vigente, los dañados en el accidente recibirán
las indemnizaciones pertinentes.
Según lo previsto en la normativa vigente, las víctimas del accidente recibirán las
indemnizaciones pertinentes.
Siempre que sea posible debemos emplear sustantivos colectivos, pues además de evitar la
ambigüedad del masculino genérico, no lentifican el discurso: alumnado/*los alumnos,
ciudadanía/*los ciudadanos, descendencia/*los descendientes, funcionariado/*los funcionarios,
profesorado/*los profesores, etc.
Los trabajadores deberán presentar en RR.HH las solicitudes de participación en
temas de igualdad.
La plantilla deberán presentar en RR.HH las solicitudes de participación en temas
de igualdad.
16
LOS ABSTRACTOS
Cuando se habla de hombres y mujeres al mismo tiempo o se desconoce el sexo de las personas
a las que se alude se pueden utilizar sustantivos abstractos como referirse al cargo, profesión o
titulación en vez de a la persona que lo desempeña: dirección, gerencia, ingeniería…
Los coordinadores
El equipo de cooordinación
17
LOS ADJETIVOS
Los adjetivos, en la lengua española, cuentan con los dos géneros, masculino y femenino, al
igual que los sustantivos. Sin embargo, su naturaleza es distinta: el género no es algo inherente
al adjetivo, al contrario de lo que sucede con los sustantivos. O, dicho de otro modo: los
adjetivos toman terminaciones genéricas sólo para concordar con los sustantivos a los que
acompañan.
Los adjetivos se pueden dividir en dos grupos: los de dos terminaciones y los de una sola
terminación:
Los que terminan en consonante o en vocal “-o” para el masculino y en “-a” para el
femenino; por ejemplo, para el masculino “emprendedor” y para el femenino
“emprendedora””.
Los segundos presentan idéntica forma para los dos géneros: ése es el caso de
““inteligente” o “transparente” que deben concordar con el género del sustantivo al que
acompañan; los de forma única, de una sola terminación, se mantienen invariables para
señalar tanto el masculino como el femenino.
Puede ocurrir, sin embargo, que un adjetivo acompañe a varios sustantivos: en ese
caso, si todos los sustantivos son del mismo género, el adjetivo adoptará dicho género;
en cambio, si los sustantivos son de distinto género, las normas gramaticales de la
lengua española establecen que el adjetivo debe expresarse en masculino plural, la
forma considerada apta para referir simultáneamente los rasgos masculino/femenino.
Por ejemplo:
Los trabajadores y trabajadoras innovadores recibieron un reconocimiento.
18
Para evitar ese masculino genérico (una manifestación más de la tendencia que existe a nombrar
el mundo en masculino), existe la posibilidad de desdoblar los adjetivos. Dicho desdoblamiento,
más que una repetición, sería entonces una manera de evitar ambigüedades. Por ejemplo:
Los trabajadores aventajados y trabajadoras aventajadas recibieron incentivos.
Sin embargo, este uso puede resultar redundante o lentificar en exceso el discurso. Cuando los
adjetivos y participios van precedidos de un verbo copulativo, que se limita a servir de nexo entre
el sujeto y el atributo, hay tres posibilidades. Veámoslas tomando como referencia el siguiente
ejemplo:
Los trabajadores y trabajadoras de esta empresa son habilidosos.
1. Usar el término desdoblado en su forma masculina y femenina:
Los trabajadores y trabajadoras de esta empresa son habilidosos y habilidosas.
2. Reemplazar el adjetivo por un sinónimo invariable:
Los trabajadores y trabajadoras de esta empresa son hábiles
3. Anteponer al adjetivo un sustantivo de los llamados genéricos universales, que incluyen
realmente a mujeres y hombres, como “persona”, “gente”, “ser humano”, etc.:
Los trabajadores y trabajadoras de esta empresa son personas habilidosas.
19
Avanzando en el empleo del lenguaje sexista, observaremos que el abuso del masculino genérico
no solo afecta a los sustantivos, sino también a determinados pronombres y determinantes a los
que nos vamos a referir a continuación:
LOS PRONOMBRES
Los pronombres son palabras que sustituyen a los nombres. Todas las clases de pronombres
(personales, posesivos, demostrativos, indefinidos y relativos) tienen variación genérica en todas
sus formas y adoptan distinta terminación para cada uno de los géneros. Muchos de ellos tienen
la posibilidad de expresar esa diferencia genérica cambiando su terminación (éste/ésta, él/ella,
algunos/algunas, etc.) o acudiendo al artículo (el/la que, el/la cual); otros, en cambio son
pronombres invariables: “yo”, “tú”, “quien/es”, “alguien”, “nadie”, “cualquiera”. La invariabilidad de
estos últimos pronombres resulta de interés cuando queremos cifrar mensajes en los que se
quiere evitar la discriminación por motivo de sexo.
Uno/s, todo/s, alguno/s
Las frases con los indefinidos uno/s, todo/s y alguno/s pueden resultar genéricamente
ambiguas, por tanto, deben ser sustituidas por el genérico persona o recurrir, según los casos, al
procedimiento igualitario más conveniente como por ejemplo desdoblar términos.
¿Alguno de los presentes desea intervenir en la conferencia?
¿Desea intervenir alguien en la conferencia?
20
¿Alguna persona de las presentes desea intervenir en la conferencia?
Todos deberán firmar el documento.
Se tendrá que firmar el documento.
Es necesario firmar el documento.
Todos y todas deberán firmar el documento.
El/los que
El uso del relativo “que” precedido del artículo masculino, tanto en singular como en plural, puede
resultar discriminatorio, o cuando menos ambiguo. Esta indeterminación se puede evitar utilizando
el relativo “quien/es”. Otra posibilidad es sustituir el pronombre relativo por el genérico “persona”.
Por ejemplo:
Los que cumplan los requisitos entrarán en el proceso de promoción.
Quienes cumplan los requisitos entrarán en el proceso de promoción.
Las personas que cumplan los requisitos entrarán en el proceso de promoción.
21
Nos
Puede ser utilizado para sustituir a los sustantivos “hombre” u “hombres” cuando se refieren a
todo el género humano. Los determinantes posesivos “nuestro”, “nuestra”, “nuestros” y “nuestras”
también pueden cumplir esta función. Así se pueden evitar oraciones como, por ejemplo:
A los hombres les ha costado encontrar…
A la humanidad nos ha costado encontrar….
El lenguaje es vital para el desarrollo del hombre.
El lenguaje es vital para nuestro desarrollo.
22
LOS ARTICULOS
Los artículos se pueden utilizar para enunciar la diferenciación de género sin repetir el sustantivo.
Según las normas de la concordancia, el artículo debe adoptar el género del nombre al que
acompaña: el niño/la niña, el empleado/la empleada, etc.
Para evitar el uso del masculino genérico podemos indicar los dos géneros anteponiendo al
sustantivo las dos formas del artículo, femenino y masculino, concordando gramaticalmente el
sustantivo y los adjetivos con el último artículo empleado.
Los empleados de esta empresa.
Los y las empleadas de esta empresa
El cliente/ la cliente
23
NORMAS PERSONALES DEL VERBO
Asimismo, cabe eludir el uso del masculino genérico recurriendo a determinados usos verbales,
tales como: la utilización del verbo en primera persona del plural, suprimiendo el sujeto o la
construcción de la frase con “se + verbo en tercera persona”, evitando la referencia personal.
Las frases que estamos tomando como ejemplo podrían expresarse también así:
En la empresa debemos exigir adoptar las medidas de seguridad pertinentes.
En este centro de trabajo se cumplen escrupulosamente las normas de prevención.
PERÍFRASIS Y GIROS.
Podemos recurrir a este recurso cuando no disponemos de genéricos, colectivos o abstractos.
Los interesados / Las personas interesadas
Los políticos / La clase política
Los catalanes / El pueblo catalán
El demandado / La parte demandada
24
DESDOBLAMIENTOS
Solamente cuando no exista otra opción deben usarse las palabras completas en masculino y
femenino, puesto que los llamados desdoblamientos recargan y lentifican la expresión al tener
que duplicar también las palabras que concuerdan con ellos (por ejemplo: los directores y las
directoras, los encargados y las encargadas). En cualquier caso, hay que recordar que no existe
justificación gramatical que obligue a anteponer el masculino al femenino por lo que es
recomendable la alternancia: las mujeres y los hombres, las jefas y los jefes..
Los trabajadores disfrutarán durante el mes de agosto de un horario flexible.
Los trabajadores y las trabajadoras disfrutarán durante el mes de agosto de un horario
flexible.
Se podría evitar el desdoblamiento utilizando, por ejemplo, un colectivo:
El personal disfrutará durante el mes de agosto de un horario flexible
25
La Asimetría Lingüística
Para contribuir a un uso igualitario del lenguaje conviene tratar de modo simétrico a los dos
sexos. Sin embargo, esto no siempre ocurre ya que a veces son las palabras empleadas las que,
por su significado cambiante, pueden generar dismetrías según se apliquen a hombres o a
mujeres (duales aparentes). En otras ocasiones, es la estructura sintáctica empleada la que
genera el tratamiento desigual (salto semántico, asimetría en las fórmulas de tratamiento,
denominación sexuada, aposición redundante, preferencia en el orden de presentación,
tratamiento heterogéneo, etc.). Veamos los problemas de asimetría más frecuentes.
LOS DUALES APARENTES
Llamamos duales aparentes a aquellos términos que cambian de significado según se apliquen
a un sexo o a otro. Existen múltiples términos y expresiones que, siendo idénticas de forma
toman diferente significado al ser aplicados a mujeres y varones. Concretamente, toman una
acepción negativa o de menor valor cuando se refieren a una mujer.
• Los pares se pueden referir a cargos o profesiones:
El Secretario
(desempeña alto cargo y si es un hombre
tiende a denominarse administrativo y no
secretario)
La Secretaria
(desempeña funciones administrativas)
26
• En otros pares el término femenino posee connotaciones negativas que impide su
aplicación de forma simétrica con respecto al término masculino. La forma femenina no
adquiere un sentido negativo, sino que indica una categoría profesional más baja que su
correspondiente masculino.
Individuo
Pariente
Hombre público
Soltero
Individua
Parienta
Mujer pública
Soltera
LOS VACÍOS LÉXICOS
Los vacíos léxicos son otra forma de sexismo. Una palabra que solo puede utilizarse aplicada a
uno de los sexos, no tiene su correspondiente en el otro género. Aplicado al masculino tiene un
valor positivo, aplicado al femenino es algo desvalorizado o negativo.
Ejemplos son: arpía, caballerosidad, marisabidilla, misoginia etc.
27
EL ORDEN DE LOS GÉNEROS
Tendemos a anteponer el término masculino al femenino, dándole preferencia a uno de los sexos
frente a otro, sin ninguna justificación gramatical. El hecho de desdoblar el género y especificar
los dos, tanto masculino como femenino, ha desatado otro debate acerca de si el orden en el que
se enuncian puede ser o no constitutivo de sexismo lingüístico. Si por sistema se antepone el
término masculino al femenino se está dando una prioridad a uno de los dos géneros.
Por tanto, cuando usemos desdoblamientos debemos alternar el orden de los femeninos y
masculino, salvo que para evitar el saltos semánticos enunciar el género femenino en primer
lugar, para evitar que el masculino sea tomado como genérico.
Se han incorporado a la plantilla tres empleados y cinco empleadas.
Se han incorporado a la plantilla cinco empleadas y tres empleados.
Se han incorporado a la plantilla tres hombres y cinco mujeres.
28
EVITAR LA ASIMETRÍA EN LAS FÓRMULAS DE TRATAMIENTO Y CORTESÍA
Para contribuir a un uso igualitario del lenguaje conviene tratar de modo simétrico ambos sexos,
ya que un tratamiento desigual favorece la ambigüedad en el discurso.
USO ADECUADO DE LAS FORMAS DE TRATAMIENTO Y CORTESÍA
Es habitual que en las documentaciones utilizadas en las empresas, que deben de ser
rellenadas tanto por hombres como por mujeres, las formas de tratamiento aparezcan más en
masculino que en femenino.
El interesado
Sr.
D.
El/la interesado/a
Sr./Sra.
D./Dª.
Uno de los principales problemas que se advierte es que el trato dado a la mujer no siempre es
simétrico con respecto al dado al hombre. Así, este último suele nombrarse sólo por el apellido
(Sr. Sanchez), mientras que en el caso de la mujer esto rara vez ocurre, siendo usual que su
apellido aparezca precedido del nombre de pila (Sra. Anna Capdevila).
Ejemplo asimétrico
La Sra. Ana Rodriguez y el Sr. Sanchez han solicitado al Departamento de Administración un
informe de la reunión.
Ejemplo simétrico
La Sra. Ana Rodriguez y el Sr. Andrés Sanchez han solicitado al Departamento de
Administración un informe de la reunión.
Otro aspecto a destacar es que la expresión Señorita (Srta.) no es correcta puesto que presenta
a la mujer manifestando su estado civil, y presenta asimetría en el tratamiento con la expresión
en masculino (Señorito).
29
TRATAMIENTO HOMOGÉNEO EN TODO EL TEXTO
Otro error común consiste en utilizar sin rigor los desdoblamientos y dobletes con barra. Se
deben nombrar y visibilizar a hombres y mujeres en todo el documento o texto.
D/Dª…………………
Firma interesado
D/Dª…………………
Firma del/ de la interesado/a
Con frecuencia, estos textos presentan a la mujer en su relación de dependencia del hombre. De
este modo, expresiones como señora de, mujer de, esposa de inciden en su condición de
casada, mientras que el tratamiento de señorita se refiere a su situación de soltería. Rara vez, sin
embargo, el hombre es presentado manifestando su estado civil, pues tradicionalmente se le ha
otorgado autonomía y personalidad en sí mismo.
30
EL SALTO SEMÁNTICO
El salto semántico se produce cuando se emplea en el mismo discurso o en un texto un vocablo
masculino con apariencia de genérico (incluyendo a mujeres y a hombres); sin embargo, más
adelante, se repite manifestando que su valor anterior era el de específico (incluía solo a los
hombres). Esto crea un enunciado ambiguo, debido a que estaba cifrado de modo engañoso,
pues excluye finalmente al sexo femenino.
Ejemplo:
El seguro cubre a los afiliados. También a sus mujeres.
El seguro cubre a las personas afiliadas. También a sus cónyuges/parejas.
No deben utilizarse términos con género masculino que puedan englobar al colectivo femenino,
especialmente si éste no está incluido. Para evitar este sexismo lingüístico o, al menos, la
ambigüedad en el texto o discurso, sería conveniente reservar los sustantivos masculinos y
femeninos sólo para sus respectivos sexos y utilizar dobletes o genéricos auténticos para la
referencia simultánea a los dos géneros.
31
DENOMINACIÓN DISIMÉTRICA
Este caso se da cuando en un discurso una persona, casi siempre la mujer, es nombrada por su
condición sexual o estado civil, de este modo, se convierten en su principal identidad, eclipsando
incluso su estatus social o profesión. Por ejemplo, no se debe decir:
Se han incorporado a la plantilla tres empleados y cinco mujeres.
Se ha invitado a los encargados y a sus esposas.
Estas formas de denominara las mujeres conllevan un tratamiento desigual, pues hace que
parezca que carecen de identidad.
EJEMPLO
El seguro indemnizará a los dañados en el accidente: dos mujeres y tres técnicos.
El seguro indemnizará a las personas dañadas en el accidente: dos mujeres y tres
hombres.
32
Los cargos y responsabilidades
Nuestra sociedad está en continuo cambio y
entre las muchas cosas que han cambiado,
están los papeles que hombres y mujeres
desempeñan. La lengua también ha de
reflejar estos cambios, concretamente en la
diferenciación del uso del masculino o
femenino en la designación de profesiones,
ocupaciones y titulaciones para las que se
venía empleando únicamente el masculino.
La incorporación de las mujeres al mundo laboral en todos los ámbitos de la sociedad, de donde
tradicionalmente habían estado excluidas, ha exigido que la lengua modifique los modos de
expresión del femenino para enfrentarse a una nueva realidad en la que las mujeres y los
hombres se encuentran en una situación igualitaria, y en consecuencia, se ha planteado el
problema de cómo denominar a las que ejercen una actividad que desde siempre había estado
reservada a los hombres.
El hecho de que a algunas personas les resulten extraños términos como Ingeniera no se debe a
que sean incorrectos, sino a la práctica inexistencia hasta la época actual de mujeres que
ocupasen estos cargos o profesiones.
En este sentido, una Orden de 22 de marzo de 1995 del Ministerio de Educación y Ciencia
advierte que los títulos académicos oficiales deben adecuarse a la condición femenina o
masculina de quienes los obtengan.
Se debe utilizar el género femenino o masculino según el sexo de la persona que desempeñe el
cargo, oficio o profesión, para ello se puede acudir a distintos procedimientos de acuerdo con las
posibilidades que ofrece nuestro sistema lingüístico.
33
Feminización de los términos siguiendo la tendencia general del español (-o para el
masculino y -a para el femenino):
agrónomo agrónoma
técnico técnica
arquitecto arquitecta
Los terminados en -or, como es habitual en español, hacen el femenino en -ora:
director directora
traductor traductora
interventor interventora
investigador investigadora
Los acabados en -ero forman el femenino en -era:
ingeniero ingeniera
banquero banquera
Los que terminan en -ario hacen el femenino en -aria:
empresario empresaria
funcionario funcionaria
Existen, por otra parte, nombres de profesiones y oficios para los que la creación de un nuevo
femenino no ha presentado la misma regularidad que la que hemos señalado más arriba, ya que
en algunos casos se ha feminizado el masculino y en otros se mantiene una forma única para
referirse a los dos sexos.
34
Así ocurre en los siguientes casos:
Los acabados en -ente adoptan la terminación -enta para crear nuevos femeninos,
aunque en algunos casos se acepten las dos opciones:
asistente asistenta
presidente presidenta
Los terminados en -ante son, en su mayoría, invariables para ambos sexos
delineante
representante
fabricante
Como en los casos antes señalados, es necesario el empleo del artículo para evitar la confusión:
el delineante/la delineante, el representante/la representante.
En ocasiones se acepta el femenino en -anta, como practicante/practicanta, gobernan-
te/gobernanta.
Los terminados en -ista son invariables para los dos sexos, por ejemplo:
dentista
periodista
Los terminados en -ta, -tra son invariables:
terapeuta
35
astronauta
Muchos de los terminados en -l se han mantenido con una única forma para el femenino
y el masculino, sin razón que lo justifique, como en los casos siguientes:
Fiscal
cónsul
industrial
Mientras que en otros se ha creado un femenino paralelo añadiéndole -a a la forma
masculina: edil/ edila u oficial/oficiala.
En los terminados en -e encontramos vacilación a la hora de crear el femenino, ya que
en cada caso se ha adoptado una solución distinta. Por ejemplo:
jefe jefe jefa
alcalde alcaldesa
36
Para nombrar los cargos se aconseja la utilización de nombres abstractos, que evitan la tentación
de usar el masculino como genérico.
Por ejemplo:
La secretaria del director anotó las señas del cliente.
La secretaría de dirección anotó las señas del cliente.
El encargado del centro de trabajo de la zona norte está de baja.
La persona encargada del centro de trabajo de la zona norte está de baja.
Lo mismo ocurre con el uso de “la inspección”, “la coordinación”, “la presidencia”, “la jefatura”,
etc. en lugar de “los inspectores”, “el coordinador”, “el presidente”, “el jefe”, etc.
Sin embargo, puede darse el caso de que no sea adecuada la utilización de estos nombres
abstractos. Se recomienda entonces lo siguiente:
• Si se trata de tarjetas de visita, el nombre que designa el cargo tomará el género de
la persona que lo ostenta.
• Si se trata de una convocatoria dirigida a cargos ocupados tanto por hombres como
por mujeres, se harán constar los dos géneros. Por ejemplo: “Los jefes y las jefas de
cocina.....”.
37
PROFESIONES Y CARGOS
A ABOGADO ABOGADA ADJUNTO ADJUNTA
ADJUNTO DIRECTOR ADJUNTA DIRECTORA ADJUNTO JEFE ADJUNTA JEFE/A
ADMINISTRADOR ADMINISTRADORA ADMINISTRATIVO ADMINISTRATIVA
ANALISTA ANALISTA ANIMADOR BÁSICO ANIMADORA BÁSICA
ANIMADOR DEPORTIVO ANIMADORA DEPORTIVA ARQUEÓLOGO ARQUEÓLOGA
ARQUITECTO ARQUITECTA ASESOR ASESORA
ASESOR JURÍDICO ASESORA JURÍDICA ASESOR DE PRESIDENCIA ASESORA DE PRESIDENCIA
ASISTENTE ASISTENTA AUXILIAR ADMINISTRATIVO AUXILIAR ADMINISTRATIVA
AYUDANTE . AYUDANTE/A
B BIÓLOGO BIÓLOGA BOMBERO CONDUCTOR BOMBERA CONDUCTORA
C CAMARERO CAMARERA CAPATAZ CAPATAZA
COCINERO COCINERA COMPONEDOR COMPONEDORA
CONDUCTOR CONDUCTORA COORDINADOR COORDINADORA
COORDINADOR TÉCNICO COORDINADORA TÉCNICA CORRECTOR CORRECTORA
COSTURERO COSTURERA
38
D DELINEANTE DELINEANTE DIRECTOR DIRECTORA
DIRECTOR ADJUNTO DIRECTORA ADJUNTA DIRECTOR COORDINADO DIRECTORA COORDINADORA
DISEÑADOR GRÁFICO DISEÑADORA GRÁFICA
E ECONOMISTA ECONOMISTA EDUCADOR EDUCADORA
ELECTRICISTA ELECTRICISTA ENCARGADO ENCARGADA
ENFERMERO ENFERMERA
F FISIOTERAPEUTA FISIOTERAPEUTA
G GEÓLOGO GEÓLOGA GOBERNANTE GOBERNANTA
GRADUADO SOCIAL GRADUADA SOCIAL GUARDA GUARDA
I INGENIERO INGENIERA INGENIERO TÉCNICO INGENIERA TÉCNICA
INVESTIGADOR INVESTIGADORA
J JARDINERO JARDINERA
JEFE JEFE/A
39
L LABORANTE LABORANTE LAVANDERO LAVANDERA
LIMPIADOR LIMPIADORA LOGOPEDA LOGOPEDA
M MAESTRO MAESTRA MAQUINISTA MAQUINISTA
MECÁNICO MECÁNICA MÉDICO MÉDICA
MONITOR MONITORA
O OFICIAL OFICIALA OFICIAL ADMINISTRATIVO OFICIALA ADMINISTRATIVA
OFICIAL ALBAÑIL OFICIALA ALBAÑILA OFICIAL CAMARERO OFICIALA CAMARERA
OPERADOR OPERADORA OPERARIO OPERARIA
ORDENANZA ORDENANZA
P PEÓN PEONA PROFESOR PROFESORA
PROGRAMADOR PROGRAMADORA PSICÓLOGO PSICÓLOGA
PUERICULTOR PUERICULTORA
M MAESTRO MAESTRA MAQUINISTA MAQUINISTA
MECÁNICO MECÁNICA MÉDICO MÉDICA
40
MONITOR MONITORA
41
R RECEPCIONISTA RECEPCIONISTA RESPONSABLE RESPONSABLE
S SECRETARIO SECRETARIA SOCIÓLOGO SOCIÓLOGA
SUBDITECTOR SUBDIRECTORA SUPERVISOR SUPERVISORA
T TÉCNICO TÉCNICA TÉCNICO ADMINISTRATIVO TÉCNICA ADMINISTRATIVA
TÉCNICO DE APOYO TÉCNICA DE APOYO TELEFONISTA TELEFONISTA
TERAPEUTA TERAPEUTA TOPÓGRAFO TOPÓGRAFA
42
La barra y arroba
En documentos de tipo formulario, con campos habilitados para ser rellenados, se sigue
utilizando el masculino en expresiones como “firma del cliente”, “el solicitante”, o “el titular”, que
es necesario modificar. Una solución es el uso del masculino y el femenino pero también se
puede acudir a la utilización de barras.
El uso de las barras (/) para expresar el doblete de géneros y evitar el sexismo es común en la
lengua escrita. Sin embargo, es estéticamente desatinado y de difícil legibilidad, por lo que no
se aconseja abusar de este recurso. Su uso debe restringirse exclusivamente a formularios,
fichas, impresos y documentos similares.
En cuanto a la arroba (@) es un símbolo y no un signo
lingüístico. La RAE proscribe su uso cuando se emplea como
recurso gráfico integrador en una sola palabra de las formas
masculina y femenina del sustantivo: L@s emplead@s de la
empresa solicitaron… En términos de un lenguaje incluyente,
nuestro idioma es rico en vocablos para recrear la igualdad y
equidad entre las personas.
Funcionari@s
Funcionarios y funcionarias
43
Las pruebas de inversión
En ocasiones no resulta sencillo determinar si se está haciendo
un uso sexista del lenguaje ya que aunque no sea esa la
intención, la tradición o costumbre pueden hacernos caer en el
uso de expresiones que oculten o minusvaloren a la mujer.
Para reconocer con certeza si nos encontramos ante un lenguaje sexista, podemos recurrir a una
prueba de inversión: se sustituye la palabra marcada con un determinado género por su
correspondiente del género opuesto. Si la segunda formulación ha perdido su sentido inicial y
resulta ofensiva para uno de los dos sexos, entonces quiere decir que la utilización anterior de
esta palabra también era sexista.
Ejemplo:
A la reunión podrán acudir los técnicos acompañados de sus mujeres
INVERSIÓN: A la reunión podrán acudir las técnicas acompañadas de sus hombres
Se demandan 10 soldadores y 4 operarios para empresa de la zona
INVERSIÓN: Se demandan 10 soldadoras y 4 operarias para empresas de la zona
44
GLOSARIO
45
Acción positiva. Medida de carácter temporal que trata de corregir, prevenir o erradicar situaciones de
desigualdad que sufren las mujeres con respecto a los hombres y que suelen estar ancladas en creencias,
costumbres o roles sociales.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres recoge:
“Artículo 11. Acciones positivas.
1. Con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional a la igualdad, los Poderes Públicos adoptarán
medidas específicas a favor de las mujeres para corregir situaciones patentes de desigualdad de hecho
respecto de los hombres. Tales medidas, que serán aplicables en tanto subsistan dichas situaciones,
habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con el objetivo perseguido en cada caso.
Androcentrismo. Modelo social que sitúa al elemento masculino como prototipo, referente a imitar. La
experiencia de los hombres es interpretada como universal, despreciando y ocultando los aprendizajes y
experiencias de las mujeres. La historia y la realidad cotidiana se cuenta desde la perspectiva masculina.
Discriminaciones directas. Tratar de forma desfavorable a un grupo de personas por motivos
expresamente prohibidos en el ordenamiento jurídico nacional e internacional.
Discriminaciones indirectas. Criterios, medidas, normas e intervenciones sociales o políticas formalmente
neutras que resultan desfavorables para un grupo, puesto que no tiene en cuenta la posición inicial
desigual de la que parte ese colectivo.
Discriminación positiva. Modalidad de acción positiva que privilegia al colectivo desfavorecido. Afecta
principalmente al punto de llegada. Garantiza el resultado.
Estereotipos de Género. Los estereotipos de género se refieren a las ideas y creencias comúnmente
aceptadas en la sociedad sobre cómo han de ser y comportarse hombres y mujeres. Determinan las
expectativas sociales.
46
Género. 1. Categoría gramatical que sirve para clasificar a los sustantivos en masculinos y femeninos y, en
el caso de los adjetivos y determinantes, para establecer su concordancia. 2. Concepto que hace referencia
a las diferencias sociales (por oposición a las biológicas) entre hombres y mujeres, las cuales han sido
aprendidas, cambian con el tiempo y presentan grandes variaciones tanto entre diversas culturas como
dentro de una misma.
Igualdad de derecho o formal. Equiparación de hombres y mujeres mediante medidas legislativas que,
además, prohíben la discriminación. Sin embargo las inercias sociales siguen manteniendo las barreras
estructurales que dificultan el logro de la igualdad.
Igualdad de hecho o real. Designa la situación social, económica y política en la que han desaparecido las
desigualdades construidas entre mujeres y hombres, permaneciendo las diferencias biológicas y las
individuales entre las personas.
Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Principio que se refiere a la necesidad de garantizar
que mujeres y hombres accedan a los recursos de forma igualitaria, compensando el diferente punto de
salida de las mujeres. Constituye la garantía de que mujeres y hombres puedan participar en diferentes
esferas (económica, política, participación social, de toma de decisiones) y actividades (educación,
formación, empleo) sobre bases de igualdad.
Lengua. Sistema de signos exclusivamente lingüístico; código que tenemos interiorizado en nuestra
memoria; convención social, abstracción.
Lenguaje. Sistema de signos y medio de comunicación ya sea pictórico, gestual o lingüístico entre otros.
47
Machismo. Actitud, forma de pensar o creencia que considera a los varones superiores a las mujeres.
Mainstreaming. Término anglosajón que se utiliza para designar la integración de la dimensión de género
en las políticas generales, de tal forma que el principio de igualdad se constituya en el eje vertebrador de
las mismas. Implica que se deben tener en cuenta las cuestiones relativas a la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres de forma transversal en todas las políticas y acciones, y no abordar este tema
únicamente bajo un enfoque de acciones directas y específicas a favor de las mujeres.
Patriarcal. Una sociedad o cultura patriarcal es aquélla en la que se reconoce que la autoridad y el poder
corresponden al patriarca y se transmite de varón a varón. Ha supuesto el modo de mostrar la diferente
posición social de hombres y mujeres, evidenciando el “poder” del sexo masculino (patrimonio, patria
potestad...) y la subordinación del femenino.
Perífrasis. Circunlocución; figura que consiste en expresar por medio de un rodeo de palabras algo que
hubiera podido decirse con menos o con una sola, pero no tan bella, enérgica o hábilmente.
Políticas de Igualdad de Oportunidades. Son la instrumentalización de la igualdad de oportunidades. Las
intervenciones a partir de las cuales este principio, se lleva a la práctica.
Principio de Igualdad. Principio jurídico que ampara la igualdad entre los sexos y condena la
discriminación. Viene a recordar que todas las personas somos iguales ante la ley. Es sinónimo del
principio de no discriminación.
Salto semántico. Se produce cuando aparentemente se está usando un masculino genérico y luego resulta
que era masculino específico; Ej. Los empleados de la empresa pueden viajar con sus esposas. Luego
empleados se refiere a varones.
Sexismo. Es la conducta que lleva a actuar restando valor, rechazando o no tomando en consideración el
papel de la mujer. El sexismo conlleva la asignación de valores, capacidades y roles de orden inferior a la
mujer por razón de su sexo.
Sexo. Condición orgánica, biológicamente identificable, que diferencia a los seres animados en hembras y
machos.
48