propuesta metodologica de estudio de espacios perifericos en un sector urbano

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Aplicación de propuesta metodológica de estudio de

espacios periféricos en el sector urbano “Las Playitas”

de Maracaibo

Mg Sc. Iván Burgos Mg. Sc. Gabriela Bustos

Dr. Víctor Fuenmayor

maracaibo, 2006

Aplicación de propuesta metodológica de estudio de espacios periféricos en el sector urbano “Las Playitas” de Maracaibo

Para mí la casa es el espacio donde ocurre la fábula, donde sucede la novela, el lugar de la acción y la pasión, del orden y las reglas, y del catastrófico, aunque a menudo insignificante, advenimiento del caos. Insisto en el tema porque soy, esencialmente, un hombre de casas -tal vez también de ciudades-, rara vez un hombre de paisaje y de campo (...) he sido un hombre condenado a las ciudades, y amante de las ciudades. Y dentro de las ciudades, de las casas; y dentro de las casas, de las habitaciones y las familias. [1]

El espacio del que el hombre se apropia por la vía cultural, comprendida en ella la vía arquitectónica, es un elemento activo de la conciencia humana. La conciencia, tanto la individual como la colectiva (la cultural), es espacial. Se desarrolla en el espacio y piensa con las categorías de éste. (...). También la arquitectura debe ser valorada en el marco de la actividad cultural general del hombre. [2]

El espacio urbano es contenedor de un mosaico de apropiaciones del hombre que

recrean la memoria colectiva de un sistema cultural, según Iuri Lotman nosotros seríamos

una cultura textualizada o cultura mosaico. Para la realización de estudios y propuestas

en espacios públicos el entendimiento de estas apropiaciones del espacio y sus

dinámicas de movimiento, de simbología, los componentes que integran la semiosfera

que ese mosaico recrea, se consagran como protagonistas para el desarrollo de una

metodología de análisis que responda a los reales significados del espacio urbano.

El estudio de la semiosfera de un espacio urbano se convierte en el primer paso para

realizar un análisis comprometido entre el sistema cultural, la apropiación del espacio y

las propuestas urbanas y arquitectónicas. Entendiendo semiosfera, como la dimensión

donde se distinguen atributos distintivos otorgados por sus usuarios a un espacio en sí

mismo, según lo expone Iuri Lotman.

Como un acercamiento a la aplicación de esta estrategia de abordaje de la problemática

urbana, se plantea el estudio de la semiosfera del sector periférico del mercado “las

Playitas” ubicado en el casco central de la ciudad de Maracaibo, Venezuela, apoyado en

la propuesta metodológica del Dr. Víctor Fuenmayor, y otras posturas de varios autores

entre ellos Iuri Lotman.

2Dr. Victor Fuenmayor- M.Sc. Ivan Burgos. M.Sc. Gabriela Bustos .


Imagen 1. Fotografía aérea del Mercado Las Playitas de Maracaibo. Fuente: Vuelo Aereofotogramétrico Año 1998.

Las Playitas conforman un espacio en el cual se sustentan imaginario colectivo local de

actividad comercial, con características propias del sector.

De manera muy sutil, existe un orden estructurado en base a una zona de mayor actividad

comercial y peatonal (centro) y una periferia que gira en torno a ese centro aunque exista

físico-espacialmente un eje lineal.

En el esquema gráfico presentado a continuación se pueden distinguir las áreas

periféricas y el centro álgido de actividad comercial y peatonal.



Imagen 2. Esquema de sectorización del centro de mayor intensidad de actividad (negro = mayor intensidad, amarillo = menor intensidad) a la periferia del mercado Las Playitas y definición de la semiosfera del sub-sector seleccionado. Fuente: Propia.

Se presenta entonces, como una estructura

lineal, que alberga una de las actividades

mas antiguas del hombre: el comercio o

trueque, con un poderoso imaginario de

códigos ocultos ínterlingüísticos e

interculturales, memorias inconscientes de

bazar oriental (árabe), con definiciones de

un cenestésico individual y grupal, conformando luego, un cuerpo cultural (¿semiosfera?)

con valores que prefiguran en cada lugar y esquina del espacio, diferentes arquetipos,

jerarquización de poder y orden dentro de un aparente caos.


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Existen espacios de intimidad y públicos repletos de pliegues temporales e imágenes

urbanas. El espacio se conforma surgiendo de una necesidad de intercambio comercial:

gente que requiere y gente que suple.

Se genera entonces, un subcentro urbano que posee por su dinámica propia una fuerza

centrípeta que atrae una serie de jerarquizaciones que lo delimitan espacialmente,

ejemplo de este poder de aglutinar es la jerarquización del vendedor: puesto fijo (alta

jerarquía, muy baja movilización), puesto temporal (media jerarquía, media movilización) y

el ambulante (baja jerarquía y altísima movilización). Esto configura una serie de

subespacios que son ocupados en función a un orden preestablecido en el subconsciente

colectivo, es decir, una distribución de poder existente en el imaginario de los usuarios.

Imágenes 4 y 5 . Puestos de venta fijos en la periferia del mercado Las Playitas. Fuente: Propia. Noviembre-2004

Imágenes 6 y 7 . Izquierda: Puestos de venta temporal. Derecha: vendedor ambulante. Fuente: Propia. Noviembre-2004

¿Como se organiza?. Difícilmente puede determinarse a ciencia cierta. Este espacio se

ha ido conformando en una “desorganizada” ordenación en base a relaciones y



convivencia humana, de allí que el ser humano se perfila como un ser comunitario mas

que un ser social.

Sin embargo estos límites sobreentendidos, en ocasiones son transgredidos e igualmente

se “contamina” de otros valores humanos, que moldean su figura y orden, donde el topos

se convierte en algo vivo, mutante, que crece y en ocasiones muere.

El espacio esconde secretos, ofertas, reventas (a veces de cosas robadas), tiembla, el

espacio padece, mendiga desde la infancia, sufre y baila, estremece y así forma parte de

cada conciencia individual y de la memoria colectiva de la ciudad, llegando, desde una

visión antropológica, a metaforizarse.

Caracterización de la Semiosfera “Las Playitas”. (Lotman)

Utilizando a Lotman en apoyo de la propuesta metodológica pudiésemos aplicar, para el

análisis espacial de la semiosfera dos elementos básicos: carácter delimitado e

irregularidad semiótica.

Carácter Delimitado. Se percibe en el sector

urbano seleccionado, una determinada

homogeneidad y al mismo tiempo individualidad

semiótica, que aunque difícil de definir, no es

excluyente de su realidad existencial, pues se

diferencia a nivel intuitivo, es decir, el espacio se

percibe como aglomerante de la actividad

comercial y peatonal.

Imágenes 8 y 9 : Vistas de las sendas de la periferia del mercado Las Playitas. Fuente: Propia. Noviembre-2004



Las fronteras o filtros de Lotman se definen

virtualmente en zonas que van diluyéndose, por razones

de importancia jerárquica de la actividad comercial,

desde el centro a la periferia, dándole al espacio, desde

la visión semiótica, un carácter cerrado. A estos filtros

los definiremos como “umbrales del sector urbano”.

El modelo de código del sector se vincula a un fenómeno

cultural, implantando dos sistemas: individual (vendedor

ambulante y temporal) y el grupal o concepto de persona

colectiva (2 o mas personas en un punto de venta fijo o

transitando en el espacio). Sin embargo también

aparece un tercer grupo, los mendigos y niños de la

calle, e incluso los atracadores. Estos son como el

grupo humano implícito que contiene el mercado por su

ubicación social, económica y física en la ciudad, de

hecho en el mismo casco urbano, cerca del mercado “las

Pulgas” está un “Patio Encuentro” para niños de la calle,

un poco para drenar este fluido. Constituyéndose en esa

parte que no son ni vendedores, ni compradores, ni

turistas, ni meros espectadores, son entes activos dentro

de su código humano en esa zona.

Ya dentro del sistema semiosférico se siguen

sucediendo fronteras en otra escala, generándose

separaciones de lo propio a lo externo, con un

permanente filtrado de mensajes ajenos, confrontándose

luego el espacio cultural con carácter territorial.


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Irregularidad Semiótica. Se verifican estructuras nucleadas internas que en un aparente

caos tiene un orden apenas perceptible por el usuario externo, pero bien conocido por los

“usuarios-residentes”.

La jerarquía de los lenguajes es violada, chocan y se colocan en el mismo nivel, la

heterogeneidad estructural del espacio forma ” reservas de procesos dinámicos y es uno

de los mecanismos de producción de nueva información dentro de la esfera”[Lotman].

Se generan organizaciones muy flexibles y “deslizantes”, por lo que los procesos

dinámicos no son resistentes a los cambios y se modifican rápidamente. Los subsectores

tienen diferentes velocidades.

La correlación dinámica constituye la conducta de la semiosfera: “ el movimiento es la

expresión de la espacialidad corporal” (Merleau Ponty)

Imágenes 11ª y 11b. Grados de velocidad y aglomeración de actividad en la periferia del mercado Las Playitas. Fuente:

Propia. Noviembre 2004

Para completar el estudio del espacio urbano se analizan algunos parámetros del sector

seleccionado partiendo de los postulados del Dr. Víctor Fuenmayor en cuanto a: kinesia,

cenestesia, dimensión comunicacional, proxemia y semiosis.



Kinesia. Ya se comentó la existencia de

códigos ocultos de tipo ínterlingüísticos

(expresiones del sector, lengua wayuú y

español) e interculturales (comunicación

entre wayuú, venezolanos y extranjeros,

además de sus matices), pues todas las

informaciones se dan en un contexto

híbrido.

El factor intercultural marca notablemente la percepción de zonas, el lenguaje verbal y la

expresión corporal que definen esos códigos ínter-lingüísticos. La manera de hablar en

español del guajiro venezolano, el no mirar a los ojos como parte se su cultura, en

combinación con modismos marabinos, su forma de caminar, con pasos rápidos y cortos,

el gestualismo con movimientos secos de la cabeza que invitan a entrar a su zona de

venta, o con la boca para señalar objetos, su sequedad y serenidad, se puede diferenciar

con la manera sumamente afable, escandalosa y zalamera del colombiano de la costa o

del guajiro colombiano, muy parecida a la del marabino puro.

Dentro de estos códigos ínter-lingüísticos también se puede señalar la interferencia de la

música como parte de la expresión del movimiento en el área. El vallenato, uno de los

géneros más escuchados en el área, parece coronarse como una música popular del

sector que hace bailar a los vendedores y los compradores mientras hacen el trueque.


Imagen 12. Vista de puestos fijos. Presencia del Guajiro. Fuente: Propia. Noviembre 2004


Por otra parte, se establece una

decodificación del lenguaje kinestésico

como estrategia de mercado: según el

movimiento, la mirada, el lenguaje

corporal, la vestimenta, adornos

corporales (reloj, cadenas, pulseras),

tatuajes, etc, el sujeto comprador es

abordado o nó, en caso de ser

abordado y según la clasificación inconsciente que le dá el vendedor, ya se le tiene el

precio al producto a ofrecer, el cual variará según la escala en que se ha ubicado al

individuo, es decir, el sujeto-residente ofertante de Las Playitas interpreta y decodifica al

sujeto transeúnte-demandante, ya que existe una estrecha relación entre gestos

corporales, centros nerviosos y representaciones simbólicas.

Cenéstico Individual. Existe un comportamiento, un lenguaje no hablado que denota la

procedencia del sujeto transeúnte-demandante y que es traducido e interpretado por el

sujeto residente-ofertante, el cual luego decodifica para entrar al proceso de negociación.

Cenéstico Grupal. Igualmente se encuentra presente un comportamiento según las

reglas del contexto, por ejemplo un comportamiento según el grado de confianza y la

proximidad o invasión al espacio privado y movimiento en el espacio público. Se puede

especular que en este sector se establecen unas reglas cerradas de dominio del territorio,

una especie de mafia interna instituye las normas de lo permisible en el mercado; por

ejemplo:

• Solo el que tenga propiedad de alquiler puede tener acceso a los puestos fijos de

trabajo.


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• La competencia insana de mercado puede “costar muy caro”. De ello se encarga

la mafia interna de control de competencia.

• Los ladrones y atracadores se ven un tanto intimidados por esta mafia justiciera

tambien interna. A los vendedores no les conviene que se difunda que su área es

insegura, por tanto que al comprar se puede ser asaltado.

• La falta de respeto corporal a un sujeto transeúnte también es penalizada por los

“residentes”. (normalmente se perdonan faltas de respeto verbal, que en la

mayoría de los casos se pueden traducir en “piropos” populares).

Se percibe también un código oculto muy libidinal y erótico, el mismo acto de trueque, la

venta exitosa de por si puede representar un triunfo o posesión del otro o parte del otro, y

¿¿ por que no?!!!, el dar de ambos lados, dinero por mercancía “entre traumas y goces”.

Imágenes 14 y 15 . Izquierda: Grupo de vendedores marcando su zona. Derecha: aglomeración de compradores y

vendedores en zonas de sombra. Fuente: Propia. Noviembre-2004

Olfato. El sentido del olfato juega papel

importante. El estar en una zona con poco o

nada de olor (o mal olor) condiciona al

sujeto a referenciar con lista de precios, en


Imagen 16 . La insalubridad marca los malos olores. Fuente: Propia. Noviembre-2004


el inconsciente se fija muy probablemente que entre mas séptico es el lugar mas caro el

producto aunque el empaque sea el mismo.

Los olores también marcan el movimiento en la zona. En un área de fuerte mal olor la

gente camina mucho más rápido, en cambio, donde no exista esa sinfonía de malos

olores característica de la zona, el comprador se detiene y analiza con calma su decisión

de adquisición.

Sonido. Existen gradaciones y tipos

de sonidos, clasificándose en tres

categorías: vehicular, peatonal y

mezcla de ambos, todos los anteriores

en un contexto marcado por ruidos

combinados de gritos de vendedores,

visitantes y músicas de diferentes

géneros. En las fronteras (periferia) de

la semiosfera estudiada, el sonido mezcla de ambos es el mayoritario, hasta trascender a

la frontera en donde se vuelve vehicular. Hacia el centro de la semiosfera el sonido se

transforma en peatonal, con gradaciones del mismo de muy bullicioso a poco bullicioso,

es preferible siempre estar de muy bullicioso a bullicioso intermedio, las áreas de bajo

bullicio no suelen ser seguras. Entonces el grado de ruido va asociado al grado de

seguridad. Los grados de ruidos y sonidos van a marcar límites de seguridad, confort así

como expresión corporal por señas y tipos de gritos para el establecimiento de la

comunicación en áreas de altos niveles de ruido (el grito del que vende, el del que

pregunta y el grito de auxilio del que es atracado, por ejemplo).

Otro elemento importante fuertemente vinculado a los sonidos –ruidos, el factor tiempo.

Dependiendo de la época del año, del día de la semana, de la hora del día, el ruido será


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más o menos intenso y a ello acompaña el movimiento de masas en el mercado. De

mañana se observa un fuerte movimiento de personas, el mercado está en su más alto

estado de vida, de tarde esta vivacidad disminuye, y de noche el mercado muere y con él,

el ruido y movimiento. De allí que se pueden diferenciar claramente los conglomerados y

los vaciamientos, no solo en las zonas de mayor o no actividad comercial, sino, en

relación con los grados de ruido y de movimiento según el tiempo de vida del mercado.

Este espacio de día es casi completamente un lleno de gente, de alegría, de mercadeo de

vida, y de noche un gran vacío donde deambula la población flotante de mendigos y niños

de la calle; es un vacío de ritmo, de luz, de gente de vida y es un lleno de oscuridad, de

tristeza y de hambre.

Los ritmos que marcan el movimiento individual y grupal se asocian con los ruidos y la

temporalidad de vida del mercado. La aparición de la “gaita” en época navideña, por

ejemplo, le cambia el ritmo y la emotividad al ambiente de negociación.

Dimensión Comunicacional: La cultura del sector ha establecido su propio sistema

comunicacional. Se puede plantear un esquema de funcionamiento cercano al siguiente:

A partir del esquema anterior de comunicación, se puede establecer un comportamiento

en el siguiente orden:

1. Cuerpo a cuerpo.

2. Lenguaje a cuerpo / Cuerpo a lenguaje.

3. Lenguaje a lenguaje.

El comportamiento comunicacional basado en tres puntos y las variables expuestas

anteriormente, nos hace recordar la ley de reciprocidad de la mecánica cuántica de Bohr

[4]: “ Las partículas de materias aisladas son abstracciones, la única manera en que


Descifraje de códigos Lenguaje hablado y gestual (oferta y

demanda)


podemos definir y observar sus propiedades es a través de la interacción que establecen

con otros sistemas ”.

No es el estudio aislado de sus componentes sino todas sus relaciones, por tanto la

creación de la semiosfera y los intersticios que estas relaciones significan.

Así mismo Gregory Bateson [5] afirmaba que: “ Las definiciones de los objetos no

debieran ser por lo que el objeto constituye en si, sino por las correlaciones de éste con

todo lo que presenta el entorno, porque en la práctica está influenciado cuánticamente por

todo”

Para entender los intersticios comunicacionales establecidos en la semiosfera estudiada

hay que ir mas allá del análisis del emisor y receptor del mensaje verbal y corporal, a ello

se le debe sumar el contexto mediático a través del cual se transmite el mensaje y la

categoría del mensaje. En este contexto se incluyen los ruidos del entorno, los olores, los

colores, las texturas y los estímulos inconscientes que estos causan en el comportamiento

humano. En estos puntos de relaciones se tiene, por ejemplo, que al establecer

comunicación con un vendedor conviene situarse en su nivel cultural y códigos

lingüísticos para obtener mejor precio, simpatizar con su postura y demostrar dominio de

decisión al negociar.

Proxemia.

La proxemia, como ciencia del cuerpo en el espacio, en general es entendida como el

estudio del uso de la percepción del espacio social y personal. El antropólogo

norteamericano Edward T. Hall fue uno de los primeros en estudiar el uso del espacio

humano para fines de comunicación. Según Hall existe una "dimensión oculta" cultural

que rodea al cuerpo. Así el valor funcional del espacio es culturalmente establecido y

puede comunicar ciertos hábitos y señales en su forma de utilización entre los hombres.



La forma según la cual el hombre utiliza el espacio influye en su capacidad de

relacionarse con las personas a su alrededor, de sentirse cerca o distante de otros.

Las necesidades territoriales llevan al establecimiento de distintas áreas donde la mayoría

de los seres humanos interactúan. Esas áreas representan sensiblemente los distintos

espacios donde nos movemos, espacios que aumentan en la medida que la intimidad

disminuye. De donde, una distancia íntima debe ser la menor posible. Por ser un contacto,

la distancia íntima equivale a la llamada fase próxima, correspondiente al contacto

corporal. Con esa distancia los seres humanos practican un duelo corporal o hacen el

amor.

Partiendo de estas afirmaciones se puede

establecer que en el caso de estudio la

relación cuerpo a cuerpo, con

estimulaciones en ocasiones de tacto, se

establece en un lugar de personal a íntimo,

que en el puesto de trabajo del vendedor

fijo de las Playitas viene determinado por el

espacio de sombra que le suministra la “sombrilla” o “paraguas”, siendo mas sombrilla

que paraguas por razones climáticas y en las otras ocasiones por la distribución de

mobiliario y equipos propios de la actividad

comercial. Entendiendo sombrilla como el

objeto opaco (que puede ser simplemente

una tela o cartón, por ejemplo) que

interrumpe el recorrido de la luz para

generar grados de sombra y penumbra.


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En función a la proxemia y la tabla de Hall (1964) se llegan a establecer distancias de

interactuación entre los usuarios del espacio seleccionado para el estudio.

Según Hall, la tabla de proxemia se define:

Espacio DistanciaIntimo 15-46 cms.

Personal 46 cms-1.20 mts.Social 1.2-3.6 mts.

Público Mayor de 3.6 mts.

Por lo que delimitando el territorio individual, el sujeto espacializa como propio, el ámbito

utilizado para interactuar, que básicamente viene marcado por la degradación de la luz y

la generación de sombra.

Imágenes 20 y 21. Elemento de sombra como delimitante del espacio íntimo y personal. Fuente: Propia.

Noviembre-2004

La sombrilla se convierte en el mobiliario que determina, según la tabla de Hall, la zona

del espacio personal con relación al espacio social, y la mesa de exposición de venta

define el límite con respecto a la zona de espacio íntimo.

Semiosis. (Modelo dinámico y formal del análisis del signo)



La búsqueda de un signo vital dentro de la exploración

semiótica del caso de estudio para llegar a una

propuesta de diseño final en la solución para reforzar

la semiosfera del sector Las Playitas es orientada

según el movimiento de los protagonistas humanos del

espacio y la delimitación de su área de acción según

los grados de intimidad – en función de luz y sombra.

En este sentido, se determina un signo que sea

instaurador del sentido y facilitador de relaciones, y

que, se constituya luego en un configurador de la

cultura del contexto.

La sombrilla, la cubierta flexible de tela, movible, la carpa nómada de los árabes del

desierto, el bazar techado de circo, la vela de las piraguas en movimiento con el viento

refrescante, lo efímero, la temporalidad que una

sombrilla implica, lo montable y desmontable, lo que

es de día y de noche es otra cosa, se constituye en

ese elemento.


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Entrando en un sistema dialógico de consenso y disenso se genera el esquema siguiente:

” Al entrar al área de mi sombrilla, entras en mi espacio intimo con mi permiso y

negociamos ” ese es un código oculto de la venta del sector.

Imagen_24. Definiendo territorio con el signo sombrilla. Triada de Pierce. Fuente: Propia. Noviembre-2004

La sombrilla en este caso cumple con la tríada de Pierce [7] pues el signo

(representamen), se encuentra en relación con su objeto y con el interpretante.

Propuesta espacial de reforzamiento de la semiosfera de Las Playitas.

Como producto del análisis perceptivo del sector seleccionado, se plantea una idea

general que busca reforzar la definición de la semiosfera con el uso de portales de

entrada como elementos de fronteras o filtros. De la misma manera se refuerzan los ejes

existentes de circulación con tratamiento del pavimento, dando escala humana al sector y

la delimitación de circulación mayormente peatonal.



Se propone una cubierta refugio que semeja

una carpa (un circo comercial) de protección,

simulando una gran sombrilla con aberturas

para la circulación del aire y permitiendo el

refrescamiento del aire caliente ascendente.

Se pretende reestablecer la organización

coreográfica [6] de la escena de Las Playitas

con toldos gigantes de diferentes colores,

tamaños, alturas, formas y opacidades que

permitan categorizar el filtrado de la luz y la

producción de sombra, un conjunto de

unidades de sombra que existen según las

necesidades de quien las usa, que se montan

y desmontan, dándole protagonismo a los

actuadores del espacio urbano para decidir

sobre ella , “una partitura no escrita, una

orquestación, una coreografía” [6].

La organización interna se irá acomodando y

reacomodando en función de la nueva

cubierta, estableciendo así una dialéctica

propia del sector al nutrirse el todo en base a

las relaciones de sus componentes.


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El planteamiento de un elemento flexible a

manera de proyector de sombra puede convertirse

en el detonante que estructure el espacio acción

de expresión en el mercado, la gente se protege,

permanece, se expresa, vende y compra dentro

de los intangibles límites de la sombra.

Se propone la repetición de un sostenedor de

sombras que danza con lonas de colores, que

establece un ritmo de movimientos con diferentes

intensidades de opacidad, y jerarquiza las

heterogéneas dinámicas urbanas del área de

estudio, valiéndose de la interpretación simbólica

de la sombrilla y el contenido implícito que ella significa: “bajo la sombra yo bailo,

negocio, me refresco, transito, me tamizo entre luces, sonidos y olores”.


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Imagen 28. Definiendo el umbral del sector. Esquema conceptual. Fuente: Propia. Noviembre-2004


Estos sostenedores, que se yerguen como el

mástil de una vela, como el abridor de la sombrilla,

son lo suficientemente versátiles para

desmontarse, re-utilizarse, aparecer y desaparecer

con sus telas para la conformación o

desintegración de espacios de sombras de día, y

de espacios de iluminación de noche.

Los sostenedores se equipan para contener

luminarias urbanas que virtualmente constituyan

un espacio nocturno...algo que ya murió, pero está

respira y duerme, pero al amanecer despierta de

nuevo. El elemento tiempo aparece como la nota que marca los ritmos de existencia y


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Imagen 31. Vista a nivel peatonal en área de mayor actividad. Mayor intensidad de luz. Esquema conceptual.


participación entre el diálogo materia urbana (arquitectura) y protagonista humano de lo

urbano (arquitecturizador).

Se puede entender la propuesta de una abstracción de sombrilla, dentro del contexto de

arquitectura temporal que no deja huellas: “..como alternativa operativa real que recoja las

intenciones y el sentido crítico –y a veces metafórico- de las practicas derivadas de la

permanente movilidad y la deslocalización espacial. Estos conceptos dejan paso en estas

arquitecturas a prácticas que incorporan el tiempo como parámetro directamente

manipulable. Surge así un nuevo concepto de éste, que pasaría a entenderse como

reversible, escindido en multiplicidades heterogéneas, que encontraría evidentes


Imagen 32. Vista a nivel peatonal en área de mayor actividad. Menor intensidad de luz. Esquema conceptual.


paralelismos con lo que Debord denominó “tiempos independientes federados”.

(Quadenrs,224, p.21)

El factor “interacción” entre los sostenedores y la gente, es determinante. El movimiento

va más allá del juego compositivo de sostenedores intrusos en la escenografía de la

semiosfera, el movimiento también constituirá el resultado entre la interacción y el armado

de las lonas por cada zona, según cada protagonista humano, o grupo de ellos, es decir,

cenestésico individual y grupal. Cada vez que se modifique el armado de las estructuras

propuestas, se estará configurando un acontecimiento urbano.

En todo caso, ya para finalizar, se puede decir que la metodología empleada para llegar a

la idea propuesta de reforzamiento de la semiosfera del espacio publico seleccionado,

trae consigo una reflexión retrospectiva que permite recordar los valores y principios de


Imagen 33. Umbral hacia la Av. Libertador. Esquema conceptual. Fuente: Propia. Noviembre-2004


los arquitectos y urbanistas ante respuestas comprometidas con la dimensión humana,

como la necesidad de generar y reforzar identidad social, con una confirmación optimista

de que en la arquitectura es posible integrar en la estructura y el paisaje urbano el lugar

de trabajo.

“Toda Arquitectura funciona como un estímulo potencial del movimiento. Un edificio es una

incitación al movimiento, un escenario para el movimiento y la interacción. Es un compañero

en el diálogo con el cuerpo”.

Bloomer & More

“La arquitectura es expresiva, muestra que aquello lo ha hecho un ser humano y no una

máquina, humaniza la percepción del espacio, lo hace agradable, cálido, profundo y

diferenciado, puede pensarse que detrás hay alguien más, que se está acompañado, pues

expresión es comunicación, justo lo que también necesita el ser humano...”

Alberto-Tomás Estévez de la Escalera



Referencias Bibliográficas

1. José Donoso. Conjeturas sobre la memoria de mi tribu. Alfaguara. 1996. pp.

327, 328

2. Iuri M. Lotman. «La arquitectura en el contexto cultural» en La Semiosfera. III.

Ediciones Cátedra. 2000. p. 112

3. Gaston Bachelard. La Poética del Espacio. ED. Fondo de Cultura Económica .

Bogotá. 1995.

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propuesta metodologica de estudio de espacios perifericos en un sector urbano

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