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PROPUESTA ESTADIO SEGURO, FIESTA SEGURA BARRA LOS DE ABAJO – UNIVERSIDAD DE CHILE Las barras no somos los bombos ni los lienzos, creer que eliminando esos implementos del paisaje futbolístico permite eliminarnos como barra es un error más que evidente. Solo nos obligan a reformularnos, a ser más creativos, más organizados y a estar, por lo tanto, mucho mejor preparados para los tiempos que se vienen.TRANSCRIPT
PROPUESTA
ESTADIO SEGURO, FIESTA SEGURA
BARRA LOS DE ABAJO – UNIVERSIDAD DE CHILE
PROPUESTA
ESTADIO SEGURO, FIESTA SEGURA
BARRA LOS DE ABAJO – UNIVERSIDAD DE CHILE
Hay temas que no son monopolio de un grupo específico al interior de esto que llamamos Pueblo
Azul. Ni como problema ni como solución. Hay situaciones, momentos y amenazas que se
enfrentan simplemente desde nuestra condición de bullangueros y también más específicamente
desde nuestra condición de barristas, quienes lo fueron y quienes lo son ahora. Pero hay
también momentos que apelan a una condición mucho más amplia: simplemente la de ser
hinchas del fútbol. Hoy la amenaza es común a todos y su defensa es por tanto un ejercicio
común, es desde todos.
LOS DE ABAJO somos ese mundo social en el cual muchos de nosotros parimos nuestra propia
Utopía: sin importar lo que come, cómo duerme, dónde vive o en qué piensa. Sin importar
cuánto calza, cuánto gana o en qué cree: después de dos décadas, aprendimos que en el tablón
somos todos iguales. En el aliento al equipo es que nos igualamos.
Primer punto entonces: la barra es mucho que la sumatoria de los implementos que hoy se
prohíben en los estadios, somos un fenómeno social y culturalmente transversales. El que diseñó
su casa, el que la construyó, el que se para en la esquina sin futuro y quienes construyen
también el suyo. El que le sirve el café, el que le cuida el auto, el que lo repara o el que lo
chocó. El que maneja el bus, el que vende helados en el bus o el que viaja en el. La profesora
de sus hijos o el apoderado que se sienta junto a Usted en la reunión del curso. Y su hijo por
cierto, que identifica la ida al estadio irrenunciablemente con las canciones de la barra. En La
Pintana o en Lo Curro, en Alto Hospicio o en Maitencillo, en Copiapó o en Magallanes: a dónde
Usted vaya o de dónde Usted venga, siempre podrá encontrarse con un barrista.
Hablar de las barras y reducirlas a un fenómeno intrínsecamente violento es una mirada
tremendamente pobre, una forma económica de vender los problemas sociales y un
reduccionismo imperdonable si lo que se quiere es terminar con la violencia tratando
infructuosamente para ello de terminar con las barras. Muchos periodistas deportivos, como
sociólogos, son excelentes periodistas deportivos que en la impunidad que les otorga la
profesión y sus espacios en los medios de comunicación, hacen de la caricatura y la confusión
una extensión odiosa de un discurso ya plenamente instalado en la sociedad: somos la lacra que
debiera volver a las poblaciones para que allá, lejos de la comodidad de sus casas y oficinas y
desde de la seguridad que pueden comprar, no nos puedan ver. Pero sabemos que barristas en
hay en todas partes y en las barras hay de todo. Literalmente de todo. Desde el que escribe
estas líneas hasta el que asalta a los propios hinchas. Y no se confundan, que a esos tampoco
los queremos con nosotros.
Las barras no somos los bombos ni los lienzos, creer que eliminando esos implementos del
paisaje futbolístico permite eliminarnos como barra es un error más que evidente. Solo nos
obligan a reformularnos, a ser más creativos, más organizados y a estar, por lo tanto, mucho
mejor preparados para los tiempos que se vienen.
Segundo punto: Si lo que se quiere es la implementación de un buen plan para combatir la
violencia en los estadios lo primero es asumir que pueden disminuir la frecuencia de ciertos
hechos de violencia, pero la violencia en los estadios o en las calles son parte de esas dinámicas
sociales que no se terminan nunca, no importa el contingente policial ni los instrumentos legales
con los cuales se dote el Estado para actuar.
Si lo que se quiere es tener un buen plan, demandamos entonces la constitución de una mesa de
trabajo en la que el gobierno, las policías, la ANFP y las barras puedan fundar un diálogo que
permita un mejoramiento del espectáculo del fútbol, con mayor seguridad para quienes acuden,
pero también con FIESTA, porque la hinchada, todas las hinchadas, van también por eso a la
cancha. El fútbol se hace más llamativo cuando la gente recibe a su equipo con papeles,
banderas, globos y artificio.
Quiéranlo o no, contribuimos a la espectacularidad del fútbol de una manera tal que una parte
importante de la identidad de este deporte en Sudamérica se ha construido a partir
precisamente de esta FIESTA que hoy las autoridades, sin fundamento legalmente alguno,
pretenden extirpar de las canchas.
Una parte sustancial de esto que se llama Universidad de Chile somos nosotros. No somos
cualquier hincha, somos barristas y somos bullangueros. No amamos al equipo como lo ama
cualquier otro, y aunque eso no nos hace mejores tampoco nos empeora, pero parte del discurso
instalado termina presentándonos como personas de una tercera u cuarta categoría: sin
derechos sociales ni políticos. Sin derecho a nada, sin siquiera derecho a réplica. Los sacrificios
y los riesgos que estamos dispuestos a correr están un escalón más arriba que para el resto y en
más de dos décadas supimos ponernos de pie todas las veces que nos caímos. Esta es la vida
que escogimos y este es apenas un nuevo desafío que, contrario a lo que espera la autoridad, ha
permitido una cohesión interna que no esperaban.
Tercer punto: ¿Un plan para combatir la violencia o para asegurar el negocio de las Sociedades
Anónimas Deportivas?. Quieren convertir los estadios en una mala copia de los estadios
europeos y quieren hacer del hincha una cosa sin sabor que se sienta a mirar un juego que se
desarrolla sin contaminación social. Quieren esterilizar los estadios, nos quieren fuera, nos
quieren en silencio, ordenados y consumiendo disciplinadamente los productos que sus otras
empresas nos venden todos los días. Quieren hacer del fútbol un producto industrialmente
parido y como todo producto lo quieren también sin alma. ¿Prohibir mantenerse de pie en las
zonas de asientos dentro del estadio?, una caricatura solo comprensible desde la cómoda oficina
de un funcionario que de estadios no conoce absolutamente nada.
¿Quieren mejorar el espectáculo?, las Sociedades Anónimas Deportivas tienen mucho que
demostrar aún. El Estado hoy le segura a estas sociedades que el fútbol es un buen negocio,
sea por la vía de los comodatos de recintos construidos con los recursos de todos o sea por la
vía de anular legalmente los focos de pensamiento crítico y actuar organizado de las barras,
porque somos también eso, focos potenciales de oposición y conflicto cuando las empresas
hacen mal su negocio maltratando a la propia hinchada. Pero en este reino del futbol privatizado
la idea es que se gobierne sin oposición, así como en Dictadura.
Cuarto Punto: Durante el año 2011 la restricción progresiva del Plan Estadio Seguro se instaló
fundamentalmente en la FIESTA que armamos LOS DE ABAJO. Para muchos parecía irritante que
aquello que se nos prohibía a nosotros se le autorizaba a otras barras. Pero hoy el gobierno ha
decidido actuar contra todos y abre así la posibilidad de generar convergencias desde la rabia
simultánea que brota no solo desde nuestra hinchada, sino también desde las otras: no entender
que la lucha por recuperar la FIESTA tiene que ver con nosotros como con todas las hinchadas
organizadas del país le otorga al gobierno y a la ANFP una ventaja CLAVE en su intento por
tratar de eliminarnos.
También somos parte de la solución: ESTADIO SEGURO, FIESTA SEGURA
Podemos convocar hinchada para ocupar las calles, podemos marchar contra el Plan Estadio
Seguro como lo venimos haciendo desde mayo del 2011, podemos llamar a la desobediencia, a
transformar los estadios en espacios de rebeldía, podemos funar dirigentes y autoridades
políticas. Podemos hacer muchas cosas pero entendemos que en este escenario agudizar el
conflicto polariza y nos aleja de quienes tienen hoy en sus manos el poder para ordenar que a
los estadios concurran más efectivos policiales que hinchas.
Este documento recoge reflexiones honestas y propuestas completamente realizables. Buscamos
una oportunidad de diálogo antes que el diálogo como posibilidad sea enterrado por el
despliegue de acciones autónomas, aisladas y radicalizadas cuya autoría responderá a cuántas
barras organizadas y descontentas existan en el fútbol nacional.
i. Empadronamiento Interno y Filiales Regionales:
Desde nuestra concepción de la barra, el barrista es primeramente un hincha de la U que hace
del aliento al equipo su vocación en la cancha. Hasta ahora el enfoque del Plan Estadio Seguro
prioriza la intervención policial como mecanismo de control, nosotros creemos que la ausencia
de un departamento o división policial especializada en eventos deportivos provoca situaciones
de tensión completamente innecesarios. La autoridad policial debe comprender que las personas
en el estadio pagan una entrada para asistir a un espectáculo, no son personas que pagan para
ir a causar desmanes. La cuestión del trato es algo que la autoridad debe repensar.
Creemos también firmemente que en la medida que los integrantes de la barra se hagan co-
responsables por la seguridad y el control en la galería, la seguridad del espectáculo deportivo
aumentará de manera progresiva y altamente notoria partido a partido. Hablamos de un Nuevo
Trato.
Planteamos un empadronamiento interno para establecer cuántos y qué grupos organizados
pertenecen efectivamente a la BARRA LOS DE ABAJO, ello, con la finalidad de que las
responsabilidades por la seguridad del sector de la galería que corresponde a la Barra sean
asumidas colectivamente, siendo los encargados de estos grupos interlocutores válidos con
carabineros, la intendencia o cualquier otra autoridad que se encuentre en el estadio.
El encargado debe estar claramente identificable con una polera o una credencial en la que
estará el número de la puerta en la que se ubica normalmente y también el nombre del grupo al
que pertenece.
Para un proceso de reorganización barra como este, se hace imprescindible que la hinchada de
regiones esté correctamente representada a través de mecanismos formales, que garanticen
además, no seguir siendo víctimas de los revendedores de entradas o que sigan dependiendo de
favores personales cuando viajen a Santiago. La tendencia de los clubes es hoy a vender una o
dos entradas por persona, cuestión que complica aún más la adquisición de entradas. Las
filiales, con existencia jurídica, pueden establecer un vínculo comercial directo con la empresa
para la compra de entradas.
ii. Marco operativo de seguridad en la galería: Una Fiesta Segura es posible.
Es lógico que para nosotros los esfuerzos de la autoridad para mejorar la seguridad en los
estadios no tienen que ser contradictorios con la FIESTA con que la hinchada recibe al equipo
cuando sale a la cancha. Esta es una parte del espectáculo, altamente apetecida y valorada
socialmente por la hinchada. La violencia y la delincuencia en los estadios nunca ha sido ni
estimulada ni provocada por esta FIESTA en la galería: los bombos, las banderas, los paños, el
papel picado o los globos nos son armas, son instrumentos que hacen del fútbol un espectáculo
mucho más atractivo.
Nosotros le proponemos a la autoridad un marco operativo de coordinación en la que esta siga
teniendo el control del espectáculo y la hinchada pueda seguir disfrutando de la FIESTA.
a. Es necesario establecer con claridad qué tipo de implementos se pueden ingresar.
Pese a las coordinaciones con carabineros, sucedió muchas veces que lo que en la
semana se autorizaba para ingresar finalmente el día del partido se prohibía. Falta
entonces mejorar la coordinación entre carabineros y el encargado de seguridad de la
intendencia, cuestión que se puede resolver con un oficio que emane de la intendencia y
que esté en poder de carabineros y los representantes de la barra para que,
independientemente de los funcionarios a cargo del servicio en el estadio, no existe
incoherencia respecto de los instructivos y orientaciones.
b. Los implementos en manos de carabineros.
Proponemos poner a disposición de Carabineros, en la unidad que ellos estimen, todos
los implementos autorizados por la Intendencia 24 horas antes del partido y proponemos
además hacernos presente en la unidad para irnos con Carabineros hacia el estadio,
garantizando de esta manera que no ingresen elementos no autorizados.
Implementos barra:
- Bombos y bandita (murgueros)
- Rollos de papel y papel picado.
- Globos.
- Mangas de tela.
- Lienzo oficial barra LOS DE ABAJO.
- Banderas.
- Paraguas.
- Bandera Gigante.
- Extintores certificados.
iii. Relación Barra – Club
Durante un largo período de tiempo, se instaló el discurso que las barras dependen de los
mecanismos de financiamiento alimentados y desarrollados por los clubes. Ignoramos la
dimensión exacta de esto en relación a las otras barras, como es lógico, nosotros hablamos
desde LOS DE ABAJO.
Independientemente de que exista o no un Plan Estadio Seguro, independientemente de la
intendencia, del ministerio del interior, del jefe del Plan Estadio Seguro, del Presidente de Azul
Azul o de la ANFP, hay un hecho que no pueden borrar: los que terminaron las relaciones
económicas y de privilegios que situaban a la barra como un estamento aparte de la hinchada
fuimos nosotros, fue esta barra la que denunció por primera vez y ante la prensa que se recibía
dinero y entradas de cortesía y que esos dineros y esas entradas compraban el silencio y la
complicidad de la barra. Esa parte de la historia no la borran y es lo que nos hace una hinchada
libre.
Es muy fácil señalar desde los medios de comunicación que las barras tienen como fin
establecerse como un poder fáctico al interior de los clubes y que aparte del dinero no tienen
otro fin. Se invisibiliza de esa manera toda otra posibilidad de que las barras tengan sus
conflictos internos, que cuestionen los vínculos con los clubes o como en el caso nuestro, sea la
propia barra la que decida alejarse del club. Tan convencidos han estado durante dos décadas
que esto es así, que ahora no solo no pueden, tampoco quieren creer que esta barra renuncie a
los privilegios económicos que estaban convencidos era lo único que nos alimentaba, lo que nos
dotaba de sentido y finalidad. Pero acá estamos: LIBRES y autogestionándonos.
Esta nueva etapa en la que redefinimos el rol de la barra y la relación entre esta y la
concesionaría, comienza a fines del 2010 con un conflicto interno en la barra y durante todo el
2011 –con aciertos y errores- se fue instalando la necesidad de que con la empresa se dialoga y
se coordina, pero que ya nunca más se depende de ella económicamente. La barra ha vuelto a
los barristas y ahora tenemos que hacernos cargo de esta nueva historia.
Dos décadas instalando comunicacionalmente que somos el problema hace que les resulte
extremadamente difícil reconocer que podemos ser también parte de la solución. Y la verdad es
que lo somos. Dos décadas como barra hace que la acumulación de experiencias y
conocimientos nos permitan abordar con propiedad nuestras fortalezas y debilidades. Hoy las
autoridades políticas y del fútbol pueden tratarnos como enemigos, y como enemigos, no queda
más que responder. Pero pueden tratar de concebirnos como interlocutores, en ese plano
estamos completamente abiertos a colaborar, tanto en términos teóricos como también
prácticos.
Para nosotros primero la U, nuestra lucha no es para defender privilegios de Barra, es para que
la FIESTA vuelva a la cancha y si no quieren ni delincuentes ni violencia en los estadios, nosotros
tampoco.
LOS DE ABAJO BARRA OFICIAL UNIVERSIDAD DE CHILE
En Facebook: La Hinchada del Pueblo
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