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PROGRAMA del DÍA DEL NIÑO

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PROGRAMA del DÍA DEL NIÑO

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Apreciados dirigentes de Ministerio Infantil:

Estamos nuevamente haciendo los preparativos para

la gran celebración del Día del Niño Adventista. Sin duda que ustedes ya están pensando todo lo que les gustaría hacer al planificar el programa de manera que sea de bendición para los niños y también para la iglesia en general. Pensando en esto y sabiendo que cualquier programa que se presente para niños requiere de mucha preparación y práctica le estamos enviando este paquete de recursos para que usted comience de inmediato a hacer los preparativos necesarios. El éxito de un programa está mayormente en la promoción y preparación por lo tanto le sugerimos que al recibir este material seleccione el grupo de líderes que le van a ayudar en el programa y comiencen a soñar con todo lo que les gustaría hacer siguiendo el tema escogido, “Brillando por Jesús”.

A continuación quiero darles algunas sugerencias que podrían serle de utilidad al preparar el programa.

1. Siendo que el programa está basando en la idea de ser una luz para brillar por Jesús, usted puede decorar la iglesia con siluetas de lámparas de distintas formas, bombillos, velas, o cualquier otro elemento relacionado con la luz.

2. Elabore identificaciones para cada niño en forma de bombillo de diferentes colores con

la inscripción: “Yo brillo por Jesús”.

3. Prepare un letrero o afiche con una Biblia y una lámpara de las antiguas con el siguiente mensaje: “Tu Palabra me ayuda a brillar”. (Ver modelo)

4. Coloque siluetas de bombillos en las bancas de la iglesia para que el mensaje de la luz

cause más impresión. Puede hacer las siluetas en cartulina, papel de construcción, foamy o cualquier material disponible. Coloque en cada bombillo el título del programa “Brillando por Jesús”.

5. Represente con un cuadro vivo los personajes de las dos historias del sermón: un niño

para la escena del niño que compartió su merienda con Jesús, y la niña cautiva de la historia de Naamán. Estos niños pueden estar sentados en sillas especiales uno al lado del otro en la plataforma mientras se predica sobre ellos.

6. Seleccione varios niños para que presenten las partes del mensaje.

7. Si usted desea hacer más llamativa y real la escena de la multiplicación de los panes,

puede seleccionar a 12 niños para que representen los discípulos. Haga que cada niño se vista con las ropas de tiempos bíblicos y que cada uno de ellos tenga una canasta donde se colocarán pedacitos de pan. En el momento indicado de la historia haga que los niños se distribuyan por diferentes partes del salón de culto para que repartan los

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pedacitos de pan. Sabemos que nadie va a comer el pan en la iglesia, pero será una ayuda visual que pude resultar muy impactante tanto para los adultos como para los otros niños en la iglesia. Provea suficiente panque cada persona reciba un pedacito pequeño. Si no quiere usar pan real, simplemente haga en foamy o cartulina gruesa, la silueta de una rebanada de pan en tamaño pequeño para cada persona.

8. Las iglesias que tienen computadora y video proyector pueden hacer una presentación

de Power Point con los versículos del sermón para que se proyecten mientras los niños están predicando.

9. Prepare un almuerzo de confraternidad para los niños. No olvide incluir a las visitas.

10. Organice juegos bíblicos y actividades especiales para los niños el sábado en la tarde.

Les deseamos mucho éxito en su programa y confiamos en que esta celebración será de gran bendición para los niños. Muchas gracias por su apoyo a este programa y que Dios le bendiga abundantemente. Con aprecio cristiano,

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“Brillando para Jesús”

PROGRAMA DE ESCUELA SABÁTICA (Por: Prof. Norma Villegas, Asociación del Noreste

Unión Mexicana del Norte)

(Dirigido por niños, asesorados por adultos)

Decoración sugerente: puede usar objetos que alumbran, de preferencia objetos naturales. En este caso, todo va a girar en torno a la

luciérnaga.

Ejercicio de Canto: Cantos alusivos al

tema Introducción: (Voz oculta) Vivimos en un mundo oscurecido por el pecado, la miseria y la maldad. La gente sufre, llora, se desespera porque no encuentra salida a sus problemas. Todos buscan una luz que ilumine sus vidas, pero el mundo no se las puede dar. ¿Qué luz podrías hacer brillar tú? Bienvenida: (Entran 11 niños con un letrero cada uno que muestre por un lado los defectos enumerados y en el otro lado la letra correspondiente a las virtudes descritas que deletreará “bienvenidos”. Todos colocan el cartel a la misma altura y dan vuelta al mismo, sincronizadamente, cuando sea necesario. ESCRITO CON LETRAS NEGRAS ESCRITO CON LETRAS BRILLANTES - En este mundo de Maldad Bondad: Yo llevaré la luz de la bondad - Donde reina la culpabilidad Inocencia: Yo llevaré la luz de la inocencia - Donde hay desesperanza Esperanza: Yo levantaré la luz de la esp. - Y donde el orgullo se levanta Nobleza: Yo lo opacaré siendo noble - Donde existe la mentira Verdad: Levantaré la luz de la verdad - Donde hay desánimo Entusiasmo: Difundiré la luz del entusiasmo - Dónde la gente guarda las apariencias Naturalidad: Levantaré la luz de la naturalidad

que revele tal como soy - Donde hay gente deshonesta Integridad: Enseñaré la luz de la integridad - Y si el mundo es mezquino Dadivosidad: Encenderé la luz de la dadivosidad - Donde reina la desobediencia Obediencia: Enseñaré la luz de la obediencia - Y aunque todos sean rebeldes Sumisión: Propagaré la luz de la sumisión en

Cristo mi Amado Salvador Un niño dice: Seamos como las luciérnagas

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Todos los participantes dicen al unísono, levantando sus letras:

Una luciérnaga no puede alumbrar todo un camino pero todas las luciérnagas juntas podemos alumbrar una noche. Amén.

Canto tema: Cuando los hombres irradian la luz de Cristo, la oscuridad desaparece.

Cantemos juntos.

Oración de Rodillas:

Amado Padre, Ayúdanos a esparcir tu luz donde quiera que vayamos. Inunda nuestra alma de tu espíritu y vida. Penetra y posee todo nuestro ser de tal modo que toda nuestra vida solo sea un reflejo de la tuya. Brilla a través de nosotros, para que todas las personas que nos conozcan puedan sentir tu presencia en nuestra alma. Es nuestro ruego en el nombre de tu Hijo Amado. Amén.

Mi pequeñita luz

Mi pequeñita luz, la dejaré brillar. Mi pequeñita luz, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará.

No la apague Satanás, la dejaré brillar. No la apaga Satanás. La dejaré brillar Brillará, brillará, brillará. También en mi casita, la dejaré brillar. También en mi casita, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará. Doquiera que yo vaya, la dejaré brillar. Doquiera que yo vaya, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará.

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Participación especial: Puede ser canto o poesía

CRISTO ME QUIERE BRILLANDO (A sunbeam)

Soy una luz centelleante brillando por Jesús, no importa donde me encuentre, en la escuela o al jugar. Coro: Brillando, brillando, Cristo me quiere brillando, por siempre brillando, yo brillaré para Él. Cristo me quiere amando, a todos como Él y que su paz vea el mundo y el gozo que Él me da.

Voz oculta: Anímate a ser como la luciérnaga, que tu luz ilumine cada espacio oscuro. Dramatización

ESTRELLAS VOLADORAS

(Voz oculta: Una luciérnaga que prende su luz, se arriesga a

ser descubierta y devorada por sus enemigos, pero aun así, siempre brilla).

Diálogo - ¡Mamá, mamá, corre, ven a la ventana! –gritó María.

- ¿Qué pasa? - Mira. ¡En el jardín hay estrellitas voladoras!

- ¡Qué bonitas son! –contestó la mamá. Pero no son estrellas: son luciérnagas. Se suelen ver en las noches de verano. - ¿Son peligrosas las luciérnagas! ¿Pican? –preguntó María. - No son nada peligrosas –contestó mamá. María bajó al jardín. Al poco rato volvió a subir gritando: - ¡Mamá, mamá!. He cogido una luciérnaga y la he metido en este recipiente de cristal. La voy a poner en mi cuarto y así me alumbrará toda la noche. - ¡Oh, pobre luciérnaga! ¿Crees de verdad que te va a alumbrar? ¿No ves que ya no tiene luz? - Porque las luciérnagas tienen luz solamente en la oscuridad –dijo María. Apaguemos la luz y ya verás, mamá. La mamá apagó la luz. Pero la luciérnaga del recipiente no daba ni un rayito de luz. - ¿Y por qué no alumbra? –preguntó María. - Porque está triste y se siente prisionera. ¿Qué harías tú si te encerraran? (Voz oculta: María comprendió que debía soltar a la luciérnaga. Se fue a la ventana y abrió el recipiente. La luciérnaga salió volando dejando un rastro de luz. Nuestro mayor deseo es que con la ayuda de nuestro Dios, tú siempre tengas la libertad de esparcir la luz de Cristo).

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Participación especial: Puede ser canto o poesía.

ORA AL SEÑOR Mi mami me dijo algo que debemos saber y es cómo ser valiente y no dejarte asustar, ya que el enemigo sólo problemas te quiere dar y así evitar que resplandezca la luz de Jesús. Así que deja ya la luz resplandecer, sonríe y verás que así no perderás de vista a Jesús, que es la Luz. abre tu corazón y déjalo entrar.

Voz oculta: Anímate a ser como la luciérnaga, y descubrirás que

en tu vida hay un poco de luz para iluminar a los otros.

Canto tema: Cantan todos

ESTUDIO DE LA LECCIÓN: Por clases

MI PEQUEÑITA LUZ

Mi pequeñita luz, la dejaré brillar. Mi pequeñita luz, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará. No la apague Satanás, la dejaré brillar. No la apaga Satanás. La dejaré brillar Brillará, brillará, brillará.

También en mi casita, la dejaré brillar. También en mi casita, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará.

Doquiera que yo vaya, la dejaré brillar. Doquiera que yo vaya, la dejaré brillar. Brillará, brillará, brillará.

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Oración final: Padre Amoroso: Quédate con nosotros y entonces brillaremos como brillas Tú; queremos ser luz a los demás a través de nuestras vidas. Oh Señor, la luz irradiará de Ti; no de nosotros; Tu serás quien ilumine a los demás a través de nosotros. Permítenos pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes nos rodean. Esta es nuestra oración, en el nombre de Cristo Jesús, Amén

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BRILLANDO PARA JESÚS

SERMÓN PARA EL DÍA DEL NIÑO (Preparado por: Natalia Castro de Espinosa,

Directora de Ministerio Infantil, Unión Mexicana del Norte)

Bienvenida para el culto: (Se sugiere presentar este acróstico con la ayuda de 14 participantes, a cada niño se le asignará una letra con su

respectiva frase – haga las letras “BRILLA POR JESÚS”, en

tamaño grande, puede forrarlas con papel dorado, o cubrirlas con diamantina dorada. En el momento que cada niño(a) participe levantará

la letra y repetirá la frase. En caso de que no haya suficientes niños, puede asignar dos o tres frases según el número de niños que tenga; también puede dar participación a personas adultas. Una vez que hayan terminado todos su participación, coloque las letras en una jardinera, o cartulina, o en la pared, para reforzar el mensaje y al mismo tiempo sirva de decoración).

Bienvenidos sean todos a la casa del Señor

Recibamos hoy gozosos la bendición de Dios

Invitemos la presencia de Jesús la eterna luz

La Palabra nos conduce y fortalece el corazón

Levantemos hoy la antorcha que a otros pueda ayudar

Alumbrando cada vida, con actos de bondad

Para siempre brillaremos por Jesús quien nos salvó

Obedientes y corteses en la iglesia y el hogar

Respondamos a su gracia y cantemos con amor

Jubilosas nuestras voces elevemos en Su honor

Entreguemos nuestras vidas al Creador y Redentor

Solo a ti, Cristo Bendito te daremos gratitud

Úngenos con tu Espíritu, lo necesitamos hoy

Suplicamos reverentes “Danos hoy tu luz, Señor”.

Canto: Andando en la luz de Dios, Himnario Adventista No. 286 Lectura Bíblica: “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo” (Mateo 5:16. NVI) Oración: Diezmos y Ofrendas: Himno especial:

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SERMÓN

Brillar por Jesús ¡Es Posible!

I. Introducción En la Palabra de Dios, la Biblia,

encontramos muchos ejemplos de personas que fueron luz para otros. Brillaron por su buen comportamiento, por sus actos generosos, por obedecer a Dios y a sus padres, por sus palabras de bondad y ternura.

Es un privilegio brillar por Jesús, él se

alegra cuando llevamos la luz de su amor, a las personas que viven en tinieblas y sin esperanza.

Veamos la siguiente comparación

que la Sierva del Señor presenta: “Como los rayos del sol penetran hasta los remotos rincones de la tierra, así la luz del Sol de justicia brilla sobre toda alma”… "El que me sigue --dijo Jesús,-- no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida." (DTG, 429, 430).

Desde el momento cuando conocemos a Jesús y entregamos nuestras vidas a

él, “su luz brilla en nosotros”. Dios nos ha llamado de las “tinieblas a su luz admirable”, él desea que vengamos y permanezcamos en su presencia, en su luz, a fin de de purificar nuestras almas, transformar nuestros caracteres, y capacitarnos para reflejar su luz a todos aquellos que están en las tinieblas del pecado.

Como podemos ver, “brillar por Jesús, ¡es posible! Porque él es la luz verdadera,

mientras nos mantengamos en constante comunión con él y con nuestro prójimo, reflejaremos esa luz a través de nuestras miradas, palabras y acciones.

En esta reflexión, vamos a recordar a una niña y a un niño que fueron luz para

otros, los encontramos registrados en la Santa Palabra de Dios, la Biblia: El primer caso lo encontramos en el segundo libro de Reyes capítulo 5,

versículos 2-3. Es la experiencia de la niña cautiva. Con toda seguridad, al ser tomada prisionera por los soldados de Siria y llevada a un lugar extraño, aparentemente olvidada de Dios y sin esperanza sintió algo de temor y nostalgia, pero al igual que José, decidió ser fiel a Dios y a los principios que había aprendido desde pequeñita.

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No le importó ser la sirvienta de la esposa de Naamán, estando en la condición de esclava y lejos de su hogar testificó con fidelidad en ese hogar pagano. Mientras realizaba sus deberes, no pensaba mal de los soldados que la habían capturado, ni se molestaba cuando veía al capitán Naamán, tampoco hacía mala cara a la esposa de Naamán, a quien servía. Más bien, ella recordaba su país, su hogar, la bondad y ternura de sus padres, los cantos de alabanza a Dios, y sobre todo recordaba el poder de Dios manifestado en los milagros de curación que el profeta Eliseo había hecho. Y al ver que su amo sufría una terrible enfermedad, sintió compasión por él, fue con su ama y le dijo: “Ojalá el amo fuera a ver al profeta que hay en Samaria, porque él lo sanaría de su lepra” (Versículo 3). Ella sabía que el poder de Dios podía sanarlo. El registro sagrado nos dice que Naamán fue a Israel, se dirigió al rey, quien vencido por sus temores, se molestó mucho y no pudo ver que Dios podía obrar el milagro. Cuando el profeta Eliseo se enteró de lo ocurrido, le envió este mensaje: “Por qué está Su Majestad tan molesto?” ¡Mándeme usted a ese hombre, para que sepa que hay profeta en Israel!” (Versículo 8).

Naamán fue al Jordán, siguió las

indicaciones del profeta “¡Y su piel se volvió como la de un niño y quedó limpio!”. El poder de Dios brilló nuevamente al curar a este hombre pagano, brilló a través del profeta Eliseo y a través del testimonio fiel de la niña cautiva.

Después de este milagro Naamán, su

esposa y la niña cautiva, podían disfrutar las bendiciones de brillar para Jesús: Salud, felicidad, armonía, y sobre todas las cosas tenían el conocimiento de un Dios Todopoderoso que está atento a las necesidades de sus hijos, respondiendo con fidelidad a la fe manifestada por sus hijos, ya sean niños, jóvenes o adultos.

El segundo personaje que también

“brilló” por Jesús, lo encontramos en el Evangelio de Juan capítulo 6:1-13. Aquí se nos habla del milagro que realizó Jesús, cuando a la vista humana no había manera de alimentar a tanta gente, Jesús mismo dice probando a su discípulo ¿dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente? Enseguida llega Andrés que era hermano de Simón y le dijo: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero, ¿qué es esto para tanta gente?”(Vers. 9) (El comentario Bíblico Adventista, explica que la palabra utilizada para “muchacho”, literalmente se traduce “niñito”). No se nos da el nombre, ni la edad de este muchachito, lo importante es que también seguía a Jesús y sin duda se mantuvo lo más cerca que podía. Tengo la seguridad que Jesús ya lo había visto entre la

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multitud, también vio en él un corazón bondadoso y generoso que estaba dispuesto a compartir su alimento con los demás.

Jesús sabía lo que iba a hacer, así que ordenó a sus

discípulos “Hagan que se sienten todos” (Versículo 10). Luego le trajeron los panes y los pescados que el niño compartió con mucha

alegría. “Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados” (Versículo 11).

Puedo ver al niñito con sus ojos bien abiertos mirando el grandioso milagro de

multiplicar los panes y los peces. Puedo ver a Jesús sonreírle en señal de aprobación y aceptación de su humilde y pequeño don.

“Después que la multitud hubo sido alimentada, sobraba abundante comida; pero el que dispone de todos los recursos del poder infinito dijo: "Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada." Estas palabras significaban más que poner el pan en los cestos. La lección era doble. Nada se había de desperdiciar... No debemos descuidar nada de lo que puede beneficiar a un ser humano. Recójase todo lo que aliviará la necesidad de los hambrientos de esta tierra. Debe manifestarse el mismo cuidado en las cosas espirituales. Cuando se recogieron los cestos de fragmentos, la gente se acordó de sus amigos en casa. Querían que ellos participasen del pan que Cristo había bendecido. El contenido de los canastos fue distribuido entre la ávida muchedumbre y llevado por toda la región circundante. Así también los que estuvieron en el festín debían dar a otros el pan del cielo para satisfacer el hambre del alma. Habían de repetir lo que habían aprendido acerca de las cosas admirables de Dios. Nada había de perderse. Ni una sola palabra concerniente a su salvación eterna había de caer inútilmente al suelo” (DTG, 335, 336).

Al reflexionar en este pasaje de la Biblia, descubrimos la importancia de

mantenernos cerca de Jesús y de entregarle con alegría lo que tenemos. La merienda de este muchachito puesta en las manos de Jesús, fue suficiente para alimentar más o menos unas 10,000 personas y todavía alcanzó para que esas personas llevaran y compartieran con otros las bendiciones recibidas. Nuestros dones en las manos de Jesús, se multiplican iluminando las vidas de muchas personas que vagan sin Dios y sin esperanza.

II. Brillar por Jesús implica:

A. Un Privilegio (Juan 15: 16) De los millones de personas que habitan este mundo, somos privilegiados al ser

escogidos por el Señor, para reflejar su amor. Jesús dice: "No me elegisteis vosotros a mí, mas yo os elegí a vosotros; . . . para que vayáis y llevéis fruto." (Juan 15: 16). Él mismo ha dicho en Mateo 5:14, “Ustedes son la luz del mundo”. Jesús nos honra al hacernos sus mensajeros. Al decir “ustedes” se refiere a hombres y mujeres, niños y jóvenes, a todo aquél que ha conocido y aceptado la gracia redentora de Cristo Jesús.

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La sierva del Señor declara: “Es el privilegio de cada creyente hablar primero

con Dios en su intimidad, y luego, como vocero de Dios, hablar con otros. Para tener algo que impartir, debemos recibir diariamente luz y bendiciones” (Dios nos Cuida, 166) “Acerquémonos a Cristo para que nuestras almas puedan ser llenadas de su gracia y de un deseo de dar su gracia a los demás” (Carta 17, 1903). La causa de Dios necesita niños, jóvenes y adultos, que tengan a Cristo en su corazón, que sean una bendición en sus hogares, que dejen brillar la luz de Jesús en sus conversaciones y en su comportamiento.

Para que esto sea una feliz realidad, permanezcamos en Jesús, “la Luz del Mundo” y gocemos el privilegio de resplandecer por él.

B. Una Responsabilidad – Mateo 5:15 Es evidente que no podemos brillar por nosotros mismos, no tenemos

luz propia, así como la luna. Para que la luna refleje la luz, debe estar en una posición correcta donde pueda recibir los rayos de luz del sol,

solamente así podremos verla brillante e iluminando la tierra. De la misma manera, a fin de reflejar la luz de Jesús, es nuestra responsabilidad estar en correcta relación con él, estudiando su Palabra, orando “sin cesar” y haciendo cuanto podamos para dar felicidad y ayudar a otros. Cada uno de nosotros formamos la iglesia de Dios y cuando la iglesia realice la obra que se le ha encomendado, avanzará "hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden" (Cantares 6: 10).

Cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, en repetidas ocasiones presentó la parábola de la lámpara para enseñarnos varias

verdades. “Cuando la dio como parte del Sermón del Monte (Mat. 5: 14-16), la usó para ilustrar la responsabilidad de los creyentes de ser ejemplo para el mundo, de hacer brillar su luz individual” (CBA, 5, Marcos 4:21).

Niños y jóvenes, Jesús desea que brillemos primeramente en nuestro hogar, que

disipemos las tinieblas de la desobediencia, de los pleitos, de la ira, y proveamos un ambiente de obediencia, paz, tranquilidad, perdón.

Es responsabilidad de los padres y las madres, esparcir la luz a través de un

buen ejemplo, ayudando a los más pequeños instruyéndolos con amor, paciencia y modales corteses. Sobre todas las cosas que la mansedumbre y la ternura de Cristo sean reflejados en sus vidas.

C. Una Promesa

En el libro de Isaías capítulo 60 versículo 2 encontramos esta hermosa promesa “… sobre ti será vista su gloria". ¿Sobre quién se verá la gloria de Dios? Sobre nosotros, el pueblo de Dios, sobre cada uno individualmente. Acaso ¿no es maravillosa esta

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promesa. Podemos preguntarnos ¿Qué es la gloria de Dios? A la luz de su Biblia podemos decir que la gloria de Dios es Su carácter, Su gran bondad, Su perdón. Dios promete que su carácter que es amor, será visto en cada uno de nosotros. Entonces resplandeceremos con la gloria de Dios. Todo aquel que ha entregado su corazón a Jesús “tendrá la luz de la vida”. Dios cumplirá esta promesa con todos aquellos que confíen en él.

Muy pronto, con mucho gozo, veremos al Rey de Reyes, a Cristo Jesús viniendo por todos sus hijos, “Vendrá en las nubes del cielo con “poder y gran gloria” (Mateo 24:30), vendrá para llevar a las mansiones celestiales a todos aquellos que dedicaron sus vidas para “iluminar a otros”. Es entonces cuando "los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad" (Review and Herald, 17-9-1903).

¡Con qué gozo contemplaremos a Jesús, para siempre estaremos con él!

III. Resultados de brillar por Jesús La influencia que ejercemos sobre todos aquellos con quienes nos relacionamos, traerá resultados eternos.

1. En el libro de Isaías capítulo 60 versículo tres dice: “andarán las gentes a tu luz…” es decir, las gentes verán en nosotros el carácter de Cristo, la “gloria de Dios”.

2. Los niños y niñas en cada hogar, “Si andan como hijos de luz, serán bondadosos y corteses, amantes y respetuosos de sus padres, a quienes han visto, y así estarán mejor calificados para amar a Dios a quien no han visto” (CN, 77).

3. Los padres y las madres asumirán con alegría, fidelidad y responsabilidad la obra que Dios les ha encargado, formando en sus hijos buenos hábitos y preparándolos para Dios, mediante su ejemplo y enseñanza.

4. Tendremos comunión unos con otros, “Pero si vivimos en la luz, así como él está en luz, tenemos comunión unos con otros…” (1 Juan 1:7). Esta comunión será evidente en cada hogar aquí representado y en la iglesia que todos formamos.

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5. “Los que reflejan la luz de Dios mostrarán una disposición amante. Serán alegres, dispuestos, obedientes a todos los requerimientos de Dios…” (Reflejemos a Jesús, pág. 33).

6. El evangelio será predicado por testimonio y a viva voz. 7. El Nombre de Dios será glorificado (Mateo 5:16). “A Dios sea la gloria y la honra

por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN: Queridos hermanos, es realmente maravillosa la transformación que Dios puede obrar en cada corazón. El Señor nos ha elegido para reflejar su gloria a través de nosotros, y que muchos conozcan de su amor. “Brillar por Jesús es un privilegio, pero también es una responsabilidad. Todos los que hemos experimentado el gozo de caminar en la luz de Jesús, podemos compartirlo con otros. Les invito en el nombre del Señor a permanecer en comunión con Jesús cada día, para que esto sea una realidad. Ahora pregunto a todos los niños y niñas presentes, ¿quieren pedirle a Jesús que les ayude a brillar para él? ¿están dispuestos a consagrar su vida a Jesús? ¿quiénes quieren hacerlo? (espere una respuesta y enseguida pida que pasen al frente). Por supuesto, también invito a los jóvenes y adultos a reflejar la luz de Cristo en sus vidas, ¿Quiénes desean consagrarse a Dios? (Espere. Los adultos que respondan pueden quedar de pie en sus lugares). (Todos los niños que respondan al llamado, recibirán una velita decorada para que lleven de recuerdo.) Termine esta ceremonia de consagración con una oración. Himno No. 361: Esparcid la luz de Cristo (Primera y segunda estrofas). Oración final: