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1 PROGRAMA DE ARQUEOLOGÍA PREVENTIVA Y PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO PARA EL PLAN DE MANEJO Y RESTAURACIÓN AMBIENTAL DEL DESLIZAMIENTO EL ALISO. MUNICIPIO DE SAN ANTONIO DEL TEQUENDAMA. DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA. LICENCIA Nº 2670 YURI ROMERO PICÓN ARQUEÓLOGO BOGOTA, JUNIO DE 2012

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PROGRAMA DE ARQUEOLOGÍA PREVENTIVA Y PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO PARA EL PLAN DE MANEJO Y RESTAURACIÓN

AMBIENTAL DEL DESLIZAMIENTO EL ALISO. MUNICIPIO DE SAN ANTONIO DEL TEQUENDAMA. DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA.

LICENCIA Nº 2670

YURI ROMERO PICÓN

ARQUEÓLOGO

BOGOTA, JUNIO DE 2012

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INTRODUCCIÓN La investigación se inscribe en el marco de la arqueología preventiva. El área objeto de estudio corresponde a la restauración ambiental de un deslizamiento natural de suelos. Esta área se intervendrá con obras civiles. El propósito académico u objetivo general estuvo orientado a aportar conocimiento de base sobre la arqueología de la zona, a partir de la identificación y análisis de vestigios arqueológicos. Como referente teórico, se acogió la noción de pautas de asentamiento que en términos generales se refieren a la manera como las sociedades humanas se han distribuido en el espacio y en el tiempo y el modo como están relacionadas económica y socialmente entre sí (Cooke y Sánchez 2004: 69). Los asentamientos reflejan el medio ambiente, el nivel tecnológico con que operan los constructores y las diversas instituciones de interacción social y de control que mantenía una cultura particular En consecuencia, toda modificación de un territorio para ocuparlo como sitio de residencia, campo hortícola, vía de tránsito, espacio ritual o cualquier otra actividad humana aprehensible y mensurable mediante el registro arqueológico permite orientar el estudio de las pautas de asentamiento, de este modo, se contribuye a responder preguntas como ¿Dónde vivía la gente? y ¿Por qué vivía ahí? En cuanto al área de estudio, ésta se ubica entre la vereda Arracachal Alto, Municipio de San Antonio del Tequendama. En el mapa de localización general se presentan las coordenadas del polígono de alinderación del programa de arqueología preventiva. En la Tabla 1 se presenta la ubicación del deslizamiento El Aliso, tomando como referencia el vértice superior tanto del polígono del predio como del área e deslizamiento o área de intervención (ver mapa anexo vértice E).

Tabla 1. Ubicación área objeto de estudio

Restauración ambiental NORTE ESTE

Hectáreas de

observación

Hectáreas intervención

directa

El Aliso

997223

973759

0, 42

0,16

De acuerdo con el plan de manejo ambiental suministrado para el estudio arqueológico, las geoformas del área objeto de interés se enmarcan en los escarpes abruptos que generan las areniscas del Grupo Guadalupe, similares al Salto del Tequendama, ubicado a pocos kilómetros del proyecto. Estas rocas de la Formación Guadalupe (las más antiguas del sector, datadas como del periodo Cretácico), por acción del téctonismo regional se levantaron y a lo largo de los años empezaron a desprenderse trasportando masas de rocas que se han depositado en zonas de menor pendiente, conformando los denominados depósitos coluviales. Estos depósitos, compuesto de materiales no consolidados y susceptibles de inestabilidad frente a cambios de condiciones topográficas, son los que generaron el deslizamiento en el predio El Aliso.

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Debido a los riesgos que genera una masa inestable de suelo y roca, para los habitantes del predio y para los transeúntes de la vía principal pavimentada que conecta a Soacha con el municipio de San Antonio del Tequendama, se han estado realizando los estudios necesarios para la restauración morfológica y ambiental del deslizamiento. Considerando que el área a restaurar corresponde a un talud de aproximadamente 30 metros de alto, que implica una serie de manejos técnicos y ambientales, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR -, oficina provincial Tequendama, expidió los términos de referencia, base para la elaboración del plan de manejo ambiental, el cual contiene las medidas para prevenir, mitigar y compensar los impactos ambientales que la actividad de restauración genere y la exigencia del programa de arqueología preventiva (Documento CAR 1773 del 13 de julio de 2011). El área se encuentra conformada por grandes bloques de areniscas, embebidos en una matriz de tipo areno-limosa, con un talud de altura aproximada de 30 metros potencialmente inestable, cuya estructura es de coluvión y un nivel de limolitas y arcillolitas que se encuentran infrayaciéndolo, con el agravante de que estos materiales se encuentran aproximadamente buzando en la misma dirección de la pendiente del terreno, además de la presencia de aguas subsuperficiales (Ibíd). A manera de anexo, junto con el respectivo mapa de estudio arqueológico, se anexa un plano del perfil del área para apreciar con mayor detalle las pendientes a las que se hace referencia en este informe. En cuanto a la organización del informe, éste se divide en (7) secciones. La primera, corresponde a la metodología implementada para llevar a cabo el objetivo de la investigación. En la segunda se expone el contexto regional o antecedentes de investigación que ofrecen un punto de partida para la zonificación arqueológica. En la tercera sección se presentan los resultados del trabajo de campo en la que se destaca la no presencia de sitios arqueológicos que deban rescatarse antes del inicio de las obras civiles y el no hallazgo de vestigios arqueológicos de ningún tipo. En la cuarta sección se presenta la zonificación del potencial arqueológico a partir del análisis ambiental y arqueológico del área de estudio. La quinta sección corresponde al plan de manejo arqueológico. La sexta sección corresponde a desarrollo de una actividad de arqueología pública basada en la realización de una charla taller. Por último, en la séptima sección se presentan las conclusiones del estudio.

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1. METODOLOGÍA Trabajo Pre-campo: La fase de pre-campo se centró en el análisis bibliográfico para la caracterización arqueológica del área objeto de estudio y el análisis espacial de información secundaria de tipo ambiental, arqueológica e histórica, para definir áreas con mayor o menor posibilidad de albergar evidencias arqueológicas. El resultado de esta labor se incluye en las siguientes secciones, bajo los títulos de diagnóstico del contexto regional arqueológico y zonificación del potencial arqueológico. Trabajo de campo: Para llevar a cabo la prospección se planteó un reconocimiento mediante evaluación de perfiles (taludes), inspecciones visuales y excavación de grupos de apiques de 45 x 45 cm cada 10 metros en promedio según la pendiente de la unidad que se estuviera recorriendo. La profundidad de los apiques varió entre 45 y 70 cm conforme al tipo de material encontrado. Debido a que el terreno es irregular y se encontraron particularidades topográficas como un angosto sector relativamente plano en la base del deslizamiento cubierto con granes rocas desprendidas, un talud de más de 60º de pendiente y otro sector estrecho relativamente plano en la parte superior del deslizamiento, se definieron tres rutas de prospección que combinaron excavación de apiques y evaluación de perfiles (ver mapa anexo). La primera ruta corresponde al sector relativamente más plano entre el área de intervención directa del deslizamiento y la vía a Bogotá. En esta ruta se excavaron 8 apiques. La segunda ruta comprende la parte inferior del deslizamiento, en ella se excavaron 9 apiques y se realizaron observaciones en superficie. La tercera ruta se trazó en la parte superior del deslizamiento, siguiendo una zona segura para caminar y se descendió por un camino existente evaluando los perfiles del talud y realizando observaciones en superficie. Se excavaron 5 apiques y se evaluaron 10 puntos. En los dos mapas de detalle de la prospección se muestra la distribución de los apiques, incluyendo en uno de ellos las coordenadas Datum Magna Sirgas Origen Bogotá, las cuales también se incluyen más adelante en los resultados del trabajo de campo. Trabajo de laboratorio: Tal como ya se mencionó, en la prospección no se encontraron vestigios de ningún tipo, por lo tanto, no se llevó a cabo una fase de análisis o fase de laboratorio.

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2. DIAGNÓSTICO A PARTIR DEL CONTEXTO REGIONAL ARQUEOLÓGICO

En San Antonio del Tequendama, el ICANH tiene registrados al menos cinco sitios de interés en el Atlas Arqueológico de Colombia, correspondientes a arte rupestre. En los alrededores de este municipio, particularmente en Soacha, hay que destacar al menos cuatro áreas de gran importancia: los Abrigos Rocosos de Tequendama, la Hacienda Aguazuque, la hacienda Potreroalto y la Hacienda Terreros, los cuales ofrecen un panorama de ocupaciones humanas en la Sabana de Bogotá desde hace 11 años A.P hasta el siglo XVI d.C. De acuerdo con la base de datos del ICANH, se han registrado sitios arqueológicos como los presentados en la Tabla 2, cuyo análisis ha sido adelantado por Martínez y Botiva (2004).

Tabla 2. Reportes de sitios con vestigios arqueológicos en la zona de interés

ID-SITIO CÓDIGO

MUNICIPIO NOMBRE

ARQUEOLÓGICO MUNICIPIO DEPARTAMENTO

12479 25645 Piedra El Hombre y la Serpiente

San Antonio de Tequendama

Cundinamarca

12459 25645 Piedra El Naranjo o del

Mago San Antonio de Tequendama

Cundinamarca

12500 25645

Piedra Los Alpes San Antonio de Tequendama

Cundinamarca

12519 25645

Piedra de La Risa San Antonio de Tequendama

Cundinamarca

12499 25645 Piedras Las Moyas, del

Plegable y La Punta San Antonio de Tequendama

Cundinamarca

Fuente: Atlas arqueológico de Colombia. ICANH. 2012 (www.icanh.gov.co).

Respecto a los alrededores de este município, particularmente Soacha, los Abrigos Rocosos de Tequendama corresponden a una formación de rocas areniscas utilizadas como sitio de asentamiento de grupos paleoindios durante cuatro mil años. Correal et al (1977) establecieron tres períodos de ocupaciones precerámicas entre 10.000 y 6.000 años antes del presente (teniendo como punto de partida mediados del siglo XX). Un cuarto periodo tuvo lugar en época de los Muiscas (Siglos VIII – XVI d.C.). Actualmente el sitio es considerado patrimonio histórico de la nación. El sitio es identificado como Tequendama I y II. En la Hacienda Aguazuque, Correal (1990) excavó 59 entierros humanos con fechas entre 5.000 y 2.700 años A. P. En el mismo sitio se encontró cerámica del período Herrera, anterior a las ocupaciones Muiscas, constituyéndose en uno de los sitios agroalfareros más antiguos excavados en la Sabana de Bogotá (Correal 1990). En otro sector, en la Hacienda Potreroalto, Orrantía (1997) excavó un sitio precerámico con dos entierros humanos fechado en 6.800 años antes del presente.

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En la Hacienda Terreros, Montoya (1974) analizó un conjunto de pictografías asociadas a los Muiscas y, posteriormente, Bonilla (2008) excavó varias tumbas Muiscas, en el marco de un proyecto de arqueología de rescate previo a la construcción de una urbanización. Luego un equipo de investigadores de las universidades de Los Andes y Nacional continuaron con las excavaciones, registrando más de 300 tumbas. En el sector de Tibanica, los investigadores también excavaron un asentamiento muisca. Sin duda, esta zona constituye uno de los sitios más importantes excavados en la Sabana de Bogotá, tanto por sus dimensiones como por la información obtenida en los análisis bioantropológicos (C. Rojas, comunicación personal). Cabe destacar que en San Antonio del Tequendama prácticamente no ha habido investigaciones arqueológicas de sitios agroalfareros (cfr. Enciso y Therrien 1996) y la única investigación sobre presencia humana en abrigos rocosos es la de García y Gutierrez (1985) en el sitio Tequendama III, donde no se obtuvieron fechas para la ubicación cronológica de los hallazgos. En este contexto es importante mencionar las pictografías que se encuentran en el Centro de Arte Cultural de la Cantera El Vinculo, conocido en la región como Piedra del Infinito (Fotografías 1 a 4), en jurisdicción de Soacha, el cual representa un ejemplo de responsabilidad social y conservación del patrimonio arqueológico por parte de la empresa Agregados El Vínculo, encargada del estudio y plan de manejo ambiental del proyecto.

Fotografía 1: Piedra del Infinito, pictografía muisca.

Fotografía 2: Piedra del Infinito, pictografía muisca.

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Fotografía 3: Piedra del Infinito, pictografía muisca.

Fotografía 4: Piedra del Infinito, pictografía muisca.

3. RESULTADOS DEL TRABAJO DE CAMPO En la prospección no se encontraron vestigios arqueológicos de ningún tipo. Es decir, no se encontraron fragmentos de cerámica, ni artefactos líticos, ni ningún otro tipo de artefactos. Tampoco se observaron modificaciones antrópicas del paisaje asociadas con las antiguas comunidades muiscas que habrían habitado la región. Con esto se hace referencia a montículos para cultivos, etc. En el mismo orden de ideas, los reportes de las comunidades locales indican que en el predio y sus alrededores NO ha habido hallazgos fortuitos de “objetos de indios”. En la Tabla 3 se muestran las coordenadas y las actividades llevadas a cabo en la prospección de la Ruta 1.

Tabla 3: RUTA 1 PUNTO NORTE ESTE ACTIVIDAD

1 997277 973754 Apique 42 cm profundidad

2 997277 973758 Apique 50 cm profundidad

3 997277 973762 Apique 48 cm profundidad

4 997278 973768 Apique 40 cm profundidad

5 997278 973770 Apique 52 cm profundidad

6 997277 973774 Apique 46 cm profundidad

7 997273 973782 Apique 56 cm profundidad

8 997272 973785 Apique 50 cm profundidad

En esta ruta se observó que el suelo está bastante intervenido pues allí funcionaban una marraneras las cuales hubo necesidad de desmantelar por el riesgo que representa el deslizamiento de la parte posterior. Esta área limita con el borde de la carretera. En las Fotografías 5 a 8 se muestran detalles del lugar y la actividad.

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Fotografía 5: Vista de la carretera vía a

Soacha y Bogotá.

Fotografía 6: Instalaciones de las antiguas marraneras

y rocas del deslizamiento.

Fotografía 7: Excavación del apique nº 4 de la Ruta 1.

Fotografía 8: Detalle del apique nº 6 de la Ruta 1.

En la Tabla 4 se muestran las coordenadas y las actividades llevadas a cabo en la prospección de la Ruta 2.

Tabla 4: RUTA 2 PUNTO NORTE ESTE ACTIVIDAD

1 997266 973749 Apique 40 cm profundidad

2 997261 973753 Apique 42 cm profundidad

3 997258 973756 Apique 40 cm profundidad

4 997256 973762 Apique 40 cm profundidad

5 997251 973764 Apique 44 cm profundidad

6 997256 973767 Apique 40 cm profundidad

7 997258 973769 Apique 46 cm profundidad

8 997257 973782 Apique 48 cm profundidad

9 997260 973792 Apique 43 cm profundidad

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En esta ruta se observó que el suelo es bastante pedregoso como consecuencia de las continuas depositaciones de material procedente del deslizamiento. Esta área comprende la base del área a intervenir. En las Fotografías 9 a 12 se muestran detalles del lugar y la actividad.

Fotografía 9: Lugar del apique nº 3 de la Ruta 2.

Fotografía 10: Lugar del apique nº 4 de la Ruta 2.

Fotografía 11: Excavación del apique nº 5

de la Ruta 2.

Fotografía 12: Detalle del apique nº 7 de la Ruta 2.

En la Tabla 5 se muestran las coordenadas y las actividades llevadas a cabo en la prospección de la Ruta 3.

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Tabla 5: RUTA 3 PUNTO NORTE ESTE ACTIVIDAD

1 997273 973684 Apique 70 cm profundidad

2 997236 973695 Apique 68 cm profundidad

3 997233 973709 Apique 70 cm profundidad

4 997227 973725 Apique 65 cm profundidad

5 997222 973730 Apique 70 cm profundidad

6 997233 973741 Evaluación de perfiles y observaciones

7 997241 973748 Evaluación de perfiles y observaciones

8 997228 973746 Evaluación de perfiles y observaciones

9 997223 973744 Evaluación de perfiles y observaciones

10 997227 973757 Evaluación de perfiles y observaciones

11 997233 973763 Evaluación de perfiles y observaciones

12 997234 973770 Evaluación de perfiles y observaciones

13 997245 973777 Evaluación de perfiles y observaciones

14 997239 973787 Evaluación de perfiles y observaciones

15 997239 973791 Evaluación de perfiles y observaciones

Esta ruta dos actividades fundamentalmente, la primera, excavación de apiques en la parte superior del deslizamiento en un corredor de tránsito seguro cerca al límite del polígono. La segunda, evaluación de perfiles y observaciones en superficie siguiendo un camino existente por la ladera del área a intervenir. Esta área comprende un corredor que está dentro del predio pero que no será intervenido con obras civiles. En las Fotografías 13 a 20 se muestran detalles del lugar y a actividad.

Fotografía 13: Excavación del apique nº 2

de la Ruta 3.

Fotografía 14: Detalle del apique nº 3 de la Ruta 3.

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Fotografía 15: Excavación del apique nº 4

de la Ruta 3.

Fotografía 16: Detalle del apique nº 5 de la Ruta 3.

Fotografía 17: Vista del punto de observación nº 7 Fotografía 18: Vista del punto de observación nº 10.

Fotografía 19: Vista del punto de observación nº 12. Fotografía 20: Vista del área de deslizamiento, abajo

carretera.

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4. ZONIFICACIÓN DEL POTENCIAL ARQUEOLÓGICO

a- En el área objeto de estudio y sus alrededores no hay áreas declaradas como protegidas arqueológicamente, ni históricamente.

b- Geomorfológicamente, el área se encuentra conformada por grandes bloques de

areniscas, embebidos en una matriz de tipo areno-limosa, con un talud de altura aproximada de 30 metros potencialmente inestable, cuya estructura es de coluvión y un nivel de limolitas y arcillolitas que se encuentran infrayaciéndolo.

c- El talud del deslizamiento El Aliso literalmente es una zona en la que el suelo y las

rocas que lo sustentaban se desprendieron y quedaron sobre una estrecha franja de pendiente moderada que antiguamente formaba parte de un área mayor; esta área quedó dividida por la moderna carretera que conduce a Soacha. La prospección permitió verificar hasta una profundidad menor de 70 cm la no presencia de vestigios arqueológicos y, por supuesto, corroborar que la estabilización del talud mediante aterrazamientos no comprometerá ningún tipo de vestigio arqueológico.

d- Por las características antes descritas se infiere que cualquier vestigio arqueológicos en el área objeto de estudio habría estado sometido a un alto riesgo de deterioro por el deslizamiento.

e- El potencial arqueológico del lugar es bajo.

5. PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO De acuerdo con las indicaciones del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), un Programa de Arqueología Preventiva comprende un conjunto de actividades diseñadas para preservar el patrimonio arqueológico de la nación durante un lapso de tiempo determinado. En este caso, la información bibliográfica y el reconocimiento en campo sientan las bases para la formulación de un plan de manejo arqueológico. La normatividad sobre preservación del patrimonio arqueológico (Ley 1185 de 2008 y Decreto 763 de 2009) indica que hay que agotar todas las instancias, en el caso del área del proyecto no hay razones para pensar que pueda haber afectación del patrimonio arqueológico si se lleva a cabo las obras contempladas en el plan de manejo ambiental. Se recomienda que en caso de algún hallazgo fortuito al remover las rocas de la parte baja del deslizamiento, se contacte a un arqueólogo y se presente al ICANH un plan de salvamento. En la siguiente ficha se presenta el plan de manejo arqueológico ajustado conforme al resultado de la prospección arqueológica.

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PLAN DE MANEJO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

OBJETIVOS

Proteger el patrimonio arqueológico que pueda existir en el área de deslizamiento El Aliso, para dar cumplimiento a la normatividad vigente (Ley 1185 de 2008 y Decreto 763 de 2009). Impartir una charla de inducción de arqueología al personal de la empresa minera con participación de la comunidad local.

METAS

Desarrollo de las actividades arqueológicas necesarias en el 100% del área que se vaya a intervenir con obras civiles. Inducción de arqueología el 100% del personal de la obra civil e interventoría.

EVALUACIÓN AMBIENTAL

ASPECTO IMPACTOS EVALUACIÓN

FINAL ELEMENTO AFECTADO

Arqueología preventiva

Pérdida, daño y/o afectación del patrimonio arqueológico.

Baja Vestigios

arqueológicos

ETAPA DE APLICACIÓN TIPO DE MEDIDA

Pre-operativa Prevención X

Obras de intervención X Control

ACCIONES A DESARROLLAR

Previendo cualquier hallazgo fortuito en la fase de remoción de tierras después de que se retiren las rocas de la parte baja del deslizamiento, se recomienda monitoreo arqueológico a cargo de un antropólogo con experiencia en programas de arqueología preventiva y autorización previa del ICANH para esta actividad. El monitoreo consiste en la verificación de la presencia o ausencia de rasgos y/o vestigios arqueológicos que no se hubieran podido detectar en la prospección por la acumulación de las rocas que se han desprendido de la montaña. En el diseño del monitoreo debe concertarse un plan de salvamento o rescate de cualquier posible vestigio. Esto implica prever un presupuesto para análisis especiales según el tipo de hallazgo. Para todos los elementos o materiales arqueológicos que se recuperen en el transcurso del monitoreo se deberá gestionar su posible tenencia en el laboratorio de arqueología del ICANH. Para cualquier comunicación con el ICANH se debe dirigir a la Coordinación de Arqueología.

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PLAN DE MANEJO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

Al inicio de las obras de estabilización del deslizamiento El Aliso, se recomienda impartir una charla de protección del patrimonio arqueológico al personal que intervendrá en esta actividad.

TECNOLOGÍAS A UTILIZAR

Los recursos técnicos adecuados para el trabajo de campo son: elementos de registro y documentación de la información (GPS, cámara fotográfica, fichas de campo) y herramientas de trabajo.

LUGAR DE APLICACIÓN

Área de deslizamiento El Aliso.

RESPONSABLE DE LA EJECUCIÓN

R. Arias (propietario del predio) y Agregados El Vínculo (contratista).

PERSONAL REQUERIDO

Arqueólogo.

INDICADORES DE SEGUIMIENTO Y MONITOREO

META INDICADOR VALOR RESPONSABLE TIPO DE

REGISTRO Cumplimiento al 100% de la implementación de las actividades arqueológicas propuestas en el programa de arqueología preventiva.

(Lugar intervenido arqueológicamente / Lugar con hallazgo fortuito) x 100

100%

Arqueólogo

* Licencia de intervención arqueológica expedida por el ICANH. * Informe de las actividades arqueológicas. * Radicado del informe en el ICANH y aval del ICANH al informe.

CRONOGRAMA DE EJECUCIÓN

Monitoreo: durante la fase de remoción de tierras con las que se inicia la estabilización del talud del deslizamiento. Charla de inducción: al inicio de las obras de estabilización del talud.

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PLAN DE MANEJO DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

CUANTIFICACIÓN Y COSTOS

En los costos se deben incluir los gastos de viaje del arqueólogo, honorarios y viáticos. Estos costos deben concertarse con los encargados de las obras de estabilización del deslizamiento.

6. ARQUEOLOGÍA PÚBLICA Y DIVULGACIÓN Se impartió una charla taller de arqueología en el lugar del deslizamiento El Aliso al dueño del predio, al ingeniero encargado del plan de manejo ambiental y al personal obrero que trabajó en la prospección.

Temas presentados

A. Patrimonio arqueológico de Colombia B. Normas sobre preservación del patrimonio arqueológico C. Fases de la labor de la arqueología preventiva D. Contexto arqueológico regional

Desarrollo de los temas La arqueología estudia las sociedades humanas del pasado y construye su historia mediante el estudio de las evidencias materiales (Ejemplo cerámica y artefactos líticos). Mediante la normatividad vigente (Leyes y Decretos) se busca preservar el patrimonio arqueológico de Colombia. Normas sobre preservación del patrimonio arqueológico: Ley 397 de 1997 (Ley General de la Cultura); Decreto 833 de 2002 (Reglamenta la Ley 397); Ley 1185 de 2008 (Incorpora y amplía la Ley 397); Decreto 763 de 2009 (Reglamenta la Ley 1185) Objetivos de la Ley 397 de 1997 y de la Ley 1185 de 2008:

Proteger los bienes culturales producto de actividades de los grupos humanos del pasado.

Reglamenta la intervención en los sitios arqueológicos.

Prohíbe la tenencia y extracción de material arqueológico por parte de particulares. Reglamenta el manejo del patrimonio cultural de la nación.

Fases de la labor de arqueología preventiva:

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Fase 1: Diagnóstico del potencial arqueológico. Fase 2: Monitoreo e inducciones de arqueología. Fase 3: Análisis de vestigios e informe final. Contexto arqueológico regional: Este punto se basa en el contexto regional arqueológico presentado en este informe. De manera sucinta, el diálogo se basó en lo siguiente:

Período precerámico de cazadores recolectores en la Sabana entre 13.000 años A.P y 800 años a.C.

Periodo Herrera: 800 a.C. – 800 años d.C.

Siglos IX – XIII d.C. Muisca temprano. Poblados nucleados. Desarrollo de jerarquías sociales. Sitios arqueológicos en Villa de Leiva, Ráquira, Sutamarchán, Samacá y Tunja, entre otros.

Muisca tardío: Siglo XIII al XVII d.C. Este período es el que mayor información presenta tanto por los sitios excavados como por los datos etnohistóricos.

Características: cacicazgos, vida aldeana establecida en diferentes territorios y una compleja organización socio-política. A la llegada de los españoles el territorio Muisca abarcaba de sur a norte desde Tibacuy, Fusagasugá y Quetame en Cundinamarca; hasta cercanías de La Belleza en Santander y Soatá en Boyacá.

7. CONCLUSIONES

La investigación tuvo como objetivo general aportar conocimiento de base sobre la arqueología de la zona, a partir de la identificación y análisis de vestigios arqueológicos y de posibles pautas de asentamiento indígenas. En cuanto a la prospección arqueológica de 0,42 hectáreas de las cuales 0,16 son las de intervención directa debido al deslizamiento, se determinó que no hay sitios arqueológicos ni vestigios aislados, por lo tanto, las obras de estabilización del deslizamiento no afectarán el patrimonio arqueológico.

En la introducción se indica que en la investigación se acogió como referente teórico, la noción de pautas de asentamiento, tomando como guía la definición de Cooke y Sánchez (2004). Independiente del hecho de que no se encontraron vestigios arqueológicos en el área del deslizamiento y no ha habido hallazgos fortuitos en la zona, interesa comprender si antiguamente las personas escogían un lugar para asentarse porque les ofrecía buenas posibilidades de aprovechar los recursos del entorno (v. gr. seguridad alimentaria) o si lo escogían por otras razones que no obedecieran a esta lógica. Si se tienen en cuenta los antecedentes arqueológicos del vecino municipio de Soacha, se observa que grupos cazadores – recolectores tempranos como en el sitio de

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Tequendama (alrededor del 10.000 A.P.) aprovechaban los abrigos rocosos como refugios temporales. En el tránsito hacia climas más cálidos, los cazadores – recolectores, como los del sitio Potreroalto (alrededor del 6.800 A.P.), se asentaron en áreas abiertas, sin duda aprovechando recursos lacustres, fluviales y forestales. Con las primeras sociedades agroalfarera, se tiende a pensar que la lógica del aprovechamiento de estos recursos cercanos se mantenía, introduciendo además áreas hortícolas para sustentar una población en aumento y el interés de querer permanecer ahí. Con la sociedad muisca, el poblamiento es más denso y hubo necesidad de afianzar otras estrategias para la adquisición de recursos como los centros de mercado, las redes de intercambio, etc. (Langebaek 1987). Entre los arqueólogos se ha posicionado la idea de que un buen sitio de asentamiento es aquel que cuenta con recursos naturales relativamente cercanos donde el gasto de energía compensa la obtención del recurso deseado. Por ejemplo, la cima de una terraza no inundable cerca de un humedal sería un lugar atractivo para verificar la presencia o ausencia de vestigios arqueológicos. Pero, al observar el comportamiento de las personas en épocas más recientes, es claro que ellas no necesariamente construyen sus viviendas en las áreas más seguras físicamente. De hecho, después de un desastre natural, las personas regresan y reconstruyen. El área del deslizamiento El Aliso es un lugar que aparentemente no es propicio para asentarse, pues la causa del deslizamiento no es por deforestación sino por la inestabilidad geológica del terreno. Sin embargo, en la estrecha base de la ladera inestable han vivido por años los dueños del predio y durante un tiempo tuvieron instalaciones para la cría de marranos. La respuesta a la pregunta sobre el riesgo físico que esto representa es que confían en que nunca vaya a pasar nada y de que les gusta vivir ahí, de hecho tienen los medios para irse a vivir a otro lugar. En este sentido, la noción de pautas de asentamiento, en su definición más amplia como la de Cooke y Sánchez (2004), al sólo indicar las relaciones económicas y sociales como criterio a tener en cuenta sobre la manera en que las personas se distribuyen en el espacio y en el tiempo, estaría dejando a un lado el tema de la individualidad que bien puede expresarse en el sentido de pertenencia hacia un lugar determinado (independiente de que haya o no haya propiedad privada) y su relación con la naturaleza (v. gr. simbólica, espiritual, etc). En este orden de ideas, el talud del deslizamiento El Aliso literalmente es una zona en la que el suelo y las rocas que lo sustentaban se desprendieron y quedaron sobre una estrecha franja de pendiente moderada que antiguamente formaba parte de un área mayor; esta área quedó dividida por la moderna carretera que conduce a Soacha. La prospección permitió verificar hasta una profundidad menor de 70 cm la no presencia de vestigios arqueológicos y, por supuesto, corroborar que la estabilización del talud mediante aterrazamientos no comprometerá ningún tipo de vestigio arqueológico. Sin embargo, en la base del talud, donde las rocas se amontonaron, no es descartable que hubiera algún tipo de vestigio que indicara que en algún momento (prehispánico, colonial o republicano), este lugar fue escogido para habitarlo o utilizarlo en alguna actividad diferente al uso que le dieron los propietarios actuales. Un hallazgo llevaría a

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reflexionar sobre qué habría motivado, en contra de la lógica de la seguridad, la escogencia de ese lugar. Con esto lo que se quiere transmitir es que todo lugar, parafraseando el decreto 833 de 2002, es susceptible de hallazgos arqueológicos y aquellos que aparentemente sugieren lo contrario, pueden revelar sorpresas. Si bien el área es muy pequeña, se recomienda monitorear arqueológicamente la explanación de la base del talud del deslizamiento. La actividad consiste en revisar cualquier indicio de antiguas construcciones, tumbas, etc.

BIBLIOGRAFÍA

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