primera palabra - el cultural · 2020. 9. 12. · 12-10-2012 el cultural 3 primera palabra...

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    P R I M E R A P A L A B R A

    Alguna vez escribí que noexiste hoy una mujer enEspaña que pinte con

    tanta fuerza, contanta tenazvo-cación, con amor tan intenso ala pintura como Mercedes Gó-mez-Pablos. Los abstractos re-sueltos en azules, manchados alaespátula, los rojosderrotados,los sepias temblorosos, los des-piadados negros son como ungrito del alma. Las puertas deGómez-Pablos y las obsesivasventanasentreabrennosesabebien si la gloria o el infierno.Las flores estallan de luz, y hú-medas, como si el cielo llorasea lágrima viva sobre ellas. Losdesnudos tejen en el lienzo lapiel adolescente, las caderas enagraz, las lentas rodillas, los pe-chos insolentes, los erizadosmontes, el furor de los ojos, lazozobra de las caricias… Y lasbocas, indecisas tal vez para elbeso, quizá para el mordisco.Huelen los desnudos de Mer-cedes Gómez-Pablos a hembradefinitiva. La pintora es la ena-morada de Neruda que “cortójacintos para tu lecho, y rosas”.

    Salí de la exposición de Gó-mez-Pablos en la Galería Al-fama zarandeado por la nostal-gia y por los días azules. Lapintora homenajea a AntonioMingote, compañero del alma,

    compañero, pintando el Ma-drid mortal y rojo. Su paleta, suespátula, se estremece toda-vía entre el temor y el temblor.Fernando Lázaro Carreter en-mendó la plana a Camilo JoséCelayescribió que, ensus lien-zos, Mercedes Gómez-Pablossiente el dolor de los demás,el sufrimiento de los desfavo-recidos, la oquedad de la vidaque se adensa en Sartre, tal vezporque el ser es un ser para lanada, es un ser para la muerte.

    LapinceladadeGómez-Pa-blos no se desliza. Se desgarra.Francisco Umbral, que era elmejordetodosnosotrosysuau-sencianosgritaconvocescalla-das, seenamoróde laexpresiónartísticade lapintorayescribió:“MercedesGómez-Pabloscor-

    ta la materia, la castiga, la so-mete a un espatulazo reitera-do y certero. Ha pasado deaquellos azules líricos a unosocrescasiépicos.Hayenlapro-gresión de su obra una epifa-nía de la materia cada vez máscruda, castigada y cierta”.

    Desde hace cincuenta añossigo la obra de Mercedes Gó-mez-Pablos y su peripecia ar-tística en Chile, en EstadosUnidos, enFrancia, en los forosdispersos de Europa y Améri-ca. No me ha decepcionadonunca. Las meninas mágicasy azules que presenta en estaexposición rinden homenaje aVelázquez desde la última mo-dernidad. Su retrato de Caro-lina es sencillamente un prodi-gio.AntonioMingotedescribió

    a Mercedes Gómez-Pabloscomo a “una de las pintorasmás libresydivertidasde lahis-toria”.No le falta razónalgeniodel humor. De lo figurativo a loabstracto la pintora lo desbordatodo. Tengo en la retina su tau-romaquia en la que da conti-nuidad a Goya, a Doré, a Dalí,a Picasso, a Barceló… Se nece-sita una audacia altivamenteprovocadora para escapar dela figuración al pintar el balletdel arte y el valor que es la co-rrida taurina y trasladarla al es-pectador solo con los coloresque la vertebran y emocionan.

    Mercedes Gómez-Pabloses ferozmente independien-te. No pertenece a ninguno delos circuitos que manejan loséxitos y las prebendas. Pero nilos silencios ni los desdeneshanpodidooscurecer lacalidadde su obra. Permanece incó-lumea lasasechanzas de losex-cluyentes, los envidiosos y losmediocres. Gómez-Pablos fi-gura hoy para la crítica inter-nacional en el grupo de cabe-za del arte español, sobre elmismo filo de la última van-guardia, en el borde de las ins-talaciones,entre lasvidesabier-tas de la ebriedad, agitada porlos sarmientos nuevos de la pa-sión fugaz. ●

    Cortó jacintos para tu lecho, y rosas

    L U I S M A R Í A A N S O Nde la Real Academia Española

    Vale la pena resaltar la opinión de Vicente Aleixandre, elgrande: “Arrabal aparece teñido de una luz moral que está

    en la materia misma de su arte”. El dramaturgo, el novelista, elpoeta, el filósofo, el pintor es uno de los pocos nombres interna-cionales de nuestra república de las letras. Ha cumplido 80 años yno ha recibido el homenaje que se merecía. Somos pocos los que he-mos escrito sobre la celebración. Raúl Herrero ha tenido el acier-to de agavillar en Arrabal 80 infinidad de testimonios sobre la sig-nificación literaria del autor de tantas obras célebres, instaladosiempre en la ceremonia de la confusión y en las palabras del absurdo.El lector del libro de Herrero advertirá la dimensión real deese escritor y artista excepcional que es Fernando Arrabal.

    Z I G Z A G

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  • Edita Prensa Europea S.L.Avenida de San Luis, 25

    Madrid - 28033Tel.: 91 443 64 39-36-43 Fax: 91 443 65 36

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    EL CULTURAL se vende conjuntamentecon el diario EL MUNDO.

    Imprime Calprint. Dpto. legal: M-4591-2012

    Críticos: Juan Avilés, Rafael Banús, DavidBarro, Ángel Basanta, J.M. Benítez Ariza, Túa

    Blesa, Ernesto Calabuig, Pilar Castro, José LuisClemente, Antonio Colinas, Jacinta Cremades,J. Javier Etayo, Miguel Fernández-Cid, Carlos

    F. Heredero, José Andrés-Gallego, AntónGarcía-Abril, Pilar García Mouton, Francisco

    García Olmedo, D. Giralt-Miracle, ÁlvaroGuibert, Germán Gullón, José Antonio Gurpegui,

    Abel H. Pozuelo, Javier Hontoria, JoaquínMarco, J. Marín-Medina, Jacobo Muñoz, Nadal

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    Ribal, Luis Ribot, Víctor del Rio, O. Ruiz-Manjón,A. Sáenz de Zaitegui, Felipe Sahagún, Care

    Santos, Bernabé Sarabia, S. Sanz Villanueva,Ricardo Senabre, P. Tedde de Lorca, J.M.

    Velázquez-Gaztelu, J. Vidal Oliveras, Rocío de laVilla, Javier Villán, Darío Villanueva, Luis A. de

    Villena y Elena Vozmediano

    EL CULTURALPresidente

    Luis María Anson

    DirectoraBlanca Berasátegui

    Jefes de RedacciónNuria Azancot, Javier López Rejas

    Jefe de SecciónPaula Achiaga

    RedacciónDaniel Arjona, Marta Caballero,Bea Espejo, Benjamín G. Rosado,

    Alberto Ojeda, Rubén Vique

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    PORTADAEl psicólogo y neurocien-tífico de la Universidad deHarvard Steven Pinker.Álbum-KPA-ZUMA

    3. PRIMERA PALABRACortó jacintos para tu lecho, y rosas, POR LUIS MARÍA ANSON

    LETRAS

    8. Steven Pinker: “Las estimaciones muestran un pro-nunciado descenso de la violencia”, POR DANIEL ARJONA11. El libro de la semana. Los ángeles que llevamosdentro, de S. Pinker, POR PETER SINGER14. Luis Landero. Absolución, POR SANTOS SANZ VILLANUEVA15. Andrés Trapiello. Ayer no más, POR RICARDO SENABRE16. Francisco Rivas. 1212. POR MARÍA ELENA CRUZ VARELA17. T. Bernhard. Goethe se muere, POR GERMÁN GULLÓN17. Ken Follet. El invierno del mundo, POR NADAL SUAU18. Tomas Tranströmer. Air mail. POR A.S. DE ZAITEGUI20. Jon Lee Anderson. La herencia colonial, POR F. SAHAGÚN20. Seidman. La victoria nacional, POR R. NÚÑEZ FLORENCIO22. Damiano. Porque la vida no basta. Encuentros conMiquel Barceló, POR JOSÉ PARREÑO23. Infantil y juvenil, POR CECILIA FRÍAS24. Libros más vendidos25. Mínima molestia, POR IGNACIO ECHEVARRÍA

    ARTE

    26. La isla del tesoro, exposición de la Fundación JuanMarch, convertida en cuento, POR AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO29. David Lamelas, crimen eterno, POR ELENA VOZMEDIANO30. El clima tropical de Ana Roldán, POR BEA ESPEJO31. David Goldblatt en Elba Benítez, POR MARIANO NAVARRO31. Alain Urrutia, regreso al futuro, POR ABEL H. POZUELO32. La ballena negra vive en el MARCO, POR DAVID BARRO33. Alexandra Mir en Barcelona, POR JAUME V. OLIVERAS34. Arquitectura. Martín Lejarraga y su proyecto enTorre Pacheco, POR INMA E. MALUENDA/ENRIQUE ENCABO35. Observatorio. Bienvenido Little Printer, POR JOSÉLUIS DE VICENTE

    ESCENARIOS

    36. La mejor generación de directores de orquestade España pide paso, POR RUBÉN AMÓN40. Autores: del Siglo de Oro al Siglo de Ahora.42. Mercé, al cante primitivo, POR J. M. VELÁZQUEZ-GAZTELU

    CINE

    44. Entrevista con Paul Schrader, que estrena Adamresucitado, POR CARLOS REVIRIEGO46. Cronenberg llega a Cosmópolis, POR C.R.

    CIENCIA

    48. José Enrique Campillo nos habla de El monoestresado, su último libro, POR JAVIER LÓPEZ REJAS

    50. AL PIE DEL CAÑÓN. Las vidas secretas, POR J.J. AR-MAS MARCELO

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  • El héroe discreto

    JAMES JOYCE

    FRANK MCGUINNESS

    JONÁS TRUEBA

    MARIO VARGAS LLOSA

    JAVIER MARÍAS

    Me preocupa resolver lacontradicción entre el elitismo de laspropuestas culturales de riesgo y lavocación de ser popular. Que losproyectos artísticos encuentren suúnico receptor en un cenáculo deiniciados. Desearía que no habláramossolo para el que ya sabe. Que los quetomamos la palabra aprendiésemos decada interacción, hallando el equilibrioentre la permeabilidad y las conviccio-nes. Estas inquietudes se avivan ante elrecorte al que el gobierno somete a lacultura, identificándola con elentretenimiento y al entretenimientocon lo accesorio.También me acuerdo de esta cuestióncuando Bisbal actúa en el Real, elCarnegie Hall, el Royal Albert Hall, yparece que se amortigua el conflictoentre el gusto popular y la exquisitez delas élites. Pero lo popular y locomercial no son sinónimos, y tal vezno conviene asumir acríticamente laexigencia de rentabilidad impuesta a lacultura.Los mercaderes irrumpen en un lugarque nunca debió ser templo y, en unavoltereta paradójica, parece que sololas moneditas de oro desacralizan elaltar de la cultura y la “popularizan”.Algo –perturbador, incluso maligno–no encaja en la composición del cuadro.Una imagen resume mi concepción de lacultura popular en sintonía con lapopularización de la cultura. No es la deBisbal mientras canta Bulería sobre elescenario del Royal Albert Hall.Es otra: la London Symphony Orchestratoca en mitad de la plaza de un pueblo.Al lado, la churrería y el puesto dechoripanes. La tómbola, respetuosa-mente, ha dejado de funcionar, peroreanudará sus actividades en cuantoacabe el concierto.

    L A P A P E L E R A

    J U A N P A L O M O

    N IH A B L A R

    M A R T A S A N Z

    Captura este código para opinaren el blog de Juan Palomo

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    Releo, una vez más, las Vidas escritas de Javier Marías (sigue siendopara mí su mejor libro) y reconozco en las manías de uno de los per-sonajes que leson(yson)menossimpáticos,JamesJoyce, la de un ilus-tre académico español que al menos hasta su segundo matrimoniose comportaba igual que el autor del Ulyses a la hora de comer: nosólo no decía palabra al resto de los comensales sino que esperaba quele entretuvieran hasta acabar. Luego, el poeta hacía lo mismo (si co-mía con su mujer), y le daba conversación, ardiera el mar o no, siem-pre en el mismo restaurante, y con el mismo menú.

    A pesar del aquelarre de sus compromisos, ese ser requerido y es-tar en todas partes, Mario Vargas Llosa ha terminado su próximanovela, que posiblemente titulará El héroe discreto. Todavía sus edi-tores no la han leído, pero ya les adelanto que está ambientada enel Perú de hoy, y que Lima y Piura tienen especial protagonismo.

    Si lavidanovaal cine,el cinedebe ir a lavida.Esohadebidodepen-sar JonásTrueba.Después de debutar con una de las óperas primamás sorprendentes y hermosas del cine español (Todas las cancioneshablan de mí), el cineasta, como tantos otros jóvenes, no ha encon-trado forma de financiar su segundo largometraje. No se ha queda-do quieto en todo caso. En las calles de Madrid, con un equipo mí-nimo y actores que reunía cuando estaban disponibles, ha rodado Losilusos. Es en blanco y negro y ¿saben de que trata?: un grupo de ac-tores que esperan poder rodar una película. El cine, la vida...

    Tirso de Molina recorre Londres. El National Theatre acaba de es-trenar El condenado por desconfiado en versión “vibrante”, segúnse pregona en la cartelera británica, del dramaturgo y poeta irlandésFrank McGuinness. Y es que nuestro gran repertorio escénico em-pieza a conquistar los escenarios anglosajones, tan dedicados a las ex-celencias de Shakespeare pero tan cerrados a nuestros clásicos.

    Yuki Manuela Janke, ganadora del Concurso de Violín Pablo Sara-satede2007, sehavisto involucradaenunadesagradablepolémica,después de que las autoridades alemanas le confiscaran su Stradi-varius en el aeropuerto de Frankfurt. Lebrecht ha denunciado ensu blog el silencio de la prensa local, a la que tacha de racista. ●

    C UENTA 140 | EL FUTUROEL MICRORRELATO GANADOR DE ESTA SEMANA EN LA WEB

    “Construyó su máquina del tiempo, pero por más que viajó al futuro,

    nunca conoció otra cosa que el presente.

    PILAR RUIZ (55)

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  • 8 E L C U L T U R A L 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2

    Steven Pinker“Si los activistas no dijeranque las cosas empeoran,¿quién los escucharía?”

    Asesinatos, violaciones,

    torturas, ataques pre-

    ventivos, guerras, geno-

    cidios. Nuestra era regó

    el tronco de la civilización

    con la sangre de millones

    de víctimas y parece jus-

    to premiarle con el títu-

    lo a la más violenta de la

    historia. Pero las metá-

    foras no resisten bien la

    realidad. Reservemos la

    tétrica medalla y suspi-

    remos aliviados. Nunca

    época alguna fue más

    pacífica que la nuestra.

    Es la tesis a la contra del

    psicólogo y neurocientí-

    fico de Harvard Steven

    Pinker plasmada en su li-

    bro Los ángeles que lle-

    vamos dentro, que publi-

    ca Paidós la semana

    próxima. Nacer en el

    sangriento siglo XX fue

    cinco veces más seguro

    que hacerlo en una idílica

    comunidad tribal. Pero

    esperen, el asombro

    acaba de empezar.

    L E T R A S

    ÁLBU

    M-K

    PA-Z

    UMA

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  • 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2 E L C U L T U R A L 9

    El optimismo siempre tuvomala prensa. Desalojado lo po-sitivo de las portadas de los pe-riódicos por una interminablesecuencia de perros que muer-den niños y niños que muerdenperros, la pesadumbre anegóideologías y modos de pensa-miento, estudios y políticas.Gramsci clamó desde la cárcelpor el optimismo de la voluntadpues a una razón que curiosea-ra honestamente en torno suyosólo le cabía el pesimismo. Pero,de pronto, la ciencia brindó unainsospechada zapa aloptimismoa golpe de razón.

    Una nueva generación decientíficos ha peleado en las úl-timas décadas por recuperar lapocofotogénicadefensadelpro-gresohumano.Elpsicólogocog-nitivo Steven Pinker (Montreal,1954) es uno de ellos. En 1981quedó atónito al toparse conunas gráficas que mostrabanque la Inglaterra del siglo XXera un 95% más pacífica que ladel XIV. De 110 homicidiosanuales cada 100.000 personasse había pasado a 1. Sólo 1.Cómo no tirar de ese hilo, unhilo que se convirtió en tela dearaña que atrapó a todo el pla-neta y a la totalidad de la histo-ria humana en forma de un librosobre el declive de la violencia:Los ángeles que llevamos dentro.

    De sus más de mil páginas,las primeras 628 forman filascomo una fortificada legión dedatos,gráficasy fuentesquedanfe de un vertiginoso descensode la violencia desde las sor-prendentemente belicosas so-ciedades de cazadores recolec-tores hasta nuestro muy pacíficopresente. El ejército documen-talnunca fuemásnecesarioparaprobarunaafirmaciónque,al ser

    mencionada en una cena deamigos, suscita, en los mejorescasos, sonrisas escépticas.

    Pregunta:¿De qué forma lesexplicamos que, como ustedafirma, “vivimos en la socidadmenos violenta de la historia”?

    Respuesta: Sus amigos de-berían recordar dos lecciones delas clases de matemáticas. Laprimera es que la estimaciónde una tasa necesita tanto de unnumerador como de un deno-minador. En el caso de las ta-sas de violencia, este último se-ría el número de ocasiones enque la violencia se produce. Susamigos nunca ven a un repor-tero informando desde una ciu-dad pacífica de que, “por vigé-simo tercer año consecutivo, noha habido guerras en Nicara-gua (o en Angola, Vietnam oBangladesh)”. Las noticias tra-tan de cosas que ocurren, nuncade las que no ocurren. Tampocovemos a nadie a la puerta de unhospital anunciando:“Sieteper-sonas han muerto hoy de vie-jas”. La segunda lección mate-mática es que una tendenciaconsta de, como mínimo, dospuntos en el tiempo, nunca deuno. Afirmar que “hay violenciahoy, luego el mundo es más vio-lento que nunca” es la conse-cuencia de estos dos sencilloserrores.Enrealidad, todas lases-timaciones sobre el número deguerras y de muertos muestranun pronunciado descenso.

    EL SESGO DE LA MEMORIA

    P: ¿Qué tipo de autoengaño nospermite pensar que la violenciaha aumentado?

    R: La gente calcula probabi-lidades a raíz de los ejemplosque puede recordar. Pero la me-moria humana está sesgada y fa-

    vorece la retención de episodiospersonales vívidos y tórridos.Recordamos las explosionesy lasangre, pero no tenemos men-talmente presente a toda lagente que ha muerto en paz.Además, nuestra mentalidadcambia, y nos hace más sensi-bles a la violencia que aún per-manece. Hace 200 años, nadiehubiera considerado la penade muerte como una forma deviolencia –lo habrían llamadojusticia–, y al bullying entre me-nores lo habrían llamado chiqui-lladas. Sin embargo, hoy nospreocupa mucho más, y por esovemos más violencia a nuestroalrededor.

    P: La idea del buen salvajerousseauniano que pintó como

    idílicas a las sociedades tribaleses de nuevo el centro de sus ata-ques. ¿Qué debiera asustarnosmás, vivir una guerra entre tri-bus o una guerra mundial?

    R: Hablando proporcional-mente, las posibilidades de mo-rir en batalla están en el mismorango. En conjunto, vivir en elsiglo XX resultaba al menos cin-covecesmásseguroquevivirenuna sociedad tribal.

    P: ¿Rousseau es el enemigopúblico número uno?

    R: Como todos los grandespensadores, tenía ideas de di-versa índole. Algunas de ellaseran erróneas –como el mito delbuen salvaje– o incluso peligro-sas–comolavisiónrománticadelos cambios revolucionarios–,pero otras de sus ideas eran hu-manas –como que los niños de-

    ben ser educados en vez de cas-tigados– e importantes –comosus novelas en las que suscitala empatía del lector.

    EL PESO DE LA CULTURA

    En 2002, en su monumental Latabla rasa (Paidós, 2005), Pinkerdesmontaba la creencia de quela cultura trabaja como un alfa-reroymoldeaavoluntadunana-turaleza humana no muy dife-rentedeunbloquedeplastilina.La evolución y la genética se al-zaban como los principales res-ponsables de nuestra conduc-ta. En aquel libro fascinaba, porejemplo, el relato de aquel parde gemelos univitelinos que,separados al nacer y criados porfamilias completamente dife-

    rentes, descubrían al encontrar-se,yaen laedadmadura,nosóloque vestían igual, escuchaban lamisma música y votaban al mis-mo partido sino que... ¡ambosestornudaban en el ascensorcuando loencontrabanatestado!Pero, ¿y ahora? Si nuestros ge-nes violentos pueden someter-se, ¿es que ha mejorado su valo-ración del peso de la cultura enla conducta?

    R: No es cierto, La tabla rasano afirmaba que la cultura fueseirrelevante, sino que el error es-triba en considerar que la cul-tura y la naturaleza humana sonalternativas. La tabla rasa man-teníaunaampliadiscusiónsobrela cultura –incluido un capítuloenterodedicadoalasunto–,peroargumentaba que la cultura noes una fuerza autónoma que se

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    Nunca vemos a un reportero informando desde una ciu-

    dad pacífica que, por vigésimo tercer año consecutivo, no ha

    habido guerras en Nicaragua (o Angola, Vietnam o Bangladesh)”

    Pag 08-13.qxd 05/10/2012 20:39 PÆgina 9

  • escriba sobre una tabla rasa o sir-va para moldear una arcilla, sinoque emerge como resultado deque la gente comparte el cono-cimiento entre sí y trabaja paraalcanzar acuerdos acerca decómo vivir.

    P: ¿Y cuál ha sido esa estra-tegia cultural que ha logradoencadenar a nuestros peoresdemonios?

    LAS CINCO FUERZAS PACIFICADORAS

    R. Identifico cinco esencialesfuerzas pacificadoras: el gobier-no, que penaliza la agresión; elcomercio, que hace que otraspersonas sean más valiosasvivasquemuertas;el cosmopolitismo,que anima a la gente a empati-zar con los demás; la feminiza-ción, que devalúa al machismoy a las culturas violentas basadasen el honor, y la expansión dela razón, que considera la vio-lencia como un problema cercade su resolución.

    P: Afirmaqueel intercambiocomercial es un beneficiosoagente pacificador. Hoy, en ple-na crisis mundial, con los mer-cados en el centro de todas lascríticas, ¿cómo se atreve a rei-vindicar su fuerza civilizadora?

    R: ¿Ha invadido Alemaniaa Grecia a causa de la crisis? ¿IráGran Bretaña a la guerra contraEspaña? ¿Están China y Esta-dos Unidos a punto de enfren-tarse en una guerra? La reduc-ción de la violencia no significaque todos los problemas huma-nos se vayan a evaporar mági-camente, o que las tensiones yconflictos vayan a desaparecer.Únicamente significa que novan aderivar enbatallas con tan-quese intercambios deartillería,como ocurría en el pasado.

    P: Heinrich Heine escribióque las ideasdeunsolitariopen-sador pueden destruir civiliza-ciones. Pero usted afirma que

    otras ideas, como las de Kant,pueden también mejorarnos.

    R: Tristemente, es muchomás fácil para un solo individuo–un Hitler, un Stalin, un Mao–provocar un gran daño que ha-cer mucho bien. Muchas de lasfuerzas benévolas que descri-bo han aparecido a través decambios graduales de mentali-dad que, poco a poco, se han ex-tendido entre la población, perono debido a la influencia de unsolopensadoro líder.Peseaello,

    existen algunos pensadores he-róicos en lo que respecta a la re-ducción de la violencia. Citarétres ejemplos: Cesare Beccaria,cuyo análisis de los castigos cri-minales ayudó a abolir torturasdetestables; los forjadores dela Declaración de la Indepen-dencia y la Constitución deEE.UU., que establecieron laconveniencia de la democracialiberal, y Mahatma Gandhi, queexplicó la lógica de la resistenciano violenta.

    EL FRACASO DEL TERRORISMO

    P: España ha sufrido durantemuchos años la ideología vio-lenta de la banda terrorista deETA. ¿Cómo podemos defen-dernos de las ideas asesinas?

    R: Lateoríacomúnmenteci-tada de que un cambio socialprogresivo sólo puede alcanzar-se mediante la violencia es ver-daderamente una idea criminal,y no responde a los hechos. La

    inmensa mayoría de los movi-mientos terroristas no logran niuno solo de sus objetivos.Queno haya un estado vasco inde-pendiente es uno de tantosejemplos (tampoco hay enQuebec, Palestina, Kurdistán,Tamil, Eelam...). Además, unreciente estudio ha mostradoque los movimientos de resis-tencia no violenta, como los deFilipinas,SuráfricayEgipto, tie-nen el triple de posibilidades deconducir a cambios de régimenque los movimientos de resis-tenciaviolenta.Megustapensarque, si estos hechos fuesen másconocidos, habría menos movi-mientos violentos.

    P: Precisamente el mundomusulmán es hoy uno de los fo-cos principales de violencia. ¿Esusted optimista sobre el resul-tado de las revoluciones árabes?¿Qué quedará? ¿Democracia ofanatismo religioso?

    R: Nadie lo sabe, pero la his-toria nos enseña que, cuandose pone en marcha una campa-ña mundial para eliminar algu-na práctica violenta, a largo pla-zo triunfa. La esclavitud fue unavez legal en todas partes delmundo, y los movimientos abo-licionistas del siglo XVII po-drían haberse tachado de ro-mánticos e inútiles. No triun-faron inmediatamente –enEE.UU., hubo una Guerra Civilpor este asunto–, sino que fue-rongradualmenteconquistandoelmundo, incluidos lospaíses is-lámicos, como Arabia Saudí oYemen, donde no la abolieronhasta 1962, y Mauritania, quefue el último Estado en abolirla,en 1980. Lo mismo puede ocu-rrir con las campañas contra lasdictaduras, la guerra y la violen-cia contra las mujeres: llevará al-gún tiempo que penetren en laszonas más atrasadas del mundo,pero la historia está de su lado.

    Seis tendencias, cinco fuer-zas históricas, cinco demoniosinteriores y nuestros cuatro me-jores ángeles completa el estu-dio de Pinker, una narraciónbien divertida, pese a los mues-trarios de torturas y las efusionessanguíneas, en la que por pri-mera vez se registra qué hemoshecho bien después de todo.

    MORALISTAS Y ACTIVISTAS

    P:¿Esesasuúltimaprovocación,que a estas alturas del partidoel Bien gana por ahora al Mal?

    R: Hay un principio generalde la Psicología según el cual elMal es psicológicamente máspoderosoqueelBien.Prestamosmás atención, y nos afectan máslos acontecimientos malos quelos buenos, incluso cuando losbuenossonintensos.Lascríticasduelenmásdeloqueayudanloselogios.Lagentedetestaperdermásaúndeloquedisfrutaganar.Resulta fácil imaginarse en unestadomuchopeoral actualqueen otro mucho mejor. Además,los moralistas y activistas políti-cos tienen incentivos para decirque las cosas son terribles y es-tán empeorando; de otra forma,¿quién los escucharía?”.

    P: Tiene fama de ser unpensador a la contra. ¿Le gustasentirse un destructor de mitos?

    R: Como psicólogo, soy lapeor persona posible para eva-luarmipropio rol.Aunque,enelfondo, me gusta pensar que es-toy buscando verdades, expli-caciones y entendimiento. Loque a veces implica criticar mi-tos que veo que se interponenen el camino hacia la compren-sión. Pero mi motivación pri-maria tiene más de positiva (ex-plicar cosas) que de negativa(criticar cosas). DANIEL ARJONA

    1 0 E L C U L T U R A L 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2

    La teoría comúnmente

    citada de que un cambio so-

    cial sólo puede alcanzarse

    mediante la violencia es

    verdaderamente una idea

    criminal que además no

    responde a los hechos”

    L E T R A S S T E V E N P I N K E R

    Lea en un adelanto de Los ángeles quellevamos dentro en www.elcultural.es

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    No es habitual que el subtítulode un libro lo malvenda, peroLosángeles que llevamosdentronosdice mucho más acerca de porqué ha disminuido la violencia.Pinker, catedrático depsicologíaen la Universidad de Harvardque se dio a conocer por El ins-tinto del lenguaje aborda algunasde las preguntas más importan-tes que podemos hacernos: ¿sonlos seres humanos esencial-mentebuenosomalos? ¿El siglopasadohasido testigodeunpro-greso moral o de un hundi-miento moral? ¿Tenemos razo-

    nes para mostrarnos optimistasrespecto al futuro?

    Si esto les suena como un li-bro que les gustaría leer, espe-ren, hay más. En 1.000 páginasrepletas de información, Pinkertambién escribe de un montónde asuntos más concretos. Heaquí una muestra: ¿Qué le de-bemos a la Ilustración? ¿Existeun vínculo entre el movimientode los derechos humanos y lacampaña por los derechos de losanimales? ¿Por qué el porcenta-je de homicidios es superior enlos estados del sur de EE.UU.que en los del norte? ¿Son he-reditarias las tendencias agresi-vas? ¿La disminución de la vio-lencia en ciertas sociedadesconcretas podría atribuirse a un

    cambio genético en los miem-bros de las mismas? ¿Qué rela-ción guarda el coeficiente inte-lectual de un presidente con elnúmero de muertes en comba-te en guerras en las que ha par-ticipado Estados Unidos? ¿Nosestamos volviendo más inteli-gentes? ¿Un mundo más inte-ligente es un mundo mejor?

    En su búsqueda de respues-

    tas, Pinker echa mano de las in-vestigaciones recientes en loscampos de la historia, la psico-logía, la ciencia del conocimien-to, la economía y la sociología. Yno tiene miedo a aventurarse enaguas filosóficas más profundas,como la función que desempe-ña la razón en la ética y la pre-gunta de si, sin religión, algunasopiniones éticas pueden funda-mentarse en la razón y otras, no.

    La tesis central de Los ánge-les que llevamos dentro es quenuestra época es menos violen-ta, menos cruel y más pacíficaque cualquier periodo anteriorde la existenciahumana. La dis-minución de la violencia se re-fiere a la violencia dentro de lafamilia, en los vecindarios, entrelas tribus y entre los Estados.Las personas que viven en la ac-tualidad tienen menos posibi-lidades de morir de muerte vio-lenta o sufrir por la violencia o lacrueldad que otros que las per-sonas que han vivido en cual-quier siglo pasado.

    Pinker da por sentado quemuchos de sus lectores se mos-trarán escépticos por esta afir-mación, así que dedica seissustanciosos capítulos a docu-mentarla. A lo mejor esto sue-na a bodrio pero, para cualquie-ra que esté interesado encomprender la naturaleza hu-mana, el material es fascinantey, cuando la cosa se pone dura,Pinker sabe aligerarla con co-mentarios irónicos y un toquede humor.

    El autor arranca con los es-tudios sobre las causas de muer-teen losdistintospueblosyépo-cas. Algunos estudios se basanen los esqueletos encontradosenyacimientos arqueológicos; elpromedio de los resultados in-dica que el 15% de los humanosprehistóricos murió de muerteviolenta a manos de otra perso-

    L I B R O D E L A S E M A N A L E T R A S

    Los ángeles que llevamos dentroEl declive de la violencia y sus implicaciones

    STEVEN PINKER

    Traducción de Joan Soler Chic,

    Paidós. Barcelona, 2012

    1.103 páginas. 42 euros.

    La tesis central de Los ángeles

    que llevamos dentro es que

    nuestra época es menos vio-

    lenta, menos cruel y más pací-

    fica que cualquier periodo an-

    terior de la existencia humana

    L A D U R E Z A D E L A V I D A E N L A E D A D M E D I A . D E T A L L E D E L L I B R O D A S M I T T E L A T E R L I C H H A U S B U C H , 1 4 7 5 - 1 4 8 0

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  • na. La investigación de las so-ciedades contemporáneas o decazadores-recolectores más re-cientes ofrece una media llama-tivamente similar, mientras queotrogrupodeestudioscentradosen las sociedades pre-estatalesen las que hubo horticulturamuestra un porcentaje aún ma-yor de muertes violentas. Encambio, entre las sociedades es-tatales, la más violenta parecehaber sido el México azteca, enla que el 5% de los ciudadanosmurió a manos de otros. En Eu-ropa, incluso durante los perio-dos más sangrientos –el XVII yla primera mitad del XX– lasmuertes en las guerras rondaronel 3%. Los datos confirman laidea principal de Hobbes deque, sin un Estado, lo probablees que la vida sea “desagrada-ble, brutal y corta”. Sin embar-go, un monopolio estatal sobreel uso legítimo de la fuerza re-duce la violencia. Pinker lo lla-mael“procesodepacificación”.

    No son sólo las muertes en

    las guerras, sino tam-bién los asesinatos, loque disminuye a lar-go plazo. Incluso esospueblos tribales en-salzados por los an-tropólogos por su“amabilidad”, comolos semai de Malasia,los kung del Kalahariy los inuit del ÁrticoCentral, resultan te-ner unos índices deasesinatos que son,en relación con la po-blación, comparablesa los de Detroit. EnEuropa, la probabili-dad de ser asesinadoes ahora menos de ladécima parte, y en al-gunos países solo la quinceavaparte, de la que uno habría te-nido de haber vivido hace 500años. Los índices de EE.UU.también han disminuido con-siderablemente en los dos o tresúltimos siglos. Pinker consideraqueestadisminución formapar-

    te del “proceso de civilización”.Durante la Ilustración, en la

    Europa de los siglos XVII yXVIII y en los países bajo in-fluenciaeuropea, tuvo lugarotrocambio importante. La genteempezóaobservarconrecelo lasformas de violencia que ante-

    riormente se habíandado por sentadas: laesclavitud, la tortura,el despotismo, losduelos y las formasextremas de castigocruel. Incluso empe-zaron a alzarse vocesen contra de la cruel-dad con los animales.Pinker se refiere aesto como la “revolu-ción humanitaria”.

    Comparadacon elrelativamente pacífi-co periodo que vivióEuropa tras 1815, laprimera mitad del si-glo XX parece la caí-da en picado en unabismo moral sin pre-

    cedentes. Pero en el siglo XIII,las brutales conquistas mongo-las acabaron con 40 millones depersonas –no tan lejos de los 55millones que murieron en la Se-gunda Guerra Mundial —en unmundoquesólo tenía la séptimaparte de la población de media-

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    LOS CINCO DEMONIOS

    El futurólogo estadounidense Michio Kaku pronosti-ca un mundo perfecto. Devoto del progreso, sugiereque dentro de algunos años la ciencia médica conse-guirá detener el proceso de envejecimiento celular,lo que condenaría a la Muerte al paro. Pobrecilla. Sólole quedará la opción de la violencia; pero..., un mo-mento, al parecer tampoco pintan bien las cosas porese flanco. Lo afirma el profesor Steven Pinker, quien,a pesar de la tele y los periódicos, sostiene que cadavez hay menos asesinatos, genocidios y guerras. Laeducación, el efecto amansador de las mujeres, la evo-lución al alza del cociente intelectual, van logrando quela especie tome gusto a la empatía y refrene sus cin-co demonios: el impulso depredador, el afán de do-minio, el fanatismo ideológico o religioso, la vengan-za y el sadismo. Así lo certifican antiguos esqueletos,la literatura y las estadísticas. Corolario: anda suel-ta una banda de optimistas. FERNANDO ARAMBURU

    L E T R A S E L D E C L I V E D E L A V I O L E N C I A

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  • dos del siglo XX. Los mongo-les rodeaban y masacraban a susvíctimas a sangre fría, igual quehacían los nazis, aunque solo te-nían hachas de guerra en lugarde pistolas y cámaras de gas.

    Desde 1945, hemos sido tes-tigos deun nuevo fenómeno co-nocido como la “larga paz”: des-de hace 66 años, las grandespotencias, y los países desarro-llados en general, no han libra-do guerras entre ellas. Más re-cientemente, desde el final dela Guerra Fría, una “nueva paz”más amplia parece haberse con-solidado. Por supuesto, no esuna paz total, pero se ha produ-cido una disminución de todaslas clases de conflictos organiza-dos, entre ellos las guerras civi-les, los genocidios, la represióny el terrorismo. Pinker admiteque quienes siguen la informa-ción de los medios de comuni-cación tendrán una especial di-ficultad para creerlo pero, comosiempre, presenta estadísticaspara respaldar sus afirmaciones.

    La última tendencia queaborda Pinker es la “revoluciónde los derechos”, la repugnan-cia por la violencia infligida a lasminorías, las mujeres, los niños,los homosexualesy los animalesa lo largo del último medio siglo.Por supuesto, Pinker no sostie-ne que estos movimientos ha-yan logrado sus objetivos, peronos recuerda lo lejos que hemosllegado en poco tiempo.

    ¿Cuál ha sido la causa de es-tas tendencias beneficiosas?Esta pregunta representa un es-pecial desafío para un autor queha argumentado sistemática-mente en contra de la idea deque los humanos seamos hojas

    en blanco sobre las que la cul-tura y la educación dibujannuestro carácter, bueno o malo.No ha transcurrido el tiemponecesario para que los cambiosse deban a la evolución genéti-ca.Por tanto, ¿nodemuestran lastendencias que Pinker describeque nuestra naturaleza es másun producto de nuestra culturaque de nuestras característicasbiológicas? Esa forma de expre-sarlo da por sentada una dico-tomía simplista de naturaleza yeducación. Para los lectores fa-miliarizados con la literatura so-bre psicología evolutiva y sutendencia a disminuir la impor-tancia que la razón tiene en elcomportamiento humano, el as-pecto más sorprendente de laexplicación de Pinker es que elúltimo de los “mejores ángeles”sea la razón.

    Los ángeles que llevamos dentroes un libro sumamente impor-tante. Que abarque semejantecantidad de investigaciones re-partidaspor tantoscamposesun

    logro magistral. Pinker mues-trade forma convincente quehahabido una disminución espec-tacular de la violencia y resultapersuasivo en cuanto a las cau-sas de dicha disminución. ¿Peroqué hay del futuro? Nuestromejor conocimiento de la vio-lencia,delqueel librodePinkeres un ejemplo, puede ser unaherramienta valiosa para man-tener la paz y reducir el crimen,pero hay otros factores en juego.Pinker es un optimista, perosabe que no hay ninguna garan-tía de que las tendencias que hadocumentado se mantengan.Ante las teorías de que el rela-tivamente pacífico periodo ac-tual va a saltar por los aires porun “choque de civilizaciones”con el islam, por el terrorismonuclear, por la guerra con Iráno las guerras provocadas por elcambio climático, nos da moti-vos para pensar que tenemosbastantesprobabilidadesdeevi-tar esos conflictos, pero no másque eso. PETER SINGER

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    L I B R O D E L A S E M A N A L E T R A S

    Pinker es un optimista pero

    sabe que no hay garantía de

    que las tendencias que docu-

    menta se mantengan. Tenemos

    posibilidades de evitar próxi-

    mos conflictos pero nada más NEWYO

    RKTI

    MES

    BOOK

    REVI

    EW

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  • 1 4 E L C U L T U R A L 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2

    La novela de ideas supone unenorme reto. Casi excepcionales lograr el grado de maridajeentre ensayismo e interés narra-tivo de Thomas Mann en Lamontaña mágica. La gran dificul-tad reside en darle auténtica en-carnadura novelesca a la proble-mática propia del pensamiento.Ya en su primer libro, Juegos de laedad tardía, Luis Landero (Al-burquerque, Badajoz, 1948),pusoen juegounrecursodeple-na eficacia para afrontar esameta: disponer historias fuerte-mente emocionales y anecdóti-camente sugestivas como co-bertura de una reflexión filo-sófica y antropológica.

    El acierto del escritor extre-meño consiste en la invenciónde peripecias humanas bastan-te peregrinas en las que acoplacon verosimilitud y naturalidadun denso entramado de inquie-tudes existenciales, o, si se quie-re, de una sola ramificada: quédiablos es la vida. Esto mismohaceenAbsoluciónconpericiadenarrador en plena madurez deloficio. La claridad de su propó-

    sito es tal que no tiene empachoen manifestar con franqueza laperplejidad seminal de la no-vela: la vida no hay dios que laentienda, según dice una de lasnumerosas declaraciones explí-citas del texto. Asentada estapremisa, todo el material imagi-nario se pone en danza para con-firmar o refutar tal aserto. De ahíla complejidad escondida en elfondo de una historia a la vez jo-cosa y amarga que en su super-ficie presenta una amplia nó-mina de personajes singulares yuna generosa porción de curio-sas anécdotas.

    Absolución relata las andanzasde Lino, un treintañero de mu-chos oficios acuciado por el sín-drome del culo de mal asiento,dicho vulgarmente. La origina-lidad del autor radica en tras-cender un tipo semejante has-ta convertirlo en persona llenade conflictividad, loca a veces,tierna y desvalida siempre. Latendencia innata de Lino a lahuida se demuestra con inge-niosos episodios biográficos quedan pie a la presentación de una

    galería de perso-nas en la que pre-dominan gentespoco comunes: ti-pos pirados, ex-céntricos o rarosque encarnan ensus manías tam-bién las mismasinsidiosas pregun-tas que se hace élsobre el sentidode la vida. Estospersonajes un tan-toquijotescos, conun ramalazo estra-falario, en cuya in-vención Landeroes maestro, secompletan conotros al borde delpragmatismo co-

    rriente. Tal rico repertorio hu-mano garantiza un intrínsecodisfrute por sí mismo y la se-ductora colmena de protagonis-tas es aliciente bastante para su-mergirse en la novela. Porque nien ésta ni en otras suyas semuestra el autor cicatero.

    No se contenta con la exce-lente invención de Lino, sinoque la reduplicacon varios tipos desu misma estirpe:el aventurero donGregory, el agentecomercial Gálvez,el granjero Olme-do..., o el hosteleroseñor Lavín y sufugitiva enamorada Paula. Y to-davíanos regalaotrospersonajesmás, cercanos a la realidad co-rriente: el primer amor del jo-ven, su prometida Clara, los pa-dres. En fin, un derroche defiguras humanas, algunas oca-sionales, pero tan sugerentescomo un fugaz Moisés a quiense le había subido la humildad ala cabeza.

    Los personajes sirven para ir

    trenzando las hebras del buclede enigmas relacionados con lavida. La novela habla de la rea-lidad ilusoria, del teatro delmundo, de los misterios del co-razón, de la suciedad del exis-tir... Y plantea dialécticamentenuestra misma condición. Enun extremo tenemos la pers-pectiva negativa, recogida enla opinión de Olmedo, paraquien la historia demuestra“que el hombre está a medio ci-vilizar y que es malo por natu-raleza”. En el otro, encontramosla esperanza, quizás quiméricapero siempre palpitante, de lo-grar la felicidad. Entre ambos lí-mites desfilan las múltiples pul-siones del “arte menor de lavida”, las cuales revela el propioléxico: sueños, imposibles, feli-cidad, destino, azar, desdicha,vocación, amor, soledad..., con-junto de vivencias que se resu-men en la metafórica palabraclave de esta y de todas las obrasde Luis Landero, afán.

    Absolución contiene un reta-blo de penas, ilusiones, idea-les, fracasos y efímeros conten-tos desde la perspectiva cordial

    del autor, el más cervantino detodos nuestros prosistas recien-tes. De ello se deriva una exce-lente novela, divertida y triste,cálida, repleta de seres entra-ñables, que además se atreve aplantear, con lucidez y humor,con más melancolía que trage-dia aparente, el irresoluble arca-no de nuestra misteriosa exis-tencia y enigmático destino.SANTOS SANZ VILLANUEVA

    Absolución es una excelente novela, di-

    vertida y triste, cálida, repleta de se-

    res entrañables, que además se atreve a

    plantear, con lucidez y humor, el irreso-

    luble arcano de nuestra existencia

    L E T R A S N O V E L A

    AbsoluciónLUIS LANDERO

    Tusquets. Barcelona, 2012

    320 páginas. 19 euros

    ÓSCAR MONZÓN

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  • 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2 E L C U L T U R A L 1 5

    La nueva novela de Andrés Tra-piello (Manzaneda de Torío -León-, 1953) toca un tema deindudable actualidad: las activi-dades nacidas y desarrolladas araíz de la Ley de Memoria His-tórica y las indagaciones para lo-calizar y exhumar restos de al-gunas víctimas del vendavalfratricida. La historia se locali-za en León, a cuya Universi-dad se ha incorporado José Pes-taña, un prestigioso historiadorleonés a quien se deben valiosascontribuciones sobre la histo-ria reciente de la provincia. Susrelaciones con otros miembrosdel Departamento se veránpronto enturbiadas con rece-los y envidias que se incre-mentarán ante la sospecha deque Pestaña oculta informa-ción, por razones inconfesablesque acabarán descubriéndose,acerca de la feroz represión des-atada por grupos falangistas enaquella comarca durante laGuerra Civil. El conocimientofortuito de uno de los supervi-vientes de aquellas matanzascoloca a Pestaña en una difíciltesitura ante su padre y lo dis-tancia de sus compañeros deDepartamento, algunos de loscuales han encontrado en la re-presión franquista un filón parainvestigar y publicar así trabajosacadémicos que les den presti-gio y notoriedad, y convirtiendoen algunos casos –como el deMariví– la investigación en unacto vindicativo y supuesta-mente justiciero.

    Toda esta historia, trufada –aveces con aire barojiano– de

    anécdotas y relatos de crímenesexecrables, está narrada en ca-pitulillos que son otros tantosmonólogos de los distintos per-sonajes: Pestaña, su padre, el ca-tedrático José Antonio, su espo-sa Mariví, su ex amante Raquel–profesora contratada del De-partamento, cómo no– y, oca-sionalmente, alguna de las her-manas de Pestaña, o Graciano,el testigo que presenció, siendoniño, el asesinato de su padre.Se trata de monólogos sencillos,con tan sólo algunas leves mar-cas para singularizar a los per-sonajes –la jerga juvenil de Ra-quel, usos como “el cual” y susvariantes en el discurso del pa-dre–, en nada comparables a losmonólogos casi faulknerianos

    con que Luciano G. Egido re-construyó también la historia deuna familia en La fatiga del sol.

    Trapiello ha operado con in-dudable habilidad al compagi-nar las dudas y la incertidumbremoral de Pestaña –indeciso en-tre su deber de historiador ri-guroso y sus obligaciones filia-les– con el asunto, apenasesbozadoperopatente,de lauti-lización de cátedras y puestosdocentes en provecho propio,y ha planteado, además –lo quees muy de agradecer–, sin com-placencias con las actitudes yconsignas oficiales, las luces ysombras que rodean las activi-dades realizadas al amparo dela llamada “memoria histórica”,enarbolada a veces precisamen-te para enturbiar y falsear la his-

    toria, demasiado dependientede quienes la narran. Por esoPestaña afirma que “para cono-cer lo que sucedió no sirve laHistoria, sólo la novela puede

    hacer algo por la verdad” (p.277). En coherencia con estaidea, Pestaña renuncia a escribirun nuevo libro de historia y, conhábil giro de lejana estirpe cer-vantina, convierte sus apuntesen una novela –la titulada pre-cisamente Ayer no más, que ellector tiene ante sí–, recibidacon gran escándalo por la socie-dad leonesa, que no duda enleer la novela como obra en cla-ve y relato histórico, base sufi-ciente para identificar a ciertospersonajes y sus antiguas fecho-rías con personas reales y aún vi-vas. El personaje de Pestaña,como el de Mariví, destaca porencimade los demás,gracias a lacaracterización sobriayeficazdelos caracteres de ambos.

    Novela interesante y bienplanteada, de escritura límpida–esperable en un autor de tancaudalosa obra como Trapiello–,Ayer no más sólo ofrece peque-ños deslices: algún tópico ex-presivo (“frente surcada por ex-tensas y profundas arrugas”, p.37; “desaparecido como por en-salmo”, p. 50), una construcciónsintáctica inadmisible (“ni si-quiera se dignaba a preguntar-le”, p. 104) y algún despiste: unlugareño lleva “un pantalón defranela azul que arrastraba losfondillos por el suelo y en el quedesaparecían dos piernas comopalitroques y unas nalgas es-cuálidas” (p. 52), detalles de im-posible percepción si el panta-lón se tiene puesto. RICARDOSENABRE

    ANDRÉS TRAPIELLO

    Destino. Barcelona, 2012

    310 páginas. 20 euros.

    Ayer no más

    N O V E L A L E T R A S

    MONTSE ÁLVAREZ

    Interesante y bien planteada, la nueva novela de Andrés Trapiello toca un tema de induda-

    ble actualidad: las actividades nacidas y desarrolladas a raíz de la Ley de Memoria Histó-

    rica. Sobria, eficaz, de escritura límpida, Ayer no más sólo ofrece pequeños deslices

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  • 1 6 E L C U L T U R A L 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2

    L E T R A S N O V E L A R E L A T O S

    1212. Las NavasFRANCISCO RIVAS

    L a E s f e r a d e l o s L i b r o s . 2 0 1 2 .

    3 3 6 p p . 2 2 e . e b o o k : 9 ’ 4 9 e .

    En el momento en que el pastor Matías Halaja com-parecióanteAlfonsoVIIIdeCastillaparahablarledelpaso seguro que permitiría a los cruzados sorpren-der al ejército del califa Muhammad Al-Nasir, co-nocido como Miramamolín entre la cristiandad, qui-zá no sospechaba el alcance que ese gesto tendríaen la historia, a no ser, claro, que el buen Matías fue-ra, comollegóasustentar la soldadesca,elmismísimoSanIsidroacudiendoenauxiliode lossuyosparaayu-darles a ganar la campaña iniciada en el Nombre deDios.Ladesventajade losprotagonistasesquenosa-benqueestánhaciendohistoriaydebenesperaraqueel tiempo elija quién o quienes los someterán a laemotiva recreación de los hechos en forma de no-vela. Francisco Rivas (Sevilla, 1989) es, según dicela nota de la contraportada, “católico devoto, cono-ce bien la cultura y el mundo árabe, y es directorsectorial del Mundo Islámico y Cuestiones Religio-sas de la Asociación de Geopolítica Internacional”.Nada mal para quien apenas ha vivido 22.

    Cómo se fue gestando sobre el terreno la batallaque dará inicio al fin del predominio islámico enEspaña y el resto de Europa es sabido por la enor-me cantidad de libros que detallan los hechos peroadentrarse en el cuerpo emocional de los actoresdeldramaenambos ladosdelconflictosólo leesdadoa las naturalezas sensibles, dotadas con el brillo dela inocencia. En este sentido, 1212 es un logro den-tro de la novelística histórica, pues la retoma en unpunto muy cercano a los antiguos romances y can-tares de gesta, con sus amores y esperanzas terre-nales sacrificadas en aras del “bien mayor”. No hayen estas páginas los argumentos maniqueístas tan co-munes entre los fundamentalistas musulmanescomo en los cristianos.

    1212 es el primer libro de Francisco Rivas. La de-licadeza con la que diseña el acercamiento de loshombres al punto donde se dilucidará el resultadodel enfrentamiento, nos lleva a augurar que nossorprenderá con nuevos libros en los cuales le ve-remos crecer, ahondando más y mejor en los com-plicados vericuetos del alma humana y en los en-tresijos políticos y económicos que, más que Dioso Alá, son los verdaderos artífices de esa gran in-dustria que es la guerra. MARÍA ELENA CRUZ VARELA

    Cuando la literatura malvive acosa-da por los libros de entretenimiento,la aparición de un volumen de rela-tos de Thomas Bernhard (Heerlen,Holanda 1931-Gmunden, Austria,1989) permite encontrar ensus páginas personajes decarne y hueso en vez de losseres trazados con tiralíne-as de la novela negra. Sonprotagonistas humanos,que llevan enganchados ensu personalidad jirones dela piel del narrador, del au-tor. Los personajes de estashistorias viven de verdad,no son marionetas de undestino tópico, que tantosautores de entretenimien-to parecen encontrar enla-tado en los bestsellers desaldo en las grandes super-ficies. Completa la singula-ridad del autor la posesión de unalengua literaria propia, que leída enla estupenda versión de MiguelSáenz, nos permite el reencuentrocon el arte de narrar en todo su es-plendor.

    El libro contiene cuatro relatoslargos. El primero se titula “Goethese muere”, y en él figura Goethe(1749-1832) anciano, que quiere co-nocer al filósofo austriaco LudwigWittgenstein (1898-1951), a la sa-zón profesor en la Universidad deCambrige. Se trata naturalmente de

    un anacronismo, pues el autor deFausto vivió siglo y medio antes.Manda que lo vayan a buscar a In-glaterra. Bernhard admiraba profun-damente a su paisano Wittgenstein,cuya filosofia se basa en una teoría dela lengua relativamente sencilla. Enesencia, y simplificando, dice quela lengua permite pensar en imáge-

    nes, visualmente. La gran riqueza ar-tística de Bernhard proviene de sugenial manera de inventar unas his-torias, largas o cortas, sin dar dema-siados detalles, sino construyéndolasun poco como si estuvieran monta-das sobre el aire, carentes de raíces,porque desea evitar el lugar común,las ideas ya conocidas, y proponeruna imagen inédita de la realidad.

    Suele montar su relato a base deunos pocos datos. Leamos el co-mienzo del segundo cuento, “Mon-taigne”: “Huí de mi familia y, porconsiguiente, de mis torturadores aun rincón de la torre y, sin luz, y, porconsiguiente, sin hacer que los mos-quitos enloquecieran contra mí, cogíde la biblioteca un libro que, tras ha-ber leído en él unas frases, resultó ser

    Goethe se muereTHOMAS BERNHARD

    Traducción de Miguel Sáenz.

    Alianza. 120 pp. 16 e. ebook: 14 e.

    La aparición de este volumen

    de relatos (inéditos en parte)

    de Thomas Bernhard permite

    reconocer en sus páginas las

    esencias del arte de la palabra

    T H O M A S B E R N H A R D C O N H E D W I GS T A V I A N I C E K , S U Ú N I C A P A R E J A E S T A B L E

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  • 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2 E L C U L T U R A L 1 7

    Ken Follet (Cardiff, 1949) no crea li-teraturaperdurableyeso losabemosusted, yo y Ken Follet. También sa-bemos que los suyos son libros es-critos en diagonal, pero resulta queLos pilares de la tierra sigue comer-cialmente viva desde hace veintitrés años enun mundo que no sabe computar la perdu-rabilidad de otra manera. Ese fenómeno edi-torial calculado acabó, sin embargo, causan-do un efecto real en la vida de muchoslectores.Esalgoquenose lograsinalgúntipode talento. Por desgracia, El invierno del mun-do sevenderá bienporpura rutina, porquenoes más que un libro rutinario. Quien esté dis-puesto a leer una narración comercial efi-caz va a toparse con un aluvión de páginas deescaso carisma, previsibles, alicaídas.

    En un intento de dibujar el panoramade las décadas 30 y 40 del siglo XX, El in-vierno del mundo nos lleva de Berlín a losEstados Unidos, y de allí a Londres, Francia,

    la Unión Soviética o España, en los añosdel ascenso de Hitler, de nuestra GuerraCivil y de la Gran Guerra europea, hastaalcanzar los primeros compases de la Gue-rra Fría. Las peripecias incluyen a un socia-lista que se enrolla con la esposa de unaristócrata y diversas revelaciones sobrequién es el padre de quién. Folletín puro,y no me atribuyan una sonrisita condescen-diente: con esto se puede hacer algo diver-tido. El problema es que aquí no funciona.No hay imaginación ni pericia ni audacia.Sólo agradezco algunos golpes de ironía,como esta sentencia definitiva sobre laAlemania nazi: “ya no usan manteles”.

    El relatohistóricoestanepidérmicocomo,eso sí, solvente. Aparece todo lo básico quedebe saberse sobre el período, animado porun no muy molesto aliento laborista. Es unalecciónactualizada,queyarecoge losexcesosdelosbombardeosaliadossobresueloalemánademás de los temas canónicos: el miedocomo herramienta para hundir democraciasdébiles, losdevaneosnazisdeInglaterrayEu-ropa,el terror stalinista,etc. Inclusosenosex-plica que el franquismo fue un régimen cri-minalperonofascistaporque“asesinaagenteen beneficio de la Iglesia católica y de la vie-ja aristocracia, pero no para crear un mundonuevo”. Qué alivio. En todo caso, pocas pá-ginas se sobreponen a la pedagogía burocrá-

    tica, y las únicas que sí lograron in-teresarme tienen que ver conasuntos británicos: un enfrenta-miento de ciudadanos con los fas-cistas de Mosley en las calles deLondresy laexpropiaciónde los jar-dinesdelcondeFitzherbertporpar-

    tedelprimergobierno laboristadeposguerra.En esos pasajes late el entusiasmo del súb-dito Follet, y se nota.

    El invierno del mundo es anodina en supropia liga. En el año de 50 sombras de Grey,que pese a ser un espanto permite conce-bir artículos ingeniosos (puede que lo peordel último Follet sea obligarme aescribir unareseña tan predecible), y cuando Robert Ha-rris ha publicado la estimable El índice delmiedo, título que complacerá a Paul Virilio,esta aproximación desafortunada al núcleodel siglo XX ni siquiera está en condicio-nes de ser el best-seller-que-hay-que-conocerde la temporada. NADAL SUAU

    El invierno del mundo

    N O V E L A L E T R A S

    MIKELCG

    deMontaigne,dequienestoymuypróximo, de una forma más ínti-ma y realmente iluminadora quede cualquier otro”(pág. 43). Lo sin-gular es que no empieza a describircuanto sucede, sino que elaborael relato sobre una especie de va-cío, sin dar mayores explicacionesde los antecedentes de la situación,

    de por qué le gusta Mon-taigne, ni de por qué setiene que ir a leer a es-condidas. Así construye,como sugería Wittgens-tein, una imagen, una si-tuación que nos seduce,pues en principio parecesencilla, el elegir un libroy leerlo a escondidas denuestros padres, sollo-zando de gozo.

    En “Reencuentro”,dos familias pasan eltiempolibreyendodeex-cursión a las montañas,cuyos padres viven adic-tos a este deporte, que

    aburre soberanamente a los hijos.Unos pocos hilos temáticos bas-tan para manifiestar el hondo con-flicto entre padres e hijos. Los pri-meros quieren que sus descen-dientes les emulen. Sin embargo,la realidad de la vida es que los hi-jos en un momento deben encon-trar su personalidad, que no sedesarrolla imitando a los progeni-tores.Estoschicos, dehecho,odiancuanto hacen su padres, el alpi-nismo, sus hobbies, como la pintu-ra y la música,porque ellos quierenleer, pintar y escuchar música, con-tra su padres. Cierra el volumen“Ardía”, el relato más autobiográ-fico, donde Bernhard revela el de-seo de recluirse en su yo más ínti-mo, para vivir una vida espiritual,lejos de su Austria natal, a la quecriticó sin cesar. GERMÁN GULLÓN

    En el año de 50 sombras de Grey, que pese a ser

    un espanto permite concebir artículos ingeniosos,

    El invierno... de Follet ni siquiera está en condicio-

    nes de ser el best-seller-que-hay-que-conocer

    KEN FOLLET

    Traducción de ANUVELA.

    Plaza & Janés. Barcelona, 2012.

    960 pp. 24’90 e. ebook: 16’99 e.

    THOM

    ASNY

    DAHL

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    Los poetas que diseñan nuestraimaginación se inscriben a símismos en su propio diseño.Los conocemos convencional-mente como Tomas Tranströ-mer (Estocolmo, 1931) y RobertBly (Minnesota, 1926). Sin em-bargo, después de leer su co-rrespondencia de veintiséisaños, me reconozco incapaz demantener la farsa por más tiem-po: para mí son sencillamenteTomas y Robert. Se conocieronpor curiosidad: a los dos les apa-sionaban Jung y James Wright,Joan Báez y las cosas poéticas ypolíticas en general. Ideólogo yfundador de The Sixties, Bly hizode su revista un mito de esosque sólo fueron posibles duran-te los años 60, cuando todo elmundo era muy ingenuo o muyperverso.

    Diabólicamente inocente, lapoesía de Tranströmer con-quistó América y, mejor aún, alos americanos, entre ellos aBly, que traducía todo lo que pi-llaba. La patria de la poesía loabsorbía todo: Estados Unidosnecesitaba combustible pesadopara sostener su imperio. Posi-bilidades de que un futuro pre-mio Nobel sueco escapase al ra-dar: nulas. Air mail comienzacuando Tomas pregunta porla revista de Robert y Robertdescubre que el cielo está a me-dio hacer en Suecia. Fue amis-tad a primera vista. A vecesel destino hace bien las cosas.

    Que dos grandes poetas delsiglo XX recurran constante-mente a dibujillos para expre-sarsecon laexactitud que laspa-labras lesnieganes,ensímismo,tan expresivo como exacto. Sedibujan de todo, desde cercasde madera para estabular vacas(lo digo con una perífrasis por-que me pasa como a Robert,que no sé el nombre de la cosa)hasta pastillas de caldo Ave-crem. Nada de esto es gratuito:las ilustraciones son un méto-do hermenéutico como otrocualquiera. El 20 de noviem-bre de 1970 lo dedica Tomas ados cometidos: criticar la tra-ducción que Robert ha hechode su “Breathing Space July”e informar a Robert de que aMonica, su mujer, las traduccio-nes de Robert le parecen bas-tantemejoresque los originales.A partir de esta observación deMonica, Tomas elabora un pe-queño ensayo sobre la traduc-ción no de textos, sino de mun-dos: lo que el poeta concibiócomo un fragmento de minima-lismo sueco es reinterpretadopor el traductor como una ven-tana a la California grandiosa, ya Tomas le cuesta no enfadar-se. De hecho, sus comentariosson ligeramente irónicos,peroelcélebre Tranströmer Charmimpideque lospolvosacabenenlodos: “La tercera estrofa sue-na muy bien, pero el hombre norema necesariamente (¿remáis

    alguna vez en California?) Enrealidad escribí la estrofa des-pués de una vuelta a la isla deRunmarö en un barco con mo-tor”. A Tomas le importamuchocómo se visualizan sus poemas,hasta el punto de manipular lamente de Robert, tan estimadapor él como obviamente equi-vocada a propósito de qué esun quinqué y cómo debe lla-

    marse en inglés. Por supuesto,Tomasseapresuraadibujarparahacerseentender.Debajodesusdos ilustraciones de quinqués,contraataca: “Tengo en menteel nº 1 cuando leo el poema,pero sospecho que tú tienes elnº 2”. A Tomas le molesta la pa-labra chimney, y no para hastaconseguir que Robert la cambiepor lamp. En cierto sentido, Air

    TranströmerAir MailTOMAS TRANSTRÖMER Y ROBERT BLY

    Traducción de Francisco Uriz y Juan Capel. Nórdica, 2012. 441 pp., 23’95 euros

    L E T R A S

    Que todos los que piensan que la inteligencia está en crisis

    lean Air mail, la correspondencia entre Tranströmer y Robert

    Bly. La inteligencia no está en crisis: la inteligencia es la crisis

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    mail es una obstinada discusiónsobre cómo llamar a las cosas, ysi hay alguna razón para llamar-las en absoluto. Más nos valdríadibujarlas. Sobre todas las cartaspesa la influencia de Swift, sufurioso espíritu crítico hacia lopolítico y su profunda miseri-cordia por lo humano.

    Toda la historia de occidenteentre abril de 1964 y mayo de1990 es tema, más que de con-versación, de indignación en-tre dos poetas que redescubrenla épica como forma de críticasocial. Es interesante leer

    “ThreePresidents”o“ListeningtoPre-sident KennedyLie about the Cu-ban Invasion” deBlydespuésdevivirDallascomo TomasyRobert lavivieron.Más que las refle-xiones serias sobrepolítica, inevitable-mentepocoorigina-les (elogiar a Nixonnoestámuylejosdefundar un culto sa-tánico), nos des-lumbra la sátira delmodus vivendi yoperandi de nacio-nes presuntamentedignas y no menosaficionadas a la bar-barie más impune.A Robert, que veconspiraciones por-queprobablementelas hay, le “diviertesaber que el FBI nopuede abrir y leermi correo aquí, enInglaterra. Tieneque ser una granfrustración paraellos –se quedan re-zagados en mediode tantas intrigas”.Mucho menos tele-

    visivo, Tomas se ríe del funcio-nariado local, confesando su te-mor (que no sorpresa) de “queel correo de Västeras robase to-das las cartas de Norteaméricacon laesperanzadeencontrar al-gunos dólares en ellas”. Sabe-mos que una sociedad es insos-tenible cuando las mentes quela piensan no se sienten capaceso proclives a procesarla. A pro-pósito del discurso de Nixon so-bre Camboya, Tomas manifies-ta una indisposición física entreindigestión y asfixia, que le in-duceacompararal Innombrable

    con una espina de pescado en lagarganta, proporcionándonos elúnico caso conocido de metá-fora tranströmeriana llevada de-masiado lejos. Ambos parecenhambrientos de espacios másamplios, tiempos menos torpes,contemporáneos menos estúpi-dos. Buscan un gran esquemade cosas que dé sentido al pro-ceso histórico que otros parecenconcebir como una su-cesión de anécdotasapenas memorables.

    Compartidas, lasobsesiones unen mu-cho. Tomas y Robertdesmenuzan el len-guaje, que les parecenecesario e irritante.Lo estudian meticulo-samente, como si fueraun bicho raro. La famales molesta, a la vezque les proporciona unalter ego: no se identi-fican en absoluto conél, pero les sirve paraanalizar ese fenómenotan desconcertanteque llamamos gente.Cuando uno es popu-lar no cambia: los quele rodean se transfor-man por completo.Esto a Tomas y a Ro-bert les parece hilaran-te,ysufrenacuentadeello.Mássueco que Robert, Tomas es in-mune a su propia leyenda.La absoluta indiferencia quemanifiesta hacia Poeta Trans-trömer sólo es comparable al in-finito amor que siente haciaPoesía Tranströmer. Literal-mente se borra del mundo fic-cional para habitar sólo en la re-alidad, más triste pero nocarente de encanto.

    No hay en Air mail conce-siones a sus lectores. Modestospero no tontos, es evidente quetanto Tomas como Robert sa-

    bíanquesucorrespondencia lle-garía a nosotros. Sin embargo,todo indica que les traía porcompleto sin cuidado. O tal vezen algún momento les impor-tó, pero se les olvidaba. Sin pre-tender impresionarnos, nos im-presionan. Nos introducen ensu conversación privada sin nin-guna formalidad. Air mail no esun librodivertido,peronoshace

    reír. De verdad: te ríes tú sola,y supones que lo mismo hacíanTomas y Robert cuando se leíanelunoalotro.Amenudopierdesla noción de realidad y ficción,sobre todo con Tranströmer,que posee en sus cartas la tex-tura imposible desusvocespoé-ticas. Cobras conciencia de loduro que es ser crítico en unmundo que no lo es. Que todoslos que piensan que la inteli-gencia está en crisis lean Airmail. La inteligencia no está encrisis: la inteligencia es la crisis.AINHOA SÁENZ DE ZAITEGUI

    UN PERGAMINOY UNA MEDALLA

    junio 1971

    Amor para el pequeño de sus padrinos.Monica soñó la otra noche que la lla-

    maban (como enfermera) a asistir a unamujer en el parto. Cuando miró el útero dela señora encontró un túnel profundo y an-cho donde había un niño pequeño sentado,serio, esperando. parecía tener entre seismeses y un año. Monica lo sacó, pero lepareció imposible hacer con él lo que sesuele hacer con los niños recién nacidos–parecía demasiado crecido. Tenía un as-pecto muy inteligente. Cuando se despertósu primera asociación fue para tu bebé.

    La otra noche me entregaron un PERGA-MINO y una MEDALLA en Estocolmo. Mo-nica y yo pedimos prestado dinero a losamigos para ir a Estocolmo, nos vestimoscon las ropas de mis bien pagados días deRoxtuna y nos mezclamos con los ricos enun restaurante [...] TOMAS

    FRED

    IKSA

    NDBE

    RG

    E P I S T O L A R I O L E T R A S

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    A pesar del indefinido título, noestamosante “otro maldito librosobre la guerra civil”. El objetode este trabajo no son las ope-raciones bélicas, las cuestionespolíticas, los grandes nombres,los hitos llamativos o la vertien-te cultural. Todos esos aspec-tos han sido ampliamente tra-tados por los más de 20.000 vo-lúmenes que se han escrito so-bre nuestra guerra. Estamos an-te una historia social y económi-ca de lacontienda limitada al lla-mado “campo nacional” y con

    dos elementos que la hacen es-pecialmente atractiva: primero,una perspectiva comparada queno se limita al tópico cotejo conel entorno europeo, sino quetomacomoreferencia lasmás le-janas luchas civiles rusa y chi-na. Segundo, el estudio de as-pectos materiales y cotidianostradicionalmente desdeñadospor la historiografía, como losrendimientos agrícolas, la críadeganado, la caza y la pesca, la in-dustria, el transporte o los ser-vicios postales. No es de extra-ñar un enfoque así en un inves-tigador que ya nos ofreció haceunos años la magnífica A ras desuelo (Alianza, 2003), otra histo-

    ria desde abajo centrada en estecaso en el campo republicano.

    Seidman se plantea explicarlavictoria franquistaenunaépo-ca (s. XX) y un contexto geo-político amplio (de un extremoa otro de Europa y Asia) que secaracterizan en su opinión por-que las fuerzas reaccionarias sonsistemáticamente derrotadas enconflictos de este tipo. Desdemi punto de vista Seidman car-ga demasiado las tintas en estepunto de partida, que le con-duce a establecer de forma muycontundente que, desde unaóptica comparada, el “caso deEspaña es excepcional” porcuanto es “el único en el que loscontrarrevolucionarios derrota-ron a los revolucionarios”. A estadiscutible premisa se une unexamen crítico de las explica-

    cionesusualesde lavictoria fran-quista, en especial la que con-sidera determinante la contri-bución alemana e italiana. Aunsuponiendo que ésta fuera tandecisiva, arguye el hispanista,quedarían por determinar as-pectos esenciales, como el usoeficiente del material suminis-trado. Y pone como ejemploque, en sus respectivas guerrasciviles, chinos y rusos contrarre-volucionarios recibieron másayuda que sus contrincantes, yaun así fueron vencidos. Tam-poco le parecen convincentesotras apreciaciones usuales,como las que enfatizan los as-pectospolíticoso culturales (!lascalorías –arguye- tienen tantosentido como la cultura”). Seid-man aboga por un meticulosoanálisis de las condiciones ma-

    Para quienes sigan de cerca elNewYorker, elnuevo librodeJonLee Anderson (California,1957) tiene la virtud de reuniren un solo texto diez de sus me-jores reportajes sobre África delos últimos 14 años. Quienes lle-guen a ellos por primera vezdescubrirán unanuevaÁfricaentransformación vertiginosa y,con frecuencia, violenta, don-de las viejas maldiciones –mu-chas heredadas y otras recien-tes– se resisten a desaparecer.

    Liberia, Angola, Santo To-mé,Somalia,Zimbabue,Sudán,Guinea y Libia son los paísescubiertos en este libro. Tres delos líderes elegidos como pro-tagonistas han tenido finalesdesgraciados: Gaddafi y el gui-neano Dadis fueron asesinados,y el liberiano Charles Taylorcumple una condena de 50 añospor los crímenes cometidos. Susucesora, Ellen Johnson Sirleaf,el angolano José Eduardo dosSantos,el sudanésOmarHassan

    al Bashir y el zimbabuense Ro-bert Mugabe permanecen ensus puestos. Fradique de Me-nezes (Santo Tomé) se retiró enpaz el año pasado y el somalíSheij Sharif Sheij dejó paso,también en paz, el pasado 11 deseptiembreasusucesor trasper-

    der la votación en una segundavuelta. Fue la primera alternan-cia tranquila en Somalia en cua-renta y dos años.

    “La lista de países es idio-sincrática, más un reflejo de miinterés personal en ellos que desu estatus en el acontecer del

    mundo contemporáneo”, escri-be al autor en el prólogo. Los re-portajes, que él insiste en lla-marlos crónicas, se presentanpor orden cronológico de publi-cación: del 27 de julio de 1998,el primero, al 23 de julio de 2012el último. Que sólo incluya unoentre 2002 y 2006 se explica porsu dedicación casi exclusiva, enesos años, a Afganistán e Irak.

    Unidos por la herencia co-lonial y por la necesidad de for-jarse una nueva identidad na-cional, Anderson describe unÁfrica muy distinto del que ha-bló Ryszard Kapuscinski. Éstedescribió la dramática desapa-ricióndelcolonialismoenunpe-ríodo deviolencia, pero tambiénde grandes esperanzas. Ander-son presenta, según sus propiaspalabras,“unÁfricaen laque losrevolucionarios armados de ayerse han convertido en los líde-res canosos de hoy, vestidos contrajesentallados yconMercedesBenz a su disposición”.

    JON LEE ANDERSON

    Sexto Piso, 2012 286 páginas, 22 euros

    La herencia colonial

    L E T R A S C R Ó N I C A H I S T O R I A

    La victoria nacionalMICHAEL SEIDMAN

    Traducción de Hugo García

    Alianza. 424 páginas. 22 euros

    ARCHIVO

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    L E T R A S

    teriales de vida para explicarpor qué se produjo “la victorianacional”.

    El grueso de la obra es unadetallada descripción de esosaspectos cotidianos y de la gen-te común que, no sólo lucha-ba en el frente, sino que culti-vaba, producía u organizaba enla retaguardia, haciendo reali-dad día a día una cultura con-trarrevolucionaria basada en lapropiedad, la religión y los va-lores tradicionales. Esa eficien-cia contribuyó de modo deci-sivo a derrotar a la República,peseagozaréstademejoresba-zas al producirse el levanta-miento (lamayorpartede lapo-blación, la industria y elterritorio, y hasta las dos urbesprincipales, Madrid y Barcelo-na). No fue solo, argumenta el

    autor, cuestión de deméritos(republicanos) o contexto in-ternacional, sino una incontes-table “superioridad de los na-cionales” en aspectos organi-zativos que no han sido tenidosdebidamente en cuenta, desdeel control de la inflación a laproducción eficiente de ali-mentos o la oferta de serviciosestatales eficaces. En su proce-sodedesmontar lasusuales ale-gaciones progresistas, Seidmanno duda en sostener por el con-trario que “Franco fue el con-trarrevolucionario con más éxi-to del siglo XX y demostró sermás competente que Chiang,Denikin, Wrangel o Kolchak”.Una conclusión provocadora,desde luego, pero que es frutode un sólido trabajo empírico.RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO

    Fiel a un estilo muy perso-nal, que ya hemos analizado enEl Cultural con motivo deobras anteriores como La caí-da de Bagdad, Che Guevara o Eldictador, los demonios y otras cró-nicas, Anderson, nacido en losEstados Unidos y formado enAsia, África y América Latinaantes de iniciarse en el perio-dismo en un diario de Lima,

    es un explorador obsesionadopor descubrir en cada país y encada líder investigado el origende la violencia y las claves delejercicio del poder.

    Sus raíces familiares multi-culturales, vivencias tempranasen países muy distintos, la pa-

    sión por los viajes, un profundointerés en la historia y la suer-te de ganarse la confianza delNew Yorker en el especial quela revista publicó sobre Cubaen 1998 le han convertido, des-de entonces, en uno de los me-jores reporteros de guerra. Via-ja a los lugares más conflictivosy permanece en ellos semanaso meses. Antes de cada aven-tura seempapade la cultura,dela historia, de la política y dela economía de los lugares ele-gidos, decisión en la que, segúnnos confesaba en una visita aMadrid el 30 de septiembre,la revista le deja gran libertad.Con una fluidez extraordinaria,integra el perfil del líder en elperfil del país y el pasado enel presente.

    El elemento que da fuerzaycredibilidada todos los relatoses el testimonio. Por encima detodo, Anderson es un reporteroque llega adonde muy pocosconsiguen llegar. FELIPE SAHAGÚN

    El testimonio da fuerza y

    credibilidad a estos relatos.

    Jon Lee Anderson es un re-

    portero que llega adonde

    muy pocos consiguen llegar

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    L E T R A S A R T E

    Porque la vida no basta. Encuen-tros con Miquel Barceló es, a todasluces, una biografía del pintormallorquín. El recurso narrati-vo –recrear conversaciones conuna serie de personas muy cer-canas– en realidad no hace sinoponer al descubierto el caña-mazo de cualquier trabajo bio-gráfico. Porque a pesar del tí-tulo (oquizás hayaqueatenersea su estricta literalidad) son es-casas las declaraciones en pri-mera persona del propio Barce-ló (alguna sobre sus obras,ninguna sobre su vida). Reco-nozco que empecé a leer contoda clase de cautelas, porquesu autor, un joven norteameri-

    cano de apenas veinte años, nome parecía el más adecuadoparaestaempresa.Tambiénmeasaltó una pregunta: ¿habría al-guna universidad en Españaque, como esta de Georgetownen Washington, hubiera alenta-do y becado a un estudianteque quisiera investigar la vidade Barceló? Dejo la cuestión aquien sepa responderla.

    Elcasoesquepocoapocoellibro me ganó. Se leía estupen-damente, los ocho capítulos re-corrían con habilidad los mo-mentos más importantes de latrayectoria del pintor y, final-mente, ser joven y norteameri-cano permitían al autor pregun-tar y escribir con desparpajosobre asuntos que no le resul-taría fácil tratar a un compatrio-ta insertoennuestromundocul-tural. Damiano convivió con elartista de forma intermitentedurante dos años. Aquí recrealas situaciones que compartie-ronysecoloca enellasde forma

    que proporciona un punto devista subjetivo, con el que pue-de identificarseel lector.Asípo-demosentrarpornuestropropiopie en la vida diaria de Barce-ló, sentirnos cautivados por suinteligencia y amenazados porsu carácter absorbente. Asom-brados por su capacidad de tra-bajoyadmiradosporsu libertadante lasconvenciones.Eldeseode Barceló, omnívoro e insacia-ble, produce también dolor ydestrucción entre los que le ro-dean. En este y otros sentidos,pormomentos tuve lasensaciónde que su perfil era completa-mente picassiano. No por cu-bista sino por obsesivo, egoístay genial. La vida de Barceló esbastanteentretenida,vadeMa-llorca a a Nueva York, de MaliaParís.Yademás, susactosysusobras no dejan indiferente a na-die. Es el pintor vivo más co-nocido en nuestro país y el pin-torespañolactualmásconocidoen Europa. Y el más cotizado.

    En España su popularidad yel aprecio por su obra de mu-chos entendidos contrastan conla dureza de una parte de la crí-tica, que rechaza tanto su obracomo su proximidad al poder.La realizaciónde lacúpulaeneledificio de la Naciones Unidasde Ginebra y su elección comoúnico representante de nuestropaís en la penúltima Bienal deVenecia catalizaron estas dosposiciones. Aunque todo estoaparece en el libro, su autor secuida mucho de opinar sobreello. Lo más valioso es su de-tenida narración de los métodosde trabajo del artista, desde susprimeras obras conceptuales alas últimas cerámicas, desde loscélebres cuadros horadados porlas termitas en los noventa a losrealizados con un cañón de pin-tura en el 2010. También acier-ta al ensamblar fragmentos de

    críticas de las exposiciones másimportantes de Barceló juntocon el estado del mercado delarte en ese momento y las con-secuencias para su trayectoria.

    Cuadernos del Himalaya esun magníficocomplementodellibro anterior, al que sucede enel tiempo. Durante los dos via-jes realizados por India, Nepaly Mustang en 2009 y 2010 Bar-celó trabajó en nuevas pintu-ras y, sobre todo, realizó cua-dernos con dibujos y unaespecie de diario. Esta cuida-da edición reproduce transcrip-ciones de este, una amplia se-lección de dibujos y acuarelas eincluso algunas fotografías concomentariosdelpintor.Megus-ta su humor desesperado y jo-vial, salpicado de comentarios yobservaciones que, como de-cía Damiano, siempre apuntan

    al ángulo más insólito. Alejadode su casa en el País Dogón porla inestabilidad política, Bar-celó ha seguido buscando lu-gares extremos y elementalespara impulsar suscreaciones. Suinterés por percibir y represen-tar el tiempo encuentra ocasio-nes tanto en los desiertos comoen los glaciares. Si algo carac-teriza su biografía, vista en con-junto, es esa mencionada sedinsaciable de experiencia y cre-ación, que le ha llevado a rom-per cualquier compromiso quesignificara una cortapisa. Puescomo dice un pasaje del librode Damiano: “la vida no nosbasta, por eso pintamos”. JOSÉMARÍA PARREÑO

    MICHAEL DAMIANO

    Anagrama 2012

    344 páginas. 21’90 euros

    CUADERNOS DEL HIMALAYAMIQUEL BARCELÓ

    Galaxia Gutenberg, 2012

    208 páginas. 27’90 euros

    Porque la vidano basta.Encuentros con Miquel Barceló

    Poco a poco Porque la vida

    no basta me ganó. Se lee

    estupendamente y el autor

    pregunta y escribe sobre

    Barceló con desparpajo

    DOMÈNEC UMBERT

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    I N F A N T I L Y J U V E N I L L E T R A S

    Con el aval de los premios recibidosy las exitosas adaptaciones al tea-troy televisión llega a las mesas de no-vedades la últimanovela de Marie-Aude Murail (Hau-de, Francia, 1954),celebrada autorafrancesa que en untono de tragicome-dia logra sostener-nos la sonrisa a pe-sar del drama queviven sus protago-nistas de ficción.

    Tres hermanosabandonados porsu padre y una ma-dre que ha zanjadosus problemas conun bote de mistol,deciden buscar al-gún pariente queles adopte para noterminar en uncentro de acogida.Pero, ¿habrá al-guien más que lle-ve este estúpidoapellido? se pregunta Siméon, el jo-ven superdotado aquejado de leu-cemia que capitanea ahora la fami-lia. Las variopintas alternativasoscilan entre un hermanastro gay sinempleo que domina la consola y su-

    ple su inmadurez con un corazón gi-gante, y una pretenciosa oftalmólo-ga que, aunque no ha podido superar

    su maternidad frus-trada, se resiste aacoger a todo el lotefamiliar.

    Las escaramu-zas del joven ho-mosexual para evi-tar que su noviodescubra sus nue-vas “cargas” fami-liares, las confiden-cias de escalera conuna vecina que su-fre malos tratos yotras situacionespropias de la come-dia de enredo seencadenan a travésde hilarantes diálo-gosen losque loco-tidiano convive conlo surrealista. Todoello para reivindi-car, en definitiva,que son posiblesotros modelos de

    familia diferentes a los convencio-nalmente establecidos, además deponer el acento en cómo unas cir-cunstancias, en principio adversas,pueden hacer madurar a todos estospersonajes tan llenos de encanto.

    Pocos hemos viajado indiferentes por el universode lasMatemáticas:desde losque laspadecencomouna piedra en el camino hasta los que disfrutan conla complejidad de cada reto están hoy de enhora-buena con este nuevo libro de Cerasoli centrado enlas fracciones. Ante todo porque, enseñadas comoun juego que tiene infinidad de aplicaciones prác-ticas en nuestra vida cotidiana (distribuir chuches apartes iguales, calcular los cuartos en que se divi-deunahora) sonmucho más fáciles decomprender.La profesora italiana habla al lector de tú a tú y vuel-ve sencillos conceptos como la “probabilidad” o losporcentajes, además de revelarnos algunos trucosmedianteacertijosydibujosquenosayudaránacal-cular multitud de operaciones. CECILIA FRÍAS

    Los trucos de las fraccionesAnna Cerasoli. Maeva, 2012. 128 pp., 13,50 e.

    (A partir de 8 años)

    La prodigiosa imaginación de Daniel Nesquens,capaz de darle otra vuelta de tuerca a un género tantransitado como el de los abecedarios para niños,consigue que nuestra lengua se transforme en unelástico juguete. Con la curiosa mirada de NemoCalypso y Nautilus Cousteau como hilo conduc-tor –en divertido homenaje a estos dos míticosexploradores marinos– asistimos a un estrambóticodesfile de “bichos” asociados a cada letra del alfa-beto. Así, se representan escenas descabelladascomo aquella en que unas “Graciosas gallinas gui-san gominolas gigantes” o la de unas “Tranquilastortugas tejiendo trajes típicos tibetanos”. El hu-mor encontrará su atinado complemento en laslúdicas e hilvanadas ilustraciones de Jacobo Muñiz.

    AbecebichosDaniel Nesquens, Ilustraciones de Jacobo Muñiz

    Ed. Anaya, 2012. 56 pp., 10 e. (A partir de 4 años)

    No somos los únicos que llevamoseste estúpido apellido

    Marie-Aude Murail, Noguer, 2012. 208 pp., 11,95 e. (A partir de 14 años)

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  • 2 4 E L C U L T U R A L 1 2 - 1 0 - 2 0 1 2

    Una ref lexiónuniversal sobrela amistad,el amor,lamemoria,el exilioy la identidad

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    1. CINCUENTA SOMBRAS DE GREY . . . . . . . . . . . . . . . . 1/12E.L . James. GRIJALBO

    2. El invierno del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/2Ken Fo l le t . PLAZA & JANES

    3. Cincuenta sombras más oscuras. 50 Sombras 2 . . . . 4/8E.L . James. GRIJALBO

    4. Misión olvido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/6Mar ía Dueñas. TEMAS DE HOY

    5. Cincuenta sombras liberadas. 50 Sombras 3 . . . . . . 5/8E.L . James. GRIJALBO

    6. Las leyes de la frontera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Jav ier Cercas. MONDADORI

    7. El abuelo que saltó por la ventana y se largó . . . . . 6/27Jonas Jonasson. SALAMANDRA

    8. No te escondo nada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/4Sy lv ia Day. ESPASA

    9. Baila baila baila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/4Haruk i Murakami . TUSQUETS

    10. Una familia feliz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8/2Dav id Saf ier . SE IX BARRAL

    1. LES VOY A CONTAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1José Bono. PLANETA

    2. Una mochila para el universo . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/15E lsa Punset . DESTINO

    3. La Segunda Guerra Mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3/2Antony Beevor . PASADO & PRESENTE

    4. El precio de la desigualdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/3Joseph St ig l i t z . TAURUS

    5. Lo que nos pasa por dentro . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/2Eduardo Punset . DESTINO

    6. El arte de no amargarse la vida. . . . . . . . . . . . . . . –/24Rafae l Santandreu. ONIRO

    7. Indecentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/10Ernesto Eka i zer . ESPASA

    8. Ética de urgencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/5Fernando Savater . ARIEL

    9. Gente tóxica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/14Bernardo Stamateas. VERGARA

    10. La economía del bien común . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Chr ist ian Fe lber . PLANETA DEUSTO

    F I C C I Ó N (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA) NO F I C C I Ó N (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

    1. EL VALS LENTO DE LAS TORTUGAS . . . . . . . . . . . . . . 5/2Kather ine Panco l . LA ESFERA DE LOS LIBROS

    2. La caída de los gigantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/2Ken Fo l le t . DEBOLSILLO

    3. El tiempo entre costuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1/10Mar ía Dueñas. BOOKET

    4. El monje que vendió su Ferrari . . . . . . . . . . . . . . . 3/11Rob in Sharma. DEBOLSILLO

    5. Los ojos amarillos de los cocodrilos . . . . . . . . . . . . 6/8Kather ine Panco l . LA ESFERA DE LOS LIBROS

    6. 1Q84 Libros 1 y 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/12Haruk i Murakami . TUSQUETS MAXI

    7. Jesús me quiere . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10/3Dav id Saf ier . BOOKET

    8. El mundo amarillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/14Albert Esp inosa. DEBOLSILLO

    9. Dime quién soy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9/2Ju l ia Navarro. DEBOLSILLO

    10. No abras los ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/9John Verdon. ROCA BOLSILLO

    1. LOS JUEGOS DEL HAMBRE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2/12Suzanne Col l ins. MOLINO

    2. El valle de los lobos. Crónicas de la Torre I. . . . . . . . . . –/1Laura Gal lego. SM

    3. En llamas. Los juegos del Hambre 2 . . . . . . . . . . . . . . 1/11Suzanne Col l ins. MOLINO

    4. Sinsajo. Los juegos del Hambre 3 . . . . . . . . . . . . . . . 3/11Suzanne Col l ins. MOLINO

    5. Ciudad de almas perdidas. Cazadores de sombras 5 . . . –/1Casandra Clare DESTINO

    6. Finis Mundi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . –/1Laura Gal lego. SM

    7. La esmeralda del príncipe indio. . . . . . . . . . . . . . . . . . 4/2Tea St i l l ton. DESTINO

    8. Peppa Pig. Peppa va a la piscina . . . . . . . . . . . . . . . . . 5/3VV.AA. BEASCOA

    9. El principito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6/7Anto ine de Saint-Exúper i . SALAMANDRA

    10. ¡Buenos días, Princesa!. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7/7Blue Jeans. PLANETA

    BO L S I L L O (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA) INFANTIL/JUVENIL (SEMANA ANTERIOR/SEMANAS EN LISTA)

    L E T R A S L I B R O S M Á S V E N D I D O S

    Cela describió al creador dela librería, Fernando Are-nas (1929-1990), como su

    “cónsul en La Coruña”. Siem-pre que venía a la ciudad –re-cuerda su hijo y actual propie-tario,Manuel–,“le llevabalibrosal hotel Atlántico para que losfirmara”.