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Asociación Bíblica Española VERBO DIVINO Nº 82 VERANO 2014 EL LIBRO DEL ÉXODO EL LIBRO DEL ÉXODO

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  • AsociacinBblica Espaola V E R B O D I V I N O

    N 82V E R A N O 2 0 1 4

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    TAPA RESEA 82 FINAL.ai 1 20/06/14 12:30

  • EL LIBRO DEL XODOCoordinador: Jos Luis Barriocanal Gmez

    VERANO 2014 N 82

    EDITORIAL ...................................... Pg. 2

    SECCIN MONOGRFICACmo leer el libro del xodo? ................ Pg. 5Miguel ngel GARZN MORENO

    La figura de Moiss en el xodo .............. Pg. 15Elisa ESTVEZ LPEZ

    El Dios del libro del xodo ...................... Pg. 27Enrique SANZ GIMNEZ-RICO

    La alianza de Dios con Israel: el Declogo ............................................... Pg. 35Flix GARCA LPEZ

    La relectura del xodoen el Deuteronomio ................................. Pg. 43Jos Luis BARRIOCANAL GMEZ

    SECCIN ABIERTALa alianza del Sina segn Malaquas ..... Pg. 53Francisco Javier RUIZ ORTIZ

    SECCIN DIDCTICAGalaxia xodo .......................................... Pg. 62Jos Luis ALBARES

    SECCIN INFORMATIVABoletn bibliogrfico ................................ Pg. 70Libros ....................................................... Pg. 71

  • 2Editorial

    El libro del xodo es ms que historia, en el sentido estricto de la palabra, es una obra que hace crecer la historia. En efecto, preside la historia del pueblo de Dios porque narra un nuevo captulo del encuentro de Dios con la huma-nidad. Este encuentro persigue la liberacin de todo poder opresor para servir a Yahv. Pues este servicio es fuente de salvacin, de justicia y de dignidad.

    Recorriendo sus pginas vemos cmo sabiamente se funden narraciones de historias con leyes. Unas y otras nos hablan de la soberaneidad de Yahv sobre el pueblo. Quiz sea este el hilo que da unidad al conjunto de materiales recogidos en l. El creador del universo (libro del Gnesis) puede reinar sobre su creacin porque hay un pueblo que lo reconoce como su Seor, y puede establecer su palacio regio en medio de l (libro del xodo). Solo a l ha de servir. Por ello, se entiende que el libro comience con el paso de Israel del servicio al faran de Egipto al servicio de Yahv en el desierto, y que termine la narracin con la construccin de la tienda del encuentro, en la cual la gloria de Yahv, es decir, Yahv mismo, establece su morada.

    El primer artculo, tal como reza su ttulo, Cmo leer el libro del xodo?, sirve de prtico de entrada al libro y, en definitiva, al corazn de la fe de Israel. Se muestra cmo esta obra es el resultado de un triple proceso: literario, histrico y religioso. Estas perspectivas se complementan y permiten leer e interpretar el libro desde distintos puntos de vista. Como obra literaria: presenta una trama narrativa con momentos de gran belleza. Como documento de tipo histrico: ayuda a reconstruir el pasado del pueblo. Y como acontecimiento religioso: revela a Dios en su accin.

    Los dos siguientes artculos nos presentan, respectivamente, a los dos grandes protagonistas del libro. El protagonista humano es Moiss, un personaje clave en la historia de Israel. Dos grandes acontecimientos estn relacionados con su persona: el xodo y la donacin de la Ley por parte de Yahv. Llama la atencin, sin embargo, que ninguna huella de su persona y de sus gestas se haya conservado en las numerosas inscripciones y tablillas del antiguo Oriente Prximo. Si Moiss tiene protagonismo en el libro, ello se debe a quien es su Dios, Yahv. l es el verdadero y gran protagonista. Se trata de un Dios distante y, a la vez, cercano. En efecto, Dios se muestra distante en sus acciones

  • 3salvficas y misericordiosas, en las que est prximo a Israel. Por esto, el autor propone el binomio cercana-distancia como posible eje de lectura del relato del xodo. Este mensaje que recorre el libro recorre tambin otros muchos escritos de la Biblia (AT y NT).

    El cuarto artculo lleva por ttulo La alianza de Dios con Israel: el Declogo. Alianza y Declogo son dos realidades distintas, pero estrechamente relacionadas. Tan relacionadas que, en determinados textos bblicos, son equiparadas. El Declogo es el documento ms notable del aspecto tico de la religin, de tal modo que se puede decir que en el Sina se colocan al mismo tiempo las bases de la religin y de la tica.

    En el ltimo artculo, La relectura del xodo en el Deuteronomio, se muestra que lo narrado en este escrito est presente a lo largo de toda la Escritura. Especialmente el motivo del xodo, por ser un acontecimiento fundante de Israel como pueblo de Dios. Esto explica que sea la tradicin del xodo la ms releda a lo largo de toda la Escritura. Dicha rememoracin se debe a los desafos ocasionados por las nuevas situaciones histricas. Analizamos las diferentes relecturas que el libro del Deuteronomio hace de esa tradicin.

    Los autores de este nmero, a la hora de escribir, hemos tenido muy presentes a los posibles lectores. No hemos pretendido ofrecer tanto una sntesis del libro del xodo cuanto presentar aquellos aspectos que consideramos fundamentales para que despierten el deseo de seguir profundizando en este escrito. Pues, con razn, se le denomina el evangelio del Antiguo Testamento.

    Jos Luis Barriocanal Gmez

  • 5CMO LEER EL LIBRO DEL XODO?

    Miguel ngel Garzn Moreno

    Al abrir el libro del xodo entramos en el corazn de la fe de Israel. Se le ha denominado, y con razn, el evangelio del Antiguo Testamento. En l se narra la buena nueva de la salvacin de Israel y sus inicios como pueblo de Dios. De ah la enorme repercusin que ha tenido tanto dentro del judasmo (acontecimiento fundador) como del cristianismo (tipologa para su cumplimiento).

  • 6El xodo se convirti en el ncleo principal del credo israelita. El libro que contiene este evento enlaza con el Gnesis continuando la trama del grupo de israelitas que baj a Egipto en tiempos de Jos para sobrevivir a la poca de hambre. Narra la salida-liberacin de los is-raelitas de Egipto, su paso por el desierto y la llegada al monte Sina. Concluye con la construccin de la tienda del encuentro y el establecimiento de la gloria de Dios en ella. La estancia del pueblo en el Sina proseguir na-rrativamente en el Levtico hasta Nm 10, y el paso por el desierto hasta Nm 26. De esta forma, el libro est in-sertado en un conjunto literario (Pentateuco) que inicia en lo que le precede y se prolonga en los libros sucesivos.

    En la Biblia juda, el libro toma nombre de sus prime-ras palabras: Shemot, nombres (x 1,1). En la Biblia griega (LXX), su nombre alude al contenido: Exodos, salida. Y de ah pas a la versin latina de la Vulgata (Exodus) y a nuestras lenguas modernas.

    El libro es el resultado de un triple proceso: literario, histrico y religioso. Estas perspectivas se complemen-tan y permiten leer e interpretar el libro desde distintos puntos de vista:

    Obra literaria: presenta una trama narrativa con momentos de gran belleza.

    Documento de tipo histrico: ayuda a reconstruir el pasado del pueblo.

    Acontecimiento religioso: revela a Dios en su accin.

    1. Una obra literariaEl libro, en cuanto tal, es una composicin literaria

    que agrupa narraciones y leyes (como otros textos del antiguo Medio Oriente).

    A) LAS NARRACIONESLas narraciones siguen una trama en tres seccio-

    nes: la esclavitud de los israelitas y su liberacin del

    poder de Egipto (1,115,22), su paso por el desierto (15,2318,27), la estancia a los pies del Sina, con la consecucin de la alianza, su ruptura por el pecado y su renovacin posterior (1940).

    Dios es el personaje principal que gua toda la trama con sus palabras y acciones. Moiss es el personaje es-trella. Sin tratarse de una biografa al uso, se ensalza su figura desde su nacimiento hasta su muerte. El pueblo de Israel tambin est en primer plano, movindose entre la fidelidad e infidelidad a Dios y a su mediador. El faran es el gran enemigo y rival de Dios por hacer-se con el dominio sobre Israel. Aparecen otros perso-najes secundarios, ligados a los principales. As, en re-lacin a Moiss, sus hermanos Aarn (principal ayu-dante) y Mriam, su suegro Jetr, su esposa Sfora, su sucesor Josu. En relacin con el faran, su hija y sus siervas, el resto de egipcios, soldados, sabios. En rela-cin con el pueblo de Israel, parteras, ancianos, levi-tas, artesanos...

    B) LOS CUERPOS LEGALESLas leyes se han de interpretar dentro de las narra-

    ciones. Su funcin narrativa consiste en dar un esta-tuto jurdico al pueblo liberado. Se agrupan formando cuerpos legales. El cdigo de la alianza (20,2223,33) contiene instrucciones religiosas, cultuales y sociales (casusticas y apodcticas), donde sobresale el Declo-go (20,1-17). Dos bloques con carcter propio recogen las normas de construccin de la tienda del encuentro (2531; 3540). Tambin se pueden considerar leyes las estipu-laciones sobre la Pascua (1213) y el Declogo cultual al cierre de la alianza renovada (34,10-24).

    En general, estos cuerpos legales han sido redac-tados muchos siglos despus de los acontecimientos que se narran. Principalmente, son fruto de la labor de la escuela sacerdotal y deuteronomista. Pero apa-rece material antiguo de poca premonrquica o mo-nrquica. Incluso otros redactores posexlicos tardos hicieron retoques.

  • 7C) ESTRUCTURA Y CONTENIDO El libro narra, fundamentalmente, una trama de li-

    beracin y formacin de un pueblo, con fuerte colori-do pico y tensin dramtica. Consta de tres grandes actos:

    La liberacin de Egipto. El paso por el desierto. La alianza en el Sina.

    1. La liberacin de Egipto (1,115,22)La primera seccin narra la estancia de Israel en

    Egipto, su opresin y liberacin. El relato comienza en Egipto, pasa por Madin y Horeb, vuelve a Egipto y concluye en el mar de las caas. La trama tiene una gran cohesin interna y se desarrolla en tres momentos: punto de partida y planteamiento (14), nudo (511) y desenlace (12,115,21).

    x 12 establece la situacin de partida. El inicio del libro (1,1-7) enlaza con el Gnesis e introduce la nue-va etapa del xodo. Los israelitas se multiplican con-forme a la bendicin de Dios (Gn 1,28; 9,1-7; 12,2; 17,2-6; 48,4). La muerte de Jos, de sus hermanos y de toda la generacin que baj a Egipto (v. 6) supone un cambio de poca: de la familia de Jacob al pueblo de Israel (v. 7).

    La primera escena narrativa (1,8-22) acenta este cambio de poca: surge un nuevo faran que no cono-ci a Jos. Este faran dispone tres medidas contra los is-raelitas, para impedir su crecimiento, que es un peligro para Egipto, y pasan a ser esclavos. Pero estas medidas fracasan. El inicio ya anuncia el final. Se quiere mos-trar astuto, pero es burlado. La tercera medida da lugar al relato del nacimiento y salvacin prodigiosa de Moiss (2,1-10). Su salvacin de las aguas anticipa su futura misin: ser liberador de un pueblo. Esta misin se ex-pone en tres episodios de su juventud (2,11-22). Pero los israelitas no lo aceptan, pues no est capacitado:

    Quin te ha constituido jefe y juez sobre nosotros? (2,14). Amenazado de muerte, huye a Madin, casn-dose y asentndose all.

    x 2,23-25 es un texto de transicin, marcado por la muerte de faran y la entrada de Dios en escena como

    Moiss, de Miguel ngel (1475-1564).

  • 8protagonista directo en la trama de liberacin. Dios es-cucha el clamor de los israelitas, se acuerda de la alian-za con los patriarcas, se fija y conoce su situacin.

    El siguiente paso lo constituye la vocacin de Moi-ss y su retorno a Egipto (34). Dios se da a conocer a Moiss y lo llama para ser mediador de la liberacin. Es Yahv, Dios de los patriarcas y del pueblo, Seor de la creacin y de la historia. Moiss queda revesti-do de autoridad para la misin y puede volver a Egip-to (4,19-31). Dios lo ha constituido jefe y juez sobre los israelitas. Aarn ser su portavoz. El pueblo crey en Dios y acepta a Moiss y el plan liberador (4,31).

    El centro narrativo desarrolla la li-beracin del pueblo, en varios inten-tos (514). x 5,17,7 presenta un primer fracaso. Moiss y Aarn son re-chazados por el faran: Quin es ese Yahv para que deje salir a israelitas? No conozco a Yahv (5,2). El faran endurece la opresin (5,6-23). Moiss se queja a Dios (5,22; 6,19-23). Yahv responde revelndose de nuevo y re-novando la misin (6,1-8). Moiss, rechazado por los israelitas (6,9), duda de su capa-cidad (6,9-12). Dios lo capacita con su autoridad (7,1-7) para hacer frente al faran, anunciando las plagas que traern la victoria final de Dios (7,5). Moi-ss ser ayudado por Aarn (resaltado con su genealo-ga: 6,14-27). Ambos obedecen a Dios.

    La trama contina con el duro enfrentamiento entre Dios y el faran por medio de las plagas (711). Estn precedidas por el relato del bastn/serpiente de Aarn que devora los bastones/serpientes de los magos egip-cios vaticinando el final de la confrontacin. Son tres series de tres plagas en crecimiento progresivo. Los signos y prodigios revelan la soberana de Yahv sobre la creacin. Harn que el faran, los egipcios y los is-raelitas conozcan a Yahv (es el dedo de Dios: 8,15).

    La dcima plaga constituye el clmax narrativo (11,113,16). En ella interviene Dios directamente, sin la mediacin de Moiss ni de Aarn. La Pascua ini-cia el desenlace de la trama de liberacin, el paso de Dios. Se incorporan textos legales sobre la Pascua (fies-ta vinculada al ganado y a las fases lunares), los cimos (fiesta vinculada al ritmo de las cosechas) y los primo-gnitos (rito antiguo que reconoce la seora divina so-bre la fecundidad y la vida). Israel interpret estos cul-tos primitivos a la luz de su historia. El faran, despus

    de la noche del exterminio, decide de-jar salir a los israelitas, que se dirigen hacia el mar de las caas.

    En el grandioso relato del paso del mar (13,1714,31), Dios muestra su poder en un combate del que saldr victorio-so. Moiss anima al pueblo: Yahv pe-lear por vosotros (14,14). As lo reco-nocen los egipcios (14,25). Dios vence a las fuerzas del mal (mar) con la fuerza de su viento/espritu (ruah). Como en la creacin y recreacin despus del diluvio, Dios inicia una obra creado-ra: Israel es salvado y creado: Crey

    en Dios y en Moiss, su siervo (14,31).La trama de liberacin culmina con un canto de vic-

    toria de Moiss y los israelitas (15,1-18) y de Mriam (15,20-21). Este himno de accin de gracias seala el nuevo estatus del pueblo: de esclavo a siervo de Dios. Constituye la primera respuesta (cultual) a Yahv, su nuevo soberano.

    2. El paso por el desierto (15,2218,27)La segunda seccin narra el camino del pueblo libe-

    rado desde el mar de las caas hasta el Sina. Se com-pone de escenas unidas por las frmulas de itinerario (15,22.27; 16,1; 17,1), que a su vez unen toda la mar-cha del pueblo por el desierto grande y terrible hasta llegar a Moab despus de cuarenta aos.

    La dcima plaga constituye el clmax narrativo.

    En ella interviene Dios directamente, sin la

    mediacin de Moiss ni de Aarn. La Pascua inicia el desenlace de la

    trama de liberacin, el paso de Dios.

  • 9La narracin es una transicin que une la primera parte del libro (liberacin) y la ltima (estancia en Sina). El camino de tres das por el desierto (15,22) ya lo anunci Dios al llamar a Moiss (3,18). En el desierto, el pueblo afronta nuevos peligros: necesida-des de orden natural (hambre y sed), dificultades en la comunidad (autoridad y poder) y ataques de ene-migos (amalecitas). Las necesidades provocan la queja del pueblo. Dios entonces se muestra como padre que cuida y alimenta. Moiss sigue actuando como gua y mediador.

    La secuencia narrativa contiene los episodios de las aguas de Mar (15,22-27), Mas y Merib (17,1-7); el man y las codornices (16); la guerra con Amalec, don-de aparece Josu como jefe militar, anticipando su mi-sin de conquistar la tierra prometida (17,8-16); y la administracin de justicia, donde Jetr da indicaciones de gobierno (18).

    3. La alianza en el Sina (x 1940)La tercera seccin se desarrolla a los pies y en la cima

    del monte Sina. Es una narracin mucho ms hetero-gnea, formada por material muy diverso. Se distinguen cuatro grandes bloques alternando narraciones y leyes:

    a) La estipulacin de la alianza (1924)La conclusin de la alianza (c. 19 y c. 24) enmarca

    sus leyes. Dios seala el nuevo estatuto que el cum-plimiento del pacto otorga a todo Israel: Si escuchis mi voz y guardis mi alianza, seris mi propiedad par-ticular... un reino de sacerdotes y una nacin santa (19,5-6). En la montaa acontece una teofana, mani-festacin divina (19,16-25), en medio de fenmenos naturales (nubes, truenos, relmpagos, humo, fuego, temblor de tierra) que funden lo natural (tormenta, erupcin volcnica) y lo sobrenatural. All tiene lugar el dilogo entre Dios y Moiss, mientras el pueblo per-manece al pie de la montaa contemplando y estre-mecido.

    A continuacin, Dios entrega su ley a Moiss en la montaa. Las primeras palabras forman el Declo-go (20,1-17). Regula las relaciones del israelita con su Dios y con su prjimo. Todo l depende del prembu-lo: Yo soy Yahv, tu Dios, que te sac de Egipto... (20,2). Destaca la referencia al sbado como tiempo consagrado para el encuentro con Dios. Una nueva teofana (20,18-22) cierra el Declogo. Despus, se incorpora el cdigo de la alianza (20,22-23,33), con leyes religiosas, cultuales, ticas y sociales. La alianza se concluye con un rito (24): una comida y un sacrifi-cio de comunin. La sangre, smbolo de vida, derrama-da sobre el altar (Dios) y sobre el pueblo, sella la alian-za. Desde este momento Israel, por decisin libre, pasa a pertenecer a Yahv.

    Menor de la visin de Zacaras. Biblioteca Nacional de Portugal, Lisboa.

  • 10

    b) El proyecto de edificacin del santuario (24,1231,18)La entrega de las tablas de la ley a Moiss enmarca

    la seccin. Yahv da las instrucciones a Moiss para la construccin del santuario. La morada divina se com-pone de dos espacios separados por cortinas. Entre los elementos sagrados destaca la placa propiciatoria, lu-gar de la presencia de Dios y de su palabra.

    c) La ruptura y el restablecimiento de la alianza (3234)

    Mientras Moiss recibe las instruc-ciones, el pueblo se fabrica un becerro al que adora como su dios (32,8). Se rompe la alianza (primer mandamien-to del Declogo) y Moiss rompe las tablas. Seguir Dios en medio de su pueblo? Lo hace guindolo por medio de su ngel (33,1-6) y descendiendo a la tienda del encuentro fuera del cam-pamento (33,7-11). Moiss, que goza de la cercana especial de la gloria di-vina (33,7-11.18-23), intercede ante Dios, que se compromete a seguir en medio de su pue-blo (33,12-17). Entonces Yahv renueva la alianza y se rehacen las tablas de piedra. Se revela, con su nombre, como Dios fiel, que castiga el pecado pero tiene miseri-cordia infinita (34,5-9). La alianza se establece confor-me a las clusulas del Declogo cultual (34,11-26). Dios pide un culto exclusivo y prohbe las relaciones con los cananeos, con sus dioses y cultos.

    d) Construccin del santuario (3540)Despus de esta crisis y la renovacin de la alianza

    se inicia la construccin del santuario (3539). Se des-taca el valor del sbado (35,1-3). El relato culmina con la consagracin del santuario (40,1-33) y la aparicin de la nube y la gloria de Yahv (40,34-38), signo de la presencia de Dios en Israel y de su soberana. El pue-blo cuenta con un tiempo y un espacio consagrados a su Dios.

    2. Un documento histricoLas narraciones del xodo se presentan con un mar-

    cado carcter histrico. Los acontecimientos, dispues-tos cronolgicamente, son una crnica de lo real-mente sucedido o son una ficcin? Podemos leer el libro como un relato histrico?

    La presencia de los israelitas en Egip-to, su esclavitud y opresin, sus traba-jos forzados en Pitn y Rameses, la es-tancia en Gosn, la figura de Moiss, las plagas, la salida-liberacin, el paso del mar, las etapas por el desierto, la es-tancia en el Sina... tienen fiabilidad histrica? Algunos elementos pueden considerarse con cierto grado de vero-similitud: los israelitas pudieron haber trabajado en la construccin de ciuda-des granero en el delta del Nilo en la poca de Ramss II (1279-1134 a. C.), quien, en una de sus cartas, alude a los apiru. Pero una lectura atenta suscita

    bastantes objeciones lgicas sobre los hechos: x 12,37 habla de 600.000 israelitas que salieron de Egipto, sin contar mujeres y nios: es eso posible?, no dej hue-lla en los crnicas egipcias?, cmo pudieron sobrevivir en el desierto cuarenta aos?, solo por la accin mi-lagrosa de Dios (man, codornices, agua...)?, no dej rastro arqueolgico en los alrededores del Sina o en las ciudades de Cades Barne (38 aos de estancia) y Esin Guber?, poda un pueblo que huy a toda pri-sa disponer de la inmensa cantidad de oro y materiales lujosos en el desierto para la construccin del santua-rio y de todos sus enseres segn x 3540?... Las pre-guntas se podran extender al tiempo de la estancia en Egipto, al momento y modo de la salida, a las plagas, a la ruta del desierto, etc.

    Hasta el siglo XIX, era comn sostener la historici-dad de las narraciones. Con el surgir de la crtica hist-

    Los estudios bblicos suelen fechar tardamente los

    textos del Pentateuco. En consecuencia, cuanto ms tardos sean los documentos,

    ms se alejan de los acontecimientos que

    re eren, disminuyendo la seguridad histrica.

  • 11

    rica y literaria, las afirmaciones oscilan entre los que defienden la historicidad (Bright, 1981) y los que la niegan rotundamente, tachando la narracin de pica y legendaria (Lemche, 1996). La documentacin ex-trabblica no ha proporcionado ningn documento que permita identificar con certeza algn personaje del re-lato, aunque la situacin de Egipto en los siglos XVI-XI a. C. s es compatible con el asentamiento y la salida de grupos semitas (no identificados como israelitas) en direccin a Palestina. Los estudios barajan varias hi-ptesis: una, la expulsin de los hicsos (1570); otra, una huida de semitas en tiempos de Ramss II (1230); otra, la huida de un semita By, canciller en tiempos de la reina Taosret (1187).

    Los estudios bblicos actuales tienden a fechar tar-damente los textos del Pentateuco. En consecuencia, cuanto ms tardos sean los documentos, ms se ale-jan de los acontecimientos que refieren, disminuyen-do la seguridad histrica. Reflejan ms la poca en que fueron escritos, es decir, la poca monrquica, exlica o posexlica (Finkelstein). En esta direccin iran los estudios de la arqueologa (Redford) que sealan que la masa de poblacin semita en el delta del Nilo, el movimiento de gentes por el desierto y los asenta-mientos en Cades Barne corresponden ms bien al siglo VII-VI a. C., al perodo de la dinasta XXVI, go-bernada por el faran Psamtico I (664-610) y su hijo Nec II (610-595). Es la poca del rey Josas, que luch contra Egipto y cuya reforma trajo paz y prosperidad, pudiendo atraer a israelitas asentados en Egipto. La construccin literaria pudo ser aumentada posterior-mente durante el exilio en Babilonia (586-539) e inclu-so durante la poca de Esdras y Nehemas (siglo V) y en aos posteriores. De esta forma, los hechos que sirvie-ron de base al relato del xodo pudieron ser muchos.

    Por eso, los relatos del xodo hemos de verlos como obra de telogos con una intencin religiosa, y tam-bin poltico-legal-nacionalista, que, sirvindose de tradiciones pasadas, elaboran un relato desde la fe. No

    son historiadores al uso narrando una crnica de los hechos, pero tampoco componen una ficcin. No se anula el carcter histrico de los relatos, pero es una historia entendida de un modo diferente a nuestra for-ma de hablar de historia.

    La recoleccin y ensamblaje, a modo de bricolaje, de leyendas, sagas, epopeyas y recuerdos histricos ayu-da a conocer la autocomprensin del pueblo de Is-rael y sus relaciones con los pueblos vecinos a lo lar-go de la historia. Con Jess Garca Recio, podemos afirmar que sabemos menos del Moiss de la histo-ria que del Moiss de la fe; y del mismo modo, sa-bemos menos del xodo de la historia que del xo-do de la fe. Ahora bien, la narracin del xodo for-ma parte de la historia de Israel en cuanto pueblo, y pueblo de Dios.

  • 12

    3. Un acontecimiento religiosoEstas afirmaciones nos llevan a leer el libro del xo-

    do desde la perspectiva religiosa. Sus pginas recogen un acontecimiento sagrado en el que Dios se revela. Libera a Israel, su pueblo, y lo hace suyo en alianza. Necesita a Moiss, el mediador. Y tiene que luchar con los que se le oponen como rivales.

    A) DIOSEl telogo D. E. Gowan afirmaba que podra bastar

    una pregunta para leer el xodo: qu dice el libro so-bre Dios? Pregunta que se hacen el pueblo (3,13) y el faran (5,2): quin es YHHW? La trama narrativa de accin-liberacin se convierte a la vez en una trama de revelacin divina.

    Dios mismo se da a conocer, se autorrevela. Se deja encontrar y sale al paso de Moiss y del pueblo en la

    zarza, en la montaa, en la tienda del encuentro... All manifiesta su gloria. Se presenta como el Dios de los patriarcas y revela su nombre: YHWH (3,13-15; 6,2-8; 34,6). Imposible de traducir, est relacionado con el verbo ser, en sentido activo y dinmico: yo soy; yo soy el que soy; yo soy el que ser. Es el Dios de Israel presente en su historia.

    Dios se revela en su accin como: Seor del cosmos y de la historia, nico Soberano. Con-

    trola la naturaleza (plagas). Acta para que los egip-cios le conozcan (7,5) y sepan que no hay otro como l (9,14); a l le pertenece toda la tierra (9,29). Guerrero vencedor, pone lmite al poder maligno de las aguas (x 14; cf. Gn 1; 69). Lucha contra el faran y vence.

    El Dios de Israel. As lo reconocen el pueblo y to-dos los egipcios despus de la liberacin (creyeron en Yahv, su Dios: 14,30; Yahv lucha con ellos: 14,25). Dios ve y conoce la situacin del pueblo

    Zigurat de Ur, en Irak (siglo XXI a. C.).

  • 13

    (2,25; 3,19; 6,3). Dios se compadece y lo libera (libe-racin poltica y social). En el desierto, Dios es padre y alimenta, acompaa y protege.

    El Dios de la alianza. El Dios que se compromete y compromete. Las alianzas de Dios con No (Gn 9,8-17) y Abrahn (Gn 15; 17) eran incondicionales. Ahora, el pacto con su pueblo queda condicionado al cum-plimiento de mandatos (19; 24; 34). Dios otorga la ley como don, gua y compromiso.

    El Dios de la misericordia. Ve peca-dos y perdona. Esta es la segunda gran liberacin: del poder del peca-do, desde la purificacin y el perdn (34,6-7).

    El Dios que camina con su pueblo desde su morada-santuario. En el an-tiguo Oriente Medio, la divinidad afirmaba su soberana en el momen-to de la consagracin del templo. La soberana de Dios sobre el pueblo no es como la del faran, que oprime y esclaviza (3,7-10), sino una sobera-na que hace hombres libres. Pone su morada en medio de su pueblo y camina con ellos (15,17; 40,34-38).

    B) EL PUEBLOLa trama de revelacin divina tambin define la iden-

    tidad del pueblo de Israel. Dios lo califica como su hijo primognito (4,22-23). La cuestin decisiva que atraviesa el relato es: a quin ha de servir el pueblo, al faran, al becerro o a Yahv? Auzou, en su comentario al libro, refleja muy bien su finalidad religiosa: De la esclavitud al servicio. El verbo hebreo servir (abad) puede significar el servicio dado en esclavitud a un se-or o el servicio litrgico ofrecido a Dios. Al principio se trata de los trabajos forzados del pueblo esclavo a favor del faran y progresivamente se pasa al servicio litrgico

    pedido y ofrecido a Dios en un lugar y de un modo es-tablecidos por l. De la esclavitud forzada ante el opre-sor se pasa al servicio libre en honor de Yahv. El pueblo nace de la liberacin y para la libertad.

    Desde ese momento, el pueblo queda ligado a Dios. No deben olvidar, ellos y todas las generaciones suce-sivas, que Yahv es su Dios (6,2; 10,2). Se han unido a l en alianza y han recibido una nueva identidad:

    Mi propiedad particular... un reino de sacerdotes y una nacin santa. Han recibido la ley como gua y nor-ma de conducta para permanecer li-bres y fieles a su identidad. Estn lla-mados a dar culto al Dios que los ha liberado. En el ritual de Pascua harn memoria de su historia de salvacin. La tienda o santuario se convierte en espacio sagrado, lugar de la presencia de su Dios en medio de ellos. Y el s-bado, en tiempo sagrado dedicado a Dios, servicio de un pueblo libre.

    Dios se revela, pero el pueblo no lo ha visto. Por eso, el pueblo camina entre la

    resistencia (murmura, se rebela, duda, tienta a Dios...: 5,20-21; 14,10-12; 15,24; 16,2-3; 17,3; 32), la fe y la fidelidad (4,31; 14,31; 24,2).

    C) EL MEDIADOR-LIBERADORDios acta a veces de modo directo, pero en otras

    ocasiones necesita la ayuda de Moiss, su mediador. Lo llama para la misin de liberar al pueblo y guiar-lo por el desierto hasta la tierra prometida. Moiss se convierte en el protagonista junto a Dios. El pueblo lo acepta como liberador (34), jefe y organizador (18), mediador entre Dios y el pueblo (20,18-21), legisla-dor (24,3.12), primer sacerdote (40,16-33). Tambin aparecen otros colaboradores de Dios: las comadronas israelitas, Aarn, Josu.

    En el antiguo Oriente Medio, la divinidad a rmaba su soberana en el momento

    de la consagracin del templo. La soberana de Dios sobre el pueblo

    no es como la del faran, que oprime y esclaviza,

    sino una soberana que hace hombres libres.

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    D) LOS RIVALESDesde el principio, Dios encuentra unas fuerzas hos-

    tiles a su plan de liberacin. Por un lado, el faran. De-tenta y representa el poder poltico, opresor y violen-to, que impide la libertad y dignidad, y el poder divino de los dioses egipcios. De esta manera, es el anti-Dios. No conoce a Yahv. Nunca se dice su nombre, pues se identifica con todo poder opresor. Por otro lado, el be-cerro de oro es un dolo fabricado con las manos. Est hecho de oro y piedras preciosas, simbolizando la ri-queza como dolo en oposicin a Dios. El becerro es expresin del pecado capital del pueblo: la idolatra en cualquiera de sus expresiones. Dios lucha con es-tos rivales y se muestra ms fuerte, anulando su poder sobre el pueblo.

    4. Un libro abierto: hacia la tierraEl libro termina abierto al futuro: en camino

    hasta alcanzar la tierra prometida (6,8; 40,38). Este

    cierre crea una tensin narrativa y teolgica que marca toda la historia y la fe del pueblo de Israel. Su teologa se refleja en muchos de los momentos sucesivos: conquista de la tierra prometida (paso del Jordn como nuevo paso del mar), el xodo del exi-lio (salida y paso del desierto), el xodo y la nueva alianza como clave teolgica en los profetas (Ams, Oseas, Jeremas, Ezequiel, Deuteroisaas). As, hasta llegar al definitivo xodo de Jesucristo (Lc 9,51). l re-vela plenamente a Dios: su nombre, Yo soy (Mc 6,50; Jn 8,24), y su gloria. En la cruz-resurreccin, acon-tecer la liberacin de la humanidad, el nuevo xo-do del pueblo redimido de la esclavitud del pecado, y el cumplimiento de la nueva alianza con su sangre derramada.

    Desde ese momento, la Pascua (paso) de Jesucristo inspira nuevas lecturas creyentes del xodo, para libe-rar a la humanidad de todo poder y todo dolo que, desde la injusticia, la oprimen y la alienan de su ver-dadera identidad, ser hijos de Dios (x 4,22), hasta que alcance la tierra prometida del Reino de Dios. Q