presente continuo 14

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  • 8/13/2019 Presente Continuo 14

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    VIERNES

    Nostalgia del paraso. Despiertas con ebre,mocos y dolor de cabeza. El resfriado ha ido ams. No deberas haber salido la noche anterior.

    Buscas el paracetamol y te lo tomas si fueras un adicto,creyendo en el milagro absoluto. Intentas escribir, perode nuevo no puedes. La cabeza no te lo permite. As quete quedas navegando un rato por la red y, casi por casua-lidad, acabas siguiendo en directo el nal de Canal , re-transmitido en la tele y en streaming. Sientes que estscontemplando algo histrico, el apagado de una tele conla que has crecido. Recuerdas perfectamente el da enque tu primo L. subi al tejado para girar la antena hastaque pillase la seal de ese nuevo canal en el que ponanlos dibujos de los que todos hablaban,Bola de drac. sefue un da feliz. Tenais un canal ms. Y durante un tiem-po tu mundo se organiz en torno a la programacin deCanal . No sabas nada entonces de intrigas polticas,manipulaciones y otras cosas vergonzosas que estabandetrs de aquello que t simplemente disfrutabas. Y qui-z por eso cuando hoy ves el fundido en negro te da unvuelco el corazn. Por supuesto, piensas en toda la genteque se va a la calle, en cmo pagan unos por los errores

    de otros en muchas cosas. Pero sabes que si el apaga-do te pone melanclico es en el fondo por otra cosa. Esporque, a pesar de todo, Canal te sigue sonando a in-fancia, a paraso, a felicidad.

    Por la tarde sigues en pijama y bata de casa. Y te dascuenta algo extrao: hoy es el Da de las Libreras y nohas comprado ningn libro, precisamente t, que nopuedes pasar por la puerta de una librera sin entrar acuriosear. As que para homenajear a esos lugares en losque te gustara vivir para siempre, reemprendes la lectu-ra de Libreras, el libro de Jordi Carrin que qued na-lista en ltimo Premio Anagrama de Ensayo. Es un textoemotivo y lleno de conocimiento. Te reconoces en mu-chas de las reexiones sobre el signicado de los libros ylas libreras. Reconoces la pasin. Y la compartes. Y sa-

    bes que si algn da llega el ndel mundo es muy posible

    por pura probabilidad quete pille dentro de una librera.

    SBADO

    En construc-cin. Nuevoespacio arts-

    tico en Murcia. AB.

    Desde el colectivo curatorial er Escaln que compo-nis I., A. y t habis preparado una actividad para in-augurar el espacio, En construccin. Los artistas que ha-bis seleccionado (Sergio Porln, Tatiana Abelln, Ro-sell Meseguer, Mara Jos ClimentyEduardo Prez

    Salguero) muestran las cosas que estn haciendo ahoray hablan acerca de su obra y sus modos de crear arte. Noes exactamente una exposicin de tesis, sino ms bien unespacio de contacto entre artistas y pblico. Estis todo elda all, desde las once de la maana hasta la noche, y nopara de venir gente. Los artistas han sido muy generosos,y sobre todo M. A., de ArtNueve, que es la verdadera pro-motora del espacio. Acabis satisfechos porque os daiscuenta de que estos lugares son necesarios. Son espaciosde relacin, la excusa perfecta para reunirse a charlar decualquier cosa a partir de las obras de arte.

    Despus ves el Madrid con L., D. y M. L. mientras to-mis unos negronis en El Parlamento Bar y hablis de li-teratura. A pesar del resfriado se te abre el apetito. Tras lacena, sigues un poco ms con L. y te tomas la ltima enel Pura Vida. Ron con Sprite. Te lo bebes como si fueraagua. Pero ests incmodo. Te huele la ropa a fritangadel sitio en el que habis cenado. Es algo que no puedessoportar. Preeres el olor a sudor o a cualquier otra cosa.

    Pero no se. Sientes que todo el bar te est oliendo y aca-bas yndote enseguida.

    DOMINGO

    Lo inasumible. De la siesta te despierta un men-saje de R.: Dice P. que te diga que se ha muertoPepe Clemente. Te quedas unos segundos sin

    saber cmo reaccionar. La luz est apagada y sigues sin te-ner muy claro dnde ests. Antes de que te despiertes deltodo y comiences a pensar, suena el telfono. Miras el n-mero y ves Jos Clemente. Enseguida intuyes que es al-guien que te va a comunicar la noticia. Pero por unas d-cimas de segundo mnimas, pero reales te imaginas aPepe al otro lado. Y no sabes si contestar. Pero lo haces. Essu secretaria. Le dices que ya te ests enterado y aprove-chas para preguntarle a qu tanatorio lo van a llevar.

    Hablas con M. y quedis para ir juntos. Ya fuisteis haceunas semanas al hospital y ahora volvis a pasar el mal

    trago. Es un momento difcil. Sabes lo que es porque lohas experimentado ms de una vez. En ese mismo tana-torio velaste hace aos a tu padre. Por eso aprietas losdientes y los puos cuando ves a los hijos de Pepe ycuando hablas con su mujer. Y se te cortan las palabras.Y no sabes qu decir. Y tan solo miras. Y tocas. Y abrazas.Y acabas diciendo que mucha fuerza y que mucho corajepara lo que queda. Porque lo queda no es fcil. El tiempocura algo, pero no todo. Hay heridas que no cierran nun-ca. Lo sabes bien. Nunca podemos acostumbrarnos a lamuerte del otro. Nada es ms natural y, sin embargo, nohay nada ms difcil de asumir.

    LUNES

    Ficcin necesaria. En el entierro te da tiempo apensar muchas cosas. El tanatorio est lleno.

    Puedes advertir el amor y el dolor.Pepe con en ti para escribir una columna semanal y

    jams toc una coma. Tuviste libertad absoluta. Y esoque muchas veces lo que escribas chocaba con la ideo-loga del peridico. Recuerdas con especial cario lascenas de Navidad en la redaccin. Pareca una familia.Y l, una especie de padre bonachn satisfecho de con-gregar a todos junto a una gran mesa llena de pastelesde carne, empanadas, saladitos, vino y cerveza.

    En el entierro el cura habla de vida eterna, de resu-rreccin, de felicidad en la muerte. Lo has odo tantasveces Aun as eres consciente de que en estos mo-mentos es reconfortante. Es una ccin. Pero una c-cin necesaria. Un barniz que cubre lo ms terrible, unamanera de dar sentido a algo que, de otro modo, es ab-solutamente inadmisible: el hecho de que todo esto seapague para siempre cuando uno menos se lo espera.

    MARTES

    Lugares para escribir. Pasas toda la maana en

    la universidad recibiendo doctorandos y alum-nos que quieren hablar contigo. Pareces un m-dico en la consulta. Pero en lugar de medicamentos re-cetas libros. Prescripcin bibliogrca. Los libros sonsiempre la mejor medicina.

    Queras haber escrito algo, pero el tiempo se te ha pa-sado sin poder hacer nada de provecho. Es lo que ocu-rre cada vez que ests en el despacho de la universidad.Nunca aunque no tengas alumnos que recibir haspodido trabajar a gusto en un despacho. Por alguna ra-zn, slo puedes escribir en pijama o en chndal. Nopuedes concentrarte, ni siquiera para leer. Te pasa igualen las bibliotecas. Necesitas soledad. No hay lugar comotu habitacin oscura, tus trastos y tus rutinas. Es comoun templo. Un espacio sagrado en el que t eres el sumosacerdote.

    MIRCOLES

    Parar el tiempo.Es el cumpleaos de R. Tresaos ms que t. El tiempo pasa rpido, pero

    ella sigue pareciendo una nia. Al menos a ti telo parece. Quiz sea porque nunca vemos envejecer aquienes tenemos a nuestro lado. Slo envejecen los de-ms, los que viven de puertas para afuera. Los nuestrossiempre se mantienen igual. El hogar, la familia, es un lu-gar en el que el tiempo se detiene. O eso al menos es loque a veces creemos, aunque sepamos que es mentira.De nuevo, otra ccin necesaria.

    Por la tarde, das una conferencia sobre zombis enCartagena. Recuperas algo que ya hiciste y vuelves a re-exionar sobre esa gura central del imaginario con-temporneo. En los ltimos das te ha sorprendido el si-niestro parecido que guardan las imgenes de los zom-bis de Guerra Mundial Z intentando saltar el muro deJerusaln con las imgenes de los inmigrantes saltando

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    Presente continuo

    Profesor de Historia del Arteen la UMU y escritor. Su ltimo

    libro es Intento de escapada

    Miguelngel

    Hernndez

    Desde el colectivocuratorial 1erEscaln quecomponis I., A. yt habispreparado unaactividad parainaugurar elespacio,Enconstruccin

    Opiniones

    LaOpininDOMINGO, 8 DE DICIEMBRE, 201338

    la valla de Melilla. Subes a tu blog esas dos imgenes.Las asociaciones entre ellas son tantas y tan perversasque te quedas sin palabras. Prometes reexionar conms detenimiento acerca de todo esto.

    JUEVES

    Volver a empezar. Llevas varios das dndolevueltas a la necesidad de cambiar el punto devista de tu novela. Has estado escribiendo men-

    talmente y has visto que as no vas por buen camino. Porn, esta maana te levantas temprano y te pones a escri-bir. Comienzas de nuevo y tiras a la basura las cien pgi-nas que llevabas escritas. A veces es mejor empezar otravez antes que seguir perdindose. Tanto trabajo paranada. O no, piensas mejor. No ha sido trabajar en balde.Ahora sabes cosas que no sabas al principio. Hay un ca-mino que antes no exista. En ocasiones uno tiene queescribir demasiado para llegar a saber lo que quiere es-cribir.

    5Ayer se cumplieron aos de la celebracin de un

    pacto, sancionado por abrumadora mayora en todos

    los territorios de Espaa, en una consulta cuya legiti-

    midad fue aceptada sin discusin alguna. Por mucho

    que se diga, ningn pacto es para siempre, y ste tam-

    poco, pero modicar un pacto requiere otro pacto. Lo

    que priva de legitimidad a los defensores de una con-

    sulta en Catalunya fuera del cauce constitucional es

    que rompen un pacto asumido libremente. Ahora

    bien, las circunstancias cambian, los quereres de la

    gente tambin, los trajes polticos deben tener la exi-

    bilidad necesaria para que no salten las costuras, y hoy

    hace falta, con toda claridad, una reforma pactada de

    la Constitucin que ahonde en la representatividad de

    las instituciones y permita un acomodo confortable a

    los nacionalismos. O sea, una senda entre

    quienes amagan con romper el pacto y

    quienes querran petricarlo.

    El pacto

    Dos veces breve Pedro de Silva

    Impreso por Miguelngel Hernndez Navarro. Prohibida su reproduccin.