presencia de conductos en forma de “c”
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1. INTRODUCCIÓN.
El principal objetivo de la terapia endodóntica es mantener la pieza dentaria en
la cavidad oral, por medio de la limpieza y preparación del conducto radicular, la
completa obturación y su reconstrucción para permitir recuperar su función.
Las principales causas del fracaso endodóntico son, el mal diagnóstico, la
deficiente preparación, desinfección y obturación del conducto radicular, causado por
la propia inexperiencia del operador. Otras posibles causas son las complejidades
anatómicas como son los conductos en forma de C que tienen como características,
variaciones anatómicas de forma, redes y comunicaciones irregulares, que pueden
interferir en la completa preparación, desinfección y obturación del conducto
radicular. Por este motivo el Odontólogo debe tener un conocimiento amplio sobre
anatomía y topografía de los conductos radiculares para mejorar las posibilidades de
abordaje y éxito en la terapia endodóntica1.
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2. EL PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN.
Los parámetros básicos para realizar una endodoncia son, realizar un buen
diagnóstico clínico y radiográfico, promover la limpieza, desinfección y la
preparación del conducto radicular, para posteriormente realizar la obturación del
mismo. Pero a pesar de todo ello algunos tratamientos de conducto pueden fracasar,
por la presencia de algunas variaciones anatómicas como son, en el número de raíces,
en el número de conductos y su localización, y en el caso de las segundas molares
mandibulares la presencia de los conductos en forma de C.
Los conductos en forma de C han sido estudiados por diversos investigadores, es
tanta la variación anatómica, que para su mayor entendimiento, existen dos
clasificaciones de los conductos en forma de C, una es de acuerdo a la forma que
describen en el piso de la cámara pulpar, y la otra, es de acuerdo a su tipo
radiográfico.
Es de suma importancia tener un amplio conocimiento de las posibles variaciones
de la anatomía y topografía radicular de los conductos en forma de C, para mejorar
las posibilidades de abordaje y éxito en la terapia endodóntica.
El propósito de la presente investigación fue analizar la presencia de conductos en
forma de C en segundas molares mandibulares.
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3. MARCO TEÓRICO.
La segunda molar mandibular tiene una corona algo más pequeña que la
primera molar, tiende a ser más simétrica y se caracteriza por la convergencia de sus
raíces. Es frecuente que las raíces describan una curva gradual en la porción distal,
que coloca los ápices más juntos. El grado de curvatura y la configuración del
conducto se estudiaron en raíces mesiales de 100 primeros y segundos molares
mandibulares seleccionados al azar; el 100% de los especímenes tuvieron curvatura
tanto en la parte lingual como en la mesiodistal. Weine encontró que el 4% de las
segundas molares mandibulares tenían dos raíces con dos conductos, que la mayoría
tenía dos raíces y tres conductos, y que la presencia de dos conductos distales era
menos frecuente que en el primer molar mandibular 2.
La cámara pulpar y los orificios de los conductos del segundo molar
mandibular no es en general tan grande como los del primero. Este diente puede tener
uno, dos, tres o cuatro conductos. Los dos orificios mesiales están localizados más
cerca. En algunos segundos molares mandibulares con raíces únicas o fusionadas, una
lima colocada en el conducto mesiovestibular puede parecer que está en el conducto
distal. Eso sucede debido a que los conductos están conectados a veces por una
hendidura semicircular, una variedad del conducto en forma de C que ocurre con
frecuencia en este diente. La cara distal de la raíz mesial y la cara mesial de la raíz
distal tienen concavidades, que deben evaluarse durante los procedimientos de
limpieza y preparación del conducto radicular3.
Las variaciones anotómicas de la segunda molar mandibular son mayores que
de la primera molar, puede tener una raíz distal con un solo canal, mientras que la raíz
mesial puede presentar dos conductos independientes o que se unen en un solo
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foramen apical. En otros casos la raíz mesial puede tener solo un canal situado
centralmente, quiere decir que esta molar tiene un conducto distal y un solo conducto
mesial. Esta molar puede tener tres conductos clásicos, pero estos están inusualmente
orientados, por ejemplo el orificio del conducto mesiolingual puede estar ubicado más
cerca al conducto distal que al conducto mesiobucal. Puede existir una raíz mesial con
un solo conducto mientras que la raíz distal contiene dos conductos quienes se unen en
el ápice, en este caso el diente tendrá tres canales pero su apariencia estará rotada
180°. Puede tener una sola raíz conteniendo dos conductos, uno mesial y otro distal,
que son independientes o se unen en el ápice. La molar puede tener también una sola
raíz con un solo conducto radicular. Muy rara vez, la segunda molar mandibular puede
tener tres raíces con tres conductos independientes uno distal y dos mesiales, o tres
raíces con cuatro conductos, uno distobucal, uno distolingual y dos mesiales. Y por
último en algunos casos las segundas molares pueden presentar conductos en forma de
C4.
Los segundos molares mandibulares pueden tener entre uno a seis conductos
aunque las configuraciones mas prevalentes son las de dos a tres y cuatro conductos3.
El acceso cavitario de estas molares dependerá por lo tanto de la existencia de uno,
dos, tres, o cuatro canales; esta podrá ser redonda, oval, triangular o cuadrangular4.
El acceso cavitario se realiza en la superficie mesial de la corona y la apertura se
extiende sólo ligeramente distal al surco central. Se emplea una fresa redonda número
4 para la penetración inicial y localización de los conductos, la forma del contorno se
crea con un instrumento de diamante cónico, largo y con punta redonda2.
Cuando existen tres conductos, la cavidad de acceso es muy simular a la del
primer molar mandibular, aunque quizás un poco mas triangular y menos romboidal.
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El orificio distal es con menos frecuencia de forma acintada en sentido vestíbulo
lingual, por lo tanto las paredes vestibular y lingual convergen de forma más agresiva
en la porción distal para formar un triángulo. La cavidad de acceso para un segundo
molar con dos conductos es rectangular, amplia en sentido mesiodistal y estrecha en
sentido vestibulolingual, cuando hay un solo conducto, la cavidad de acceso es oval y
está alineada en el centro de la superficie oclusal3.
El segundo molar mandibular recuerda en su clasificación, al segundo molar
superior, puesto que ofrece diversidad de formas y numero de raíces que obligan a
establecer agrupamientos para su estudio, en un primer Grupo: dos raíces
diferenciadas desde el plano cervical, que recuerda la disposición radicular del primer
molar mandibular con la diferencia que este ultimo molar presenta, en todos los casos,
las dos raíces bien diferenciadas, en tanto que el grupo de segundos molares está
representado por el 39.2% del total estudiado. Un segundo grupo: con dos raíces
diferenciadas desde el comienzo del tercio medio, se inicia de esa manera la tendencia
al fusionamiento radicular de este molar, que se acentúa más en el tercio inferior. El
31.8% de segundos molares pertenecen a este grupo. Un tercer grupo: Raíces
adheridas o fusionadas: alcanzan al 26.7% y un cuarto grupo: con raíces
suplementarias: en numero de 2.3%, estos molares presentan una tercera raíz
distolingual, con idéntica disposición que el primer molar, caracterizándose por ser
más fina y más corta que la otra raíz distobucal. Existen casos en que la tercera raíz se
forma por división de la raíz mesial, que puede bifurcarse desde el tercio cervical,
medio o apical. Las forma de las raíces del primero y segundo grupos son semejaste a
las del primer molar, presentándose idénticas variaciones. En cuanto a la forma de las
raíces del tercer grupo, que se dividen en adheridas o fusionadas, presentan casi
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siempre una disposición regular, con tendencia a la forma cónica lo que se comprueba
casi siempre en dientes con fusionamiento total de raíces y conductos5.
En dientes con dos raíces, la raíz mesial tiene dos conductos y la distal suele
tener sólo uno. Las raíces tienden a aproximarse e incluso a fusionarse. En contadas
ocasiones sólo existe un conducto cuando se fusionan ambos conductos. En algunos
dientes es frecuente que se fusionen las raíces y cuando las raíces están
incompletamente separadas suelen observarse interconexiones, dando lugar a un
conducto en forma de C6.
El sistema radicular en forma de C fue documentado en la literatura
endodóntica por Cooke y Cox en 1979, se sabe que la mayoría de los conductos en
forma de C ocurren en el segundo molar mandibular3.
En algunos casos las segundas molares pueden tener una apariencia clínica y
radiográfica inusual, dando lugar a los conductos en forma de C, visto desde la cara
bucal el diente aparentemente tiene una sola raíz mientras que desde la cara lingual el
diente muestra una anatomía normal al de la molar inferior: dos raíces, una de ellas es
mesial y la otra es distal, separados por un variable tabique óseo interradicular y son
llamados molares con un conducto en forma de C que son dientes con una sola raíz,
con una raíz en forma de riñón. El canal contiene también la forma de riñón que
puede ser preservado inalterablemente desde coronal hasta apical o puede ramificarse
en conductos individuales en varios niveles4.
Dos investigadores describieron el primer caso de conductos en forma de C en
un molar superior. Un estudio comunico la incidencia de la anatomía del conducto en
forma de C en los primeros molares superiores, 2 de 2.175 (el 0,092%); ese estudio
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también determino que los orificios distovestibular y palatino estaban conectados por
un surco común. Los molares mandibulares en forma de C reciben ese nombre debido
a la morfología transversal de sus raíces y conductos radiculares. En lugar de tener
varios orificios discretos, la cámara pulpar de un molar con sistema de conductos en
forma de C tienen un solo orificio con forma acintada, que describe un arco de 180° o
más. Comienza en el Angulo de la línea mesiolingual y se extiende alrededor de la
cara vestibular o lingual para terminar en la porción distal de la cámara pulpar3.
En cuanto al origen de los conductos en forma de C se sabe que
la forma y el numero de las raíces son determinadas por el tejido epitelial de Hertwing
lo cual causa un cambio de forma en el plano horizontal debajo de la unión del
cemento esmalte y se fusiona en el centro dejándolo abierto en las raíces. El
incumplimiento de la vaina epitelial de Hertwig en la superficie de la raíz lingual o
bucal es la principal causa de las raíces en forma de C, que siempre contienen un canal
en forma de C. La raíz en forma de C también puede formarse por coalescencia debido
a la deposición del cemento con el tiempo. Los canales en forma de C aparecen
cuando la fusión de una de las caras vestibular o lingual de la raíces mesial y distal se
produce. Esta fusión sigue siendo irregular, y se mantienen las dos raíces conectados
por una cinta interradicular. El piso de la cámara pulpar es profundo y da una
apariencia anatómica inusual. Dos o tres canales en forma de C se pueden encontrar
en un surco o la forma de C puede ser continua en toda la longitud de la raíz7.
Los conductos en forma de ¨C¨ son una anomalía radicular que se presenta en
molares mandibulares, con un 35% de aparición. Estos molares se parecen al molar
normal cuando se examinan en la radiografía preoperatoria. Sin embargo, cuando se
realiza la preparación de la cavidad de acceso y se examina desde la superficie oclusal
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no se pueden diferenciar cada uno de los orificios de los conductos, sino que se
observa una depresión en forma de ¨C¨ en el piso de la cámara. Si se introduce una
lima en el conducto mesial y otra en el distal, la radiografía muestra que ambas limas
están en el mismo conducto. Esta configuración en ¨C¨ indica la existencia de una
hendidura continua entre todos los conductos, con una curvatura desde el plano
mesiolingual hasta el vestibular, y alrededor del plano vestibular en sentido
distolingual1.
Se puede utilizar el método de la tomografía axial computarizada para la
reconstrucción en 3D, que constituye un método útil e interesante para el estudio de la
configuración del conducto en forma de C y en general de los dientes con anomalías
morfologicas8. Es muy importante que los clínicos utilicen todos los métodos y
técnicas a su disposición para localizar y tratar por completo, el sistema de conductos
radiculares9.
Los molares mandibulares son los dientes posiblemente más tratados de los
dientes posteriores10. Se ha estudiado que la morfología de los dientes cambia con el
transcurso de los años. Con la edad, el depósito de dentina secundaria resulta en la
formación de estructuras que seguramente dan origen a la diferenciación del sistema
de conductos radiculares resultando en el desarrollo de canales separados o
transversalmente unidos. La diferenciación de un conducto simple en un conducto
complejo ocurre comúnmente en raíces que son comprimidas o que presenten surcos
externos de desarrollo. Otra configuración radicular en molares con conductos en
forma de ¨C¨ se pueden representar por fusión vestibular o lingual de la raíz en las
zonas mesial o distal11.
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En cuanto a la presencia de los conductos en forma de ¨C¨ estos aparecen
sobre todo en los segundos molares mandibulares, aunque también se han reportado
casos en primeros molares inferiores, premolares o molares superiores12.
Los conductos en forma de ¨C¨ tienen conductos mesocentrales o múltiples
conductos en la raíz mesial. Se han reportado en la literatura una presencia del 2 al
8%. Los conductos pueden ser independientes, fusionados, con un foramen propio o
unido al conducto principal. Un estudio mostró cuatro conductos mesiales en un 3.3%,
con un foramen presente en un 30%, dos forámenes en un 60% y 3 forámenes en un
6.7%13.
El sistema de canales en forma de C puede asumir muchas variaciones en su
configuración por lo que una clasificación completa puede ayudar en el diagnóstico
real y su tratamiento. Existen dos clasificaciones que nos servirán como criterios de
evaluación para describir la morfología de los conductos en forma de C como son:
La primera, la clasificación de Melton y col.12 que en 1991 propuso la siguiente
clasificación de canales en forma de C basado en su forma transversal, es decir de
acuerdo a la forma que describen en el piso de la cámara pulpar:
1. Tipo I: conducto en C completa, canal continuo en forma de C que va desde la
cámara pulpar hasta el ápice, define un esquema en forma de C sin ningún tipo de
separación.
2. Tipo II: en semicolon o en forma de punto y coma, en los cuales existe dentina
separando el conducto distal del vestibular o lingual, la dentina separa un canal
principal en forma de C de un canal distinto mesial.
3. Tipo III: se refiere a aquellos con dos o más conductos separados o intraconductos.
10
La segunda, la clasificación de Fan y col.14 (clasificación radiográfica) que
clasifica a los conductos en forma de C de acuerdo a su apariencia radiográfica
evaluada después de la obturación del sistema de conductos, en tres tipos:
1) Tipo I: Convergente, la raíz cónica o cuadrada con una ligera radiotransparencia
longitudinal, línea que separa la raíz en partes distales y mesiales. Había un canal
mesial y distal que se fusionaron en uno, antes de salir al foramen apical.
2) Tipo II: Simétrico, la raíz cónica o cuadrada con una ligera radiotransparencia
longitudinal, línea que separa la raíz en partes distales y mesiales. Había un canal
mesial y distal y los dos canales parecían continuar en su propio camino hacia el
ápice. Tiene un foramen distal y uno mesial que aparentemente es el más similar al
segundo molar mandibular normal.
3) Tipo III: Asimétrico, la raíz cónica o cuadrada con una ligera radiotransparencia
longitudinal, línea que separa la raíz en partes distales y mesiales. Había un canal
mesial y distal, un canal de curvas y superpuesta a esta línea radiolúcida al correr
hacia el ápice, y el otro canal parece continuar en su propio camino hacia el ápice,
con 2 forámenes y con fusión evidente de un canal mesial con el distal.
Los estudios para determinar las característica anatómicas de las formas de ¨C¨ en
los conductos mandibulares varían desde métodos de clarificación o decoloración
inyectados con tintes in Vitro, toma de radiografías en diferentes angulaciones
(vestíbulolingual o mesodistal), visualización macro y microscópica, hasta el uso más
reciente de tomografía axial computarizada, que reproduce tridimensionalmente en el
computador el sistema de conductos sin destruir la anatomía interna. Todo con el fin
de entender la anatomía impredecible del conducto en forma de ¨C¨ 10.
11
El diagnóstico acertado de los conductos en forma de ¨C¨ se debe realizar tanto
clínica como radiográficamente. Clínicamente se debe evaluar la anatomía del piso
cameral, la presencia de sangrado e incluso la sintomatología por parte del paciente al
encontrar orificios radiculares separados15.
Radiográficamente la detección de la fusión radicular es muy compleja, para
reconocer un canal en forma de ¨C¨, los instrumentos deben estar centrados ya que
aparentemente se presentan en la furca, confundiéndolo con una perforación de esta
estructura15.
En un estudio realizado para verificar la eficacia de la radiografía periapical en el
diagnóstico de los conductos en forma de ¨C¨, concluyeron que es mínimo el
porcentaje de reconocimiento de estos conductos. Es acertado decir que el diagnóstico
de un conducto en forma de ¨C¨ no se puede realizar solamente con una radiografía.
Este debe realizarse con la interpretación simultánea de la radiografía preoperatoria, la
longitud de trabajo y clínicamente con el reconocimiento del piso de la cámara
pulpar16.
La anatomía cameral de un conducto en forma de ¨C¨ corresponde a la morfología
radicular del mismo. Para el pronóstico de los conductos en forma de ¨C¨ es
importante tener en cuenta que se deben cumplir el principio fundamental de la
endodoncia que es lograr una obturación adecuada de los conductos radiculares. Para
cumplir con este objetivo se debe realizar una correcta preparación del conducto
radicular que conlleve a una adecuada obturación. En este caso será de mal pronóstico
por las variaciones anatómicas que impiden la limpieza total del conducto. Sin
embargo, un conocimiento previo de esta anomalía, un adecuado aislamiento del
campo operatorio, una buena instrumentación y abundante irrigación, con una
12
longitud de trabajo que respete los tejidos periapicales y una restauración definitiva
adecuada pueden ser factores de éxito en el tratamiento de estos molares1.
Los textos de Endodoncia afirman, que los conductos en forma de C no son raros
y esto es confirmado por estudios en los que la presencia que van del 2,7% al 44.5%
han sido reportados. Esta variación puede ocurrir en los primeros molares
mandibulares, molares del maxilar, primeros premolares inferiores, e incluso en
incisivos laterales superiores, pero es más común en los segundos molares
mandibulares7. Cuando está presente, por un lado, un canal en forma de C se puede
encontrar en el diente contra lateral en más del 70% de individuos.17
Los estudios sobre los segundos molares mandibulares, realizados por Ahmed18,
Yang19, Jayasinghe20, Haddad21, y Gulabivala22 han demostrado una alta presencia de
los conductos en forma de C.
En 1972, en una investigación radiográfica mesiodistal y bucolingual,
de 300 segundas molares mandibulares, Pineda y Kuttler sorprendentemente no
encontraron conductos en forma de C ni reportaron ningún segundo molar mandibular
con una sola raiz7.
Yang y Col.19 en 1988, utilizando una técnica de clareamiento, observó que
de 581 segundos molares mandibulares, el 31,5% (183) tenía raíces en forma de C.
Menos de la mitad de ellos tenían verdadera canales en forma de C y sólo una quinta
parte de los dientes (7,4%) tenían orificios de los conductos en forma de C.
Weine y Col.23 en 1988, usando una orientación clínica en método in vitro en 75
segundas molares mandibulares, informó una presencia del 2,7%.
En 1990, Manning 24, al hacer transparentes las raíces de 19 segundas molares
mandibulares y permitir que el sistema de conductos se observe por la infiltración de
13
tinta negra, encontró que sólo el 10% tenían cierta forma en “C”, que con más
frecuencia había tres canales.
En 1999, Haddad y Col. 21 examinaron 94 segundos molares mandibulares con
tratamiento endodóntico, se utilizaron dos procedimientos de detección, la radiografía
y el examen clínico, e indicó la presencia de 19,1%. Ellos también señalaron que los
verdaderos canales en forma de C con una sola franja en los segundos molares
mandibulares fueron la excepción y no la regla.
Gulabivala y Col. 11 en el 2001, utilizando una técnica de tinción del canal y el
clareamiento de 134 segundas molares mandibulares, informaron la presencia de
22,4%, comunicaciones interconducto no eran infrecuentes en estos dientes.
También en el 2001, Lambrianidis y Col. 16 evaluaron las radiografías periapicales
de 480 segundas molares mandibulares y lo compararon con el diagnóstico clínico que
figuraba en los registros del paciente señalaron, que el 5% de los dientes tratados
fueron en forma de “C”.
En el 2002, con la inyección de tinta china de 60 segundas molares mandibulares,
Gulabivala y col. 22 reportaron una presencia del 10% de conductos en forma de C. Al
mismo tiempo, Al-Fouzan 25 al estudiar 151 segundas molares mandibulares, indico la
presencia de 10,6% de conductos en forma de C.
Seo y Park 26 en el 2004, en la observación clínica de 272 segundas molares
mandibulares, observó que un 32,7% presentaban conductos en forma de “C”,
mientras que de los 96 segundas molares mandibulares examinados in vitro, el 31,3%
tenían conductos en forma de “C”. Sesenta y seis por ciento de los dientes tenía más
de dos categorías en los cinco niveles, pero ningún cambio constante de la categoría se
pudo observar. A nivel apical, no hubo diferencias significativas entre las incidencias
de las tres categorías. Esto significa que los canales en forma de “C”, tienen una alta
14
posibilidad de dividirse en 2 o 3 canales en la región apical, lo cual es importante en
el tratamiento de endodoncia.
Chai y Correa 27 en el 2004, por la evaluación de la sección transversal de la
morfología de 20 segundas molares mandibulares, mostró que las configuraciones en
forma de C completa fueron del 27%, C incompleta del 64%, y no-C del 9%. El valor
medio para el ancho mínimo de las paredes lingual y bucal fue de 0,58 y 0,96 mm
respectivamente. Al mismo tiempo, mediante la evaluación anatómica de 58 segundas
molares mandibulares con raíces fusionadas, usando micro tomografía computarizada,
Fan y Col.28 indicaron que la mayoría de los dientes con sistema de canales en forma
de C mostró un orificio con un continuo "C". Treinta y dos por ciento de los canales se
dividían en la porción apical, la mayoría de los que lo hicieron, fueron a 2 mm del
vértice. La forma transversal variaba drásticamente a lo largo de la longitud del canal.
La forma del canal en los tercios medio y apical de los sistemas de canales en forma
de C no se podía preveer sobre la base de la forma a nivel del orificio. Además, la
mayoría de los orificios se encontraron a menos de 3 mm debajo de la unión
amelocementaria.
En otro estudio Fan Y col.14, por evaluación radiográfica de 58 segundas molares
mandibulares con raíces fusionadas, indicaron que el 30% de ellos mostró una imagen
radiográfica de tipo I, el 40% de tipo II, y el 30% de tipo III. Estos resultados sugieren
que era posible predecir la presencia y la configuración de canales en forma de “C”
por el aspecto radiográfico.
En el 2005, Cimilli y Col. 29, mediante imágenes de tomografía computarizada de
491 segundos molares mandibulares, concluyeron que la presencia de conductos en
forma de C fue del 8%.
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Jin y Col. 30 en el 2006, utilizaron una serie de imágenes de tomografía axial
computarizada de 220 segundos molares mandibulares, y reportaron la presencia de
44,5%. La forma del canal en C completa fue la más frecuente. Además, la parte más
delgada de la estructura dentaria remanente en el área de la ranura del molar en forma
de C no fue diferente de la zona de peligro.
En el 2007 Fan y Col. 31 Estudiaron las características radiográficas del sistema de
conductos en forma de C en 30 segundas molares mandibulares con raíces fusionadas
y su relación con la anatomía del conducto mediante el uso de un medio de contraste
intrarradicular y la tomografía micro computarizada (uCT). La relación entre las
características radiográficas y anatómicas se analizó mediante el cotejo de las
imágenes escaneados del canal con los tipos de radiografías. Los resultados mostraron
que 10 dientes eran del tipo I, 10 dientes del tipo II, y 10 dientes del Tipo III. Los
tipos I y III tenían más forma C1 y C2 en sus orificios del conducto, en coronal y en
la porción media del conducto que el tipo II. Los tipos II y III tuvieron más formas C3
en la parte apical del conducto que el Tipo I. las características radiográficas revelaron
que el medio de contraste intrarradicular puede ayudar a identificar la anatomía del
conducto en forma de “C” en segundos molares mandibulares.
Rahimi y Col.32 en el 2008 después de examinar un total de 139 segundos molares
mandibulares extraídos que fueron inyectados con tinta china y desmineralizados,
encontraron que 86.3% de las segundas molares tenían dos raíces, el 9.3% tenían una
raíz, y el 4.3% tenían tres raíces .El noveinta por ciento de las raíces mesiales de las
segundas molares mandibulares con dos raíces tenían dos canales y el 77.5% de las
raíces distales de estos dientes tienen un canal. Entre las segundas molares
mandibulares el 7.2% tenían conductos en forma de C y estas configuraciones fueron
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vistas sobre todo en segundas molares con raíz única. El resultado de este estudio
indica que las segundas molares mandibulares tienen muchas variaciones en el
número de raíces y en la morfología de sus canales por lo tanto esto podría no ser
asumido que todas las segundas molares mandibulares tienen dos raíces y tres canales.
En el 2010 33, Ravichandra y Harikumar reportaron el tratamiento de dos segundas
molares mandibulares con conductos en forma en “C”, uno de ellos mostraba
radiográficamente una molar con una sola raíz cónica que después de la apertura
cameral se visualizo un conducto en forma de “C” Completa, el otro caso reportado
fue una molar con conducto en forma de C en forma de punto y coma o semicolon.
Mostraron radiográficamente la presencia del molar contra lateral con la misma
configuración de conducto en “C” que la molar tratada, además después de una
revisión bibliográfica confirman que la presencia de conductos en forma de C en las
segundas molares mandibulares no es poco común.
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4. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.
Las segundas molares mandibulares tienen un alto índice de fracaso en
tratamientos endodónticos por todas las variaciones anatómicas radiculares que
presentan, es por ello la necesidad de tener un amplio conocimiento de las posibles
variaciones de la anatomía y topografía radicular para mejorar las posibilidades de
abordaje y éxito en la terapia endodontica.
Los conductos en forma de C se presentan en mayor porcentaje en las
segundas molares mandibulares y debido a su ubicación anatómica dentro de la arcada
dentaria nos dificulta la visibilidad y acceso para realizar el tratamiento endodóntico
además de tener una complejidad anatómica que complica el diagnostico, la
limpieza, preparación y una obturación adecuada del sistema de conductos.
Dado que las segundas molares mandibulares presentan una presencia alta de
conductos en forma de C, esta podría variar en el grupo de varones y mujeres.
Esta investigación beneficiara a los odontólogos que realizan tratamientos
endodonticos informando acerca de la presencia de conductos en forma de C, según el
sexo y pieza dentaria, constituyendo de esta manera una investigación de importancia
clínica, debido a que estarán más informados acerca de estas complejidades
anatómicas y así se encontraran preparados para diagnosticar, realizar tratamientos
adecuados y lograr el éxito en dichos tratamientos.
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5. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN:
5.1. OBJETIVO PRINCIPAL.
Determinar la presencia de conductos en forma de C en segundos molares
mandibulares.
5.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1. Determinar la presencia de conductos en forma de C en segundos molares
mandibulares de acuerdo al sexo.
2. Clasificar y determinar la presencia de las segundas molares mandibulares que
tienen conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de
Melton (Piso de la cámara pulpar).
3. Clasificar y determinar la presencia de las segundas molares mandibulares que
tienen conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de Fan
(Tipo Radiográfico).
4. Determinar la relación de la clasificación del conducto en forma de “C” de
Melton con respecto a la clasificación de Fan.
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6. METODOLOGÍA:
6.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN.
Estudio descriptivo transversal retrospectivo.
6.2. CASOS CLÍNICOS Y MUESTRA:
CASOS CLÍNICOS:
Fueron todas las historias clínicas de pacientes a los cuales se les habían
realizado tratamientos de endodoncia en las segundas molares mandibulares.
Muestra:
Para el presente estudio se determinó la muestra mediante la fórmula para una
proporción:
n = Z 2 * P * q
d2
El tamaño de la muestra se determinó con el programa estadístico Epicalc
2000, a partir de los siguientes datos:
Proporción 44.50 (Ref. Jin y col. nº 30)
Complemento 55.50
Significancia 0.05
Poder estadístico 80%
Tamaño mínimo de muestra 160
20
Para el presente estudio se utilizaron 173 segundas molares mandibulares, con
tratamientos de endodoncia.
6.2.1 CRITERIO DE SELECCIÓN:
CRITERIO DE INCLUSIÓN:
Fueron todas las historias clínicas de pacientes a los cuales se les habían
realizado tratamientos de endodoncia en las segundas molares mandibulares.
Criterio de Exclusión:
Fueron todas las historias clínicas de pacientes a los cuales se les habían
realizado tratamientos de endodoncia en las segundas molares mandibulares, que no
contaban con los datos completos.
6.3. OPERACIONALIZACION DE VARIABLES.
VARIABLE PRINCIPAL:
Presencia de conductos en forma de “C” en segundos molares mandibulares.
Es la proporción de individuos que presentan conductos en forma de “C” en las
segundas molares mandibulares.
COVARIABLES:
Sexo: se definió de acuerdo a la recolección de datos de la historia clínica, su valor
fue femenino y masculino.
Pieza dentaria: se definió de acuerdo a su ubicación, su valor fue
pieza dentaria 3.7 o´ 4.7.
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Operacionalidad de variables
Variable Dimensiones Indicador Escala Valor Presencia de
conductos en CConducto en c Nominal SI NO
Conductos en forma de “C” en segundas molares mandibulares.
Presencia de conductos en C según piso de camara pulpar
Clasificación de Melton Nominal C completa % Punto y coma % 2 o + conductos %
Presencia de conductos en C según imagen radiográfica de control
Clasificación de Fan Nominal Convergente % Simétrico % Asimétrico %
Covariables Indicador Escala Valor
Dato del sexo del paciente Nominal Masculino y
Sexo recolectado de la ficha femenino del paciente pieza dentaria ubicación de la pieza Nominal 3.7 y 4.7 dentaria
22
6.4. MÉTODO, TÉCNICA Y PROCEDIMIENTOS E INSTRUMENTOS DE
RECOLECCIÓN DE DATOS.
MÉTODO:
Para el presente estudio se utilizó el método de observación indirecta.
TÉCNICA:
En las historias clínicas las técnicas empleadas fueron examen clínico con
espejo y explorador para identificar el conducto en forma de “C” visualizado desde la
superficie oclusal en el piso de la cámara pulpar; y el examen radiográfico a través de
la radiografía periapical de control de obturación para identificar el conducto en forma
de “C” de acuerdo al tipo radiográfico.
INSTRUMENTO:
Se elaboró una ficha de recolección de datos específica para el presente estudio
(Anexo 1).
Se designó un código para la identificación de cada paciente (Anexo 2).
Luego estos datos se incorporaron en la base de datos del estudio (anexo3).
Se documentaron fotos del piso de la cámara pulpar de algunos casos y radiografías
periapicales de control de obturación de todos los casos, que ayudaron a describir la
presencia de conductos en forma de C en las segundas molares mandibulares (anexo
4).
23
PROCEDIMIENTO:
La recolección de datos se realizó de las historias clínicas de pacientes a los
cuales se les habían realizado tratamientos de endodoncia en las segundas molares
mandibulares.
Se identificaron las segundas molares mandibulares que presentaron conductos
en forma de C.
Se identificaron los conductos en forma de C en segundos molares
mandibulares de acuerdo al sexo.
Se identificaron y clasificaron las segundas molares mandibulares que tenían
conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de Melton12 (Piso de
la cámara pulpar). Esta información estuvo registrada en la historia clínica y en
algunos casos estaba acompañada de fotografías.
Se identificaron y clasificaron las segundas molares mandibulares que tenían
conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de Fan 14 (Tipo
Radiográfico). Esta información estuvo registrada en la historia clínica y se
confirmaron observando las radiografías de control de obturación de endodoncia.
Con los datos anteriormente obtenidos, se colocaron en la ficha de recolección
de datos, la relación de la clasificación de Melton con respecto a la clasificación de
Fan.
24
6.5. PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS DE DATOS.
Se elaboró una base de datos en una hoja de cálculo Microsoft Excel.
Se realizó la revisión de las fichas para asegurar el correcto llenado de los datos,
para considerarlas dentro del estudio. Los datos del presente estudio se analizaron con
el programa Statistic Pakcage for Social Science (SPSS) versión 19.
Se realizó una estadística descriptiva mediante la elaboración de tablas y figuras
que contienen frecuencias relativas (Fr.) y Frecuencias absolutas (Fa.).
Para el análisis de datos de tipo inferencial, se utilizó la prueba estadística de chi
cuadrado, cuyo fin fue analizar la presencia de conductos en forma de c en segundas
molares mandibulares.
25
7. RESULTADOS.
De acuerdo a los resultados del presente estudio, la presencia de conductos en
forma de “C” en segundos molares mandibulares es de 31.2% (Tabla 1) (Anexo 5).
Del 31.2% que tienen conductos en C, el 37,0% corresponde al sexo masculino y
un 63,0% al sexo femenino (Tabla 2).
De acuerdo a la clasificación de Melton el 72,2% correspondió al tipo I (Figura 1),
el 11,1% al tipo II (Figura 2) y el 16,7% al tipo III (Figura 3) (Tabla 3).
De acuerdo a la prueba de Chi-cuadrado de Pearson (p = 0,519) no hay diferencia
estadísticamente significativa entre la presencia de conducto en forma de C con el
sexo y la clasificación de Melton (Anexo 6).
De acuerdo a la clasificación de Fan el 35,2% correspondió al tipo I (Figura 4), el
46,3% al tipo II (Figura 5) y el 18,5% al tipo III (Figura 6) (Tabla 4).
De acuerdo a la prueba de Chi-cuadrado de Pearson (p = 0,417) no hay diferencia
estadísticamente significativa entre la presencia de conducto en forma de C con el
sexo y la clasificación de Fan (Anexo 7).
Se encontró relación de la clasificación del conducto en forma de “C” de Melton
con respecto a la clasificación de Fan en los siguientes porcentajes: Melton I con Fan I
en un 31,5%, Melton I con Fan II en un 33,3%, Melton I con Fan III en un 7,4%,
Melton II con Fan I en un ,0%, Melton II con Fan II en un 5,6%, Melton II con Fan
III en un 5,6%, Melton III con Fan I en un 3,7%, Melton III con Fan II en un 7,4%,
Melton III con Fan III en un 5,6% (Tabla 5).
26
De acuerdo a la prueba de Chi-cuadrado de Pearson (p = 0,060) no hay diferencia
estadísticamente significativa entre la clasificación de conductos en forma de c de
Melton con respecto a la clasificación de Fan (Anexo 8).
Un total de 72,2% de los dientes tenían orificios del conducto en forma de C
completa (Melton I), mientras tanto que un 27,8% tenían orificios del conducto
separados: punto y coma (Melton II), dos o más conductos (Melton III) (Tabla 6).
La mayoría de las segundas molares (72,2%) tenían un solo conducto continuo en
forma de C completa (Melton I), algunas molares (11,1%) tenían el conducto en forma
de punto y coma (Melton II), otras molares (16,7%) presentaron dos o más conductos
(Melton III), en los casos en los que presentaban dos conductos, uno era mesial y otro
distal ( Figura 7), también se encontró molares con tres conductos, uno mesial, otro
distal y un orificio entre los dos, este orificio es llamado el orificio bucal medio
(Figura 8).
27
Tabla1: Presencia de conductos en forma de C en segundas molares mandibulares.
Conducto normal Conducto en C Total
n % n % n %
Masculino 57 32,9 20 11,6 77 44,5
Femenino 62 35,8 34 19,7 96 55,5
Total 119 68,8 54 31,2 173 100,0
p=0,183 prueba de chi-cuadrado
Tabla 2: Presencia de conductos en forma de C en segundas molares
mandibulares de acuerdo al sexo.
Conducto en C
n %
Masculino 20 37,0
Femenino 34 63,0
Total 54 100,0
28
Tabla 3: Presencia de conductos en forma de C en segundas molares mandibulares de acuerdo al sexo y a la clasificación de Melton (Piso de la cámara pulpar).
Melton I Melton II Melton III Total
n % n % n % n %
Masculino 15 27,8 3 5,6 2 3,7 20 37,0
Femenino 24 44,4 3 5,6 7 13,0 34 63,0
Total 39 72,2 6 11,1 9 16,7 54 100,0
p=0,519 prueba de chi-cuadrado
Tabla 4: Presencia de conductos en forma de C en segundas molares
mandibulares de acuerdo al sexo y a la clasificación de Fan
(Tipo radiográfico).
Fan I Fan II Fan III Total
n % n % n % n %
Masculino 5 9,3 10 18,5 5 9,3 20 37,0
Femenino 14 25,9 15 27,8 5 9,3 34 63,0
Total 19 35,2 25 46,3 10 18,5 54 100,0
P=0,417 prueba de chi-cuadrado
29
Tabla 5: Relación de la clasificación del conducto en forma de “C” de Melton
con respecto a la clasificación de Fan en segundas molares mandibulares.
Fan I Fan II Fan III Total
n % n % n % n %
Melton I 17 31,5 18 33,3 4 7,4 39 72,2
Melton II 0 0,0 3 5,6 3 5,6 6 11,1
Melton III 2 3,7 4 7,4 3 5,6 9 16,7
Total 19 35,2 25 46,3 10 18,5 54 100,0
p=0,060 prueba de chi-cuadrado
Tabla 6: Tipos de orificios del conducto radicular en segundas molares
mandibulares con conductos en forma de C.
Segundas molares mandibulares
con conductos en forma de C
n %
Orificios en C completa (Melton I) 39 72,2
Orificios en C separados (Melton II y III) 15 27,8
Total 54 100,0
30
Figura 1: Fotografía que muestra la clasificación de Melton tipo I.
Figura 2: Fotografía que muestra la clasificación de Melton tipo II.
.
Figura 3: Fotografía que muestra la clasificación de Melton tipo III
31
Figura 4: Radiografía que muestra la clasificación de Fan tipo I.
Figura 5: Radiografía que muestra la clasificación de Fan tipo II.
Figura 6: Radiografía que muestra la clasificación de Fan tipo III.
32
Figura 7: Fotografía que muestra una segunda molar mandibular con dos conductos, uno mesial y otro distal.
Figura 8: Fotografía y radiografía que muestran una segunda molar mandibular con tres conductos, uno mesial, otro distal y un orificio entre los dos (orificio bucal medio).
33
8.- DISCUSIÓN:
El propósito de la presente investigación fue analizar la presencia de conductos
en forma de C en segundas molares mandibulares. Las segundas molares
mandibulares tienen una amplia variación anatómica tanto en el número de raíces,
número de conductos, forma de conductos, etc., lo cual debería ser ampliamente
conocida por el clínico para tener éxito en la terapia endodontica. Existen diferentes
métodos para estudiar la morfología interna de los dientes humanos permanentes que
varían desde métodos de clarificación o decoloración inyectados con tintes in Vitro,
toma de radiografías en diferentes angulaciones (vestíbulolingual o mesodistal),
visualización macro y microscópica, hasta el uso más reciente de tomografía axial
computarizada, que reproduce tridimensionalmente en el computador el sistema de
conductos sin destruir la anatomía interna. Todo con el fin de entender la anatomía
impredecible del conducto en forma de ¨C¨10.
Para el presente estudio las técnicas empleadas fueron examen clínico con
espejo y explorador para identificar el conducto en forma de “C” visualizado desde la
superficie oclusal en el piso de la cámara pulpar (clasificación de Melton), y el
examen radiográfico a través de la radiografía periapical de control de obturación de
conducto para identificar el conducto en forma de “C” de acuerdo al tipo radiográfico
(clasificación de Fan).
La muestra usada en el presente estudio estuvo constituida por 173 segundas
molares mandibulares, a las cuales se les habían realizado tratamientos de
endodoncia, constituyendo una muestra significativa.
34
Los resultados del presente estudio muestran una presencia de conductos en
forma de “C” en segundos molares mandibulares de 31.2% lo cual es comparable con
los resultados obtenidos por Yang y Col.19 que en 1988, utilizando una técnica de
clareamiento, observó que el 31,5% de los segundos molares mandibulares tenían
conductos en forma de C. Otra coincidencia de los resultados del presente estudio es
que un total de 72,2% de los dientes tenían orificios del conducto en forma de C
completa (Melton I), similares a los encontrados por Yang y Col. 19 que fue del 68.8%.
También un 27,8% tenían orificios del conducto separados: punto y coma (Melton II),
dos o más conductos (Melton III), similares a los reportados por Yang que encontró
un 31.7%.
Los resultados del presente estudio en cuanto a la presencia de conductos en
forma de C (31.2%), también son similares a los obtenidos por Seo y Park 26 en el
2004, que a través de la observación clínica reporto que el 32,7% de los segundos
molares mandibulares tenían conductos en forma “C”, y que de los dientes
examinados in vitro, el 31,3% tenían canales en forma de “C”. En el presente estudio
de acuerdo a la clasificación de Melton el 72,2% correspondió al tipo I, el 11,1% al
tipo II y el 16,7% al tipo III lo cual es opuesto a los resultados obtenidos por Seo y
Park26 en el 2004 que reporto que el 16.9% correspondió al tipo I, el 64,0% al tipo II y
el 19.10% al tipo III.
En 1999, Haddad y Col. 21 examinaron 94 segundos molares mandibulares con
tratamiento endodóntico utilizando dos procedimientos de detección similares a los
utilizados en el presente estudio: la radiografía y el examen clínico, y reportaron una
presencia de conductos en forma de C de 19,1%, cuya cifra es inferior a la encontrada
en el presente estudio (31.2%).
35
Las interpretaciones del presente estudio coinciden con las descritas por
Haddad y Col. 21 y Vertucci 9 que señalaron que los verdaderos canales en forma de C
con una sola franja en los segundos molares mandibulares son la excepción y no la
regla, es decir que excepcionalmente se encuentran conductos en forma de C que
describan esta forma de una sola franja iniciándose en el piso de la cámara pulpar y
proyectándose a lo largo de toda la longitud radicular hasta llegar al ápice, la mayoría
va cambiando su forma, algunos empiezan en una C completa y a medida que van
avanzando hacia apical se separan para terminar en forámenes diferentes, y otros
empiezan separados en dos o más conductos y que a medida que avanzan en los
tercios medio y apical van fusionándose hasta terminar en un solo foramen .
En el 2004 Fan y col.14, evaluaron cincuenta y ocho segundos molares
mandibulares extraídos con raíces fusionadas y reportaron una presencia de
conductos en forma de C por evaluación radiográfica (clasificación de Fan),
indicando que el 30% de los segundos molares mandibulares mostró Fan tipo I, el
40% Fan tipo II, y el 30% Fan tipo III. Estos resultados son similares a los obtenidos
por el presente estudio que de acuerdo a la clasificación de Fan el 35,2% correspondió
al tipo I, el 46,3% al tipo II y el 18,5% al tipo III.
De acuerdo a las observaciones radiográficas del presente estudio es posible
señalar que se puede predecir la presencia y la configuración de canales en forma de
“C” por el aspecto radiográfico, esto coincide con las apreciaciones dadas por Fan y
Col.28 en el 2004.
Los resultados del presente estudio muestran una alta presencia de conductos
en forma de “C” en segundos molares mandibulares de 31.2% los cuales son
similares a los resultados obtenidos por algunos investigadores tales como Yang y
36
Col.19 (31,5%), Seo y Park 26 (32,7%) y (31.3%), Jin y Col.30 (45%), Y son opuestos
a los resultados obtenidos por otros investigadores tales como Haddad y Col.21
(19.1%), Gulabivala y Col.11 en el 2001(22.4%), Gulabivala y Col.22 en el 2002(10%),
Rahimi y Col.32 (7.2%), Lambrianidis y Col.16 (5%), Al-Fouzan25 (10.6%), Cimilli
y Col.29 (8%) quienes encontraron porcentajes inferiores al del presente estudio.
En el presente estudio de la totalidad (n=54) de pacientes que presentaron
segundas molares mandibulares con conductos en forma de C, a 4 de ellos se les
realizo tratamientos de endodoncia en forma bilateral es decir tanto en la segunda
molar mandibular derecha como en la izquierda y en los cuatro pacientes se encontró
conductos en forma de C en forma bilateral, en dos de ellos tanto el aspecto del piso
de cámara pulpar como la apariencia radiográfica eran muy similares por lo tanto
coincidieron en las clasificaciones de Melton y de Fan y los dos restantes tuvieron
conductos en C pero no coincidieron en las clasificaciones de Melton y Fan.
El presente estudio tiene importancia clínica, puesto que beneficia a los
odontólogos que realizan tratamientos endodonticos informando acerca de la
presencia de conductos en forma de C, según el sexo y pieza dentaria, de las diferentes
variaciones anatómicas encontradas, para que de esta manera estén más informados
acerca de estas complejidades anatómicas y así se encontraran preparados para
diagnosticar, realizar tratamientos adecuados y lograr el éxito esperado en dichos
tratamientos.
9.-CONCLUSIONES:
37
1. De acuerdo a los resultados del presente estudio, la presencia de conductos en
forma de C en segundos molares mandibulares, es de 31.2%.
2. La presencia de conductos en forma de C en segundos molares mandibulares de
acuerdo al sexo es del 37,0% para el sexo masculino y 63,0% para el sexo
femenino.
3. Se clasifico y determino la presencia de las segundas molares mandibulares que
tienen conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de
Melton (Piso de la cámara pulpar) encontrándose que el mayor porcentaje
(72,2%) correspondió al tipo I de Melton y de acuerdo al sexo fue para el sexo
femenino (tipo I de melton 44.4%).
4. Se clasifico y determino la presencia de las segundas molares mandibulares que
tienen conductos en forma de C, de acuerdo al sexo y a la clasificación de Fan
(Tipo Radiográfico) encontrándose que el mayor porcentaje (46,3%)
correspondió al tipo II de Fan y de acuerdo al sexo fue para el género sexo
(tipo II de Fan 27.8%).
5. Se determinó la relación de la clasificación del conducto en forma de “C” de
Melton con respecto a la clasificación de Fan, encontrándose una mayor
relación entre la clasificación de Melton I con Fan II en un 33,3%, no se
encontró (0%) ninguna relación entre la clasificación de Melton II con Fan I.
10.-REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
38
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41
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11. ANEXOS:
ANEXO 1
42
FICHA DE RECOLECCION DE DATOS
CODIGO 1Pieza dentaria 3.7Conducto en C NOClasificacion de Melton NOClasificacion de Fan NO
CODIGO 25Pieza dentaria 4.7Conducto en C SIClasificacion de Melton M - 1Clasificacion de Fan F - 1
ANEXO 2
CÓDIGO DE PACIENTES
43
Código Identificacion
Genero Genero
Pieza
dentaria
Pieza dentaria
Fecha de Tto
M F 3.7 4.7 1 AAAA 0 1 1 0 01/06/20002 BBBB 1 0 1 0 07/09/20003 CCCC 0 1 0 1 20/09/20004 DDDD 0 1 1 0 27/11/2000
ANEXO 3
BASE DE DATOS
Codigo Nº de Pieza dentaria Molar Normal Conducto en "C" CM I CM II CM III CF I CF II CF IIIM F 3.7 4.7
1 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 02 1 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 o3 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 04 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 05 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 06 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 07 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 08 1 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 09 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 010 1 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 011 0 1 1 0 1 0 0 0 0 0 0 012 0 1 0 1 0 1 0 0 1 0 1 0
Genero
ANEXO 4
44
FOTOS DEL PISO DE LA CÁMARA PULPAR Y RADIOGRAFÍAS DE
CONTROL DE OBTURACIÓN
1 Fotografía donde se muestra la clasificación de Melton tipo I y radiografía de la clasificación de Fan tipo III
2 Fotografía donde se muestra la clasificación de Melton tipo II y radiografía de la clasificación de Fan tipo III
3 Fotografía donde se muestra la clasificación de Melton tipo III y radiografía de la clasificación de Fan tipo III
ANEXO 5
45
TABLA DE CHI-CUADRADO DE PEARSON
Tabla 1: Presencia de conductos en forma de C en segundas molares mandibulares
de acuerdo al sexo.
Pruebas de chi-cuadrado
Valor gl Sig.
asintótica
(bilateral)
Sig. exacta
(bilateral)
Sig. exacta
(unilateral)
Chi-cuadrado de Pearson 1,774a 1 ,183
Corrección por
continuidadb
1,362 1 ,243
Razón de verosimilitudes 1,791 1 ,181
Estadístico exacto de
Fisher
,192 ,121
Asociación lineal por
lineal
1,764 1 ,184
N de casos válidos 173
a. 0 casillas (,0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 24,03.
b. Calculado sólo para una tabla de 2x2.
ANEXO 6
46
TABLA DE CHI-CUADRADO DE PEARSON
Tabla 3: Presencia de conductos en C en segundas molares mandibulares de acuerdo al sexo y a la clasificación de Melton (Piso de la cámara pulpar).
Pruebas de chi-cuadrado
Valor gl
Sig. asintótica
(bilateral)
Chi-cuadrado de Pearson 1,313a 2 ,519
Razón de verosimilitudes 1,366 2 ,505
Asociación lineal por lineal ,479 1 ,489
N de casos válidos 54
a. 3 casillas (50,0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La
frecuencia mínima esperada es 2,22.
p=0,519 prueba de chi-cuadrado
ANEXO 7
47
TABLA DE CHI-CUADRADO DE PEARSON
Tabla 4: Presencia de conductos en C en segundas molares mandibulares
de acuerdo al sexo y a la clasificación de Fan (Tipo Radiográfico).
Pruebas de chi-cuadrado
Valor gl
Sig. asintótica
(bilateral)
Chi-cuadrado de Pearson 1,751a 2 ,417
Razón de verosimilitudes 1,774 2 ,412
Asociación lineal por lineal 1,701 1 ,192
N de casos válidos 54
a. 1 casillas (16,7%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La
frecuencia mínima esperada es 3,70.
P=0,417 prueba de chi-cuadrado
ANEXO 8
48
TABLA DE CHI-CUADRADO DE PEARSON
Tabla 5: Relación de la clasificación del conducto en forma de “C”
de Melton con respecto a la clasificación de Fan en segundas molares
mandibulares.
Pruebas de chi-cuadrado
Valor gl
Sig. asintótica
(bilateral)
Chi-cuadrado de Pearson 9,064a 4 ,060
Razón de verosimilitudes 10,228 4 ,037
Asociación lineal por lineal 4,982 1 ,026
N de casos válidos 54
a. 6 casillas (66,7%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La
frecuencia mínima esperada es 1,11.
p=0,060 prueba de chi-cuadrado