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Ponencia presentada como parte de las Becas Post Sepia XIII del XIV Seminario Permanente de Investigación Agraria (SEPIA). Piura, Perú. Agosto 2011TRANSCRIPT
SEPIA XIV Piura, del 23 al 26 de agosto 2011
BECAS POST SEPIA XIII
“Prácticas campesinas frente a la variabilidad climática y cambio climático a partir de percepciones locales
Caso de las comunidades de Mollebamba y Santa Rosa (Antabamba, Apurímac)”
Fiorella Miñan
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Prácticas campesinas frente a la variabilidad climática y cambio
climático a partir de percepciones locales
Caso de las comunidades de Mollebamba y Santa Rosa (Antabamba,
Apurímac)
Tesista: Fiorella Miñan Bartra
Asesor: Alejandro Diez Hurtado
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Introducción
El cambio climático es un proceso de alcance global que actualmente viene influyendo
en las condiciones de vulnerabilidad de las poblaciones que habitan en tierras
marginales o dependen de los recursos naturales para existir, como ocurre con las
poblaciones campesino-indígenas de alta montaña. En la comunidad académica, se
sabe que el cambio climático ya está ocurriendo y que una de las zonas más
afectadas es la región andina, que concentra el 95% de los glaciares tropicales del
mundo y de los cuales el 71% se encuentra ubicado en el Perú (IPCC 1996, 2007). Se
prevé que debido a ello se incrementarán los eventos climáticos extremos, se agravará
la disponibilidad de recursos como el agua y se agudizarán las adversidades con las
que debe lidiar la población en su vida diaria (IPCC 2007).
Para comprender los efectos del cambio climático, la comunidad académica usa con
frecuencia el concepto de vulnerabilidad, que es definido como el grado en el cual un
sistema es susceptible e incapaz de hacer frente a los efectos adversos del cambio
climático y la variación a la cual está expuesto, incluyendo la variabilidad climática y
los eventos extremos. Así, la vulnerabilidad es una función del carácter, magnitud y el
ratio del cambio climático y variación a la cual un sistema está expuesto, su
sensitividad y su capacidad adaptativa (IPCC 2007). Por otro lado, Blaikie et al. (1994)
definen vulnerabilidad como la capacidad de una persona o grupo social para
anticipar, sobrevivir, resistir y recuperarse del impacto de una amenaza natural y/o
social. Por ello, la vulnerabilidad no sólo depende de la naturaleza, sino también de
otros factores de índole social. De ese modo, se sugiere que la vulnerabilidad de un
sistema depende tanto de las condiciones futuras del ecosistema como de la
sensibilidad y los ajustes de los grupos más expuestos. Los campesinos se
caracterizan por contar diversas estrategias de adaptación (Morlon 1994, Earls 2009).
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Sin embargo, muchas de estas estrategias han sufrido cambios, no siempre han tenido
éxito y es incierto si podrán ser exitosas frente al cambio climático.
En este contexto, la propuesta de investigación que pretendo desarrollar tiene como
objetivo identificar y analizar las prácticas campesinas frente a la VC y el CC a partir
de las percepciones locales. La idea es lograr una aproximación a los conocimientos
locales y las prácticas sociales de dos comunidades –Mollebamba y Santa Rosa- que
están en el ámbito de la microcuenca de Mollebamba.
El trabajo está dividido en 3 secciones. En la primera sección, se ofrece una
caracterización general de la zona de estudio. En la sección siguiente, analizamos las
percepciones sobre efectos de la variabilidad climática y cambio climático a partir de
eventos extremos y otros eventos climáticos y. finalmente, en la tercera sección se
analizan las prácticas campesinas.
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I. Caracterización general de la zona de estudio
El territorio de la microcuenca de Mollebamba cuenta con 5 comunidades campesinas
(Santa Rosa, Calcauso, Vito, Silco y Mollebamba) y tiene una población estimada de
1975 habitantes cuya producción combina agricultura y pastoralismo. En el marco de
las zonas consideradas por este estudio, la comunidad de Mollebamba cuenta con 604
habitantes, según el censo del INEI en el año 2007, de los cuales 576 se encuentran
en el ámbito urbano y 28 en santiago de Huacctacanca. Paralelamente los resultados
obtenidos por las encuestas realizadas por CIGA PUCP en el año 2007 determinó una
población de 636 habitantes en la comunidad de Mollebamba la cual fue corroborada
con la encuesta socioeconómica aplicada en el proceso de formulación del plan de
desarrollo en marzo del año 2009.
La comunidad de Santa Rosa está conformada por 27 familias y una población total de
81 personas. La comunidad de Santa Rosa se divide en diferentes 13 sectores: Santa
rosa, Huarmicocha, Qispiruni, Jalnata, Ancovista, Jucuta, Laxa, Soytoco, Nanrapata,
Astococha, Yauri, Chalansiri y Paca.
La comunidad campesina de Mollebamba fue creada en 1940, obteniendo status legal
el 14 de noviembre de 1956; la propiedad del territorio comunal consta en la partida
182 del directorio de comunidades campesinas COFOPRI en Junio de 1994. El 12 de
Diciembre de 1942, se crea el distrito de Juan Espinoza Medrano, designando a
Mollebamba como su capital. El territorio comunal abarca una superficie de 17, 624.65
has y comprende un rango actitudinal de 2,950 a 5,100 msnm.
La temperatura mínima promedio es de 2°c y la máxima promedio es de 17°c; la
precipitación mínima anual es de 380 mm y la máxima de 760 mm, no obstante,
suelen presentarse periodos de sequía.
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Por lo general, cada familia cuenta con tierras ubicadas en las partes bajas y en las
partes altas, las cuales les permiten intercalar de zonas de producción para los
campos de cultivo y las áreas de pastoreo que sirven de alimento para el ganado. En
cuanto a sus espacios de residencia, los campesinos de la comunidad de Mollebamba,
por ejemplo, tienen su casa principal en el poblado de Mollebamba y sus cabañas se
encuentran en las partes altas. Esporádicamente, ellos suben a sus cabañas durante
la época húmeda para dedicarse a sus ganados y regresan a las partes bajas en
época seca para las actividades agrícolas y pecuarias, zona en la que los campesinos
residen gran parte del año. En cambio, los pastores de Santa Rosa tienen sus
estancias y zonas de pastoreo en la parte alta, pero cuentan con otras casas o
cabañas y zonas de producción en las parte baja, en el poblado de Calcauso y en su
sector de Antapuna que se ubica a 3 ó 4 horas en caballo desde Calcauso y es una
zona dividida por sectores que produce papa, maíz, haba, etc. dependiendo del sector,
pues los que se encuentran a mayor nivel sirven de pajonal para el ganado y el último
sector (Cocha Cocha) es una zona de crianza de camélidos. Las familias de Santa
Rosa cuentan con parcelas de cultivo en Antapuna, de las cuales 5 son propietarias
individuales y cerca de 35 tienen acceso individual al resto de parcelas de propiedad
comunal. Estas últimas trabajan en laymes o sistemas rotativos de barbecho con
pastoreo. Sin embargo, quienes controlan más parcelas en esa zona son los
pobladores de Calcauso, algunos de los cuales tienen cabañas allí.
En los meses de siembra y cosecha, los pastores también se dirigen a las parcelas
que poseen en la comunidad de Calcauso y en el sector de Antapuna. Siguiendo a
Morlón (2004), esta sería una forma de dispersión de riesgo que combina pastoralismo
con agricultura complementaria. En épocas de siembra, algunas familias recurren al
ayni para el trabajo en las chacras, pero otras prefieren pagar un jornal; en la cosecha,
cada familia trabaja su chacra y en algunas ocasiones se pide o se recibe ayuda a
cambio de unos cuantos sacos de la cosecha (papa o maíz).
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Sectores de Antapuna
Uchuy Antapuna
Qino pata
Kuchu Kuchu
Japo japo
Quehuiña Pucro
Arculsiare
Huaraqpampa
Cocha
Cayra colla
Puisapata
Totora pampa
Muñu muñu
Cambanuyoq
Elaboración propia, julio 2011
El sector de uchuy antapuna es el más bajo de todos los sectores y ahí se produce
maíz, papa, cebada y trigo. Se siembra en Agosto-setiembre y se cosecha en Mayo.
La papa de uchuy antapuna es mejorada y nativa y el maíz es morocho y amarillo. En
el sector de Qino se produce: maíz, papa mejorada, cebada, olluco. En Kuchu Kuchu:
Maíz, papa mejorada y nativa, cebada, olluco, trigo y oca. En Japo Japo: Papa, oca,
olluco y cebada. Este sector se encuentra a una altura mayor que los sectores
anteriores y ahí ya no se produce maíz. La tierra de este sector es comunal. En
Quehuiña pucro se produce: Papa, oca, olluco, haba. Tierra comunal. El sector de
Lacapata es pajonal para ganadería. En Arculsiare la tierra también es comunal y al
igual que lacapata es un sector de pajonal para el ganado. Huaraqpampa: Pajonal
para ganadería. Tierra comunal. Finalmente en Cocha Cocha se crían: Alpacas, llama,
ovino, caballos. Esta zona es la que se encuentra a mayor altitud y se produce chuño.
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La relaciones de producción usados por las unidades domésticas son la minka, el
jornal y el ayni que han sufrido ajustes en los últimos años. Estas relaciones de
producción pasan por las relaciones de parentesco y cooperación social mediante
intercambios tradicionales (trueque), comerciales y mixtos.
La producción es principalmente para el autoconsumo y al mercado solo se destinan
excedentes. Para el caso de Mollebamba se destinan los excedentes agrícolas que
son principalmente la papa y el maíz; en Santa Rosa, la crianza de ganado camélido y
ovino le permite tener a la gente carne, fibra de lana y cuero.
II. Percepciones campesinas sobre la VC y CC en las comunidades de
Mollebamba y Santa Rosa (Antabamba, Apurímac)
Las percepciones campesinas sobre la variabilidad climática y el cambio climático
pueden ser vistas como una serie de enunciados o discursos que usan poblaciones
que dependen de los recursos naturales para interpretar los eventos climáticos y sus
cambios en el espacio y el tiempo. Las percepciones pueden variar con el sujeto
social, con el contexto en el que se producen o la situación en que son comunicadas a
otros, pero su verdad está medida por el significado o sentido que un grupo social le
da a los comportamientos naturales en un lugar y en un momento dado de su
experiencia. Dichas percepciones pueden cambiar cuando lo hace el ambiente o
cuando cambia la relación que tiene la sociedad con sus recursos. Pero lo que más
importa en la percepción es lo que las personas viven (Flores Moreno y Valdivia 2010:
35-6).
Las percepciones indígenas campesinas pueden ser organizadas en dos niveles de
interpretación dentro del ámbito de estudio. En un primer nivel, encontramos
referencias a eventos climáticos extremos que, por su naturaleza, son altamente
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sensibles para la población local, ya que amenazan en distintos grados y de diferentes
maneras su producción. Adicionalmente, existen otros eventos climáticos que, sin ser
extremos, han sufrido cambios significativos en los últimos años. Dado que los
campesinos no aíslan unos eventos de otros, estos últimos pueden ser vistos como
indicadores de los cambios que se vienen produciendo en el clima en general, aunque
su impacto sea menor.
En un segundo nivel, tenemos la interpretación que los propios campesinos hacen de
estos cambios a partir de su experiencia con la naturaleza y sus creencias. No
obstante, en el ámbito de estudio se observa que junto al discurso cultural campesino,
existen también otros discursos de procedencia externa que importa y usa la población
para dotar de sentido, justificar o comprender dichos cambios en situaciones de
incertidumbre.
En ambos casos, los discursos cambian con el sujeto social, la comunidad, la edad y
el género, pero dependiendo del caso pueden ser también compartidos por el conjunto
de la comunidad y la población campesina. Por otro lado, muchas veces los discursos
asocian los cambios en los sistemas productivos con los cambios en el clima, pero en
la mayor parte de los casos los campesinos señalan que no todos esos cambios
obedecen únicamente a la variabilidad climática o al cambio climático, sino también a
cambios relacionados con el uso de los recursos naturales, las prácticas productivas y
las necesidades de la población.
Dentro del ámbito de estudio, existen dos eventos climáticos que han sufrido cambios
muy severos para la población de Santa Rosa y Mollebamba: las temperaturas y las
precipitaciones pluviales.
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II.1 Incremento y descenso de temperaturas
A. Incremento de Temperaturas
Casi todos los campesinos de Mollebamba y Santa Rosa con los que hemos dialogado
señalan que el calor se ha intensificado de un modo que no ha ocurrido antes. Los
interlocutores que oscilan entre las edades de 60 y 80 años sugieren que los
incrementos de temperaturas comenzaron hacia el final del siglo pasado. Los
campesinos indígenas entre 30 y 50 años dicen más bien que los cambios
comenzaron con el presente siglo, pero discrepan en el año en el que esta alteración
es observada: unos señalan que estos cambios comenzaron hace 4 años; otros
sostienen que estos cambios proceden de hace 10 o más años. Existen varios puntos
de vista sobre la temporalidad de estos cambios como distintos sujetos sociales
pueden ser encontrados en estas comunidades. Pero no hemos hallado un caso que
pueda refutar la existencia de dicho cambio.
Las categorías que usan los distintos interlocutores para referirse a tales cambios
difieren con el sujeto social. Los ancianos de estas comunidades señalan que los
incrementos de temperaturas separan un tiempo pasado (ñawpaq tiempo) de un
tiempo reciente (kunan tiempo). Ellos estiman que las temperaturas de hoy son
“demasiado insoportables” comparadas con las temperaturas “suaves” que vivieron
antes. Los incrementos de temperatura marcan así una brecha o separación entre un
período de su historia y otro que recién comienza. Los campesinos estiman que con
estos cambios los comportamientos de la naturaleza, localmente conocidos, han
entrado en una fase extraña y sin precedentes para su forma de vida. Los campesinos
se encuentran así en una situación que pone límites a los conocimientos del lugar que
ellos han ido recreando a lo largo del tiempo.
Los mismos campesinos precisan que las irradiaciones de calor son veces más fuertes
que las que se producían en tiempos pasados. En muchos casos, la intensidad de los
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cambios no resulta calculable no sólo para los campesinos sino para quien hace la
investigación y registra enunciados como “demasiado”, “mucho”, “insoportable”. Según
los adultos mayores de la comunidad, el calor excesivo ha generado condiciones
climáticas más adversas para la realización ordinaria de las actividades agrícolas y
ganaderas. La interpretación que ellos hacen es que el trabajo es mucho más difícil
hoy que ayer bajo un clima más extremo y desconocido. Esta situación agrava las
limitaciones de fuerza de trabajo que existen con la edad adulta. Los ancianos ven
más limitadas las fuerzas que las que ya les impone la edad. Es común encontrar
adultos mayores que no viven con sus hijos, porque estos han migrado a la ciudad. Es
impresionante observar cómo las mujeres viudas [warmi sapas] o los ancianos y
ancianas [machulas] padecen al encontrarse solos, ellos mencionan que los jóvenes
ya no respetan a las personas mayores, que traen otras costumbres de la ciudad y que
ya no quieren trabajar de manera recíproca mediante el ayni y la minka, sino que
ahora trabajan por dinero o jornal. Las personas mayores, cuando caen enfermos, se
ven imposibilitados de trabajar sus tierras y cuando no hay nadie quien los ayude,
entonces pueden perder su producción, ya sea porque se ven con menos
posibilidades de responder frente a alguna inclemencia del clima o porque el ganado
ingresa a sus parcelas y se comen parte de la producción. Finalmente, estas personas
sugieren que los impactos de las alteraciones de temperaturas se dejan sentir en el
trabajo humano y se padece más con la edad y la soledad.
Por contraste, los campesinos de edades menores comparten la interpretación de los
ancianos, pero limitan los cambios a períodos de tiempos más cortos, remontando
esos cambios a los últimos años. En ellos se observa una mayor distancia por
tradición y una mayor importancia por la cronología y el presente. Sin embargo,
cuando ellos describen eventos del pasado citan lo que les contaron sus abuelos y sus
padres, pero precisan fechas aproximadas de momentos muy remotos aunque
tampoco los hayan vivido. Hay una necesidad de situar eventos climáticos en períodos
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anuales específicos transmitidos de generación en generación aún cuando no se
hayan vivido. La interpretación de un acontecimiento no se repite de igual forma de
generación en generación porque las referencias temporales de los distintos sujetos
sociales son más o menos distintas. Las experiencias de la escuela, las migraciones o
el trabajo en la ciudad pueden haber influido en la formación de estos discursos.
Los incrementos de temperaturas, en zonas donde éstas son menos idóneas cuando
incrementan con la altitud, producen otros impactos difícilmente ponderables para la
población local. En la comunidad de Mollebamba, los campesinos refieren que, debido
a las radiaciones diurnas, hay tubérculos como la papa y la oca que se sancochan o
se arrugan tan pronto cuanto empiezan a madurar. Los ascensos de temperatura
influyen en el hecho de que buena parte de las papas que se cosechan sean muy
pequeñas y crezcan con una verruga denominada localmente “tiqchu”. Las mujeres
campesinas confiesan que esa es una de las razones por las que tienen actualmente
más dificultades para realizar la “selección tradicional de semillas”, una actividad que
ha estado bajo su soberanía desde tiempos pasados (Gose 2004). La situación se
agrava cuando se observa una reciente propensión de los campesinos de estas
comunidades a importar variedades de semillas comerciales –de las zonas de
Abancay y Antabamba- a cambio de una menor disponibilidad de variedades nativas a
nivel local, aunque ellos prefieran las papas nativas por tener mejor sabor, mejor
consistencia y mayor resistencia al clima y a las plagas.
Igualmente, indican que cereales como el maíz pierden una fuerte dosis del agua que
necesitan para completar su desarrollo natural cuando el calor es muy intenso. Esta
apreciación es extendida en todo Mollebamba, una actividad cuya actividad
predominante es la agricultura, pero también se puede hallar un caso similar cuando
se dialoga con los campesinos de la comunidad pastoril de Santa Rosa que también
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cultivan maíz en el sector Antapuna, ubicado en Calcauso, entre los 3 800 y 4200 m
de altitud.
Maíces pequeños, Mollebamba, Junio 2011 Maíces en mal estado, Mollebamba, Junio 2011 Foto: Fiorella Miñan B. Foto: Fiorella Miñan B.
En ese sentido, los incrementos de temperaturas están afectando a dos de los cultivos
principales de las comunidades de Santa Rosa y Mollebamba.
Los pastores de Santa Rosa señalan, por otro lado, que los incrementos de
temperatura agravan la escasez de bofedales y de pastizales, poniendo en peligro la
disponibilidad de agua que requieren mínimamente los rebaños a lo largo del ciclo
anual. La relación que ellos hacen entre temperaturas y agua se comprende por la
observación que hacen del estado actual de los glaciares. A diferencia de los
campesinos de Mollebamba, los campesinos de Santa Rosa relacionan los
incrementos de temperatura con el retroceso del glaciar y, en este caso, con el
empeoramiento de la escasez de agua.
La mayoría de los interlocutores de esta comunidad refieren que el descongelamiento
de los glaciares ha comenzado hace más o menos 10 años. Sin embargo, es
impresionante observar que ellos hacen referencias a glaciares que han perdido casi
por completo su blancura. “Yuraq urqu” o “cerro blanco” es uno de los tantos glaciares
que los campesinos de Santa Rosa echan de menos. Su retroceso debió haber
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empezado antes, pero para ellos se trata de hacer 10 años o más porque es partir de
este momento comenzó a bajar el caudal de los riachuelos, se perdieron muchos
bofedales y algunas lagunillas dejaron de existir. Eso trajo como resultado la pérdida
de pastizales, el enflaquecimiento del ganado y la propagación de enfermedades. De
todos los camélidos, los que más han sufrido los daños son las alpacas, sobre todo las
crías “mejoradas”.
Cerro, Yuraq Urqu, Comunidad de Santa Rosa, Setiembre 2009 Foto: Fiorella Minan B.
El problema de la escasez de agua en Santa Rosa es más complejo porque los
pastores indican también que muchos bofedales se han perdido debido a un sismo
que data del 2001 y que, en opinión de ellos, modificó el curso de las aguas
subterráneas favoreciendo a las comunidades situadas en pisos más bajos como
Calcauso y Mollebamba. Sea como fuere, los campesinos consideran que estos dos
procesos deben haber provocado la pérdida de algunos bofedales. Hay procesos que
tienen que ver con cambios en el suelo que han transformado para los campesinos la
disponibilidad de agua y que tienen poco que ver con cambios en el clima.
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Por otro lado, existen algunos campesinos de Mollebamba que advierten la aparición
de nuevas especies tropicales en la zona, con ocasión del incremento de
temperaturas. La reciente aparición de especies tropicales como el “cuculí” ha
comenzado a afectar cultivos como el maíz - de maduración más rápida - y las habas -
de maduración más lenta -. Otros señalan la aparición de especies llamadas
“pulgones” que han reducido especies como las “retamas”, plantas que tienen un valor
simbólico de abundancia y bienestar para los campesinos de esta comunidad. Por
último, existen evidencias de una presencia incipiente de “langostas” que atenta contra
cultivos como el maíz en las parcelas ubicadas en la parte baja de la comunidad. En
todos estos casos, son los cultivos los más afectados por la migración de nuevas
especies. En este sentido, Camille Parmesan (2006) menciona que se realizó una
investigación que reveló 866 documentos que han reportado cambios a través del
tiempo en especies o sistemas que pudieron ser atribuidos al cambio climático.
En la comunidad de Santa Rosa, los pastores están cultivando maíz bajo secano en
Antapuna, en un subsector llamado kuchu kuchu, por encima de los 3 800 m de altitud.
No es fácil saber si se trata aquí de una subida en los límites de los pisos altitudinales,
como se ha evidenciado en otras zonas del sur andino peruano (Francou et al. 2004).
Los campesinos de Santa Rosa llaman “andenes” a las parcelas de cultivos apenas
aterrazadas que se encuentran en este lugar, aunque estos no correspondan con lo
que los científicos llaman como tal (Treacy 1994). Este sistema ha sido trabajado por
los campesinos desde tiempo inmemorial con el fin fundamental de aprovisionar de
agua principalmente a cultivos como el maíz y protegerlos de las heladas. Es probable
que los campesinos hayan cultivado aquí maíz en el pasado y que hoy en día sea una
de las tantas alternativas que ellos han vuelto a explorar después de mucho tiempo.
(Denevan 1983, Flores Moreno 2009). Sin embargo, en la vecina comunidad de Silco,
algunos campesinos que han tenido experiencia en proyectos de desarrollo refieren
una subida en los límites altitudinales diciendo que hay variedades de papa que se
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cultivaban antes entre los 3200 y 3500 m de altitud ahora se siembran entre los 3800 y
4000 m de altitud. Estas interpretaciones deben ser más estudiadas en sus diversos
contextos por investigaciones que contemplen períodos de mayor alcance.
Sector Kuchuy Kuchuy, Antapuna, Calcauso, junio 2011 Foto: Fiorella Miñan B.
B. Descensos de temperatura: heladas
En zonas de alta montaña, donde los contrastes de temperatura a lo largo del día son
muy marcados (Dollfus 1990; Winterhalder y Brooks 1982), los campesinos observan
que los incrementos descritos coinciden con descensos de temperatura muy extremos
en las distintas etapas del año. En la comunidad de Santa Rosa, los campesinos
indican que las heladas son uno de los eventos climáticos que más amenazan sus
medios naturales de vida. Una interpretación análoga existe en Mollebamba, pero este
evento es ubicado en una posición secundaria al lado de otros.
En ambas comunidades, los campesinos sostienen que la helada ha sufrido dos tipos
de cambios. En primer lugar, estos eventos, que ocurren en las horas nocturnas y
matutinas de los meses de junio y julio, se interrumpen de manera inadvertida,
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impidiendo que el proceso de deshidratación de tubérculos para su conversión en
ch’uño se complete normalmente. Una situación desconocida limita así una de las
tecnologías tradicionales típicas de los campesinos de los andes peruanos,
consistente en el almacenamiento de productos por un tiempo prolongado
aprovechando las condiciones climáticas adversas (Troll 1958).
En segundo lugar, los campesinos señalan que, desde hace aproximadamente 4 años,
hay heladas muy fuertes que se están presentando en distintos meses de la estación
húmeda, durante el período que va de noviembre y abril. De esa forma, la helada
atenta contra cultivos altamente sensibles como el maíz, durante la etapa en que está
en pleno crecimiento y maduración. Esto contrarresta la posibilidad de aprovechar la
subida de pisos altitudinales para sembrar este cultivo, en el caso de que sea así. De
esa forma, se afecta un cultivo que tiene una importancia alimenticia, pero también
ceremonial cuando sirve para hacer la chicha que suele ser compartida con diversas
personas a fin de reafirmar y celebrar relaciones sociales (Murra 1975, Webster 1974).
Además, la ocurrencia de heladas en la época de lluvias trae también perjuicios para
el ganado, porque coincide con el período de esquila, empadre, parición y destete. Los
campesinos señalan que aproximadamente el 35% de las crías de alpaca que pierden
a lo largo del año se debe a las heladas. Una familia que dispone de 20 alpacas
pequeñas ha perdido entre 10 y 15 en el último año. Otra familia que posee 40 ha
perdido 15. Las cifras, sin embargo, pueden variar de un año a otro entre las distintas
familias, dependiendo de su disponibilidad de recursos.
A la luz de estas alteraciones ambientales, las heladas se interrumpen en los períodos
conocidos en los que pueden ser aprovechadas para transformar ciertos cultivos o
aparecen imprevistamente en los meses en los que pueden representar una mayor
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amenaza para los cultivos y el ganado. Tenemos heladas, entonces, a lo largo de todo
el año.
La combinación entre ascensos diurnos de temperatura y descensos nocturnos muy
extremos con variaciones estacionales a lo largo del año, ha llevado a los campesinos
a insistir que los contrastes de temperaturas son más bruscos e impredecibles en la
actualidad. Si los trabajos sobre cambio climático se han concentrado en los
incrementos, hay poca evidencia científica sobre los descensos (Huggel et al 2003,
Orlove 2009). Pero, nuestro trabajo de campo arroja que, para los campesinos,
incrementos de temperatura no pueden ser comprendidos sin hacer alusión al mismo
tiempo a los fuertes descensos. En ambos casos, los impactos sobre sus medios de
vida se han agudizado y algunas de sus prácticas sociales de subsistencia han
comenzado a ser de cierta manera relativizadas.
II.2 Precipitaciones Pluviales
A. sequías
Las precipitaciones pluviales son otros de los eventos que han sufrido cambios
considerables. El primer indicio de estos cambios es el retraso de las lluvias
eventuales que podían presentarse en los meses de setiembre y octubre, poco antes
del inicio de la época de lluvias que va de noviembre a abril. Estas lluvias solían ser
aprovechadas por los campesinos de Mollebamba y Santa Rosa para preparar los
campos de cultivo para la siembra temprana, evitándoles una mayor exposición a
riesgos climáticos posteriores. Pero, ellos señalan que el calendario de precipitaciones
pluviales ha sufrido una severa modificación en los últimos años. Las primeras lluvias
se retrasan y no comienzan sino recién entre los meses de noviembre y abril. Dado
que esto afecta el desarrollo natural de los cultivos en secano, algunos campesinos se
han visto obligados a hacer modificaciones en la obtención de fuente de agua y en los
cultivos de la siembra. Pero, todos ellos están de acuerdo que el riego artificial no se
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compara con el agua provista por las lluvias. Otros simplemente ven perdida su
producción cada año y ven con más dificultad la posibilidad de predecir las lluvias.
En cualquier caso, los campesinos señalan que existen varios indicadores de
predictibilidad climática que pueden fallar o tener éxito, dependiendo del contexto. En
agosto del 2009, Flores Moreno y Valdivia identificaron algunos indicadores de
predictibilidad de lluvias, relacionados con las cabañuelas, los aullidos del zorro, la flor
de durazno y el movimiento de las nubes. Los campesinos que seguían esas señales,
dijeron a los autores que el año 2009-2010 sería un buen año, es decir, que las
precipitaciones pluviales serían razonables y que habría abundancia y fertilidad.
Cuando yo estuve en Mollebamba un año después, los campesinos efectivamente
corroboraron que había sido un buen año. Ese mismo año ellos me dijeron que
también observan el crecimiento de maguey (una planta tropical), la llegada de pájaros
como la zarzuela y el chuchuhuaco en el mes de diciembre y el presagio del juez de
aguas sobre la suerte de las cosechas del año siguiente. Para el caso de Santa Rosa,
los pobladores suelen predecir las nevadas cuando aparecen aglomeradas aves
amarillas, o cuando aparece también un ave llamada jaque. La aparición de estas aves
indica a los campesinos de esta comunidad de puna cuándo nevará. Las aves suelen
aparecer en el mes de Diciembre. Otro animal es el zorro, que cuando “llora o aúlla”
completo en los meses de setiembre y octubre, significa que el año venidero será
bueno, pero cuando llora incompleto entonces resulta lo contrario: será un mal año.
Pero, cuando regresé en julio de este año, algunos de los campesinos de Mollebamba
dijeron que el último año 2010-2011 había sido muy malo y que los indicadores que
usaron el año anterior habían fallado. Los indicadores de predictibilidad climática
pueden cumplirse o fallar, dependiendo del contexto natural y social.
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B. Lluvias torrenciales
Pero, la incertidumbre sobre la llegada de las lluvias crece cuando poco después los
campesinos de esta zona enfrentan el advenimiento de lluvias torrenciales y continuas,
en diversos momentos cortos de 3 ó 4 horas durante el día y la noche. En algunos
casos, esto produce derrumbes y deslizamientos; en otros, un aumento de la humedad
favorece la putrefacción repentina de los cultivos, porque estimula la propagación de
plagas y hongos, lo cual se agrava con el uso de agroquímicos y la compra de semillas
de variedades comerciales procedentes de otras zonas, en opinión de los campesinos.
Cerca de 20 campesinos repartidos entre las dos comunidades de este estudio
coinciden en que el último año (2010-2011) ha sido muy “malo” para las comunidades
campesinas de toda la provincia de Antabamba, porque han perdido buena parte de su
producción. Ellos no perciben los impactos sólo en su comunidad, sino en
comunidades vecinas y en toda la provincia (Orlove 2009). Los campesinos tienen una
mirada de los impactos de los eventos climáticos desde una mirada territorial andina
más amplia, pese a habitar un “espacio reducido” (Flores Moreno 2011).
Las lluvias torrenciales afectan profundamente a Mollebamba cuya actividad
predominante es la agricultura, pero también limita la agricultura complementaria que
los pastores de Santa Rosa realizan estacional y verticalmente en pisos más bajos, o
bien produciendo en sus parcelas de cultivo o bien adquiriendo recursos agrícolas de
otras comunidades que no están exentas de padecer la misma amenaza climática.
Cuando se producen eventos con estas características no sólo se perjudican los
productores directos, sino también aquellos con los que estos establecen sinergias
mediante diversas formas de complementariedad e intercambio de productos (Inamura
1986, Mayer y Fonseca 1974).
Las lluvias torrenciales acompañadas de rayos y truenos intensos, muy temidos en los
andes tropicales (Ricard Lanata 2007), han intimidado a tal grado a los campesinos de
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Mollebamba que la semi-migración estacional que solían hacer durante la época
húmeda hacia sus “astanas” o “cabañas” de las partes altas para la rotación del
pastoreo se ha reducido considerablemente. La mayor parte del tiempo los
campesinos residen en su “hatun wasi” o “casa grande”, ubicada en el centro poblado
situado a menor altitud. Aquí concentran el pastoreo y sólo se desplazan hacia las
partes altas esporádicamente.
El problema no se limita a esta situación. Los campesinos de estas comunidades
señalan que las lluvias torrenciales descritas son interrumpidas por sequías cortas o
prolongadas sobre todo en el mes de marzo. Esto hace que los cultivos no maduren
de acuerdo con la programación prevista y que corran el riesgo de colapsar cuando
sean alcanzados por las heladas conocidas de la estación seca o por las heladas sin
precedentes de la estación húmeda que mencionamos anteriormente. En otras
palabras, las alteraciones climáticas han agudizado las incertidumbres de la
producción agrícola en cualquier estación del año y cada cultivo enfrenta los impactos
de más de un evento climático extremo durante una estación.
Es probable que los campesinos de Santa Rosa asocien las sequías a la pérdida de
lagunillas en los últimos años, pues se sabe que en los andes las lagunas son “fuentes
de lluvias”. Un dato que no hemos podido corroborar para el caso de Santa Rosa se
cumple para el caso de Mollebamba, como lo muestran algunos rituales para llamar la
lluvia. En febrero, tres hombres de Calcauso salen a la una de la tarde y se dirigen a
las lagunas que estén dispuestas a enviarles la lluvia, como “urqu qucha”, “yuraq urqu”
o “chaillpani”. Está prohibido que vayan mujeres porque la laguna es celosa. A
cualquiera de estas lagunas se lleva cebo de llama, clavel, incienso, sullu, maíz de 12
tipos diferentes, 6 huevos de gallina, alcohol (cañazo), sal, ají, ajo, entre otros.
Después de 5 horas de recorrido, llegan a la laguna y deben solicitarle licencia antes
de ofrecerle la libación. Se realizan diversas invocaciones nocturnas y a las 4 de la
21
mañana del día siguiente comienza el pago. Todo esto se iguala. Las personas dan
vueltas de rodillas alrededor de la laguna con incienso y clavel. Luego, se junta y se
quema la ofrenda. Después, se muele el ajo, la cebolla, el huevo y el ají. Entretanto,
las autoridades deben hacer un pago en el pueblo. Luego los que se encuentran en las
orillas lanzan con hondas piedras a la laguna en direcciones que van del este y el
oeste hasta el norte y el sur, pidiéndole lluvia. Después, retiran un poco de agua de la
laguna que debe contener algunas hierbas. Hecho eso, los participantes se alejan de
las orillas para no ser atacados por el rayo y horas después viene el vapor de la
laguna, acompañada de algunas olas. Algunas horas después, si se ha hecho bien la
libación y si se ha elegido bien la laguna, cae la lluvia. Este ritual colectivo no es
extensivo en toda la comunidad, pero es practicado por algunas personas. Como lo
que importa de esta ritual es recuperar el equilibrio del acto de dar y recibir (Rösing
1993), las sequías pueden deberse tanto a que no se cumple con este acto de
reciprocidad como al hecho de que han comenzado a desaparecer algunas lagunas
que pueden enviar la lluvia.
Como se ha visto, las descripciones que hacen los campesinos sugieren cambios en la
variabilidad climática. Pero, ellos advierten que las lluvias torrenciales que han
experimentado últimamente no han sido tan fuertes como las que padecieron en el año
1991-1992 y que las sequías de los últimos años no han sido tan perjudiciales si se les
compara con la que padecieron en 1980-1981, cuando experimentaron una de las más
grandes hambrunas que haya conocido la población. En la historia de estas
comunidades se puede trazar una serie de regímenes pluviales que alcanzaron
dimensiones desconocidas en su momento y que vistas en su totalidad confunden la
magnitud de los impactos que los acontecimientos climáticos recientes han venido
provocando en las condiciones de vida de los campesinos. Puesto que el cambio
climático difiere de los peligros naturales en que se mide en períodos largos (IPCC
2007), es difícil ponderar los eventos climáticos de Mollebamba y Santa
22
Rosa tomando en cuenta un período de tiempo tan breve como el que hemos
considerado en esta investigación.
II.3 Otros eventos climáticos
En la zona de estudio, los campesinos identifican otros eventos climáticos que han
sufrido cambios, aunque su amenaza sea mucho menor comparada con las que han
sido descritas anteriormente. Las nevadas suelen producirse en la estación húmeda,
pero los campesinos señalan que nunca vieron nevadas como las que se presentaron
en agosto del 2009 en las comunidades de toda la microcuenca de Mollebamba,
precisamente en el mes más crítico para los ganados, debido a la escasez de agua y
pastizales. En el 2004, destacan también 3 ó 4 nevadas que, al conjugarse con las
heladas que aparecieron durante la estación húmeda, formaron capas de nieve de
varios centímetros sobre la superficie del suelo, impidiendo que el ganado pueda
alimentarse. En esos casos, los campesinos se ven obligados conducir sus ganados
hacia las quebradas de las partes más bajas para poder alimentarlos.
Alpacas de la comunidad de Santa Rosa, Setiembre 2009
Foto: Fiorella Miñan B. Adicionalmente, durante esta misma estación, en los últimos 4 años los campesinos
han observado granizadas con partículas de tamaño más grande que afectan
principalmente a cultivos forrajeros como la cebada, pero que cortan también las hojas
de maíz, dejando únicamente su coronta. Los campesinos anotan que se han
23
presentado tres granizadas con estas características y con consecuencias similares en
el mes de febrero del 2011. Los campesinos también mencionan la ocurrencia de
vientos huracanados a los que se les presta más atención por sus señales climáticas
que por sus impactos sobre las infraestructuras de las viviendas. Es probable que los
cambios en estos últimos también influyan en las sequías, porque los vientos, según
las creencias de los campesinos alto andinos, son “enemigos de la lluvia” (Rösing
1993).
II.4 Interpretaciones sobre los cambios del clima
Existen distintas interpretaciones del retroceso del glaciar y los cambios producidos en
el clima en general. Algunos sostienen que esta es una señal del fin del mundo, del
final de su forma de vida y de la humanidad, que anuncia la venida del mesías:
“Dios está trayendo estos cambios, porque ya está cerca la venida, cada mes vienen de las misiones y ahí estoy aprendiendo todas las palabras del señor, ya está cerca la venida, qué pasará cuando venga el señor,
las cosas deben pasar así”
Paulina Paniura (79 años) y Daniel Flores (80 años) Comunidad de Santa Rosa
Después que esta comunidad padeció profundamente los impactos de la violencia
política en los 80s, diversas familias ingresaron a las filas de la iglesia protestante
adventista y, desde entonces, los discursos mesiánicos de fines de milenio
comenzaron a multiplicarse entre los diversos creyentes. Otros campesinos sostienen
que el retraimiento del glaciar está ocurriendo porque la comunidad no está
cumpliendo con los rituales que exigen los Apus, deidades montañosas que ordenan el
mundo y velan por la vida en los andes (Ricard Lanata 2007). Cuando los campesinos
no cumplen con sus rituales de reciprocidad, los Apus los castigan dejándolos sin
nevados y sin agua. Por otro lado, hay campesinos que interpretan este
acontecimiento con el calentamiento global y que, según el caso, asocian esta
interpretación con las anteriores. Estos discursos sobre el cambio climático han
24
crecido en los últimos años en la zona, probablemente debido a una mayor difusión de
este tema en distintos lugares del mundo:
“La capa solar se está rajando. Los cambios están ocurriendo por la capa solar se esta rajando, mi padre dice que el viento quiero llevar a uno, la lluvia está muy fuerte y dice que el tiempo esta cambiando
porque su época no era así”
Basilia Álvarez, 39 años, Mollebamba
Para comprender la relación del glaciar con el calentamiento global, es importante
mirar más allá de la ciencia climática y el derretimiento del glaciar, para mirar la
cultura, la historia y las relaciones de poder (Carey 2007). Pero, todo esto hace más
difícil precisar el “marco cultural” con el cual los campesinos perciben los glaciares y
los cambios en el clima en general. (Orlove et al. 2008, Flores Moreno et al. 2011)
III. Prácticas sociales de las comunidades campesinas con relación a la VC y CC
Una práctica es un conjunto de actividades repetidas y relacionadas, realizadas por los
diferentes miembros de una familia en el curso de un año (Zoomers, 2002). Pero estas
prácticas están sujetas a múltiples cambios e innovaciones tal y como suceden
también con las estrategias de subsistencia o adaptación. En sentido, Denevan (1983)
menciona que la adaptación o las estrategias de subsistencia no sólo cambian con el
tiempo, sino que también son variadas y responden a un proceso de selección de la
variación para diferentes individuos.Para comprender las prácticas campesinas que se
realizan en las comunidades estudiadas, nos remitiremos, primeramente, al calendario
agrícola y pecuario
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Calendario Agrícola
Agricultura bajo riego
Cosecha maíz amiláceo, Haba y arveja Cosecha de maíz canchero y papa
Cosecha de hortalizas y avena
Siembra dde Cosecha de maíz amiláceo, Canchero, haba, alverja y tarwi Cosecha de cebada
Siembra de papa temprana Cosecha maíz cancha Junio
Julio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Siembra de maíz amiláceo, haba, alverja, tarwi y cebada.
Siembra de hortalizas y alfalfa
Siembra de maíz canchero
Agosto
Setiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Elaboración propia Fuente: Impactos de la variedad climática y cambio climático sobre los sistemas productivos en la microcuenca de Mollebamba,
PREDES, 2011
Agricultura bajo secano (laymes)
Cosecha de forraje
Siembra dde Cosecha de tarwi Cosecha grande de papa
Cebada, trigo, y tubérculos andinos
Siembra de cebada, trigo y
quinoa
Siembra de tubérculos andinos, avena y tarwi
Siembra grande de papa
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
JunioJulio
Agosto
Setiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Elaboración propia Fuente: Impactos de la variedad climática y cambio climático sobre los sistemas productivos en la microcuenca de Mollebamba,
PREDES, 2010
En el ciclo de los cultivos principales como la papa, la siembra se inicia en el mes de
agosto (siembra temprana) y en el mes de Setiembre (siembra grande) y la cosecha
en los meses de febrero y mayo. En el caso del maíz sucede algo distinto. La siembra
se inicia en los meses de setiembre-octubre y la cosecha se realiza en los meses de
26
abril (maíz fresco), mayo y junio (maíz seco). En algunas comunidades de la
microcuenca que disponen de riego la siembra inicia en el mes de agosto. Por
ejemplo, los pobladores de Santa Rosa que cultivan en el sector de Antapuna (en
Calcauso), siembran el maíz en el mes de agosto, pero no sólo porque disponen de
riego, sino también porque el proceso del crecimiento del maíz toma más tiempo
debido a que esta zona es muy alta y cuanto mayor es la altitud son mayores las
incertidumbres para las precipitaciones pluviales y las temperaturas.
Calendario pecuario
Fuente: Estudios sobre los impactos de la variabilidad climática y cambio climático sobre los sistemas productivos en la microcuenca de Mollebamba, Apurimac, 2010. PREDES
Especie Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
Vacuno Marcación Parición, empadre, sanidad y comercialización Parición Empadre Alpaca y llama
Dosificación comunal Mar
caci
ón
Esquila
Ovino Parición Empadre Parición Esquila
Equinos Empadre, parición, sanidad cualquier mes del año
Caprinos Parición Empadre
Cuyes Empadre, parición, sanidad cualquier mes del año
El calendario pecuario está definido a nivel de las 5 comunidades de la microcuenca.
En las comunidades de Mollebamba, Silco, Vito y Calcauso, se lleva a cabo
principalmente la crianza de vacunos, ovinos, equinos y caprinos, además de animales
menores. Sin embargo, en las zonas más altas, estas comunidades también crían
ganado camélido, como es el caso de Mollebamba en la zona de Huacctacanca. En el
caso de Santa Rosa la actividad principal es la crianza de camélidos (llamas y
alpacas), aunque algunos campesinos, de manera complementaria, cuentan con
ganado vacuno. Los pastores, además, complementan la actividad ganadera con la
agricultura en Antapuna y Calcauso. En todas estas comunidades, por lo tanto,
observamos que sus prácticas sociales centrales se organizan en función de la
ganadería y de la agricultura, dos actividades de control vertical complementarias e
inseparables (Masuda, 1986).
27
Entre las prácticas socioculturales encontradas en Mollebamba y Santa Rosa,
tenemos: control directo de pisos ecológicos, control indirecto de pisos ecológicos,
asociación de cultivos, selección de semillas, variedad de cultivos en la producción,
implementación de riego, rituales relacionados al clima y la producción. Todas estas
prácticas están concatenadas entre sí y relacionadas a las alianzas matrimoniales y a
los sistemas de cooperación y parentesco, así como a los intercambios de
reciprocidad como son el ayni, la minka y en algunos casos el jornal. Dichas prácticas
socioculturales se han encontrado en constantes cambios y en los últimos años los
cambios en la producción se han visto afectados tanto por factores climáticos como
por otros factores como la introducción de proyectos de programas de desarrollo, entre
otros tantos.
a. Control directo de pisos ecológicos
En ambas comunidades los diversos grupos de familias campesinas ejercen un control
directo sobre los recursos, al contar con diversas zonas de producción en las partes
altas y bajas o bien en zonas cuyos pisos se encuentran en el ámbito territorial de
otras comunidades que se ubican dentro o fuera de la microcuenca, como es el caso
de la comunidad de Santa Rosa que cuenta con zonas de producción en Antapuna.
Muchas de las zonas de producción se han visto afectadas por los eventos climáticos
y en algunos años se tiene buena cosecha pero en otros años, como el presente, las
cosechas son malas y los pobladores se ven forzados a comprar más papa y maíz de
otros lugares. Esto ha obligado a los campesinos a hacer modificaciones en la siembra
e introducir semillas mejoradas o hacer intentos de siembra de papa en pisos donde
antes no se solía sembrar, es decir, subir en el umbral de límites efectivos de
producción. En algunos casos los resultados son favorables, como en el caso de la
comunidad de Silco. Pero en otros casos como en la comunidad de Santa Rosa esta
forma de “experimentar” con nuevos productos, no han dado buenos resultados. Otras
28
de las prácticas tradicionales campesinas que han sido afectadas por los cambios en
el clima es la obtención del chuño, pues como mencionamos anteriormente, las
heladas se están dando a destiempo y ello impide que la deshidratación del chuño se
pueda completar.
Por otro lado, pocas familias en Mollebamba, Santa Rosa y Calcauso trabajan con
andenes. Hace más de 10 años se realizó un proyecto con Marenas que consistió en
la rehabilitación de andenes. En la actualidad sólo algunas familias continúan usando
los andenes porque ello requiere de mayor fuerza de trabajo y de canales de
irrigación. Un caso similar es el de la comunidad de Pomacocha, Andahuaylas,
Apurímac, la cual también fue estudiada en el marco del programa de adaptación al
cambio climático. En el estudio los pomacochanos señalan que los andenes
demandan mucho esfuerzo como para dedicarse plenamente a ellos, y que además de
la actividad agrícola, ellos también invierten mucha energía en la actividad pastoril. En
este sentido, es importante mencionar que el tema de recuperación de andenes y
construcción de terrazas han sido vistas, hace más de una década, como una forma
de reducir la pobreza y buscar el desarrollo rural y que hoy en día el trabajo de
andenerías está también siendo considerado como una estrategia eficaz frente al
cambio climático. (Flores Moreno et al., 2011)
Otros cambios que se han producido en las comunidades estudiadas, pero con
intervención de instituciones externas, es la construcción de biohuertos para el cultivo
de hortalizas en Santa Rosa y en Mollebamba la reforestación con pinos, trabajos en
canales de irrigación, entre otros. Estos proyectos se están realizando con la ONG
Pachama Raymi en el marco de adaptación al cambio climático.
Las opiniones por parte de los pobladores campesinos respecto a los proyectos son
diversas: algunos campesinos están de acuerdo con el trabajo, otros no conocen
29
mucho sobre ello y un último grupo se encuentra en desacuerdo y piensan que sería
más importante si se trabajaran proyectos como la construcción de grandes represas.
En Santa Rosa, Ha habido intentos recientes de sembrar trébol blanco, Ray Grass,
avena y este año con la ONG Pachamama Raymi se sembrado trébol blanco, rojo y
Ray Grass pero no han dado buenos resultados, recién este año se empezado a
empezado a sembrar con pachamama Raymi, con ellos se ha sembrado trébol blanco,
trébol rojo y Ray Grass pero no ha crecido bien. Así mismo, también se ha intentado
producir papa en la zona de santa rosa pero no ha tenido buenos resultados.
b. Control Indirecto de pisos ecológicos
Una forma de control indirecto son los viajes que los pastores de puna solían y suelen
con menos frecuencia realizar con sus recuas de llamas a diferentes lugares con el fin
de intercambiar mediante trueque o comprar con dinero productos de zonas más
bajas. Los campesinos ancianos de la comunidad de Santa Rosa, nos cuentan que
hace muchos años ellos solían realizar viajes a zonas como huarhua para conseguir la
sal, luego viajaban a Puquio, Champimarca, Sara Sara, Yanaca y Jatina llevando lana
y carne de oveja. En cambio a Mollebamba llegaban alpaqueros de lugares como
Parinacochas, La unión Arequipa, ayacucho y de Cora Cora. Ellos llegaban a
Mollebamba para intercambiar lana y carne por papa y maíz (en diferentes meses de
cosecha). En la actualidad, son muy pocas las personas que continúan realizando los
viajes de intercambio y es que ahora con la construcción de carreteras, llegan carros
con productos a la misma zona y ello produce un tipo de competencia con los pastores
de puna. Por otro lado, también se menciona mucho que cada vez sube más el precio
de la papa y el maíz debido a tiempos de mala cosecha.
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Una variante de control indirecto de pisos ecológicos es el intercambio de productos
por fuerza de trabajo. En la comunidad de Santa Rosa se suele intercambiar papa por
trabajo en la cosecha, pero en el caso del maíz se suele intercambiar poco mediante
trueque y más se compra con dinero porque la producción de maíz es más sensible a
los eventos climáticos que la papa y por lo tanto se pierde más maíz.
Hace varios años que los viajes de los pastores se han ido reduciendo y ello por
muchos motivos. Entre ellos encontramos que la construcción de carreteras ha
suplantado, en parte, los viajes que solían realizar los pastores para el intercambio de
sus productos; otro motivo es que muchos de estos viajeros son mayores y para ellos
resulta difícil realizar viajes tan largos; Otros pastores tienen familias que poseen
tierras en las comunidades de la microcuenca y ya no necesitan realizar los viajes;
Están también quienes compran papa y maíz en ciudades como Abancay y
Antabamba; finalmente, los impactos del clima han afectado la producción
agropecuaria y ello reduce la cantidad de producción tanto para intercambiar como
para comprar.
c. Asociación de cultivos
La asociación de cultivos, del haba y el maíz, tiene como propósito protegerlos de la
variabilidad climática y del cambio climático. Las asociación implica que se asegurará
parte de la producción frente a las heladas durante la noche y al calor durante el día.
Así también las habas protegen al maíz cuando se encuentran cerca de las acequias,
pues el maíz se vuelve amarillo y se malogran las raíces por el exceso del agua, es
por eso que las habas se siembran a los contornos del maíz.
d. Selección de semillas
Las mujeres son las que se encargan de seleccionar las semillas y de realizar la
distribución de la cosecha. Pero este trabajo ha tenido dificultades debido a las
31
hostilidades climáticas recientes, la erosión de los suelos y la presión de la producción
y ello ha obligado a las mujeres campesinas a utilizar semillas traídas de Abancay y
Antabamba y no siempre la calidad es la más óptima.
“En otras chacras fuera del pueblo siembran papa, a la altura de donde están las cabañas. Ahí siembran papas nativas, papa peruanita, papa huayco, papas precoces (de tres meses), las papas nativas son de
lugar: hay de dos tipos las larguitas y redonditas. Las papas mejoradas son semillas de Abancay. Hace poco se están utilizando estas semillas, hace 3 a 5 años. Antes era puro nativo. Luego hubo un tiempo que
no había papa en el 2005. y luego empezaron a traer semillas de Abancay, porque algunos no tenían. Empezaron a traer papa peruanita, huayco y precoz. Dejaron de haber semillas papas nativas por sequías
y hoy hay menos papas debido a lluvias torrenciales”
Basilia Álvarez, 39 años, Mollebamba
e. Prácticas y rituales tradicionales frente a la variabilidad climática y cambio
climático
Para enfrentar la helada
Las mujeres campesinas mencionaron que la helada afecta mucho al maíz por que los
hace como chuño y una practica que se aplica en para evitar que se pierda el maíz es
“calchear” (cortar el maíz) para luego colocarlo en forma de chocita, como una especie
de arco, durante tres semanas o un mes hasta que se de la autorización en la
comunidad para desojar el maíz y recogerlo de las chacras.
Maíz “calcheado” y colocado en forma chocita para protegerlo de la helada, Mollebamba, Junio 2011
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Antiguamente también se solía quemar el hueso de los gentiles en las chacras para
que como los comuneros dicen “escampe” y proteja al cultivo de la helada. Otra forma
de proteger los cultivos consistía en colocar un tronco de madera pequeña que llevaba
en la parte superior una flor llamada “jantuta” con algodón y al lado una botella con
agua bendita. Todo ello se colocaba en el centro de la chacra. Este tipo de practicas
las realizan sólo algunas personas en las comunidades, prácticamente ya se está
dejando de practicar esta costumbre.
Otros interlocutores, mencionan que también es posible llevar a cabo una “humareda”,
una técnica que se remonta a tiempos coloniales. La humareda se realiza muchas
veces con estiércol alrededor de las chacras y de esa manera se protege al cultivo de
la helada.
Otra práctica, mencionada por un campesino de la comunidad de Silco, es regar
durante todo el día, para que el agua no se evapore así la helada ya no lo coge. En
cambio cuando se riega de 8:00 am a 1:00 pm, el agua se evapora con el calor y
cuando viene la helada lo coge. El interlocutor señala que esta práctica se ha realizado
hace poco y que antes solían humear y enterrar el aborto del chanchito en la misma
chacra para ahuyentar la helada.
Rituales contra el exceso de lluvia y para llamar la lluvia:
Antiguamente cuando había mucha lluvia día y noche se quemaba el hueso de los
gentiles para que escampe. Se iba al cementerio y se sacaba las cabezas de varias
personas antiguas. Luego se ponía cerca de la cruz de la puerta de la iglesia.
En el mes de febrero, tres campesinos de Calcauso, a quienes se les ha enseñado el
ritual, parten a la una de la tarde hacia una laguna a la cual se llega en
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aproximadamente después de cinco horas de caminata. Cuando llegan a la laguna1,
deben primero pedirle permiso, luego se descansa ahí y el día siguiente a las cuatro
de la mañana se empieza el paso. Para ello se lleva pichu wira, clavel, incienso, sullu,
maíz de 12 tipos diferentes, 6 huevos de gallina, alcohol (cañazo), sal, ají, ajo. Todo
esto se iguala. Las personas dan vueltas de rodillas alrededor de la laguna con
incienso y clavel. Luego, se junta y se quema todo. Luego, se muele el ajo, la cebolla,
el huevo y el ají, y se hondea a la laguna hacia el este, oeste, norte y sur. Las
autoridades deben hacer lo mismo en el pueblo. Después, retiran agua con hierbas de
la laguna. Ellos se alejan de la orilla para no ser atacados por el rayo. Luego viene el
vapor de la laguna, salen grandes olas y después de algunas horas cae la lluvia.
1 Urqu qucha, yuraq urqu, chaillpani
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