elolivo.netelolivo.net/libros/calvino-instituciondelareligioncristiana.pdf · pr6logo de los...

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JUAN CALVrNO
TRt\DlJCIDA Y PllBLICADA POR CIPRIANO DE VALERA EN 1597
REEDITADA POR LUIS DE (JSOZ Y Rio EN 1858 NUEVA EDICION REVISADA f:N 1967
SEGUNDA EDlelON L'lALTERADA 1981 TERCERA EDICIONINALTERADA 1986 ClJARTA ~:DICI6N INALTERADA 1994
QUINTA EDICION INALTERADA 1999
FUN I>AClON EDITORIAL DE UTERATllR>\ REFORl\JA DJ\. FELiRe
ISBN del volumen I: 90631 10383 ISBN de la obra wmplcta: 90631 100 14
Dep{Jsito legal: B. 24.126 ~ 1999
Imprcso cn Romanyil/Valls, SA. Verdaguer,J - 08786 Capellades (Barcelona)
Imprcso en Espana - Printed in Spain
FUNDACIQN EDITORIAL DE LITERATURA REFORMADA
STlCHTING UITGAVE REFORMATORISCHE BOEKEN
PR6LOGO DE LOS EDITORES
Desde que en 1859 Luis de Usoz y Rio publico su reimpresion de la Institucion, que Cipriano de Valera tradujera casi tres siglos antes, no habia aparecido, en el mundo de habla hispana, nada que pudiera califi­ carse de asequible y uti! para toda clase de Iectores, en relacion con la obra magna de Juan Calvino.
La meritoria labor de Luis de Usoz y Rio tuvo el fin de preservar de la destruccion y del olvido una obra que, lamentablemente, ya era poco conocida por los fieles evangdicos de los paises de lengua castellana. Por otra parte, la dificultad, que en nuestros dias es cas! imposibilidad, de obtener un ejemplar de tal reimpresion, y, sabre todo, el lenguaje ya periclitado de la antigua traducci6n, determinaron que la Instituci6n se convirtiera en raro y poco manejable ejemplar de escasas bibliotecas.
Par todo ello presentamos esta nueva edicion con gran alegria y espe­ ranza, como un instrumento selecto para la difusion de las doctrinas reformadas, que Calvino expone con tan asombrosa claridad y sencillez.
La antigua traduccion de Valera ha sido debidamente re\'isada, en cuanto al lenguaje, y comparada con los originales latino y frances. Se ha procurado, no obstante, seguir de cerca aI reformista espanol, respetando SU traducci6n y estilo hasta el maximo; y en las contadas ocasiones donde existia una cierta discrepancia can el original, se ha puesto la oportuna nota.
Nuestra oracion y anhelo es que nuestro misericordioso Padre se sirva de esta obra para la extension de su reina, y bendicion de su Pueblo, A EI sea la gloria.
Rijswijk, Paises Bajos, 1968. FELiRe
CON MOTIVO DE ESTA QUINTA REIMPRESION INALTERAOA
Desde que en 1968 publicamos 1a presente revisi6n de la traducci6n de Cipriano de Valera, han sido miles y miles los lectores, en Espana y en Iberoamerica, que se han beneficiado de su profunda ensefianza. Can la contribuci6n parcial de una donacion de la fundacion neerlandesa Pro Religione et ljberlate, nos ha side posible realizar esta nueva reimpresi6n inalterada. Por ello, damos una vez mas gracias al Senor Todopoderoso, y confiamos en Sll bendici6n para que esta nueva impresi6n aporte luz y conocimiento al pueblo de Dios.
1999 FELiRe
ANTIGUa TESTAMENTO
Gn. Ex. Lv. Nm. Dt. Jos. Jue. Rut I Sm. 25m. 1 Re, 2 Re. I Cr. 2 Cr. Esd. Neh. Est. Job Sal. Provo
= Genesis = Exodo = Levitico = Numecos = DeuteroDomio = Josue = Jueces = Rut = I Samuel = 2 Samud = I Reyes = 2 Reyes = I Cr6nicas = 2 Cr6nicas = Esdras = Nehemias = Ester = Job = Salmo{s) = Proverbios
Eel. Cant. Is. Jer. Lam. Ez. Dan. Os. JI. Am. Abd. Jon. Miq. Nah. Hab. SoL Hag. Zac. Mal.
= Eelesiastes = Cantar de los Cant:ares = Isaias = Jeremias ~ Latnentaciones = Ezequiel = Daniel = Oseas = Joel = Am6s = Abdias = Jonas = Miqueas = Nahum = Habacuc = Sofonias = Hageo = zacarias = Malaquias
Tob. = Tobias _ Jdt. = Judit
AP6cRIFOS
NUEVO TESTAMENTO
Mt Me. Le. In. Hch. Rom. I Cor. 2 Cor. Gal. Ef. Flp. Col. 1 Tes. 2 Tes.
= Mateo = Marcos = Lueas = Juan ~'" Hechos = Romanos = I Corintios = 2 Corintios = Galatas = Efesios = Filipcnses = Colosenses = I Tesalonicenses = 2 Tesalonicenses
1 Tim. = I Timoteo 2 Tim. = 2 Timoteo TiL = Tito Flm. = Filem6n Heb. = Hebreos Santo = Santiago I Pe. = I Pedro 2 Pe. = 2 Pedro 1 in. = I Juan 2in. =2Juan 3 In. = 3 Juan Jds. = Judas Ap. = Apocalipsis
art. = articulo cap. = capitulo efr. = comparcsc cu. 0 quo = cuestion
dial. dist. lib. seT.
= di;ilogo = distinci6n -= libra = sermon
55. sup!. tr.
= siguientes = suplemento = tratado
NOTA: Todas las citas hfblicas estan tomadas de la traducci6n Reina-Valera, Version Revisada. 1960.
fNDICE GENERAL
Prologo de los Editores. . . . . . . Tabla de abreviaturas. . A todos los fieles de la nazion espanola Juan Calvino allector Al cristianisimo Rey de Francia
LIBRO PRlf\1ERO
DEL CONOCI~lJENTllDE DlOS rN Cl:ANTO ES CREADOR Y S1JPREMO
GOBERNADOR Df 1000 EL ~!L'NDU.
Capitulo Primero EI conocimiento de Dios y el de n050tr05 se relacionan entre 51. Manera en que convicncn mutuamente. .
Capitulo II En que consiste conocer aDios y eual es 1a finalidad de estc conocimiento . . . . . . .
Capitulo III EI conocimiento de Dios est,"! naturalmente arraigado en el entendimiento del hombre. .
Capitulo IV EI conocimiento de Dios se debilita y se corrompe, en parte par la ignorancia de los hombres, y en parte por su maldad. . .
Capitulo V EI poder de Dios resplandecc en la creacion del mundo y en el continuo gobierno dd l1lismo . . . . . . . . .
Capitulo VI Es necesario para conocer a Din s en eua nto creador. que la Escritura nos guie y enc3mine . . . .
Capitulo VII Cmiles son los testimonio;; con que se ha de probar b Escritura para que tengamos su autoridad por autentica. a saber del Espiritu Santo; y que es una maldita impiedad decir que la autoridad de 1a Escritum depende del juicio de la Iglesia
Capitulo VIII Hay pruebas con certeza sunciente, en cuanto Ie es posible al entcndimiento humano eomprcndcrlas, para probar que Ill. Escritura es indubitable y certisima. . . . .
Capitulo IX Algunos espiritus funitlCOs pervienen los principios de la reli­ gion, no haciendo caso de 101 EscrituTa para poder seguir mcjor sus suefios, so titulo de rcvchiciones del Espiritu Santo . . .
Capitulo X l.a Escritum, para extirpar la supersticic'Jn, oponc exc1usiva­ mente el verdadero Dios a los dioscs de los pagan os . . . .
V
VI
XIII
XXlIJ
XXV
3
5
7
10
13
26
. 30
35
44
47
VIII INDJCE GENERAL
Capitulo Xl Es una abominacion atribuir a Dios forma alguna visible, y todos cuantos erigcn imagenes a idolos se apanan del verdadero Dios . . .. 49
Capitulo XII Dios se separa de los idolos a fin de ser £1 solamente sen'ida 62
Capitulo XIII La Escritura nos ensena desde la creaci6n del mundo que en la esencia unica de Dios se contienen trcs Personas. . 66
Capitulo XIV La Escritura, por la creacion del mundo y de tadas las casas, diferencia con ciertas notas al verdadero Dios de los falsos dioses . . . . . . . . . . . . . . . .. 95
Capitulo XV C6mo era el hombre al ser creado. Las facultades del alma, la imagen de Dios, el libre albedrio, y la primera integridad de la naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
Capitulo XVI Dios, despues de crear can su patencia el mundo y cuanta hay en el, 10 gobierna y mantiene todo can su providencia 124
Capitulo XVII Determinacion del fin de esta doctrina para que padamas apro· vecharnos bien de ella . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Capitulo XVIII Dios se sirve de los impios y doblega su voluntad para que ejecuten Sus designios, quedando sin embargo El Iimpio de toda Olancha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150
LIBRO SEGUNDO
MIENTO QUE PRIMERAMENTE FUE MANIFESTADO A LOS PATRIARCAS
BAJO LA LEY Y DESpufs A NOSOTROS EN EL EVANGELIO.
Capitulo Primero Todo el genero humano esti sujeto a la maldicion par la caida y culpa de Adin, y ha degenerado de su origen. Sobre e1 pecado original. . . . . . . . . ....
Capitulo II EI hombre se encuentra ahora despojado de su arbitrio, y miserablemente somelido a todo mal . . . . . .
Capitulo III Todo cuanto produce la naturaleza corrompida del hombre merece condenacion
Capitulo IV Como obra Dios en el corazon de los hombres.
Capitulo V Se refutan las objeciones en favor del libre albedrio .
161
171
197
213
220
iNDICE GENERAL IX
Capitulo VI EI hombre, habiendose perdido a si mismo, ha de bUSCH SU
redencion en Cristo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Capitulo VII
La Ley fue dada, no para retener en si misma al pueblo antigua, sino para alimentar la esperanza de la salvacion que debia tener en lesucristo, hasta que viniera. . . . . . . . . 245
Capitulo VlII Exposicion de la Ley moral, 0 los Mandamientos 261
Capitulo IX Aunque Cristo fue conocido por los judios bajo la Ley, no ha sido plenamente revelado mas que en el Evangelio . 307
Capitulo X Semejanza entre el Antiguo y el N ucvo Testamento. 312
Capitulo XI Diferencia entre los dos Tcstamentos . . . . . . . 329
Capitulo XII Jesucristo, para hacer de Mediador, tuvo que hacerse hombre 341
Capitulo XIII Cristo ha asumido la sustaneia verdadera de carne humana 350
Capitulo XIV Como las dos naturalezas forman una sola Persona en el Mediador , , 355
Capitulo XV Para saber can que fin ha sido enviado Jesucristo por el Padre y los beneficios que su venida nos aporta, debemos considerar en EI prineipalmente tres cosas: su ofieio de Profeta, el Reina y el Saeerdocio ".."",...",.... . 364
Capitulo XVI Como lesucristo ha desempenado su ofieio de Mediador para conseguirnos la salvaci6n. Sabre su muerte, resurreccion y ascension . . . . . , . . , , . . . , , , . . . , ,. 372
Capitulo XVII lesucristo nos ha merecido la gracia de Dios y la salvacion 392
LIBRO TERCERO
DE LA MANERA DE PARTICIPAR DE LA GRACIA DE JESUCRISTO.
FRUTOS QUE SE OBTIENEN DE ELLO Y EFECTOS QUE SE SIGLlEN.
Capitulo Primero Las cosas que acabamos de referir respecto a Cristo nos sirven de provecho por la accion secreta del Espiritu Santo , . . . 40 I
Capitulo II De la fe, Definicion de,la misma y exposicion de sus propie- dades. . , . . . , . . , , , , . , , , , , , . . 405
Capitulo III Somos regenerados por la fe, Sabre el arrepentimiento . . . 447
x fNDICE GENERAL
Capitulo IV Cmin lejos esta de la pureza del Evangelio todo 10 que los te61ogos de la Sorbona discuten del arrepentimiento. Sabre la confesi6n y la satisfacci6n. , , , , . , , , . . . . . . 472
Capitulo V Suplementos que afiaden los papistas a la satisfalX:i6n; a saber: las indulgencias y el purgatorio . . . , , . . . . . . . . 510
Capitulo VI Sobre la vida del cristiano. Argumentos de la Escritura que nos exhortan a ella. . , , , . , , . , , , . . , . . . . . . 522
Capitulo VU La suma de la vida cristiana: la renuncia a nosotros mismos 527
Capitulo VIII Sufdr pacientemente la cruz es una parte de la negacion de nosotrO$ mismos. . , , , , . 537
Capitulo IX La meditaci6n de la vida futura 546
Capitulo X Como hay que usar de la vida presente y de sus medias. 552
Capitulo XI La justificacion par la fe. Definicion nominal y real. . . 556
Capitulo XII Conviene que levantemos nuestro espidtu al tribunal de Dios, para que nos convenzamos de veras de la justificacion gratuita 580
Capitulo XIII Conviene considerar dos casas en la justificaci6n gratuita . . 588
Capitulo XIV Cmil es el principia de la justificaci6n y cuales son sus conti- nuos progresos, , , . . , , , , . . . , , . . . . . . . 593
Capitulo XV Todo 10 que se dice para ensalzar los medtos de las obras, destruye tanto la alabanza debida a Dios, como la certidumbre de nuestra salvaci6n , . . , , , . . . , , . . . . . . . 610
Capitulo XVI Refutaci6n de las calumnias can que los papistas procuran hacer odiosa esta doctrina. , . . . . , , , . . . . . . . 618
Capitulo XVII Concordancia entre las promesas de la Ley y las del Evangelio 623
Capitulo XVIII Es un error concluir que somos justificados por las obras, por- que Dios les prometa un salaria 639
Capitulo XIX La libertad cristiana . , . , , 650
Capitulo XX De la oraci6n. Ella es el principal ejercicio de la fe y par ella recibimos cada dia los beneficios de Dios ' , . . . . . . . 663
Capitulo XXI La elecci6n cterna con 1a que Dics ha- predestinado a unos para salvaci6n y a otros para perdici6n . . . , , , . . . . . . 723
iNDICE GENERAL
Capitulo xxn Confirmaci6n de esta doctrina par los testimonios de la Escritura ..
Capitulo XXIII Refutaci6n de las calumnias can que esta doctrina ha sido siem· pre impugnada .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Capitulo XXTV La elecci6n sc confirma can el llamamiento de Dios; por el contrario, los nEprobos atraen sobre elias Ia justa perdicion a la que estan destinados
Capitulo XXV La resurrecci6n final .
LIBRO CUARTO
DE LOS MEDIOS EXTERNOS () AYUDAS DE QUE DIGS Sf SIRVE PARA
LLAMARNOS A LA COMPANIA DE SU HIJO, JESUCRISTO, Y PARA
MANTENER"'IOS EN H.LA.
XI
733
746
762
782
Capitulo Primero De la verdadera Iglesia, ala eual debemos estar unidos por ser ella la madre de todos los fieles . . . . . . . 803
Capitulo II Comparaei6n de la falsa iglesia can la verdadera 826
Capitulo III De los doctores y ministras de Ia Iglesia. Su elecci6n y ofieio 836
Capitulo TV Estado de la Iglesia primitiva y modo de gobierno usado antes del Papa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 848
Capitulo V Toda la forma antigua del regimen eclesiastico ha sido dcstruida par la tirania del papado . . . 860
Capitulo VI EI primado de la Sede ramana . 874
Capitulo VII Origen y erecimiento del papado hasta que se elev6 a la gran­ deza actuaL con 10 que la libertad de la Iglesia ha sido oprimida y toda equidad confundida . . . . . . . . . . . . . . . 886
Capitulo VIIT Potestad de la Iglesia para determinar dogmas de fe. Desenfre­ nada liecoeia con que el papado la ha usado para corromper toda la purcza de la doetrina 909
Capitulo IX Los eoneilios y su autoridad . 921
Capitulo X Pader de la Iglesia para dar leyes. Con ella el Papa y los suyos ejercen una cruel tiranla y tortura con las que atormentan a las almas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 930
XII iNDICE GENERAL
Capitulo Xl Jurisdiccion de la Iglesia y abusos de la misma en el papado 955
Capitulo XII De la disciplina de la Iglesia, cuyo principal uso consiste en las censuras yen la excomunion. . . . . . . . . . . . . . . 969
Capitulo XIII Los votos. euan temerariamente se emiten en el papado para encadenar miserablemente las almas 989
Capitulo XIV Los sacramentos . 1006
Capitulo XV EI Bautismo. . . 1028
Capitulo XVI EI bautismo de los ninos esta muy de acuerdo con la institucion de Jesucristo y la naturaleza del signa. . . . . . . . 1043
Capitulo XVlI I.4i. Santa Cena de Jesucristo. Beneficios que nos aporta 1070
Capitulo XVIII La misa del papado es un sacrilegio par el cual la Cena de Jesucristo ha sido, no sola mente profanada, sino del todo destruida . . . . .. . 1123
Capitulo XIX Otras cinco ceremonias faIsamente Ilamadas sacramentos. Se prueba que no 10 son. 1139
Capitulo XX La potestad civil. . . 1167
Indice de referencias biblicas. . . , . . . . 1197 Indice de autores, obms y personajes citados. 1217 Indice de materias , , . . . . . . . . . . 1235
A TODOS LOS FIELES DE LA NAZION ESPA~OLA
QUE DESEAN EL ADELANTAMIENTO DEL REINO DE JESU CRISTO
Salud Dos puntas hai, que comunmente mueven a los hombres a preziar
mucho una cosa: el primero es, la exzelenzia de la casa en si misma: el segundo, el provecho que rezebimos () esperamos della. Entre todos los dones i benefizios que Dios par su misericordia comunica sin zesar a los hombres, es el prinzipal, i el mas exzdente i provechaso el ver­ dadero canozimiento de Dios, i de nuestro Senor Jesu Cristo. el cual trae alos hombres una grande alegria i quietud de carazon en esta vida, i la eterna gloria i felizidad despues desta ·vida. De manera que en este conozimiento consiste eI sumo bien i la bienaventuranza del hombre: como claramente 10 declara la misma verdad, Jesu Cristo, diziendo: Esta es la vida Gterna que te conozcan solo Dios verdadero, i a1 que enviaste Jesu Cristo. I el Apostol San Pablo, despues que de Fariseo i perseguidor fue convertido a Cristo, i habia conozido la grande exze­ lenzia deste conozimiento, dize: Ziertamentc todas las cosas tengo por perdida, por el eminente conozimiento de Cristo Jesus Senor mia, por amor del cual he perdido todo esto, i 10 tengo por estiercol. Pero como no hai cosa mas nezesaria, nl mas provechosa al hombre que este conozimiento, asi el Diablo, enemigo, de nuestra salud, no ha zesado desde la creazion del mundo hasta el dia de hoi, ni zesani hasta la fin de se esforzar por todas las vias que puede, aprivar los hombres deste tesoro, i escurezer en sus corazones esta tan deseada luz que nos es enviada del zielo, para mejor enredar i tener captivos a los hombres en las tinieblas de ignoranzia i superstizion.
I como el Diablo ha sido homizida i padre de mentira desde el prinzipio, asi siempre ha trabajado en oprimir la verdad, i a los que la confiesan, ya por violenzia i tirania, ya por mentira i falsa doctrina. Para este fin se sirve por sus ministros, no solamente de los enemigos de fuera, pera aun tambien de los mismos domesticos que se glorian de ser el pueblo de Dios, i que tienen las aparenzias externas. Par violenzia mato Cain a su proprio hermano Abel: no par otra causa, sino porque sus obras eran malas, i las de su hermano buenas. Esau pensaba hazer 10 mismo a su hermano Jacob, porque habia rezebido la bendizion de su padre. Saul persigui6 a David el escojido i bien querido de Dios. Muchos reyes del pueblo de Israel dejando la lei i los mandamientos de Dios, han sido id61atras i matadores de [as Pro· fetas, abusando en tal manera de su autoridad, que no solamente pecaban, pera hazian tambien pecar a Israel. I llego la miseria del pueblo de Israel a tanto, que se lee de Manase (que reino en Jerusalen 55 anos) que derram6 mucha sangre inozente en gran manera, hasta henchir aJerusalen de cabo acabo. I como los reyes idolatras hizieron mal en los ojos de Dios, i 10 provocaron aira edificando los altos, que
La exzelen­ zia i utilidad del cono­ zimienlO de Dios.
In. 17,3.
Flp. 3,8.
£1 Diablo se esfuerza a quit.ar a los hombres estc cono· zimiento.
In. 8,44
£1 Diablo se sieve de dos medios.
1. Por vio­ lenzia i tira­ nia. Gn.4,8. I In. 3,12. Gn. 27,41. I Sm. 23. 24.
2 Re. 21, I, 16.
XIV A TOnOS LOS FIELES
II. Falsa doctrina i mentira.
Jer. 23, 15.
La condizion de Ia Iglesia despues de la captivi­ dad.
Mal. 2, 1,2.
Mal. 2, 8, 9.
los pios reyes habian derribado, i persiguiendo los siervos de Dios, a los cuales debian defender can su autoridad: asi tambien se olvidaron de su deber los ec1esiasticas i sazerdates, que se gloriaban de la suze­ sian de Aaron, i de que no podian errar en la Lei. Porgue muchas vezcs ellas enganaban al pueblo, i rcsistian can gran vehemenzia a los Pro­ fetas de Dias, i teniao en gran numero falsos Profetas que hablaban mentira, diziendo que Dios se 10 habia mandado dezir as!: como mani­ fiestamente se vee en los cuatrozientos Profetas de Baal, los cuales todos a una boca, par el espiritu de mentira, engaiiaban aAchab, Rei de Israel, acusando i injuriando a Micheas verdadero Profeta de Jeho­ va. Par 10 cual se quejaron tantas vezes los Profetas de tales Sazerdotes i falsos Profeta5 : diziendo que habian sido, i eran la causa de la corrup­ zion del pueblo, i de su ruina. Entre otros dize Jeremias, Que de los Profetas de Jerusalen salia la impiedad sabre toda la tierra, i en d mismo capitulo: Asi el Profeta como el Sazerdote son finjidos, aun en mi casa halle su maldad, dijo Jehova. Par el Profeta Ezequiel dize Dios: La conjurazion de sus Profetas en media della, como leon bra­ manda que arrebata presa: tragaron animas, tomaron haziendas i honra, augmentaron sus viudas en media della. Sus Sazerdotes hur­ taron mi Lei, i contaminaron mis Santuarios. Muchos otros lugares hai en los demas Profetas que testifican 10 mismo, i nos dan claramente a entender que los Israelitas so tales gobernadorcs fueron como ovejas perdidas, i que sus pastores los hizieron errar: como 10 declara el Profeta Jeremias. Cwin profunda haya sido en este pueblo la igno­ ranzia de Dios, se puede ver como en un espejo, en 10 que acontezio en tiempo del pia Rei Jozias, ri los 18 anos de su reino, cuando Helzias, gran Sazerdote habia hallado el libro de la Lei en la casa de Jchova, i que el Rei oya leer las palabras del !ibm de la Lei, como cosa nueva i nunca oida. Lo cual movio de tal manera el corazon del Rei, aun siendo manzebo, que rompio sus vestidos, i se humillo del ante de Dios: derrib6 los [dolos i los altos, i him reformazion segun la Lei i palabra de Dios. Con todo esto despucs de la mucrtc deste buen Rei, cl pueblo torna a idolotrar hasta que los Caldeos destruyeron la ziudad de Jerusalen i el Templo, i Ilevaron el pueblo captivo a Babilonia.
Despues de los 70 aiios de la captividad, Dios levanto sus siervos, instrumentos de su grazia, Esdras, Nehemias, Zerobabel, Josue, Zaca­ rias, Aggeo, i otros, los cualcs volviendo con cl pueblo a Judea reedifi­ caron la ziudad i el Templo, i sirvieron aDios segun la Lei. Pem la avarizia i impiedad de los Sazerdotes crezia Juego otra vez, i multipli­ case en gran manera: como 10 testiJlca Malaquias, que fue el ultimo Profeta del Viejo Te.stamento: el cual ha sido constrenido a redargUir asperamente a los impios Sazerdotes, diziendo: Alwra, pm's, 6 Sazer­ dotes, a vosotros es este mandamicnto. Si no oyerdcs, i si no acor­ dardes de dar gloria ami nombre, dijo JelJova de los cjerzitos, enviare maldizion sobre vosotros, i maldire vuestras bendiziones: i aun las he maldicho, porquc no poneis en vuestro corazon. Item, mas vosotros os haheis apartado del camino, habeis hecho trompezar ri muchos en la Lei: habeis corrompido el conzierto de Lev!, dijo Jehova de los ejerzilos. I yo tambien as torne viles i bajos a todo el pueblo, como
DE LA NAZI ON ESPANOLA xv
vosotros no guardastes mis caminos. Por los cuales testimonios es manifiesto que la condizion de la Iglesia era entonzes mui baja i abatida.
Pero consideremos ahara tambien como se gobernaron los Sazer~
dotes i los perlados de Jerusalen cuando el prometido Mesias Jesu Cristo nuestro Senor, (que es el verdadero sol de justizia i la Iuz del mundo) aparezi6 en Judea. San Juan 10 declara en pocas palabras diziendo de Cristo: a10 que era suyo vina: i los suyos no 10 rezibieron. EI precursor de Cristo Juan Baptista llama a los Fariseos i Saduzeos que venian a su baptismo, Jenerazion de viboras, i no sin justa causa, porque Cristo no tuvo mayores adversarios, ni mas maliziosos, que a los sumas Sazerdotes i al senado de Jerusalen: los Fariseos i Escribas cabezas del pueblo 10 azechaban i calumniaban, enojandose de su doctrina. Por esta causa el Senor dize alos Prinzipes de los Sazerdotes i a los Anzianos del pueblo: de zierto as digo que los publicanos, i las rameras os van delante al reino de Dios. Muchas vezes gritan ahi contra elIos lIamandolos locos. ziegos. guias ziegas, hip6critas, i hijos de aquellos que mataron :.i los Profetas: i luego anide: vosotros tam· bien henchid la medida de vuestros padres. Porque como sus padres habian sido matadores de los Profetas i siervos de Dios, asi ellos desecharon al hijo i mataron al heredero, al eual entregaron i negaron delante de PHatos dando vozes i diziendo: Cruzificalo, Cruzificalo. Tanta fue la obstinazion i dureza destos Sazerdotes, que todos los milagros que acontezieron en la muerte de Cristo no movieron a arrepentimiento los corazanes destos malaventurados perlados. POT­
que no zesaTon despues de Ia Aszension de Cristo de perseguir a los Apostoles: proeurando todavia impedir el curso del Evanjelio, como se vee en los aetos de los Apostoles; i como San Pablo 10 declara en la primera Epistola a los Tesalonizenses, diziendo de los judios, que tambien mataron al Senor Jesus, i a sus Profetas, i anosotros nos han perseguido: i no son agradabJes aDios; i a todos los hombres son enemigos. Defendiendonos que no hablemos a las jentes, para que se salven: para gue hinchan sus pecados siempre: porque la ira de Dios los ha alcanzado hasta el cabo.
A tanto, pues, lleg6 la ingratitud i impiedad de los judios, que tenian tantas prerrogativas i privilejios de ser llarnados pueblo de Dios i pueblo santo, i que se gloriaban de los Padres. de la Zircunzision, del Templo, i que tenian la Lei, las promesas i la suzesion de Aaron: que con todo esto fueron una nazion torzida i perversa, duras de zerviz i inzircunzisos de corazan i de orejas. que resistian siempre al Espiritu Santo, i no perdonaron a los Santos Profetas. ni aun al Hijo de Dios, el autor de vida. ni if sus Diszipulos. Lo cual todo bien considerado nos debria alumbrar el entendimiento, i ensenarnos que no es cosa nueva ni nunca aida. que en estos dias postreros i vejez del mundo haya tanta zeguedad i ignoranzia en el pueblo Cristiano, i tanta corrupzion i malizia en los que presiden en la Iglesia, los cualcs con todo esto se glorian de gran santidad ide la sllzesion de los Ap6stoles. Porque Cristo nuestro Senor i sumo doctor avisando a los suyos de 10 que habia de acontezer en el mundo azerca de la promulgazion de su Evanjelio hasta la fin del siglo. nos predize mui daramente todo
C6mo sego­ bernaron los perlados en Jerusalen en la venida de Cristo. In. 1,11. Me 3,7.
Mt. 21,31.
Me 23, JI. 32.
Obstinazion i dure7..a de los perlados de Jerusalen despues de la Aszension de Cristo.
1 Tes.l, 15, 16.
En vano se glorian de sus privile­ jios, los que resistell aJ Espiritu Santo i per­ siguen a los pios. Hch. 7,51, 52.
Cristo· i sus Ap6stoles nos predlzen los peligros de los dias postreros. Mt. 24, 11.
XVI A TODOS LOS FIELES
Hch.20,29.
I Tim. 4, I, 2,3.
Los Docto­ res falsos detienden el matrimonio i las viandas que Dios cri6. 2Tim.3,1, 2. Ve~s. S. Verso 7,8.
2 Tim. 4, 3,4.
El Espi~itu
Santo c{)n­ firma la fe de los fieles cont~a los esclndalos.
esto, i dize, que rnuchos han de venir en su nombre, i que muchos falsas Proretas se levantanin, i que engaiianin a muchos, i despues afiide: entonzes os entreganin para ser aftijidos, i mataros han: i sereis aborrezidos de todas naziones par causa de mi nomhre: i muchos entonzes seran escandalizados. I el Apostol San Pablo predize a los Anzianos de Efeso: Yo se (dize) que despues de mi partida entranin en vosotros graves lobos que no perdonaran al ganado. Lo cual eI mismo Apostol explica mas amplamente en la segunda Epistola a los Tesalonizenses, cuando avisa a los fides que a la venida del Senor es menester que prezeda una jeneral apostasia de su Iglesia, causada par el hombre de pecado, el hijo de perdlzion, et cual se levante contra todo 10 que se llama Dios, i se asiente en el templo de Dios como Dios, dando .t entender que es Dios. En la primera Epistola a Timoteo escribe el mismo Apostol: el Espiritu dize manifiestamentc, que cn los postreros tiempos algunos apostataran de la fe, escuchando i.\ espi­ ritus de error, i adoctrinas de demonios. Que con hipocresia hablanin mentira teniendo cauterizada la conszicnzia: Que prohibiran el matri­ monio, i mandanin abstenerse los hombres de las viandas que Dios cri6. Item en la segunda Epistola a Timoteo, Esto empero scpas que en los postreros dias, vendran tiempos peJigrosos. Porq ue habra hom­ bres amadores de si, U\iaros, gloriosos, soberbios, maldizientes, &., i luego aiiide, Teniendo el aparenzia de piedad, mas negando la eficazia della. I despues: Que siernpre aprenden, i nunca pueden acabar de llegar al conozimiento de la verdad. J de la manera que Jannes i Jambres resistieron a i\1oisen. asi tambien estos resisten <i la vcrdad: hombres corruptos de entendimiento, reprobos acerca de la fc; i en el capitulo siguicnte escribe: Que vcndd ticmpo cuando no sufrinin la sana doctrina: antes teniendo COme7.0n en las orejas se amontonaran maestros que les ha bien conforme a sus concupiszenzias, i asi apar· laran de la verdad el aido. i vol verse han ,i tas f,ibulas. Asi el Apostol San Pedro describe la impiedad de los falsos doctores que habian de venir, diziendo: Empero hubo tambien falsos Profetas en el pueblo, como habni en tre vosotros fal50s doctores, que introd uziran enCll­ biertamente sectas de perdlzion, i neganin al Senor que los rescato, trayendo sabre si mismos apresurada perdizion: i mue-hos seguiran sus perdiziones: por los cuales el camino de la verdad sed blasfemado: i par avarizia haran mercaderia de vosotrO$ can palabras finjidas.
Por estas tan c1aras i senaladas Profezias quiso el Espiritu Santo confirmar nuestra fe, para que no fuesemos escandalizados par la grande apostasia que habia de acontezer en la Iglesia: ni par las aflic­ ziones i crueles persecuziones que habian de padezer los fieles par la confesion de Cristo i de su verdad. Cuando pues en estos ultimos dias vemos c1aramente el cumplimiento dcstas Profezias, e.s mcncster que consideremos ninguna cosa ahara acontezer, sino 10 que por la provi~
denzia de Dios acontezio a los pios en tiempos pasados: i que todo esto ha sido mui espresamente predicho por la boca de Cristo i de sus Apostoles: como los testimonios que ya habemos alegado 10 testifican. Los adversarios I perseguidores de los fides no puedcn ncgar estas Profezias, i confesanin juntamente con nosotros que muchos
DE LA NAZION ESPANOLA XVII
engaiiadores i falsos doctores han salida en el mundo, que engaiian a mui muchos, de los cuales cada uno se debe con dilijenzia guardar. Pero no confesaran que eUos mismos sean estos falsos Profetas: mas acusan falsamente par tales a los fieles siervos de Cristo: como en tiempos pasados hizo el rei Achab, acusando al Profeta Elias de que 61 alborotaba a Israel. De manera que aunque todos en jeneral con· fiesen e1 gran peligro que hai de los engaiiadores, con todo esto mui pocos saben i entienden cuales sean estos engaiiadores. Por tanto me pareze que no sera fuera de proposito mostrar aqui una regia zierta i verdadera, por la cual siendo ayudado i alumbrado ellector Cristiano podra fazilmente distinguir i hazer diferenzia entre los fieles siervos de Cristo i los engaiiadores: para que todos sepan i conozcan aquellos a quien deban oir i seguir: i cmiles por el contrario debao detestar, i huir, conforme al mandamiento de Cristo. Esto no se podria jamas entender par el corrupto juizio i entendimiento humano, el cual como peso falso es abominazion dclante de Dins: sino por la sabiduria zelestial que nos es revelada en la sagrada Escritura, la cual es peso fiel i verdadero que agrada aDios. Veamos, pues, quien sean los que siguen la palabra de Dios, i quien sean los que la dejan i se apartan della.
Mando Dios a su pueblo mui estrechamente, diziendoles: No aiii­ direis a la palabra que yo os mando, ni disminuireis della: i Cristo antes de su Aszension enviando sus Apostoles a predicar el Evanjelio par todo el mundo, les da este prezepto: Id, enseiiad atodas las jentes, baptizandolos en eI nombre del Padre, i del Hijo, i del Espiritu Santo: enseiiandoles que guarden todas las cosas que os he mandado. El Apostol San Pablo escribe a los Corintios, Que nadie puede poner otro fundamento sino el que esta puesto, cl cual es Jcsu Cristo, i en la misma Epistola: Yo rezebi del Senor 10 que tambien os he ensenado. EI Apostol San Pedro hablando de los ensenadores dize: 5i alguno ensei'ia, hable conforme a las palabras de Dios. Aquel que con aten­ zion considerare cstos tcstimonios, como deben ser considerados, mui fazilmente entendera que no son falsos doctares ni nuevos los que ensefian al pueblo la pura doctrina del Evanjelio sin afiadir ni dismi­ nuir, testificando que Jesu Cristo es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo, i que d es el camino, i la verdad, i la vida, i que ninguno viene al Padre sino por d. [tern, Que en ningun otro hai salud: i que no hai otro nombre debajo del zielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. Item, que sin Cristo nada podemos hazer, i que no somos sufizientes de nosotros mismos para pensar algo, como de nosotros mismos: sino que nuestra sufizienzia es de Dios. Esta es la doctrina de Cristo anunziada en el mundo por sus Apostoles, i por consiguiente es doctrina sana, antigua i verdaderamente Catolica i Apostolica, par la eual los hombres alcanzan el verdadero conozi­ rniento de Cristo para consolazion i salud de sus animas. Los que la predican el dia de hoi en las Iglesias reformadas no son engafiadorcs ni doctores nuevos, i aquellos que la oyen, confiesan i siguen, (como es el deber de todo fiel i cat6lico Cristiano) no son engaiiados, mas se fundan i estriban sobre el fundamento verdadero, solido i antiguo: aunque e1 mundo los acusa i calumnia como a alborotadores del puc·
IRe. 18, 17.
C6mo se de­ ben diferen· ziar los fieles siervos de Cristo de los enganadores.
Provo II, I.
1 Cor. \1, 23. \ Pc. 4, I!.
Quien sean tieles PaslO­ res j verda­ deros docto­ res. In. 1,29. In. 14,6.
Hch. 4,12.
In. 15,5.
Mt. 15,6. Mt. 15,9.
• Los en­ ganadores mandan 10 que Dios prohibe, j prohiben 10 que Cristo manda. Ex. 20,6. Dt. 6,7, i II, 19. In. 5,39. Ved el Con­ ~ilio Nizeno 2, que la Emperatriz Irene con­ Yoco. M!. 11,28.
I Pe. 5,3. Rom. 13, I.
blo, i los condena como a herejes, Mas estos son los engaiiadores i falsos ensefiadores, los que ban sido, 6 son tan atrevidos de afiidir, o disminuir algo en Ia palabra de Dios,mandando 10 que Dios prohibe, o prohibiendo 10 que su Majestad manda. De manera que obedeziendo a estos no es posible juntamente obedezer i agradar a Cristo: i para obedezer i seguir a Cristo es menester apartarse i huir destos como de guias ziegas, los cuales siendo otros nuevos Fariseos han invalidado el mandamiento de Dios por sus prezeptos, honrando aDios en vano, enseiiando doctrinas, mandamientos de hombres. Tales son los ense­ iiadores i perlados de la Iglesia Romana, los cuales deja-ndo las pisadas de los Apostoles i el mandamiento de Cristo, no apazientan las ovejas con el verdadero mantenimiento de las animas, que es la paIabra de Dios: pero ocupandose en vauas zeremonias i tradiziones humanas, detienen el pueblo en una crasisima ignoranzia, engaiiandolo con externo aparato i resplandor icon mui magnificos Htulos. Porque glori<indose de ser vicarios de Cristo, alejan al pueblo Cristiano de la obedienzia, i del salutifero conozimiento de Cristo: i so pretexto i color que no pueden errar, han henchido Ia Cristiandad de infinitos errores i superstiziones, directamente repugnantes a la doctrina de Dios. La cual se puede manifiestamente probar por los testimonios siguientes:
* Dios prohibe mui expresamente en el segundo mandamiento de su Lei, el culto de las imajines. Ellos quebrantaron esta Lei, i dese­ chanda este mandamiento mandaron que las imajines se hiziesen, i se honrasen, i adorasen contra el mandamiento de Dios. Dios manda que su pueblo lea i medite su Lei, i Cristo manda en el Nuevo Testa­ mento escudrii'iar la Escritura, la cual da testimonio del. Elias se oponen a este mandamiento, i prohiben severamente la lezion de la Sagrada Escritura, como si fuese ponzona: Cristo nnestro Redentor, convida aSl mui benignamente a todos los trabajados i cargados, i les promete que hallacan desC<.'lllSO para sus animas. Estos par el contrario ensenan a los hombres otros mil caminos para hallar salud par in­ duljenzias, satisfacziones, misas, meritos i interzesiones de santos: como si en 1a persona de Cristo no se hallase perfecta salud: dejando desta manera las conszienzias en una perpHua inquietud i congoja. 1 como ellos par tales desvarlos privan a Dios de su honra, i al pueblo de Dios del pasta i conforto de sus animas, as! semejantemente privan tambien a las potcstades superiores, i a todos los que estan en eminen­ zia de la honra i obedienzia que se les debe. Porqne ellos dominan i se ensenorean, no solamente sabre el pueblo de Dios contra 10 que enseiia San Pedro: pero aun tambien toma autoridad i senorio sobre los Reyes, Prinzipes i grandes de ]a tierra. I aunquc San Pablo clara­ mente ensefia que toda anima (sin exzepzion ninguna) debe ser sujeta a las potestades superiorcs, i la razon que da, es porque son ordenadas de Dios; can todo eso estos con una soberbia i desvergUenza intolerable se sin'en de los Reyes, Prinzipes, i Majistrados Cristianos como de sus ministros para ejecutar sus crueldadcs j pcrsecuziones contra los fides miembros de Cristo, que no confiesan ni mantienen otra doctrina que la de Cristo: i no buscan, ni esperan salud sino par eJ que es el
DE LA NAZION ESPANOLA XIX
solo autor de vida. De donde se puede conduir que de tales perlados i maestros del pueblo, can mui gran razon se puede dezir, 10 que el Profeta Esaias dize de los que en 5U tiempo presidian en 130 Iglesia de Jerusalen: Los Gobernadores deste pueblo son engaii.adores, i los que por elias son gobernados, perdidos.
Par tanto siendo el peligro tan grande i tan evidentc, j 130 calamidad de la Iglesia tan extrema, es nos mcnestcr que como ovejas de Cristo, dejando a estos estrafios, pues que son lobos, conozcamos, sigamos i oigamos la voz de nuestro verdadero i fiel pastor, acordandonos del aviso que Cristo nuestro Senor di6 a los suyos diziendo: Guardaos de los falsos Profet3os que vienen a vosotros con vestidos de ovejas: mas de dentro son lobos robadores: par sus frutos los conozereis. I en otro lugar: Dejaldos, guias son ziegas de ziegos: i si cl ziego guiarc 301 ziego, ambos caenin en cl hoyo. Acordcmon6s tambien de 130 exhor­ tazion que hizo San Pedro a los fieles en Jerusalen; Guardaos desta perversa jenerazion. I de 10 que escribe San Pablo a los Corintios, diziendo: Salid de en medio dellos, i apartaos, dize el Senor, i no toqueis cosa inmunda, i yo os rezibire. Item San Juan en su reveJazion tr3otando de la caida de la gran Babilonia, dize: Salid della pueblo mio, porque no seais partizipantes de sus pecados, i que no rezibais de sus plagas. Porgue sus pecados han llegado hasta el zielo, i Dios se ha acordado de sus maldadcs, i dcspues anide: cuyos mercadcres eran Prinzipes de la tierra, en cuyas hechizerlas todas las jentes han errado, i en ella es hallada la sangre de los Profetas i de los santos, i de todos los que han sido muertos en la tierra.
Estas sentcnzias i graves amonestaziones del Senor debrian can mui gran razon sonar como trompetas en las orejas de todO'; aqucllo5 que aun estan adarmezidos en las profundas tinieblas de ignoranzia: para que de veras se despertasen del sueflO, i renunziasen alos engafia­ dOfes, que can sus idolatrias i superstiziones han profanado el san· tuario de Dios, i han sido la causa de tanto dcrramamiento de sangre Cristiana i inozente, i no zesan aun de atizar el fuego de persecuziones i discordias entre los Prinzipes Cristianos. Pew el Todopoderoso Dios, que es justa juez i padre de misericordia (en cuyos ojos la muerte de los pios cs estimada) tomara en mana sin duda ninguna la causa de sus fieles, i como dize 1a Escritura, juzgad a su pueblo, i sobre sus siervos se arrepentini: i redimini sus animas del engafio i vialenzia. Porque d sabe los trabajas, i las tribulaziones, i la pazienzia de los suyos, i csta con cllos en la a/lizion i no se 01 vida del clamor de los pobres. La san!"re de los pios sicnda preziosa en sus ojos, clama sin zesar aeJ de la tierra como se lee de 1a sangre de Abel: i Dios (como dize David) se acuerda deHa. Lo cual por su providenzia admirable, manifiestamente ha declarado en nuestros dias, cuando can todos los fucgos, carzeles i cuchillos de los perseguidores no ha sido apagada la 1uz de la verdad; pero pOT el contrario ha sido mas amplamcnte propagada en muchos reinos i pueblos de la tierra. De manera que par la experienzia nos ha sido cOl1Jl.rmada b notable sentenzia de Tl~rtu1iano, que dize: La sangre de los Martires es la simiente de la Iglesia. Considercmos tam bien cU<ill benignamente Dios, para con-
Is. 9, t5.
u:>s Cristia­ nos deben air i seguir it Cristo, i se guardar de los falsos doctores i guias ziegas. Mt. 7,15. Mt. 15,14. Hch. 2,40.
2 Cor. 6, t7. Ap.18,4.
Ap.18, 23,24.
Din;; WJllllf,i
en mar1D la causa de ;;us jieles. Sal. 116, IS. Dl. _'12,36. Sal. 135,14_ Sal. 72, J4. Rc\el. 2, 2, 9. Sal. 91,15. Sal. 9, 13. Sal. 72,14. Gn. 4, 10. Sal. '.1,13. La provi­ denzia ad­ mirable de Dins ell la propagazion de Ia \cnJad.
xx A TOPOS LOS FIELES
Ex. 23,24. 2 Re.18,4. 2 Re.23,4, 5,6. etc.
Js. 49,23.
Los suma­ [ios de los 4 libros dcsta Insti tuzion.
solazion de los suyos, ha levantado por su bondad i defendido por su potenzia algunos pios Reyes i Prinzipes verdaderamente Cristianos, los cuales, obedeziendo ala Lei i al mandamiento de Dios, i imitando a los pios Reyes de los tiempos pasados, han derribado los idolos i restituido la pura doctrina del Evanjelio, i han abiertosus reinos i tierras para que fuesen refujio i amparo de los fie1es, que como ovejas descarriadas por aca i por aculhi escaparon de las manos sangrientas de los Inquisidores. i,Cuantos millares i miUares de pobres estranjeros se han acojido a la Inglaterra, (dejo de nombrar otros Reinos i Repu­ blicas) por salvar sus conszienzias i vidas, donde so la proteczion i amparo, primeramente de Dios, i despues de la serenisima Reina dona Isabel han sido defendidos i amparados contra la tirania del Ante­ cristo i de sus hijos los Inquisidores? En 10 cual se vee cumplido 10 que Dics prometi6 por su Profeta; que los Reyes habian de ser ayos, i las Reinas amas de leche de la Iglesia. EI mismo Dios par su infinita mi sericordia ha levantado tambien otros instromentos de su grazia: es asaber, pias doctores, que como fieles siervos de Cristo i verdaderos pastores apazentaron la manada de Cristo can la sana doctrina del Evanjelio, i la divulgaron no solamente de boca; pero tambien par sus Iibros i escritos: par los cuales comunic..1.ron eltalento que habian rezebido del Senor a muchas pueblos i naziones del mundo. En este nllmero ha sido el doctisimo interprete de la sagrada Escritura Juan Calvina, autar desta Instituzion, en la cual eJ trata mui pura i sinzera­ mente los puntos i articulos que tocan a la rehjion Cristiana, confir­ mando s61idamente todo 10 que enseiia can Ja autoridad de la sagrada Escritura, i canfula con la palabra de Dios los errores i herejias, con­ forme al deber de un enseiiador Cristiano: el cual dividi6 esta su Instituzion en cuatra libras.
En el primer libra trata del conozimiento de Dios, en cuanto es Criador i supremo gobernador de todo el mundo. En el segundo, trata del conozimiento de Dios redentor en Cristo, el cual conozimiento ha sido manifestado primeramente a los Padres debajo de la Lei, i a nosotros despues en el Evanjelio. En el terzero declara, que manera haya para partizipar de la grazia de Jesu Cristo, i que pravechos nos vengan de aqu!, i de los efeetos que se sigan. En el cuarto trata de los medias externos, par los cuales Dios nos convida a la comunicazion de Cristo, i nos retiene en ella. De manera que en estos cuatro libros son mui cristianamente declarados todos los prinzipales articulos de la relijion Cristiana i verdaderamente Cat61ica i Apost6lica. Asi que todo 10 que eada fiel Cristiano debe saber i entender de la Fe, de las buenas obras, de la orazion, i de las marcas externas de ia Iglesia, es ampla i sinzeramente explicado en esta Instituz10n, como fazilmente juzgara cada uno que la leyere can atenzion i sin pasion, ni opinion prejudicada. Esto solamente rogare al benevolo i Cristiano lector, que no sea apasionado ni preocupado en su juizio por las grandisimas calumnias i injurias, con las cuales los adversarios se esfuerzan Ii hazer odiosisimos todos los escritos i aun el mismo nombre de Calvino, como si fuese engafiador i sembrador de herejias. Mas que se acuerde de usar de Ia regia que antes habemos puesto para hazer diferenzia
Of! LA NAZION ESPANOLA XXI
entre los verdaderos ensenadores i los falsos, i haUani claramente que la doctrina contenida en esta Instituzion es ortodoja, Cat61ica i Cris­ tiana: i que los adversarios, siendo escurezidos i pervertidos en su juizio, Uaman a la luz tinieblas, i a las tinieblas luz, en 10 cual son imitadores de aquellos, contra quien el Senor denunzia Ay por sil Profeta. Algunos anos ha que esta instituzion ha sido trasladada en diversas lenguas con gran fruto de todos aquellos que aman la verdad, i que desean aprovechar en el conozimiento de Cristo para su salud. Ahara sale a luz por la misericordia de Dios en lengua Espanola, en la cual yo la he trasladado para servir a mi nazion, i para adelantar el reino de Jesu Cristo en nuestra Espana tan mi.serablemente anegada en un abismo de Idolatria, ignoranzia i superstiziones mantcnidas par la tirania de los inquisidores contra la Lei i palabra de Dios, icon grandisimo agravio de todos los fides Cristianos: los cuales siguiendo Ia doctrina de Cristo desean como varones prudentes edificar su casa i fundar su fe sabre Ia firme pefia de la verdad i no sabre arena, que son las doctrinas i tradiziones inventadas de los hombres.
Yo dedico este mi trabajo a todos los fieles de la nazion Espanola, sea que aun giman so el yuga de la Inquisizion, 6 que sean espafzidos i desterrados par tierras ajenas. Las causas que me han movido aesto, han sido tres prinzipales. La primera es la gratitud que debo a mi Dios i padre zelestial, al cual Ie plugo par su inflnita misericordia sacafme de la potestad de las tinieblas. i traspasarme en eI reino de su amado hijo nuestro Senor: el cual nos manda. que siendo conver­ tidos, confirmemos a nuestros hermanas. La segunda causa es, eI grande i enzendido deseo que tengo de adelantar par todos los medios que puedo, la conversion, el conforto i la salud de mi nazion: Ia cual aIa verdad liene zela de Dios. mas no conforme ala voluntad i palabra de Dios. Porque eilos ignorando la justizia de Dios, i procurando de establezer la suya por sus proprias obras, meritos i satisfacziones humanas, no son sujetos a la justizia de Dios, i no entienden que Cristo sea el fin de Ia Lei para justizia acualquiera que cree. La terzera causa que me ha mO\ddo, es la gran falta, carestia i nezesidad que nuestra Espana tiene de libros que contengan la sana doctrina, por los cuales los hombres puedan ser instruidos en la doctrina de piedad, para que desenredados de las redes i lazos del demonio sean salvos. Tanta ha sido la astuzia i malizia de nuestros adversarios, que sabiendo mui bien que por media de buenos libros sus idolatrias,superstiziones, i engaiios sedan descubiertos, han puesto (como nuevas Antiocos) toda dilijenzia para destruir i quemar los buenos libras, para que el misero pueblo fuese todavia detenido en el captiverio de ignoranzia, Ia cual ellos sin vergueza ninguna, han lIamado Madre de devozion. En 10 cual directamente eontradizen <1 Jesu Cristo, que enseiia mui espresamente en el Evanjelio Ja ignoranzia ser causa i madre de errores, diziendo a los Sadueeos: Errais ignorando las Escrituras i la potcnzia de Dios.
.Aqui, pues, es menester que yo suplique a todos los de mi nazion, que desean, buscan i pretenden ser salvos, que no sean mal avisados ni neglijentes en el negozia de su salud: pero que como conviene a
Js. 5,20.
Mt. 7,24.
libro. CoL 1,13. Lc. 22.32.
Rom. 10.2, 3.
Cuanta ha sido la astu­ zia i mahzia de los adver­ sarios.
Mt. 22.29. Amonesta­ zion a todos los Espano­ les.
XXII A TODOS LOS FIELES DE LA NAZION ESPANOLA
Vuestro mui afizionado en el Seflor. C.D. V.20 de Seticmbre de 1597.
Cristianos, den lugar a Ia doctrina de Cristo, el cual nos ha revelado i manifestado los misterios de nuestra redenzion, i la voluntad de su padre zelestial, del eual tenemos testimonio j mandado del zielo que 10 debemos air. l.Que mayor desvario se puede imajinar que preferir la voz de los hombres a Ia de Dios: la mentira a la verdad, i la idolatria i superstizion a Ia obedienzia de Cristo i de su Evanjelio? l.Que mayor IOCUTa que dejar la fuente de agua viva, par cavarse zisternas rotas que no detienen aguas? l.No es Cristo el fiel i buen pastor de nuestras animas, i su palabra no es la misma verdad, como el mismo 10 testifica? l,No es el el que tan graziosamente eonvida a si a todos los sedientos, i a los que no tienen dinero, i les promete de regalarias i hartarlos? l,Por que, pues, olvidandose los hombres de estas promesas, gastan su dinero i su trabajo donde no hai pan ni hartura? l.Por que buscan i piden de otros la grazia i ayuda que solo Cristo tiene i puede dar? Aeuerdense los tales que en tiempos pasados se quejaba el Senor de una semejante ingratitud de su puehlo: l.Que maldad (dize) hallaron en mi vuestros padres, que se alejaron de mi, i se fueron tras la vanidad i tormironse vanos? Iluego anide: Volyil~ronme las espaldas, i no el rostro. I par otro Profeta dize: Estendi mis manos todo el dia al pueblo rebelde, que camina par camino no buena en pas de SU3 pensamientos. Abrid, pues, los ojos oh Espanoles, i dejando a los que as enganan, obedezed a Cristo i a su palabra, Ia cual sola es fir me i inmudable para siempre. Estribad i fundad vuestra fe sobre el verdadero funda~
menta de los Profetas i Ap6stoles, i la sola Cabeza de su Iglesia, l.Por que teneis en poco al Senor i a sus mandamientos, i as sujetais a el hombre de pecado, que as aparta de Cristo i de vuestra salud? l.Por que preziais tanto su danosa doctrina can la cual 61 enreda las conszienzias, i apazienta las animas con viento de vanidad? Si quereis mui claramente ver i entender esto, escudrinad solamente i considerad con atenzion la doctrina de Cristo i los Aetas de los Ap6stoles, cote­ jandolos can los actos i historias de los Papas de Roma, i hallareis manifiestamente que hai tanta diferenzia entre elias, cuanta hai entre la luz i las tinieblas, i entre la aparenzia, 6 sombra, i el cuerpo.
Par tanto hermanos mios mui amados en Cristo, mirad por voso­ tros, tened cuenta can vuestra salud, pensad de veras eual sea vue~tro
deber. No rezibais en vano la grazia de Dios, que se os ofreze por la predicazion del Evanjelio, por el cual el piadoso Dios estiende las manos de su misericordia para sacar a los ignorantes del hoyo j lodo de ignoranzia a su conozimiento i comunian. Por 10 cual si oyerdes hoi Sil voz (como dize el Profeta) no endurezcais vuestro corazon: mas antes desechando las doctrinas, i tradiziones de los hombres men· tirosos i engafiadores, oid a aquel que no puede mentir, seguid a aquel que no puede errar; para que el nombre del Senor sea santificado en nuestra Espana, i que muchos siendo instruidos por la palabra de Dios, se conviertan de las tinieblas a la Iuz para que reziban par la f6 en Jesu Cristo remision de pecados, i la vida i bienaventuranza eterna. Amen.
In. 14,6.
Sal. 95,11.
Como se puede eoteo­ der la dife­ renzia que hai entre Cristo i los Papas de Roma.
JUAN CALVINO AL LECTOR
Por cuanto que en la primera edizion deste libro yo no esperaba que hubiese de ser tan bien rezebido, como ha plazido aDios por su infinita bondad que 10 fuese, yo en el fui breve (como 10 suelen ser los que escriben libros pequeiios) mas habiendo entendido haber sido de casi todos los pios con tanto aplauso rezebido, cuanto yo nunca me atrev! adesear, cuanto menos esperar: de tal manera que entendia en mi que se me atribuia mui mucho mas, de 10 que yo habia merezido, asi me senti tanto mas obligado a hazer mui mucho mejor ini deber con aquellos que rezebian mi doctrina con tan buena voluntad i amor. Porque yo les fuera ingrato si no satisfiziera a su deseo conforme al pequeno talento, que el Senor me ha dado. Por 10 cual he procurado de hazer mi deber, no solamente cuando este libro se imprimi6 la segunda vez, mas aun todas i cuantas vezes ha sido impreso, 10 he en zierta manera augmentado i enriquezido. I aunque yo no haya tenido ocasion ninguna de descontentarme de mi pena i trabajo, que entonzes tome, mas con todo esto confieso que jamas he quedado satisfecho ni contento basta tanto que 10 be puesto en el orden que ahora veis: al cual (como espero) aprobareis. I de zierto que puedo por buena aprobazion alegar, que no he escatimado de servir a la Iglesia de Dios en cuanto a esto, 10 mas dilijente i afectuosamente que me ha side posible: i asi el invierno pasado amenazandome la cuartana de ha­ zerme partir deste mundo, cuanto mas la enfermedad me presaba, tanto menos me popaba, ni tenia cuenta conmigo, hasta tanto que hubiese puesto este libro en este orden que veis: eI cual viviendo despues de mi muerte mostrase el gran deseo que yo tenia de satisfazer a aquellos que ya habian aprovechado, i aun deseaban aprovecharse mas. Yo zierto 10 quisiera haber hecho antes: mas esto sera asaz con tiempo si asaz bien. Contentarme be con que este libro baga algun provecho i servizio a Ia Iglesia de Dios, aun mayor del que par 10 pasado ha hecbo. Este es mi unico deseo i intento: como tambien yo seria mui mal recompensado por mi pena, si no me contentase con que mi Dios me la aprobase, para menospreziar las locas i perversas opiniones de hombres neszios, 6 las calumnias i murmuraziones de los malignos i perversos. Porque aunque Dios baya 'ligado del todo mi corazon a tener un afecto recto i puro de augmentar su Reina, i de ser zierto testimonio delante de su Majestad, i delante de sus Anjeles, que no ha sido otro mi intento oi deseo despues que el me ha puesto en este cargo i ofizio de ensenar, sino de aprovechar a su Iglesia declarando i manteniendo la pura doctrina que el nos ha ense­ fiado: mas con todo esto yo no pienso que haya hombre sobre la tierra tan acometido, mordido i despedazado con falsas calumnias, como yo. I sin ir mas lejos, al mismo tiempo que esta Epistola se estaba imprimiendo yo rezebi nuevas, i mui ziertas, de Augusta, donde se tenia la Dieta del imperio, que habia por alia corrido un gran rumor, que yo me habia tornado Papista: 10 cual habia sido en las
XXIV JUAN CALVINO AL LECTOR
cortes de los Prinzipes con gran fazilidad creido. Veis aqui eI buen pago que muchos cortesanos me dan: los cuales mui muchas vezes han experimentado mi constanzia, j por tanto me debrian servir de abogados, si la ingratitud no les hubiese sido impedimento: i tanto mas justamente debrian juzgar de mi, cuanto mas han conozido quien yo sea. Pero el Diablo con todos los suyos se engaiia mui mucha, si se piensa me abatir i desanimar haziendome cargo de tan vanas i frivolas mentiras. Porque yo me confio que Dios por su suina bondad me dara grazia de perseverar i de tener una pazienzia invinzible en eI curso de su santa vocazion: de 10 cual aun ahora de nuevo yo doi mui buenas muestras a tollos los Cristianos con la impresion deste libro, Mi intento, pues, en este libro ha side de tal manera preparar i instruir los que se querran aplicar al estudio de la Teoloj[a que fazilmente puedan leer la Sagrada Escritura i apr-ovecharse de su lezion enten­ diendola bien, i ir por eI camino derecho sin apartarse del. Porque pienso que de tal manera he comprendido la suma de la Relijion con todas sus partes, i que la he puesto i dijerido en tal orden, que cual­ quiera que la entendiere bien, podra fazilmente juzgar i resolverse de 10 que deba buscar en la Escritura, i a que fin deba aplicar todo cuanto en ella se contiene, Asi que habiendo yo abierto este camino, sere siempre breve en los comentarios que hare sobre los Iibros de la Sagrada Escritura, no entrando en e1los en luengas disputas, ni me divertiendo en lugares comunes. Par esta via los lectores ahorraran gran molestia i fastidio: con tal que vengan aperzebidos con la instruc· zion deste libro, como con un instrumento nezesario. Mas por cuanto este mi intento se vee bien cIaramente en tantos comentarios, que yo he hecho, mas quiero mostrarlo por la obra, que no alabarlo con mis palabras. Dios sea con vos amigo lector, i Sl algun provecho hizierdes con estos mis trabajos, encomendame en vuestras orazlones aDios nuestro Padre.
De Jeneva primero de Agosto, 1559.
San Augustin epistola 7
Yo me cor1(ieso ser del mJmero de aquellos, que escriben aprol'echando, i aprol'echan escribiel1do,
AL CRISTIANISI MO REI DE FRA NZIA,
FRANZISCO PR1MERO DESTE NOMBRE,
PAZ I SALUD EN JESU CRISTO
Al prinzipio cuando yo me aplique a escrebir este presente libra, ninguna cosa menos pense, Rei potentisimo, que escrebir libro el cual fuese despues dedicado a vuestra Majestad: mi intento solamente era ensenar algunos prinzipios, can los cuales los que son tocado, de algun zelo de relijion, fuesen instruidos en vcrdadera piedad. Este trabajo tomaba yo por nuestros franzeses prinzipalmente: de los cuales yo via mui muchos tener hambre i sed de Jesu Cristo, i via mui pocos dellos ser bien ensenados. Haber sido este mi prop6sito, fazilmente se puede ver por cl libro: al cual yo compuse acomodandome a la mas f<izil i llana manera de ensenar que me fue posible. Pero viendo yo que eI furor i rabia de ziertos hombres impios ha creszido en taota manera en vuestro reina, que no han dejado lugar ninguno <i la ver­ dadera doctrina, pareziome que yo haria mui bien, si hiziese un libro, el cual juntamente sirviese de instruczion para aquellos que cstan deseosos de relijian, i de confesion de fe delante de vuestra Majestad, por el cual entendiesedes cual sea la doctrina, contra quien aquellos furiosos se enfurezen con tanta rabia metiendo vuestro reino el dia de hoi a fuego i a sangre. Porque no dudare de confesar que en este libro yo no haya casi recopilado la suma de aquella misma doctrina que ellos a vozes dizen deber ser castigada can carzeles, destierros, confiscazion, i fuego, i que debe ser echada del mundo. Yo mui bien se can euan horribles rurnores i ehismes hayan henchido vuestras orejas i entendimiento, a fin de hazeros nuestra causa odiosisima. Mas debeis considerar conforme a vuestra c1emenzia que ninguna ino­ zenzia, oi en dichos ni en hechos habria, si el solamente acusar bastase. Ziertamente si alguno par poner en adio esta doetrina, de la cual yo pretendo daros cuenta i razon, arguyese ser ella, ya mucho tiempo ha condenada par comun eonsentimiento de todos los estados, j que mui muchas sentenzias se han contra ella dado: este tal ninguna otra cosa diria, sino que ella en parte ha sido violentamente abatida por la conjurazion i potenzia de los adversarios, i en parte maliziosamente oprimida can mentiras, enganos i calumnias. Fuerza es que se Ie haze cuando cruelisimas sentenzias, sin ser su causa oida son pronunziadas contra ella: i engano es, que ella sin causa sea notada de sedizios i malhechora. A fin que ninguno piense que nosotros nos quejamos sin razon, vuestra Majestad misma puede ser testigo con cuantas falsas calumnias ella sea cada dia infamada delante de vas: eonviene asaber, que ella no pretende otra cosa sino que todos los rcinos i republicas sean arruinadas, la paz sea turbada, las leyes abrogadas, los senorlos i posesiones destruidas: i en conclusion, que en todo haya confusion. Can todo esto vuestra Majestad aun no oye la minima parte: porque
XXVI AL REI DE FRANZIA
entre e! vulgo se han sembrado en contra della cosas monstruosas: las cuales si fuesen verdad, con mui justa razon todo e! mundo la podria juzgar a ella i a sus autores dignos de mil fuegos i horeas. l.Quil~n se maravillani ahora que ella sea de tal manera aborrezida de todo e! mundo, pues que se da credito a tan malditas acusaziones? He aqui por que todos los estados de un comun acuerdo han conspi­ rado acondenar asi a nosotros como a nuestra doctrina. Los que son constituidos por juezes siendo transportados desta pasion, pronunzian por sentenzia 10 que elias se han ya forjado en su casa: i piensan que han mui bien cumplido con su ofizio, Sl a ninguno hayan condenado amuerte sino aaque! que ha sido convenzido, 0 par su propria confe­ sian, 0 por testigos bastantes. i,Pero de que crimen? Desta doclrina condenada, dizen elias. Mas icon que razon ha sido condcnada? Esto era e! punta de la defensa: no negar la doctrina, mas defenderla par verdadera. Aqui se quita la Iibertad de abrir Ia boca. Par tanto, oh Rei potentisimo, yo no demando sin razon que vas mismo querais tomar entre manos el conozimiento de toda esta causa: la cual hasta esta hora ha sido tratada confusamente, sin ningun orden de derecho, i con una furia impetuosa: sin la moderazion i gravedad que se debe tener en eI juzgar. I no piense vuestra Majestad que yo pretendo con esto tratar mi defensa en particular, afin de alcanzar libertad de poder volver a mi patria donde yo nazi: a la eual, aunque yo tengo el afec­ zion de humanidad que Ie debo tener: pero segun que al presente van los negozios, yo no rezibo gran pena en estar absente della. Mas yo tomo la causa de todos los pios, i la del mismo Cristo: la cual el dia de hoi esta en vuestro reino tan rnenoscabada i pisada, que pareze que ya no tenga remedio: i esto, mas por Ia tirania de ziertos Fariseos, que par vuestra voluntad. Pero como se haga esto, no es menester dezirlo aqui. Sease como fuere, esto es zierto, que ella esta grande­ mente aftijida. Porque tanto han podido los adversarios, que la verdad de Cristo, ya que no es destruida ni desechada, a10 menos esta como casa de ningun valor; echada al rincon, escondida i sepultada: i la pobrezita de la Iglesia, 0 es consumida con crueles muertes, 0 alanzada con destierros, 6 de tal manera amedrentada can amenazas i espantos, que ella no ose ni aun chistar. I aun can todo esto ellos insisten con la rabia i furor que sue!en, por dar en tierra can Ia pared que ellos han tan socavado, para al fin conduir con la ruioa i estrago que han comenzado.
En el entretanto ninguno hai que se atreva a oponerse contra estas furias. I si hai algunos que quieran parezer favorezer de veras a la verdad, dizen que se debe perdonar la ignoranzia i imprudenzia de lajente simple. Porque estos modestos desta manera habian, llamando ignoranzia i imprudenzia aquello que ellos saben ser la zertlsima verdad de Dios: i idiotas a aquellos que saben que el Senor los ha en tanto estimado que les ha comunicado los seeretos de 1a sabiduria zelestial. jEn tanta manera todos se afrentan del Evanjelio! Pero vuestro ofizio sera, oh Rei clementisimo, no apartar oi vuestras orejas, ni vuestro corazon de la defensa de una causa tan justa: prinzipal­ mente siendo el negozio de taota irnportanzia: conviene asaber, como
AL REt DE FRANZIA XXVII
la gloria de Dios seni mantenida sabre la tierra, como Ia verdad de Dios retendni su dignidad, como el reino de Cristo permanezeni en su perfeczion i ser. Cosa es esta zieTto digna de vuestras orejas, digna de vuestra judicatura, digna de vuestro trona real. Porque el pensar esto haze a uno verdadero Rei: si el reconoze ser verdadero ministro de Dios en el gohierno de su reino: i par el contrario, aquel que no reina para este fin, de servir a la gloria de Dios, este tal no es Rei, sino salteador. I engafiase cualquiera que espera luenga prosperidad en reino que no es rejido can e1 zeptro de Dios: quiera dezir, can su santa palabra. Porquc el or<kulo divino no puede meotir, por el eual esta anunziado que el pueblo sera disipado cuando la profezia faltare. I no os debeis desdenar de hazer esto par nuestra bajeza. Nosotros entendemos mui bien cu.in pobrezillos, i Ctlan abatidos hombrezillos seamos: conviene a saber, delante de Dios miserables pecadores, i delante de los hombres menospreziadisimos: basura (si asi as plaze) i estiercol del mundo, i aun cosa mas yil, si mas vii se puede nombrar. De suerte que ninguna cosa nos resta de que nos poder gloriar delante de Dios sino su sola misericordia, por la cual sin ningun mereszimiento nuestro nosotros somos salvos: ni entre los hombres nos queda sino nuestra impotcnzia: la cua! manifestarla, 6 como quiera confcsarla, es entre los hombres grandisima verguenza i menose-abo.
Mas can todo esto cs rnenester que nuestra doctrina este en mas alto lugar que tada la honra del mundo, i que permanezca invinzible sabre todo poder que haya: porque no es nuestra, sino del Dios viviente, i de su Cristo, al cual el Padre ha constituido par Rei, para que se ensefiorce desde el mar hasta el mar, i desde los rios hasta los fines de la tierra. J de tal manera se ensenoree, que en hiriendo toda la tierra con sola la vara de su boca, ella haga toda pedalOs, i can ella su fuerza i gloria, como si fuese un vaso de tierra: conforme a 10 que los Profetas han profetizado de la magnifizen7.ia de su reino. Es verdad que nuestros adversarios contradizen dl1ndonos en cara que 110sotros falsamente prctendemos la palabra de Dios, de ia ellal somas (como ellos afirman) falsaTins malignisimos. Pero vuestra ~.fajestad, con· forme a su prudenzia, podni juzgar leyendo nuestra confesion cutin falsa sea csta acusazion i cuAn lIena, no solamente de una calumnia maliziosa, mas aun de una grande desvergiienza. Aqui tambieo sed bueno dezir alguna cosa, la eual os provoque el deseo i atenzion: 6 par 10 menos os abra algun camino para leerla. Cuando el Apbstol San Pablo quiso que toda profezia se conformase con la analojia 0 pro­ porzion de la fe, el puso una zertisima regIa i nivel can que se reglase la interpretazion de la Escritura. Si, pues, nuestra doctrina se examl­ nase con esta regia de fe, nuestra es la victoria. Porque (.que cosa cuadra mejor i mas propriamente con la fe, que rcconozernos a noso­ tfOS mismos desnudos de toda virtud, para ser vestidos de Dios? vazios de todo bien, para ser hinchidos deP nosotros ser escJavos del pecado, para seT del librados? ser ziegos. para que nos de la vista? COj05, para que nos encamine') debiles, para que nos sustente? quitarnos ,i noso­ tros toda materia de gloriarnos, para que el solo sea el glorioso, i nasotTos nos gloriemos en el') Cuando nosotros dezimas estas cosas
Provo 29, 18.
Rom. 12,6
XXVIII AL REI DE FRANZIA
i otras semejantes, nuestros adversarios dan VOleS que si esto fuese verdad, sena destruida no se que ziega luz natural, las preparaziones que ellos se han forjado para nos disponer a venir aDios, el Iibre albedrio, las obras meritorias de vida eterna con sus obras de supere£O· gazion: i esto porque ellos en ninguna manera pueden sufrir que la honra i gloria entera de todo bien, virtud, justizia i sabiduria resida en Dios. Mas nosot£Os no leemos que algunos hayan sido reprendidos por haber sacado mueha agua de la fuente de agua viva: mas por eI
Jer. 2,15. eontrano son gravemente reprendidos los que se cavaron pozos, pozos digo resquebrajados, i que no pueden retener el agua. Item, ~que eosa hai mas conforme a la fe, que e1 hombre se prometa a si mismo aDios par Padre benigna i favorable, euando entiende que Jesu Cristo es su hermano i amparo? que esperar seguramente todo bien i p£Osperidad
Rom. 8, 32. de Dios, euyo amor infinito se ha en tanta manera estendido para can nosotros, que a S11 proprio hijo no perdono, mas antes 10 entreg6 par nosotros? que reposar can una zierta esperanza de salud i vida eterna, euando eonsideramos que Cristo nos ha sido dado del Padre, en quien estan tan grandes teso£Os escondidos? Aqui nos quieren eojer gritando que aquella zertidumbre de fe no eareze de arroganzia i presumpzion. Mas como ninguna easa debemos presumir de oosot£Os, asi todo 10 habemos de presumir de Dios, ni por otra razon somos despojados de toda vana gloria, sino para que aprendamos if gloriarnos en eJ Senor. t.Que dire mas? Considere vuestra Majestad par menudo todas las partes de nuestra causa: tencdnos por jente la mas maldita de euantas el dia de hoi vivan, si claramente no hallardes que nosotros somos oprimidos i injuriados porque ponemos nuestra csperanza en Dios vivo: porque ereemos ser esta la vida eterna eonozer a un verdadero
1 Tim. 4, 10. Dios, i aaquel a quien el envia Jesu Cristo. Por esta esperanza linos In. 17, 3. de nosotros son encarzelados, otras azotados, otros so n sacados a la
verguenza, otros desterrados, otros cruelisimamente son atormen tados, otros huyendo sc escapan: todos padezemos afliczion, somas tenidos par malditos i deseomulgados, i injuriados i tratados inhumanisima­ mente. Cansidere vueslra MaJestad par otra parte a nuestros adver­ sarios (yo hablo del estado ec1esiastico, por cuyo antajo i apetito todos los otros nos son enemigos) i advertid juntamente conmigo la pasion que los mueve, EHos fazihnente permiten a Sl mismos i a los demas ignorar, menospreziar, no hazer easo de la verdadera relijiotl que nos e.s ensefiada en la santa Eserhura, i debria valer entre nosotros: i pien­ san no hazer mucho al caso que es 10 que erea, 6 no erea cada cual de Dios i de Jesu Cristo, can tal que con fe implizita (como ellos lIaman) que quiere dezir, entricada i revuelta, subjete su entendimiento a la determinazion de 1a Iglesia, Ni tampoco hazen mucho easo si acontezca que la gloria de Dios sea p£Ofanada con manifiestas blas­ femias: coo tal que ninguno no hable palabra contra el primado de la silla Apost6lica, ni contra la autoridad de la santa madre Iglesia. ~Por que, pues, ellos con tanto furor i violenzia batallan par la Misa, Purgatorio, peregrinaziones i otros semejantes desatinos, de tal rna· nera que ellos niegan la verdadera piedad poder consistir, si todas estas cosas no son tenidas i creidas por fe ex:plicatisima (por hablar
AL REI DE FRANZIA XXIX
as!) aunque ninguna cosa dellas puedan probar por la palabra de Dios? i,Por que? sino por cuanto su Dios es el vientre, i su relijion es la cozina: las cuales cosas quitadas, no solamente ellos piensan no ser Cristianos, mas ni aun hombres? Porque aunque algunos dellos se tratan delicadamente con grande abundanzia, i otros viven royendo mendrugos de pan, todos empero viven de una misma olla, la cual sin tales ayudas no solamente se enfriaria, mas aun se helaria del todo. Par esto cualquiera dellos cuanto es mas solizito por el vientre, tanto es mas zelador i fortisimo defensor de su fe. Finalmente todos ellos desde el mayor hasta el menor, en esto concuerdan, 6 en conservar su reina, 6 su vientre lIeno: no hai ni uno dellos que muestre la menor aparenzia del mundo de zelo de Dios: icon todo esto no zesan de calumniar nuestra doctrina, i acusar i infamarla por todas las vias posibles para la hazer odiosa i sospechosa. L1umanla nueva, i de poco tiempo aea imajinada: dan en cara que es dudosa i inzierta: demandan con que milagros haya sido confirmada: preguntan si sea Iizito que ella este en pic contra el consentimiento de tantos Padres antiguos i contra Ia antigua costumbre: insisten en que confesemos ser szisma· tica, pues haze la guerra a la Iglesia, 6 que digamos la Iglesia haber estado muerta tantos anos ha, en los cuales nunca se oy6 tal doctrina. Finalmente dizen no ser menester muchas pruebas: porgue por los frutos se puede conozer emil ella sea: pues que ha produzido de sf una tan gran multitud de seetas, tantas revueltas i tumultos, i una Iizenzia tan sin freno de pecar. Si zierto, a ellos les es bien fazil entre la jente neszia, i que es fazil acreer, mofarse de 1a causa desamparada j sola; pero si nosotros tambien tuviesemos nuestras vezes de hablar, yo creo que su hervor, con que tan a boca !lena icon tanta lizenzia dizen cuanto quieren, se resfriaria.
Primeramente en Hamarla Nueva, ellos hazen grandisima injuria a Dios, euya sagrada palabra no merezia ser notada de novedad. Zierto yo en ninguna manera dudo ser ella a aquellos nueva, a quien Cristo es nuevo, i su Evanjelio es nuevo: mas aquellos que sahen ser aguel sermon de San Pablo antiguo: Jesu Cristo ser muerto por nuestros Rom. 4, 25. pecados, i ser resuzitado por nuestra justificazion, no hallanin cosa nueva en oosotros. Cuaoto al haber estado mucho liempo ha, eseon~
dida i sepuitada, la falta estuvo en la impiedad de los hombres: ahara cuando por la bondad de Dios nos es restaurada, debia par 10 menos ser rezebida en su autoridad antigua, jure, como dizen las Leyes, postliminii.
De la misma fuente de ignoranzia viene que elias la lengan par Is. 1,3. dudosa i inzierta. Esto sin duda es 10 que el Senor par el Profeta se queja que el bue! conozio a su duena, i el asno al pesebre de su senoT, mas que Israel no 10 conozi6 ael. Pero como quiera que elIos se burIen de la inzertitud de nuestra doctrina, si ellos hubiesen de sellar Sll
doctrina can su propria sangre, icon el peligro de sus vidas, bien se podria entonzes ver en que estima tendrian la suya. Mui otra es nuestra confianza: la cual ni Ierne 1m horrores de la muerte, ni aun a1 mismo tribunal de Dios.
Cuanto al demandarnos milagros, elias 10 hazen mui mal. Porque
xxx AL REI DE FRANZIA
Me. 16,20.
Heh. 14,3.
Heb. 2,4.
In. 7, 18, i 8,50.
S<-Jhre San Juan, trae. 13. Mt. 24,24. 1 Tes. 2,9.
nosotros no nos inventamos un otro Nuevo Evanjelio: mas retenemos aquel mismo para confirmazion de cuya verdad sirven todos los mila­ gros que jamas Cristo, 0 sus Diszipulos hizieron. Pero podran dezir que elias tienen esto mas que nosotros, que pueden confirmar su doc. trina can continuos milagros que se hazen hasta el dia de hoi. A 10 cual responde que ellos alegan milagros, los cuales podrian hazer dudar, i mal pensar a un hombre que estuviese desinteresado i sin pasion, en tanta manera son 0 frivolos, 0 vanos, 6 mentirosos i falsos. I can todo esto aunque elIas fuesen los mas admirables que;>e pudiesen pensar, no convendria que ellos fuesen de algun valor en contra de la verdad de Dios. Pues que es rnenester que el nombre de Dios sea siempre i en todo lugar santificado: sease 6 par milagros, 0 por el orden natural de las casas. Puoiera ser que el engafio fuera mas apa­ rente, si la Escritura no nos avisara cual sea el verdadero usa de los milagros. Porque San Marcos dize que los milagros que los Ap6stoles hizieron, sirvieron para confirmar su doctrina. De la misma manera cuenta San Lucas que el Senor, cuando los Apostoles hazian los mila­ gros i portentos, di6 testimonio a la palabra de su grazia. Mui seme­ jante aesto es 10 que dize el Apostol, que la salud anunziada par e1 Evanjelio, ha sido confirmada par el Senor con seiiales, portentos i otros diversos milagros. Cuando nosotros oimos que los milagros deben ser sellas para sellar el Evanjelio, l.convertiremoslos nosotros para destruir la autoridad de ei? Cuando oimos que elIas son apro­ priados solamente para establezer la verdad, aplicarlos hemos noso­ tros para fortificar la mentira? Par tanto es nezesario que la doctrina Oa cual dize el Evanjelista que debe prezeder) primeramente se ha de examinar i escudriiiar: la cual si fuere aprohada, entonzcs podni mui bien ser confirmada can los milagros. I la senal de la buena doctrina (como ensena Cristo) es esta: si ella no se inclina a buscar la homa de los hombres, sino la de Dios. Pues que Cristo afirma que tal debe ser la prueha de la doctrina, en 'llano se toman los milagros, los cuales se traen a otro fin, que a hazer ilustre el nombre de un solo Dios. I es menester que nos acordemos Satanas tambien tener sus milagros: los cuales aunque mas son ilusiones que verdaderas virtudes: can todo esto son tales,'que pueden enganar a los simples i rudos. Los nigro­ manticos i encantadores han sido siempre mui afamados par sus milagros. La idolatria de los jentiles ha sido sustentada can milagros maravillosos: los cuales can todo esto no nos son sufizientes para aprobar la superstizion de los nigromanticos, ni de los idoitras.
Los Donatistas can cste mismo artifizio abusaban de la simplizidad del pueblo, diziendo que elIas hazian milagros. Nosotros, pues, ahora 10 mismo respondemos a nuestros adversarios que por entonzes res­ pondia San Augustin a los Donatistas. Que cl Senor nos ha hecho asaz avisados contra estos milagreros, profetizando Hue se levantarian falsos Profetas, los cuales con [alsas sefiales i diversos miIagros harian caer en error, si posible [uese, aun a los escojidos. I San Pablo nos advertio que el reino del Antecristo habia de ser con toda potenzia, i senales, i falsos milagros. Pero didn que estos milagros no son hechos par los idolos, no por encantadores, no par falsos Profetas.
AL REI DE FRANZIA XXXI
sino por los santos. Como que nosotros no entendamos ser esta arte de Satamis transfigurarse en Anjel de Iuz. Los Ejipzios en otro tiempo honraron al Profeta Jeremias que estaba sepultado en su tierra dellos, con sacrifizios i otras honras debidas a Dios. Como (,00 abusaban del santo Profeta de Dios para sus idolatrias? icon todo esto con tal manera de honrar su sepulcro conseguian que peosasen que el haber sido ellos sanados de las mordeduras de las serpientes era salario i recompensa de la honra que hazian al sepulcro. l,Que diremos sino que este ha sido i siempre sera un castigo de Dios justlsimo enviar eficazia de ilusion aaquellos que 00 han rezebido el arnor de la verdad, para que crean li Ia mentira? Asi que no nos faltan milagros i mui ziertos, i de quieo ninguno se debe mofar. Mas los que nuestros adver­ sarios jactan, no son sino puras ilusiones de Satamis con que retiran al pueblo del verdadero servizio de Dios a vanidad.
Allende desto calumniosamente nos dan en eara con los Padres (yo entiendo por Padres los escritores antiguos del tiempo de la primitiva Iglesia, 6 poco despues) como si los tuviesen por fautares de su im­ piedad: por Ia autoridad de los cuales si nuestra contienda se hubiese de fenezer, la mayor parte de la victoria (no me quiero aJargar mas) seria nuestra. Pero siendo asl que muchas cosas hayan sido escritas por los Padres sabia i exzelentemente, i en otras les haya acontezido 10 que suele acontezer a hombres (conviene a saber, erear i faltar), estos buenos i obedientes hijos conforme a la destreza que tienen de entendimiento, juizio i voluntad. adoran solamente sus enores i faltas: mas 10 que han bien dicho, 0 no 10 consideran, 0 10 disimulan, 0 10 pervierten: de tal manera que no pareze sino que aposta su intento fue cojer el estiercol no haziendo caso del oro que entre el estiercol estaba, i luego nos quiebran la cabeza con su importuno vozear Uaman· donos menospreziadores i enemigos de los Padres. Empero tanto falta que nosotros menospreziemos a los Padres, que si a1 preseote 10 hubiese yo de tratar, mui fazil me seria probar por sus escritos la mayor parte de 10 que el dia de hoi dezimos. Mas nosotros de tal manera leemos sus escritos, que siempre tenemos delante de los ojos 10 que dize el Apostol: que todas las casas son nuestras para servirnos dellas, no para que se ensenoreen de nosotros: i que nosotros somos de un solo Cristo, al cual sin exzepzion ninguna se debe obedezer en todas cosas. EI-que no tiene este orden, este tal ninguna cosa tendrli zierta en la fe: pues que mui muchas cosas ignoraron los Padres: muchas vezes contienden entre S1: otras, eUos se contradizen li si mismos. No sin 'causa (dizen nuestros adversarios) Salom6n nos avisa que no pa~
semos los Hmites antiguos que nuestros Padres pusieron: pero no se ha de guardar la misma regia en los Iimites de los campos i en la ooedienzia de la fe: la cual debe ser tal, que se olvide de su pueblo i de la easa de su padre. Mas si en tanta manera se huelgan con alego­ rias, ~por que no entienden por Padres a los Ap6stoles, antes que a otros, cuyos llmites i tennino no es lizito moverlos de su lugar? Porque as! '10 interpret6 San Jeronimo, cuyas palabras ellos alegaron en sus canones. I si ellos aun todavia quieren que los limites de aqueIlos, que ellos interpretan por Padres, sean fijos i firmes: ~por que causa
2 Cor.II, 14. San llieron. en la prefa­ zion de Je­ remias.
2 Tes. 2,11.
XXXII AL REI DE FRANZ1A
Acazio en el lib. II, cap, 16 de la hist. tripart. Amb. lib. 2 de los oti­ zias, cap. 28. Spiridion lib. de Ja hi,t. trip. cap. 10. En Ja hi5!. trip. lib. 8, cap. I. San Aug. en cl lib. del trabaja de los monjes, cap. 17. Epifania en 111, epi5tola que San Je­ ronimo tras­ lado. Conc. Eli­ ber. cap. 36 en Espana. San Ambro­ sio lib. de Abraham 1, cap. 7.
• Jelasio Pa­ pa en el Conzilio de Roma. Cris6st. so­ bre cI 1, eap. a los Efesios. Calisto de Consec. d. 2.
Jelas. cap. Comperi­ mus de Con­ sec. dist. 2. San Zipria­ no en 111, epis­ tola 2, lib. I de lapsis.
elias, todas las vczes que se les antoja, los pasan tan atrevidarnente? Del numero de los Padres eran aquellos de los cuales el uno dijo: que nuestro Dios ni cornia ni bebia: i que por tanto no habia rnenester de cillzes ni plalos: el otro, que los ofizios divinos de los Cristianos no requirian oro ni plata: i que no agradaban con oro las casas que no se compran por oro. Asi que ellos pasan los Ilmites, cuando en sus ofizios divinos en tanta manera se de!eitan can oro, plata, marfi!, marmol, piedras prezlosas i sedas: i no piensan que Dios sea, como debe, honrado, 51 no haya grande aparato externo i una pompa super­ fiua. Padre tambien era eJ que dijo: que eI libremente osaba comer carne, cuando los OtTOS se abstenian: por cuanto el era Cristiano. Asi que pasaron los terminos cuando descomulgaron a toda cualquiera persona que en tiempo de Cuaresma gustare carne. Padres eran, de los cuales el uno dljo que eI monje (6 fraile) que no trabaja de sus manos, debe ser tenido por un ladron i salteador: otro, no ser lizito a los monjes (6 frailes) vivir de mogollon, aunque sean mui dilijentes en sus contemplazioncs, oraziones i estudios. Tambien, pues, pasaron este limite, cuando pusieron los vientres oziosos i panzudos de los frailes en burdeles: quiero dezir, en sus monasterios, para que se engordasen del sudor de los otros. Padre era el que dijo: que era horrenda abominazion ver una imajen 6 de Cristo 6 de algun santo en los templos de los Cristianos, i esto no 10 dijo un hombre solo, sino aun un Conzilio antiguo determin6, que 10 que es adorado no sea pintado par las paredes. Mui mucho falta para que ellos se deten­ gan dentro destos limites: pues que no han dejado rincon que no hayan hinchado de imajenes. Otro de los Padres aconsej6 que despues de haber ejerzitado la caridad que se debe con los muertos, que es sepultarlos, los dejasemos reposar. Aquestos limites han traspasado haziendo tener una perpetua solizitud por los muertos. * Tambien era uno de los Padres el que afirma que la substanzia i ser del pan i del vino de tal manera permaneze en la Eucaristia i no deja de ser, como permaneze en Cristo nuestro Senor la naturaleza humana junta can la divina. Pasan pues este limite los que hazen creer, que luego al momenta que las palabras de la consagrazion son dichas,la subs­ tanzia del pan i del vina deja de ser para que se convierta, 6 tran­ substanzie (como elias Haman) en el cuerpo i sangre de Jesu Cristo. Padres eran los que de tal manera distribuian a toda la Iglesia sola~
mente una suerte de Eucaristia: i como della ahuyentaban a los per­ versos i malvados, asi gravisimamente condenaban a todos aquellos que siendo presentes no comulgasen. jOh, cuanto han traspasado estos Iimites! pues que no solamente hinchen de Misas los templos, mas aun las casas particulares: admiten a oir sus Misas a todos, i tanto can mayor alegria admiten a la persona, cuanto mas desembolsa, por mas mala i abominable que sea: aninguno convidan ala fe en Cristo, ni al verdadero uso de los Sacramentos: antes venden su obra par grazia i merito de Cristo. Padres eran, de los cuales uno ordena que fuesen del todo apartados del uso de la Zena todos aquellos que se contentasen con una sola espezie del Sacramento i se abstuviesen de la otTa: eJ otro fuertemente contiende que no se debe negar at pueblo
AL REI DE FRANZIA XXXIII
Cristiano la sangre de su Senor, par confesion del cual es mandado derramar su propria sangre. Tambien quitaron estos limites cuando rigurosamente mandaron la misma cosa, que el uno destos dos casti­ gaba can descomunion, i el otro con hastantisima razon condenaha. Padre era el que afirmo ser temeridad determinar de alguna eosa escura 0 por la una parte 6 par la otra, sin elaros i evidentes testimo­ nios de la Escritura. Olvidaronse de aqueste limite, cuando sin ninguna palabra de Dios constituyeron [antas constituciones, tantos Canones, tantas majistrales determinaziones. Padre era cl que entre atras here­ jias di6 en cara a Montano que eJ fue el primero que impuso leyes de ayunar. Tambien traspasaron mui mucho este limite, cuando esta­ blezicron ayunos can durisimas leyes. Padre era el que prohibi6 que el matrimonio fuese vedado a los Ministros de la Iglesia: i testifico eI ayuntamiento con su lejitima mujer ser eastidad. I Padres fueron los que se conformaron con e1. Ellos han traspasado este limite cuando con tanto rigor defendieron el matrimonio a sus Eclesiasticos. Padre era el que dljo, que solo Cristo debia de ser oido, del eual esta escrito: A d oid: i que no se debia haLer caso de 10 que otros antes de nosotros hubiesen hecho, 6 dicho, sino de 10 que Cristo (que es el mas antiguo de todos) haya mandado. Tampoco se entretuvieron dentro deste limi­ te, ni permiten que otros se detengan, constituyendose para si i para los demas otros ensefiadores que Cristo. Padre era el que mantuvo que la Iglesia no se debia preferir a Cnsto; porgue Cristo siempre juzga justamente: mas los juezes Eclesiasticos, como hombres, se pueden engafiar muchas vezes. Traspasando, pues, tambien este ter­ mino, no dudan afirmar que toda la 3utoridad de la Escritura dcpende del arbitrio de la Iglesia. Todos los Padres, de un comun consenti­ miento, i a una VOZ, abominaron, que la santa palabra de Dios fuese contaminada con las sutilezas de los Sofistas, i que fucse revuelta can las contiendas i debates de los DiaJecticos. i,Entretienense dlos par ventura dentro destos Iimites, cuando no pretenden otra cosa en todo cuanto hazen, sino escurezer i sepultar la si mplizidad de la Escritura con infinitas disputas i contiendas mas que soflsticas? De tal manera, que si los Padres resuzitasen ahora, i oyesen tal arte de reflir, la cual estos llaman Tcolojia especulativa, ninguna casa crcerian menos que ser tales disputas de cosas de Dios. Pero i,cuanto sc prolongaria mi orazion, si yo quisiese can tar con cuanto atrevimiento estos sacudan el yugo de los Padres, de los cuales cllos quieren ser tcnidos par hijos mui obedientes'! Par zierto faltarme ya tiempo i vida para contarlo. I con todo esto ellos son tan desvergonzados, que sc utreven a darnos en cara que habemos traspasado los limites antiguos.
Cuanto al enviarnos a la costumbre, ninguna cosa les aprovecha. Porq ue se nos haria una grande illjustizia si fuesemos constrenidos a sujetarnos a 10 acostumbrado. Zierto si los juizios de los hombres ruesen los que deben, la costumbre se debria tomar de los buenos. Pero mui de otra manera mui muchas vezes aconteze. Porque 10 que veen que muchos hazen, eso cs 10 qlle luego queda por costumhre. I esto es verdad, que nunea los negozios de los hombres fucron tan bien reglados, que 10 que fuese mejor pluguiese a 1a mayor parte. Asi
San Aug., lib. 2 de pee­ cat. merit. eap_ .llitimo.
Apo!. en la hist. Eel. lib. 5, cap. 12. Paphnuzio en Ja his!. Trip lib. 2, cap. 14. San Ziprian. en la cpist. 2 del hb. 2.
San August. cap. 2 del lib. conlra Cresco. Gram.
XXXIV AL REI DE FRANZIA
De Conse. dist. 8, cap. S. consue­ ludinem. Is. 8, 12.
Gn. 7, I. Heb. 11,7.
En la epist. J del lib. 2, i en la epLSI. ad Julian. de haereticis baptis.
Mt. 28,20.
que, de los particulares 'vizios deste i del otro se ha hecho un error jeneral, 6 par mejor dezir, un comun consentimiento de vizios: el cual estos hombres honrados quieren que valga por lei. Los que tienen ojos, veen, que no un solo mar de vizios ha crezido, que todo el mundo esta corrompido con tautas pestilenzias contajiosas, i que todo va de mal en pear: de sueTte, que 6 es menester perder toda la esperanza de remedio, 6 se ha de poner la mana atantos males, i esto no menos que par medios violentos. I quitase el remedio, no por otTa razon sino porque, ya mucho tiempo ha, somos acostumbrados i hechos a los males. Pero aunque el error publico tenga lugar en las republicas de los hombres, can todo esto en el reino de Dios no se debe oir nj guardar sino sola su eterna verdad: contra la eual ninguna prescrip­ zion ni de largos anos, ni de costumbre anziana, ni de conjurazion ninguna vale. Desta manera Esaias en su tiempo instruia a los esco­ jidos de Dios que no dijesen Conspirazion